Bilbainos Por Siegrist
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Entre los siglos XVII, XVIII y XIX pobladores procedentes de Bilbao y sus inme-
diaciones se establecieron en Buenos Aires. Se destacan las compañías comerciales
que formaron o que tuvieron intención de consolidar, así como su activa participa-
ción en el cenit de la política local. Se constata, asimismo, que fue manifiesta su ads-
cripción a la Orden Franciscana). La cadena de migraciones de bilbaínos no se cortó
con la revolución de mayo de 1810, Se expresan sus radicaciones en las provincias
de Entre Ríos, Corrientes, Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba.
The settlement of people from Bilbao in Buenos Aires and in other territories
of the River Plate: their relationship with society, politics, trade and with reli-
gious aspects: XVII-XX centuries.
During the XVII, XVIII and XIX centuries immigrants proceeding from Bilbao and
its surroundings established themselves in Buenos Aires. Outstanding are the trading
companies that they formed or that they attempted to consolidate, as well as their
active participation at the zenith of local politics. Similarly, their open adscription to
the Franciscan Order is recorded. The chain of migrations of people from Bilbao was
not cut off by the revolution of May 1810. Mention is also made of where they set-
tled in the provinces of Entre Ríos, Corrientes, Santiago del Estero, Tucumán, Córdo-
ba.
NORA SIEGRIST
diciembre de 2001. Agradezco al director de la Revista Dr. Joseba Agirreazkuenaga y a las auto-
ridades del Ayuntamiento de Bilbao la oportunidad de su exposición.
Este tipo de estudios favorece, por épocas, los análisis de la prosopografía. Al respecto, ver
a James Lockhart, “La historia social de Hispanoamérica Social: evolución y posibilidades”, en
ECO, Revista de Cultura de Occidente, Tº XLV-I, nov. 1981, Nº 241, pp. 1-60; Susana R. Frías y
César A. García Belsunce, De Navarra a Buenos Aires, Buenos Aires, Instituto Americano de Estu-
dios Vascos, 1996, estudian la población de esa región mediante el método de biografías colec-
tivas. Véase la bibliografía que insertan, especialmente, en pp. 9-17. Entre 1580 y 1713, expresan
que hubo 60 navarros a los que analizan desde los marcos teóricos apuntados. Véase asimismo
a Hellène Millet, “Notice biographique et enquète prosopographique”, en Mèlanges de l´École
Francaise de Rome Nº 9, 1980, pp. 87-110, y tantas otras colaboraciones imposibles de citar aquí.
También, lo asentado para estudios que utilizan el proceso de salida geográfica local: Joseba
Aguirreazkuenaga, Storia locale e microestoria: due visioni in confronto, Bilbao, Universidad del
País Vasco, 1993, 118 pp. Del mismo autor, y para la confrontación de las biografías a través del
método prosopográfico, véase, Perspectives on English local history, Bilbao, Servicio Editorial de
la Universidad del País Vasco, 1993.
2 En 1990 comenzó un análisis de vizcaínos por regiones que consiguió complementarse con
los importantes documentos de Vizcaya y Buenos Aires: Cfr. Nora Siegrist de Gentile- Óscar Álva-
rez Gila, De la Ría del Nervión al Río de la Plata. Estudio de un proceso migratorio: 1750-1850,
Portugalete, Vizcaya, Ayuntamiento de Portugalete, 1998; una parte más extensa de este trabajo
recibió el IV Premio del Certamen Noble Villa de Portugalete, Vizcaya, en 1994. Una de las apro-
ximaciones al tema de los vascos por regiones de origen y no desde el punto de vista de las pro-
vincias en, Nora Siegrist de Gentile, Inmigración vasca en la ciudad de Buenos Aires (1830-
1850), Vitoria-Gasteiz, Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, 1992, pp. 150-154; Idem,
“Planteo metodológico en torno al grupo vasco-español. Notas sobre los inmigrantes en la ciu-
dad de Buenos Aires según el censo de 1855”, en Segundo Congreso General de Historia de Nava-
rra, 1989, 2- Comunicaciones, Anejo, 13, Gobierno de Navarra, Viana, 1991. Separata.
3 Publicados por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay (FVAJDG), pueden mencio-
narse las obras siguientes: Jorge G.C. Zenarruza, Los vascos en América. Investigación sobre asen-
tamientos vascos en el territorio argentino. Siglos XVI-XIX. Provincia de Jujuy, Buenos Aires, 1991,
Tº I; Juan C. Crespo Naón, Celomar José Argachá, Susana T. de Domínguez Soler, Elsa Andrada
de Bosch, Luis C. Alan Lascano, Carlos Méndez Paz (h.); Provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Cata-
marca, Santiago del Estero, Buenos Aires, 1993, Tª II; Carlos A. Luque Colombres; Hugo H. Beck;
Jorge Corominas; Cecilia Marigliano; Idem y Margarita Ferrá de Bartol - Alicia N. Sánchez Cano;
Cecilia Marigliano y Ricardo S. Olivera Aguirre, Los vascos en América. Investigación sobre asen-
tamientos vascos en el territorio argentino. Siglos XVI-XIX. Provincias de Córdoba, Corrientes,
Tucumán, Mendoza, San Juan y San Luis, Buenos Aires, 1996, Tª III; Marcela Huergo, César A.
García Belsunce-Susana R. Frías (Dir. del Vol.: S. R. Frías), Investigación sobre asentamientos vas-
cos en el territorio argentinio –Siglos XVI a XIX-, Buenos Aires, 1999, Tª IV; Mauricio Goyenechea,
Magdalena M. Bernard Lanusse de Arichuluaga, Susana P. T. de Domínguez Soler, Juan Cruz Jai-
me, Los vascos en la Argentina. Familia y protagonismo, Buenos Aires, 2000; Lucrecia J. Marti-
nicorena de Vizakis-José M. Mariluz Urquijo-César A. García Belsunce, José M. Fontán Gamarra,
Luis M. Líbera Gill, Carlos M. Birocco, Dedier N. Marquiegui, Investigación sobre asentamientos
vascos en el territorio argentino – Siglos XVI a XIX-, Buenos Aires, 2001, Tª V.
4 José María Marilúz Urquijo, Bilbao y Buenos Aires. Proyectos dieciochescos de Compañías de
Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1990, entre otras, pp. 9-12. Cfr.
a Óscar Álvarez Gila, De la Ría del Nervión...., cit., p. 14. Recordemos por otra parte, también,
la fuerte colonia de «vizcaínos» -entre ellos, muchos propiamente del Señorío- que existía en otro
lugar americano, en la ciudad de México, capital del virreinato de Nueva España: Enrique Ola-
varia y Ferrari, El Real Colegio de San Ignacio de Loyola, vulgarmente conocido como de las Viz-
caínas, en la actualidad Colegio de la Paz. Reseña histórica, México, 1889.
7J. M. Marilúz Urquijo, Bilbao y Buenos Aires..., cit., pp. 45-50. con posterioridad, este autor
8 Guillermo Céspedes del Castillo, “Lima y Buenos Aires. Repercusiones económicas y polí-
ticas de la creación del Virreinato del Río de la Plata”, en Anuario de Estudios Americanos Nª 3,
Sevilla, 1946, pp. 674-716.
9 M. J. Arazola Corvera, Hombres, barcos..., cit., p. 41.
10 Idem, pp. 43-44.
12 Idem, p. 47.
13 Idem, p. 50.
14 Susan Socolow; Los mercaderes del Buenos Aires virreinal: familia y comercio, Buenos
Aires, Ediciones de la Flor, 1991. También, Idem, "La burguesía comerciante de Buenos Aires en
el siglo XVIII", en Desarrollo Económico No. 70, Buenos Aires, julio-septiembre de 1970, pp. 205-
215. Finalmente, cabe aclarar algunos aspectos desconocidos hasta ahora en los estudios: Anto-
nio de Larrazábal perteneció a la Orden Tercera de San Francisco y como uno más de sus acti-
vos miembros legó dinero para que en 1749 pudieran establecerse en Buenos Aires las herma-
nas del Monasterio de las capuchinas. Algunas de sus hijas fueron abadesas de la misma
congregación civil. Asimismo a través de Juana María, una de sus descendientes, estuvo vincula-
do a los comerciantes matriculados como Cargadores de Indias, José y Raimundo Iturriaga ins-
criptos en 1747 y 1750, respectivamente, como estudios puntuales recientes han permitido cono-
cer: Nora L. Siegrist de Gentile, "Vasconavarros en Buenos Aires. Su relación con la Matrícula de
Comerciantes del Sur de España y con la Tercera Orden de San Francisco. Fuentes contemporá-
neas para su estudio", en Basques in the Contemporary World: Migration, Identity and Globali-
zation, Reno, Nevada (EE.UU.), 1998, p. 138; otros aspectos en Idem, “Actuación religiosa de civi-
les españoles en la Orden Tercera de San Francisco en Buenos Aires: 1725-1823”, en Hispania
Sacra Nª LIII, Madrid, Instituto de Historia, Consejo Superior de >Investigaciones Científicas, Nº
108, año 2001, pp. 531-548.
guay, los granos y harina, el indicado tasajo y los cueros, el vino desde las
provincias argentinas del noroeste; etc., y también especiales pieles como las
de guanaco, nutrias y chinchillas. Como contrapartida los comerciantes vascos
en la ciudad, ayudados por algunos santanderinos y castellanos, importaron
sedas, abanicos, bayetas, ropas confeccionadas, loza, etc., por mencionar par-
te de los artículos de la red de comercialización.
Las relaciones no surgían por azar, desde tiempos muy remotos los vascos se
alojaron, después de una primera emigración en Sevilla; más tarde, fundamen-
talmente en Cádiz. Debido a situaciones políticas internas y externas, una gran
parte del núcleo de hombres que vivieron en el dieciocho, comenzó a partir en
una segunda expulsión. Comenzaron a instalarse en Hispanoamérica y también
se avecindaron, en nuestro caso, en Buenos Aires, convirtiéndose más tarde en
importantes hombres de negocios. Sin duda una de las causas originales pudo
haber sido –por tanto- la tentativa de consolidar las Compañías de Comercio
citadas. Muchos de ellos ocuparon puestos dentro del orden marítimo, antes de
su enriquecimiento en el Río de la Plata, actuando como capitanes de buques,
maestres, consignatarios y factores de las grandes casas de España.
III. Los más antiguos bilbaínos del siglo XVII que arribaron a Buenos
Aires
Se permitirá volver un poco atrás en el tiempo, para dar cuenta de los que
se establecieron en Buenos Aires en la centuria del XVIII15.
A esta época perteneció Francisco SETIÉN ABASCAL Y MENDIETA, quien
llegó a Buenos Aires en la leva de Vergara de 1670. Fue sargento del presi-
dio de la ciudad. En 1682 como testigo de una soltería, declaró la edad de 32
años por lo que -de ser cierta esta afirmación-, habría nacido por 1650. El 8
de noviembre de 1677 contrajo enlace con Agustina de Benavides, conocida
por algunos autores, con el nombre de Agustina Giménez de Paz, h.l. de Juan
Giménez de Paz y de Catalina de Benavides. Tuvieron por hijas a: Catalina de
Abascal o Setién Mendieta, b. el 8 de enero de 1681, que c.m. con Carlos
Rodríguez Estela y de la Sena Pacheco; María, b. el 4 de diciembre de 1681,
c.c. el importante poblador en Buenos Aires Pedro Barragán Leal de Ayala y
Bermúdez; Juana, b. el 4 de enero de 1685; Gregoria, quien tuvo nupcias con
José Ignacio Rodríguez Colares, hijo de Antonio Rodríguez Colares y Escobar
y de Lorenza Giménez de Paz y Benavides16.
15 A lo largo del trabajo fueron utilizadas las siguientes abreviaturas: b.: bautizado; Bs. As.:
Buenos Aires; C: Circa; c.c.: casó con; c.m.: Contrajo matrimonio; fall.: falleció; h.l..: hijo/a legí-
timo/a; ll.: llegó; n.: nació. nacido; vot.: Venerable orden Tercera de San Francisco; hoy, Orden
Franciscana Seglar; Pcia.: provincia; p.: página; pp.: páginas..
16 R.A. Molina, Diccionario Biográfico de Buenos Aires 1580-1720, Buenos Aires, Academia
Río de la Plata, Buenos Aires, R.J. Pellegrini e hijos, 1986, Tª. I, p. 180.
20 S. R. Frías, “Los vascos...”, cit., p. 183.
Es notable como este vecino de Buenos Aires junto con otros vascos del
período y de los siglos sucesivos, estuvo relacionado con la Orden Tercera de
San Francisco, hermandad que sesionaba en el lugar emplazado frente justo
de la casa de su morada. Un hijo del matrimonio de Orueta con Astudillo, de
los varios que tuvo esta unión, fueron:
1) José de Orueta, b.en 1684, cuyos padrinos fueron Miguel Castellanos, de
la VOT y Francisca Enríquez de Lara. El primero de los vástagos, fue fraile
franciscano, licenciado; llegó a poseer el cargo de Ministro de la VOT en
172021, a la vez que también tuvo intervención religiosa en la Catedral Metro-
politana de Buenos Aires.
2) Francisca, quien recibió los óleos sagrados en 1693, cuyo padrino fue
Francisco de Retana; que llegó a instituir como herederos en 1732 en su tes-
tamento, a su sobrina María Josefa de Orueta22 y a Luis Aurelio de Zavala,
cabildante, hijo del que fue Capitán general y gobernador de Buenos Aires, el
vizcaíno de Durango, Bruno Mauricio de Zavala, transeúnte, Caballero de la
Orden de Calatrava, todos igualmente de la Orden Franciscana Seglar porte-
ña23, lo que aproxima al hecho de una común red de adherencias sociales,
económicas, políticas y religiosas, dentro del ámbito porteño;
3) Isidoro [o Isidro], b. en 1693, cuyo padrino fue el mismo Diego Retana;
4) Ignacia, b. en 1697, de la que fueron padrinos, Fernando de Armaza y
Juana Gutiérrez;
5) Juan, b. en 1701; padrinos: Cap. Justo de Ramila e Isabel de Aguirre, su
mujer, ambos de la VOT, fraile franciscano24.
Iñigo de Orueta, dio poder a varios comerciantes de la época para que lo
representaran; actuó asimismo como fiador; y fue apoderado y testigo de
21 José de Orueta salió de testigo del matrimonio del capitán don José Gutiérrrez, que había
profesado en 1747 en la VOT , quien c.m. en 1715 con doña Ana [Martínez] de Aberasturi, tam-
bién hermana de la Orden Tercera de San Francisco; h.l. de José Martínez de Aberasturi, Minis-
tro de la misma hermandad en 1697, de Alava; y de Antonia de Azócar y San Martín [descen-
diente por ambas ramas de vascos].
22 L. Martinicorena de Vizakis, en “Los Vascos en la ciudad de Buenos Aires...”, cit., Tª V, p.
155, dice que posiblemente María Josefa Orueta y Luis Aurelio habían tenido una hija natural,
Josefa Antonia, quien casó el 3 de abril de 1763 con el Cap. navarro Pedro José de la Cuadra, del
que se conoce –según nuestra compilación de terciarios- que también pertenecía a la VOT.
23 Bruno Mauricio de Zavala, fue natural de Durango, señorío de Vizcaya. Teniente general.
Caballero de la Orden de Calatrava. Mariscal de Campo. Gobernador de Bs. As. Solicitó ingreso
a la VOT en 1727 y fue aceptado el 10-8 del mismo año. Falleció el 31-1-1736 frente a Santa Fe
y en julio de 1737 fue enterrado en la Iglesia Catedral con los honores correspondientes a su
jerarquía. En la solicitud de ingreso se declaró hijo legítimo de don Nicolás de Zavala, Caballero
de Calatrava y de doña Catalina de Gortazar, naturales de la villa de Durango. Luis Aurelio Zava-
la c.c. Pascuala de la Torre, h.l. del terciario de la VOT Juan de la Torre.
24 R. A. Molina, Diccionario..., p. 747.
30 Idem, p. 204
31 Idem, p. 204.
32 H. Fernández de Burzaco, Aportes biogenealógicos...., Buenos Aires, 1987, Tª II, p. 266.
33 S. R. Frías, “Los vascos ...”, citado, p. 142.
nero, cumplimentó sus tareas asistenciales en San Borja en 1758; en 1761 estu-
vo al frente de la Estancia Las Vacas y en otras tantas misiones en donde puso
en práctica los objetivos de la Compañía 34.También en esta ordenación figu-
ra el sacerdote y educador Agustín RODRÍGUEZ35, quien n. en Bilbao el 17
de agosto de 1722. Por tal motivo fue contemporáneo de aquél. Llegó a Bue-
nos Aires en 1745 como religioso de la misma Compañía de Jesús, integrando
la expedición del procurador D. Diego Garvia. Abandonó la ciudad en 1767 a
raíz del decreto de expulsión de los jesuitas. Radicado en Ravena, murió el 24
de agosto de 1778.
En tercer lugar consta la presencia de José de ARCHEVERROA, nacido
también en Bilbao en 1761, sobre el que se ha dicho que era “Miembro de
una familia nobiliaria de Bilbao, por ciertas contrariedades de la vida, se vino
a América y adoptó la profesión de franciscano lego”36. Vistió el hábito de esta
congregación en 1785 a la edad de 24 años. En 1814 fue nombrado maestro
de escuela en el Convento de la Recoleta, oficio que desempeño hasta su
muerte en Buenos Aires en 1845. En este emplazamiento se edificó una igle-
sia a cuyo frente estaban los religiosos franciscanos recoletos37.
41 VArchivo Orden Franciscana Seglar (en adelante AOFS): “ IBARRA, Hilario Antonio de.
Aguirre, 12-11-1798.
45 S. Socolow , Los mercaderes del Buenos Aires virreinal..., cit., p. 161.
49 AOFS., Defunción José Ignacio de la Quintana. Se sabe que alcanzó el grado de brigadier
general. Figuró entre los concurrentes al Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, ocasión en la
que votó por el mantenimiento del virrey. Ingresó a la VOT en 1773 y a su muerte el 15-5-1820,
fue enterrado en la capilla de San Roque. Nacido en 1737; h.l. de Nicolás de la Quintana y de
Leocadia de Riglos. Contrajo matrimonio en 1765 con doña Petronila (Petrona) Josefa Aoíz y
Larrazábal, h.l. de Pablo de Aoiz y de Tomasa de Larrazábal y Avellaneda, abadesa de la Orden
Franciscana Seglar en 1745. Tuvieron una numerosa descendencia, entre la que se cuentan a
Tomasa de la Quintana de Escalada, madre de Remedios Escalada, esposa del general San Mar-
tín y el presidente Manuel Quintana. Falleció el 15-5-1820 y fue enterrado en el Panteón de la
capilla de San Roque.
ministro y abadesa, los puestos más jerárquicos, elegidos para estos cargos en
1756, 1757, 1758 1759, 1760 y, en el caso de la última, en 1738 52.
Domingo de Urien mandó confeccionar un copón de plata para la capilla
de la Venerable Orden Tercera. Debido a su importante actuación en el seno
de la hermandad fue relevado de pagar la luminaria53. En 1787 en cartas diri-
gidas al Obispo de la Ciudad de Buenos Aires solicitó, desde la jefatura de la
VOT y en nombre de los miembros de hermandad que los mismos, a pesar
de ser civiles, fueran reputados como miembros “regulares”, situación que se
había solicitado ya en la época del medioevo y que, como tales, en los actos
públicos, se les dispensara el tratamiento que les correspondía por lo que lla-
mó, su “Instituto”54.
Urien desempeñó varios cargos en el cabildo: en 1773, alcalde de primer
voto, destacándose así en las funciones administrativas de la colonia. Consta,
por otro lado, que mantuvo una fuerte relación epistolar con miembros de la
Real Sociedad Bascongada de Amigos del País.
El matrimonio Urien-Basavilbaso tuvo varios hijos:
1. José Domingo Pantaleón, b. en 1770;
2. Angela María, b. en 1772;
3. Antonio Castro, b. en 1773;
4. Pedro Juan Ramón, b. en 1774;
5. Ramón José Francisco Soriano, b. en 1780;
6. Eugenio María, b. 1781;
7. José Román, b. 1783;
8. Antonia Crescencia, b. 1784.
Es de acotar, que el 5º y el 6º hijo fueron apadrinados por Agustín de Erez-
cano, sobre el que se ha hecho mención en páginas anteriores, también bil-
baíno como su “compadre”.
Puede agregarse que Domingo de Urien participó del seno de una red
familiar que llegó a vincularse, inclusive, con uno de los virreyes de Buenos
Aires, ya que su propia cónyuge, María Victoria Basavilbaso, fue tía carnal de
Ana Azcuénaga-Basavilbaso, hija de su hermana Rosa, casada con el vizcaíno
giosa convocante con criollos y extranjeros en los siglos XVIII y XIX”, en Néstor T. Auza (Reco-
pilador), Iglesia e Inmigración, Buenos Aires, CEMLA; 2001, Tª IV, p. 37.
55 Susana R. Frías, “Los vascos en Buenos Aires....”, pp. 199-181. También para datos rela-
cionados con Toledo, ver: Raúl A. Molina, “La educación de la mujer en el siglo XVII y comien-
zo del siguiente. La influencia de la Beata española doña Marina de Escobar”, en Historia Nº 5,
Buenos Aires, 1956, pp. 11-32.
56 FVAJDG., Los vascos en la Argentina..., cit., pp. 1006-1007, para cotejar otra generación de
este apellido, tal el caso de Eduardo URIEN (1892-1973) al concretar la fundación del Club Atlé-
tico de San Isidro; fue también presidente del Censo Agropecuario Nacional, ocupando también
los cargos de Vice-Ministro de Agricultura en 1938; Director General de Tierras y Colonias en
1940; Director de la Comisión de Granos y Elevadores y Gerente de la Junta de Granos de Argen-
tina entre 1943-1946.
57 AOFS., Manuel Nicolás Acha y Avendaño”, Libro de Hermanos, novicios y profesos: 1701-
1753.
58 E. Udaondo, Crónica..., cit., pp. 131 y 136.
59 N. Siegrist de Gentile- Ó. Álvarez Gila, De la Ría del Nervión...., cit., pp. 128-129.
60 César A. García Belsunce, “Los vascos en Buenos Aires en 1810”, en Academia Nacional
de la Historia, VI Congreso Internacional de Historia de América, Buenos Aires, 1982. Separata,
p. 152.
61 L. Martinicorena de Vizakis, “Los vascos...”, cit., p. 104.
62 Idem, Frías, p.- 217.
63 Idem, p. 217.
64 M. J. Arazola Corvera, Hombres, barcos..., cit., pp. 352-353.
65 FVAJG, Los vascos en la Argentina...., p. 222.
66 E. Udaondo, Diccionario..., pp. 535-536.
67 Idem, 536. También puede verse: Moctezuma, “Los Madariaga”, en Plus Ultra, Buenos
rezadas cada mes, por ella, su esposo y familiares. Pidió se estableciese, sobre
finca segura, una capellanía, nombrando como patrono de la misma a Juan B.
Olazarri y, en el caso que este falleciese, la misma pasaría al cura de la Igle-
sia70.
Se debe hacer notar que este Olazarri fue también albacea de Antonio Mar-
tínez de Urtiaga, de Castro Urdiales, célibe, quien mandó enviar a sus herma-
nos en Barcelona $2.100 plata, por conducto de Juan B. de la Soni de Buenos
Aires71.
Otro poblador más de Bilbao fue Juan Antonio SANTA COLOMA de esta
misma época, del que surgen noticias a través de la testamentería presentada
por su esposa, Ana Lezica, natural de Buenos Aires, que informa que aquél
había muerto en esta ciudad el 5 de febrero de 182972.
Santa Coloma fue hijo legítimo de los vizcaínos Juan de igual apellido y
María de la Concepción Santa Coloma. Arribó a Buenos Aires a fines del siglo
XVIII y ya la nómina de los principales comerciantes de Buenos Aires de 1798
lo presenta en el número 86, producto del enriquecimiento efectuado por
hábiles negocios realizados con su tío Gaspar de Santa Coloma, quien en igual
listado de comerciantes ocupaba el lugar 25. Compró junto con Francisco Lla-
no a Manuel Ventura Haedo todas las mercaderías de una tienda en la ciudad
formando, al poco tiempo, una sociedad de responsabilidad limitada con el
citado Gaspar. En 1802 volvió a ser mencionado como uno de los importan-
tes comerciantes de Buenos Aires, en momentos que había extendido sus rela-
ciones a Cádiz y otros puntos de España73.
Juan Antonio nombró como albaceas, primero a su esposa; segundo al hijo
político Dr. José Francisco de Acosta; tercero, a su propio hijo Eugenio María
de Santa Coloma. Del matrimonio con Ana Lezica tuvieron once descendien-
tes: Eugenio María, Martín, Magdalena, Gerónima, Irene, Manuela, Rosa, Mar-
cos Antonio, José Manuel, Juana Paula, Juan Blas. Como tutores de los meno-
res nombró a los mismos albaceas.
Legó parte de sus bienes a la esposa, designando como herederos a todos
los hijos. Testigos del poder fueron Isidoro García y Sañudo; Manuel de los
Ríos y Dámaso de Iranzuaga.
Esta testamentería representa la vida de Santa Coloma a través de algunos
litigios; una de ellas es la compra en 1805 a Juana Nepomucena de Echeve-
madamente entre 1835-1840. Casó con Ruperta Montero Raña, con la que
tuvo 7 hijos que vivieron en ambas bandas del Río de la Plata76.
Otro bilbaíno de gran importancia en los negocios porteños fue Santiago
de MEABE; h.l. de Cándido Ramón de Meabe y de María de la Torre o Lato-
rre. Contrajo matrimonio el 2 de junio de 1832, en primeras nupcias cuando
tenía 32 años, declarando estar aparroquiado en la Merced (circunscripción de
Catedral al Norte), con Bernabela Pondal, de 18 de edad, natural de Buenos
Aires, h.l. de José Pondal y de Catalina Genes. Pactaron entre ellos que Ber-
nabela formalizase a su favor "el correspondiente resguardo que acreditase los
bienes"77. En el balance efectuado de mercaderías el 7 de octubre de 1832 apa-
reció entre tantas otros objetos que formaban parte de su patrimonio, un stock
destacado de telas, españolas e inglesas, pañuelos, abanicos, por un valor
reconocido de $61.849 m/c. Se debe destacar que el padre de Bernabela fir-
mó junto a su hija y el mismo Santiago Meabe la indicada declaratoria, que
habían formado los tasadores Manuel Diez y Mariano López, firmando como
testigo Remigio Moreno78. No obstante la valuación, a continuación surge la
nueva cantidad de $93.963 que indicaron derivaba de una equivocación en las
estimaciones efectuadas.
Del matrimonio de este rico comerciante bilbaíno Meabe y Bernabela Pon-
dal hubieron los siguientes hijos: José Florentino, n. en 1834; María, n. en 1838
y Albino Ernesto, n. en 184679.
Sobre José Florentino, es posible agregar que casó en 1864 con Encarna-
ción Basarte nacida en 1839. Esta era h.l. de Francisco Basarte, otro vasco, y
Pascuala Casas. Los testigos del matrimonio fueron: Gregorio Lezama, apelli-
do también de las Provincias Vascas, nacido en Salta, de 55 años, difunto en
Buenos Aires y Bernabela Pondal, de 50, domiciliado en Rivadavia s/n80.
76 FVAJG, Los vascos en la Argentina..., p. 991. Este mismo apellido Uhagón Arécahaga, lo
mismo que Basabe, aparece en la mención de José Ramón Urquijo Goitía, ya que varios pobla-
dores de tal nombre se avecindaron en Buenos Aires: Véase: Diccionario Biográfico de los Par-
lamentarios de Vasconia (1808-1876). Vitoria-Gasteiz, Parlamento Vasco, Eusko Legebiltzarra,
1993. Para Cfr. una extensión de este trabajo: Joseba Aguirreazkuenaga; Susana Serrano, José
Ramón Urquijo y Mikel Urquijo, “La élite política. Fuentes y metodología para un estudio proso-
pográfico: Diccionario de los parlamentarios de Vasconia, 1808-1876”, Pedro Carasa, Ed., Elites.
Prosopografía contemporánea, Valladolid, Universidad de Valladolid, 1994, pp. 163-172. También
el apellido Uhagón, en: J. Aguirreazkuenaga (Dir.): Diccionario biográfico de los Diputados Gene-
rales, Burócratas y Patricios de Bizkaia (1800-1876). Bilbao, Bizkaiko Batzar Nagusiak, Juntas
Generales de Bizkaia, 1995.
77 A.G.N., Protocolos Notariales. Año 1832. Escribanía Agrelo. Declaración de capital: Ber-
304.
79 Ibídem, p. 304.
80 Ibídem, p. 304.
81 Ibídem, p. 304.
82 N. Siegrist de Gentile-Ó. Álvarez Gila, De la Ría del Nervión.... cit., pp. 12-126.
88N. Siegrist de Gentile- Ó. Álvarez Gila, De la Ría del Nervión...., cit., p. 127.
89 A.G.N., Protocolos notariales. Escribanía Agrelo. Testamento de José Antonio Chavarria,
1835, leg. Nº 6.
92 L.G. Alan Lescano, “Los vascos en Santiago del estero. Linajes vascuences cuyas descen-
dencias llegan a la actualidad”, en Investigación sobre asentamientos vascos...., cit., Tª II, p. 151.
93 Idem, p. 151.
94 Idem, p. 151.
95 Idem, p. 151.
nabar y Da. Petrona de Paz y Figueroa. Esta era hermana de Da. Gabriela de
ese mismo apellido quien, como se recordará, casó con D. José Pelayo de
Alcorta. Los primeros tuvieron varios hijos. Entre estos Baltasar Olaechea, cita-
do, llegó a ocupar los puestos de alcalde de barrio y regidor fiel ejecutor en
1819; defensor de menores en 1822 y alcalde de primer voto en 1826.
La descendencia de este último siguió afianzando los lazos endogámicos
ya que en el último cuarto del siglo XIX volvieron a entroncar los Olaechea
con los Alcorta a través de casamientos entre primos, los que continuaron
manteniendo los mismos apellidos. Esta acentuada endogamia llevó a que par-
te de los grupos o clanes familiares en el Río de la Plata, se consolidaran y
tuvieran fuerza de representación ante otras familias de poder de la zona.
Otro caso de procedencia bilbaína durante el período hispánico fue el de
la varonía del Capitán Juan Crisóstomo de Dizidio y ZAMUDIO, de quien se
ha dicho que era de Baracaldo y, en otras ocasiones, de Bilbao. Fue uno de
los más conspicuos pobladores arribados al puerto de Buenos Aires. Contrajo
matrimonio con Da. Francisca Ordóñez y Herrera Velasco, luego de una per-
manencia de 5-6 años en Cádiz, antes de llegar al destino sudamericano. En
1703 ya fue padre de Antonio Ignacio; tres años después, de Miguel; en 1712,
de Francisco Antonio; de Juan José.
D. Juan Crisóstomo tuvo permanencia en Corrientes en donde ocupó los
cargos más representativos de las funciones administrativas: maestre de cam-
po, teniente de gobernador; regidor, alférez real. Pero no fue en este único
lugar donde su actuación fue muy representativa, ya que en otras provincias
del interior también estuvo vinculado a las esferas más importantes del que-
hacer político.
Al enviudar contrajo nupcias con Da. Ana María Maciel Cabral de Melo, con
quien tuvo otros hijos: Juan Manuel, Francisco Javier, María Antonia, Gregoria
y Ana96.
Asimismo en Corrientes se radicó Manuel Joaquín de URIBE, nacido en Bil-
bao, quien aparece registrado en la matrícula de habitantes de esa localidad
en 1810 -se ha dicho-, “como de 62 años, que dijo no tener arma suya ni aje-
na”97.
En el entorno correntino vale citar igualmente al hermano de Joaquín Lucas
de Madariga y Respaldiza (transeúnte), quien se estableció en Corrientes. Este
vascos...., (1996), Tª III, p. 69. También ver a María Mercedes Trainor Balestra, “Corrientes ante
la Revolución de Mayo. Una interesante matrícula”, en Revista de la Junta de Historia de Corrien-
tes Nº 3, Corrientes, 1968, p. 106.
98 L. Martinicorena de Vizakis, “Los vascos en Buenos Aires...” (2001), p. 122, dice que se
104Idem, p. 68.
105AOFS.: “Nicolás de Ascoeta”, Solicitudes de Hábito: 1755-1762.
106 FVAJG, p. 25.
107 Cfr.: Sobre José Antonio de Zavalía y Urquiaga se ha dicho, asimismo, que fue b. en Zara-
mienda de indios; más tarde siguió teniendo la misma concesión y otra más
en San Juan de la Frontera124. Contrajo matrimonio con D. Luisa López de
Uriona, hija también de vascos. Sus descendientes ocuparon diferentes cargos,
entre otros, los de corregidor, maestre de campo. Entre los variados antece-
dentes, consta que los agustinos recibieron de este apellido una vocación reli-
giosa en su Orden.
En la centuria siguiente, en Mendoza surge asimismo el apellido de José
ABARRATEGUI, (¿-1769?), oriundo de Bilbao, hijo de Francisco Abarrategui y
Josefa Jovurchumategui (¿?)125. Casó con la mendocina Da. Agustina Videla,
con la que procreó dos hijos. Según el poder entregado para efectuar testa-
mento a su hijo Manuel, solicitó ser enterrado a su muerte en la Iglesia de San
Francisco126. Con el nombrado Manuel continuó la línea de su apellido; éste
fue un importante comerciante cuya fortuna ascendió por momentos a
$14.000, antes de perderla por un mal giro de los negocios y la quiebra de su
comercio “cuando viaja a Buenos Aires”127.
No se conoce la fecha de nacimiento y muerte de Manuel Abarrategui,
casado con Da. María de las Nieves Godoy, pidió ser enterrado al igual que
sus padres, en la Iglesia de San Francisco en Mendoza128, lo que continuó con
la constante de la devoción por el Santo de Asís traído, sin duda, desde las tie-
rras de origen.
129 José Manuel Azcona Pastor; Los paraísos posibles: La emigración vasca a Argentina y Uru-
guay (1830-1900), Universidad de Deusto, 1990, p. 58. El tema de la población de Bilbao pue-
de ampliarse –para observar comparativamente otros aspectos: Cfr. Joseba Aguirreazkuenaga,
Vizcaya en el siglo XIX, Universidad del País Vasco, E.H.U., , Servicio de Publicaciones UPV, 1987,
p. 233.
130 Idem, Historia de la emigración vasca a Argentina en el siglo XX, Vitoria–Gasteiz, Servi-
pobladores que está en vías de realización, correspondiente a la emigración por regiones- siglo
XX-.
133 Nora Siegrist de Gentile, “Proyección y presencia de la emigración vasca contemporánea
CONCLUSIONES
Una parte de los bilbaínos en Buenos Aires, enlazaron con otros poblado-
res del grupo vasco, por lo que el entorno de poder que estos mantenían y
conservaban en la ciudad, pronto también los alcanzó.
Los arribados a Buenos Aires durante el siglo XVII se distinguieron por per-
tenecer en su mayoría al servicio de las armas de tierra o de mar. Hay un con-
junto de soldados del presidio que luego fueron ascendiendo en sus rangos.
Más tarde se dedicaron al comercio en la ciudad pero, en ocasiones, alterna-
ron ambas actividades sin menoscabo la una con la otra. Entre los que ocu-
paron cargos militares sobresalen en la segunda mitad de esta centuria, los
nombres de Antonio Toledo (soldado del presidio, más tarde tuvo grado de
alférez); Juan Vizcarra, Francisco Zabala; Mateo de Chavarría o Echeverría;
Mateo Gamarra, Iñigo Orueta. Junto a éstos y como asimismo, mercader, está
Francisco Goitía, el que denunció con posterioridad a su llegada, ser “capi-
tán de caballos coraza”.
En cuanto a los que participaron en las Ordenes militares, la excepción fue
el señalado Orueta, uno de los pocos pobladores en Buenos Aires con per-
tenencia personal en la Orden de Calatrava.
Los hasta aquí señalados, se dedicaron al comercio, algunos apuntando a
franjas abultadas de solvencia y especulación financiera y mercantil. En este
caso sobresale Orueta quien dejó $24.000 en géneros a su sobrino de Bilbao,
para que se encargara de sus negocios cuando partiera a España.
En lo relacionado con la situación social, algunos casaron con mujeres
cuyos padres estaban reconocidos como personas muy influyentes de la socie-
dad bonaerense. Uno de los ejemplos fue el nombrado Iñigo de Orueta: su
esposa era la hija del Tesorero de las Arcas reales de la colonia; no obstante
el ejemplo más destacado, tal vez resida, en la figura de Domingo de Urien,
que casó con una de las descendientes de Domingo de Basavilbaso, uno de
los vascos más ricos del período hispánico, a quien le fuera encargado el
Correo entre los dos continentes desde Buenos Aires.
Se ha visto, asimismo, la estrecha ligazón que desde el punto de vista reli-
gioso enroló a una gran parte de los nombrados con la hermandad seglar fran-
ciscana durante el siglo XVIII situación que, por otra parte, siguió mante-
niéndose en los descendientes a lo largo de la centuria. Así fue el caso del
clan que se formó con la posterior filiación femenina de las descendientes del
bilbaíno Toledo. Esta red estuvo formada más tarde por otros vascos y nava-
rros, como Urtubia-Basavilbaso-Azcuénaga, entre los que sobresalió Domingo
de Urien, citado, quien como varios de sus antecesores y cuñados en el paren-
tesco político, fue ministro de la Tercera Orden de San Francisco.
En este sentido fue importante para Domingo de Urien, estar vinculado con
Domingo de Basavilbaso, al casar con una de sus hijas, ya que su suegro fue
134 Parte del tema de los pasajes subsidiados en, Nora Siegrist de Gentile, “Relaciones argen-
APÉNDICE Nº I
INDICE DE POBLADORES BILBAÍNOS INSERTOS EN TRABAJOS ANTE-
RIORES135. CON NUEVOS AGREGADOS EN TODO EL TERRITORIO ARGEN-
TINO: SIGLOS XVII-XIX136
135 Nora Siegrist de Gentile, “El Bilbao de la diáspora. Repertorio de los pobladores esta-
RECUADRO.
OTROS
------ Sin datos de apellido: [¿], Juan Pablo. Siglo XIX.
DUDOSOS:
AMEZAGA, Antonia; c.c. Antonio; c.c. Antonio Ormaechea; con una hija n.
en Bilbao. Siglo XIX.
ORMAECHEA, Antonio; c.c. Antonia Amezaga, con una h.: Antonia, n. en Bil-
bao, que c.c. Juan Martínez, ésta última citada en el texto. Siglo XIX.
APÉNDICE Nº II
LISTADO DE BILBAÍNOS CONTEMPORÁNEOS EN ARGENTINA EN EL
SIGLO XX137
[Con agregados de los n. en Baracaldo]
137 No se ha transcripto en la oportunidad, los nombres que figuran en: Nora Siegrist de Gen-
34. GALARZA, Emiliano. Bilbao. Junto con José María Larrea, de igual loca-
lidad, se unieron en 1913, para la compra de una bodega en Luzuriaga, Men-
doza, a la que llamaron Villa Inés (p. 626).
35. GALBARROS ITURRIENTES, Faustino. Bilbao. Ll. en 1939. Se estableció
en Bragado, Pcia. de Bs.As. C.c. Pilar Quintana (p. 412).
36. GALLASTEGUI, Iñaki. Bilbao. LL. 1949. C.c. María Cruz Galán. En 1991
pasó a la Pcia. de Jujuy. Ingeniero Civil en el área de construcciones (p. 413).
37. GAMBOA y AURRECOECHEA, Joaquín Francisco de. (Bilbao, 1844-
1928). Se radicó en Argentina luego de su paso por Filipinas, donde el clima
le fue adverso. Con su hermano fundó en Bs. As. la empresa Gamboa Hnos.
Construcciones. Volvió a Vizcaya pero, finalmente, regresó. Hombre de letras,
se dedicó a la filosofía. Estaba c.c. Sabiana de Mendiguren y Goitía (pp. 413-
414).
38. GOICOCHEA, Carlos. N. en Bilbao. LL. en 1900. Se avecindó en Rojas,
Pcia. de Bs.As. Tareas agropecuarias (p. 431).
39. GOIRI, Teodoro. Bilbao. LL. hacia 1915. Se estableció en Canals, Pcia.
de Córdoba. Actividades agrícolas ganaderas (p. 432).
40. GOYENECHEA. Varios miembros de esta familia, vivieron en Bilbao,
algunos de ellos pasaron a Argentina: Mercedes, c.c. Pedro de Bilbao, quienes
volvieron a Bilbao. El hijo de un hermano de Mercedes, volvió a Argentina. Se
trata de Agustín Goyenechea. Adquirió una bodega en Mendoza. Varios de los
descendientes de otros Goyenecha se han dedicado a diferentes tareas dentro
del rubro agropecuario. Mauricio Goyenechea es actualmente Secretario de la
Fundación vasco Argentina Juan de Garay, coordinador de obras importantes
de la cultura vasca en Argentina (pp. 443-444).
41. IBARRETA, Enrique de. N. en Bilbao, estudio Ingeniería en la Acade-
mia Militar de Guadalajara. Se trasladó a Paraná. Fue autor de varias mono-
grafías sobre aspectos históricos, antropológicos y otras del folclore argentino.
Falleció en Bs.As. en 1917, a los 52 años (p. 488).
42. ILZARBE, Pedro José. (Bilbao, 1859-Necochea, 1927). LL. en 1871, es
posible que con su hermana Julieta. Posiblemente ambos se establecieron en
Ayacucho, Pcia. de Bs. As. El primero luego pasó a Necochea, dedicándose a
la instalación de molinos y bombas de agua (p. 495).
43. IÑARRA IRAEGUI, Julián. De Bilbao, junto con su esposa, Juliana BUS-
TINDUI, ll. en 1892 (P. 504).
44. IPARRAGUIRRE, Antonio. Bilbao. LL.. en 1909. C.c. Josefa Portilla (p.
506).
45. ITURBE CANTARRANA (Bilbao, 1864). LL. en 1880. Se estableció en
Tornquist, Pcia. de Bs.As. C.c. Francisca Saldungaray Alzú (p. 535).
57. OLEAGA, Juan. Bilbao, 1863-1903. LL. en 1882. Se dedicó a tareas agro-
pecuarias en la localidad de Las Armas(p. 770).
58. OROSTIAGA, Manuel. Bilbao, 1894-Villa Constitución, 1976. LL. en
1906; finalmente se radicó en Villa Constitución(p. 779).
59. OTERO, Carmelo Jesús. Baracaldo, 1904. LL. en 1910, radicándose en
Avellaneda, Pcia. de Bs. As. En 1928 contrajo matrimonio (p. 789).
60. PÉREZ ARROSPIDE, Fructuoso. N. en Bilbao el 21 de enero de 1915,
en el llamado Caserío Biskerre, Ajanguiz-Guernica. Funcionario del Primer
Gobierno Vasco; periodista, voluntario en el ejército vasco, fue herido en
Guernica (1936-1937). LL. a Bs. As. en 1939. C.c. María Jesús Baroja Aizpuru,
algunos de sus descendientes han regresado al País Vasco (p. 837).
61. QUINTANA ARANA, José Manuel de la. N. en Baracaldo en 1859. LL. A
Bs. As. en 1876. Hacendado y comerciante. C.c. con Raimunda Erro Echeve-
rría, hija de vasco. Su descendencia vive en Argentina y son abogados, inves-
tigadores de Conicet en el área de humanidades, etc. En forma reciente se ha
publicado una Memoria sobre esta familia por el GV138(p. 856).
62. RADA ABAURRE, Santiago. N. en Bilbao. C.c. Luisa Arbea Andueza,
posiblemente también de esta ciudad. Ambos llegaron a Bs.As. en 1911. Los
descendientes se han dedicado a la economía, el derecho, la docencia, etc. (p.
897).
63. RIO Y LARRINAGA, Herculano. N. en Bilbao. C.c. Elvira López de Calle
y Pertica (de Guernica). Era farmacéutico. Arribaron entre 1897-1898, con su
hijo, Vicente Isidoro Félix, n. en Guernica, radicándose en Coronel Villegas (p.
905).
64. SAEZ GARCIA, José Ramón. N. en Bilbao, 1928. LL. En 1946. Hacenda-
do, comerciante, se radicó en Bragado (p. 939).
65. SAENZ DE TEJADA, Juan Antonio. C.c. Julia AROSTEGUI, ambos de
Bilbao. LL. En 1904, con su hijo, José Ramón, n. en 1902. Otro hijo en 1904,
Antonio. Se radicaron en Banfield. Director de empresa (p. 939).
66. SALAZAR PEREZ, Ignacio. De Bilbao. LL. en 1888. Técnico electricista.
C.c. Mercedes Villanueva (p. 944).
67. SAN MARTÍN, Manuel. N. en Bilbao. 1874, fall. en Bs.As. 1936. C.c.
Natividad ZABALA, también de Bilbao (1879-1964). Contratado como barítono
para el Teatro Colón. LL. en 1909 (p. 948).
138 Ibídem, p. 856. Cfr. la Memoria en María Andrea Nicoletti Quintana, “ José Manuel de la
Quintana, una historia entre muchas historias”, en Euskaldunak Munduan. Vascos en el Mundo,
Vitoria Gastéiz, Gobierno Vasco, Presidencia, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vas-
co-Cultura, 2001, Tª II, pp. 65-112.