Derecho

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LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD CONYUGAL Y SOCIEDAD PATRIMONIAL

LIZETH PAOLA PARRA LUNA

PRESENTADO A:
MITCHELL VILLABONA

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO
BARRANCABERMEJA
2019
INTRODUCCIÓN

La sociedad conyugal es una figura jurídica del régimen patrimonial del derecho en Colombia, que
se encuentra constituida por la unión matrimonial de dos personas y está reglamentada por el
Código Civil, en el artículo 180 y a partir del artículo 1781 y subsiguientes, en los cuales se señalan
disposiciones generales sobre la constitución y características de dicha sociedad.

Hablar de sociedad conyugal es, simplemente, hablar de una de las formas como puede
presentarse dentro del matrimonio el régimen patrimonial definido como el "estatuto que rige las
relaciones pecuniarias de los cónyuges entre sí y con respecto de terceros, y los derechos que ha
de corresponderles al disolverse la sociedad conyugal".

A continuación, explicaremos las formas o maneras de liquidar de la sociedad conyugal y


patrimonial.
Liquidación de la sociedad Conyugal

Activos

Pasivos

Distribucion del
Patrimonio

Estado de perdidas o
Ganancias

Liquidacion de la
Patrimonio
sociedad conyugal

Activos Brutos, menos


los pasivos

Activo liquido de la Inventario de Bienes Y


sociedad Avaluos

1. Noción:

La liquidación de la sociedad conyugal es el conjunto de actividades guiadas a la distribución del


patrimonio que hace parte del haber de la sociedad conyugal.

Una vez se disuelva la sociedad conyugal, debe procederse a su liquidación, como manda el artículo
1° de la ley 28 de 1932, deduciéndose de la masa social o de lo que cada cónyuge administre
separadamente, el pasivo respectivo. Los activos líquidos restantes, señala el artículo 4° de la ley,
se sumarán y dividirán conforme al Código Civil, previas las compensaciones y deducciones de que
tal obra trata. Liquidar la sociedad conyugal significa determinar su activo, su pasivo, y los
gananciales (50% a que cada cónyuge tiene derecho). El acto se completa, luego de las
distribuciones correspondientes, con las adjudicaciones de bienes que paguen el pasivo y los
gananciales.
2. Causales
Para la liquidación de la sociedad patrimonial, los compañeros no requieren alegar ningún tipo de
causal de divorcio, ya que como se ha indicado, las mismas sólo hacen parte del divorcio en la
institución del matrimonio.
Por el contrario, si se toma la decisión de dejar de convivir con el otro compañero, con el cual se
tiene una unión marital de hecho, lo único que usted debe saber es que cuenta con el término de un
año a partir de la separación y/o no convivencia, para reclamar los derechos que se hubieren causado
a su favor con respecto a los bienes y patrimonio en general que se adquirió durante la sociedad.
Con respecto a las deudas o pasivo de la sociedad patrimonial, será una situación que también hará
parte de la liquidación, por lo cual, si se encuentra en proceso de separación con su compañero o ya
han establecido un acuerdo en la repartición.
En la sociedad conyugal, con la sentencia que decreta el divorcio, queda disuelto el vínculo en el
matrimonio civil y cesan los efectos civiles del matrimonio religioso. Así mismo, se disuelve la
sociedad conyugal, pero subsisten los deberes y derechos de las partes respecto de los hijos
comunes.

3. Formas Y Competencia

Existe liquidación judicial de la sociedad conyugal, que puede tener lugar en el proceso de sucesión
o en un proceso de liquidación independiente. Igualmente, puede la liquidación efectuarse en el
trámite notarial de liquidación de la herencia o por escritura pública (ley la de 1976, art. 25). No existe
liquidación parcial.

- Liquidación por mutuo acuerdo de los Cónyuges


Se Autoriza la disolución de la sociedad Conyugal por mutuo acuerdo elevado a escritura pública.
Activos Y pasivos
- Distribución del patrimonio social de los Cónyuges
- Presunción de pertenencia de bienes en poder los cónyuges
- Presunción de expensas erogadas por la sociedad
- Determinación del Activo liquido de la sociedad
- Determinación de Recompensas
- Liquidación por causa de muerte de un cónyuge
- Liquidación de la sociedad Conyugal por causa distinta de la muerte a uno de los
cónyuges: los cónyuges pueden pedir la liquidación de la sociedad conyugal disuelta a la causa
de la sentencia civil.
Acciones Para La Obtención De La Disolución Y Liquidación De La Sociedad Patrimonial en
la Unión marital de Hecho.

Prescriben a un año a partir de:

a. La separación física y definitiva de los compañeros permanentes


b. Del matrimonio con terceros
c. Por la muerte de uno o ambos compañeros permanentes (Articulo 8, de la ley 54 de 1990)

Cuando se producen las anteriores causales comienza a contarse el termino de un año para
presentar la demanda y se logra su admisión y notificación en los plazos legales, sin perjuicio de
emplear formas alternativas de solución de conflictos (Sentencia C-257 de 20015)

4. Porción Conyugal

La porción conyugal es una asignación forzosa que da derecho al cónyuge sobreviviente “pobre”
para reclamar legítimamente en la sucesión del premuerto, sea esta testada o intestada, una parte
de los activos que conforman la masa sucesoral con los que se pretende garantizar una subsistencia
digna, teniendo como parámetro de determinación tanto su riqueza como la del causante.

Es la segunda de las asignaciones forzosas contempladas por el artículo 1226 del Código Civil. Está
definida como tal en el artículo 1230, según el cual “La porción conyugal es aquella parte del
patrimonio de una persona difunta que la ley asigna al cónyuge sobreviviente que carece de lo
necesario para su congrua subsistencia”.

5. Gananciales
Los gananciales son los bienes del haber social, pero también son el derecho universal, de los
cónyuges, en la sociedad conyugal que, liquidado en forma legal, debe ser pagado con aquellos
bienes.
Puede ocurrir, entonces, que el cónyuge no quiera ese derecho. De acuerdo con la ley, podrá
renunciarlo. Anteriormente, se concedía esa posibilidad solo a la mujer, para que se pudiera liberar
de responsabilidad por la administración del marido. Al cesar su incapacidad, con la ley 28 de 1932
y autorizada para administrar ella igualmente, el derecho a la renuncia no tiene ese propósito y,
además, existe para ambos cónyuges.
A tenor del artículo 61 del decreto 2820 de 1974, que subrogó al artículo 1775 del Código Civil,
"Cualquiera de los cónyuges, siempre que sea capaz, podrá renunciar a los gananciales que resulten
a la disolución de la sociedad conyugal, sin perjuicio de terceros".
Por su parte, el artículo 64 de ese decreto, que reemplazó al artículo 1837 del Código Civil dispuso
que "Los cónyuges incapaces y sus herederos en el mismo caso, solo podrán renunciar a los
gananciales con autorización judicial".
Confírmese así que los gananciales son un derecho que mira exclusivamente al interés del cónyuge,
o sea, que su naturaleza no es la del orden público. Pero de ahí no se sigue que puedan afectarse
derechos de terceros, como los acreedores, razón por la cual prescribe el artículo 1775 que la
renuncia no será en perjuicio de ellos. Mas el acto no es inoponible o ineficaz, sino que no envuelve
despojo de la responsabilidad por el pasivo social. Si la renuncia es fraudulenta, los acreedores
pueden promover las acciones correspondientes (la pauliana, por ejemplo) para la defensa de sus
intereses.
La renuncia de gananciales es, pues, procedente. Requiere que el renunciante sea capaz. De no
seda, deberá obtener autorización judicial, cuya ausencia vicia el acto de nulidad relativa.

a. Cuando Se Puede Renunciar A Los Gananciales


En realidad, la facultad prevista en el artículo 61 del decreto 2820 de 1974 es de carácter general y
no se limita, como piensa la doctrina nacional, a la posibilidad de ejercitada apenas en las
capitulaciones matrimoniales, para el caso contemplado por esa norma. De acuerdo con esa
doctrina, la renuncia es procedente en dos oportunidades: antes de la celebración del matrimonio o
disuelta la sociedad conyugal. Y el primer supuesto parece fundarse en que el artículo citado del
decreto de 1974, quedó dentro del régimen de las capitulaciones matrimoniales. Esta interpretación
no puede tenerse por correcta.

b. Naturaleza Jurídica De La Renuncia A Gananciales


La renuncia a gananciales es un acto jurídico unilateral, irrevocable, pero que puede anularse o
rescindirse, si hubo engaño que indujo a renunciar o error justificable acerca del verdadero estado
de los negocios sociales. Así lo dispone el artículo 1838 del Código Civil, que establece que la acción
rescisoria prescribe en cuatro años desde la disolución de la sociedad conyugal, lo que no es de
recibo, porque puede ser que ella haya permanecido ilíquida más tiempo y no se haya renunciado
aún a los gananciales. Por lo que el término, como es razonable, debe calcularse a partir del acto de
renuncia, aunque se haya omitido su registro. Quedaría por examinar si el artículo 1838 citado es
excluyente de otras causas de nulidad, como la fuerza. Es claro que si hay incapacidad, como se ha
de tener aprobación del juez para la renuncia, si se procede sin esa autorización, habrá nulidad, que
podrá demandarse como prevé el artículo 1750 del Código, es decir, desde cuando cesa la
incapacidad. Y no se ve por qué fuera válida una renuncia obtenida como fruto de la violencia, por lo
cual del mismo modo es aplicable el dicho artículo 1750, para computar los cuatro años desde
cuando ella desaparece. El carácter de unilateral de la renuncia no se pierde en los casos de las
renuncias recíprocas que suelen hacer los cónyuges.

c. La Renuncia A Gananciales Es Un Acto Solemne


No parece un error afirmar que la renuncia es solemne. Primero, si se consigna en las capitulaciones
matrimoniales, porque estas deben constar en escritura pública (o privada). Segundo, porque si se
hace disuelta la sociedad conyugal, debe entenderse que es una forma de liquidarla, puesto que al
renunciar al derecho a los gananciales se evitan adjudicaciones de bienes y, como es sabido, la
liquidación ha de constar en escritura pública, si se hace de común acuerdo; o en la actuación judicial,
cuando de ella se trate o notarial si es en el trámite conjunto de liquidación notarial de la herencia,
En todos estos casos habrá una manifestación ante el juez o el notario, que será escrita .

d. Clases De Renuncia A Gananciales


Ha discutido la doctrina, en la práctica, si la renuncia de gananciales, posterior a la disolución de la
sociedad conyugal, puede ser genérica, sin especificación de los bienes y doble o recíproca (es
frecuente que cada cónyuge, al partir, quiera quedar con los bienes que estaban a su nombre, y que
ambos se sientan en equilibrio con una liquidación de ese modo). La solución suele inclinarse por la
afirmativa, aduciéndose que la renuncia puede no vincular ningún bien en concreto, porque su objeto
es el derecho de gananciales y no los muebles o inmuebles que hayan de ser partidos. Lo cual es
cierto, en principio. Empero, tratándose de bienes sometidos a registro, si este cumple función
traslativa, para que por la renuncia se consoliden como propios, deberá registrarse [210] el acto que
contenga la renuncia (la escritura o providencia judicial respectiva que la apruebe) y para este efecto
deberán citarse e identificarse aquellos.
Considera la Corte Suprema de Justicia, en sentencia de 4 de marzo de 1996, que para la renuncia
a los gananciales "no se requiere la preexistencia de inventarios y avalúo s de bienes y deudas, y
mucho menos de partición, porque, además de no exigido la ley, resultaría absolutamente imposible
e inútil en el campo jurídico: lo primero, porque si la ley permite la renuncia de gananciales por parte
de los cónyuges, tanto mujer como varón, desde el mismo momento en que nace el derecho, esto
es, desde la perfección de la disolución social (C. c., arts. 1837 y 15), cuando aún material y
jurídicamente no se ha hecho el inventario y partición, que necesariamente ha de ser posterior (c. C.,
arto 1821), lógicamente se desprende la imposibilidad jurídica de exigir que esto último constituya un
requisito para que los cónyuges puedan renunciar a los gananciales. Lo segundo, porque si el objeto
de la disposición mediante el negocio de renuncia es el derecho a los gananciales que, por su
naturaleza universal se refiere a una masa indivisa y abstracta de la sociedad de gananciales, porque
no se recae en forma individual y concreta sobre cada uno de los bienes, se concluye que así como
para que existan los gananciales no solo resulta innecesario el inventario de avalúo y la partición, de
la misma manera igualmente sería inútil e impertinente tal exigencia para la disposición de dichos
derechos mediante la renuncia, tal como ocurre igualmente con la repudiación de los derechos
hereditarios (C. C., arts. 1832 y 1282)".
Ha de relevarse que, en cualquier caso, la renuncia a gananciales debe registrarse en el registro del
estado civil.
Tema igualmente de debate ha sido el de que es viable la renuncia a los gananciales que resultan
de la administración del otro cónyuge y no de los que se originan en la administración del renunciante.
Se llega a decir, inclusive, que, en la última hipótesis, hay donación • Pero no puede aceptarse esta
apreciación, porque el concepto de gananciales alude, como se ha dicho, a los bienes mismos del
activo social y al derecho del cónyuge y no a las utilidades, aprovechamientos o rendimientos
considerados aisladamente. Cuando el cónyuge renuncia, es a su derecho a participar en la
universalidad y, en consecuencia, la totalidad de los bienes queda a disposición del cónyuge que no
renunció, que los recibe no a título de donación sino por virtud de la disolución de la sociedad
conyugal. Cuando se produce la disolución, el cónyuge no se torna propietario de bienes. En cambio,
nace ahí su derecho de aceptar o repudiar los gananciales, como acontece con la sucesión.
En lo que respecta al objeto de la renuncia, ha de insistirse que lo constituye el derecho del cónyuge
a gananciales y no a ningún bien social en concreto. Pero, además, el artículo 1840 del Código Civil,
que rige para ambos cónyuges, dispone que quien renuncia conserva derechos y obligaciones en
recompensas e indemnizaciones. Lo cual significa que la renuncia no las cobija. En tal caso, la
renuncia sí sería donación.

e. La Renuncia A Gananciales Y La Protección De Terceros


Corno antes se ha expuesto, el artículo 61 del decreto 2820 de 1974, que modificó el artículo 1775
del Código Civil, consagró que cualquiera de los cónyuges, siendo capaz, puede renunciar a los
gananciales que resulten a la disolución de la sociedad conyugal, sin perjuicio de terceros. Entre
esos terceros se pueden contar los acreedores del cónyuge que renuncia a los gananciales. Pero
son terceros también sus legitimarios.

f. Doctrina De La Corte Suprema De Justicia Sobre La Protección A Terceros En La


Renuncia A Gananciales
En sentencia de 30 de enero de 2006, dijo la Corte Suprema de Justicia, después de repasar que en
la historia legal colombiana la renuncia a gananciales fue primeramente un derecho exclusivo de la
mujer, sin limitación, transformado a favor de ambos cónyuges y con limitación en 1974, que" se
renuncia válidamente a los gananciales porque así lo autoriza la ley, en el bien entendido que se
trata en verdad de un interés de carácter particular e individual. Y si no daña a terceros, el cónyuge
obrará a su voluntad, porque entonces el imperio de la autonomía de la voluntad es pleno. Si, por
caso, no tiene acreedores, ni otros terceros a quienes pueda perjudicar, conducirá sus designios muy
a su sabor". De acuerdo con la providencia, si bien es cierto que los causahabientes son
continuadores del patrimonio del causante, debe advertirse que ello es así cuando el heredero recibe
cosas del de cujus, esto es, que este le ha transmitido por causa de muerte. Pues, en circunstancias
diversas, es tercero.
Expresó entonces la Corte: " ... hay derechos que surgen de la condición misma de heredero y que,
por ende, el causante no ha podido transmitirle. Tal el derecho que él tiene a ciertas asignaciones
forzosas. Si un contrato celebrado por su causante -por caso el de donación- hiere su derecho,
velando por su interés propio estará tentado a hostigar la eficacia y el alcance de convención
semejante. En tal caso no habla en el puesto del causante; habla para sí propio".
La providencia mencionada fue pronunciada en un proceso en el cual una hija extramatrimonial
reclamó, exitosamente, por la renuncia de gananciales que había hecho su padre, recíproca con la
cónyuge de este, un año y medio antes del fallecimiento del renunciante, considerándose además
que la sociedad conyugal estaba integrada por un importante patrimonio que había sido formado y
conservado durante 35 años. Concluyó la Corporación que el acto de renuncia que perjudique al
legitimario le es inoponible, por no ser un acto plurivoluntario que pudiera catalogarse como
donación.
g. Recapitulación Sobre La Renuncia A Los Gananciales
Como síntesis de lo expuesto, conviene recapitular brevemente:
a) La renuncia a gananciales es posible en la legislación colombiana, como facultad general otorgada
a los esposos antes de contraer el matrimonio o a los cónyuges después de celebrado;
b) Se renuncia es el derecho universal a los gananciales y no a ningún bien específico.
c) La renuncia es un acto jurídico, irrevocable pero rescindible por falta de autorización judicial si se
debía obtener o por vicios del consentimiento.
d) Es un acto solemne. Hay quien cree que es consensual en el caso de la que se perfecciona
después de disuelta la sociedad conyugal.
e) La renuncia puede ser unilateral o bilateral y debe registrarse.
f) Con la renuncia no se puede perjudicar a terceros, que pueden ser acree¬dores o legitimarios de
uno de los cónyuges.

6. Caso De Estudio

Carlos y Amalia contraen matrimonio católico el 7 de febrero de 1985, al momento de casarse Carlos
tiene un vehículo Dodge, que vale $ 3.000.000 y Amalia es propietaria de un apartamento que vale
$15.000.000.

Durante la sociedad conyugal, adquieren los siguientes bienes:


a) Carlos vende el automóvil que tenía y consigue otro, marca Fiat;
b) Amalia vende su apartamento por $ 20.000.000, en la escritura dice subrogar, compra otro
apartamento por [205] S 30.000.000 Y en la escritura de compra dice subrogar;
c) se compra a nombre de los dos una finca y para adquirirla se toma un préstamo en el banco;
d) Carlos hereda un ganado, por la suma de $ 2.500.000.

El matrimonio de Carlos y Amalia se anula el 30 de abril de 2003. En esta fecha, la deuda con el banco
asciende a $ 12.000.000. El ganado existe y vale $ 4.000.000. La finca y el vehículo Fiat todavía hacen
parte del patrimonio conyugal y valen $ 80.000.000
$ 8 .000.000 respectivamente.

Para efectuar la liquidación deben hacerse los siguientes análisis:

1) De los bienes que Carlos y Amalia tienen cuando contraen matrimonio católico el 7 de febrero de
1985: el vehículo, por $ 3.000.000, ingresa al haber relativo de la sociedad conyugal y genera
recompensa por el valor indicado; el apartamento de Amalia, que entonces vale $ 15.000.000, es
propio o exclusivo de ella.
2) De los negocios sucedidos durante la sociedad conyugal:
a) el vehículo Dodge que figuraba a nombre de Carlos era de la sociedad conyugal y también lo es el
Fiat que se compra;
b) en cuanto a la venta del apartamento de Amalia y a la subrogación, se cumplen los requisitos
legales y el nuevo apartamento no es de la sociedad conyugal, aunque se haya adquirido a título
oneroso. El apartamento inicial era de ella y lo vende en $ 20 millones; los otros 10 millones la toma
de la sociedad conyugal. La diferencia entre el precio del nuevo apartamento y el del viejo son $
10.000.000, pero esa diferencia es menor que la mitad del precio del nuevo apartamento (como el
nuevo vale $ 30.000.000, la mitad es $ 15.000.000, Y esto es mayor que aquella diferencia o saldo),
luego según el Código Civil, artículo 1790, inciso tercero, sí hay subrogación. Esos diez millones los
debe Amalia a la sociedad conyugal;
c) la finca comprada es social y la deuda para adquirirla es igualmente un pasivo o deuda social; d) el
ganado heredado es haber relativo y la sociedad conyugal debe recompensa por la suma de
$ 2.500.000, o sea el valor de la herencia (ganado).

3) Inventario a la fecha de la disolución de la sociedad conyugal (abril 30 de 2003):

Fiat. $ 8.000.000
Finca..................................................................... $ 80.000.000
Ganado $ 4.000.000
Recompensa a cargo de Amalia $ 10.000.000
Total, activo bruto $ 102.000.000
Recompensas a cargo de la sociedad conyugal: se le deben a Carlos, por el vehículo inicial
$3.000.000; Y por el ganado, $ 2.500.000, para un total a cargo de la sociedad conyugal, por
$5.500.000. [206]

Estas recompensas se restan del activo bruto, que quedaría en $ 96.500.000.

Pasivo social. $ 12.000.000


Activo líquido social $ 84.500.000

Este activo líquido social se divide por dos y cada mitad son los gananciales. Por tanto, los gananciales
de Carlos (y de Amalia) valen $ 42.250.000.

Al liquidar la sociedad conyugal, se adjudican las recompensas a favor de Carlos, la deuda social (por
mitades o como convengan) y los gananciales. Las adjudicaciones se hacen con bienes del activo
bruto. Se adjudica por el pasivo porque la sociedad conyugal se extingue y quien va a pagar es el (los)
cónyuges. Luego la sociedad entrega bienes en razón de ese pago.

Un modelo de adjudicación sería en este caso:

a) Recompensa para Carlos por $ 5.500.000: se le puede entregar el ganado (que vale $ 4.000.000)
Y darle $ 1.500.000 en el Fiat (que vale ocho millones, luego de este queda por adjudicar un monto
de $ 6.500.000).
b) Pasivo para Carlos: la mitad de $ 12.000.000. Se le puede entregar $ 6.000.000 en el Fiat; pasivo
para Amalia: $ 6.000.000 que se le pueden adjudicar con cruce con la recompensa que ella debe a la
sociedad conyugal. Luego de esa recompensa resta $ 4.000.000.
c) Gananciales para Carlos: valen $ 42.250.000. Se le pagan $ 500.000 que faltan del Fiat (así queda
totalmente adjudicado) y el resto $ 41.750.000 en la finca.
d) Gananciales para Amalia: por $ 42.250.000; se le pagan $ 4.000.000 con el saldo de la recompensa
que ella debe. Y $ 38.250.000 en la finca.
Recuérdese que por el pasivo social son responsables los cónyuges, frente a los acreedores. Claro
está que entre ellos puede haber convenio sobre la cancelación de las deudas. Si la liquidación la
efectúan por escritura pública, según lo enseñado antes, serán responsables solidariamente por las
obligaciones contraídas antes del registro del respectivo instrumento.

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