Clase 2. Caso Schreber
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CASO SCHREBER
CRONOLOGÍA
1861: muerte del padre, Daniel Gotlieb Moritz Schreber, a los 53 años de edad.
1877: Muere su hermano, 3 años mayor que él, a los 38 años de edad.
1878: Se casa
Primera enfermedad
9/1884: Primera internación a los 41 años. Se postula a la cámara baja del Parlamento.
Meses más tarde es internado durante algunas semanas en el asilo Sonnenstein. Papel
determinante del Dr. Flechsig
Dr. Paul Flechsig: Diagnostico de acceso grave de hipocondría. Insomnio pertinaz, afección
cardíaca imaginaria.
Segunda enfermedad
Momento del enfermar: Se le informa su designación al tribunal superior, y más tarde inicia
su actividad como presidente de ese tribunal. Es Magistrado en Chemnitz. La enfermedad
surge por intenso trabajo intelectual (estrés) desplegado a causa de su selección al
Parlamento.
Dos meses más tarde es internado en la clínica de Flechsig con diagnóstico de insomnio,
reblandecimiento del cerebro, persecución, hipersensibilidad a la luz, táctil y a los ruidos.
Sale del estupor y se intenta suicidar ahogándose en el baño con ácido prúsico.
El delirio en la mayor parte del tiempo estaba relacionado a Flechsig, eran delirios de
persecución, relacionados con Dios y con el sol.
1889: El Dr. Weber (del Sonnenstein) da en su parte médico registro de algunos síntomas
psicomotores de carácter patológico. NO hay demencia ni inhibición intelectual. Inteligencia
normal. Se interesa por el arte, la política y la ciencia. Hay reconocimiento asertivo en
materia jurídica.
1900-02: Escribe sus memorias e inicia una acción judicial para ser dado de alta. Es
inhabilitado profesionalmente
1902: Recupera su habilitación social y profesional (no su cargo). El tribunal le otorga el alta
y meses más tarde sale del hospicio. Su punto flojo sigue siendo su delirio. Hay resquicios.
Tercera enfermedad
1907: Muere su madre a los 92 años. Unos meses después su esposa sufre un ataque e
inmediatamente después él cae enfermo. En noviembre es nuevamente internado.
Este texto le da un lugar a la psicosis y a la paranoia, y a los mecanismo psíquicos imperantes en las
psicosis. Hay algunos antecedentes en 1894 de Freud hablando de psicosis (Neuropsicosis de
defensa) y en 1896 (Nuevas aportaciones a las Neuropsicosis de defensa).
va a detallar el momento de ruptura de la realidad del enfermo (vivencia de fin del mundo). Anticipa
la introducción del narcisismo porque Freud está pensando en este momento en fijación y regresión.
Freud en este texto puede hacer hincapié en el concepto de representación intolerable. También
amplia el concepto de rechazo y anticipa el concepto de narcisismo. Toma como referencia la
represión propiamente dicha.
Tomamos el momento del enfermar porque hay algo que nos da pautas en la falla en la subjetividad.
Hay algo del orden del equilibrio psíquico que se pierde, es decir, necesariamente hay ahí una
pregunta para el analista, y por supuesto la “pregunta de Freud”. Se va a preguntar por la
representación intolerable. Es aquella representación que la conciencia no tolera y que
voluntariamente intenta apartar, hay voluntad de olvidar (como si fuera posible). Esto demuestra
que esta voluntad de olvidar, reprimir, tiene sus consecuencias, no es gratuito.
El momento del internarse concuerda con el momento del enfermar. Flechsig destaca el estrés
causado por el trabajo es lo que enferma a Schreber. La curación tras esta internación es completa.
9 años después lo nombran presidente del tribunal de Dresde, y aparece la recaída. En su dolencia
aparece que, medio dormido, tuvo la idea de lo agradable que sería ser una mujer en el momento
del coito (voluptuoso: es lo que siempre quisiéramos pero tiene medidas, porque si no trae
consecuencias. Aparece también en la perversión, el perverso actúa lo que el neurótico fantasea,
goce extralimitado, placer desmedido). Luego muestra indignación al recuperar toda su conciencia.
Para Freud su fantasía entredormido va a ser el delirio primario.
En este momento Flechsig se vuelve persecutorio para Schreber y se traslada a la clínica de Weber,
quien diagnostica alucinaciones auditivas, se cree muerto, putrefacto, enfermo de peste, brote
delirante psicótico, tormentos por causa sagrada que lo llevan a estupor alucinatorio. Cuando sale
se quiere suicidar.
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Esto pareciera un síntoma de la esquizofrenia. En ese momento Freud confunde esta paranoia con
parafrenia o demencia paranoide.
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El sistema delirante
1. Desde el punto de vista sincrónico, el momento del enfermar, que tiene que ver con qué
pasó en ese momento, enfermando en momentos en que tiene que ocupar cargos de mucha
exposición, importancia y responsabilidad. Pero Freud no la toma como la responsabilidad
del neurótico obsesivo, sino que lo llama “nombramientos”
2. Freud destaca también la falta de descendencia.
La importancia del todo el desarrollo del padecimiento de Schreber aparece en relación a Flechsig,
porque a partir de él, que es la persona que Schreber más ama, pasa a ser en la segunda internación
una corriente amorosa invertida, pasando a ser objeto de odio, no puede verlo, empieza a sentir
que lo persigue para hacerle cosas aberrantes, ser sometido a abusos y tormentos, incluyéndose en
el lugar de prostituido. Lo acusa también de ser asesino de almas (carácter erótico). Flechsig también
seducía otras almas para también pervertirlas. Nos vamos metiendo entonces en el avance de la
libido homosexual.
Libido homosexual (todavía Freud no conceptualizo Complejo de Edipo y castración, pero ya habla
de identificaciones primarias y secundarias).
Proceso de situación (lacan): Sabemos que en la actualidad en las neurosis el Complejo de Edipo
negativo (el del propio sexo) es el que más inconvenientes trae a la hora del análisis, pero está
fundamentado esto en la pulsión homosexual reprimida, es decir, la relación erótica del varón (no
coartada en su fin) con el padre. Si esa relación vincular con el padre ha sido buena y el padre
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cumplió con su función, el vínculo tendrá un matiz cariñoso. Si hay algo fallido en esa relación, el
vínculo con el padre tendrá otro tipo de consecuencias o incidencias que se pueden ver en la
adolescencia. Esto es en la neurosis, donde hay un proceso represivo donde el erotismo hacia el
padre se mantiene reprimido si las reglas han funcionado y si las relaciones cariñosas también.
En Schreber vemos como esto falló por el desplazamiento amoroso que hace Schreber con Flechsig.
En determinado momento le agradece y lo ama, y es esto lo que para Freud desencadena luego la
patología. Podemos decir que el poder de Flechsig para curarlo se transforma, y esto es típico en la
paranoia, en persecución (tanto amor trae tanta persecución). El poder para curarlo es el mismo
poder que le atribuye delirantemente para perseguirlo, con una característica central: el
mecanismo.
Sabemos que hay mecanismos primarios que anteceden a la represión, y que son importantes en la
constitución: proyección, transformación en lo contrario, vuelta contra sí mismo y, en la neurosis
obsesiva, la formación reactiva.
La regresión lleva al aparato a manejarse con mecanismos primarios, y esto es lo que pasa en la
ruptura con la realidad con Schreber. Proyecta el amor que siente hacia Flechsig, porque le genera
conflicto, y empieza a condicionarlo en un lugar femenino, y esto que en la neurosis podría ser un
síntoma, en la psicosis funciona proyectando al exterior el amor, transformándolo en lo contrario y
retornando como persecución. El amor que siente por el medico cuando siente que lo salvó, en
determinado momento vuelve a sentir esa atracción, pero ahora se siente femenino, y esa es la
representación intolerable, porque se siente afeminado, que quiere ser una mujer en el momento
del coito. Se proyecta el amor hacia el mundo exterior, operan los mecanismos primarios de
proyección, y vuelve (retracción libidinal). En la psicosis el mecanismo es lo insoportable de la
representación amorosa se expulsa hacia el exterior, retorna al Yo pero transformado en su
contrario, y retorna de manera tal que el yo se infla y esa libido que retorna es omnipotente. Así
lo concibe a Flechsig. La persecución es omnipotente y le robó el alma, es un almicida.
En Schreber a partir de ese momento de ruptura con la realidad (reblandecimiento del cerebro)
opera una transformación en mujer prostituida, es el momento donde el medico se abusa, lo
persigue, es Dios, se abusa, aparece la voluptuosidad en el abuso, todo es ultraje, su alma, su cuerpo,
todo su ser. Esto es todo lo primario, que es desestructurante (fase negativa).
El delirio secundario empieza con esta parte social que es el redimir a la humanidad, que Dios le va
a hacer hijos y que esos hijos van a ser los hombres nuevos que apagaran los pecados de la
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humanidad. Esta es la parte restitutiva del delirio, el delirio secundario, y donde comienza a tomar
contacto nuevamente con lo que es más aceptado socialmente.
Clínicamente se marca la representación intolerable, la de ser mujer. Eso que quería olvidar,
mantener a distancia, intolerable, empieza a ser el motor de su sufrimiento. No tiene otra salida
más que ser la mujer ultrajada de Flechsig.
El nombre del padre no aparece metaforizado. En este caso es literal: Gotlieb = amado por Dios.
Pauline = la madre de Schreber. De ahí rescata el nombre del padre. Rescata la “pedagogía negra”
del padre de Schreber. Había inventado unos aparatos con los que se mantenía la buena postura. El
padre de Schreber entonces tiene un lugar en el que podríamos decir que aparece en el delirio de
Schreber como el autoritarismo paterno (los padres funcionan como ídolos y como identificación).
En Schreber hablamos del complejo paterno fallido, hablando de la forclusión del nombre del padre,
como un rechazo, como aquello que no llega a presentarse a término.
El complejo paterno es esa tendencia homosexual intensificada, y lo que retorna como tal,
omnipotente. Entonces es una paternidad no edípica, porque hay una falla a nivel de la constitución
del complejo en cuanto a establecer un lugar de terceridad (de a tres, es porque está el otro, y acá
el padre aparece fallido en su función en cuanto a posibilidad de crear identificaciones secundarias:
“Como el padre debes ser”). De ahí podemos pensar el lugar que tiene Schreber en cuanto a asumir
lugares o posiciones, ser juez, ser juez de jueces, ser padre de padres; y también se ve su
imposibilidad de descendencia.
La fantasía homosexual que aparece en Schreber no es el retorno de lo reprimido, sino que restituye
delirantemente un lugar en la serie paterna: el delirio secundario restitutivo deja a Dios en el lugar
del padre, y él en posición femenina pero teniendo hijos que restituyen el pecado de los hombres.
En el delirio se expresa algo de la subjetividad que no pudo resolverse, esas identificaciones
secundarias que le fueron fallidas.