4.5 Calidad de Carne FAO
4.5 Calidad de Carne FAO
4.5 Calidad de Carne FAO
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A. Calidad de la carne
La energía requerida para la actividad muscular en un animal vivo se obtiene de los
azúcares (glucógeno) presentes en el músculo. En un animal sano y descansado, el nivel
de glucógeno de sus músculos es alto. Una vez sacrificado el animal, este glucógeno se
convierte en ácido láctico y el músculo y la canal se vuelven rígidos (rigor mortis). Este
ácido láctico es necesario para producir carne tierna, y de buen sabor, calidad y color.
Pero si el animal está estresado antes y durante el sacrificio, se consume todo el
glucógeno y se reduce el nivel de ácido láctico que se desarrolla en la carne luego de su
sacrificio. Esto puede tener efectos adversos muy graves en la calidad de la carne.
La condición PSE en los cerdos es causada por un estrés severo, inmediatamente antes
de su sacrificio - por ejemplo, al descargar a los animales, al manejarlos, al encerrarlos
en los corrales o al inmovilizarlos y aturdirlos. En esas circunstancias, los animales
están sujetos a una fuerte ansiedad y miedo por el manejo que le proporciona el hombre,
por las peleas en los corrales o por las malas técnicas de aturdimiento. Todo ello resulta
en una serie de procesos bioquímicos en el músculo - en especial, la rápida
descomposición del glucógeno. La carne entonces se vuelve muy pálida y adquiere una
acidez muy pronunciada (valores de pH de 5,4 - 5,6 inmediatamente después del
sacrificio), y con poco sabor. Este tipo de carne es difícil de aprovechar, y de hecho no
la pueden usar los carniceros o los procesadores de carne. En casos extremos se
desperdicia. Si se permite que los cerdos descansen una hora antes de su sacrificio, y se
les da un buen manejo, se reduce considerablemente el riesgo de PSE.
Deterioro de la carne
(Figuras 2 y 3)
Los hematomas son la pérdida de sangre de vasos sanguíneos lesionados hacia los
tejidos musculares adyacentes. Pueden producirse por un golpe físico de un palo o una
piedra, por el cuerno de otro animal, por algún saliente metálico, o por una caída. Se
pueden presentar en cualquier momento durante el manejo, el transporte, el encierro en
los corrales o el aturdimiento. Los hematomas pueden variar desde los leves
(aproximadamente 10 centímetros de diámetro) y superficiales, hasta los grandes y
severos que involucran toda una extremidad, partes de la canal, o hasta la canal entera.
La carne con hematomas supone una pérdida ya que no es apta como alimento porque:
Las lesiones (Figura 4), como los huesos rotos y los músculos desgarrados y
hemorrágicos, causados durante el manejo, el transporte y el encierro en los corrales,
reducen considerablemente el valor de la canal porque las partes lesionadas, o en casos
extremos la totalidad de la canal, no se pueden utilizar como alimento y deben
decomisarse. De presentarse una infección bacteriana secundaria en las heridas, ello
puede ocasionar la formación de abscesos y septicemia, comprometiendo así a toda la
canal.
Los cueros y pieles del ganado sacrificado (Figura 5) pueden ser dañados por el mal
manejo y trato de los animales de las siguientes formas:
Marcado indiscriminado;
Lesiones causadas por espinas, látigos, palos, alambres de púas y cuernos;
Instalaciones de manejo inadecuadas;
Vehículos de transporte mal diseñados y construidos.
2. Durante el sacrificio:
Dejando que el animal se altere y se lesione;
Pegando al animal o forzándolo al suelo;
Arrastrando el cuerpo vivo o muerto del animal por el piso.
Una mayor atención al bienestar del animal durante el transporte y el manejo mejorará
el valor de estos subproductos.