Estabilización de Talud

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ESTABILIZACIÓN DE TALUD

Los métodos de estabilización de taludes generalmente, están dirigidos a reducir las fuerzas
actuantes, a incrementar las fuerzas resistentes o una combinación de los dos efectos. Es común
que existan varios factores que determinen las fuerzas actuantes y resistentes y se requieran varios
métodos de estabilización para lograr un efecto combinado. Las fuerzas actuantes pueden reducirse
de varias formas:

• Excavando el material de un sector apropiado del talud.

• Construyendo sistemas de drenaje para reducir las presiones hidrostáticas.

Las fuerzas resistentes pueden incrementarse de varias formas:

• Drenaje para incrementar la resistencia de los materiales.

• Eliminación de estratos débiles o zonas potenciales de falla.

• Estructuras de contención.

• Refuerzo del suelo.

• Tratamiento químico.

Procedimiento de Estabilización

La estabilización de un talud comprende las siguientes etapas:

• Determinación del sistema o combinación de sistemas de estabilización más apropiados, teniendo


en cuenta todas las circunstancias del talud estudiado.

• Diseño en detalle, el sistema que se va a emplear, incluyendo planos y especificaciones.

• Construcción de las obras de estabilización.

• Instrumentación y control del comportamiento durante y después de la estabilización.


MODIFICACIÓN DE LA GEOMETRÍA

CONFORMACIÓN DE LA SUPERFICIE

Una de las técnicas más utilizadas para la estabilización de taludes es la conformación o diseño de
la morfología del talud (Tabla 1.6). Al modificar la forma de la superficie del talud, se puede lograr
un equilibrio de masas, que reduzca las fuerzas que producen el movimiento y que aumente la
longitud del círculo crítico de falla (Figura 1.10).

Las pendientes de los taludes resultantes de la conformación, deben ser estables (Tabla 1.7). En el
capítulo 8 se explican en detalle, diversas alternativas para la conformación del terreno.
Contrapesos o Contrafuertes (“Buttressing”)

Los contrapesos son una técnica utilizada para contrarrestar las fuerzas actuantes en un talud y
consiste en la colocación de un peso de gran magnitud en la parte baja del talud o del deslizamiento.
Al colocarle carga adicional a la base de un deslizamiento de rotación, se generan fuerzas de fricción
y un momento resistente en dirección contraria al movimiento, lo cual produce un aumento en el
factor de seguridad (Figura 1.11).

El efecto del sistema de contrapeso es hacer que el círculo crítico en la parte inferior del talud, se
haga más largo. Se requiere determinar el peso necesario para lograr un factor de seguridad
determinado. La cimentación adecuada de estos contrapesos debe ser requisito para que el sistema
sea exitoso.

Para la construcción de los contrapesos se pueden utilizar varios tipos de materiales, entre los
cuales, se encuentran el enrocado, las estructuras de suelo reforzado (muros MSE) o los rellenos de
materiales comunes. Igualmente, los contrapesos pueden complementarse con otros sistemas de
estabilización como las estructuras de contención y los sistemas de subdrenaje (Figuras 1.12 y 1.13).

Bermas Bajas o Contrabermas

El sistema de contrapesos es muy útil para la estabilización de taludes de terraplenes sobre zonas
de suelos blandos, donde las fallas ocurren generalmente por falta de resistencia en el manto de
cimentación del terraplén. En este caso, se construye una berma, la cual consiste en un terraplén
de menor altura ubicado junto al terraplén principal, que sirve de contrapeso al aumentar la longitud
de la superficie de falla (Figura 1.14).

Las bermas o contrabermas son usadas para colocar una carga al pie de un terraplén sobre el suelo
blando y de esta forma, aumentar la resistencia abajo del pie. La berma se coloca en el área que de
acuerdo con el análisis de estabilidad, se puede levantar al producirse un deslizamiento.

La contraberma se debe diseñar de forma que sea efectiva para garantizar la estabilidad del
terraplén principal y al mismo tiempo, que sea estable por sí misma. El efecto de la contraberma es
el de crear un contrapeso que aumente la longitud y la profundidad del círculo crítico de falla.

Se recomienda prestar atención especial al cálculo de la capacidad de soporte o estabilidad del talud
profundo del suelo sobre el cual se plantea la colocación de la contraberma. Si no se hace un estudio
de estabilidad, hay peligro de que la carga adicional impuesta por la contraberma, pueda generar
una falla profunda.
Muros de Suelo Reforzado (MSE)

Los terraplenes del suelo mecánicamente estabilizado, (MSE) incluyen capas de suelo compactado
con geosintéticos o mallas de refuerzo que forman una masa de gravedad la cual actúa como
estructura de contención o contrapeso para la estabilización del deslizamiento (Figura 1.15).

La fachada del muro MSE puede ser vertical o inclinada y puede estar recubierta por vegetación o
concreto lanzado. Los taludes MSE deben ser diseñados para la estabilidad interna y externa. La
estabilidad interna requiere que la estructura de refuerzo sea coherente y autoportante bajo la
acción de su propio peso y de las fuerzas externas aplicadas. Los refuerzos deben diseñarse y
espaciarse de forma que no fallen a tensión o no puedan ser extraídos de la masa de suelo.

Para la estabilidad externa de los taludes, los muros MSE deben satisfacer los mismos criterios de
un muro tradicional, o sea que no sufran inestabilidad por el deslizamiento o volteo o inestabilidad
global por la capacidad de soporte o la inestabilidad del talud. Para el diseño de los taludes MSE se
recomienda utilizar los criterios de la AASHTO.

Los muros MSE deben incluir un sistema de drenaje eficiente para el control de las aguas
subterráneas e infiltradas y deben estar cimentadas sobre fundaciones estables.
LLAVES DE CORTANTE

Una llave de cortante es una zanja rellena de materiales de alta resistencia, la cual se construye
atravesando la superficie de falla en todo el ancho de un deslizamiento. La estabilización se obtiene
al utilizar la resistencia más alta del relleno en comparación con el suelo natural y los beneficios
adicionales del drenaje. En ocasiones, las llaves de cortante se utilizan en combinación con
contrapesos que aumentan los esfuerzos efectivos en el pie del deslizamiento.

Las llaves de cortante son usadas para proporcionar una resistencia adicional al deslizamiento
horizontal de la base de terraplenes (bermas) o para profundizar la superficie potencial de la falla
de deslizamientos (Figura 1.16). El principal propósito de la llave de cortante es forzar al círculo
crítico a profundizarse a una formación más resistente. Este método es muy efectivo cuando
aparecen mantos de suelos duros a poca profundidad (Figura 1.17).

La llave de cortante debe contener un sistema de drenaje por gravedad. Comúnmente, se coloca
una tubería de drenaje en la parte inferior de la llave de cortante y una conducción que permita el
drenaje por gravedad y en algunos casos, se requiere construir subdrenes de penetración para
facilitar el drenaje del agua recolectada por el material granular.

Las llaves de cortante son más eficientes cuando las superficies de falla son relativamente
profundas (de 3 a 10 metros bajo el nivel del terreno) y son poco eficientes para fallas poco
profundas (menos de 3 metros) (Cornforth, 2005).
Las llaves de cortante son especialmente apropiadas para los deslizamientos de arcilla. Los
enrocados que poseen ángulos de fricción φ’=42°, generan resistencias muy significativas
comparadas con la resistencia de la arcilla. Es muy común, la utilización de llaves de cortante en los
deslizamientos de traslación como es el caso de los coluviones arcillosos que se deslizan sobre los
suelos residuales duros. El material preferido para las llaves de cortante es el enrocado anguloso de
roca dura. Se recomienda colocar sobre el enrocado, un geotextil para prevenir el movimiento de
los suelos finos o la erosión interna. El ancho de la base de la llave de cortante varía generalmente
de 5 a 10 metros y se emplean taludes temporales 1H:1V. El diseño de la llave de cortante se realiza
comúnmente, mediante el análisis de equilibrio límite suponiendo que la llave es un material
adicional con sus respectivas propiedades de resistencia. Cuando la base de la llave de cortante se
debe excavar en roca, es posible que sólo se pueda excavar 30 a 50 cms dentro de la roca. Existen
algunas fórmulas para calcular el área de la sección de la llave de cortante con el objeto de
determinar los volúmenes, los cuales aumentan ampliamente según la profundidad de la llave de
cortante. Estas fórmulas se presentan en las figuras 1.18 y 1.19.
En el diseño es importante determinar los valores de D y L que generen el factor de seguridad
deseado.

Tipos de Llave de Cortante

Las llaves de cortante pueden diseñarse de la siguiente forma:

• Pedraplén o material granular por debajo de la superficie de falla y sobre esta llave, se coloca un
contrapeso que puede ser de material granular o de material común. Este tipo de llave es muy
eficiente, debido a que el contrapeso colabora ampliamente en el aumento de la resistencia al
cortante en la llave.

• Pedraplén o material granular por debajo de la superficie de falla y reconformación con material
común; en este caso, se debe garantizar que el espesor del material granular sea lo suficientemente
grande para evitar que se pueda formar una superficie de falla por encima de la llave de cortante.
Una práctica común es dejar solamente 50 centímetros (a un metro del suelo) sobre el relleno
granular.

• Llave de cortante en concreto. La técnica consiste en excavar por debajo de la superficie de falla
y construir un muro interno en concreto ciclópeo. Adicionalmente, se requiere un sistema de
subdrenaje por detrás del muro ciclópeo. Esta metodología se utiliza cuando un deslizamiento de
arcilla se mueve sobre un estrato de roca y el muro puede ser anclado dentro de la roca.

Recomendaciones para la Construcción de Llaves de Cortante

Para la construcción de la llave se realiza una excavación en zanja por debajo del nivel del terraplén
y ésta se rellena con roca o materiales compactos muy competentes. En su construcción debe
tenerse cuidado de no producir un deslizamiento con la excavación.
La excavación debe realizarse en tramos cortos y con medidas de entibado. Es recomendable la
construcción de las llaves de cortante en temporadas secas o en su defecto, abatir los niveles
freáticos previamente a la excavación.

Cornforth (2005), recomienda el siguiente procedimiento para la construcción de las llaves de


cortante:

• Construir vías de acceso a la obra, por ambos lados de la zanja diseñada.

• Si se específica, colocar los pozos de bombeo de agua para bajar los niveles freáticos.

• Remoción de árboles y descapote del suelo orgánico.

• Cortar una excavación de no mayor de 10 metros de longitud y a la profundidad del diseño con
taludes temporales 1H:1V, en ambos lados de la excavación.

• Colocar un geotextil de filtro en todo el perímetro de la excavación parcial de acuerdo con el


diseño.

• Colocar la tubería de drenaje en la parte inferior de la trinchera y construir el sistema de desagüe


paralelamente con los cortes.

• Colocar el material granular hasta el nivel de diseño en el área excavada.

• Excavar un nuevo tramo máximo de 10 metros de longitud y proceder de igual forma, al colocar
el geotextil, la tubería y el material granular.

A medida que se coloca el material, se debe ir retirando el suelo excavado. La compactación se debe
hacer en capas, máximo de 30 centímetros de espesor. Debe hacerse énfasis en que la compactación
es un factor muy importante para la resistencia adecuada al cortante del relleno granular en la llave.

Excavación y Reemplazo

Excavar el suelo suelto o removido y remplazarlo por un material granular resistente, es una técnica
de remediación muy sencilla. El sistema consiste en retirar el suelo a una profundidad superior a la
de la superficie de falla y remplazarlo por un material de mejor calidad, similar a una llave de
cortante.

Esta técnica puede completarse con un sistema de compactación profundo como la vibro
compactación y de esta forma, se densifican no solamente los materiales colocados, sino los que se
mantienen en el sitio.

ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN

Las estructuras de contención de tierras tienen por objeto la colocación de fuerzas adicionales que
resistan el movimiento (Tabla 1.8). El objetivo es colocar fuerzas externas que aumenten las fuerzas
resistentes, sin disminuir las actuantes (Figura 1. 20).
Las estructuras de contención pueden ser masivas, en las cuales el peso de la estructura es un factor
importante (Figura 1.21) o pueden consistir en estructuras ancladas, en las cuales la fuerza se
transmite al suelo profundo por medio de un cable o varilla de acero.

Cada tipo de estructura tiene un sistema diferente de trabajo y se deben diseñar de acuerdo con su
comportamiento particular. En el capítulo 3, se explica el comportamiento y el diseño de las
estructuras de contención para estabilizar los deslizamientos. Entre los sistemas de contención para
la remediación de deslizamientos, se encuentran los siguientes:

Estructuras de gravedad

Son muros que trabajan como un peso o contrafuerte en la parte inferior de un movimiento. Entre
los tipos de muro de gravedad se encuentran los muros en concreto simple, concreto ciclópeo,
gaviones, criba, mampostería, enrocado y muros MSE.

El peso es un factor determinante en este tipo de estructura. Los muros de gravedad son rígidos a
flexibles de acuerdo con el tipo de material utilizado para su construcción y son muy eficientes, para
estabilizar los deslizamientos poco profundos se pueden requerir estructuras de gran magnitud.

Muros en Voladizo

Son estructuras en concreto armado, esbeltas, con contrafuertes o estribos, en las cuales
adicionalmente al peso del concreto, se coloca un relleno de suelo sobre la cimentación del muro.
Esto aumenta el peso del sistema muro-suelo y existe además, la posibilidad de colocar llaves o
espolones por debajo de la cimentación para mejorar las condiciones de estabilidad de la estructura.

Estructuras ancladas

Estas estructuras consisten en la perforación de inclusiones de acero dentro del suelo, las cuales
comúnmente se inyectan para formar bulbos de anclaje (Anclajes postensionados) o se cementan
en toda su longitud (Anclajes pasivos). Generalmente, se complementan con una pantalla o muro
sobre la superficie del terreno en el cual se apoyan las anclas. (En los capítulos 4 y 5 se detallan los
procedimientos de diseño).
Estructuras enterradas

Son estructuras compuestas por tablestacas, pilas o pilotes, las cuales se profundizan por debajo de
la superficie de falla. De esta forma, aumentan la resistencia al cortante sobre la superficie del
deslizamiento y transmiten cargas a los materiales profundos más competentes. (En el capítulo 7 se
detallan los procedimientos de diseño).

La escogencia de la estructura de contención a utilizar para remediar un deslizamiento, es una de


las decisiones más importantes en el diseño. Después de escogido el tipo de estructura, se requiere
diseñar los diversos elementos que la constituyen.

Las estructuras de contención deben complementarse con sistemas de subdrenaje para disminuir
las presiones sobre las paredes y para abatir los niveles de agua en el suelo detrás de los muros.
Para escoger el tipo de estructura se deben tener en cuenta, entre otros, los siguientes factores:

• Comportamiento de la estructura

• Disponibilidad de materiales para su construcción


• Costos

Estructuras de Anclaje o Refuerzo

Las estructuras de anclaje o refuerzo incluyen cables o varillas que se colocan dentro del suelo para
reforzarlo o para transmitir cargas a los suelos o rocas a profundidad (Fotografía 1.3). En este tipo
de estructura están incluidos los pernos, los muros anclados, los nails y los micropilotes (Figura 1.23
y tabla 1.9). Las estructuras de anclaje pueden ser postensionadas (“tiebacks”) o pasivas (clavos o
“nails”). De acuerdo con las características del talud y las necesidades de comportamiento, se
escoge el tipo de anclaje más eficiente para el caso específico.
DRENAJE Y SUBDRENAJE

Unas de las técnicas más efectivas para la estabilización de laderas y taludes es el control de las
aguas superficiales y subterráneas (Figura 1.27 y tabla 1.10). Su objetivo es controlar el agua y sus
efectos, disminuyendo las fuerzas que producen el movimiento y/o aumentando las fuerzas
resistentes. El drenaje y el subdrenaje generalmente son poco costosos y muy efectivos como
medidas de prevención de los movimientos.

Las obras de drenaje son un buen complemento de otros sistemas de estabilización. Su diseño y
construcción son sencillos. En el capítulo 2, se explican en detalle, las tecnologías de drenaje y
subdrenaje, aplicadas a la estabilización de los deslizamientos de tierra.

MÉTODOS QUÍMICOS

MEJORAMIENTO DE LA RESISTENCIA DEL SUELO

Las técnicas de mejoramiento de la resistencia del suelo incluyen procesos físicos y químicos que
aumentan la cohesión y/o la fricción del suelo modificado o de la mezcla suelo-producto
estabilizante (Tabla 1.11).
MEJORAMIENTO DE LA RESISTENCIA DEL SUELO

Las técnicas de mejoramiento de la resistencia del suelo incluyen procesos físicos y químicos que
aumentan la cohesión y/o la fricción del suelo modificado o de la mezcla suelo-producto
estabilizante (Tabla 1.11).
Las obras pueden ser definitivas o pueden ser temporales de acuerdo al método utilizado.

Inyecciones

Se han intentado varios esquemas de inyección de diversos productos para el mejoramiento de la


calidad del suelo en deslizamientos. Las inyecciones de diversos productos químicos tienen por
objetivo mejorar la resistencia o reducir la permeabilidad de macizos rocosos y en ocasiones de
suelos permeables.

Las inyecciones pueden ser de materiales cementantes, tales como el cemento y la cal o de
productos químicos tales como silicatos, ligninos, resinas, acrylamidas y uretanos. Generalmente,
las inyecciones de cemento o de cal se utilizan en los suelos gruesos o en fisuras abiertas y los
productos químicos, en materiales menos permeables.

Inyectabilidad de los materiales

Antes de decidir sobre la utilización de una inyección, debe investigarse que el material realmente
pueda penetrar dentro de los vacíos o fisuras (Figuras 1.30 y 1.31). La penetrabilidad de las
inyecciones químicas depende de su viscosidad, presión de inyección y período de inyección, así
como la permeabilidad del suelo inyectado (Bodocsi y Bourers, 1991).

La relación de inyectabilidad se ha definido como:


Esta relación debe ser mayor de 25 para garantizar que la inyección penetre la formación
exitosamente. Si la relación de inyectabilidad es menor de 11, no es posible realizar el trabajo de
inyección. Generalmente, los suelos con materiales de más del 20% de finos, no son inyectables
incluso por productos químicos.
Las inyecciones de cemento

Las inyecciones más utilizadas son las de cemento, ya sea en forma de inyección o colocándolo en
las perforaciones sobre la superficie de falla. El efecto de la inyección es desplazar el agua de los
poros y fisuras y de esta forma, producir una disminución de la humedad, así como cementar los
poros de fisuras. Lo que produce el cemento es un proceso de cementación y relleno de los vacíos
del suelo o roca y de las discontinuidades de mayor abertura, con lo cual aumenta la resistencia del
conjunto y se controlan los flujos internos de agua.

El mortero de inyección se endurece y crea un esqueleto alrededor de los elementos del suelo o
roca. Los procesos de inyecciones se realizan en varias etapas, iniciando por una inyección de la zona
general y terminando con el relleno de sitios específicos. La presión de la inyección debe ser mayor
que el producido por el sobrepeso del suelo y del agua, para permitir la penetración dentro de las
fisuras y a lo largo de una superficie de falla activa.

Se hacer una hilera de perforaciones hasta más abajo de la superficie de falla, las cuales se utilizan
como ductos para la inyección. El espaciamiento entre los huecos de inyección varía de 3 a 5 metros.
La operación de inyección debe iniciarse en la hilera inferior, con el objeto de mejorar el apoyo en
el pie de la falla y de esta forma, evitar movimientos durante el proceso de inyección.

Se debe tener en cuenta que la presión de poros puede aumentar por efecto del proceso de
inyección, lo cual puede agravar los problemas de movimiento en los taludes. La presión de poros
aumenta cuando se bloquean los caminos de corriente de agua y se debe tener especial cuidado al
diseñar el sistema de inyección, de colocar un sistema de subdrenaje como complemento
(Subdrenes de penetración).

Se han utilizado relaciones agua-cemento desde 0.5:1 hasta 10:1, dependiendo del tamaño de los
vacíos. Sin embargo, el rango usual varía de 0.8:1 a 5:1. El tiempo de fraguado de la inyección de
cemento aumenta con la relación agua-cemento; generalmente los tiempos varían entre 4 y 15
horas y para relaciones agua-cemento, mayores de 10. A veces nunca se produce el fraguado.

Con frecuencia, se le agregan otros productos al cemento para mejorar el resultado de la inyección,
tales como aceleradores, retardadores, coloides para minimizar la segregación, materiales
expansores, tomas reducidoras de agua, etc. En ocasiones, el cemento se mezcla con arena, arcilla
o ceniza como llenantes, con el objetivo de disminuir el costo de la inyección.

En los suelos residuales, ha tenido éxito la inyección de cemento de zonas permeables en el límite
inferior del perfil de meteorización. Chummar reporta la estabilización de un deslizamiento en suelo
residual de areniscas en la India, empleando inyecciones de lechada de cemento en perforaciones
de 3 a 4 centímetros de diámetro con espaciamientos de 10 metros.

Inyecciones de cal

En años recientes, se han usado técnicas de inyección de lechada de cal dentro del suelo (Boynton
y Blacklock). La lechada de las zonas fracturadas o juntas y otras superficies de debilidad, fue
inyectada utilizando tubos de 4 centímetros de diámetro con puntas perforadas (Rogers, 1991).
La inyección es colocada al rechazo, con intervalos entre 30 y 45 centímetros, y con presiones típicas
entre 350 y 1300 Kpa. Así, se pueden tratar profundidades de más de 40 metros. Algunas veces, se
ha utilizado la inyección de cal mezclada con ceniza.

Capas o Columnas de Cal

Existe el método de estabilizar terraplenes de arcilla con capas de cal viva (CaO). El proceso de esta
mezcla consiste en hacer reaccionar la cal con la arcilla, para producir Silicato de Calcio, el cual es
un compuesto muy duro y resistente. Otro sistema es el de colocar columnas de cal, previa
construcción de una perforación vertical (Figuras 1.32 y 1.33). El efecto de las columnas de cal es un
aumento en la cohesión promedio a lo largo de una superficie de falla activa o potencial

Donde:

C = Cohesión. ar = πD2 /4S2

D = Diámetro de la columna.

S = Separación entre columnas. Broms (1991) recomienda utilizar factores de seguridad mayores a
1.3 siempre que se diseñen columnas de cal.
Una limitación al uso de la cal es que la estabilización con cal no es efectiva en los suelos granulares.
Otra desventaja de este método es que deben dejarse al menos 80 días, antes de que se consideren
estabilizadas las columnas de cal.

Magmaficación

El proceso de magmaficación consiste en fundir el suelo a temperaturas de cristalización de más de


5.000º C, de forma que se produce un magma artificial, el cual se enfría y cristaliza posteriormente,
para convertirse en roca (Figura 1.35).

Este procedimiento ha sido desarrollado por la NASA. El proceso incluye dos etapas así:

• Perforación de huecos verticales de varias pulgadas de diámetro en el suelo.


• Introducción y retiro de la perforación, de un cilindro o pistola magmaficadora accionada por
corriente eléctrica, la cual convierte en magma el suelo en un radio de un metro de distancia del
hueco, aproximadamente.

La pistola magmaficadora utiliza tres rayos similares a los rayos laser, los cuales al entrelazarse,
producen las temperaturas suficientes para convertir el suelo en magma. Al enfriarse, se forma una
serie de columnas de roca que estabilizan el talud.

Congelación del Suelo

La congelación del suelo consiste en disminuir la temperatura del terreno de modo que el agua se
convierte en hielo, lo cual equivale a que se aumenta la resistencia del material (Figura 1.36).
Generalmente, la congelación se emplea en excavaciones en suelos blandos saturados.

El suelo congelado conforma una especie de pared provisional que permite la excavación. La
congelación depende de las características geológicas e hidrológicas del sitio así como los tipos de
suelo presentes, sus propiedades térmicas y contenido de aguas.

La estabilización de taludes empleando la congelación, comúnmente, consiste en la perforación de


huecos a distancia de 1.0 a 1.5 metros entre centros, donde se insertan tubos concéntricos y se
bombea un refrigerante. Un sistema puede consistir en el bombeo de un enfriador similar al
utilizado en los equipos domésticos de congeladores, dentro del sistema de tuberías en contacto
con el suelo.

Generalmente, toma de seis semanas a cuatro meses la fase activa o de congelación. Un segundo
sistema consiste en inyectar nitrógeno líquido. La congelación comprende dos etapas: la fase activa
en la cual el suelo se congela y la fase pasiva en la cual se requiere mantener el suelo en su estado
congelado. Al congelarlo, disminuye la permeabilidad y puede presentarse aumento de las
presiones de poros arriba del área congelada.

Batido y Mezclado Profundo

Consiste en la mezcla del suelo con cemento o con cal para aumentar la resistencia al cortante de
una arcilla. Mediante esta técnica se pueden obtener resistencias a la compresión inconfinada de
hasta 200 PSI (Cornforth, 2005). Se requiere especificar la cantidad de cemento de acuerdo con las
necesidades de resistencia en la superficie de falla del deslizamiento. La técnica, aunque ha sido
poco empleada se considera efectiva.

El principal inconveniente es el tamaño de los equipos, los costos de movilización y la poca movilidad
en la obra. Las columnas de cal combinadas con cemento, pueden mejorar en forma significativa la
resistencia al cortante. Comúnmente se utilizan relaciones cemento-cal de 1:1 a 3:1.
RECUBRIMIENTO O PROTECCIÓN DE LA SUPERFICIE

Los recubrimientos son técnicas que tratan de impedir la infiltración, la ocurrencia de fenómenos
superficiales de erosión o refuerzan el suelo más subsuperficial (Tabla 1.13). El recubrimiento puede
consistir en elementos impermeabilizantes como el concreto o elementos que refuercen la
estructura superficial del suelo como la cobertura vegetal.

Uno de los objetivos de la protección de la superficie del talud, es prevenir la infiltración debida a
la lluvia y mantener el suelo parcialmente seco. Las medidas de protección incluyen el concreto
lanzado, los bloques de mampostería, la protección con piedras y el recubrimiento con productos
sintéticos. Estos recubrimientos se pueden complementar con prácticas de cobertura vegetal (ver
capítulo 9).

Aunque el factor de seguridad no se modifica teóricamente, en la práctica sí se produce un efecto


estabilizante al mantener las fuerzas de succión o presiones negativas, las cuales actúan como
fuerzas resistentes que tratan de impedir las fallas al cortante o el colapso.

El recubrimiento de la superficie de un talud con productos artificiales puede implicar un aumento


en los valores de escorrentía, lo cual requiere de la construcción de estructuras de control de aguas
superficiales capaces de manejar los volúmenes producidos de acuerdo a la intensidad de las lluvias.

La Bioingeniería y la Vegetación

La protección ideal de la superficie de un talud es el recubrimiento con vegetación. Se tiene como


norma general, que no es posible establecer buena vegetación en los taludes de más de 60º de
pendiente y es difícil de revegetalizar los taludes de más de 45º de pendiente.

Los pastos generalmente son plantas originarias de los terrenos planos y no es fácil establecerlos
adecuadamente, sobre zonas de alta pendiente (Tabla 1.14). Un sistema de biotecnología utilizado
para estabilizar deslizamientos, es la colocación superficial de vigas de concreto armado en forma
reticulada y en las áreas intermedias (entre las vigas) colocar vegetación (Figura 1.47).
Concreto Lanzado

El concreto lanzado es una mezcla de cemento y agregados, los cuales se pueden colocar en seco o
por vía húmeda; generalmente, se ubica una malla de refuerzo previamente al lanzado del concreto.
Para facilitar el drenaje, se deben construir huecos o lloraderos que atraviesen la superficie de
recubrimiento y de esta forma, evitar las presiones de poros por represamiento del agua
subterránea. El concreto lanzado tiene la facilidad que se puede aplicar sobre superficies irregulares,
pero es sensible a los asentamientos y agrietamientos.

Las especificaciones sobre materiales son muy similares a las utilizadas para los concretos
convencionales. Se requiere que los agregados prevengan la segregación. Se debe tener especial
cuidado con las consecuencias de los procesos de expansión y contracción del suelo, los cuales
pueden destruir la superficie de taludes, por agrietamiento.

Criterios para el manejo del concreto lanzado:

• Lanzabilidad: Se debe poder lanzar con un mínimo de rebote.

• Resistencia temprana: Debe tener una resistencia suficiente para dar soporte al terreno, en menos
de cuatro a ocho horas.

• Resistencia a largo plazo: Debe alcanzar una resistencia determinada a los veintiocho días con una
dosificación de acelerante necesaria para lograr la lanzabilidad y la resistencia temprana.

• Durabilidad: Debe resistir el ambiente a largo plazo.

• Economía: Debe ser bajo el costo de los materiales y mínimo el desperdicio por rebote.

Suelo-Cemento

El recubrimiento en suelo-cemento puede mejorar las condiciones de permeabilidad de un talud


haciéndolo relativamente impermeable y de esta forma, se disminuye la infiltración.

Chunam

En Hong Kong y los países del Sureste Asiático, se utiliza con mucha frecuencia, un recubrimiento
llamado “Chunam Plaster”, que consiste en una mezcla de cemento, cal y suelo, generalmente en
las siguientes proporciones: una parte de cemento Portland, tres partes de cal hidratada y veinte
partes de suelo residual de granitos o suelos volcánicos (Geotechnical Control Office, 1984).

Se emplea mucho con suelos residuales de granitos y suelos volcánicos; el cemento y la cal se
mezclan en seco antes de agregarlos al suelo; la cantidad de agua depende de la trabajabilidad que
se requiera y se dosifica directamente en campo; el suelo debe estar libre de materia orgánica y
raíces. Entonces, se agrega la cantidad mínima de agua consistente con la trabajabilidad de la
mezcla. Si la relación agua-cemento es muy alta se produce agrietamiento severo del recubrimiento.
Generalmente el Chunam, se aplica en dos capas cada uno de aproximadamente 3 centímetros. La
primera capa se escarifica antes de colocar la segunda, dejando un tiempo de 24 horas
aproximadamente, entre las dos capas. Para sostener el Chunam en su sitio, se colocan unos pernos
de 30 centímetros de largo y una pulgada de diámetro aproximadamente, cada 1.5 metros en la
superficie del terreno. No se acostumbra colocar juntas.

Mampostería

La mampostería puede consistir en bloques de concreto o de piedra pegada con concreto o mortero.
Las juntas entre bloques adyacentes, generalmente se rellenan con un mortero 3 a 1 o se utiliza
vegetación. En el caso de recubrimiento, utilizando concreto o mortero, se deben dejar lloraderos
para evitar la acumulación de aguas subterráneas.

Rip-Rap

La solución consiste en colocar sobre la superficie del talud, piedra suelta acumulada la una sobre
la otra, con el objeto específico de protegerlo contra la erosión. Usualmente, por debajo del Rip-
Rap, se coloca un geotextil no tejido, como elemento deprotección adicional. El Rip-Rap puede
depositarse a mano o al volteo. Generalmente, al colocarse al volteo, el espesor de la capa es menor,
pero en cualquier caso no debe ser inferior a 12 pulgadas. El tamaño de las piedras depende de la
pendiente del talud; así es posible colocar piedras de mayor tamaño en las pendientes menores.

La pendiente máxima (normalmente aceptada) de una ribera para la colocación de enrocados es


2H:1V. En el caso de utilizar grandes bloques semi-rectangulares, se permiten pendientes hasta
1.5H:1V (AASHTO 1999). Para las pendientes mayores, se requieren los muros de contención.

Se deben emplear piedras no redondeadas, preferiblemente de forma tabloide, con espesores


superiores a 100 mm; las piedras se pueden colocar sueltas o pegadas con mortero o concreto.

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