Enciclopedia Sobre El Holocausto
Enciclopedia Sobre El Holocausto
Enciclopedia Sobre El Holocausto
Fuentes
Zadoff, Efraim (Ed.), SHOA - Enciclopedia del Holocausto, Yad Vashem y E.D.Z. Nativ
Ediciones, Jerusalen 2004. Basado en: Rozett, Robert & Shmuel Spector (Ed.), Encyclopedia of
the Holocaust, Yad Vashem and Facts On File, Inc., Jerusalem Publishing House Ltd, 2000
Antisemitismo
Odio a los judíos como grupo o al “judío” como concepto. Se distinguen tres tipos de
antisemitismo:
a. religioso, principalmente cristiano, que discrimina a los judíos por su fe y sus
tradiciones y por no haber aceptado a Jesús como Mesías; promueve la conversión al
cristianismo;
b. político, que se opone a otorgar a los judíos igualdad de derechos civiles; promueve
la asimilación social y cultural de los judíos y su desaparición como grupo
diferenciado;
c. racista, que basa su odio en la existencia misma del judío; promueve la separación
física de los judíos de la sociedad y en última instancia, su exterminio.
Hoy, en nuestro país, se condena el antisemitismo así como cualquier otro tipo de
discriminación.
Auschwitz
Campos de concentración
Campos donde los nazis confinaban a sus opositores sin juicio previo.
Existían campos de trabajo y de trabajos forzados, campos de exterminio, campos de
tránsito y campos de prisioneros de guerra.
Cámaras de gas
Los campos de exterminio fueron equipados con grandes cámaras fijas que utilizaban
los gases de escape de motores Diesel. Los nazis continuaron buscando métodos más
eficientes. Después de algunos experimentos realizados sobre prisioneros de guerra
soviéticos, descubrieron que un insecticida comercial denominado Zyklon B era
apropiado para sus objetivos. El gas Zyklon B, una forma de cianuro de hidrógeno, fue
puesto en uso en el centro de exterminio de Auschwitz. Durante sus cuatro años de
existencia, más de un millón de personas fueron gaseadas en él.
Genocidio
Distinción oficial otorgada por Yad Vashem a no-judíos que arriesgaron sus vidas para
salvar judíos durante el Holocausto. La denominación proviene de una frase de
Maimónides: “Los justos de las naciones del mundo tendrán parte en la vida eterna” (Hiljot
Melajim, 8:11).
En 1953 el parlamento de Israel aprobó la Ley de Recordación de los Mártires y Héroes,
por la que se estableció en Jerusalén el Instituto Yad Vashem y se le otorgó, entre otras,
la responsabilidad de establecer condecoraciones y conmemorar a los “Justos de las
Naciones”. Desde comienzos de la década del ’60 ha funcionado en Yad Vashem una
Comisión para la Designación de los Justos. Este comité tiene a su cargo otorgar la
distinción de “Justos de las Naciones”. En sus primeros años de existencia el comité fue
presidido por el juez Moshé Landau, quien se convirtió más tarde en presidente de la
Corte Suprema de Israel.
Cuando el nombre de un salvador es propuesto para recibir el reconocimiento, el
comité investiga minuciosamente las pruebas de sus actos y motivaciones. El
sobreviviente o grupo de sobrevivientes involucrados debe dar testimonio sobre su
actuación, y el comité recoge documentación confirmatoria proporcionada por
instituciones históricas europeas. La ley original no especificaba una definición exacta
del término “Justos de las Naciones”. Tal como ha sido utilizado a lo largo de la
historia judía, el mismo designa a una persona de elevada moral que ofrece empatía,
compasión y ayuda a judíos en tiempos de dificultades y persecuciones. Sin embargo,
según la Ley de Recordación de Mártires y Héroes, está claro que sólo una actuación
excepcional adjudica a un individuo el título oficial de “Justos de las Naciones”. Por
ello, el comité trata de determinar las motivaciones que tuvo el candidato para salvar
judíos, y formula preguntas tales como: ¿Recibió dinero por ello? ¿Qué clase de riesgos
y peligros enfrentó? ¿Sus motivaciones incluían la amistad, las creencias religiosas,
etc.? En general, para ser acreedor de la distinción, la persona tuvo que haber
arriesgado su vida, su seguridad o su libertad personal para salvar a un judío de la
*deportación, sin solicitar dinero a cambio.
En algunos casos, el tema del “riesgo” o del “peligro” resulta un obstáculo, porque
excluye a quienes gozaban de inmunidad diplomática y, por lo tanto, no estaban
arriesgando sus vidas. Son ejemplos de ello Aristides de Sousa Mendes, el cónsul de
Portugal en Francia que entregó a judíos visas de ingreso a su país; Sempo Sugihara, el
cónsul japonés en Kovno que hizo lo mismo; y Paul Gruninger, el capitán de la policía
suiza en la frontera austríaca que permitió que centenares de refugiados judíos
entraran a Suiza. Todos ellos desobedecieron las instrucciones oficiales de sus
respectivos gobiernos, pero no corrieron peligro personal debido a su estatus
diplomático. A pesar de esto, de hecho perdieron sus trabajos, dañaron su reputación y
sufrieron debido a sus actividades humanitarias, y por ello el comité resolvió honrarlos
con el título de "Justo entre las Naciones" Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que
salvó a miles de judíos húngaros, también tenía inmunidad diplomática, pero ello no
evitó que fuera arrestado por los soviéticos después de la liberación de Budapest.
En muchos casos, quienes salvaron vidas judías durante el Holocausto eran
ciudadanos comunes que eligieron, con todo lo que ello implicaba, ocultar a uno o más
judíos en sus casas. A menudo, el salvador construía un búnker para el judío, quien
permanecía allí durante semanas, meses o años, sin ver prácticamente la luz del sol. La
comida era muy escasa durante la guerra, y el salvador compartía su escaso pan con
los judíos que ocultaba de los nazis.
En ciertos casos, la salvación provino de grupos, como las unidades de la resistencia
clandestina en Holanda, Noruega, Bélgica y Francia que encontraron escondites para
judíos. Uno caso muy especial fue el de la pequeña aldea holandesa de Nieuwlande. En
1942 y 1943 sus pobladores resolvieron en forma conjunta que cada familia ocultase a
una familia o individuo judío. Todos los 117 habitantes de Nieuwlande fueron
honrados como "Justos de las Naciones". Otro salvamento colectivo tuvo lugar en la
aldea francesa de Le Chambon-sur-Lignon, cuyo pastor, André Trocmé, organizó a sus
feligreses para proveer de escondite y asistencia a los judíos que huían de los nazis. En
Dinamarca, ciudadanos daneses comunes transportaron a 7.200 de los 8.000 judíos del
país en lanchas pesqueras hasta Suecia, en una arriesgada operación.
Otros casos famosos son los de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó a
cientos de judíos del campo de Plaszow, empleándolos en su fábrica; y el del holandés
Miep Gies, una de las personas que asistieron a la familia de Ana Frank mientras
estuvo oculta en el “anexo secreto” y quien encontró y preservó su diario.
El número de judíos salvados por no-judíos durante el Holocausto es impreciso.
Algunos de los judíos murieron después durante la guerra y no ha sido posible obtener
testimonios o conocer el nombre del salvador temporario. En ocasiones, el propio
salvador murió junto a aquellos judíos a quienes protegió. En otros casos, decidieron
permanecer anónimos, incluso después de la guerra, porque consideraban haber
seguido la voz de su conciencia, contra la indiferencia de millones de europeos, y no
creyeron merecer premio alguno. Hasta diciembre de 2003, 20.200 hombres y mujeres
han sido honrados con el título de "Justos de las Naciones". Hasta mediados de la
década del ’90 un gran número de los mismos plantaron árboles para conmemorar sus
acciones. En 1996 se inauguró un bosque recordatorio especial, que incluye los
nombres de todos los "Justos de las Naciones", al que se van agregando los de los
nuevos galardonados.
El elevado número de "Justos de las Naciones" prueba que el salvamento era posible a
pesar de los peligros. Los que han sido honrados con esta distinción no sólo han
salvado vidas judías, también han restablecido la fe en la humanidad.
Gueto
Una calle o sector de una ciudad donde sólo vivían judíos. La palabra fue utilizada
por primera vez en Venecia en 1516, como parte del término “Gueto Nuovo” (“nueva
fundición”), nombre del barrio judío cerrado que anteriormente había albergado una
fundición. Durante la Segunda Guerra Mundial los judíos de Europa oriental fueron
obligados a abandonar sus hogares y mudarse a los guetos, donde eran mantenidos de
hecho como prisioneros.
Muchos judíos murieron en los guetos. Si bien no hay pruebas de que fueran creados
originalmente para el propósito específico de matar judíos, o que durante la guerra los
nazis procuraran transformarlos en lugares de exterminio, a los nazís no les
preocupaba el elevado número de judíos que morían en los guetos de hambre y
enfermedades.
El gueto más grande de Europa fue el de Varsovia- Polonia-, establecido en noviembre
de 1940; en sólo cuatro meses, para marzo de 1941, alcanzó su número máximo de
445.000 habitantes. En otras zonas los guetos fueron más tardíos. También se
construyeron guetos en Hungría, Amsterdan (Holanda) y en algunas zonas de la
Unión Soviética ocupadas por los alemanes-
Los judíos que vivían en los guetos del este obtenían alimentos de los alemanes y en el
mercado negro. Oficialmente recibían tarjetas de racionamiento que les permitían
comprar mucho menos que al resto de la población local. Para mediados de 1941, los
alemanes les distribuían a los judíos en Polonia tarjetas de racionamiento que
proporcionaban solamente 184 calorías por día – el 7,5% de los requerimientos
mínimos diarios, mientras que los polacos obtenían una ración del 26%. Para
complementar su mísera alimentación, los judíos se veían obligados a pagar precios
exorbitantes en el mercado negro. Pero como la mayoría prácticamente no tenía dinero,
muchos murieron de hambre. Algunos que trabajaban en fábricas alemanas recibían
comida en las mismas.
Al implementarse la “Solución Final” (el exterminio total de los judíos), los alemanes
comenzaron a eliminar los guetos. Los primeros fueron liquidados en la primavera de
1942, y el último gueto polaco, Lodz, en el verano de 1944. La mayoría de los judíos
fueron deportados a campos de exterminio, donde fueron asesinados. Sólo un pequeño
número fue enviado, hacia el final de la guerra, a campos de concentración y campos
de trabajos forzados. Prácticamente todos los judíos de Europa oriental habían sido
obligados a abandonar sus hogares e instalarse en los guetos de sus ciudades y
pueblos. Al finalizar la guerra, sin embargo, no quedaba un solo gueto en Europa
oriental. En Hungría, donde se formaron los últimos guetos en 1944, éstos existieron
sólo durante algunas semanas, mientras los judíos eran deportados a Auschwitz. El
único gueto liberado fue el de Budapest, cuando las tropas soviéticas ocuparon Pest en
enero de 1945.
Nuremberg, leyes de
Solución final
Denominación cifrada del plan nazi para resolver la “cuestión judía” asesinando a
todos los judíos en Europa. La solución final fue la culminación de muchos años de
desarrollo de las políticas nazis: desde los primeros escritos de Adolf Hitler sobre la
necesidad de una solución a la cuestión judía en Europa, pasando por los intentos nazis
de inducir la emigración masiva durante la década del ’30 y el plan de deportación
colectiva a un destino determinado durante los primeros años de la guerra, hasta la
decisión, en 1941, de exterminar totalmente al pueblo judío.
En septiembre de 1919 Hitler escribió su primer documento político, en el que señaló
que la cuestión judía sería resuelta a través de la remoción total de los judíos de
Europa, que debía ser llevada a cabo no de forma emocional, mediante pogroms o
métodos similares, sino en base a una eficiente planificación. Para Hitler, el tema judío
era la cuestión esencial del nazismo. De hecho, estaba obsesionado con los judíos y
decidido a encontrar una solución final para librarse de ellos. Sin embargo, sus
primeros escritos y declaraciones no pueden ser considerados un boceto de los
asesinatos perpetrados años después.
Durante la década del ’30, Hitler estuvo convencido de que la respuesta al problema
judío era la emigración masiva. La legislación antijudía adoptada en Alemania desde el
momento en que llegó al poder en enero de 1933 hasta el estallido de la Segunda
Guerra Mundial en septiembre de 1939, fue diseñada para convencer y posteriormente
imponer a los judíos el abandono del país. En enero de 1939, en el Parlamento alemán,
Hitler criticó al mundo libre por no recibir a inmigrantes judíos y advirtió que las
consecuencias de la guerra incluirían la “aniquilación” del judaísmo europeo. Los
expertos discuten si esa afirmación debe ser interpretada como una manifestación
directa de su propósito de exterminar a los judíos, o si se trataba de una manipulación
destinada a presionar al mundo libre para que abriese sus puertas a los judíos
alemanes.
Cuando Alemania invadió Polonia, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial,
1.800.000 judíos más pasaron al control nazi. Hitler no ordenó inmediatamente su
exterminio.
Los nazis atacaron a su anterior aliado, la Unión Soviética, en junio de 1941. Unidades
móviles de exterminio, denominadas Einsatzgruppen, junto al ejército regular, unidades
policiales y colaboracionistas locales, comenzaron de inmediato con el asesinato
sistemático de los judíos soviéticos. Esta fue la primera vez que se utilizó el exterminio
masivo y organizado como un método para resolver la cuestión judía.
En julio, Hermann Göring autorizó los preparativos para la solución final A fines de
1941 y comienzos de 1942, los nazis establecieron campos de exterminio, comenzaron las
deportaciones y perfeccionaron los métodos de matanza en masa. La primera prueba
de gaseamiento se llevó a cabo en Auschwitz en septiembre de 1941, y a finales del
otoño se construyeron campos de exterminio en Belzec y Chelmno. Sobibor, Treblinka,
Majdanek y Auschwitz se transformaron en centros de exterminio en la primavera de
1942. Entre tanto, el 12 de diciembre de 1941, Hitler le confió a su círculo íntimo que el
exterminio se extendería hasta incluir a todos los judíos de Europa en los planes de la
solución final.
En la Conferencia de Wannsee en enero de 1942, se reunieron funcionarios del
gobierno alemán y jerarcas de las SS para coordinar el exterminio total del judaísmo
europeo. A partir de ese momento y hasta el fin de la guerra en 1945, la solución final
fue una política oficial del nazismo.
Resistencia judía
PREGUNTAS FRECUENTES
Material del Museo del Holocausto
Fundación Memoria del Holocausto- Bs.As. Argentina ( www.fmh.org.ar)
Resulta imposible saber con exactitud el número de víctimas judías, no obstante las
estadísticas indican que en total superó las 5.860.000 personas.
El término Solución final se refiere al plan alemán que consistía en asesinar a todos los
judíos de Europa. El término fue utilizado en la Conferencia de Wannsee (Berlín, 20 de
enero de 1942) donde los oficiales alemanes discutieron acerca de su implelentación.
¿Todos los alemanes apoyaban el plan de Hitler para la persecución de los judíos?
¿Los Aliados y los pueblos del mundo libre conocían los acontecimientos que se
suscitaban en Europa?
Las diferentes medidas que los nazis tomaron con anterioridad a la Solución Final se
llevaron a cabo públicamente. Los corresponsales de la prensa extranjera escribieron
sobre las acciones antijudías más importantes que tuvieron lugar en Alemania, Austria
y Checoslovaquia antes de la Segunda guerra mundial. Una vez comenzada la guerra
se hizo más difícil obtener información, pero a pesar de esto se publicaron informes
acerca del destino que se les daba a los judíos. De este modo aunque los nazis no
divulgaron datos sobre la Solución Final, a menos de un año de haberse iniciado el
genocidio, comenzaron a infiltrarse detalles hacia el occidente.
Con respecto al conocimiento de la solución final por parte de sus víctimas potenciales,
debe tenerse en cuenta varios puntos clave. En primer lugar los nazis no divulgaron
acerca de la Solución Final, ni hablaron acerca de dicho plan en forma abierta. Se
hicieron todos los esfuerzos por engañar a las víctimas y así prevenir o minimizar la
resistencia.
Cuando los prisioneros eran llevados a los campos de concentración se los forzaba a
escribir cartas a sus familiares contando acerca de las buenas condiciones del nuevo
lugar de residencia; los alemanes hacían todo lo que estaba a su alcance para garantizar
la confidencialidad. Puesto que cada comunidad judía europea se encontraba aislada,
eran pocos los lugares donde se tenía información.
¿Los judíos intentaron luchar contra los nazis?, ¿en qué medida tuvieron éxito?
A pesar de las difíciles condiciones bajo las que estaban los judíos en los países
europeos ocupados por los nazis, muchos de ellos participaron en la resistencia armada
que se dividía en tres tipos: levantamientos en ghettos, resistencia en los campos de
concentración y exterminio y luchas partisanas.
A partir de 1939 los nazis establecieron los ghettos en Europa Oriental, como parte de
un plan sistemático de aniquilación. Agrupar a los judíos en los ghettos, aislarlos y
quebrar su espíritu y su fortaleza física, no fue más que una etapa en el camino a los
campos de concentración y exterminio. Los ghettos abarcaban un área superpoblada y
restringida y muchas veces la salida era penada con la muerte.
Durante años el Holocausto fue exclusivamente del pueblo judío, hoy se lo estudia
desde una perspectiva universal, el Holocausto nos atañe a todos, de allí la necesidad
de enseñarla para entenderla: el Holocausto es un punto de inflexión en la historia de
la humanidad, su comprensión nos ayuda a pensar acerca del uso y el abuso del
poder, el papel y la responsabilidad de la sociedad ante estos acontecimientos, los
peligros del antisemitismo y todo tipo de discriminación hacia las minorías.
En este sentido se articula con lo expuesto por Consejo Federal de Educación en la
Resolución Nº80/09, en el art. 2do: “las autoridades educativas se comprometen a
incorporar contenidos curriculares específicos acerca del Holocausto en los
establecimientos educativos dependientes de sus jurisdicciones.
Entre las diversas razones ofrecidas por los educadores que han incorporado un
estudio del Holocausto en sus cursos y disciplinas están los siguientes 1:
Al final de la década del 50 del siglo XX aparece publicado el Diario de Ana Frank, texto
que ofrece la posibilidad de que los lectores se identifiquen rápidamente con lo que le
sucedió a la pequeña alemana. Cuando se enseña un acontecimiento como la Shoá es
recomendable personificar a las víctimas, que los estudiantes reconozcan un nombre,
un rostro, una familia, un hogar: ponerle nombre a la historia. Esto es, ir de lo
particular a lo general.
El eje cronológico que debe respetarse es el del antes- el durante y el después. Los
judíos no nacieron víctimas del nazismo, eran sujetos libres, que aportaron al mundo
occidental. Entonces, en un primer momento, deberían plantearse preguntas sobre:
1
Material de trabajo Museo del Holocausto, Bs.As.
a- La vida previa a la persecución, encierro y destrucción; a qué se dedicaban,
dónde estudiaban.
b- Cómo vivieron durante la persecución y el encierro: cómo vivieron en un
mundo caótico donde decidir rápidamente era sobrevivir. Cómo se mantenían
los lazos sociales: las escuelas y los templos en los ghettos. La ayuda de grupos
no judíos.
c- Cómo volver a empezar después de la guerra.
El siglo XX fue testigo de una experiencia genocida atroz sin precedentes en la historia
de la humanidad: el Holocausto o Shoá.
Shoá y Holocausto son los términos utilizados para definir la destrucción sistemática
del judaísmo europeo y el asesinato de seis millones de judíos a manos de los nazis
durante la Segunda Guerra Mundial.
Dimensionar esta cantidad de víctimas cuesta, es un reto para el entendimiento; por
ello se debe tomar conciencia que detrás de estos números hay personas- familias con
padres, abuelos, hijos-, con relatos de una vida.
Los relatos en primera persona y la literatura surgida de las “memorias” ponen énfasis
en las caras, los nombres y la vida diaria de las víctimas, y así nos proporcionan un
modo de dar significado a los números colectivos.
Entre estos testimonios se encuentran los de Ana Frank- registrado en su Diario-, el de
el escritor italiano Primo Levi, los de los sobrevivientes que dan cuenta del coraje, el
sufrimiento, el mal, pero también la bondad y la solidaridad en los ghettos y en los
Lager (campos).
Los testimonios, las memorias constituyen un mensaje que cada víctima, cada
sobreviviente, lega a las generaciones venideras para perpetuar la memoria y mantener
viva la conciencia de la barbarie de este genocidio.