SCC #RC.000803 17 11 2016
SCC #RC.000803 17 11 2016
SCC #RC.000803 17 11 2016
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Exp. 2016-000021
Cuarto Circuito del Distrito Sucre del Estado Miranda, anotado bajo el número
47, tomo 3º del Protocolo Primero.
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hecho declarado con lugar por esta Sala mediante decisión N° 759 de fecha 10 de diciembre
de 2015, el cual fue formalizado. Hubo impugnación.
Una vez que se dio cuenta en Sala, se designó ponente al Magistrado Guillermo Blanco
Vázquez, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.
PUNTOS PREVIOS
Ahora bien, esta Sala ante la defensa invocada por el impugnante, considera pertinente
realizar un recuento de los siguientes eventos procesales:
-En fecha 18 de julio de 2005, la demandante consignó escrito libelar por partición de
comunidad conyugal;
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-En la misma fecha el referido juzgado, en el cuaderno separado, declaró sin lugar la
apelación interpuesta por la demandante, y parcialmente con lugar la solicitud de partición
planteada por el demandado en el escrito de oposición;
-En fecha 9 de octubre de 2013, esta Sala mediante decisión N° 603, en el cuaderno
principal, declaró con lugar el recurso de casación anunciado por la demandante;
-En la misma fecha esta Sala mediante decisión N° 598, en el cuaderno separado,
declaró con lugar el recurso de casación anunciado por la accionante;
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“…En primer término, se observa que en la presente causa, el aquo dictó dos
sentencias, a saber: una sentencia en la cual declaró excluido el inmueble
ubicado en la Urbanización Los Dos Caminos, Avenida Principal de Sebucán,
edificio SONAL, piso 3 apto 33; y otra sentencia, ambas de fecha 9 de
noviembre de 2010, en la cual declaró parcialmente con lugar la partición del
resto de los bienes señalados en el libelo y en la contestación de la demanda.
(…Omissis…)
Por otra parte se aprecia que en la presente causa el aquo dictó dos decisiones
con igual fecha, ello por razones de economía procesal no debió verificarse de
este modo, pues produce una situación de incertidumbre ya que como quedó
planteada la demanda, existe disconformidad por parte del demandado respecto
a uno de los bienes señalados por la actora como perteneciente a la comunidad
conyugal y a su vez, existe disconformidad por parte de la propia actora
respecto a los bienes señalados por el demandado como parte de la misma
comunidad y que deberían ser partidos por formar parte de ella, por ello, este
tribunal superior dictará un solo fallo que abarcará todos los aspectos
debatidos en la presente causa.
(…Omissis…)
“PRIMERO: PARCIALMENTE CON LUGAR la partición de bienes de la
comunidad conyugal incoada por la ciudadana María Elena Oliveri, contra el
ciudadano Andrés Cartaza Romero, en consecuencia se confirman con distinta
motivación los fallos proferidos por el Juzgado Tercero de Primera instancia
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, de fecha 09 de noviembre de 2010.
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“…esta Sala precisa que las decisiones dictadas por los jueces de instancia
luego de casado un fallo anterior, no requieren de un nuevo examen de la
cuantía, pues de conformidad con lo establecido por esta Sala bajo el principio
de casación múltiple, asiste a la parte interesada un derecho adquirido a la
revisión del fallo por la sede casacional, pues lo contrario implicaría la
violación de los derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, de
acceso a la justicia y a la igualdad procesal, en consecuencia y en virtud de los
postulados constitucionales…”.
Ahora bien, esta Sala ante las consideraciones precedentemente expuestas, evidencia
en el caso in commento que efectivamente tal y como lo delató el impugnante, la
demandante en su escrito libelar no estimó la cuantía de su pretensión, así como, se
observó que el demandado al dar contestación a la demanda, no objetó tal omisión por
parte de la accionante.
casación –en ambos cuadernos-, contra los fallos proferidos por el Juzgado Superior Octavo
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 3 de octubre de 2012, la abogada María Magdalena
Romero de Cartaya, actuando en su carácter de apoderada judicial del demandado (hoy
impugnante), en la oportunidad de impugnar las formalizaciones consignadas en los
cuadernos, nada arguyó con relación a que en el libelo de la demanda no consta el
quantum requerido para acceder a esta sede casacional.
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quantum del interés principal del juicio, requisito éste de obligatorio cumplimiento para la
admisibilidad del presente recurso.
De manera que, esta Sala estima que tal modo de proceder de la abogada María
Magdalena Romero de Cartaya, en modo alguno previno la omisión de la demandante, en
razón, que no es hasta la presente oportunidad en que hace alusión a tal omisión por parte de
la accionante en su escrito libelar.
Ante tal situación acontecida en el sub iudice, la Sala considera pertinente invocar lo
establecido por la Sala Constitucional de este Alto Tribunal, en decisión N°1032, de fecha 5
de mayo de 2003, caso: Poliflex, C.A., el cual es del siguiente tenor:
Quiere dejar claro esta Sala, que no se trata de que los criterios
jurisprudenciales no sean revisados, y sincronizados con las exigencias
propias del desarrollo y cambio social, sino que esa revisión no sea aplicada
de manera indiscriminada, ni con efectos retroactivos, vale decir, que los
requerimientos que nazcan del nuevo criterio, sean exigidos para los casos
futuros, y que se respeten en consecuencia, las circunstancias fácticas e
incluso de derecho, que existían para el momento en el cual se haya presentado
el debate que se decida en el presente.
Acorde con el criterio ut supra transcrito, la Sala observa, que si bien en el caso in
commento la demandante en su libelo de la demanda no determinó el quantum de su
pretensión, ello a los fines de verificar si se cumple con uno de los requisitos exigidos para
acceder a esta sede casacional, así como, ni en la contestación se patentizan elementos
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demostrativos de la cuantía del presente juicio, y aún así esta Máxima Jurisdicción en la
primera oportunidad le permitió el acceso a casación y se procedió a conocer los recursos de
casación anunciados contra las decisiones proferidas por el Juzgado Superior Octavo en lo
Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, en fecha 3 de octubre de 2012.
De modo que, esa situación tal y como lo determinó esta Sala en el recurso de hecho
interpuesto contra el auto denegatorio del recurso de casación, con ocasión del ante el
recurso de casación previamente admitido el cual de conformidad con lo establecido en el
artículo 272 del Código de Procedimiento Civil, tiene efecto de cosa juzgada formal, asiste a
la parte interesada un derecho adquirido a la revisión del fallo por esta, ya que lo contrario
implicaría la violación de los derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, de
acceso a la justicia y a la igualdad procesal.
II
Ahora bien, esta Sala de la revisión de los escritos evidencia que el primer escrito de
formalización contiene tres (3) denuncias por defecto de actividad y una (1) por infracción de
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ley; el segundo escrito contiene cuatro (4) denuncias por defecto de actividad y una (1) por
infracción de ley.
De igual modo, la Sala observa que en ambos escritos de formalización, las denuncias
por defecto de actividad e infracción de ley, son de idéntico contenido a excepción de la
tercera (3) delación por defecto de actividad, que presenta distinta fundamentación entre un
escrito y otro.
De manera que, esta Sala ante tal circunstancia pasará al conocimiento de ambos
escritos de formalización, teniendo en cuenta que las denuncias primera (1) y segunda (2) por
defecto de actividad son de igual fundamentación, así como, la única (1) delación por
infracción de ley; y la tercera (3) denuncia por defecto de actividad es de distinta
fundamentación entre un escrito y otro, así como, que la cuarta (4) denuncia por defecto de
actividad contenida en el segundo escrito de formalización, es de único contenido. Así se
determina.
-I-
De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del artículo 12 y ordinal 5° del artículo 243 eiusdem,
con fundamento en lo siguiente:
“…La alzada vio el caso a través de un solo ojo. Sí, consideró que la venta con
pacto de retracto convencional o retroventa fue un negocio sometido a
condición resolutoria y aquí siguió ciegamente lo que le afirmó el demandado;
por tanto, fue de su inteligencia que el inmueble objeto de partición fue
adquirido antes del matrimonio, circunstancia más que suficiente para sacarlo
de la comunidad conyugal.
Articuló esto, con otro argumento que está igualmente fuera de propósito y de
paso, utilizó una norma que no cabe, como se verá más adelante en otra
denuncia apropiada; vemos, pues, un paso equivocado. Asevera que el
inmueble es propio “Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios
por el respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que no fue el
planteamiento de la demanda ni lo resistido con la contestación, en su lugar
dentro de esta formalización, habrá un espacio que dedicarle todo aquello que
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En tal sentido, expone el recurrente que fue del talante de su representada, “al revés de
lo declarado por la alzada”, que la venta con pacto de retracto no es más que una negociación
contraída bajo condición suspensiva porque su falta de ejercicio oportuno por el vendedor
con pacto de retracto, dependerá, entonces, si el bien objeto de esa compraventa, entra o no
irrevocablemente en el patrimonio del comprador, que por ello alegó que el bien ingresó a la
comunidad por obra de esa condición suspensiva “venta con pacto de retracto), a cuyo fin,
estableció el 3 de octubre de 1993, como fecha del vencimiento o no de caducidad del
derecho al rescate por el vendedor, esto es, ya durante la vigencia del matrimonio.
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Ahora bien, el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, dispone: “Toda
sentencia debe contener:… 5º Decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la
pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda
absolverse de la instancia….”.
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por lo que se casaron el día 09/12/1989 y casi dos meses antes el padre de su
esposo le había dado un apartamento para que conviviera con su futura esposa
y así lo hizo y esa fue su residencia por mas de doce años y domicilio
conyugal.
Aduce que para el día 03/10/1993, era cónyuge del demandado lo cual para
dicha fecha el inmueble pasó a ser parte de la comunidad conyugal y
subsidiariamente también contribuyó por los trece años que estuvo casada con
el hoy demandado en la plusvalía del inmueble desde la fecha de su
casamiento que fue el día 09/12/1989 hasta la fecha del divorcio que fue el día
10/07/2003.
(…Omissis…)
La representación judicial de la parte demandada, en el acto para hacer
contestación y oposición al presente procedimiento de partición de la
comunidad conyugal expuso lo siguiente:
Por otra parte se observa que el demandado no sólo contradijo los alegatos
contenidos en el libelo de demanda, sino que además alegó que la actora
omitió ciertos bienes propiedad común que debían ser incluidos en la presente
partición, lo cual a juicio de quien aquí decide, debe resolverse como una
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Por otra parte se aprecia que en la presente causa el aquo dictó dos decisiones
con igual fecha, ello por razones de economía procesal no debió verificarse de
este modo, pues produce una situación de incertidumbre ya que como quedó
planteada la demanda, existe disconformidad por parte del demandado respecto
a uno de los bienes señalados por la actora como perteneciente a la comunidad
conyugal y a su vez, existe disconformidad por parte de la propia actora
respecto a los bienes señalados por el demandado como parte de la misma
comunidad y que deberían ser partidos por formar parte de ella, por ello, este
tribunal superior dictará un solo fallo que abarcará todos los aspectos
debatidos en la presente causa.
(…Omissis…)
Conforme a lo anterior, por razones de orden lógico debido a lo complejo y
extenso de los alegatos de las partes, se procede a resolver el punto relativo al
inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda.
Ya que respecto a este inmueble, ha habido especial énfasis por tratarse de una
venta con pacto de retracto efectuada antes de la celebración del matrimonio
que unió a las partes.
Ante las defensas esgrimidas, el ad quem estableció en el sub iudice que no existe duda
en cuanto a la existencia del vínculo conyugal, indicando para ello, que el matrimonio entre
las partes duró entre el día 9 de diciembre de 1.989 y el día 10 de junio de 2003, fecha en la
cual se declaró la ejecución de sentencia de divorcio, por lo que, los bienes adquiridos a
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título oneroso durante dicho período de tiempo son los que forman parte de la comunidad
conyugal.
Acorde con lo invocado por las partes, las cuales quedaron contestes, el juzgador de
alzada en su fallo procedió a determinar que el inmueble objeto de la venta con pacto de
retracto fue efectuada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, por cuanto, el pago
efectuado por el demandado por el precio de dicho bien, fue con dinero de su patrimonio
personal, de lo cual se desprende que el referido bien inmueble efectivamente no forma parte
de la comunidad conyugal, así como, tampoco forma parte esta última la plusvalía del
inmueble, en razón, que no se configura en los autos prueba alguna que patentice que la
demandante haya contribuido en el presunto incremento de su valor.
De manera que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio
Conforme con lo determinado por el ad quem en su decisión, esta Sala evidencia que el
juzgador profirió una decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas, en razón, que su razonamiento comprendió
la disconformidad por parte de la demandante respecto de los bienes que integran la
comunidad conyugal, como la disconformidad del demandado con relación a uno de los
bienes indicados por la accionante como perteneciente a dicha comunidad conyugal.
-II-
De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del ordinal 5° del artículo 243 eiusdem, alegando para
ello, lo siguiente:
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“el pago efectuado por el demandado por el precio del inmueble, fue con
dinero de su patrimonio personal conforme lo dicta el mencionado
artículo 151 del Código Civil, por lo que dicho inmueble nunca formó
parte del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición
resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a la celebración del
matrimonio, pues aun cuando el vendedor hubiese decidido rescatar el
inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero siempre
fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya se
dijo- antes de la celebración del matrimonio. –Subrayado fuera del texto-
Esa defensa de hecho no fue invocada por el demandado; quiere decir que la
alzada la suplió de propia iniciativa, de su cosecha única y al tener esa
calidad, no debió ser incorporada a la sentencia, ésta ha de comprender “solo
lo alegado” y resolver “sobre todo lo alegado”; y nada más.
Y tampoco fue objeto del conflicto judicial el que el inmueble fuese un bien
propio en trance de ser rescatado por CARTAYA; esto es un exceso de la
alzada; el demandado adujo que el apartamento le perteneció por haberlo
adquirido antes del matrimonio con OLIVERI porque se lo compró su padre
con pacto de retracto, de manera que producida la condición resolutoria
meramente potestativa, al no ejercerse en tiempo, constituyó un bien propio;
no que siendo propio antes de contraer nupcias, luego lo rescató de un tercero;
esto es una materia extraña al debate.
(…Omissis…)
Al proceder así, la alzada, como la gota de agua que colma un vaso, traspasó y
por mucho, los límites de su delicado fuero y fue más allá de lo planteado por
la parte demandada en su contestación; circunstancia que se traduce al final,
en una significativa falta de congruencia.
(…Omissis…)
Violados los artículos 12 del Código de Procedimiento Civil porque la alzada
no sentencia conforme a lo alegado por el demandado y al mismo tiempo,
conculcando el artículo 243,5 del mismo Código porque no se dictó una
sentencia expresa, precisa y positiva con vista a lo alegado por el demandado
en su contestación; y a mayor abundamiento, conforme a lo expuesto antes,
quebrantando el artículo 11 del Código de Procedimiento Civil; al faltar este
requisito de existencia de la sentencia, habrá de calificarse de nula por orden
del artículo 244 del referido Código de trámite”. (Negrillas, mayúsculas y
subrayado del texto).
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Ahora bien, esta Sala, de manera reiterada ha establecido que “…la sentencia es
congruente cuando se ajusta a las pretensiones de las partes, tanto del actor como del
demandado, independientemente de si es acertada o errónea. Por tanto, no se puede apreciar,
más ni menos, de las cuestiones controvertidas y trascendentales en la solución de la
controversia. Precisamente, en virtud del principio de exhaustividad, el juez debe ajustarse a
las pretensiones formuladas, tanto por la parte actora como por la demandada, tratando
siempre de crear un equilibrio al momento de apreciar y valorar las cuestiones
controvertidas, pues si conduce el debate fuera de los límites fijados en el libelo y
contestación concediendo algo distinto a lo pedido incurriría en ultrapetita…”. (Vid.
sentencia N° 277 de fecha 2 de mayo de 2012, caso: Janis Junior Biernis Mota y otros, contra
Constructora Romariza, C.A.).
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En ese sentido, ante tal oposición el ad quem estableció que el bien inmueble –objeto
de controversia- fue adquirido mediante una venta con pacto de retracto efectuada antes de la
celebración del matrimonio que unió a las partes, por lo que, en dicha situación el juzgador
de alzada apreció que efectivamente la venta fue celebrada en fecha anterior a la celebración
del matrimonio, así como, que el pago efectuado por el demandado por el precio del
inmueble, fue con dinero de su patrimonio personal conforme lo determina el artículo 151 del
Código Civil.
De manera que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio.
Ante lo determinado por el juzgador de alzada, la Sala con el propósito de fijar los
límites del problema judicial debatido, estima pertinente transcribir del contenido del escrito de
contestación de la demanda, lo siguiente:
De igual modo, se evidencia que el accionado alegó que el referido bien inmueble es
un bien propio, el cual no pertenece a la comunidad de bienes gananciales, así como,
impugnó la pretensión de la accionante, al considerar que el bien inmueble forma parte de su
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Ahora bien, en el sub iudice tal y como anteriormente se indicó, el juzgador de alzada
en su decisión determinó que efectivamente la venta del bien inmueble –objeto de
controversia- fue celebrada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, así como, que
el pago efectuado por el demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su
patrimonio personal, ya que aún cuando el vendedor hubiese decidido rescatar el inmueble
vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero siempre fue propiedad exclusiva del
demandado, por cuanto, fue entregada antes de la celebración del matrimonio.
De modo que, esta Sala ante tal determinación del ad quem en consonancia con lo
alegado por el demandado en su escrito de contestación a la demanda, considera que la misma
es producto del razonamiento del sentenciador, teniendo en cuenta si el accionado adquirió el
inmueble antes de contraer matrimonio, ello fue con su peculio; sin embargo, aun cuando se
hubiere excedido con ese pronunciamiento en los límites de la controversia que le fue
sometida a consideración, supliendo defensas no expuestas por el accionado en su escrito de
contestación, siendo que, el demandado en dicho escrito de contestación se limitó a alegar
únicamente que el bien inmueble es un bien propio, el cual no pertenece a la comunidad de
bienes gananciales, en razón a que el mismo fue adquirido en fecha 31 de octubre de 1989,
cuando era de estado civil soltero.
No obstante, considera esta Máxima Jurisdicción que declarar tal infracción en el sub
iudice resultaría ineficaz, en razón, que la misma no es determinante en el dispositivo del
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fallo, por cuanto se desprende que le acompaña otra razón, cual es que en la presente causa
efectivamente el bien inmueble objeto de controversia fue adquirido antes de la celebración
del matrimonio, por lo que, en modo alguno pudiese formar parte de la comunidad conyugal.
-III-
De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante en el primer escrito de formalización, denuncia lo siguiente:
“…Importa destacar ese hecho de que el precio fue pagado por el demandado,
no fue un alegato que curse en la demanda ni en la contestación; ésta se limitó
a rechazar que el inmueble fuese de la comunidad en razón a que fue adquirido
antes de su celebración y nada más; luego, al decir la alzada que las partes
están “contestes” al respecto, en verdad adulteró la causa de pedir de la
demanda y con ello transfiguró el planteamiento de la pretensión deducida por
“OLIVERI”, y desde otro enfoque, al igual cambió lo afirmado por el
demandado; en ningún lado, sigue esa alegación de parte.
(…Omissis…)
El fallo se fundamenta en dos consideraciones que chocan entre sí; de un lado,
como se aprecia del texto transcrito, afirma que el bien es propio de
CARTAYA porque lo adquirió antes del matrimonio; pero este modo de
relacionar sus ideas por el juez, está en oposición a otro criterio que también
forma parte de sus consideraciones, el de que es propio con arreglo al artículo
152,2 del Código Civil; esto es, afirma que siempre fue propio de CARTAYA y
luego, a un mismo tiempo, entiende que el referido bien se hizo propio durante
el matrimonio por “derecho de retracto ejercido sobre bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que son dos (2)
situaciones distintas.
Con este entendimiento, ¿entonces en qué estamos? lo adquirió antes o en su
defecto, después, durante el matrimonio; son dos (2) premisas que no pueden,
a la vez, coexistir, a riesgo de producir un fallo incoherente, sin hilo e
inconciliable, en detrimento del principio de no contradicción, una
circunstancia que levanta un muro para su posterior y cumplida crítica
jurisdiccional a entablar ante las autoridades judiciales superiores; y como esa
contradicción, según casación, al recaer en punto a los considerandos usados
para construir el fundamento del fallo, equivale a una evidente ausencia de
motivación, vale decir una problema de falta de expresión, pues la utilizada es
más aparente que real; entonces, en la especie, quedó quebrantado el artículo
243, 4 del Código de Procedimiento Civil porque “ofrece un obstáculo de
hecho que impide traducir a la realidad el pensamiento del juez…”.
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“…Importa destacar ese hecho de que el precio fue pagado por el demandado,
no fue un alegato que curse en la demanda ni en la contestación; ésta se limitó
a rechazar que el inmueble fuese de la comunidad en razón a que fue adquirido
antes de su celebración y nada más; luego, al decir la alzada que las partes
están “contestes” al respecto, en verdad adulteró la causa de pedir de la
demanda y con ello transfiguró el planteamiento de la pretensión deducida por
“OLIVERI”, y desde otro enfoque, al igual cambió lo afirmado por el
demandado; en ningún lado, sigue esa alegación de parte.
(…Omissis…)
Esta es la situación de la especie; y la doctrina permanece, con la salvedad de
que hoy por hoy, casación habla con mejor lenguaje técnico, de incongruencia
positiva (…); por donde se hace, infringidos los artículos 12 y 243, 5 del
Código de Procedimiento Civil, el primero porque no se dictó un fallo
conforme a lo alegado por las partes y, en segundo porque la sentencia librada
por la alzada no resulta expresa, precisa y positiva con lo afirmado por ambas
partes”. (Mayúsculas, negrillas, cursivas y subrayado del texto).
De otra parte se observa que los artículos 151 y 152 eiusdem establecen:
“Artículo 151.- Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al
marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio, y los que durante
éste adquieran por donación, herencia, legado o por cualquier otro título
lucrativo. Son también propios los bienes derivados de las acciones
naturales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles
abandonados que hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos,
joyas y otros enseres u objetos de uso personal o exclusivo de la mujer o
el marido.
En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por el
demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de
Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la
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plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide”.
Ahora bien, esta Sala ha determinado “…que en toda decisión los jueces deben, al
establecer los motivos de hecho y de derecho en los cuales fundan la conclusión jurídica de
sus fallos, evitar exponer fundamentos o razonamientos que dada su argumentación se
destruyan unos a los otros por contradicciones graves e irreconciliables, en vista, de que
ante tal supuesto, se genera una situación equiparable a la falta absoluta de motivación”.
(Sentencia N° 810 de fecha 11 de diciembre de 2015).
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En este orden de ideas, el recurrente delata que el ad quem que “…no se dictó un fallo
conforme a lo alegado por las partes y, en segundo porque la sentencia librada por la alzada
no resulta expresa, precisa y positiva con lo afirmado por ambas partes...”.
-IV-
De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del ordinal 4° del artículo 243 eiusdem, con
fundamento en lo siguiente:
Ante las defensas invocada por el recurrente en la presente denuncia, la Sala observa
que tales alegaciones, se corresponden o son casi idénticas a las expuestas en la tercera
delación del presente capítulo por defecto de actividad, por lo que, ante lo delatado se da por
reproducidos los argumentos expuestos para resolver aquella (tercera denuncia), en la cual
se dejó expresamente establecido que los motivos en los cuales sustentó su decisión en modo
alguno resultan faltos de coherencia, así como tampoco se aprecian de tal manera
inconciliables entre sí que le dejen desprovista del necesario requisito formal de la
motivación, siendo que, el juzgador dejó claramente determinado que el bien inmueble objeto
de controversia, no formó parte de la comunidad conyugal por ser adquirido mediante una
venta con pacto de retracto, en fecha anterior a la celebración del matrimonio, y no como
confusamente lo quiere hacer ver el recurrente que lo obtuvo durante el matrimonio.
-ÚNICA-
De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante delata la infracción por falta de aplicación de los artículos 148, 1.209 y 1.536
del Código Civil, así como la infracción por falsa aplicación de los artículos 151 y 152
ordinal 2° eiusdem, con fundamento en lo siguiente:
“…Una vez conocido que lo discutido en la causa son los efectos del retracto
convencional con relación a CARTAYA, quien figuró como comprador bajo
pacto de retro del inmueble objeto de partición.
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OLIVERI”, con lo que no se aplicó el artículo 148 del Código Civil, que es la
norma que lo indica, sin embargo, a contrapunto, aplicó falsamente el artículo
151 del mismo Código porque es un hecho que el artículo no viene al caso, fue
elegido malamente por la alzada para resolver la controversia.
(…Omissis…)
Y por vía de consecuencia, quebrantó por esta exclusiva razón, el artículo 151
del mismo Código porque el bien, al estar sometido a la eventualidad del no
ejercicio de retracto convencional, nunca propio de CARTAYA sino que, en la
causa, siguiendo la letra del artículo 1.536 del Código Civil, fue dueño
irrevocable desde el instante en que, el vendedor con pacto de retracto no lo
ejerció cumplidamente; la palabra “irrevocable” usada por el legislador
constituye la piedra de toque para establecer que el bien es común.
Los hechos no podrán ser subsumidos en el supuesto legal expresado por esa
norma; ya que, aceptado sea cierto, que el contrato de venta con pacto de retro
se celebró antes del matrimonio, esa sola circunstancia no hace que le tenga
como un bien solo de CARTAYA porque la característica del retracto es que el
comprador con pacto de retro, según la opinión transcrita de SANOJO, no se
hace dueño completo, ya que ese dominio no queda transferido de manera
definitiva sino es de esperar si el retracto resulta movido o no en su tiempo.
Y visto que esto sucedió dentro del matrimonio, desde luego que nunca fue un
bien propio de CARTAYA sino común, de ahí la falta de aplicación de la
norma en cuestión de los artículos 148 y 1.536 del Código Civil.
(…Omissis…)
Cuando en verdad, también, según mi representada y otros autores, es un
negocio sometido a condición suspensiva; en este caso, trae una consecuencia
distinta a la escogida por la alzada; e insistimos, si no ejerce el rescate;
entonces, desde ese momento es que CARTAYA se hizo el propietario. Y no a
partir de la celebración de la venta con pacto de retro, como expresa la
recurrida.
Y por lejos, ese errado conocimiento del Derecho, lo llevó aplicar, como se
dijo ya, una norma que no cabe en la cosa discutida; efectivamente, le da una
vuelta de tuerca al tema y concluye sobre la base de que el pacto de retracto
fue celebrado antes del matrimonio, pero basado en un hecho irreal para la
causa, en vista que, consideró la alzada, que el bien fue rescatado por
CARTAYA; que lo pagó con dinero suyo y antes del matrimonio, con lo que
aplicó el artículo 152.2 del Código Civil y lo hizo propio durante el
matrimonio, a despecho que eso no fue lo discutido; pero robustece la falta de
aplicación de los artículos 1.209 y 1.536 ibídem (sic).
Entonces, la alzada al no aplicar la norma –art. 1.536-, dejó en el tintero que
el retracto no comprende siempre un negocio atado a una condición resolutoria
sino que, como ocurrió en la especie, al no ejercerse por el vendedor, se hace
acto y no en potencia, se transforma en propietario irrevocable al comprador;
aquí el error de derecho.
Útil e importante la delación; ya que de no haber aplicado falsamente las
normas citadas, obvio no hubiere cometido la falta de aplicación de las
nombradas normas jurídicas que devienen al caso, como se explicó, sino que,
por el contrario, eligió otra malamente, según se hizo mérito antes, al grado
que, en esta situación, debió incluir el apartamento de la fortuna conyugal y
no excluirlo, con lo que la oposición a la partición debió ser desestimada y a
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El recurrente delata la infracción por falta de aplicación del artículo 148 del Código
Civil, en razón, que el bien inmueble objeto de controversia, no es un bien propio del
demandado, por cuanto, el mismo habría ingresado a la comunidad conyugal Cartaya-Oliveri.
De igual modo, denuncia la falta de aplicación del artículo 1.209 eiusdem, por cuanto,
de acuerdo a la naturaleza de la venta y siendo que la misma fue perfeccionada dentro del
matrimonio, no rige hacia atrás el cumplimiento de la condición.
Asimismo, delata la falta de aplicación del artículo 1.536 ibidem, “…puesto que está
afirmado y narrado en el fallo cuestionado que el término para que el vendedor haga valer
su derecho al rescate, venció dentro del matrimonio, entonces, en acuerdo a la letra del
artículo 1.536 del Código Civil, claramente, fue durante ese tiempo en que “CARTAYA” se
hizo dueño irrevocable y no antes…”.
De la misma forma, denuncia la infracción por falsa aplicación de los artículos 151 y
152 ordinal 2° del Código Civil, siendo que, el juzgador de alzada conforme con dichas
normativas determinó en el sub iudice que el bien inmueble fue adquirido antes de la
celebración del matrimonio, situación ésta que a criterio del formalizante no se contrae al
caso de autos.
Ahora bien, la falta de aplicación consiste en que el juez no tuvo en cuenta la norma
cuya violación es alegada, y el recurrente pretende que la misma sea aplicada respecto de los
hechos fijados por el juez. (SCC Sentencia N° 188 de fecha 17 de abril de 2009).
En tal sentido, la falsa aplicación consiste en la relación errónea entre la ley y el hecho
que desnaturaliza el verdadero sentido de la norma, o el desconocimiento de su significado,
lo cual ocurre cuando se aplica la norma a un hecho no regulado por la misma, o cuando su
aplicación se realiza de tal manera que se llega a consecuencias jurídicas diferentes o
contrarias a las buscadas por la ley. (SCC Sentencia N° 459 de fecha 9 de diciembre de
2002).
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De otra parte se observa que los artículos 151 y 152 eiusdem (sic) establecen:
“Artículo 151. Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al
marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio y a la mujer al
tiempo de contraer matrimonio, y los que durante éste adquieran por
donación, herencia, legado o por cualquier otro título lucrativo. Son
también propios los bienes derivados de las accesiones naturales y la
plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles abandonados que
hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y otros
enseres u objetos de uno personal o exclusivo de la mujer o el marido.
Artículo 152. Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes
adquiridos durante el matrimonio:
…
2°. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio.
En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por el
demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de
Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la
plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide”. (Cursivas del texto).
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parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la celebración del
matrimonio.
Del mismo modo, el ad quem estableció que aun cuando se ejecutara la condición
resolutoria ésta se llevaría a cabo en fecha posterior a la celebración del matrimonio, por lo
que, en caso que el vendedor hubiese decidido rescatar el bien inmueble vendido en el lapso
estipulado, tal negociación fue llevada a cabo antes de la celebración del matrimonio, por
tanto, dicho bien no forma parte de la comunidad conyugal, determinando así que el referido
inmueble queda fuera de la partición demandada.
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En tal sentido, si el plazo pactado para el ejercicio del derecho de retracto ha expirado,
ya no es posible prorrogarlo, por cuanto, no se puede prorrogar lo que se ha extinguido o
terminado. Además, esta prórroga es legalmente imposible, puesto que fallida la condición al
no haberse ejercido el retracto durante el plazo estipulado, el derecho del comprador se ha
vuelto irrevocable.
De allí que, la venta con pacto de retracto produce los mismos efectos que una venta
pura y simple. El comprador puede actuar como propietario de la cosa vendida, pero su
derecho está sujeto a la eventualidad de que el vendedor ejerza su derecho de rescatar la
cosa.
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Ahora bien, conforme con el anterior razonamiento, esta Sala no evidencia que el ad
quem incurriera en la delatada infracción por falta de aplicación de los artículos 148, 1.209 y
1.536 del Código Civil, normativas éstas referidas a la comunidad de los bienes; las
obligaciones condicionales y el retracto convencional, así como en la infracción por falsa
aplicación de los artículos 151 y 152 ordinal 2° eiusdem, las cuales consagran los bienes
propios de los cónyuges, siendo que, éste determinó que el inmueble objeto de la venta con
pacto de retracto fue efectuada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, por cuanto,
el pago efectuado por el demandado por el precio de dicho bien, fue con dinero de su
patrimonio personal, de lo cual se desprende que el referido bien inmueble efectivamente no
forma parte de la comunidad conyugal, así como, tampoco forma parte esta última la
plusvalía del inmueble, en razón, que no se configura en los autos prueba alguna que
patentice que la demandante haya contribuido en el presunto incremento de su valor.
De modo que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio.
Por tanto, esta Sala considera que el razonamiento aportado por el juzgador de alzada
en su fallo se encuentra ajustado a derecho, lo que determina que en el sub iudice
efectivamente resultan aplicables las disposiciones contenidas en los artículos 151 y 152
ordinal 2° del Código Civil.
DECISIÓN
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________________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
Vicepresidente,
__________________________________________
FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ
Magistrada,
______________________________________
MARISELA VALENTINA GODOY ESTABA
Magistrada,
______________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Magistrado,
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_________________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
Secretario,
_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Exp. AA20-C-2016-000021
Nota: publicada en su fecha a las
El Secretario,
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