Fidelidad, Lealtad
Fidelidad, Lealtad
Fidelidad, Lealtad
Lealtad Fidelidad
Lealtad viene del latín y significa Fidelidad, por otro lado, también viene
Etimologías cualidad de ser respetuoso de la del latín; fidelitas. Su significado es
ley. “servir a dios”.
Se trata de un cierto grado de En cuanto a la fidelidad, esta es la
devoción de un individuo para con conexión verdadera y honesta que
un Estado, otra persona, una existe hacia otra parte. Está
comunidad, un gobierno, etc. Se íntimamente vinculada a la lealtad.
podría decir que se trata de un Se trata de la virtud de poder cumplir
principio que dicta que una una promesa. Esta promesa debe
persona leal nunca le dará la permanecer inmutable a pesar que todo
¿Qué es?
espalda a la persona o personas alrededor cambie. Se debe considerar
con quienes está su lealtad. Por lo siempre que el tiempo puede cambiar
general la lealtad se sostiene por los sentimientos y la forma de pensar
medio de lazos fuertes de amistad, de las personas también cambia. Ahí
aunque la gratitud y el honor radica la grandeza de la fidelidad: se
también juegan un papel muy cumple una promesa conscientemente
importante. gracias a su voluntad.
Por lo general se considera que la
Por otro lado, la fidelidad se decide con
lealtad es una decisión que se basa
¿Mente o el corazón, es decir, no siempre se
en la razón. Ser leal es una
corazón? piensa claramente cuando se decide ser
elección que se suele tomar con la
fiel.
cabeza fría.
A veces pensamos que fidelidad y lealtad son sinónimos, pero no es así, aunque el
significado de ambas palabras se complementan para ayudarnos en nuestra relación con
otros. En el matrimonio, por ejemplo, es indispensable ponerlas en práctica, lo mismo,
en nuestra relación con Dios.
Fidelidad es la virtud de dar cumplimiento a una promesa. Al ser una virtud, significa
que está en nuestro interior y que es posible aprenderla. Sin embargo, la fidelidad está
sujeta a un contexto. Cuando firmamos un contrato de trabajo, podríamos ser fieles a las
condiciones establecidas, pero al variar la circunstancia, podría terminar. Damos lo que
está pactado en la medida que recibimos. Entonces, somos fieles porque respetamos el
contrato, pero no somos leales. Porque la lealtad implica fidelidad a pesar de cualquier
circunstancia. Por eso, una pareja que ha jurado ser fiel en lo bueno y en lo malo, en la
salud y en la enfermedad, está prometiendo lealtad mutua. Cuando somos leales
cumplimos lo que prometimos en medio de cualquier situación, positiva o negativa.
Hasta un perro es fiel, pero si lo tratas mal, dejará de serlo porque no sabe ser leal, su
fidelidad depende de la circunstancia.
Dios ha prometido salud, prosperidad y bendición para nosotros y para nuestra familia,
pero no gozamos de ello porque nuestra relación con Él no es la mejor. Yo disfruto de
una excelente relación con mi esposa, cosecha de años de fidelidad y lealtad que se ha
visto a prueba muchas veces, especialmente porque somos humanos imperfectos y
cometemos errores. Y lo mismo sucede con nuestro Señor. Lo que puede darnos
depende del interés que nosotros mostremos por tener una sólida relación con Él.
Moisés es ejemplo de lo que se necesita para ser amigo de Dios, ya que podía platicar
con Él cara a cara porque le servía y estaba convencido de Su misericordia y
compasión1
Ahora el velo se ha roto y podemos acercarnos al Señor, pero en ese momento no existía
Jesucristo, así que esa relación tan íntima se había forjado a fuerza de amor a toda
prueba. Debemos buscar misericordia y compasión en las personas para saber que es
posible hacer pactos de fidelidad y lealtad con ellas, ya que alguien dispuesto a amar sin
medida será capaz de hacer a un lado los errores y seguir adelante a pesar de todo. Tú
debes ser misericordioso y compasivo con las personas a quienes has prometido lealtad,
porque solo de esa forma, las relaciones se consolidan y logramos pasar al siguiente
nivel. Dios es fiel y leal, ya que siendo pecadores permite que nos acerquemos y
tengamos una estrecha relación con Él. Pero llegar a ser Sus amigos de verdad, más allá
del interés de un milagro o de apoyo, depende de nuestro interés por cultivar esa
relación fuerte, sin obstáculos. Inténtalo, Él es misericordioso y compasivo para
aceptarnos tal como somos.
La Palabra dice que nuestro Señor es fiel y sincero con quienes ofrecen lo mismo 2 Es un
intercambio de valores, necesario en toda relación. Si te presentas transparente, sin
reveses delante de Su presencia, podrás pedirle que te cambie para poder amarlo más.
Ninguna relación puede fundamentarse sobre la mentira, mucho menos la relación con
Dios porque Él nos conoce, pero quiere que voluntariamente le abramos nuestro
corazón, sin reservas. Entonces, si quieres una mejor relación con tu Padre debes
servirlo, amarlo y obedecerlo. Pasar al siguiente nivel implica vivir lejos del pecado,
aborrecer lo malo y cumplir Sus mandatos para ser dignos de la bendición que nos tiene
prometida3
David sabía de fidelidad y lealtad al Señor. Lo demostró muchas veces, incluso ante al
pecado que cometió, ya que confiaba en Su misericordia y justicia, y sabía que todo lo
bueno viene del Padre4
Por eso, David nos enseñó que para consolidar nuestra relación con Dios y escucharlo,
debemos ser humildes y rendirnos a Su deseo de salvarnos. El Señor tiene preparado un
camino de bendición, no es hombre para mentir, pero está en nosotros que se cumpla al
demostrarle lealtad. Sin embargo, si fallamos, Su infinito amor está dispuesto a
rescatarnos, siempre que vea nuestro sincero deseo por estar a Su lado5
Acércate al Señor aunque te sientas inmundo como esos diez leprosos a quienes sanó,
porque Él quiere liberarte de toda atadura para que te acerques confiado.
Fidelidad también implica servir con amor, de hecho, la palabra latina fidelitas de la que
deriva el término, significa servicio. Es difícil, pero es justo. No tengas miedo, atrévete,
haz el compromiso, porque Él te respaldará al ver que realmente lo amas a pesar de
todo. Entrégale tu vida para que inicie esa íntima relación. Dale gracias porque Su fiel
amor sobrepasa toda circunstancia, y lo encuentras a tu lado en medio de la alegría y
también en medio de la angustia. Hagamos el compromiso de serle fieles y leales,
prometamos corresponderle con servicio sincero y desinteresado porque sabemos que Él
está junto a nosotros siempre y a pesar de todo.
1
Éxodo 34:4-7 relata: Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se
levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano
las dos tablas de piedra. Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él,
proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: !!
Jehová! !!Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en
misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la
rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita
la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y
cuarta generación.
2
2 Samuel 22:26 en la versión Palabra de Dios para todos dice: Dios es fiel con los que
le son fieles; sincero con los que le son sinceros.
3
Deuteronomio 7:9-14 explica: Entonces reconoce ahora que el SEÑOR tu Dios es el
único Dios. Es un Dios fiel que mantiene por mil generaciones su pacto y fiel amor
hacia todos aquellos que lo aman y obedecen sus mandamientos, pero castiga a los que
lo rechazan y no demora en destruirlos. Así que tú debes obedecer los mandamientos,
las normas y las leyes que hoy te mando. Si obedeces estas leyes y te aseguras de
cumplirlas, el SEÑOR tu Dios mantendrá su pacto y el fiel amor que les prometió a tus
antepasados. Él te amará, bendecirá e incrementará tu número. Te bendecirá con muchos
hijos, y bendecirá tus campos con buenas cosechas. Te dará granos, vino nuevo y aceite.
Bendecirá a tu ganado con crías y a tus ovejas con corderos, en la tierra que les
prometió a tus antepasados. Tú serás bendecido más que todas las naciones y no habrá
hombre ni mujer estéril entre los tuyos o entre tus animales.
4
Salmo 85:8-13 promete: Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
En esta porción de las Sagradas Escrituras se narra la escena donde David le perdona la
vida a Saúl en el desierto de Zif.
Todos se habían quedado dormidos, y David junto con Abisai llegó hasta donde el rey
dormía. Abisai le dijo que le permitiera matar a Saúl, que de un solo golpe lo clavaría en
el piso, pero David se lo impidió. Todo porque David reconocía que era el ungido de
Jehová, aunque Saúl le perseguía para matarlo, David fue leal al rey hasta el último
momento. Por esta razón luego de llevarse la lanza y la vasija de agua del rey como
evidencia, David le habla a Saúl y pone a Jehová por testigo del acto de lealtad que ha
realizado.
Lealtad se entiende por: “Firmeza en los afectos y en las ideas que lleva a no engañar ni
traicionar a los demás. Comportamiento de una persona o animal que guarda la máxima
fidelidad, que no engaña”. “La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia, y
que implica cumplir con un compromiso aun frente a circunstancias cambiantes o
adversas”.
Se dice que la lealtad tiene tres ingredientes: el honor (cualidad moral que nos lleva al
más severo cumplimiento de los deberes morales, respecto al prójimo y a uno mismo),
la fidelidad (lo que se refiere a cumplir con los compromisos adquiridos), y la gratitud
(lo que se refiere a corresponder y devolver lo recibido). LEALTAD, “es la virtud que
exige honor, fidelidad y gratitud”.
En Oseas 2:19-20 se puede notar la lealtad y amor de Dios para con su pueblo, al
prometerles desposarles en justicia, juicio, benignidad, misericordia y lealtad
(fidelidad). Lamentablemente el pueblo no cumplió y fue desleal permitiendo el pecado
y la idolatría, algo que delante de Dios es considerado como traición, ocasionando el
colapso total del pueblo de Israel.
Hoy en día la Iglesia, como pueblo de Dios, debe considerar esta realidad y entender
que es una obligación para todos los cristianos. La lealtad, es lo que identifica al
cristiano como hijo de Dios.
La lealtad es una virtud que es necesario recuperar para que la iglesia del Señor pueda
enfrentar los desafíos de los días en que vive. Desde el comienzo hasta el final de las
Sagradas Escrituras se puede observar la lealtad. Iniciando por la lealtad de Dios a su
palabra y promesas, como también la lealtad de muchos hombres y mujeres al llamado
de Dios.
La lealtad a Dios es lo que condujo a los héroes bíblicos a combatir problemas dificiles
y a no mirar atrás. La lealtad es lo que permite arrebatarle triunfos importantes a los
tiempos adversos. La lealtad permite que el espíritu del hombre logre lo que piensa que
es imposible.
La lealtad jamás promete recompensa alguna. Una vida que se basa en la lealtad se
fundamenta y construye sobre una roca fuerte e inamovible.
Hoy en día, se vive en medio de una naturaleza que se basa en “seguir solo cuando todo
está bien”, y eso ha acarreado grandes problemas y situaciones vergonzosas para las
sociedades.
El presentar como relativos los fundamentos que se han sostenido por años de historia,
ha provocado el caos y la degradación moral como espiritual. La Biblia, la sana
doctrina, la función correcta del Espíritu Santo, la lealtad a los absolutos, a los valores y
principios originales sostienen gran lucha y una fuerte oposición a causa de la influencia
postmodernista. Elementos como el individualismo, el relativismo, el humanismo, el
empirismo, entre otros, han provocado un alejamiento más extenso entre el hombre y
Dios.
Hoy en día, el hombre se ha olvidado de ser leal. No se sabe cómo ser digno de
confianza ni como confiar en alguien más. Muchos no conocen el significado valioso
que hay en esta expresión. Esto ha llevado a la humanidad a alejarse de su Creador,
pecando y traicionándole con su proceder.
Hoy en día para muchos todo eso ha quedado en el olvido, cuando se observa como el
hombre fácilmente traiciona lo que antes creía por un poco de dinero, de fama, de
posiciones, de posesiones, o cualquier otra cosa que le traiga beneficio personal.
Sin embargo en lugares como China la violación a la lealtad aún se sanciona con la
muerte.
Como hijos de Dios no se puede caminar igual que el mundo. Las Sagradas Escrituras
enseñan que el creyente debe ser luz para el mundo.
No se puede pretender ser leal a Dios y comportarse desleal con el prójimo. Se debe
aprender a ser leal a Dios y al hermano. La Iglesia debe ser un buen ejemplo para el
mundo de lo que significa ser leal. El creyente debe dejar evidencia de la lealtad para
con Dios, su Palabra, sus mandatos y su voluntad.
Amado hermano, la lealtad es un asunto serio y real, la lealtad no toma vacaciones, ni
vacila, sino que debe ser vivida y practicada, solamente así se podrá vencer los ataques
del enemigo y se avanzará con la frente en alto. Sin lealtad nunca entenderá como vivir
de verdad y ser útil.
La Iglesia del Señor necesita líderes y miembros fieles, que estén dispuestos a predicar
y defender la verdad del Evangelio. Que estén decididos a mantenerse firmes en sus
convicciones espirituales. Hombres y mujeres que estén dispuestos a ser leales a Dios, a
Su Palabra y a Su Obra. Que no importando el lugar, los peligros, las necesidades o los
enemigos que se tengan que enfrentar, puedan sostener firme la bandera del verdadero y
único Evangelio de Jesucristo.
Que Dios nos ayude a entender la carga grande que implica ser leal. Luchemos por
lograr la lealtad que Dios demanda, no le defraudemos, no pequemos contra Él
desobedeciendo y olvidando sus preceptos. Sea leal con Dios y con su prójimo, demos
la cara por Aquel que nos ha dado todo.
Ser fiel significa respetar el pacto que hemos hecho cuando recibimos lo que hemos
acordado, pero ser leal es más que eso, porque implica fidelidad a pesar de lo que
recibamos y de las circunstancias. La palabra fidelidad deriva del latín fidelitas que
significa “servir a un dios”. Claro que cada quien escoge a quien servir, pero nosotros,
hijos de Dios, le servimos a Él y a nuestros hermanos en la fe. Ser fieles y leales implica
servicio. En cualquier relación es así, en el matrimonio, con los amigos, con las
autoridades y especialmente con Dios, debemos servir a aquellos con quienes hemos
establecido un pacto de lealtad. Eso provocará que nuestras relaciones mejoren y que
nuestra vida sea más feliz.
Entonces, hay que estar atentos a tres momentos en los que especialmente debemos
demostrar lealtad. El primero es cuando alguien nos confía una tarea que podemos hacer
utilizando nuestros talentos. Recordemos que en Mateo 25, Dios nos habla de los
talentos que ha dado a cada uno y que debemos poner al servicio de los demás para
multiplicarlos. En la parábola leemos que se le dio a cada uno conforme a su capacidad,
uno recibió cinco, otro dos y otro recibió uno. Dos de los siervos, fieles y útiles,
produjeron el doble. Así que fueron puestos sobre mucho porque demostraron ser fieles
en lo poco2. Lo mismo debemos hacer nosotros. Es necesario aprovechar nuestros
talentos porque si demostramos fidelidad y somos útiles, seremos promovidos para
recibir mucho. Dios delega tareas en tu vida, por pequeñas que parezcan, Él confía en ti.
Aunque pienses que no es una gran comisión, es la que el Señor te ha asignado y con la
que tienes la oportunidad de demostrar tu fidelidad y actitud de servicio. ¡No la
desperdicies! Todas las tareas que el Señor nos asigna son importantes y valiosas. Nos
ha encomendado predicar, sanar y liberar.
En la parábola, uno de los siervos no produjo nada con el talento que recibió porque dijo
que tuvo miedo3. No permitas que el temor te aleje de las oportunidades de ser útil. Él
ya te ha dado los talentos y para que sean multiplicados debes poner manos a la obra. Si
realmente quieres alcanzar nuevas alturas, debes hacer lo que te piden y algo más. En tu
trabajo, al llegar y salir a la hora en punto, eres fiel, pero si te quedas más tiempo y
ofreces esfuerzo extra, demuestras que eres leal, que eres útil y serás promovido.
El segundo momento para demostrar fidelidad, lealtad y servicio es cuando alguien nos
envía en su nombre, para representarlo. En ese momento debes lucirte como la persona
más confiable que existe. Pablo llevó el mensaje del Señor por toda Asia, pero no lo
hizo solo, se apoyó en hombres de confianza a quienes enviaba en su representación4,
delegándoles autoridad. La obra de Dios se sustenta en el trabajo de todos. Él es fiel y
confía en nosotros para llevar testimonio a las naciones, demostrémosle que somos
leales y nos dedicamos a las buenas obras, tal como nos encomendó5.
El tercer momento para ser fieles y útiles es en medio de una crisis, cuando debes
concentrarte en tu llamado, en lo que te han encomendado y no en lo que estás viviendo.
Al pasar dificultades nos aturdimos, pero el Señor nos pide que nuestra fe no decaiga y
continuemos firmes enfocados en ser útiles y servir a los demás. Esa es la única forma
de superar cualquier circunstancia, porque Dios tiene cuidado de nosotros, es fiel al
cumplir Sus promesas, pero debemos demostrarle que nada nos aleja de Su presencia,
no nos concentramos en los problemas sino en lo que nos ha pedido que hagamos. La
fidelidad y lealtad que le demostremos al servirle es lo que nos sostendrá en medio de
cualquier adversidad. No hay duda de que seremos zarandeados, pero es necesario para
ser purificados y estar listos para ser promovidos. A Pedro le sucedió. Jesús le explicó
que sería zarandeado como a trigo6, pero que volvería para confirmar a sus hermanos.
Que tu fe no falte porque la crisis es tu mejor oportunidad de promoción. Satanás quiere
verte hundido, derrotado, pero Dios nos dice que la prueba es solo un paso hacia la
exaltación, si demostramos fidelidad, fe y actitud de servicio. Las épocas difíciles son
las mejores para ser útiles y servir a Dios y al prójimo. Quizá piensas que es el peor
momento porque estás abatido y tu mente no tiene espacio para nada más, pero debes
hacer a un lado la angustia, busca ser productivo y verás que hallarás las soluciones. Tus
talentos no deben ahogarse por los problemas, al contrario, ¡es la oportunidad para
aprovecharlos! Dios, tu familia, tu país necesitan que seas fiel y útil en todo momento.
Entrégale tu corazón al Señor, pídele fuerza para habilitar tus talentos y que tu fe no
falte. Esfuérzate por ser útil, fiel y leal todos los días de tu vida y verás que la
promoción no se hará esperar. Dile al Padre: “Confía en mi, estoy listo para que me
uses, nada impedirá que aproveche mis talentos para demostrarte mi fidelidad y
lealtad”.
1
2 Corintios 11:3 dice: Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
2
Mateo 25:21comparte: Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
3
Mateo 25:24-25 explica: Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo:
Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde
no esparciste, por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes
lo que es tuyo.
4
2 Timoteo 2:1-2 dice: Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros.
5
Hebreos 10:23-24 aconseja: Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras;
6
Lucas 22:31 relata: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha
pedido para zarandearos como a trigo.
La fidelidad tiene que ver directamente con una persona. La lealtad tiene que ver
directamente con una causa. Puedes ser leal pero no fiel, porque crees en la causa
pero no en la persona. Por supuesto lo ideal es ser fiel y leal.
La fidelidad tiene que ver con el corazón. La lealtad tiene que ver con la razón. Dios
mismo lo primero que pide es fidelidad, Él pide el corazón primero, y luego la razón se
acomoda. Una esposa puede ser fiel pero no leal, porque aunque nunca tendrá otro
hombre, bien puede estar en desacuerdo con la forma en que su marido (su persona)
obtiene su dinero (su causa).
La fidelidad tiene que ver con el amor. La lealtad tiene que ver con lo legal (de hecho
es la raíz etimológica de lealtad). Cuando se es fiel a alguien se le ama y se está
dispuesto a perdonar errores y defectos creyendo en que tales cosas se superarán. El
leal al ver los errores y defectos los confronta con respeto pero demandando ajustes para
caminar en lo correcto (legal).
La fidelidad tiene que ver con promesas. La lealtad tiene que ver con acuerdos. El
marido y sus esposa prometen fidelidad hasta que la muerte los separe, eso no quiere
decir que siempre estarán de acuerdo.
La fidelidad tiene que ver con sometimiento. La lealtad tiene que ver asentimiento.
Aunque no te sometas a la persona puedes seguir haciendo lo que te enseñó como causa.
Y aunque esto ya suena extraño, lo peor ocurre cuando no solo se pierde el respeto a
esa autoridad sino que se hacen cosas contra esa autoridad. El leal sigue haciendo la
tarea, pero el fiel nunca hablará mal de aquel a quien es fiel, y mucho menos, hará algo
que de alguna manera dañe, denigre, o cuestione a esa persona.
Judas actuó contra Jesús, y su alta traición le costó su propia vida. Y su lealtad no fue
por causa del evangelio, sino el dinero. A Jesús le vemos decir: “que se haga su
voluntad”, y por la causa del evangelio se despojó de todo derecho.
El término lealtad proviene del latín “legalis” que significa “respeto a la ley”.
El término leal es un adjetivo usado para identificar a un individuo fiel en base a sus
acciones o comportamiento. Es por ello, que una persona leal es aquella que se
caracteriza por ser dedicada, y cumplidora e inclusive cuando las circunstancias son
adversas, así como defender en lo que cree, por ejemplo: un proyecto.
La lealtad es una característica que no solo esta presente entre los individuos, sino
también entre animales, especialmente los perros, gatos y caballos. Todo ello, en
gratitud hacia el afecto y protección que los seres humanos le brindan.
En referencia a este punto, algunos filósofos sostienen que un individuo puede ser leal a
un conjunto de cosas, en cambio, otros sostienen que únicamente se es leal a otra
persona ya que este término atañe exclusivamente a relaciones interpersonales.
Frases de la lealtad
“El amor y la lealtad son más profundos que la sangre.” Richelle Mead
“Donde hay lealtad, las armas no sirven.” Paulo Coelho
“No te ganas la lealtad en un día. Te la ganas día a día.” Jeffrey Gitomer.
“La lealtad es un rasgo característico. Los que la tienen, la dan de forma
gratuita.” Ellen J. Barrier.
Lealtad y fidelidad
En primer lugar, la lealtad y fidelidad son dos valores necesarios para las sólidas
relaciones. Sin embargo, ambos términos no son vistos como sinónimos, ya que algunos
autores indican que fidelidad hace parte de la lealtad.