SCC #RC.000803 17 11 2016

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12/6/2018 192789-RC.000803-171116-2016-16-021.

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. 2016-000021

Magistrado Ponente: GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ

En el juicio de partición de comunidad conyugal intentado por la ciudadana MARÍA


ELENA OLIVERI COLOMBO, representada judicialmente por los abogados Tito Sánchez
Ruíz, Juan Vicente Ardila Peñuela, Juan Vicente Ardila Visconti, Zuleva Álvarez Mendoza,
Fabiana Muñoz Manzo y Gloria Rojas Escalante, contra el ciudadano ANDRÉS ENRIQUE
CARTAYA ROMERO, representado judicialmente por la abogada María Magdalena Romero
de Cartaya, el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dictó sentencia en fecha 17 de
junio de 2015, mediante la cual declaró:
“PRIMERO: PARCIALMENTE CON LUGAR la partición de bienes de la
comunidad conyugal incoada por la ciudadana María Elena Oliveri, contra el
ciudadano Andrés Cartaza Romero, en consecuencia se confirman con distinta
motivación los fallos proferidos por el Juzgado Tercero de Primera instancia
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, de fecha 09 de noviembre de 2010.
SEGUNDO: PARCIALMENTE CON LUGAR la partición de bienes de la
comunidad conyugal alegada por el ciudadano Andrés Cartaya Romero, contra
la ciudadana María Elena Oliveri, en consecuencia se confirman con distinta
motivación los fallos proferidos por el Juzgado Tercero de Primera instancia
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, de fecha 09 de noviembre de 2010.

TERCERO: Se excluye de la partición de comunidad conyugal el inmueble


constituido por un apartamento identificado con el número 33B, del Edificio
SONAL, sito en la Avenida Principal de Sebucán, Los Dos Caminos,
Municipio Sucre del Estado Miranda, cuyo documento de propiedad consiste
en una venta con pacto de retracto efectuada a favor del demandado en fecha
31 de octubre de 1989, ante la entonces oficina Subalterna de Registro del
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Cuarto Circuito del Distrito Sucre del Estado Miranda, anotado bajo el número
47, tomo 3º del Protocolo Primero.

CUARTO: SE ORDENA la partición de por mitad a cada una de las partes en


el presente juicio de los siguientes bienes:

• Un Automóvil de uso particular, Marca: Ford, Modelo: Laser; Año: 2000;


Color: Blanco; Tipo: Sedan; Placa: MBU65T; Serial de Carrocería:
8YPLP11EXY8-A19236, amparado por el certificado de registro de vehiculo
Nro. 1191769-1 emanado del Ministerio de Transporte y comunicaciones.
• Una camioneta de uso particular, Marca: Ford, Tipo: Sport - Wagon; Serial
de Carrocería: AUJ3WP, amparado por el certificado de registro de vehiculo
Nro. 1191769-1 emanado del Ministerio de Transporte y comunicaciones.
• Un tiempo compartido en el RESORT HILTON SUITES, en la Isla de
Margarita.
• Las Prestaciones (sic) sociales del ciudadano ANDRÉS ENRIQUE CARTAYA
ROMERO, hasta el 10 de julio de 2003 de la empresa UNISYS DE
VENEZUELA C.A.
• La cantidad de Bs. 5.104.738,33, que hoy equivalen a Bs.F. 5.104,74 que se
encuentran depositados en la Cuenta Corriente Nº 106-9591206 en el Banco de
Venezuela a nombre de ANDRÉS ENRIQUE CARTAYA ROMERO.
• La cantidad de Bs. 2.304.807,53, que hoy equivalen a Bs.F. 2.304,81 que se
encuentran depositados en la Cuenta Corriente Nº 00-148-837176-9 en Corp
Banca a nombre de ANDRÉS ENRIQUE CARTAYA ROMERO.
• La cantidad de Bs. 566.674,61, que hoy equivalen a Bs.F. 566,67 que se
encuentran depositados en la Cuenta Corriente Nº 1193020751 en el Banco
Mercantil a nombre de ANDRÉS ENRIQUE CARTAYA ROMERO.
La cantidad de Bs. 332.241,33, que hoy equivalen a Bs.F. 332,24 que se
encuentran en cheque de gerencia a nombre de la Sala de Juicio Nº VII del
Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente de esta misma
Circunscripción Judicial, correspondiente al cincuenta (50) de los ahorros del
ciudadano ANDRÉS ENRIQUE CARTAYA ROMERO, en la Caja de Ahorros,
en su sitio de trabajo.
• El 50% de las acciones propiedad de la actora en la empresa AUTO
SERVICIOS ARRAM CARS, C.A., registrada en el Registro Mercantil
Segundo de la Circunscripción Judicial del Distrito Capital y Estado Miranda,
bajo el N° 34, Tomo 130-A Sgdo, en fecha 21 de marzo de 1996.
• Las prestaciones sociales devengadas por la demandante, por las labores
desempeñadas en las empresas AUTO SERVICIOS ARRAM CARS, C.A.,
TECNOMOVIL 2001, S.A., TECNICAUCHO MOVIL 2001, C.A
Todo lo cual deberá verificarse de conformidad con lo establecido en los
artículos 777 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

QUINTO: Por no haber resultado totalmente vencida ninguna de las partes,


requisito sine qua non para la procedencia de condenatoria en costas conforme
lo previsto en el artículo 274 de la norma adjetiva civil, no hay condenatoria
de las mismas en la presente causa”. (Resaltado del texto).

Contra el referido fallo de alzada, la representación judicial de la demandante anunció


recurso de casación, el cual, fue negado y posteriormente admitido mediante recurso de

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hecho declarado con lugar por esta Sala mediante decisión N° 759 de fecha 10 de diciembre
de 2015, el cual fue formalizado. Hubo impugnación.
Una vez que se dio cuenta en Sala, se designó ponente al Magistrado Guillermo Blanco
Vázquez, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.

Concluida la sustanciación del presente recurso de casación y cumplidas las


formalidades legales, siendo la oportunidad correspondiente, procede la Sala a decidir en los
siguientes términos:

PUNTOS PREVIOS

La representación judicial del demandado solicitó en su escrito de impugnación se


declare inadmisible el recurso de casación, por cuanto, la presente demanda por partición de
comunidad conyugal no fue estimada, lo que determina la imposibilidad de evidenciar el
quantum del interés principal del juicio, requisito éste de obligatorio cumplimiento para la
admisibilidad del presente recurso.

Ahora bien, esta Sala ante la defensa invocada por el impugnante, considera pertinente
realizar un recuento de los siguientes eventos procesales:

-En fecha 18 de julio de 2005, la demandante consignó escrito libelar por partición de
comunidad conyugal;

-En fecha 17 de julio de 2006, el demandado procedió a dar contestación a la demanda,


y en consecuencia, procedió a oponerse a la partición del bien inmueble objeto de
controversia e igualmente invocó que existen otros bienes que deben ser incluidos en la
partición;

-En fecha 17 de septiembre de 2007, el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo


Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, ordena la apertura de un cuaderno separado, a los fines de sustanciar por los
trámites del procedimiento ordinario el alegato esgrimido por el demandado respecto a que
habrían otros bienes que formarían parte de la comunidad conyugal;

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-En fecha 9 de noviembre de 2010, el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,


Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, en el cuaderno principal, declaró con lugar la oposición efectuada por el demandado
y, en consecuencia, excluyó del procedimiento de partición el bien inmueble objeto de
controversia;

-En la misma fecha el referido juzgado, en el cuaderno separado, declaró parcialmente


con lugar el alegato de partición planteado por el accionado, y en consecuencia, ordenó la
partición de los bienes descritos en el fallo;

-En fecha 20 de diciembre de 2010, la demandante en ambos cuadernos interpone


recurso de apelación;

-En fecha 3 de octubre de 2012, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil, Mercantil,


Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en el
cuaderno principal, declaró sin lugar la apelación; con lugar la oposición del demandado, y
en consecuencia, excluyó del procedimiento de partición el bien inmueble objeto de
controversia;

-En la misma fecha el referido juzgado, en el cuaderno separado, declaró sin lugar la
apelación interpuesta por la demandante, y parcialmente con lugar la solicitud de partición
planteada por el demandado en el escrito de oposición;

-En fecha 7 de diciembre de 2012, la demandante interpuso recurso de casación en


ambos cuadernos, los cuales fueron admitidos por el juzgador de alzada mediante auto de
fecha 22 de febrero de 2013;

-En fecha 9 de octubre de 2013, esta Sala mediante decisión N° 603, en el cuaderno
principal, declaró con lugar el recurso de casación anunciado por la demandante;

-En la misma fecha esta Sala mediante decisión N° 598, en el cuaderno separado,
declaró con lugar el recurso de casación anunciado por la accionante;

-En fecha 17 de junio de 2015, el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil,


Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
conociendo en reenvió, declaró lo siguiente:

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“…En primer término, se observa que en la presente causa, el aquo dictó dos
sentencias, a saber: una sentencia en la cual declaró excluido el inmueble
ubicado en la Urbanización Los Dos Caminos, Avenida Principal de Sebucán,
edificio SONAL, piso 3 apto 33; y otra sentencia, ambas de fecha 9 de
noviembre de 2010, en la cual declaró parcialmente con lugar la partición del
resto de los bienes señalados en el libelo y en la contestación de la demanda.
(…Omissis…)
Por otra parte se aprecia que en la presente causa el aquo dictó dos decisiones
con igual fecha, ello por razones de economía procesal no debió verificarse de
este modo, pues produce una situación de incertidumbre ya que como quedó
planteada la demanda, existe disconformidad por parte del demandado respecto
a uno de los bienes señalados por la actora como perteneciente a la comunidad
conyugal y a su vez, existe disconformidad por parte de la propia actora
respecto a los bienes señalados por el demandado como parte de la misma
comunidad y que deberían ser partidos por formar parte de ella, por ello, este
tribunal superior dictará un solo fallo que abarcará todos los aspectos
debatidos en la presente causa.
(…Omissis…)
“PRIMERO: PARCIALMENTE CON LUGAR la partición de bienes de la
comunidad conyugal incoada por la ciudadana María Elena Oliveri, contra el
ciudadano Andrés Cartaza Romero, en consecuencia se confirman con distinta
motivación los fallos proferidos por el Juzgado Tercero de Primera instancia
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, de fecha 09 de noviembre de 2010.

SEGUNDO: PARCIALMENTE CON LUGAR la partición de bienes de la


comunidad conyugal alegada por el ciudadano Andrés Cartaya Romero, contra
la ciudadana María Elena Oliveri, en consecuencia se confirman con distinta
motivación los fallos proferidos por el Juzgado Tercero de Primera instancia
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, de fecha 09 de noviembre de 2010.

TERCERO: Se excluye de la partición de comunidad conyugal el inmueble


constituido por un apartamento identificado con el número 33B, del Edificio
SONAL, sito en la Avenida Principal de Sebucán, Los Dos Caminos,
Municipio Sucre del Estado Miranda, cuyo documento de propiedad consiste
en una venta con pacto de retracto efectuada a favor del demandado en fecha
31 de octubre de 1989, ante la entonces oficina Subalterna de Registro del
Cuarto Circuito del Distrito Sucre del Estado Miranda, anotado bajo el número
47, tomo 3º del Protocolo Primero.

CUARTO: SE ORDENA la partición de por mitad a cada una de las partes en


el presente juicio de los siguientes bienes…”.

-Contra la referida decisión la demandante anunció recurso de casación, el cual


fue negado por el ad quem mediante auto de fecha 1° de octubre de 2015, por no constar

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ni en el libelo de la demanda, ni en la contestación, elementos demostrativos de la


cuantía del presente juicio.

-Contra tal negativa, la accionante interpuso recurso de hecho, el cual fue


declarado con lugar por esta Sala mediante decisión N° 759 de fecha 10 de diciembre de
2015, con fundamento en lo siguiente:

“…esta Sala precisa que las decisiones dictadas por los jueces de instancia
luego de casado un fallo anterior, no requieren de un nuevo examen de la
cuantía, pues de conformidad con lo establecido por esta Sala bajo el principio
de casación múltiple, asiste a la parte interesada un derecho adquirido a la
revisión del fallo por la sede casacional, pues lo contrario implicaría la
violación de los derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, de
acceso a la justicia y a la igualdad procesal, en consecuencia y en virtud de los
postulados constitucionales…”.

Ahora bien, esta Sala ante las consideraciones precedentemente expuestas, evidencia
en el caso in commento que efectivamente tal y como lo delató el impugnante, la
demandante en su escrito libelar no estimó la cuantía de su pretensión, así como, se
observó que el demandado al dar contestación a la demanda, no objetó tal omisión por
parte de la accionante.

De igual modo, la Sala observa que en la oportunidad en que se interpuso el recurso de

casación –en ambos cuadernos-, contra los fallos proferidos por el Juzgado Superior Octavo
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 3 de octubre de 2012, la abogada María Magdalena
Romero de Cartaya, actuando en su carácter de apoderada judicial del demandado (hoy
impugnante), en la oportunidad de impugnar las formalizaciones consignadas en los
cuadernos, nada arguyó con relación a que en el libelo de la demanda no consta el
quantum requerido para acceder a esta sede casacional.

No obstante, la mencionada profesional del derecho en esta ocasión si alega tal


omisión de la demandante, y por vía de consecuencia, solicita a esta Máxima Jurisdicción se
declare inadmisible el recurso de casación, por cuanto, la presente demanda por partición de
comunidad conyugal no fue estimada, lo que determina la imposibilidad de constatar el

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quantum del interés principal del juicio, requisito éste de obligatorio cumplimiento para la
admisibilidad del presente recurso.

De manera que, esta Sala estima que tal modo de proceder de la abogada María
Magdalena Romero de Cartaya, en modo alguno previno la omisión de la demandante, en
razón, que no es hasta la presente oportunidad en que hace alusión a tal omisión por parte de
la accionante en su escrito libelar.

Ante tal situación acontecida en el sub iudice, la Sala considera pertinente invocar lo
establecido por la Sala Constitucional de este Alto Tribunal, en decisión N°1032, de fecha 5
de mayo de 2003, caso: Poliflex, C.A., el cual es del siguiente tenor:

“…Ahora bien, la sentencia recurrida, dictada el 31 de octubre de 2000,


basándose en una decisión de la propia Sala de Casación Civil del 13 de abril
de 2000, cambió el criterio que venía sosteniendo, y estableció como
perentorio, cumplir con una nueva exigencia de la Sala, para casos similares al
que se estudia, dejando sin efecto la admisión del recurso de casación, el cual
había sido anunciado incluso con anterioridad al fallo del 13 de abril de 2000,
motivo por el cual esta Sala Constitucional considera que se violó el principio
de seguridad jurídica que debe garantizar el Estado Venezolano.

Quiere dejar claro esta Sala, que no se trata de que los criterios
jurisprudenciales no sean revisados, y sincronizados con las exigencias
propias del desarrollo y cambio social, sino que esa revisión no sea aplicada
de manera indiscriminada, ni con efectos retroactivos, vale decir, que los
requerimientos que nazcan del nuevo criterio, sean exigidos para los casos
futuros, y que se respeten en consecuencia, las circunstancias fácticas e
incluso de derecho, que existían para el momento en el cual se haya presentado
el debate que se decida en el presente.

Considera la Sala, que negar la admisión de un recurso de casación


previamente admitido, y bajo las circunstancias antes expuestas, es nugatorio
de la garantía de ser juzgado por un juez natural, establecida en el numeral 4
del artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo
cual conlleva la violación del derecho a un debido proceso, y el hecho de que
la Sala Civil no examine los argumentos de la recurrente, en contra de la
sentencia de reenvío, va en detrimento directo del derecho a la defensa, todo
lo cual se conjuga y sin lugar a dudas impide que la administración de justicia
imparta una tutela judicial efectiva”. (Resaltado de la Sala).

Acorde con el criterio ut supra transcrito, la Sala observa, que si bien en el caso in
commento la demandante en su libelo de la demanda no determinó el quantum de su
pretensión, ello a los fines de verificar si se cumple con uno de los requisitos exigidos para
acceder a esta sede casacional, así como, ni en la contestación se patentizan elementos

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demostrativos de la cuantía del presente juicio, y aún así esta Máxima Jurisdicción en la
primera oportunidad le permitió el acceso a casación y se procedió a conocer los recursos de
casación anunciados contra las decisiones proferidas por el Juzgado Superior Octavo en lo
Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, en fecha 3 de octubre de 2012.

De modo que, esa situación tal y como lo determinó esta Sala en el recurso de hecho
interpuesto contra el auto denegatorio del recurso de casación, con ocasión del ante el
recurso de casación previamente admitido el cual de conformidad con lo establecido en el
artículo 272 del Código de Procedimiento Civil, tiene efecto de cosa juzgada formal, asiste a
la parte interesada un derecho adquirido a la revisión del fallo por esta, ya que lo contrario
implicaría la violación de los derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, de
acceso a la justicia y a la igualdad procesal.

Por consiguiente, la Sala ante las consideraciones precedentemente expuestas,


considera conveniente actuar de manera semejante a la que ha venido actuando en la presente
causa, en razón, que de proceder en caso contrario iría en detrimento directo del derecho a la
defensa de las partes y los postulados constitucionales.

En consecuencia, esta Sala pasará al conocimiento del recurso de casación interpuesto


por la demandante contra el fallo proferido por el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, en fecha 17 de junio de 2015. Así se decide.

II

De la revisión de las actas procesales que conforman el expediente, la Sala observa


que en fecha 16 de febrero de 2016, el abogado Juan V. Ardila, actuando en su carácter de
apoderado judicial de la demandante, consignó escrito de formalización.

Posteriormente, en fecha 1° de marzo de 2016, el mencionado abogado presentó nuevo


escrito de formalización.

Ahora bien, esta Sala de la revisión de los escritos evidencia que el primer escrito de
formalización contiene tres (3) denuncias por defecto de actividad y una (1) por infracción de

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ley; el segundo escrito contiene cuatro (4) denuncias por defecto de actividad y una (1) por
infracción de ley.

De igual modo, la Sala observa que en ambos escritos de formalización, las denuncias
por defecto de actividad e infracción de ley, son de idéntico contenido a excepción de la
tercera (3) delación por defecto de actividad, que presenta distinta fundamentación entre un
escrito y otro.

De manera que, esta Sala ante tal circunstancia pasará al conocimiento de ambos
escritos de formalización, teniendo en cuenta que las denuncias primera (1) y segunda (2) por
defecto de actividad son de igual fundamentación, así como, la única (1) delación por
infracción de ley; y la tercera (3) denuncia por defecto de actividad es de distinta
fundamentación entre un escrito y otro, así como, que la cuarta (4) denuncia por defecto de
actividad contenida en el segundo escrito de formalización, es de único contenido. Así se
determina.

DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

-I-

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del artículo 12 y ordinal 5° del artículo 243 eiusdem,
con fundamento en lo siguiente:

“…La alzada vio el caso a través de un solo ojo. Sí, consideró que la venta con
pacto de retracto convencional o retroventa fue un negocio sometido a
condición resolutoria y aquí siguió ciegamente lo que le afirmó el demandado;
por tanto, fue de su inteligencia que el inmueble objeto de partición fue
adquirido antes del matrimonio, circunstancia más que suficiente para sacarlo
de la comunidad conyugal.
Articuló esto, con otro argumento que está igualmente fuera de propósito y de
paso, utilizó una norma que no cabe, como se verá más adelante en otra
denuncia apropiada; vemos, pues, un paso equivocado. Asevera que el
inmueble es propio “Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios
por el respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que no fue el
planteamiento de la demanda ni lo resistido con la contestación, en su lugar
dentro de esta formalización, habrá un espacio que dedicarle todo aquello que

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corresponda en derecho, pero, por una denuncia distinta: En fin, la sentencia


no se identifica con los mejores intereses de la justicia.
Ahora bien, no hay dudas de que en la especie, ni por asomo, la alzada
examinó el extremo básico de la pretensión, que constituyó, primero, su causa
de pedir y al mismo tiempo el título de la demanda; comenzando por un buen
punto de partida, expresando en la demanda de partición, porque fue del genio
de mi representada, al revés de lo declarado por la alzada, que la venta con
pacto de retracto no es más que una negociación contraída bajo condición
suspensiva porque su falta de ejercicio oportuno por el vendedor con pacto de
retracto, dependerá, entonces, si el bien objeto de esa compraventa, entra o no
irrevocablemente en el patrimonio del comprador; por eso, mi representada
alegó con la demanda que, esa fue la razón capital, del por qué el bien ingresó
a la comunidad por obra de esa condición suspensiva, a cuyo fin, estableció el
3 de octubre de 1993, como fecha del vencimiento o no de caducidad del
derecho al rescate por el vendedor, esto es, ya durante la vigencia del
matrimonio.
Desde luego, debió la alzada y no hizo, con independencia su bondad jurídica,
de que sea o no acertado el alegato, pronunciarse sobre el mismo que
controvierte el suministrado por CARTAYA, por ende, ganado válidamente
para el proceso al ser invocado con la demanda de partición; y si, el
demandado afirmó que ese tipo de negocio siempre sometido a condición
resolutoria (meramente potestativa) y por consiguiente, un inmueble propio del
cónyuge y no del matrimonio, está bien que la alzada lo desate; sin embargo, a
despecho de esto, obligada también a dar su sentencia sobre lo aducido por mi
representada; esta abstención de decidir en punto litigioso álgido y crítico para
la suerte de la controversia, produjo un vicio inexcusable: el de incongruencia
ex silencio. Cuya presencia indica se dejaron cabos sueltos y por ende, sin
decidir.
Interesa añadir que, según dice la alzada, el ejercicio del retracto por el
vendedor, siempre produce una consecuencia de Derecho: la resolución de
contrato de compraventa, pero ese no fue el caso de la especie, sino que, en
opinión de “OLIVERI”, gracias a su no ejercicio por el vendedor con pacto de
retracto, desencadenó un efecto distinto al invocado por el Sr. CARTAYA: el
de que, ahora sí, se hizo dueño irrevocable del inmueble, ya que el negocio
sometido a una condición suspensiva; pero, propietario, desde el 03-10-1993,
vale decir dentro de la comunidad conyugal; esto fue lo que, en especial, alegó
“OLIVERI” en tutela de su derecho de copropiedad sobre el referido
inmueble. Y es de cosa averiguada por la jurisprudencia de que también habrá
omisión de pronunciamiento, si el juez no resuelve la consecuencia que la
parte solicitante extrae de una determinada afirmación de hecho invocada a su
favor (…), por lo pronto, la alzada en el compromiso de hacer mérito también
sobre lo postulado por “OLIVERI” con lo que rompió con la regla del
contradictorio al hacer trabajo sólo con relación a lo alegado por
“CARTAYA”.
(…Omissis…)
Así, pues, la honorable Sala le será suficiente hacer una comparación de los
términos cómo fue planteada la pretensión y aquello, que en términos de la
recurrida resolvió la alzada en esta oportunidad; y de este obligado trabajo,
advertirá, que la alzada no dijo una palabra o argumento que, al menos,
evidencie un desistimiento con su escrito de demanda, en infracción al
dispositivo previsto en el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil con

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daño al derecho a ser oída plenamente como ordenan de consuno (sic) al


principio de audiencia y de aportación de parte.
(…Omissis…)
Bajo este perfil, sin reparo, según la alzada, si el vendedor con pacto de
retracto, lo ejerce, el negocio de compraventa queda destruido al consumarse
la condición resolutoria, pero la inversa, no sucederá lo mismo, como sostiene
mi representada, significará, para el comprador, que el bien objeto de la
compraventa, entrará irrevocablemente a su patrimonio, puesto que su derecho
esclavizado a condición suspensiva; y en la especie, a través de esta ficción, el
bien en todo ganancial y no propio del comprador con pacto de retracto; por
eso, la necesidad por la alzada, de examinar y resolver el alegato de
OLIVERI. Y por la misma razón, dirimente e importante porque la infracción
decisiva, en voz de Sala Constitucional al tener una trascendencia sustancia en
el dispositivo…
(…Omissis…)
Quebrantando el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil porque la
alzada no sentenció conforme a lo alegado por OLIVERI, como se ha hecho ya
mérito; y, a la vez, violado el el artículo 243,5 del mismo Código con vista a
que la alzada no dirimió la disputa en forma expresa, precisa y positiva con
arreglo a la pretensión incoada por mi representada; por supuesto, nulo el fallo
por mandato del artículo 244 ibídem”. (Negrillas, mayúsculas y subrayado del
texto).

El formalizante denuncia que el juzgador de alzada incurrió en el vicio de


incongruencia negativa, en razón, que la decisión recurrida no contiene decisión, expresa,
positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas
opuestas, por cuanto, el juzgador sólo atendió a los alegatos y defensas invocadas por el
demandado.

En tal sentido, expone el recurrente que fue del talante de su representada, “al revés de
lo declarado por la alzada”, que la venta con pacto de retracto no es más que una negociación
contraída bajo condición suspensiva porque su falta de ejercicio oportuno por el vendedor
con pacto de retracto, dependerá, entonces, si el bien objeto de esa compraventa, entra o no
irrevocablemente en el patrimonio del comprador, que por ello alegó que el bien ingresó a la
comunidad por obra de esa condición suspensiva “venta con pacto de retracto), a cuyo fin,
estableció el 3 de octubre de 1993, como fecha del vencimiento o no de caducidad del
derecho al rescate por el vendedor, esto es, ya durante la vigencia del matrimonio.

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Ahora bien, el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, dispone: “Toda
sentencia debe contener:… 5º Decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la
pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda
absolverse de la instancia….”.

Conforme a la normativa antes citada, la Sala ha sostenido en forma reiterada y


pacífica que el principio de congruencia sujeta el pronunciamiento de los jueces a todos los
alegatos formulados por las partes, sin que les sea posible dejar de decidir alguno de ellos,
pues de hacerlo incurrirían en incongruencia negativa, o por el contrario, los jueces no
pueden extender su decisión sobre excepciones o argumentos de hecho no formulados en el
proceso o excederse en lo solicitado oportunamente por las partes pues incurrirían en
incongruencia positiva. (Vid. decisión Nº 542, de fecha 11 de agosto de 2014, caso:
Inversiones Cortés C.A. y otros contra Instituto Médico Quirúrgico Acosta Ortiz, C.A. y
otros, la cual ratifica entre otros, el fallo Nº 184, de fecha 10 de mayo de 2011, caso Servi
Comidas Express C.A. contra Imosa Tuboacero Fabricación C.A.).
Al respecto, la Sala, a los efectos de verificar la existencia del vicio delatado, a
continuación transcribe parte de la decisión recurrida, la cual, sobre el punto bajo análisis
expresó lo siguiente:

“…La presente demanda la plantea la ciudadana MARÍA ELENA OLIVERI


COLOMBO, conforme a los siguientes hechos:
Alega que contrajo matrimonio civil en fecha 04.12.1989, con el ciudadano
ANDRES ENRIQUE CARTAYA COLOMBO, (parte demandada), por ante el
Juzgado Sexto de Parroquia de esta Circunscripción Judicial, hoy el Juzgado
Séptimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas y se divorciaron en fecha 10.07.2003, bajo la modalidad del
divorcio 185-A del Código Civil, en los Tribunales de Protección del Niño y
Adolescente.

Argumenta que antes del divorcio su representada realizó un acuerdo por


escrito de separación de bienes pero cualquier partición amigable antes del
divorcio es nulo y por ende procedió a demandar la partición de bienes habida
en la comunidad conyugal.
Esgrime que su representada tuvo por más de diez años en su residencia
conyugal y en la actualidad vive con sus menores hijos en la Avenida Sebucan,
Edificio Sonal, Apartamento 33, “B”, en los Dos Caminos Municipio Sucre del
Estado Miranda.

Que dicha vivienda le fue dada a su ex cónyuge por su padre el día


03/10/1989, pero tuvo de noviazgo con su futuro esposo casi un año antes de
casarse, además se graduaron como técnico superiores en el mismo instituto,

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por lo que se casaron el día 09/12/1989 y casi dos meses antes el padre de su
esposo le había dado un apartamento para que conviviera con su futura esposa
y así lo hizo y esa fue su residencia por mas de doce años y domicilio
conyugal.

Sostiene que el apartamento que sirvió de domicilio conyugal forma parte de


su comunidad conyugal ya que el mismo documento de venta que su padre da
al demandado lo hace con una condición o con pacto de retracto y esta tuvo
vigencia hasta el día 03/10/1993, que sin duda el padre de su cónyuge le
vendió bajo una condición suspensiva.

Aduce que para el día 03/10/1993, era cónyuge del demandado lo cual para
dicha fecha el inmueble pasó a ser parte de la comunidad conyugal y
subsidiariamente también contribuyó por los trece años que estuvo casada con
el hoy demandado en la plusvalía del inmueble desde la fecha de su
casamiento que fue el día 09/12/1989 hasta la fecha del divorcio que fue el día
10/07/2003.
(…Omissis…)
La representación judicial de la parte demandada, en el acto para hacer
contestación y oposición al presente procedimiento de partición de la
comunidad conyugal expuso lo siguiente:

Rechaza y contradice la demanda tanto en los hechos como en el derecho, por


cuanto los bienes que señalan como integrantes de la comunidad a partir, uno
de ellos a su decir, no forma parte de la misma y se ha omitido la inclusión de
otros bienes que si forman parte de esta comunidad.

Efectuó oposición a la partición del bien inmueble distinguido con el número y


letra 33 “B”, ubicada en el edificio Residencias Sonal, situado en la Avenida
Principal de Sebucán, Los Dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda,
por cuanto a decir de la parte demandada fue adquirido antes de contraer
matrimonio con la parte actora.
Efectuó oposición que la plusvalía del inmueble, no forma parte de la
comunidad y por tal no es objeto de partición.
(…Omissis…)
La presente demanda de partición de comunidad conyugal pretende establecer
cuáles son los bienes que deben ser partidos como consecuencia de haber
formado parte de la comunidad conyugal que se creó con ocasión al
matrimonio celebrado entre las partes. En este sentido se debe establecer que
no existe duda en cuanto a la existencia del vínculo conyugal, de modo que la
primera precisión es que el matrimonio entre las partes duró entre el día 09 de
diciembre de 1989 y el día 10 de julio de 2003, fecha en la cual se declaró la
ejecución de la sentencia de divorcio (folio 11 primera pieza). Por lo tanto, los
bienes adquiridos a titulo oneroso durante éste período de tiempo son los que
forman parte de la comunidad conyugal.

Por otra parte se observa que el demandado no sólo contradijo los alegatos
contenidos en el libelo de demanda, sino que además alegó que la actora
omitió ciertos bienes propiedad común que debían ser incluidos en la presente
partición, lo cual a juicio de quien aquí decide, debe resolverse como una
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mutua petición, prevista en el artículo 361 del Código de Procedimiento Civil,


por ende, al aquo darle la oportunidad de contestar o alegar respecto a esta
mutua petición, no obstante no haber sido considerada como tal, actuó de
manera correcta pues con ello protegió el derecho a la defensa de las partes.

Por otra parte se aprecia que en la presente causa el aquo dictó dos decisiones
con igual fecha, ello por razones de economía procesal no debió verificarse de
este modo, pues produce una situación de incertidumbre ya que como quedó
planteada la demanda, existe disconformidad por parte del demandado respecto
a uno de los bienes señalados por la actora como perteneciente a la comunidad
conyugal y a su vez, existe disconformidad por parte de la propia actora
respecto a los bienes señalados por el demandado como parte de la misma
comunidad y que deberían ser partidos por formar parte de ella, por ello, este
tribunal superior dictará un solo fallo que abarcará todos los aspectos
debatidos en la presente causa.
(…Omissis…)
Conforme a lo anterior, por razones de orden lógico debido a lo complejo y
extenso de los alegatos de las partes, se procede a resolver el punto relativo al
inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda.
Ya que respecto a este inmueble, ha habido especial énfasis por tratarse de una
venta con pacto de retracto efectuada antes de la celebración del matrimonio
que unió a las partes.

En este sentido se aprecia la venta con pacto de retracto o retroventa, es una


modalidad de venta sujeta a una condición resolutoria mediante la cual el
vendedor se reserva el derecho –por un período de tiempo que o no puede
exceder de cinco años- a rescatar el bien vendido mediante la devolución del
precio y los gastos establecidos en el artículo 1.544 eiusdem.

Así las cosas, se observa que la operación de venta es efectuada en la fecha


que se otorga el documento respectivo ante la oficina de registro inmobiliario
correspondiente, pero en fecha posterior puede ocurrir la condición resolutoria
que reintegre el bien a la esfera patrimonial del vendedor, con el simple hecho
de entregar la suma pagada más los gastos señalados en el artículo 1.544.
(…Omissis…)
En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por el
demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
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identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de


Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la
plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide.
(…Omissis…)
Como consecuencia de todo lo anterior, considera quien aquí decide que la
partición demandada, así como los bienes señalados por el demandado, salvo
los señalados como excluidos, deben formar parte de la partición de la
comunidad que existió entre las partes con ocasión a la comunidad conyugal
disuelta mediante divorcio. Así se decide”. (Negrillas y mayúsculas del texto).

De la decisión supra transcrita, la Sala no evidencia que el ad quem incurriera en el


vicio de incongruencia negativa previsto en el artículo 243 ordinal 5° del Código de
Procedimiento Civil, pues se observa que la sentencia recurrida contiene una decisión
expresa, positiva y precisa con arreglo a los alegatos formulados por las partes, en razón, que
la pretensión del demandante tenía por objeto la partición de los bienes obtenidos durante la
comunidad conyugal, aduciendo al respecto que el bien inmueble distinguido con el número
33 “B”, ubicado en el Edificio Residencias Sonal, situado en la Avenida principal de
Sebucán, los Dos Caminos Municipio Sucre del estado Miranda, el cual sirvió de domicilio
conyugal forma parte de su comunidad conyugal, por cuanto, el mismo fue adquirido
mediante una venta con pacto de retracto, la cual se configuró dentro de dicha comunidad
conyugal.

En tal sentido, el demandado en la oportunidad de dar contestación a la demanda,


efectuó oposición a la partición del referido bien inmueble, por cuanto, dicho inmueble fue
adquirido antes de contraer matrimonio con la demandante, así como, realizó oposición a la
plusvalía del bien inmueble.

Ante las defensas esgrimidas, el ad quem estableció en el sub iudice que no existe duda
en cuanto a la existencia del vínculo conyugal, indicando para ello, que el matrimonio entre
las partes duró entre el día 9 de diciembre de 1.989 y el día 10 de junio de 2003, fecha en la
cual se declaró la ejecución de sentencia de divorcio, por lo que, los bienes adquiridos a

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título oneroso durante dicho período de tiempo son los que forman parte de la comunidad
conyugal.

Acorde con lo invocado por las partes, las cuales quedaron contestes, el juzgador de
alzada en su fallo procedió a determinar que el inmueble objeto de la venta con pacto de
retracto fue efectuada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, por cuanto, el pago
efectuado por el demandado por el precio de dicho bien, fue con dinero de su patrimonio
personal, de lo cual se desprende que el referido bien inmueble efectivamente no forma parte
de la comunidad conyugal, así como, tampoco forma parte esta última la plusvalía del
inmueble, en razón, que no se configura en los autos prueba alguna que patentice que la
demandante haya contribuido en el presunto incremento de su valor.

De manera que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio

Conforme con lo determinado por el ad quem en su decisión, esta Sala evidencia que el
juzgador profirió una decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas, en razón, que su razonamiento comprendió
la disconformidad por parte de la demandante respecto de los bienes que integran la
comunidad conyugal, como la disconformidad del demandado con relación a uno de los
bienes indicados por la accionante como perteneciente a dicha comunidad conyugal.

Por consiguiente, esta Sala declara improcedente la denuncia de infracción de los


artículos 12, 15 y ordinal 5º del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil. Así se
decide.

-II-

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del ordinal 5° del artículo 243 eiusdem, alegando para
ello, lo siguiente:
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“…En atención a la forma cómo se contestó, al juez no le quedaba de otra cosa


sino fijar en su fallo, si el bien perteneció o no a la comunidad de gananciales,
siguiendo lo que al respecto estrictamente se alegó; y nada más; pero erró,
cuando puso en la sentencia un argumento de hecho extraño a lo que planteó
CARTAYA, a saber:

“el pago efectuado por el demandado por el precio del inmueble, fue con
dinero de su patrimonio personal conforme lo dicta el mencionado
artículo 151 del Código Civil, por lo que dicho inmueble nunca formó
parte del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición
resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a la celebración del
matrimonio, pues aun cuando el vendedor hubiese decidido rescatar el
inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero siempre
fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya se
dijo- antes de la celebración del matrimonio. –Subrayado fuera del texto-

Esa defensa de hecho no fue invocada por el demandado; quiere decir que la
alzada la suplió de propia iniciativa, de su cosecha única y al tener esa
calidad, no debió ser incorporada a la sentencia, ésta ha de comprender “solo
lo alegado” y resolver “sobre todo lo alegado”; y nada más.
Y tampoco fue objeto del conflicto judicial el que el inmueble fuese un bien
propio en trance de ser rescatado por CARTAYA; esto es un exceso de la
alzada; el demandado adujo que el apartamento le perteneció por haberlo
adquirido antes del matrimonio con OLIVERI porque se lo compró su padre
con pacto de retracto, de manera que producida la condición resolutoria
meramente potestativa, al no ejercerse en tiempo, constituyó un bien propio;
no que siendo propio antes de contraer nupcias, luego lo rescató de un tercero;
esto es una materia extraña al debate.
(…Omissis…)
Al proceder así, la alzada, como la gota de agua que colma un vaso, traspasó y
por mucho, los límites de su delicado fuero y fue más allá de lo planteado por
la parte demandada en su contestación; circunstancia que se traduce al final,
en una significativa falta de congruencia.
(…Omissis…)
Violados los artículos 12 del Código de Procedimiento Civil porque la alzada
no sentencia conforme a lo alegado por el demandado y al mismo tiempo,
conculcando el artículo 243,5 del mismo Código porque no se dictó una
sentencia expresa, precisa y positiva con vista a lo alegado por el demandado
en su contestación; y a mayor abundamiento, conforme a lo expuesto antes,
quebrantando el artículo 11 del Código de Procedimiento Civil; al faltar este
requisito de existencia de la sentencia, habrá de calificarse de nula por orden
del artículo 244 del referido Código de trámite”. (Negrillas, mayúsculas y
subrayado del texto).

El formalizante delata la supuesta incongruencia en que incurrió el juzgador de alzada,


al señalar que la misma no se atuvo a lo alegado y probado en autos, en razón, que conoció

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más allá de lo planteado por el demandado en su escrito de contestación, es decir, no profirió


su decisión conforme a lo alegado.

En tal sentido, el recurrente en concreto expresa que el ad quem se habría excedido al


determinar que el pago efectuado por el demandado por el precio del inmueble, fue con
dinero de su patrimonio personal, así como también al disponer que el inmueble era un bien
propio en trance de ser rescatado por el demandado.

Ahora bien, esta Sala, de manera reiterada ha establecido que “…la sentencia es
congruente cuando se ajusta a las pretensiones de las partes, tanto del actor como del
demandado, independientemente de si es acertada o errónea. Por tanto, no se puede apreciar,
más ni menos, de las cuestiones controvertidas y trascendentales en la solución de la
controversia. Precisamente, en virtud del principio de exhaustividad, el juez debe ajustarse a
las pretensiones formuladas, tanto por la parte actora como por la demandada, tratando
siempre de crear un equilibrio al momento de apreciar y valorar las cuestiones
controvertidas, pues si conduce el debate fuera de los límites fijados en el libelo y
contestación concediendo algo distinto a lo pedido incurriría en ultrapetita…”. (Vid.
sentencia N° 277 de fecha 2 de mayo de 2012, caso: Janis Junior Biernis Mota y otros, contra
Constructora Romariza, C.A.).

En relación con lo denunciado por el formalizante, el ad quem estableció en su


decisión lo siguiente:

“…La representación judicial de la parte demandada, en el acto para hacer


contestación y oposición al presente procedimiento de partición de la
comunidad conyugal expuso lo siguiente:

Rechaza y contradice la demanda tanto en los hechos como en el derecho, por


cuanto los bienes que señalan como integrantes de la comunidad a partir, uno
de ellos a su decir, no forma parte de la misma y se ha omitido la inclusión de
otros bienes que si forman parte de esta comunidad.

Efectuó oposición a la partición del bien inmueble distinguido con el número y


letra 33 “B”, ubicada en el edificio Residencias Sonal, situado en la Avenida
Principal de Sebucán, Los Dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda,
por cuanto a decir de la parte demandada fue adquirido antes de contraer
matrimonio con la parte actora.

Efectuó oposición que la plusvalía del inmueble, no forma parte de la


comunidad y por tal no es objeto de partición.
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Efectuó oposición en el sentido de que la parte demandante omitió en su


demanda, la inclusión de los siguientes bienes a saber…
(…Omissis…)
Conforme a lo anterior, por razones de orden lógico debido a lo complejo y
extenso de los alegatos de las partes, se procede a resolver el punto relativo al
inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda.
Ya que respecto a este inmueble, ha habido especial énfasis por tratarse de una
venta con pacto de retracto efectuada antes de la celebración del matrimonio
que unió a las partes.

En este sentido se aprecia la venta con pacto de retracto o retroventa, es una


modalidad de venta sujeta a una condición resolutoria mediante la cual el
vendedor se reserva el derecho –por un período de tiempo que o no puede
exceder de cinco años- a rescatar el bien vendido mediante la devolución del
precio y los gastos establecidos en el artículo 1.544 eiusdem.

Así las cosas, se observa que la operación de venta es efectuada en la fecha


que se otorga el documento respectivo ante la oficina de registro inmobiliario
correspondiente, pero en fecha posterior puede ocurrir la condición resolutoria
que reintegre el bien a la esfera patrimonial del vendedor, con el simple hecho
de entregar la suma pagada más los gastos señalados en el artículo 1.544.
(…Omissis…)
En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por
el demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de
Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la
plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide”.

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De la transcripción parcial de la decisión recurrida, se desprende que el juzgador de


alzada determinó en el sub iudice que el demandado en la oportunidad de dar contestación a
la demanda efectuó oposición a la partición del bien inmueble distinguido con el número y
letra 33 “B”, ubicado en el edificio Residencias Sonal, situado en la Avenida Principal de
Sebucán, Los Dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda, por cuanto el mismo fue
adquirido antes de contraer matrimonio con la demandante.

En ese sentido, ante tal oposición el ad quem estableció que el bien inmueble –objeto
de controversia- fue adquirido mediante una venta con pacto de retracto efectuada antes de la
celebración del matrimonio que unió a las partes, por lo que, en dicha situación el juzgador
de alzada apreció que efectivamente la venta fue celebrada en fecha anterior a la celebración
del matrimonio, así como, que el pago efectuado por el demandado por el precio del
inmueble, fue con dinero de su patrimonio personal conforme lo determina el artículo 151 del
Código Civil.

De manera que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio.

Ante lo determinado por el juzgador de alzada, la Sala con el propósito de fijar los
límites del problema judicial debatido, estima pertinente transcribir del contenido del escrito de
contestación de la demanda, lo siguiente:

“…En nombre de mi representado ME OPONGO A LA PARTICIÓN DEL


INMUEBLE constituido por el apartamento distinguido con el número y
letra 33-B que forma parte del edificio “RESIDENCIAS SONAL” ubicado
en la Avenida Principal de Sebucán, los Dos Caminos, en jurisdicción del
Municipio Sucre del Estado Miranda, adquirido por mi representado el 31 de
octubre de 1989, cuando era de estado civil soltero, antes de contraer
matrimonio con la ciudadana María Elena Oliveri Colombo, el cual se celebró
el 9 de diciembre de 1989, tal como lo confiesa la parte actora, en su libelo de
demanda.
(…Omissis…)
…Este inmueble fue adquirido por mi representado antes de contraer
matrimonio con la actora, por lo que este inmueble es un bien propio de mí
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representado, Andrés Enrique Cartaya Romero, por lo que no pertenece a la


comunidad de bienes gananciales.
(…Omissis…)
En nombre de mi representado, me opongo, niego, rechazo y contradigo la
pretensión de la actora MARÍA ELENA OLIVERI COLOMBO al considerar
que el inmueble ya identificado forma parte de su comunidad conyugal,
alegando que mi representado lo compró con pacto de retracto convencional
por el término de cuatro (4) años y que como el vendedor no ejerció el
retracto, el inmueble pasó a ser de la comunidad conyugal, “…que sin duda el
padre de su ex cónyuge le vendió bajo una condición suspensiva…”.
(…Omissis…)
…En este caso, el vendedor no ejerció el derecho de retracto, por lo que
perdió la facultad de retraer el inmueble y la venta del inmueble que se
había realizado el treinta y uno (31) de octubre de mil novecientos ochenta
y nueve (1989) según aparece del documento de compra venta debidamente
protocolizado pasó a ser una venta pura y simple, antes de contraer
matrimonio con la actora. DE TAL MANERA QUE EL INMUEBLE ANTES
IDENTIFICADO NO FORMA PARTE DE LOS BIENES DE LA
COMUNIDAD Y POR LO TANTO NO ES OBJETO DE ESTE
PROCEDIMIENTO DE PARTICIÓN…
(…Omissis…)
En nombre de mi representado RECHAZO Y CONTRADIGO LA DEMANDA
en cuanto a la pretensión de la parte actora de que forma parte de esa
comunidad de bienes el apartamento distinguido con el número y letra 33-B
que forma parte del edificio “RESIDENCIAS SONAL”, ubicado en la
Avenida Principal de Sebucán, los Dos Caminos, en jurisdicción del Municipio
Sucre del Estado Miranda, por ser un bien propio de mi representado y por
tanto no puede ser objeto de partición alguna, así como tampoco la plusvalía
de dicho bien, a la cual hago también oposición”. (Negrillas y mayúsculas del
texto).

De la transcripción precedente se desprende que, el demandado se opuso a la partición del


bien inmueble constituido por el apartamento distinguido con el número y letra 33-B que
forma parte del edificio “Residencias Sonal” ubicado en la Avenida Principal de Sebucán, los
Dos Caminos, en jurisdicción del Municipio Sucre del Estado Miranda, por cuanto, el mismo
fue adquirido en fecha 31 de octubre de 1989, cuando era de estado civil soltero, antes de
contraer matrimonio con la ciudadana María Elena Oliveri Colombo, el cual se celebró el 9
de diciembre de 1989, tal como alega la accionante, en su libelo de demanda.

De igual modo, se evidencia que el accionado alegó que el referido bien inmueble es
un bien propio, el cual no pertenece a la comunidad de bienes gananciales, así como,
impugnó la pretensión de la accionante, al considerar que el bien inmueble forma parte de su

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comunidad conyugal, alegando que el accionado lo compró con pacto de retracto


convencional por el término de cuatro (4) años y que como el vendedor no ejerció el retracto,
el inmueble pasó a ser de la comunidad conyugal, el cual le fue vendido por el padre de su ex
cónyuge bajo una condición suspensiva.

Asimismo, el demandado arguyó que el vendedor no ejerció el derecho de retracto, por


lo que perdió la facultad de retraer el bien inmueble y la venta que se había celebrado el 31
de octubre 1989, según aparece del documento de compra venta debidamente protocolizado
pasó a ser una venta pura y simple, antes de contraer matrimonio con la demandante, por lo
que, alegó que tal bien inmueble no forma parte de la comunidad conyugal, y, en
consecuencia, no puede ser objeto del procedimiento de partición.

Ahora bien, en el sub iudice tal y como anteriormente se indicó, el juzgador de alzada
en su decisión determinó que efectivamente la venta del bien inmueble –objeto de
controversia- fue celebrada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, así como, que
el pago efectuado por el demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su
patrimonio personal, ya que aún cuando el vendedor hubiese decidido rescatar el inmueble
vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero siempre fue propiedad exclusiva del
demandado, por cuanto, fue entregada antes de la celebración del matrimonio.

De modo que, esta Sala ante tal determinación del ad quem en consonancia con lo
alegado por el demandado en su escrito de contestación a la demanda, considera que la misma
es producto del razonamiento del sentenciador, teniendo en cuenta si el accionado adquirió el
inmueble antes de contraer matrimonio, ello fue con su peculio; sin embargo, aun cuando se
hubiere excedido con ese pronunciamiento en los límites de la controversia que le fue
sometida a consideración, supliendo defensas no expuestas por el accionado en su escrito de
contestación, siendo que, el demandado en dicho escrito de contestación se limitó a alegar
únicamente que el bien inmueble es un bien propio, el cual no pertenece a la comunidad de
bienes gananciales, en razón a que el mismo fue adquirido en fecha 31 de octubre de 1989,
cuando era de estado civil soltero.

No obstante, considera esta Máxima Jurisdicción que declarar tal infracción en el sub
iudice resultaría ineficaz, en razón, que la misma no es determinante en el dispositivo del

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fallo, por cuanto se desprende que le acompaña otra razón, cual es que en la presente causa
efectivamente el bien inmueble objeto de controversia fue adquirido antes de la celebración
del matrimonio, por lo que, en modo alguno pudiese formar parte de la comunidad conyugal.

En consecuencia, esta Sala declara la improcedente la infracción del ordinal 5° del


artículo 243 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide.

-III-

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante en el primer escrito de formalización, denuncia lo siguiente:

“…Importa destacar ese hecho de que el precio fue pagado por el demandado,
no fue un alegato que curse en la demanda ni en la contestación; ésta se limitó
a rechazar que el inmueble fuese de la comunidad en razón a que fue adquirido
antes de su celebración y nada más; luego, al decir la alzada que las partes
están “contestes” al respecto, en verdad adulteró la causa de pedir de la
demanda y con ello transfiguró el planteamiento de la pretensión deducida por
“OLIVERI”, y desde otro enfoque, al igual cambió lo afirmado por el
demandado; en ningún lado, sigue esa alegación de parte.
(…Omissis…)
El fallo se fundamenta en dos consideraciones que chocan entre sí; de un lado,
como se aprecia del texto transcrito, afirma que el bien es propio de
CARTAYA porque lo adquirió antes del matrimonio; pero este modo de
relacionar sus ideas por el juez, está en oposición a otro criterio que también
forma parte de sus consideraciones, el de que es propio con arreglo al artículo
152,2 del Código Civil; esto es, afirma que siempre fue propio de CARTAYA y
luego, a un mismo tiempo, entiende que el referido bien se hizo propio durante
el matrimonio por “derecho de retracto ejercido sobre bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que son dos (2)
situaciones distintas.
Con este entendimiento, ¿entonces en qué estamos? lo adquirió antes o en su
defecto, después, durante el matrimonio; son dos (2) premisas que no pueden,
a la vez, coexistir, a riesgo de producir un fallo incoherente, sin hilo e
inconciliable, en detrimento del principio de no contradicción, una
circunstancia que levanta un muro para su posterior y cumplida crítica
jurisdiccional a entablar ante las autoridades judiciales superiores; y como esa
contradicción, según casación, al recaer en punto a los considerandos usados
para construir el fundamento del fallo, equivale a una evidente ausencia de
motivación, vale decir una problema de falta de expresión, pues la utilizada es
más aparente que real; entonces, en la especie, quedó quebrantado el artículo
243, 4 del Código de Procedimiento Civil porque “ofrece un obstáculo de
hecho que impide traducir a la realidad el pensamiento del juez…”.

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En sintonía con la delación transcrita, el recurrente en la tercera delación contenida en


el segundo escrito de formalización, las cuales de seguidas se resuelven de manera
conjunta, delata lo siguiente:

“…Importa destacar ese hecho de que el precio fue pagado por el demandado,
no fue un alegato que curse en la demanda ni en la contestación; ésta se limitó
a rechazar que el inmueble fuese de la comunidad en razón a que fue adquirido
antes de su celebración y nada más; luego, al decir la alzada que las partes
están “contestes” al respecto, en verdad adulteró la causa de pedir de la
demanda y con ello transfiguró el planteamiento de la pretensión deducida por
“OLIVERI”, y desde otro enfoque, al igual cambió lo afirmado por el
demandado; en ningún lado, sigue esa alegación de parte.
(…Omissis…)
Esta es la situación de la especie; y la doctrina permanece, con la salvedad de
que hoy por hoy, casación habla con mejor lenguaje técnico, de incongruencia
positiva (…); por donde se hace, infringidos los artículos 12 y 243, 5 del
Código de Procedimiento Civil, el primero porque no se dictó un fallo
conforme a lo alegado por las partes y, en segundo porque la sentencia librada
por la alzada no resulta expresa, precisa y positiva con lo afirmado por ambas
partes”. (Mayúsculas, negrillas, cursivas y subrayado del texto).

El formalizante en primer término denuncia que el juzgador de alzada infringió el


ordinal 4° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, en razón, que el juzgador en
principio determina que el bien inmueble objeto de controversia, siempre fue un bien propio
del demandado, para luego, establecer que dicho bien es propio conforme con lo establecido
en el artículo 152. 2° del Código Civil, es decir, “…derecho de retracto ejercido sobre bienes
propios por el respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que son dos (2)
situaciones distintas”.

En segundo término el recurrente delata que “…no se dictó un fallo conforme a lo


alegado por las partes y, en segundo porque la sentencia librada por la alzada no resulta
expresa, precisa y positiva con lo afirmado por ambas partes...”.

Respecto a lo denunciado, el ad quem en su decisión realizó el siguiente


pronunciamiento:

“…Conforme a lo anterior, por razones de orden lógico debido a lo complejo y


extenso de los alegatos de las partes, se procede a resolver el punto relativo al
inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda.
Ya que respecto a este inmueble, ha habido especial énfasis por tratarse de una
venta con pacto de retracto efectuada antes de la celebración del matrimonio
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que unió a las partes.

En este sentido se aprecia la venta con pacto de retracto o retroventa, es una


modalidad de venta sujeta a una condición resolutoria mediante la cual el
vendedor se reserva el derecho –por un período de tiempo que o no puede
exceder de cinco años- a rescatar el bien vendido mediante la devolución del
precio y los gastos establecidos en el artículo 1.544 eiusdem.

Así las cosas, se observa que la operación de venta es efectuada en la fecha


que se otorga el documento respectivo ante la oficina de registro inmobiliario
correspondiente, pero en fecha posterior puede ocurrir la condición resolutoria
que reintegre el bien a la esfera patrimonial del vendedor, con el simple hecho
de entregar la suma pagada más los gastos señalados en el artículo 1.544.

De otra parte se observa que los artículos 151 y 152 eiusdem establecen:

“Artículo 151.- Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al
marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio, y los que durante
éste adquieran por donación, herencia, legado o por cualquier otro título
lucrativo. Son también propios los bienes derivados de las acciones
naturales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles
abandonados que hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos,
joyas y otros enseres u objetos de uso personal o exclusivo de la mujer o
el marido.

Artículo 152.- Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes


adquiridos durante el matrimonio:

2º Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio.
…”

En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por el
demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de
Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la

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plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide”.

De acuerdo con el fallo ut supra transcrito, se desprende que el ad quem determinó


que el bien inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda, el cual fue
obtenido mediante una venta con pacto de retracto, no formó parte de la comunidad conyugal
por ser adquirido con fecha anterior a la celebración del matrimonio.

Asimismo, el juzgador de alzada estableció que aun cuando se ejecutara la condición


resolutoria ésta se llevaría a cabo en fecha posterior a la celebración del matrimonio, por lo
que, en caso que el vendedor hubiese decidido rescatar el bien inmueble vendido en el lapso
estipulado, tal negociación fue llevada a cabo antes de la celebración del matrimonio, por
tanto, dicho bien no forma parte de la comunidad conyugal.

Ahora bien, esta Sala ha determinado “…que en toda decisión los jueces deben, al
establecer los motivos de hecho y de derecho en los cuales fundan la conclusión jurídica de
sus fallos, evitar exponer fundamentos o razonamientos que dada su argumentación se
destruyan unos a los otros por contradicciones graves e irreconciliables, en vista, de que
ante tal supuesto, se genera una situación equiparable a la falta absoluta de motivación”.
(Sentencia N° 810 de fecha 11 de diciembre de 2015).

Conforme con lo establecido por el ad quem en su decisión, la Sala no evidencia la


delatada inmotivación por contradicción en sus motivos, en razón, de que los motivos en los
cuales sustentó su decisión en modo alguno resultan faltos de coherencia, así como tampoco
se aprecian de tal manera inconciliables entre sí que le dejen desprovista del necesario
requisito formal de la motivación, siendo que, el juzgador dejó claramente determinado que
el bien inmueble objeto de controversia, no formó parte de la comunidad conyugal por ser
adquirido mediante una venta con pacto de retracto, en fecha anterior a la celebración del
matrimonio, y no como confusamente lo quiere hacer ver el recurrente que lo obtuvo durante
el matrimonio.

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Por consiguiente, esta Sala al no evidenciar en el sub iudice la existencia de motivos


que se excluyan entre sí o se contradigan, declara la improcedencia de la infracción del
ordinal 4° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide.

En este orden de ideas, el recurrente delata que el ad quem que “…no se dictó un fallo
conforme a lo alegado por las partes y, en segundo porque la sentencia librada por la alzada
no resulta expresa, precisa y positiva con lo afirmado por ambas partes...”.

Ante lo delatado, la Sala da por reproducidos los argumentos expuestos en la primera


denuncia por defecto de actividad, en la cual se dejó expresamente establecido que el que el
juzgador de alzada profirió una decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la
pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, en razón, que su razonamiento
comprendió la disconformidad de los sujetos procesales intervinientes en la controversia con
respecto de los bienes que integran la comunidad conyugal, como la disconformidad del
demandado con relación a uno de los bienes indicados por la accionante como perteneciente a
dicha comunidad conyugal.

En consecuencia, esta Sala declara improcedente la denuncia de infracción de los


artículos 12, 15 y ordinal 5º del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil. Así se
decide.

-IV-

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante denuncia la infracción del ordinal 4° del artículo 243 eiusdem, con
fundamento en lo siguiente:

“…El fallo se fundamenta en dos consideraciones que chocan entre sí; de un


lado, como se aprecia del texto transcrito, afirma que el bien es propio de
CARTAYA porque lo adquirió antes del matrimonio; pero este modo de
relacionar sus ideas por el juez, está en oposición a otro criterio que también
forma parte de sus consideraciones, el de que es propio con arreglo al artículo
152,2 del Código Civil; esto es, afirma que siempre fue propio de CARTAYA y
luego, a un mismo tiempo, entiende que el referido bien se hizo propio durante
el matrimonio por “derecho de retracto ejercido sobre bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio; lo que son dos (2)
situaciones distintas.
Con este entendimiento, ¿entonces en qué estamos? lo adquirió antes o en su
defecto, después, durante el matrimonio; son dos (2) premisas que no pueden,
a la vez, coexistir, a riesgo de producir un fallo incoherente, sin hilo e
inconciliable, en detrimento del principio de no contradicción, una
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circunstancia que levanta un muro para su posterior y cumplida crítica


jurisdiccional a entablar ante las autoridades judiciales superiores; y como esa
contradicción, según casación, al recaer en punto a los considerandos usados
para construir el fundamento del fallo, equivale a una evidente ausencia de
motivación, vale decir una problema de falta de expresión, pues la utilizada es
más aparente que real; entonces, en la especie, quedó quebrantado el artículo
243, 4 del Código de Procedimiento Civil porque “ofrece un obstáculo de
hecho que impide traducir a la realidad el pensamiento del juez…”.

Ante las defensas invocada por el recurrente en la presente denuncia, la Sala observa
que tales alegaciones, se corresponden o son casi idénticas a las expuestas en la tercera
delación del presente capítulo por defecto de actividad, por lo que, ante lo delatado se da por
reproducidos los argumentos expuestos para resolver aquella (tercera denuncia), en la cual
se dejó expresamente establecido que los motivos en los cuales sustentó su decisión en modo
alguno resultan faltos de coherencia, así como tampoco se aprecian de tal manera
inconciliables entre sí que le dejen desprovista del necesario requisito formal de la
motivación, siendo que, el juzgador dejó claramente determinado que el bien inmueble objeto
de controversia, no formó parte de la comunidad conyugal por ser adquirido mediante una
venta con pacto de retracto, en fecha anterior a la celebración del matrimonio, y no como
confusamente lo quiere hacer ver el recurrente que lo obtuvo durante el matrimonio.

En consecuencia, esta Sala reitera que en el sub iudice no se evidencia la existencia de


motivos que se excluyan entre sí o se contradigan, razón por la cual, se declara la
improcedencia de la infracción del ordinal 4° del artículo 243 del Código de Procedimiento
Civil. Así se decide.

DENUNCIA POR INFRACCIÓN DE LEY

-ÚNICA-

De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
el formalizante delata la infracción por falta de aplicación de los artículos 148, 1.209 y 1.536
del Código Civil, así como la infracción por falsa aplicación de los artículos 151 y 152
ordinal 2° eiusdem, con fundamento en lo siguiente:

“…Una vez conocido que lo discutido en la causa son los efectos del retracto
convencional con relación a CARTAYA, quien figuró como comprador bajo
pacto de retro del inmueble objeto de partición.

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Fue del talento de la alzada de que el apartamento pertenece a CARTAYA


porque lo adquirió antes del matrimonio bajo la figura de pacto de retracto
convencional. (Sin olvidar que después afirmó que lo adquirió durante el
matrimonio.
(…Omissis…)
Como quedó compendiado, ya es de cosa hecha, de que la recurrida da por
verdadero para el proceso de que como el contrato de venta bajo pacto de retro
fue celebrado antes del matrimonio; entonces, ha de tenerse por firme como
premisa para llevarse la idea de que el bien es propio de CARTAYA; y
consiguientemente, establecido para el proceso.
Pero, también, sin disputa posible, resulta verdadero que fue durante la
vigencia del matrimonio cuando CARTAYA adquirió de modo irrevocable el
citado inmueble porque el vendedor no movió el rescate del inmueble; antes de
este evento, todavía CARTAYA no era dueño.
(…Omissis…)
Nos sobra con esta lúcida aclaración, pues cabe perfectamente en este, nuestro
caso, y visible la infracción de Derecho porque, si para CARTAYA, la falta de
ejercicio por parte de su vendedor con pacto de retro, consolida, desde ese
instante, su propiedad, como con energía postula el artículo 1.536 del Código
Civil, se nos antoja que imposible atribuirle al legislador una inexplicable
inconsecuencia de que la propiedad ingresó allá, antes de celebrarse el
matrimonio.
(…Omissis…)
Y bien, si no se ejerce por el vendedor en el tiempo y modo pactado, en cuyo
caso, se hace acto el dominio irrevocable a favor de CARTAYA, comprador en
la venta con pacto de retro; como ha de ser; es decir, sólo desde ese momento
será cuando se le tendrá como propietario irrevocable y más para la comunidad
conyugal.
En general, cumplida la condición suspensiva, se considera la obligación como
pura y simple desde la fecha en que se constituyó; pero en la situación de la
especie, no funciona esa ficción jurídica de la retroactividad de la condición,
con vista a que el artículo 1.209 del Código Civil, que es la norma que la
sanciona, también acoge en sus preceptos, una excepción: “a menos que la
naturaleza también toma el mismo efecto, aunque sea resolutoria; así lo
prescribe el referido artículo.
(…Omissis…)
De los hechos establecidos en la recurrida, la Sala, sin esculcar actas e
instrumentos, caerá en la cuenta de que la alzada no aplicó a los hechos
constatados en el fallo, el artículo 1.536 del Código Civil, puesto que está
afirmado y narrado en el fallo cuestionado que el término para que el vendedor
haga valer su derecho al rescate, venció dentro del matrimonio, entonces, en
acuerdo a la letra del artículo 1.536 del Código Civil, claramente, fue durante
ese tiempo en que “CARTAYA” se hizo dueño irrevocable y no antes.
Amén que, en línea con lo constatado en la recurrida, no aplicó el artículo
1.209 del Código Civil, pues de acuerdo a la naturaleza del acto y habida
cuenta de que la propiedad consolidada dentro del matrimonio y no rige hacia
atrás como se corresponde a toda condición cumplida.
Pero, como tal hecho jurídico ocurrió dentro del matrimonio, significa que, el
bien no es propio, sino que ingresó a la comunidad conyugal “CARTAYA-
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OLIVERI”, con lo que no se aplicó el artículo 148 del Código Civil, que es la
norma que lo indica, sin embargo, a contrapunto, aplicó falsamente el artículo
151 del mismo Código porque es un hecho que el artículo no viene al caso, fue
elegido malamente por la alzada para resolver la controversia.
(…Omissis…)
Y por vía de consecuencia, quebrantó por esta exclusiva razón, el artículo 151
del mismo Código porque el bien, al estar sometido a la eventualidad del no
ejercicio de retracto convencional, nunca propio de CARTAYA sino que, en la
causa, siguiendo la letra del artículo 1.536 del Código Civil, fue dueño
irrevocable desde el instante en que, el vendedor con pacto de retracto no lo
ejerció cumplidamente; la palabra “irrevocable” usada por el legislador
constituye la piedra de toque para establecer que el bien es común.
Los hechos no podrán ser subsumidos en el supuesto legal expresado por esa
norma; ya que, aceptado sea cierto, que el contrato de venta con pacto de retro
se celebró antes del matrimonio, esa sola circunstancia no hace que le tenga
como un bien solo de CARTAYA porque la característica del retracto es que el
comprador con pacto de retro, según la opinión transcrita de SANOJO, no se
hace dueño completo, ya que ese dominio no queda transferido de manera
definitiva sino es de esperar si el retracto resulta movido o no en su tiempo.
Y visto que esto sucedió dentro del matrimonio, desde luego que nunca fue un
bien propio de CARTAYA sino común, de ahí la falta de aplicación de la
norma en cuestión de los artículos 148 y 1.536 del Código Civil.
(…Omissis…)
Cuando en verdad, también, según mi representada y otros autores, es un
negocio sometido a condición suspensiva; en este caso, trae una consecuencia
distinta a la escogida por la alzada; e insistimos, si no ejerce el rescate;
entonces, desde ese momento es que CARTAYA se hizo el propietario. Y no a
partir de la celebración de la venta con pacto de retro, como expresa la
recurrida.
Y por lejos, ese errado conocimiento del Derecho, lo llevó aplicar, como se
dijo ya, una norma que no cabe en la cosa discutida; efectivamente, le da una
vuelta de tuerca al tema y concluye sobre la base de que el pacto de retracto
fue celebrado antes del matrimonio, pero basado en un hecho irreal para la
causa, en vista que, consideró la alzada, que el bien fue rescatado por
CARTAYA; que lo pagó con dinero suyo y antes del matrimonio, con lo que
aplicó el artículo 152.2 del Código Civil y lo hizo propio durante el
matrimonio, a despecho que eso no fue lo discutido; pero robustece la falta de
aplicación de los artículos 1.209 y 1.536 ibídem (sic).
Entonces, la alzada al no aplicar la norma –art. 1.536-, dejó en el tintero que
el retracto no comprende siempre un negocio atado a una condición resolutoria
sino que, como ocurrió en la especie, al no ejercerse por el vendedor, se hace
acto y no en potencia, se transforma en propietario irrevocable al comprador;
aquí el error de derecho.
Útil e importante la delación; ya que de no haber aplicado falsamente las
normas citadas, obvio no hubiere cometido la falta de aplicación de las
nombradas normas jurídicas que devienen al caso, como se explicó, sino que,
por el contrario, eligió otra malamente, según se hizo mérito antes, al grado
que, en esta situación, debió incluir el apartamento de la fortuna conyugal y
no excluirlo, con lo que la oposición a la partición debió ser desestimada y a

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contrapeso, declarar en todo con lugar la demanda de partición y no


parcialmente”. (Negrillas, mayúsculas y subrayado del texto).

El recurrente delata la infracción por falta de aplicación del artículo 148 del Código
Civil, en razón, que el bien inmueble objeto de controversia, no es un bien propio del
demandado, por cuanto, el mismo habría ingresado a la comunidad conyugal Cartaya-Oliveri.

De igual modo, denuncia la falta de aplicación del artículo 1.209 eiusdem, por cuanto,
de acuerdo a la naturaleza de la venta y siendo que la misma fue perfeccionada dentro del
matrimonio, no rige hacia atrás el cumplimiento de la condición.

Asimismo, delata la falta de aplicación del artículo 1.536 ibidem, “…puesto que está
afirmado y narrado en el fallo cuestionado que el término para que el vendedor haga valer
su derecho al rescate, venció dentro del matrimonio, entonces, en acuerdo a la letra del
artículo 1.536 del Código Civil, claramente, fue durante ese tiempo en que “CARTAYA” se
hizo dueño irrevocable y no antes…”.

De la misma forma, denuncia la infracción por falsa aplicación de los artículos 151 y
152 ordinal 2° del Código Civil, siendo que, el juzgador de alzada conforme con dichas
normativas determinó en el sub iudice que el bien inmueble fue adquirido antes de la
celebración del matrimonio, situación ésta que a criterio del formalizante no se contrae al
caso de autos.

Ahora bien, la falta de aplicación consiste en que el juez no tuvo en cuenta la norma
cuya violación es alegada, y el recurrente pretende que la misma sea aplicada respecto de los
hechos fijados por el juez. (SCC Sentencia N° 188 de fecha 17 de abril de 2009).

En tal sentido, la falsa aplicación consiste en la relación errónea entre la ley y el hecho
que desnaturaliza el verdadero sentido de la norma, o el desconocimiento de su significado,
lo cual ocurre cuando se aplica la norma a un hecho no regulado por la misma, o cuando su
aplicación se realiza de tal manera que se llega a consecuencias jurídicas diferentes o
contrarias a las buscadas por la ley. (SCC Sentencia N° 459 de fecha 9 de diciembre de
2002).

Las normativas contenidas en el Código Civil, delatadas como infringidas disponen lo


siguiente:

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“…Artículo 148. Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario,


son comunes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan durante
el matrimonio.
Artículo 151. Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al
marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio y a la mujer al tiempo de
contraer matrimonio, y los que durante éste adquieran por donación, herencia,
legado o por cualquier otro título lucrativo. Son también propios los bienes
derivados de las accesiones naturales y la plusvalía de dichos bienes, los
tesoros y bienes muebles abandonados que hallare alguno de los cónyuges, así
como los vestidos, joyas y otros enseres u objetos de uno personal o exclusivo
de la mujer o el marido.
Artículo 152. Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes adquiridos
durante el matrimonio:
(…Omissis…)
2°. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo
cónyuge y con dinero de su patrimonio.
Artículo 1.209. Cumplida la condición, se retrotrae al día en que la obligación
ha sido contraída, a menos que los efectos de la obligación o su resolución
deban ser referidos a un tiempo diferente, por voluntad de las partes o por la
naturaleza del acto.
Artículo 1.536. Si el vendedor no ejerce el derecho de retracto en el término
convenido, el comprador adquiere irrevocablemente la propiedad”.

Los artículos precedentemente transcritos, disponen lo relativo a la comunidad de los


bienes; los bienes propios de los cónyuges; las obligaciones condicionales y el retracto
convencional.

Sobre lo denunciado, el ad quem dejó sentado en su fallo, lo siguiente:

“…Conforme a lo anterior, por razones de orden lógico debido a lo complejo y


extenso de los alegatos de las partes, se procede a resolver el punto relativo al
inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida
principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda.
Ya que respecto a este inmueble, ha habido especial énfasis por tratarse de una
venta con pacto de retracto efectuada antes de la celebración del matrimonio
que unió a las partes.

En este sentido se aprecia la venta con pacto de retracto o retroventa, es una


modalidad de venta sujeta a una condición resolutoria mediante la cual el
vendedor se reserva el derecho –por un período de tiempo que o no puede
exceder de cinco años- a rescatar el bien vendido mediante la devolución del
precio y los gastos establecidos en el artículo 1.544 eiusdem.

Así las cosas, se observa que la operación de venta es efectuada en la fecha


que se otorga el documento respectivo ante la oficina de registro inmobiliario
correspondiente, pero en fecha posterior puede ocurrir la condición resolutoria
que reintegre el bien a la esfera patrimonial del vendedor, con el simple hecho
de entregar la suma pagada más los gastos señalados en el artículo 1.544.
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De otra parte se observa que los artículos 151 y 152 eiusdem (sic) establecen:

“Artículo 151. Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al
marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio y a la mujer al
tiempo de contraer matrimonio, y los que durante éste adquieran por
donación, herencia, legado o por cualquier otro título lucrativo. Son
también propios los bienes derivados de las accesiones naturales y la
plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles abandonados que
hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y otros
enseres u objetos de uno personal o exclusivo de la mujer o el marido.
Artículo 152. Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes
adquiridos durante el matrimonio:

2°. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el
respectivo cónyuge y con dinero de su patrimonio.

En el presente caso se puede apreciar y así están contestes las partes, que el
inmueble objeto de la venta con pacto de retracto fue efectuada en fecha
anterior a la celebración del matrimonio, de modo que el pago efectuado por el
demandado por el precio del inmueble, fue con dinero de su patrimonio
personal conforme lo dicta el mencionado artículo 151 del Código Civil, por lo
que dicho inmueble nunca formó parte del patrimonio común, ni siquiera por
el hecho de que la condición resolutoria se iba a verificar en fecha posterior a
la celebración del matrimonio, pues aún cuando el vendedor hubiese decidido
rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, esa cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado pues fue entregada –como ya
se dijo- antes de la celebración del matrimonio, tampoco vale como argumento
que el inmueble fue una donación hecha por el padre del demandado a su hijo,
pues no obstante que tal circunstancia no se probó, a tenor de lo establecido en
el artículo 151 ya mencionado las donaciones tampoco forman parte de la
comunidad conyugal, en consecuencia, se puede afirmar que el inmueble
identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado en la Avenida principal de
Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda no formó
parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la
celebración del matrimonio, tampoco forma parte la mencionada comunidad la
plusvalía del inmueble por cuanto no existe prueba a los autos que la actora
haya contribuido en el presunto incremento de su valor, por lo tanto, en la
dispositiva del presente fallo se declarará que el mismo queda fuera de la
partición demandada. Así se decide”. (Cursivas del texto).

De la precedente transcripción parcial del fallo recurrido, se desprende que el juzgador


de alzada determinó que el bien inmueble identificado como 33B del Edificio Sonal, ubicado
en la Avenida principal de Sebucán, Los dos Caminos, Municipio Sucre del Estado Miranda,
el cual fue obtenido por el demandado mediante una venta con pacto de retracto, no formó

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parte de la comunidad conyugal por ser adquirido con fecha anterior a la celebración del
matrimonio.

Del mismo modo, el ad quem estableció que aun cuando se ejecutara la condición
resolutoria ésta se llevaría a cabo en fecha posterior a la celebración del matrimonio, por lo
que, en caso que el vendedor hubiese decidido rescatar el bien inmueble vendido en el lapso
estipulado, tal negociación fue llevada a cabo antes de la celebración del matrimonio, por
tanto, dicho bien no forma parte de la comunidad conyugal, determinando así que el referido
inmueble queda fuera de la partición demandada.

Ante lo determinado por el juzgador de alzada en su decisión, esta Sala considera


pertinente invocar el criterio sostenido por el autor patrio Enrique Urdaneta Fontiveros,
relativo al retracto convencional, según el Código Civil Venezolano, en la obra “Temas de
Derecho Civil” Libro Homenaje a Andrés Aguilar Mawdsley, Volumen II. Editor Fernando
Parra Aranguren. Colección Libros Homenaje, N° 14, Caracas-Venezuela-2004, páginas 573-
673, lo siguiente:

“…El retracto convencional es un pacto por el cual el vendedor se reserva


recuperar la cosa vendida mediante la restitución del precio y el reembolso de
los gastos y costos de la venta, los de las reparaciones necesarias y los de las
mejoras que hayan aumentado el valor del fundo hasta concurrencia del mayor
valor que éste tenga (Código Civil, artículos 1.534 y 1.544).
El retracto convencional permite al vendedor que ha transmitido la propiedad
de la cosa desistir de la venta y recuperarla, devolviendo el precio y
reembolsando al comprador los gastos estipulados en la ley.
(…Omissis…)
En fin, el retracto convencional es un pacto de la venta en virtud del cual el
vendedor que ha transferido la propiedad de la cosa puede recuperarla
devolviendo el precio y demás rubros estipulados.
(…Omissis…)
De esta forma, el vendedor con pacto de retracto es un prestatario, y el
comprador, un prestamista. El vendedor se desprende de la propiedad de la
cosa vendida, de manera que el prestamista se encuentra en una posición
contractual particularmente fuerte, puesto que ya no tiene solamente una
garantía (por ejemplo, una hipoteca), sino la propiedad; no tiene tan sólo un
derecho accesorio sino que es titular de un derecho real, principal e
independiente.
(…Omissis…)
Si el plazo pactado para el ejercicio del derecho de retracto ha expirado, ya no
es posible prorrogarlo, porque no se puede prorrogar lo que se ha extinguido o
terminado. Además, esta prórroga es legalmente imposible, puesto que fallida

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la condición al no haberse ejercido el retracto durante el plazo estipulado, el


derecho del comprador se ha vuelto irrevocable (Código Civil, artículo 1.536).
Desde luego, el comprador después de transcurrido el plazo estipulado para el
rescate, podría retransferir la propiedad de la cosa al vendedor por medio de
un nuevo contrato o en cumplimiento de una promesa de venta. Pero esta
reventa no tendrá los efectos resolutorios del retracto, puesto que la primera
venta habría quedado firme, sino que provocará una nueva transferencia en
lugar de la destrucción retroactiva de la venta anterior.
(…Omissis…)
…la venta con pacto de retracto produce los mismos efectos que una venta
pura y simple. El comprador puede actuar como propietario de la cosa vendida,
pero su derecho está sujeto a la eventualidad de que el vendedor ejerza su
derecho de rescatar la cosa. Puede, por consiguiente, ejercer todas las
facultades inherentes al derecho de propiedad: enajenar, hipotecar, constituir
usufructos y servidumbres, etc. Pero, estos actos de disposición están
sometidos al cumplimiento o incumplimiento de la condición resolutoria con la
cual el comprador adquirió, puesto que éste no puede transmitir a terceros
derechos más extensos que el suyo propio.
(…Omissis…)
Al decir que el comprador ejerce todos los derechos de su vendedor, la ley lo
que quiere significar es que en virtud de la venta con pacto de retracto, el
comprador adquiere el carácter que tenía el vendedor, aunque siempre sujeto a
la condición del retracto. Así, pues, lo que el comprador adquiere es el
carácter del vendedor; si éste era propietario el comprador adquiere el carácter
de propietario y, si sólo era poseedor, el comprador adquiere únicamente la
posesión.
(…Omissis…)
…El vendedor con pacto de retracto no tiene simplemente un derecho personal
a readquirir la propiedad, sino que tiene sobre la cosa un derecho de propiedad
bajo condición suspensiva. Por ello, puede perfectamente realizar actos de
disposición sobre la cosa, pero todos ellos, por supuesto, quedarán sujetos al
cumplimiento de la condición. Por su parte, el comprador también puede
realizar actos de disposición sobre la cosa comprada con pacto de retracto,
pero los mismos, estarán afectados a la condición resolutoria del ejercicio del
rescate por parte del vendedor y el comprador realizan dichos actos de
disposición en razón de derechos diferentes que tienen sobre la cosa.
Del cumplimiento de la condición dependerá cuál de los es el propietario. Si el
vendedor ejerce el rescate en tiempo hábil, subsisten entonces los actos de
disposición que él realizó pendente conditione, puesto que él se considera
propietario desde la fecha de la venta y aquellos efectuados por el comprador
caen, puesto se reputa que él nunca adquirió la propiedad. A la inversa, si el
vendedor no ejerce su derecho a retraer la cosa los actos de enajenación o de
gravamen en que consistió antes del cumplimiento de la condición no subsisten
y se vuelven definitivos aquellos realizados pendente conditione por el
comprador puestos que él se reputa propietario desde la fecha de la venta.
(…Omissis…)
Si el vendedor no ejerce el derecho de retracto en el término convenido, el
comprador adquiere irrevocablemente la propiedad o derecho (Código Civil,
artículo 1.536).

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Esta consecuencia deriva de la circunstancia de que la venta con pacto de


retracto es una venta condicional. Por consiguiente, si el vendedor no hace
valer el retracto convencional en tiempo hábil, la condición no se cumple y la
venta se convierte en definitiva quedando, por tanto, el dominio pleno o la
titularidad plena del derecho a favor del comprador”.

De la doctrina ut supra transcrita, se desprende que el retracto convencional es un


pacto de la venta mediante el cual el vendedor que ha transferido la propiedad de la cosa
puede recuperarla devolviendo el precio y demás rubros determinados.

En tal sentido, si el plazo pactado para el ejercicio del derecho de retracto ha expirado,
ya no es posible prorrogarlo, por cuanto, no se puede prorrogar lo que se ha extinguido o
terminado. Además, esta prórroga es legalmente imposible, puesto que fallida la condición al
no haberse ejercido el retracto durante el plazo estipulado, el derecho del comprador se ha
vuelto irrevocable.

De manera que, el comprador después de transcurrido el plazo estipulado para el


rescate, podría retransferir la propiedad de la cosa al vendedor por medio de un nuevo
contrato o en cumplimiento de una promesa de venta.

De allí que, la venta con pacto de retracto produce los mismos efectos que una venta
pura y simple. El comprador puede actuar como propietario de la cosa vendida, pero su
derecho está sujeto a la eventualidad de que el vendedor ejerza su derecho de rescatar la
cosa.

Por tanto, del cumplimiento de la condición dependerá cuál de los dos es el


propietario. Si el vendedor ejerce el rescate en tiempo hábil, subsisten entonces los actos de
disposición que él realizó pendente conditione, puesto que él se considera propietario
desde la fecha de la venta y aquellos efectuados por el comprador caen, puesto se reputa
que él nunca adquirió la propiedad.

En caso contrario, si el vendedor no ejerce su derecho a retraer la cosa los actos de


enajenación o de gravamen en que consistió antes del cumplimiento de la condición no
subsisten y se vuelven definitivos aquellos realizados pendente conditione por el
comprador puestos que él se reputa propietario desde la fecha de la venta.

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Por consiguiente, si el vendedor no ejerce el derecho de retracto en el término


convenido, el comprador adquiere irrevocablemente la propiedad o derecho.

Ahora bien, conforme con el anterior razonamiento, esta Sala no evidencia que el ad
quem incurriera en la delatada infracción por falta de aplicación de los artículos 148, 1.209 y
1.536 del Código Civil, normativas éstas referidas a la comunidad de los bienes; las
obligaciones condicionales y el retracto convencional, así como en la infracción por falsa
aplicación de los artículos 151 y 152 ordinal 2° eiusdem, las cuales consagran los bienes
propios de los cónyuges, siendo que, éste determinó que el inmueble objeto de la venta con
pacto de retracto fue efectuada en fecha anterior a la celebración del matrimonio, por cuanto,
el pago efectuado por el demandado por el precio de dicho bien, fue con dinero de su
patrimonio personal, de lo cual se desprende que el referido bien inmueble efectivamente no
forma parte de la comunidad conyugal, así como, tampoco forma parte esta última la
plusvalía del inmueble, en razón, que no se configura en los autos prueba alguna que
patentice que la demandante haya contribuido en el presunto incremento de su valor.

De modo que, el ad quem determinó que el referido bien inmueble nunca formó parte
del patrimonio común, ni siquiera por el hecho de que la condición resolutoria se iba a
verificar en fecha posterior a la celebración del matrimonio, ya que aún cuando el vendedor
hubiese decidido rescatar el inmueble vendido en el lapso estipulado, la cantidad de dinero
siempre fue propiedad exclusiva del demandado, por cuanto, fue entregada antes de contraer
matrimonio.

Por tanto, esta Sala considera que el razonamiento aportado por el juzgador de alzada
en su fallo se encuentra ajustado a derecho, lo que determina que en el sub iudice
efectivamente resultan aplicables las disposiciones contenidas en los artículos 151 y 152
ordinal 2° del Código Civil.

En consecuencia, la Sala declara la improcedencia de la denunciada infracción por


falta de aplicación de los artículos 148, 1.209 y 1.536 del Código Civil, así como en la
infracción por falsa aplicación de los artículos 151 y 152 ordinal 2° eiusdem. Así se decide.

DECISIÓN

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En mérito de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala


de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación, anunciado
y formalizado por la demandante, contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior
Séptimo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 17 de junio de 2015.

Se condena en costas del recurso a la parte demandante, de conformidad con lo


dispuesto en la ley.

Publíquese, regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la cognición, Juzgado


Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Particípese de esta remisión al
Juzgado Superior de origen ya mencionado, de conformidad con lo establecido en el artículo
326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los diecisiete (17) días del mes de noviembre de
dos mil dieciséis. Años: 206º de la Independencia y 157º de la Federación.

Presidente de Sala Ponente,

________________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ

Vicepresidente,

__________________________________________
FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ

Magistrada,

______________________________________
MARISELA VALENTINA GODOY ESTABA
Magistrada,

______________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

Magistrado,
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_________________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES

Secretario,

_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. AA20-C-2016-000021
Nota: publicada en su fecha a las

El Secretario,

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