Analisis de La Pelicula La Fiaca
Analisis de La Pelicula La Fiaca
Analisis de La Pelicula La Fiaca
Nicolás Milanesi
Facultad de Ciencias Sociales, UBA.
INTRODUCCIÓN
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Considero que este film (entendido como producto a través del cual circulan discursos de un dispositivo)
de 1969 tiene elementos que permiten hablar de él como parte de la transición hacia una sociedad de
control de consumidores pero aún subsumida a la disciplinaria. Sobre estos aspectos, los elementos
teóricos están en (García Fanlo, 2009d). Sobre la relación entre este film y el control del consumidor
mediante su sí mismo copio aquí el anteúltimo párrafo de esta monografía: Es muy importante notar que
él (Vignale) decidió hacer fiaca y él decidió volver a trabajar, el tono intimista de toda la película genera
una relación empática con un consumidor, que se conecta por analogía con este empleado de oficina y
que se ve a sí mismo en los primerísmos planos de Vignale reflexionando sobre las posibilidades y límites
de la aspiración a ser otro distinto de lo que se es.
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
establecen lo que un cuerpo es y lo que debe ser, éstos conjuntos pueden entenderse
como el “alma” que encarcela y normaliza al cuerpo.
Todas estas acciones se nos muestran en una rápida secuencia de escenas con una
música extra diegética de fondo que se corresponde con la ansiedad y/o incomodidad
que manifiesta el personaje en cada una de ellas, que contrastan con la comodidad y
relajación desde la que éste relata la secuencia desde la cama. Un cuerpo que se
congela en la ducha, se viste apresurada pero meticulosamente (aquí hay una
contraposición permanente en la primer parte de la película entre el pijama que viste
Vignale con fiaca y la ropa que viste el Vignale rutinario de los flashbacks), se apura
para llegar a una fila de cuerpos uniformizados que caminan casi militarmente hacia el
colectivo en el que irán tambaleando incómodamente apretados, se dirige con una
marcha cómicamente rígida y veloz al ascensor donde lo vemos intentar entrar desde
un plano tomado desde dentro en el que una mano lo frena y expulsa, vemos que
sigue la marcha rígida hasta la oficina donde casi sin mirar a sus compañeros que se
nos aparecen en la misma situación, se sienta y son depositadas pilas de papeles de
trabajo cuyo sonido seco reemplaza a la música que deja de sonar, para que
escuchemos a Vignale –ahora visto en la comodidad de su cama en pijama-
reflexionando, que sintetiza: “todo por $1050”.
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Varias veces ella interpreta la situación como si fuera un chiste de su marido. Esto es interesante desde
varias perspectivas: el chiste como forma de darle sentido a lo absurdo (en el mundo diegético que crea la
película se juega constantemente entre el carácter absurdo o racional de tener fiaca); el chiste como
concreción del deseo por otra vía, desde el psicoanálisis; el chiste como reordenador de la interpretación
de una situación tras una disrupción, en los sociólogos de lo micro.
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
simple quizá sea el proyecto que elige, limitado a la rebeldía de un individuo aislado,
anormal, que quiere ser un niño nuevamente.
Toda la comicidad con qué enumera cada trabajo que considera mejor que el suyo,
sea doctor importante, periodista, albañil, heladero… –y en cada uno de los cuales lo
vemos en sucesivas escenas personificado, con vestuario, espacio, actitudes, etc.-
terminará casi contagiando a su mujer en un anhelo desesperanzado de ser “un bebé,
así chiquito”. Y en esta lógica entra perfectamente la figura de la madre (Lydia
Lamaison), que aparece de pie junto a la esposa sermoneando de manera
melodramática a él que está en la cama, utilizando discursos cargados de refranes,
axiomas, incentivos, nociones sobre la paciencia, el triunfo… “¿Con las condiciones
que tenés como me hacés esto?3” A lo que él responde que el nene creció y es uno
del montón, y vemos un plano de su frustrado rostro en una sintonía similar a una
imagen en que él se miraba al espejo comparando lo que ES con lo que imaginaba
que sería de niño.
El dispositivo familia juega aquí un rol destacado: la madre fue quien le consiguió ese
trabajo; el padre nunca había faltado, se muestra una imagen de la madre en el
pasado levantando por la fuerza al padre de Vignale para que vaya a trabajar, la cama
matrimonial aparece entonces como un lugar clave en el que los procedimientos
rutinarios como responder al despertador van forjando generación tras generación
almas encarceladoras de cuerpos trabajadores; se ven imágenes de la madre
peinándolo de chico, no dejándolo jugar al fútbol, mientras que escuchamos como
parte del sermón que nunca fue una madre que le estuviera encima; un “Dios me libre”
que resulta bastante interesante si se lo contextualiza aquí como un discurso que
articula la familia con el dispositivo iglesia, y más interesante aún si consideramos que
ambas entretejen almas que forman cuerpos encarcelados; el hijo que tiene
condiciones no puede ser un vago cualquiera; la esposa que le recuerda
explícitamente que tiene mujer y tiene casa… es decir, el anormal es constantemente
interpelado a normalizarse desde el dispositivo familia para ser funcional al dispositivo
en el que trabaja.
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Aquí ya hay un elemento eugenésico. El tópico de la eugenesia adquiere su caracterización más
elocuente en la figura del empleado de recursos humanos de Fiagroplast, Jáuregui.
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
Obviamente uso la palabra religar sin inocencia, además quiero referirme a un orden
previo a la tensión angustiante, un orden al que la esposa, la madre, los jefes, el
empleado de recursos humanos siempre quieren volver, y que puede graficarse por
ejemplo en el momento primero en que Vignale lee una revista de fútbol y la mujer una
Para Ti. Ese orden positivo para estos personajes normalizadores contrasta con un
orden negativo: Vignale constantemente compara su día de fiaca con lo que estaría
haciendo en un día laboral, vemos escenas de sus compañeros comiendo incómodos,
trabajando vigilados, mientras él se jacta de no estar ahí.
Sea positivo o negativo, es una instancia comparable a que analiza Venturelli respecto
al programa Familia Falcón que vuelve siempre a un grado cero donde reina la paz
(Venturelli, 2008: 7). La Fiaca termina volviendo a este orden hay planos de miradas al
reloj, planos del reloj, de Peralta y Vignale mirándose con vergüenza, de una cara que
en mi participación fílmica sólo puedo definir como terrible, de eterna resignación
cuando Vignale da cuerdas por última vez al reloj tras haber tenido una visión de cómo
sería volver a la oficina al día siguiente…y este recurso efectivo al tiempo paradójico
es un final que está en absoluta consonancia con el planteo de todo el film en el que el
tiempo lineal siempre juega en función del paradójico. Lo que se transmite con todo
este clima construido es que se vuelve a lo mismo pero que no es ya lo mismo, hay
algo de indefinible, algo que no cierra en este nuevo estado cero.
EL JUEGO Y EL CUERPO
Antes de entrar en otra etapa quiero remarcar el fuerte contenido lúdico de esta
primera etapa en la que Vignale hace fiaca en casa. Hay juegos corporales muy
interesantes: tirarse en la cama distendido, intentar erotizar a su mujer que está
corporalmente dispuesta los usos rutinarios típicos de un lunes a la mañana y ninguna
otra cosa, hacer gimnasia (“estoy duro todo el día metido en la oficina”), un juego que
realiza en la cama en el que se para y es su propio patrón y se agacha y es él mismo
obedeciéndose… “si me quiero parar me paro y camino y me acuesto porque quiero”,
el baño de inmersión en lugar de la ducha rápida, el canto frente al espejo emulando
un cliché peronista histórico deformado4, el western que encarnan con su compinche
Peralta (que llega al climax con el desgarrador “moriré a tu lado” que grita Peralta), el
baile que había permitido ir soltando a su compinche que luego jugará a ser cantante
con un escobillón.
Siempre la dimensión lúdica cae en la realidad de formas muy crueles logradas con los
contraplanos que nos transportan inmediatamente entre esos mundos, los cambios de
música, o el recurso de dejar a Vignale en un mundo y a Peralta en el otro, pero
mostrando a la vez que ambos están en el mismo, que es el de Peralta, que es el real,
que es de la rutina, el jefe, y el reloj. La primera vez que Vignale sale a una escena en
exteriores que no sea flashback es en el juego de western, se lo ve libre, en un lugar
soleado, del que Peralta entra y sale por lo antedicho. En este juego bandolero
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“Hoy es San Vignale”
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
encuentro resonancias del moreirismo que trabaja Prieto (Adolfo Prieto, 2006: 151)
cuando cita sobre el carnaval como sublimación colectiva de deseos primero de
compadritos y luego de empleados rutinarios, pero en Vignale esta expresión está
mediada justamente por el dispositivo TV, ya que su juego se ciñe a lenguajes y
movimientos de cowboys norteamericanos.
EUGENESIA
Se trata siempre de normalizar al otro que resulte indeseable, sea otro identificado
claramente, como lo fueron los inmigrantes, o sea otro más difuminado, como lo fueron
los subversivos pocos años después del estreno La Fiaca. Y en ambos casos
normalizar quiere decir que lo que no se normaliza se elimina físicamente en última
instancia. Pero Jáuregui, el empleado de relaciones humanas es más afín a una
eugenesia positiva que no elimina, restringe o prohíbe sino que fomenta a los
deseables, una ética de premios y castigos es la que se impone aquí.
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
Toda esa secuencia nos muestra cómo se hicieron cuerpo a través del desarrollo
biográfico del protagonista las reglas y procedimientos que definen lo deseable, pero
también nos están mostrando que no es un autómata, él tiene corporizadas las reglas
pero no va a laburar, y desafía al científico que sabe aquello que es afín al poder, pero
el final de la película entierra su resistencia cuando él decide volver a la oficina antes
que ser un vagabundo pobre, pero la película también transmite la fortaleza de la
resistencia. Y puede haber muchos más “peros” que los 4 de este párrafo porque las
subjetividades son campos de luchas.
ADAPTABLES
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Aquí la ciencia ya no tiene posibilidad de clasificar la decisión como ignorancia, Vignale reafirma su
decisión ya que escuchamos voces que corean “al laburo no voy” al estilo marcha popular, mientras
vemos cómo se va poniendo erguido tras haber quedado shockeado contra la pared luego de la discusión
con Jáuregui. El efecto interesante es que escuchamos la música y vemos que sale del interior de él
mismo.
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primero le comenta que Jáuregui le había hablado del buen concepto que tenía la
empresa con empleados fieles como ellos. No sólo la necesidad de no terminar como
un faquir muerto de hambre, o un vagabundo, es lo que lleva al eterno retorno de este
trabajador sobre la condición de empleado, sino también contribuyen la confianza que
la empresa deposita el empleado ejemplar, las repetidas interpelaciones de la madre y
la mujer a que no “les falle”, la capacidad de crédito con la que volvió a traer los
electrodomésticos y muebles que había decidido dejar de pagar.
Es muy importante notar que él decidió hacer fiaca y él decidió volver a trabajar, el
tono intimista de toda la película genera una relación empática con un consumidor,
que se conecta por analogía con este empleado de oficina y que se ve a sí mismo en
los primerísmos planos de Vignale reflexionando sobre las posibilidades y límites de la
aspiración a ser otro distinto de lo que se es. Si la red de poder empresa, escuela,
familia, etc., no pudo con él sino a costa de sí mismo, ahora el sí mismo del
espectador se ve afectado por ese efecto de realidad que se fue generando durante el
consumo del film.
“Se creyeron que me iba a pasar toda la vida sin trabajar (…) tenía un poco de fiaca”.
Ya se lo había explicado su esposa cuando le dijo que nació para empleado y moriría
empleado. Se utilizó bastante durante el film el recurso de mostrar en escenarios
distintos a los anhelos de Vignale de ser otro del que es, sea las profesiones que
nombré al principio, sea modelo en set de fotos casi al final, lo mismo para la
(im)posibilidad de Peralta de verse como cantante6. La diégesis nos muestra un
mundo donde cada día amanece sobre el mismo horizonte de posibilidad, que es de la
aspirabilidad7 a ser lo que se es. Pero…
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La canción de Peralta, en contraposición con otros modos extra-diegéticos en que se usa la música en
este film, es de carácter más bien diegético siempre queda resonando una frase muy significativa cuando
él se imagina cantando, la frase es “ya no alumbran la ruta de mi vida, ya no alumbran la ruta de mi vida”,
y se corta de golpe, para la música, y volvemos al escenario “real” en el que se hallan los personajes.
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Un elemento con rasgos providenciales que los científicos positivistas de principios del S XX usaban
como elemento teórico (García Fanlo, 2009b: 2)
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Revista Discurso y Argentinidad, Año 4, Número 5, Buenos Aires.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
García Fanlo, Luis (2009a) “El alma es la cárcel del cuerpo. Hacia una sociología del
cuerpo y la argentinidad”, en Claseshistoria Revista Digital de Historia y Ciencias
Sociales, Artículo Número 53, 28 de octubre de 2009, España, publicación
electrónica, ISNN 1989-4988, disponible en
www.claseshistoria.com/revista/2009/articulos/garcia-alma.pdf
García Fanlo, Luis (2009b) “Genealogía del cuerpo argentino”, en A Parte Rei Revista
de Filosofía, Nº 64, Madrid, julio de 2009, (publicación electrónica).
García Fanlo, Luis (2009c), “Dispositivo cinematográfico, cine, film. Una mirada desde
el posestructuralismo”, en Revista Discurso y argentinidad, Año 3, Número 3, Buenos
Aires, (publicación electrónica), disponible en
http://www.scribd.com/doc/16524758/FANLODispositivo-cinematografico-cine-film
Miranda, Marisa y Vallejo, Gustavo (2004), “Los saberes del poder. Eugenesia y
biotipología en la Argentina del Siglo XX”, en Revista de Indias Nro 231, pp. 425-444
Prieto, Adolfo (2006), El discurso criollista, Buenos Aires, Siglo XXI, pp. 141-193.