Album de Nicolás Bravo PDF

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1020001973
If \i \ i r r p t ?

BRAT
ALBUM LITERARIO </
DBOICADO
IT E.MIXB.NTE PATRICIO

EN EL

CENTENARIO DE SU »ACIMIENTO

SETIEMBRE IO DE 1886

PUBLICACION INICIADA Y LLEVADA A CABO

POR EL

G E N E R A L F R A N C I S C O O. A R C E v
G98ERXJD0R DEL ESTADO DE G0E8RER0

PARA

HONRAR L A MEMORIA D E L HÉROE

MÉXICO y
OFICINA T I R DE L A SECRETARÍA DE FOMENTO ^
Calle d e S a n A n d r é s n ú m e r o 15.

1886 J
f / 2 3 ^

Ò IX
& 7

iONRAR la memoria de los hombres que lian lieclio el bien á


la humanidad, es un deber social que, si no está sancionado
| por ley positiva, se ha impreso en el corazon del hombre por
la misma naturaleza.
Esta obra es propiedad del Gobierno del Estado de Guerrero, y quedan
asegurados sus derechos conforme á la ley. Venerar el recuerdo de los que se han sacrificado por la Patria,
es ya una obligación más perfecta que estrecha á todo ciudadano,
independientemente de las prescripciones de los Códigos y de la sanción
de la ley escrita.
Erigir monumentos que conserven vivos y recuerden á las genera-
ciones venideras los hechos gloriosos de los que han merecido bien de
la humanidad y de la Patria, es un deber de todo gobernante, aun cuan-
do no esté prescrito en las Constituciones de los Estados.
El Gobernador de Guerrero, como hombre, como ciudadano y como
gobernante, se vid estrechado por tan sagrados deberes, á presentar á
la veneración de los pósteros á uno de nuestros esclarecidos héroes á
quien la humanidad y la Patria deben eterna gratitud.
El General D. Nicolás Bravo es esa noble figura que se levanta gi-
gantesca en nuestra Historia, ofreciendo á la Nación y al mundo heroi-
cos ejemplos de magnanimidad y de valor, de virtud y de patriotismo,
que bien merecen la admiración de la posteridad.
Al acercarse el centésimo aniversario del nacimiento de tan notable
hombre como distinguido ciudadano, el Gobernador del Estado de Gue-
rrero encontró ocasion de llenar los deberes que con aquel triple ca-
F O N D O
P E R N A N D O EHAZ RAMÍREZ
Meter le incumben, para eternizar la memoria del ilustre hijo de Chil-
pancingo.
A más de la idea de la erección de su estatua que, obedeciendo á un
antiguo decreto de la H. Legislatura, iniciado por el Sr. Arce en su an-
terior Administración, se procedió á ejecutar inmediatamente, el Gober-
nador de Guerrero halló otro medio de dar á conocer al mundo las vir-
tudes y los méritos del héroe suriano, y concibió el pensamiento de la
formación de este Album, en el cual se va á legar á las generaciones
futuras un monumento imperecedero de la gloria á que se hizo acreedor
ESTUDIO BIOGRÁFICO.
el que supo sacrificar sus más puros sentimientos por la humanidad, y
no vaciló en consagrarse sin reserva á la emancipación de la Patria.
H é aquí el objeto de la presente publicación. Puédese decir con certeza que es m u y raro un completo estudio biográfico de nues-
tros hombres célebres; siendo éste u n o de los muchos cargos que la posteridad podrá
¿Con qué género de escritos debia llenarse este libro destinado á figu-
hacernos al registrar la Historia pàtria, así como nosotros lamentamos la negligencia
rar como el homenaje de la admiración y del respeto de propios y ex- de nuestros antepasados y la apatía de nuestros contemporáneos acerca de este punto.
traños al héroe esclarecido que tanto honra á nuestra querida Patria? Igual carencia de datos existe con relación á cierta parte de la vida del General D.
El Gobernador de Guerrero creyó que debia formar una compilación Nicolás Bravo; y en vista de ello, y deseando consignar en este libro dedicado á honrar
de las producciones literarias que mexicanos y extranjeros consagraran la memoria del eminente patricio, u n trabajo de esa índole, digno de su objeto, imo de
nuestros eminentes literatos se habia encargado de efectuarlo; mas circunstancias im-
á la memoria del héroe.
previstas le han impedido llevar á cabo su loable intento.
Con tal designio invitó directamente y por conducto de los Goberna- Sin tiempo y sin competencia bastantes nosotros para emprender tarea semejante,
dores de los Estados, á los hombres de letras del país, para que presta- hemos escogido entre lo que se ha escrito de la vida de Bravo, el siguiente estudio,
sen su cooperación en una obra que debia realizar tan elevado pensa- hasta hoy, en nuestro concepto, el más completo, y cuyo autor es el Sr. Lorenzo
miento. Agoitia.
Debemos advertir que le hemos hecho ligeras y necesarias modificaciones que en na-
Los invitados respondieron "al llamamiento, y es honroso y satisfactorio
da alteran el fondo del escrito.
para el que esta idea concibiera, presentar en un volumen esmeradamen-
te impreso, una coleccion de cantos y artículos patrióticos destinados á (
I
perpetuar la memoria del distinguido mexicano.
El Gobernador de Guerrero ha visto realizado su pensamiento de hon- Entre los hombres que tomaron la parte más activa en la g u e r r a de insurrección, se
rar por este medio la memoria del eminente patriota cuyo centenario distinguió esclarecidamente el héroe cuya gloriosa vida vamos á bosquejar. í í o s causa
celebran hoy el Estado y la República, y ofrece á los contemporáneos y grata complacencia el tener que referir los hechos nobles y de alta magnanimidad de
que estuvo llena aquella existencia; sentimos íntima satisfacción en seguir paso á paso
á la posteridad este libro, como el monumento más precioso que podia
al héroe de Chichihualco, del Palmar, de Medellin y de Coscomatepec, en su dilatada
erigir en honor de tan benemérito ciudadano. carrera pública, toda consagrada al servicio de la Patria, y sobre la que j a m a s se echa-
ron de ver las oscuras tintas de una mala acción. E l héroe de que vamos á hablar forma
D . G. Y VÁZQUEZ.
una de las más grandiosas figuras entre las muchas de los patriotas que propugnaron la
idea nacional y enarbolaron el sagrado lábaro de la Independencia. Sigamos, pues, las
Chilpancingo de los Bravos, Setiembre de 1886. fases de esa vida, como el curso de u n caudaloso rio que en todos sus puntos ofrece es-
Meter le incumben, para eternizar la memoria del ilustre hijo de Chil-
pancingo.
A más de la idea de la erección de su estatua que, obedeciendo á un
antiguo decreto de la H. Legislatura, iniciado por el Sr. Arce en su an-
terior Administración, se procedió á ejecutar inmediatamente, el Gober-
nador de Guerrero halló otro medio de dar á conocer al mundo las vir-
tudes y los méritos del héroe suriano, y concibió el pensamiento de la
formación de este Album, en el cual se va á legar á las generaciones
futuras un monumento imperecedero de la gloria á que se hizo acreedor
ESTUDIO BIOGRÁFICO.
el que supo sacrificar sus más puros sentimientos por la humanidad, y
no vaciló en consagrarse sin reserva á la emancipación de la Patria.
H é aquí el objeto de la presente publicación. Puédese decir con certeza que es m u y raro un completo estudio biográfico de nues-
tros hombres célebres; siendo éste u n o de los muchos cargos que la posteridad podrá
¿Con qué género de escritos debia llenarse este libro destinado á figu-
hacernos al registrar la Historia pàtria, así como nosotros lamentamos la negligencia
rar como el homenaje de la admiración y del respeto de propios y ex- de nuestros antepasados y la apatía de nuestros contemporáneos acerca de este punto.
traños al héroe esclarecido que tanto honra á nuestra querida Patria? Igual carencia de datos existe con relación á cierta parte de la vida del General D.
El Gobernador de Guerrero creyó que debia formar una compilación Nicolás Bravo; y en vista de ello, y deseando consignar en este libro dedicado á honrar
de las producciones literarias que mexicanos y extranjeros consagraran la memoria del eminente patricio, u n trabajo de esa índole, digno de su objeto, imo de
nuestros eminentes literatos se habia encargado de efectuarlo; mas circunstancias im-
á la memoria del héroe.
previstas le han impedido llevar á cabo su loable intento.
Con tal designio invitó directamente y por conducto de los Goberna- Sin tiempo y sin competencia bastantes nosotros para emprender tarea semejante,
dores de los Estados, á los hombres de letras del país, para que presta- hemos escogido entre lo que se ha escrito de la vida de Bravo, el siguiente estudio,
sen su cooperación en una obra que debia realizar tan elevado pensa- hasta hoy, en nuestro concepto, el más completo, y cuyo autor es el Sr. Lorenzo
miento. Agoitia.
Debemos advertir que le hemos hecho ligeras y necesarias modificaciones que en na-
Los invitados respondieron "al llamamiento, y es honroso y satisfactorio
da alteran el fondo del escrito.
para el que esta idea concibiera, presentar en un volumen esmeradamen-
te impreso, una coleccion de cantos y artículos patrióticos destinados á (
I
perpetuar la memoria del distinguido mexicano.
El Gobernador de Guerrero ha visto realizado su pensamiento de hon- Entre los hombres que tomaron la parte más activa en la g u e r r a de insurrección, se
rar por este medio la memoria del eminente patriota cuyo centenario distinguió esclarecidamente el héroe cuya gloriosa vida vamos á bosquejar. í í o s causa
celebran hoy el Estado y la República, y ofrece á los contemporáneos y grata complacencia el tener que referir los hechos nobles y de alta magnanimidad de
que estuvo llena aquella existencia; sentimos íntima satisfacción en seguir paso á paso
á la posteridad este libro, como el monumento más precioso que podia
al héroe de Chichihualco, del Palmar, de Medellin y de Coscomatepec, en su dilatada
erigir en honor de tan benemérito ciudadano. carrera pública, toda consagrada al servicio de la Patria, y sobre la que j a m a s se echa-
ron de ver las oscuras tintas de una mala acción. E l héroe de que vamos á hablar forma
D . G. Y VÁZQUEZ.
una de las más grandiosas figuras entre las muchas de los patriotas que propugnaron la
idea nacional y enarbolaron el sagrado lábaro de la Independencia. Sigamos, pues, las
Chilpancingo de los Bravos, Setiembre de 1886. fases de esa vida, como el curso de u n caudaloso rio que en todos sus puntos ofrece es-
VI VII

pectáculos grandiosos y llenos de atractivo, y qne inspiran al alma los elevados senti- h a consignado desde aquella época, y que hizo aparecer la f i g u r a de Morelos con pro-
mientos de la admiración y de la simpatía. • •, ,.„ porciones gigantescas, D. Nicolás Bravo debió dispersarse como tantos otros y encon
Nació D. Nicolás Bravo el 10 de Setiembre de 1786, en Clnlpancingo, c udad de las tra.se durante algunos meses errante, perseguido é inseguro. A esta situación des*ra-
más importantes del Estado de Guerrero, y á la que boy se le h a añadido el n o m b e ciada vino a poner el colmo la noticia, que sin duda recibió oportunamente, de la prisión
Los s L s , por haber estado en ella radicada la tamba, bastante numerosa, de qne de su padre I). Leonardo, á quien D. Nicolás amaba con acendrado carino y filial ve
J
neracion.
formaba parte nuestro héroe. .:'., , 1
Los primeros años de su vida basta entrar á los albores de la p n m e r a Estas calamidades inmensas que h u b i e r a n determinado la postración moral de cual-
ben haberse d e s l i a d o p a r a el que habia de ser poco despues uno de los quiera otro cuya alma hubiera estado ménos enérgicamente templada, no hicieron ceiar
notables de la insurrección nacional, entre las tranquilas ocupaciones del campo, hasta. un solo paso a nuestro héroe eu la gloriosa empresa en que habia tomado parte Ad
: : : su p a d r e I . ...,—... y - ti« ... Miguel, D. Yictor y D. M á p g se vieron m , r a c o r t a m e n t e que despues de tanto desastre, el jóven Bravo, que en los primeros
l e c h a d o s á declararse abiertamente p o r la revolución, despues de h a b e r batido al eo k m0I al SÓ1 K
X idad h , ^ ^ ' ^ ° completa
m a n d a n t e Garrote el hacienda que pertenecía a la familia de os Bravo v m h d a d , haya podido permanecer con ánimo firme, y no quebrantar sns primeros pro-
á la qne se tabiíTÜS^lo desde Chilpancingo para sustraerse á los estimulos de
definitivamente vencidos despues de la o c u p a r o n de Cuautla
los jefes españoles que procuraban atraerlos á s u causa, y adonde fue a buscarlos Ga-
leana en solicitud de auxilios p a r a su fuerza. gj : - N o d i o tal p r u e b a de debilidad el ardoroso y heróico jóven. Se reunió en Chautla
Morelos l l l i CHchibualco dos dias despues de la acción h a t a d a en esta toca, e con otros muchos dispersos del famoso sitio en que t a n t a gloria habían alcanzado, y ya
• c o u o c i m i e n t O T Ü B T - o , que desde entónces fueron sus oficiales de mayor con- n Agosto de 1812 sal,a de Tehuacan, en cuyo importante p u n t o había situado M u e l o s
fianza, siendo sin duda tan alto el aprecio que hizo de las sobresalientes dotes del jov n su cuartel general, para dirigir p o r sí mismo y llevar k cabo victoriosamente ]a expedi-
D. Nicolás, que ya en Agosto de 1811 le confió el m a n d o de la guarnición de Tixtla en g importante de San A g u s t i u del P a l m a r , i la que fué destinado como genera", en
unión del jefe m á s caracterizado, D . H e r m e n e g i l d o Galeana. jefe de las fuerzas independ,entes que debían operar en la provincia de Veracruz
T a á las órdenes de este ilustre jefe, ya 4 las de D. Leonardo Bravo, continuo el he-
roico joven D. Nicolás expedieionando por los mismos r u m b o s que aquellos, y slgmen- la e x p e d í « que acabamos de mencionar. Allí, la intrepidez y pericia militar que des-
do la suerte que les tocaba en las vicisitudes de aquella guerra, ,„ . . _ SÓ1 PUd C mPetir k e
L a expedición de Morelos al valle de Toluca tuvo lugar en E n e r o de 1812, y en esta f S S r f ° ° ° l *— -a-
campaña de pocos dias, rápida é impreviste como acostumbraba á veces el g r a n d e hom- ™ aCt° d e k ™ a d e B r a ™ ™ r < M ™ conocido de
b r e , se verifico el glorioso ataque y toma de Tenaucingo, de donde tuvo que retirarse todo el m u n d o , y que sm otro precedente en la sangrienta historia de la revolución de
con graves pérdidas el realista Porlier. E n ese ataqne, dice D. Lúeas A l a m a u , llevaron Independencia, tampoco tuvo despues imitadores.

todo el peso y fo gloria Galeana y D. Nicolás Bravo.


Volvió éste con Morelos á Cuantía, adonde se concentraron apresuradamente todos
los jefes de nombradla que en distintos -rumbos del Sur militaban 4 las ordenes y bajo II
la dirección suprema de Morelos. Cuantía habia comenzado á ser fortificada, mientras
Morelos bajaba al valle de Toluca, p o r D. Leonardo Bravo, y el hijo de este | Nic»
lás, se halló en el histórico sitio de aquella plaza, á cuya gloriosa y admirable defensa D e g r a n d e importancia era p a r a la causa realista hacer pasar de V e r a c r u z 4 P u e b l a
contribuyó con no ménos valor y pericia que tantos héroes que dentro de d í a estaban. u n a fuerza que condujese con seguridad la m u c h a correspondencia de E s p a ñ a deteni
Allí en u n a lucha obstinada y sangrienta de setenta y dos dias, el joven Bravo debio da en aquel punto, y que en México estaban ansiosos de recibir; y que Í r e «
recibir gloriosos ejemplos de heroicidad de parte de caudillos t a n intrépidos corno los aquella p ¡ a » T 00at
°aÍMldo m
°°nTOy d e
i"»™«« y oteas m e r c m c b s i p L h a c ú u f f i t o en
Galeana y los Matamoros. Allí. debieron comenzar á desarrollarse v i r o s a m e n t e en
aquella joven alma, los gérmenes que en ella existían de acendrado amor a la patria y E l gobernador de Veracruz, Dávila, dispuso al efecto que subiese á P u e b l a D J u a n
de entusiasmo ardoroso por su independencia. Allí, con el ejemplo de la grande alma L a b a q u , con u n a f u e r z a de trescientos infantes del bataUon de Campeche, sesenta caba-
de Morelos, D. Nicolás B r a v o debió aprender á ser tenaz é inquebrantable en la lucha llos y tres piezas de artiHería l i j a . E r a Labaqui español, bien reputado como h d j t
de g u e ra y sm ser militar de profesión, habia servido algún tiempo en E s p a ñ a e l l l
Y resignado en la adversidad. ^
T e l i n a d o el sitio de Cuantía con la gloria por p a r t e de los sitiados que la Historia «ropas destinadas á la g u e r r a con ,os franceses en 1793. H a b i a sido posteriormente n o L
brado en Veracruz capitan de una compañía de tiradores del batallón de patriotas vo-
luntarios levantado en aquella plaza; y como en esta vez se necesitaba un jefe de valor
y pericia, se le confió el mando de la expedición proyectada. á
de Veracruz cuyo T T ™ ** ^ ^
No se quiso que Labaqui se dirigiese á P u e b l a por el camino de Jalapa, que se baila-
baqui habia J a d o d e l ! e W , H q ue La-
ba ocupado en mucbos puntos p o r numerosas partidas de insurgentes. Se prefirió que
poder de Bravo. Ni u n s i Í Z ^ n T ° T " ^ ^ "" «
tomase el camino de las villas de Córdoba y Orizaba que se consideraba más expedito,
Mo«lo S en Tehuacan, m o g o " o f e T " " ^ ^ * ™
pues en Veracruz ignoraban completamente la situación de Morelos en Tehuacan. F u é
feliz la marcba de Labaqui hasta Orizaba, habiendo quedado vencedor en los diversos
encuentros que tuvo con pequeñas guerrillas independientes. Llegó á las Cumbres de
Acultzingo, y entró sin novedad á la llanura que se extiende hasta Puebla, tomando lue-
él revelaba q ue el ibrmidab! e ^ " ™ I b T ' . T ¡" ^ ^
go alojamiento en el pueblo de San Agustín del P a l m a r . ««» 7 de Cuautla, de
» * » « del
No se ocultó á Morelos la m a r c h a de Labaqui y su paso tan inmediato al cuar- cion española. ° U e T O v , «" r á
* ™ tregua la domina-
tel general de los insurgentes. Dispuso en consecuencia el heroico Cura de Carácuaro,
que saliera D. Nicolás Bravo á batir la fuerza de Labaqui con doscientos indígenas de la
Costa, gente en que tenia Morelos la más ciega confianza para las expediciones de al- é r * * - ^ -
J
g ú n ínteres. Acompañaron á Bravo D. Pablo Galeana y D. B a m o n Sesma, hijo de D. su vencedor, ponían de manifiesto Í 3 1 ^ * P ? « * 1» de
Antonio, y también formaron parte de la expedición. A r r o y o con su guerrilla de caba- abora iba á desarrollarse con e n Z Z ^ T l * ^ ' **
llería, y la partida de un insurgente á quien llamaban el Bendito. E l total de la fuerza municaciones entre la capital del X e i n a ^ v T ' ^ las co-
de Bravo se hace subir á seiscientos hombres, y así lo aseguró Morelos en sus declara- influyendo en el comercio y £ Z T 1 03
^ ^ 4 d
^
desmoralizaría por W a l L l u s a e s p l l "" ^
ciones cuando fué hecho prisionero y procesado.
A las nueve de la noche del 18 de Agosto de 1812 salió sigilosamente de Tehuacan
ffiespues de su regreso í Tebuacan, salió D. Nicolás Bravo
racruz; y estando en Medellin recibió r,or 1 ' a l , r 0 ™ c i a de Ve-
la expedición de Bravo, y caminó sin descanso hasta llegar al P a l m a r á l a s once del dia M<
de que D. Leonardo Bravo S f e " ' ^ **» * * *
siguiente 19. Arroyo con su guerrilla quedó situado en observación en la Cañada de
Setiembre de M 1 2 . j J f t S f c «1 dia ,3 de
Ixtapam, para estorbar que de Orizaba viniesen fuerzas en auxilio de Labaqui. L u e g o
cienda de San Gabriel, después de j j " " ^
que éste tuvo conocimiento de la aproximación de Bravo, se fortificó en tres casas de la
condenado á la pena capital, se suspendió la ejecución c 0 ^ í * * P''°at°
calle principal del pueblo, habiendo tenido la imprevisión de permitir que los indepen-
sionero influyese en el ánimo de su bijo D Nicolás v de " " * « * **
dientes ocupasen la posicion más militar del pequeño cerro del Calvario. Desde las ca-
dona.cn Ja causa de la Independencia y D ^ f « —
sas que daban frente á las que habia fortificado Labaqui, comenzaron luego los insur- C n estas
se ofrecía la vida á D.Leonardo. ° condiciones
gentes á batir á éste, y habiéndolo desalojado de dos de las casas que ocupaba, queda-
ron las fuerzas realistas concentradas en una sola.
Morelos puso todo esto en conocimiento del béroe del Palmar v ,
ra que se separara de las filas de la Independencia a fin / , l Pa"
E n tan angustiada situación, era ya segura la completa pérdida de los realistas, que
debe haber sido el combate moral ¿ B ^ J f g A - * * Terrible
reducidos á u n solo punto, rodeados y atacados vigorosamente por todas partes, y sin YerÍfiCaria
entre su carmo y deberes filiales y el amor de su patril v i ^
poder recibir auxilio de ninguno, contaban su vida por momentos. Se defendieron,
éste le imponía. Triunfó el patriotismo, y Ja "
sin embargo, con el denuedo que da la desesperación, hasta el dia siguiente en que los
la vez: el amor filial de D. Nicolás y e f i | *» - * « * » '
soldados de Bravo, habiendo forzado la entrada del zaguan, no obstante el vivo luego
Cuando Morelos comunicó á Bravo la ejecución de '
de u n cañón que dentro de él habian situado los realistas, atacaron á éstos decididamen-
que por vía de justa represalia mandas feST. ,o * " • " * ? * » • * " J *
te al arma blanca como el último supremo asalto, y se hicieron dueños de la posicion y
d e , Poseída de mortal pesadumbre el alma l e tfffií^T T * * «
de toda la fuerza que la cubría.
acontecimiento, su primer impulso debe haber sido d ' ™ 1 ' ^
Labaqui, que era u n valiente, acudió al punto de mayor peligro, y allí fué m u e r t o por
den que habia recibido, y devolver sanare ™ f cumplmuento á la ór-
el capitan P a l m a , que le dividió el cráneo en dos partes por medio de u n terrible golpe
consultó el grave asun^ con su ^ S C J í i ^ "" ^ro
de machete.
Vio con los intereses de la causa que def ndia v de
» P ^ o n a l agra-
L a muerte del jefe realista f u é la señal de la total derrota. Los vencidos enarbolaron
c a r . que en parte vamos á l s e r t a r ^ * J g ^ S g ^ á, L,
A L B U M DE BRAVO.

« dispuesto, no sólo el perdonarles la vida en aquel momento, sino darles una entera
«libertad para que marchasen á donde les conviniera: á esto respondieron llenos de go-
« zo que nadie se quería ir, que todos quedaban al servicio de mi división, lo que veri-
« ficaron, á excepción de cinco comerciantes de Veraeruz, que por las atenciones de sus
« intereses se les extendieron pasaportes para aquella ciudad f entre éstos se hallaba un
«zas q u é obraron por el Astado ae . « Sr. Madariaga, que despues, en unión de sus compañeros, me manifestó su reeonoci-
T e ordenó que sa-
„ L a b a q u i salía de Drizaba para P u e g con u n a d „ o ^ g g ^ * - « miento con la remesa de paños suficientes para el vestuario de un batallón.»
.Hese inmediatamente 4 b a « r l o por ^ n e t ^ — i o n e s de ¡ste pue- « E l coronel Rincón, de que vd. me habla, estaba encargado del m a n d o de las fuerzas
. que anduve t o d , la noche me e n c o n t , ^ , ^ y logtó, « del Estado de Veraeruz, y á mi llegada puse en libertad á un español que ya iban á
« fusilar: mi m a d r e estuvo en Tehuacan despues de la muerte de mi padre, y no la vi
•r t f c ^ r S ^ - X n . l ' U l e t a victoria, haciendo doscien-
. despues de cuarenta y ocno ^ VeracraZ) y regrese con « por estar yo por Veraeruz.»

„ t o s prisioneros, que armas que se me con- H é aquí referida con la grandiosa sencillez de un h o m b r e de Plutarco, una de las ac-
de la a c c i m de
, todos mis heridos para Tehuacan a dar ^ , a i r ¡ ¡r ciones más nobles que dió alto prestigio á la causa nacional, y que ilustró el nombre de
, f l ó . E n esta entrevista que tuve con el » ^ M u n o de los caudillos que la defendían. Todos, hasta los adversarios políticos del grande
. una comunicación al virey regresé para h o m b r e , han hecho justicia á su rara magnanimidad, elogiándola como merece.
Ie ltatto
« prisioneros españoles, y que m e avrsana su ® , Tetaaoall tuve otra ac-

III

Alto renombre de caudillo valiente y capaz habia dado á D. Meólas Bravo el ata-
que de San Agustín del Palmar, y no ménos prestigio habia adquirido con la noble ac-
ción de Medellin. Estas circunstancias hicieron que muchos jefes independientes, xle
ménos importancia, se reuniesen en derredor del vencedor de Labaqui, buscando en él
los valerosos guerrilleros, así como los que deseaban que la revolución se prestigiase,
u n jefe superior á cuyas órdenes sirviesen á la causa de la Independencia, que tanto ne-
cesitaba del valor y de la unidad de acción de sus propugnadores.
A u m e n t a d a de este modo la división de Bravo, éste se decidió, en Noviembre de 1812,
a p a n
«° f < ? r i u r e n d o tomar el sueño en toda ella, m e ocupé en refiexmnar que dos meses despues del suceso de Medellin, á atacar la villa de Jalapa. Esta poblacion
. e n la noche, no p u t o d o ten ^ e l e r é d i t 0 d e l a causa que
habia sido asediada en el mes de Mayo anterior por las partidas de Rincón, Ochoa y
"^ f e S j contraria 4 la del virey p o d r i a y o consegurr algunos otros, que batidos en Coatepec por el realista Fajardo,' liabian tenido que reti-
,, defendía, y que obsen r e s o l u c i o n ; pero se me
rarse abandonando su artillería, dejando que Llano, á su paso para Veraeruz, proveye-
se de víveres á Jalapa, que por entonces quedó á cubierto de todo riesgo.
Bravo quiso intentar á su vez la toma de Jalapa, y al efecto se presentó delante de
dicha villa el 11 de Noviembre con todas las fuerzas de que habia podido disponer. Man-
daba la plaza el mismo I). Antonio Fajardo, que no teniendo más grado en el ejército
realista que el de comandante del Fijo de Veraeruz, quiso ceder el m a n d o á Porlier y
á Hévia, que le eran superiores en graduación: n o habiendo éstos admitido, Fajardo se
decidió á resistir el ataque de Bravo, contando con las fuerzas de los citados jefes. Los
insurgentes, mandados por Bravo, Rincón, Martínez, U t r e r a y Zuzúnaga, ocuparon las
alturas que dominan á la poblacion, y -comenzaron á las dos de la m a ñ a n a u n vigoroso
ataque que se prolongó hasta las diez, hora en que se retiraron los asaltantes, á causa
de habérseles desmontado u n canon de grueso calibre con que batían la plaza más efi-
cazmente.
Despues de la retirada, Bravo f u é á situarse á la importante posicion del P u e n t e Na- IV
cional.
Interceptando completamente el camino de Veracruz á Jalapa, D. Nicolás Bravo lo-
graba u n doble objeto: hacer difíciles las comunicaciones de los realistas entre ambos P r o n t o iba Bravo á tomar u n a brillante revancha y á levantar de nuevo su prestigio.
Situado en la interesante posicion de San J u a n Coscomatepec, la conservó por muchos
puntos, y procurar él mismo para sus fuerzas abundantes recursos por medio de u n a
meses, y sostuvo por más de treinta dias u n empeñado sitio que formalmente pusieron
contribución que impuso á cada fardo de los que se hiciesen pasar por el puente. El ca-
las tropas realistas mandadas por A n d r a d e , Conti, Cándano, Aguila y algunos otros
rácter personal de Bravo, reconocido ya como generoso y magnánimo, n o sólo hacia
jefes de los que más gozaban la confianza del gobierno dé México.
fácil la percepción de aquel impuesto, sino que atraía á sus filas la gran cantidad de
L a situación ventajosa de Coscomatepec, de cuya ocupacion dependía la seguridad
desertores y prisioneros de las tropas realistas, que con gusto cambiaban de bandera
de las villas de Córdoba y Orizaba y la fácil comunicación con Veracruz por el camino
cuando veian que la que Bravo tremolaba, era la bandera de la Independencia, no man-
que pasa por ellas, era u n motivo poderoso para que á la causa realista fuese absoluta-
chada con excesos ni indignidades.
mente indispensable desalojar á Bravo de la posicion que habia tomado.
E n el P u e n t e Nacional, Bravo se vió en aptitud de detener por muchos dias, desde
E l primer intento con esa m i r a fué ordenado por el comandante de Orizaba, Andra-
el 14 de Enero de 1813, el paso de una conducta de cuatro millones de pesos, que el
de, quien dispuso que el teniente coronel D. Antonio Conti saliese de aquella villa con
comercio de México remitía á España bajo la custodia del brigadier Olazábal, y que és-
trescientos cincuenta infantes de la guarnición, cincuenta de la de Córdoba y ochenta
te sólo p u d o hacer llegar á Veracruz despues de u n a fatigosa marcha, y empleando en
caballos. E l 28 de J u l i o de 1813 salió la expedición de Orizaba, y en la tarde del mis-
ella todos los recursos estratégicos que le sugería el grande Ínteres del valioso convoy
mo dia atacó la posicion de Bravo. Dejemos hablar á éste, porque sus relaciones mi-
que conducia. litares tienen todo el carácter de la verdad histórica:
Abandonó Bravo la posicion del P u e n t e Nacional para situarse en Tlalixcoyan, des-
« M e hallaba en dicho pueblo (Coscomatepec) con cuatrocientos cincuenta hombres,
de donde se dirigió á Alvarado con el intento de apoderarse de aquel puerto. Atacólo
« cuando se m e presentó Conti: atacóme despues de haber caido u n recio aguacero, y lo
vigorosamente el dia 30 de A b r i l de 1813, pero fué rechazado por el teniente de navio
« hizo con tanta rapidez, que llegó á la bayoneta; mis soldados se defendieron con los
D . Gonzalo de Ulloa que mandaba la guarnición. E l empuje de Bravo f u é terrible, se- « fusiles dándoles de garrotazos á los suyos, y aun les echaron lodo en la cara. Logré
g ú n expresión textual del parte que dió Ulloa, al Gobierno vireinal, y sólo una eventua- « rechazarlo en ménos de media hora, y m e dejaron porcion de muertos. Hecho este
lidad inesperada hizo que tuviese mal éxito una empresa en que, como siempre, Bravo « ataque brusco, todavía quedaron detrás de las paredes del pueblo y de los árboles, de
demostró valor á toda p r u e b a y consumada pericia. « modo que continuó la acción hasta las tres de la tarde que se retiraron. Cargó entón-
Son tan escasas las relaciones originales, escritas por el mismo Bravo, de los sucesos « ees u n a de mis partidas sobre ellos, y con la oscuridad de la noche, dispersos por aquel
en que tomó parte en aquella época de la Independencia, que las pocas que nos han que- « barreal, se les tomaron varios fusiles, principalmente de los muertos que dejaron, con
dado, merecen conservarse como documentos históricos de alto precio. H é aquí lo que « más, dos cargas de parque que m e vinieron m u y bien: por fin, entraron en la villa al
dice el Sr. Bravo respecto del ataque de Alvarado: « dia siguiente, bien escarmentados.»
« Estando acampado en el pueblo de Tlalixcoyan, dispuse salir con cuatrocientos in- E l descalabro de Conti, que volvió á Orizaba al dia siguiente, 29 de Julio, hizo que
« fantes y doscientos caballos para tomar por asalto el puerto de A l v a r a d o : marché en el conde de Castro Terreño, comandante superior de la provincia, pensase seriamente
« 28 de Abril de 1813: dormí en la hacienda de Xolueo, de los padres betlemitas de Ve- en formalizar el sitio de Coscomatepec, pues las noticias que sobre las fortificaciones
« racruz: seguí m i m a r c h a en la mañana del 29, haciendo alto en el Mezquitero para del pueblo dió u n soldado de Bravo que se pasó á los realistas, hicieron comprender al
« marchar durante la noche: toda ella caminé, y n o logré el asalto por haber llegado al gobierno que no era empresa fácil apoderarse de la posicion que nuestro héroe habia
« amanecer á dicho puerto, donde fui descubierto: no obstante, m i tropa avanzó con in- elegido con tanto acierto.
t r e p i d e z ; forzó la trinchera del enemigo; pero un gran foso y estacada que tenia al E r a , no obstante, indispensable el impedir que Bravo se hiciese más y más fuerte ca-
« pié, no permitió tomarla. Allí resistimos un fuego vivo por espacio de tres horas, que da dia en Coscomatepec, pues desde el sitio de Cuautla, cuyas dificultades y sacrificios
« nos obligó á retirar, con pérdida de veinticinco hombres y varios heridos. Mandaba el habian sido patentes á Calleja, se habia decidido por el gobierno de México que no se
«trozo de m i caballería D. Pascual Machorro; pero esta arma nada pudo obrar, porque dejase tiempo á los insurgentes de fortificarse en ningún punto.
« no lo permitía el terreno.»
V . E. que es imposible evitar que se vayan si lo i n t e n t a n , pues la circunferencia del
A n i m a d o de estas i d e a v y cumpliendo eon las expresas p j — ^ cerro es de m á s de l e g u a y m e d i a p o r su base.»
el conde de Ca'stro T e r r e n o hizo f o r m a r u n a diviston compuesta del b a t a t o d e A * t u
« M i antecesor (Cándano) dirigió juiciosamente su ataque p o r la parte del Oeste, y
rias y d e varios destacamentos de otros cuerpos. E l tenrente coronel fe. J u a n C á n d a n o
h a b i a construido u n a batería y e m p e z a d o la trinchera. Y o h e seguido en u n todo su
c o m a n d a n t e de, referido bata,Ion, f u é n o m b r a d o j e f e de l a divtston, a l a que poco des-
plan.»
i S rW A S * ^ - . - « r e de 181B; y en vein « L a fortificación consiste en u n cuadro de cajas d e p i e d r a terraplenadas que flanquean,
y en la iglesia situada en lo más b a j o del pueblo y fortificada, que apoya en u n a barran-
ca: todo el recinto lo c u b r e n dos fosos. L a guarnición es d e ochocientos h o m b r e s , la
m a y o r p a r t e desertores, entre ellos cien europeos. Y o h e continuado la t r i n c h e r a , que
tiene y a dos retornos. E s t a n o c h e desembocamos en el foso p r i m e r o á cubierto, que no
tienen defendido, y quedará convertido en u n a excelente plaza de a r m a s p a r a la guar-
dia de l a trinchera: q u e d a r á construida la batería á u n a s c u a r e n t a y cinco toesas del
á n g u l o saliente del frente atacado, y batirá de enfilada el frente adyacente. D e aquí á
u e c t d a u o tenia, p a r a disculpar el m a l éxito d e sus operaciones, en exagerar el un-
ocho dias h a b r e m o s llegado á poder m i n a r el ángulo citado desembocando á la zapa en
el segundo foso, único medio de poder conseguir algo, pues las piezas d e á ocho no son
capaces de destruir las obras. T e n g o la f o r t u n a d e no h a b e r tenido u n herido.»
era de poco m á s d e mil h o m b r e s , y que la que B r a v o tema dentro de la plaza Ue 0
« L a empresa es difícil, y no lisonjearé á Y . E . con su logro; pero el único m e d i o ra-
cional es el adoptado: de todos modos cuesta m á s de lo que vale.»
" i r l l r t fortificación que B r a v o babia h e c h o levantar en Coscomatepec deben
« M i escasez d e todos artículos es extremada: Y . E . sabe que n o saqué de esa más que
diez y seis mil pesos y quince m i l raciones. Dos mil se d a n diarias; j u z g u e Y . E . m i si-
tuación: m a ñ a n a envió á C ó r d o b a p o r auxilio. Llueve sin cesar: todos estamos con el
f a n g o h a s t a la rodilla; pero estamos en el conflicto de seguir, ó r e n u n c i a r á las villas si
i p i l i i c s s s r ? ^ ^ se h a de dejar p e q u e ñ a guarnición, ó r e n u n c i a r á otras empresas si se deja m u c h a , N o
p u e d o d e s p r e n d e r m e de u n h o m b r e . H u a t u s c o es pueblo g r a n d e que dista cinco leguas
d e aquí y ocho de Jalapa.»
« Si de aquella villa se p o n e guarnición, q u e d a segura Córdoba, evitada toda reunión,
s e g u r a la derecha del camino de J a l a p a al P u e n t e del R e y , y tranquilo este país; si 110,
T u l de la A g u i l a , militar facultativo que g o z a b a g r a n d e r c p u t a c o n como m g e m e r o y la t o m a d e Coscomatepec de n a d a sirve.»
H e m o s insertado con alguna extensión u n a p a r t e del i n f o r m e dirigido p o r A g u i l a al
virey Calleja en 2 de Octubre de 1813, porque ella da á conocer q u e la posicion que
B r a v o h a b i a t o m a d o en Coscomatepec estuvo bastante bien elegida p a r a inspirar gran-
des inquietudes al g o b i e r n o español. P o r la descripción que el j e f e de la división sitia-
dora hace d e las fortificaciones de Coscomatepec, se echa d e ver que á la construcción
C
T c „ T c o m a t e p e c está fondado sobre u n a l o m a d e tierras de acarreo del volcan d e OrU d e esas obras habian precedido u n a pericia é inteligencia que a d m i r a ciertamente encon-
z i r C fija de, cerro es p r o — . cono ti—£ t r a r en u n j o v e n caudillo, cuya educación de h o m b r e d e campo debe h a b e r sido m u y
e x t r a ñ a á los conocimientos militares facultativos. E l mérito d e las fortificaciones de
Coscomatepec recae exclusivamente en D . Nicolás B r a v o , pues no se sabe que h a y a te-

t s r : d
;:Lt « i * m u y « r r j b * nido consigo persona alguna que ejerciese la profesión d e ingeniero, y á cuyos consejos
ó indicaciones p u e d a atribuirse dicho mérito.
Loa últimos párrafos que h e m o s insertado del informe de A g u i l a , revelan t a m b i é n la
i m p o r t a n c i a de la posicion de B r a v o en Coscomatepec, pues de ella resultaba u n costo-
so esfuerzo p o r p a r t e del gobierno realista p a r a apoderarse de aquel p u n t o , y la alter-
I X t t l : p o r todas partes p o r , a noche á t r e i n t a varas del pueblo. P e r o debo d e c r á
« sobre el enemigo, y le atacaron, obligándole á dejar el destacamento que tenia en el
nativa fatal de empl'ear en su seguridad g conservación una fuerza considerable que se « rio: retiróse con algún destrozo, porque se le cargaron recio. E l 29 de Setiembre llegó
distraía de otras empresas. „ el coronel D. Luis del Aguila á recibir el mando del ejército sitiador, para el que tra-
E l coronel Aguila habia apreciado perfectamente desde el principio la situación y « j o no poco refuerzo de artillería gruesa, hombres y toda clase de auxilios: de éstos ca,
circunstancias respectivas de las fuerzas contendientes, pues ya en oficio de 27 de Se- « recia yo, en términos que h u b o dia en que racioné á m i tropa con chayotes, f r u t a que
tiembre habia informado al virey que el sitio de Coscomatepee se encontraba ese dia en « abunda m u c h o en aquel pueblo, que en breve se acabó. Escaseábame el parque, y era
el mismo estado que el primero, y aun peor, porque la tropa sitiadora se hallaba desa- « necesario ocultar esta falta á la tropa de mi mando para no desalentarla. Hice desba-
nimada y fatigada; que la caballería realista habia acabado, y que en el desgraciado ata- « ratar los saquetes de mis cañones y encartuchar la pólvora para los fusiles; mas con
que de Conti, las armas del rey habían empañado no poco su brillo.
J esta economía apéñas me bastó para dar u n a parada de cartuchos por plaza. E n tal con-
E n vista del mal resultado de ese ataque de Conti y de la inutilidad de las operaciones « flicto, y conociendo por las disposiciones que noté en el nuevo sitiador, que me iba á
de Cándano, Aguila habia llevado al sitio de Coscomatepee refuerzos de todo género, y « atacar'de u n modo irresistible, me decidí á romper el sitio la noche del 4 de Octubre.
especialmente de artillería de grueso calibre. D. Nicolás Bravo, qué habia ya logrado
« Sólo yo supe este secreto.»
su noble objeto, de dar prestigio á la causa de la Independencia, haciendo ver que las fuer-
« A las once de la noche, despues de enterrada m i artillería chica y clavada la gran-
zas insurgentes eran capaces de resistir un asedio formal de los realistas, y de distraer
« de, que eran dos cañones, avisé á la gente del pueblo: todos nos decidimos á morir ó
en una empresa inútil para el gobierno español las tropas que debían destinarse á otras
« escapar. Tomamos el camino de San P e d r o Ixhuatlan: nos encontramos con el desta-
expediciones de mayor importancia, se resolvió por fin á abandonar la posicion que tan
« camento del rio, destrozado ántes por Machorro, y por allí salimos en rigorosa forma-
esforzada é inteligentemente habia defendido y conservado por tanto tiempo. Salió de
« cion sin disparar u n tiro. Bajamos al pueblo de Ocotlan, donde comió la tropa, y con-
Coscomatepee en la noche del 4 de Octubre de 1813, despues de haber enterrado la ar-
«tinué la m a r c h a para Huatusco: llegué al tercer dia, y allí descansó la división. Aguila
tillería pequeña y clavado la grande. Dispuesta la salida con todas las precauciones y
« no tardó en retirarse para O rizaba.»
astucia propias de u n militar consumado, tomó el camino de San P e d r o Ixhuatlan, pa-
E l sitio de Coscomatepee que acabamos de reseñar, forma u n a de las más brillantes
só en buen orden cerca del destacamento de realistas destrozado anteriormente por Ma-
páginas de la vida militar de D . Nicolás Bravo, y figura en la historia de nuestra guerra
chorro, y llegó por fin á Huatusco sin haber sido molestado en el camino, no obstante
de Lidependencia, como un verdadero desastre p a r a l a causa realista. Las tropas reales,
que se destacaron fuerzas en su alcance.
dice D. Lúeas Alaman, perdieron en este sitio tiempo, gente y crédito, sin aventajar
P a r a completar los datos históricos que nos han quedado sobre el célebre sitio de Cos- otra cosa, que apoderarse de u n cerro que tuvieron luego que abandonar, verificándose
comatepee, que tanto levantó el prestigio de la causa nacional, como la reputación mi- los pronósticos de Aguila; Bravo adquirió m u c h a reputación; y habiendo atraído y ocu-
litar de Bravo, insertamos en seguida la relación que hizo él mismo. Ella se distingue, pado p o r tanto tiempo en aquel punto las fuerzas del ejército del Sur, destinadas á for-
como todas las relaciones que Bravo nos h a dejado de los actos de su vida militar, por m a r la división que habia de ocupar á Tehuacan, desconcertó enteramente las medidas
una sobriedad y modestia que las hacen m u y apreciables. de Calleja, y dió motivo á consecuencias todavía más funestas para la causa realista.
« Comprometido el honor militar (habla del descalabro de Conti), formalizaron u n si-
« tio sobre la plaza. Conti y D. J u a n Cándano se me dejaron ver en 5 de Setiembre con
« más de mil ochocientos hombres: yo contaba con quinientos para defenderme. E n el
« mismo dia hicieron u n a tentativa bruscamente, de la que salieron tan lucidos como de V
«la primera. Cándano dispuso luego establecer obras en todo el frente de la línea, y al
« Oeste del pueblo levantó u n a batería obrando en sitio. E l 15 de Setiembre le llegó un
« refuerzo al mando del teniente coronel Martínez. E l 16 h u b o u n movimiento general
Despues de la retirada de Coscomatepee á Huatusco, permaneció D . Nicolás Bravo
« en toda la línea, y m e atacaron con tanta tuerza, que al pié de mis parapetos y dentro
en la provincia de Veraeruz, hasta que á principios de Noviembre recibió orden de Mo-
« del foso, despues de rechazados, quedaron tantos cadáveres, que fué necesario arras-
relos para que la división que aquel mandaba, unida á la de Matamoros, marchase á T e -
« trarlos y sepultarlos para que no nos apestasen. E n este dia fué herido Conti, D. To-
pecoaeuilco, con el objeto ostensible de desalojar de este punto al jefe español Moreno
« más Layzaca, los subalternos Novoa, Toledo y el capitan de Asturias Severias. Y o
Daoiz que lo ocupaba. Bravo ignoraba el verdadero objeto de esta marcha, que no era
«tuve doce muertos y diez y ocho heridos; entre éstos el capitan I). Nicolás Anzures,
otro que la expedición á Valladolid, largo tiempo meditada, y proyectada p o r Morelos.
« D. Nicolás Agüero, que hacia de mayor de plaza, y el capitan de la primera de fusile-
E n Cutzamala se reunieron las divisiones de Bravo y Matamoros á la de Galeana, y to-
« ros D. J u a n Galindo. E l fuego sobre la plaza, á pesar de esto, era sin interrupción de
das juntas se dirigieron á Valladolid, á éuyas puertas se presentó Morelos el dia 22 de
« dia y de noche. E l 27 de Setiembre, los capitanes Machorro y Montiel aparecieron
Diciembre; y en los siguientes 23 y 24, Bravo tomó parte en el ataque de la plaza, con útil, é imposible su conformidad con la desatentada conducta de Terán, por lo que rehu-
la bizarría de que antes babia dado tantas pruebas. sando, como era natural, el ofrecimiento que éste le hacia de que se quedase á su lado
Obligados los insurgentes á retirarse hácia P u r u a r á n despues de haber sufrido un en calidad de segundo jefe, dispuso Bravo marchar á Coscomatepee, despues de haber
fuerte descalabro á las inmediaciones de Valladolid, Bravo se encontró en el desastroso tenido mil dificultades para que Terán le devolviese el armamento de que había despo-
combate del pueblo mencionado últimamente; y despues de haber hecho prodigios de j a d o á su tropa.
valor, pudo forzar el paso por en medio del ejército realista, y en compañía de Galeana Habia dejado Bravo en Coscomatepee bastantes recuerdos y simpatías, para que la
se dirigió á las montañas del Sur, que en todo tiempo han sido el último baluarte de la poblacion entera, al tenerlo de nuevo en su seno, le hiciese grandes instancias para que
libertad y el lugar de refugio de sus defensores. permaneciera en u n punto que dos años ántes habia sido testigo de su gloria, Condes-
D u r a n t e todo el año de 1814 y la mayor parte del de 1815, D. Nicolás Bravo perma- cendió Bravo con los deseos de aquellos habitantes; pero Victoria, que hacia tiempo
neció combatiendo constantemente por la causa nacional, ya á las inmediatas órdenes habia adquirido bastante influencia en toda la provincia de Veraeruz, desde que de ella
de Morelos, ya en las expediciones que éste le confiaba. Los hechos de Bravo son poco faltó D. Nicolás Bravo, tuvo celos de éste al saber el buen acogimiento de que habia si-
conocidos durante ese período; pero lo volvemos á encontrar el 5 de Noviembre de 1815 do objeto en Coscomatepee, y le escribió suplicándole se retirase de la provincia y se
dirigiese al Sur, donde hacia falta y adonde pronto le remitiría algunos fusiles.
en la desgraciada acción de Tesmalaca, en que f u é hecho prisionero el generalísimo
Bravo habia dado ya en su dilatada carrera mil pruebas de grandeza de alma. Per-
Morelos.
donando la vida en Medellin á los prisioneros españoles en los momentos mismos de
Obligado éste á empeñar u n combate en dicho pueblo con el objeto de salvar al Con-
recibir la noticia de la ejecución capital de D. Leonardo Bravo, padre de nuestro héroe,
greso de Chilpancingo en su difícil retirada á Tehuacan, presentó al enemigo su línea
había mostrado una generosidad y nobleza sin ejemplo. Defendiendo á Coscomatepee
de batalla dividida en tres cuerpos. E l de la izquierda era mandado por D. Nicolás
con u n puñado de valientes contra un ejército aguerrido y numeroso, habia dado un
Bravo.
testimonio irrefragable de su valor é inteligencia.
Éste f u é el único que por algún tiempo sostuvo el choque de las fuerzas realistas.
Tenia ahora que dar la última prueba de su heroica magnanimidad. L a terminante
Puestos en f u g a los demás cuerpos independientes, Bravo se vió obligado al fin á reti- insinuación de Victoria, tanto más dolorosa para Bravo cuanto que éste habia sido el
rarse, tomando á su cargo la dificultosa y delicada tarea de seguir custodiando á los re- que con los esfuerzos de su valor, con las muestras de su generosidad y con la pruden-
presentantes de la Nación. cia y moderación de su conducta, habia ganado toda la comarca de Veraeruz para la
Desde este m o m e n t o la Historia no precisa detalladamente los actos de la vida de causa nacional atrayendo hácia ésta las simpatías y el entusiasmo de los habitantes;
Bravo hasta su prisión en el rancho de Dolores. Como por incidente se hace mención aquel desaire de que era objeto, decimos, debió poner en terrible lucha las pasiones y
de su n o m b r e u n a que otra vez, y a por sus entrevistas con Victoria en el fuerte de Pal- los sentimientos del héroe.
millas, ya p o r sus relaciones con Guerrero en el Sur, ya p o r la segunda defensa de A u n cuando Bravo podia tener fundados resentimientos contra un caudillo que com-
Cóporo. batía p o r la misma causa, dominó en su alma exclusivamente el amor á la Patria, y sa-
Sin embargo, nadie mejor que el mismo Bravo podia referir los acontecimientos de crificó su justa susceptibilidad retirándose de Coscomatepee, en secreto, para no dar
esa parte de su vida militar. lugar á u n a conmocion en el pueblo que tanto lo amaba, y dirigiéndose de nuevo á las
D e la relaeion escrita por el héroe y dirigida á u n amigo suyo, vamos á tomar la par- regiones del Sur en solicitud de otro héroe que allí luchaba por la Independencia: D.
t e que sea necesaria para dar idea de los acontecimientos en que figuró durante el pe- Vicente Guerrero.
ríodo de Noviembre de 1815 á Diciembre de 1817. Marchó Bravo con su tropa tomando el camino de San A n d r é s Chalchicomula y de
Habiendo llegado á Tehuacan con algunos miembros del Congreso que se le reunie- Tepeji de la Seda, pues quiso evitar el paso por Tehuacan para no dar lugar á un con-
ron despues de la derrota de Tesmalaca, Bravo filé de opinion que el Cuerpo que repre- flicto con Terán que allí se encontraba,
sentaba á la Nación no se retirase á Coxcatlan, sino á Cerro Colorado. L a conducta de A los pocos dias de una marcha rápida encontró por fin al f u t u r o héroe de Acatém-
D. Manuel Terán parecía sospechosa á la lealtad de nuestro héroe; y á pesar de que pan; recibió de él auxilios de pertrechos de g u e r r a y dinero; combinaron de común
aquel quería disuadirlo de que acompañase al Congreso en su retirada, Bravo creyó de acuerdo algunos movimientos y medidas en favor de la causa que ambos defendían, y
su deber hacerlo así, y lo custodió hasta Coxcatlan, donde tuvo efectivamente que de- Bravo se separó de Guerrero, dirigiéndose á las inmediaciones de Cuautla, donde se
fenderlo contra la agresión de Terán, hasta que los diputados mismos lo exhortaron á proporcionó algunos recursos.
que cesase en su resistencia. D e allí continuó su m a r c h a hácia el Mexcala, de cuyas riberas no se separó, haciendo
U n a vez hechos prisioneros p o r Terán los miembros del Congreso y conducidos de jornadas dobles y generalmente de noche, para evitar u n ataque de A r m i j o que se en-
nuevo á Tehuacan, Bravo comprendió que su presencia en aquel punto era del todo in-
El célebre D. Benedicto López intentó, sin resultado, la introducción de víveres á la
contraba en Chilapa con u n a fuerte división. Llegó, por fin, despues de muchos días de
plaza, pero f u é capturado el convoy que conducía, y el mismo López quedó prisionero,
m a r c h a fatigosa v difícil, al pueblo de Ajuchitlan, donde permaneció algún tiempo.
habiendo sido despues fusilado p o r orden expresa del virey. E n tan angustiada situa-
Allí reunió las diferentes partidas que expedicionaban por aquellos rumbos, las dis-
ción, desmoralizada la guarnición del fuerte, y estrechado el sitio hasta colocarse los
ciplinó y municionó convenientemente, y ántes de dos meses habia ya logrado formar
sitiadores á tiro de pistola, Márquez Donallo dió el asaltó el día 1? de Diciembre al
una división de más de mil hombres, regularmente arreglada y en la mejor disposición
anochecer. Todo f u é en aquel momento eonfusion y desorden: los sitiados intentaron
para batirse. Confiado en estos buenos elementos, dispuso Bravo fortificar el cerro del
salvarse dejándose caer por el derrumbadero llamado las Cuevas de Pastrana; pero allí
Aguila, y marchar á I l u e t a m o sobre el comandante realista D. P i ó María Ruis. No perecieron muchos, y otros fueron alcanzados y muertos en la persecución que les hizo
pudo dar alcance á éste p o r haberse retirado luego precipitadamente, pero entro en re- Barradas.
laciones con U r b i z u , compañero de Ruiz, quien le ofreció tropas y presentarle u n plan
Bravo logró salvarse, aunque m u y maltratado por la caída que había dado desde una
para que se apoderase de Zitácuaro, con el auxilio del mismo Urbizu, que debía pasar-
grande altura: oculto desde luego entre unas peñas, se dirigió despues á pié y sin tener
se á los independientes. Exigió U r b i z u á Bravo, para llevar á cabo esté proyecto, que
con que alimentarse, al rancho del Atascadero, distante más de treinta leguas de Có-
se alejase por algunos dias: hízolo así D. Nicolás Bravo, pero U r b i z u faltó á su promesa.
poro, y cuyos habitantes le proporcionaron u n caballo para llegar á H u e t a m o , donde
Entonces se decidió nuestro héroe á situarse en Cóporo, célebre posicion que en otro
se proponía reunir los dispersos.
tiempo habia fortificado y defendido D. R a m ó n Rayón. E l gobierno del virey com-
A este tiempo'se habia presentado entre las tropas insurgentes D. J u a n Antonio de
prendió cuán importante era n o permitir que Bravo permaneciese en aquella posicion
la Cueva, bajo pretexto de venderles algunas mercancías y baratijas, pero en realidad
militar: recordaba que el p u n t o era formidable y el actual defensor inteligente, ardoro-
comisionado por el gobierno de México para procurar la aprehensión de D. Ignacio
so y tenaz.
Rayón y del Dr. Verduzco. Bravo se dejó engañar al principio por las apariencias
Envióse u n a gruesa división á atacar á Bravo, pero f u é derrotada completamente; y de Cueva, pero habiendo tenido noticia de la prisión de Yerduzeo, marchó sobre los
entusiasmado con este triunfo, se empeñó Bravo más y más en reconstruir las fortifi- aprehensores, cuya retaguardia alcanzó al pasar el rio del Carrizal.
caciones de Cóporo, que habían sido destruidas totalmente despues que las entrego
Reunido con las fuerzas de Guerrero, Catatan, Zavala y Elizalde, componiendo un
Rayón. total de quinientos hombres, Bravo siguió en persecución del enemigo hasta las inme-
E n esta época apareció en las costas de Tamaulipas la expedición del general M m a . diaciones de Ajuchitlan; pero habiendo sabido que A r m i j o habia llegado á este pueblo,
L a gloriosa intentona de éste, que principió con u n éxito tan brillante, hizo renacer se retiró Bravo á San Miguel A m u c o , donde entregó el m a n d o de todas las fuerzas al
las esperanzas de los independientes en todo el país, y comenzaron á buscar á los cau- Sr. Guerrero, dirigiéndose despues, con objeto de atender á su quebrantada salud, al
dillos que habían quedado sosteniendo la noble causa. Bravo se decidió á defender bi- rancho de Dolores.
zarramente á Cóporo. P o r noticia de un prisionero, tuvo A r m i j o conocimiento del lugar en donde Bravo
Relevado del m a n d o Mora, que habia atacado á Bravo sin éxito, tuvo p o r sucesor á se encontraba, y se dirigió allá desde luego con el objeto de aprehenderlo, lo que logró
D. José Barradas, que llevando de refuerzo su batallón Ligero de San Luis, intentó efectivamente el 22 de Diciembre de 1817.
u n a sorpresa sobre el ftierte p o r una vereda desconocida, pero fué descubierto y recha- H a b i a dado orden el virey de que Rayón y Verduzco fueran remitidos á su disposi-
zado con bastante pérdida. Pidió mayor número de tropas, que le fueron enviadas, al ción, y habiendo sido conducidos á Teloloapan, lo f u é también Bravo, cuya prisión ha-
mismo tiempo que se dió el m a n d o de todas las que obraban sobre Cóporo, ai coronel bia sido puramente accidental, sin haber entrado en el plan proyectado contra Rayón
Márquez Donallo, que salió de México el 13 de Noviembre de 1817, llevando consigo y Verduzco. L a prisión de Bravo era, sin embargo, la más importante, y en el parte
su batallón de Lobera, doscientos caballos y artillería de grueso calibre. Despues se Je que A r m i j o dió al virey, decia que nuestro héroe «era mandarín del mayor concepto
reunió una parte del Regimiento de Ordenes militares. « entre los de su clase, y de influjo indecible en toda la Tierracaliente, p o r su astucia,
Todas estas fuerzas eran ya superiores á la defensa que Bravo podia hacer de la for- « por su mal encaminada constancia, por su sagacidad, atrevimiento, antigüedad en su
taleza de Cóporo. Siguiéndose las indicaciones" de D. R a m ó n Rayón, que ántes había « fatal causa y arbitrios de formar reuniones.»
fortificado y defendido el mismo punto, y acompañaba ahora á Márquez Donallo, el si- Llevados los presos á Cuernavaca, el comandante de este punto recibió orden del vi-
tio se hizo cada dia más estrecho, se impidió toda comunicación de los sitiados con el rey para formar sumaria á los eclesiásticos y para proceder contra los demás, sin otra
exterior del fuerte, y los horrores del h a m b r e comenzaron á sentirse en el interior. «Mis formalidad que la identificación de las personas, conforme á lo prevenido en los diver-
J sitiadores, dice Bravo, abundaban de todo, cuando yo de todo carecia: el perro muer- sos bandos de Venegas y de Calleja. Esto era tanto como condenar á muerte á Bravo
« t o y el caballo, fueron el plato más regalado con que muchos dias satisfice m i ham- irremisiblemente; pero A r m i j o y toda la oficialidad de su División suscribieron una re-
« bre, pasando algunos sin alimentarme.»
doñde^legaron á sus oídos las noticias del'nuevo plan de Independencia proclamado en
presentación a! virey . .. favor del ilustre prisionero, por cuya vida todos se interesaban
Iguala por B . Agustín de Iturbide. , , , . „ . , .
vivamente. , , . No podia ser grande la confianza que inspirara este caudillo a los jefes de la prime-
A r m i i o llevó á México apresuradamente la representación, y obtuvo del virey que r a época de Independencia, Su constante adhesión á la causa realista, y la persistencia
variase'los términos de la orden, previniendo que también se formase sumaria a los se- llevada frecuentemente hasta la crueldad, con que I t u r b i d e habia perseguido y comba-
culares. E l mismo virey Apodaca, al entregar esta eontra-órden á Armijo, le advxrtio tido á los insurgentes, había hecho que su solo nombre fuese para estos un objeto de
que la vida de Bravo dependia de la rapidez con que aquella fuese llevada a Guernava- horror Iturbide escribió una caita á D. Nicolás Bravo invitándolo á que tomase parte
ca donde conforme á la orden de 12 de Enero, debia procederse sin demora a a im- en la realización del proyecto que aquel habia concebido. A n i m a d o de u n sentimiento
posicion de la p e n a de muerte. E n pocas horas llegó I Cuernavaca la contra-orden de de prudencia, Bravo no contestó esa carta; pero Iturbide insistió haciéndole entregar
17 del mismo mes, en los momentos en que ya todo estaba dispuesto para la ejecu- otra por un comisionado especial, D. Antonio M i e r ; y entonces Bravo se d m g i o a Igua-
la á conferenciar con Iturbide. Manifestóle éste sus ideas favorables, al parecer, al bien
F o r m a r u n a sumaria á B . Nicolás Bravo por sus actos y participación en la g u e r r a de la P a t r i a , que fueron adoptadas por nuestro héroe, á quien I t u r b i d e expidió desde
de Independencia, era lo mismo que salvarle la vida. P o r grande que fuera la obceca- luego un despacho de Coronel, diciéndole que no lo restablecía en el anterior empleo de
ción del gobierno vireinal, y por terrible que fuera el anatema que hacia pesar sobre a Teniente-general que habia tenido en la primera época de la revolución, porque no po-
causa independiente, n o podía atribuir á Bravo otros crímenes que los de u n acendrado dia conferirle u n grado superior al que el mismo I t u r b i d e tenia. L a contestación de
amor á su patria, y los de u n a nobleza y heroicidad sin ejemplo, manifestadas constan- Bravo f u é digna de él al decir: «no aspiro á distinciones; m e presento á servir como sol-
temente en todos sus actos. Así es que ni aun se llegó á pronunciar sentencia en la « dado, y sólo deseo contribuir á realizar la independencia de m i patria.»
causa de nuestro héroe, sino que trasladado el día 9 de Octubre de 1818 a la cárcel de Marchó luego Bravo á Chilpancingo; y en este punto, en Tixtia y en Chilapa, logro
Corte de México, permaneció allí hasta que el restablecimiento de la Constitución espa- reunir más de cien hombres que se le desertaron prontamente, pues el espíritu de las
ñola de 1812 produjo el decreto de 13 de Octubre de 1820, por el que f u é puesto Bra- dos últimas poblaciones era decidido á favor d é l a causa real.
vo en libertad. Bravo se dirigió entonces á Izúear, adonde llegó con una tuerza de quinientos hom-
E n la dilatada prisión de eerca de tres años que sufrió D. Nicolás Bravo, grandes bres que en el camino se le reunieron; y habiendo sabido que el coronel realista Hévia
fueron las penalidades á que estuvo sujeto. E n la cárcel de Corte, donde permaneció habia sido destinado para perseguirlo, dejó la infantería fortificada en Izúear y pasó á
dos años, n o fué aliviado del tormento de tener en los piés u n a barra de grillos, y ha- Atlixco con la caballería. Allí se fueron agrupando al rededor del esclarecido caudillo,
bía necesidad de sacarlo en hombros fuera del calabozo para que tomase diariamen- Osorno y otros de los jefes independientes que expedicionaban por los Llanos de A p a m .
t e un poco de sol. Confiscada su hacienda de Chiehihualeo, careciendo por lo mismo Recogiendo Bravo la infantería que habia dejado en Izúear, se situó en Huejotzingo,
su familia de todo recurso, D. Nicolás Bravo se vió precisado á recurrir en la cárcel, de donde, para burlar la persecución tenaz de Hévia, se dirigió luego á Tlaxcala y á
para obtener una insignificante ganancia, que empleaba en comprar tabaco y choco- Huamantla, dejando á su paso encendido por todas partes el fuego de la revolución.
late á esa mezquina industria de los presos que consiste en manufacturar algunos • Besde Izúear habia avisado Bravo á B . José Joaquín de Herrera, que Hévia perse-
objetos de curiosidad, productos de la paciencia y del fastidio. B . Nicolás Bravo hacia guía al primero con tenacidad; y el segundo, corriendo en su auxilio, se situó en Tepea-
cigarreras de cartón que adornaba con papel de colores y marcaba con su cifra: estos ca, adonde Hévia se dirigió inmediatamente. H e r r e r a hizo avisar á Bravo para que se
objetos fueron despues conservados por los amigos del héroe, y por todas aquellas per- le reuniese en aquel punto, lo que efectivamente verificó, despues de haber intentado
sonas para quienes eran u n sagrado recuerdo de los sufrimientos de u n o de los mas no- en vano persuadir á H e r r e r a de que debia más bien retroceder á H u a m a n t l a y reunirse
bles caudillos de la Independencia, con él. Bravo presentía ya la derrota de Tepeaca.
Así como jamas decayó el ánimo de Bravo en medio de los azares de la guerra y en A l frente de este pueblo se presentó Hévia el 22 de Abril de 1821, y el 24 se empeñó
las vicisitudes de una tremenda lucha, tampoco se doblegó á impulsos de la desgracia la reñida acción en que frieron derrotados los independientes, teniendo que abandonar
cuando estuvo preso. E l virey Apodaca se admiró más de una vez de la actitud de no- el punto, y cubriendo Bravo con la caballería la retirada de H e r r e r a hasta la hacienda
bleza y magnanimidad que Bravo tenia constantemente en la prisión. Nada pedia, de de la Rinconada, d e donde se separó de éste para dirigirse á Zacatlan.
nada se quejaba, y sufría con tan tranquila resignación sus padecimientos, que solía de- Marchó de allí á Tulancingo, de donde el realista Concha salió precipitadamente.
cir el mismo virey «que Bravo le hacia la misma impresión que le hiciera un príncipe Ocupó Bravo la poblacion, reuniéndosele el coronel Castro con cuarenta dragones de la
cautivo." , división enemiga, é incorporándose también B . Guadalupe Victoria, Siguieron en per-
Puesto en libertad, como hemos dicho, á consecuencia del decreto de 13 de Octubre secución de Concha hasta San Cristóbal Ecatepee, de donde Bravo volvió apresurada-
de 1820, eligió para su residencia el pueblo de Izúear, pasando poco despues á Cuantía,
mente sobre Paebnea y se apoderó de la artillería y municiones que habia dejado Con- D e allí, tratando de ponerse de acuerdo eon D. Antonio León, para propagar la re-
cha en aquella villa, regresando despues á Tulaneingo, en cuyo p u n t o organizó y vistió volución en la Mixteca, se dirigió á H u a j u a p a n , donde conferenció con León, y no pu-
la tropa que tenia, estableció una fábrica de pólvora, y una imprenta en que comenzó á diendo obtener de éste desde luego el que tomase un partido decisivo, y sabiendo que
publicarse u u periódico y otros papeles que propagasen la revolución. A r m i j o se preparaba á atacarlo, se situó en ia Junta, de los Rios, sufriendo una deserción
E l 14 de J u n i o se encontró Bravo en disposición de salir de Tulaneingo con tres mil que apénas podían contener los esfuerzos del coronel Castro. Pronunciado, por fin, D.
hombres para sitiar la ciudad de Puebla. A inmediaciones de esta ciudad se reunieron Antonio León en H u a j u a p a n el 1? de F e b r e r o de 1823, Bravo se reunió á él dirigiéndo-
á Bravo varias partidas, y el sitio quedó establecido con tres mil seiscientos hombres. se ambos á Oaxaca, donde Bravo fué recibido con aplauso, é instaló una J u n t a de go-
Situado Bravo en el cerro de San J u a n , supo allí la defección de que habia sido vic- bierno.
tima el virey Apodaca en la capital; y á f u e r de agradecido por las consideraciones de E n Marzo de 1823, Bravo salió de Oaxaca para México con las tropas que habia reu-
que habia sido objeto por parte de aquel gobernante, dió sus órdenes para que si caia nido en aquella provincia, y acampó en San Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpam), donde
el virey en poder de alguna partida independiente, fuese tratado con toda especie de mi- se habian j u n t a d o la mayor parte de las fuerzas que habian secundado el movimiento
ramientos y distinciones. de S a n t a - A n n a en Veracruz contra Iturbide. Estando á punto de verificarse u n rom-
En 10 de J u l i o de 1821 Bravo intimó rendición á la plaza de Puebla, lo que no tuvo pimiento entre dichas fuerzas y las imperiales, que se hallaban en la capital, Gómez
efecto, y sí un armisticio, mientras trataban directamente los sitiados con D. Agustín Pedraza promovió u n a J u n t a de guerra, en la que se acordó, el dia 26 de Noviembre,
de Iturbide; y habiendo llegado éste á las inmediaciones de la ciudad, se arregló u n a u n convenio cuyo artículo 2? fijó la salida de Iturbide para Tulaneingo tres dias despues,
capitulación, de lo que resultó que el ejército independiente ocupase la plaza el día 2 bajo la custodia del general Bravo, como lo habia pedido el nuevo emperador. «Nada
de Agosto. « h a y en la vida de Bravo, dice Alaman, que le sea tan honroso, como esta elección que
Mes y medio despues de la terminación del sitio de Puebla, Bravo veia coronado el « hizo I t u r b i d e para confiar á su honor y probidad su propia persona y familia, cuando
supremo deseo de toda su vida, y entraba en México con el Ejército Trigarante vitorean- «todos le habian faltado.»
do la Independencia nacional, y siendo él mismo proclamado como uno de sus héroes. Conducido I t u r b i d e á Tulaneingo, y de allí á Veracruz, para ser embarcado en la
fragata inglesa "Rowllins," Bravo se condujo noblemente con su prisionero, guardán-
dole toda especie de consideraciones, y no permitiendo que se registrase el equipaje del
VI ilustre desterrado. L u e g o que Bravo cumplió la eomision de hacer embarcar á Iturbi-
de, fué invitado por las autoridades de Veracruz, que deseaban conocerlo, á que pasase
á la ciudad, donde fué objeto de todo género de atenciones.
Aquí termina el p r i m e r período de la vida militar y heroica del General Bravo. E n Y a en la sesión tenida p o r el Congreso el 29 de Marzo, habia sido nombrado Bravo
cuanto á sus actos posteriores al año de 1821, los señalarémos rápidamente para dar ci- miembro del " P o d e r Ejecutivo," compuesto del mismo Bravo y de los generales Vic-
m a á la tarea que hemos tomado á nuestro cargo, y seguiremos á grandes pasos la ca- toria y Negrete. Habiendo tomado en Guadalajara una actitud hostil al Gobierno de
rrera pública del Sr. Bravo hasta su muerte, acaecida en 1854. México los generales Quintanar y Bustamante, Bravo salió, con u f a división de dos mil
E n el arreglo que se hizo del ejército en E e b r e r o de 1822, Bravo fué nombrado coro- hombres, con el objeto de reprimir cualquiera intentona, lo que consiguió de pronto,
nel del primer regimiento de caballería, formado de las escoltas de Bravo y de Guerre- teniendo una entrevista en Lagos con los referidos generales, y situándose en Celaya
ro, y de los dragones de México. E n esta capital permaneció hasta el 5 de E n e r o de con u n cuerpo de observación. Más tarde, en J u n i o de 1824, ñié preciso acercarse á
1823, en que en compañia de Guerrero salió de ella, para ir á t o m a r parte en el movi- Guadalajara y ocuparla militarmente, haciendo prisioneros á los generales Quintanar y
miento iniciado en Veracruz p o r S a n t a - A n n a contra el emperador Iturbide. Bustamante, que fueron remitidos á Acapulco. U n historiador hace, por la prisión de
Dirigiéndose á Chilapa los dos generales, despues de habérseles reunido el coronel dichos generales, un reproche á Bravo. E l carácter de éste, reconocido en mil antece-
D. Antonio Castro con u n destacamento de caballería, llegaron á aquella villa, de don- dentes como leal y magnánimo, lo pone á cubierto de toda sospecha, y hoy está bien
de salieron al encuentro de A r m i j o que habia sido enviado en su persecución, y á quien probado en la historia, que la conducta de Bravo en toda la expedición de Guadalajara
esperaron en la fuerte posicion de Almolonga, cuya altura fortificada defendió Bravo, se ciñó estrictamente á las instrucciones que recibió del " P o d e r Ejecutivo."
y Guerrero los atrincheramientos que se habian formado en el descenso de la loma. Bravo regresó á México á t o m a r parte en el gobierno con los generales Victoria y
Herido gravemente Guerrero, abandonaron los suyos el campo, sin que fuesen bas- Guerrero; y habiéndose verificado poco despues las elecciones de Presidente y Vicepre-
tantes á contener la f u g a los esfuerzos de D. Nicolás Bravo. Éste se retiró hácia P u t l a sidente de la República, con arreglo á la Constitución de 24, Victoria f u é nombrado
eon los dispersos que pudo recoger, y se situó despues en el rancho de Santa Rosa. para el primer cargo, y Bravo para el segundo, en competencia con Guerrero.
L a resistencia de Chapultepec fué heroica pero inútil: el fuerte fué tomado por asal-
L o s sucesos políticos de esa época le obligaron á marchar á Guayaquil; de allí pasó á
to, y Bravo quedó prisionero.
Guatemala, regresando á su país en 1829. S a n t a - A n n a le confirió el m a n d o del Ejérci-
Bespues de la catástrofe, Bravo no volvió ya á figurar en la escena militar ni política.
to del Norte, del que se separó en 1836 en virtud de los sucesos de Tejas, y se retiró á Su vida pública terminó con aquella desgracia de la Patria, como siete años despues su
la vida privada á Chilpancingo. vida privada debia terminar por u n crimen. Este hecho, si bien causa indignación y
N o m b r a d o en 1839 Presidente del Consejo, tuvo que t o m a r en calidad de tal las rien- dolorosa tristeza, n o es, por otra parte, de extrañarse. L a vida de los hombres eminen-
das del Gobierno, el 10 de Julio, no obstante que al tomar posesion de aquel cargo, re- tes siempre h a estado amenazada por los tiros de la calumnia y de la envidia.
nunció espontáneamente el derecho que la Constitución le daba para ejercer la suprema Retirado á Chilpancingo, donde pasaba en la tranquilidad del hogar doméstico los
magistratura. Pocos dias permaneció el general Bravo al frente de la Administración, últimos años de su vida, el 22 de A b r i l de 1854 morían, casi repentinamente y con la
y en ella demostró cualidades estimables en u n gobernante, distinguiéndose por su pru- diferencia de sólo algunas horas, el Sr. Bravo y su esposa.
dencia, laboriosidad y b u e n a fe. Sus restos descansan en el lugar que le vió nacer, y que se enorgullece de llevar h o y
Volvió á la vida privada, hasta 1841, en que electo Diputado al Congreso general por su nombre.
el Estado de México, la Cámara lo designó para presidente del Consejo, de cuyo cargo Así concluyó la existencia de aquel hombre, cuya figura se destaca imponente y ma-
jestuosa en la Historia, y que siempre digno por mil títulos, ilustre por sus hazañas,
no llegó á tomar posesion, pues el Presidente provisional de la República lo nombró sus-
esclarecido por sus sentimientos levantados, es y será en todo tiempo la h o n r a y la glo-
tituto suyo, é hizo se encargase de la Administración en 26 de Octubre de 1842, en cuyo
ria de la Patria.
puesto permaneció hasta 5 de Mayo de 1843.
LORENZO AGOITIA.
E n 1844 f u é comisionado el Sr. Bravo para apaciguar la sublevación de los indígenas
de Chilapa, que amenazaban envolver las regiones del Sur en u n a horrorosa guerra de
castas. L o g r ó el ilustre General llevar á buen término su delicado encargo, merced á la
justa influencia de que gozaba en aquellas comarcas, y prestó en esta vez u n notable
servicio á la patria y á la civilización.
E n 1846, al iniciarse el amago de la invasión norte-americana, se le confió la orga-
nización de la defensa nacional en la zona de los departamentos de Puebla, Veraeruz,
Oaxaca y Tabasco. Situado el cuartel general de Bravo en Veraeruz, hizo allí podero-
sos esfuerzos para levantar el espíritu público, abatido p o r la desgraciada suerte de nues-
tras armas. Expidió proclamas que respiraban patriótico ardor, y en las que se conju-
r a b a á los mexicanos á la unión, y á deponer los odios de partido en presencia del gran
peligro que amenazaba á la Nación.
Poco despues, Bravo ñxé nombrado Vicepresidente de la República en la elección
que elevó á Paredes á la Presidencia, Este general obtuvo permiso para separarse de la
suprema magistratura á fin de tomar personalmente el mando del ejército, y Bravo to-
m ó posesion del poder, en el que m u y pocos dias permaneció, por haber triunfado com-
pletamente el plan de Jalisco, que llamó á S a n t a - A n n a del destierro y puso en sus ma-
nos los destinos de México.
Bespues de la derrota de Cerro Gordo fué nombrado Comandante general del Estado de
Puebla, y al replegarse todas las fuerzas que podían oponerse á la invasión, hácia el V a -
lle de México, Bravo quedó encargado del m a n d o de la línea del Sur, y pocos dias despues
tuvo que sostener la heroica defensa de Chapultepec hasta e l 13 de Setiembre de 1847.
Aquí Bravo volvió á ser el héroe de la primera Independencia: aquí desplegó el mis-
mo valor intrépido que treinta y cinco años ántes lo habia hecho triunfar en el P a l m a r
y defender bizarramente á Coscomatepee; pero B r a v o tuvo que participar de la fatal
desgracia que, por circunstancias particulares y que son de todos conocidas, pesaba so-
b r e nuestro ejército y agobiaba á la Nación.
HOJA DE SERVICIOS

U n sello que dice: " R e p ú b l i c a Mexicana,—Secretaría d e G u e r r a y Marina.—Departa-


m e n t ó del Cuerpo Especial de E s t a d o Mayor."—Sección 5?—Número 33,405.—Me e s
honroso a c o m p a ñ a r á vd., en cuatro fojas útiles, la H o j a de servicios que se h a f o r m a d o
por esta Secretaría al finado General d e División Nicolás B r a v o , benemérito d e la
Patria,
L i b e r t a d y Constitución. México, Marzo 20 de 1886.—Por e n f e r m e d a d del Secreta-
rio, I. Revueltas.—Rúbrica,—Al G o b e r n a d o r del E s t a d o de Guerrero.—Chilpancingo,

SECRETARÍA DE GUERRA Y MARINA

DEPARTAMENTO DEL CUERPO ESPECIAL DE ESTADO MAYOR.


PLANA MAYOR DEL EJÉKCITO.

HOJA DE SER VICIOS dd C. General de División Nicolás Bravo; su edad sesenta y nueve años;
natural de Chilpancingo, del Estado de Guerrero; su estado casado; sus servicios y cireunstan-
• das las que & continuación se expresan.
P E C H A S E N Q U E O B T U V O L O S E M P L E O S Y T I E M P O Q U E H A S E R V I D O E N CADA U N O .

Dias. Meses. Afl«¡. Empleos y grados. AÍIOS.

25 Setiembre. 1810. Alférez „ 5


1? Marzo. 1811. Gapitan „ 11 J>

1? Febrero. 1812. Teniente Coronel ,, 10 14


15 Diciembre. 1812. Coronel „ 10 24
9 Noviembre. 1813. Brigadier „ 3 6
2 Marzo. 1821. General de Brigada -
1? Julio. 1824. Idem de División con la
antigüedad de 15 de Fe-
brero de 1814, en que De General de Division.. 40
fué nombrado Teniente
General por el E. S. Jo-
sé M. Morelos
Abono de tiempo doble conforme al decreto de 21
n
de Marzo de 1822, de 25 de Setiembre de 1810 á
27 de Setiembre de 1821 11

Total. 54
1?

:
En la toma de la plaza de Tixtla, el 26 del mismo mes, haciendo seiscientos prisioneros armados;
CUERPOS E N QUE H A SERVIDO Y CLASIFICACION DEL TIEMPO.
y además ocho acciones.
Años. Meses. Dias. En la derrota del jefe realista Fuentes, á inmediaciones de Tixtla, en el mes de Agosto.
En la toma de la plaza de Chiautla, el 4 de Diciembre, quedando prisionero el jefe realista Musi-
En los antiguos patriotas, de 25 de Setiembre de 1810 á 31 de Diciembre de
tu, y también cuatro cañones, armamento y gran cantidad de municiones.
1817 7 3 7
Prisionero de guerra, de 1? de Enero de 1818 á 1? de Marzo de 1821 3 2 En la toma de la plaza de Izúcar (hoy de Matamoros), en el mismo mes.
»
Con los mandos de las Divisiones, 7? del Ejército, la de Operaciones y la del En la derrota del jefe realista Soto Maceda, en la Galarza, el 17 del mismo mes, en la que murió
Sur, de 2 de Marzo de 1821 á 31 de Enero de 1833 11 11 »
dicho jefe.
o
En cuartel, de I de Febrero de 1833 á 1? de Octubre de 1834 En la acción de Tenango, el 29 del citado mes.
1 8
Con el mando de la División del Sur, de 2 de Octubre de 1834 á 28 de Mayo A Ñ O D E 1812.

de 1837 2 7 27
En la ocupacion. de la plaza de Taxco, el 1? de Enero.
En cuartel, de 29 de Mayo de 1837 á 9 de Diciembre de 1838 1 6 11
En la defensa de la Hacienda de Tecualoya, el 17 del mismo mes.
De Comandante General del Estado de Puebla, de 10 de Diciembre de 1838 á
En la toma de la plaza de Tenancingo, los dias 23 y 24 del propio Enero, habiéndole quitado al
9 de Julio de 1839 » 7 !»
enemigo una culebrina y tres cañones.
Encargado de la Presidencia de la República y otras comisiones del servicio, de
En el sitio de la plaza de Cuautla (hoy de Morelos), del 19 de Febrero al 2 de Mayo, dia en que
10 de Julio de 1839 á 16 de Junio de 1844 4 11 7
rompieron el sitio.
De Comandante General del Sur y de General en Jefe del Ejército de operacio-
En la derrota de los jefes realistas Cerro y Afiorve, á inmediaciones de Chilapa, en el mes de Ma-
nes, de 17 de Junio de 1844 á 3 de Febrero de 1845 y? 7 17
yo, de la que resultó la toma de esa plaza.
De miembro del Consejo de Gobierno, de 4 de Febrero de 1845 á 27 de Julio
En la derrota de los jefes realistas Régules y Caldelas, á inmediaciones de Huajuapam, el 23 de
de 1846 i 5 24
Julio, habiéndoles quitado catorce cañones y más de mil fusiles.
Encargado del Poder Ejecutivo, de 28 de Julio á 1? de Setiembre de 1846 J! 1 4
En la derrota del jefe realista Labaqui, en San Agustín del Palmar, en el mes de Agosto, en la
En cuartel, de 2 de Setiembre de 1846 á 13 de Abril de 1847 JJ 7 12
que murió dicho jefe y quedó prisionera toda la fuerza; y la mandó en jefe.
De Comandante General del Estado de Puebla, del 14 al 30 de Abril de 1847. >? 17
En el ataque y toma de la plaza de Orizaba, el 26 de Octubre.
De General en Jefe de las fuerzas del Distrito Federal y Estado de México, de
En el combate de las Cumbres de Acultzingo, en Noviembre.
I o de Mayo á 26 de Julio de 1847 Jj 2 26-
En el ataque y asalto de la plaza de Oaxaca, el 25 de Noviembre, quedando en su poder sesenta
Encargado del Poder Ejecutivo y otras comisiones del servicio, de 27 de Julio
cañones, mil fusiles y gran número de prisioneros, entre ellos el Teniente general González Saravia,
de 1847 á 30 de Abril de 1848 )> 9 4 jefe de la Brigada Régules. y los coroneles Bonavia y Aristi.
En cuartel, de 1? de Mayo de 1848 á 22 de Abril de 1854, en que se cierra es-
A Ñ O D E 1813.
ta Hoja por haber fallecido el interesado.... 5 11 22
Abono de tiempo doble conforme al decreto de 21 de Marzo de 1822, de 25 de En la defensa y derrota de las fuerzas realistas, en Santa Rita, el 8 de Enero, haciéndoles treinta
11 »: 3 y cuatro prisioneros y quitándoles algunas armas.
En la defensa del Puente del Rey (hoy Nacional), el 14 del mismo mes.
Total de servicios hasta 22 de Abril de 1854.. » 54
En la ocupacion de la plaza de Acapulco, el 12 de Abril.
En el sitio y toma del Castillo de San Diego, en Acapulco, el 20 de Agosto.
En el sitio de la plaza de Coscomatepec, en el mes de Octubre.
En la defensa y derrota sufrida en la plaza de Valladolid (hoy Morelia), en los dias 23, 24 y 25
CAMPABAS Y ACCIONES DE G U E R R A EN QUE SE HA HALLADO.
de Diciembre.
En toda su carrera militar concurrió á cincuenta acciones de guerra y cinco sitios de plazas. A Ñ O D E 1815.

A Ñ O D E 1810.
En el ataque de la plaza de Tepantitlan, el 13 de Julio.
En la derrota sufrida en Texmalaca, el 5 de Noviembre, en la que fué hecho prisionero el E. S.
Eif el combate de Veladero (Estado de Guerrero), contra el Gobernador Carrefio.
D. José María Morelos.
A Ñ O D E 18U. A Ñ O D E 1816.

En la derrota del jefe realista Páris, la noche del 4 de Enero. En la derrota sufrida en las Mixtecas, mandando en jefe.
En la acción de la Hacienda de Chichihualco, contra el jefe realista Garrote, en el mes de Mayo, En la retirada del Cerro de Hueyapa, el 19 de Mayo, mandando en jefe.
LICENCIAS QUE HA USADO.
A S O D E 1821.
Ninguna.
En el sitio y toma de la plaza de Puebla, el 2 de Agosto, mandando en jefe.

A Ñ O D E 1847.
Quedo satisfecho del tiempo y servicios que se me anotan.
En la defensa del Castillo de Chapultepee, los dias 12 y 13 de Setiembre, en la que mandaba en
jefe, y fué hecho prisionero.
NOTAS.
Valor.
Capacidad.
COMISIONES QUE H A DESEMPEÑADO Y SERVICIOS MERITORIOS QUE HA PRESTADO.
Instrucción en Ordenanza.
Idem en ejercicios.
En Setiembre de 1821 fué nombrado miembro del Poder Ejecutivo.
Idem en Matemáticas.
En Febrero de 1822 fué nombrado Regente del Imperio.
Idem en Geografía del país.
En el mismo año fué nombrado miembro del Consejo de Estado.
Idem en Estadística de idem.
En Mayo de 1823 fué nombrado miembro del Poder Ejecutivo.
Conducta militar.
En 10 de Octubre de 1824 fué electo Vicepresidente de la República.
Idem civil.
En el año de 1839 fué nombrado Vicepresidente del Consejo de Estado.
Salud.
En 10 de Julio del mismo año se encargó de la Presidencia de la República.
En 10 de Octubre de 1841 fué nombrado sustituto del Presidente de la República.
En 26 de Octubre de 1842 se encargó de la Presidencia de la República.
En 4 de Febrero de 1845 fué nombrado miembro del Consejo de Estado.
En 12 de Junio de 1846 fué electo Vicepresidente de la República.
En 28 de Julio de 1846 se encargó del Poder Ejecutivo.
En 27 de Julio de 1847 se encargó del Poder Ejecutivo. El General de Brigada Ignacio Revueltas, Oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina, cer-
tifico: Que la Hoja de servicios que antecede, cerrada hasta el dia 22 de Abril de 1854, y compuesta
de cuatro fojas, selladas con el sello de esta Secretaría y rubricadas por mí, ha sido formada al C.
General de División Nicolás Bravo, en vista de los documentos que existen en su expediente.
México, 22 de Febrero de 1 8 8 6 — I . Revueltas.—(Firmado.)
PREMIOS QUE H A OBTENIDO POR ACCIONES MILITARES.
Téngase por válida la presente Hoja de servicios.—-El Secretario de Guerra y Marina.—Por enfer-
medad del Secretario, I. Revueltas.—-(Firmado.)
Por decreto de 23 de Noviembre de 1822, fué declarado Benemérito de la Patria, así como bue-
Un sello que dice: " Departamento del Cuerpo Especial de Estado Mayor.—México."—Confron-
nos sus servicios desde el año de 1810.
tada por el Jefe del Departamento del Cuerpo Especial de Estado Mayor.
Por decreto de 16 de Febrero de 1831, el Congreso lo obsequió con una espada de honor por la
México, 22 de Febrero de 1886.—Francisco Troncoso.—(Firmado.)
acción del Molino.
Medallas de honor de 1.a y 2.a época, creadas por decreto de 21 de Marzo de 1822.
Medalla de honor por la defensa de la integridad de la República, creada por decreto de 11 de No-
viembre de 1846.
Cruz por la defensa del castillo de Chapultepee los dias 8, 12 y 13 de Setiembre de 1847, creada
por decreto de 23 de Diciembre del mismo año.
Cruz de Constancia, de 1.* clase, creada por decreto de 25 de Junio de 1841.

CASTIGOS Q U E S E L E HAN IMPUESTO.


Ninguno.
INSCRIPCIONES EN EL MONUMENTO
( AUTOR DE ELLAS, IGNACIO M. ALTAMIRANO.)

EL ESTADO DE GUERRERO
S I E N D O S U G O B E R N A D O R E L G. F R A N C I S C O 0 . A R C E
ERIGIO ESTE MONUMENTO
A LA MEMORIA DEL MAGNANIMO GENERAL
NICOLAS BRAVO.
10 D E S E T I E M B R E D E 1886.

D E S P U E S D E S A B E R Q U E SU I L U S T R E P A D R E •
EL GENERAL DON LEONARDO BRAVO
H A B I A PERECIDO EN EL CADALSO
POR ORDEN DEL VIRE Y
DIÓ LIBERTAD Á 300 P R I S I O N E R O S ESPAÑOLES.

TENIENTE DEL G R A N MORÈLOS


EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.
FUNDADOR DE LA REPÚBLICA
E N 1823.
DEFENSOR DE LA P A T R I A
DURANTE LA INVASION NORTE-AMERICANA
E N 1847.

GENERAL DE DIVISION DEL EJÉRCITO MEXICANO.


BENEMÉRITO I)E L A PATRIA EN GRADO HEROICO.
MIEMBRO DEL SUPREMO PODER EJECUTIVO
E N 1824.
P R E S I D E N T E D E L A R E P Ú B L I C A E N 1839-1842-1846.
N A C I Ó E L 10 D E S E T I E M B R E D E 1786.
M U R I Ó E L 22 I ) E A B R I L D E 1854.
AL
MAGNÁNIMO GRAL.

Monumento levantado al Benemérito Gei


NICOLÁS BRAVO
CorL'motivo del Centenario de' su jiatalu
Clulp cuicingt
CORRESPONDENCIA

RELATIVA AL CENTENARIO

CIRCULAR DEL GOBERNADOR DEL ESTADO DE GUERRERO.

Bravos, etc.—Muy estimado señor y —El General D. Nicolás Bi;avo, benemérito de la patria
y héroe distinguido de nuestra Independencia, es una de las glorias más puras del Estado de Guerre-
ro, que le vió nacer en esta ciudad de Chilpancingo el 10 de Setiembre de 1786.
Acercándose el centenario de esta memorable fecha, el Gobierno de mi cargo ha creido de su de-
ber tomar la iniciativa en la celebración de este glorioso aniversario, promoviendo que sea solemni-
zado en toda la República, y á la vez preparando una gran festividad patriótica en esta Capital.
Con el indicado objeto tengo la honra de dirigirme á vd., primero para suplicarle que, si á bien lo
tiene, se sirva excitar el patriotismo de los habitantes de ese Estado, á efecto de que se preparen an-
ticipadamente á celebrar como corresponde el memorable natalicio del General Bravo, y despues in-
vitar á los hombres de letras para que contribuyan á la formación de un Album literario que en ho-
nor del esclarecido patriota se propone publicar este Gobierno, cuya obra será repartida el dia del
centenario.
Del reconocido patriotismo de vd. espero que seservirá aceptar la invitación que le hago, y dicta-
rá las medidas que crea convenientes para organizar los trabajos preparatorios de la festividad dicha.
Me permito suplicar á vd., que al hacer la invitación á los escritores de ese Estado, para que con-
tribuyan con sus producciones, en prosa ó verso, á la formación del Album, se les recomiende que
éstas sean remitidas á este Gobierno ántes de finalizar el mes de Junio.
Soy con toda atención, de vd., señor Gobernador, afectísimo amigo y —Francisco O.
Arce.—Firmado.
CORRESPONDENCIA

RELATIVA AL CENTENARIO

CIRCULAR DEL GOBERNADOR DEL ESTADO DE GUERRERO.

Bravos, etc.—Muy estimado señor y —El General D. Nicolás Bi;avo, benemérito de la patria
y héroe distinguido de nuestra Independencia, es una de las glorias más puras del Estado de Guerre-
ro, que le vió nacer en esta ciudad de Chilpancingo el 10 de Setiembre de 1786.
Acercándose el centenario de esta memorable fecha, el Gobierno de mi cargo ha creido de su de-
ber tomar la iniciativa en la celebración de este glorioso aniversario, promoviendo que sea solemni-
zado en toda la República, y á la vez preparando una gran festividad patriótica en esta Capital.
Con el indicado objeto tengo la honra de dirigirme á vd., primero para suplicarle que, si á bien lo
tiene, se sirva excitar el patriotismo de los habitantes de ese Estado, á efecto de que se preparen an-
ticipadamente á celebrar como corresponde el memorable natalicio del General Bravo, y despues in-
vitar á los hombres de letras para que contribuyan á la formación de un Album literario que en ho-
nor del esclarecido patriota se propone publicar este Gobierno, cuya obra será repartida el dia del
centenario.
Del reconocido patriotismo de vd. espero que seservirá aceptar la invitación que le hago, y dicta-
rá las medidas que crea convenientes para organizar los trabajos preparatorios de la festividad dicha.
Me permito suplicar á vd., que al hacer la invitación á los escritores de ese Estado, para que con-
tribuyan con sus producciones, en prosa ó verso, á la formación del Album, se les recomiende que
éstas sean remitidas á este Gobierno ántes de finalizar el mes de Junio.
Soy con toda atención, de vd., señor Gobernador, afectísimo amigo y —Francisco O.
Arce.—Firmado.
ántes de que termine el mes de Junio próximo, para que el Gobierno de ese Estado pueda publicar-
las en el Album que desea formar para conmemorar el natalicio del General Bravo, y cuya obra se-
CONTESTACIONES rá repartida el dia que tenga lugar la solemnidad del centenario.
Esta oportunidad, señor Gobernador, m e proporciona la grata satisfacción de ofrecerme á las órde-
Morelia, Enero 21 de 1886.—Señor Gobernador, General Francisco O. Arce.—Bravos.—Muy fino nes de vd. como su afectísimo amigo, compañero y S. S.—Rafael Oto-a,—Firmado.
amigo y estimado compañero.
Acojo con gran entusiasmo la brillante idea que se sirve vd. indicarme en su carta última, para
celebrar el primer centenario del nacimiento de nuestro General D. Nicolás Bravo. Sin duda es
Aguascalientes, Enero 23 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de
una de las glorias más puras, no sólo de ese Estado, sino de la República, y muy justo que, agrade-
Guerrero.—Bravos.—Muy señor mió de mi aprecio.
cidos los mexicanos á todos sus sacrificios, consagren un recuerdo á sus proezas, manifestándolo de
Ha sido en mi poder su recomendable, fecha 14 del actual, en la que se sirve invitar al Gobierno
la manera más significativa.
de este Estado, á efecto de que coopere á celebrar de una manera digna el centenario del natalicio del
A este efecto ofrezco á vd. excitar el conocido patriotismo de los michoacanos, é interponer toda benemérito de la patria y héroe de nuestra Independencia, el C. General Nicolás Bravo, nacido en
mi influencia para que, unidos sus esfuerzos á los de este Gobierno, celebremos con gran fiesta el 10
esa ciudad el 10 de Setiembre de 1786.
de Setiembre de 1886.
Con gusto procuraré obsequiar el patriótico pensamiento de vd., y al efecto, ya he dispuesto se
Y aunque son pocos los literatos que hay ahora en Michoacan, estoy seguro que para objeto tan trascriba su carta á las redacciones de los periódicos de esta ciudad, con objeto de que sus redacto-
noble contribuirán todos con sus producciones á formar el Album conmemorativo del héroe. res contribuyan á formar parte de "El Album literario" en honor de aquel esclarecido mexicano; así
Los deseos de vd. serán obsequiados; despidiéndome por ahora, no sin felicitarlo cordialmente por como á la Junta patriótica y sociedades obreras, para que preparen la solemnidad del glorioso cente-
la oportunidad con que una vez más manifiesta vd. su patriotismo. nario del héroe.
Soy con toda atención, de vd., señor Gobernador, afectísimo amigo y compañero.—M. Jiménez, Aprovecho esta ocasion para ofrecerme de vd. su más afectísimo amigo y atento S. S.—Francisco
—Firmado.
G. Hornedo.—Firmado.

Querétaro á Bravos, Enero 23 de 1886.—Señor Gobernador del Estado de Guerrero, General


Jalapa, Enero 23 de 1886.—Señor General Gobernador Francisco O. Arce.—Bravos.—Muy señor
Francisco O. Arce.—Muy estimable amigo y compañero.
mió y compañero.
Con positiva satisfacción me he impuesto de la favorecida de vd., fecha 14 del actual, en la que se
De conformidad con lo que vd. se sirve expresarme en su favorecida, fecha 14 del actual, ya tomo
sirve invitar al Gobierno de este Estado que es á mi cargo, para que excitando el patriotismo de sus
todas las providencias necesarias á fin de contribuir, todo lo más que me sea posible, á la celebra-
habitantes, contribuya á solemnizar en el mes de Setiembre del presente año, el primer centenario
ción del glorioso aniversario del distinguido patricio D. Nicolás Bravo.
del natalicio de uno de los primeros héroes de la Independencia de México, General D. Nicolás Bra-
Aprovecho esta oportunidad para suscribirme suyo afectísimo amigo, compañero y S. S . — J u a n
vo, que desea el de su digno mando solemnizar, no sólo en esa ciudad que lo vió nacer, sino tam-
Enriquez.—Firmado.
bién excitando con tal fin á toda la República.
En tal virtud, muy grato me es significar á vd., que el Gobierno que desempeño, inspirándose en
las mismas ideas y sentimientos patrióticos que animan al de ese Estado, secunda en todas sus par-
Oaxaca de Juárez, Enero 24 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce, Gobernador del Estado
tes tan plausible iniciativa para celebrar debidamente el primer centenario del ilustre General Bravo,
de Guerrero.—Bravos.—Muy estimado amigo y compañero.
que con justa razón ha sido considerado por propios y extraños, por amigos y enemigos, y por todos
Aceptando desde luego la patriótica idea que se propone vd. llevar á efecto, y que en su favorecida
los diferentes ^partidos políticos, sin excepción alguna, como una de las mayores glorias nacionales
de 20 del actual se sirve comunicarme, para celebrar dignamente el centenario del nacimiento del
de México, y cuyos hechos están escritos con letras de oro en las páginas de la Historia de nuestra
ilustre General insurgente D. Nicolás Bravo, haré que sea conocida por los escritores y literatos
patria.
del Estado, á fin de que contribuyan á la formación del Album dedicado al benemérito caudillo, y
Por lo mismo, no dude vd. que cooperaré gustoso y en cuanto m e sea posible á la realización de que el Gobierno del digno cargo de vd. quiere publicar.
tan feliz idea, á cuyo fin desde luego m e apresuro á publicar su apreciable carta, para que sea cono- Tomo en cuenta que las producciones deben estar presentadas á fines de Junio, y así lo manifesta-
cida del público en general, dirigiendo la excitativa correspondiente á todos los escritores y literatos ré á la Gomision ó Junta que para el efecto se nombre.
de esta entidad federativa, para que en obsequio de tan laudable objeto se sirvan dedicar algunas de Agradezco á vd. la invitación á que me refiero, y nuevamente me repito su afectísimo amigo y
sus producciones, ya sean en prosa ó en verso, á la memoria de tan ilustre caudillo. compañero que lo aprecia.—Luis Mier y Terán,—Firmado.
Si, como lo espero, logro que dichas producciones las hagan aquellas personas amantes de las glo-
rias nacionales y residentes en este Estado, procuraré remitírselas á vd., como se sirve indicarme,
Guadalajara, Enero 25 de 1886.—Señor Gobernador, General D. Francisco O. Arce.—Bravos.— Al aceptar la apreciable invitación de vd., tengo mucho gusto en manifestarle que, secundando sus
Muy estimado señor compañero y fino amigo. patrióticas miras, procuraré que en Sonora se celebre con el mayor esplendor que sea posible el 10
Verdaderamente complacido me he impuesto de la muy grata de vd. fechada el 14 del presente, á de Setiembre próximo, y recomendaré á los escritores del Estado que formen un Album literario en
que tengo la satisfacción de referirme, expresándole: que con entusiasmo acojo la patriótica excitativa honor del esclarecido patriota, y que lo envien al Gobierno del digno cargo de vd. ántes de finalizar
debida á su iniciativa para que justamente se celebre el próximo 10 de Setiembre, centenario del na- el mes de Junio, según vd. desea.
cimiento del ilustre héroe de nuestra Independencia, General D. Nicolás Bravo. Con el aprecio de siempre me repito de vd. afectísimo amigo y S. S.—Luis E. Torres.—Firmado.
Desde ahora ofrezco á vd. trabajar empeñosamente por que en el Estado de Jalisco se rinda ese jus-
tísimo tributo, y al efecto ya me dirijo á los Ayuntamientos en el sentido que vd. desea.
Asimismo procuraré que en el término señalado se remitan al Gobierno de su merecido cargo las Puebla á Bravos, Febrero 2 de 1886—Señor Gobernador, General Francisco O. Arce—Muy que-
composiciones literarias alusivas de autores jalisciences, para que sean publicadas en el Album res- rido amigo y compañero.
pectivo. Hubiera deseado contestar con oportunidad debida su importante carta fecha 14 del próximo pa-
Esta oportunidad me proporciona la de saludar á vd. cordialmente y repetirme su afectísimo amigo sado, pero la circunstancia de haber tenido que hacer un viaje á Veracruz en la última quincena de
y compañero S. S.—F. Tolentino.—Firmado. dicho mes, me impidió hacerlo, por lo cual suplico á vd. dispense mi involuntaria demora.
Amante como el que más de la conmemoracion de las glorias de la patria, acepto gustoso desde
luego la invitación que se sirve vd. dirigirme para celebrar en el Estado el centenario del nacimien-
Pachuca, Enero 26 de 1886.—Señor General Francisco Arce, Gobernador constitucional del Es- to del ilustre General D. Nicolás Bravo, y ya me ocupo de dictar las medidas á propósito para este
tado de Guerrero.—Chilpancingo.—Muy estimado señor y amigo. objeto, excitando el patriotismo de los habitantes de este mismo Estado, á fin de que la fiesta tenga,
Con el Ínteres debido me impuse de la favorecida de vd. del dia 14, en la que se sirve invitarme hasta donde es posible, toda la lucidez que tan importante asunto demanda.
para que coopere al mejor lucimiento del centenario que próximamente habrá de celebrarse en ho- He dirigido también una invitación oficial á los escritores de esta entidad, para que contribuyan
nor del ilustre patricio Don Nicolás Bravo. con sus producciones en verso ó prosa á la formación del Album que el Gobierno del digno cargo de
Penetrado de la gran significación que para nuestra querida patria envuelve la idea concebida por vd. se propone publicar, recomendándoles asimismo presenten sus escritos á la Secretaría de Fomen-
vd., y con el fin de secundarla en cuanto me sea posible, ya hago circular la parte relativa de su mi- to con la oportunidad que desea, para que sean remitidos oficialmente.
siva ya citada, con lo que espero obtener el más plausible resultado. No dude vd., señor General, que haré cuanto de mí dependa por que en el Estado se secunde de una
Aprovecho esta oportunidad para saludarlo á vd. y repetirme su afectísimo amigo, compañero y S. S. manera digna su bondadosa invitación; y esperando complacer sus deseos, me repito de vd. afectísimo
amigo y S. S.—Rosendo Márquez.—Firmado.
—Francisco Oravioto.—Firmado.

Chihuahua, Enero 26 de 1886.—Señor Gobernador, General Francisco O. Arce.—Guerrero.—Muy Saltillo, México, Febrero 6 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce, Gobernador del Estado
estimado señor. de Guerrero.—Muy estimado compañero.
Con positivo agrado me he impuesto del contenido de su favorecida fecha 14 del corriente, y ase- La celebración del centenario del natalicio del General D. Nicolás Bravo, es digna de ser encomiada
guro á vd. que, secundando su muy laudable y patriótico pensamiento, procuraré por todos los medios y apoyada por todos los mexicanos. Esa gran figura de la Independencia es la gloria más legítima de
que estén á mi alcance excitar el patriotismo de los habitantes de este Estado á efecto de que se pre- nuestra patria, y ante el mundo todo la presentamos envanecidos y entusiasmados.
paren con la debida anticipación á celebrar como corresponde el memorable natalicio del benemé- Si para el mencionado dia permaneciera yo en este Gobierno, ayudaría con todo lo que pudiera para
rito de la patria General D. Nicolás Bravo, é invitaré á la vez á los literatos para que contribuyan con el esplendor de la fiesta que está vd. preparando; pero como para esa fecha habré entregado ya al
sus producciones en prosa ó verso á la formación del Album que en honor de aquel esclarecido pa- Gobernador nuevamente electo, recomendaré con celo la solicitud de vd. á dicho señor, y yo en lo
tricio se propone vd. publicar el dia del centenario. particular haré cuanto de mí dependa para tan loable objeto.
Soy de vd. con toda atención afectísimo amigo y atento S. S.—Félix Francisco Maceyra.—Firmado. Felicitando á vd. cordialmente por su noble empresa, me repito á sus órdenes como su afectísimo
compañero y S. S.—Julio Cervantes.—Firmado.

Hermosillo, Enero 27 de 1886.—-Señor Gobernador, General Francisco O. Arce.—Bravos.—Mi


Campeche, Febrero 12 de 1886.—Señor General D. Francisco O. Arce, Gobernador del Estado
fino amigo y señor.
de Guerrero.—Bravos.—-Muy estimado señor.
He tenido el gusto de recibir la grata de vd. fecha 14 del comente, en la que se sirve invitarme á
La favorecida de vd. de 14 del mes próximo pasado, me deja impuesto con satisfacción de que,
celebrar en este Estado el centenario del nacimiento del señor General D. Nicolás Bravo, una de las
figuras más prominentes de nuestra Independencia. acercándose el centenario del nacimiento del señor General D. Nicolás Bravo, benemérito de la pa-
tria y héroe distinguido de nuestra Independencia, acaecido en esa ciudad el 10 de Setiembre de 1786,
Colima, Febrero 23 de 1886.—Señor General D. Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de
el Gobierno de su digno cargo ha creido de su deber tomar la iniciativa en la celebración de tan glo-
Guerrero.—Bravos.—Muy señor mió.
rioso aniversario, promoviendo que sea solemnizado en toda la República, y á la vez preparando una
gran festividad patriótica en esa capital. He recibido su muy atenta carta fecha 14 de Enero próximo pasado, en que se sirve vd. recomen-
darme excite el patriotismo de los habitantes de este Estado, á efecto de que se preparen á celebrar
Secundando el Gobierno de mi cargo tan laudable pensamiento, excitará el patriotismo de los ha-
como corresponde, el memorable natalicio del señor General D. Nicolás Bravo, benemérito de la Pa-
bitantes de este Estado, á efecto de que se preparen con anticipación á celebrar como corresponde el
tria, héroe distinguido de nuestra Independencia, y una de las glorias más puras de ese Estado que
natalicio del señor General Bravo, invitando, como vd. se sirve recomendarme, á los hombres de le-
lo vió nacer en esa ciudad de Chilpancingo el 10 de Setiembre de 1786.
tras para que contribuyan á la formación de un Album literario que ese de su digno cargo se propo-
En debida contestación disfruto la honrosa satisfacción de manifestar á vd., que el Gobierno de mi
ne publicar en honor de aquel esclarecido patricio, y cuya obra deberá repartirse el dia del centenario.
cargo, secundando gustoso su iniciativa, solemnizará el dia designado, el memorable natalicio del
A efecto de que la invitación que vd. se sirve hacerme en el particular, tenga los mejores resulta-
expresado señor General Bravo, á cuyo efecto ya se dictan las disposiciones correspondientes para
dos, desde luego dispongo que la indicada carta de vd. sea publicada en el periódico oficial del Es-
la organización de los trabajos preparatorios, y se invitará á los escritores de este Estado para que
tado, ofreciéndole coadyuvar en el sentido de que los patrióticos deseos de vd. sean realizados de la
contribuyan con sus producciones en prosa ó en verso á la formación del Album literario que en ho-
manera más conveniente.
nor del esclarecido patricio se propone vd. formar, recomendándoles que dichas composiciones sean
Esta oportunidad me proporciona el gusto de poderme suscribir de vd. muy atento amigo y afectí-
remitidas á este Gobierno, quien á su vez lo hará al del digno cargo de vd. ántes de finalizar el mes
simo seguro servidor.—Juan Montalvo.—Firmado.
de Junio próximo.
Aprovecho esta oportunidad para ofrecerme á las órdenes de vd. como su afectísimo, atento y S. S,
—Esteban García.—Firmado.
México, Febrero 18 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de Gue-
rrero.—Bravos.—Muy estimado compañero y fino amigo.
Deseoso de obsequiar la patriótica invitación que vd. se sirve hacerme para celebrar dignamente
el centenario del natalicio del benemérito General D. Nicolás Bravo, me he dirigido ya á los más cé- Culiacan, Febrero 23 de 1886.-—Señor Gobernador, General Francisco O. Arce.—Bravos.—Esti-
lebres de nuestros literatos, suplicándoles en nombre de ese Estado y en el mió, contribuyan con sus mado señor general y amigo.
producciones literarias á la formación del Album que me indica en su grata, fecha 14 del mes próxi- Oportunamente tuve el gusto de recibir la apreciable carta de vd. fecha 14 de Enero último, en que
mo pasado. Les he advertido además, que dichas producciones serán remitidas al Gobierno del dig- tiene la bondad de comunicarme su patriótica iniciativa, para solemnizar el 10 de Setiembre próxi-
no cargo de vd., ántes de finalizar el próximo mes de Junio; y caso que directamente se me enviasen mo el centenario del ilustre General D. Nicolás Bravo; invitando con este motivo á los hombres de
algunas, las mandaré á vd. con toda oportunidad. letras del Estado de Sinaloa, para que contribuyan á la formación del Album literario que en "honor
Con gusto haré toda clase de excitativas para solemnizar de la mejor manera posible este aniver- de aquel distinguido patricio tiene pensado publicar ese Gobierno.
sario, por servd. el iniciador de una idea que revela sus sentimientos altamente patrióticos. Tengo el Secundando los deseos de vd., he dirigido una invitación á los literatos y periodistas del Estado,
gusto de repetirme de vd. afectísimo amigo y atento compañero y S. S.—J. Ceballos— Firmado. cuyos destinos tengo la honra de regir, recomendándoles se sirvan enviar á este Gobierno los traba-
jos literarios que su patriotismo les dicte; y además, me propongo que en su oportunidad se hagan
algunas manifestaciones públicas para demostrar que los hijos de Sinaloa saben rendir homenaje á
la memoria de los héroes que, como el benemérito General Bravo, constituyen un timbre de gloria
San Cristóbal Las Casas, Febrero 20 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce, Gobernador del
Estado de Guerrero.—Bravos.—Mi estimado señor y compañero. para la Nación en que vieron la luz.

Gustoso correspondo á su estimable carta de 14 del mes próximo anterior, manifestándole: que Esta oportunidad me proporciona la satisfacción de ofrecerme á las órdenes de vd. como atento
aplaudo y acojo con entusiasmo la idea de su Gobierno de celebrar el centenario de D. Nicolás Bra- amigo y afectísimo S. S.—F. Cañedo.—Firmado.
vo con todo el esplendor que sea posible. Al efecto, invitaré á los hombres de letras de este Estado,
para que contribuyan con su trabajo á la formación del Album literario que se propone vd. publicar,
y haré lo que me sea dable para pagar el justo tributo de admiración y respeto á la memoria de uno
Cuernavaca, Marzo 16 de 1886.—Señor General Francisco O. Arce.—Chilpancingo.—Muy apre-
de nuestros héroes más grandes y más gloriosos.
ciable general y fino amigo.
Con sentimientos de amistad quedo de vd., señor Gobernador, compañero afectísimo y S. S — J o - Con el mayor agrado ha sido en mi poder la favorecida de vd. fecha 13 del que cursa, misma que
sé M. Ramírez.—Firmado. hace de mi conocimiento la patriótica iniciativa de vd. para que, tanto en el Estado de mi cargo como
en los demás de la República, se solemnice como corresponde en su aniversario el natalicio del hé-
roe de nuestra Independencia, el General D. Nicolás Bravo.
Dando por mi parte la mejor acogida á tan loable pensamiento, ya me dirijo á los distritos de esta
entidad, para que tanto en sus cabeceras como en las municipalidades de cada uno de ellos, tenga
verificativo la solemnidad de tan memorable fecha, que no pasará desapercibida asimismo en esta CONTESTACION.

capital.
A fin de obsequiar de igual manera la recomendación de vd. respecto de las inscripciones para el Olinalá, Enero 24 de 1886.—Señor General y Gobernador del Estado, D. Francisco O. Arce.—
Album dedicado á la memoria del héroe mencionado, ya ocurro á los pocos hombres de letras que Bravos.—Muy señor mió y amigo de mi distinguida estimación.
tenemos por acá, en demanda de su concurso. Por su muy atenta del 19 del corriente, que ayer me fué remitida de Chilapa, se digna vd. parti-
Quedo como siempre de vd. afectísimo amigo, atento y S. S.—Jesus H. Preciado.—Firmado. ciparme la aproximación del Centenario del natalicio del benemérito General Nicolás Bravo, quien
vió la luz primera el 10 de Setiembre de 1786 en esa ciudad histórica de Chilpancingo, que hoy se
honra en llevar el nombre del mismo distinguido patriota y de otros miembros de eSa honorable fa-
milia, que derramaron su sangre en favor de la santa causa de nuestra gloriosa Independencia.
CARTA CON FECHA 19 DE ENERO, DIRIGIDA POR EL GOBERNADOR DEL ESTADO,
Además, se digna vd. manifestarme que el Gobierno de su cargo trata de solemnizar debidamente
AL SESOR O B I S P O DE CHILAPA.
aquella fecha memorable, ocupándose de hacer los preparativos necesarios para tal festividad; que si
bien será celebrada en toda la República, deberá ser más espléndida en este nuestro Estado, en cuya
. Ilustrisimo Señor D. Buenaventura Portillo.—Chilapa.-—Muy señor mió y amigo de mi atención.
capital se meció la cuna del Ilustre Caudillo, y que entre los preparativos que se hacen, se ha dis-
Se acerca la fecha del Centenario del nacimiento de uno de los más esclarecidos héroes de nuestra
puesto la erección de un monumento conmemorativo, que será inaugurado solemnemente el dia del
Independencia, el benemérito General D. Nicolás Bravo, que vió la luz primera el 10 de Setiembre
Centenario. Pero que, como esa obra monumental demanda cuantiosos gastos, que el tesoro del Es-
de 1786 en esta histórica ciudad de Chilpancingo, que en la actualidad se honra con llevar el nom-
tado no puede sufragar por sí solo, ha ocurrido vd. al patriotismo de los habitantes del mismo, á fin
bre de este distinguido patriota y de los otros miembros de esa honorable familia, que derramaron de que con sus donativos voluntarios concurran á la ejecución de la obra, valiéndose de las autori-
su sangre en favor de la santa causa de nuestra gloriosa emancipación. dades de los Distritos para que organicen una suscricion entre los vecinos de las poblaciones respec-
El Gobierno de mi cargo trata de solemnizar debidamente aquella fecha memorable, y se ocupa tivas. Y que para obtener mejor resultado, ha creido vd. que será más conducente la cooperacion de
hace algunos meses en preparar lo necesario para esta festividad que será celebrada en toda la Re- los párrocos, auxiliando con su influencia los trabajos de las autoridades y comisionados que éstas
pública, pero que debe ser más brillante y espléndida en nuestro querido Estado, en cuya capital se nombren.
meció la cuna del ilustre caudillo.
"Muy bien, señor Gobernador; el proyecto y los medios de realizarlo, son muy dignos de su objeto,
Entre los preparativos que se están haciendo, se ha dispuesto la erección de un monumento con- verdaderamente grandioso y acreedor á todos los esfuerzos patrióticos de cuantos nos honramos en
memoratorio que será inaugurado solemnemente el dia del Centenario. Como la construcción de es- pertenecer al Estado que vió nacer al héroe insigne, cuyo Centenario está para cumplirse. Por mi
ta obra de arte que está ejecutándose ya, demanda cuantiosos gastos que el tesoro del Estado no parte, y acogiendo con plena voluntad la muy respetable y dignísima recomendación de vd. para exci-
puede sufragar por sí solo, me ha parecido conveniente acudir al patriotismo de los habitantes en tar á los señores párrocos y demás personas que me son sometidas, á contribuir con sus donativos
demanda de donativos voluntarios, y con ese objeto me he dirigido ya á las autoridades de los dis- particulares y á prestar su cooperacion con las autoridades respectivas en los trabajos de la suscri-
tritos para que organicen una suscricion entre todos los vecinos de las poblaciones, á efecto de reunir cion; ya doy los pasos correspondientes, disponiendo al señor Gobernador de la Mitra, que cuanto
la cantidad necesaria para cubrir los gastos expresados. antes circule nuestra excitativa á todos los párrocos y sacerdotes de la diócesis, expresándoles mis
Para alcanzar mejor resultado de esta suscricion, he creido que seria muy conducente la coopera- más vivos deseos por que con verdadero empeño y solicitud se apronten con sus donativos y se pon-
cion de los párrocos, auxiliando con su influencia los trabajos de las autoridades y de los comisiona- gan de acuerdo con las autoridades políticas para formar la suscricion de los vecinos y fieles de sus
dos que éstas nombraren. parroquias.
Con este objeto, me ha parecido conveniente dirigirme á vd., como lo verifico, para recomendarle De donde, con la satisfacción de secundar los elevados designios de vd. y de ofrecerle mi coope-
que, si lo tiene á bien, se sirva excitar el patriotismo de los señores Curas y de todas las personas que racion para llevar á efecto la obra conmemorativa á que se refiere su atenta carta, que tengo á la
le están subordinadas, ya para que contribuyan con sus donativos al aumento de la suscricion, ya para vista, me es muy grato reiterar á vd. mi particular aprecio, como su verdadero amigo y S. S.—Bue-
que auxilien á las autoridades en sus trabajos á este objeto. naventura, Obispo de Chilapa.—Firmado.
La ilustración de vd. y su reconocido patriotismo me hacen esperar que dará á este asunto la im-
portancia que merece y secundará los designios patrióticos del Gobierno al acordar la celebración del
Centenario del General Bravo. CARTA QCE EL GOBERNADOR DEL ESTADO DIRIGIÓ AL PRESIDENTE DEL "LICEO HIDALGO."

Aprovecho esta ocasion para repetirme de vd., señor Obispo, afectísimo amigo y S. S.— Francisco
O. Arce.—Firmado. Bravos, etc.—Mi estimado señor: Una Sociedad que ha tomado por nombre el del respetable ini-
ciador de nuestra Independencia, no ha de ser indiferente á las glorias de los héroes que, siguiendo
las huellas de aquel caudillo, sostuvieron constante lucha contra el Gobierno colonial, hasta obtener
el triunfo de la santa causa de nuestra emancipación.
vo, uno de los grandes hijos del Sur y de los héroes más esclarecidos de la Independencia Nacional,
Uno de estos beneméritos patriotas fué el General D. Nicolás Bravo, hijo de esta histórica ciudad,
y I t o con motivo del centenario de su nacimiento, que se celebrará el 10 de Setiembre próximo.
nacido el 10 de Setiembre de 1786, cuyo primer Centenario será celebrado en igual fecha del pre-
Crea vd., General, que semejante empeño honra á vd. altamente, y será uno de los títulos de glo-
sente año, por iniciativa que ha tenido la honra de hacer el Gobierno de mi cargo.
ria de su gobierno en Guerrero, y uno de los motivos más grandes que el pueblo suriano agregará á
Con ocasion de esta solemnidad, me propongo publicar un Album conmemorativo, que contenga
los muchos que ya tiene para profesarle eterna gratitud.
los pensamientos y las composiciones literarias en prosa ó verso que tengan á bien consagrar á la
Honrar á los Padres de la Patria es honrarse á sí mismo y mostrar que se es digno de sucederles
querida memoria del héroe, nuestros más distinguidos escritores.
Me permito, con tal objeto, invitar á esa honorable Asociación de literatos y sabios que vd. digna- en el amor del pueblo.
mente preside, para que se digne concurrir, con las producciones de sus estimables miembros, á la Agradezco y estimo altamente la distinción con que vd. me honra, comisionándome para hacer las
formación de este libro, que legarémos á la posteridad como el monumento de nuestra gratitud á inscripciones que debe llevar el pedestal de la estatua del héroe. El encargo es difícil, pero procura-
uno de los más esclarecidos autores de la Independencia. Sírvase vd.. señor Presidente, ser el intér- ré desempeñarlo con eficacia, pues lo que me falta de talento para él, lo suplen mi entusiasmo y mi
prete de estas ideas y de estos sentimientos para con esa Sociedad, y dígnese remitirme las compo- patriotismo.
siciones que le sean presentadas; recomendando á sus autores se sirvan entregarlas ántes del dia úl- A fines de este mes remitiré á vd. esas inscripciones, que serán cuatro, para los cuatro lados del
timo del próximo mes de Junio.
pedestal.
Soy de vd. afectísimo y seguro servidor.—Francisco O. Arce.—Firmado, No sólo contribuiré con una composicion mia para el Album, sino que el "Liceo Hidalgo," Socie-
dad que se compone de los escritores y literatos de más nombre que hay en México, tomará por su
cuenta el empeño de formar una coleccion para remitirla á vd. oportunamente. El Presidente del
Liceo contesta á vd. sobre el particular.
CARTA QUE EL GOBERNADOR DEL E S T A D O DIRIGIÓ AL S R . LIC. IGNACIO M . ALTAMIRANO.
Tratándose de honrar la memoria de un ilustre compatriota mió, deseo que vd. cuente con mi
Bravos, Febrero 27 de 1886.—Sr. Lic. Ignacio M. Altamirano.—México.—Mi querido amigo: Su- cooperacion en el pequeño círculo en que puedo prestarla.
pongo que tiene vd. noticia de que está siendo un hecho la erección del monumento con que el Estado Dando á vd. las gracias por su amistosa distinción, quedo de vd. afectísimo amigo Q. B. S. M.—
de Guerrero quiere perpetuar la memoria de nuestro benemérito D. Nicolás Bravo. Ahora bien, ese Ignacio M. Altamirano.—Firmado.
monumento debe llevar una inscripción, y yo deseo que vd. la haga; suplicándole me la envie cuan-
to ántes, porque van avanzando rápidamente los trabajos y pronto será necesario tener á la vista la
inscripción para determinar el sitio en que ha de ser colocada. C A R T A CON FECHA 2 7 DE F E B R E R O DE 1 8 8 6 , QUE EL G O B E R N A D O R DEL E S T A D O

Vamos á otra cosa. El dia del Centenario se ha de distribuir un Album conmemorativo, en el cual DIRIGIÓ Á LOS DIRECTORES DE LOS PERIÓDICOS "LA P A T R I A , " " E L M O N I T O R , " ETC., ETC.

no debe faltar alguna de esas brillantes producciones de vd. Le requiero, por lo mismo, en toda for-
Mi estimado señor: Al acercarse el diez de Setiembre, fecha en que nació, en el año de 1786, el
ma, como dicen ustedes los abogados, para que concurra á la formación del libro expresado con alguna
ilustre General D. Nicolás Bravo, el Gobierno de mi cargo está haciendo preparativos para que este
de las buenas producciones de su fecundo ingenio; recomendándole que me la envie ántes de Junio
Centenario sea solemnizado como corresponde en esta capital, en donde se meció la cuna del ilustre
próximo.
caudillo. Me propongo, entre otras cosas, publicar un Album conmemorativo en honor del héroe,
También le suplico invite y comprometa á todas las eminencias literarias de esa capital, á que que contenga pensamientos y otras producciones literarias en su alabanza. Con este objeto he invi-
presten su importante contingente para la realización de un pensamiento que tiene por objeto ensal- tado á los señores Gobernadores de los Estados, para que se sirvan excitar el patriotismo de los hom-
zar á un héroe tan esclarecido. bres de letras, á fin de que, con sus escritos en prosa ó verso, concurran á la formación de este libro,
Le adjunto la invitación que dirijo al " Liceo Hidalgo " con el mismo objeto, recomendando á vd. que será uno de los conductos por donde trasmitirémos á la posteridad las glorias del esclarecido
que personalmente la presente. patriota.
Ya sabe cuánto le estima su afectísimo amigo y seguro servidor.—Francisco O. Arce.—Firmado.
Para que esta invitación tenga mayor publicidad, me permito hacer un llamamiento al patriotismo
de vd., señor Director, suplicándole se sirva trasmitirla por medio del periódico que dirige, advir-
tiendo que las composiciones literarias que hayan de honrar el Album deberán ser remitidas á este
CONTESTACION. Gobierno en todo el mes de Junio á más tardar, para que haya el tiempo necesario para la impresión
de la obra.
Un sello que dice: "Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística."—México, Marzo 10 de 1886. Aprovecho esta ocasion para ofrecerme á las órdenes de vd. como su afectísimo y seguro servidor.
—Sr. Gobernador del Estado de Guerrero, General D. Francisco O. Arce.—Bravos—Muy querido
—Francisco O. Arce.—Firmado.
amigo y señor: He recibido la grata de vd. de 27 del pasado Febrero. En debida contestación, quiero
decirle: que, en efecto, he sabido con satisfacción y con placer, que vd., siempre inspirándose en ideas
elevadas y patrióticas, ha tenido empeño en erigir un monumento al ilustre General D. Nicolás Bra-
CONTESTACION DEL S R . JÜAN DE DLOS PEZA.
CARTA CON FECHA 2 7 DE FEBRERO DE 1 8 8 6 , QDE EL GOBERNADOR DEL ESTADO

DIRIGIÓ Á LAS PERSONAS DE LETRAS. México, 3 de Marzo de 1886.—Sr. General Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de Guerre-
rro. —Bravos. —Muy estimado señor: Acabo de recibir la grata de vd., de 27 de Febrero próximo
Bravos, etc.—Mi estimado señor: En celebración del próximo Centenario del nacimiento de uno
pasado, y me apresuro á contestarla desde luego.
de los más esclarecidos héroes de nuestra Independencia, el General D. Nicolás Bravo, y con el ob-
Nada es más obligatorio, para los que cultivamos las bellas letras, que enaltecer y honrar la me-
jeto de honrar la memoria de este ilustre caudillo, he dispuesso publicar un Album conmemorativo,
moria de los héroes que nos legaron sublimes ejemplos de abnegación y de santo patriotismo.
que deberá estar impreso el dia 10 de Setiembre próximo, fecha del expresado Centenario.
Perpetuar lo nuestro es formar la literatura nacional, y yo, sin dotes ni fuerzas, he procurado, ya
La merecida reputación que vd. tiene adquirida en el mundo de las letras, me hace desear que el
en unión de un distinguido poeta, cantar las tradiciones y leyendas de la ciudad de México, obra que
Album de Bravo registre en sus páginas alguna de las brillantes composiciones literarias que vd.
está concluyendo de publicarse; ya solo, escribir el romancero de la Guerra del Imperio, que próxi-
sabe escribir.
mamente saldrá á luz.
Me permito, pues, suplicarle tenga á bien prestar su valioso concurso á esta obra; recomendando
Usted, que tantas pruebas ha dado de su amor á la patria y á la causa liberal, nos proporciona
á vd. que la composicion que se sirva escribir, me sea remitida ántes de que termine el próximo
hoy, con legítimo motivo, otra ocasion para ensalzar á uno de nuestros más esclarecidos héroes.
mes de Junio.
Crea vd., señor General, que con todo gusto habré de complacerle, agradeciéndole la señalada dis-
Esperando se digne vd. aceptar esta invitación, me repito su afectísimo y seguro servidor.—Fran-
tinción que me hace, acordándose de mi laúd humilde y de mi oscuro nombre.
cisco O. Arce.—Firmado.
Soy, con el mayor respeto, su adicto y seguro servidor Q. B. S. M . — J u a n de Dios Peza.—Fir-
mado.

CONTESTACION DEL S R . GÜSTAVO BAZ.


CONTESTACION DEL S R . C. DEL COLLADO.

México, Marzo 2 de 1886.—Sr. General D. Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de Guerre- Sr. General D. Francisco O. Arce, Gobernador del Estado de Guerrero. — Bravos. — México, 8 de
rro.—Bravos.—Muy distinguido señor: Tengo el honor de contestar la grata fecha 27 del pasado, y Marzo de 1886.—Muy apreciado señor mió: Pocos dias há llegó á mis manos su grata fecha 1? del
en la cual se sirve bondadosamente invitarme á contribuir á la formación del Album conmemorati- corriente, en que se digna invitarme, como lo ha hecho con otros poetas, para cooperar al Album
vo del primer Centenario del General Bravo. conmemorativo del famoso General D. Nicolás Bravo, que deberá publicarse el dia y con motivo de
De todos mis humildes trabajos literarios, tanto en México como en Europa, los que más me han la celebridad de su Centenario, en el Estado que vd. dignamente rige.
satisfecho en las horas que les dedicaba, son los que consagraba al estudio y popularización de nues- Agradezco la inmerecida honra con que se sirve favorecerme; y si de aquí á la época oportuna mi
tros héroes patrios, de modo que no sólo corresponderé gustoso al patriótico llamámiento de vd., si- vieja y empolvada musa me inspira algo no indigno del justo homenaje á tan noble caudillo, me
no que me apresuro á darle las gracias por haberme recordado en estas circunstancias, y á felicitarlo apresuraré á ponerlo en manos de vd.
por una iniciativa que honra sus sentimientos de mexicano y de gobernante. Desgraciadamente ocupaciones prosaicas, y no poco largas dolencias, apagaron las osadías de me-
Quizás entre todas las figuras que surgieron en la grandiosa epopeya de la Independencia, la del jores años; y desconfio, aun más que nunca, de mis fuerzas. Las ensayaré de nuevo: y si sucumbo
General Bravo entrañe uno de los más distintivos caracteres de la raza criolla, la magnanimidad y en la prueba, rogaré á vd. que me permita resignarme al silencio. Ménos malo que deslucir á los
quizás también se preste á la leyenda arropado en un manto de gloriosa tradición, á la cual tengan buenos ingenios que honrarán la memoria del generoso patricio.
que rendir igualmente párias todos los que con diferente criterio se ocupen de su vida. Repitiendo á vd. las gracias por el favor con que me distingue, me ofrezco á sus órdenes como su
Honrar los hechos del General Bravo, trasmitirlos á la posteridad como un ejemplo, recordar có- adicto y seguro servidor Q. B. S. M.—C. del Collado.—Firmado.
mo consagró su juventud á la conquista de la Independencia, y sus últimos años á la defensa de la
patria injustamente agredida, es una acción que enaltece al que la inicia y que honrará á los que
CONTESTACION DEL S R . Lic. RAFAEL GÓMEZ.
coadyuven á ella.
Por esto, señor General, me permito reiterar á vd. mis más sinceras felicitaciones, agregando mi México, Marzo 10 de 1886.—Sr. General D. Francisco O. Arce.—Bravos.—Muy señor mió de mi
gratitud por su bondadosa invitación, y suplicándole acepte las seguridades de la más distinguida aprecio y consideración: Hasta ayer recibí su favorecida del dia 3 del corriente, en la que tiene
consideración con que soy su atento y afectísimo seguro servidor Q. B. S. M.—Gustavo Baz.—Fir- vd. la bondad de invitarme, á fin de que escriba alguna composicion literaria en elogio del insigne
mado. General D. Nicolás Bravo, con motivo del Centenario de su nacimiento, que va á celebrarse el diez
de Setiembre de este año.
Nada valgo como hombre de letras; sin embargo, tratándose de honrar la memoria del valiente y
denodado, del noble y generoso caudillo, que bien puede llamarse el Bayardo mexicano, porque nun-
ca sintió miedo ni consintió mancha, no puedo rehusarme á tan honorífica invitación. Demás de totalidad, me ha parecido conveniente hacer un llamamiento al patriotismo de los habitantes del Es-
esto, obra poderosamente en mi ánimo para prestarme á rendir el sincero homenaje de mi admira- tado, para que contribuyan con donativos voluntarios á los gastos del monumento expresado.
ción al héroe que forma una de nuestras pocas verdaderas glorias nacionales, la circunstancia de que Con tal objeto, me dirijo á vd. para recomendarle que, asociándose de las personas principales de
vd., sin conocerme, se ha fijado bondadosamente en mi pequefiez. ese Distrito que tenga vd. á bien nombrar, promueva una suscricion voluntaria entre los vecinos de
Así pues, pensaré lo que haya de escribir, para que se publique en el Album de Bravo, y le ofrez- cada una de las poblaciones de ese mismo Distrito; cuidando de que la colecta se haga, no sólo en-
co que remitiré á vd. mi composicion con toda oportunidad. tre las personas acomodadas, sino entre los pobres, porque la experiencia me ha enseñado que el
Con este motivo, señor General, quedo á sus órdenes en esta su casa, número 11 de la calle del óbolo de los pobres produce más en esta clase de suscriciones que las ofrendas de los ricos.
Puente del Correo Mayor, como su afectísimo y seguro servidor.—Rafael Gómez.—Firmado. El modo de hacer la colecta de donativos es, á mi juicio, nombrar en las poblaciones principales
dos ó tres personas de las más bien recibidas, y en los pueblos pequeños y cuadrillas el encargo á
los alcaldes ó comisarios, recomendándoles tomen el mayor empeño en que la colecta se haga ex-
CONTESTACION DEL S i t . LlC. V. RLVA PALACIO. tensiva para todos los vecinos, y que lo verifiquen á la mayor brevedad posible.
Yo deseo que en todo el mes de Febrero estén reunidos los ya repetidos donativos y entregado su
México, Marzo 18 de 1886—Sr. General D. Francisco O. Arce.—Muy distinguido amigo: Recibí
importe al recaudador de Rentas, y así recomiendo á vd. procure que se haga, estimulando á los co-
su grata, y mucho me satisface el que vd. se haya acordado de mí, y tengo por eso gran deseo de
misionados para que pongan todo el empeño y eficacia que esta comision exige.
servirle en lo que me indica, pues sabe que no de ahora, sino mucho tiempo há, le quiero y estimo
Independientemente de esta cooperacion que el Gobierno pide á los habitantes del Estado, desea
como vd. se merece.
que el Centenario se solemnice en todas las poblaciones, y á ese efecto recomiendo á vd. que propa-
Procuraré escribir algo que merezca figurar en el Album que en honra del héroe D. Nicolás Bra-
gue la idea en el Distrito de su mando, y excite á los ayuntamientos para que, de la manera que
vo piensa vd. publicar, y luego que termine le enviaré la composicion, si sale bien, y si no, la ver-
crean conveniente, preparen con anticipación á los vecinos para esta solemnidad, y hagan todo cuan-
dad no mando nada.
to sea posible para que tenga el mayor brillo y lucimiento.
Me repito su amigo que mucho le quiere y desea serle útil.— V. Riva Palacio.—Firmado.
Del patriotismo de vd. y de su reconocida eficacia espero que secundará los designios del Gobier-
no, en la celebración del Centenario, prestando desde luego la cooperacion que por ahora se le pide.
CONTESTACION DEL S R . D. NLCÉFORO GÜERRERO.
Soy de vd. afectísimo amigo y —Francisco O. Arce.—Firmado.

Guanajuato, 27 de Marzo de 1886.—Sr. General D. Francisco O. Arce.—Bravos.—Muy estimado


señor: Contesto la atenta de vd., fecha 17 del corriente, celebrando el noble y patriótico pensamien-
Señor General, Gobernador D. Francisco O. Arce.—Chilapa, Enero 16 de 1886—Mi respetable se-
to que se ha servido vd. anunciarme en ella.
ñor General.
Mucho he vacilado en resolverme á formar alguna composicion para el Album de Bravos, pues
mi insuficiencia es notoria; pero por una parte el fin patriótico de vd., y por otra, la gran veneración La favorecida de vd, fecha 14 del que cursa, me deja impuesto de que abriga vd. el pensamiento
que profeso al magnánimo General D. Nicolás Bravo, me deciden á enviar á vd., para el tiempo que de solemnizar decorosa y espléndidamente el Centenario del nacimiento del General D. Nicolás Bra-
desea, mi humilde composicion, la que de ninguna manera embellecerá las páginas del Album, y vo, que se cumplirá el 10 del próximo Setiembre, así como de que ha dispuesto erigir en esa ciudad
sólo sí servirá para que resalte el mérito de las muy brillantes producciones que lo enriquecerán, un monumento que perpetúe la memoria del héroe y que sea digno de él y del Estado que le consa-
como hijas de los notables ingenios de ese Estado y de los demás de nuestra patria. gra ese tributo de admiración á sus méritos.
Agradeciendo á vd. la inmerecida honra que se ha servido dispensarme con su invitación, quedo Con tan plausible motivo tiene vd. á bien recomendarme se levante una suscricion en todo este Dis-
de vd. afectísimo seguro servidor Q. A. B. S. M.—Nicéforo Guerrero.—Firmado. trito por medio de personas notables, lo mismo que en los demás pueblos, y en las cuadrillas, por
medio desús autoridades, á fin de que el resultado corresponda á los deseos de vd. y á la importan-
cia de la obra que se va á emprender; y aunque ya en una anterior dije á vd. que se cumplirá en es-
CARTA-CIRCULAR QUE EL GOBERNADOR DEL ESTADO DIRIGIÓ Á LOS JEFES POLÍTICOS
te Distrito con esa disposición, por la presente vuelvo á manifestarle que haré todo empeño por que
DE CADA DISTRITO. así se verifique y por que el resultado sea tan satisfactorio como pueda serlo, sujetándome para ello á
las instrucciones que ampliamente se sirve vd. dar en su grata citada que contesto, entre las que en-
Bravos, Enero 14 de 1886.—Señor, etc.—Mi estimado amigo y . . . . : Tengo grande Ínteres en que cuentro la de que el Centenario expresado se solemnice en todas las poblaciones con el mayor brillo
sea debidamente solemnizado el Centenario del nacimiento del General D. Nicolás Bravo, que será posible, con cuya recomendación procuraré cumplir llegada la vez, comenzando desde luego á pro-
el 10 de Setiembre próximo; pagar la idea entre los habitantes de todas clases de este Distrito.
Entre los preparativos que estoy haciendo he dispuesto que se construya en esta ciudad un mo- Sin otro particular, me repito de vd. afectísimo y atento servidor que lo saluda afectuosamente —
numento conmemorativo que deberá inaugurarse el día del Centenario. Manuel Parra.—Firmado.
Como esta obra demanda gastos de consideración, que el tesoro del Estado no podrá cubrir en su
POESIA
PARA

EL ALBUM BEL GENERAL B. NICOLÁS BRAVO.

¿Qué puede darte la lira mía


Pobre y exenta de inspiración?
¿Dónde encontrar grata armonía.
Que le hable al alma, al corazón?
Déme el Análiuac sus frescas flores
Y sus alondras dulce canción;
La blanca luna en sus albores
Me dé torrentes de inspiración.

Acá en mi alma sólo ha quedado


Alguna mustia, lánguida flor;
El crudo invierno las ha secado
Con su aliento tan destructor!
¡ Pero amo tanto mi caro suelo,
Mi virgen patria, Edén de amor;
Yo que he cantado bajo su cielo.
Lleno de encanto é inspirador!
Entre sus bosques de limoneros Tu gloria es pura cual nuestro cielo,
Me clan sus aves linda canción, Cual nuestra luz crepuscular;
Y entre la grama de sus senderos Como las flores de nuestro suelo,
Corren cristales en suave són. Como las olas de nuestro mar.
Hay en sus cumbres blancas neveras No hay una niebla que la oscurezca;
Que dan del iris igual color, Grande en el triunfo de tu nación,
Mullida alfombra son sus praderas Ella te brinda la oliva fresca;
Que borda y orna menuda flor. ¿ Y yo? Una flor del corazon.

Tal vez es sólo 1a, que ha quedado,


Y en esta tierra donde á natura Pues ha pasado mi juventud,
Miles de galas le dió el Señor, Y ya las cuerdas se han destrozado
Rica en productos, en hermosura, Que ántes vibraban en mi laiid.
Perla del Golfo de gran valor; ¡ Hoy yo levanto á tu memoria
Bajo las sombras de sus saúces. Acá en mi alma un sacro altar;
Bóvedas rústicas cuyo verdor Todos conmigo canten tu gloria,
Está alumbrado por esas luces Astro divino que veo brillar!
Tapiz brillante de su Creador;

CONCEPCIÓN AVELLANO DE A R T A L E J O .

Héroes nacieron que son su gloria,


Que coronaron su régia sien,
Que enriquecieron su heroica Historia.
Le dieron lauros, ¡tal vez de Edén!
¡Allí está Bravo, coloso inmenso.
Héroe sublime y sin igual . . . .
Y en su horizonte diáfano, extenso,
Luce su gloria! ¡astro inmortal!

Vierte su sangre por sus hermanos,


Con ella compra su libertad!
Perdón les da á los tiranos
Que lo sumieron en la orfandad . . . .
Cual nuevo Cristo, que perdonando,
" I d o s , " les dice con gran bondad,
Y en el silencio queda llorando;
¡Cuán noble fuiste, cuánta piedad!
A LA MEMORIA
R A S G O DE MAGNANIMIDAD.

DON NICOLAS BRAVO •• De mi padre querido por la vida


Las vidas vuestras ofrecí al tirano;
Más de trescientos sois; pero inhumano
Descargó la cuchilla maldecida.
Alza, Guerrero, la orgullosa frente,
Que del insigne Bravo la memoria
Perpetuarán los siglos, y su gloria ¡La sangre pide sangre! Permitida
Inmortal brillará resplandeciente. E s hoy la represalia al mexicano:
El virey os condena, no mi mano . . . .
Su corazon, ten noble como ardiente. ¡La sentencia fatal quede cumplida!"
Ni en medio del clamor de la victoria
Venganza conoció. Con vil escoria Dijo el ínclito Bravo, y silenciosa
No deslustró su timbre de valiente. U n a lágrima surca su semblante,
Y la piedad reemplaza al duro encono:
Invencible luchando con la suerte,
Y heroico cual ninguno, hasta el suplicio Brilla entonces su faz bella y radiosa,
De su padre miró con alma fuerte. Y magnánimo exclama: " ¡ P a d r e amante.
Vengado estás! ¡Iberos, yo os perdono!"
Del amor de la patria en sacrificio.
Pacliuca, 1886.
¡A su padre infeliz diéronle muerte,
Y á sus vencidos perdonó propicio! R. B. DE LA C.

L u z G . NÚÑEZ DE G A R C Í A .

Oaxaca, J u n i o de 1886.
Yo en voz grandilocuente
Cantara el rasgo de piedad sublime,
De vengativa sed el sacrificio,
Con que á presa legión de muerte exime
Del padre tras el bárbaro suplicio.

Mas no bastaran de la Grecia el númen,


E N EL CENTENARIO
De Roma el arte, de Britania el genio,
DBI. Unidos en armónico resumen,
P a r a pintar con soberano ingenio
G E N E R A L D. NICOLÁS BRAVO. L a lucha atroz que, en el horror nocturno,
Dentro aquel grande corazon reñían
Filial dolor, venganza roedora,
O D A . Marcial deber contra el hidalgo arranque
L a cristiana piedad que, tras convulso
T h e r a r e r a c t i o n s is Batallar de pasión y de grandeza,
I n v i r t n e t h a n in v e n g e a n e e .
SHAKSPEABE. E n rápido minuto casi opaca
Tempest.. Act. V.
Cuanto de grande y generoso impulso
Víle en mi mocedad—¡tiempo lejano!— De la Historia en el lienzo se destaca.
De insigne historiador* en la morada.
Tendióme v estreché la franca mano, Como, del alba á la gentil presencia,
A combates y triunfos avezada; Persisten en el aire y en los mares
Y contemplando aquel sereno busto Restos de la pasada turbulencia,
Coronado de nieve, Así alumbra el claror del nuevo dia,
Que se grabó tenaz en mi memoria, De su alma en el estadio,
>1 iré juntos fulgir en cerco breve. Reliquias de borrasca todavía.
Luz de modestia v majestad <le gloria. Mas lento baja al pavoroso radio
De la trágica arena,
Cante más rico mimen sus campañas; Prevenida á la bárbara hecatombe,
Legítimas proezas militares De perdón ó de tregua sin resquicio:
Que al asombro y dolor de las Españas Y en vez del rudo signo del suplicio,
Trasmitían los vientos y los mares. Con tranquilo ademan y voz serena
Al bardo castellano, A las dispuestas víctimas anuncia
Admirador del mérito eminente. Perdón y libertad . . . . Tiembla la escena
Cumple humillar la descubierta frente Al resonante ¡ Viva ! que pronuncia
Más que ante el guerreador ante el humano. La turba, del sepulcro redimida.
De justa gratitud al entusiasmo,
* D. L ú e a s A l a m a n . Abraza decidida
La causa por tal héroe sostenida; Eterno el canto vivirá que se alce
Y en reverente pasmo De tu virtud á la envidiable cima.
E l orbe la asombrosa nueva escucha. E n el concierto que tu nombre ensalce,
De España eco no digno, pobre rima
¡Rasgo enaltecedor de aquella lucha! Arriesgará mi admiración. Confunde
¿ F u é cálculo sagaz? . . . . Sobre la propia No su verdad, su mérito, el aplauso
Hazaña y las de huestes enemigas, De pàtria gratitud que en torno cunde:
Se alza, y eclipsa la cruenta copia L a repercuten piélagos y montes,
De triunfos, de combates y fatigas. Los limpios, alongados horizontes;
¿Impulso fué de natural nobleza? Y desde las alturas de su templo,
E n aquella vorágine de horrores, E n t r e hosannas, la F a m a
De estragos y matanzas y rencores, Tu nombre por los mundos desparrama,
¡Brilla más grande tan feliz grandeza! Y le ofrece á los pósteros ejemplo.

México.
E l triunfo de mayor merecimiento
Es de sí mismo el arduo vencimiento. C . DEL COLLADO,

Batallas y victorias
E n t r e entonce enemigos, hoy hermanos,
De ardimiento prodigios
Remembrarán apénas las historias,
De liras y pinceles los vestigios.
Con perezoso orin tácito el tiempo
Las proezas más ínclitas deslustra,
Borra los más espléndidos blasones;
Mas la luz de magnánima clemencia,
El fulgor de los hechos generosos
Sobre el turbión de horrores hazañosos
Perdurará con límpida hermosura
De la Historia en los nítidos espacios,
Como reinan eternos resplandores
E n las esferas de los astros grandes,
Aunque turbe los cielos inferiores
Borrasca que estremece en sus furores
Tendidos golfos y empinados Andes.

Guerrero generoso, á quien Anáhuac


E n justa apoteosis hoy sublima,
A L B U M DE BRAVO. 27

a l mas b r a y o d e l o s m e x i c a n o s . BRAVO.

Alza Abraham sobre Isaac la espada Soñaba con la gloria en el momento


Y obedece venciéndose á sí mismo; Que lo sorprende la desgracia impía,
Coriolano á sus piés abre un abismo, Y en su pecho, modelo de hidalguía,
Consolando á su madre desolada. Brota el furor unido al sentimiento!

Gruzman el Bueno en la ciudad sitiada De terrible hecatombe el pensamiento


A la morisma enseña el patriotismo, Ofusca su cerebro y lo extravia,
Y el amor fraternal con heroísmo Y ordena de trescientos la agonía,
Loco de angustia y de crueldad sediento!
Olvida ante la patria amenazada;

Ninguno de los tres excelso, grande, De su padre los manes aplacando,


Llora lo irremediable que del dolo Quiere que al mundo su venganza asombre,
O de un acto cruel lo torna esclavo: Y se venga, sublime, perdonando.

Tú, juez de un crimen que estremece al Ande, Al ver aquella heroicidad sin nombre,
Debelas tu pasión, y fuiste solo E l Sér Supremo, al héroe contemplando,
Tan B R A V O al perdonar, como antes BRAVO. Encuentra justa la creación del hombre!

J a l a p a , H a y o 80 de 1886.
Jalapa, J u n i o U de 1886.
G. BATORONI.

PEDRO COYDLA.
Que la nación llenaba, y á la aurora
De futura grandeza anunciadora
Que alumbraba las frentes
De aquellos destinados por los cielos
A ser del Anahuác libertadores,
Te alzaste con los tuyos, sin temores
Bajo la sombra augusta de Morelos.
AL HEROICO GENERAL

Muy grande fuiste tú cuando en la lucha,


NICOLAS B K AV O . Heroico siempre, y como heroico, humano,
Combatiste sin tregua, espada en mano,
Por conquistar la independencia santa,
Cuándo sereno y fuerte,
Pocos ejemplos presenta la Historia antigua Desafiando la guerra y sus azares,
y m o d e r n a de u n acto t a n noble de generosi-
d a d en u n m o m e n t o en que la venganza ha-
bía parecido autorizar aquellas crueles repre-
No abatieron tu espíritu animoso
s a l i a s , h a b i e n d o s i d o r e p e t i d o s los r a s g o s d e
h u m a n i d a d q u e e n el c u r s o d e l a r e v o l u c i ó n
Ni las vicisitudes de la suerte,
se v i e r o n en este d i g n o jefe: s i e m p r e v a l i e n t e
e n el c a m p o d e b a t a l l a , n u n c a f u e r a d e él m a n -
Ni el gran poder del vireinal coloso,
c h ó s u s m a n o s c o n l a s a n g r e del r e n d i d o , y
c o n s e r v a n d o p u r a su r e p u t a c i ó n & t r a v é s d e
Ni los negros horrores de la muerte.
las vicisitudes d e la guerra, c o n s t a n t e m e n t e
sostuvo la nobleza de su carácter, mereciendo
á j u s t o t í t u l o q u e se le a p l i q u e el t i m b r e d e l
c a b a l l e r o f r a n c é s , q u e p u d o l l a m a r s e con v e r - Muy grande fuiste tú, cuando poniendo
d a d "Sin miedo y sin tacha."
A laman, "Hist. de México;' lib. IV, cap. 7°
E l amor de la Patria sobre todo,
No inclinaste la frente ante el tremendo
¡Salve, Bravo inmortal, héroe glorioso, Ceño del enemigo poderoso,
Be raza de héroes por la gloria amados! Ni su clemencia, débil imploraste,
Con tu nombre los suyos enlazados N i sus vanas promesas aceptaste,
U n haz esplendoroso Mirando con heroica fortaleza
Forman, que luce en el turbado cielo H a s t a á tu mismo padre prisionero,
De nuestra patria historia Y temiendo, entre penas de agonía,
Á1 despuntar el tempestuoso dia E n terrible y prolijo sacrificio,
De nuestra libertad é independencia, Ver súbito llegar el mensajero
Que, si sangre miró, vió también gloria, Con la nueva fatal de su suplicio.
Leonardo, Miguel, "Víctor, con el tuyo,
Son nombres inmortales Pero si grande fuiste
Que brillan con eterna refulgencia Al abrazar con generoso empeño
De nuestra libertad en los anales, L a causa de la Patria en que naciste;
Si grande en combatir, en todas partes
Dando de tu valor gloriosa muestra
Muy grande fuiste tú, cuando al estruendo
De las bravas falanges insurgentes Y del poder de tu invencible diestra,
Más grande fuiste cuando, siempre liumano, Y la voz de Morelos tempestuosa
No se manchó tu mano Mandó que en represalia lastimosa
Con sangre del vencido, Recibiera en su seno de tinieblas
Y viste en él no un enemigo odioso, Trescientos prisioneros una fosa!
Sino más bien menesteroso hermano.
Mas tú, Bravo inmortal, tú á quien con v
Y ¡oh Bravo! ¿quién podría Negro cubrió la pavorosa muerte;
Ensalzar dignamente Tú, el hijo de la victima, en anhelo
L a sobrehumana gloria De coronar con resplandor de gloria
Con que allá en Medellin brilló tu frente, La Patria que te dió benigno el cielo;
Cuando en medio del humo de la guerra Tú, el héroe hijo del héroe, preferiste
Diste un ejemplo de virtud sublime Con santa caridad cubrir amante
De que la humana historia Tu amargura filial, tu dolor triste,
Ni tiene copia, ni te dió modelo, Y en vez de ensangrentar el patrio suelo
Que entusiasta y absorta ve la tierra, Con más sangre, llenando de hondo duelo
Y que aplaude con gozo el mismo cielo? Otros hijos también . . . . volver quisiste
Cuando la férrea mano Por odio, amor; por males, la ventura;
Del poder vireinal enardecido Y á los trescientos prisioneros diste
Por la sangrienta lucha E l bien de libertad . . . . ¡Cómo fulgura
E n que se alzó contra él enfurecido Por hecho tal, la estrella de tu gloria
E l pueblo mexicano, Indeficiente y pura!
Al autor de tu ser fiera oprimía, ¡Gloria y honor á tí, ¡oh insigne Bravo,
Ángel de fortaleza descendía Libre del mal y del deber esclavo!
P a r a infundirte valeroso aliento,
Y en tu mente lucia
De la Patria no más el pensamiento. Si es glorioso abrazar la causa santa
De la Patria; si es noble en lucha fiera
Enhiesta mantener sacra bandera
¡Murió por fin el noble prisionero!
Cuando un rayo del cielo la abrillanta;
F u é víctima en las aras inmolada
Si es grande y generoso, del vencido
Del poder español, y heroicamente
L a caída respetar, dulce consuelo
Tu padre, como tú, firme y sereno,
Dando á su corazon entristecido,
Ni vertió llanto, ni dobló la frente,
E s de héroes nada más, cuando está herido
Y al sepulcro bajó de gloria lleno.
E l corazon filial, y en él rebosa
U n a amargura como el mar inmensa,
Bajo el garrote vil sucumbió, y luego
Volver el bien por mal, ahogando noble
L a fatal nueva de su triste muerte,
E n piélago de amor á la venganza
Como espada de fuego,
Que con placer sangriento nos convida;
Hirió tu corazon, si amante, fuerte.
Tornando una desgracia inmensurable
E n manantial de caridad y vida.

Esto lo hiciste tú, Bravo sublime,


L a voz de las pasiones acallando
Y tu espíritu excelso levantando
Del heroísmo á la región sagrada
Que desde léjos mira
AQUILES Y E L GENERAL BRAVO
L a pobre humanidad . . . . Ella te admira!
E l perdón generoso que otorgaste
E s la más alta hazaña
DISIMILITUDES.
De todas las hazañas que ganaste,
E l más rico blasón de tu campaña,
Héroes hay ascendidos á la dignidad de tales por el ingenio y artificios de
De todas tus grandezas la más pura,
un hábil escritor: y héroes hay que levantándose en alas de sus propias virtu-
Y la mayor victoria
des, la magnitud de sus hechos, heroicos por sí mismos, los ensalza y glorifica.
Que eternidad y gloria te asegura.
Los primeros necesitan un genio que les ayude á subir y los coloque en donde
Por ella vivirás en la memoria
ellos no pueden llegar con solas sus fuerzas; y los segundos tan sólo han me-
Del humano linaje, pues no solo
nester un simple narrador que refiera lisa y llanamente la verdad.
Será este pueblo á quien tu gloria asombre.
Mientras más se lee la Iliada, más se admira la grandeza del talento de Ho-
Siempre te admirará, de polo á polo,
mero y la claridad de su ingenio: y fué necesario todo el talento y todo el ingenio
Por donde quiera que respire, el hombre!
de este gran príncipe de los poetas para elevar al soberbio Aquiles á las en-
Y á tu gloria irá unida
cumbradas regiones ele la inmortalidad. Por eso este héroe me parece á uno
L a de la Patria cara
de aquellos volcanes de América, como el Popocatepetl y el Chimborazo, de
Que tiene la ventura
los cuales dice el Barón de Humboldt, que son pigmeos puestos sobre muy gran-
De ver entre los timbres de su gloria
des pedestales: en efecto, ¿qué es el Popocatepetl? una montaña ele mediana
Dechado tal de heroicidad tan r a r a !
altura: ¿y por qué tiene su cima coronada de nieves perpetuas? porque está
puesto sobre la altiplanicie ó mesa central mexicana, mole que ocupa miles de
Oaxaca, Junio de 1886.
leguas cuadradas, y llega á la formidable altura de dos mil quinientos metros.
FRANCISCO PASCUAL GARCÍA,
Sin la mesa central, el Popocatepetl se quedaría muy abajo de la region de los
hielos. La altiplanicie es Homero, el Popocatepetl es Aquiles. Con razón en-
vidia el grande Alejandro la fortuna del hijo de Peleo, que tuvo tal cantor que
celebrara sus hazañas.
Nosotros podemos contraponer á este héroe tan celebrado uno de los nuestros,
que aunque extremadamente modesto, es conocido en gran parte del mundo por
su valor indomable, por la grandeza de su alma, por los nobles sentimientos
de su corazon, por su acendrado patriotismo, por la firmeza de sus principios,
y por su amor al orden: virtudes que, haciéndolo superior á los demás hom-
Tornando una desgracia inmensurable
E n manantial de caridad y vida.

Esto lo hiciste tú, Bravo sublime,


L a voz de las pasiones acallando
Y tu espíritu excelso levantando
Del heroísmo á la región sagrada
Que desde léjos mira
AQUILES Y E L GENERAL BRAVO
L a pobre humanidad . . . . Ella te admira!
E l perdón generoso que otorgaste
E s la más alta hazaña
DISIMILITUDES.
De todas las hazañas que ganaste,
E l más rico blasón de tu campaña,
Héroes hay ascendidos á la dignidad de tales por el ingenio y artificios de
De todas tus grandezas la más pura,
un hábil escritor: y héroes hay que levantándose en alas de sus propias virtu-
Y la mayor victoria
des, la magnitud de sus hechos, heroicos por sí mismos, los ensalza y glorifica.
Que eternidad y gloria te asegura.
Los primeros necesitan un genio que les ayude á subir y los coloque en donde
Por ella vivirás en la memoria
ellos no pueden llegar con solas sus fuerzas; y los segundos tan sólo han me-
Del humano linaje, pues no solo
nester un simple narrador que refiera lisa y llanamente la verdad.
Será este pueblo á quien tu gloria asombre.
Mientras más se lee la Iliada, más se admira la grandeza del talento de H o -
Siempre te admirará, de polo á polo,
mero y la claridad de su ingenio: y fué necesario todo el talento y todo el ingenio
Por donde quiera que respire, el hombre!
de este gran príncipe de los poetas para elevar al soberbio Aquiles á las en-
Y á t u gloria irá unida
cumbradas regiones ele la inmortalidad. Por eso este héroe me parece á uno
L a ele la Patria cara
de aquellos volcanes de América, como el Popocatepetl y el Chimborazo, de
Que tiene la ventura
los cuales dice el Barón de Humboldt, que son pigmeos puestos sobre muy gran-
De ver entre los timbres de su gloria
des pedestales: en efecto, ¿qué es el Popocatepetl? una montaña de mediana
Dechado tal de heroicidad tan r a r a !
altura: ¿y por qué tiene su cima coronada de nieves perpetuas? porque está
puesto sobre la altiplanicie ó mesa central mexicana, mole que ocupa miles de
Oaxaca, Junio de 1886.
leguas cuadradas, y llega á la formidable altura de dos mil quinientos metros.
FRANCISCO PASCUAL GARCÍA,
Sin la mesa central, el Popocatepetl se quedaría muy abajo de la region de los
hielos. La altiplanicie es Homero, el Popocatepetl es Aquiles. Con razón en-
vidia el grande Alejandro la fortuna del hijo de Peleo, que tuvo tal cantor que
celebrara sus hazañas.
Nosotros podemos contraponer á este héroe tan celebrado uno de los nuestros,
que aunque extremadamente modesto, es conocido en gran parte del mundo por
su valor indomable, por la grandeza de su alma, por los nobles sentimientos
de su corazon, por su acendrado patriotismo, por la firmeza de sus principios,
y por su amor al orden: virtudes que, haciéndolo superior á los demás hom-
bres, lo elevaron hasta la inmortalidad. Se parece este insigne varón al Pico Agustín del Palmar. Morelos Mandó á D. Nicolás Bravo con seiscientos
de Tenerife, que sin pedestal, sin arrimo alguno y sin ayuda de nadie, fijando hombres, sin artillería, que fuera á batir á Labaqui; éste, sabedor de que se
su firmísima planta en una isla en medio de los mares, destaca de repente su mandaba contra él un joven inexperto, le pareció despreciable. Llegó Bravo,
colosal estatua hasta penetrar con su cabeza en la región de las nieves eternas, é inmediatamente atacó las posiciones de los realistas. E l combate fué muy
dejando ver y admirar desde á primera vista su inmensa mole y su prodigiosa reñido y duró dos dias, al fin de los cuales, los americanos, faltos de parque,
altura. Este héroe es Bravo, que no tuvo, como Alejandro, que desear un Ho- atacaron al sable, y este rudo ataque dió por resultado, que muertos Labaqui
mero, porque él se basta á sí mismo. y su segundo, toda la tropa se rindió á discreción y quedó prisionera. E n to-
Cuando los griegos se preparaban para el sitio de Troya, la diosa Tetis, ma- dos estos combates, Bravo manifestó siempre un valor á toda prueba; no co-
dre de Aquiles, temiendo que éste se viera comprometido á tomar parte en mo el valor de Aquiles, que arrostraba sin temor los mayores peligros porque
aquella peligrosa guerra, lo envió, disfrazado de mujer, bajo el nombre de sabia que su cuerpo era invulnerable y los caballos de su carro eran inmorta-
Pirra, á la corte de Licomecles Rey de Ciros, en donde estuvo oculto hasta que les, sino con el verdadero valor, pues Bravo bien sabia que él y su caballo
la astucia de Ulises, como es muy bien sabido, lo descubrió y lo hizo ir y to- eran igualmente vulnerables y mortales; y sin embargo, despreciando los pe-
mar parte en los combates, para defender la honra de las armas helénicas, en ligros arriesgaba la vida con serenidad imperturbable.
los cuales se distinguió por su valor sin igual. Vamos ahora á referir el hecho más glorioso de la vida de nuestro héroe,
Iniciada en México por el generoso Hidalgo la guerra de Independencia, y hecho que en sumo grado lo enaltece y glorifica. Desde luego se comprenderá
seguida en el Sur por el invicto Morelos, I). Leonardo Bravo, su hijo D. Ni- que quiero hablar de lo sucedido con los prisioneros del Palmar. Pero sobre
colás y su hermano D. Miguel, que eran las personas más influentes de Chil- este glorioso acaecimiento, escuchemos á D. Francisco de Paula de Arrangoiz,
pancingo, fueron solicitados por el virey para que le ayudaran á combatir con testigo nada sospechoso, pues tanto él como Alaman, á quien sigue, son acé-
los insurgentes. Aterrorizados los Bravos con semejante proposicion, se ocul- rrimos enemigos ele los insurgentes. Dice, pues, así:
taron en la cueva de Michapa, y allí permanecieron siete meses, 110 huyendo " A los pocos dias de esta victoria (la del Palmar) fué ejecutado en la ca-
por temor de los combates, sino por no verse comprometidos á tomar parte pital D. Leonardo, padre de Bravo. "Al saberlo mandé poner en capilla á cer-
contra la insurrección. De allí los hizo salir, no la astucia ni los ardides de ca de trescientos prisioneros que tenia yo en Medellin," decía el General Bra-
nadie, sino "un papelito del Cura Morelos, pidiéndoles víveres para sus tropas.'''' vo á D. Lúeas Alaman, en carta de 2 1 de Febrero de 1850, "dando orden al
(Bustamante.) No sólo le franquearon lo que pedia, sino que se pusieron á su capellan, que lo era un religioso apellidado Sotomayor, para que los auxiliase;
disposición y tomaron una parte muy activa en aquella guerra. Su primera pero en la noche, no pudiendo tomar el sueño en toda ella, me ocupé en re-
hazaña fué derrotar á un jefe español que iba á perseguirlos de orden del vi- flexionar que las represalias que iba yo á ejecutar disminuirían mucho el cré-
rey, y despues resistir victoriosamente el rudo ataque que les clió en Tixtla el dito de la causa que defendía, y que observando una conducta contraria á la
comandante Fuentes. Acompañaron á Morelos en el memorable sitio de Cuau- del Virey, podría yo conseguir mejores resultados, cosa que me halagaba más
tla; y saliendo de allí, en la hacienda de San Gabriel cayó prisionero D. Leo- que mi primera resolución . . . . Con este fin (el de perdonar á los prisione-
nardo Bravo, que fué llevado á México por el sanguinario Calleja. ros) me reservé esta disposición hasta las ocho de la mañana que mandé for-
mar la tropa con todo el aparato que se requiere para una ejecución: salieron
Situado despues Morelos en Tehuacan, sus tropas hacían frecuentes excur-
los presos, que hice colocar en el centro, en donde les manifesté que el Virey
siones á los alrededores de Puebla, é interrumpían la comunicación entre Ve-
Venegas los había expuesto á perder la vida en aquel mismo día, por no ha-
racruz y México, por lo que el Gobernador Dávila mandó que D. Juan Laba-
ber admitido la proposicion que se le hizo en favor de todos por la existencia
qui, con trescientos infantes del Regimiento campechano de Castilla, sesenta
de mi padre, á quien había mandado dar garrote en la capital; que yo, no que-
caballos y tres piezas de artillería, fuera á la capital á llevar la corresponden-
riendo corresponder á semejante conducta, había dispuesto no sólo perdonar-
cia de España, que estaba rezagada en gran cantidad, y que á su vuelta traje-
les la vida en aquel momento, sino darles entera libertad para que marchasen
r a un convoy de harinas que escaseaban en aquel puerto. Salió, en efecto, La-
á donde les conviniera: á esto respondieron llenos de gozo, que nadie se que-
baqui, y habiendo derrotado algunas pequeñas partidas, se situó en San
ria ir, que todos quedaban al servicio de mi división, lo que verificaron, á ex- era del camino de la capital, y siguiendo el sistema de orden que le habia dis-
cepción de cinco comerciantes de Veracruz, que por las atenciones de sus tinguido desde el principio de la insurrección, dejaba libre el tránsito para los
intereses se les extendieron pasaportes para aquella ciudad." Hablando el efectos comerciales, mediante una contribución que impuso sobre cada fardo,
General Bravo en 1836, con el autor de esta obra, á quien honraba con su pues aunque este comercio por medio de los insurgentes estuviera severamen-
amistad, le dijo, que lo que más habia pesado en su ánimo para su generoso te prohibido por el Gobierno, el Ínteres privado se sobreponía á todo y encon-
proceder, habia sido la idea de la aflicción de las pobres madres por el fusila- traba medios para eludir las medidas dictadas por las autoridades. E l carác-
miento de tantos jóvenes: Bravo adoraba á la suya. Repetidos fueron los ac- ter personal de Bravo facilitaba este género de relaciones, y aun daba lugar á
tos de humanidad de este hombre generoso durante la insurrección, y las otras de diversa naturaleza: generoso y magnánimo en su conducta con los es-
pruebas de su extraordinario valor. pañoles, nunca derramó su sangre sino en el campo de batalla; y muy léjos de
¿Qué rasgo habrá en la vida toda del furioso Aquiles que con éste pueda perseguirlos, fué el protector de cuantos pudo salvar de la muerte, con lo que
compararse? Ninguno ciertamente, porque la bondad, la cordura y la miseri- aquellos se acostumbraron á considerarlo como un enemigo político, pero co-
cordia le fueron siempre desconocidas. ¿Cuándo hubiera jamas pensado Aqui- mo un amigo personal: de aquí procedió que los desertores de las tropas que
les en las ventajas que podría obtener para su patria, perdonando á los prisio- iban de España, los soldados que quedaban enfermos y rezagados en los ar-
neros? ¿Cuándo jamas hubiera pensado en las amargas penas y en las ardien- dientes climas de la provincia de Veracruz, y los prisioneros cogidos en los di-
tes lágrimas de las madres de sus víctimas? E r a de carácter duro é inflexible, versos reencuentros, se alistaban con gusto bajo sus banderas. Los comercian-
y sus acciones todas eran regidas por la cólera, el rencor y la venganza. Su tes de Veracruz, aunque decididos defensores de la causa española, seguían
mismo panegirista, el grande Homero, pone en boca de los Mirmidones, vasa- comunicaciones con Bravo para proporcionar el tránsito de sus mercancías,
llos y soldados de Aquiles, las siguientes palabras, que tan bien lo caracte- franqueándole ropa para su gente y haciéndole frecuentes obsequios de comes-
rizan: tibles; de modo que Bravo en su campamento, no sólo tenia cuanto era menes-
ter para su tropa, sino todas las delicadezas y regalos para su persona."—
"Aquiles de Peleo!
[.Arrangoiz, "México desde 1808 hasta 1867," Tomo I, página 193.]
Inflexible! sin duda que tu madre
Te alimentó con hiél. Desapiadado! Asombra ciertamente ver tanta madurez, tanto juicio y tanta prudencia en
Que así mal grado suyo á tus legiones un joven de veintiséis años, y que vivía en medio del desorden de una insu-
Detienes en las naves. A lo ménos rrección tan desastrosa como fué la de 1810. Muy joven era Bravo en esta
Permite que nosotros á la patria,
época, y la misma edad tendría Aquiles al fin de la guerra de Troya: y en tan
Atravesando el mar, volvamos todos,
tierna edad ¡qué diferencias tan grandes entre uno y otro! Parece que se pro-
Pues tan funesta cólera tu pecho
A dominar llegó." pusieron contraponer los graneles vicios y las grandes virtudes: oscurecían la
mente del uno las negras sombras de la soberbia, de la ira, del rencor y de un
insaciable deseo de venganza; y esclarecían el alma del otro las divinas luces
Nuestro héroe, por el contrario, era por naturaleza benigno, compasivo y
de la benignidad, de la cordura, de la filantropía, de la prudencia y de una
humano, y todas sus acciones eran regidas siempre por la prudencia y la cor-
propensión imprescindible que tenia de perdonar las injurias. Por eso la Pro-
dura. Oid, si no, el sincero elogio que de su carácter hace el ya citado Arran-
videncia, que nada hace al acaso, supo dar á cada uno lo que merecía confor-
goiz:'
me á sus obras: Aquiles murió muy joven, herido en un talón (único punto
"Don Nicolás Bravo, á quien Morelos había dado el mando de la provincia
vulnerable que tenia) por una saeta envenenada dirigida por la mano de un
de Veracruz, se presentó el once á la vista de Jalapa, ocupando las entradas
cobarde; que con muerte prematura suelen ser castigados los que cometen desa-
y las alturas que la rodean. Mandaba la plaza D. Antonio Fajardo, sargento
catos contra la humanidad y la justicia: Bravo, por el contrario, vivió largos
mayor del Regimiento de Veracruz . . . . Duró la acción desde la madrugada
y felices años, que comunmente es el premio de los justos, á quienes Dios pro-
hasta las diez de la mañana, á cuya hora se retiró Bravo, dirigiéndose á ocu-
mete que verán hasta su cuarta y quinta generación.
par el Puente del Rey, posicion casi inexpugnable. Dueño Bravo de ella, lo
Continuó sirviendo en la guerra de Independencia con la buena fe, activi-
dad y honradez que le fueron siempre características, hasta que cayó prisio-
nero. E n la cárcel donde permaneció algunos años, sufrió siempre las penali-
dades y miserias con inimitable paciencia, y esperaba la muerte, que él creía
ser el término de su prisión, con imperturbable energía.
Por la amnistía que concedieron las Cortes españolas fué nuestro héroe pues-
to en libertad en el año de 1821. Salió de la cárcel y se dirigió, 110 á su casa,
A L ILUSTRE GENERAL
sino á presentársele á Iturbide y ofrecerse al servicio de la segunda guerra de
Independencia, en la que fué de grande utilidad.
Establecida la República, desempeñó cargos y comisiones de muy alta im- D. N I C O L Á S BRAVO
portancia, llegando á ser Vicepresidente de ella. E n 1846 tuvo la gloria de
E IN" STJ C E N T E N A R I O .
combatir la última vez en defensa de la patria, defendiendo con denuedo el
fuerte de Chapultepec, atacado por los americanos del Norte. Allí fué hecho
prisionero, no habiendo desmentido en toda la acción el carácter histórico con que
PARA EL ALBUM QDE LE DEDICA CHILPANCINGO, SU PATRIA.
es ventajosamente conocido en la Bejníblica y fuera de ella. (Diccionario Univer-
sal de Historia y Geografía.) Retirado despues á Chilpantzingo, su ciudad
natal, vivió muchos años en el seno de su familia, gozando de los beneficios Bendito pueblo aquel que no al olvido
de la paz, y murió de una edad muy avanzada. Pasaba sus últimos días muy Ni al soplo dé sus vientos desiguales
felizmente, rodeado de los chilpantzingueños que lo veneraban, lo amaban, y Da los hechos gloriososos y el subido
en todo lo obedecían ciegamente (y añade el citado Diccionario), "y con razón." Ejemplo que, fecundo,
Si los hechos de Bravo no fueran por sí mismos tan esclarecidos é insignes, Dejáronle Sus héroes inmortales;
de nada serviría que yo, careciendo como carezco del brillante ingenio del Pueblo que, con su gloria envanecido
grande Homero, me hubiera permitido compararlo con el principal de sus hé- Ante el pasmado mundo,
roes; pero Bravo, como ántes hemos dicho, no necesita más que el simple cro- Se inspira en ella y á su influjo santo
nista para desprenderse en el horizonte de la Historia con esa gigantesca E n las prosperidades se recrea,
inmensa talla, á que no pudiera aspirar nunca un Aquiles. L a gloria de éste Se sostiene con ella en su quebranto,
vive agregada á la de Homero: la gloria de Bravo vive y vivirá por sí misma. Con ella se entusiasma en la pelea,
E n el mármol y bronce la eterniza,
Monterey, J u n i o 24 de 1886.
Y, creyendo que aun no bastante sea,
J . ELEÜTERIO GONZÁLEZ.
Adora al héroe al fin, lo diviniza.
¡Bendito pueblo tú que de Guerrero
Llevas inscrito en t u tostada frente
E l nombre que pronuncia reverente
Todo buen mexicano! Tú del fiero
A la par que clemente
Galeana también fuiste fértil cuna,
Fértil, pues que contigo la fortuna
Tan generosa se mostró, que diera
Continuó sirviendo en la guerra de Independencia con la buena fe, activi-
dad y honradez que le fueron siempre características, hasta que cayó prisio-
nero. E n la cárcel donde permaneció algunos años, sufrió siempre las penali-
dades y miserias con inimitable paciencia, y esperaba la muerte, que él creia
ser el término de su prisión, con imperturbable energía.
Por la amnistía que concedieron las Cortes españolas fué nuestro héroe pues-
to en libertad en el año de 1821. Salió de la cárcel y se dirigió, 110 á su casa,
A L ILUSTRE GENERAL
sino á presentársele á Iturbide y ofrecerse al servicio de la segunda guerra de
Independencia, en la que fué de grande utilidad.
Establecida la República, desempeñó cargos y comisiones de muy alta im- D. N I C O L Á S BRAVO
portancia, llegando á ser Vicepresidente de ella. E n 1846 tuvo la gloria de
E IN" STJ C E N T E N A R I O .
combatir la última vez en defensa de la patria, defendiendo con denuedo el
fuerte de Chapultepec, atacado por los americanos del Norte. Allí fué hecho
prisionero, no habiendo desmentido en toda la acción el carácter histórico con que
PARA EL ALBUM QUE LE DEDICA CHILPANCINGO, SU PATRIA.
es ventajosamente conocido en la Bejníblica y fuera de ella. (Diccionario Univer-
sal de Historia y Geografía.) Retirado despues á Chilpantzingo, su ciudad
natal, vivió muchos años en el seno de su familia, gozando de los beneficios Bendito pueblo aquel que no al olvido
de la paz, y murió de una edad muy avanzada. Pasaba sus últimos dias muy Ni al soplo dé sus vientos desiguales
felizmente, rodeado de los chilpantzingueños que lo veneraban, lo amaban, y Da los hechos gloriososos y el subido
en todo lo obedecían ciegamente (y añade el citado Diccionario), "y con razón." Ejemplo que, fecundo,
Si los hechos de Bravo no fueran por sí mismos tan esclarecidos é insignes, Dejáronle Sus héroes inmortales;
de nada serviría que yo, careciendo como carezco del brillante ingenio del Pueblo que, con su gloria envanecido
grande Homero, me hubiera permitido compararlo con el principal de sus hé- Ante el pasmado mundo,
roes; pero Bravo, como ántes hemos dicho, no necesita más que el simple cro- Se inspira en ella y á su influjo santo
nista para desprenderse en el horizonte de la Historia con esa gigantesca E n las prosperidades se recrea,
inmensa talla, á que no pudiera aspirar nunca un Aquiles. L a gloria de éste Se sostiene con ella en su quebranto,
vive agregada á la de Homero: la gloria de Bravo vive y vivirá por sí misma. Con ella se entusiasma en la pelea,
E n el mármol y bronce la eterniza,
Monterey, J u n i o 24 de 1886.
Y, creyendo que aun no bastante sea,
J . ELEÜTERIO GONZÁLEZ.
Adora al héroe al fin, lo diviniza.
¡Bendito pueblo tú que de Guerrero
Llevas inscrito en t u tostada frente
E l nombre que pronuncia reverente
Todo buen mexicano! Tú del fiero
A la par que clemente
Galeana también fuiste fértil cuna,
Fértil, pues que contigo la fortuna
Tan generosa se mostró, que diera
A la familia que entusiasta alabo, Fresco aún el laurel de la victoria
No solamente el sobrenombre Bravo, Con que ciñera su soberbia frente,
Sino el valor sublime, de manera Sintiendo aún el corazon ardiente
Que á Roma con sus Fabios no envidiaras, Los trasportes marciales de la gloria,
Y el mundo todo con asombro viera El héroe del Palmar gozoso estaba
Cuando un grito en su campo resonaba
Al joven Nicolás sobre tus aras.
Lamentando la muerte que inhumano
¡Álzate, Chilpancingo de los Bravos!
Diera á su padre el opresor tirano.
Álzate á recibir coronas tantas,
Como el sordo ruido que amedrenta,
Que llegando de Aztlan, de todos cabos,
Presagio ele tormenta,
Ofrécense á las sienes, á las plantas
Allá en el bosque umbrío,
Del héroe insigne cuyas glorias cantas.
L a parvada de tordos que se mecen
Yo vengo así con mi cantar sonoro
Del agitado ocote en la ancha copa;
A unir á tu alabanza m i alabanza
Así el murmullo de la airada tropa
De tanto vate en el solemne coro:
Infunde en los vencidos miedo y frió.
A contemplar al joven que se lanza
Del hijo las entrañas se estremecen
De Chichihualco en el ardiente Mayo
Al comprender el general lamento
Al combate inmortal, cual fiero rayo:
Y de la corte la venganza fiera,
Miradlo cómo triunfa y cómo avanza
Y hace que comparezca, en el momento,
De Chilpancingo á Tixtla y Veladero,
A su vista la turba prisionera.
Bizarro, siempre audaz, siempre el primero,
Tal como la leona, despojada
Obedeciendo astuto y afanoso,
De sus cachorros, que rugiendo gime
Con su corcel brioso,
Y lanza fuego su feroz mirada
Del gran Morelos al clarín guerrero.
Y ¡ay entonces de aquel que se aproxime!
Miradlo en jefe en el Palmar ¿Qué gloria
Así la multitud aprisionada
A la suya es igual en tal victoria?
Al joven encontrar pensaba; triste
Suspira el uno, el otro se resiste;
Tres siglos de rencores,
E n sus rostros se pinta la pavura
Tres siglos de opresion colmado habían
De una muerte segura;
Del mexicano el cáliz de dolores:
Abrázanse en eterna despedida,
Y el suelo de Anahuác estremecían,
Y emprenden la salida
Estallando, las iras populares:
Resignados, y ya sin esperanza,
Cadáveres doquier, de sangre mares,
A la terrible ley de la venganza.
Duelo sin tregua y furibunda saña
E n t r e el ágila nuestra y león de España;
Venganzas, represalias, anatema
E r a el terrible grito y ley suprema.
Sólo la Religión darme podría,
¿Quién eximirse de ella, fuerte pudo,
Si digno fuera, su pincel sagrado
Y qué virtud augusta fué su escudo?
«
P a r a pintar al héroe, trasformado Tú, gran republicano*
De vengador en ángel de alegría. Tú, demócrata excelso y tan humano,
Vencer y destrozar en lucha impía, Hollar la libertad en noche triste,
Luciendo fuerza y derramando el luto, Y escarnecer al pueblo soberano;
Triunfo es de la materia, y con el bruto Armado, sacudiste entrambas manos
E n esto se confunden los humanos; Con Santa—Anua y Guerrero,
Mas vencerse á sí mismo, y los insanos Y ¡ay de Agustin Primero!
Furores dominar; alzarse ufana Y ¡ay de su trono que cayó en pedazos!
Triunfante la razón, cual soberana,
Hollando con su luz y perfecciones ¡Oh padre de la Patria! ¿Qué loores
Los monstruos de la carne y las pasiones; Dignos de tí, podría
Propio es del hombre espiritual, divino, De tu gloria á los vividos fulgores
Y ¡oh Bravo! tan feliz fué tu destino. Agregar con la pobre lira mía?
Os cloy la libertad en este instante, Mas si su acorde en este fausto dia
Prorumpiste, anhelante, Por sí solo perdiérase en el viento,
Con el llanto en los ojos, pues sentías Armonizando el general concento
Que la sangre tu mente ya ofuscaba, Que, en coro con las Náyades del Bravo
Que tu virtud heroica vacilaba, Y las de Usumacinta caudaloso,
Y tu alma grande mancillar temías. Hoy resuena de un cabo al otro cabo
¡Y vivieron trescientos prisioneros De México exaltado y orgulloso:
Que cual Dios salvador te veneraron, Alabanza es quizá, digna algún tanto
Y, á tu lado, á la patria sus aceros De tus grandes hazañas que pregona,
Y sus vidas por siempre consagraron! Tal vez digno floron de tu corona
Ante acción tan gloriosa, Que el mundo admire y que repita el canto.
¿Qué exhibirá la antigüedad famosa?
¿Puédese acaso comparar con ella
La de Alejandro en Iso, aunque tan bella
Acción con la familia de Darío? ¡Oh Bravo insigne! tus ilustres hechos
De César en Farsalia el rasgo pío, Grabó la gratitud en nuestros pechos;
Cuando á las llamas dió tanto secreto Borrarlos no podrá de la memoria,
P a r a no verse á castigar sujeto? N i del eterno libro de la historia,
No, de hecho igual no hay copia ni memoria; Del tiempo asolador la fiera mano;
Ceda el mundo de Bravo á la alta gloria! Que si llegara á ser en lo futuro
A y ! el destino para nos tan duro,
¡Oh, padre de la Patria! tú, tú fuiste Despareciera el pueblo mexicano
De los selectos con fortuna tanta Y con él de la Patria el dulce nombre,
Que de Hidalgo y Morelos la obra santa Padeciendo un eclipse tu renombre
Consumaron al fin . . . . Mas cuando viste, E n este tu país, ya entonces vario,
Que hoy celebra feliz tu centenario,
Y á la vez su gloriosa independencia;
De magnanimidad y de clemencia
Bastará entonces el sublime ejemplo
Que, no á México solo, á todo el mundo
Dejaste tú, guerrero sin segundo;
Que en todo noble corazon un templo
Siempre alzado tendrás, y por doquiera
Te adorará la humanidad entera,
Cual excelso entre tantos bienhechores;
Ablandarán tus blancos resplandores BRAVO.
Los pechos con la sangre endurecidos,
Serás luz y terror de vencedores,
Consuelo y esperanza de vencidos.
Lo que más admira en la gran figura que representa en la historia, es la su-
Oaxaca.
blime magnanimidad ele sus sentimientos. No conocemos en los anales antiguos
ni modernos carácter más noble, ni grandeza de alma comparable con la suya.
José M. CORTÉS. E n épocas remotas pueden deslumhrarnos con los rayos de su gloria los Pe-
ricles y los Césares, los Fabios y Curcios: pueden haber dejado luminosa cauda
en su tránsito por el mundo de los varones ilustres de Plutarco; pero h a sido
indispensable que las doctrinas del cristianismo purificasen la conciencia hu-
mana, generación tras generación, para modelar actos tan insignes de virtud
como los realizados por el General Bravo.
Hagamos, para comprobar la exactitud de nuestro juicio, una breve narra-
ción de los hechos:
Mediaba el año de 1812; la encarnizada lucha que ocasionó nuestra revolu-
ción de Independencia, había llegado á revestir ese carácter terrible de saña y
de violencia que, agriado día á dia por el desencadenamiento de las pasiones,
proclamaba como axioma de verdad y de justicia la fatal sentencia de "ojo por
ojo y diente por diente." E l Gobernador de Veracruz, Dávila, deseoso de ha-
cer pasar hasta Puebla con la posible seguridad la voluminosa corresponden-
cia de España detenida en el puerto, dispuso la salida de una fuerza de 300
infantes del batallón de Campeche, 60 caballos y 3 piezas de artillería ligera,
á las órdenes de D. J u a n Labaqui, español bien reputado como hombre de
guerra. Ocupado en muchos puntos el camino de Jalapa por numerosas par-
tidas de insurgentes, se prefirió que Labaqui emprendiera su marcha por las
villas de Córdoba y Orizaba, Hasta este último punto Labaqui había quedado
vencedor en los diversos encuentros que tuvo con algunas guerrillas indepen-
Que hoy celebra feliz tu centenario,
Y á la vez su gloriosa independencia;
De magnanimidad y de clemencia
Bastará entonces el sublime ejemplo
Que, no á México solo, á todo el mundo
Dejaste tú, guerrero sin segundo;
Que en todo noble corazon un templo
Siempre alzado tendrás, y por doquiera
Te adorará la humanidad entera,
Cual excelso entre tantos bienhechores;
Ablandarán tus blancos resplandores BRAVO.
Los pechos con la sangre endurecidos,
Serás luz y terror de vencedores,
Consuelo y esperanza de vencidos.
Lo que más admira en la gran figura que representa en la historia, es la su-
Oaxaca.
blime magnanimidad ele sus sentimientos. No conocemos en los anales antiguos
ni modernos carácter más noble, ni grandeza de alma comparable con la suya.
José M. CORTÉS. E n épocas remotas pueden deslumhrarnos con los rayos de su gloria los Pe-
ricles y los Césares, los Fabios y Curcios: pueden haber dejado luminosa cauda
en su tránsito por el mundo de los varones ilustres de Plutarco; pero h a sido
indispensable que las doctrinas del cristianismo purificasen la conciencia hu-
mana, generación tras generación, para modelar actos tan insignes de virtud
como los realizados por el General Bravo.
Hagamos, para comprobar la exactitud de nuestro juicio, una breve narra-
ción de los hechos:
Mediaba el año de 1812; la encarnizada lucha que ocasionó nuestra revolu-
ción de Independencia, habia llegado á revestir ese carácter terrible de saña y
de violencia que, agriado clia á dia por el desencadenamiento de las pasiones,
proclamaba como axioma de verdad y de justicia la fatal sentencia de "ojo por
ojo y diente por diente." E l Gobernador de Veracruz, Dávila, deseoso de ha-
cer pasar hasta Puebla con la posible seguridad la voluminosa corresponden-
cia de España detenida en el puerto, dispuso la salida de una fuerza de 300
infantes del batallón de Campeche, 60 caballos y 3 piezas de artillería ligera,
á las órdenes de D. J u a n Labaqui, español bien reputado como hombre de
guerra. Ocupado en muchos puntos el camino de Jalapa por numerosas par-
tidas de insurgentes, se prefirió que Labaqui emprendiera su marcha por las
villas de Córdoba y Orizaba, Hasta este último punto Labaqui habia quedado
vencedor en los diversos encuentros que tuvo con algunas guerrillas indepen-
ejecución con la mira de que el prisionero, por salvar su vida, influyese en el
clientes; pasó las cumbres de Acultzingo y entró sin más accidente en la lla-
ánimo ele sus hermanos y de su hijo D. Nicolás, para que acogiéndose al in-
nura que se prolonga hasta Puebla, alojándose en San Agustín del Palmar.
dulto, abandonasen la causa de la Independencia ele su país.
Al organizar esta expedición el Gobernador Dálila, y a-1 determinar su mar-
Aunque autorizado por Morelos para separarse ele las filas ele la Indepen-
cha por el camino de Orizaba, desconocia completamente que Morolos estaba
dencia á fin de salvar á su padre, y aun cuando se comprende la angustiosa
situado en Tehuaean. E l heroico Cura ele Carácuaro tomó la resolución de no
lucha que en el alma de Bravo trabarían por una parte el cariño filial y por
dejar pasar á Labaqui á inmediaciones clel cuartel general de los insurgentes,
la otra el santo amor á la patria, nuestro héroe no vaciló en seguir las inspi-
sin intentar al ménos hostilizarlo, y en consecuencia, dispuso que saliera D.
raciones de su patriotismo, porque tampoco confiaba en la buena fe ele los ofre-
Nicolás Bravo á batir la fuerza del jefe español con 200 negros de la costa, una
cimientos hechos por el gobierno vireinal, aleccionado por un caso análogo y
guerrilla de caballería á las órdenes de Arroyo, y la partida de otro insurgente
reciente que casi habia presenciado, el ele la ejecución de los hermanos Orclu-
á quien llamaban el Bendito. E l total de la fuerza de Bravo ascendía á 600
ña á pesar de las seguridades en contrario que se les habia daclo por tal de
hombres.
que se presentasen.
E n la noche del 18 de Agosto de 1812 salió éste de Tehuaean, y en la ma-
Morelos, vista la resolución ele Bravo, le manifestó que iba á dirigir una
ñana del 19 se hallaba frente a.1 Palmar. Labaqui, luego que tuvo noticia de
comunicación al virey Yenegas, ofreciéndole por la vida de su padre 800 pri-
este movimiento, se apresuró á fortificarse en tres casas de la calle principal
sioneros españoles. Miéntras esto tenia lugar, D. Nicolás regresó violentamen-
de aquel pueblo; pero cometió la imprudencia de permitir que se situasen los
te á la provincia de Yeraeruz, atacó á inmediaciones del Puente Nacional un
independientes en el pequeño cerro del Calvario, que domina la poblacion.
convoy que se dirigía á Jalapa con algunos efectos, derrotó al enemigo hacién-
Desde allí comenzaron éstos á batir la posicion enemiga, logrando desalojar á
dole 90 prisioneros, y se dirigía á la villa de Medellin, lugar en que estableció
los españoles de dos de las casas que habían ocupado y reconcentrarse en una
su cuartel general y descle donde hostilizaba á Yeraeruz con 3,000 hombres
sola. Atacados éstos por todas partes, se defendieron desesperadamente, hasta
que tenia á sus órdenes.
que, forzada la entrada del zaguan y acometidos al arma blanca por las fuer-
Apénas habían trascurrido algunos elias, cuando Morelos comunicó á Bravo
zas de Bravo, muerto además el jefe realista, tuvieron que rendirse á discre-
que el virey no habia admitido su proposicion ele canje; que, por el contrario,
ción. F u é el resultado de este glorioso combate haber hecho al enemigo 41
acababa de mandar que diesen muerte en garrote á su padre D. Leonardo, y
muertos, muchos heridos, 200 prisioneros, y haberle tomado 300 fusiles y los
tres cañones que Labaqui sacó de Yeraeruz; pero más que estas ventajas ma- ordenándole que, en justa represalia, hiciese fusilar á todos los prisioneros es-
teriales, la victoria del Palmar ejerció la valiosa influencia de alentar á los pañoles que tenia en su poder.
independientes, tanto como infundir recelos y pavor al gobierno vireinal. Mayor Nada más oportuno que trascribir en este lugar la relación, sublime por su
trascendencia moral debía ejercer ese señalado triunfo, y fué la de que, contra sencillez, que de estos sucesos escribió nuestro héroe:
tocias las sangrientas prácticas de esa encarnizada lucha en que jamas habia " E s t a noticia, dice, la recibí á las cuatro ele la tarde, y me sorprendió tan-
clemencia para el vencido, el generoso Bravo no ordenó una sola ejecución, si- to, que en el acto mandé poner en capilla á cerca ele 300 prisioneros que tenia
no que remitió los prisioneros á la provincia de Yeraeruz, cuyo mando le es- en Medellin, ciando orden al capellan (que lo era un religioso llamado Soto-
taba confiado. mayor), para que los auxiliase; pero en la noche, no pudiendo tomar el sueño
en toda ella, me ocupé en reflexionar, que las represalias que iba yo á ejecu-
Nos acercamos ya á la pintura de una escena en la vida clel General Bravo,
tar, disminuirían mucho el crédito ele la causa que defendía, y que observando
casi única puede decirse, en las páginas de la Historia, que revela cuánta era
una conducta contraria á la clel virey, poclria yo conseguir mejores resultados,
la magnanimidad, cuánta la grandeza, cuánta la virtud que alentaban el alma
cosa que me halagaba más que mi primera resolución; pero se me presentaba
de nuestro compatriota.
para llevarla á efecto la dificultad de no poder cubrir mi responsabilidad ele
Despues de la dispersión ele Cuautla habia sido hecho prisionero en la ha-
la orden que habia recibido, en cuyo asunto me ocupé toda la noche, hasta las
cienda ele San Gabriel D. Leonardo Bravo, padre del héroe á que nos venimos
cuatro de la mañana que me resolví á perdonarlos, ele una manera que se hi-
refiriendo. Condenado aquel desde luego á la pena capital, se suspendió la
ciera pública y surtiera tocios los efectos en favor de la causa de la Indepen- hazañas de los independientes, no pudo ménos esta vez de rendir un tributo
dencia. Con este fin me reservé esta disposición hasta las ocho de la mañana, ele justicia al General Bravo. Al relatar los hechos que hemos compendiado,
que mandé formar la tropa con todo el aparato que se requiere en estos casos dice:
para una ejecución: salieron los presos, que hice colocar en el centro, en don- "Pocos ejemplos presenta la historia antigua y moderna de un acto tan no-
de les manifesté que el virey Yenegas los habia expuesto á perder la vida ble ele generosidad, en un momento en que la venganza habría podido autori-
aquel mismo dia, por no haber admitido la propuesta que se le hizo en favor zar aquellas crueles represalias; habiendo sido repetidos los rasgos de huma-
de todos por la existencia de mi padre, á quien habia mandado dar garrote nidad que en el curso ele la revolución se vieron en este digno jefe: siempre
en la capital; que yo, no queriendo corresponder á semejante conducta, habia valiente en el campo ele batalla, nunca fuera de él manchó sus manos con la
dispuesto, no sólo el perdonarles la vida en aquel momento, sino darles una sangre del rendido, y conservando pura su reputación á través ele las vicisi-
entera libertad para que marchasen adonde les conviniera: á esto respondie- tudes" de la guerra, constantemente sostuvo la nobleza ele su carácter; mere-
ron llenos de gozo, que nadie se quería ir, que todos quedaban al servicio de ciendo á justo título que se le aplique el timbre del caballero francés, que pu-
mi división, lo que verificaron, á excepción de cinco comerciantes de Veracruz, do llamarse con verdad sin "miedo y sin tacha,"
que por atenciones de sus intereses, se les extendieron pasaportes para aque- Con razón México se envanece ele haber elaclo Adela á tan cumplido personaje.
lla ciudad: entre éstos se hallaba un Sr. Madariaga, que despues, en unión de Su memoria pasará á las futuras generaciones, cual digno monumento de emu-
sus compañeros, me manifestó su reconocimiento, con la remesa de paños su- lación, de virtud y de patriotismo.
ficientes para el vestuario de un batallón."
J a l a p a , J u n i o 1? d e 1886.
Este insigne rasgo de magnanimidad exigía ser referido con el modesto len-
J. N . CÉSAR.
guaje de que se valió el General Bravo, para no hacerle perder nada de su
ingénita grandeza, E n efecto, bajo cualquier aspecto que se le considere, re-
clama la admiración general. Si prevaleció en el alma de D. Nicolás Bravo
el sentimiento de su humanidad, ante la cruenta hecatombe que se prepara-
ba, necesario es rendir un homenaje de respeto ante su esclarecida virtud,
porque el alma de aquel varón ilustre acababa de ser conturbada por una de
las mayores pesadumbres que deben agobiar á todo buen hijo, el inhumano
sacrificio del autor de sus dias. Pero si en la determinación de Bravo influyó
especialmente el honor de la causa que sostenía; si comprendió que no podia
llegarse al resultado apetecido de la victoria y de la pacificación por los me-
dios bastardos del encono y de la venganza; y que para tranquilizar los áni-
mos, para inspirar confianza, para atraerse las voluntades, hacíase indispen-
sable ennoblecer el estandarte de la Independencia, preciso será convenir en
que el héroe, al raciocinar de esta manera, obedecía á las inspiraciones de una
política sana y elevada. Los resultados inmediatos que alcanzó lo vienen com-
probando, pues esos mismos contrarios españoles, encarnizados en una lucha
sin piedad y sin merced, y sólo habituados al sacrificio de los vencidos, rin-
dieron desde luego merecido culto á la magnánima acción de Bravo, filiándo-
se bajo sus banderas y desertando de las filas de un gobernante ciego y cruel
que sacrificaba con ferocidad sus vicias.
El mismo historiador Alaman, siempre prevenido en sus juicios contra las
III

Supo hoy, y el mensajero aun no se aleja,


Que el vireinai poder su más querida
Esperanza burló, la dura reja
De la prisión rompiendo, y con ardida
Mano que de piedad no se aconseja,
Castigando de muerte al que la vida
NOBLEZA DE BRAVO. E n su sangre le dio. ¿De la venganza
Se rendirá al imperio? ¿ H a b r á matanza?

E N S A Y O É P I C O .

IV

I
Trescientos españoles prisioneros
Las brisas del Atlántico cercano E n el Palmar, en buena lid cogidos
Empiezan á orear con sus frescuras Y en el Puente del Rey, son los primeros
De Medellin las calles, soberano Que sufrirán la ley de los vencidos
Verjel de flores, de fragancias puras Si de la ira á los consejos fieros
Perenne manantial. E l sol ufano L a voluntad inclina y los oídos,
Sus fuegos templa, al declinar á oscuras Si del injusto agravio la grandeza
Regiones, y los hombres que allí habitan De su alma sobrepuja á la nobleza.
E n paz descansan ó en placer se agitan.

V
II

Bravo, el Gran Capitan, únicamente L a sangre de su padre, derramada


La paz rechaza, y al placer resiste; E n cadalso afrentoso, ve que sube
Su corazon reposo no consiente, E n vapores de púrpura, y cuajada
Y está su alma atribulada y triste. E n lo alto de los cielos, como nube
Es á sus ojos cosa indiferente De tempestad de fuego desatada,
Cuanto de bello en derredor existe, Del arcángel reclama y del querube
Y es que lucha, y vencer quiere con gloria, Venganza á que la tierra no se apresta,
Y no cree posible la victoria. Pues celebra la infamia con gran fiesta.
A L B U M DE BRAVO.

VI

Se siente arrebatado, siendo hijo, Ya de justicia rígida y severa


A devolver agravio por agravio; L e halagan los consejos, y la mano
A turbar del virey el regocijo, Levanta para herir: ya se apodera
Y á convertir la risa de su labio De su ánimo el horror de que un hermano
E n ¡av! profundo de dolor prolijo; Que por él vivir puede, por él muera:
Mandando, del insulto en desagravio, Ya siente del perdón el soberano
A los despojos inmolar sangrientos Influjo, y le enamora la corona
Del que llora, las vidas de trescientos. De gloria que conquista el que perdona.

VII

¿Quién le puede estorbar que el tremebundo Parece complacerse con el humo


Rayo vibre mañana, que la aurora De la sangre, y que mira con delicia
Anuncie un nuevo sol al ¡Nuevo Mundo? Cada caliente gota, cada grumo.
Morelos le recuerda que no es hora Mas luego, en la sonrisa que acaricia
De perdonar: que salga del profundo Y saborea con deleite sumo,
Letargo con justicia aterradora, Parece que algún genio le noticia
E n t r e unos y otros, á honra de sí mismos, Que la venganza noble no derrama
Abriendo de rencor hondos abismos. Sangre, ni quita vidas que Dios ama.

VIII

Mas no es propio de grandes corazones De opuestos sentimientos combatido,


E l volver mal por mal; esto medita L a fuerza natural está agotada,
E n medio del hervor de las pasiones Y va quedando casi sin sentido;
E n que su corazon arde y palpita, Extiende á todas partes la mirada,
Y es negra mancha en límpidos blasones Y algo alcanza, y lo pone en el olvido,
Acción que acciones de barbarie imita; Como si ese algo hubiera sido nada.
Vengar en sangre de inocentes crimen Así fijo en el sol, que ardiente gira,
Contra vidas que solas se redimen. Ve el ojo luces, luego sombras mira.
A L B U M DE BRAVO.
A L B U M DE BRAVO.

XII

No es Medellin la tierra donde piensa


Así en el sueño, imagen de la muerte
Encontrarse, ni tierra el bello espacio
Y del que sufre plácido consuelo,
E n que está le parece. Allí condensa
Nada la fantasía, nada advierte
E l diamante sus brillos, y el topacio
Que no desaparezca en presto vuelo,
Y el rubí sus fulgores, con inmensa
Ora triste en el báratro despierte,
Claridad dando fondo á gran palacio
Ora llena de júbilo en el cielo;
Que se alza á una distancia, en que la misma
Y es que ¡miradle! ya cerró los ojos
Luz, que se mueve sin cesar, se abisma.
Y puestos tiene en tierra los hinojos.

XIII XVI

De jaspe, de berilo, de esmeralda,


H a cedido el grande hombre á la fatiga
De amatista y sarclónix son sus muros,
De la lucha interior, lucha tremenda
De ígneo carbunclo, de jacinto gualda,
E n t r e el dolor que á la ira se coliga,
Y de granate y de zafiro duros,
Y en sangre y armas lleva á la contienda,
Y otras piedras preciosas que la espalda
Y el almo instinto de bondad que abriga,
Hacen volver á sus reflejos puros:
Y que de paz y amor busca la senda.
Dos puertas tiene al frente, y cada puerta
Duerme ¡ohBravo! Del sueño en el reposo
Es una perla por mitad abierta.
Habla Dios con los buenos bondadoso.

XIY XVII

Por la de en medio sale de repente,


Sí, que el sueño que duerme no le priva
Como de Oriente el sol, una figura
De la vida interior del pensamiento;
De mirada apacible y continente
Como en vigilia, siente el alma activa,
Noble y sereno, en blanca vestidura
Aunque ya sin lo que era su tormento;
Envuelta, y más que Sirio refulgente,
U n a deidad ó genio le cautiva,
Más que juntos Orion y Cinosura,
Y no le deja libre movimiento,
Y con la rapidez del pensamiento
Pues las cosas que mira y las escenas
E n t r a de Bravo al lúgubre aposento.
Son á su muerta voluntad ajenas.
56 A L B U M DE BRAVO.

XXI
XVIII

" É l , á quien sirvo há siglos numerosos,


Bajaba en nube cárdena de fuego
Y serviré despues que las edades
Que, al entrar, disipóse, no quedando
Se hundan en abismos tenebrosos,
Sino un iris suave, de sosiego
Me manda á tí, magnífico en bondades;
Y dulce paz efluvios derramando,
É l ha visto los trances espantosos
Que en el alma penetran, como riego
De tu lucha y tremendas realidades;
De vega fértil en barbecho blando,
H a visto que, de compasion amigo,
Y un ramo que por cetro llevar quiso
Más al perdón te inclinas que al castigo."
De la oliva mejor del Paraíso.

XXII
XIX

" É l á los justos ama, pero ama


El héroe del Palmar la prodigiosa
Al de blandas entrañas, con extremo
Aparición contempla, y entendiendo
De singular amor. Y cual la rama
Que le quiere anunciar alguna cosa,
Que alto cedro corona hasta el postremo
Como si no durmiera, en estupendo
Punto del tronco sube y se encarama,
Pasmo la adora arrodillado, y "Diosa,"
Así Misericordia en Dios Supremo
La dice, "Diosa, Diosa," repitiendo,
Se alza sobre Justicia, cuyo rayo
"¿De dónde á mí con tus mensajes vienes?
E n todos pone sustos y desmayo."
¿Qué me vas á anunciar, qué nombre tienes?"

XXIII
XX

"Vacilas, sin embargo, y ha querido


Con voz más dulce que la miel hiblea,
Infundirte su aliento. ¡Vea el mundo,
Y más que el canto del zonzontle grata,
E n lago de miseria sumergido,
Que el corazon y el ánimo recrea,
De nobleza un ejemplo sin segundo.
Así responde la deidad: "De plata
¡Brille siempre tu nombre! ¡Del olvido
Es t u pecho magnánimo, así sea:
Al antro nunca bajará profundo!
E n él se mira Dios y se retrata:
De Polo á Polo sonará con gloria,
Vengo de Él, á quien amas y yo amo,
Y será celebrada tu victoria,"
Arcángel suyo soy, Piedad me llamo."
A L B U M DE BEAVO. A L B U M DE BRAVO.

XXIY XXYII

"No ha menester t u padre de que viertas Al trastorno interior, al sobresalto


Sangre y más sangre, ni la Patria amada. Que su ausencia le causa, el blando sueño
El padre, ya gozando dichas ciertas, Le abre los ojos, de poder ya falto
De hecatombes no gusta. Por la espada P a r a seguir de sus sentidos dueño;
De libertad sus esperanzas muertas Y el héroe, presto á obedecer, da un salto
México ve, que madre apasionada Al dintel de la alcoba, y en el leño
De todos, siente que será más libre Golpea con tesón, y al golpe vuela
Cuando la guerra ménos rayos vibre. U n ayudante que á la puerta vela.

XXY XXYIII

"Recibe, pues, el soplo omnipotente " A n d a d , le dice, andad, ántes que estalle
De la alta Majestad que aquí me envia; La ira feroz; ordeno ¡andad! Ordeno
Sigue el impulso generoso, ardiente Que toda tropa que á mi mando se halle,
De tu gran corazon y tu hidalguía. Forme cuadro en la plaza. ¡Bueno! ¡bueno!
Perdona á triste desolada gente Y así formada, en gran silencio calle
Que morir teme con el nuevo dia; Y que en el centro estoy de juicio ajeno!
No hay que perder de tiempo punto ni hora, Los que en Puente del Rey fueron vencidos
>>
Y a del mar surge espléndida la aurora.' Y los que en el Palmar, formen unidos."

XXYI XXIX

Bravo sintió en la frente la frescura " A decidir iré yo de su suerte.


Del soplo celestial, y fuerza extraña No pasará, sin que la fije, una hora;
Dentro del alma, y alegría pura; Y de vida será de vida ó muerte."
Mas de súbito cree que se engaña, Oida la orden, cuyo fin ignora,
Pues el Ángel gracioso no fulgura, Se aleja el ayudante casi inerte.
N i le habla en dulce voz, ni le acompaña. Bravo, despues que de rodillas ora,
Despareció cual raudo meteoro, Pide y monta con ánimo sereno
Como armonía de laúd sonoro. U n brioso alazan, dócil al freno.
XXXIII
XXX

Así suelen las próvidas abejas,


Afuera, al són de sordos atambores Cuando dispersas en floridos prados,
Y bélicos clarines, se despierta Buscan las dulces flores, sus añejas
Medellin. Los inquietos moradores Mieles para robar, y en los cercados
E l lecho dejan; y la doble puerta A sus hijos labrar las blancas rejas
De cedro, guarnecida con labores De albergue primoroso, si escuchados
De bronce, abren con ímpetu, y abierta, Son los reclamos de la reina, á pares
A la gente preguntan alarmada Volar á los desiertos colmenares.
L a causa de la súbita algarada.

XXXIV
XXXI

Bulle la plaza principal henchida


Nadie responde, porque nadie sabe; De gente; y como están en la granada
Y como si á deshora á fuego toca Los rubicundos granos, sin salida
E l fundido metal sonoro y gravé L a tropa en ella, en cuadro ya formada.
Del templo en que el cristiano á Dios invoca Sin esperanza alguna de la vida,
La gente vuela á la sagrada nave, Mas con valor, serena la mirada,
Segura de que en ella habrá una boca E n el centro se ven, centro de horrores,
Que del incendio le hable, á dó el ruido Del virey los trescientos servidores.
E s mayor, cada cual es conducido.

XXXV
XXXII

De los que asisten á la triste escena,


Todos afluyen á la grande plaza, Unos en alto dicen: " L a justicia
Aunque vienen de rumbos diferentes, A muerte, por traidores, los condena,"
Sin acuerdo entre sí, ni común traza, Y otros de entraña blanda y más propicia,
Porque de los clarines relucientes Con feble voz que mueve el aire apena,
Allí suena la bélica amenaza, Pronuncian: " N o fué grande su malicia,
Y el clamor de los parches estridentes; Más que reos de crimen justiciable,
Y brillan los fusiles formidables, Víctimas son de hado lamentable."
Y las temidas lanzas y los sables.
XXXIX
XXXYI

Todos paso le abren, y á sus ojos


E n estos sentimientos, de improviso
Miran, por si leer pueden en ellos
Suena ronco clarin, que de que llega
Anuncios de bondades ó de enojos,
Personaje de fueros es aviso.
De justicia ó piedad vagos destellos.
Todos vuelven los ojos á la vega
Él, sin ceder un punto á sus antojos,
Oriental, verdadero paraíso
Y poniendo en su mente dobles sellos,
Que el Medellin con sus cristales riega,
Avanza hasta el lugar donde rendidos
Y " E l general en jefe, exclaman, ¡Bravo!
A su imperio se agrupan los vencidos.
A sacarnos de dudas viene al cabo."

XL
XXXYII

E n efecto, con gracia y con decoro E l antiguo ruido luego cesa,


Se presenta á la ansiosa muchedumbre. Y la apiñada muchedumbre calla,
Yiste dormán azul, bordado de oro, P a r a oir con terror ó con sorpresa
Y calzón de ante blanco con vislumbre L a voz del que, antes que hable, ya avasalla.
De oro también, y cíñese un tesoro, E l héroe todavía lleva impresa
Como es en altos jefes la costumbre; De su dolor la causa, si bien se halla
De este mismo metal y verde seda Resuelto, y sus quereres son reales,
E s la banda que al cinto le hace rueda. A seguir los consejos celestiales.

XLI
XXXVIII

Dirigiéndose á presos y soldados


E n la cabeza, ya de angustias parda,
Con palabra que el marmol eternice,
Lleva sombrero cuyas alas prende
Y en aquellos los ojos enclavados,
P o r la parte de arriba una cucarda,
"Estos que fiera muerte asedia, dice,
Y penacho gentil que el aire hiende.
Son, porque ayer vencidos, ¡desgraciados!
Espada toledana, en duelos tarda,
Pero hay otro, más que ellos, infelice,
Mas que en la guerra, como rayo, esplende,
Y soy yo, aunque con lauros de victoria
Cuelga á su izquierda de templado acero,
Ceñido, y con honor y algo de gloria,"
Gloria y amor del ínclito guerrero.
XLII XLV

" E l hombre derrotado con afrenta "¡Bárbaro! no pensó que, á sus furores,
Allá en Almonacid, á la adorada Sacrificando la existencia sola
P a t r i a que quiere libertad, intenta De un padre, las de mil, dignas de'amores,
E n sangre de sus hijos derramada Sacrificaba á un tiempo; y que una ola
Ahogar. ¡ Guerra franca le amedrenta Pequeña alza en el mar otras mayores.
Y el empuje de un pueblo le anonada! Aquel á quien servísteis os inmola.
Por esto mata sin piedad alguna H o y rie de vosotros sobre el trono
Al vil pechero y al de noble cuna." Y os entrega á mis iras Yo os perdono.

XLIII XLVI

" P o r esto á la existencia más preciosa Al decir "os perdono," las miradas
Hirió con rudo golpe, al padre caro, Se anublan de los bravos prisioneros,
Que en la escarpia pendiente, de una fosa Y á las mejillas por la pena ajadas
No tendrá ni el abrigo, ni el amparo. Afluyen en riquísimos veneros
Ya sabéis mi desgracia; es horrorosa. Lágrimas que tenían olvidadas.
Huérfano estoy; me encuentro en desamparo. Y el pueblo todo y los soldados fieros
E n m i padre mató Yenegas fiero Con gozo aplaudirían, si no fuera
Todo mi sér, el corazon entero." Que aun habla el héroe, y ser oido espera.

XLIY XLVII

" M a s no pensó el virey que la cuchilla " M i s amigos, volved á los hogares
Con que segó del padre la cabeza, Donde resuena fúnebre lamento,
Brillara al otro dia, como brilla Y a no de amor idilios, ni cantares,
Con resplandor siniestro, ele fiereza Pues os creen sin vida y sin aliento.
Augurando destrozos á sencilla Calmad de vuestros hijos los pesares,
Gente, escudo leal de su grandeza. Y de vuestras esposas el tormento,
Vuestra adhesión el premio y sacrificio, Respondiendo mañana á sus reclamos:
Poniéndoos camino del suplicio." "Todavía vivimos y os amarnos."
XLVIII

" Y o sigo en mi patriótica tarea,


Aunque en mar de tristezas anegado.
Si alguno en ella parte ser desea,
Plazas hay para el jefe y el soldado.
Aquí no se asesina, se pelea. UN HÉROE INMORTAL
De piedad bajo el lábaro sagrado
L a causa de la Patria, causa santa,
Más alto que matando, se levanta." HOMENAJE DE SINCERO AFECTO AI. SE. GENERAL FRANCISCO O. ARCE.

Los vencidos vencieron, los proscritos


XLIX reinaron, los muertos fueron dispensado-
res de la vida!
CASTELAR.

"No pasarán dos lustros sin que suene


E l último clamor de la victoria. Cuando los primeros albores elel siglo X I X descendían sobre los pueblos
Ignoro si Morelos ó el que viene, oprimidos, á manera de aurora resplandeciente, símbolo de libertad y ele be-
Que vendrá como en alas ele la gloria, lleza, como nuncio de venturas y ele paz; cuando la España se abatia impoten-
De darlo la misión divina tiene. te bajo las garras del águila francesa, anhelante de llevar sus conquistas, como
E n cuanto á mí, lo contará la historia, la antigua Roma, á todo el mundo conocido; cuando la Europa entera surgía
A México he de ver, libre ele saña, del sueño letárgico en que yació despues de las Cruzadas hasta que Napoleon
Independiente de la madre España," quiso adueñarse de los destinos del mundo, y despues que la pluma de Voltaire,
conmoviendo las sociedades, las atrajo hácia sí para arrojarlas luego en el caos
del más inmundo esceptismo, quebrándose en las manos elel filósofo como la
espada brillante elel atleta; cuando los rayos ele una nueva éra iluminaron la
L frente del universo, y la joven Libertad, ataviada con sus magníficos arreos,
marchaba á la cabeza de los tiempos, pura como las vestales, hermosa como
Dijo, y partió. De aplausos los clamores la Yénus de la fábula, llevando en la una mano el ancla ele la esperanza y en
Atruenan los espacios, y dianas la otra la tajante cuchilla que clebia cortar el nudo gordiano ele vetustas su-
Alegres ele clarines y atambores persticiones; finalmente, cuando comenzaba nuestro siglo á encarrilarse en el
Y vítores sin término y hosannas. camino de la civilización y á ser el prólogo yfindel gran libro en que leen su
Los que viven merced á sus favores, destino los pueblos libres, entonces también la joven Anáhuac, esclava elel hi-
D e gratitud dan muestras soberanas, dalgo español durante tres siglos, vió que se entreabría para ella el horizonte
Doblando los hinojos, y besando de la libertad, y acompañada por la justicia de su derecho, formando el coro
L a huella que en el polvo va dejanelo. gigantesco de ambos mundos, se lanza en pos del ideal ejue perseguía, con la
XLVIII

" Y o sigo en mi patriótica tarea,


Aunque en mar de tristezas anegado.
Si alguno en ella parte ser desea,
Plazas hay para el jefe y el soldado.
Aquí no se asesina, se pelea. UN HÉROE INMORTAL
De piedad bajo el lábaro sagrado
L a causa de la Patria, causa santa,
Más alto que matando, se levanta." HOMENAJE DE SINCERO AFECTO AI. SE. GENERAL FRANCISCO O. ARCE.

Los vencidos vencieron, los proscritos


XLIX reinaron, los muertos fueron dispensado-
res de la vida!
CASTELAR.

"No pasarán dos lustros sin que suene


E l último clamor de la victoria. Cuando los primeros albores elel siglo X I X descendían sobre los pueblos
Ignoro si Morelos ó el que viene, oprimidos, á manera de aurora resplandeciente, símbolo de libertad y ele be-
Que vendrá como en alas ele la gloria, lleza, como nuncio de venturas y de paz; cuando la España se abatía impoten-
De darlo la misión divina tiene. te bajo las garras del águila francesa, anhelante de llevar sus conquistas, como
E n cuanto á mí, lo contará la historia, la antigua Roma, á todo el mundo conocido; cuando la Europa entera surgía
A México he de ver, libre ele saña, del sueño letárgico en que yació despues de las Cruzadas hasta que Napoleon
Inelependiente de la madre España," quiso adueñarse de los destinos elel mundo, y despues que la pluma de Voltaire,
conmoviendo las sociedades, las atrajo hácia sí para arrojarlas luego en el caos
del más inmundo esceptismo, quebrándose en las manos elel filósofo como la
espada brillante elel atleta; cuando los rayos ele una nueva éra. iluminaron la
L frente del universo, y la joven Libertad, ataviada con sus magníficos arreos,
marchaba á la cabeza de los tiempos, pura como las vestales, hermosa como
Dijo, y partió. De aplausos los clamores la Yénus de la fábula, llevando en la una. mano el ancla ele la esperanza y en
Atruenan los espacios, y dianas la otra la tajante cuchilla que debía cortar el nudo gordiano ele vetustas su-
Alegres de clarines y atambores persticiones; finalmente, cuando comenzaba nuestro siglo á encarrilarse en el
Y vítores sin término y hosannas. camino de la civilización y á ser el prólogo yfindel gran libro en que leen su
Los que viven merced á sus favores, destino los pueblos libres, entonces también la joven Anáhuac, esclava elel hi-
D e gratitud dan muestras soberanas, dalgo español durante tres siglos, vió que se entreabría para ella el horizonte
Doblando los hinojos, y besando de la libertad, y acompañada por la justicia de su derecho, formando el coro
L a huella que en el polvo va dejanelo. gigantesco de ambos mundos, se lanza en pos del ideal ejue perseguía, con la
vastedad de su territorio el sol tropical que formará perenne primavera en sus
frente preñada de esperanzas y el corazon latiendo al calor de halagadoras ilu-
cármenes floridos; contempladlo al través del prisma de su estado normal, y
siones. veréis si aquella lucha sublime no vendría á ser la lucha de felices trascen-
E n la clepsidra de los tiempos marcaba el dedo huesoso del Destino la hora dencias que debiera formar el símbolo del patriotismo.
que soñando vivian Hidalgo y Allende y todos los corazones patriotas que, te- E n una y otra parte, surgieron luego campeones indomables: sus esfuerzos
merosos de la Inquisición y del Rey, no habían aún alzado el grito de Inde-
patrióticos forman el núcleo de su áurea gloria.
pendencia. Por eso la morena Anáhuac, harto tiempo adormecida en su lecho
Empero ninguno tan grandioso como el prototipo de la abnegación y del he-
de flores, cuando las cantigas del indio resonaban alegres en sus selvas bellí-
roísmo, Don Nicolás Bravo, figura prominente en los fastos de la humana glo-
mas, y más tarde, trocada forzosamente en concubina del orgullo ibero en ese
ria, emblema elocuentísimo que habla al corazon con el lenguaje maravilloso
vasto harem que se llama el Nuevo Mundo; la Patria, que aún vivia con el
del profeta y del héroe y con las radiaciones del genio. Nacido en la oscuridad
aliento de sus gloriosas tradiciones, único resto de sus pasadas pompas, acogió
de la masa popular, pero amamantado con el néctar divino del amor á la fa-
en su seno el gérmen de la nueva idea para pedir cuenta de sus derechos.
milia y á la patria; llevando en su serena frente aspiraciones infinitas por la
Y cual si las olas del Océano salieran de su lecho inundando los continen-
libertad; recorriendo en los dias de su tranquila infancia el pentágrama de la
tes, así desbordóse la buena nueva por los campos del humano espíritu, y la
universal armonía; escalando en sus ensueños juveniles los ideales rosados de
fecunda idea de la libertad encontró apóstoles de todo corazon patriotas.
la existencia; abstraído completamente de la vida pública, porque abrigaba na-
Ved cómo surgió, aquella lucha ciclópea, cuando las evoluciones de la huma- tural repulsión á la monarquía viciosa de los vireyes, y contemplando en el
nidad habían llegado al zenit de su apogeo. porvenir, con la segura mirada del présbita, los fulgores santos de una éra de
Por una parte la poderosa España, con sus páginas brillantes en la Historia paz y bienandanza, nuestro héroe entró resueltamente por donde han entrado
antigua y moderna, con el recuerdo indeleble de su cautiverio durante siete los héroes inmortales de Roma y de Grecia, Su alma, trasplantándose en el
siglos, con su amadísimo rey Fernando V I I , huésped forzoso de Napoleon, en más puro patriotismo, se elevó en ascensión, rápida, brillante, egregia, á las
el soberbio Versalles: allí estaba la Iberia de la edad antigua, palpitantes aún regiones donde se elevaron las grandes empresas y adonde se acometen los
en su memoria las titánicas luchas de todos los tiempos, con el resabio todavía proyectos gigantescos de la humanidad.
del pomposo feudalismo de la E d a d Media, con el carácter dominador y mís- Quienquiera que lea la historia pátria, en aquella época de lucha que com-
tico á la vez de la E d a d Moderna. Vedla allí encerrando en su recinto grandioso prende del año de 1810 á 1821, verá que, destacándose por cima de todos, bri-
las proezas de Cárlos I V con las ideas estrambóticas é ilusorias de Felipe I I . Sí, lla con los reflejos de la gloria el pundonoroso D. Nicolás Bravo; y quienquiera
ahí estaba con sus crímenes y sus virtudes, grande é invencible, señora omni- que también lea las páginas de la misma historia correspondientes al año de
potente del mundo de Colon. 1847, verá asimismo que la espada de Bravo vibró mil veces en Chapultepec
Frente á frente del indómito español, en aquella Cruzada por la libertad, se contra los norte-americanos, que seducidos por visiones fantasmagóricas, y
erguía con orgullo el fragmento más hermoso del Continente americano: Mé- en virtud de una ineludible evolucion en los anales del mundo, trajeron ex-
xico. Conservando en sus venas la sangre ardiente del azteca con la belicosa terminio y muerte al hermoso país de Moctezuma.—Lo recuerdo muy bien:
de la ibérica raza, y ornando sus sienes con el laurel del indomable, México cuando leí la historia siempre interesante, siempre sorprendente, de la guerra
resucitó á la vida moderna, como Lázaro á la voz de Cristo. Contempladlo en contra el invasor del Norte, no pude ménos que elevar un himno de entusias-
el escenario de la Historia ó en los anales de su vida política—si política pue- mo en honor del insigne Bravo, como no pude ménos también de admirar tan
de llamarse propiamente la tutela en que vivia—y lo veréis destacarse en el feliz coincidencia: un caudillo de la Independencia de 1810 luchaba por la In-
mundo moderno adornado de sus dones divinos, deleitándose con las odas de dependencia de 1847!
Netzahualcóyotl, odas pindáricas de aquende los mares; con el patriotismo E n la primera etapa de su gloria, cuando la edad atizaba el fuego de sus
de Cuauhtemoc, ese Guzman el Bueno del Anáhuac, ese mártir que podría to- inspiraciones, unió la generosidad de su alma al entusiasmo de su corazon.
marse por un espartano; con la dulce reminiscencia de su vida nómada y de- L a idea lanzada á la faz del planeta por el humilde Hidalgo, no debia extin-
leitable; con sus galas naturales y por lo mismo hermosas, y ardiendo en la
guirse, porque nunca se extinguen las concepciones grandiosas que abrazan al yos sobre las generaciones del porvenir: sin Washington, los Estados Unidos
mundo con cariñosa ternura; la idea de independencia no debia morir, porque del Norte tal vez no habrían alcanzado el lugar que hoy ocupan en la esca-
en los campos etéreos del espíritu humano hay ángeles que velan por la in- la del progreso; México sin Hidalgo, habría seguido en la oscuridad del pá-
mortalidad de'las causas santas, ángeles que con un solo ademan hacen rena- ria, y Venezuela sin Bolvíar, fuera hoy como una planta marchita, como
cer las ideas muertas, como el fénix, de sus propias cenizas. l i é aquí por qué á un sol apagado.
los iniciadores de la primera época sucedieron los de j a segunda, para iluminar Y tras tantos afanes y desvelos por vivir respirando el aire libremente, ¿no
las generaciones con los triunfos de sus patrióticos esfuerzos. Entonces se alzan será justo ensalzar las virtudes de Bravo, semejante á Washington, Hidalgo
majestuosas las figuras de Morolos, Matamoros y Galeana, pero dominándo- y Bolívar? ¿Seria México tan refractario á su orgullo legítimo, que dejara ya-
las en todos sentidos, la del eximio Bravo. cer en el olvido á uno de los caudillos de su Independencia?
Más tarde, èn el peldaño altísimo de su grandeza, nuestro caudillo tuvo que No, mil veces no: honrar la memoria de los grandes héroes como un tribu-
presentar su pecho á las silbadoras balas del Norte. Esta fué la segunda eta- to de infinita gratitud, rendirles el debido homenaje á través del luengo tiem-
pa de su gloria. ¡Cuánto liabian cambiado los tiempos! ¡Qué de metamorfo- po en que existieran, es un deber imperioso en las naciones, que las eleva y
sis se habían sucedido en el hermoso país mexicano! Ya entonces, el año que enaltece y las hace dignas de presentarse con orgullo ante las demás; ello es
formó época en el curso de los tiempos, porque dió vida propia á nuestra pa- una patente prueba de que viven imbuidas en acendrado patriotismo, y que
tria, aparecía en su memoria como el estruendo de lejana tempestad, como el á medida que el velo de los tiempos se descubre presentando y cambiando de
resplandor apacible de la aurora sempiterna del progreso. Y a no tenia que faz los acontecimientos políticos, se renueva y aviva con fuerza prepotente,
combatir con los locuaces españoles, antiguos bailadores de saltarelos y tiranos trayendo también á la memoria el recuerdo apacible de sus triunfos.
feudales con sus estúpidas mesnadas; tenia que luchar con el soberbio Jona- México y sus hijos, pero muy particularmente el Estado de Guerrero, don-
than, que en su rápida invasión venia entonando, con sarcàstico acento, el himno de vió la luz primera el ínclito D. Nicolás Bravo, dedican hoy un recuerdo á
entusiasta del Coloso. Pero afortunadamente es peculiar carácter del genio no tan fausto suceso: el siglo X V I I I sonríe complaciente desde el majestuoso re-
arredrarse ante un número infinito de adversarios, ni abatirse ante las más es- cinto que ocupa, al recordar que hoy hace cien años vió nacer en su seno al
pantosas catástrofes; por eso el General Bravo defendió con bizarría la pureza que vivirán reconocidas mil generaciones.
del suelo patrio. ¡Nuestros himnos en honor suyo, llegarán á su oído en la vida de ultratum-
Y cuando cubrióse para siempre con tupido velo aquella horrible mancha, ba, cabe al trono del Eterno, donde vivirá permanentemente con la aureola de
como se cubrió el ejército de Faraón bajo las ondas eritreas; cuando despues la inmortalidad, que Dios mismo colocó sobre sus sienes!
miró que en su suelo natal triunfaba fínicamente el utilitarismo, porque tan
G u a d a l a j a r a , 1886.
sólo era el punto de mira de nuestros antepasados—triste es decirlo—el es-
píritu inquieto y revoltoso, ya entonces nuestro héroe miró concluida su mi- FRANCISCO SARACHO.

sión, y esperando la muerte con la serenidad de los justos, resucitó á otra vida
mejor, donde al presente goza del premio reservado á los grandes apóstoles de
la Libertad, entre dos guerreros que representan magníficamente la Edad anti-
gua: á la izquierda de Julio César y á la derecha de Alejandro!
De rodillas ante la Historia, y reunidas en su foco las tempestuosas agita-
ciones de nuestra alma, venimos á celebrar el primer glorioso centenario del
esclarecido patriota objeto de estas líneas, porque las virtudes cívicas del hom-
bre, como una especie de dios de las conciencias, deben ser necesariamente con
toda dignidad establecidas, con toda pompa celebradas.
H a y en la vida de los pueblos un punto luminoso que proyecta sus ra-
Porque dejando el vencedor acero
Despues de las batallas estruendosas,
Siempre encontró en^tu boca el prisionero
Palabras de consuelo cariñosas.

Te admiro yo también, porque engrillado


Te halló tan digno el opresor tirano,
Que dijo al contemplarte: " E s destronado
Monarca ese valiente mexicano."
BRAVO.
Si tanto, héroe, y sin cesar te admiro
E n la lucha sangrienta y prolongada
Que este suelo taló, cuando te miro
Por el dolor el alma desgarrada,
Te admiro yo, cuando á tu hogar "bendito
Llevaron una vez los bramadores
Que le concedes libertad y vida
Vientos de las montañas, aquel grito
Al enemigo que con impía mano
De libertad que resonó en Dolores,
Te privaba á tí de una tan querida!
L a que arrancaba á tu padre anciano!
Y lo oyes con placer, y le haces coro—
E n el Palmar, en Chichihualco,—entonces,
Entonces calla el labio, mas del pecho,
E n los despeñaderos de Coporo,
De lo íntimo ele mi alma, sube al cielo
E n t r e el hórrido estruendo de los bronces!
Quizás una oracion, porque ese hecho
E s sin segundo en el mundano suelo.
Te admiro yo también, porque cambiaste
E l hogar que guardó tu venturanza, Con él sólo no más te habría bastado
Donde la esposa y bienestar dejaste, P a r a dejar un nombre esclarecido
P o r el campo escarbado de matanza, Y que el mundo te hubiera proclamado! .
Mas no sólo por esto grande has sido:
Queriendo libre ver la fabulosa
Águila de Tenoch que oprimia fiero, Supistes arrancar á la victoria
Como la presa suya más valiosa, Ese caudal magnífico, esplendente,
Con su potente garra el león ibero. Con que engalana su dosel de gloria,
Donde descansa tu laureada frente!
Te admiro yo porque en la lucha fiera
J a m a s te impuso el poderoso embate, ALEJANDRO DEL AVELLANO.

Porque alzaste mil veces tu bandera


Victoriosa entre el humo del combate;
Y apréstase el guerrero, se alistan los bridones,
Los sables y las lanzas prepáranse también,
Y "¡guerra!" y con estrépito tronaron los cañones,
Y son charcas de sangre los campos de este Edén.

Y "¡guerra al que insolente lia hollado tus hogares!"


Y "¡guerra al que atrevido tu suelo profanó!"
Y "¡guerra!" allá en los montes, y "¡guerra!" allá en los mares,
Y "¡guerra!" en todas partes el eco repitió.

H O M E N A J E
Y de entre aquel estruendo, entre la sangre humeante.
En medio del combate, de entre la mortandad,
De aquel campo escarbado, de allí se alzó triunfante,
AL GENERAL D. NICOLÁS BRAVO
Ceñida de laureles, la diosa Libertad.

BENEMÉRITO DE L A PATRIA.
Entonces la Sultana, su auréola de topacios
E n su altanera frente ya pudo colocar,
Y su águila potente mecióse en los espacios;
Y el beso de los cielos la vino á acariciar.
Con música de alondras y al tumbo de las olas
Del mar que la arrullaba en dulce balancear, E n ese instante mismo, el ángel de la gloria
Envuelta entre sus gasas y en cuna de amapolas Bajó á Anahuác sonriente y un nombre recogió,
Dormíase la Sultana, la virgen Anahuác. Y en la hoja más brillante del álbum de su historia
Con letras de oro—"BRAVO"—por siempre lo grabó.
De allá del Viejo Mundo, con ojos envidiosos,
ALEJANDRO DEL AVELLANO.
Audaz aventurero á la Sultana vió,
Y en frágil carabela los mares tumultuosos,
E n pos de su conquista, valiente atravesó.

Pisó con planta altiva la playa mexicana,


Con atrevida mano su nave destruyó,
Y entonces al alcázar se fué de la Sultana,
Y allí, ¡pobre Sultana! cautiva la dejó.

Sus liijos la lloraron un dia tras otro día,


Y siglo tras ele siglo pasó en cautividad,
Hasta que un instante supremo de agonía
Gritaron con el alma: ¡ó muerte, ó libertad!
Intrépido hasta la temeridad, fué una de las figuras más prominentes, uno de
los caudillos más distinguidos de nuestra Independencia. Dotado de un cora-
zon donde se abrigaban los sentimientos más generosos, y de un espíritu in-
quieto y fogoso, no pudo ver con indiferencia las escenas sangrientas que, unas
tras otras, se sucedían en nuestra adorada patria, y con la fé ciega de un ver-
dadero patriota, abrazó, sin vacilar, la sagrada causa ele la Independencia.
Bravo nació en Chilpancingo el 10 de Setiembre de 1786; así es que, en Ma-
yo de 1811 en que nuestro héroe se unió á las fuerzas ele Galeana, apénas con-
taba veinticinco años. E r a un joven apuesto y de gallarda presencia; jamas
E N E L P R I M E R C E N T E N A R I O
media el peligro ni el número ele sus enemigos, y con un puñado ele sus lea-
DEL I N M O R T A L les compañeros se lanzaba intrépido y sereno á los combates; siempre digno y
valiente, siempre grande, heroico y magnánimo.
GENERAL D. NICOLÁS BRAVO, Los combates se sucedían sin ninguna interrupción, y nuestro joven caudi-
llo las más veces figuraba en ellos haciendo prodigios de valor.
E n la noche del 18 de Agosto de 1812, fué informado Morelos de que el je-
fe español D. J u a n Labaqui, con trescientos'infantes, setenta soldados de ca-
E n todas las naciones cultas y civilizadas del orbe se procura legar á la pos- ballería y tres piezas de montaña, se dirigía rumbo á la ciudad de Puebla. In-
teridad, consignando en las páginas de la Historia, todos aquellos aconteci- mediatamente designó al denodado General Bravo, epie entonces militaba en
sus filas, para que le saliera al encuentro y lo combatiera. L a División ele nues-
mientos más culminantes que marquen en la vida de los pueblos, ya el triunfo
tro joven caudillo salió de Tehuacan á las nueve de la noche del mismo dia,
de las ciencias ó la literatura, ya alguna idea progresista y bienhechora, ya los
y al siguiente se halló á inmediaciones ele San Agustín del Palmar. Al aper-
nombres de distinguidos patriotas, ó ya, enfin,las fechas de hechos gloriosos
cibirse Labaqui, que allí se encontraba, de las fuerzas independientes, se for-
que mantengan imbíbito su recuerdo.
tificó violentamente; pero todo fué en vano, porepie Bravo, rápido en sus mo-
Tributar á los g r a n ® hombres que han dejado de existir, nuestros since-
vimientos y en la manera de ejecutarlos, arrojado y valiente, rompió sus fuegos
ros recuerdos, como un homenaje de admiración, es cumplir con un deber sa-
sobre los realistas, y despues de un combate de cuarenta y ocho horas, en que
grado. Consignar en las páginas de la Historia sus rasgos ele valor y patriotis-
unos y otros hicieron prodigios de valor, las fuerzas españolas tuvieron que ren-
mo para admiración de las generaciones futuras, es llenar el elevado precepto
dirse, no sin haber dejado entre multitud de cadáveres, á su intrépido jefe D.
que nos imponen las ineludibles leyes sociales.
J u a n Labaqui, que sucumbió también en la pelea.
E n la Historia de nuestra patria hay hermosas páginas escritas con carac-
El triunfo de Bravo fué completo: levantó elel campo trescientos fusiles, tres
teres de oro, donde están impresos los nombres de nuestros más distinguidos
cañones y algunas cajas de parque y municiones, tomando más de doscientos
compatriotas. Abrid ese gran libro; recorred sus páginas, y encontraréis en-
prisioneros, regresando á Tehuacan á ciar parte á Morelos de aquel importan-
tre una multitud de acontecimientos gloriosos de héroes mexicanos, el nombre
te hecho de armas, y presentarle la espada de su valiente enemigo.
del magnánimo, del ilustre General Nicolás Bravo. Fijaos por un momento en
Cinco dias despues, nuestro denodado caudillo derrotó, en el Puente del
los hechos de su vida pública; contemplad con detenimiento uno por uno de los
Rey, hoy llamado Nacional, una fuerza realista que conducía un convoy á Ja-
grandiosos episodios de su carrera militar, y quedaréis absortos de admiración
lapa, haciendo noventa prisioneros, dirigiéndose en seguida á la villa de Me-
al ver en ellos los rasgos de tanta abnegación y patriotismo.
clellin, donde estableció su cuartel general, y desde cuyo punto no cesó de hos-
Describamos, si nuestra insuficiencia nos lo permite, algunos de los aconte-
tilizar á la ciudad ele Veracruz, obteniendo, como siempre, á cacla paso impor-
cimientos más notables que tuvieron lugar durante la guerra contra la domi-
tantes victorias sobre el enemigo.
nación española, y en la que tomó una gran parte el valiente General Bravo.
Hacia ya algún tiempo que el Sr. I). Leonardo Bravo, padre de D. Nicolás, E n 1839, como jefe del partido escocés, Bravo ocupó la Vicepresidencia de
se encontraba preso en la ciudad de México. Morelos, que estimaba demasia- la República. U n poco más tarde, con motivo ele los frecuentes cambios de
do á tan digno caudillo, propuso al Virey Venegas, en canje, ochocientos pri- Gobierno y asonadas militares, fué hecho prisionero por Guerrero en Tulan-
sioneros españoles por la libertad de aquel buen patriota; pero el Virey, dese- cingo, juzgado por un Consejo, y elesterrado de la República, permaneciendo
chando la proposicion, lo mandó ejecutar, el 13 de Setiembre de 1812. cinco años en Guayaquil, donde fué apreciado ele todos por su carácter bon-
Tan luego como Morelos fué informado de este acontecimiento, lo comunicó dadoso y afable y sus honrosos antecedentes; y habiendo regresado nuevamen-
al G-eneral Bravo, ordenándole mandase pasar á cuchillo á los prisioneros que te á México, firme en sus convicciones políticas, siguió mezclándose en las lu-
tuviese en su poder. Nuestro caudillo, sorprendido por la fatal nueva de la chas civiles que por desgracia aun no se extinguían en el suelo de nuestra
muerte de su padre, mandó poner en capilla á cerca de 300 españoles. Al dia si- querida patria.
guiente dispuso se formara su tropa con todo el aparato que se requiere para E n 10 de Julio ele 1842 se encargó interinamente ele la Presidencia de la
una ejecución, ordenando que los prisioneros fuesen llevados al centro del cua- República, entregando elespues el mando al General Santa-Anna; y en 1846
dro: una vez allí, despues de una pequeña pero elocuente arenga, en cuyas pala- volvió nuevamente á ocupar tan elevado puesto. Bravo jamas llegó á poner
bras dió á conocer sus nobles sentimientos, les manifestó que en cambio del ase- en eluela su lealtad y su patriotismo. E n 1847, cuando el hielo ele los años cu-
sinato que el Virey Venegas acababa de mandar efectuar en la persona del se- bría su noble cabeza, fué uno de los heroicos defensores de Chapultepec. E n
ñor su padre D. Leonardo, quedaban todos en absoluta libertad. ¡Este rasgo esa gloriosa jornada hizo prodigios ele valor, y fué hecho prisionero por las
de magnanimidad, que conmovió hondamente á aquellos infelices, levantados fuerzas norte-americanas. ¡Fué el último hecho ele armas á que concurrió
del borde de la tumba, sólo podia tener cabida en el noble corazon del joven el magnánimo General Bravo!
General Bravo! Muchos de los prisioneros españoles que acababan de que- Iniciada la revolución ele Ayutla, nuestro héroe residía tranquilamente en
dar en libertad gracias á la nobleza de alma de su heroico vencedor, querien- Chilpancingo, ajeno á tóela cuestión política; pero, como todos los grandes
do darle una prueba de su gratitud, se quedaron entre las filas independientes. hombres, tenia sus enemigos, y la mano ele la perfidia y la traición pudo pe-
H é aquí puestos en relieve los sentimientos humanitarios de aquel grande netrar los dinteles de su hogar doméstico, y el 22 de Abril de 1854 moria
hombre, de aquel héroe y ameritado patriota. U n ilustrado biógrafo, al con- el patriota caudillo, en unión de su eligna esposa, de una manera misteriosa y
signar este hermoso rasgo del General Bravo, dice: "Lo que Bravo hizo en- altamente significativa. ¡Misterio! Sin embargo, la opinion pública y los da-
tonces, escrito está con letras imperecederas en la Historia, no sólo de México, tos que la Historia pudo recoger, señalaron como uno ele los autores ele aquel
sino en la de los grandes rasgos que elevan á la humanidad. Necesitaríamos doble crimen, al médico Avilés, quien fué fusilado en la Isla de Caballos.
la pluma de Tácito ó de Livio para narrar la gloria que corresponde á Bravo Así terminó la preciosa existencia del denodado General Bravo, ele aquel
por esa acción generosa en grado heroico, que apénas puede ser igualada en el grande hombre ele alma noble y generosa; ele aquel esforzado caudillo de la In-
mundo . . . ." E n efecto, el humanitario procedimiento del caudillo de la In- dependencia, una ele las glorias más puras de nuestra patria. Su nombre está es-
dependencia, sólo puede tener ejemplo en las almas nobles y generosas. crito en la Historia con indelebles caracteres de oro, para admiración ele las ge-
De 1812 á 1817, el joven General Bravo obtuvo un sinnúmero de triunfos neraciones presentes y futuras. Los rasgos heroicos de su carrera militar, la
sobre las huestes españolas. E n este último año fué hecho prisionero y con- elevación ele sus sentimientos humanitarios, que forman el hermoso pedestal
ducido á México, en cuya capital permaneció cerca de tres años, sufriendo con de su grandeza, también están allí consignados.
heroica resignación todas las consecuencias y molestias originadas por sus ene- Nosotros, admiradores de las virtudes de aquel gránele hombre, de aquel
migos. E n 1820 recobró su libertad, y en 1821, despues de haber sido ocupa- héroe ele nobles sentimientos, ¿qué podemos decir en su abono, si la aureola
da la capital de México por las fuerzas de Iturbide, Bravo fué nombrado Con- inmarcesible de la gloria circunda su esclarecido nombre? ¿Qué podemos ma-
sejero de Estado y miembro de la Regencia; pero como era liberal y sus ideas nifestar para poner en realce sus heroicos hechos, cuando ya han sido consig-
progresistas pugnaban con el sistema de Gobierno establecido, en 1823 se lan- nados á la Historia por distinguidos compatriotas verdaderamente ilustrados
zó de nuevo á la lucha al lado del General Guerrero. y competentes? Las líneas que hemos trazado, nada valen, nada significan en
comparación de lo que se merece el héroe inmortal á quien las hemos dedica-
do. Sin embargo, somos mexicanos antes que todo, y nos hemos visto coloca-
dos en el imperioso deber de cooperar, en la reducida esfera ele nuestra peque-
nez, á la realización ele los patrióticos deseos elel progresista Gobernador del
Estado de Guerrero, General Francisco O. Arce, que concibió el elevado pen-
samiento de celebrar dignamente el primer centenario de tan ilustre caudillo.
Cumpliendo con aquel sagrado eleber, hemos formulado nuestros trabajos, co-
mo el más humilde homenaje de admiración y ele respeto hácia la memoria
E3ST E E PRIMER ANIVERSARIO
del benemérito General Nicolás Bravo. Si ellos carecen ele las verdaderas for-
mas de la literatura, llevan en cambio el sello de la sinceridad.
DEL ILUSTRE PATRIOTA

Aguascalientes, 1886.
JESCS BERNAL, NICOLÁS BE A.V O .
Bedaetor interino del Periódico Oficial del Estado

A l p i é d e los sepulcros el ángel d e la gloria


O s t e n t a en u n a roano coronas d e laurel;
Con otra m a n o lleva al libro d e l a H i s t o r i a
L o s nombres q u e son dignos d e figurar en él.
N. N. (QUERÉTAKO.)

Cual se miran surgir del estelario


espacio sideral é inconocido
las múltiples estrellas peregrinas
que brillan en la noche silenciosa
sobre el manto del cielo,
espléndido, magnífico, azulado;
así también del hondo tenebrario
de un pueblo envilecido,
de un pueblo encadenado,
surgieron como chispas diamantinas
lanzadas por el rayo
en noche pavorosa
de esclavitud, de infamias y de duelo,
héroes mil, ignorados, cuya historia
apénas pudo recoger l a gloria.

Buscando, empero, el inmortal renombre


de ese santo heroísmo
comparación de lo que se merece el héroe inmortal á quien las hemos dedica-
do. Sin embargo, somos mexicanos antes que todo, y nos hemos visto coloca-
dos en el imperioso deber de cooperar, en la reducida esfera ele nuestra peque-
nez, á la realización ele los patrióticos deseos elel progresista Gobernador del
Estado de Guerrero, General Francisco O. Arce, que concibió el elevado pen-
samiento de celebrar dignamente el primer centenario de tan ilustre caudillo.
Cumpliendo con aquel sagrado eleber, hemos formulado nuestros trabajos, co-
mo el más humilde homenaje de admiración y ele respeto hácia la memoria
EN EL PRIMER ANIVERSARIO
del benemérito General Nicolás Bravo. Si ellos carecen ele las verdaderas for-
mas de la literatura, llevan en cambio el sello de la sinceridad.
DEL ILUSTRE PATRIOTA

Aguascalientes, 1886.
JESCS BERNAL, NICOLÁS BE A.V O .
Bedaetor interino del Periódico Oficial del Estado

A l p i é d e los sepulcros el ángel d e la gloria


O s t e n t a en u n a m a n o coronas d e laurel;
Con otra m a n o lleva al libro d e l a H i s t o r i a
L o s nombres q u e son dignos d e figurar en él.
N. N. (QUERÉTAKO.)

Cual se miran surgir del estelario


espacio sideral é inconocido
las múltiples estrellas peregrinas
que brillan en la noche silenciosa
sobre el manto del cielo,
espléndido, magnífico, azulado;
así también del hondo tenebrario
de un pueblo envilecido,
de un pueblo encadenado,
surgieron como chispas diamantinas
lanzadas por el rayo
en noche pavorosa
de esclavitud, de infamias y de duelo,
héroes mil, ignorados, cuya historia
apénas pudo recoger l a gloria.

Buscando, empero, el inmortal renombre


de ese santo heroísmo
que vincula la gloria mexicana, Las egregias virtudes que de Bravo
hoy, en su justa gratitud, al cabo hoy se cantan benditas,
el pueblo viene á despertar un nombre éste Album en sus hojas inmortales
relegado otros dias al ostracismo; indelebles recoge
y saluda con fe republicana como otras tantas glorias nacionales
el nombre egregio del invicto Bravo. que para siempre quedarán escritas.
E l nombre sacrosanto del caudillo
mártir dos veces y despues proscrito, A g u a s c a l i e n t e s , 1886.

ese nombre que encierra G . JIMÉNEZ ANGUIANO.

todo un poema bendito, Director de " I . a Union F r a t e r n a l . "

cuyo fulgente, inmaculado brillo


no debe fenecer sobre la tierra,
sino pasar á lo inmortal escrito.

Y hoy es su aniversario, y hoy el dia


en que la Patria agradecida canta
de otro campeón ilustre la memoria,
de otro noble caudillo la hidalguía,
ele otro mártir la gloria
sobre cuyos peldaños se levanta
hasta el eterno pedestal sublime
del héroe venerado,
el nombre del patriota que redime
un pueblo, como el nuestro, esclavizado.

De hoy más en su conciencia


el verdadero pueblo mexicano
hará de gratitud otro santuario
donde otros manes, por la gloria ungidos,
puedan, así, guardarse;
y al recordar de hoy más su independencia,
tendrá para otro hermano
cantos también del corazon queridos,
que de él al exhalarse,
no pasarán perdidos
cual otros dias pasaban del esclavo
al són ele sus cadenas,
con el amargo llanto confundidos
ya que al destino le plugo
que mi corazon taladre,
¡la memoria de mi padre
no ha de ultrajarla el verdugo!"

III

E S T R O F A S ¿Dónde otro héroe como aquel


cuyo corazon de roble
PARA dió aliento á rasgo tan noble
digno del mejor laurel?
La lira, á su asombro fiel,
A L B U M D E L HÉROE NICOLAS B R A V O .
siempre cantará el civismo
del que, grande en heroísmo,
logró en su senda de gloria
i
la más hermosa victoria,
¡ la de vencerse á sí mismo!
" ¡ N o liaya piedad! Sin tardanza
venga al anciano que, inerte, J a l a p a , 1S86.

cayó bajo el golpe fuerte


VICENTE DANIEL LLÓRENTE.
de la bárbara matanza,"
¡ Así te habló la venganza,
terrible en su despertar!
Y en vano quiso manchar
los timbres de tu grandeza
¡ Los seres en que hay nobleza
sólo saben perdonar!

II

" A u n q u e voces de rencor


á la venganza me intimen,
no ha de responder á un crimen,
exclamaste, otro mayor
P o r más que intenso dolor
me oprima bajo su yugo,
sos por disfrutar la honra de escribir una línea en su Album, y de colocar en
los altares que allí se levantan en honor de aquel héroe esclarecido, una mo-
desta corona de siemprevivas, que si no tendrá el indisputable mérito de las de
brillantes, que enviarán los poderosos, irá, sí, cuando ménos, adornada con la
sinceridad de afectos de quien la ofrece.
ì

M o n t e r e y , 1886.

RAMON TREVISO.

GENERAL NICOLAS BRAVO.

¡Astro de excelsa magnitud en el límpido cielo de nuestra adorada México!


Tú no necesitaste de Horneros que cantaran tus glorias para elevarte sobre la
multitud, porque la Fama con sus cien trompetas, rindiendo un merecido ho-
menaje al verdadero mérito, hizo llegar hasta los confines de la Patria, así al
encumbrado palacio del magnate, como á la humilde choza del campesino, el
eco de tus proezas de valor, de abnegación y de acrisolado patriotismo en la
titánica lucha de nuestra independencia de España, y porque la severa Histo-
ria con avidez recogió esos gloriosos hechos, escribiendo tu nombre esclarecido
en sus páginas de honor al lado de los inmortales de Hidalgo y de Morelos,
para trasmitirlo con éstos á la posteridad, como legítimo timbre de orgullo na-
cional, y como ejemplo palpitante, digno de ser imitado.
Ejemplo que ha sido fructuoso; porque ¿quién no ha sentido latir su pecho
con grata emocion al pronunciar el venerable nombre del General Bravo?
¿Quién no h a derramado una lágrima silenciosa de ternura, al recordar, entre
otras de sus gloriosas hazañas, aquel hecho, que los griegos habrían grabado
en bronce, de 'haber mandado poner en libertad á más de trescientos prisione-
ros realistas, que habia capturado en la célebre batalla del Palmar, y esto,
precisamente cuando recibió la fatal nueva de que su ilustre padre habia su-
frido la infamante muerte del garrote por orden del virey?
P o r esto es que ahora que el distinguido y patriota Estado de Guerrero, cu-
na de tantas celebridades en las letras y en las armas, y que tuvo la gloria de
contarlo entre sus hijos, ha acariciado la feliz idea de celebrar el centenario de
aquel ilustre patricio, de todas partes del país se ha levantado un entusiasta
coro de aprobación, y todos, hasta los más humildes ciudadanos, estamos ansio-
88

AL GENERAL BRAVO.
A L GENERAL D. NICOLÁS BRAVO.

Cuando en el aire vibró


E N E L CENTENARIO DE SU NATALICIO.
del clarín guerrero el eco,
fuistes al Campo de Marte
BRAVO te nombró la Historia,
á batirte con denuedo.
y, sin embargo, clemente
Cuando la Patria apremiada
te muestras constantemente
por la fuerza del tirano
en los campos del honor.
levantó su voz, ufano
E l soldado que al valor
fuiste á ofrecerla tu espada.
j u n t a la filantropía,
Cuando el mexicano lucha
merece bien el amor
con los leones de Castilla,
del Universo algún dia.
fuiste á la lid, sin mancilla
E l caudillo que sus sienes
tu nombre á hacer singular-.
supo adornar con diamantes,
Cuando el virey con infamia
debemos aquí constantes
tu padre va á fusilar,
sus virtudes encomiar.
tú concedes al vencido
Y la Patria, justa madre,
la vida y la libertad.
de sus hijos bienhechora,
Esas acciones son prendas
debe decir: "Bendita hora
que preconizan tu gloria;
en que Bravo vió la luz."
ellas serán las ofrendas
que eternicen tu memoria.
JOSÉ M . A I Z P D R U .

JOSÉ M . A I Z P D R Ü .
E N E L C E N T E N A R I O

DEL BENEMÈRITO GENERAL UN RECUERDO

NICOLÁS BRAVO AL GENERAL D. NICOLÁS BRAVO

EN ELCENTENARIO D E SU N A C I M I E N T O .

Dos pueblos nobles de grandiosos hechos Escrito por Francisco Yaldés Gómez,
en nombre de la Escuela de Jurisprudencia de Monterey.
Guerra cruel y sangrienta sostenían:
Los mexicanos libertad pedian,
Los iberos respeto á sus derechos.

Ardia el encono en los valientes pechos I


Y á la lid entusiastas acudian,
Donde la vida sin pesar rendian E n la grandiosa y patriótica fiesta para celebrar el primer centenario, el 10
Mexicanos é iberos satisfechos. de Setiembre de 1886, del glorioso natalicio de nuestro héroe el Sr. General
Nicolás Bravo, en la epopeya de la Independencia mexicana, tocóme la alta y
Guardaba España la feliz memoria
satisfactoria honra de ser nombrado por mis apreciables compañeros, los pro-
Del heroico Guzman, que llevó á cabo fesores de la Escuela de Jurisprudencia de Monterey, para colocar una flor en
E l suplicio de un hijo por su gloria, el suntuoso altar que en ese inolvidable dia se elevará majestuoso, por la Patria
agradecida, en memoria de aquel esclarecido caudillo, en Chilpancingo, hoy
Y México, sublime aun siendo esclavo, ciudad de los Bravos, lugar del nacimiento de nuestro ilustre compatriota.
Celoso de aquel hecho de otra historia, Esa gran satisfacción sólo la amengua la idea de que cualquiera otro de mis
E l suplicio de un padre ordenó á Bravo. distinguidos compañeros habria llenado ese cometido con toda la belleza y es-
plendidez que reclama tan notable suceso; la de que l a flor que yo presente
O a x a c a , J u n i o d e 1886.
siempre será pálida, agostada y sin fragancia, como cultivada en este confín de
ADOLFO FENOCHIO.
la República, en campos al natural, casi en las revueltas aguas del rio del
Norte, á la sombra de árboles silvestres, léjos de los aromáticos jardines de
las grandes capitales, y la de que todavía parecerá más marchita al lado de los
bellos y esmaltados ramilletes que en ese gran dia se exhibirán por tantos es-
clarecidos genios que, para honra de México, produce por todas partes la pa-
E N E L C E N T E N A R I O

DEL BENEMÈRITO GENERAL UN RECUERDO

NICOLAS BRAVO AL GENERAL D. NICOLÁS BRAVO

EN ELCENTENARIO D E SU N A C I M I E N T O .

Dos pueblos nobles de grandiosos hechos Escrito por Francisco Yaldés Gómez,
en nombre de la Escuela de Jurisprudencia de Monterey.
Guerra cruel y sangrienta sostenían:
Los mexicanos libertad pedían,
Los iberos respeto á sus derechos.

Ardia el encono en los valientes pechos I


Y á la lid entusiastas acudían,
Donde la vida sin pesar rendían E n la grandiosa y patriótica fiesta para celebrar el primer centenario, el 10
Mexicanos é iberos satisfechos. de Setiembre de 1886, del glorioso natalicio de nuestro héroe el Sr. General
Nicolás Bravo, en la epopeya de la Independencia mexicana, tocóme la alta y
Guardaba España la feliz memoria
satisfactoria honra de ser nombrado por mis apreciables compañeros, los pro-
Del heroico Guzman, que llevó á cabo fesores de la Escuela de Jurisprudencia de Monterey, para colocar una flor en
E l suplicio de un hijo por su gloria, el suntuoso altar que en ese inolvidable dia se elevará majestuoso, por la Patria
agradecida, en memoria de aquel esclarecido caudillo, en Chilpancingo, hoy
Y México, sublime aun siendo esclavo, ciudad de los Bravos, lugar del nacimiento de nuestro ilustre compatriota.
Celoso de aquel hecho de otra historia, Esa gran satisfacción sólo la amengua la idea de que cualquiera otro de mis
E l suplicio de un padre ordenó á Bravo. distinguidos compañeros habría llenado ese cometido con toda la belleza y es-
plendidez que reclama tan notable suceso; la de que l a flor que yo presente
O a x a c a , J u n i o d e 1886.
siempre será pálida, agostada y sin fragancia, como cultivada en este confín de
ADOLFO FENOCHIO.
la República, en campos al natural, casi en las revueltas aguas del rio del
Norte, á la sombra de árboles silvestres, léjos de los aromáticos jardines de
las grandes capitales, y la de que todavía parecerá más marchita al lado de los
bellos y esmaltados ramilletes que en ese gran dia se exhibirán por tantos es-
clarecidos genios que, para honra de México, produce por todas partes la pa-
tria del sabio elegiaco y sublime poeta Netzahualcóyotl. Sin embargo, reanima bato el legado sagrado que nos dejaste, la libertad que nos diste y la vida que
mi espíritu el vehemente deseo de significar, como mexicano, mi gratitud á uno nos prestaste, sufriendo nuestros nietos el oprobio, la degradación y la miseria;
de nuestros más grandes héroes, seguro de que sus sagrados manes y la Patria cubre, Señor, bajo la augusta sombra de tus alas á ese pueblo desgraciado, y
que cesen para siempre sus grandes sacrificios, devolviéndole lo que desde al
recibirán con agrado y benevolencia la humilde ofrenda que puedo presentar,
principio tú mismo le donaste."
sin fijarse en que carezca de todo valimiento.
Que el Rey de Michoacan habló el segundo y se expresó así: " G r a n Señor
de lo criado: más de 290 veces se han enlutado los polos de la tierra cubrién-
dose con densas tinieblas, y otras tantas se han engalanado con la luz esplen-
II dorosa del sol: igual número han encanecido con los rigores del invierno, vis-
tiéndose con el albo y frió sudario de la muerte, y otras tantas se han despojado
Al hablar de nuestro héroe, tengo necesidad de recordar lo que pasó en de esas densas y pesadas cabelleras, para rejuvenecerse luego con una rápida
aquella época, sin que esto importe ningún cargo á la antigua metrópoli, por- y exuberante vegetación: las mismas ocasiones han tirado los árboles sus hojas
que ambas naciones se han protestado una franca y sincera amistad, y espe- y escondido su vivificadora sávia, para despues aparecer más hermosos y es-
cialmente desde que el profundo político y malogrado General Prim, colocán- trenar nuevos mantos, tan alegres como el canto de los pájaros al saludar los
dose en medio del Atlántico, estrechó con fuerte lazo las manos de esos dos albores de la mañana; y todo ese tiempo ha sido una cadena de inefables su-
valerosos pueblos en que corre la sangre de indómitos guerreros. Ese triste frimientos, para los que siendo Señores de las comarcas de Ixcohuatl, han es-
recuerdo son las hecatombes humanas ejecutadas en tiempo de la conquista: tado recibiendo el trato del esclavo: da, Señor de los mundos, su libertad á
no pueden olvidarse los millares de mártires mexicanos que dejaron teñida esos tus hijos, para que se cumpla tu ley sagrada."
con su sangre la superficie de sus campos, de sus casas y de sus templos, y las Que el Rey de Tacuba suplicó, el tercero, de esta manera: "Infinito de los
aguas de sus grandes lagos, por defender á sus mujeres y á sus hijos, su liber- espacios: más de 20 veces ha visitado Júpiter las regiones del Sagitario, os-
tad y las comarcas donde nacieron. tentando sus gigantes árboles, sus espesos bosques y sus deliciosas florestas,
Los espíritus de esos denodados combatientes pasaron sin duda al seno de siempre verdes y lozanas, de su perenne primavera: ocho ocasiones los mun-
Dios, al alcázar de los buenos, para contemplar y admirar de cerca al Supre- dos de Géminis han visto á nuestro sol al través de los argentinos anillos de
mo Rey de las naciones y de todos los mundos; y me parece que esa gran Saturno, mostrando éstos sus concéntricos movimientos y sus inmutables dis-
comitiva celeste, guiada por Cuauhtemoc, en primer término, y por los reyes tancias, y no ménos sus ocho diamantinas borlas, que cual buques armados los
de Michoacan, Tacuba y Texcoco, que tan hórridos tormentos sufrieron, y has- siguen en el mar de los cielos, como sus fieles custodios, en sus viajes triacon-
ta la misma muerte, por la patria, le dijeron, el primero: teeios, por las inmensas cavidades del éter invisible; y desde entonces, por ex-
" T ú que gobiernas esos millones de mundos que sin cesar ruedan á los piés tranjeras gentes se han explotado nuestros fértiles campos y nuestras minas,
de este divino alcázar, como átomos pequeños perdidos en lo infinito de esos abundantes de los más preciados metales, de luciente oro y de brillante plata;
espacios sin fondo: que con tu mirada les diste leyes inmutables, para que por y se ha privado de todos sus derechos á nuestros hijos: sírvete, por tu cle-
sí, y recibido el primer saplo, ejecuten sus perennes movimientos, cruzándose mencia, curar tan dolorosas heridas."
y encadenándose por todas partes, sin chocarse en su inmortal carrera: que se- Que el rey de Texcoco habló, el último, con estas palabras: " T ú que diriges
parando el aire ténue del denso, las aguas de los montes y de los valles, en el y conservas todos los espíritus, dándoles por esencia el conocimiento de lo
tercer planeta, que reconoce por centro á una de las infinitas estrellas que pue- bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto: que dia y noche estás viendo
blan el éter impalpable, al sol de nuestro mundo, repartiste sus tierras, sus entrar á este sagrado recinto las almas de los herederos de Netzahualpilli, que
islas, sus golfos y sus bahías, entre los descendientes del primer hombre, to- han dejado sus envolturas ántes del tiempo que la Naturaleza les habia pres-
cándonos á nosotros por divina herencia lo que se llamó las posesiones del Aná- crito, porque el trabajo, la fatiga y el cansancio fueron superiores á la fuerza
huac: que has visto que tus divinas leyes han sido holladas, y que se nos arre- de su potencia: que hasta acá llegan de los aztecas, las súplicas de los oprimí-
dos, los ayes lastimeros de los cautivos, el llanto de las viudas, los gritos de
los niños, que no hallan consuelo, el lúgubre rumor de la desolación y de la III
muerte, y los tristes suspiros de los que lloran en silencio: que eres en sí la
justicia por esencia, en donde reside todo lo grande y todo lo sublime; escribe E n cumplimiento de aquel sagrado é inviolable mandato, que quedó escrito
con tu buril sagrado t u supremo decreto de libertad á nuestros hijos, de su con inalterables letras en el inmenso fondo del cielo, vinieron en la segunda
cautividad, como lo hiciste con tu pueblo escogido en tiempo de los Faraones." mitad del siglo pasado los Hidalgos y los Allendes, los Morelos y los Bravos,
Creo que esas tiernas y justas súplicas las oyó Dios con atención y benevo- los Guerreros y los Álvarez, y otra pléyade de esforzados patricios que se le-
lencia, y que parándose en su trono, trabajado con la infinita munificencia de vantaron por todas partes, en tanto número como los árboles de nuestros bos-
su poder, les enseñó desde lo alto las nebulosas del Centauro, la de León, la ques, para blandir sus pesadas y lucientes picas contra el león español y des-
de la Via Láctea, á que pertenece nuestro sol, y otros millones de mundos se- asirse de sus potentes garras, comenzando esa grandiosa epopeya el 15 de
mejantes al que nosotros contemplamos; unos en que la materia cósmica está Setiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, iniciada por el inmortal y vene-
todavía en agitación, para formarse otro y otros sistemas; y de esa manera si- rable Hidalgo.
guió mostrándoles los archipiélagos de creaciones sembradas aquí y allí en el
mar sin fondo de los abismos del espacio, sin que ningún mortal pueda ima- IV
ginarse ni el principio ni el fin de ese portentoso Universo, y que les dijo: "To-
das estas cosas que habéis visto y otras más que ningún espíritu fuera de mí Uno de los más esforzados combatientes de esa terrible guerra sin tregua y
puede comprender, las conservo en el vacío sin apoyo ni cadenas, y con una sin cuartel, que dejó por todas partes sembrado el espanto, la desolación y la
de mis miradas desaparecerían para siempre: de mi mano depende todo lo muerte, fué nuestro joven caudillo D. Nicolás Bravo, que jamas envainó su
criado; los elementos de la materia cósmica, que todo lo produce; el fuego, el desnuda y cortante espada desde el año de 1810 hasta el ele 1821, en que en-
agua y el aire, el rayo y la centella, los ángeles del cielo y los hombres de la tró á México lleno de júbilo con el Ejército Trigarante, viendo así realizado
tierra; y fué mi voluntad conceder á vuestros abuelos y sus hijos u n a parte de el más grandioso de sus ensueños, la independencia, para siempre, de la Re-
mi Edén, que trasporté á ese planeta que se llama Tierra y que sus verdade- pública mexicana.
ros dueños le nombraron Mezitin, en que hay todas las temperaturas, todos los Nació nuestro ilustre campeón el 10 de Setiembre de 1786, en la ciudad de
climas, extensos valles, caudalosos ríos, frondosos árboles, perennes primave- Chilpancingo, según los mejores datos que la Historia ha podido recoger, de
ras, perpetuas nieves y elevadas montañas, y en donde se producen todos los ese adalid de nuestras libertades. Las brisas del caudaloso Mexcala deben
frutos y materias del resto de la tierra; y os ofrezco que de vuestros hijos na- haberse enorgullecido por haber refrescado con los vapores de la mañana la
cerán pronto esclarecidos genios, eminentes talentos, distinguidos sabios, es- ilustre frente de nuestro caudillo, y las escarpadas y altas cumbres de los ce-
forzados y valientes guerreros, y esclarecidos patriotas que se levantarán en rros el Toro y la Tentación, porque vieron el fulgproso Oriente del Aníbal
masa, sembrarán la simiente de su justicia, la defenderán por todas partes y mexicano. Yo bendigo á esa afortunada ciudad que hoy lleva el renombre de
obtendrán su libertad, los derechos primitivos que les di y las extensas tierras los Bravos, porque obtuvo del cielo el don tan preciado de que allí se meciera
que les doné." la ilustre cuna de nuestro campeón, que simbolizaba una de las más podero-
sas columnas que debería ser el sosten de las glorias de la Patria, y en la que
Con inmenso júbilo escucharon nuestros padres aquella divina é inmutable
se arrullaron también otros de nuestros indómitos guerreros.
sentencia del Supremo Rey, que con su mirada abraza los arcanos del porve-
nir, y se dieron por satisfechos, olvidando todos sus sufrimientos, todos sus E n ese privilegiado lugar se instaló el primer Congreso de la naciente Re-
dolores y todos sus sacrificios. pública: allí se levantó la primera acta de Independencia, y allí se dictaron
leyes humanitarias para asegurar los derechos del hombre y del ciudadano,
fijándose el pedestal que más tarde habia de ser el cimiento de ese suntuoso
y arquitectónico edificio en que con tanta sabiduría se señalaron en 1857 los
departamentos que tocaban al hombre mandante y al hombre mandatario, y Estando en Tehuaean, se le encomendó la campaña contra el realista Laba-
cuyo sagrado alcázar es hoy la admiración de los hombres de Estado de los qui, y caminando sin descansar nuestro joven caudillo por veredas escarpadas,
pueblos de acá y de los que están del otro lado de los mares. ¡Deben congratu- por arroyos y por barrancas, atacó al jefe español en San Agustín del Pal-
larse los hijos de esa ciudad por concesiones de tan alto precio! mar, en Agosto de 1812, y despues de un fuego aterrador de más de ocho ho-
ras, lo venció, haciéndole 47 muertos, entre ellos el mismo jefe, y además 200
prisioneros, quitándole 3 cañones y 300 fusiles. Mandó los prisioneros para
Medellin, y él se fué á presentarle á Morelos, como trofeo, la espada del va-
y liente Labaqui. E n seguida marchó para el Puente Nacional, y allí derrotó
á una fuerza realista, quitándole un convoy y haciéndole 90 prisioneros, que
mandó juntar con los otros 200.
Grabada en nuestro campeón, desde sus más tiernos años, la idea de la in-
Estando en Medellin, supo que su padre D. Leonardo habia sido hecho pri-
dependencia de su patria, se agitaba en su joven cerebro el modo con que pu-
sionero y condenado á muerte, y recibió comunicaciones del virey ofreciéndole
diera realizarse, como se agita en las cavidades de la tierra el fuego primitivo,
indultarlo, y también á su padre, si se separaba de los insurgentes; y aunque
incandescente, con fuerzas encontradas de impulsiones y reacciones que se
Morelos lo habia facultado para que aceptara esa propuesta, contestó al virey
cruzan en todos sentidos, hasta que su elasticidad hace estallar en horrísonos
negativamente, anteponiendo así los deberes para con la patria, al amor filial
truenos un imponente cráter que arroja por su ígnea boca torrentes de encen-
y al de su propia vida.
dida leva, que destruye cuanto á su paso toca. Por esto es que tan luego como
Despues le participó el mismo Morelos que habia ofrecido en canje 800 pri-
Hidalgo levantó el lábaro sagrado de la Patria, aquel fogoso é intrépido cau-
sioneros españoles por sólo la persona clel padre de nuestro héroe, y que no
dillo, como el deslumbrante rayo, saltó á la arena en el fragoso terreno del
se habia admitido su proposicion. Esto significa que para los mismos realis-
Sur,'con su padre D. Leonardo y sus tios agnados D. Miguel, D. Víctor y D.
tas valia más un individuo de la familia Bravo, que 800 de los guerreros
Máximo, que también sacrificaron sus bienes, su reposo y sus vidas por la In-
españoles, colocando de este modo el enemigo á esa prole privilegiada en el
dependencia, y á quienes por sus ilustres hechos podemos llamar la familia
número de los grandes héroes, semejante á los Scipiones, que merecieron el
de los Gracos mexicanos. renombre de " E l Africano" y " E l Asiático," porque habían enriquecido á su
Nuestro valeroso patricio, con sus parientes, cruzó su tersa y tajante espa-
patria con esas dos importantes partes del mundo.
da con los realistas en la reñida batalla de Chichihualco, venciendo al jefe
Morelos le comunicó luego la luctuosa noticia de que al fin habían dado
enemigo, Garrote, en Marzo de 1811. A l l í conoció el inmortal Morelos las
muerte ignominiosa á su padre D. Leonardo, el 13 de Setiembre del mismo
altas dotes militares de nuestro caudillo, considerándolo desde entónces como
año, y que ya que el gobierno vireinal no habia admitido el canje de 800 por
el Aquiles mexicano de la gran guerra, y que con su constancia y valor habia
uno, que en justas represalias fusilara á los 300 prisioneros que tenia en su
de vencer á las huestes enemigas. poder. ¿Qué sensaciones produciría en el alma de nuestro guerrero esa terri-
E n el sitio de Tenancingo, cuya plaza defendía el realista Porlier con consi-
ble noticia? ¿Qué haria un hijo ofendido con los que acababan de arrebatarle
derables y escogidas fuerzas, y en la que tuvo que abandonar toda su artille-
á la persona más querida de su corazon, de quien habia recibido la vida y to-
ría y pertrechos de guerra y muchos muertos, obtuvo la mayor gloria nuestro
dos los cuidados de la infancia?
adalid en el año de 1812. E n el heroico é histórico sitio de Cuautla, de setenta
Cualquiera adivinaría la respuesta.
y dos dias, que defendía nuestro ínclito Morelos, hizo prodigios de valor el
La trágica noticia la recibió á las cuatro de la tarde, y en cumplimiento de
benemérito Bravo, dejándose oir durante el día y en el silencio d é l a noche, el
la orden superior de su jefe, mandó auxiliar á los prisioneros para que fueran
sonoro golpe de su luciente espada al chocar con la sorda y enmohecida de
fusilados al siguiente dia; pero dice él mismo, en una de las cartas que escri-
sangre inocente, del endurecido Calleja; rompiendo al fin el sitio nuestros va-
bió á un amigo, que no pudo dormir en toda la noche. Le sucedió, sin duda,
lientes, arrastrando en su salida cuanto se opuso á su paso, como el impetuo-
lo que dice Homero del valiente Aquiles, despues de haber celebrado con pom-
so torrente cuando se desborda de las alturas de los montes. 1S
to, le manifestaron su eterna gratitud, que supieron cumplir como valientes
posos y regios funerales la muerte del guerrero Patroelo, su amigo y su escu-
castellanos.
dero, á quien amaba como á un hijo ó como á un padre. El inspirado poeta
Ese hecho sublime es propio sólo de almas superiores, de espíritus sobre-
se expresa así:
humanos, que tocan de cerca la fuente divina de que proceden: es digno de
un elevado y grandiosísimo poema, que arrastre al hombre al alcázar de Dios
Toi p.kí O'JpTtOlU ¡J.SÔOVTO
"Yizvou re -(Xvxspob zaMp/gMr A UT an Ayùleb^ y á las mansiones de los ángeles; y sólo ha faltado un sublime cantor como
KXázs, çUousràpou /tçp/ifgèyoç, 'ouds [itv u~voç Homero, que lo lleve á la apoteosis; la divina inspiración de Milton, que lo
"Hcpsi xavôa,udrai?, áXTearpé<pervévm xa\ hOa, pregone en los cielos, y la sentida lira de Ovidio, para que con sus tristísimas
ilarpóxou -oOèuiv adpOTjjrá re xai p.éfO<¡ ifi- notas se desborden las fuentes de los ojos. . . .
llS t¡-ó ga roXú-svffs Sbf aorm xa't ~áOsv aXysa,
Avdpâif ré xroAépouç, àâeyetv& rs -/.upara, iisipor
Tiôf pcp.-/rjffxo/j.svuç, Oalspòv xará dá/.puf eì6sf, VI
* A?j.or Ì7ZÌ rj.supàç xaraxsipsfoç à/J.ors tT aure
"Trcur'.oç, aXXore Ôs -pr^ç- rors os âpfJôç àvaardç
Despues, nuestro ínclito Guerrero siguió peleando por todas partes, sin des-
Aifsúsffx' àÀooif Tzapá Oh a?.oç- ouds ¡Uf ywç
<Í>aizouÁ/T¡ ì.rfisaxvj óizsìp ola r ijíófa? rs\ cansar su espada un solo dia. E n Jalapa, contra el realista Fajardo; en el
puerto de Al varado, contra el teniente de navio Gonzalo de Ulloa; en San
(II., Lib. 24, vers. 2 al 13.)
Juan Coscomatepec, en donde sostuvo un sitio de treinta dias, contra los jefes
españoles Andrade, Conti, Cándano y Aguilera, en Octubre del año de 1812,
"Todos se entregaron al reposo, ménos Aquiles, que lloraba acordándose en la célebre batalla de Valladolid; en la desgraciada de Temaseala, del dia 5
del amigo, y ni el dulce sueño que rinde á los hombres más fuertes, pudo ce- de Diciembre de 1815, en que cayó prisionero el benemérito Morelos; en Có-
r r a r sus párpados. Se agitaba sobre su lecho dando vueltas, trayendo á la me- poro, donde sostuvo un sitio contra Mora, despues de haber andado escoltando
moria el valor y fortaleza del infeliz Patroelo, las hazañas que hicieron juntos, al Congreso mexicano; hasta que, expedieionando por Ajuchitlan, se enfermó
los trabajos en guerras peligrosas, y las borrascas en tempestuosos mares; y gravemente por las fatigas de la campaña y se retiró al rancho de Dolores, en
al hacer estos recuerdos, abundantes lágrimas bañaban sus mejillas. E n con- donde fué aprehendido por Armijo el 22 de Diciembre de 1817.
tinuo desvelo pasaba las noches enteras, ya-acostándose de lado, ya de cara, ó De allí se le condujo en unión de otros prisioneros, Rayón y Verduzco, á
ya sobre su espalda; y al fin, cansado de darse vueltas, saltaba de su lecho y Cuernavaca, en donde se recibió orden del Virey para que fuera fusilado; pe-
caminaba errante y triste á la orilla del mar, mucho ántes que la aurora con ro el mismo Armijo y otros españoles se empeñaron en que se le formara un
sus rayos iluminara la ribera." sumario, á lo cual se accedió; siendo conducido á la cárcel de México, en don-
No cerró nuestro caudillo sus ojos en toda la noche, por la pesadumbre que de estuvo preso con un par de grillos hasta fines del año de 1820, en que se
acababa de tener, y pensando sobre la determinación que debiera tomar acer- le puso en libertad.
ca de los encapillados. Pero al fin pasó esa larga, pesada y tristísima noche,
VII
y cuando amaneció, aquellos afligidos agonizantes fueron introducidos al cua-
dro para recibir la muerte, y les dijo: " E l virey ha puesto á vdes. en el extre-
Se fué á vivir á Cuantía, y allí fué invitado por Iturbide para que secun-
mo de perder la vida, porque no quiso admitir el canje de 800 españoles por
dara el plan de Iguala, á lo Cual se prestó como eminente patriota; y en pocos
la persona de mi padre, á quien l i ó oprobiosa muerte. Yo, sin embargo, he
dias reunió un ejército de 3,000 hombres, con que pudo sitiar á Puebla, y cu-
dispuesto que todos vdes. queden en absoluta libertad, sin ninguna condicion,
ya plaza tomó por capitulación el 2 de Agosto de 1821, y el 27 del siguiente
dándoles sus pasaportes para el lugar que les agrade." Al decir estas pala-
mes entró triunfante á la ciudad de México con el ejército de las Tres Garan-
bras, sus ojos se llenaron de ternura, salpicando el suelo con sus tristes lá-
tías, viendo así conquistada la idea más grandiosa para los mexicanos.
grimas; y los españoles, consternados hasta el último grado del reconocimien-
VIII

Estos son 4 grandes toques, los principales hechos de nuestro ilustre cau-
diüo Once a L s de — t e lucha y de inminentes peligros, mayor numero
t l l oue d n r é el sitio de la famosa Ilion; once aüos de f a ü g a s y de ansom-
n o y a en l " ciudades, y a en los campos, y a en las fragosas . e r r a s , y a en
A B I I V O .

^r^zzzzziz:*. *
Aiin siendo niño, con amor ardiente
É l á la patria consagró su vida;
E m p u ñ a la bandera independiente
Y se lanza á la lucha no temida.
poeta griego: Mil veces vencedor, siempre clemente,
El? oSvJ apioro^ áuweadai r.spi iiárfW
Se le v e perdonar . . . . con su alma herida,
( U , L i b . 12, v e r . 243.)
Y en Coseomatepee asombra al mundo
- N o h a y más que u n supremo augurio, el de pelear por l a patria."
Ofreciendo u n ejemplo sin segundo!
Tanto L debemos á ese ilustre atleta de nuestra Independencia, a qmen
yo S o " saludo con toda la efusión de m i espíritu desde e s t e ^ u n t o ^
Con hierros en los piés, y con pobreza,
E l magnánimo Bravo, prisionero,
Modelo es de valor y de entereza:
Pregúntale el Virey m u y lisonjero:
"¿Quiere algo el Señor B r a v o ? " L a cabeza
^ a á su ilustre memoria u n grandioso monumento,
Con dignidad levanta, no altanero,
A invulnerables columnas, tantas como son ios Estados,
Y sin b a j a r siquiera la mirada,
S S í — : s dne l,oyapreciosa de la América, y cuya soherhiacú Respóndele al Virey: " N o quiero nada."
X a I e r r a un sólo nombre que dice: " L a P a t r i a a g r a d e c í a consagra al
Í « | c o l f e Bravo este eterno y portentoso edificio, por sus eselarec, C h i l p a n c i n g o , 1886.

" M e f s ° o n las honras que merecen los grandes patricios; y ¡Dios querrá que IGNACIO HERRERA BRAVO.

n Homero ó u n Virgilio mexicano toque las delicadas cuerdas de su


" s o n l T r n ^ q u e t o m o r t a l i c e n el venerando nombre de nuestro
íl I d como aquellos privilegiados poetas eternizaron para siempre al pode-
« i i U estímulo á la actual y
n ^ e n t e generación el ejemplo de nuestro compatriota y los honores que aho-
: le fea», imitar en todo tiempo t a n eminentes vrrtudes.

M o n t e r e y , 1886.
F. VALDÉS GÓMEZ.
I N I C O L Á S B ! R A V O .
AL GENERAL DON NICOLAS BRAVO
E N E L CENTENARIO D E SU NACIMIENTO.

Cuando la Patria, en su anhelo


De emanciparse de España,
Empeñóse en la campaña
Indomable campeón, héroe esforzado
Que tiñó ele sangre el suelo,
Cuyo nombre asombrara al mundo entero,
Y el republicano celo
Más bien que por la fama del guerrero,
Tornó los campos en tumba,
Por patriota, valiente y abnegado:
E n medio al bronce que zumba,
Tras ominoso desmayo,
Para ensalzar tu nombre venerado,
Surgiste t ú como el rayo
Tu eorazon magnánimo y sincero,
Que es la luz, pero derrumba.
Fuera preciso arrebatar á Homero
Las notas de su niimen inspirado . . . .
Tu brazo y tu pensamiento
Audaces por tu pujanza,
Mas ya que de mi cítara olvidada
Despertando la esperanza,
Nunca puede brotar el dulce acento
Daban muerte al desaliento.
Que vibra en cada ritmo de la Iliada,
Con indómito ardimiento
Batiste á la deslealtad,
Recibe como eterno monumento
Venciendo tu heroicidad
De inmensa gratitud, pobres cantares
Del ibero la inclemencia,
De un hijo oscuro de tus patrios lares.
P a r a darnos por herencia
HONRA, PATRIA y LIBERTAD.
Iguala, 1886.

M. HERRERA. J a l a p a , 1886.

ROGERIO HERNÁNDEZ PÉREZ.


Allí el pueblo cuya historia
A otra en brillos no cediera,
Se dobla bajo la fiera
LA INDEPENDENCIA. Mano que estrujó su gloria;
Y si viene á su memoria
El lustre de su blasón,
EN EL CENTENARIO Provoca en su corazon
BEL BENEMÉRITO
El recuerdo que se siembra,
El llanto vil de la hembra,
G E N E R A L D. N I C O L Á S BRAVO. No el rugido del león.

Duerme el águila inmortal


Vencida al fin por sus penas, Mas resuena majestuosa
Viendo cambiado en cadenas L a noble voz del profeta,
Su antiguo cetro imperial. Y la superficie quieta
Llora Anáhuac tanto mal Se agita tempestuosa:
Sin que.esperanza vislumbre, Arde la lucha espantosa,
Pues ve que desde la cumbre El débil se torna fuerte,
Al ancho valle abatido, Corre sangre, y no se advierte,
Sólo hay un pueblo rendido Las huestes en lid reñida,
Que vive en la servidumbre. Si se disputan la vida
O se disputan la muerte.
*

E n tierra hermosa y fecunda


Ya nada al pueblo amedrenta;
Extiende Anáhuac su imperio,
Y a lava su valentía,
Sometiendo el hemisferio
Con las hazañas de un día,
E n que sus dominios funda;
Trescientos años de afrenta.
Y así la belleza abunda
Harta, la tierra sedienta,
E n su prodigioso suelo,
De sangre está, y no se abate
Que parece que fué anhelo
L a fe que en los pechos late;
De Dios al hacerle tal,
Sangre inunda las comarcas,
Dar una alfombra real
Y resbalan en las charcas
A la techumbre del cielo.
Los corceles del combate.
H= *
* *
Nace un caudillo en Iguala
Acógese el sacrificio Que impulsa la noble guerra,
Como lauro de victoria Y más sangre hay en la tierra
Lo mismo en campos de gloria Que el aquilón fiero tala;
Que en infamante suplicio. Pero de pronto se exhala
Con su muerte el gran patricio Grito de gozo profundo,
La idea salvadora Sella; Se aquieta el mar iracundo,
El tirano se atropella Los cielos brillan serenos,
Por vencer, mas ¡vano empuje! Y es que hay un delito ménos
Que la m a r cuanto más r u j e Y un pueblo más en el mundo.
Más en las rocas se estrella!
*
* *

*
* *

Despierta, águila inmortal,


¡Allí la inmortal corona Que cesando al fin tus penas,
Que en Cuautia ciñe el caudillo! Tienes, en vez de cadenas,
¡Allí el deslumbrante brillo Tu antiguo cetro imperial;
Que á los de Cóporo abona! A Anáhuac brillo eternal
¡Victoria allí que blasona Da de libertad la lumbre,
De fe nunca quebrantada! Y desde la altiva cumbre
¡Allí el del Sur, que estenuada Al ancho valle abatido,
Viendo á la Patria querida, Vive el pueblo redimido
Quiere ántes rendir la vida De su infame servidumbre.
Que la vencedora espada!
Oaxaca de J u á r e z , 1886.

*
EMILIO RABASA.

Y allí tú, jóven guerrero,


Que con noble corazon
Coronas con el perdón
Las victorias del acero;
Tú que á México, el primero
Y mejor lauro procuras,
Que si hay glorias y venturas
De la historia en otro cielo,
No ha visto glorias el suelo
Ni más bellas ni más puras.
A LA- M E M O R I A

DEL
A LA MEMORIA DEL ILUSTRE GENERAL

GENERAL NICOLAS BRAVO. NICOLÁS BR AY O .

Si grande Cuahtemoc fué en el tormento;


Si heroico Hidalgo se mostró en Dolores, ¿Adonde están los hombres valerosos
Desafiando de España los furores Que impusieron la ley á los tiranos,
Con fe en el corazon, con ardimiento; Los que amaron al pueblo generosos
Con el sagrado amor de unos hermanos?
Si en Morelos admírase el talento,
¿Los que alzando gloriosos los pendones
Y en Juárez la constancia en los rigores
Al fuego de mortíferas metrallas,
De guerra de extranjeros invasores
Que supo dominar con noble aliento, Y al ronco rebramar de los cañones,
Rugiendo como el león de las batallas;

E n Bravo se contempla la entereza


De la feroz contienda á los embates,
Que nuestra Historia con razón pregona,
Teñido en sangre el poderoso acero,
Por la audacia y valor de este patricio;
A muerte desafiara en los combates
E l mexicano audaz al extranjero?
Pero es mayor su gloria y su grandeza
Cuando á sus prisioneros los perdona
Todos ¡ ay! en la calma silenciosa
Al saber de su padre el sacrificio.
Duermen ¡ay! de eternidad sombría,
Y pirámide inmensa ó pobre losa
Oaxaca de J u á r e z , 1886.
Guarda el secreto de la tumba fria.
LÜIS B . SANTAELLA,

¡Mártires santos del dolor profundo!


Decid á nuestra Patria bendecida:
¿ H a y premio al sacrificio en otro mundo?
¿ H a y premio á la virtud en otra vida?
De vuestras tumbas cle ciprés doliente Con honda enemistad á los tiranos
Hasta el azul de la región suprema, Que al pueblo hicieran sanguinaria guerra,
La libertad alzando refulgente * El libre pensador de los romanos
De sus estrellas de oro la diadema: Dudó de la virtud sobre la tierra.

¿Ciñe del mártir la gloriosa frente Y escéptico, traidor y fatalista,


De resplandores vividos circuida, Ocultando el acero criminal,
Y con lazo de luz indeficiente Aquel feroz y célebre nihilista
Queda la tierra con el cielo unida? A César traspasó con un puñal.

E n t r e este mundo que nos dió el destino Impotentes han sido veinte siglos
Y el otro mundo de la tierra allende, A borrar de este crimen la memoria;
¿ H a y algo de inmortal y de divino No se olvidan tan fácil los vestiglos
Que nuestro humano espíritu no entiende? De la moderna y de la antigua Historia.

¿ H a y auréolas de luz desconocida,


No hay traidores aquí. Los mexicanos
Cual premio á ja virtud que se redime,
Miran el crimen con profundo horror;
P a r a el valiente que inmoló su vida
Cuando se hace la guerra á los tiranos,
Del sacrificio en el altar sublime?
Se combate en los campos del honor.

Como lo dijo Bruto—y esto asombra—


Testigo el monte, la ciudad, la calle,
Con amarga sonrisa y acritud:
L a cuesta, .el llano y hasta el bosque umbrío,
¿ E s nombre vano y engañosa sombra,
Las altas sierras y el profundo valle,
Ilusión y mentira la virtud?
Las costas y las márgenes del rio.

¡Muertos ilustres, venerandas sombras!


México siempre con tesón porfiado,
Que pisáis en el alto firmamento
Por l'alma libertad y el porvenir
,De luceros hermosos las alfombras,
Luchó, sin mengua del honor sagrado,
E n regueros de luz de vivo argento:
Combatiendo sin tregua hasta morir.

Tras de las nubes, en las altas zonas Tú, General, que con honor peleaste
Del cielo de colores y arrebol, E n los campos ¡oh Bravo! de la gloria,
De la inmortalidad áureas coronas, Y cual águila audaz te levantaste
Lauros más bellos que la luz del sol, E n alas de la F a m a y la Victoria:

Ciñen la frente de los grandes hombres Que con tu genio y tu valor profundo,
Con lazo de diamante brillador, ¡Faro de luz, de gloria y libertad!
Y sus ilustres y preclaros nombres P a r a asombrar al Nuevo y Viejo Mundo
Escribe con estrellas el Señor. Surgiste de una inmensa tempestad:
Al caer á tus piés, en sangre tinto
E l poder de la Iberia colosal,
Las sombras de Cortés y Carlos Quinto
Se alzaron para verte, General.

¡Tan grande como Júpiter tonante!


¡Imponente figura de titán!
E n las manos el rayo fulgurante, E ÜST S A Y O
E n tu pecho la voz del huracan.
DE

¡Tú fuiste grande! La imparcial Historia


Con diamantes tu nombre escribirá, UN ESTUDIO FILOSÓFICO DEL HÉROE DE COSCOMÁTEPEO.
Y al recordar la Patria tu memoria,
Con su llanto tu losa regará.

Y del mundo insurgente en la balumba, El estudio de los móviles de las acciones humanas es el elemento generador
Bajo un cielo sereno y tornasol, de la filosofía de la historia; y las observaciones metódicamente científicas de
Que la inmortalidad tu egregia tumba las acciones repetidas con frecuencia, pueden conducir á alguna inducción y á
Alumbre siempre con su eterno sol. alguna ley en psicología y sociología.
Aplicando estas conclusiones se puede predecir con aproximación la mane-
Oaxaca de Juárez, 1886. ra de obrar de un individuo conocido en circunstancias dadas de aquellas que
ERNESTO ADOLFO.
se han presentado con frecuencia. Y digo con aproximación, porque el carác-
ter individual es tan vario, que justifica el proverbio de cada cabeza es un mun-
do, y la misma influencia produce muy diversas determinaciones en cada in-
dividuo, y aun en el mismo varía en resultados con las varias circunstancias
que acompañan al individuo en cada caso, precediendo á la presentación de
las influencias en estudio. Esto podría confirmarse con multitud de ejemplos
que suprimo en este ensayo por creerlos obvios.
Las influencias más caracterizadas y poderosas son las que vienen de los
instintos; y de éstos, los dominantes son el amor al individuo y el amor á la
especie.
El amor á la especie es en cierta manera derivado del amor al individuo
por la ley de las semejanzas: es el que más poderosamente modifica las deter-
minaciones del egoísmo.
Las principales manifestaciones del amor á la especie son las de la hembra
por sus cachorros, rudimentario en los animales inferiores, y que llega subli-
mado en la especie humana hasta el grado que todos los hijos sabemos.
E l amor á la especie se manifiesta más ó ménos exaltado desde el que apé-
Al caer á tus piés, en sangre tinto
E l poder de la Iberia colosal,
Las sombras de Cortés y Carlos Quinto
Se alzaron para verte, General.

¡Tan grande como Júpiter tonante!


¡Imponente figura de titán!
E n las manos el rayo fulgurante, E ÜST S A Y O
E n tu pecho la voz del huracan.
DE

¡Tú fuiste grande! La imparcial Historia


Con diamantes tu nombre escribirá, UN ESTUDIO FILOSÓFICO DEL HÉROE DE COSCOMÁTEPEO.
Y al recordar la Patria tu memoria,
Con su llanto tu losa regará.

Y del mundo insurgente en la balumba, El estudio de los móviles de las acciones humanas es el elemento generador
Bajo un cielo sereno y tornasol, de la filosofía de la historia; y las observaciones metódicamente científicas de
Que la inmortalidad tu egregia tumba las acciones repetidas con frecuencia, pueden conducir á alguna inducción y á
Alumbre siempre con su eterno sol. alguna ley en psicología y sociología.
Aplicando estas conclusiones se puede predecir con aproximación la mane-
Oaxaca de Juárez, 1886. ra de obrar de un individuo conocido en circunstancias dadas de aquellas que
ERNESTO ADOLFO.
se han presentado con frecuencia. Y digo con aproximación, porque el carác-
ter individual es tan vario, que justifica el proverbio de cada cabeza es un mun-
do, y la misma influencia produce muy diversas determinaciones en cada in-
dividuo, y aun en el mismo varía en resultados con las varias circunstancias
que acompañan al individuo en cada caso, precediendo á la presentación de
las influencias en estudio. Esto podría confirmarse con multitud de ejemplos
que suprimo en este ensayo por creerlos obvios.
Las influencias más caracterizadas y poderosas son las que vienen de los
instintos; y de éstos, los dominantes son el amor al individuo y el amor á la
especie.
El amor á la especie es en cierta manera derivado del amor al individuo
por la ley de las semejanzas: es el que más poderosamente modifica las deter-
minaciones del egoísmo.
Las principales manifestaciones del amor á la especie son las de la hembra
por sus cachorros, rudimentario en los animales inferiores, y que llega subli-
mado en la especie humana hasta el grado que todos los hijos sabemos.
E l amor á la especie se manifiesta más ó ménos exaltado desde el que apé-
ñas quiere á su esposa, padres é hijos, hasta los grandes regeneradores de la
humanidad, y los graneles mártires de la caridad.
Este sentimiento es susceptible de educación, como todos los sentimientos
en el hombre; y quizá es el que con más probabilidad se puede exaltar hasta
el heroísmo.
Este amor á la especie, entendido de cierto modo, es el que determina el
amor á una raza, y el que da lugar al patriotismo y al provincialismo con to-
dos los héroes que se registran en la historia y con todas sus fecundas y gran- EN EL PRIMER CENTENARIO
des consecuencias.
Hay un instinto derivado principalmente del amor al individuo, que es el . DEL NATALICIO

orgullo ó estimación del propio valer, el cual conduce por sus excesos á los ac-
tos más nobles y bellos, á los más ridículos y necios. DEL I L U S T R E G E N E R A L D. NICOLÁS B R A V O .
Esta estimación del propio valer, unida al amor á una raza, dan por resul-
tante el noble abolengo, y constituyen el exagerado cariño de familia.
El cariño á la familia es, pues, no instinto complexo, pero en su mayor parte
derivado de los dos dominantes en los séres dotados de sistema nervioso, desa- i
rrollado como en la especie humana, que es la que presenta este carácter más
perfecto. Con 'el corazon profundamente emocionado, dedico estas breves líneas al
E l amor del padre al hijo y del hijo al padre, es un hecho común y de los héroe que nació en la hoy ciudad de Chilpancingo, en 1786; es decir, tres años
que con más frecuencia se pueden observar y estudiar en sus infinitas mani- más tarde que el valiente suriano Vicente Guerrero.
festaciones, y por lo tanto es de aquellos sobre los que la psicología puede con Mis humildes pensamientos los consagro al hombre denodado que se unió
justicia declarar sus leyes casi inmutables. á Golearía para atacar con el gran Morelos y Pavón á Chichihualco.
E l hijo desea la felicidad de su padre tanto ó más que la suya propia; el
Mis desaliñados conceptos van convergidos, en una palabra, á este punto
padre desea la del hijo de la misma manera, y por lo tanto, ambos ponen los
principal: al valiente soldado, al héroe de México, al patriota sin mancha,
medios para conseguir que vivan y que gocen.
honra y prez del Ejército, al inmaculado General Nicolás Bravo.
La vida es el primero de los bienes que se apetecen, porque es el supuesto
forzoso para todos los demás, aun cuando haya circunstancias que obliguen á
los hombres á despreciarla.
II
Lo que atenta contra la felicidad del padre lo siente y lo lamenta el hijo, y
trata de evitarlo como un obstáculo á su propia felicidad. L a s ofensas al hijo
No quiero recordar la célebre victoria del Palmar, en cuya jornada se hizo
ruborizan la frente del padre, y recíprocamente.
más notable Bravo al recibir la infausta noticia del fusilamiento de su queri-
Esto supuesto, vengamos al caso en cuestión. D. Leonardo Bravo y D. Ni-
do padre, sino para poner de relieve el corazon nobilísimo que poseía el hom-
colás Bravo, el primero padre del segundo, se levantaron en armas contra el
bre de que someramente me ocupo, puesto qué la venganza que tomó fué dar
gobierno español, simultánea y espontáneamente: es decir, la misma influen-
libertad á más ele trescientos prisioneros, sin comprender que más tarde él
cia produjo la misma acción en dos personas organizadas de una manera muy
debia de sufrir tres años amargos de reclusión; pero esto lo alentó mucho pa-
semejante puesto que eran padre é hijo; lo que demuestra que era esa una fa-
ra llevar á cabo sus ideas eminentemente sublimes de independencia y liber-
milia de las mejor definidas en biología, que gozaba en toda su amplitud de
tad, siendo, por lo mismo, con el trascurso del tiempo, por su pericia y su va-
las propiedades de familia, que son, por lo que á mi caso se refieren, el mutuo
lor, Consejero de Estado, sin perder en nada sus convicciones republicanas, neral D. Antonio López de Santa-Anna, de infeliz memoria para los mexi-
canos.
como lo demostró muy bien á poco tiempo de haberse expedido el Plan de
Casa Mata. Pocos años despues se halló el benemérito Bravo en la tres veces heroica
defensa de Chapultepec, en donde nuevamente fué arrestado. Despues de su
III prisión se radicó, por último, en su ciudad natal, en cuyo lugar permaneció
ajeno á todas las cuestiones políticas, que tantos martirios le habían causado.
E l ínclito General Bravo, tan integérrimo como sincero, llegó á ocupar, por Cualquiera podrá pensar que ya no seguirían las hostilidades en su contra,
sus relevantes virtudes cívicas, el lugar de la Yicepresidencia de la Repú- maquinadas por séres ambiciosos, llenos de envidia y falsos patriotas,—semi-
blica, donde sostuvo, con positiva dignidad, la candidatura de Gómez Pedra- lla que abunda en nuestro suelo, por desgracia..
za, á ¡quien entregó el mandó supremo de la Nación, con lo que demostró no
ser un ambicioso ni un hombre vulgar. VI
E l ilustre desterrado á la República ecuatoriana fué, por desgracia, mal juz-
De nada absolutamente le valió su retraimiento, puesto que unos viles
gado por un Jurado nacional creado ad Jioc; mas ese ostracismo, esa misma
cuanto politicastros—fiemo inmundo y corrompido de las sociedades—sospe-
iniquidad que en su contra se cometió, le sirvió, empero, para ser altamente
chando de nuestro héroe inmaculado, más bien envidiando las simpatías de
querido, bien apreciado y muy justamente respetado por toda la sociedad
que gozaba aquel astro refulgente de la Independencia, mandaron adminis-
de Guayaquil, donde vivió más de un quinquenio.
trarle una pócima infernal que, á imitación del gran Sócrates apurando 1a, ci-
cuta, tomaron él y su digna esposa, lo que les causó la muerte casi instantá-
IV nea, cuyo infausto suceso acaeció el 22 de Abril de 1854.
De mártires y valientes están llenas las imborrables páginas de la Histo-
Cuando volvió al país de Moctezuma el héroe de que á grandes rasgos me ria: ¡era necesario que hubiera un hombre ménos en el mundo, y un héroe
ocupo, con positiva pena y mortificación supo los lamentables sucesos de Texas, más en el catálogo de los mártires y veteranos de México!
el país clásico de la infidelidad, traidor por excelencia; y con el corazon hen- Por eso el ilustre suriano ocupa justamente un lugar distinguido en ese li-
bro todo verdad, pues en éste se juzga á Bravo con severa imparcialidad, y
chido de amargura y de sentimiento, y con la hiél en el alma, partió á Chil-
todos sus pósteros le rinden la triple corona, símbolo ele su honradez, ele su va-
pancingo, en donde habia resuelto concluir los últimos días de su existencia
lentía y de su nunca desmentida inteligencia.
atribulada.
Pero más tarde, y por indicaciones de sus numerosos partidarios, de sus
VII
buenos amigos y demás correligionarios, se encargó con beneplácito general
Por eso hoy, despues de treinta y dos años que han trascurrido desde la
de la Presidencia de la República, aunque interinamente, pues no estuvo con-
sentida muerte de ese preclaro patricio, el ameritado ciudadano General Fran-
forme con los derroches y abusos que cometían todos los funcionarios públi-
cisco O. Arce, actual Gobernador que con positivo tino y acierto rige los des-
cos en su nombre, y por lo mismo dimitió el alto cargo que desempeñaba,
tinos del Estado á que perteneció Nicolás Bravo, honra en justicia la augusta
dando así un ejemplo tangible del cual pudieran muy bien aprovecharse en
memoria de aquel hijo predilecto de México: por tal circunstancia, úno mi
todo tiempo sus sucesores.
humilde recuerdo en esta vez para celebrar el centenario del natalicio del héroe
V sin tacha, de ese hombre inflexible y bondadoso, de ese patriota incólume é
inimitable, ele ese Bayardo ele la Nación mexicana.
Bajó del poder con la conciencia tranquila y la frente levantada, como lo Aguascalientes, 1886.
RODRIGO A. ESPINOSA.
hace el hombre de honradez acrisolada, y entregó el mando supremo al Ge-
16
A L B U M DE B R A V O .
122

y entre el horror del combate,


del pillaje y la matanza,
de hambre y congoja llorando,
en calles, templos y plazas,
hombres, mujeres y niños
guerra y venganza clamaban.

II
CHAPULTEPEC

(SETIEMBRE 13 DE 1847.)
Como la nube que estalla
con siniestro resplandor,
y se desata en torrentes *f>
: TJ
y anubla la luz del sol,
I así por nuestras campiñas,
de guerra al ronco clamor,
oscureció nuestro cielo
E r a aquel tiempo de luto
la nube de la invasión;
en que un grito resonaba
y entre cenizas y muertos
desde el palacio á las chozas,
su marcha triunfal abrió,
desde el llano á las montañas;
y vino á estrellarse un dia
grito sangriento, terrible,
á los piés de ese peñón.
grito de guerra y venganza.
E r a aquel tiempo de luto
en que osado profanaba E n reemplazo de los hombres
nuestro suelo bendecido que la muerte se llevó,
el invasor con su planta; á defenderlo se alzaba
el tiempo que en los hogares, UN ANCIANO, VENCEDOR,

miéntras que la madre anciana, A L P A R Q U E D E SUS C O N T R A R I O S ,

y los hijos y la esposa D E SU P R O P I O C O R A Z O N . . . .

sin luz y sin pan lloraban,


los hombres se despedian E r a Bravo: su destino
clamando guerra y venganza; por compañeros le dió
el tiempo en que dos banderas niños que no habían probado
flotaban ensangrentadas, el primer beso de amor.
una diciendo conquista,
y la otra derecho y patria;
cuando insepultos los muertos Cruzan el cielo las bombas,
nuestro ambiente envenenaban; cruje el Castillo, el cañón
por los ámbitos anuncia
con ronca y siniestra voz
que van á morir los hombres,
que avanza ya la invasión . . . .
y por tres veces seguidas
detuvieron su furor
los soldados del derecho
á los piés de ese peñón.
^ 1 3 . N I C O L A S B M A V O .

III
Herido el eorazon en lo más vivo
Por la suerte inhumana,
Así el invasor osado,
Viste á tu padre sucumbir cautivo,
á pesar de su altivez,
Del opresor bajo la furia insana.
por cada palmo de tierra
nos entregaba un laurel.
Mas léjos de empapar, con saña impía,
E n la sangre tu acero,
Por nuestra justicia fuertes
De tu dolor sofocas la agonía
y fuertes por nuestra fe,
Y ofreces libertad al prisionero.
no cedimos un instante
frente á la invasora grey,
Así das un ejemplo sin segundo
y hoy en tu bosque sagrado
De virtud y nobleza;
encierras, Chapultepec,
Pues vale más que cuanto encierra el mundo,
un monumento de gloria
De tu alma heroica la sin par grandeza.
bajo de cada ciprés.

M é x i c o , 1886.
M é x i c o , 18S6.

J. M. VlGIL.
GUSTAVO BAZ.
AL G E N E R A L NICOLÁS B R A V O
H O M E N A J E
E N SU CENTENARIO.

A L GENEROSO P A T R I C I O D. NICOLÁS B R A V O .

¡Salve, ilustre adalid de la insurgencia!


Tu colosal figura descuella
A la par que grandiosa, la más bella i " E l valor por sí solo seria incompleto
don, sin l a generosidad y la clemencia."
Entre los héroes de la Independencia.

E n páginas de bronce graba la historia las excelsas virtudes y heroismo de


Tus proezas cantar fuera demencia,
privilegiados séres, y sus preclaros hechos más grandes y radiantes aparecen
Pues contra tu aureola que destella
á medida que los años pasan y se suceden las generaciones.
Mil resplandores vividos, se estrella
Justiciera la posteridad, los coloca en el templo de los inmortales, en donde,
De la nación hispana la potencia,
al despertar universal admiración, sirven de ejemplo á las edades venideras.
A los cien años México, noble y feliz patria de D. Nicolás Bravo, y el Esta-
Y en libertad poniendo al prisionero,
do de Guerrero, su cuna, evocan su memoria para rendir público homenaje al
De todo el Continente americano
generoso vencedor en el Palmar, al inflexible y leal adalid en la gran causa
La justa admiración, más que tu acero,
a m e r i c a n a , al q u e intransigente con el enemigo, fué, sin embargo, asombro del

universo por su clemencia.


Te conquista ese rasgo sobrehumano,
Colocado en amarga alternativa, sacrificó el filial amor en aras de la patria,
Y das á conocer al vil ibero
independencia, consintiendo, ántes que hacer traición á sus principios, se diese
E l noble corazon del mexicano.
cumplimiento á la cruel sentencia que condenaba al autor de sus dias á ser fu-
G u a n a j u a t o , 1886.
silado por patriota.
L a fortuna, cual si probar quisiera la grandeza de aquella alma privilegia-
POPOCALLI.
da, le sonrió poco despues en el Palmar, dándole brillante triunfo y poniendo
en sus manos trescientos prisioneros españoles.
Formados ante el caudillo, presagiaban cercano fin, y mentalmente dirigían
triste y supremo aclios á la lejana patria y al hogar.
¡El vencedor, por ley de represalias y embargado aún por la funesta muer-
te de su padre, debia satisfacer su venganza!
AL G E N E R A L NICOLÁS B R A V O
H O M E N A J E
E N SU CENTENARIO.

A L GENEROSO P A T R I C I O D. NICOLÁS B R A V O .

¡Salve, ilustre adalid de la insurgencia!


Tu colosal figura descuella
A la par que grandiosa, la más bella i " E l valor por sí solo seria incompleto
don, sin l a generosidad y la clemencia."
Entre los héroes de la Independencia.

E n páginas de bronce graba la historia las excelsas virtudes y heroismo de


Tus proezas cantar fuera demencia,
privilegiados séres, y sus preclaros hechos más grandes y radiantes aparecen
Pues contra tu aureola que destella
á medida que los años pasan y se suceden las generaciones.
Mil resplandores vividos, se estrella
Justiciera la posteridad, los coloca en el templo de los inmortales, en donde,
De la nación hispana la potencia,
al despertar universal admiración, sirven de ejemplo á las edades venideras.
A los cien años México, noble y feliz patria de D. Nicolás Bravo, y el Esta-
Y en libertad poniendo al prisionero,
do de Guerrero, su cuna, evocan su memoria para rendir público homenaje al
De todo el Continente americano
generoso vencedor en el Palmar, al inflexible y leal adalid en la gran causa
La justa admiración, más que tu acero,
a m e r i c a n a , al que intransigente con el enemigo, fué, sin embargo, asombro del

universo por su clemencia.


Te conquista ese rasgo sobrehumano,
Colocado en amarga alternativa, sacrificó el filial amor en aras de la patria,
Y das á conocer al vil ibero
independencia, consintiendo, ántes que hacer traición á sus principios, se diese
E l noble corazon del mexicano.
cumplimiento á la cruel sentencia que condenaba al autor ele sus clias á ser fu-
G u a n a j u a t o , 1886.
silado por patriota.
L a fortuna, cual si probar quisiera la grandeza ele aquella alma privilegia-
POPOCALLI.
da, le sonrió poco despues en el Palmar, dándole brillante triunfo y poniendo
en sus manos trescientos prisioneros españoles.
Formados ante el caudillo, presagiaban cercano fin, y mentalmente dirigían
triste y supremo aclios á la lejana patria y al hogar.
¡El vencedor, por ley de represalias y embargado aún por la funesta muer-
te de su padre, debia satisfacer su venganza!
Las tropas sólo esperaban la orden del victorioso jefe, para hacer fuego so-
bre aquellos infortunados!
¿ P o r qué vacilaba?
¿ P o r qué, pensativo y embargado su ánimo, parecía olvidarse de cuanto le
rodeaba?
De repente, fulgor extraño iluminó sus ojos; una idea gigante, u n pensa-
miento único y sublime, se sobrepuso en él á vulgares pasiones y á justo ren-
cor, avasallando todo su sér. A L A M E M O R I A

Clara, firme, vibrante, resonó la voz del ínclito guerrero.


DEL ILUSTRE GENERAL
" E s t e es el momento, dijo, de manifestar á mis enemigos y al mundo la
venganza que el General Bravo quiere tomar contra los asesinos de su padre
y los opresores de su Patria, NICOLÁS BRAVO
" Ordeno vuestra libertad; en la Costa os aguarda un buque: si otra vez al-
guno de vosotros aparece en este país, pagará con la vida,
" I d á clecir á vuestro rey que este es el modo c o n q u e la República se ven-
ga de sus enemigos."
Tan generosas palabras son monumento imperecedero que, resistiendo á la i
labor de los siglos, harán querida y sagrada, en México, en América y en el
mundo civilizado, la memoria de D. Nicolás Bravo. Todo tiende á sufin;hay una mano
Hoy, una viajera, una peregrina, una hija de esa clásica tierra de hidalguía Que lo dirige y lo gobierna tocio,
y acendrado patriotismo, rinde en estas páginas un humilde pero sincero tri- Y es la que hace brotar á maravilla,
buto de entusiasta admiración, en el centenario del generoso soldado de la In- Con su poder fecundo y siempre nuevo,
dependencia, del hombre ante cuya tumba se inclina con respetuosa venera- La selva y el pensil sobre el pantano,
ción la humanidad. Y el celaje blanquísimo del lodo,
Y la fragata y el condor del huevo:
M é x i c o , 1886. La libertad, instinto soberano
Que en todas las criaturas resplandece,
BARONESA DE W I L S O N .
Pues que le rinden culto
Desde el águila real hasta el gusano,
Como el gérmen ya adulto
Que, aunque invisible é ignorado, crece
Pronto á surgir y á tranformarse en flores
Al tibio beso de la luz divina
Y del sol tropical á los ardores,
E n el pecho latió del mexicano:
Su grito de Dolores,
E n que su eterna angustia al fin estalla,.
Y en que su triste esclavitud termina,
Las tropas sólo esperaban la orden del victorioso jefe, para hacer fuego so-
bre aquellos infortunados!
¿ P o r qué vacilaba?
¿ P o r qué, pensativo y embargado su ánimo, parecía olvidarse de cuanto le
rodeaba?
De repente, fulgor extraño iluminó sus ojos; una idea gigante, u n pensa-
miento único y sublime, se sobrepuso en él á vulgares pasiones y á justo ren-
cor, avasallando todo su sér. A L A M E M O R I A

Clara, firme, vibrante, resonó la voz del ínclito guerrero.


DEL ILUSTRE GENERAL
" E s t e es el momento, dijo, de manifestar á mis enemigos y al mundo la
venganza que el General Bravo quiere tomar contra los asesinos de su padre
y los opresores de su Patria, NICOLÁS BRAVO
" Ordeno vuestra libertad; en la Costa os aguarda un buque: si otra vez al-
guno de vosotros aparece en este país, pagará con la vida,
" I d á clecir á vuestro rey que este es el modo c o n q u e la República se ven-
ga de sus enemigos."
Tan generosas palabras son monumento imperecedero que, resistiendo á la i
labor de los siglos, harán querida y sagrada, en México, en América y en el
mundo civilizado, la memoria de D. Nicolás Bravo. Todo tiende á sufin;hay una mano
Hoy, una viajera, una peregrina, una hija de esa clásica tierra de hidalguía Que lo dirige y lo gobierna todo,
y acendrado patriotismo, rinde en estas páginas un humilde pero sincero tri- Y es la que hace brotar á maravilla,
buto de entusiasta admiración, en el centenario del generoso soldado de la In- Con su poder fecundo y siempre nuevo,
dependencia, del hombre ante cuya tumba se inclina con respetuosa venera- La selva y el pensil sobre el pantano,
ción la humanidad. Y el celaje blanquísimo del lodo,
Y la fragata y el condor del huevo:
M é x i c o , 1886. La libertad, instinto soberano
Que en todas las criaturas resplandece,
BARONESA DE W I L S O N .
Pues que le rinden culto
Desde el águila real hasta el gusano,
Como el gérmen ya adulto
Que, aunque invisible é ignorado, crece
Pronto á surgir y á tranformarse en flores
Al tibio beso de la luz divina
Y del sol tropical á los ardores,
E n el pecho latió del mexicano:
Su grito de Dolores,
E n que su eterna angustia al fin estalla,.
Y en que su triste esclavitud termina,
Entre columnas de aromado incienso,
Pues el siervo infeliz tan sólo es siervo
Y que ciñó despues en la pelea,
Miéntras la frente á su opresor inclina,
Que al opresor espanta
F u é el reto á la batalla
Y hace temblar la torpe tiranía,
Con que encendió las iras del tirano
Los laureles del triunfo, arrebatados
Que á su infortunio destinó la suerte,
A la deidad sangrienta del combate
Sin medir ni su empuje ni su talla,
Por el audaz valor de sus soldados,
Con el desden del débil porque sabe
A quienes ni Pavía,
Que el arrojo viril lo torna en fuerte
Ni el Dos de Mayo, ni Bailén aterra,
Y que no hay opresion que no se acabe,
Porque el amor en sus entrañas late
Con bravura peleando y con firmeza,
Con que lucha el patriota por su tierra,
Y a que no con el triunfo, con la muerte:
E n el polvo yacía. . . .
¡ Que cuando un pueblo escucha
¿ E n el polvo? ¡Jamás! Cuando la gloria
L a voz de ¡Libertad! y se endereza,
Pone un beso de luz en unas sienes
Decidido á morir con frente altiva,
E n que cayó la baba del insulto;
E n la terrible lucha
Cuando en el libro esculpe de la Historia,
Que su valor afronta y su entereza,
Sus páginas honrando,
E s el David que á los Goliat derriba,
Los nombres de los mártires á quienes
Y que pone la planta en su cabeza! . . . .
La humanidad venera y rinde culto,
Sus ínclitas hazañas ensalzando
Y los grandiosos y fecundos bienes
II
Por que murieron, sin cesar peleando;
Cuando en el alma generosa imprime
Tras un instante en que brilló la aurora
De una generación, que se despierta
Derramando á torrentes la esperanza,
Y de ominoso yugo se redime,
De un eterno dolor consoladora,
L a hermosa faz ya muerta
Al inundar con sus serenas luces
Del héroe, del campeón, del que ha escogido
De confín á confín la lontananza,
P a r a vencer la Libertad sublime
Como jamás azul y cristalina,
Y levantar á un pueblo de la escoria,
Negra y terradora
¡ A nadie es permitido,
Sobrevino la noche repentina,
Por más rencor ó envidia que lo anime,
Enlutando el zafir con sus capuces
Ni oscurecer su espléndida memoria,
A l hundirse en las sombras del Poniente
Ni sus triunfos hundir en el olvido! . . . .
Y al apagar su incomparable tea
¿ E n el polvo? ¡Jamás! Que la Yictoria
E l astro que al zenit llegó en las Cruces:
Sus nobles canas al ungir, benditas,
Y vertió desde allí fulgor inmenso Quiso que fueran tras la heroica muerte
L a venerable frente Con que al mundo mostró y al mexicano
Que concibió de libertad la idea, Cómo afronta el martirio un hombre fuerte,
Al ascender la hostia sacrosanta
Ejemplo de virtudes infinitas,
Y vergüenza y oprobio del tirano IV
E n la cima triunfal de Granaclitas:
Que si la luz en erupciones brota,
A presencia de Dios; del que los cielos
Y al espíritu humano,
Con un soplo de su hálito gigante
E s decir, las erguidas muchedumbres,
De luz y de orbes y de vida inunda;
Viento de tempestad terrible azota,
Del que hizo libres los augustos vuelos
No hay cumbres comparadas á las cumbres
Del águila arrogante,
Del cadalso ó la cruz ó la picota. . . .
Y el altivo condor-inteligeneia
E n la azulada inmensidad profunda;
Del que rasgó los tenebrosos velos
III Del egoísmo y la maldad impía,
Legando al mundo la preciosa herencia
Del amor y del bien, sublime y santa;
E l colosal Morclos,
Pintar el espantoso cataclismo
Profeta., y gladiador robusto y bravo
Despues del fiat lux; el firmamento
Que pisando laureles adelanta,
Formando á las tinieblas y al abismo,
De Anáhuac declaró la independencia,
¿Qué pincel vigoroso habrá que pueda
Que bajo el yugo vireinal gemia,
Ni qué robusto y varonil acento? . . .
De la humana razón y la conciencia
E r a más que la noche; era la nada,
Con burla y con oprobio y menoscabo;
La duda, el desaliento que nos queda
Rompiendo audaz en tan solemne dia.
Cuando, por el destino destrozada,
Las odiosas cadenas del esclavo
Nuestra ilusión más noble y levantada
Y el cetro vil de oscura tiranía:
Cae en la sombra y en el polvo rueda;
¡La inextinguible idea
Ese letal vacío
De libertad que por doquier estalla,
Que á la dulce esperanza sustituye
Resuelto á defender en la pelea,
Cuando un soplo de muerte rudo y frió
El dios del exterminio y la batalla
Que ni á la flor más pura le perdona,
Aunque contrario al combatir le sea!
Todo lo hiela y todo lo destruye,
Y a desde el Veladero lo seguía
Y la bendita fe nos abandona,
La plebe, el populacho,
Y la confianza de nosotros huye:
La multitud, la chusma, la canalla
¡ L a tempestad, más negra y más bravia,
Que, de su genio al esplendor notorio,
Y más aterradora á cada instante,
Sin embargo vencía!
E n desastres y en víctimas fecunda,
Que lo nieguen, si no, Fuentes, Recacho,
Del horizonte la extensión barría,
Páris, Porlier, Soto Maceda, Corio . . . .
Y azotaba el semblante
Y muchos otros más que comprendieron
De nuestra hermosa Patria moribunda! .
Y ya por tierra la acerada cota,
Lo que el liéroe valia
Sigue siempre peleando y no se abate
Su figura, al medir, incomparable,
Desde el mísero polvo que mordieron Al golpe cruel de su enemigo rudo:
Al golpe de su diestra formidable! . . . . Cual gladiador que, de su causa ufano,
E n la arena aparece del combate,
De roja sangre tinta, pero no harta,
Y Con ademan altivo y soberano
Recorre el redondel; breve momento
Pero el ángel del mal, el que propende Que de la lid horrísona lo aparta
A la noche, al error, al retroceso; Contempla á su rival; las armas toma,
E l que á la luz y á la verdad remiso, Y cae, y rinde su postrer aliento
Con espada flamígera defiende Enseñando á morir como en Esparta,
El hermoso dintel del paraíso Sin saludar al César, como en Roma! . . . .
Que se llama Progreso;
E l que entre nubes los espacios hiende,
VI
Recorriendo veloz de polo á polo
E l ancha faz del agitado mundo.
De heroismos en busca y de grandezas, Y la lucha siguió. Las tiranías,
P a r a secarlas con su aliento inmundo Si en derribarlas la razón se aferra,
De envidias, y ruindades y vilezas, Contados tienen sus brumosos dias
Y han de caer al fin. De parte á parte
Y donde algo se agita
Estremecida retembló la tierra
De puro y noble, de ideal y santo,
Que casi va á brotar, que ya palpita, De Cuauhtemoc, de Hidalgo y de Morelos,
Con negra astucia y dolo Y flotó por doquier el estandarte
Siembra la desunión, la lucha enciende En que la luz besaba de los cielos
Este lema bendito,
Y lo destroza sin piedad, tan sólo
Que confunde al tirano y que le aterra,
L a torpe planta con poner, maldita;
Por todo un pueblo y con su sangre escrito:
E l que sus fuerzas infernales mide
"¡O vida ó muerte! ¡ó libertad ó guerra!"
Siempre en contra del bien, y el adelanto,
A vencer ó á morir, con la bravura
Y la marcha triunfal del hombre impide,
Que en las entrañas late
Sin importarle el llanto
De quien mira su patria en la amargura,
Que en las etapas del desierto deja,
Señalando su puesto en el combate,
U n instrumento tuvo en Iturbide,
Cada cual se apresura,
Al encarnarse en el feroz Calleja:
Si á la ignominia y al baldón prefiere
Y desangrando, con la frente rota,
Del siervo vil que al látigo se abate
Donde la vida que se extingue aún late,
Y que dobla al insulto la cabeza.
Envuelta en el turbión de la derrota
U n a tumba ignorada, pero santa
Luchó la Libertad, que sin escudo
Besando con su luz todas las frentes,
Que el astro de la paz callado besa Aunque convierta el suelo en un osario
Y el rojo sol con sus destellos hiere: L a torpe y farisaica muchedumbre
¡Donde la flor de las campiñas brota Que atentó contra Cristo en el Calvario!
Y el libre viento de los bosques canta! No significa nada que vaciles
Sin que baste á impedirlo la derrota, E l golpe al recibir de tu adversario
Cada soldado que en la lucha muere E n la tremenda lucha que provocas:
E s un nuevo adalid que se adelanta ¡Indomable y audaz cual Prometeo,
Su sangre á derramar en la pelea: Tú, ni á traición pereces, como Aqui les,
Así la augusta Libertad lo quiere Y si acaso en la lid la tierra tocas,
Y al Eterno Hacedor así le plugo: Más arrogante te alzas, como Anteo! . . .
Es forzoso que un pueblo digno sea
De la fe y el valor de sus caudillos
P a r a librarse del pesado yugo
VIII
Que su cerviz oprime,
¡Con el hierro forjando de sus grillos
Vencedor del Palmar; héroe grandioso
Y el hacha y el puñal de su verdugo
De esa lucha, la lucha más gigante
E l vengador acero que redime!
Que ha conmovido el mundo americano,
Desde el terrible dia
E n que brilló de Cuauhtemoc la hoguera
YII
Y en la patria infeliz del mexicano
Dió principio la aciaga tiranía,
¡Oh Libertad, la que á los hombres prestas
Escribiendo su página primera,
La talla y el aliento de titanes
De amarguras presagio y de Dolores,
P a r a luchar con ánimo sublime!
Junto á la Libertad que. . . . ¡sonreía
¡Qué hermosa eres, pero cómo cuestas
En un lecho de flores! . . . .
E n cruentos sacrificios y en afanes! . . . .
Tú que á la lid valiente te arrojaste
P a r a llegar á tí, la prometida
Y en el rudo fragor d e la pelea,
Tierra de bendición, refugio cierto
De tu cleber y de tu honor esclavo,
De toda raza noble y oprimida,
E n todas ocasiones te mostraste
H a y que cruzar las olas del Mar Rojo,
Como tu raza, generoso y bravo;
Que acrece sin cesar lucha homicida,
Digno campeón de la bendita idea
Por ancho surco sobre sangre abierto,
Que sellar con tu muerte no lograste,
Y recorrer con varonil arrojo
Aunque el primero en la batalla fuiste
Las caldeadas arenas del Desierto.
Y jamas al peligro te negaste;
¡Mas tu bendito triunfo es necesario,
Tú, que al ceñir la victoriosa palma
P a r a que brote el manantial de vida
U n a vez más sobre la altiva frente,
Esparciendo sus aguas á torrentes,
E l cáliz apuraste del martirio,
P a r a que el sol de la igualdad alumbre,
E n un cadalso al contemplar yacente
La adoracion más íntima de tu alma,
Y tu ejemplo, y tu orgullo, y tu delirio:
Al recordar que sin secarse el llanto
De tu dolor, y abiertas tus heridas,
Pudo elevarse tu heroísmo á tanto
A L MAGNÁNIMO GENERAL
Que noble vengas concediendo vidas
Las matanzas de Cruz; esa figura
Que reasume y encarna y representa DON NICOLÁS BRAVO.
L a estupidez y la crueldad unidas;
Tan vil, tan repugnante y tan impura,
Que de su misma causa fué la afrenta,
Trasíbulo venció la tiranía
¡En homenaje á tu esplendente gloria,
Del vil Lisandro en la gloriosa Atenas,
Con los mismos acentos
Y en vez de promulgar terribles penas,
Con que á los hombres habla, de Leónidas,
Dió la ley del olvido, la amnistía.
E n sus anales contará la Historia
E l sublime Perdón de los trescientos!
Yo no; que deslumhrado y confundido Más generoso Bravo todavía,
Al romper de su Patria las cadenas,
Ante la luz y la grandeza tanta
De ese rasgo, en los tiempos sólo tuyo, No sólo dió la sangre de sus venas
No acude á mi garganta, E n aras de la idea que defendía;
Como rugir del Tuxtla y del Jorullo,
E l homérico canto apetecido Sacrifica también sus sentimientos,
Que, eternizando tu memoria, sea Pues venga de su padre el cruel suplicio
Digna expresión de orgullo Perdonando la vida de trescientos!
Que con asombro el Universo lea
Y al rodar de los siglos no sucumba. E l Griego mereció toda alabanza:
¡Por eso en este dia ¿Qué no merecerá tu sacrificio,
Que al nacer te besó con sus fulgores, ¡Oh! Bravo sin igual? ¿qué tu venganza? . . . .
E n que del Bravo á Yucatan retumba
Guanajuato, 1886.
E l himno inmenso de la Patria mia,
Y en que la augusta enseña de Dolores NICÉFORO GUERRERO.

E n tu sepulcro venerado flota,


Sólo vengo á rendir sobre tu tumba
De mi ferviente admiración las flores,
Entrelazadas á mi lira rota! . . . .
E n un cadalso al contemplar yacente
La adoracion más íntima de tu alma,
Y tu ejemplo, y tu orgullo, y tu delirio:
Al recordar que sin secarse el llanto
De tu dolor, y abiertas tus heridas,
Pudo elevarse tu heroísmo á tanto
A L MAGNÁNIMO GENERAL
Que noble vengas concediendo vidas
Las matanzas de Cruz; esa figura
Que reasume y encarna y representa DON NICOLÁS BRAVO.
L a estupidez y la crueldad unidas;
Tan vil, tan repugnante y tan impura,
Que de su misma causa fué la afrenta,
Trasíbulo venció la tiranía
¡En homenaje á tu esplendente gloria,
Del vil Lisandro en la gloriosa Atenas,
Con los mismos acentos
Y en vez de promulgar terribles penas,
Con que á los hombres habla de Leónidas,
Dió la ley del olvido, la amnistía.
E n sus anales contará la Historia
E l sublime Perdón de los trescientos!
Yo no; que deslumhrado y confundido Más generoso Bravo todavía,
Al romper de su Patria las cadenas,
Ante la luz y la grandeza tanta
De ese rasgo, en los tiempos sólo tuyo, No sólo dió la sangre de sus venas
No acude á mi garganta, E n aras de la idea que defendía;
Como rugir del Tuxtla y del Jorullo,
E l homérico canto apetecido Sacrifica también sus sentimientos,
Que, eternizando tu memoria, sea Pues venga de su padre el cruel suplicio
Digna expresión de orgullo Perdonando la vida de trescientos!
Que con asombro el Universo lea
Y al rodar de los siglos no sucumba. E l Griego mereció toda alabanza:
¡Por eso en este dia ¿Qué no merecerá tu sacrificio,
Que al nacer te besó con sus fulgores, ¡Oh! Bravo sin igual? ¿qué tu venganza? . . . .
E n que del Bravo á Yucatan retumba
Guanajuato, 1886.
E l himno inmenso de la Patria mia,
Y en que la augusta enseña de Dolores NICÉFORO GUERRERO.

E n tu sepulcro venerado flota,


Sólo vengo á rendir sobre tu tumba
De mi ferviente admiración las flores,
Entrelazadas á mi lira rota! . . . .
Tu nombre, el de Iturbide, el de Guerrero
Escuché de mi padre siendo niño;
É l me los encomiaba con cariño,
Y yo os he amado con amor sincero.

Por eso, del hogar acá en la calma,


A LA MEMORIA Vuestros nombres repito entusiasmado,
Y amor para vosotros he inspirado
DEL HÉROE
E n mis hijos, los hijos de mi alma.

GENERAL D. NICOLÁS BRAVO


¡Bendita de esos hombres la memoria!
Su martirio nos dió patria y abrigo:
Son los padres de México, les digo,
-No anémona, ciprés, ni adelfa triste Y el más brillante ornato de su Historia.
E n tu sepulcro esparcirá mi mano:
Por la sublime inspiración me afano
Al grande Bravo, por su noble ejemplo,
P a r a cantar ¡oh Bravo! lo que fuiste.
Darle debe la gloria de su nombre,
U n fiel imitador en cada hombre,
Yo sé no más sentir; decir no puedo; E n cada noble corazon un templo.
De la inepcia me mata el desengaño,
Y de tu gloria en el primer peldaño,
Triste, en silencio y respetuoso quedo. E n la Historia no tiene paralelo
E l que doma su enojo palpitante,
Yo no sé qué me inspira la grandeza De su padre al cubrir la sangre humeante
Del genio si me atrevo á contemplarla: De perdón generoso con un velo.
Temo con mi mirada profanarla;
Siento faltar en mi alma la entereza.
¡Es muy grande sin duda el heroísmo
Tímido, pues, á tu sepulcro llego, Que en los combates el valor desplega!
Mudos mis labios, húmedos mis ojos; Pero es más grande si luchando llega
Reverente ante él estoy de hinojos, A vencer los impulsos de sí 'mismo.
Y arde mi corazon en patrio fuego.

Recuerde España, y aunque no le cuadre,


Con alma agradecida te contemplo
De alma con qué grandeza desmedida
E n la Historia de México un atleta,
Otorgó Bravo libertad y vida
E n el cielo de México un planeta,
A los verdugos de su mismo padre.
Del buen nombre de México un ejemplo.
El que el amor de la virtud prefiere,
E l que su pecho á la venganza esquiva,
E s de ejemplo perenne siempreviva,
E s de ejemplo fanal que nunea muere.

Por eso, Nicolás, yo te contemplo


E n la Historia de México un atleta,
E n el cielo de México un planeta, I). N I C O L A S B R A V O .
Del buen nombre de México un ejemplo.

H u e j u q u i l l a ( E s t a d o d e C h i h u a h u a ) , 1886.

TELESFORO CASTAÑEDA I

No deberia ser la pluma la que trazara sobre el papel los rasgos grandiosos
que delinean la fisonomía olímpica de un héroe. Deberia ser un pincel divino
el que con rayo de luz escribiera en el cielo sus hechos inmortales.
P a r a ensalzar la grandeza que es el fondo del heroísmo, es insuficiente la
palabra: se necesita la nota, el canto, el himno: no basta el juicio favorable de
un dia: se necesita la fama duradera y legítima, ese h u r r a grandioso, justo y
perpetuo de las generaciones.
De aquí que, al ocuparnos del héroe que motiva estas líneas, resulte nuestra
torpeza tan grande como nuestro atrevimiento, y esto sólo sea disculpado por
el entusiasmo ardiente de j u n t a r nuestra tosca piedra á los pulidos mármoles
y bruñidos bronces que formarán ese hermoso monumento que con el nombre
de Album, va á levantar el Estado de Guerrero á la memoria de uno de sus
hijos más esclarecidos.

II

E n los dramas históricos que resuelven el desplomamiento ó exaltación de


las naciones, surgen siempre como factores principales de esos sucesos de no
medida trascendencia, hombres que personifican en sí el valor, la abnegación,
el heroísmo, la nobleza y el martirio.
E n esa etapa luminosa de nuestra Historia, que comienza en 1810 y termi-
na en 1821, etapa alumbrada por el amanecer radioso de las nuevas ideas, ese
santo legado del siglo décimoctavo; en ese período de tempestad sólo ilumi-
El que el amor de la virtud prefiere,
E l que su pecho á la venganza esquiva,
E s de ejemplo perenne siempreviva,
E s de ejemplo fanal que nunea muere.

Por eso, Nicolás, yo te contemplo


E n la Historia de México un atleta,
E n el cielo de México un planeta, I). N I C O L A S B R A V O .
Del buen nombre de México un ejemplo.

H u e j u q u i l l a ( E s t a d o d e C h i h u a h u a ) , 1886.

TELESFORO CASTAÑEDA I

No deberia ser la pluma la que trazara sobre el papel los rasgos grandiosos
que delinean la fisonomía olímpica de un héroe. Deberia ser un pincel divino
el que con rayo de luz escribiera en el cielo sus hechos inmortales.
P a r a ensalzar la grandeza que es el fondo del heroísmo, es insuficiente la
palabra: se necesita la nota, el canto, el himno: no basta el juicio favorable de
un dia: se necesita la fama duradera y legítima, ese h u r r a grandioso, justo y
perpetuo de las generaciones.
De aquí que, al ocuparnos del héroe que motiva estas líneas, resulte nuestra
torpeza tan grande como nuestro atrevimiento, y esto sólo sea disculpado por
el entusiasmo ardiente de j u n t a r nuestra tosca piedra á los pulidos mármoles
y bruñidos bronces que formarán ese hermoso monumento que con el nombre
de Album, va á levantar el Estado de Guerrero á la memoria de uno de sus
hijos más esclarecidos.

II

E n los dramas históricos que resuelven el desplomamiento ó exaltación de


las naciones, surgen siempre como factores principales de esos sucesos de no
medida trascendencia, hombres que personifican en sí el valor, la abnegación,
el heroísmo, la nobleza y el martirio.
E n esa etapa luminosa de nuestra Historia, que comienza en 1810 y termi-
na en 1821, etapa alumbrada por el amanecer radioso de las nuevas ideas, ese
santo legado del siglo décimoctavo; en ese período de tempestad sólo ilumi-
nado por el relámpago de los cañones y la aureola fulgente de mil mártires;
contendientes, y apurándose por tanto hasta donde la palabra no puede ir, los
en ese momento de suprema lucha, en que el derecho reclama su imperio, la
medios más escandalosos ele venganza, ele tormento y de exterminio, fué cosa
justicia su vindicación, el pueblo sus libertades y la humanidad sus fueros; en
de asombrar á todo el país la notabilísima conducta de Bravo, concediendo la
ese tiempo de dura prueba que sufren todos los pueblos cautivos para alcanzar
vida á los que la muerte reclamaba en nombre de la guerra, en nombre de la
su advenimiento á la vicia de la libertad, y que el nuestro afrontó con arrojo
causa, y en nombre de la crueldad obcecada clel gobierno vi reinal.
y soportó con sublime serenidad; en esos días á un tiempo queridos y terribles,
Tocios los hombres de genio y de verdadera grandeza, como Bravo en esa
columbramos al lado de las figuras egregias de Hidalgo, de Morelos y de Gue-
memorable ocasion, como Rosales, el héroe ele Sinaloa en la guerra del segun-
rrero, la talla inmensa del valiente ele Chichihualco y Tixtla, del magnánimo
do imperio, el 22 de Diciembre de 1864, saben mostrarse generosos en el mo-
de Medellin, del mantenedor de Coscomatepec, del vencedor del Palmar, del
mento oportuno, coronando la victoria con el perclon, levantando así el prestigio
héroe de Chapultepec, del soldado sin tacha D. Nicolás Bravo.
de su causa, y granjeándose á un tiempo la admiración, el respeto y la grati-
Este campeón de prosapia de héroes, pues el valor y el patriotismo fueron
tud de sus enemigos.
arraigado patrimonio en su familia, es una de las más simpáticas entre las
Las fuerzas insurgentes indisciplinadas, como que era la primera ocasion
grandes figuras de la guerra de emancipación.
que se aventuraban en los empeños ele la guerra, levantándose aquí y allá pe-
Naturaleza templada para todo lo grande, desde temprana edad dejó las sa-
lotones aislados según las circunstancias de cada lugar, y la decision y elemen-
tisfacciones que su juventud y buena posicion le ofrecian, por abrazar con de-
tos desús habitantes; careciendo de un plan común de operaciones, de la cohesion
cidido amor la santa causa de Ja Patria, cuando ella aparecía más débil y des-
que da un régimen uniforme, de un jefe superior reconocido como único, de la
prestigiada aun entre sus mismos defensores.
homogeneidad ele todo ejército, etc., parecía natural y lógico que llevaran en
Carácter de firmeza nada común, una vez empeñado en la lucha, tomó un
sí un gérmen ele disolución, ele discordia, de ambiciones, y de miras torcidas
participio activo, eficaz é infatigable en todos los hechos ele armas que las cir-
tan fáciles de realizar por entonces. Sin embargo, nacía más contrario á eso
cunstancias ponían á su alcance, sin que hubiera descansado un solo elia en
acontecía, y esto es lo que motiva verdadera admiración en quien considera
los varios años que fué luchador, hasta el 22 de Diciembre de 1817 en que se
tales cosas.
hizo su captura por los realistas.
D. Nicolás Bravo, como verdadero patriota, se distinguió frecuentemente
E l exacto conocimiento que tuvo de las cosas ele aquel tiempo, junto con sus
abdicando la superioridad que justamente le correspondía en muchas empre-
atinadas disposiciones, su previsión, sus maneras atractivas é insinuantes, y
sas, sólo por evitar un conflicto perjudicial para su causa, mostrándose digno
sus elemas dotes, prestigiaron grandemente la causa que defendía, levantándo-
ciudadano que ponia la suerte ele su Patria muy por encima, ele las rencillas
la en el espíritu ele amigos y enemigos, á mayor altura que lo hubieran hecho
y pasiones del partidario, y ele su propia consideración personal, por legítima
muchos triunfos sangrientos.
y debida que fuera.
Su magnanimidad excepcional, llevada al grado supremo en el hecho más
Estos detalles elevan al hombre y delinean muy bien la talla inmensa del
culminante ele su existencia, perdonando la vida á 300 prisioneros, en lugar
ilustre caudillo que nos ocupa,
de pasarlos por las armas, como lo pedían por un lado la disposición ele Mo-
Al retirarse éste transitoriamente para atender á su quebrantada salud, fué
relos, y por otro la cruel obstinación del virey, quien en vez de aceptar la pro-
aprehendido por Armijo en el rancho de Dolores. El aprecio y admiración de
puesta ele canjear al padre de Bravo por los prisioneros realistas que en nú-
sus enemigos, le alcanzaron que sufriera en lugar de la pena última ya decre-
mero ele 800 tenían los insurgentes, ordenó con saña tenaz la muerte de aquel
tada, la ele prisión. E n el largo tiempo que ella duró, el ilustre preso, en me-
patriota en garrote vil.
dio ele mil penalidades y dolores, mostró la dignidad y entereza que jamas
E n aquel tiempo de bárbaras represalias, en que se compensaba ojo por
abandonaron su carácter distinguido, y que hacían decir al Virey que Bravo
ojo, cliente por diente; en que lo tirante ele las circunstancias y las exigencias
le causaba siempre la impresión ele un príncipe cautivo.
clel tiempo y ele la guerra llevaban á replicar á una hecatombe con otra heca-
El héroe prisionero, habiendo sufrido la confiscación de sus bienes, tuvo
tombe, exacerbándose así más y más el odio, la saña y la inclemencia de los
que arrostrar una vida miserable, al extremo de tener que labrar con sus ma-
19
nos artefactos modestísimos para atender con su mezquino producto á sus ne-
cesidades dentro de la cárcel.—Si conmueve el General que perdona á sus
vencidos, hace llorar el cautivo que con la misma mano que esgrimió la espa-
da de la libertad, triunfadora en cien combates, maneja una pobre y humilde
herramienta para obtener algunos cuartos.
Decretada su l i b e ® en Octubre de 1820, militó luego al lado de Iturbide, A LA MEMORIA
quien solicitó con empeño su valioso concurso, hasta realizarse la Independen- DEL

cia, y despues de ella ocupó distinguidos puestos en los diversos gobiernos que
se sucedieron, y varias veces la primera magistratura del país. GENERAL NICOLÁS BRAVO.
Despues le vemos, cuando la invasión americana, mostrando en Chapulte-
EN SU CENTENARIO.
pec el mismo brío y heroísmo que en los comienzos de su vida, aunque el des-
tino siempre fué entonces fatal para nuestras armas.
Este fué el digno epílogo de la vicia pública del grande hombre, que consa-
Arranca ¡oh musa! de mi ronca lira
gró los albores de su existencia y las aspiraciones de su juventud, la fuerza de
Mil vigorosos tonos,
su edad y el goce de su buena posicion, y hasta el reposo de su vejez, al ser-
Y en mí los cantos de la gloria inspira!
vicio de la Patria.
Mi corazon suspira
III Al soñarme en la rústica cabaña
O cabe la ancha grada de los tronos,
E l respeto y la gratitud hácia los grandes hombres, es el homenaje más san- Escuchando la voz pura y vibrante
De errantes trovadores,
to que les rinden los pueblos dignos.
Que perdidos en áspera montaña,
Éstos cuidan de tener siempre á la vista el recuerdo de esas vidas que ha
Con las ninfas del bosque en blando coro,
ilustrado la grandeza, para que el ejemplo elocuentísimo del pasado los alien-
Cantaban los combates, los amores,
te para vencer el presente y abordar el porvenir.
Con sus templadas cítaras de oro;
Porque ellos comprenden que el heroísmo de los que se han ido, es un per-
O en trovas divinales
petuo remordimiento para las generaciones débiles que no saben imitarlos.
Esculpían en la Historia
Así han creído los que han tenido y realizado el alto pensamiento, merito-
Del paladín las proezas inmortales,
rio ante la sociedad y ante la Patria, de recordar l a memoria del eminente
Que entre sus alas cobijó la gloria!
guerrero que nos ocupa, porque la exaltación de los hijos ilustres de un pue-
blo, levanta á éste de su aminoramiento y estorba su decadencia.
¡Oh ángel consolador de los inmaculados recuerdos! vuela sobre la tumba
del héroe y confia nuestra gratitud eterna á sus manes inmortales; inmortales, * *

sí; que si allí reposan sus huesos, su espíritu vivo está en un altar: el que le
hemos erigido en el sagrado de nuestros corazones! Entone el israelita
Sus cántigas de gloria en alabanza
R o s a r i o (Sinaloa), 1886.
De un ilustre Patriarca, que obediente
Al divinal mandato,
nos artefactos modestísimos para atender con su mezquino producto á sus ne-
cesidades dentro de la cárcel.—Si conmueve el General que perdona á sus
vencidos, hace llorar el cautivo que con la misma mano que esgrimió la espa-
da de la libertad, triunfadora en cien combates, maneja una pobre y humilde
herramienta para obtener algunos cuartos.
Decretada su l i b e ® en Octubre de 1820, militó luego al lado de Iturbide, A LA MEMORIA
quien solicitó con empeño su valioso concurso, hasta realizarse la Independen- DEL

cia, y despues de ella ocupó distinguidos puestos en los diversos gobiernos que
se sucedieron, y varias veces la primera magistratura del país. GENERAL NICOLÁS BRAVO.
Despues le vemos, cuando la invasión americana, mostrando en Chapulte-
EN SU CENTENARIO.
pec el mismo brío y heroísmo que en los comienzos de su vida, aunque el des-
tino siempre fué entonces fatal para nuestras armas.
Este fué el digno epílogo de la vicia pública del grande hombre, que consa-
Arranca ¡oh musa! de mi ronca lira
gró los albores de su existencia y las aspiraciones de su juventud, la fuerza de
Mil vigorosos tonos,
su edad y el goce de su buena posicion, y hasta el reposo de su vejez, al ser-
Y en mí los cantos de la gloria inspira!
vicio de la Patria.
Mi corazon suspira
III Al soñarme en la rústica cabaña
O cabe la ancha grada de los tronos,
E l respeto y la gratitud hácia los grandes hombres, es el homenaje más san- Escuchando la voz pura y vibrante
De errantes trovadores,
to que les rinden los pueblos dignos.
Que perdidos en áspera montaña,
Éstos cuidan de tener siempre á la vista el recuerdo de esas vidas que ha
Con las ninfas del bosque en blando coro,
ilustrado la grandeza, para que el ejemplo elocuentísimo del pasado los alien-
Cantaban los combates, los amores,
te para vencer el presente y abordar el porvenir.
Con sus templadas cítaras de oro;
Porque ellos comprenden que el heroísmo de los que se han ido, es un per-
O en trovas divinales
petuo remordimiento para las generaciones débiles que no saben imitarlos.
Esculpían en la Historia
Así han creído los que han tenido y realizado el alto pensamiento, merito-
Del paladín las proezas inmortales,
rio ante la sociedad y ante la Patria, de recordar l a memoria del eminente
Que entre sus alas cobijó la gloria!
guerrero que nos ocupa, porque la exaltación de los hijos ilustres de un pue-
blo, levanta á éste de su aminoramiento y estorba su decadencia.
¡Oh ángel consolador de los inmaculados recuerdos! vuela sobre la tumba
del héroe y confia nuestra gratitud eterna á sus manes inmortales; inmortales, * *

sí; que si allí reposan sus huesos, su espíritu vivo está en un altar: el que le
hemos erigido en el sagrado de nuestros corazones! Entone el israelita
Sus cántigas de gloria en alabanza
R o s a r i o (Sinaloa), 1886.
De un ilustre Patriarca, que obediente
Al divinal mandato,
Sobre la humeante pira, Y troncha ciego aquel càndido lirio,
Con heroica confianza, E n cumplimiento de indiscreto voto
A su hijo tiende, víctima inocente, Que á Dios hiciera, presa del delirio.
Que resignado mira
Su cuello ante la mística cuchilla * *

Del anciano Abraham. Jehovah bendijo


U n rasgo tan notable de obediencia, E n heroicos acentos cante el griego
Y á aquel Patriarca en galardón predijo Aquel tiempo de gloria;
Numerosa y excelsa descendencia, Cuando sintiendo el fuego
Que dueña fuera de risueñas tierras, Que al guerrero conduce á la victoria,
Rica, feliz y vencedora en guerras. Y ardiendo en el deseo
De vengar los agravios que le hiciera
De Dárdano la estirpe ilustre y fiera,
De naves cubre el férvido Helesponto,
Bajo el pendón de Agamenón de Atreo.
Cante también en sus salterios de oro Allí buques á miles
De Jephté las hazañas; De innumerables gentes
Cuando ardiendo en patriótico denuedo Que pelearan valientes
Sembró el espanto, el exterminio, el lloro A la sombra magnánima de Aquiles,
E n naciones extrañas, Esperan sólo viento favorable,
Y en su triunfante fausto Que jamas aparece,
A Dios hiciera voto temerario, P a r a lanzar su esclarecida flota
Terrible, sanguinario. . . . Al pié de la muralla inexpugnable
De inmolar implacable en holocausto De la soberbia Ilion ; y languidece
Al ser primero que del patrio suelo El valor del soldado.
A recibirle triunfador saliera El oráculo, entonces,
Con patriótico fin y noble anhelo, L a voluntad del hado
Noble ó plebeyo, en fin, fuera quien fuera. Anuncia á los guerreros capitanes :
Torna Jephté triunfante. . . . P a r a serles propicio,
Su nombre solo al enemigo aterra, . . . E n holocausto exige
Y en el lindero patrio, delirante, Sangre de una doncella que no elige,
Ye aproximarse en su corcel de guerra Pero de estirpe règia. E l sacrificio
A su hija muy querida, Acepta pronto el poderoso Atrida,
Coronada de flores, Y al acero homicida
Celebrando su espléndida victoria: Del sacerdote entrega á «u Ifigenia
Entonces, con oprobio de su gloria, Cual don propiciatorio,
Inmolando al amor de sus amores, Inmolando una parte de sí mismo
Toma su ardiente espada parricida E n aras de su invicto patriotismo.
Alonso Pérez de Guzman defiende
El fuerte de Tarifa, encomendado
A su valor probado,
Que el amor á la patria siempre enciende.
Sus proezas cante el vencedor romano
E n un parcial combate,
Al són de sus victorias,
Al pié de la muralla,
Y refiera sus épocas de luto,
Con esfuerzo prolijo
Sus triunfos y sus glorias:
Rechaza al moro en el mortal encuentro.
E l cariño filial de Coriolano
Despues de la batalla,
Y el sacrificio cruel de Junio Bruto,
Al replegarse al centro,
Quien tiene sus amores siempre fijos
Vió que faltaba entre las filas su hijo,
E n su patria adorada,
Que cayó prisionero
Del poder de Tarquino emancipada.
Bajo el poder del enemigo artero.
Sus desgraciados hijos
Dijo entonces el moro
Atentan á sus patrias libertades;
Al bizarro Guzman entristecido:
Descúbrese el complot por un esclavo
" O me entregas la plaza y su tesoro,
Y Junio Bruto, desdeñando fiero
O ántes que el sol decline en el ocaso,
el amor paternal, adusto, fuerte,
A tu hijo tan querido
Con asombro de todas las edades,
Verás morir bajo enemigo brazo."
Mandó sus propios hijos á la muerte,
Y el noble capitan (no vacilando
Dando con ésta y sus demás acciones
Entre el deber y entre el amor paterno
Inimitable ejemplo á las naciones.
Hácia aquella criatura
Que aún era un niño tierno)
Sacó de su cintura
*
Y arrojó hasta los piés del agareno
Su daga de combate, y le clecia:
Bajo el Imperio de la media luna " S i arma os falta, matadle con la miar"
L a España pierde todo, Y el hijo muere de Guzman el Bueno,
Poder é independencia. L a Fortuna Que sacrifica todo con valor
Esquiva se apartó del nombre godo. E n aras de la patria y por su honor!
Mil hechos legendarios,
Durante ocho centurias,
L a Historia señaló de las Españas;
Pues semejante al rayo,
Tronó allá en las montañas ¡Vates, cantad! Teneis en las Historias
Salvajes y patrióticas de Asturias, Legendarias y heroicas tradiciones,
El grito independiente de Pelayo. Que son objeto de inmortales glorias
E n esa época heroica, Y han llenado de asombro á las naciones.
Enalteced, honrad esas memorias,
Y elevad hasta el cielo las acciones
Que inspiradas por puro patriotismo,
Llegaron al ideal clel heroismo.
Hecho glorioso que por sí tan sólo,
¿f Por su inmensa bondad y su hidalguía,
ff
Lució brillante del ignoto Polo
Yo el asunto inmortal de mis cantares, Hasta el ardiente sol del Mediodía,
Que resplandece en gloria é hidalguía, No adulteró su fama el negro dolo;
No iré á buscar á los extraños lares, Hermoso y fiel, consérvase hasta el día. . . .
Lo hallo en la Historia de la Patria mia. ¡ Sombra augusta de B R A V O , te saludo,
No cruzaré los extranjeros mares, Del nombre mexicano limpio escudo!
Porque hermosos ejemplos, á porfía,
H a producido con honor, ufana,
La valerosa raza mexicana, * *

* 2= * Hidalgo inicia lucha de gigantes


Contra el poder de la opresora España ;
E n esa guerra meritoria y santa Los mexicanos de su patria amantes
E n que un pueblo pelea con la conciencia Secundan fieles su preclara hazaña.
Del derecho sagrado que levanta Corren de sangre arroyos abundantes,
El pendón de su propia independencia, Arde la lid, encónase la saña;
Y en que soberbia la opresora planta Lidia bravo el ibero en su despecho,
Pretende conservar su omnipotencia Y lidia el mexicano en su derecho.
Sobre la triste y conquistada tierra
Que arde entre los furores de la guerra,
*

No hay cuartel, no hay piedad, el plomo zumba,


Hubo, entre mil escenas de pavura,
Nada calma el furor de la batalla,
Sin ejemplo una acción, que resplandece
Y no hay más perspectiva que la tumba
Cual brilla al fin de la tormenta oscura
Entre el furor que á todos avasalla.
L a nacarada luna que aparece;
La voz de "sin cuartel" fiera retumba
Cuyo heroico recuerdo siempre dura
Al impulso letal de la metralla;
Y su fama inmortal jamas perece,
Desnudo el pecho, inermes, mas valientes,
Aunque pasen los años á millares,
Dan su vida millares de insurgentes.
Como pasan las olas de los mares.
* *

A la vez era preso del realista


L u J ó entonces, cual luce allá en los cielos
El padre de aquel héroe, bravo anciano;
E l sol con su fulgente y claro brillo,
Y esto al bizarro General contrista,
L a figura inmortal del gran Morelos,
Pues conoce la saña del tirano.
De las sierras del Sur bravo caudillo;
Breve mensaje hácia. el virey alista,
Y que ardiente en patrióticos anhelos,
Proponiéndole un canje muy humano:
Siendo cual era, en condicion sencillo,
Dará libres sus presos sin retardo
Supo elevar su nombre á excelsa altura,
Si le dan libertad á D. Leonardo.
Al español llenando de pavura.

£
* * *
* *

¡ Cuatrocientos por uno! Gran valía


Bravo T). Nicolás, campeón temido,
De ese uno que era el padre del guerrero;
Del caudillo del Sur era teniente;
Y en la mente española algo valdría,
E n el bando patriota, muy querido,
Pues el canje rehusó con ceño fiero.
Honrado, generoso, audaz, valiente.
Con feroz y altanera sangre fria
E n el campo español era tenido
Fusiló sin piedad al prisionero;
Como leal caballero, aunque insurgente;
Sacrificando cuatrocientas vidas
Y en las marciales y sangrientas lizas
Por seguir sus instintos homicidas.
Ganó de brigadier limpias divisas.

*
* * *
íit

Como el roble nacido en la espesura


Entre tantos combates siempre fieros,
Sobre la selva se destaca ufano,
Sangrientos, aguerridos, temerarios,
Y ronco cruje en la borrasca oscura,
Capturó cuatrocientos prisioneros
Al empuje del viento soberano;
Que á su libre pendón eran contrarios.
Barren sus ramas á la tierra dura
A su campo condujo á esos guerreros
Perdiendo su follaje tan galano;
Que eran sus enemigos sanguinarios;
Pero pasada la tormenta fiera,
Y de Morelos recibió orden fuerte
Su copa eleva á la celeste esfera;
De dar á aquellos españoles muerte.
ALBtJM DE BRAVO.

Y aquellos hombres, cuya triste suerte


Presentían señalada de antemano,
Así el alma del héroe se horripila Cuando esperaban tétricos la muerte,
Cuando le anuncian la terrible muerte, Les dió libres el héroe mexicano.
Del que su padre fué. Lucha, vacila Acción propia no más de un pecho fuerte,
Ante el negro decreto de la suerte; Valiente, generoso, soberano;
Mas pasó ese momento, y ya tranquila Muy por encima de la humana escoria,
Su alma templada, generosa y fuerte, Dechado digno de eterna! memoria,
Siente abrirse un camino háeia la gloria,
Y consigue de sí excelsa victoria.
* *

* *
Ni el Patriarca israelita en su obediencia,
Ni Jephté con su voto temerario,
Ni Junio Bruto dando su sentencia
Grande es el hombre cuando triunfa su Contra sus hijos, fiero y sanguinario;
Del impulso feroz de las pasiones; Ni del valiente Atrida la inclemencia
Se ciñe entonces vencedora palma, Sacrificando á su hija en el santuario;
Y es capaz de magnánimas acciones. Ni Alonso Pérez, el feroz caudillo,
Tranquilo el corazon late con calma Arrojando á los moros su cuchillo,
E n las grandes, solemnes ocasiones
E n que muestra sus altas cualidades.
O pelea por sus pátrias libertades.

Pruebas dieron jamas de la hidalguía


••ü
Que rebosara el corazon de Bravo:
¡ Héroe glorioso de la P a t r i a mia,
De la honra nacional sumiso esclavo!
Perdida en Bravo ya toda esperanza
Campeón ilustre, tu memoria pia
De salvar á su padre del suplicio,
E n mis cantares entusiasta alabo.
No dió entrada en su pecho á la venganza
¡ Que permanezca tu esplendente gloria
Y el cáliz apuró del sacrificio;
E n los eternos bronces de la Historia !
No ordenó del vencido la inataúza,
Por honra de su causa y beneficio; C o l i m a , 1886.
Y tomando á la Patria por testigo,
IGNACIO RODRÍGUEZ.
Perdonó generoso á su enemigo.
Reclama del poeta los cantares
De inspiración ardiente é infinita
Que el alma eleva á la región cerúlea
Donde los astros brillan! . . . .

Patria gentil de mágica hermosura,


De cielo azul y perfumado ambiente,
EN MEMORIA DEL ILUSTRE Maga hechicera que feliz se asienta
E n florestal perenne;
GENERAL NICOLÁS BRAVO.
Patria á quien cantan armoniosas brisas
Y aves melifluas sin cesar arrullan,
H i j o del pueblo, a r d i e n d o e n sus e n t r a ü a s
El fuego celestial del patriotismo, Al retratarse en bullidoras linfas
E r a u n león nacido en las m o n t a ñ a s ,
Que a r r u l l ó el h u r a c á n sobre el abismo. Su abrillantada pluma;
Modelo de valor sin arrogancia,
Con un corto p u ñ a d o de valientes,
E j e m p l o f u e de i n d ó m i t a c o n s t a n c i a
Y f a r o de las tropas insurgentes.
JUAN DE DIOS P E Z A . Patria que tiene en su horizonte puro
Nubes que borda el irisado esmalte,
L a antigua Grecia y la orgullosa Galia, Y en alas de ángel trasformados quedan
La altiva Roma y la espartana gente Sus límpidos celajes;
Con el oro en sus mármoles esculpen
E l nombre de sus héroes.
Patria que adorna veneciano encanto
Cuando en la noche misteriosa y muda
De laureles y gloria lo circundan
Por el espacio presurosa hiende
E inmortalizan su brillante hazaña,
L a fugitiva luna;
Que en épicos acentos y en estrofas
Yiene el poeta y canta.

Patria á quien mano portentosa quiso


H o y de mi Patria el esplendor más puro
Revestir con mil gracias tropicales,
A la justicia reclamando miro
Y á la que besan con murmurio blando
E n t r e la Grecia, Roma y espartanos
Las olas de sus mares:
Su refulgente brillo.

Reclama, sí, de sin igual grandeza H o y de esa Patria á celebrar ufanos


E l lauro y siempreviva que la adornan, Con entusiasmo ante el altar venimos
Y que hoy el mundo con respeto mira L a gloria y el renombre que le ha dado
Como inmortal corona. U n hijo esclarecido;
U n hijo noble y á la par magnánimo
De alma gigante y corazon bizarro,
Y cuyo nombre gloria es de mi Patria
Tan sólo pronunciarlo!

A L ESCLARECIDO PATRICIO
¡NICOLÁS BRAVO!
. . . . E l ínclito guerrero
Que la diadema ciñe de inmortal:
El temido campeón de los iberos, DOJST N I C O L Á S BRAVO.
E l héroe de "El Palmar,"

E l hombre cuyos hechos se refieren Ese de heroicidad fantasma odioso


Como apoteosis de su egregia lid; Que se alza entre clamores de agonía,
Por quien respeto arrobador se siente Es de feroz y aleve tiranía
Al verlo en Medellin! . . . . El malhadado engendro desastroso.

No canto al monstruo, canto al generoso


P a r a este héroe, de mi torpe labio Genio de la magnánima hidalguía
Débil la voz, en su loor no basta: Que, del fraterno amor por la ancha vía,
Su nombre es digno de inspirado canto Lleva á la humanidad á un fin glorioso.
Del Dante ó del Petrarca.
¡ínclito Bravo! tu piedad sublime
De olímpico poder el sello imprime
Tan sólo puedo de mi ignota lira,
Al rasgo heroico que te dio renombre;
Al evocar su gloria inmaculada,
Arrancar este acento que se une
Que, perdonar la ofensa recibida,
Al himno de su fama.
Es venganza á la vez noble y cumplida
Que transfigura en semidiós al hombre.
H o y de su nombre ante la gloria inmensa,
M é x i c o , 1886.
De admiración un ritmo yo le traigo,
Y se lo ofrezco con mi alma ardiente, JUAN DE DIOS VILLALON.

E n holocausto santo!

C o l i m a , 1886.

MIGUEL G . T O P E T E .
TJISr RECUERDO A BRAVO.

Por cerrar el paso al miedo, y poner en un extremo la muerte y en el otro


la victoria, dió Hernán Cortés sus naves al través en la playa de Clalchiucue- CÉSAR Y BRAVO.
can, donde fundó la Villa rica de la Veracruz; y por juntar á recuerdo de tal
hazaña el del pueblo donde nació, quiso alzar, no léjos de aquella ribera y á
orillas de sonoro y limpio rio, un lugar con el mismo nombre de Medellin de
aquel en que vió la luz primera. Era, pues, Medellin recuerdo de un grande
hombre y de una grande hazaña, y cuando en las noches tranquilas se oia á Bis vincít q u i se v i n c i t in victoria.
PÜBI,IDS SYRUS.
lo léjos el tumbo de la mar, creyérase escuchar el nombre ele Cortés murmu-
De v e n c e d o r logró dos veces gloria
rado con lenguas ele olas allí mismo donde hundiera sus naves. Quien triunfó d e sí m i s m o en la victoria;

E n una ele esas noches, acampando en Medellin las tropas insurgentes, y


ovenelo acaso ese lejano canto ele gloria que entonaba la mar, Nicolás Bravo, No faltará quien censure, ó por lo ménos extrañe que haya yo puesto por
á cuyo padre habían dado garrote vil en México los españoles, y que había re- título á las presentes líneas los nombres de César y Bravo, juzgando que m e
cibido órelen del insigne Morelos de fusilar por represalia á tocios los prisio- he extremado en la alabanza del segundo con sólo indicar que guarda algún
neros que en su poder tenia, iba á realizar hazaña mayor que la ele Cortés, y linaje de paralelismo con el primero. Y mayor será la extrañeza, si se pára la
cerrando el paso al rencor y poniendo en un extremo l a justicia y en el otro la consideración en las proezas portentosas del general romano, que llevó sus
inmortalidad, clió al través con las naves de su venganza; y á la siguiente ma- águilas triunfadoras clesde un extremo ele la Bretaña hasta la Etiopia; ó bien
ñana castigaba la muerte ele su padre con el perdón y la libertad de tocios los si se mira á su claro entendimiento y á los talentos peregrinos de orador, his-
enemigos prisioneros. toriador y político ele que clió siempre clara y larga muestra.
Hoy Medellin recuerda á Bravo y á Cortés; pero Bravo es superior á Cor- Sin embargo, hay otras dotes comunes á los clos héroes, y en ellas excede
tés, tanto como es superior la piedad al triunfo. P o r ese recuerdo debia lla- con mucho el patricio mexicano al Dictador ele Roma. E n ambos arde el fue-
marse aquel pueblo "Medellin ele Bravo y de Cortés." go santo del amor patrio; pero al fin César busca en la grandeza ele Roma su
propio engrandecimiento, y al pasar el Rubicon inmola la paz pública en aras
M é x i c o , 1886.
ele su ambición personal. P a r a él la guerra civil ó extranjera es el camino de
ALFREDO CHAYERO. los honores, de la gloria y del poder; y si triunfa en las (Mías, despues en los
campos ele Farsalia, más tárele en África, y por último en España, tiene por
mira ser aclamado señor y dueño único del mundo.
Mas el caudillo mexicano al empuñar la espacia, templa su alma en llama
ele puro y acendrado patriotismo; si algo codicia para sí es sólo ciarse patria;
las posiciones, las provisiones abundantes mucho ayudan; la misma fortuna
y para lograr un bien tan alto, sacrifica toda ventaja y todo provecho perso-
muchas veces se adjudica como por derecho propio la mayor parte de la glo-
nal E n medio de los peligros y fatigas de la guerra, no tiene en perspectiva
ria. Sin embargo, la que has alcanzado hace poco, por grande que sea, y lo es
ni la dictadura ni el consulado; á su vista se levanta más bien el cadalso, co-
mucho, toda te pertenece. De tan alto merecimiento nada reclaman para sí el
mo altar donde se ofrezca en holocausto por la libertad é independencia de
general ó el centurión, nada la infantería, nada tampoco la caballería. No se
México- pues tal es el término á que se llega en guerras de exterminio, como
presenta á compartir contigo esta gloria, ni aun la misma fortuna, árbitra so-
fué la de n u e s t r a emancipación. Durante ella, inflamadas pasiones señoreaban
berana de los acontecimientos humanos; ántes bien, declara que toda es ente-
los ánimos y anublaban aun los más claros entendimientos, y por esto mara-
ramente tuya, pues jamas lia pactado alianza la temeridad con la sabiduría,
villa que entre tantos combatientes haya uno al ménos clemente y misericor-
ni la prudencia ha tomado consejo del acaso: H a s subyugado naciones crueles
dioso cuya generosidad sin ejemplo puso asombro en sus contemporáneos, y
hasta la barbarie é incontables por su muchedumbre, que desparramadas por
lo pondrá asimismo en las generaciones venideras. El General D. Nicolás
infinitas regiones, estaban provistas de todo linaje de recursos; pero al fin ven-
Bravo es el único que sabe perdonar al enemigo de la patria, que por una te-
ciste lo que por su naturaleza y condicion podia ser vencido . . . . mas triun-
rrible desventura lo es también personalmente suyo.
far de tí mismo, sosegar la ira, moderar la victoria, levantar al enemigo caí-
Nadie | n o r a que Morelos ofreció la libertad de ochocientos prisioneros por
do . . . . son acciones tales, que quien las ejecute, según yo creo, no es igual á
alcanzar la del General D. Leonardo Bravo, padre de D. Nicolás; pero des-
los héroes, sino muy semejante al mismo Dios. Cierto es que tus hazañas se-
oyendo el Virrey esta propuesta, condenó al jefe insurgente á muerte de garro-
rán celebradas no sólo en nuestro idioma, sino en las lenguas de casi todas las
te y la sentencia fué ejecutada en la capital de la entonces Nueva España. Al
naciones, sin que haya siglo que pase en silencio tus alabanzas. Sin embargo,
punto comunicó Morelos á D. Nicolás Bravo tan lamentable suceso, ordenán-
no sé por qué cuando se leen estos hechos, creemos que aún somos asordados
dole fusilase á los trescientos realistas que habian caído prisioneros en la fun-
por la vocería de los combatientes y por el estrépito de las trompetas. Mas
ción de armas de San Agustín del Palmar.
cuando leemos ó escuchamos que se ha obrado con clemencia y mansedumbre,
No se necesitaba tener un conocimiento muy profundo del corazon humano
con moderación y sabiduría, mayormente en medio de la ira que es enemi-
para predecir la suerte que el Gobierno colonial deparaba con su conducta á
ga del consejo, y en la victoria que es de suyo soberbia y arrogante, ¿con
los españoles vencidos por Bravo; el Virrey mismo había privado á los suyos
qué encendido afecto amamos aun á aquellos á quienes jamas hemos cono-
de toda esperanza de salvación, y el hijo atribulado, para vengar la muerte de
cido?"
su heroico padre, sólo tenia que cumplir una orden terminante del General en
E l grandilocuente panegírico que acabo de traducir, y que puede aplicarse al
jefe la cual no podia desobedecer sin contraer grave responsabilidad. ¡Cuál
inmortal Bravo, en cuanto no se refiera á la gloria militar, oscurece cualquier
no seria, pues, la sorpresa, cuánto el júbilo, y qué íntima la gratitud de los
elogio que yo presumiera hacer del rasgo de clemencia que ha legado á la ad-
trescientos prisioneros, que á punto ya de ser sacrificados, en vez de oír la or-
miración de la posteridad. Sólo haré notar que nuestro héroe tiene más me-
den de fuego, escucharon de los labios del General Bravo palabras de perdón
recida tan cumplida alabanza, que aquel mismo á quien fué dirigida. César
que harán perdurable la memoria de quien las pronunció! Hecho tan extraor-
perdona á los enemigos políticos que le habian sido contrarios como hombre
dinario es superior á todo encomio; y apénas estimaría yo alabanza proporcio-
público, pero que hasta entonces no habian ofendido al hombre privado ni en
nada á tamaño heroísmo, la que estuviese calcada en el magnífico elogio que
su persona ni en su familia. E s verdad también que la clemencia del Dicta-
Cicerón hizo de César cuando éste perdonó á Marco Marcelo. E l arrebatado
dor alcanzó asimismo á muchos millares de prisioneros hechos en la batalla
entusiasmo con que el orador romano celebró por extremada y elocuente ma-
de Farsalia, y que todavía en lo más recio del combate mandaba á los suyos
nera la generosidad del vencedor de Pompeyo, á no dudar, habría hallado ob-
no matasen á los romanos; pero ¿se habría conducido con la misma lenidad si
jeto más° digno en la conducta admirable del General Bravo. A él también se
se hubiera hallado en circunstancias idénticas á las del General mexicano?
le puede decir: "Suelen algunos apocar las glorias militares, arrebatarlas a los
¿No es creíble que en tal caso habría vuelto Roma á los dias luctuosos de Sila
caudillos, v hacer partícipes de ellas á quienes éstos tienen por conmilitones.
y Mario? Si César perdonando á sus enemigos se venció á sí mismo, más glo-
Y en efecto, el valor de los soldados, las armadas poderosas, las ventajas de
166 A L B U M DE BRAVO.

rioso fué el vencimiento de Bravo, que desoyó la voz imperiosa de la natura-


leza por seguir las inspiraciones nobilísimas de su magnánimo corazon.
Creo, por tanto, que 110 voy descaminado, si pongo punto á estas líneas apli-
cando á varón tan preclaro lo que Publio Siró dijo en el siguiente verso:

Iracandiam qui vincit hostem superat máximum.


A L I N M O R T A L D E F E N S O R

Al mayor enemigo habrá vencido


Quien de la ira el furor ha reprimido. D E LA INDEPENDENCIA D E MÉXICO

M é x i c o , 1886.

NICOLÁS BRAVO.
R A F A E L ANGEL DE LA P E S A .

¡Gloria á tí, valiente caudillo de la Patria! ¡Gloria á tí, ilustre vencedor del
Palmar! ¡Pero mayor gloria todavía ár tí como sublime vencedor de tí mismo;
á tí, héroe entre los héroes; á tí, que cuando todo te incitaba á la venganza, tu
deber como soldado y tu dolor como hijo, supiste hallar en tu alma elevada al-
go que te hiciera olvidar por un momento tu dolor y tu deber, para recordar-
te sólo que eras hombre, inclinándote á pronunciar esa palabra divina que se
llama perdón! Bravo entre los bravos por tu valor indomable, tienes, sin em-
bargo, en ese terreno numerosos émulos; pero en la mayor de tus hazañas y
heroicidades, en el triunfo que alcanzaste devolviendo en tan terribles circuns-
tancias la vida y la libertad á tus trescientos prisioneros, no tienes ni tendrás
acaso rival en la Historia. Por eso, si México agradecido te ha declarado Pa-
dre de la Independencia y Benemérito de la Patria, la humanidad entera te
proclamó grande, noble y generoso, y la posteridad te admira, te respeta y te
bendice.

M é x i c o , 1886,

R. MANTEROLA,
A L A M E M O R I A
AL BENEMÉRITO
DEL

G E N E R A L NICOLÁS BRAVO.
GENERAL NICOLÁS BRAVO.

Alza del polvo tú laureada frente,


Sombra bendita, que la Patria mía
Al saber que á tu padre asesinaron,
De hinojos te saluda reverente
Ebrios de heroica sangre los iberos,
Como saluda el universo al día.
Perdonaste á trescientos prisioneros,
Que pronto libres á su hogar tornaron.
Alza del polvo, mira que no en vano
E n premio á tal acción, te encadenaron Los siglos pasarán con tu renombre,
Los de Castilla nobles caballeros, Que el mismo Dios con poderosa mano
Y grandes, y magnánimos guerreros E n México trazó tu excelso nombre.
E n hondo calabozo te encerraron.

¡En pié, generaciones! Y a aparece


Allí tres años, el dolor fecundo
Abierto el libro de inmortal Historia;
Del mártir soportaste, entre la saña
L a lira de los bardos se estremece
De negra ingratitud, reptil inmundo.
P a r a cantar de Bravo la memoria;

¡Duerme en paz, héroe! tu sublime hazaña


H a escrito al fin ante la faz del mundo: Del héroe que en sus sienes fulguraba
¡Gloria á t u suelo, y maldición á España! L a corona del genio preeminente,
Del héroe que en su pecho palpitaba
M é x i c o , 1886.
U n corazon magnánimo y valiente;
HERIBERTO BARRON.

E l soldado del Sur, de eterna fama,


Que en el combate atronador decia:
"No es Nueva España, México se llama
"La virgen de Anahuác, la patria mia.'n
Elevóse su acento á la morada Alza del polvo, sombra venerada,
Del infinito Sér que ama y perdona: Y del sueño eternal rompe la bruma;
Vimos el cetro convertirse en nada, Hoy te saluda amante, entusiasmada,
Vimos rociar al suelo la corona. L a patria del ilustre Moctezuma.

Rasga la oscura niebla, quiero verte


Del porvenir rasgóse el negro velo; E n el diáfano cielo donde brillas j
L a Libertad, cual cóndor soberano, ¡Vates, cantad! y ante su altar de muerte,
Sus alas al batir en nuestro suelo, Ilustres mexicanos, ¡de rodillas!
Hizo feliz al pueblo mexicano.
Y a u t e p e c , 1S86.

MATILDE HOYOS MARÍN.


¡Salve, Patria querida! la victoria
I r á regando luz en tu camino;
Sublime es tu pasado, esa es tu gloria,
Que luchar y vencer es tu destino.

Y tú, noble caudillo, que sentiste


De libertad el ñiego, y grande, ufano
Luchaste con Labaqui, lo venciste,
Como sabe vencer el mexicano;

Mil veces con terrible poderío


Tu mano valerosa y denodada
Hizo pedazos con ardiente brío
La bandera amarilla y nacarada.

Rugiente como un léon en la campaña,


Y perdonando al infeliz vencido,
También tu nombre lo bendijo España
Como en México es hoy esclarecido.

Tus heroicas virtudes han dejado


E n nuestra patria sus eternas huellas:
P a r a escribir, guerrero, ese pasado
Pidámosles su luz á las estrellas.
E l hórrido crujir de las terribles
Murallas que en su seno aherrojaban
A los hombres que, fijo el pensamiento
E n el ideal sublime que en el Gólgota
Nació al morir el Mártir de los mártires,
La igualdad proclamaban, y asestaron
Al cetro de los proceres los rayos
Que vibraban su fe y su inteligencia;
El hachazo siniestro que cortando
L a cabeza de un rey, repercutía
EìST EL ALBUM DE BRAVO. Su estridente y fatídico sonido
De uno al otro confín del universo,
Y conmovía lúgubre los tronos
E n que daban sus leyes los tiranos;
Los orféieos relatos que de Grecia
Bossuet alzando hosannas á los cielos
Contienen la magnífica epopeya;
Despues de las nefastas dragonadas;
E l furor belicoso del A t i l d a ;
Marat lanzando ingente carcajada
La resistencia heroica del troyano;
Al empapar sus sienes en la sangre
L a fantástica lucha de titanes
Que de Guillot el infernal invento
Que estremeciera al mundo en sus entrañas;
Derramara á torrentes sobre el mundo;
E l esfuerzo terrífico de Aquiles,
Carlota y Robespierre y Mirabeau
Impotente mil veces ante el muro
Y Danton y Camilo Desmoulins,
Que Héctor en el Ilion le antepusiera ;
Con los piés por tal sangre enrojecidos
Del ardoroso Agamenón los hechos
Y la frente rodeada por las nubes,
Brillantes, en el campo de batalla;
Señalando el camino de la gloria
L a constancia sin par de Menelao;
A la doliente humanidad esclava,
E l heroísmo del hermoso Páris;
Origen dan al cántico sublime
La estruendosa caida del imperio
Cuyas estrofas Lamartine preludia,
Por el terrible Aquivo derrocado,
Cuyas bellezas Víctor Hugo enseña,
Y cubierto del polvo de la gloria
Y que, escrito en cada alma, lo entonamos
Arrojado sobre él por las edades;
Todos los hombres libres de la tierra.
De Driante, de Exadio y de Piritoo
Las hazañas innúmeras, sublimes,
El puñado de mártires que un dia
Al poeta grandílocuo de Atenas
Rompiendo el eslabón de la cadena
Inspiraron el canto gigantesco
Que nos uniera en ominoso yugo
Que el universo escucha conmovido,
Al león de Castilla, consagraron
Sin que á pesar del curso de los siglos
Su esñierzo y su valor, su fe y su vida,
Se extravie una sola de sus notas,
A hacer brillar en nuestro hermoso suelo
Se pierda ó debilite una cadencia.
U n espléndido sol de libertad;
Los gigantescos lieclios realizados,
Las terribles empresas concluidas,
Las titánicas luchas que asombrados
Contemplamos grabadas en la Historia;
La virgen del Anáhuac enjugando
Sus lágrimas vertidas á torrentes,
Y rompiendo soberbia el fiero látigo
Y escupiendo á la cara del tirano; A.- N I C O L Á S BRAVO
Curando con la vida de sus.hijos
Las terribles heridas que sufriera,
Y lavando las manchas de su honra
E n la sangre del déspota humillado, De ese Sur que espontáneo produce
E l laurel, y la palma y el héroe; • V
U n poema inspiran, que cantarse debe
Con respeto profundo y de rodillas: De esa tierra en que brotan montañas
Los mexicanos lo entonamos todos, Y en que riegan el suelo torrentes,
Y en la página homérica en que léemos
E l nombre venerado, esclarecido
¡Bravo insigne! surgió tu existencia,
Del caudillo del Sur, " N I C O L Á S B R A V O , " Cuando raudo cruzando Morolos
Al recordar que ese héroe puso cima Como estela esplendente, dejaba
Al acto más sublime que los siglos Luz de gloria con ínclitos hechos.
Registran en sus múltiples anales,
Más grande que al destino contemplamos,
Igual á un dios, al mártir bendecido, ¡A luchar! y cual se alza en las olas
Cuyo recuerdo al evocar la Patria, Impetuosa la tromba marina,
Grita á la faz del mundo que ese héroe Te elevaste barriendo serviles,
Yió la luz en el suelo mexicano. Tremolando del héroe la insignia.

D u r a n g o , 1886.

Los fragmentos de yugo y cadenas


JESÚS GÓMEZ PALACIO.
Señalaron tu marcha valiente;
Fué tu espada terror de tiranos,
Fué en los campos cual sol de insurgentes.

Y si en Tixtla, si en Cuautla y doquiera


Que las huestes del Rey abatías,
A los tuyos tu voz ensalzaba
Y tu mano los lauros cedia,
"¡Yo perezca! ¡que triunfen mis armas!
E n el rudo fervor del combate, A mi patria laurel y victoria!
Cuando embriagan la sangre y el fuego, Y á mi tumba, del mundo proscrita,
Fuiste amparo del niño infelice,
Su reflejo darán nuestras glorias."
Del anciano defensa y consuelo.
*
$
H: *
¡j:

E l Palmar le miró enardecido


Derribando á Labaqui tremendo,
Cuando Dios decretó nuestra vida,
Y á Morelos pidiendo los brazos
Consagró nuestros héroes valientes,
Como solo y magnífico premio.
Y de Hidalgo y Morelos las frentes
Con el óleo del genio empapó.
A l tener á su padre adorado
E n sus garras Yenegas sangriento, De heroísmo templó sus aceros
" V é á implorar su perdón" se le dijo, Y los hizo titanes de gloria;
" Vé" . . . . y responde: "conservo mi puesto.'' Pero á Bravo . . . . en derrota ó victoria
Como clon la bondad concedió.

Era en él la grandeza inherente,


¡Gloria al héroe! . . . . no en himnos fútiles
Como á la ola del m a r el murmullo,
Que se lleva en sus alas el viento,
Como al nardo gentil el aroma,
No; . . . . en que forme en su honor monumento
Como el lampo de luz al crepúsculo.
El que mire la luz en el Sur . . . .

A l abogar en su seno la furia Y que diga la Patria orgullosa,


Por la muerte del padre querido, ¡Oh región de Guerrero! al mirarte:
De su seno brotó por venganza " Esas son las montañas, baluarte
E l perdón del odioso enemigo!! Del honor, de la fe y la virtud!"
M é x i c o , 1886.

Yo miré alguna vez cual diamantes GUILLERMO P R I E T O .


Sus mil dotes de grande y de bueno,
Cual se ven en el fondo de un lago
Trasparente los astros del cielo,

Al herirlo la infame calumnia


A la vista de innoble extranjero,
Vida y nombre y honor abandona
P o r honrar al caudillo del pueblo.
Despues, el arte funda los metales
Que en la tierra escondió naturaleza;
El cincel dé contornos inmortales
A tu figura de eternal grandeza,

Y la América, ardiente soñadora,


Amante tierna de los hechos grandes,
Coloque tu figura redentora
Á BEATO E n la soberbia cima de los Andes;

E N E L CENTENARIO DE SU NACIMIENTO.

Miéntras rasgando los etéreos velos


E l rayo, junto á tí vibra y resbala,
Flotar haciendo el manto de los cielos
No basta el eco del clarín guerrero
Como si fuese el pabellón de Iguala.
P a r a cantar tus épicas hazañas;
Que gloria fué del universo entero
Lo que llenó de asombro á las Españas. Así estarás . . . . tu bendecido ejemplo
Debe pasar á mil generaciones.
No en ebúrneo laúd tus hechos cante ¡ Los héroes como tú, tienen un templo
Quien pretenda ensalzar á tu memoria; E n todos los humanos corazones!
P a r a cantar al héroe y al gigante
Sólo hay un himno, el himno de la Historia.
Matar la libertad es vano empeño,
Ella tus hechos esforzados sabe: Empresa criminal como ilusoria I
Tu nombre guarda para siempre escrito, Quien á tu padre hundió en eterno sueño,
Y si ni en ella tu memoria cabe, Te despertó á la vida de la gloria.
L a Patria tiene el bronce y el granito.

L a Patria en paz, concluidos los enojos,


Trepe el condor á la riscosa cumbre
Diga de España la gentil matrona
De la más alta y áspera montaña;
Quién es más grande ante sus mismos ojos,
Moje sus alas en la viva lumbre
¿Caifas que mata, ó Cristo que perdona?
Del sol, que el suelo americano baña,

Y hendiendo el aire con gentil decoro, Diga el que nos dejó sangrientas huellas
E n atrevido y majestuoso vuelo, Y horas eternas de baldón y bruma,
Con ráfagas de sol y átomos de oro Colocando el pendón de las estrellas
Grabe t u nombre en el azul del cielo. E n la régia mansión de Moctezuma:
¿Quién vence más al tiempo y al olvido
Y vive aun á través de las edades;
El que rotas las armas cae vencido,
O el que con ellas rompe libertades?

Hable la Historia: un pueblo independiente


Acalla su rencor, olvida el duelo; A B R A.V O.
E s la águila que doma á la serpiente,
Deja su nido y se remonta al cielo.

San Luis Potosí, 1886. Acercaos á ese altar donde fulguran


VENTURA DÁVALOS.
De la gloria los vividos destellos,
Y en él ved elevarse majestuosa
La imponente figura de un guerrero.

Llegad, y ante ese altar do se contempla


A un héroe de mil héroes el modelo,
Quemad incienso y derramad las flores
De admiración, de amor y de respeto.

Venid, los bardos de armoniosa lira,


Y llenos de patriótico ardimiento,
Cantad á Bravo, al inmortal caudillo
Honor y prez del mexicano suelo.

Hijo de Anáhuac, á su patria un dia


Contempla esclava del altivo ibero,
Y en su gigante corazon se enciende
De libertad el sacrosanto fuego.

De independencia el grito poderoso


E n su alma varonil encuentra un eco,
Y á la lucha se entrega denodado
Contra el que oprime de su patria el cuello.
Nada le arredra, decidido sigue Por libertarle de segura muerte
Las banderas del ínclito Morelos, E n vano se esforzara el gran Morelos;
Doquiera dando irrecusables pruebas Que el Virey miserable, el vil Yenegas,
De su beróico valor y su denuedo. De la sangre del héroe está sediento.

¿ P a r a qué referir uno por uno Tigre español, que nunca se encontrara
Sus incontables y brillantes lieclios, De sangre mexicana satisfecho,
Si los conserva en sus doradas páginas Sacrifica al anciano venerable
L a Historia gloriosísima de México? De su crueldad en aras, el protervo.

Miradle en el Palmar; allí pelea N a d a le mueve, y á garrote horrible


Con noble arrojo y con ardor supremo, E s sentenciado el noble prisionero,
Y vencedor del español Labaqui, Y ejecútase luego en su persona
A sus méritos mil agrega un nuevo. La orden feroz del vireinal gobierno.

E n el Puente del Rey también miradle Bravo recibe la espantosa nueva,


Atacando el convoy y combatiendo Dolor agudo le desgarra el pecho;
A las tropas realistas que le dejan L a sangre de su padre, sangre suya,
A noventa españoles prisioneros. H a derramado el español soberbio.

Miradle en Medellin; allí conquista Clama venganza la justicia hollada,


U n a gloria inmortal el héroe excelso, Mas el héroe inmortal siente en su pecho,
Allí eterniza su preclaro nombre, E n vez de la venganza miserable,
Allí se cubre de laurel eterno. Arder de la piedad el sentimiento.

¿Quién no conoce aquella acción sublime No puede deshonrar la augusta causa


Que la imparcial Historia de los pueblos Que siempre ha defendido con denuedo,
J a m a s ha consignado en sus anales Con represalia vil; sus manos nunca
Ni en los antiguos ni modernos tiempos? Con la sangre enemiga se tiñeron.

Del insigne patricio el noble padre, Y el que siempre valiente fué en la lucha,
Esclarecido defensor de México, Guardando en su alma su dolor tremendo,
E n hora infausta, en desgraciado dia Se venga perdonando generoso
Trescientos españoles prisioneros.
Cayó jde los realistas prisionero.
Sublime acción, cuyo recuerdo nunca
Se perderá en el curso de los tiempos,
Porque de la creación á nuestros dias
Sólo Dios fué capaz de un hecho idéntico.

Bravo, en aquella acción incomparable


A L A M E M O R I A
Se iguala al Redentor del universo
Cuando exclama al morir: "Padre, perdónales; D E I PATEIOTA

No saben estos hombres lo que han hecho!"


GENERAL NICOLÁS BRAVO,
¡Bravo! tu hazaña heroica la han escrito
Las matizadas flores en el suelo,
Y en la azul extension escrita se halla
ODA
Con letras diamantinas de luceros.
Quiero pulsar con júbilo creciente
Tú, campeón inmortal, del mexicano Las cuerdas de mi cítara insonora;
E n la memoria vivirás eterno, Quiero se inspire con arclor mi mente;
Tendrás en cada labio una alabanza, Q.uiero cantar con entusiasmo ahora.
Y en cada corazon tendrás un templo. Mi delirio ambiciona
Colocar una flor embalsamada
E n la inmortal corona
De tres siglos de horrenda desventura
De laureles y mirtos, perfumada,
Quiso el Señor indemnizar á México
Dándole un hijo en tí que le alcanzara Que la frente sujeta
Títulos mil de universal respeto. De Bravo el General, el gran atleta.

Quiero encomiar sus hechos y su gloria


Por eso hoy con inmenso regocijo
Y cantar sus proezas, quiero ufana
Celebra t u dichoso nacimiento,
Bendecir á los héroes de la Historia
Mostrando al mundo, con materno orgullo,
De la nación hermosa mexicana.
Que siempre vive su hijo predilecto.
Quiero enorgullecida.
Que se eleve mi voz con alegría;
¡Yo te saludo, oh Bravo! y entusiasta
Yo quiero complacida
Me uno también al general contento,
Cantar al héroe de la Patria mía;
Y ante el altar de tu infinita gloria
Al ínclito guerrero
Mi mexicano corazon prosterno!
Honor por siempre tributarle quiero.

P u e b l a , 1880.
Sí, soldado valiente, con anhelo
ROSA CARRETTO. Te consagro mi pobre pensamiento;
Perdona si hasta tí llegó mi vuelo; Su admiración, su amor, su sentimiento?
Perdona si hasta tí llegó mi acento; ¿Quién no quiere probarte
Pero quiero expresarte Que siempre vivirá para admirarte?
Que tengo corazon, y que gozosa
Quisiera tributarte Por eso yo, modesta florecilla,
Encomios y respetos afanosa. Que sin aliño ni cultivo crece,
Mi pobre ofrenda, mi ovacion sencilla
Quisiera en dulce ritmo
A ofrecerte me atrevo, aunque carece
A tus virtudes entonar un himno.
De gusto y melodía;
Como pocos valientes combatiste, Y sólo manifiesto entusiasmada,
Y como pocos, fiel á tu bandera, Que si falta armonía
A la muerte, al peligro no temiste, A mi insonora lira destemplada,
Haciendo que tu fama, no muriera, Sí sabré respetarte,
Y noble y generoso, Que corazon me sobra para amarte.
E n vez de la venganza maldecida,
Perdonaste bondoso Que mi pecho te forma complacido
Y diste libertad al que homicida U n santuario, un altar para adorarte:
Le cortó la existencia Que respeto tu nombre esclarecido,
Al padre que adorabas con vehemencia. Y que sabré homenajes tributarte.
Con entusiasmo ardiente
E s fuerza recordar de tu pasado Guardaré la memoria del que ufano,
La conducta intachable que observaste Honrado, leal, valiente,
Siendo siempre caudillo denodado, E s héroe de mi suelo mexicano.
Y nunca á la ambición te subyugaste. Amor patrio me inflama,
Tu causa defendiste Y llena de placer, canto su fama.
Siempre valiente y leal, siempre con celo:
Como soldado, fuiste Siga grabado en caracteres de oro
Genio preclaro y singular modelo. Tu nombre, General, siga tu gloria;
Honor y loor gritamos; De los vates la voz, que suene en coro
Y á tí, Bravo inmortal, siempre cantemos. Tributándole honor á tu memoria.
Y yo también, uniendo
¿Quién no recuerda con respeto inmenso A ellos mi débil voz, alzando el grito,
Tanto desinteres y tanta gloria? Y mi laúd tañendo,
¿Y quién no quiere tributarte incienso, ¡Que viva Bravo el imortal! repito:
Sin cesar elogiando tu memoria? ¡ Loor eterno sea dado
¿Quién no quiere anhelante A l ilustre campeón, al gran soldado!
Llegarse con afan hasta tu asiento, P u e b l a , 1SS6.
M A R Í A DE LOS ANGELES O T E R O ,
Tributarte constante
Virtudes que el mundo aclama,
Al encender en su llama
De nuestros padres los pechos,
Con más admirables hechos
Han fatigado á la Fama.

P o r doquier que la memoria


A B M AV O . Lance su mirar sediento,
Allí encontrará el aliento
De más levantada gloria;
Ved nuestra gigante Historia :
Cantó la robusta lira Son sus páginas de oro,
Con los acentos de Homero Tumbas que en sublime coro
Las proezas del guerrero Ensalzan heroicidades
Que por su patria delira ; A que todas las edades
Con gloria que el mundo admira Alzarán himno sonoro.
Y en no aprendidos cantares,
Celebró ante los altares Suspenso el aliento mió,
Del indiano patriotismo Escucho, Patria, los nombres
E l inmortal heroismo De aquellos preclaros hombres
De Cuaulitemoc y de Juárez. Que te dieron poderío;
Pero suena con más brío
Con férvida inspiración El canto de gratitud
Volvió á saludar ufana Que se eleva á la virtud,
E n la frente mexicana Y ve más grande mi mente
Los lauros de Maratón; Al inmortal insurgente
Magnificó su canción De las montañas del Sud.
E n valiente épico ensayo,
Y aun hoy recuerda que el rayo ¡Salve á tí, Bravo, loor
Trazó con los arcabuces Al magnánimo soldado
La página de Las Cruces De corazon esforzado
Y la del Cinco de Mayo. Y de ateniense valor!
Incansable luchador,
Mas no la fuerza bravia, Quieres con santos anhelos
No el coraje rudo y fiero Ver libres tus patrios suelos,
Serán siempre lisonjero Peleas, y en la victoria
N u m e n de la poesía; Respiras auras de gloria
Que el honor y la hidalguía, Con el invicto Morelos.
ALBUM DE BRAVO.

De asombro al verte se agita,


Pero no es tu valentía Porque en tu hazaña bendita
Que en las batallas esplende Otra edad de oro presiente
Lo que en las almas enciende Que ya sobre la alma frente
Hogueras de simpatía: De nuestra Historia palpita.
Es más grande la valía
De las heroicas acciones
Tu padre, á quien fué consuelo
De los buenos corazones,
Morir por la libertad,
Y tú, bravo y generoso,
Loando tu heroicidad
Descuellas como un coloso
La bendijo desde el cielo;
Con más ilustres blasones.
De virtud alto modelo,
Te enseñó á domar la suerte,
El mundo podrá olvidar Amar la Patria, ser fuerte,
Que en la tierra ensangrentada Y subir, astro de gloria,
Escribiste con la espada A los cielos de la Historia
San Agustín del Palmar; Por la escala de la muerte.
Mas siempre ha de recordar,
De rodillas en tu osario,
¡Salve á tí, Bravo, loor
Que del golpe temerario
Al magnánimo soldado
Que el español te asestara,
De corazon esforzado
Tomaste venganza r a r a
Y de ateniense valor!
Con el perdón del Calvario.
Las edades, en tu honor,
Con grande y sublime afan
¿Dónde encontrar de nobleza Eternamente dirán:
Rasgo más limpio y fecundo? . . - " E s t a alma inmensa de libre
No hay en la Historia del mundo Que envidia fuera del Tibre,
Ejemplo igual de grandeza! F u é más grande que G-uzman."
¿Dó estaba Naturaleza . *

Que no fulminó el acero P u e b l a , 1886.

Del odio implacable y fiero


Sobre aquel crimen nefando, A . MONROY.

Y obedeció al pecho blando


Del mexicano guerrero?

¡Oh sublime abnegación!


Alma gigante de roble,
¿Dónde tomaste lo noble
De tu inmenso corazon?
L a clásica tradición
BRAVO.
AL GENERAL BRAVO
EN SU CENTENARIO.

Satélite del sol Independencia


Que esplendoroso en México brillaba,
De tu genio la luz siempre alumbraba
Con el santo fulgor de la clemencia.
I
Y cuando, sin valor y sin conciencia,
E l tirano á tu padre asesinaba,
Independencia y libertad nos diste
A sus verdugos mismos conservaba
Palpitando tu pecho de bravura,
Tu generoso pecho la existencia.
Y vencedor en mil jornadas fuiste
Perdonando al vencido con ternura.
Volviste bien por mal. Tu alma gigante Con tu heroísmo la paz tú nos trajiste,
Se elevó sobre el alma del tirano; Bienandanza también y la ventura;
Y tu recuerdo vivirá constante, P o r eso, Bravo, con amor profundo,
Canto tus loores á la faz del mundo.
Haciendo ver al orgulloso hispano
Que de acción tan magnánima y brillante
Sólo es capaz un pecho mexicano. II

P u e b l a , 1886.
E n la región do estás, desconocida
PATRICIO C A R R A S C O . P a r a el pobre mortal, quiero que veas
A tu patria penosa y afligida,
Que en tus recuerdos su consuelo seas;
Deje de estar tan triste y abatida;
Quiero que en mármol tu recuerdo leas
Con letras inmortales esculpido
P o r la mano de un pueblo agradecido.
III

Donde quiera que se halle un veterano


Defensor del derecho y la igualdad,
Donde quiera que esté, tiendo mi mano
Con afecto sincero y con lealtad, P A R A E L A L B U M

Porque lo quiero yo como á mi hermano,


Como al hombre de honor y dignidad; DEL
Mas si están como tú, léjos, muy léjos,
Les saludo del sol en los reflejos. QENERAL BRAVO.
(y
>
T
IY
No es tan sólo valor el fiero arrojo
Del que opone su pe^ho á la metralla;
Sin olvidar su gloria ni un momento, No es valiente tan sólo el que primero
Afectuoso les mando mi recuerdo Se lanza denodado en la batalla;
E n el ala veloz del pensamiento,
Y nunca, nunca su memoria pierdo, Que hay más valor y corazon más grande
Y les consagro ardiente sentimiento. E n quien alcanza á dominarse él mismo:
Siempre respetuoso y siempre cuerdo Quien de su padre al matador perdona,
Yo de su ejemplo espero la bonanza, Se eleva con ese acto al heroísmo.
Abrigando en mi pecho esta esperanza,

Por eso, ¡invicto, esclarecido Bravo!


Inmortal en el mundo es tu memoria;
V
P o r eso, con amor, t u nombre ilustre
E n bronce y mármol guardará la Historia.
Espero, sí, del patriotismo puro
De los héroes que viven todavía, P u e b l a , 1886.

E l porvenir risueño y más seguro


IGNACIO P É R E Z S A L A Z A R .
Que aleje de la Patria la agonía.
Del egoísmo el aliento impuro
Nos dejará tranquilos algún dia,
Y al recuerdo de Bravo el insurgente,
Ciña de dicha México su frente.

P u e b l a , 1886.
G. MÁRQUEZ.
III

Fué entonces cuando una horda


De míseros iberos
Sacrificó á tu padre
EN HONOR DEL ILUSTRE Con bárbara crueldad;
Y tú, al saber tal crimen,
A muchos prisioneros
GENERAL NICOLAS BRAVO. De esa horda de caníbales
Pusiste en libertad.

IV
I

Tan noble sacrificio


Tus hechos son grandiosos
F u é la hostia que abnegado
E n nuestra patria Historia;
E n aras de la Patria
Son ellos un ejemplo A Dios fuiste á ofrecer,
De noble abnegación: P o r libertar al pueblo
Eres, campeón ilustre, Que habían esclavizado
U n hijo de la gloria; Mil sátrapas inicuos
Tu vida es un poema E n nombre del poder.
De amor y bendición.

II V

A lfin,por el martirio
Tú fuiste en esa guerra
Sublime y redentora L e plugo á nuestra suerte
Glorificar tu nombre
Que á México la bella
Haciéndolo inmortal;
Del yngo libertó,
Y comenzó tu vida
E l más noble caudillo;
Allí donde la muerte
Tu espada vencedora
Quitó á tu grande genio
E n mil combates rudos
La vida material.
Espléndida brilló.
VI

Ya estás transfigurado:
L a justiciera Historia

BRAVO.
Grabó tu nombre ilustre
Con inmortal cincel;
Y al sol de la apoteosis
Que te cubrió de gloria,
.
Ciñó á t u augusta frente
i
L a F a m a su laurel.

P u e b l a , 1886, Ayes de muerte, gemidos,


Gritos roncos, maldiciones,
F . CASTILLO.
Trueno y rodar de cañones,
De clarin bélicos ruidos,
Empujados, confundidos
Caminan sin saber dónde;
U n eco á otro responde
De guerra en la Nueva España,
Y huyendo de la campaña
L a vida tiembla y se esconde.

II

Hablan un mismo lenguaje


Los que lidian y se matan,
Que de exterminarse tratan
Ardiendo en ciego coraje.
Sigue la lucha al ultraje •
Tenaz, sangrienta, enconada,
Y la humanidad hollada
V e al infeliz prisionero
Caer al golpe del acero
Apénas suelta la espada.
Turba inmensa conmovida
III " Gracias" repite rendida,
Y "gracias" el viento gime,
Llevando el himno sublime
Fuerte el león castellano,
Que entona alegre la vida.
L a temible garra extiende,
Y su conquista defiende
Con un valor soberano: VI

E l indio, á tocar cercano


Trescientos tuvo en su mano
La redención que desea,
El héroe, por un momento,
Con noble rabia pelea;
Y en vano el resentimiento
Ninguno ceja en la guerra,
"; Mata!" le gritaba insano.
Y pisan, en vez de tierra, Grande, clemente, cristiano
Charcas de sangre que humea. Mostró de su alma la anchura,
Y como ofrenda más pura
De eternidad y esperanza,
IV Inmoló la ruin venganza
De un padre en la sepultura.

L a piedad alza su vuelo


VII
Del horroroso exterminio,
Y va á fijar su dominio ¿ Qué más cumplida victoria,
Tras de las nubes del cielo; Qué alientos más inmortales
Cuando entre el llanto y el duelo Recoger en sus anales
Dice un acento: " P E R D Ó N , " Pudo algún tiempo la Historia?
Y ante esa noble expresión Apartarse de la escoria
Que un eco de Dios parece, Del que se venga cruel,
Ruge, brama y . . . . enmudece E s ganar mejor laurel
L a voz de la destrucción, De los que aquí se ambicionan:
Los que como Dios perdonan,
Eternos son como Él.
V
VIII
De pié, sereno imponente Bien haces, tierra leal
B R A V O aparece triunfando;
Que al héroe magno dió vida,
Luz de clemencia bañando A su efigie bendecida
Está su espléndida frente; Labrando ancho pedestal.
A sus piés ansiosamente P a r a su ^estatua inmortal
Abre en tus rocas cimientos,
Y si mil altos portentos
Quieres mostrar á tu gente,
Viste tu suelo candente
Con manto de monumentos.

IX
A. D. NICOLÁS Ti 11AY O.
De sus hechos relevantes
Eterniza la memoria
E n obeliscos de gloria
D o m u i s t i gentes; sed t a r n e n e a vicisti,
Como tus montes gigantes. qute et n a t u r a m et conditionem, u t vtnci
possent, habebant a n i m u m v i n c e r e , ira-
Y en tus senos más distantes, c u n d i a m cohibere: hsec q u i f a c i a t , n o n
e g o e u m c u r a s u m m í s v i r i s c o m p a r o s e d si-
Porque tu amor le reveles, millimum deojudico.
CICERÓN.
Ordena que los cinceles
Tallen en el mármol duro
Grandioso fuiste y digno de memoria
Campos en donde el futuro
Cuando al cortante filo de tu espada
Venga á arrojar sus laureles.
L e dabas á la Patria encadenada
E n cada hazaña tuya una victoria.
X

Que si á la Patria adorada Y por eso mi México la historia


Se le guardan dias de afrenta. De tu conducta heroica y denodada
Y audaz invasión intenta Con respeto y amor tiene grabada
Pisar su arena sagrada, Cual un timbre soberbio de su gloria.
Caerá, mas no mancillada
Con el gorro del esclavo, Pero no es tanto el brillo de tu nombre
Y de sus ruinas al cabo, Enaltecido por tu patrio celo,
De patriotismo modelo, Que esta virtud es natural del hombre.
La estatua que se alce al cielo
Será la sombra de B R A V O . Mas no hay mortal que ante tu negro duelo
Y perdón generoso, no se asombre,
p u e b l a , 1886. Pues perdonar es don propio del cielo.
JOSÉ FERNÁNDEZ DE LARA,
P u e b l a , 1886.

JOSÉ MARÍA CORDERO.


HOMENAJE A BRAVO.

A - L A M E M O R I A D E B R A V O .

No la admirable serenidad que por lo común mostraba en el combate; no


el arrojo con que en la Garita del Zapote y en el Puente del Rey se lanzó so-
Caudillo heroico entre los que dieron sér político á las colonias europeas del bre un enemigo, superior en todo, ménos en el valor; no el denuedo y constan-
cia con que se manejó en Coscomatepec; ni la habilidad con que dirigió el si-
Nuevo Mundo, fué Nicolás Bravo; hazañoso, de ánimo levantado, al dar li-
tio de Puebla: nada, sino l a virtud, ha inmortalizado el nombre ilustre de
bertad á trescientos prisioneros, cuando supo la muerte de Leonardo Bravo,
N I C O L Á S B R A V O , quien á inmediaciones de Veraeruz supo conquistar el res-
su padre, alcanzó la inmortalidad histórica; varón de quien puede decirse que
peto y l a admiración del mundo, que ve en él al cristiano, al filósofo, al pa-
desde su juventud sirvió á la patria, sin esperar retorno alguno y sin más fin
triota.
que enaltecerla. La grandeza de sus virtudes cívicas debe estimarse por la su-
blimidad de l a obra que, con otros hombres ilustres, ayudó á llevar á cabo: Merecidas fueron las muchas consideraciones que en la prisión se le guar-
la Independencia de la América; suceso humanitario, que otro igual, hasta daron, y la opinion del Virey, á quien le parecía tener delante, no á un insur-
ahora, no se ha registrado en los anales del mundo. gente prisionero, sino más bien á un príncipe destronado. Merecido igualmente
ñié el respeto con que el general norte-americano, vencedor de Chapultepec,
¡Loor á l a grande alma de Nicolás Bravo, en el Centenario de su naci-
se descubrió para saludar al que habia sucumbido con honor.
miento !
Sí, porque más que al soldado valiente, se veia al generoso libertador de los
P u e b l a , 1886.
prisioneros españoles, y al que no habia podido conservar su serenidad á l a
vista del espectáculo que presentaran catorce mil industriales chilapenses,
FÉLTX BÉISTEGÜI.
obligados á abandonar la tierra de sus padres.
E l recuerdo de esas acciones y de haberse hecho conducir, ya casi moribun-
do, para impetrar gracia en favor del simpático prisionero de Yextla, sean los
pétalos de la flor que humildemente coloco sobre l a tumba de un mexicano
que supo servil- á su Patria y darla lustre.
Dígnense, en representación del héroe, aceptar esa flor los pueblos del her-
mosísimo rumbo del Sur, y no olviden que en su mismo territorio nació tam-
bién otro héroe esclarecido, el que le ha dado el nombre á aquel Estado; el
que, buen amigo de Bravo, supo favorecerlo en la desgracia; el ilustre Gue-
rrero, cuyo centésimocuarto aniversario debemos recordar en esta fecha.

P u e b l a d e Z a r a g o z a , 1886.
JOSÉ DE I¡A L U Z PALAFOX.
manos. La España de Cárlos Y no poclia educar á sus hijos en la escuela
del 93.
La América, levantándose del polvo y de las cadenas, sin pasar por las gra-
daciones políticas de las demás naciones, presenta al Universo l a epopeya
más grandiosa de los modernos tiempos: la revolución más útil que ha con-
movido á la humanidad. L a astronomía, la navegación, la geografía, la in-
dustria y el comercio, perfeccionados por el descubrimiento de l a América,
para su mal, se han convertido, por su independencia, en otros tantos medios
para acelerar, perfeccionar y consolidar la felicidad de ambos mundos. Ella
ha abierto sus brazos á los pueblos de la Europa, que hollados por la políti-
EN EL ALBUM DE BEAVO. ca, ahuyentados por la guerra y acosados por el furor de todas las pasiones,
sedientos de paz y de tranquilidad, han atravesado el Océano, sin la ferocidad
ni la perfidia de los héroes del siglo x v i ; como hermanos y no como tiranos;
como menesterosos y no como señores; no para destruir, sino para ayudarla
Si el descubrimiento del Nuevo Mundo se ha considerado siempre como á levantar ese suntuoso templo que edifica al dios Trabajo.
uno de los acontecimientos más grandiosos de la humanidad, como el broche
A luchar por la idea, á combatir por la libertad, la América es la que ha
de oro con que cerró la Europa su historia de oscurantismo y de barbarie; la
enseñado al Viejo Mundo. L a regeneración política de América es hija pri-
emancipación política de la América será el único hecho que, en el curso de
mogénita de esa idea santa, sublime, que se llama la libertad de los pueblos,
los siglos, pueda disputar la supremacía al atrevido pensamiento del ilustre y que nació (si álguien no lo ha dicho lo diré yo) acá en las abruptas rocas de
genovés. . los Andes, acá en las elevadas cimas de l a Cordillera de Anáhuac y de los
^ La tierra virgen americana, al recibir el fiat lux del inmortal Colon, recibió montes Alleghanis.
también con la civilización europea, todo ese legado de ignominia y de abyec-
¡Con justicia los pueblos americanos se llenan de santo orgullo al recordar
ción que la moribunda E d a d Média esparcía al caer bajo sus envejecidos es-
su Independencia; con razón consagran apoteosis á los héroes de tan bendita
combros, carcomida por la acción poderosa del progreso humano. Los arreos causa!
militares de Cortés y de Pizarro conservaban todavía el polvo y la herrum-
Plutarco elogia el denuedo y las virtudes cívicas de Pelópidas, sus empre-
bre de los castillos feudales: l a lanza que atravesó el corazon de los meas de
sas gigantescas, sus bellas y gloriosas acciones, su conjuración contra los tira-
Manco-Capac y de los aztecas de Cuauhtemoc, fué la misma que se blandió
nos para libertar á su patria; mas ¿á qué distancia no quedan Pelópidas, Ti-
en Edesa Tiro y Tolemaida; en sacrilego maridaje con el lábaro santo de la
moleon, Trasíbulo y todos los héroes del Viejo Mundo que odiaron la tiranía,
redención, recibimos el látigo del Señor, y junto con las máximas del Apóstol
si se comparan con los hombres de la América que concibieron la idea de re-
de Galilea se nos trajo el diezmo, la encomienda, el gremio y todo ese enjam- dimir un Continente de la esclavitud.? ¿Qué fuerza de intención es compara-
bre de instituciones, que allá en remotos tiempos sembraran unos pueblos a ble á la de Washington, Bolívar, Hidalgo, Morelos, Guerrero, Bravo y otros
los que, con justicia, se ha llamado bárbaros. muchos, que encendió en tantas miríadas de corazones el sentimiento de la li-
No hay que culpar por esto á la madre Patria. Los pueblos de Europa no bertad y el deseo de combatir por ella, comunicándoles al mismo tiempo el
habían presenciado todavía los grandes cataclismos operados por las revolu- aliento de acometer empresas heroicas y l a constancia de sufrirlo todo para
ciones del entendimiento: veian á Cario Magno como una encarnación de l a triunfar de todo? ¿No os parece sublime, conmovedor, el espectáculo que pre-
Divinidad, y los estragos de Sajonia herían su imaginación poco ménos que sentarían cien millones de habitantes animados por una sola idea: la libertad
los juegos infantiles: los diez años de conquista que empleó César para sojuz- de su privilegiado suelo?
gar lasGalias, pasaban ante sus ojos como un acontecimiento natural; y la Digna de todo elogio es la conducta del glorioso Estado de Guerrero, de ese
heroicidad de los hijos de Sagunto nada añadía ni quitaba al valor de los ro-
baluarte de las libertades públicas, que, contando entre sus nobles hijos un
héroe de aquella magna causa, le levanta un monumento para conmemorar
su eterna gratitud.
E l advenimiento al mundo de una personalidad que no se pierde en la ple-
yade de los libertadores del Nuevo Continente, más que de regocijo nacional,
merece serlo continental.
D. Nicolás Bravo, lanzándose con denuedo á la revolución que dio por fru-
to la independencia de la América, merece el respeto de todo corazon ameri-
cano; D. Nicolás Bravo, como hijo de México, tierra predilecta de los héroes,
es digno de un altar en todo pecho verdaderamente amante de su Patria; D.
A LA MEMORIA DE BRAVO.
Nicolás Bravo, heroico en el combate, magnánimo en el triunfo, es acreedor
á la gratitud, al cariño y al respeto de la humanidad.

Puebla de Zaragoza, 1886. E n el álbum santo de las memorias de ayer, en ese augusto Legendario que
NICOLÁS MELÉNDEZ. se llama Historia de las contiendas y luchas por las que lia, pasado nuestra
querida cuanto desgraciada patria, encontramos al hojearlo, páginas benditas
que guardan los eminentes nombres y virtudes cívicas de los libertadores y
padres de nuestra independencia nacional. Al leer ese álbum venerando, nos
sentimos movidos á imitar á los antiguos sacerdotes, quienes para consultar
los Sagrados Libros, se ponían de rodillas con un cirio encendido en una ma-
no, y en la otra el libro, todo en señal de respeto y religiosa veneración.
Yo, al escribir estas pobres líneas, consagradas á la memoria de uno de los
más ilustres hijos de México, quisiera fuera dable que viniera, al invocarle, el
ángel tutelar de las naciones libres, para que se posara sobre mi cabeza, y
arrancándose una pluma de sus alas, la pusiera en mi mano y me inspirara
misteriosamente todo cuanto puede escribirse en honor de uno de los apósto-
les de nuestra emancipación política; de esa figura singular que descuella en-
tre los héroes de su época; de ese preclaro hombre que en vida respondiera al
nombre de N I C O L Á S B R A V O .
Pero ya que no me es dado alcanzar la protección de esos manes que invo-
cara, ocurro desde aquí en mi vida oscura, con toda la voluntad de mi corazon,
al cariñoso concurso á que nos ha dado cita el patriótico llamamiento del Sr.
General Francisco O. Arce, digno Gobernador del Estado de Guerrero, y hu-
mildemente me apresto, llevando sólo esta pobre ofrenda de gratitud que ofrez-
co ante el ara santa del altar que se levanta allá en Chilpaiícingo, tierra natal
de nuestro héroe, para solemnizar la apoteosis del centenario ele éste.
Así como el náufrago no sale á la superficie del agua del Océano sino cuan-
do ha muerto, así las virtudes y glorias de los hombres como B R A V O , no bri-
27
a él, á fin de que en ese monumento que se elevará para perpetuar el nombre
lian sino despues que sus dueños han dejado de ser y pasado á otra vida
del ilustre caudillo, se encuentren nuestras pobres ofrendas que la gratitud
mejor.
lleva á depositar en el altar de nuestro libertador.
El gran filósofo del mundo, el Hombre-Dios, fué mofado, burlado y hasta
Yo desde aquí, vuelvo á decir, concurro á esa fiesta á que el reconocimien-
sacrificado en una cruz, allá en el Calvario, por el pueblo deicida, y despues, to convida, y envió estas sencillas líneas, las que simbolizan el humilde
y muy luego, es reconocido como el libertador y redentor de la humanidad, óbolo que el creyente va á depositar en el tesoro que se forma en el centro del
quien le ha levantado templos y altares para rendirle culto y adoración como altar de los templos, cuando se levantan y se van á consagrar éstos al culto de
á su Dios salvador. los dioses.
Allá en la Roma antigua, emporio de las guerras, de las ciencias y de las
Justo, muy justo es consagrar á la memoria del inmortal defensor de nues-
artes, la Historia nos enseña que hubo un César, un Germánico, un K u m a
tra querida patria, no sólo un monumento, sino monumentos dignos que pu-
Pompilio, un Bruto, un Justiniano, un Alejandro, etc., etc., quienes, cada uno
bliquen para las generaciones que están por venir, las virtudes de ese héroe
por su parte, cooperaron con su valor, ciencia y constancia para alzar desde sus
que, cual otro Germánico, merece ser cantado en los himnos de los Sálios, y ser
cimientos ese edificio social, cuyos benéficos resultados de progreso y civiliza-
llevada su estatua en procesion, cual la de este romano, en tocias las fiestas
ción han llegado á sus pósteros, en cuyo número nos hallamos nosotros. ¿Y
populares.
qué hicieron en justicia los contemporáneos de esos genios de la guerra, del
saber y de la actividad? Nada, ó casi nada, en favor de aquellos, hasta que las Sí, ese ilustre hijo del Sur, cual otro Cincinato, aquel campesino romano
generaciones que los siguieron han reconocido el mérito y dado á cada uno el que sólo á la hora del peligro en que su patria se hallaba, deja su azada en
lugar de honor y gloria que le corresponde. su tierra ele labranza, sacude el polvo de sus vestidos, limpia el sudor de su
rostro, viste la loriga que se le presenta, y ocurre presuroso á la defensa de
¿Qué se hizo con Galileo, Colon, Guttemberg, y otros muchos genios escla-
su pueblo que lo llama; á nuestro libertador también, el eco del grito de In-
recidísimos que nos legaron tan sabios descubrimientos, como son el de la re-
dependencia en Dolores le sorprende labrando sus tierras en la Hacienda ele
volución y rotacion de nuestros planetas, el del Nuevo Mundo y el de la im-
Chicliihualco; y aunque muy joven, se enciende en su pecho el santo amol-
prenta? ¡Infamia! Fueron tenidos como locos y charlatanes, y hasta conde-
de libertad, y deja el araclo y va presuroso á tomar participio, con sus her-
nado alguno de ellos como hereje. Pero despues, el mundo entero se descubre
manos, en la lucha emprendida para salvar de la dominación española á
y se inclina reverente ante las gigantescas figuras de esos dioses de la ciencia
nuestra queridísima y nunca bien ensalzada México.
de los milagros.
Despues, cuando dirige los destinos de ésta, dice también como Adriano:
Por último, Washington, Bolívar, Lincoln, Hidalgo, Juárez, Bravo, etc., m e
I propongo gobernar la República, de modo (pie se vea mi acuerdo de que no
fueron los apóstoles redentores de este nuevo Continente americano. ¿ Y qué
" es propiedad mia, y que sólo soy su administrador en nombre de la Nación,'"
se ha hecho hasta aquí que fuera digno y correspondiera á su encumbrada glo-
P o r eso, agradecidos sus hermanos redimidos, hoy asistimos á esa fiesta que
ria, conquistada con tantos sacrificios? Los pueblos americanos nuestros her-
en esa su tierra natal se le consagra, al levantar un monumento conmemora-
manos, tal vez tengan mejor derecho á respondernos nuestra pregunta, porque
tivo al recuerdo del centenario del nacimiento clel benigno y magnánimo hijo
en algo han cumplido con su deber de gratitud liácia aquellos padres de la Pa-
de Guerrero, á quien con razón llamaríamos "el moderno Germánico Mexicano."
tria; pero nosotros casi nos hemos dormido, y así olvidado de nuestros héroes,
conformándonos con medio recordarlos cada año, al ruido de la trivial y mal P u e b l a , 1886.

combinada fiesta cívica del 16 de Setiembre, y acercarnos al pié de la tribuna


AGUSTÍN M . REYES.
alguna vez, para oír repetir lo que ya sabemos, por ser tan público y notorio.
Por eso, hoy que el digno gobernante de Guerrero es el primero en tributar
un homenaje merecido á la memoria del inmortal patricio N I C O L Á S B R A V O ,
debemos todos los que nos envanecemos con llevar el nombre de mexicanos,
elevar un voto de gracias á aquel gobernante, y darnos prisa para asociarnos
eléctrica del pabellón de las estrellas, los Estados Unidos del Norte; el Perú
fué saludado en su misterioso lema, y otras varias potencias quedaron defini-
tivamente formadas y reconocidas por tocios los pueblos civilizados de la
tierra.
Estas potencias nuevas y poderosas se saludaron como hermanas, y aliadas
saludaron al Viejo Mundo, que las contempló con respeto, y ordenaron á la
Historia que consignase en sus páginas los hechos grandiosos de sus más es-
clarecidos hijos.
E l genio del valor y de la intrepidez presentó desde luego á la esforzada
JUSTICIA A L M È R I T O Y A L A VIRTUD.
Policarpa Salavarrieta, que siendo un horóscopo su nombre, su anagrama fué
el sencillo pero sublime epitafio de su tumba: "Yace por salvar la patria."
L a modestia y la democracia presentaron á Washington, que despues de
Ningún crimen merece la venganza. haber creado un pueblo de los más poderosos de la tierra, se retiró á cultivar
CASTELAB.
su pequeña heredad, desconociendo la ambición, que jamas entró en su pe-
La brillante luz del incendio que se verificó en la Francia allá en 93, se re- cho generoso.
flejó alumbrando los horizontes del Nuevo Mundo, y se vieron proyectadas E l amor patrio trajo por la mano al inmortal Hidalgo, que supo sacrificar
en el fondo sombrío que velaba el cielo de las Américas, tres figuras misterio- su fortuna y su existencia en aras de su patria.
sas que convocaban al festín de la vida á los que políticamente estaban muer- Y cuando así se hacia justicia en el concurso de las naciones americanas á
tos y yacían sepultados en el espantable abismo de la esclavitud. todos sus hijos ilustres, el ángel de la misericordia, que es el que más se ase-
meja á la Divinidad por su admirable atributo, presentó al inmortal N I C O L Á S
"LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD:" H é ahí los tres símbolos de una
B R A V O ; y al colocar en su cabeza una corona inmarcesible, dijo al universo:
creación sublime, de una metamorfosis social que liabia de dar por resultado
" Este héroe, en los momentos en que supo la muerte de su padre, á quien sa-
el estrepitoso derrumbamiento de los tronos y el nacimiento de las Repúbli-
" criticaron por patriota los españoles, léjos de ejercitar una venganza inno-
cas modernas.
" ble, ofreciendo una hecatombe humana á la sombra ensangrentada del autor
De ese fondo tenebroso, de ese claustro de la muerte, de ese imperio univer-
" de sus dias, abrió las puertas de los calabozos, y en nombre de la ilustre víc-
sal de las tinieblas se levantaron numerosos grupos de hombres nuevos, de ra- " tima, dió la libertad á trescientos de los tiranos que tenia prisioneros."
zas degeneradas, de pueblos independientes y libres, y entonces Washington,
U n grito de admiración se oyó en la tierra, y un liimno de alabanza en el
Bolívar. Hidalgo y otros mil semidioses, como los hubieran clasificado los ro- cielo; los poetas pulsaron sus liras, los literatos escriben disertaciones admira-
manos, levantaron naciones fuertes y felices en donde sólo reinaba el silencio bles, y yo, el más pequeño de todos los admiradores, pero igual á tocios ellos en
del sepulcro y el pánico terror de la más horrenda tiranía. patriotismo, me atrevo á escribir estos mal trazados renglones para un al-
E r a preciso que cruzara rugiente y devastando la tempestad por un suelo bum, que debe ser un timbre de orgullo, de honra y de gloria para el siempre
hasta entonces estéril; necesario fué que se desatara el aquilón, y que hiciera libre y heroico Estado de Guerrero.
retemblar las montañas y oscurecer las llanuras, para que á su soberbio em-
puje se desplomaran los palacios de los proceres orgullosos é impíos que por P u e b l a , 1886.

tres siglos habian sido los arbitros de la vida y de la muerte de generaciones


BERNARDO M . DEL CALLEJO.
enteras.
Pero pasado el terremoto, desbaratadas las trombas, purificada la atmosfe-
ra v encadenadas las olas devastadoras de las pasiones, bajo el dosel del arco-
iris tricolor, apareció en su solio de brillantes la hermosa México; á la luz
L a Patria es un hermoso trasunto de las doradas ilusiones de la juventud,
de los goces inefables de la familia, de las esperanzas lisonjeras de la anciani-
dad: bajo su influencia todo se anima y engrandece, todo respira actividad y
dicha, haciendo que el hombre reconozca en ella á los séres de quienes recibe
la vida, el idioma, la ternura, la herencia material é inmaterial, para venir á
ocupar el puesto que le corresponde en esa síntesis admirable que se llama la
vicia universal
EL CENTENARIO DE BRAVO.
E n t r e las pasiones humanas la del amor patrio es la principal, porque las
resume todas: por eso, y cuando el mundo, atónito, ha presenciado esos pro-
digios que representan esfuerzos sobrenaturales en la via del progreso y per-
E l Estado que lia sido testigo de tantas glorias, y que lleva por nombre el feccionamiento, ha buscado la causa de ello en la inspiración de esa deidad, á
de un egregio caudillo de nuestra Independencia, se dispone á celebrar de una la que tributan adoracion los pueblos todos de la tierra.
manera digna el primer aniversario del nacimiento del ilustre General D. Ni- Eso supuesto, y cuando pasado el tiempo y disipado el humo del combate,
colás Bravo. se juzga con imparcialidad y sangre fria acerca de las acciones llevadas á ca-
L a ciudad de Cliilpancingo, cuna de esa grandiosa personalidad, prepara bo por hombres de valor indomable y corazon esforzado, que supieron desafiar
sus galas y sus más brillantes atavíos para honrar al héroe que supo pelear la tiranía proclamando á la faz del orbe los eternos principios de la verdad,
y vencer por la libertad de su Patria; y para hacer más hermosa y popular de la justicia y del derecho cuando se procede de esa manera en el estu-
esa fiesta, inspirada por el sacro númen del agradecimiento, el Estado de dio y en las investigaciones históricas, la admiración se convierte en entusias-
Guerrero, por conducto de su digno gobernante, el distinguido General Arce, mo, y el espíritu, seducido por el prestigio de lo maravilloso, quiere ver más
convoca é invita para el efecto á todos los que quieran ir á depositar su ofren- de cerca y tratar con más intimidad á esos genios que, evocados repentina-
da en el altar erigido á quien no tuvo otro pensamiento que el de hacer libres mente, han sido la causa de un nuevo pero muy loable y legítimo sentimiento.
y felices á sus hermanos. Los países cultos han consagrado siempre las páginas más hermosas de sus
E l que esto escribe, oscuro é insignificante como lo es, pero admirador sin-
fastos históricos, á la recordación grata de los hechos memorables; y sus poe-
cero del mérito, ocurro á ese llamamiento, y con el corazon henchido de gra- tas y sus artistas, y sus filósofos y sus legisladores, todos, á porfía, se han es-
titud, se adelanta respetuoso á colocar una humilde flor sobre el monumento merado en aplaudir y perpetuar, por medio de la escritura y de las múltiples
levantado á la fama del inmortal Bravo, en justa recompensa á sus virtudes, y variadas manifestaciones del arte, las hazañas dignas de recordación, y ca-
y como homenaje tributado á sus servicios y á su bendita memoria: séale per- paces, por lo mismo, de inspirar el amor á lo bello, el culto á l a virtud, l a
mitido, por lo tanto, el emitir algunos conceptos acerca de un acontecimiento predilección á todo lo grande.
de tanta trascendencia, conceptos que vendrán á producir una nota discordan-
L a independencia de un pueblo, es decir, la entrada de éste en el concierto
te en el concierto de alabanzas y armonías que el talento y la inspiración ha-
de las naciones, para gobernarse por sí propio con arreglo á sus necesidades,
brán de consagrar al valor y al heroísmo.
costumbres y aspiraciones, es el supremo y anhelado bien que Dios puecle pro-
porcionar á sus criaturas: nacido el hombre esencialmente libre, la libertad
% * es el primer atributo de su personalidad, y en esa virtud, nada ni nadie será
capaz ele hacer que desaparezca de su corazon la tendencia hácia ese principio
E l amor de la Patria es un bello conjunto de ideas y sentimientos deposi- de su existencia social.
tados por Dios en el corazon del hombre: ese amor patrio h a producido en L a emancipación de México, ele la Metrópoli española, es un hecho cuya
distintas épocas y en diversos países, milagros de abnegación, de entereza y explicación completa y detallada pudiéramos hallar en el análisis de esas le-
patriotismo. yes sociológicas que rigen á la humanidad: esa idea surgió de una manera
por el triunfo de una idea tan justa como halagadora, enseñó á los pueblos
franca y espontánea, y teta podríamos decir uniforme; pero para realizarla, que aún gimen bajo la odiosa servidumbre, el modo de abatir el orgullo de
no obstante que ella halda llegado á ser una necesidad de la época, habla que los déspotas, reivindicando para los oprimidos los derechos sacrosantos que
superar obstáculos al parecer incontrastables. les concedió la Naturaleza
A pesar de todo ello, Bravo se presentó de los primeros en el campo délos Si se abre la Historia y se registran sus páginas, ahí se encontrarán nom-
independientes, abandonando las dulzuras del hogar y las comodidades de bres deslumbradores, tales como los de Napoleon, César y Alejandro, es decir,
una brillante posicion: su alma impresionable, y templada en el « « 1 de los la infamia, la perfidia y el crimen triunfante.
grandes sentimientos, abrazó con ardor las teoría« seductoras del movimi nto Bravo, al contrario, ha legado á sus compatriotas el hermoso ejemplo del
de Dolores; y ebrio de gozo, y arrastrado por el entusiasmo, muy natural en civismo acrisolado y de la virtud puesta al servicio de una buena causa: ha
sus años juveniles, se lanzó con alborozo en un mundo desconocido, y que, dejado á las viejas y decrépitas sociedades del Antiguo Continente, el espec-
por de pronto, no ofrecía otra perspectiva que la del cadalso. táculo de sátrapas corrompidos, ávidos de sangre y oro, y ha inaugurado en
La tempestad en que se hallaba envuelto arreció de una manera indecible, el Nuevo, en esta tierra virgen de la América, que vió nacer á Hidalgo y á
y entóneos, y de entre los horrores de la tormenta y á la luz de los re ampa- Juárez, el reinado de esos hombres de Estado, eminentemente cristianos, que
r o s s u m ó del fondo de ese caos la figura de nuestro héroe, qmen con la fren- inspirados por el bien, cifran su orgullo en ser, no los verdugos del pueblo,
te de inspirado y la mirada fija en el porvenir, pronunció la palabra sublime sino los servidores de sus conciudadanos.
de m d m para los vencidos; de la misma manera que alia en la cima del Cal-
vario, y muchos siglos atrás, el hombre sin mancha, el justo por excelencia, P u e b l a d e Z a r a g o z a , 1886.

que espiraba en medio de las convulsiones de la agonía, p r o c l a m a b a el olvido


MIGUEL (¡ALINDO Y GALINDO.
de las injurias, la esperanza en una vida mejor, el respeto y la piedad filial,
el amor y la benevolencia entre los hombres
' Supuesto lo que antecede, nada más justo que esa especie de apoteósis con
nue la generación presente, imbuida en las grandes ideas de nuestro siglo,
quiere consagrar la memoria de uno de los hombres que más se distmguieron
en esa lucha épica, conocida en la Historia con el significativo nombre de
« Guerra de Insurrección."
Grecia y Roma, esas dos nacionalidades gigantescas que fueron en su épo-
ca el codiciado emporio de la civilización y de la ciencia, de la poesía y d é l a s
artes bellas, cada una á su vez, y de una manera que hará grata y eterna su
memoria, llenaron sus jardines y sus plazas, sus edificios históricos y sus tem-
plos magníficos, de estatuas y monumentos destinados á contener y trasmitir
á la posteridad, la grandeza ó ilustración de esos dos colosos que constituyen
la admiración de los tiempos modernos.
E n nuestros días, igual cosa están haciendo las naciones que marchan a la
vanguardia del Progreso, pues han «reído, y con razón, que esa clase de de-
mostraciones, á más de ser de rigurosa justicia, envuelven útiles y saludables
enseñanzas para lo futuro.
L a obra de Bravo, de ese ciudadano tan humanitario como patriota, ¿ha
sido sólo benéfica para el país por el cual combatió? j o ciertamente
E s al o-énero humano, á la humanidad toda á quien sirvió, pues al pelear
218 A L B U M DE BRAVO.

IR,
E L ESTADO DE MOKELOS
EL GOBERNADOR DEL ESTADO DE MORELoS,
E N ELI P R I M E E C E N T E N A R I O
JESUS H. PRECIADO,
OFRECE
DE D. NICOLÁS BRAVO. A L GOBERNADOR DEL ESTADO DE GUERRERO,
SR. F R A N C I S C O O. A R C E
ESTAS CUANTAS HOJAS
10 PE SETIEMBRE DE 1 7 8 6 . — 1 0 DE SETIEMBRE DE 1886. P A R A L A CORONA QUE L A NACION MEXICANA
DEPOSITARÁ
EN EL MONUMENTO ERIGIDO E N L A CUIDAD DE CHILPANCINGO,
P A R A CELEBRAR
NICOLAI. BRAVO E L D I A 10 D E S E T I E M B R E D E 1886
MEXICANA. STRENVI. HEROIS. SVMMA. L I B E R T A T E LA FIESTA DEL PRIMER CENTENARIO
REBVS. CLARISSIME. GESTIS DEL GENERAL DON NICOLÁS BRAVO,
PRuESERTIM ESFORZADO HÉROE DE NUESTRA INDEPENDENCIA,
Ufi I P V L C H E R R I M O . QVO. M V N D V M . O B S T V P E S C V I T . F A S C I N O R E POR SU VALOR E N LOS COMBATES
HISPANOS. TRECENTOS. BELLO. CAPTOS Y
È: !
INDVLGENDO. AC. MITTENDO POR EL GRANDE ACTO DE MAGNANIMIDAD
CON QUE ASOMBRÓ A L MUNDO,
SI QVANDONE. EJVS. P A T R E M
PERDONANDO L A VIDA YDANDO LA LIBERTAD
SUMMA PRO. LIBERTATE. ETIAM. CERTANTEM
A F . M. C A L L E J A . S V P P L I C I O . E X T I N C T V M . E L N V N T I A T U M A TRESCIENTOS PRISIONEROS ESPAÑOLES,
; PRIMI. CENTENARH. CONCELEBRANDO. FESTVM C U A N D O SUPO QUE SU P A D R E ,
if,
MODERATORI. GVERRERENSI QUE TAMBIEN B A T A L L A B A POR LA INDEPENDENCIA,
FRANCISCO. O. A R C E H A B I A SIDO SACRIFICADO E N EL CADALSO
SERTIS INTEXENDIS POR EL VIREY
QVJS D O N F É L I X M. C A L L E J A . *
APVD. MONVMENTVM. VRBE. CHLLPANCINGO. ERECTVM
CVNCTA. DEPONET. REIPVBLICJE
IV. LDVVM. S E P T E M B R I V M . A N . i M D C C C L X X X V I
HANC. FOLIORVM. PAVCITATEM
MODERATOR. MORELENSIS
JESVS H. PRECIADO

* Esta dedicatoria se refiere á las ocho siguientes piezas literarias con que contribuyó el Estado de Moreloa
p a r a celebrar el Centenario, por conducto del Gobernador de dicho Estado.
Cuando predomine la fuerza del derecho, y no el derecho de la fuerza; cuan-
do deje de haber oprimidos y opresores; cuando todos los hombres, unidos
por los vínculos de la libertad, comprendan que su derecho es la libertad y su
obligación es la justicia, entonces no habrá guerras.

III

¡TODO P O E L A PATRIA! E n t r e la numerosa pléyade de héroes que produjo nuestra guerra de Inde-
pendencia, aparece rodeada de una aureola de luz la figura del insigne caudi-
llo Don Nicolás Bravo.
Magnánimo y valiente á toda prueba, supo hermanar el patriotismo y el
valor con la generosidad y la clemencia.
i
H é aquí la síntesis de su grandeza.
No hay en su vida una sola mancha: el hombre no es Dios.
¿Existe el patriotismo? ¿No se lia extinguido aún entre nosotros? Propo- El siglo X I X no podia morir sin colocar la primera piedra del grandioso
ner estas cuestiones es como si dijéramos: Ya no existe el amor, ni la fami- pedestal que las generaciones del porvenir deben levantar á los que como él
lia, ni los vínculos de la amistad; el egoísmo reina en lo absoluto; ya no hay consagraron su vida entera al servicio de la patria.
lealtad, ni valor, ni abnegación; ya no hay sentimiento, ni dignidad, ni deco- Leónidas fué la gloria ele Esparta.
ro individual; ni gratitud, ni sangre en las arterias; el alma humana es una Bravo es una ele nuestras glorias nacionales, pero muy especialmente del
utopía, una ilusión, una quimera; el hombre una monstruosidad de la natu- Estado ele Guerrero.
raleza; la virtud no existe; la civilización es una mentira.
Quitad el patriotismo, y el edificio social se desploma.
Aman las aves el árbol donde fabrican su nido para alimentar á sus hijue- IV.
los, y la sombra del bosque donde aletean la primera vez, y el lago de azula-
d a ! aguas donde mitigan su sed: ¿y el hombre dejaría de amar la tierra don-
Los héroes se individualizan: como los astros, tiene cada uno su órbita y su
de vio la primera luz?
brillo particular, girando todos al rededor del refulgente sol ele la Libertad.
II ¿Quién es más gránele? Ninguno.
E l patriotismo y el valor, como toelo lo gránele y lo sublime, tienen un gra-
do supremo ele intensidad.
L a vida de los héroes empieza en el sepulcro.
No es posible traspasar la altura á que llegaron Guillermo Tell y Washing-
A su paso por la tierra dejan una huella luminosa; la gratitud les levanta
ton, Bolívar é Hidalgo.
altares; la historia inscribe sus nombres con letras de oro.
Pero sí pueden las grandes almas igualarles, aunque siguiendo un rumbo
Espíritus superiores que se sobreponen á las preocupaciones de la multitud, diferente.
están prontos á derramar su sangre y á dar su vida por la patria.
Bravo tiene su grandeza propia que nadie puede disputarle.
La guerra es el crisol del heroísmo: toca á la moderna civilización resolver Clemente hasta la heroicidad, supo triunfar no sólo de sus enemigos, sino
el problema, de suprimirla en lo absoluto. de sí mismo.
¿Lo conseguirá? No lo sabemos.
Conmemorar solemnemente el centésimo aniversario de su natalicio, es pa-
garle una deuda de gratitud.
E n 1886 comienza, por decirlo así, la verdadera apoteosis del héroe: ¡ojalá
y encuentre en la posteridad muchos imitadores!
¡Generaciones del porvenir! inclinad vuestra frente con respeto ante la mag-
nanimidad y l a clemencia unidas con el valor y el patriotismo, cuyas virtu-
des quedan personificadas por el héroe de San Agustín del Palmar DON NI-
COLÁS B R A V O !

C n e m a v a c a , 1886. FUGA DE VOCALES.


JOSÉ M A R Í A RAMÍREZ.

SIN A.

E l generoso é ilustre héroe que libertó el indio suelo del dominio ibero, y
luchó impertérrito con ejército del Norte, merece por su proceder distinguido
y noble, respeto extremo, ser visto com® ejemplo digno de seguirse, y obtener
nuestro profundo reconocimiento; esculpiendo su nombre en nuestros pechos,
como escudo que nos libre de sujeción; siendo sus hijos y su pueblo siempre
dignos, generosos, libres é independientes, según nos enseñó el hombre cuyo
recuerdo recibe hoy justo tributo de nuestro respeto, en estos renglones pues-
tos en el libro que el pueblo reconocido le ofrece.

SIN E.

A Nicolás Bravo, cuya conducta admiró al mundo por su magnanimidad,


consagramos hoy la más clara y grata significación, con la cual la Nación to-
da solícita y movida por justa y natural gratitud, paga un tributo á su digno
hijo, por tanto como supo alzar al país, apoyando y luchando con arrojo y pa-
triotismo por principios santos. Tributo justo pagado no sólo con admiración,
sino con profunda gratitud y cumplida voluntad; corona digna, para caudillo
tan admirado por la Nación como por sus contrarios, y cuya conducta y cu-
yos actos han sido motivo cabal y cumplido para glorificar al país y al mis-
mo Nicolás Bravo, inmortal para la Historia.
Conmemorar solemnemente el centésimo aniversario de su natalicio, es pa-
garle una deuda de gratitud.
E n 1886 comienza, por decirlo así, la verdadera apoteosis del héroe: ¡ojalá
y encuentre en la posteridad muchos imitadores!
¡Generaciones del porvenir! inclinad vuestra frente con respeto ante la mag-
nanimidad y l a clemencia unidas con el valor y el patriotismo, cuyas virtu-
des quedan personificadas por el héroe de San Agustín del Palmar DON NI-
COLÁS B R A V O !

C n e m a v a c a , 1886. FUGA DE VOCALES.


JOSÉ M A R Í A RAMÍREZ.

SIN A.

E l generoso é ilustre héroe que libertó el indio suelo del dominio ibero, y
luchó impertérrito con ejército del Norte, merece por su proceder distinguido
y noble, respeto extremo, ser visto como ejemplo digno de seguirse, y obtener
nuestro profundo reconocimiento; esculpiendo su nombre en nuestros pechos,
como escudo que nos libre de sujeción; siendo sus hijos y su pueblo siempre
dignos, generosos, libres é independientes, según nos enseñó el hombre cuyo
recuerdo recibe hoy justo tributo de nuestro respeto, en estos renglones pues-
tos en el libro que el pueblo reconocido le ofrece.

SIN E.

A Nicolás Bravo, cuya conducta admiró al mundo por su magnanimidad,


consagramos hoy la más clara y grata significación, con la cual la Nación to-
da solícita y movida por justa y natural gratitud, paga un tributo á su digno
hijo, por tanto como supo alzar al país, apoyando y luchando con arrojo y pa-
triotismo por principios santos. Tributo justo pagado no sólo con admiración,
sino con profunda gratitud y cumplida voluntad; corona digna, para caudillo
tan admirado por la Nación como por sus contrarios, y cuya conducta y cu-
yos actos han sido motivo cabal y cumplido para glorificar al país y al mis-
mo Nicolás Bravo, inmortal para la Historia.
diable gloria de hacerse, por decirlo así, inmortal para la historia; á él veni-
S I N I. mos gratos y satisfechos, á rendirle homenaje de respeto, presentándole coro-
nas inmarcesibles formadas de los pensamientos nacidos en nosotros por la
E n recuerdo de Bravo, nombre que no nos pertenece sólo á nosotros, con-
memoria de los hechos encaminados no sólo al engrandecimiento de Bravo,
servado como es en los anales de todos los pueblos, por la grandeza con que
smo á dar á la Nación Mexicana renombre y gloria general; deseando halle
supo coronar actos generosos, que con valor grande luchó contra la* armas
siempre en los mexicanos imitación digna del comportamiento de Bravo, cier-
del Norte, durante la guerra que tuvo que sostener el pueblo; béroe ejemplar
tos entonces de la firme conservación de la Independencia Nacional.
que en todos sus actos reveló amor verdadero al hombre, respeto al desven-
turado; colocamos como un homenaje justo nuestros mal forjados renglones, Cuernavaca, 1886.
con el deseo fervoroso de que cuente Bravo entre nosotros, no sólo con séres
que lo enaltezcan, pues que sus hechos para tai objeto le bastan, mas con per- Luis G . NORIEGA.

sonas capaces de ejecutar análogos actos, para obtener el general respeto de


las extrañas comarcas del mundo, en favor de la que cuenta con el gran pla-
cer de ser madre del hombre que, como Bravo, le da común respeto y grande
nombre.

S I N O.

Independiente aún de terribles represalias, dictadas justamente al que su-


fre el pesar de la muerte de un padre*, sabe levantarse á gran altura y llena
el deber que la humanidad sugiere al gentil capitan, valiente é intachable en
su vida; se apresura á defender la Independencia pàtria, y en la lucha grande
y temible, adquiere á la vez, la fama envidiable de ternura, para el que se
rinde, sin manchar jamas su espada en la sangre del que ya está fuera de la
guerra. Ayuda eficazmente en diversas batallas durante la guerra yankee y
hace respetar la Independencia Mexicana en valiente lucha, jefe del fuerte de
Chapultepec, hasta que la suerte mala y adversa hace que se rinda, sin tener
que echarse en cara nada que pudiera desdecir de su valentía acreditada. Imi-
tar á ese gran capitan es deber del que ama verdaderamente la Independen-
cia pàtria, y al darle en esta vez una prueba de gratitud en estas reducidas
líneas, la esperanza de que tendrá quienes fielmente le imiten, anima á quie-
nes saben admirar al general valiente y sin tacha.

SIN U.

A Nicolás Bravo, grande y generoso hijo de la madre patria; admirado no


sólo por nosotros, sino por los mismos contrarios, obteniendo por ello la envi-
10 DE SETIEMBRE DE 1 7 8 6 . — 10 DE SETIEMBRE DE i » .
PENSAMIENTO.

Si fuera posible escribir en el espacio, con diversos grados de luz, cada uno
de los hechos gloriosos de los héroes de nuestra I N D E P E N D E N C I A , la abnega- Entonces fué cuando empuñaste airado
ción de H I D A L G O al proclamarla, la actividad organizadora de M O R E L O S para L a noble espada de espartano temple,
adquirirla, y la magnanimidad de B R A V O al perdonar á sus enemigos, brilla- Y rasgando las sombras del pasado
rían con tal fuerza, que no seria posible á la vista humana contemplar sus Que oprimieran al indio con su peso,
fulgores. Clamaste: "¡Libertad!" y en las montañas
De la misma manera que si al celebrar el primer centenario del N A T A L I C I O Se oyó tu grito, se sintió tu mano,
D E L G E N E R A L DON N I C O L Á S B R A V O todos los mexicanos imitáramos su ejem- Y fueron tus hazañas
plo, olvidando nuestros rencores, no le seria posible al pensamiento calcular Empujes de león contra el tirano.
el grado de prosperidad á que llegaria nuestra Patria.
F u é entonces, ¿no es verdad? . . . .
Cuernavaca, 1886.
Las auras llevan
LÜIS G. MIRANDA. Como un hilo de luz, el pensamiento;
Y el tuyo, generoso,
Cruzó los valles, traspasó los montes,
Cuando en tu oído resonó el acento
Que clamaba, angustiado,
P o r el humilde hogar arrebatado.

F u é entonces . . . .
L a fiereza castellana
Mil víctimas contó para su encono,
Y puso, como estigmas, en la frente
Del indio audaz, del Cura rebelado,
El nombre de insurgente!
Para, enterrar tus penas y congojas.
Mas ¿qué importaba, si de cada peña,
Acaso fuiste mártir del encono
Del pié del árbol, de la arena misma,
De tus propios hermanos,
Del fondo de la e l l a miserable
Y entonces . . . . ¿Qué pensar de tu fiereza
Brotaban y brotaban
Al combatir por ellos
Nuevos brazos que el arma levantaban?
Sin doblegar al sino la cabeza?

Pensar que se detiene en su carrera


Ya tu fe terminó; tu nombre vive . . . .
El rayo destructor, la luz que mata,
Y si el mundo, en su olvido, no proclama
F u e r a negar á Dios ¡vana quimera!
Tu sagrada memoria,
Porque Dios se retrata
N i por tu nombre sin cesar te llama,
E n el humano esfuerzo por la vida;
Duerme en la paz de tu obra . . . .
E n el noble combate
¡Son libres tus montañas todavía;
Por la defensa del principio santo,
Te apellidaste B R A V O , y eso sobra.
Que inventó las Termopilas un dia,
Y otro dia hizo un templo de Lepanto. C u e r a a v a c a , 1880.

E r a tu fe, segura . . . . JOSÉ CASARIN.

Y si por ella .
Luchaste, como bueno, en la pelea
Siempre te acompañó, como acompaña
La estrella á quien navega en la tormenta
O á quien surca los mares de la idea.
F e y corazon bastaron á tu arrojo
P a r a luchar, y si vencerte pudo
Alguna vez la adversidad siniestra,
Nunca quedó en el campo por despojo
L a noble espada que llevó tu diestra

Acaso tu amargura
F u é cruel y pudieron tus pupilas
Arrojar esas lágrimas ardientes
Que hace verter la decepción h u m a n a
Cuando hace de cenizas, aún calientes,
Brotar, terrible, la primera cana.
Acaso en tu cerebro
Surgió la voluntad del sacrificio;
Y árbol ya sin colores y sin hojas,
Pretendiste, ignorado, ir á la tumba
A BRAVO. -A. I B IR, _A_~V~ O .

La faz serena de la mar dormida


E n t r e valientes é ínclitos guerreros
Los fulgores del cielo fiel retrata;
Te distinguiste siempre en la campaña;
-Mas si terrible el noto se desata,
Mas de tu vida la mejor hazaña
Esos destellos rompe embravecida.
F u é perdonar trescientos prisioneros.

Entonces en su seno conmovida


Inmolarlos pudiste cual corderos,
Y sin que nada su furor abata,
Y en su sangre vengar, con cruda saña,
Las ponderosas naves desbarata
L a muerte de tu padre, á quien España
Y amenaza á los astros atrevida.
L a vida le arrancó, hollando fueros.

Pero de B R A V O el pecho generoso,


Cuando la horrible nueva recibiste,
Ora la calma aliente sosegado,
Tu espíritu sufrió gran destemplanza:
O ya con rudo embate y poderoso
—/ Que mueran ellos!—con furor dijiste,

Lo conmueva cual noto desatado


Y pensaste en hacer cruenta matanza;
Ciega la ira, en su tremendo duelo,
Mas una vez ante ellos, prorumpiste:
E n él fulgura la virtud del cielo.
" Idos en libertad: es mi venganza."
C u e r n a v a c a , 1886.
C t t e m a v a c a , 1886.

MANUEL GALLEGOS,
CECILIO A . ROBELO.
A. 13 E A Y O .

A BRAVO.
i

VENCER Y PERDONAR: lié aquí su lema;


E n fila e x t e n s a j u n t o a l a n c h o rio,
H é aquí la hermosa insignia del guerrero, E s p e r a n los d o l i e n t e s e x t r a n j e r o s
L l e g a r l a m a n o del d e s t i n o i m p í o .
Del patricio inmortal que el mundo entero R a s g a n el a i r e a c e n t o s l a s t i m e r o s ;
BRAVO n o es d u e ñ o y a d e su a l b e d r i o ;
Héroe bueno y sublime proclamó. H a b l a s u c o r a z o n , y /-prisioneros:'
Clama en resuelto y conmovido tono,
f'jn nombre de mi padre yo os perdono.
GUILLERMO PRIETO.
Su ambición fué romper nuestras cadenas,
Su premio la conquista apetecida Ese que veis terrible en la pelea
De la preciosa libertad querida Y clemente despues con el vencido;
Del suelo en que su cuna se meció. Que lucha por el triunfo de una idea
, " " ' -- - '" \. Y de propios y extraños es querido;

II Que ocupa en nuestra historia sacrosanta


U n lugar escogido y prominente,
Vencer y perdonar . . . . y cuando España Porque su fama humanitaria es tanta
Al autor de sus dias llevó al suplicio, Que llena la extensión del Continente;
E n cambio del injusto sacrificio,
Trescientos de sus hijos perdonó; Es el campeón que en el Palmar triunfara
Y en Coscomatepec, con su bravura,
Hecho grandioso que imparcial la Historia E l valor mexicano levantara
Conserva en su purísimo santuario, A sorprendente y respetable altura.
Y que hoy al celebrar su centenario
E l pueblo agradecido eternizó. Figura importantísima en la Historia
F u é el gran N I C O L Á S B R A V O , el gran guerrero,
Cuernavaca, 1886. Porque al dar á la Patria honor y gloria,
JOSÉ F L O R E S V A L V E R D E .
L a vida respetó del prisionero.
Celebremos su triunfo, su victoria;
Honremos su valor extraordinario,
Su aplaudida clemencia, su memoria,
Celebrando su augusto Centenario.

C u e r a a v a c » , 1886.

JOSÉ F L O R E S VALVERDE,

NICOLÁS BRAUCK

Pluma de oro neeesitaríase para describir cada proeza de Bravo. A l héroe


de Chilpancingo ya le ban juzgado severos historiadores y ya le han cantado
insignes poetas. Los miopes le han visto de cerca. Y los misterios de aquella
alma grande, debido al finísimo escalpelo de egregios escritores, hánse dejado
mirar á los ojos asombrados del vulgo, así como los astros se manifiestan al
maravilloso alcance del telescopio.
¿Q.uién fué Nicolás Bravo? Esta pregunta, al parecer tan fácil de contesta-
ción, aun no ha sido contestada.
Y no hay temeridad al asentarlo así: unos dicen que fué un héroe, otros
que un hombre generoso, otros que un filántropo. Entre asegurar eso y ase-
gurar una verdad vulgar no hay ninguna diferencia.
Allí está el Palmar, se dirá; allí está San Juan Coscomatepec; allí está el
cadáver de Labaqui, que sólo creyó en la bizarría y temeridad del joven Bra-
vo, cuando vió brillar sobre su frente el acero de los insurgentes Todo
es cierto; pero las acciones del Palmar, de San J u a n Coscomatepec, y la ruda
campaña sostenida en Veracruz contra los soldados de Fernando V I I , no son
sino detalles del cuadro, rasgos brillantes de cuyo conjunto se deduce un todo
esplendoroso, un principio único, lleno de verdad é hijo de esa filosofía de la
historia, que así como es inexorable, es justiciera é imparcial. No es ello un
fenómeno y un aspecto anómalo de los hechos, sino una ley tan eterna y tan
inevitable como lo es la de la gravitación universal, y la del eterno vaivén de
esas aguas del Océano, que borrascosas se agitan hasta estrellarse contra las
áridas rocas de la playa.
Nosotros, por otra parte, no negamos que Bravo haya sido un héroe; no
desconocemos que sea acreedor al dictado de hombre generoso; todo lo con-
Celebremos su triunfo, su victoria;
Honremos su valor extraordinario,
Su aplaudida clemencia, su memoria,
Celebrando su augusto Centenario.

C u e r a a v a c » , 1886.

JOSÉ F L O R E S VALVERDE,

NICOLAS BRAVO.

Pluma de oro neeesitaríase para describir cada proeza de Bravo. A l héroe


de Chilpancingo ya le han juzgado severos historiadores y ya le han cantado
insignes poetas. Los miopes le han visto de cerca. Y los misterios de aquella
alma grande, debido al finísimo escalpelo de egregios escritores, hánse dejado
mirar á los ojos asombrados del vulgo, así como los astros se manifiestan al
maravilloso alcance del telescopio.
¿Q.uién fué Nicolás Bravo? Esta pregunta, al parecer tan fácil de contesta-
ción, aun no ha sido contestada.
Y no hay temeridad al asentarlo así: unos dicen que fué un héroe, otros
que un hombre generoso, otros que un filántropo. Entre asegurar eso y ase-
gurar una verdad vulgar no hay ninguna diferencia.
Allí está el Palmar, se dirá; allí está San Juan Coscomatepec; allí está el
cadáver de Labaqui, que sólo creyó en la bizarría y temeridad del joven Bra-
vo, cuando vió brillar sobre su frente el acero de los insurgentes Todo
es cierto; pero las acciones del Palmar, de San J u a n Coscomatepec, y la ruda
campaña sostenida en Veracruz contra los soldados de Fernando V I I , no son
sino detalles del cuadro, rasgos brillantes de cuyo conjunto se deduce un todo
esplendoroso, un principio único, lleno de verdad é hijo de esa filosofía de la
historia, que así como es inexorable, es justiciera é imparcial. No es ello un
fenómeno y un aspecto anómalo de los hechos, sino una ley tan eterna y tan
inevitable como lo es la de la gravitación universal, y la del eterno vaivén de
esas aguas del Océano, que borrascosas se agitan hasta estrellarse contra las
áridas rocas de la playa.
Nosotros, por otra parte, no negamos que Bravo haya sido un héroe; no
desconocemos que sea acreedor al dictado de hombre generoso; todo lo con-
trario, el concepto elevado que bajo ese aspecto nos merece, justifícalo nuestra Cuando el asesinato de su padre D. Leonardo, oyó aquellos gemidos que
clamaban justicia, miró correr aquella sangre que demandaba venganza
admiración.
Tuvo el vértigo de los pequeños. Las represalias de la lucha brindaban trai-
Buscamos en la personalidad del ilustre mexicano algo más significativo,
dor pretexto para ahogar los rugidos de un corazon zaherido, ultrajado, se-
algo más grande, algo más digno de su nombre y de sus hechos. Si le com-
diento de crimen por el hervor de la sangre . . . . Pero sucedió lo que era de
paramos con Guzman el Bueno, vemos que la acción de éste, al aceptar el sa-
esperarse. L a voz de la revolución dejóse oir, y los horizontes de aquella con-
crificio de su hijo, un niño inocente, tiene mucho de feroz, á pesar del patrio-
ciencia de niño se serenaron con una serenidad infinita. Lo que las malas pa-
tismo que la inspira, y mucho de tenebroso que estremece el corazon; quizá
siones pudieron juzgar tremenda fatalidad, no ñié sino una dicha suprema:
allí anduvo el pérfido grito del orgullo ó los consejos egoistas del amor pro-
Bravo no se pertenecía; Bravo era del pueblo, porque el pueblo se encarnaba
pio, muy característico de rudo castellano.
en él; Bravo, en genuina y sacratísima representación de la más noble de las
Dicen que la venganza es pasión de los dioses, y Bravo, demasiado huma-
causas y ante las naciones todas del orbe, tuvo que ser inmaculado ¡Y
no y harto víctima de su dolor, rechazó tan negra idea, siguiendo el virtuoso
fué inmaculado! Y fué, como dice el historiador, el caballero sin miedo y sin
impulso de su alma, Aquí precisamente es donde nosotros vemos que aquel
tacha de la revolución. P a r a ello tuvo que retorcer sus entrañas, tuvo que
sér extraordinario empieza á cumplir con un destino superior. Bravo se trans-
desgarrarlas sin piedad; mas aquellos girones ensangrentados de su propio
figuró: de individual se hizo colectivo. No representó un hombre sino un
sér, arrojólos con satisfacción y con orgullo al paso de la triunfante y gloriosa
pueblo. Fué un símbolo y encarnó una revolución. Causa defendida por aquel
bandera de los insurgentes! No pudo ofrecer flores perfumadas por ofrenda
hombre jamas podia ser una mala causa, Y este es el aspecto bajo el cual ma-
en el altar de la Patria, pues allí estaban sus lágrimas y su amargura y su
nifiéstase el caudillo más digno de ser glorificado. Combatiendo entonces, di-
sangre . . . .
r í a s e que combatió para el porvenir. Su recuerdo nos dice ahora: "Mirad,
Basta con sondear los misterios del corazon de aquel hombre, para com-
nuestra lucha fué uua lucha santa."
prender que el tesoro más grande que hay en la tierra es la virtud. Esta es
Aquel sér oscuro que surgió de la cueva de Michapa, cual águila altanera
la única perla que difícilmente habrá de encontrar el buzo en el borrascoso
de los escondrijos ignorados de enhiesta roca, llevando el pecho henchido por
m a r de la vida! E l héroe de Chilpancingo se manifestó más valiente triun-
esa brisa libre de las montañas y el cerebro enardecido por aquel sol de los
fando contra el rencor que esgrimiendo la espada. Esto teñia sus manos en
trópicos, mejor que un guerrero fué un predestinado. Si entonces hubo pilla-
sangre; aquello dió celeste aureola á su frente. Ahogar una pasión cobarde
je, allí estuvo Bravo para sostener que el pillaje no fué de la revolución; si
equivale á tanto como sostener desesperada lucha con una serpiente, y la vic-
hubo delincuentes, allí estuvo para decir que ellos no fueron hijos de la causa
toria así alcanzada implica un heroísmo y una santidad. L a serpiente quedó
de Independencia. H a y una barrera, un verdadero abismo entre el delito y la
muerta en las gradas de un cadalso donde no rodaron las cabezas; allí empe-
idea. E l delito es de los hombres, la idea fué del pueblo. Ésta y aquel no se
zó la apoteosis y allí se vislumbraron ya los dinteles de la gloria . . . .
pueden amalgamar, como no se amalgaman el azogue y el cieno. Tienen su
Despues, consumada la gran idea, hubo un intervalo, una nube que no de-
sér aparte. El uno es oscuro, el otro se manifiesta con reflejos de luz y colora-
bemos mirar: pasó el tiempo hasta la elevación de Santa-Anna á la más odio-
ciones de luna. Lo blanco y lo negro se aborrecen como las tinieblas y el sol.
sa dictadura, y Bravo, habiendo luchado por aquellos dias contra los invaso-
Aquí Bravo empieza á cumplir con su grandiosa misión en la Historia. Ma-
res de Norte-América, se ofuscó, se desvaneció, dejando, sin embargo, esa
nifiesta á España y á la posteridad que su causa es grande, porque es la cau-
cauda luminosa, esa estela de átomos de sol y de diamante que los astros y
sa de la autonomía y del derecho; que él sintetiza el fin de la revolución, y
los meteoros dejan, rasgando las tinieblas, al hundirse en las eternas y lóbre-
que esta revolución no lleva otra mira que la de la libertad de todo un pueblo.
gas profundidades del infinito. Realizados tan grandes bienes, fué á morir
¿ H a b í a que sacrificar la vida? A Bravo no le arredró el infortunio. E l he-
como Sócrates . . . . A éste le mató una ley bárbara é inhumana; á Bravo le
roísmo para él 110 fué hijo de las circunstancias, ni de su amor propio, ni de
mató un delincuente.
sus aspiraciones, sino de su deber. Los golpes del más negro destino hubieron
Necesitábase aquel sacrificio como una vindicación de la persona, no del
de embotarse contra aquella alma de bronce.
héroe. Así se acrisoló una conducta de todos los errores y de todas las debili-
dades que, como magistrado, pudieran hacer ligera sombra sobre su vida.
Nadie ignora que á Bravo lo envenenó su médico Avilés Diríase que
esta página negra estaba marcada por una providencia implacable: el predes-
tinado, para venir á la posteridad, tuvo que sentir aquel dolor y tuvo que su-
frir aquella muerte. Napoleon en Santa Elena no encontró una tumba sino
un pedestal Nuevo coloso, como el de Rodas, se levantó sobre aquella
isla, imponiéndose al mundo con su gloria desde los mismos confines del
Océano! . . . .
Hoy se puede decir que Bravo es de nuestra época, y por eso le vemos de- CANTO ELEGIACO
masiado cerca, demasiado humano, demasiado real. Pero la personalidad de
A LA MEMORIA VENERANDA D E L INVICTO
ese hombre tiene derecho á lo fabuloso. Si creáramos un nuevo Olimpo, el SOLDADO D E LA LIBERTAD

fanático amor del pueblo operaría en él una celeste transfiguración: le divini-


zaría, Suponiéndole Júpiter, liabria de trocar el ígneo rayo de las venganzas
por esa antorcha de fuego inmortal que hace luz en los negros abismos de la C. GENERAL NICOLÁS BRAVO.
conciencia y produce arreboles y espléndidas claridades de aurora!

Michoacau, 1886.

IGNACIO OJEDA VERDÜZCO. ¿Qué grita ese canon cada momento


Con voz atronadora por la esfera?
¿Qué dice esa campana plañidera
Con eco funeral hablando al viento?

¿ P o r qué ese pabellón de tres colores


A la mitad del asta levantado?
¿ P o r qué ese pueblo, de llorar cansado,
Devorando en el pecho sus dolores?

E s esa el arma que sonó en la guerra


Y el soldado condujo á la victoria,
Que recuerda sus triunfos y su gloria,
Y estallando en pesar al mundo aterra:

E s aquel bronce que sonó otras veces


Por cada lauro que la sien ceñia
Del patriota guerrero, y hoy envia
Por él al cielo fervorosas preces:
héroe. Así se acrisoló una conducta de todos los errores y de todas las debili-
dades que, como magistrado, pudieran hacer ligera sombra sobre su vida.
Nadie ignora que á Bravo lo envenenó su médico Avilés Diríase que
esta página negra estaba marcada por una providencia implacable: el predes-
tinado, para venir á la posteridad, tuvo que sentir aquel dolor y tuvo que su-
frir aquella muerte. Napoleon en Santa Elena no encontró una tumba sino
un pedestal Nuevo coloso, como el de Rodas, se levantó sobre aquella
isla, imponiéndose al mundo con su gloria desde los mismos confines del
Océano! . . . .
Hoy se puede decir que Bravo es de nuestra época, y por eso le vemos de- CANTO ELEGIACO
masiado cerca, demasiado humano, demasiado real. Pero la personalidad de
A LA MEMORIA VENERANDA D E L INVICTO
ese hombre tiene derecho á lo fabuloso. Si creáramos un nuevo Olimpo, el SOLDADO D E LA LIBERTAD

fanático amor del pueblo operaría en él una celeste transfiguración: le divini-


zaría, Suponiéndole Júpiter, habría de trocar el ígneo rayo de las venganzas
por esa antorcha de fuego inmortal que hace luz en los negros abismos de la C. GENERAL NICOLÁS BRAYO.
conciencia y produce arreboles y espléndidas claridades de aurora!

Michoacau, 1886.

IGNACIO OJEDA VERDUZCO. ¿Qué grita ese canon cada momento


Con voz atronadora por la esfera?
¿Qué dice esa campana plañidera
Con eco funeral hablando al viento?

¿ P o r qué ese pabellón de tres colores


A la mitad del asta levantado?
¿ P o r qué ese pueblo, de llorar cansado,
Devorando en el pecho sus dolores?

E s esa el arma que sonó en la guerra


Y el soldado condujo á la victoria,
Que recuerda sus triunfos y su gloria,
Y estallando en pesar al mundo aterra:

E s aquel bronce que sonó otras veces


Por cada lauro que la sien ceñia
Del patriota guerrero, y hoy envia
Por él al cielo fervorosas preces:
E s la noble bandera mexicana
E n que se envuelve el águila atrevida,
Gota á gota sangrando por la herida
Que abrió en su corazon muerte inhumana:

E s el dolor del pueblo mexicano


Que crece, en vez de mitigarse, ahora;
E s que todo en la patria, todo llora
A l valiente caudillo y al hermano!
A. D. NICOLÁS BRAYO.

Manes de libertad, venid corriendo


A callar el horrísono estampido
Y el congojoso y tétrico sonido
i
De la campana y el canon: abriendo
El inmortal recuerdo de tus glorias
L a nacional bandera, haced que vea
Preste á mi audaz palabra sus fulgores,
E l águila caudal que allí se envuelve
Y que en ella reflejen tus victorias
Que á cobijarnos protectora vuelve
Sus lampos brilladores,
Con su sombra sublime y gigantea,
Como en las faces de empañado prisma
Hace gala la luz de sus colores.
Miéntras México guarda la memoria
De Bravo, en ovaeion indefinida,
Pensando que al morir para la vida
*
H a empezado á vivir para la gloria! * *

M o r e l i a , 1886.
¿Quién soy para cantarte? Yo no tengo
MIGUEL U L L O A .
Ni la armoniosa lira,
Ni el inspirado númen de Tirteo,
Y mi alma, que te admira,
Que tiene por bandera tu trofeo,
Sólo produce débiles acentos
Llevados al acaso por los vientos.

II

Bajo el humilde techo


De una cabana se meció tu cuna;
La dicha te privó de sus celajes,
Te negó su regazo la fortuna,
Y el halago del mundo no fué tuyo,
Mas te adurmieron con su blando arrullo ¡ Qué importa que no ostente
Los cantos de los pájaros salvajes. Los lauros de Minerva en la ancha frente,
Si allá entre los horrores clel combate,
En sus glorias supremas,
• * Al levantar triunfante su estandarte,
Presta á sus sienes eí invicto Marte
Pasaba tu existencia El brillante fulgor de sus diademas!
Ignorada y tranquila. ¡Quién creyera
Que el hombre humilde, el de la oscura vida
Elevaría muy alto la bandera
IV
De la Patria querida! . . . .
Que unido á sus valientes defensores
¿Qué nube es esa que la frente empaña
Lev A t a r í a los brazos vengadores
Del valiente soldado?
P a r a matar al fiero despotismo,
¿ Y por qué ante el hispano prisionero
Sin llevar otro escudo á la pelea
Ya mira con doliente reverbero,
Que la fe del apóstol de una idea,
O ya se lleva la nervuda mano
La confianza inmortal del patriotismo.
Al pomo del acero? . . . .
¡Ahí su padre no existe . . . .
El español le asesinó cobarde,
Y él ha quedado ya huérfano triste! . . . .
III
Sus venas se hinchan! Su cerebro arde!
El pesar y la ira
No sé qué sello en su semblante imprimen
¡Allí el soldado está! Mirad, patriotas,
¡Quiere lavar la sangre con la sangre!
El arrogante Bravo,
¡Quiere vengar el crimen con el crimen!
Que desafiando luchas y derrotas
Marcha con sus intrépidos guerreros
¡Qué abismo tan sublime es la conciencia!
A dar 1a, libertad á un pueblo esclavo,
Cuando en tremenda lucha
A defender sus sacrosantos fueros!
Batallan las pasiones y la idea,
Miradle satisfecho
Y en la noche del alma
Pisando sobre huesos de tiranos,
E l pensamiento humano centellea;
Y vindicadas ya las leyes santas
Cuando desmelenado é iracundo
Del humano progreso,
Venganza pide á voces el delito,
Erguirse, de su triunfo en el exceso,
H a y una luz que á la razón alumbra,
Con las cadenas rotas á sus plantas.
Luz que viene tal vez de lo infinito:
Es la virtud que á la pasión destrona,
E s el héroe sublime que perdona!

AL MAGNÁNIMO
¡Libertador! Tus glorias me conmueven!
Tus heroicas virtudes me enardecen,
GENERAL NICOLÁS BRAVO.
Y arrebatar quisiera de mi seno,
E n el febril trasporte que me alienta,
U n cántico grandioso como el trueno!
Yo quisiera que fueran mis cantares Circula por el tórrido elemento
Como la voz rugiente de los mares! . . . . De la suriana tierra conmovida,
Como las sinfonías de los torrentes, L a ovacion de la Patria agradecida
Que en sonoros arpegios se traducen Que enaltece el humano pensamiento,
Cuando las aguas se despeñan locas! . . . .
Como el eco salvaje que producen Porque recuerda en plácido momento
Al azotar los vientos en las rocas ! Al heroico insurgente que en su vida
Pospuso á la venganza fratricida,
E n Medellin, su noble sentimiento.

Y por eso á su límpida memoria


H o y levanta el suriano redimido,
Sobre el inmoble pedestal del tiempo
"Con el canto inmortal de la victoria,"
Se levanta serena tu figura;
Están bajo tu planta,
El pedestal donde estará esculpido
La nube que en el cielo se arrebola,
E l hecho culminante de su gloria,
Con la ti niebla de la noche oscura,
L a libertad de un pueblo agradecido.
Y es la luz del relámpago tu aureola!
L a sombra de rencores que se alejan
Z u m p a n g o del Rio,
A manchar tu memoria no se atreve, E s t a d o d e G u e r r e r o , 1886.

Y en tu anchurosa frente se reflejan J. SALGADO.

Las grandezas del siglo diez y nueve.

Alorelia, 1886.

CARLOS LÓPEZ.
PARA EL ALBUM.
LA VENGANZA DEL INSURGENTE.

MONÓLOGO HISTÓRICO EN UN ACTO


México, Patria mia, perfecto es tu derecho al respeto del mundo y de la his- ESCRITO PARA EL PRIMER CENTENARIO DEL BENEMÉRITO
toria, miéntras tengas hijos que sean como lo fué el General N I C O L Á S B R A V O ; DE LA PATRIA

él, con su poderosa espada, sostuvo la santa causa de t u Independencia, su-


premo bien de que gozas, y que te conserva en el alto rango de las naciones
soberanas; él operó en un campo d o n d e corría la sangre á torrentes, donde
D. N I C O L Á S BRAVO.
los ánimos estaban siempre enardecidos, donde las represalias eran indefecti-
bles; él mandaba fuerzas beligerantes que le seguían con ciega fe, y que eje-
cutaban sus órdenes sin pensar siquiera en la réplica; él supo que el autor de
sus dias había sido aprehendido y cruelmente sacrificado por el enemigo, y en
virtud de una abnegación sin ejemplo, en virtud de un sentimiento sobrehu- ACTO ÚNICO.
mano, dió luego libertad á sus numerosos prisioneros de guerra; él no reco-
L a e s c e n a e n M e d e l l i n . O c t u b r e d e 1812. E l f o r o r e p r e s e n t a u n a s a l a en el a l o j a -
noció límite alguno, ni al peligro en la lucha, ni á la clemencia despues del m i e n t o d e l G e n e r a l D . N i c o l á s B r a v o . A l f r e n t e del e s p e c t a d o r b a l c o n e s q u e d a n á
la p l a z a . A l a d e r e c h a , p u e r t a q u e c o m u n i c a a l e x t e r i o r . A l a i z q u i e r d a o t r a p u e r -
combate; él vió coronados con el éxito sus esfuerzos y los de sus compañeros t a . E r e n t e á é s t a , u n a m e s a c o n e s c r i b a n í a d e c a m p a ñ a ; a l g u n a s sillas d e p a j a . E n
de armas, sin hacer jamas ostentación ele sus méritos; él ejerció el gobierno l a p a r e d d e l f o n d o , a r m a s y p r e n d a s d e a r r e o m i l i t a r , s u s p e n d i d a s d e sus r e s p e c t i -
v o s c l a v o s . A l a b r i r s e l a e s c e n a , B r a v o en u n i f o r m e , p e r o s i n e s p a d a n i e s p u e l a s ,
con cordura, obró en todo tiempo con suma probidad, y murió resignado y se l e v a n t a d e l a m e s a e n a d e m a n d e d e j a r d e escribir.

tranquilo; pero su nombre no ha muerto, y su gloria fulgura inextinguible.


Tuya es también, Patria mia, pues justamente se identifican los nombres de
ESCENA ÚNICA.
MÉXICO y d e NICOLÁS BRAVO.

Al llegar el Centenario del nacimiento de este héroe admirable, con razón bravo, solo.
lo celebra el Estado de Guerrero donde aquel abrió sus ojos á la luz; con ra-
zón, para perpetuar tan veneranda memoria, erige un digno monumento, y Despues del Palmar, el Puente
se entrega á las efusiones de una muy significativa fiesta cívica. ¡Honor á Del Rey, ¡soberbias jornadas
B R A V O ! ¡Honor al Estado de Guerrero! Que aumentarán el prestigio
Naciente de nuestra causa!
M é x i c o , 1886.
Ya no dirán que mis tropas
IGNACIO CUMPLIDO. Son chusmas desenfrenadas,
PARA EL ALBUM.
LA VENGANZA DEL INSURGENTE.

MONÓLOGO HISTÓRICO EN UN ACTO


México, Patria mia, perfecto es tu derecho al respeto del mundo y de la his- ESCRITO PARA EL PRIMER CENTENARIO DEL BENEMÉRITO
toria, miéntras tengas hijos que sean como lo fué el General N I C O L Á S B R A V O ; DE LA PATRIA

él, con su poderosa espada, sostuvo la santa causa de t u Independencia, su-


premo bien de que gozas, y que te conserva en el alto rango de las naciones
soberanas; él operó en un campo d o n d e corria la sangre á torrentes, donde
D. N I C O L Á S BRAVO.
los ánimos estaban siempre enardecidos, donde las represalias eran indefecti-
bles; él mandaba fuerzas beligerantes que le seguían con ciega fe, y que eje-
cutaban sus órdenes sin pensar siquiera en la réplica; él supo que el autor de
sus dias había sido aprehendido y cruelmente sacrificado por el enemigo, y en
virtud de una abnegación sin ejemplo, en virtud de un sentimiento sobrehu- ACTO ÚNICO.
mano, dió luego libertad á sus numerosos prisioneros de guerra; él no reco-
L a e s c e n a e n M e d e l l i n . O c t u b r e d e 1812. E l f o r o r e p r e s e n t a u n a s a l a en el a l o j a -
noció límite alguno, ni al peligro en la lucha, ni á la clemencia despues del m i e n t o d e l G e n e r a l D . N i c o l á s B r a v o . A l f r e n t e del e s p e c t a d o r b a l c o n e s q u e d a n á
la p l a z a . A l a d e r e c h a , p u e r t a q u e c o m u n i c a a l e x t e r i o r . A l a i z q u i e r d a o t r a p u e r -
combate; él vió coronados con el éxito sus esfuerzos y los de sus compañeros t a . E r e n t e á é s t a , u n a m e s a c o n e s c r i b a n í a d e c a m p a ñ a ; a l g u n a s sillas d e p a j a . E n
de armas, sin hacer jamas ostentación de sus méritos; él ejerció el gobierno l a p a r e d d e l f o n d o , a r m a s y p r e n d a s d e a r r e o m i l i t a r , s u s p e n d i d a s d e sus r e s p e c t i -
v o s c l a v o s . A l a b r i r s e l a e s c e n a , B r a v o en u n i f o r m e , p e r o s i n e s p a d a n i e s p u e l a s ,
con cordura, obró en todo tiempo con suma probidad, y murió resignado y se l e v a n t a d e l a m e s a e n a d e m a n d e d e j a r d e escribir.

tranquilo; pero su nombre no ha muerto, y su gloria fulgura inextinguible.


Tuya es también, Patria mia, pues justamente se identifican los nombres de
ESCENA ÚNICA.
MÉXICO y d e NICOLÁS BRAVO.

Al llegar el Centenario del nacimiento de este héroe admirable, con razón bravo, solo.
lo celebra el Estado de Guerrero donde aquel abrió sus ojos á la luz; con ra-
zón, para perpetuar tan veneranda memoria, erige un digno monumento, y Despues del Palmar, el Puente
se entrega á las efusiones de una muy significativa fiesta cívica. ¡Honor á Del Rey, ¡soberbias jornadas
B R A V O ! ¡Honor al Estado de Guerrero! Que aumentarán el prestigio
Naciente de nuestra causa!
M é x i c o , 1886.
Ya no dirán que mis tropas
IGNACIO CUMPLIDO. Son chusmas desenfrenadas,
Turba que empuja á la guerra
Que sólo al botín aspiran
Cólera desesperada
Y en el desorden se embriagan.
Y va buscando en la muerte
Bien vale por un ejército
De libertad la esperanza.
De esos que vienen de España,
Y sin embargo, es mi orgullo
E l que cuenta entre sus jefes
Esa turba, esa canalla,
Hombres del temple de Palma,
E n que cada hombre es un héroe,
E l que se arroja al combate
Mal que pese á quien la infama
Sin temor á la metralla,
¡ Cuántas veces respondiendo
Y para callar cañones
Con una piedra á una bala,
Los conquista á la arma blanca.
Les vi pasar al través
Chusmas, que así las titulen
De divisiones compactas!
Las legiones veteranas
Las enemigas trincheras
De Labaqui, ellas las vieron
Romper, y poner muy alta
E n el P a l m a r cara á cara.
Sobre la vencida torre
Mas, ¡qué mucho así nos juzguen
Su bandera americana!
Las gentes apasionadas,
¡ Cuántas veces les miré
Si á veces yo mismo encuentro
Bajo una lluvia de balas
Nuestras victorias extrañas! (Pensativo.)
Gritando "viva Morelos"
Ellos, los que nos oprimen
Morir gozosos y cuántas (Con a m a r g u r a . )
Y desprecian nuestra raza,
Me pregunté si no es justo
Tienen tantos elementos
Dar rienda suelta á la rabia,
Como á nosotros nos faltan.
Castigando al enemigo
Ellos abundan en todo;
Con severas represalias.
E n municiones, en armas,
¿ P o r qué tan cruel tiranía
E n disciplina, en pericia,
Con un pueblo, cuya falta
Y, sin razón, hasta en fama.
E s sólo su ardiente anhelo
Nosotros, pobres, desnudos,
De libertad y de patria?
H a s t a ayer míseros parias
¿No son los hombres aquí
E n la esclavitud nacidos
Como los hombres dé España?
Y criados en la ignorancia,
Si la conquista es derecho,
Sin más bien que una existencia
Ellos ¿por qué la rechazan?
De continuo amenazada,
Allá, es honor combatir
Y el seco girón de tierra
Al conquistador que avanza;
Donde apoya nuestra planta, (pausa.)
Y aquí, sacudir el yugo
Tropa al azar recogida,
De la conquista, es infamia! (Pausa.)
A la inercia arrebatada,
Cuando en tal error medito,
Con su instinto por pericia
Encuentro dulce la ingrata
Y su valor por coraza.
Tarea de sembrar la muerte Démonos prisa; bien pronto
E n t r e las filas contrarias La tropa estará en la plaza;
A veces la orden severa H a y que no darles ejemplo
De no dar cuartel, no basta De pereza . . . . (Se c a l z a l a s e s p u e l a s , c i ñ e la espa-
d a y v a o r d e n a n d o sus papeles m i é n t r a s recita los versos
A mi rencor, y la juzgo siguientes).

Débil, por más que me e s p a n t a . . . . Bien ganada


E s preciso: en esta lucha Tienen esta noche de ocio
Muere inútil quien no mata, P a r a que deba acortársela
( V a & s a l i r , y s e detiene. íi l a p u e r t a d e l a d e r e c h a , p r e g u n -
Y no es con la sangre estéril tando:)

Con la que triunfa una causa. ¿ U n correo ? 110 trajo pliegos ?


Sangre por sangre; que corran Qué ¿ Solamente esta carta ?
E n rios, pero unidas ambas; Bien, que descanse, y que espere
Que si hoy cantamos un triunfo Por si debo contestarla.
Será derrota mañana
( V u e l v e & l a e s c e n a , r o m p e el s o b r e , y ü n t e s d e s a c a r l a
Pero, ¿por qué reflexiones (Natural) c a r t a se dirige al espectador.)

Tan negras y tan amargas, No sé qué sentí al romperla,


Cuando sonrie la victoria, Cual si mi mano temblara
Intempestivas me asaltan ? ¿ E s que el ánima presiente?
Aun no he encontrado peligro ¿ E s que hoy todo me acobarda?
Que contuviese mi marcha; (Mira a t e n t a m e n t e l a cubierta.)

Y he inmolado ante el deber Tehuacan es de Morelos


Mis afecciones más caras Tan pronto! mucho me extraña!
Tranquila está la conciencia, O á mí me engaña el instinto,
Y mi bandera sin mancha; O trae una nueva infausta
Desechemos aprensiones ¿ L e habrá sorprendido Llano?
Que sin razón acobardan. ¿Le derrotó tal vez Águila?
Heroica ó débil, ¿qué importa No es posible; ni reunidos
Cómo cada acción se llama, E n Tehuacan le atacaran.
Si el brazo que la ejecuta Mas salgamos de la duda;
Cede al deber que la manda? Fácil e S . . . . ( E n el m o m e n t o d e d e s p l e g a r l a c a r t a
se oye u n a l t e r c a d o v i o l e n t o y g r a n r u i d o de voces den-
Que cada cual su camino t r o d e l a casa.)
Siga, que es Dios quien los traza:
¡ Cuánta algazara!
Ellos, en guerra de reyes;
¿Quiénes á tanto se atreven?
Nosotros, en guerra santa.
¿No se respeta mi casa?
(Se e s c u c h a r u m o r f u e r a , y B r a v o s e a s o m a a l b a l c ó n d e l
f o n d o p a r a i n q u i r i r su causa: luego v u e l v e & l a escena.)
¿ Qué quieren ? (A u n a y u d a n t e p o r l a p u e r t a d e la
derecha.)

Rumor de gente se escucha ¿Verme y por eso


A h ! mi revista olvidaba! Tanto alboroto? Que salgan
Al punto ¿quieren justicia? Esos tigres sin entrañas,
Y ¿contra quién la reclaman? P a r a castigar al hijo,
Qué, ¿la vida de mis presos ? Al padre la vida arrancan
Nunca! ¿y qué se les achaca? No me han podido vencer
¿ Y llaman, torpes, justicia Y me hieren á mansalva,
A tan mezquina venganza? Atentando á una existencia
Decidles que as guerra noble Que debió serles sagrada!
L a que hacemos á la España,; ¡Miserables! gota á gota
Que es soldado el insurgente, I r á vengando mi rabia
Y no bandido ó pirata. La noble sangre inocente
Decidles que frente á frente Que alevosos derramaran
E n el campo, arma contra arma, ¿ H a n pensado que perdono
Las permito hacer justicia Porque entereza me falta?
E n los di as de batalla, Que tiemblen! á su justicia
Pero que al cesar el fuego, V a á responder mi venganza!
Todos los rencores callan; Zuzúnaga! ( L l a m a n d o . )
Y mancharía sus banderas que las tropas
Sangre entonces derramada. Permanezcan aúu formadas
Que arrojaré de las filas, Con U t r e r a ; que Rincón
Como indigno de formarlas, - Con segura escolta salga
Al que injurie á un prisionero A la prisión, y en capilla
Siquiera sea de palabra. Ponga á los presos; que vaya
Id. (Vuelve á la escena y dice reposadamente.) E l padre Sotomayor
E n muy breves instantes Con él, por si le reclaman.
L a razón y mi amenaza Que, al tocarse la retreta,
• H a b r á n calmado ese efímero Sean pasados por las armas,
Huracan. Yeamos la carta. ct.ee.) E n la plaza de la villa,
E n grupos y por la espalda. (Vuelve.)
" Venegas ha rechazado la oferta del canje. D. Leonardo y sus compañeros
¡Qué iniquidad! P a d r e mió,
han sufrido la pena de garrote que les mandó aplicar el tirano: él mismo
tuvo la audacia de avisármelo. Usando del derecho de la guerra, he man-
Perdón si yo fui la causa
dado pasar á cuchillo los prisioneros de Zacatula: haga vd. lo mismo sin De tu muerte; yo sabia
pérdida de momento, con los que tiene en su poder. Necesitamos dar una Cuánto rigor te aguardaba!
lección severa." Tú sabes que tu existencia
¡Miserables! y yo, necio, E r a para mí tan cara,
A complacer me negaba Que hubiera dado gustoso
La indignación de mis tropas L a mia, para rescatarla.
Que justicia reclamaban Si hubiesen sólo mi sangre
No más clemencia; es un crimen; Pedido, ¿cómo negársela? . . . .

»
Pero querían mi deshonra Mas ¡qué remedio! no soy
Con la traición á mi patria . . . . Yo, sino el jefe que manda:
Y tú, padre, tú el primero Mi deber es la obediencia,
Que me enseñantes' á amarla, Aunque tal deber me mata . . . .
Si yo hubiese consentido, (Se o y e l a m a r c h a m u y c e r c a , y B r a v o s e a s o m a a l b a l c ó n
del fondo.)
Habriasme vuelto la espalda.
Allí están; ¡desventurados!
Caíste! . . . . ya nada puedo
Tal vez la vida esperaban,
Sino llorar mi desgracia,
Y hasta hace quizá un momento
Y desahogar mis dolores,
Les consoló esa esperanza.
Acariciando venganzas.
¡ Cuántas familias sin padres
(Se p o n e d e c o d o s s ó b r e l a m e s a c o n l a c a r a e n t r e l a s m a n o s :
m e d i t a u n i n s t a n t e , y se l e v a n t a luego sobresaltado.) Gemirán tristes mañana!
¡Venganza! . . . . ¡qué es lo que digo! Y ¡con qué vergüenza el sol
¿Así el dolor me arrebata? Alumbrará la matanza!
¿Desde cuándo tan mezquinas Tanta crueldad 110 es derecho!
Ideas concibe mi alma? Tal justicia no es humana!
¿Vengarme? . . . . y ¿quiénesserian La misma victoria tiembla
Las víctimas que aplacaran Ante ese océano de lágrimas . . . .
L a indignación que en mi pecho No morirán . . . . esta orden
Encendió pena tan bárbara? Que sólo el dolor dictara
Las más culpables cabezas De Morelos, no soy yo
E s t á n para mí muy altas, E l que debe ejecutarla . . . .
Y adonde llega mi enojo Perderé, si no obedezco,
Llegar no puede mi espada . . . . O la cabeza ó la banda:
¿Qué importa? simple soldado
(Se o y e u n t a m b o r d e n t r o . )
Sabré morir por mi patria.
Zuzúnaga (A l a p u e r t a l a t e r a l . )
Zuzúnaga, ( L l a m a n d o con viveza.)
¿á dónde va
que conduzcan
Ese piquete que marcha? . . . .
A los presos á esta sala,
¿Conduce á los prisioneros
Quiero que, ántes de morir,
A la capilla? . . . . (vuelve) Olvidaba
Sepan por qué se les mata.
Que he dado órdenes de muerte
(Se s i e n t a & l a m e s a y s e p o n e & e s c r i b i r p r e c i p i t a d a m e n t e ,
Y ya van á ejecutarlas. (Pensativo.) h a s t a que custodiados p o r gente a r m a d a , e n t r a n , dos
á. d o s , los presos.)
¡ Segar trescientas cabezas . . . .
Pensarlo sólo me espanta ! . . . . No os hice llamar aquí
Y vacilo . . . . esa hecatombe Por saciarme en la desgracia;
No puede darnos ventajas . . . . Ni cólera encontraréis,
¡Si es abusar de la fuerza! Ni rencor en mis palabras.
¡Si es cometer una infamia! L a ley de la guerra impone
Obligaciones bien arduas; E s adverso á nuestras armas;
Como soldados, sabéis Si al fin vencida sucumbe
Que mi deber es llenarlas. De la América la causa;
Aprehendido en San Gabriel, Cuando dominéis triunfantes
Fuera de lucha y sin armas, E n las ruinas de mi patria,
F u é mi padre, y de Yenegas Pensad que debeis la vida
Bajo el poder se encontraba. A una insurgente venganza!
Morelos, por esa vida, ( L o s p r i s i o n e r o s s e a r r o j a n & los p i é s d e B r a v o . Telón
Cual de patriota sagrada, rápido.)

Ofreció en canje las vuestras,


M o n t e r e y , 1S86.
Como es en la guerra práctica.
Por una cabeza, mil EM. GOROSTIETA.

Rechazó, en nombre de España,


E l tirano, y sus verdugos
Dieron placer á su rabia.
Poco pesó vuestra vida
De Venegas en el alma,
Ávida de ver rodar
Aquella cabeza cana . . . .
Y así os condenó á morir
Quien vuestros derechos guarda,
Provocando altivo y cruel
La sangrienta represalia.
Está, pues, vuestra sentencia
Por el virey pronunciada,
Y debo de orden suprema
Ahora mismo ejecutarla . . . . (Pausa.)
Pero la sangre vertida
Es de mi sangre, y por nada
L a vengaré de otra suerte
Que en los campos de batalla-
Desde este instante sois libres;
I d donde mejor os plazca:
(Entrega al j e f e de la escolta la órden que escribía cuan
d o l l e g a r o n l o s presos.)

Tal vez en vuestros hogares


Con impaciencia os aguardan.
Id, y si el dios de la guerra
sangriento que debia preceder á la emancipación política de México, y muy
pronto D. Leonardo, D. Víctor, I). Máximo, D. Miguel y D. Nicolás Bravo
se sintieron impulsados por una fuerza misteriosa que los atraía á la revolu-
ción. Pero no anticipemos los hechos.
D. Nicolás Bravo vió la luz primera en la ciudad de Chilpancingo (hoy ca-
pital del Estado), el 10 de Setiembre de 1786, á juzgar por su hoja de servi-
cios que hemos tenido á la vista, por la inscripción de la lápida mortuoria que
APUNTES BIOGRÁFICOS
cubre sus restos, y por las formales aseveraciones de sus parientes próximos,
DEL I L U S T R E G E N E R A L á falta de otros datos más ciertos, pues han desaparecido los archivos parro-
quiales relativos á la época probable del nacimiento del héroe.

D. NICOLAS BRAVO. Sus primeros años debieron resbalar en las infantiles recreaciones de la ni-
ñez. Y a en edad propia para recibir la instrucción elemental, su tio D. Víc-
tor, hombre ilustrado y de liberales ideas, le enseñó á leer, escribir y algunas
nociones de aritmética, despues de cuyo aprendizaje pasó al lado de un vir-
Ardua es en verdad la tarea que nos liemos impuesto, al pretender reseñar tuoso sacerdote que vivía en la hacienda de Mazatlan, inmediata á Chilpan-
los actos más salientes de la vida de un hombre que legó á la posteridad el cingo: allí aprovechó lo bastante para dedicarse á más serios estudios en la
imperecedero recuerdo de sus altas virtudes patrióticas; pálidas las más elo- carrera eclesiástica, para la que no tenia vocación, como lo manifestó á su pa-
cuentes frases que pudieran brotar de uuestra débil pluma, en loor del héroe dre, quien viendo contrariados sus deseos, lo mandó á trabajar en clase de
cuyo nombre h a recogido la Historia para escribirlo en su gran libro con le- operario á su hacienda, de Chichihualco, dando órdenes al mayordomo para
tras d e diamante. Pero si esto es así; si al emprender nuestro atrevido vuelo que le empleara en las m á s rudas fatigas, procurando por este medio incli-
hasta las purísimas regiones donde reposa en excelsa beatitud el genio del va- narlo al sacerdocio. Tal medida se llevó á cabo estrictamente; mas sólo se
ron esclarecido, p o r quien trazamos estas líneas, empaña nuestro aliento las aventajó que el futuro y apuesto insurgente desarrollara notablemente sus
auras de gloria que le circundan, justifique al ménos nuestra osadía, la noble- fuerzas físicas y se habituara á toda suerte de privaciones, constituyendo este
za del fin que nos anima, al poner á la contemplación de todo mexicano las género de vida una pequeña enseñanza donde aprendió á soportar con resig-
proezas legendarias de los que se sacrificaron por legarnos una patria inde- nación las penalidades que le sobrevendrían más tarde.
pendiente y libre. Persuadido D. Leonardo de la inquebrantable firmeza de su hijo, desistió
de sus proposites, y la distinguida dama Doña Antonina Guevara vino á for-
• sH
mar parte de lá familia Bravo, uniéndose en matrimonio con D. Nicolás, quien
establecido en Chilpancingo, se dedicó al comercio, esperando realizar una mo-
Se deslizaba tranquilo el año de 1810. Apénas comenzado su último tercio, desta fortuna. Esto pasaba á fines de 1810, tiempo en que empezaban á llegar
- estalló en Dolores esa chispa sagrada que conmovió profundamente el palacio por este rumbo las gacetas de México, en las que se hablaba del movimiento
de los vireyes, y fué á repercutirse por todos los ámbitos de la entonces Nue- iniciado por Hidalgo: su lectura entusiasmó de tal manera á D. Nicolás, que
va España. una noche, durante el sueño, comenzó á moverse bruscamente en su lecho, y
Chilpancingo era el lugar de residencia de u n a numerosa familia, cuyos se molestó un tanto con su esposa por haberlo despertado de tan grato sueño,
miembros, alejados de los bulliciosos centros de poblacion, habían formado de en el que se imaginaba andar peleando al lado de los insurgentes. Este inci-
las labores del campo una grata ocupacion. Parecería tal vez que hasta ese dente, que de seguro fué aceptado por él como un mandato del cielo, le hizo
apartado rincón del Sur no resonaría el vigoroso acento de la insurrección. tomar una resolución definitiva, á la sazón que los comandantes de Tixtla y
No fué así por fortuna: el destino tenia designados los actores de ese drama Chilapa excitaban á los Bravo para organizar tropas en favor del Gobierno
vireinal, amagado seriamente con la aparición de Morelos por las costas del Mexcala, con excepción de algunos puntos, movió su ejército hácia el rumbo
Sur. Descle luego trasladó D. Nicolás su residencia á Tlacotepec, so pretexto indicado. Se posesionó de Tlapa; dejó allí una guarnición, y pasó á Chiautla
de mudar temperamento; de allí se dirigió á la provincia de Valladolid en á atacar á Musitu, á quien derrotó (Diciembre 14 de 1811). E n esta acción
busca del gran Morelos; y despues de una penosa travesía por la Tierraca- D. Nicolás Bravo peleó bizarramente en unión de Galeana, á quien acompa-
liente, lo encontró en el pueblo de La Union, y se puso á sus órdenes. ñó en su expedición á Taxco. Muy pronto regresó Bravo á auxiliar á More-
Las pequeñas fuerzas de Morelos se movieron hácia Acapulco, consiguien- los que estaba amagado por Soto Maceda en Izúcar, siendo vencido este jefe
do desalojar del Veladero á los realistas mandados por Carreño; mas por las en la Galarza, debido á la actividad del joven insurgente.
sérias dificultades que presentaba la toma de Acapulco, se aplazó para más Nuestro héroe peleaba cada dia con más ardimiento. Atacó á Porlier en el
tarde tal proyecto, y Morelos, despues de haber librado algunas acciones en cerro de Tenango; estuvo con Morelos en la toma ele Taxco á principios de
varios puntos de la costa, marchó con su pequeña división hácia Chilpancin- 1812; asistió á la acción de la barranca de Tecualoya; participó de la esplén-
go. E n el camino le escasearon considerablemente los víveres, y adelantó á dida victoria de Tenancingo; y por último, se encontró en el memorable sitio
D. Hermenegildo Galeana á solicitarlos á Chichihualco de los Sres. Bravo, de Cuautla, que por sí solo ha bastado para inmortalizar á los caudillos inde-
ocultos en la cueva de Micliapa, cercana á dicha finca. L a llegada de este je- pendientes que resistieron heroicamente por más de tres meses los horrores
fe coincidió con la aparición de la tropa del comandante Garrote, de Chilpan- del hambre y de la sed, así como los estragos causados por el ardoroso clima
cingo, que sorprendió á los soldados de Galeana que se estaban bañando en y los proyectiles enemigos.
el rio, y cuyo objeto era apoderarse de los Bravo, sustraídos á la obediencia
*
del Gobierno. Esta circunstancia decidiólos á lanzarse á la revolución. Las
fuerzas enemigas fueron completamente derrotadas por Galeana y sus valien-
tes compañeros, quienes persiguieron sin descanso á los vencidos hasta Tixtla, A la caballeresca cuanto trágica dispersión de Cuautla, sucedió en breve la
que ocuparon sin dificultad. Morelos llegó á Chilpancingo precisamente cuan- pérdida de casi todas las ventajas alcanzadas en favor de la revolución, pér-
do los Bravo y Galeana seguían la pista á Garrote: unido á ellos, llegó hasta dida que sólo la inquebrantable té de nuestros libertadores pudo contrastar,
Tixtla, en donde dejó una corta guarnición al mando de Galeana y D. Nico- y que les valió una nueva serie de triunfos obtenidos despues.
lás Bravo. E l jefe realista Fuentes, que ocupaba á Chilapa, teniendo noticias Reorganizadas las pocas fuerzas de Morelos en Chautla, comenzó una nue-
de que Morelos se holgaba tranquilamente en Chilpancingo, con motivo de la va serie de operaciones que coronaron los más lisonjeros resultados: recobró
festividad del 15 de Agosto (1811), creyó oportuno sorprender la guarnición á Chilapa por medio de su denodado Galeana; prestó oportuno auxilio á Tru-
de Tixtla, como lo verificó el mismo dia 15, y no obstante la vigorosa resis- jano, sitiado por Régules y Caldelas en Huajuapan, y pasó á Tehuacan. E n
tencia de los sitiados, estuvo á punto de tomar la plaza por escasear las mu- este punto recibió orden D. Nicolás Bravo p a r a ir á atacar á Labaqui, que
niciones á los independientes; mas oportunamente se presentó Morelos á la conducía un convoy de Veracruz; veloz como el rayo, marcha Bravo en bus-
vista del enemigo, que cogido entre dos fuegos, sufrió una completa derrota y ca de su competidor, lo sorprende en San Agustín del Palmar, y alcanza una
dispersión. Fuentes y los pocos soldados que le quedaban fueron perseguidos completa victoria, quedando en poder de los insurgentes algunos cañones,
hasta Chilapa, donde 110 pudieron hacer ninguna resistencia, y siguieron su muchos pertrechos, la correspondencia que venia de España, y doscientos pri-
marcha fugitiva rumbo á T i p a . Ya en esta ocasion se hace notar la clemen- sioneros que envió á la provincia de Veracruz. Volvió á Tehuacan á partici-
cia de D. Nicolás Bravo, quien en unión de Galeana no se ocupaba de otra par á Morelos el resultado de su corta expedición, y salió nuevamente rumbo
cosa que de contener á sus soldados que mataban sin piedad á los dispersos. á Veracruz. E n su camino midió otra vez sus fuerzas con las realistas en el
Con tales victorias, dirigió Morelos sus miradas hácia el Sur de Puebla, Puente del Rey, haciéndoles noventa prisioneros que condujo á Medellin,
con el propósito de poder mover sus tropas por diversos puntos, conforme lo donde situó su cuartel general. Allí recibió la fatal noticia de la muerte de
exigieran las circunstancias de la guerra: en consecuencia, teniendo ya con- su padre, hecho prisionero á la salida de Cuautla, y condenado á la pena de
quistada la extensa zona que se dilata desde la costa del Pacífico hasta el garrote vil por el feroz Venegas, que despreció la vida de ochocientos prisio-
ñeros de guerra que se le ofrecieron en canje. Creyó insensatamente que los cesivamente el teatro de sus operaciones militares. E n este último punto se
espectáculos de sangre pueden sofocar las aspiraciones á la libertad de un pue- vió obligado á resistir un formal sitio de más de treinta dias, dirigido por je-
blo esclavizado por tres centurias. ¡Cuánto se engañó! Sucumbe Hidalgo, fes de renombrada pericia militar, tales como Andrade, Conti, Cándano y
Allende, Aldama y Jiménez, y aparece Morelos; mueren trágicamente D. Leo- Águila, quienes encontraron la posicion de Bravo en tal estado de defensa,
nardo Bravo, Matamoros, Galeana, Morelos, Mina y Pedro Asencio, y so- que juzgaron muy difícil tomarla por asalto. Habiendo escaseado los víveres
y municiones, se pensó en abandonar el cerro, cuya ingeniosa salida merece
breviven para consumar la grande obra las arrogantes figuras de Guerrero y
ser ligeramente referida. Sin comunicar á nadie sus intenciones, una noche
Nicolás Bravo.
dió Bravo órdenes para que se pusiesen luminarias en todo el campamento y
se ataran perros á las campanas que servían para las rondas, á fin de que el
enemigo "no sospechara el abandono del punto, evacuado en seguida con toda
la tropa y los moradores de la poblacion, por un camino excusado. Los sitia-
Toda una larga noche de inexplicables dolores consagró I). Nicolás á su in-
dores, despues de tantos dias de asedio, en el que se gastaron grandes sumas
fortunado padre, evocando en amarguísimos trasportes de tristeza, los recuer-
y se sucedieron tantos jefes, alcanzaron como fruto miserable un cerro aban-
dos de su ántes tranquilo y abandonado hogar, arrullado por las celestiales
donado que para nada les servia. Entretanto D. Nicolás Bravo, sin ser mo-
caricias de sus padres. Pagar de alguna manera por un acto de justa indigna-
lestado en su camino, llegó, al cabo de tres dias, á Huatusco.
ción tamaño proceder del tirano, debió ser el pensamiento que le ocupó toda
esa noche, y que le tuvo en constante indecisión sobre si daria ó 110 cumpli- P o r este tiempo (Octubre de 1813) el genio belicoso de Morelos le sugirió
la conquista de Valladolid (hoy Morelia). P a r a tamaña empresa era necesa-
miento á la orden de Morelos, relativa al fusilamiento de trescientos prisio-
rio hacer converger á un solo punto las fuerzas diseminadas de los principa-
neros españoles que tenia en su poder. Esa alma generosa de Bravo, toda ter-
les jefes de la revolución.
nura y bondad, no era posible que se inclinara al primer extremo, no era
posible que viera en un momento apagarse tantas vidas, ni que endureciera Bravo tuvo que abandonar el territorio donde alcanzara tantos triunfos, pa-
los oídos á sus postreros ayes: da sus órdenes para que todo se aliste como si ra ir á prestar su contingente á Morelos, cuyo ejército llevó á las puertas de
fuera á hacerse la ejecución, enjuga sus lágrimas y se presenta á los presos, Valladolid. Comenzado el ataque desde las lomas de Santa María, á fines de
Diciembre de 1813, y situados Galeana y Bravo en la garita cíel Zapote, la
quienes cargados de grillos y cubierta el alma de tristeza, no osaban levantar
toma de la ciudad se hubiera efectuado sin duda, á no haberse presentado las
la vista ante el joven general. Éste se dirige á ellos, les expone el peligro en
fuerzas de Llano é Iturbide, que derrotaron á las de Bravo y Galeana, y en-
que los habia puesto la conducta del Virey, y la gracia que les otorga conce-
traron en la ciudad. Habiendo salido Iturbide á practicar un reconocimiento
diéndoles una libertad absoluta para que puedan dirigirse á donde quieran.
al campo insurgente, trabó combate formal, y regresó á la plaza con algunos
¡Noble rasgo de generosidad, digno de ser cantado por Homero!
cañones. Como la vuelta de este jefe á la ciudad se efectuó por la noche, y
los insurgentes no se apercibieron de ello, sobrevino la confusion en las filas
y siguieron combatiendo unos con otros hasta dispersarse, abandonando arti-
:!: í! llería y municiones.
Los pequeños restos del ejército de Morelos en vano pretendieron resistir
el avance de los realistas en Puruaran, teniendo que retirarse nuevamente
Hasta aquí hemos visto á Bravo militar á las órdenes del gran Morelos;
al Sur.
ahora vamos á seguirle en sus temerarias hazañas por el rumbo de Veracruz.
E n tanto que Morelos se posesiona de Oaxaca y Acapulco, miéntras instala en Léjos de amortiguarse en el héroe, con las recientes desgracias, el fuego sa-
la heroica ciudad de Chilpancingo el primer Congreso Mexicano, nuestro hé- crosanto que le habia impulsado á la revolución, ardió cada vez con más in-
roe lleva sus armas victoriosas por diversos puntos: Jalapa, el Puente del tensidad, y le dió valor para proseguir esa larga lid que justificó la más santa
de las causas.
Rey, Tlalixcoyan, el puerto de Alvarado y San J u a n Coscomatepec fueron su-
i t

1
unas peñas: pasado el riesgo, tuvo que hacer una travesía de más de treinta
Durante los años de 1814 y 1815, siguió prestando sus importantes serví-
leguas á pié y desfallecido por el hambre, hasta el rancho del Atascadero, don-
cios á la patria. E n Noviembre de este último año acompañó á Morelos en la
de se le proporcionó un caballo para, continuar su camino hácia Huetamo, don-
arriesgada empresa de custodiar al Congreso que se trasladaba á Tehuacan.
de pensaba reunir los dispersos.
Obligados por las fuerzas realistas que les seguían de cerca, tuvieron que em-
Trascurrido algún tiempo, y despues de haber tenido varios encuentros con
p e ñ é un desigual combate en Tezmalaca, donde fué becho prisionero el gran
las fuerzas vireinales, entregó á Guerrero el mando de sus tropas y se retiró
Morelos. Momentos antes de este infausto suceso, viendo Bravo el peligro
al rancho de los Dolores, lugar escondido en la Sierra, para curarse de los gol-
que corria Morelos entre los fuegos enemigos, le bizo presente su deseo de
pes que recibió á su salida de Cóporo. No faltó un miserable que le hubiera'
morir combatiendo á su lado, á lo que contestó Morelos: " V a y a vd. á escol-
delatado á Armijo, quien se apresuró á realizar la captura de jefe de tanta no-
tar al Congreso, que yo poco importo."
ta, poniéndose inmediatamente en marcha por tortuosos senderos hácia el pa-
¡Imán irresistible de la idea! ¡Sublime abnegación del uno y generoso pro-
raje indicado, que mandó rodear por todas partes á fin de que no pudiera
ceder del otro! ¡Almas abrillantadas en un solo haz de gloria, regocijaos! escapársele su presa. El 22 de Diciembre de 1817 fué hecho prisionero D.
¡Vuestra obra está terminada! Nicelás Bravo, juntamente con otras personas notables que lo acompañaban.
í Conducidos todos los presos á Cuernavaca, el vi rey dispuso que fueran pasa-
dos por las armas sin más requisito que la identificación de las personas; pero
habiéndose interesado por la vida de Bravo el mismo Armijo con toda la ofi-
Cumplió Bravo tan delicada misión, logrando llegar con el Congreso á Te-
cialidad, modificó el virey sus órdenes, mandando que á todos se les formase
huacan, de donde se retiró poco despues á Coscomatepec con motivo de los
causa. Trasladado D. Nicolás á la cárcel de Corte de la ciudad de México, su-
disgustos que tuvo con Terán. frió con valerosa resignación una larga y dura prisión, en la que con una ba-
E l grande ascendiente y la alta nombradla de que gozaba por ese rumbo, r r a de grillos en los piés, no podía salir á tomar sol sino sacado en hombros
provocaron los celos de Victoria, quien le suplicó se retirase al Sur donde era de su oscuro calabozo. Confiscados todos sus bienes, su abandonada familia
necesaria su presencia. No era extraño que quien habia dado tantas pruebas de vivía, en la miseria, y él entretenía sus obligados ocios, haciendo cigarreras de
generosidad y grandeza de alma se opusiera á tal insinuación, anteponiendo cartón, de las que sacaba una ínfima ganancia para comprar chocolate y taba-
las comodidades personales á la salvación de su patria. Marchó casi solo en co; y sin embargo, nada pedia, de nada se quejaba, y cuando el virey visitaba
busca del indómito Guerrero, quien le proporcionó pertrechos de guerra y al- la prisión, Bravo le causaba el mismo efecto que un monarca destronado.
gún dinero, despues de haber conferenciado ambos para desarrollar un nuevo
plan de operaciones. Siguió Bravo su marcha; en Cuantía adquirió algunos
recursos y se dirigió luego á Ajuchitlan, donde permaneció algunos chas or-
ganizando nuevas tropas que pronto hizo ascender á más de mil hombres;
con tales elementos se fortificó en Cóporo, y resistió, como otras veces, un lar-
El restablecimiento en España de la liberal Constitución de 1812, trajo con-
o-o sitio que los realistas se afanaban por llevar á feliz término. Acosados los
sigo la libertad de los reos políticos. D. Nicolás Bravo, en compañía de otros
sitiados por el hambre, pues los perros y caballos muertos eran su alimento presos notables, la obtuvo bajo de fianza, yéndose á residir á Cuantía (Diciem-
más regalado, no les quedaba otra esperanza de salvación, en vista de la cos- bre de 1820).
tumbre 0 de los caudillos insurgentes de no entrar jamas en contestaciones
Invitado por Iturbide por medio de una carta qiie le dirigió para que le
deshonrosas con el enemigo, que abandonar la posicion circunvalada por to-
ayudase á continuar la guerra de Independencia, juzgó prudente no contestar-
das partes. Hubo, pues, que tomar una última resolución: dejarse caer por
la, recelando de la buena fe del antiguo rival de los insurgentes, que en su fa-
un derrumbadero llamado las Cuevas de Pastrana, en cuyo acto perecieron
nático furor no les daba otro epíteto que el de rebeldes y descomulgados. So-
muchos de los fugitivos á manos de los sitiadores.
licitada su ayuda segunda vez, se presentó á Iturbide en Iguala, conferenció
Bravo, aunque estropeado por la caida, se salvó por esta vez oculto entre
con él, y éste le confirió el grado de coronel. Cuando le manifestó que no po- de partido en pro de la defensa nacional. El General Bravo abandonó las de-
licias del hogar y acudió al llamado de la patria en peligro; pero esta vez sü
día restituirlo en su antiguo empleo de teniente general, Bravo contestó: "que
astro protector se iba á esconder entre las espesas brumas del cielo de Méxi-
no había ido á solicitar honores ni distinciones, sino á ofrecer sus servicios
co, y sus patrióticos manifiestos no pudieron levantar el espíritu público, bas-
como soldado por la independencia de su patria,"
tante decaído por las desgraciadas acciones ele Palo Alto, Angostura y Cerro
Pronto logró organizar una fuerte división, con la que en unión de Herrera
Gordo. Habiéndosele confiado la defensa de Chapultepec, último reducto de
y de Victoria sometió gran parte del Estado.de México y toda la provincia
las tropas mexicanas, resistió cuanto pudo la toma del fuerte. E n esta. Vez se
de Puebla, con lo que allanó á Iturbide las puertas de esta ciudad, a l a que
aquilató su valor y presencia de ánimo: tranquilo escuchaba, el aterrador es-
" entró con su ejército de las Tres Garantías en són de triunfo. truendo de las baterías enemigas. Habiendo notado los instintivos movimien-
Tocó, pues, en suerte á nuestro héroe la incomparable dicha de arribar al tos de uno de sus ayudantes bastante acobardado, se dirigió á él diciéndole
anhelado puerto despues de tantas borrascas. E l 27 de Setiembre de. 1821, en- con extrañeza: —¿Qué sucede con usted?
tre las entusiastas aclamaciones del pueblo, vio realizados todos sus ideales,
—Señor, respondió el interpelado, las balas pasan muy cerca de noso-
mirando surgir de los carcomidos restos de la antigua colonia, los gérmenes
tros, y . . . .
de la nueva nación vivificados al calor de la libertad.
Pues cuando vea usted venir otra bala, avíseme para esconderme, repuso
el General.

* *
Ya en momentos de consumarse el asalto, se desbandó toda su tropa, espe-
rando él solo el desenlace de tan funestos acontecimientos. Sin ninguna resis-
Si grande habia sido la obra de independer á México de la madre patria, tencia de parte de nuestras armas, ocupan el castillo las fuerzas enemigas,
si inmensos los sacrificios de sus preclaros hijos inmolados ante sus aras, más intiman rendición á su heroico defensor, y éste les indica con un ademan el
grande y difícil aún era la tarea de constituir la nueva nación por medio tle lugar cercano donde habia clavado su espada, pues conceptuaba indigno de su
un sistema de gobierno estable y en armonía con las progresivas ideas del si- grandeza tener que entregarla por sus manos.
glo X I X . De allí esa prolongada serie de agitaciones políticas que han con- L a fama del héroe habia recorrido el mundo; su solo nombre bastó para
movido nuestro querido suelo por más de cincuenta años. que los norte-americanos le hubieran dispensado toda clase de considera-
ciones.
Quien habia sido actor en el drama sangriento de independencia, no podia
ser espectador en la obra de reconstrucción: Bravo continuó siendo el fiel ser- Despues de estas gloriosas escenas, se retiró al Sur á pasar al lado cíe su
vidor de su patria. E n 1828 contribuyó eficazmente á derrocar la primera familia en tranquila paz, los últimos años de su vida.
testa coronada que intentó bastardear las aspiraciones nacionales (nos referi- Dejó de existir el 22 de Abril de 1854, y sus restos venerandos fueron de-
mos al tristemente célebre D. Agustín de Iturbide); desempeñó varias veces positados en la iglesia parroquial de Chilpancingo, frente al altar mayor.
con acierto la primera magistratura de la nación, no obstante las debilidades ¡Tal fué el hombre extraordinario, que al perdonar la vida de trescientos
que se le atribuyen y de las cuales es disculpable, si se atiende á que todos españoles, celebró por sí mismo su apoteosis!
los gobernantes las han tenido, dada la falibilidad humana, así como al espí-
*
t u inquieto y turbulento de su tiempo, en el que los pronunciamientos se sus-
citaban con frecuencia. Jefe de un partido, tuvo necesidad de hacer el papel Hemos terminado á grandes rasgos este humilde trabajo que se nos enco-
de disidente encabezando algún plan político. E n una ocasion en que la cosa mendó. A l abordarlo, no fué otro el móvil que nos guió que el deseo de coo-
pública quedó en manos del partido dominante, tuvo que ir al extranjero á perar con nuestros débiles esfuerzos á la solemnización del primer centenario
saborear el amargo pan del destierro. de Bravo, iniciada por el progresista y patriota Gobernador de Guerrero.
L a desastrosa invasión norte-americana de 47 vino á calmar por breve C h i l p a n c i n g o d e l o s B r a v o s , 1886.
tiempo las guerras intestinas que asolaban el país, haciendo deponer los odios IGNACIO SEVERO CARDENA.
NICOLÁS BR-A-VO. BRAVO EN 1812.

Generoso y leal, noble y valiente, Entiendo que ya se ha dicho, y es una verdad fácilmente demostrable, que la
Combatió por la patria esclavizada, acción sublime de D. Nicolás Bravo, de libertar á trescientos prisioneros espa-
Siendo en su diestra la guerrera espada, ñoles al recibir la noticia de que su padre habia sido ignominiosamente ejecuta-
P a r a el tirano, rayo omnipotente. do por orden del gobierno vireinal, 110 tiene paralelo en la Historia, y levanta al
héroe mexicano encima de los más esclarecidos héroes antiguos y modernos. No
Del gran Morelos ínclito teniente, hay en esto exageración alguna. Basta para convencerse de ello, recordar lige-
Supo alcanzar en desigual jornada ramente las circunstancias del hecho que dió á Bravo tan alto renombre entre
Más de una vez la gloria señalada naturales y extranjeros, entre amigos y enemigos, comparándolo de preferen-
De ceñir los laureles á su frente. cia con algunos de los más celebrados en la Historia romana ó la española.
Consideremos, en primer lugar, los móviles que podían obrar en el ánimo
E n la batalla, intrépido soldado, de nuestro héroe, las pasiones que en él debían ejercer su influjo.
Ejemplo fué de arrojo y de vehemencia Bravo tenia, para ejecutar á sus prisioneros, que conservaba en su poder
Hasta adquirir el triunfo ambicionado. como garantía de la vida de su padre, cuantas sugestiones pudieran arrastrar-
lo á un acto en apariencia de la más legítima represalia, y cuantas excusas
Despues de la victoria, la clemencia pudiera encontrar en los más nobles sentimientos. Tenia el natural deseo de
Que brota de su pecho lastimado, venganza contra el enemigo, pasión terriblemente exaltada por el amor, por
P a r a mostrar lo puro de su esencia. el culto que consagraba á un padre tan venerable, tan querido como para él
lo era D. Leonardo. Tenia hasta el remordimiento de haberle tal vez causado
M é x i c o , 1886. la muerte, rechazando, por dignidad y adhesión á su bandera (ó desconfiando
de la buena fe con que se le proponía), el indulto que le ofreció el Virey, con
EDUARDO DEL V A L L E .
la amenaza de que, si lo rehusaba, su padre seria ejecutado en México. Tenia
(ó así podia figurárselo) l a necesidad ineludible de dar al mundo entero una
satisfacción, una prueba de que amaba tiernamente á su padre, de que no es-
timaba en poco la vida del anciano, por más que la ofreciese en aras del ho-
nor y de la patria; una prueba de que resentía en lo más íntimo del alma el
rudo golpe que le asestaba su enemigo; y para ello era preciso mostrar ente-
fuese á verificarse, y colocados éstos en el centro del cuadro, les manifestó que
reza varonil, vigor, indignación sin limites, ahogando en torrentes de sangre
su padre habia perdido la vida en México en el cadalso, poniendo con tal he-
el remordimiento, la ira, la horrible pesadumbre.
cho el Virey. en riesgo la vida de todos ellos, pues habia recibido orden de
Tenia Bravo la sugestión del patriotismo, que le mostraba como un acto me-
Morelos de quitársela; pero que, muy léjos de ejecutarla, no sólo no ilevaria
ritorio el sacrificio de sus contrarios, conforme á las leyes, bárbaras sin duda,
á efecto la sentencia que les habia hecho saber, sino que á todos los dejaba en
pero admitidas en la guerra para los casos de represalia y de rehenes. Y él
libertad para que se fueran adonde les conviniese; lo que ellos, en el traspor-
no era un moralista, ni un filósofo, ni un santo; era sólo un guerrero, un pa-
te del más vivo reconocimiento por tan generosa conducta, rehusaron, que-
triota, un hijo enloquecido por el dolor.
dándose á su servicio, excepto los pocos á quienes sus negocios obligaron á
Tenia, por último, aun la excusa de la disciplina militar y el justísimo te-
volver á Veracruz . . . . " (Historia de México, tomo I I I , pág. 260.)
mor de disgustar á su jefe, el gran Morelos, quien (por sentimientos y consi-
deraciones de índole diversa) le daba la orden terminante de fusilar á aque- Esta fiel narración, con las calificaciones que envuelve, hechas por un his-
llos españoles. ¿Qué más necesitaba para hacerlo? ¿Qué más quería para toriador nada inclinado al elogio de los.insurgentes de 1812, se halla confir-
excusar y hacer plausible esa conducta, y para justificarla á los ojos de la hu- mada por una carta del mismo Bravo, que el autor publica en su apéndice.
manidad? ¿Quién podía hacerle cargo de ella? Nadie, nadie más que su no- (Doc. núm. 5.)
ble corazon, que enternecido y sangrando al presentársele como en un espejo Prieto, nuestro inspirado cantor patriótico, en su "Romancero Nacional"
la agonía, las postreras angustias de su padre en el garrote, retrocede horrori- pinta aquella escena sublime del modo siguiente:
zado ante la idea de nuevas crueldades, de hecatombes sangrientas é inhuma-
¡ En illa extensa, junto al aneto rio,
nas. Y lucha Bravo, y resiste en aquella noche tremenda precursora del fusi-
Esperan los dolientes extranjeros
lamiento en masa de los prisioneros, ordenado por él p a r a el siguiente dia, Llegue la mano del destino impío ;
¿Cómo evitarlo? Debían arrastrarlo sus instintos de guerrero, avezado á la Rasgan el aire acentos lastimeros ;
sangre, al furor del combate y á la muerte, que mil y mil veces desafiara, que Bravo no es dueño ya de su albedrío,
habia visto dar y recibir en el combate y aun fuera de la acción, en medio de Habla su corazon y . . . . " ¡ Prisioneros ! —
bárbaros tormentos, por hombres como fieras, indisciplinados ó crueles, por Clama en resuelto y conmovido tono—
En nombre de mi padre yo os perdono."
fanáticos del rey ó de la patria.
Mas no; en tan ardua pelea consigo mismo, entre el generoso instinto de su
esforzado corazon y sus hábitos de insurgente, de guerrillero de aquella épo- Tal fué el hecho glorioso, para México y para la humanidad entera, que con
ca ruda y estragosa, con los impulsos é ideas entonces dominantes, dejó Bravo legítimo orgullo podemos señalar los mexicanos en uno de nuestros héroes.
al fin que triunfase el corazon; y en la memoria de su padre ajusticiado, en ese Imposible parece que haya habido compatriotas nuestros que se complacieran
acto de provocacion y de crueldad, no encontró aquel valiente la inspiración en negarlo ó rebajar su mérito; pero á tanto suele arrastrar la pasión de par-
del rencor ó la venganza, sino el dictado sublime de la misericordia. Diría- tido, la cual no sólo atropella con lo que aconseja el patriotismo, sino aun con
se que en la soledad de aquella noche, en medio del silencio y las tinieblas, su lo que estrictamente se deba á la justicia. Da pena vér que D. Lorenzo de
mismo padre vino desde el cielo á sostenerlo en la lucha cuando ya flaqueaba, Zavala, sin referir el hecho mas que de un modo incidental, lo califique así en
y se erigió en su presencia, no como la sombra de Banquo ó la de Hamlet, tono sarcàstico: " Y i r t u d (exclama) digna de un santo padre de la Iglesia,
para anunciar venganza y muertes, sino como un ángel de luz que le inspiraba pero falta notable de un general, que podia sacar mayores ventajas de los
tierno, con mirada celestial, el desenlace divino del perdón. enemigos canjeándolos con otros, ó armándolos en sus filas." (Ensayo sobre
las Revoluciones de México, tomo I , cap. V I I I , pág. 147.) E n su ceguedad
Lo que pasó al dia siguiente de aquella noche memorable, de insomnio y
ni siquiera advierte Zavala que Bravo sacó la ventaja, que él insinúa, de ar-
tortura para el héroe, lo refiere así D. Lúeas Alaman:
m a r en sus filas á los prisioneros, y no por la fuerza, sino por la voluntad en-
"Reservando, sin embargo (Bravo), su determinación, mandó formar la .
tusiasta de ellos mismos, que así se convirtieron en sus más fieles servidores,
tropa á las ocho de la mañana y sacar á los prisioneros como si la ejecución
conozco que la admiración de la antigüedad» á tan severo republicano descan-
sin los inconvenientes de un soldado que odia á su jefe y la causa á cuya de-
sa en sólidos fundamentos. Lo que sostengo es que el género de afectos reve-
fensa se le obliga.
lados en la sentencia que pronunció contra sus hijos, y á cuya ejecución se
Don José María Luis Mora, más imparcial y sólido que el inteligente, si
complació en estar presente, se presta á diversas interpretaciones, no todas
bien muy apasionado yucateco, se expresa en el particular como sigue: " E l
en honra y gloria de aquel varón insigne. La prueba es que Virgilio, no obs-
espíritu de partido ha querido disminuir el mérito de esta acción, suponiendo
tante su entusiasmo poético, atribuye en parte el inhumano proceder de Bru-
gratuitamente ser un puro efecto de vanidad. Nada hay que pueda acreditar
to al deseo inmediato de alabanzas:
semejante suposición; pero aun cuando ella fuese cierta, la acción no seria por
esto ménos heroica ni humana, en un hombre que acababa de saber la muerte
" Vincet amor patrias, laudumque immensa cupido."
de su propio padre; que debia suponerse animado de la venganza tan natural ( E n . l i b r o V I , v e r s o S23.)
en casos semejantes, y á la cual supo sobreponerse; en un hombre, finalmen-
te, que se hallaba rodeado de otros que habian erigido en principio el supues-
N a d a de esto sucede con la conducta de Bravo libertando á sus prisioneros.
to derecho de represalias, y lo aplicaban por el uso frecuente de ejecuciones
E n ella todo es claro, todo puro y hermoso: se ven, casi se palpan los móviles
sangrientas." (México y sus Revoluciones, tomo 4?, pág. 382.)
que lo impulsaron, y no se descubre uno solo bastardo ó ruin, ni un solo im-
Veamos ya otros hechos que por su heroicidad y grandeza pudieran com-
pulso egoísta ó de mero ínteres personal. No puede suponérsele ni aun el de
pararse en la Historia con el que ahora nos ocupa, Apénas deberíamos aludir
la ambición de gloria (bien que fuese tan legítimo), porque era muy dudoso
al de M u l o Scévola, quemándose el brazo por haber errado el golpe al rey
que la alcanzara con un rasgo de clemencia, en aquel período de exaltación y
de los etruscos; primero, porque se duda de la autenticidad del suceso, y se-
ciegas atrocidades de uno y otro bando. Tampoco pudo tener la mira de riva-
gundo, porque, suponiéndolo acaecido, sólo prueba resistencia inaudita al do-
lizar con Morelos, puesto que la gran preponderancia de aquel genio, exclu-
lor físico, y es un acto de crueldad consigo mismo sin objeto y sin razón, un
sivamente guerrero, no había de disminuir por medios semejantes. Lo único
rasgo de despecho brutal por el malogro de un asesinato; que eso fué lo in-
que Bravo podia esperar de su conducta, era el enojo terrible de su jefe, pro-
tentado contra Porsenna, aun cuando tuviese un fin noble y atenuara su feal-
vocado por su desobediencia.
dad la audacia del asesino. No es posible detenerse á comparar un acto de
Incuestionables el desinteres y la magnanimidad de Bravo, su acción brilla
ferocidad insana, por más que su autor buscara la salvación de Roma, con un
y atrae más que 1a. de Bruto, también por otra razón, y es que el dulce méri-
arranque de generosidad que halaga, en vez de herir, los sentimientos hu-
to de la piedad siempre ha de sobreponerse en el concepto de los hombres,
manos.
siempre ha de mover más el corazon, cautivando mejor las simpatías genera-
E l otro hecho que vamos á considerar es el de Bruto, condenando y hacien-
les, que el frió y austero Ínteres de la justicia. Esta nos infunde respeto, en
do ejecutar en su presencia á sus propios hijos por conspiradores. Esto nos
tanto que el otro nos arrebata. H é aquí por qué Bravo, perdonando á sus
admira y sorprende, no tanto porque revela una acendrada devoción á la re-
contrarios generosamente, se presenta con mejores títulos á los ojos de la hu-
pública, cuanto porque nos parece, sentimos, que encierra algo de contrana-
manidad, que Bruto gozándose en el sacrificio de sus hijos por la justicia y el
tural. E l amor á la patria se funda en el cariño á los nuestros, en el amor á
bien público. L a sublimidad del primero es la del cristiano, volviendo bien
la familia. No podemos concebirlo como superior á este último, sino herma-
por mal á sus enemigos; la del segundo es la del hebreo, castigando á los im-
nándolo con la sumisión absoluta, el respeto supremo á la justicia. Cierto que
píos sin distinción, hombres, mujeres y niños, en nombre de la ley y de Jeho-
en el caso de Bruto existían, al parecer, esos nobles sentimientos para justifi-
vá. Y así como se reconoce la superioridad del Evangelio sobre la ley mosái-
car su acción; pero, cuando ménos, seria siempre posible dudar sobre el orí-
ca, ó sobre la moral de los filósofos gentiles, así también debe reconocerse que
gen de semejante fanatismo patriótico, atribuyéndolo á las pasiones que ordi-
nuestro héroe cristiano descuella sobre los paganos sus predecesores.
nariamente lo engendran, la ambición y el orgullo, cuando no sea los rencores
Vamos ahora á examinar otro caso de heroicidad sublime, y éste y a de la
de partido.
historia moderna: el grande hombre que en él figura se llamó Guzman el
No quiero decir que esos móviles fueran precisamente los de Bruto, y re-
Bueno. Durante el cerco de Tarifa por Don Juan, sublevado contra su her- cía de los sitiados. Fairfax, general del ejército del Parlamento, cita á Lord
mano el rey Don Sancho IY, y á la cabeza de un ejército de moros, propúso- Capel, defensor de la ciudad, á una conferencia. E n ella agota inútilmente los
le el sitiado que entregase la villa, ó de lo contrario mataría á un hijo suyo medios de seducción, y al fin hace salir al hijo único de Capel entre soldados,
que tenia prisionero. Pérez de Guzman le contestó indignado que no lo haría, uno de los cuales tiene un puñal desnudo sobre el pecho del niño, á quien
aunque muriese al punto su hijo, y le arrojó su daga para que, si era necesa- amenaza con muerte inmediata si no consigue de su padre que entregue la
rio, con ella le diese muerte. Rasgo ciertamente admirable, que yo no tildaré plaza. " P a d r e mió (exclama el hijo), este hombre no me arrancará una pa-
de feroz, no obstante que, según D. José Quintana, otros han tenido el atre- labra contraria á los sentimientos que me habéis inspirado. Dejad que me
vimiento de hacerlo. Por mi parte creo que el ilustre biógrafo ha sabido vin- asesine; moriré digno de mi padre." Capel le contestó llorando: "Sabes cuán-
dicar á su héroe de la nota de ferocidad ; pero indudablemente el hecho es de to te amo, hijo mió; pero me deshonraría, deshonrándote también, si por tu
causa traicionase á mi Dios, mi rey y mis juramentos." Y se retiró al instan-
la clase á que pertenece el de Bruto, que acabamos de tomar en cuenta.
te. Al advertir el efecto que en sus subordinados produjo esta escena, Fairfax
Ambos demuestran, si se quiere, un profundo y acalorado sentimiento del
respetó la vida del mancebo.
deber, completo fanatismo por la causa que sus autores defendían, bien mar-
cado en la divisa que adoptaron los descendientes de Guzman: " M á s pesa el Este género de heroicidades, sin embargo, se avenía perfectamente con el
rey que la sangre." Probarán igualmente esos hechos un temple de alma su- paganismo, y en su tiempo era inspirado por la filosofía estoica, cuyo princi-
perior, verdaderamente heroico; m a s — y a lo advertimos en el caso de Bru- pal triunfo consistía en infundir á sus adeptos desprecio absoluto al dolor y
t o — tienen los dos algo de inhumano y contrario á la naturaleza. Justiñcanse la muerte; mas no sólo á la muerte y los sufrimientos propios, sino también
sólo por el levantado fin que, con más ó ménos razón, se supone en quienes á los ajenos, porque no conocía la piedad. A h í está la diferencia entre ese
los ejecutaron; pero en sí mismos son harto duros y violentos, demasiado heroísmo y el apoyado en el Evangelio, que hace de la caridad la base de todas
opuestos al modo de sentir de todo padre, de todo hombre, p a r a poder com- las virtudes, la condicion indispensable de toda bondad y grandeza. Así es
como Jesús vino á dulcificar entre los hombres lo que tenia de duro y, por
pararse con la acción humana y generosa de un Bravo; acción cuyo mérito se
decirlo así, brutal la heroicidad antigua, la de aquellos gentiles con entrañas
halla á nuestro alcance, que nos halaga y conmueve, porque no contradice
d e pantera, que se complacían en los espectáculos del Circo, en la carnicería
ningún sentimiento natural, sino, al contrario, los concilia todos, simpatizan-
de los tigres devorando á los cristianos.
do con los afectos más puros y nobles de nuestra alma.
E l rasgo de Alfonso Pérez de Guzman, sacrificando la vida de su hijo á un ¿ Y qué—se dirá—no hay en los anales de otros pueblos un rasgo de mag-
deber militar y patriótico, tiene su paralelo en el de Bravo haciendo el sacri- nanimidad ó clemencia tan desinteresado y meritorio como el de Bravo? Se-
ficio de su padre por dar cumplimiento al mismo deber, que le dictaba rehu- rá tal vez por mi ignorancia; pero yo no encuentro ninguno que le sea com-
sar el indulto, no obstante que Morelos le diera el permiso de aceptarlo. Has- parable en mérito moral, elevación y pureza. Ni los más celebrados de César
ta aquí no existe marcada diferencia entre los dos héroes, y sus dos hechos que motivaron en Roma la erección de un templo á la Clemencia; ni los de
principales á que me refiero, guardan entre sí notable semejanza. L a guardan Tito, que hicieron llamar su reinado las delicias de la humanidad; ni los del
virtuoso Marco Aurelio; ni los de Luis I X el Santo; ni los de Luis X I I , ape-
también con los otros que he citado anteriormente y con otros más, igualmen-
llidado padre del pueblo en Francia; ni los semifabulosos de Tancredo, ó
te encomiados en la historia por advertirse en ellos grande energía moral ó
los de d'Orte y Montmorin, el primero perdonando miles de prisioneros mu-
entusiasta abnegación en favor de una causa.
sulmanes, y los segundos multitud de protestantes que tenían la orden de
H a y en la historia de Inglaterra un episodio no ménos, quizá más sorpren-
sacrificar; ninguno puede competir con el que distinguió á nuestro héroe, por-
dente que el del español Guzman, supuesto que en él brillan dos héroes á un
que para ninguno de ellos fué preciso (ó al ménos no se sabe que lo fuera)
tiempo, siendo uno de ellos un jovencito de diez y seis años. Voy á recordar-
vencer tantos y tan poderosos obstáculos como en el corazon de Bravo se opo-
lo, ya que entre nosotros no es muy conocido, y ejemplos de esta especie cau-
nían al perdón de sus prisioneros.
san siempre en nuestros corazones una impresión tan dulce como saludable.
Trátase igualmente de un sitio, el de Colchester, célebre por la tenaz resisten- Si el heroísmo consiste en vencer obstáculos inmensos para dar el triunfo
al bien con la menor mezcla de mal posible, entonces no cabe duda en que
Bravo se mostró más heroico que Scévola, y que Bruto ó Guzman, ó Lord
Capel. Aun puede asegurarse, que bajo cierto aspecto, lo fué más que el mis-
mo Colon lanzándose á un mar poblado sólo de peligros y de espantos; más
que Hernán Cortés quemando sus naves para obligarse á morir ó vencer. Es-
tos son rasgos de intrepidez admirables, sublimes; pero no importan al mismo
tiempo un acto de virtud, pues pudieran ser efecto de una ambición desenfre-
nada de gloria ó de poder, resultados de un móvil que á los ojos de rígida
VENGANZA DE INSURGENTE.
moral fuese merecedor de censura. " L a raíz del mal se halla en la vanidad
(dice un escritor elocuente), y la raíz del bien en la caridad; de suerte que las
pasiones viciosas son siempre un compuesto de.orgullo, y las pasiones virtuo-
sas un compuesto de amor.' 1 ROMANCE HEROICO.

Convengamos en que si los indicados y otros semejantes, son los más he-
roicos hechos de que se envanece la Historia, no hay ninguno, al ménos en su
especie, que pueda rivalizar con el de Bravo, ni en mérito moral ni en condi-
DOS PALABRAS.
ciones para despertar un entusiasmo puro y virtuoso.
Hoy, al cumplirse una centuria desde el nacimiento de Bravo, séanos per-
mitido proclamar esta verdad ante el mundo entero. No será un arranque de Historiadores y cronistas, prosistas y romanceros están de acuerdo en que
el perdón de los trescientos prisioneros del General Bravo se verificó en la vi-
vanidad mezqiúna, fundada en que el héroe nació en suelo mexicano; pues
lla de San Miguel de Medellin; y no pretendo destruir, ni siquiera refutar, lo
reconocemos que los grandes hombres, sobre todo los que descuellan por sus
que consignan la Historia y la tradición; pero convenia á mis intereses de
sentimientos generosos, pertenecen propiamente á la familia humana, y á to-
autor colocar la acción en otro lugar, para poder tributar un elogio á esos pa-
da ella la honran y ensalzan con sus hechos. Son como otros tantos oasis en
triotas que en el rango de la clase de tropa, consuman actos de abnegación y
medio del desierto, espantoso y árido, que ofrece á los ojos del filósofo la His-
heroísmo, y mueren distantes de su hogar y de su familia, sin que nadie les
toria, ese triste relato de opresiones, vicios y crueldades que afligen ó aver-
consagre despues un recuerdo; ¿y qué mejor ocasion que aquella en que se
güenzan al filántropo. Personajes como 1). Nicolás Bravo en 1812 reconcilian
recuerda el nacimiento de un varón esclarecido? Quise también, como un ho-
con la humanidad al misántropo más sombrío. Su noble figura se eleva sobre
menaje á la memoria del magnánimo General D . N I C O L Á S B R A V O , anatemati-
el campo de nuestra historia nacional como un coloso resplandeciente, como
zar la frecuente imposición de la pena de muerte, que tan pródigamente vemos
el verdadero símbolo de la virtud nombrada Fortaleza, feliz combinación de
llevan á cabo desde el jefe más caracterizado hasta el último jefe de rurales,
valor y constancia ante el peligro con la magnanimidad y clemencia que tan-
y esto sin observar los principios más elementales de un juicio, pues basta en
to ilustran la victoria, muchos casos con la sola identificación de la persona; ¿y qué mejor oportuni-
M é x i c o , 1886.
dad que la de realizarse la glorificación de un héroe que tuvo abnegación bas-
tante para sacrificar agravios propios en aras de la causa que defendía?
IGNACIO MARISCAL.
Por otra parte, si de los cantares del poeta no han de brotar sino simples
relatos sin comentarios y la expresión de sentimientos y deseos propios, déje-
se la tarea á los formadores de crónicas y cierre su boca el que canta, pues no
tiene derecho de importunar á la humanidad con sus lamentaciones, ni mere-
ce los honores de la rima aquello que puede ser dicho y admirado en buena
al bien con la menor mezcla de mal posible, entonces no cabe duda en que
Bravo se mostró más heroico que Scévola, y que Bruto ó Guzrnan, ó Lord
Capel. Aun puede asegurarse, que bajo cierto aspecto, lo fué más que el mis-
mo Colon lanzándose á un mar poblado sólo de peligros y de espantos; más
que Hernán Cortés quemando sus naves para obligarse á morir ó vencer. Es-
tos son rasgos de intrepidez admirables, sublimes; pero no importan al mismo
tiempo un acto de virtud, pues pudieran ser efecto de una ambición desenfre-
nada de gloria ó de poder, resultados de un móvil que á los ojos de rígida
VENGANZA DE INSURGENTE.
moral fuese merecedor de censura. " L a raíz del mal se halla en la vanidad
(dice un escritor elocuente), y la raíz del bien en la caridad; de suerte que las
pasiones viciosas son siempre un compuesto de.orgullo, y las pasiones virtuo-
sas un compuesto de amor.' 1 ROMANCE HEROICO.

Convengamos en que si los indicados y otros semejantes, son los más he-
roicos hechos de que se envanece la Historia, no hay ninguno, al ménos en su
especie, que pueda rivalizar con el de Bravo, ni en mérito moral ni en condi-
DOS PALABRAS.
ciones para despertar un entusiasmo puro y virtuoso.
Hoy, al cumplirse una centuria desde el nacimiento de Bravo, séanos per-
mitido proclamar esta verdad ante el mundo entero. No será un arranque de Historiadores y cronistas, prosistas y romanceros están de acuerdo en que
el perdón de los trescientos prisioneros del General Bravo se verificó en la vi-
vanidad mezqiúna, fundada en que el héroe nació en suelo mexicano; pues
lla de San Miguel de Medellin; y no pretendo destruir, ni siquiera refutar, lo
reconocemos que los grandes hombres, sobre todo los que descuellan por sus
que consignan la Historia y la tradición; pero convenia á mis intereses de
sentimientos generosos, pertenecen propiamente á la familia humana, y á to-
autor colocar la acción en otro lugar, para poder tributar un elogio á esos pa-
da ella la honran y ensalzan con sus hechos. Son como otros tantos oasis en
triotas que en el rango de la clase de tropa, consuman actos de abnegación y
medio del desierto, espantoso y árido, que ofrece á los ojos del filósofo la His-
heroísmo, y mueren distantes de su hogar y de su familia, sin que nadie les
toria, ese triste relato de opresiones, vicios y crueldades que afligen ó aver-
consagre despues un recuerdo; ¿y qué mejor ocasion que aquella en que se
güenzan al filántropo. Personajes como 1). Nicolás Bravo en 1812 reconcilian
recuerda el nacimiento de un varón esclarecido? Quise también, como un ho-
con la humanidad al misántropo más sombrío. Su noble figura se eleva sobre
menaje á la memoria del magnánimo General D . N I C O L Á S B R A V O , anatemati-
el campo de nuestra historia nacional como un coloso resplandeciente, como
zar la frecuente imposición de la pena de muerte, que tan pródigamente vemos
el verdadero símbolo de la virtud nombrada Fortaleza, feliz combinación de
llevan á cabo desde el jefe más caracterizado hasta el liltimo jefe de rurales,
valor y constancia ante el peligro con la magnanimidad y clemencia que tan-
y esto sin observar los principios más elementales de un juicio, pues basta en
to ilustran la victoria, muchos casos con la sola identificación de la persona; ¿y qué mejor oportuni-
M é x i c o , 1886.
dad que la de realizarse la glorificación de un héroe que tuvo abnegación bas-
tante para sacrificar agravios propios en aras de la causa que defendía?
IGNACIO MARISCAL.
Por otra parte, si de los cantares del poeta no han de brotar sino simples
relatos sin comentarios y la expresión de sentimientos y deseos propios, déje-
se la tarea á los formadores de crónicas y cierre su boca el que canta, pues no
tiene derecho de importunar á la humanidad con sus lamentaciones, ni mere-
ce los honores de la rima aquello que puede ser dicho y admirado en buena
prosa; y si de los cantares del poeta no ha de deducirse alguna enseñanza,
alguna máxima, algún consejo, alguna censura, encaminado todo á un buen
fin, déjese cantar á las aves, pues nadie puede igualarlas en sentimiento, be- *

lleza y melodía; déjese á los panegiristas asalariados, pues nadie como éstos
para loar y enaltecer los mayores desaciertos.
Arenas que formáis robusto dique
Además, he tenido en cuenta que escribía un Romance y no una Historia,
E n fuerza de ser tantas,
y de ahí resulta que, con excepción del hecho memorable del perdón de los tres-
Nada importa si sois como los pueblos,
cientos prisioneros, no haya otra cosa en mi composicion, que no sea pura fan-
tasía. Innúmeras y mansas;
E n cuanto á la exactitud é imparcialidad de las pocas apreciaciones que ha- Que brilléis como polvo diamantino
go, no me toca juzgar. Cuando el sol os abrasa,
Nada digo respecto de pobreza y defectos del trabajo, porque jamas he Volviendo á ser arena, y sólo arena,
pretendido ocultar lo que está á la vista: m i insuficiencia. E n la noche callada;
Que en esta vez, como en otra, me disculpe el respeto que guardo á la me- Como los pueblos que parecen libres
moria de aquellos que nos dieron Patria. Con leyes soberanas
Que les dan apariencia de grandeza
EL AUTOR. Cuando es justo el que manda;
Pero si este pronuncia un yo lo quiero,
¡Pobre grandeza humana!
Libertad, pueblo y ley, son, todos juntos,
Arena, polvo . . . . ¡nada!

s §
INVOCACION.
P u r a s y hermosas gotas de rocío
Que elejáis esmaltadas
Bayos de sol, nacidos en Oriente Las verdes hojas del rosal frondoso,
E n corona de llamas, L a bienhechora parra,
Que ilumináis las insondables simas L a sazonada espiga sarracena,
Repletas por las aguas L a mazorca dentada;
Del mar, que azota cuotidianamente Venid también, que sois como el aliento
Las rocas socavadas; Del pobre que trabaja,
Que convertís en iris las espumas Pues que prestáis gustosas á las flores
Que mueren en la playa; Vuestras mejores galas,
Dacl claridad y brillo y valentía Y si queréis brillar por cuenta propia
A mi oscura palabra. Y ver del sol la cara,
A l primer resplandor que llega á heriros
Quedáis evaporadas: Perfume vespertino que despide
Así para otros trabajando el pobre La caléndula blanca,
Su mejor vida gasta, Llégate aquí: sutil como la idea,
Y si quiere salirse de su esfera, Yuela, penetra, embriaga,
Buscando otra más alta, Fascina y enloquece; que te sigan
Cuando le mira airado el poderoso, E n falange sagrada,
Se humilla, sufre y calla. Resplandores, y nieblas, y crepúsculos,
Tempestades y calmas,
Brisas, ciclones, montes y llanuras,
* Abismos y montañas;
Muchedumbres que vengan pisoteando
Coronas destrozadas,
Lorigas rotas, abollados yelmos
Ansia del niño que impaciente corre
Y quebrantadas lanzas,
Fijando las miradas
Fragmentos de cadenas y picotas,
E n el insecto volador que cruza,
Bonetes y tiaras
De deslumbrantes alas;
Y de naciones mil las mil banderas
Que si tropieza sigue su carrera
Flotando sobre un asta,
Y si cae se levanta,
Con un lema que diga á todo el mundo
E l deseo asomándole á los ojos,
"Serémos siempre hermanas;"
Y en la sonrisa franca
Y brote de esa mezcla heterogénea
E l gozo que retoza y culebrea
U n a canción extraña
P o r su boca de grana;
De múltiples cadencias que se buscan,
Eres igual á la ilusión del hombre,
Se encuentran y se abrazan,
¡Oh ansia malhadada!
P a r a formar un todo incomprensible
Pues cuando el niño mira entre sus dedos
Que conmueve y espanta.
E l polvo de oro y plata
Con gritos y suspiros y lamentos,
Que llevaba la pobre mariposa
Blasfemias y amenazas,
E n sus alas de gasa,
Y sonrisas, y lágrimas, y dudas,
L a arroja descontento por el suelo
Temores y esperanzas;
Sin brillo y estropeada:
Así el hombre, nutrido de ilusiones, Y despues, suavizándose las notas,
Si realidades palpa. Suenen ténues y vagas
Los sentimientos nobles y sublimes Como el pió del ave que dormita
Del corazon arranca, Soñolienta en la rama,
Y éste se encuentra herido y moribundo, Como murmurio de naciente arroyo,
Y . . . . palpitante . . . . ¡salta! Como vaivén de palmas;
Y despertados todos los silencios Y las lavas gritaron: "paso libre,
Que duermen eu la nada, Que somos el emblema de la fuerza,"
Resuene, al fin, un himno majestuoso, Las aguas respondieron: "poco importa;
U n patriótico "hosanna," E n nuestro territorio no penetra
E n justa loa del varón egregio Quien da, en vez de razones, amenazas,
A quien mi musa predilecta canta. Quien, en vez de crear, destruye y quema;
Y las lavas al punto se lanzaron
Impetuosas é hirvientes, por sorpresa
I Pretendiendo ganar al enemigo:
Como el corcel herido por la espuela,
Irguiéronse las aguas tumultuosas,
AGUA Y FTJEGO.
Y comenzó la lucha, grande, excelsa
Y las lavas taladran las entrañas
Un poco más acá de Tlalixcóyan, De las aguas que próximas encuentran,
Quedando Medellin á la derecha, Y éstas, en parte, retroceden y huyen,
Las aguas caudalosas del J a m a p a Miéntras otras sucumben como buenas;
Se dividen en forma de Y griega, Y las lavas avanzan deslumbrantes,
Formando en medio de tupido monte, Y al avanzar se tuercen y flaquean,
Ancho y espeso, impenetrable delta, Sintiendo que las aguas van robando
Y de una á otra márgen se levantan E l calor que circula por sus venas;
De oscuras lavas caprichosas crestas, Y en tanto que columnas de vapores
Dejando presumir que de la cima Se escapan de las aguas y se elevan,
Del gran Citlaltepetl, en otra éra, Y en tanto que detonan mil burbujas.
Brotaron mares de candente lava De lavas que abandonan la pelea,
Que recorrieron l a distancia extensa Sigue aquella candente catarata
Hasta el lugar que queda señalado, Entrando á lo profundo de la brecha
Sin duda no menor de treinta leguas, Que forma el álveo del extenso rio,
Y al llegar á los álveos de los rios Pretendiendo llenarlo, cual si ñiera
Se debieron erguir, bravos, soberbios, E l metal en fusión que el estatuario
Y para comprobar la conjetura, Despide sobre el molde. ¡Vana empresa!
H é aquí lo que consigna la leyenda: Que aunque haya material por toneladas,
Aquel inmenso molde no se llena.
Al verse detenidas en su curso • ••t
P o r trasparente y líquida barrera,
U n mugido de lavas arrojaron, De pronto cesan todos los chirridos,
Y las aguas hicieron una mueca De pronto todo movimiento cesa,
Acompañada de ruidosas risas Y nada más se notan los hervores
De travesura y de malicia llenas, De las aguas, que bravas, 110 se aquietan.
Aquella inmensa soledad le abruma,
Y á la entrada del cauce se divisa
Y oyendo el eco de una voz secreta,
Ancha franja de lavas, que presenta
Por miedo, por instinto ú otra causa,
El aire de serpiente quebrantada
Quien nunca rogó á Dios, allí le ruega.
Que sobre sus anillos se refleja;
Y, al irse amortiguando sus colores,
Se va quedando convertida en piedra.
II

Y las aguas triunfaron, como triunfan


¡AY DE DOS VENCIDOS!
E n el mundo las causas que son buenas.
Esas lavas ya muertas, y esas aguas
Tal es en general el rudo aspecto
Tan vivas, ¡qué enseñanza nos presentan!
Que á la vista presenta la comarca
Donde ha de darse fin al gran epílogo
Cuando los pueblos débiles se unen
De un inaudito y asombroso drama:
No hay tiranía que domarlos pueda.
E n el centro del delta que menciono,
¡ Así perezca el invasor maldito!
Cortado, según dije, por las aguas,
¡El poder arbitrario así perezca!
H a y un lugar en forma de herradura,
¡ Ay de aquellos que oprimen y destruyen!
Cubierto, por mitad, de lona blanca
¡ A y de aquellos que abusan de la fuerza! Sujeta en sus extremos por correas
Sacadas de la piel de alguna vaca,
*
O de algún bravo toro, pues el pelo
* í:i
Conservan adherido en una cara:
Cuatro fuertes horcones de zapote
Toda esa historia la adivina al punto
Le sirven de sosten á la barraca,
Quien llega á contemplar por vez primera
Cuyas paredes débiles las forman
Tan agreste lugar; y cuando el vado
Carrizos secos y tostadas ramas;
Se h a logrado encontrar y se penetra
Al frente, y protegida por la lona,
E n un camino estrecho que parece
H a y una mesa de una sola tabla
Cortado en medio de profunda selva
Empotrada en el suelo, y por su vista
De árboles gigantescos, cuyas ramas
L a debieron labrar á punta de hacha.
La luz del sol dividen é interceptan;
Detrás de aquella mesa, y casi al fondo,
Cuando el mortal allí se encuentra aislado
Se ve tendido un catre de campaña,
Ante aquella feraz naturaleza,
E n donde un hombre que en los treinta frisa,
El ánimo se apoca, pero pronto
Si no duerme, parece que descansa;
E l orgullo del hombre se subleva,
Y en uno y otro lado, por el suelo,
Pues sabe que en un caso necesario
Echados en esteras ó en frazadas
Con sus propios recursos sólo cuenta,
Pensativos, durmiendo ó relatando
E indeciso entre dudas y temores,
Cuentos de brujas, duendes y fantasmas,
Aquel silencio montaraz le aterra,
Edificado por la misma planta;
H a y varios hombres repartidos; mientras
Es decir, cuatro horcones, ramas secas,
Otros ni duermen, ni meditan, ni hablan,
Y varias ramas gruesas amarradas
Pues erguidos y mudos como sombras,
De través, con bejuco, y en el techo
El arma al brazo, pasan y repasan;
Algunos haces de reseca paja.
Y son los centinelas que vigilan
Por dentro hay varias camas de carrizos
Y el grato instante del relevo aguardan.
Y en ellas varias gentes acostadas;
¿Qué puesto militar es el que vemos?
Varios cacharros que contienen líquidos
¿Qué tropas hay allí y quién las manda?
Que tienen apariencias de tisanas;
Ese es un campamento de insurgentes:
Y se oyen ayes, quejas y estertores,
Esperad, y verémos lo que falta,.
Y se miran facciones demacradas;
Allí hay heridos, cojos, mancos, tuertos;
Siguiendo las orillas, encontramos
Algunos muestran asquerosas llagas
U n centenar de míseras barracas
Causadas por la, nigua, que penetra,
Más pobres y pequeñas que la otra
De los piés, en los dedos y en las plantas,
Que mencionamos ya: y allí alojadas
Y que llega á causar entre la tropa
Varias gentes de guerra, y también gritan,
Más daño que la pólvora y las balas;
Juegan y comen, bailan, beben, cantan
Más allá, de rodillas junto á un lecho,
E n torno de los puestos de agua fresca,
U n sacerdote de cabeza cana
De tasajo, de mole y empanadas,
Exhorta á un insurgente moribundo,
Donde varias mujeres, en cuclillas,
Y se oye pronunciar estas palabras:
Soplan y atizan las dormidas brasas
— P a d r e , me muero; confesar . . . . no puedo;
Que han de cocer sobre el comal redondo
Quisiera hacerlo . . . . mas la voz . . . . me falta.
L a tortilla olorosa y esponjada,
— N o importa, ¿Te arrepientes de tus culpas
Miéntras otras mujeres amontonan
Con toda contrición?
Sobre el negro metate en que quebrantan
— S í . . . . padre.
El cocido maíz, gruesos bastones
—Basta:
De blanca, suave y remolida masa;
E n el nombre de Dios Omnipotente
Y allá dentro del agua también se oyen
Te perdono y te absuelvo . . . .
Estrépito de voces y algazara
— M a s son tantas .
De varios individuos, que desnudos
Mis culpas . . . .
Muestran su habilidad miéntras se bañan,
— A u n q u e fueran todas ellas
Pues braceando, á lo r a n a ó á lo perro,
Más grandes que las cimas elevadas
O boca arriba, con presteza nadan;
De nuestras cordilleras; numerosas
Y otros, sobre las piedras y en la orilla,
Mucho más que la arena de las playas,
También sin ropa están miéntras la lavan.
Todas han sido al punto redimidas,
Sigamos extendiendo nuestra vista
Todas también te han sido perdonadas:
Y hallarémos escenas ménos gratas:
Dios bendice y sonríe desde el cielo
Allí se mira un galerón extenso
Teniendo en perspectiva privaciones
Al que muere en defensa de la Patria.
Sin cuento, hambres, vigilias, asechanzas,
—¡Padre, me muero! Mi mujer, mis hijos . . . .
Persecuciones, males y fatigas,
¡Ellos eran mi orgullo y esperanza!
La muerte y el olvido . . . . ¡Que Dios haya
Decidles . . . . que morí . . . . pensando . . . . en ellos
Acogido en el seno de su gloria
— ¿ E n dónde están?
El patriótico amor de vuestras almas!
— E n tierras . . . muy . . . . lejanas
H o y no teneis aquí ni un monumento
E n que la ruin generación que pasa
Suena en esto un clarín, y el moribundo
Recuerde vuestro noble sacrificio
Se incorpora en el borde de la cama,
A la generación que se levanta;
Hirsutos los cabellos, anhelante
Pero dormid en paz, llegará el dia
E l aliento, hosca y fija la mirada;
E n que cada ciudad tenga una plaza
Extiende el brazo rígido y enjuto,
Donde haya esta inscripción que perpetúe
Como si algún objeto señalara,
Vuestra memoria venerada y santa:
Y exclama con voz ronca, estertorosa:
" A los héroes sin nombre que murieron
"¡Allí están! . . . . ¡A las armas! ¡A las a r m a s ! "
Por darnos honra, libertad y Patria."
Y fué ese esfuerzo su postrer esfuerzo,
L a voz de alarma su postrer palabra,
Como si, al irse á separar del mundo, *

Quisiera que su espíritu velara


E n aquel desigual rincón de tierra,
Aquel clarín que el moribundo oyera,
Imágen de la patria esclavizada.
Oyéronlo también en sus moradas
Murió el patriota; el sacerdote mismo
Todos los insurgentes; y al oirlo
Los párpados le cierra, y con cristiana
Dijeron: " E s la orden de la Plaza,"
TJncion, entona el triste " d e profundis"
U n a hora despues en los cuarteles
Que á los difuntos el ritual señala;
Claro resuena el toque de llamada,
Se retira, por fin, y se aproximan
Y de todos los puntos presurosa
Dos hombres con petates y reatas,
Llega la gente que se encuentra franca;
Envuelven el cadáver y lo lian;
Y tal parece aquello una colmena
Quedaron listos féretro y mortaja;
De donde las abejas espantadas
Y al ver el fardo aquel nadie creyera
Huyeron, y regresan atraídas
Que entre sus ligaduras encerrara
Si el colmenero toca la campana.
Los despojos de un héroe, convertidos
Los oficiales van formando grupos
E n gigante tamal de carne humana.
E n la parte exterior de las barracas,
Y en voz baja discuten y comentan.
*
Escuchemos:
—Sin duda nos prepara
Héroes sin nombre, que luchásteis siempre
Algún golpe de mano el enemigo.
Llenos de fe y abnegación sobrada,
— ¿ P e r o quién avisó? "Suficientes escuchas y atalayas;
— Y o no sé nada, " Alto, en vez de quién vive; y los alertas
•—Pues algo debe haber . . . . " Dando en la cartuchera dos palmadas."
— E s o es seguro . . . . — Y a lo veis: ¿á qué tantas precauciones?
—Si no, ¿á qué vienen precauciones tantas? —Quién sabe!
— P e r o vamos á cuentas. ¿Qué sucede? — N a d i e sabe lo que pasa !
—Sucede....
-¿Qué? Y así siguió la discusión: los corros
—¿Quién sabe lo que pasa? Fórmanse aquí y allí; y miéntras charlan
— ¿ N a d i e tiene la orden? Ya declinando el dia; y el crepúsculo
— Y o la tengo; Anuncia sus primeras tintas pardas,
Mas la quise poner sólo extractada Cuando se oye gritar: " ¡ Correo! ¡ Correo!''
E n lo más p r i n c i p a l . . . . Y se mira un ginete que cabalga
— ¿ L o extraordinario? Con dirección al puente levadizo
»Eso! Que forma el tronco de robusta palma;
— P u e s está bien! Y despues de preguntas y respuestas
—Con eso basta! Dadas y recibidas en voz baja,
—Atención; "dado el toque de oraciones, L a guardia que vigila en ese punto
Seguirá el de silencio Al correo le deja libre entrada,
—Cosa r a r a ! Pues conduce, según su mismo dicho,
•—Si interrumpen, no sigo . . . . Noticias que parecen de importancia,
—Bien, silencio! Y del jefe del campo á la presencia
— " . . . . el de silencio; y quedará cortada Llevan al mensajero; y éste saca
" L a comunicación con los de tierra: De una faja que lleva á la cintura,
« Que no haya ni vendimias, ni fogatas; U n pliego del tamaño de una carta:
" La gente dormirá por compañías Saluda con respeto y lo presenta
" Y cada uno sin soltar el arma; A un hombre joven, de estatura alta,
" Lleven cinco paradas de cartuchos Garboso porte, majestuoso gesto,
" Y de las cuales dos descabezadas; Nariz correcta, redondeada barba,
" Los ranchos, los enfermos, los heridos, Largas patillas, negras y sedosas,
" Los prisioneros todos, la ambulancia, Cayendo á todo el largo de la cara;
" Listos al primer toque ; los barqueros El cabello peinado hácia la frente,
" Que preparen las sirgas y las balsas; Y ésta lisa y en forma abovedada;
" Y en cada cuerpo, media compañía Párpados gruesos y las cejas finas,
" El servicio dará de imaginaria, Ojos negros y largas las pestañas,
" Por dos horas y en pié; que los retenes Labios rosados que salud denotan,
" Refuercen cada punto; que dobladas Y en el conjunto la bondad resalta.
" Queden las rondas; y en las dos riberas Desdobla el pliego y pálido se pone
A prepararlos esta misma noche.
Al recorrerlo con la vista; y manda
—¿Cuándo es la ejecución?
Con tono reposado y comedido
— P a r a mañana.
Que de la tienda los presentan salgan:
— ¿ Y al mayor general no se le avisa?
Así lo hacen; y al quedarse solo,
—¡Teneis razón, no sé lo que me pasa!
Recatándose va de las miradas
Dad la orden á él
De los dos centinelas que pudieran
Adivinar la pena que le embarga; — ¿ Y el primer toque?
Y triste, semejante á un "Ecce Homo," —Mandaréis que lo den despues de diana,
Sentado sobre el catre de campaña, E l segundo á las siete.
Contempla el pliego que en la mano tiene, — ¿ Y el tercero?
Miéntras el llanto por su faz resbala. —Cuando lo mande el jefe de las armas.
E l contenido dice: "Compañero,
E n seguida se marcha el ayudante,
" Su padre D. Leonardo (que Dios haya
Y el General también emprende marcha
" Perdonado) ha muerto en vil garrote
E n dirección al rio; y en su orilla
" A manos del verdugo, y rechazada
Desierta, silenciosa y ya velada
" F u é mi proposicion, pues por su vida
Por las primeras sombras de la noche,
" L a de ochocientos españoles daba.
Da rienda suelta á su dolor, y exclama:
" Todos los prisioneros que usted tenga
" Páselos á cuchillo, sin tardanza,
"¡Corazón, esos eran los temores
" Que á cuatrocientos más hago lo mismo
" Y los presentimientos que anunciabas!
" Como justa y debida represalia,"
" ¡ Y yo creí que todos tus latidos
Y en la firma se lee: " J O S É M O R E L O S . "
" Anunciaban guerreras asechanzas,
Besa el jefe el papel y se lo guarda;
" Y previne los riesgos que temia,
Seca su llanto, se levanta y dice:
" Mas no este golpe que destroza mi alma!
— ¡Sangre por sangre, sí, centuplicada!—
" ¡Buitres hambrientos que buscáis la presa
Y, febril, como presa de algún vértigo,
" Oprimida, indefensa y maniatada,
A largo paso de la tienda escapa ;
" Venid mañana al campamento mió,
Los ayudantes salen á su encuentro
" Batid alegres vuestras negras alas,
Y á todos, ménos uno, los rechaza
" Que si quereis festín de sangre hirviente,
Diciéndoles:
" N I C O L Á S B R A V O OS la dará mañana!
—Dejadme; necesito
" ¡La sangre de trescientos españoles
Estar solo por hoy; con uno basta,
" Correrá, como corren estas aguas!"
Y dice al ayudante que se queda:
—Daréis la orden al mayor de plaza
Y fijando su vista en l a corriente,
De que toda la fuerza quede lista
Ver le parece que impetuosa arrastra
P a r a formar mañana en gran parada:
Mil cabezas que flotan y le miran
Todos los prisioneros en capilla;
Cabezas de hombres, á cercen cortadas:
Y al capellan Sotomayor que vaya
Varios grupos se miran esparcidos,
Vuelve al cielo sus ojos, y en las nubes Y aunque todos están en movimiento,
Flotan vellones ele color de grana, No se nota el bullicio que en los grupos
Y en el espacio giran y lo pueblan Que vimos de oficiales, insurrectos;
Miles y miles de rojizas placas Que unos están de pié, otros sentados;
Que en círculos concéntricos se juntan, Ese otro de rodillas; y en el suelo
Se retiran, se acercan, se separan, Alguno se retuerce en convulsiones
Se retuercen en formas caprichosas, Que revelan su grande sufrimiento,
O en fibrosas madejas se desatan, Miéntras otros están indiferentes,
Y cual lluvia de sangre van cayendo Mudos, absortos, espantados, lelos;
E n la roja corriente del Jamapa. Pues tocios saben que se encuentran vivos
Y que todos mañana estarán muertos:
Es el vértigo aquello, es la locura Tal es la orden que mandó se cumpla
Y a próxima á estallar. Por fin se aparta E l general en jefe, el gran Morelos.
De la orilla del rio; y de la tierra
También rojos vapores se levantan;
Leonardo Bravo, muerto en vil garrote
¡Venganza y sangre!—oye que le grita
P o r defender de libertad los fueros,
U n a voz al oído—voz humana
Será vengado por su propio hijo;
Semejante á la suya,
Y ni uno t a l vez de los trescientos
-—Sí,—contesta,— Escapará con vida: así responden
Sentenciados están ¡Sangre y venganza! De Venegas al bárbaro decreto,
Aquellos que por una vida sola
Llegaron á ofrecer la de ochocientos.
III

E l verdugo que en México domina


¡HERMAÍSTOS, D E MORIR HAREMOS!
De sangre mexicana está sediento,
Y ahogar pretende en sangre la esperanza
Tan pronto como estuvo l a noticia
Y el porvenir del mexicano pueblo.
Casi en boca de todo el campamento,
¡Sangre tendrás, verdugo, hasta la gola,
No tardó en penetrar en donde estaban
Y quedará saciado t u deseo!
Guardados los trescientos prisioneros
¡Cuántas madres y huérfanos y viudas
Que el mismo Bravo remitió, esperando
Llorarán tan terrible desacierto!
Fieles rehenes conservar en ellos;
Y allá, en un galerón de más anchura E l mismo sacerdote que hemos visto
Que todos los demás, y más extenso, Dando la absolución al guerrillero,
Se ve, en el fondo, un blanco Crucifijo Se encuentra allí para auxiliar á todos,
Que hace más blanco un cortinaje negro, Mas es seguro que 110 tenga tiempo
Y encendidos dos cirios enlutados De poder atenderlos uno á uno
Que dan al aposento triste aspecto.
E n una sola noche: ¡son trescientos! Pues dentro breves horas será tarde . . . .
Y el buen padre, en voz alta, que procura ¡Resignación! . . . . ¡Valor! . . . . Vamos, hacedlo!
Tornar en cariñosa hasta el extremo,
Les dice: Y en aquella reunión de hombres tan varios
—Que la paz sea con vosotros: Los primeros conformes son los viejos,
" Vengo á ejercer un triste ministerio, Que en todas partes la vejez es digna,
« Mas nuestra santa religión me manda Sirve tan sólo para dar ejemplo.
" Auxiliaros en trance tan supremo; 1 Piden recado de escribir, y al punto
" Mas pensad que sois muchos, hijos mios, Tienen papel y plumas y tintero
Y ni aun á costa del mayor esfuerzo P a r a formar los últimos encargos
Podré yo revisar cada conciencia, Que han de ser otros tantos testamentos;
Ni hay tiempo que perder por el momento. Y al buen padre le van dejando todos
— Pero ¿será verdad? preguntan unos; L a misión de cumplir con sus deseos,
Y otros también preguntan: Y él, oyendo, apuntando y preguntando,
— ¿ L u e g o es cierto? Contesta á cada uno:
— ¿ Y la causa? — L o prometo.
— L a ignoro.
— ¡ M i familia!
—¡ Mis hermanos! Y cuando al parecer quedaron listos
—¡Mis hijos tan pequeños! Los encargos de todos, el silencio
— ¡Hijos, pensad en Dios! Reclamó el sacerdote, y con voz clara
— ¡Pero mis padres! Que todos igualmente oir pudieron,
— ¡ Y los mios! Así exclamó:
— ¡ Y o puedo dar dinero —Dentro de breves horas
Por rescatar mi vida! ¿Cuánto quieren? Debeis comparecer ante el Eterno
— ¡Hijos, hijos! ¡Por Dios! Se pasa el tiempo Y presentaros limpios de pecado;
Y corréis riesgo de perder el alma Si pedís el perdón de vuestros yerros,
Sin estar ciertos de salvar el cuerpo. - Si perdonáis á vuestros enemigos
— P a d r e , ¡pero morir tan de improviso! . . . . Y os pesa de los daños que hayais hecho,
—¡Hermanos, todos de morir tenemos! Dios os perdonará, pues Él es Grande,
— ¿No hay esperanza? Clemente, Poderoso, Justo y Bueno.
— ¡ E n Dios! Sólo un milagro Pensad que cada instante que trascurre
Os puede ya salvar, á lo que creo . . . . Os acerca al sepulcro, y yo no puedo
Perdonad mi lenguaje . . . . mas os miro Daros la absolución, si ántes contritos
Tocando los umbrales de lo eterno, No demostráis vuestro arrepentimiento.
Y debeis disponer vuestros asuntos . . . .
Hacedlo, pues, con brevedad y acierto, Y todos de rodillas se postraron,
1 Versos de un drama de R. de Zayas Enríquez.
' La cabeza inclinada sobre el pecho,
Y el Cura elijo:
—Repetid conmigo:
IV
" Soy pecador. Señor, y lo confieso,
" Pero si fueron muchos mis pecados,
VENGANZA DE INSURGENTE,
" Yo te pido perdón de todos ellos.
" Me pesa de las faltas cometidas
" E n obras, en palabra y pensamientos, í
" Y aquí de todo corazon perdono
" A los que en esta vida me ofendieron: La noche llegó ya: todo en silencio
" Pronto á comparecer ante tu vista, Se encuentra sumergido. Solo se halla
" Oye, Señor, mi postrimero ruego." Nicolás Bravo en medio de su tienda,
L a frente en ambas manos apoyada,
Y la plegaria todos entonaron Cual si quisiera detener las múltiples
Con varonil y fervoroso acento; Ideas tumultuosas que le asaltan:
Y aquel coro punzante y doloroso E l rostro tiene iluminado á medias
Vibrando, sin hallar humano eco, Por un pequeño rayo que se escapa
Escapaba por entre los carrizos, De una lámpara, vulgo mariposa,
Pero escapaba en dirección al cielo, Cubierta en derredor, de una mampara
Y para dar salida á la plegaria Que envuelve en sombras todo el aposento.
Dábase prisa en penetrar el viento;
Y oscilaban las llamas de los cirios, Es la hora misteriosa en que las hadas
Y se agitaba el cortinaje negro, Fijan en caracteres cabalísticos
Produciendo en la faz del Cristo blanco, E l porvenir de la criatura humana;
De sombra y luz fantásticos efectos . . . . L a hora en que la noche se despide
— E n el nombre de Dios, que es Uno y Trino, Arrojando centellas de su falda,
Y de la Santa Virgen, yo os absuelvo— Que quedan como huellas en el cielo
Exclamó el sacerdote— P a r a marcar la senda á la mañana;
Y vieron todos La hora en que el silencio es más solemne;
Que los labios del Cristo sonrieron . . . . Cuando se oye caer como una maza
Y algo como el preludio de fien flautas L a fruta ya madura, desprendida
Se oyó brotar de los carrizos huecos. P o r los sordos esfuerzos de las ramas;
Cuando distintamente se percibe,
Sintiendo entonces sensación extraña,
E l ruido crepitante que produce
E l cuerpo del reptil en la hojarasca;
Cuando en torno parece que se escuchan
Ceceo de voces y rumores de alas;
Es, en fin, media noche, y de repente
" No sin razón á desnudarme llegues,
De su asiento el guerrero se levanta
" Ni á la vaina me vuelvas deshonrada."
Y á uno de los rincones de la pieza
\
Dirige atentamente sus miradas,
Y absorto y preocupado con su idea,
Que ha oido que le llaman por su nombre;
Dice como si alguno le escuchara:
Y ve surgir una figura blanca,
— " N o te deshonraré: mis manos nunca
Que va creciendo hasta tocar el techo.
" Mataron al inerme en las batallas,
—¿Quién eres y qué quieres? No me espantas.—
" Ni tampoco la sangre del vencido
Y la visión con claro acento dice:
" Hice correr en criminal matanza;
— "Escucha, Bravo, tu conciencia te habla:
" Pero mi corazon vertiendo sangre
" No es la sangre vertida la que abona
" Que corre con mis lágrimas mezclada ;
" E l prestigio glorioso de una causa,
1 Mi cerebro que siempre me recuerda
" Ni es el valor brutal que muestra el tigre
" L a muerte de mi padre; la falacia,
" E l que conquista perdurable fama;
" L a crueldad y la infamia cometidas
" Que quien mata sin ley y sin derecho,
" Por ese esbirro que virey se llama;
" Ya pasado el calor de la batalla,
" Las órdenes precisas de Morelos;
" Quien á gentes inermes aniquila
" E l cumplimiento fiel de la Ordenanza;
" Y, árbitro del poder, hiere á mansalva,
" Mis deberes de hijo; el vil garrote
" E s cobarde, villano y asesino,
" Que al mismo .tiempo quita vida y fama,
" E s hombre indigno de ceñir espada.
" Todo me impele, todo me disculpa,
" Blanca me ves, pero de ti depende
" Y todo grita en m í : ¡Muerte y venganza!
" Arrojar sobre m i sangrienta mancha;
" Mas ten presente que el agravio propio
" Confunde la justicia y la venganza." " ¿Pero debo ser juez, parte y verdugo?
" ¿Cierto es que todo á disculparme basta?
" ¡No puede ser! Si mi conciencia duda,
Cesó la voz, y Bravo requiriendo
" E s que á mi convicción algo le falta,
Del cinto su templada toledana,
" Mi padre sucumbió, porque su hijo
Quiere saber si sueña, si delira,
" E l apellido Bravo no manchara;
O es realidad lo que á su vista pasa;
" ¿Y he de ser yo, cuando él murió con honra,
Pero antes de que dar un paso pueda
" Quien manche su memoria veneranda?
Se convierte en vapor la visión blanca,
" ¡No puede ser! Probemos ante el mundo,
E n la tienda quedando y en contorno
« Que la Patria de Hidalgo y de Galeana,
Esparcida riquísima fragancia;
" De Morelos, Allende y Matamoros,
Y Bravo, tambaleando como un ébrio,
" Sabe comprar su independencia cara,
Vuelve al lugar clonde sentado estaba.
" Derramando la sangre de los libres,
Y en movimiento maquinal arroja
" No la sangre de gente asalariada;
Sobre la mesa su desnuda espada,
" Y lucha y vence, pero frente á frente,
Y en ella mira escrita esta leyenda,
" Sin faltar á la fe de su palabra;
A la luz mortecina de la lámpara:
E n el tamaño y el color distintos;
" Y que si cuenta muchos bravos hijos, Los objetos, en uno, se ven grandes,
" Bravos son en el nombre y en el alma." E n este otro se presentan chicos;
E n uno toman el color del cielo,
Así dijo el caudillo: de su frente, E n otro los colores del abismo;
Pálida y fría, gruesas gotas manan, " El mundo es un compuesto de antinomias,"
Como si fueran gotas de rocío U n sabio debió ser quien esto dijo,
Caídas de una flor, al arrancarla; Pues la criatura es una consecuencia
Y en ligero sopor sumido queda, Sacada de encontrados silogismos;
A l mismo tiempo que en la selva estalla Tierra estéril y ardiente, que es fecunda
U n concierto de trinos y gorjeos; Si la visita bienhechor rocío;
Que ya en Oriente levantóse el alba, Caótico crespón que oculta todo,
Tiñendo el cielo de rosados tintes, O sol que alumbra mundos infinitos;
Y enviando luz en ráfagas de plata, Cerebro convertido en universo,
Y tocio el campamento se despierta Donde ensaya ser Dios el hombre mismo.
A los toques alegres de la diana.

I I
Todo está listo ya: las tropas forman
E n el llano que queda frente al rio,
"¡Qué bello salió el sol! Globo de fuego,
Llevando cada cuerpo á su cabeza
Asciende, recorriendo el infinito,
Su banda ele tambores y de pitos
Dando luz y calor y vida á todos,
Y de cornetas, que con gran estruendo
A gérmenes, embriones y organismos.
Van desfilando hasta tomar su sitio.
¡ Qué verdor, qué frescura, qué perfumes!
Vienen despues, seguros y escoltados,
¡Cuánta diafanidad y cuánto brillo!"
Los prisioneros que más ántes vimos,
Así pensaban varios insurgentes
Y con ellos el viejo sacerdote
Al estarse arreglando con ahinco
Que h a de prestarles el postrer auxilio.
E l vestido de gala: hay gran parada,
Y á las siete ya deben estar listos.
Baten marcha las bandas, y á caballo,
"¡Qué triste salió el sol! Cómo parece
Por varios batidores precedido,
Que de un lago de sangre sale tinto,
E l general en jefe se presenta:
Y como mensajero de desgracias,
Viene pálido, triste y pensativo.
Nos viene á recordar nuestro suplicio!"
E l jefe que preside la parada
Así pensaban varios prisioneros
Llega á ofrecerle el mando, y sus servicios.
Al acercar su rostro á los carrizos
Que forman la prisión en que se hallan.
Tal es el mundo: panorama visto
A través de dos lentes, en la forma,
Formando el cuadro está de tres en fondo; " I d libres, ya no sois mis prisioneros,
Y al contemplar el formidable erizo " Vuestros salvo-conductos están listos."
De bayonetas que relampaguean
Del sol á los fulgores matutinos, Como si fuera bomba que cayera
Cualquiera lo creyera inmensa sierpe Cercana á los repuestos, de improviso,
De plata que prolonga sus anillos, Estallando en el acto en mil fragmentos,
O astuto puerco-espin que se recoge, Y, al disiparse el humo, ni un herido,
Sus púas presentando al enemigo. Ni un contuso siquiera se encontrara,
Ni sombra alguna del menor peligro,
E n el centro se ve á los prisioneros, Así fué la emocion que se produjo
Serenos, resignados y contritos, E n t r e aquellos que oyeron al caudillo.
Pues al mirar perdida la esperanza, ¡Qué angustias, qué tormentos, qué terrores!
Parece que adoptaron el partido ¡Qué sorpresa despues! ¡Qué regocijo!
De morir como mueren los que cumplen ¡Trescientas voces aclamando al héroe,
U n deber: entregándose al destino. Unidas todas en un solo grito!

Todos quieren seguir en sus banderas,


Atención lian tocado los cornetas, Hecha la salvedad de cuatro ó cinco,
Y h a cesado también todo ruido, E n t r e ellos un llamado Madariaga,
Y Bravo, que ha bajado del caballo, Que despues muestras dió de agradecido,
Avanza, presentando un pliego escrito, Remitiendo ochocientos uniformes
Y dice con voz clara: De paño militar de lo más fino.
— "Prisioneros:
" Ayer he recibido el triste aviso
" De haber muerto mi padre en vil garrote,
" Como si fuera el peor de los bandidos, ni
" A pesar de que en canje y por salvarle
" Las vidas de ochocientos ofrecimos;
" Y en represalia el general Morelos Y cuentan que despues á sus cuarteles
" H a dispuesto pasaros á cuchillo; E n orden regresó la gran parada,
" Pero por ruin venganza se tuviera Y que los oficiales y la tropa
" Lo que debiera ser justo castigo; De este modo los hechos comentaban:
" Y ante el crédito y honra de la Patria, " Podrá ser que este ejemplo se aproveche
" Importan poco los agravios mios. " Y cesen el encono y la matanza
" L a Historia juzgará: yo me someto " Que para mengua de los dos que luchan
" A su fallo imparcial; estad tranquilos, " Mantienen las pasiones excitadas;
" Pues hoy en nombre de Leonardo Bravo, " Podrá ser que si hoy luchamos libres,
" Perdón y libertad os da su hijo. " Siervos volvamos á gemir mañana;
Y allí acampan también: un aire frió
" P o d r á ser que nos venza el enemigo, Que parece arrastrar copos de nieve,
" E n número, en valor, en fe y en armas; Invade el campamento en que se hallan
" Todo eso podrá ser; pero en nobleza Los blancos esqueletos; y un ambiente
" Ya no es posible que nos venza España.' Tibio, reparador y perfumado,
Del lado de los vivos se mantiene.
Severa una matrona se adelanta,
Y Guiada por los murmullos solamente,
Pues una venda que sus ojos cubre
EL GRAN DIA. No le permite ver: su roja veste
Que entalla rica zona de brillantes,
Arrojado en el polvo del olvido, . Flota y arrastra numerosos pliegues
Como viejo girón que se desprende Que ocultan dos sandalias que aprisionan
Del manto desgarrado de 1a. Patria, Piés sonrosados, diáfanos y breves:
Así tu excelso nombre llegó á verse. Lleva en la diestra cortadora espada,
Mas el tiempo, inflexible é implacable, Y una balanza en la siniestra tiene:
Llama á ías puertas de la misma muerte, Es la Justicia: cuando á juicio tocan,
Penetra en su recinto, y en tu tumba Ella, en primer lugar, está presente.
Da tres golpes, llamándote tres veces. Otra matrona, recelosa y triste,
¡Despierta, Bravo, ya! llegó tu dia, E n el estrado rústico aparece.
Héroe inmortal, levántate si duermes. Traje blanco y talar también la cubre,
E n torno mira: la imparcial Historia Y verde manto de sus hombros pende;
Llegó á grabar con su buril candente Su cabeza la cubre un gorro frigio,
U n nombre y una fecha y una cifra:
Y una bandera tricolor sostiene
¿Quién los podrá borrar? Son indelebles.
Sujeta á un asta; y los cabellos lacios
Que por bajo del gorro se desprenden,
E n sedosa madeja caen y forman
Sobre ancho valle en forma de anfiteatro Negra esclavina sobre el manto verde.
Alza una roca su meseta agreste; E s México, es la reina del Anáhuac
Allí la F a m a en su clarín vibrante Que oyó el nombre de un h i j o . . . . y quiere verle:
E n vigoroso són el aire hiende, Se trata de absolverle ó condenarle;
Y las naciones se' congregan todas, Van á juzgarle los que están presentes.
Pues todas quieren conocer al héroe,
Y acampan como ejércitos, llevando Del libro colosal que ante su vista
Banderas y cañones y mosquetes: Tiene la Historia, silenciosa vuelve
Al otro lado gentes desarmadas U n a á una las hojas que lo forman,
Van llegando también Mas no son gentes! H a s t a que llega á una en que se lee:
Son esqueletos blancos y desnudos N I C O L Á S B R A V O , en caracteres de oro;
Que convocados por la F a m a vienen;
Y en alta voz que se oye claramente, " ¿No sufrió, en su retiro, muerte aleve?
Va narrando los hechos consignados: " ¿Quién de vosotros es el impecable?
Móviles, intenciones, intereses, " A l c e la mano. ¿Nadie lo pretende? . . . .
Resultados y premios y castigos; " Hacéis bien, porque muchos de vosotros
Nada importa que el reo se halle ausente: " Lleváis, como Cain, sangre en la frente;
La pieza de instrucción completa se halla. " Y si tan sólo la ambición de mando
¿Quién acusa? L a F a m a es quien defiende. " Y el temor insensato de perderle,
¡ Más no hay acusador! " Os hacen decretar fieras matanzas
—¡El voto! ¡El voto! " E n caminos, prisiones y cuarteles,
Grita la muchedumbre ya impaciente: " ¿Qué hubiérais hecho si de vuestro padre
Y empiezan á votar. " Tuviérais que vengar la injusta muerte?
E n la balanza " Habríais asolado medio mundo
De la Justicia deberán los jueces " P a r a calmar la fratricida fiebre.
Depositar sus votos; y un platillo " Si prestáisteis servicios á la Patria,
Escrita lleva la palabra bienes, " Cumplisteis, nada más, vuestros deberes,
Y la palabra males en el otro; " Y ella, en cambio, os concede, generosa,
Aquel platillo sube, baja éste, " Honores, distinciones y mercedes.
Este sube á su vez y el otro baja, " Trescientos ambiciosos y aspirantes
Y ese vaivén continuo se establece, " Hay, por cada patriota que aparece;
Sin que se fije el fiel; pero la F a m a " Y alguno de vosotros, sus servicios
Apostrofa á los vivos de esta suerte: " H a sabido cobrar en pesos fuertes;
— ¿ P o r qué ponéis en juego las pasiones " Erais pobres, incógnitos y oscuros,
" Que en vuestro pobre espíritu se mueven? " Ricos sois ya, famosos y potentes;
"L T nos, ¿por qué juzgáis como vorkinos? " ¡Nombre, riqueza, gloria y poderío!
" Otros, ¿por qué juzgáis como escoceses? " ¿Qué más pedís? La Patria nacía os debe.
" Ved que si esa balanza no se fija, " Prometisteis ser fieles defensores
Vuestra la culpa es de sus vaivenes; " Del pobre pueblo que os nombrara jefes,
" Ser imparcial y justo cuesta poco, " Y venís cercenando, una por una,
" Y dignifica, y honra, y enaltece; " Todas las libertades que éste tiene;
" Todo estriba en poner, por vuestra parte, " Y llegáis á imponer vuestro capricho
" U n poco de civismo solamente. " Al Congreso, el Poder de los Poderes,
" ¿Qué le teneis que reprochar al hombre " Y la Constitución, la Ley Sagrada,
" A quien venís á sentenciar, oh jueces? " H a sido en vuestras manos un juguete . . . . "
" ¿No fué buen mexicano, no fué honrado? — ¡ Paso! ¡ Voy á votar! ¡ Falta mi voto! —
" ¿No fué buen subalterno y mejor jefe? Grita una voz del lado de la Muerte.
" ¿No fué leal, magnánimo y sufrido?
" ¿Abnegado no fué? ¿No fué valiente? Si el sol á media noche apareciera
" ¿ N o hizo abstracción de los agravios propios? Rasgando con sus rayos, de repente,
" Y en momentos terribles y solemnes;
Y trocando en torrente de esplendores
" Pero vivo en las tumbas escondida,
E l velo que á la tierra entenebrece,
- " Porque allí nadie ve, ni oye, ni siente.
No causara el asombro delicioso
" Cuando un munclo se engendra en el espacio,
Que se produjo en todos los presentes.
" Mis brazos son la cuna en que se mece,
" Y aunque cuento mis años por millares,
U n a mujer apareció como E v a
" Mi aspecto es juvenil eternamente,
E n presencia de Adán en la terrestre
" Y por eso se engañan á menudo
Primitiva mansión, ántes que hallaran
" L o s que por él pretenden conocerme;
L a malicia sutil de la serpiente;
" Soy la V E R D A D ; mi voto irrevocable
Rubia y airosa cual dorada espiga
" Lo pongo en el platillo de los bienes."
Que sazonada en el trigal se mece;
De húmedos ojos, grandes y rasgados,
E n la expresión y en el color celestes; Esto dice, y despues de dar su voto,
Perfiles puros y contornos suaves, Por donde apareció desaparece;
Seno redondo, diáfano y turgente, Y la balanza al fin queda inclinada
Velado castamente por la blonda Del lado de los bienes.
Cabellera que en rizos se desprende, —¡Se le absuelve!—
Dejando ver á trechos la blancura Grita la muchedumbre de los vivos,
De la tez en que rosas y claveles, Y la Justicia grita:
Nardos, carmin y nácar y alabastro, — ¡ E s inocente!
Debieron aprontar su contingente, Y entonces una luz suave y rosada
Y descendiendo hasta ocultar primores I n u n d a todo, roca, valle y gentes;
Que se adivinan, si no pueden verse, Y las nubes se agrupan, ondulando,
P a r a quedar despues fotografiados, Como si desde arriba las moviese
No en la retina, pero sí en la mente. Alguna mano gigantesca, oculta
¡Lujosa desnudez! No la mostrara A los ojos de todos; y se extienden
L a tebana Eriné ante sus jueces Formando inmenso pabellón flotante
Al desgarrar Hipérides las ropas Que á cada sacudida se estremece,
Que ocultaban las formas esplendentes Como ligera gasa que agitaran
E n que los escultores modelaban De aire sutil incógnitas comentes.
Las de la misma Vénus de Citeres; E l pabellón se rasga en dos mitades,
Ni en marfil, mármol, bronce, plata ti oro, Y dos ángeles blancos aparecen
L a llegaron á ver, ni aun en sus mentes, Cireüidos de un halo luminoso
Miguel Angel, Canova y Benvenuto, Cuyos bordes son hojas de laureles,
N i Fidias la soñó, ni Praxiteles. Y en medio se destaca fulgurante
— " Y o soy quien soy—exclama—me avergüenza N I C O L Á S B R A V O , el inmortal, el héroe.

" Presentarme desnuda ante las gentes, Cada vez que los ángeles agitan .
" Y lo hago, como hoy, por causa justa, Sus blancas alas, de ellas se desprenden
Porque allí sobrevive y permanece;
Estrellas que se esparcen como el polvo
Consuélete mirar que fué tu alma
Sobre aquel cortinaje trasparente.
Tan magnánima, grande, y de tal temple,
Y avanza el grupo hasta tocar la roca, •
Que hazaña cual la tuya no registra
Y M É X I C O también, grave y solemne,
Ninguna nuestro siglo diez y nueve.
Llega hasta Bravo, le apellida hijo,
U n ósculo de amor posa en su frente,
H . V e r a c r u z , 1886.
Y como regio manto de monarca
E n la bandera tricolor le envuelve. REGINO A G C I R R E .

¡ Hosanna! ¡ hosanna| ¡ Al insurgente gloria 1


¡Hosanna! ¡hosanna! ¡Gloria al insurgente!

Y el eco lo repite . . . . Mas de pronto


E n las tinieblas todo se sumerge,
Cual si apagara su linterna mágica
U n jugador de vistas disolventes.

¡ Noble caudillo de la Patria mia,


Caudillo ilustre que en la tumba duermes,
¡ Regocíj ate! ¡ y j úzgate dichoso!
Milagro ha sido que de tí se acuerden,
Que otros también cumplieron sus cien años
Y se han visto pasar indiferentes.
Si es cierto que conserva la criatura
L a integridad del Yo, que no perece,
Que le hace ambicionar renombre y gloria
Y vivir en el tiempo eternamente,
Y dejar una huella de su paso
E n esa via que recorre á veces
Sembrando flores y cogiendo lodos;
Si es cierto que ese todo inteligente
Puede ver y gozar desde la altura,
B R A V O .

A^ 3E> R A_ V O .

P a r a ser inmortal te bastó, héroe,


Haber luchado junto al gran Morelos,
¡ Espíritu sublime! ¡ alma gigante! Ese titán de América invencible,
Que fiero gimes en profunda pena Esa águila caudal de altivo vuelo.
Cuando en la vida de tu padre hieren
Tu corazón al par que tu grandeza. P a r a ser inmortal te bastó, Bravo,
Defendiendo la patria en la pelea,
Habituado á blandir con honra y gloria E n el lugar en que cayó el vencido
La flamígera espada en la pelea, Levantar, insurgente, tu bandera,
E l sacrificio de tu padre olvidas,
Superando al dolor tu alta nobleza.
Y no fué tu perdón tu mayor gloria
Pagado con vileza y con venganza;
La frase de perdón murmuró el labio Tu gloria fué abatir esa vileza,
E n vez del grito de venganza fiera, Que es en la historia del vencido mancha.
Y das la libertad á los verdugos
Ántes que en sangre mancillar tu diestra. Y hoy que el recuerdo de los héroes llena
Con radiación de aurora nuestras almas,
M é x i c o , 18S6.
Hoy que huyen para siempre las tinieblas
JOAQUÍN T R E J O . Que nublaron el cielo de la pátria,

Brota del pecho un himno para el héroe,


P a r a el guerrero la mujer y el pária
Que con sangre borraron de la Historia
Las frases de abyección y Nueva España,

M é x i c o , 1886.

Á N G E L DE C A M P O .
(Del Liceo Mexicano.)
PENSAMIENTOS. A B E A Y O.

Al no vengar la muerte de su padre sacrificando á sus prisioneros, demos, ¿Cuál de los rasgos de ínclita grandeza
tro que era u n gran filósofo: debe así venerarlo la humanidad.—L. R . Puedo elegir para cantar tu gloria.
Si cuantos forman t u inmortal historia —
Son conjunto de honor y de nobleza?
Los críticos acerbos pueden censurar alguno de sus hechos; los envidiosos
pueden pretender opacar su gloria; mas sobre esas envidias y murmuraciones ¿ H o m b r e ? . . . . ¡indomable fué tu fortaleza!
brillarán siempre, majestuosas y serenas, la magnanimidad y la grandeza de ¿Patriota? . . . . ¡limpia vive tu memoria!
su alma.—VERITAS.
¿Soldado? . . . . ¡dominaste la victoria!
Y político, ejemplo de firmeza.
L a gloria de Bravo es inmortal, porque es la del héroe y la del justo.—AN-
TONIO D E L A P E Ñ A Y R E Y E S . Fuiste t ú generoso, sin aliño;
Lleno de compasion hácia el esclavo,
Mexicano, dió muestras de su genial nobleza: guerrero, j a m a s empañó su Trataste al adversario con cariño
espada con sangre de vencidos: héroe esclarecido, el polvo de los años no po-
drá borrar su nombre de la Historia,—F. F L O R E S . Sin causar ni al magnate menoscabo . . . .
A l triunfar, fuiste dulce, como un niño;
Vencido, sin segundo, siempre un Bravo.
Venció al mayor de los enemigos, la pasión de la venganza.—Luis GONZA

L E Z O BREGON. M é x i c o , 1886.

IRENEO PAZ.

Hijo de la Libertad, dió á ésta más frutos y gloria al perdonar trescientas


vidas, que la sangre de los trescientos héroes vertida, en las orillas del Silaro.
—ESPARTACO.

Eres más grande perdonando á tus enemigos, que venciéndolos.—ALMA-


VIVA.
Eres grande, en verdad; ¿quién 110 te admira?
Guarde la Historia tu inmortal hazaña,
Dénte sus lauros todas las virtudes,
Tu nombre ensalce por doquier la Fama,
Pues contrariaste el varonil axioma.
Triste resúmen de la ley h u m a n a :
" El llanto es el valer de las mujeres,
Y el llanto de los hombres, la venganza,"

A. NICOLAS BRAVO. México 1886.

JOAN DE D I O S P E Z A ,

"El sér que sa.be perdonar la ofensa,


Sabe llevar á Dios dentro del alma."
Esto, que en unos versos á mis hijas
Pensé con duelo y escribí con lágrimas,
Me lo inspiró tu ejemplo sacrosanto,
Generoso caudillo de mi patria,

¿Cómo al saber el ominoso crimen


Que á tu padre infeliz la vida arranca,
Curas con el perdón la horrible herida
Que atentado tan vil te abrió en el alma?
Eres grande, en verdad; ¿quién no te admira?
De dioses inmortales es tu raza;
No hay clemencia que iguale á tu clemencia,
Bondad ninguna tu bondad iguala.

¡Ay! si á mí me asesinan á mi padre,


Mi soberano de cabeza cana,
Adoracion suprema de'mi vida,
Mi religión viviente y sacrosanta,
E n vez de perdonar á sus verdugos,
Envuelto hubiera entre voraces llamas
Al monstruo que dictara la sentencia,
A cuantos vieron luego ejecutarla,
Al pueblo, sitio del horrendo crimen,
Y hasta al que osara recordar la infamia.
A BRAVO. A BRAVO.
E N E L P R I M E R CENTENARIO DE S U NATALICIO.

¿Quién noble como t ú ? ¿quién tan sublime


E n el perdón del enemigo pudo I
Contra el olvido fiero hallar escudo?
¿Quién, cual tú, en bronces su grandeza imprime? Sobre el aura todavía
Paréceme que se escucha
¿Del libro de la Historia, en dónde, dime, De aquella tremenda lucha
A vencer aprendiste el torpe y rudo L a confusa g r i t e r í a . . . .
Instinto vengador que en grito agudo De aquella hueste bravia
Sangre demanda á quien el hierro esgrime? • Pálpase aún el empuje,
Pues no hay voz que sobrepuje
Hundieron de la muerte en el abismo Al grito de la venganza,
Al autor de tu vida, los arteros Ni el mar que en tumbos avanza,
Defensores del negro absolutismo; Ni la tempestad que ruge.

Y ya en tus manos sus verdugos fieros,


Libres se ven por tí; ¡excelso heroismo!
Como deshecha tormenta
E l perdón enaltece á los guerreros!
Que se proyecta á lo léjos
Con los cárdenos reflejos
México, 1886.
Del rayo que en ella asienta;
FRANCISCO S O S A . Como volcan que revienta
Y catarata que aterra,
Se oye aún sobre la tierra
Desde el suelo mexicano
Gritar audaz al indiano
¡Patria! ¡Libertad! y ¡Guerra!
* *

Y entran al combate rudo, Porque el audaz insurgente,


Vencer queriendo ó morir, Como gladiador romano,
Los héroes que el porvenir Muere estrechando en la mano
Cubre con fulgente escudo: Su bandera i n d e p e n d i e n t e . . . .
Llevan el pecho desnudo, Y en el cielo refulgente
Pero en cada pecho late De una gloria sin ocaso,
U n a alma que nunca abate Sobre el inmortal Pegaso
L a fortuna más traidora, De una F a m a sin segundo,
Y una fe que es precursora Marcan, al cruzar el mundo,
Del triunfo tras el combate. Con luz de aurora su paso.
*
II

Llega la muerte. Con velos ¡Bravo! Tú fuiste el campeón


De misterio y de penumbra Que nació porque el hispano
H u n d i r quiere el sol que alumbra Supiera que el mexicano
A Hidalgo, Bravo y Morelos; Tiene grande el corazon.
Mas 1a. gloria tiene cielos E n t r e "venganza" y " p e r d ó n "
Que la muerte nunca empaña, Y entre " m u e r t e " y "libertad,"
Constelaciones que baña Verá la futura edad
Con luz eterna la Historia, Levantarse un monumento,
Y unos anales de gloria Que te sirva como asiento
Que envidiar puede la España, De justa inmortalidad.

P a c h a c a , 18S6.
*
* *

ENRIQUE L . ABOGADO.
Y el fulgor del heroísmo,
Fulgor que nunca decrece,
Sobre la niebla aparece
Del vireinal despotismo.
Con la fe del patriotismo,
Tras la luctuosa pelea,
Se levantan con la tea
Que enciende su porvenir
Mártires que han de vivir
Simbolizando la idea.
G-uzman, heroico puñal
Al moro en Tarifa arroja . . . .
Del hijo en sangre se moja . . . .
Mas aquella acción no canto,
Porque el númen de Lepanto
Verá, de vergüenza lleno,
Que si fué Guzman el B U E N O ,
Tú eres Nicolás el S A N T O .

AL GENERAL

Nunca la altiva arrogancia


N I C O L A S J3 E V O . Del águila de los Andes
Domó el leopardo de Flandes
Ni el patriota de Numancia;
¿Cantarte á tí? . . . . la canción Que la nobleza y constancia
Que se eleva sobre un muerto, De tu augusto corazon
Más que estrofa de un concierto Enseñó á hispana nación
Es funeraria oracion. Que en el yunque de las leyes
Por eso en tu panteón Maja al cetro de los reyes
La Patria llora sus penas, E l martillo del perdón.
Pues al són de las cadenas
No hay un himno más sublime
¡Bien haya quien te abrigó
Que. aquel que en la lid se imprime
E n su seno con cariño!
Con sangre de nuestras venas.
¡Bien haya quien, siendo niño,
Tu blanda cuna meció!
A l que á tu padre inmoló
¡ Quien tu corazon formó
Tu corazon no maldijo.
P a r a enseñar al tirano
Débil el rencor te dijo,
Que en el suelo americano
Héroe el cielo te llamó.
Contra su encono altanero
No tu sueño turbe, no,
E s un escudo de acero
E s a acción al recordar,
Cada pecho mexicano!
Porque Dios sabe premiar,
E n su infinito saber,
Más que al que sabe vencer, Por eso de tu panteón
Al que sabe perdonar. Ante la urna solitaria
Viene á darte su plegaria
¿Y España no se sonroja Mi modesta inspiración.
Ante tu acción inmortal? ¡Duerme en paz! . . . . tu hidalga acción
Tu sueño sabrá velar,
Porque Dios sabe premiar,
E n su infinito saber,
Más que al que sabe vencer,
Al que sabe perdonar.

P a e h u c a , 1886.

T O M Á S DOMÍNGUEZ ILLANES.

ANTE LA TUMBA DE BRAVO.

Ante esa tumba, en que la Patria gime,


Alzar una canción es vano empeño;
%P Si Homero para Aquiles fué sublime,
Homero para Bravo . . . . ¡ era pequeño!

P a c h a c a , 1886.

TOMÁS DOMÍNGUEZ ILLANES.


328 A L B U M DE BEAVO.

I B IR, A " V O .

DOS PALABRAS.
( E N E L C E N T E N A R I O D E SU N A C I M I E N T O . )

¡Callen las liras! que su voz la Fama,


Las grandes acciones, los hechos extraordinarios, forman á los héroes.
De América en desiertos y ciudades,
La humanidad, lo mismo que las naciones, tiene los suyos.
Resuena, y en las pósteras edades
Aquellos hombres que han llegado hasta el sacrificio por amor á sus seme-
Percutirá del polo al Tequendama.
jantes, son héroes de la humanidad.
A éstos debe el mundo un tributo de respeto, de admiración y de gratitud.
Emulo el Viejo Mundo le proclama
Las naciones veneran la memoria ele los que han inmolado al hombre pol-
De los Régulos, Fabios y Milciades,
la Patria.
Y en la historia de patrias libertades
¿Qué deberá la humanidad á los que han sacrificado hasta sus más puros y
Su nombre, como el sol, luces derrama.
nobles sentimientos por la salvación elel hombre?
México ha producido millares ele héroes que derramaron su sangre y la ele
¡Callen las Musas! si aumentar su altura
sus hermanos en bien de la Patria,
Pretenden con acento soberano
Pero no tiene muchos que hayan ofrecido, como holocausto por la libertad
Y aquilatar su excelsa ejecutoria,
ele su país, la existencia ele un sér amado, salvando á la vez de la muerte á
sus enemigos.
Altar de su apoteosis bella y pura
Este sacrificio, más allá ele lo heroico, este rasgo sublime ele amor al hom-
E s cada corazon ele mexicano
bre, hacen acreedor á la gratitud universal y á la admiración de los pósteros
E n el grandioso templo de su gloria.
al hombre que supo conciliar sus deberes para con la Patria y con la huma-
M é x i c o , 1886.
nidad.
El General D. Nicolás Bravo es una de estas gigantescas figuras.
Luis G . Rubín. A l oir pronunciar su nombre, la humanidael entera debe inclinar la frente.
U n grito ele admiración y ele entusiasmo debiera resonar en todo el mundo,
hoy 10 ele Setiembre de 1886, centesimo aniversario del día glorioso en que
vio la luz primera aquel varón extraordinario.
El Estado de Guerrero, que le vió nacer, convoca hoy, por la voz ele su go-
bernante, á tocia la humanidad, á bendecir la memoria de ese hombre admi-
rable, cuyos hechos pertenecen á la Historia del mundo.
E l Gobernador de Guerrero ofrece á los habitantes del globo este precioso
Album, que guarda los pensamientos, los afectos y la admiración de mexica-
nos y extranjeros.
¡Que este libro eternice la memoria del General Nicolás Bravo, honra de la
Patria y de la humanidad !

t ^ i i l p a i i c i n g o d e B r a v o s , 1886.

FRANCISCO O. ARCE.

I N D I C E

NOMBRES DE LOS ESCRITORES (|ÜE FORMARON ESTE ALBUM.

Páginas

Páginas
Cortés J. M 39
Agoitia E. (Biografia tomada de este escri- César J. N 45
tor y extractada para el Album) v Castañeda Telesforo 140
Altamirano Ignacio xxxv Carreto Rosa 181
Avellano de Artalejo Concepción 17 Carrasco Patricio 192
Avellano Alejandro del 72 Castillo F 196
Idem idem 74 Cordero J . M 203
Aizpuru J. M 88 Callejo Bernardo M. del 212
Idem idem 89 Casarin José 227
Adolfo Ernesto 109 Cumplido Ignacio 246
Aguirre Regino 277 Cardeña Ignacio Severo. 258
Arce Francisco 0 329 Campo Ángel de 315
Abogado Enrique L 321
O H
IB Chavero Alfredo 162
Baturoni G 27
Bernal Jesus 76
HD
Baz Gustavo 122
Baronesa de Wilson 127 Dávalos Ventura 178
Barron Heriberto 168 Domínguez Illanes Tomás 324
Béistegui Félix 204 Idem idem 327

O
IES
Gollado G. del 22
Coyula Pedro 26 Espinosa Rodrigo A 119
bernante, á tocia la humanidad, á bendecir la memoria de ese hombre admi-
rable, cuyos hechos pertenecen á la Historia del mundo.
E l Gobernador de Guerrero ofrece á los habitantes del globo este precioso
Album, que guarda los pensamientos, los afectos y la admiración de mexica-
nos y extranjeros.
¡Que este libro eternice la memoria del General Nicolás Bravo, honra de la
Patria y de la humanidad !

t ^ i i l p a i i c i n g o d e B r a v o s , 1886.

FRANCISCO O. ARCE.

I N D I C E

NOMBRES DE LOS ESCRITORES (|ÜE FORMARON ESTE ALBUM.

Páginas

Páginas
Cortés J. M 39
Agoitia E. (Biografia tomada de este escri- César J. N 45
tor y extractada para el Album) v Castañeda Telesforo 140
Altamirano Ignacio xxxv Carreto Rosa 181
Avellano de Artalejo Concepción 17 Carrasco Patricio 192
Avellano Alejandro del 72 Castillo F 196
Idem idem 74 Cordero J . M 203
Aizpuru J. M 88 Callejo Bernardo M. del 212
Idem idem 89 Casarin José 227
Adolfo Ernesto 109 Cumplido Ignacio 246
Aguirre Regino 277 Cardeña Ignacio Severo. 258
Arce Francisco 0 329 Campo Ángel de 315
Abogado Enrique L 321
O H
IB Chavero Alfredo 162
Baturoni G 27
Bernal Jesus 76
ID
Baz Gustavo 122
Baronesa de Wilson 127 Dávalos Ventura 178
Barron Heriberto 168 Domínguez Illanes Tomás 324
Béistegui Félix 204 Idem ídem 327

O
IES
Gollado C. del 22
Coyula Pedro 26 Espinosa Rodrigo A 119
1P O
Págiuas

Fenochio Adolfo 90
%
Otero María de los Ángeles 185
Fernández de Lara José 199 Ojeda Verduzco Ignacio 235
Flores Valverde José 232
Mern idein 233

Gr Popocalli (Guanajuato) 126


German y Vázquez D m Peña Rafael Angel de la 163
García Francisco Pascual 2K Prieto Guillermo 17,5
González J. Eleuterio 33 Pérez Sal azar Ignacio 195
Gómez Rafael 50 Palafox José de la Luz 205
Guerrero Nicéforo 139 Paz Ireneo gj^
Gómez Palacio Jesús.. 172 > Peza Juan de Dios.. tfj»
(«alindo y Galindo Miguel 214
Gallegos Manuel 231 IR,
Gorostiiita Em 247 R. B. de la G 21
Rabasa Emilio 104
H Rodríguez Ignacio 147
Herrera Bravo Ignacio 101 Reyes Agustin M... 209
Herrera M 102 Ramírez J. M 220
Hernández Pérez Rogerio 103 Robelo Cecilio A 230
Herrera Bravo Federico 113 Rubin Luis G 328
Hoyos Marin Matilde 169
S
J"
Sarach o Francisco 67
Jiménez Anguiano C 81
Santaella Luis B J08
Salgado J 245
L
López Cárlos 241 Sosa Francisco 320

L L T
Llórente Vicente Daniel 84 Treviflo Ramón 86
Topete Miguel G 158
~ML Trejo Joaquin 354
Muñoz Lumbier José 129
Manterola R jgy TT
Monroy A 188 Ulloa Miguel 239 i
Márquez G 193
Meléndez Nicolás 206 "V
Miranda Luis G... 226 Valdés Gómez Francisco 91
Mariscal Ignacio 269
Vigil J. M 125
Valencia Leopoldo 143
2sT Villalon Juan de Dios 161
Núñez de García Luz G 20
Valle Eduardo del 268
Noriega Luis G 223 Varios autores (Pensamientos sueltos) 316

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