Selección de Población y Sujetos de Investigación

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Selección de población y sujetos de investigación

Unidad de análisis y unidad de trabajo.

En un estudio cualitativo, las decisiones respecto al muestreo reflejan


las premisas del investigador acerca de lo que constituye una base de
datos creíble, confiable y válida para abordar el planteamiento del problema.
Roberto Hernández-Sampieri

En el proceso cualitativo, grupo de personas, eventos, sucesos,


comunidades, etc., sobre el cual se habrán de recolectar los datos, sin que
necesariamente sea estadísticamente representativo del universo o
población que se estudia.
Las primeras acciones para elegir la muestra ocurren desde el
planteamiento mismo y cuando seleccionamos el contexto, en el cual
esperamos encontrar los casos que nos interesan. En las investigaciones
cualitativas nos preguntamos qué casos nos interesan inicialmente y dónde
podemos encontrarlos.
En los estudios cualitativos el tamaño de muestra no es importante desde
una perspectiva probabilística, pues el interés del investigador no es
generalizar los resultados de su estudio a una población más amplia. Lo que
se busca en la indagación cualitativa es profundidad. Nos conciernen casos
o unidades (participantes, organizaciones, manifestaciones humanas,
eventos, animales, hechos, etc.) que nos ayuden a entender el fenómeno de
estudio y a responder a las preguntas de investigación. El muestreo
adecuado tiene una importancia crucial en la investigación, y la
investigación cualitativa no es una excepción (Barbour, 2007). Por esta
razón es necesario reflexionar sobre cuál es la estrategia de muestreo más
pertinente para lograr los objetivos de investigación, tomando en cuenta
criterios de rigor, estratégicos, éticos y pragmáticos, como se explicará a
continuación.
Por lo general son tres los factores que intervienen para “determinar” o
sugerir el número de casos:
1. Capacidad operativa de recolección y análisis (el número de casos que
podemos manejar de manera realista y de acuerdo con los recursos que
tenemos).
2. El entendimiento del fenómeno (el número de casos que nos permitan
responder a las preguntas de investigación, que más adelante se
denominará “saturación de categorías”).
3. La naturaleza del fenómeno en análisis (si los casos o unidades son
frecuentes y accesibles o no, si recolectar la información correspondiente
lleva poco o mucho tiempo).
Material tomado de: Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P.
(2014). Metodología de la investigación: (6a. ed. --.). México D.F.: McGraw-Hill.

La muestra de participantes voluntarios


En ciencias sociales y médicas son frecuentes las muestras de voluntarios.
Por ejemplo los individuos que voluntariamente acceden a participar en un
estudio que profundiza en las experiencias de cierta terapia; otro caso sería
el del investigador que realiza un trabajo sobre las motivaciones de los
pandilleros de un barrio de Madrid e invita a quienes quieran a una entrevista
abierta. En estos casos, la elección de los participantes depende de
circunstancias muy variadas. A esta clase de muestra también se le puede
llamar autoseleccionada, ya que las personas se proponen como
participantes en el estudio o responden a una invitación (Battaglia, 2008).
La muestra de expertos
En ciertos estudios es necesaria la opinión de expertos en un tema. Estas
muestras son frecuentes en estudios cualitativos. Por ejemplo, en un estudio
sobre el perfil de la mujer periodista en México (Barrera et al., 1989) se
recurrió a una muestra de 227 mujeres periodistas, pues se consideró que
eran las participantes idóneas para hablar de contratación, sueldos y
desempeño de tal ocupación.
La muestra de casos tipo
También se utiliza una muestra de casos tipo cualitativo, en el que el objetivo
es la riqueza, profundidad y calidad de la información, no la cantidad ni la
estandarización. En estudios con perspectiva fenomenológica, en los que el
objetivo es analizar los valores, experiencias y significados de un grupo
social, es frecuente el uso de muestras tanto de expertos como de casos tipo.
Por ejemplo, pensemos en los trabajos de Howard Becker (El músico de jazz,
1951, y Los muchachos de blanco, 1961) que se basan en grupos de músicos
de jazz y característicos estudiantes de medicina, para adentrarse en el
análisis de los patrones de identificación y socialización de estas dos
profesiones: la de músico y la de médico. En su estudio, Khadka et al. (2012)
formaron una muestra de casos tipo con 81 niños y jóvenes de ambos
géneros (seis a 18 años), con y sin discapacidad visual, de zonas rurales y
urbanas, a los que agruparon por edad en 13 categorías (cada una
representó un grupo de enfoque).
Los estudios motivacionales que se hacen para el análisis de las
experiencias de cierto tipo de consumidores con respecto a un producto
también utilizan estas muestras (por ejemplo, ejecutivos de alto nivel
socioeconómico que han comprado determinada marca de automóvil de
lujo).
Creswell (2013b), Hektner (2010), Henderson (2009) y Miles y Huberman
(1994), remiten a otras muestras no probabilísticas que, además de las ya
señaladas, suelen utilizarse en estudios cualitativos. Las repasaremos
brevemente a continuación:

Muestras diversas o de máxima variación


Estas muestras son utilizadas cuando se busca mostrar distintas
perspectivas y representar la complejidad del fenómeno estudiado, o bien
documentar la diversidad para localizar diferencias y coincidencias,
patrones y particularidades. Imaginemos a un médico que evalúa a enfermos
con distintos tipos de lupus; a un psiquiatra que considera desde pacientes
muy deprimidos hasta individuos con depresión leve.

Muestras homogéneas
Al contrario de las muestras diversas, en las muestras homogéneas las
unidades que se van a seleccionar poseen un mismo perfil o características,
o bien comparten rasgos similares. Su propósito es centrarse en el tema por
investigar o resaltar situaciones, procesos o episodios en un grupo social.

Muestras en cadena o por redes (“bola de nieve”)


En este caso, se identifican participantes clave y se agregan a la muestra, se
les pregunta si conocen a otras personas que puedan proporcionar más
datos o ampliar la información (Morgan, 2008), y una vez contactados, los
incluimos también. La investigación sobre la guerra cristera operó en parte
con una muestra en cadena (los sobrevivientes recomendaban a otros
individuos de la misma comunidad).

Muestras de casos extremos


Estas muestras son útiles cuando nos interesa evaluar características,
grupos o situaciones alejadas de la “normalidad” o de prototipos (variación
inusual en el fenómeno o problema bajo estudio) (Creswell, 2013a y
Jahnukainen, 2009). Imaginemos que queremos estudiar a personas
sumamente violentas. Podríamos seleccionar una muestra de pandilleros; de
igual forma, si tratamos de evaluar métodos de enseñanza para estudiantes
muy problemáticos, elegimos a aquellos que han sido expulsados varias
veces. Mertens (2010) señala que el análisis de casos extremos nos ayuda,
paradójicamente, a entender lo ordinario.
Este tipo de muestras se utiliza para estudiar etnias muy distintas al común
de la población de un país, también para profundizar el análisis de
comportamientos terroristas y procesos com plejos que solamente dominan
unos cuantos expertos. A veces se seleccionan casos extremos opuestos
con fines comparativos (por ejemplo, escuelas donde la violencia estudiantil
es elevada y escuelas sumamente tranquilas; edificios sólidos que han
resistido temblores u otros fenómenos naturales y estructuras que se han
colapsado).

Muestras por oportunidad


Se trata de casos que de manera fortuita se presentan ante el investigador
justo cuando los necesita. O bien, individuos que requerimos y que se reúnen
por algún motivo ajeno a la investigación, lo que nos proporciona una
oportunidad extraordinaria para reclutarlos. Por ejemplo, una convención
nacional de alcohólicos anónimos, justo cuando conducimos un estudio
sobre las consecuencias del alcoholismo en la familia.

Muestras teóricas o conceptuales


Cuando el investigador necesita entender un concepto o teoría, puede
muestrear casos que le sirvan para este fin. Es decir, se eligen las unidades
porque poseen uno o varios atributos que contribuyen a formular la teoría
(Draucker, Martsolf, Ross y Rusk, 2007). Supongamos que quiero probar una
teoría microeconómica sobre la quiebra de ciertas aerolíneas. Obviamente,
selecciono empresas de esta clase que han pasado por una quiebra. Si
quiero evaluar los factores que hacen que un hombre sea capaz de violar a
una mujer, puedo obtener la muestra en cárceles donde se encuentren
recluidos criminales violadores. Otro ejemplo característico serían los
detectives, cuando seleccionan a sospechosos que encajan en sus “teorías”
sobre el asesino.

Muestras por conveniencia


Estas muestras están formadas por los casos disponibles a los cuales
tenemos acceso (Battaglia, 2008a). Tal fue la situación de Rizzo (2004), quien
no pudo ingresar a varias empresas para efectuar entrevistas a profundidad
en niveles gerenciales, acerca de los factores que conforman el clima
organizacional, y entonces decidió entrevistar a compañeros que junto con
ella cursaban un posgrado en desarrollo humano y eran directivos de
diferentes organizaciones.
Un último comentario: en todo el proceso de investigación, en la elección de
las unidades o casos y de la muestra, se debe tener en cuenta el
planteamiento del problema, el cual constituye el elemento central que guía
todo el proceso, pero tales acciones pueden hacer que el planteamiento se
modifique de acuerdo con la “realidad del estudio” (construida por el
investigador, la situación, los participantes y las interacciones entre el
primero y estos últimos). El planteamiento siempre estará sujeto a revisión y
cambios.

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