Coronilla Por Las Almas Del Purgatorio
Coronilla Por Las Almas Del Purgatorio
Coronilla Por Las Almas Del Purgatorio
Introducción
Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia
para nosotros, en Ustedes confío. (Se repite tres veces)
Al final del Rosario, se reza en las tres últimas cuentas antes de la Cruz:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente
los ‘hijos de Dios’, concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en
tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora. Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de
María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya
espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro
dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por
nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y
una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a
ellos: ‘He aquí que la paz se abre para vosotros’.
Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para
nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato
Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por
la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los
‘benditos’ que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros
como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo”.