1 Ensayo Momentos de Crisis

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Colegio Bíblico Apostólico Internacional

Materia: Teologia Pastoral


Facilitador: Antonio Flores Rubio
Alumno: Emmanuel Ochoa Vargas
4to Año

Cajititlan, Jal. 09 de Marzo del 2019

TEOLOGIA PASTORAL PARA MOMENTOS DE CRISIS

Introducción
La psicología y sus representantes constantemente han rechazado toda

autoridad bíblica y todo principio cristiano; estos ciertamente han declarado que

los ministros pastorales deberían permanecer fuera del campo de juego de la

psicoterapia, Sigmund Freud fue uno de los principales enemigos de la sanidad

espiritual cristiana; para él la religión era una “neurosis obsesiva universal”, este

tipo de pensamiento compartía él con todos sus principales seguidores. Muchos

pastores y ministros se han entregado a la idea de que en todo caso de crisis o

necesidades psicológicas, el psiquiatra o psicólogo debe ser quien inicia y dirige el

tratamiento.

Esta falta de compromiso en los ministros es por causa de la gran falta de

conocimiento bíblico, porque ciertamente las Escrituras son el único medio de

confianza al cual podemos acudir para solución de nuestros problemas

espirituales en situaciones de crisis, (Sal. 119:9,24,98-100; 2Tim 3:16-17)

La Escritura debe ser para nosotros nuestra guía suficiente, superior y

absoluta; porque no debemos creer solo una parte de la Escritura, o creemos en

su totalidad como Palabra de Dios o nos dejamos influenciar por todo tipo de

pensamientos mundanos; para nosotros la Biblia es la única fuente de sabiduría y

el instrumento mediante el cual nuestra alma y espíritu se puede restaurar y guiar.

Manejo de las Situaciones de Crisis y momentos Difíciles

Es necesario que haya un compromiso y una relación completa con la

persona en cris, no debemos tratar y enfocarnos solo en el problema sino que


debemos tratar a la persona completa; se debe desarrollar una identificación con

ella por medio de la piedad, el respeto y la sinceridad.

La identificación es establecida cuando la persona se da cuenta que nos

interesamos con ella sinceramente; así como nuestro Señor Jesús lo hizo, sentía y

tenía el cuidado de las personas, se identificaba con ellas y sentía el mismo dolor

que ellas sentían; Pablo también lo hizo, se identificaba al grado de sentir lo

mismo que ellos, él se disponía así como el Señor a entregar su propia vida por

ellos 2Tes 2:7-8 y señalaba también sus propios defectos.

Pero nos preguntamos ¿cómo desarrollar esta conexión con las personas

en crisis?; debemos tomar su lugar, mirando sus problemas como si fueran los

nuestros y escuchar todo aquellos que ellos nos quieran expresar; tomando el

lugar de la persona en crisis es donde el proceso comienza; hasta que le

demostramos nuestra compasión mediante la identificación personal de su dolor o

crisis. Debemos tratarlos como lo que son para nosotros nuestra propia familia,

verlos como nuestros padres o como nuestras madres, como nuestros propios

hermanos y hermanas; y darnos cuenta de nuestros propios errores y debilidades,

ser conscientes que no estamos exentos, y que nosotros también podemos caer

como cualquiera en estas situaciones de crisis. También debemos de

preguntarnos si nosotros realmente estamos ayudando, preguntándonos si

realmente estamos mostrando piedad hacia la persona, si realmente nos preocupa

la persona y si realmente hemos tomado su lugar; es necesario autoevalúanos de

manera periódica, cuando estamos realizando consejería en situaciones de crisis.


Nuestro deber como cristianos es mostrar respeto hacia las personas en

crisis para así poder establecer un vínculo entre la persona y nosotros (Fil 2:3),

debemos utilizar una respetable comunicación oral (Prov. 16:21,24), y esta

comunicación respetuosa debe ir acompañada de obras acordes a nuestras

palabras, es necesario tomar seriamente los problemas de la persona y no

minimizarlos, darles nuestra confianza y demostrárselo, para que ellos puedan

acercarse sin temor de ser juzgados; una de las características que debemos

tener para poder obtener la confianza de las personas es; ser su confidente, ya

que así la persona se sentirá más segura a la hora de acercarse o que nosotros

nos acerquemos; y ellos nos expongan lo que realmente sienten.

Solo la sinceridad de nosotros hacia las personas harán que las personas

tengan la suficiente confianza de abrirse con nosotros; debemos también ser

sinceros en cuanto a nuestras propias debilidades y nuestras propias luchas (1Co

2:1-3); no debemos pretender ser alguien que realmente no somos; debemos ser

sinceros con nuestras limitaciones como consejeros, así como Pablo lo reconocía

(2Co 12:20), es de gran importancia que nuestro papel en estas situaciones

difíciles este cobijado en la comunión con Dios, y en una sincera piedad hacia la

persona, un verdadero respeto hacia Dios y a ellos; y un corazón verdaderamente

sincero de nosotros mismos.

Infundiendo Esperanza
Un cambio no se puede producir en una persona que está pasando por una

situación de crisis si no hay esperanza; si deseamos ayudarles debemos estar

seguros que la esperanza debe estar operando en nuestro aconsejar.

La esperanza produce un gozo que permanece aún en medio de

situaciones difíciles (Prov. 10:28; Rom. 5:2-3,12:12; 1Tes 4:13); produce

perseverancia (Rom 8:24-25); produce confianza (2Co 3:12; Fil 1:20); produce

estabilidad (Heb 6:19); produce una íntima comunión con Dios (Heb 7:19) y

produce pureza personal (1Jn 3:3).

Es importante entender la diferencia entre la esperanza falsa y la esperanza

verdadera, ya que muchos consejeros utilizan la falsa esperanza que se basa en

fundamentos no bíblicos y fácilmente se derrumba (Prov. 10:28; 11:7)

La Falsa Esperanza

La falsa esperanza se basa en ideas humanas placenteras y deseables,

creyendo que obteniendo lo que desean estarán sanos; niegan la realidad; la

basan en pensamientos supersticiosos leyendo su Biblia como un ritual mágico

para que sus problemas se vallan; la basan en un concepto no bíblico de la

oración, declarando que lo único que necesitan es orar; se basa en una incorrecta

interpretación de las Escrituras, utilizando la llamada “bibliomancia” que buscan

guía y dirección en versículos de la Biblia tomados al azar y sacados fuera de

contexto.

La Verdadera Esperanza
Ahora comparemos lo que la Biblia enseña sobre la verdadera Esperanza.

Una esperanza bíblica es la certeza de lo que se espera, que es el cumplimiento

de las promesas de Dios. La esperanza descansa sobre la promesa que Dios nos

da (2Ped 1:4)

La verdadera esperanza es el resultado de una verdadera salvación; la

verdadera esperanza se enfoca de manera general a la persona y no solamente

se centra en el problema que ahora tiene; la verdadera esperanza es realista, no

niega la realidad, no evita el dolor ni las lágrimas, se basa únicamente en el poder

de Dios; la verdadera esperanza debe ser renovada diariamente, manteniendo

una relación firme con Dios para que nuestra esperanza permanezca; la verdadera

esperanza es inseparable de un estudio diligente y correcto de la Palabra de Dios,

ya que las escrituras son el medio mediante el cual Dios nos da esperanza, como

un ejemplo podemos ver a los dos discípulos de camino a Emaús en Lucas 24,

ellos al final que el Señor les había explicado las Escrituras dijeron que su corazón

ardía mientras el Señor les hablaba en el camino (Luc 24:32); la verdadera

esperanza es una cuestión de voluntad, la esperanza es una elección, podemos

elegir tener o no tener esperanza; la verdadera esperanza se basa en el

conocimiento (Rom. 5:2-3; Stg 1:2-3); Pablo y Santiago nos enseñan que la

verdadera esperanza se basa en lo que sabemos no en cómo nos sentimos.

Inspirando Esperanza
Es necesario ayudar a las personas a crecer en su relación con el Señor; ya

que nuestro Señor Jesucristo mismo es nuestra esperanza (1Tim 1:1); una íntima

comunión con Él es esencial para la esperanza verdadera; debemos enseñar a la

gente a pensar bíblicamente acerca de la situación específica en la que se

encuentran, acerca del carácter de Dios, acerca de las posibilidades buenas y que

no solo miren el lado negativo de sus circunstancias; hay quienes pierden la

esperanza porque creen que no tienen habilidad para enfrentar lo que están

pasando, por esto debemos enseñar a las personas acerca de los recursos divinos

que Dios nos ha provisto; ayudar a las personas a pensar bíblicamente acerca de

la naturaleza y causa del problema, cuando la persona comprende que sus

problemas son espirituales y que de alguna manera son consecuencia del pecado,

la esperanza comienza a florecer; debemos ayudarlos a pensar y hablar

bíblicamente acerca de sus problemas, para hacerlo debemos utilizar palabras

bíblicas, más que términos psicológicos; la razón es que los términos o palabras

bíblicas dirigen el pensamiento hacia las Escrituras.

Otro medio que puede ayudar a las personas es demostrándoles esperanza

a través de nuestras propias vidas o las de los otros; porque muchas personas

que buscan un consejo necesitan ver la esperanza como ejemplo en otros antes

de experimentarla ellos, y por este medio podemos brindar esperanza al

mostrarles como otras personas enfrentaron situaciones similares y las trataron

con éxito.

Conclusión
Como conclusión cabe destacar que las Escrituras siempre deben jugar un

papel protagónico en el desarrollo de nuestra Teología Pastoral para momentos de

Crisis; es necesario identificarnos con todas aquellas personas que necesiten de

este tipo de cuidado Pastoral, siendo compasivos con ellos, guardándoles el

respeto que se merecen y siendo sinceros con ellos; esto producirá en ellos

confianza hacia nosotros y podrán abrirse completamente para exponer todos sus

problemas y nos podrán confesar lo que realmente sienten; la esperanza viene a

través de las Escrituras es por esto que la palabra de Dios debe estar como suma

autoridad, porque las Escrituras promueven la perseverancia y animan a una

actitud de esperanza; con la ayuda de Dios realmente reconoceremos y

ayudaremos a reconocer que las cosas podrán estar fuera de nuestro control, pero

jamás estarán fuera del control de Dios, y en realidad lo que nos sucede, es lo que

el Señor nos dijo que nos sucedería; esto se logra cuando se tiene un adecuado

entendimiento de las Escrituras; es por esto que es necesario empaparnos de la

Palabra de Dios para poder ser purificados y santificados, y poder transmitir con la

autoridad que el Señor nos da, su Palabra a todas aquellas personas necesitadas

de Dios.

Bibliografía

La Consejería: Como Aconsejar Bíblicamente; John MacArthur; 1996

También podría gustarte