Fuentes Secundarías

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Fuentes secundarias

El café se encuentra representado por un número considerado de especies que


crecen en estado silvestre, donde el mayor número de estas se encuentra en el
Continente Africano, y las menos numerosas en el Continente Asiático. En América,
el café está representado por el género “Coffea Arábiga” que se especula es el
resultado del cruce de dos especies de las tierras bajas, tales como el género
“Coffea Canephoras” y el género “Coffea Eugenoides”; esta última especie es la que
más se parece al género “Coffea Arábica” y cuyo origen es de Abisinia (actualmente
Etiopía) en África.
El café llegó a nuestro país en una ventana de tiempo convulsa de nuestra historia,
en los últimos años del siglo dieciocho, en el México que estaba a punto de dejar de
ser colonia y declararse independiente. Tuvo a Veracruz como puerto de entrada de
la misma forma en que llegó a las islas caribeñas y a Sudamérica años antes, y
aunque hubo campos de cultivo experimentales en Morelos y Michoacán, fueron
Veracruz y Chiapas quienes se hicieron con la mejor fama de ser excelentes tierras
para el cafeto (Beada, 2009).
El café fue elegido no sólo por su natural habituación a nuestro entorno, sino
también por ser una semilla que podía almacenarse durante largos periodos de
tiempo antes de ser transportada para su comercio a ciudades y puertos. El Pacífico
y el Atlántico fueron necesarios para la exportación del café y pronto se dio a
conocer el café mexicano en los puertos de Estados Unidos, Asia y Europa,
logrando notoriedad y aprecio entre sus importadores y comensales. También
despertó y comenzó a fortalecerse la tostión o tostado del café en nuestro propio
territorio; se incrementó el consumo nacional y nacieron marcas emblemáticas que
ganaron fama y prestigio y aún subsisten en la Ciudad de México, Veracruz y
Córdoba principalmente.
Desde 1870 el consumo mundial de café ha crecido a un ritmo acelerado. En siglo
y medio el café ha cambiado de rostro en un giro de trescientos sesenta grados, y
también ha cambiado el espíritu del mundo a través de las millones de tazas que
cada hora se sirven en todas las latitudes. Nuevos actores, nuevos países
caficultores, nuevos mercados. El siglo veinte fue contrastante para el café
mexicano, pasó por sus mejores records de ventas y de prestigio por su calidad
Durante la segunda mitad del siglo veinte nacieron varietales arábicas de gran
calidad que conquistaron mercados y paladares de todo el mundo, como el Pluma
Hidalgo en Oaxaca; profesionales de la caficultura, el tostado, la agronomía y la
comercialización comenzaron a dar un rostro profesional al café; nació el
INMECAFÉ (instituto mexicano del café hoy extinto) y con la misma gloria que
alcanzó también cerró dejando la escena desamparada y mal parada. Grandes
empresas comenzaron a hacer de México uno de sus principales centros de
operaciones para la compra, comercialización, almacenamiento y descafeinamiento
de la semilla (Ceballos, 2012).
Pasaron un par de décadas antes de que el café fuera adquiriendo fama en el país,
pues el chocolate estaba más que arraigado en las costumbres de consumo de los
mexicanos, pero una vez que el paladar y el olfato adquirieron el gusto por esta
bebida, no se fue de los corazones de todos los consumidores y comenzaron a
surgir las primeras cafeterías, el primer expendio de café del que se tiene registro,
fue abierto a finales del siglo XVIII en la calle de Tacuba, en el centro histórico de la
Ciudad de México, convirtiéndose en uno de los puntos preferidos para las tertulias
y reuniones de los ciudadanos y personajes de la aristocracia.
Ya corriendo los últimos años del siglo XIX, las cafeterías comenzaron a expandirse
por todo el país, siendo las principales de la capital los cafés El Cazador y Minerva,
más adelante se abrió el famoso Café Colón, el París y el Monte Carlo, también
surgieron las históricas cafeterías la Paix, La Mansión Dorée, alcanzando ya los
primeros años del siglo XX , abrieron sus puertas las famosas cafeterías Sanborn´s,
Café Tacuba, Café la Habana y el Café Madrid, junto con estas cafeterías, surgió
una de las tradiciones más arraigadas en la gastronomía del centro del país, los
cafés de chinos, además de numerosas cafeterías dentro de los más lujosos
hoteles, algunas aún quedan en pie y sirviendo el más exquisito café con historia y
siglos de tradición (Martínez, 2016).
Desde hace algunos años las cafeterías se han convertido en un negocio impórtate
en el marco de sector servicios de alimentos a nivel global. La Tradición del café
como lugar de reunión, para discutir, pasar el tiempo, y no solo un sitio para
consumir, es representativa de algunas ciudades del mundo. Esta tradición la
practicaban en la cultura occidental ciudades como Paris, Viena, Londres, donde
con la excusa del café se pasa el tiempo.
Las cafeterías tradicionales son aquellos lugares establecidos como lugares
pequeños y cálidos que trasmiten un ambiente familiar, sus espacios son poco o
nada elaborados de extrema sencillez, aunque acogedores en gran parte.
Este tipo de cafeterías son frecuentadas por personas maduras, que disfrutan un
buen aroma de café.
Las cafeterías que cuentan con decoraciones temáticas y sofisticadas son
preferidas por una clientela más sobria, amantes de la cultura y esparcimiento que
junto a los amigos discuten el desarrollo y devenires de la sociedad, la importancia
de la política y las reflexiones profundas que se pierden en el tiempo. En la
actualidad las cafeterías se han trasformado y han llamado la atención de las
jóvenes generaciones. Existe pocos espacios modernos, con música de ambiente,
cargas de dinamismo e informalidad donde adolescentes y jóvenes se reúnen para
planear tardes placenteras, ya no solo ante una buena taza de café sino a nuevas
y variedades bebidas que se han incorporado las cafeterías para los nuevos y
extrovertidos clientes.
También se han desarrollado sitios que disponen de un espacio propio para la
realización de actividades empresariales, estos espacios brindan cierta diversidad
de bebidas de café, estos lugares se caracterizan por tener buena ambientación y
una decoración relajada sin perder la seriedad que las personas d negocios
necesitan.
Una cafetería, cafetín o, simplemente, un café es un lugar donde se expende café
y otras bebidas, donde a veces se sirven aperitivos y comidas. una cafetería no
enfatiza, ni siquiera ofrece bebidas alcohólicas, en lugar se enfoca específicamente
en el café, té o chocolate. Otras comidas pueden variar entre pan, sándwiches,
postres y otros alimentos que complementan el comercio (Pacheco, 2015).
Son pocos los que resisten actualmente a los poderes del café. El consumo de esta
debida estimulante ha creció en los últimos años incentivando por un refinamiento
en las costumbres de las personas, especialmente en su tiempo de ocio. Quedar
para tomar un café es un gesto de los más habituales y el desarrollo de los negocios
vinculados al sector no deja lugar a dudas: las cafeterías continúan representando
una clara oportunidad dentro del mercado (Gaucín, 2012).
Al tratarse de un producto con una demanda estable a lo largo del año, los negocios
dedicados a la venta de café se perfilan como oportunidades rentables y seguras,
un factor fundamental si se tiene en cuenta que, la mayoría de los casos, s e trata
de inversiones que requieren un importante esfuerzo económico. Como concepto,
la cafetería es un negocio en constante evolución. Sin embargo, a pesar de la
importancia de los nuevos perfiles de cafetería, la tradición es una característica
francamente apreciada entre los consumidores de café, que consideran a este un
producto que no debe perder su gusto artesanal (Pacheco, 2015).
Es importante, prestar un servicio al cliente que va más allá de poner un simple café.
En este sector, la imagen corporativa y la presencia que logre en un determinado
territorio son fundamentales para su éxito.
Cuanto más reconocida sea la marca más publico atraerá, incrementando los
ingresos. Para conseguir una implantación eficaz, la publicidad y el marketing son
las herramientas más adecuadas. En relación con lo anterior, la decoración que
ofrecen las cafeterías trata de recrear un ambiente que favorezca el consumo y la
fidelidad del cliente. (Bueñado,2012)
Bibliografía
Martínez U. (2016). La historia del Café en México. (en línea) Disponible en:
http://www.amcce.org.mx/letras-de-cafe/post/la-historia-del-cafe-en-mexico
Bueñado, C. (2012). Cafetería en el sector norte del distrito metropolitano de quito.
Escuela politécnica del ejército. (en línea) disponible en:
https://repositorio.espe.edu.ec/bitstream/21000/5742/1/T-ESPE-034239.pdf
Pacheco L. (2015). "Plan de Negocios para la creación de una cafetería temática
de cupcakes en la ciudad de Quito. (tesis de grado) Universidad católica del
Ecuador (en línea). Disponible en:
http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/8771/TESIS%20MLPR%20fi
nal.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Beade A. (2009) ¿Un cafecito? El precio en cafeterías y barras.( En línea), de
Profeco Disponible en:
http://www.profeco.gob.mx/encuesta/brujula/bruj _2009/bol123_barras_de_cafe.a
sp
Gaucín D. (2012). Tendencias en el consumo del café.El Economista Sitio web:
http://eleconomista.com.mx/columnas/agro-negocios/2012/10/18/tendencias-
consumo-cafe
Ceballos L. (2012). El café mexicano y su oportunidad histórica. Universidad
Madero, campus Puebla. Sitio web: http://www.umad.mx/

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