Relatoria
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Facultad de Filosofía
Seminario: La filosofía moral de Hume
Profesora: Ángela Calvo de Saavedra
Estudiante: Michelle Alejandra Cárdenas
Relatoría
24 de octubre de 2019
“Partiendo de este poder que tiene la alegría para contagiarse y para ganarse la
aprobación de los demás, podemos percibir que hay otra serie de las cualidades
mentales que, sin tener utilidad alguna ni tendencia a aumentar el bien de la
comunidad o el de quien las posee, producen satisfacción en quien las contempla
y procuran amistad y admiración.” (ECM, 7, p. 145)
“Su inmediata sensación es grata para la persona que las posee; otros participan del
mismo humor y captan ese sentimiento por contagio o simpatía natural; y como no podemos
dejar de amar aquello que nos agrada, surge una emoción benevolente hacia la persona que
comunica satisfacción. Tal persona es un espectáculo más estimulante, su presencia difunde
sobre nosotros una complacencia y un gozo más serenos, y nuestra imaginación, al participar
de sus sentimientos y disposición, es afectada de un modo más agradable que si quien
estuviera ante nosotros fuese un hombre de temperamento melancólico, deprimido, sombrío
y preocupado.” (p. 146)
Hume nos dice que hay caracteres que no son deseables, como aquel que Shakespeare
describe con respecto a Casio, el cual parece no tener un humor agradable, ni disposición de
cambiarlo. Además de aquellos que aparte de esto al no tener contento de sí, no lo tienen para
los demás. Pero aquellos hombres que aprecian el placer, si lo hacen de un modo que se
considere moderado y decente, consideramos que es de mérito considerable (considerable
merit). Aquello que Hume nos presenta como sublime sería un tipo de dignidad de carácter
que se encuentra en quienes reconocen que mientras se tengan a sí mismos, no necesitan más.
Viene acompañada de la reprobación a la esclavitud o cualquier tipo de sometimiento.
Contraria a esta última cualidad se encuentra la bajeza, la cual se distingue por falta de
espíritu y dignidad de carácter, las cuales son indispensables, además de un orgullo generoso
(noble-minded pride) y auto-valoración (self-value) para llevar una vida que valga la pena.
Pues la falta de estas es equiparable a la falta de algún miembro del cuerpo.
Con respecto a la valentía es posible decir que manifiesta confianza, un carácter sublime
y que difunde entre los que la contemplan una sublimidad de sentimiento. Dentro de las
virtudes a la que pertenece la valentía se encuentra también la tranquilidad filosófica
(philosophical tranquillity), esta cualidad se caracteriza por saber distanciarse de la búsqueda
de honores, riquezas y banalidades en general. Y son agradables al espectador en cuanto
generan una gran admiración. Teniendo en cuenta esta virtud presente más que todo en la
antigua Grecia, Hume nos dice que sería extraño para los habitantes de dicha época las
virtudes modernas que se han desarrollado en la administración del gobierno; clemencia,
humanitarismo, tranquilidad, etc.
Refiriéndose a la benevolencia, el autor escocés dice que nos es agradable en cuanto al
ser un sentimiento que se da con ternura y suavidad, es delicado y tiene lugar gracias a una
confianza y respeto existente, no es sólo agradable para nosotros sino también para los demás,
procurándonos y procurando a los otros un sentimiento de goce puro y pleno. Cabe aclarar
que la condición de agradable de esta cualidad no deriva sólo de la utilidad, pues también
tiene lugar cuando reconocemos un exceso de benevolencia, entusiasmo, y una elevación de
sus virtudes. El encuentro más cercano que podemos tener con la descripción de estas
cualidades se da en la poesía, pues muestra de modo explícito la importancia de la
magnanimidad, el valor, el desdén por la fortuna. Y en aquél talento de los poetas podemos
también encontrar un cierto tipo de distinción y un motivo de consideración de lo agradable.
Al igual que la delicadeza del gusto y el reconocimiento de lo bello, lo cual conlleva un goce
duradero e inocente.
Bibliografía