Pesquerias Latinoamericas PDF
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Tadanobu Machii
Dr. Jorge Flores Olivares
Editores
PESQUERÍAS LATINOAMERICANAS
No esta permitida la reproducción total o parcial de esta obra, ni la transmisión de ninguna forma o por
cualquier medio, ya se electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin la autorización
previa y por escrito de los titulares del derecho de autor.
Derechos Reservados©
Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca
Av. Camarón Sábalo S/N Esq. Tiburón
Sábalo Country Club C.P. 82100
Mazatlán, Sinaloa, México
Este documento fue elaborado con el financiamiento de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca
(CONAPESCA). La edición y revisión técnica de la información estuvo a cargo de los Dres. Tadanobu
Machii, Jorge Flores Olivares y Héctor Chapa Saldaña. La revisión de la edición estuvo a cargo de Ing. Raúl
Villaseñor Talavera de la Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola de CONAPESCA.
I
SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, DESARROLLO RURAL,
PESCA Y ALIMENTACIÓN
II
PROLOGO
Las pesquerías de la costa Este de la cuenca del Océano Pacífico, en países como México, Perú y Chile,
presentan coincidencias en el desarrollo del aprovechamiento de los recursos pesqueros y han afrontado
históricamente problemas semejantes. Existen especies iguales, análogas o emparentadas, que se encuentran
en explotación y que a futuro pueden resolver los problemas alimentarios y económicos de las comunidades
pesqueras, pero para ello, es importante conocer la problemática de los recursos y las pesquerías que sostienen.
Las pesquerías y procesos acuiculturales de que trata este conjunto de ensayos son representativas considerando
la historia de su desarrollo, tradición en cuanto a utilización artesanal o industrial y por la importancia por los
empleos que generan. En lo que respecta a la investigación científica y tecnológica, no es por lo tanto casual,
que estas pesquerías sean las mas estudiadas y a las que se dedica el mayor esfuerzo técnico.
Caso de mucha importancia es el de Chile, país que se ve favorecido por su situación geográfica y ambiental
que le permite participar en el sorprendente desarrollo acuícola en la zona austral, mientras que en su parte
media y norteña comparte junto con Perú, la presencia del enorme stock de anchoveta. El caso de Perú es
sorprendente por su desarrollo en el aprovechamiento de la anchoveta, colocándolo entre los líderes de
producción pesquera mundial, antes del advenimiento de la maricultura. El caso de México, en virtud de
encontrarse con algunos recursos como el camarón, pelágicos menores, tunidos y los tiburones explotados al
máximo, tiene que verse enfocado a la explotación de especies alternas y sumarse al desarrollo intenso de
maricultura.
Aunque estas pesquerías o procesos acuiculturales son pilares de la industria pesquera en cada país, es
necesario tomar en cuenta los esfuerzos por la conservación de los recursos y su entorno, las restricciones
ambientales que deben ser complemento y no obstáculo para su desarrollo controlado y la mira hacia otros
recursos, productos y subproductos que vengan a completar el conjunto de recursos marinos aprovechados
responsablemente.
Estos temas son abordados en diverso grado por los autores. En todos los casos se cuenta con especialistas
experimentados en la problemática pesquera de cada uno de los países; aprovechándose su formación,
experiencia y el vínculo que existe entre la mayoría de ellos y el Dr. Tadanobu Machii, impulsor inicial de este
proyecto, experto japonés que hizo escuela en Latinoamérica, contribuyendo valiosamente en la formación de
recursos humanos para los fines de la pesca y a quien se dedican como sincero homenaje estas contribuciones.
III
PREFACIO DE LA SINOPSIS
No es difícil concluir que los países latinoamericanos, en su desarrollo histórico, han carecido de una cultura
pesquera de arraigo económico y social como la de naciones de Asia y Europa. Como ejemplo, basta mencionar
el clasismo de Grecia y Roma en el Mediterráneo, a los países escandinavos e incluso, a los ibéricos. Los
españoles conquistaron gran parte del continente americano imponiendo el idioma, la religión y, hasta cierto
punto, sus costumbres; pero como su interés primordial se centraba en el descubrimiento y explotación de los
metales preciosos, no transmitieron a los nativos su cultura pesquera.
En lo que ahora son los países latinoamericanos que ven hacia el litoral del Océano Pacifico, las comunidades
humanas se desarrollaron sobre los altiplanos en razón de un clima más benigno, destacando los imperios
Azteca de México e Inca de Perú, Bolivia y Chile. Lo escaso de la población dependía especialmente de los
productos de la tierra y de algunas especies de mamíferos domesticados. Sin embargo y en particular en lo que
hoy es México, la nación con asiento en la Mesa de Anahuac, fueron afectos al consumo de productos de
origen acuático e incluso, desarrollaron sencillas tecnologías de cultivo de algunos invertebrados: se tienen
registros de cultivo de peces en agua dulce en regiones de lo que hoy es el estado de Oaxaca, México.
Asimismo, en las zonas áridas del Noroeste mexicano con amplios litorales, los asentamientos humanos fueron
afectos a la pesca y de ello existen abundantes registros arqueológicos. Los misioneros españoles que cruzaron
los litorales del Pacífico mexicano, dan fe de la existencia de pesquerías, en particular de la pesca de camarón,
lo que era practicada por los indígenas del sur de Sinaloa y Nayarit, México, mediante el ingeniosos sistema de
“tapadas”, productivo sistema tecnológico que consiste en la colocación de ingeniosas cortinas, provistas de
las correspondientes trampas, atravesadas en sitios estratégicos del intrincado ecosistema estuarino. Esto
significa la posesión de un profundo conocimiento de la relación entre los movimientos de marea y del ciclo
biológico mixto de las especies objetivo en combinación con la temporada de precipitaciones pluviales. En
suma, se permite la entrada de las larvas del crustáceo que es cuidado hasta la etapa previa a su migración a
mar abierto en donde se reproducirá para completar el ciclo biológico. Este sistema debe de ser considerado
con justicia, como el antecedente empírico de la hoy prospera tecnología del cultivo del camarón.
A pesar de todo, las pesquerías artesanales subsisten hasta la fecha y han constituido valiosa fuente de trabajo,
alimentación e ingresos económicos de las poblaciones ribereñas. Los ecosistemas litorales son ricos en variedad
de especies, aunque su biomasa restringida impide el desarrollo de tecnologías pesqueras para pesquerías de
nivel industrial.
Lo verdaderamente sorprendente es el hecho de que los países cuyas pesquerías se estudian y analizan en este
documento, descubrieron en sus aguas oceánicas limítrofes, la existencia de los recursos pesqueros masivos
hasta llegar casi a mediados del siglo XX. La presencia de millones de aves marinas productoras del celebre
guano, tenia su base en la depredación, lógica, de peces pelágicos en cantidades portentosas. Perú y Chile,
irrumpieron en los panoramas pesqueros mundiales como verdaderos gigantes, favorecidos por la potente
corriente antártica cuya fuerza llega hasta el mismo ecuador provocando riquísimas corrientes de surgencias
cuyos nutrientes alimentan una gigantesca cadena trófica en la cual ocupan un lugar preponderante la ancho-
veta, la sardina y el jurel, por citar tres de los pelágicos menores.
Chile ha realizado la proeza científica y tecnológica de implantar en su amplísimo litoral el cultivo del salmón del
Atlántico, fácil de decir, del polo norte al sur, pero de un increíble significado en el campo de la investigación.
Ahora compite a nivel internacional con los países de donde la valiosa especie es originaria.
IV
Al norte del ecuador, México esta igualmente favorecido por otra corriente fría, la Corriente de California,
cuyas surgencias dan vida a la cadena trófica de las correspondientes especies de pelágicos menores. La zona
del Océano Pacifico, Oriental da sustento a la pesquería del atún de aleta amarilla, México ocupa el primer
lugar entre los países que intervienen en la pesquería.
La expansión de las pesquerías que ocupa este trabajo, tuvo lugar luego en la toma de decisiones de la zona
económica exclusiva de pesca de los países costeros, derecho que fue reclamado por los países sudamericanos
cuyas riquezas marinas eran saqueadas por flotillas extranjeras. Este derecho, hoy reconocido por casi todos
los países, fue adoptado de inmediato por México. Por desconocimiento de las características intrínsecas de
las especies y de las variables del ambiente, hubo el peligro del colapso de las pesquerías por sobre-explotación.
Los científicos hicieron frente a los problemas mediante profundos e intensos estudios de las variables y, en la
actualidad, se diseñan los modelos a que deben de ajustarse cada una de las pesquerías en la procura de la
sustentabilidad y de su fomento a través de regulaciones con base científica.
El documento que se presenta enfatiza una riqueza pesquera en cada uno de los países seleccionados, con los
conceptos de la sinopsis de pesquerías latinoamericanas, diseño y origen de los datos, en nuestro idioma,
siendo un paso esperado desde hace mucho tiempo para compartir la riqueza del conocimiento de la biología,
la tecnología, la economía, la transformación y los mercados internacionales con científicos y administradores
de las pesquerías, conservacionistas y ciudadanos interesados de países de habla hispana en donde esta
actividad es muy importante.
Aunque existe un desfase en el tiempo de planteamiento de este trabajo y el tiempo transcurrido para llevarlo
a cabo, habiendo finalmente arribado al momento de su publicación gracias a las autoridades mexicanas de
CONAPESCA y su Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola.
Cada una de las pesquerías aquí estudiadas deben continuar monitoreándose para responder al cambio constante
en las variables del ecosistema y que pronto, en estas sinopsis, se agreguen otras hasta la formulación de un
catalogo de pesquerías latinoamericanas.
Se espera que esta sinopsis de pesquerías latinoamericanas sirva como herramienta básica para las iniciativas
de formación sobre los recursos pesqueros y de gestión de la administración de estos recursos naturales.
V
CONTENIDO
Capítulo 1. Introducción.................................................................................................................... 1
Capítulo 6. Pesquería mexicana de Túnidos en el Océano Pacífico con Buques Cerqueros....... 123
Martín Botello Ruvalcaba y Raúl Villaseñor Talavera
En América Latina la actividad pesquera se ha transformado en una importante actividad económica, generadora
de empleo e ingresos para una gran cantidad de familias, llegando a ser una importante fuente para mantener
la seguridad alimentaria a nivel mundial, haciendo además, un aporte nada despreciable a las economías
latinoamericanas. Geográficamente una de las principales zonas pesqueras lo constituye la región del Pacífico
Oriental, Perú y Chile, con capturas que oscilan entre 9,5 y 21,5 millones de toneladas anuales. Las principales
especies objetivo lo constituyen las pelágicas, al concentrar más del 60% de las capturas de la región. Por otra
parte, el desarrollo de las pesquerías de México, representan el otro polo de este continente, ya que su
producción y sus especies lo convierten en un país con fortaleza en este sector de la producción, (1.5 millones
de toneladas en forma anual), siendo sus principales pesquerías representativas las siguientes: camarón, atún,
y calamar.
Sin embargo, según datos de la FAO, la actividad pesquera en América Latina se está desarrollando con base
en una preocupante sobreexplotación de recursos. Mientras, entre 1980 y 1990, la tasa de crecimiento
promedio de las capturas en América Latina era de un 7.29% para las especies pelágicas, para las especies
demersales era de un 3%, y para las especies bentonicas era de un 4%. Entre 1990 y el 2001, las tasas de
crecimiento promedio de las capturas eran sólo de un 0.96% para ambas especies. Esto ha sucedido porque
las decisiones de pesca que históricamente se han tomado en el sector, han sido en base a criterios economicistas
de corto plazo, amparados en concepciones económicas ortodoxas que no consideran el aporte del capital de
los recursos naturales a los procesos productivos en el tiempo.
Lo lamentable de la situación pesquera latinoamericana es que la gran mayoría de los esfuerzos para lograr una
administración eficiente de la pesca que permita un manejo sustentable de los recursos pesqueros, se han
enfocado a introducir el sistema de vedas o cuotas individuales, dentro de un régimen de manejo de los
recursos pesqueros que conceda derechos de propiedad. Estos sistemas parten del supuesto de que quienes
tengan derecho a utilizar la pesquería, tendrían al mismo tiempo interés en que su manejo sea adecuado, ya que
el valor económico de su derecho dependería directamente del comportamiento de las pesquerías. Sin embargo,
en la práctica, estos sistemas de administración sólo se han convertido en una fuente de asignación económica
que ha beneficiado a algunos sectores en desmedro otros y que no es bajo ningún punto de vista un sistema de
conservación, tal como ocurre en con el sistema de Límites Máximos de Captura por Armador, y la lamentable
caída en la producción de pesquerías tradicionales, al utilizare el sistema de vedas como manejo administrativo
del sector, situaciones que han implicado en la ultima década un cambio en los esquemas de manejo de los
recursos en cada país.
1
La modernización del marco jurídico e institucional y un sistema eficiente de monitoreo, control y vigilancia de
las actividades pesqueras, enmarcado en un modelo ecosistémico para el manejo de las pesquerías, que de
partida no sólo involucre a la especie objetivo sino a diferentes variables del ecosistema, es fundamental para
crear un marco que estimule la preservación de los recursos pesqueros y los ecosistemas asociados, asegure
el uso diversificado de los recursos, genere un mayor valor agregado y desarrolle la pesca de la zona costera.
En otras palabras se necesita un enfoque ecosistémico para lograr rentabilidad económica en el sector pesquero
latinoamericano.
La obra comprende 9 capítulos: en los capítulos 2 y 3, se analizan la pesquería chilena del jurel y el cultivo del
salmón, en donde primeramente, para el jurel, se describe que en el periodo de 1987 y 1992, la biomasa de
este recurso alcanzó su máximo nivel con 20 millones de toneladas. A partir de ese momento la disponibilidad
comienza a declinar llegando a volúmenes similares a los existentes a mediados del 70: 5 a 10 millones de
toneladas. Estos volúmenes son los que pusieron de manifiesto una crisis en esta pesquería que, por primera
vez en su historia, debió enfrentar una veda en 1997. Los investigadores de este país dedicados al estudio de
esta especie, afirman que, aunque cada recurso tiene su propia dinámica, la situación del jurel es similar a la
enfrentada por otras especies ya colapsadas. “Es común el problema que tenemos en Chile: no poder separar
el ambiente del fenómeno de sobrepesca. Un ejemplo es el bacalao de la zona del Atlántico norte de Canadá.
Allí se mezcló la sobreexplotación, cambios de temperatura del mar y una depredación importante por focas”.
Por eso a juicio de los investigadores de esta pesquería, en el caso del jurel, no es importante definir cuál es el
factor determinante en la crisis. “La clave es comprender que la combinación del ambiente más la sobrepesca
puede llevar a un colapso”.
Este fue el contexto de actuación del panel de expertos que, considerando los antecedentes de la pesquería
entre 1975 y 1999, asesoró a la Subsecretaría de Pesca para determinar las cuotas de captura que pusieran fin
al conflicto entre pescadores y gobierno y que ayudaran a cumplir el objetivo de recuperar la masa desovante
del recurso en un lapso de 5 años. La crisis del jurel no se inicia cuando decaen sus capturas, sino cuando se
extraen más de 4 millones de toneladas en 1995, peor aún, se inicia cuando por ley se autorizó un importante
aumento de la flota pesquera. Lo que si resulta curioso de la exposición de motivos del Ejecutivo en aquel
proyecto, es la aseveración de que existen excesivas regulaciones. Primero, porque la pesca es, necesariamente,
una actividad muy regulada, ya que estamos hablando de un bien propiedad de todos los países
latinoamericanos, a los que el Estado, por razones de conservación de los recursos, sólo permite el acceso a
un número muy limitado de personas.
Pero, resulta curioso, además, que si la autoridad tenía conciencia de los excesos regulatorios de la ley, recién
los tuviera en cuenta a raíz de la crisis del jurel, y no antes. Pero en todo caso, esos llamados excesos siempre
pueden manejarse por parte de la propia autoridad actuando con prudencia y buen juicio y ciertamente no
debieran ser motivo para generar una crisis en el sector. En este mismo sentido se analiza con detalle la
problemática actual de la pesquería y su proceso de evaluación y monitoreo. Más allá de las disputas entre
privados por un bien público como el jurel, la guerra por este recurso es consecuencia de una institucionalidad,
en especial la referida a los límites máximos de captura por armador, que fue concebida para ir en la dirección
de consolidar administraciones pesqueras privadas que promuevan la racionalización de sus esfuerzos de
pesca, ajustándolos en general hacia recursos marinos menos abundantes.
La actual sinopsis de pesquerías latinoamericanas construye nuevos puentes de lenguaje que permite a
particulares y a instituciones en países de habla hispana, muchos países latinoamericanos y oradores españoles
por todo el globo, unirse más fácilmente utilizando y contribuyendo al grupo común del conocimiento de los
peces del mundo.
2
El capítulo correspondiente al cultivo del salmón, se refiere a una industria del tipo monocultivo presente en
aguas chilenas, que atraviesa por un difícil momento. Además de los justificados cuestionamientos por su
insustentabilidad ambiental y conflictos con comunidades costeras como los pescadores artesanales, los
empresarios turísticos y las organizaciones ambientalistas, ahora sufre los efectos de la sobreproducción y la
baja de los precios internacionales. El Centro Ecocéanos y la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales
de Chile (Conapach) señalaron que la cada vez mayor producción de salmones ya no es absorbible por el
mercado internacional, ni aún en niveles de demanda normales. Según las organizaciones ciudadanas “esta
situación contribuirá a fortalecer la actual tendencia hacia la concentración y la transnacionalización del sector
salmonero. En tanto Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecocéanos, afirmó que los industriales del
salmón “están autogenerando un peligroso y dañino círculo vicioso de sobreproducción para continuar
aumentando sus ganancias”. “Esta insustentable situación circular de la industria salmonera –agregó Cárdenas–
sigue contaminando las zonas costeras, afectando la economía de los pescadores artesanales, debilitando la
seguridad alimentaria nacional y no generando riqueza en las regiones en que se instala”.
En el cuarto y quinto apartado, aparecen las pesquerías del Perú, en donde se describen la sardina y anchoveta.
Aquí se muestran las producciones que caracterizan a las especies de pelágicos menores, cuya explotación, se
ve sometida a ciclos con altibajos muy marcados. Tal situación no sería preocupante si existieran análisis sobre
el estado de los recursos. Sin embargo las evaluaciones pesqueras en estos recursos son básicas, y el problema
de trasfondo es la explotación irracional a que fueron sometidos en la primera parte de su explotación en este
país. De hecho se analiza la problemática socioeconómica y ambiental de dicha pesquería. Concluyen que en
dicha actividad productiva las evaluaciones actuales y sus esquemas de manejo son de vital importancia para
su desempeño futuro. A la vez reconocen que esta pesquería pude ser de las más atractivas por sus innovaciones
en sus esquemas de gestión de recursos.
Los ultimos cuatros capítulos en la presente sinopsis tienen que ver con las pesquerías de México y en particular
con las pesquerías de camarón, calamar , atún y tiburón. En esta reseña se relaciona la importancia que
representan estas pesquerías para los mexicanos. En este sentido, se diagnostica el estado de producción que
estas pesquerías han alcanzado, los problemas productivos a los cuales se enfrentan y sus esquemas de
manejo y su problemática futura.
La sinopsis es un aporte básico en el conocimiento de las pesquerías más importantes en los países pesqueros
de Latinoamérica y el libro llena verdaderamente un vacío por la falta de información sobre este tipo de
temática. Hay que agradecer más que nunca al equipo altamente comprometido de sinopsis de pesquerías
latinoamericanas y, en este contexto específicamente, a los colegas de organizaciones pesqueras académicas
y gubernamentales que se ofrecieron en forma voluntaria para trabajar coordinadamente en la elaboración de
este documento. Agradecemos también al impulsor de este documento que con justa dimensión fue el creador
de la idea de esta colaboración; nos referimos a nuestro guía y maestro el Dr. Tadanobu Machii, que en su
paso por nuestros países ha dejado una honda huella de sabiduría y enseñanza, este documento es una prueba
fehaciente de la anterior afirmación. Es una empresa emocionante en que el consorcio sinopsis de pesquerías
latinoamericanas y el equipo de colaboradores alrededor de Latinoamérica, han invertido en tiempo y esfuerzo
conjuntamente para mejorar la cobertura y la amplitud del conocimiento sobre las pesquerías en beneficio de
todos. Agradecemos también a nuestro eterno revisor e incondicional amigo el Dr. Héctor Chapa Saldaña,
que de una manera empeñosa, ayudó en forma importante a la edición final de este documento.
Esta obra será, sin duda, de consulta obligada para estudiantes de biología, ecólogos especialistas, tecnólogos,
economistas, de comercio internacional, administradores pesqueros y todas aquellas personas interesadas en
el manejo de recursos y en el trabajo multidisciplinario.
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Capítulo 2.
Pesquería chilena del Jurel
2.- Instituto Tecnológico de Mazatlán. Carretera Internacional al Sur s/n Estero la Sirena, Mazatlan, Sinaloa.
México. Tel/fax:669 9847209. e-mail: cigmaritf@hotmail.com.
Resumen
La captura total de recursos hidrobiológicos que se desembarcan en Chile, ubica al país dentro de las
primeras catorce naciones pesqueras del mundo y ocupa el 5º lugar entre los países que desarrollan su
actividad en el Océano Pacífico (FAO, 1990). Los desembarques nacionales se sustentan principalmente
en unas pocas especies de peces pelágicos y demersales, típicas de los sistemas de surgencia de borde
oriental de los océanos, siendo recursos que se caracterizan por su alta y variable productividad (Bakun
y Parrish, 1980; Parrish et al., 1983; Lluch-Belda et al., 1989; Hutchings, 1992; Yáñez et al., 1997). Los
principales recursos de peces pelágicos que se explotan en Chile, y que dan cuenta de aproximadamente
el 92% del desembarque nacional, son: jurel Trachurus symmetricus murphyi, anchoveta Engraulis
ringens, sardina Sardinops sagax, caballa Scomber japonicus, y sardina común Strangomera bentincki.
La mayor tasa de crecimiento de los desembarques nacionales de peces ocurrió entre 1978 y 1986, con
420 mil toneladas por año. A partir de 1987, se observa una disminución de la tasa de crecimiento en
concomitancia con algunas fluctuaciones interanuales importantes, aunque la tendencia creciente se
mantiene. En 1994, el desembarque chileno alcanzó un máximo histórico de 7.8 millones de ton (excepto
las algas), lo que significa un incremento de 29.9% en relación con 1993. En 1995 el desembarque
nacional alcanzó a 7.5 millones de ton, pero en 1996 disminuyó a 6.9 millones de ton, lo que representa una
disminución de 11.8% en relación con 1994.
Los recursos que han contribuido a incrementar el desembarque total de peces en el periodo de 1989 y
1997, han sido principalmente E. ringens y, en mayor medida, T. s. murphyi. De acuerdo a lo expuesto, es
válido preguntarse acerca de la sustentabilidad de los niveles de captura actuales que el país está obteniendo,
con especial énfasis en los principales recursos de peces pelágicos explotados. Debido a que los peces son
parte de un complejo sistema de productividad biológica y dado que en Chile una gran fracción de la
biomasa de peces que se desembarca proviene de uno de los sistemas de surgencia más productivos del
mundo, el objetivo de este trabajo es analizar la capacidad productiva del sistema marino costero de Chile
en relación con la pesquería del jurel en el período 1989-2005. El enfoque utilizado en esta sinopsis para
analizar esta pesquería es la información publicada en los medios oficiales chilenos lo que se complementa
con un análisis de las pesquerías de la zona norte y centro-sur sobre la base de indicadores biológico,
tecnológico, económico y de mercado globales de la pesquería.
1. Introducción
El Jurel es una especie migratoria de amplia distribución geográfica que abarca desde el Océano Pacífico
Suroriental hasta el Pacífico Suroccidental (Grechina 1998). Asimismo, el Jurel ha estado sujeto a una fuerte
presión de pesca y, desde los años setenta, es una de las 5 especies con mayores índices de captura en el
mundo. Debido a su condición de especie migratoria se ha establecido que los individuos maduros (mayores
a 22-27 cm. de largo; Sepúlveda et al., 1996) desovan reiteradamente en primavera produciendo huevos y
5
larvas que permanecen en el mismo lugar de desove (Moreno & Fedele, 2002). Larvas y juveniles de Jurel se
encuentran entre diciembre y mayo entre 36°S hasta 41°S por fuera de la Zona Económicamente Exclusiva
chilena. Con posterioridad a un período de crecimiento inicial se da comienzo a una migración hacia la costa
chilena en busca de sitios con una mayor cantidad de alimento. Tras crecer, en el próximo invierno, los júreles
comienzan un nuevo ciclo migratorio hacia las zonas oceánicas de desove asociado a una isoterma superficial
de 16 oC (Sepúlveda et al., 1996).
Se estima que el Jurel puede vivir 16 años y alcanzar tallas de 70 cm. No obstante cambios hidrográficos,
como los producidos por El Niño, pueden afectar los procesos migratorios y reproductivos del Jurel y por ello
deben ser considerados al determinar los marcos regulatorios para esta especie (Arcos et al., 2001).
Los desembarques registrados por las estadísticas de Sernapesca indican que el jurel se captura principalmente
en la VIII Región, pero también hay actividad pesquera en la Regiones I y IV así como también por fuera de
la Zona Económicamente Exclusiva (Arcos et al., 2001). Los desembarques de jurel aumentaron continuamente
desde principios de los 90 hasta 1996 donde se obtuvo un desembarque de 4.4 mil toneladas. No obstante,
a partir de esa fecha, se ha observado una caída superior 72% del desembarque generando una crisis del
sector. Se debe indicar que la pesca de jurel es casi exclusiva del sector industrial.
Recientemente se analizaron estadísticamente los cambios en las capturas por unidad de esfuerzo; esta información
señala que pese a que el esfuerzo, en términos de las toneladas por días fuera de puerto, no ha aumentado en
el tiempo, el esfuerzo en toneladas por viajes con captura incrementó en un 60 % en los últimos 10 años. Esta
severa consecuencia ha estado incluso marcada por la incapacidad de la flota para capturar peces de tallas
permitidas (Moreno y Fedele, 2002).
La pesquería del jurel ha estado sometida a regulaciones desde 1997, cuando una alta incidencia de juveniles
se presentó en las capturas de la flota industrial de cerco de la zona centro-sur de Chile. Las diversas medidas
de administración han tenido por objeto minimizar el impacto de la intensidad por pesca sobre la fracción
juvenil. Sin embargo, la incidencia de ejemplares de tamaño inferior a la talla mínima legal de 26 cm se ha
mantenido hasta la actualidad. Es probable que un efecto combinado entre la intensa actividad pesquera
desarrollada antes de 1997 y la manifestación de El Niño 1997-98 hayan determinado la situación actual del
recurso (Arcos et al., 2001, Serra et al., 2001, Cubillos, 2001).
Por otra parte las estimaciones de la biomasa indican un dramático descenso de la abundancia del jurel en la
costa chilena, producida principalmente por la pérdida de los individuos de tallas grandes. Se ha determinado
con claridad que esta situación es una consecuencia de la sobrepesca de acuerdo a los datos analizados por
Arcos & Grechina (1994), Arcos (1998), y Moreno & Fedele (2002). Se señala que el número de barcos
aumentó de 93 a 184, con un incremento de bodega del 273%. La situación actual es más bien pesimista ya
que durante los últimos años no ha sido posible, ni siquiera, alcanzar las cuotas otorgadas (Moreno y Fedele,
2002).
2. Biología pesquera
El ciclo de vida de esta especie se inicia con el desove, que ocurre en una extensa área, concentrándose
preferentemente en el sector oceánico del Pacífico Suroriental. Durante el periodo de desove (agosto-febrero,
aunque con mayor intensidad entre noviembre y diciembre), los ejemplares maduros realizan entre 3 y 15
tandas de desove (Adrianov, 1990) a partir de las cuales se generan huevos y larvas que permanecen en el
6
área de reproducción. Los alevines y juveniles de hasta 16 cm de longitud horquilla (lh), que se estima tienen
un año de edad, han sido registrados entre los 36° y 41° S, por fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE)
chilena, hasta 137°W (Grechina, 1998). Después de esta etapa del crecimiento, los juveniles comenzarían su
proceso migratorio desde el Oeste hacia el Este, ingresando a la ZEE en el Norte y centro de Chile para
concentrarse en aguas de alta productividad –que constituirán sus áreas de alimentación en esta etapa del ciclo
vital siendo también allí donde se localizan las principales zonas de pesca comercial.
Distribución geografica
El jurel es una especie cuya distribución geográfica es amplia, abarcando principalmente el Océano Pacífico
Suroriental (Figura 1) y, secundariamente, el Océano Pacífico Suroccidental, al Sur de Nueva Zelanda.
La composición alimentaria del jurel en el Norte de Chile indica que sus principales presas son eufáusidos y
peces mesopelágicos: mictófidos y gonostomátidos (Medina y Arancibia, 1992). Para esta especie, los cambios
ontogénicos en su dieta no han sido muy claros, pero sí para otras especies de peces marinos y de agua dulce
(Ross, 1978; Livingston, 1982; Arancibia, 1989), donde los cambios en los hábitos alimenticios han sido
asociados con cambios ontogénicos en la morfología del hocico, dimensiones del cuerpo, primera madurez
sexual y alteración progresiva de atributos en las conductas individuales. La abundancia del jurel en el norte de
Chile depende, al igual que en el Perú, de factores oceanográficos más que de los efectos de pesca; en ambas
zonas el esfuerzo aplicado a este recurso, ha sido en los últimos años marginal. Entre estos efectos, el más
importante es la presencia de aguas subtropicales superficiales (ASS), que se hacen presentes en el Perú y
Norte de Chile por una parte, y del fortalecimiento o debilitamiento del flujo de la Corriente de Humboldt.
Mientras mayor es el aporte de ASS en esta zona, más densa son las concentraciones del jurel y, por ende, su
biomasa se incrementa notoriamente (Espino, 1999). Es así como, en períodos cálidos, el jurel tiende a
acercarse a la costa peruana y norte chilena, y se aleja en períodos fríos (Dioses, Davalos & Espino, 2000).
Otro hecho vinculado a esta especie en períodos de El Niño es su estructura de tallas, la cual presenta una
marcada juvenilización con tallas medias de entre 21 a 22 cm longitud horquilla (LH). Esta presencia de
ejemplares de baja talla se genera como resultado de la entrada a la pesquería de grupos de edad generados
en períodos anteriores a un Niño , los que ingresan a la pesquería en edades + 2 y + 3. Ello ocurre también en
El Niño 1997-1998, produciéndose un aumento en su biomasa como resultado de una condición favorable
para el éxito de su desove y supervivencia larvaria, lo que da como resultado, en períodos posteriores a una
gran presencia de jureles de edad +2 y +3 en las capturas, tanto de Perú como en la zona norte de Chile.
Arcos, Cubillos y Núñez (2001) postulan profundos cambios generados en todo el litoral chileno por los
efectos de El Niño 1997-1998, que alteraron las áreas de cría y de alimentación del jurel, afectando su
comportamiento y modificando sus vías de migración. Sin embargo, estos autores señalan que estos cambios
habrían afectado mayormente al jurel distribuido al sur del paralelo 30º S, donde esta especie es más abundante.
Las intrusiones de aguas cálidas al sur de los 30º S, y hasta los 40º S habrían desplazado el área de abundancia
de este recurso más al sur de su hábitat natural, produciendo entonces una baja en los desembarques de la
zona centro sur chilena y una mayor presencia también de ejemplares juveniles.
Entonces, tenemos que, durante los años 97 al 99, las capturas de jurel presentan una juvenilización en todo el
litoral chileno, tanto en la zona norte como en la zona centro sur, observándose, sin embargo, que en la zona
Centro-Sur, los ejemplares presentan una talla modal mayor que en la zona norte de Chile. Este comportamiento
diferente del jurel en la zona centro Sur de Chile y del Norte de Chile y del Perú estaría indicando que ambos
stocks son ecológicamente diferentes. (Cañón, 2001).
En 1998 se prospectó de manera cuasi-sinóptica un área total de 831.954 km2. Esto permitió caracterizar
importantes núcleos de desove del recurso. La extensión del máximo núcleo de desove registrado en diciembre
de 1998 permite suponer la existencia de una importante área de congregación del recurso en su fase
reproductiva. Este antecedente, más estimaciones de producción anual de huevos por parte de estudios rusos,
8
sugieren la posibilidad de que la fracción desovante de la población pueda ser estimada a partir de la producción
de huevos en esa región y a su vez se logre disponer de un índice de abundancia de esa fracción.
En la zona Centro-Sur de Chile, se han efectuado varios cruceros hidroacústicos y de eco prospección desde
la década de los años 90. Los resultados indican que el jurel presenta desplazamientos variables en el área de
estudio, tanto interanual como intranual. El patrón general de comportamiento del jurel indica que, en primavera,
el recurso tiene un desplazamiento del Este hacia el Oeste y en dirección Sur-Oeste. A fines del verano el jurel
presenta el movimiento desde el Oeste hacia el Este y desde el Sur del área de estudio hacia el Noreste, para
concentrarse en invierno en sectores costeros. En primavera el recurso presenta una distribución oceánica
intermedia, mientras que en verano la distribución es oceánica de altura y una fracción se distribuye hacia el
Sur frente a la isla de Chiloé (4°51`S, 73°49`W), lo que puede ser reflejo de una componente estacional
(existen indicios de capturas de jurel en el verano en la zona de Chiloé). En invierno el jurel presenta una
posición más costera (Barbieri et al. 1998a). Según Storozhuk et al. (1994), en el ciclo anual del jurel se
pueden caracterizar períodos donde existe un claro predominio de la actividad de desove entre los meses de
noviembre a febrero–marzo.
En la temporada en que el jurel se encuentra cerca en la costa (fines de otoño e inicios de invierno) el jurel tiene
una distribución más somera en la columna de agua, cubriendo entre la superficie y los 230 m de profundidad,
y donde entre el 39 y el 90 % del jurel se encuentra entre la superficie y los 100 m de profundidad. En
primavera y fines de verano, el jurel presenta una distribución más oceánica, encontrándose ampliamente
distribuido en la columna de agua hasta los 300 m de profundidad, donde sólo entre el 9 y 47,5 % se encuentra
entre la superficie y los 100 m de profundidad. Entonces, el jurel se encuentra más ampliamente distribuido en
la columna de agua y más profundo, formando agregaciones más pequeñas en primavera y en verano (Barbieri
et al. 1998).
3. Estadísticas de la producción
Las pesquerías pelágicas son, en cuanto a desembarque y producción, las que tienen un mayor impacto a nivel
nacional. Su desembarque se concentra en la I y II Región (Unidad de Pesquerías Zona Norte) y en la VIII
Región (Unidad de Pesquerías Zona Centro-Sur). Pese a los esfuerzos realizados por las empresas pesqueras
por expandir el consumo humano de estos recursos, la proporción de ellos, que se destina a la industria
reductora con el fin de elaborar harinas y aceites, permanece en niveles muy altos (detalle histórico de
desembarques en Figura 2).
Esta especie representa el mayor porcentaje de la captura total de peces en Chile con 1,379,941 TM en 2006
y un precio en playa de $EE.UU. 536,828.5. En 1998 las capturas, alcanzaron sólo 1,612,912 TM después
de una sobreexplotación gradual del recurso agravado por el efecto Niño.
Se considera que el jurel conforma una sola unidad de stock frente a Chile, incluyendo la fracción que se
distribuye en aguas internacionales frente a Chile centro-sur. Se considera que el núcleo de mayor abundancia
se localiza frente a las costas de la zona centro-sur de Chile (33°S - 40°S). Según antecedentes de la
Subsecretaría de Pesca, la biomasa del recurso creció desde un nivel de aproximadamente 2 millones de
toneladas en 1975 hasta alcanzar los 20 millones de toneladas en 1986, nivel que se mantuvo en ese orden
hasta 1990. A partir de 1991 se inicia un proceso de reducción de la biomasa adulta, alcanzando su nivel más
9
bajo en 1998. Otras evaluaciones de stock revelan similares tendencias, pero con una disminución menos
fuerte de la biomasa desovante. Sin embargo, se considera que el stock de jurel ingresó a una fase de
sobreexplotación desde mediados de los años 90. Esta condición no fue evidente debido a la fuerte
disponibilidad de juveniles detectada desde 1997, como consecuencia del evento El Niño de 1997-1998. El
efecto ambiental versus la presión de pesca, junto con la alteración en el régimen de pesca debido a sucesivas
vedas y regulaciones, está generando incertidumbre sobre la verdadera situación del stock. Se considera
conveniente adoptar criterios precautorios para el manejo de esta pesquería.
Tabla 1. Desembarque de la captura de jurel chileno realizado por la flota artesanal e industrial
4. Recursos pesqueros
Entre las pesquerías chilenas que explotan peces transzonales, la pesquería Centro-Sur del jurel chileno es la
más importante. Tras un proceso de colonización iniciado a principios de los años ochenta, se extienden hacia
el Pacífico sudoriental hasta cerca de 900 millas náuticas desde las costas de la zona central de Chile, a lo largo
de la Convergencia Subtropical (40° latitud sur), llegando hasta aguas de Nueva Zelanda y Tasmania (Serra,
1991; Elizarov y otros, 1993).
10
Se considera que la población del jurel chileno, distribuida en aguas chilenas y en áreas de alta mar adyacente,
en algunos casos llegando hasta los 110° de Longitud Oeste, es autosustentada, es decir, capaz de reproducirse
por sí misma (Serra, 1991 y M. Oliva, comunicación personal, Universidad de Antofagasta). Evseenko (1987)
sugiere la existencia de una población oceánica, más allá de los 120° de longitud oeste, a lo largo de la
Convergencia Subtropical, que llega hasta aguas de Nueva Zelandia y Tasmania. Sin embargo, queda aún por
demostrarse si esta población oceánica es autosustentada, o necesita insumos de la población chilena para
subsistir.
En la Figura 3, indica la evolución inicial de las capturas en estas pesquerías (periodo 1975- 1996). Desde
principios de los años 80 se produjo un auge de inversión privada en la pesquería de Talcahuano, lo que
primero desencadenó un aumento en las capturas, y luego sobreinversión y pesca excesiva (Peña-Torres,
1997 y Serra, 1998). Desde principios de los años 1990, la flota que opera en la pesquería de Talcahuano
amplió su pesca más allá de la ZEE, llegando en los últimos años hasta 300 millas náuticas desde la costa
chilena. Esto último se relaciona con inversión en barcos con mayor capacidad de pesca y movilidad (barcos
con capacidad de carga superior a 800 metros cúbicos).
Zn= Zona norte; CN: Centro Norte o Caldera y Coquimbo; Thno=Talcahuano o Zona Centro Sur; ex
SU= ex Union Sovietica; y SBR= Total Subregional.
El crecimiento de la abundancia del stock de jurel chileno, durante los años 1970 y 1980, explica en parte la
expansión de la actividad pesquera chilena a áreas de la alta mar adyacente. El stock parental creció hasta
1989; luego comenzó a declinar debido a los menores reclutamientos y aumentos en la captura (Figura 4).
Otra razón fue la desaparición, en 1992, de la flota de la ex Unión Soviética que hasta entonces capturaba
jurel en la alta mar adyacente a las ZEE de Chile y Perú. En 1990, esta flota capturó 1.1 millón de toneladas
de jurel en áreas de alta mar adyacente en el Pacífico Sudoriental. En 1997 se hizo evidente una escasez de
peces adultos en la pesquería Centro-Sur (Serra, 1998), resultado de pesca excesiva y de los efectos del
11
fenómeno de El Niño más fuerte durante este siglo (desde mediados de 1997 hasta inicios de 1999). Como
consecuencia, el stock de jurel chileno atraviesa hoy una delicada situación de sobrepesca. Dado que la
principal zona de desove de este recurso se ubica en la alta mar adyacente, el posible regreso de flotas de
naciones que pescan en aguas distantes a esta zona de alta mar es percibido, por el gobierno chileno y los
intereses privados envueltos, como un tema delicado. A los precios y niveles de captura de mediados de los
años 1990, las capturas chilenas de jurel generaban cerca de 650 millones de dólares por año en exportaciones
(Sarquis, 1996). El empleo regional generado por estas pesquerías también tiene relevancia política,
especialmente en la pesquería Centro-Sur.
5. Oceanografía pesquera
La estrecha dependencia que existe entre los factores ambientales y la pesca de especies pelágicas, está bien
documentada en la literatura científica respecto de varias pesquerías alrededor del mundo y, muy en especial,
en las pesquerías existentes en el área del Océano Pacífico Oriental tropical (Sharp, 1981; Barber & Chávez,
1983; Sharp y Csirke, 1983; Serra, 1983; Zuta y Tsukayama,1983; Martínez et al., 1985; Arntz et al., 1985;
Cañón, 1986a y 1986b; Bernal, 1990; Jordán, 1991; Yáñez et al., 1994). Dentro de estos factores ambientales,
aquellos relacionados con el fenómeno El Niño aparecen como los más relevantes a la hora de explicar los
cambios en abundancia, vulnerabilidad y distribución de los recursos pelágicos en esta región, de la cual la
zona norte de Chile es parte integral.
A través de varios programas de investigación multinacionales y en especial bajo el alero del programa TOGA
(Tropical Ocean Global Atmosphere), se ha logrado un conocimiento más acabado de la variabilidad estacional
e interanual del Océano Pacífico y sus efectos en el clima, y en el océano en varias regiones de la tierra. El
mayor resultado obtenido ha sido el reconocimiento de que el clima en la Tierra es un sistema acoplado que
comprende la atmósfera global, los océanos mundiales, los procesos en la tierra y, lo más importante, que
existe una estrecha interacción entre estas componentes.
En este lapso se ha podido observar que los efectos de El Niño en el ecosistema pelágico del océano Pacífico
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oriental no han sido siempre iguales, dependiendo en gran medida de la intensidad y duración del evento, de la
época de ocurrencia, del período de máxima intensidad y en especial de la composición faunística presente en
el ecosistema al tiempo de su ocurrencia (Zebiak, 1999).
Asimismo, se ha podido apreciar en esta región, en los últimos cuarenta años, la ocurrencia de cambios de más
largo plazo en la composición porcentual de especies, pasando de períodos en que la anchoveta es la especie
dominante en la comunidad pelágica, a períodos en que la especie dominante es la sardina (Sardinops sagax)
(Yáñez et al., 1992; Chávez et al., 2003).
El Niño 1997-1998, a nivel global, ha sido ampliamente estudiado por diversos autores e instituciones (NOAA,
1997; IMARPE, 1999; Mac Phaden, 1999). De estos trabajos se desprende que a lo largo del Ecuador, este
evento se caracteriza por un calentamiento anómalo de la capa subsuperficial del mar que lentamente deriva
hacia la costa sudamericana desde fines de 1996 y comienzos de 1997, cuando se observan anomalías térmicas
positivas en esta región.
Desde hace varias décadas, los pescadores chilenos han observado que en algunos años la pesca de varias
especies, como el jurel, se ve afectada por la intromisión de una masa de agua con una temperatura mayor a
la normal, a la cual llamaron la corriente de “El Niño”, por presentarse principalmente durante el mes de
diciembre, cerca de la Navidad o llegada del Niño Dios. Actualmente, sabemos que esta masa de agua no es
una corriente, sino un fenómeno más complejo y de gran escala, que afecta a varios recursos pesqueros. Son
varias las maneras en que “El Niño” puede afectar a un recurso pesquero. La principal es el efecto sobre las
surgencias, que normalmente son muy ricas en nutrientes; debido a las masas de agua caliente, se empobrecen
y se produce una falla en la cadena trófica. Además, con la presencia de la masa de agua más cálida, los
organismos tropicales y semitropicales, que tienen la capacidad de nadar grandes distancias, tienden a seguir
estas aguas y distribuirse de una manera más norteña, donde normalmente no lo hacen. La redistribución de
estos organismos afecta de una manera positiva o negativa su disponibilidad a las artes de pesca, lo que
produce variaciones en las producciones pesqueras donde normalmente habitan o se redistribuyen.
Sin embargo, no todas las especies tienen la capacidad de moverse a las distancias adecuadas, por lo que
sufren la influencia directa de la temperatura alta del agua, lo cual afecta su fisiología, incluso, letalmente.
Durante “El Niño” de 1982-83, se observó y capturó un alto número de juveniles (peces no maduros
sexualmente) que se asocian a aguas cálidas. Cuando las temperaturas se normalizaron y se terminó la alteración
oceánica, las tallas mayores volvieron a la zona de pesca, después de lo cual se dieron años récord de captura,
sin que a nadie se le ocurriera que estábamos en crisis porque tuvimos los efectos de un ‘Niño”.
Durante el último efecto de “El Niño” no fue distinto en los hechos, pero sí en la intensidad. El Niño de 1997-
98 fue el más intenso registrado en la historia de este evento. La talla más frecuente (moda) de 24 a 25 cm., se
mantuvo cerca de la costa por dos años, no porque no crecieran o fueran pescados (veda casi permanente),
sino que migraban al hábitat que más les convenía.
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La presencia masiva de tallas menores y ausencia de los adultos, llevó a muchos a sostener que el recurso
estaba sobreexplotado y existía una crisis del jurel, la que pareciera haberse utilizado para promover intereses
económicos particulares.
Casi toda la investigación científica histórica - del jurel- con que se cuenta en Chile, tuvo su origen en los
trabajos de investigación realizados por la flota de la ex Unión Soviética que pescaron e investigaron el
recurso, en alta mar, por mas de 15 años, trabajo en el que participó activamente uno de estos autores, y que
recientemente han sido publicadas por el Instituto de Investigaciones Pesqueras de Talcahuano. Sus conclusiones
se pueden resumir en la siguiente forma:
- Durante un evento de El Niño, los peces buscan mantener su hábitat y migran en busca de las condiciones
normales para su desarrollo. Los peces juveniles, cuyo hábitat normal son las aguas más cálidas, al encontrar
aguas de la misma temperatura al sur cerca de la costa, se acercan masivamente a esta y se ponen al alcance
de las artes de pesca de la flota.
- Una vez terminado el evento de El Niño, al normalizarse las condiciones del océano, los peces adultos
regresan a las costas de Chile y Perú, continuando su desarrollo y migraciones normales. Los juveniles no
retornan a su antiguo hábitat quedándose en la misma zona que los adultos para también continuar su desarrollo.
Durante los años siguientes a un “Niño”, se observa un claro aumento de la disponibilidad de peces, dándose
en el pasado años récord de captura. Precisamente, en las capturas de Diciembre de 1999 y Enero del 2000,
se observó el regreso masivo de los peces adultos a las zonas de pesca, no solamente en una moda (talla de
más incidencia), sino en dos o tres. La presencia de juveniles es baja en la zona norte de la distribución del
recurso, que también corresponde al comportamiento normal.
Conociendo los antecedentes del jurel, y no existiendo base científica contrastable actualizada que diga lo
contrario, no creemos que exista una “crisis” del jurel; lo observado durante los últimos tres años corresponde
al comportamiento normal de la especie. La toma de decisiones basada en especulaciones tiene un alto costo
social, por lo tanto, para terminar con estas debemos conocer el estado actual de la población (cuantos jureles
hay en el océano, como se comportan, etc.). Es necesario actualizar la investigación científica, la que no puede
restringirse al estudio de datos de captura en un 3% del área de distribución de esta especie, sino que debe
incluir largos y completos estudios de alta mar, para luego de esto, sin apuros ni presiones, ser capaces de
administrar el jurel, una de las pesquerías más grandes del planeta.
6. Sistemas de captura
Área de la Pesquería
En Chile, la principal unidad de pesquería se extiende latitudinalmente entre los límites 32°10' y 42°00' S (de
la V a X Región), concentrándose en la VIII Región la actividad extractiva de mayor importancia.
Secundariamente, el jurel se encuentra en la unidad de pesquería de la zona norte, que comprende principalmente
desde la I hasta la III Región (Figura 5).
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Figura 5. Regiones geograficas de la nación chilena
En la pesquería de jurel participan embarcaciones cerqueras artesanales e industriales, en las que estas ultimas
se definen como aquellas unidades mayores a 80 m3 de capacidad de bodega. Las embarcaciones que componen
esta flota presentan dos tipos de diseños: el americano y el nórdico, destacando este último diseño en las
unidades de mayor tamaño y que operan en la Zona Centro-Sur, dado las ventajas comparativas de diseño
que presenta para operar sin panga en las condiciones meteorológicas más adversas que son frecuentes en
esta zona, en comparación con el norte del país (Figuras 6a y 6b).
Al paso de los años ha sido notable crecimiento de esta flota (Figura 7), mas sin embargo, tuvo un decrecimiento
desde 1997 por efecto de la crisis que se desencadena desde este año en la pesquería y de las regulaciones a
la pesca. La aplicación de “límites máximos de captura por armador” desde el 2001, produjo el mayor
impacto en la disminución del tamaño de las flotas. Al igual que en el norte, el aumento del tamaño promedio
de los barcos se explica principalmente por la salida de los barcos más pequeños (SUBPESCA, 2005).
15
Figura 7. Evolución de la flota de la pesqueria en el norte y centro-sur entre 1970 y 2004,
en donde CB es la capacidad de bodega en metros cubicos
Fuente: SUBPESCA
En el país existen 3 unidades de pesquería con un total de 99,000 m3 de capacidad de bodega en la flota
industrial y 4,497 embarcaciones artesanales. La extracción se realiza con red de cerco y los rendimientos
promedio son de 162 t/viaje para la unidad de pesquería Norte y 288 t/viaje para la unidad de pesquería
Sur. La Pesquería está bajo el Régimen de Plena Explotación artesanal e industrial en todo el país, con
cierre de registro y acceso a la pesquería y una talla mínima legal de captura de 26 cm.
Durante 2005 la composición de la flota cerquera industrial que registró operaciones, estuvo compuesta por
137 embarcaciones, acumulando una capacidad de bodega total de 120 mil m3 con un tamaño promedio de
1000 m3. .
En esta pesquería se utiliza la red de cerco del tipo “sardinera” o “jurelera” y cuyos tamaños dependen del
tamaño de la embarcación, empleando tamaños de malla de 11\2" en la Zona Norte y 2" en la Zona Centro-
Sur (Características en Figura 8).
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Figura 8. Esquema de la operación y las características básicas del arte de pesca
para la captura de jurel.
Fuente: SERNAPESCA
Esta técnica se utiliza para la captura de peces que viven normal o frecuentemente en las capas superficiales
del mar y que se concentran en cardúmenes relativamente compactos, debido a su gran rendimiento en capturas
masivas su empleo se efectúa preferentemente en los períodos de máxima concentración de peces pelágicos.
El principio de captura de la pesca de cerco consiste en “Calar” una red en forma circular alrededor de los
peces encerrándolos por los costados y por abajo permitiendo así su captura. La pesca con esta arte se puede
clasificar en dos categorías o técnicas:
- La técnica tradicional, que cerca un cardumén de peces en la superficie observando a ojo el comportamiento
del mismo y el desarrollo de la operación sin ayuda de instrumentos hidroacústicos.
- La técnica de cercar a cardúmenes que nadan entre aguas en capas más profundas y que por tanto resulta
imposible su ubicación a ojo, en esta, los instrumentos electrónicos (ecosonda y sonar) registran continuamente
los datos referentes al movimiento y profundidad del cardumén.
En general, y de acuerdo con la especie y su estado biológico, cuando un cardumén es rodeado por la red
trata de escapar por alguna sección abierta de la red o bien por debajo de la misma, es por esto que se hace
necesario que después de lanzada la red se asegure su despliegue vertical para prevenir el escape del cardumén
del área casi circular que forma la red de cerco, siendo el tiempo que transcurre hasta que toma su forma de
operación, el dado por la velocidad de hundimiento de la relinga de plomos, para posteriormente virar la jareta
y cerrar la red, tomando la red la forma de bandeja, impidiendo de esta forma al cardumén descender a gran
profundidad.
17
Desarrollo histórico e importancia nacional
La pesquería del jurel en la zona norte, originalmente constituía fauna acompañante de los principales recursos
objetivos (anchoveta y sardina española), y sólo en los años 1982 y 1984 alcanzó niveles significativos en esta
zona, posteriormente declina y continúa con los bajos niveles ya observados. Sin embargo, en esta zona no se
han obtenido los niveles históricos alcanzados en la zona centro-sur.
En la zona centro-sur (VIII Región) comienza una incipiente actividad extractiva a mediados de los 70, luego
de la crisis de la pesquería de la anchoveta y sardina común, esta actividad creciente muestra un incremento
claro y sostenido de los desembarques a partir de 1985, el que continuó hasta principio de los 90. Paralelamente
y producto del rápido crecimiento de la flota y de la intensidad de pesca se consolida como una de las
pesquerías más importantes del sector pesquero (regiones, V-IX) con niveles de desembarque sin precedentes.
En 1993, se declara la plena explotación del recurso y el cierre del acceso en las regiones: I, II y V-IX.
Actualmente, este recurso manifiesta una disminución de sus capturas debido a la juvenilización del stock y se
observa además, el virtual cierre de la actividad industrial de la V región, lo que ha obligado a una intensa
actividad de manejo y control que en 1999 condiciona a capturas que no superan el millón doscientas mil
toneladas.
7. Procesamiento
El número total de plantas de proceso que registraron operación durante el año 2006, fue de 481, mismas que
del proceso de 5,113,403 toneladas de materia prima produjeron 1,729,299 tons de productos transformados,
en donde la harina de pescado y el congelado ocuparon el 77% de materia prima y el 67% de la
produccion.(SERNAPESCA, 2006). En ese año, el total de plantas recibieron un total de 1,379,941 toneladas
de jurel, obteniendo un total de 352,190 toneladas de producto final. Estos valores indican que hubo un
rendimiento industrial del 25.5%, mismo que fue menor que el año 2005 (34%). La mano de obra destinada
a realizar labores de transformación de los recursos hidrobiológicos empleo alrededor de 32,800 personas.
El sector pesquero del jurel está orientado fundamentalmente a las exportaciones; un 76% de su producción
en la década de los 90’s ha sido destinada a los mercados internacionales. Las empresas permanentemente
buscan nuevos mercados, lo que demanda un intenso y largo trabajo de inversión e investigación. Este crecimiento
no sólo se experimenta en los volúmenes, sino también en el número de recursos del mar explotados y en la
elaboración de productos de mayor valor agregado, conllevando a un reenfoque de las plantas harineras
permitiendo un uso polivalente de la infraestructura (Detalles Tabla 2).
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Tabla 2. Produccion obtenida del procesamiento de jurel en tres años y por linea de produccion.
(Toneladas)
ndustria pesquera ha incursionado, con singular éxito, en los mercados de consumo humano directo. En los
últimos veinte años, las conservas de pescado y mariscos han logrado reconocimiento internacional.
A partir del 2000, especies pelágicas como el jurel y la caballa, se envían como productos congelados a
muchos países y cada vez se destina un porcentaje mayor de capturas a productos de consumo humano
directo, con un notable incremento en los retornos (Tabla 4).
Precio
El presidente de Sonapesca en Chile, Federico Silva, precisó que el incremento registrado en los envíos al
exterior se logró por los mayores precios en casi todos los productos, aunque los volúmenes de materia prima
y producción disminuyeron fueron menores. A nivel global, los volúmenes presentaron una baja de 18.9%, sin
embargo, los precios subieron entre 11 y 33%, con excepción de los mariscos (Figura 9)
19
Figura 9. Evolución de Precios de Principales Líneas de Producción
Fuente: SUBPESCA
En el caso de la harina de pescado, el precio promedio de 1,160 dólares, marcó un 11% menos que el mes
anterior, cuando alcanzó un máximo de 1,307 dólares por tonelada. No obstante, sigue siendo un precio
importante, que refleja un alza de 33% respecto al promedio de 2004. Al respecto, Federico Silva señaló que
“si bien disminuyeron los volúmenes de exportación, se debe considerar que el mercado nacional representa
sobre un tercio de las ventas totales”.
Por otra parte, destacó el crecimiento de los embarques de jurel para consumo humano, tanto congelado,
10%, como en conservas, 14,9%. Agregó que debido al régimen de administración por cuotas de captura, el
volumen de materia prima disponible es similar al año anterior, pero se registraron alzas en los precios de 25%.
Silva explicó que estos mayores ingresos permitieron compensar el incremento de los costos de operación de
las naves, cuyo principal insumo es el petróleo, así como enfrentar el bajo nivel del tipo de cambio. Asimismo,
resaltó que las cuotas para 2006 y 2007 ya fueron fijadas por el Consejo Nacional de pesca, y se mantiene en
niveles similares a 2005, con excepción del jurel que aumentó de 1 millón 400 mil toneladas a 1 millón 600 mil
toneladas. “En los resultados de 2007 influirán diversas variables, fundamentalmente de precios y los volúmenes
de producción, que podrían sufrir el impacto de fenómenos naturales como El Niño.
8. Comercialización
Concluido el 2005, el aporte en divisas por concepto de exportaciones de productos provenientes de la
pesquería de jurel alcanzó los 119,48 millones de dólares, cifra 6% menor a la produccion del 2004.
Las cifras mencionadas demuestran que las exportaciones de esta pesquería continúan en un proceso de
recuperación iniciado en el 2000, año en que se revierte la fuerte caída de las exportaciones manifestada
desde mediados de la década de los 90. La conducta del valor de exportación de esta pesquería, respecto al
2002, se explica fundamentalmente por el incremento en las cantidades enviadas (+14%) y en la permanencia
en los niveles de precios promedio.
En la elaboración de productos a partir de estas materias primas, se distinguen los procesos de reducción
(harina y aceite de pescado) y consumo humano directo. La harina es la principal generadora de ingresos por
exportación de productos orientados a la reducción. El producto aceite, que aporta marginalmente al valor de
20
exportación. Durante los últimos diez años, los productos derivados de la reducción se han mantenido como
los de mayor aporte al valor de exportación aunque con una clara tendencia a la baja.
Esta conducta se debe al crecimiento sostenido observado en los productos destinados a consumo humano
directo, cuyos retornos se han casi triplicado en la última década. El buen resultado exportador de estos
productos, de todas las especies, confirma la tendencia observada en los últimos años.
Harina de pescado
Las empresas pesqueras colocaron sus productos en 41 mercados, destacando China (28%), Japón (22%) y
Taiwán (16%). Se observó una expansión a nivel de mercado respecto al período anterior, incrementándose
en 5 los destinos del producto nacional. La orientación exportadora hacia el sudeste asiático, se ve claramente
reflejada en la alta concentración de la demanda de los países integrantes de APEC (68%), seguido de la
Unión Europea (21%). Otros países compradores (68) concentran el 10% de las cantidades exportadas
donde Vietnam e India son los de mayor importancia.
En general, los precios de la promedio FOB de exportación de harina de pescado presentaron una alza
(22%), respecto al 2004, conducta reflejada en los principales mercados de destino. Cabe indicar, que el
desempeño del indicador representa la continua recuperación mostrada desde el 2001, año en que se revirtió
la abrupta caída que venía presentando este indicador en años precedentes. Los mayores precios se observan
en el mercado de Japón y China los cuales presentan valores superiores al promedio general. Los menores
precios observados en las exportaciones a Taiwán se deben a la mayor predominancia exportadora de harina
de menor calidad (estándar), respecto a los otros mercados.
El jurel contribuyó con el 91% de las cantidades exportadas de productos para consumo humano y con el
20% de los envíos totales de la pesquería pelágica. En el período enero marzo de 2006, las exportaciones de
productos elaborados a partir de jurel, presentaron una caída del 16% respecto al 2005. Los principales
productos exportados a partir de jurel correspondieron a congelado (51%) y conserva (44%), en tanto que la
participación del fresco refrigerado sigue siendo aún marginal, respecto de las restantes líneas de elaboración.
Los productos congelados se han ido posicionando en los últimos años lo que se ve reflejado en el aumento de
su nivel exportador, a diferencia de las conservas que se han mantenido relativamente estables.En el caso de
los productos congelados, transcurrido el 2006, las exportaciones de jurel alcanzaron a 1,379,941 toneladas,
cifra un 3% menor a la cifra del año anterior. En promedio, la comercialización de este tipo de elaboración fue
de 114, 995 toneladas mes, con un máximo de 249 mil toneladas en julio y un mínimo en noviembre de 5 mil
toneladas.En términos globales, los mercados a los cuales se exportaron los productos congelados fueron 34,
de los cuales Nigeria, Perú y Cuba, concentraron el 71% de las cantidades exportadas. En países no agrupados
en bloques económicos se concentran el 90% de los envíos. Le sigue en importancia el bloque económico de
la Unión Europea (8%), siendo marginal la participación en APEC y MERCOSUR. Respecto a los productos
en conservas, las cantidades vendidas ascendieron a 64,4 mil toneladas con un aumento del 8% respecto al
2002. El promedio mensual de envíos de las firmas nacionales, totalizó 5.4 mil toneladas con un máximo en
junio (8.5 mil TM) y un mínimo en marzo (2,9 mil TM) del 2003. La totalidad de estos productos se comercializa,
utilizando la presentación denominada, trozados (Tabla 5).
21
Tabla 5. Participación en Volumen y Variación de los principales destinos de exportación de jurel
en sus diversas presentaciones.
Figura 10. Principales destinos de exportación de jurel en sus diversas presentacionesdurante el 2004
9. Manejo Pesquero
Una sólida base científica es de vital importancia para la acción reguladora sobre los recursos hidrobiológicos
y establecer lo que técnicamente se conoce como planes de manejo, que en el fondo vienen a ser equivalentes
a los planes de negocios en las empresas, donde se consideran las variables y factores de riesgo que afectan
la actividad y se diseña el plan de acción de acuerdo a la realidad del medio, con caminos alternativos que
incluyen los factores que alteran el pronóstico original. El conocimiento del medio es un elemento fundamental
para lograr el fin perseguido: tanto en pesquerías, para no agotar el recurso ni hacer quebrar la industria, como
en los negocios para obtener resultados satisfactorios.
El proceso regulatorio pesquero, para que sea eficiente, honesto y transparente, debe estar organizado en
base a consejos especializados por especie y sus afines, que estén compuestos por personas profesionalmente
22
capacitadas para juzgar el conocimiento procurado por la investigación científica, e independientes de interés
político y económico. Los consejos deben financiarse con impuesto a la actividad pesquera y licitar los estudios
necesarios para su cometido. Es recomendable que dichos consejos tengan su asiento en lugares cercanos a
los centros de explotación de las pesquerías a su cargo. Los estudios y las medidas derivadas de ellos deben
publicarse, y las decisiones tomadas después de audiencias públicas para recibir los comentarios de quien
tenga interés en la materia.
Régimen de acceso:
Las unidades de pesquería de Jurel, en el área marítima de la I y II, III y IV, V a IX y X Regiones, se
encuentran declaradas en estado de plena explotación, sujetas a dicho régimen de administración, y se encuentra
suspendido el otorgamiento de nuevas autorizaciones de pesca. Asimismo, se encuentra suspendida la inscripción
de pescadores y armadores artesanales en el Registro Artesanal, sección pesquería Jurel I a X Regiones.
Unidad(s) de pesquería:
Las Unidades de Pesquería del jurel son:
• Unidad de Pesquería I y II Región.
• Unidad de Pesquería III y IV Región.
• Unidad de Pesquería V y IX Región.
• Unidad de Pesquería X Región.
La pesquería del jurel ha estado sometida a regulaciones desde 1997, cuando una alta incidencia de juveniles
se presentó en las capturas de la flota industrial de cerco de la zona centro-sur de Chile. Las diversas medidas
de administración han tenido por objeto minimizar el impacto de la intensidad por pesca sobre la fracción
juvenil. Sin embargo, la incidencia de ejemplares de tamaño inferior a la talla mínima legal de 26 cm se ha
mantenido hasta la actualidad. Es probable que un efecto combinado entre la intensa actividad pesquera
desarrollada antes de 1997 y la manifestación de El Niño 1997-98 hayan
determinado la situación actual del recurso (Arcos et al., 2001, Serra et al., 2001, Cubillos, 2001).
b) Cuotas de captura:
La cuota global anual de captura de jurel 2005 es de 1,483,000 toneladas divididas en 74,175 toneladas para
fines de investigación, 1,333,850 toneladas para el sector industrial y 70.4660 toneladas para el sector artesanal.
(D. Ex. Nº 1,013 del 16 de diciembre de 2004).
c). Asignaciones:
Los Límites Máximos de Captura por armador para esta pesquería fueron establecidos por:
• Unidad de Pesquería I y II Región (D. Ex. Nº 836 del 22 de diciembre de 2003)
• Unidad de Pesquería III y IV Región (D. Ex. Nº 837 del 22 de diciembre de 2003)
• Unidad de Pesquería V y IX Región (D. Ex. Nº 838 del 22 de diciembre de 2003)
• Unidad de Pesquería X Región (D. Ex. Nº 839 del 22 de diciembre de 2003).
23
• Pesquería Artesanal de jurel para el período enero-diciembre de 2004 para la X Región (R. Ex. Nº 317 del
30 de enero del 2004).
d) Cierre de acceso
Para el 2005, se mantiene cerrado el acceso por un año a las unidades de pesquería de del recurso jurel en
toda el area de su pesqueria, desde la region I a X, mediante el D.S.(MINECON) No. 179 del 2005. Como
consecuencia de lo anterior, mediante la RES(SUBPESCA) N° 1.540 del 2005, se encuentran suspendidas
transitoriamente las inscripciones en los registros artesanales categoría pescador artesanal, en la sección de la
pesquería de jurel, en las regiones I a X.
e) Vedas
f) Artes de pesca
A nivel nacional se encuentra vigente una talla mínima legal para el jurel de 26 cm de longitud horquilla (D.S Nº
458/81), con un porcentaje de tolerancia para la extracción, transporte, tenencia y elaboración de ejemplares
no superior a un 35% medido en número de cada desembarque o de existencia en planta de elaboración o
medios de transporte (Res. Nº 1633/99).
i) Calculo de la biomasa
El crecimiento de la abundancia del stock de jurel chileno, durante los años 1970 y 1980, explica en parte la
expansión de la actividad pesquera chilena a áreas de la alta mar adyacente. El stock parental creció hasta
1989; luego comenzó a declinar debido a los menores reclutamientos y aumentos en la captura (Figura 11).
Otra razón fue la desaparición, en 1992, de la flota de la ex Unión Soviética que hasta entonces capturaba
jurel en la alta mar adyacente a las ZEE de Chile y Perú. En 1990, esta flota capturó 1,1 millón de toneladas
de jurel en áreas de alta mar adyacente en el Pacífico Sudoriental. En 1997 se hizo evidente una escasez de
peces adultos en la pesquería Centro-Sur (Serra, 1998), resultado de pesca excesiva y de los efectos del
fenómeno de El Niño más fuerte durante este siglo (desde mediados de 1997 hasta inicios de 1999). Como
consecuencia, el stock de jurel chileno atraviesa hoy una delicada situación de sobrepesca. Dado que la
principal zona de desove de este recurso se ubica en la alta mar adyacente, el posible regreso de flotas de
naciones que pescan en aguas distantes a esta zona de alta mar es percibido (Ver tabla 7 para detalles de la
biomasa del stock desovante hasta el 2004), por el gobierno chileno y los intereses privados envueltos, como
24
un tema delicado. A los precios y niveles de captura de mediados de los años 1990, las capturas chilenas de
jurel generaban cerca de 650 millones de dólares por año en exportaciones (Sarquis, 1996). El empleo
regional generado por estas pesquerías también tiene relevancia política, especialmente en la pesquería Centro-
Sur.
Entre 1987 y 1992, la biomasa de jurel alcanzó su máximo nivel con 20 millones de toneladas. A partir de ese
momento la disponibilidad del recurso comienza a declinar llegando a volúmenes similares a los existentes a
mediados del 70: 5 a 10 millones de toneladas. Estos volúmenes son los que pusieron de manifiesto una crisis
en esta pesquería que, por primera vez en su historia, debió enfrentar una veda en 1997. Dos hipótesis
explicarían la disminución del stock de jurel. La primera se relaciona a un fenómeno oceanográfico: El Niño de
1997-98 habría alterado la disponibilidad del recurso, que no sólo se observa en la cantidad sino que en la
distribución de la especie en el océano (se aleja de las zonas de pesca).
La segunda alude directamente a la sobrexplotación a partir de 1990: se trata de capturas que sobrepasan el
excedente productivo de la población de jurel. Factores, como el incremento del potencial pesquero entre los
80 y los 90 que, asociado al aumento de la capacidad de procesamiento en planta, se tradujeron en una mayor
demanda por el recurso.
Las medidas administrativas, como la veda y el establecimiento de una talla mínima de captura (26 centímetros),
no han permitido superar la crisis, porque no solucionan un problema advertido por la Subsecretaría de Pesca:
la pesquería se ha ido juvenilizando, sosteniéndose en ejemplares que van de los 3 a 6 años, frente a un
normal histórico de 4 a 8 y 9. “Este es un síntoma claro de una pesquería en sobrexplotación”, dice Quiñones.
Al extraer los individuos juveniles se deteriora el potencial reproductivo del recurso y bajan los niveles óptimos
de desove para mantener la tasa de explotación en el tiempo. Quiñones afirma que, aunque cada recurso tiene
su propia dinámica, la situación del jurel es similar a la enfrentada por otras especies ya colapsadas. “Es común
el problema que tenemos en Chile: no poder separar el ambiente del fenómeno de sobrepesca. Un ejemplo es
25
el bacalao de la zona del Atlántico norte de Canadá. Allí se mezcló la sobrexplotación, cambios de temperatura
del mar y una depredación importante por focas”. Por eso a su juicio, en el caso del jurel, no es importante
definir cuál es el factor determinante en la crisis. “La clave es comprender que la combinación del ambiente
más la sobrepesca puede llevar a un colapso”.
Cabe recordar que los desembarques de jurel aumentaron continuamente desde principios de los 90’ hasta
1996, cuando se alcanza el record de 4 millones 400 mil toneladas, sin embargo a partir de esa fecha se ha
observado una caída cercana al 70% del desembarque de jurel.
Esta situación de sobreexplotación ha provocado que las capturas pesqueras pelágicas en la zona norte se
reduzcan de 725 mil toneladas a 557 mil toneladas entre el 2005 y el 2006. Hoy es un hecho la fuerte
reducción en la biomasa de anchoveta, tanto en la zona norte de Chile como en el Perú, lo que ha llevado al
tremendo incremento del precio de la harina y aceite de pescado en los mercados internacionales. Obviamente
estos hechos han forzado a los industriales del norte a exigir a las autoridades pesqueras aumentos en la cuota
de jurel. El problema es que al ser el jurel una especie altamente migratoria y de la cual se tiene poco conocimiento,
en especial lo referido a sus ciclos migratorios, existen distintas visiones sobre el estado y comportamiento de
su biomasa. De hecho, los industriales del sur alegan que la talla de los jureles en el norte, por su condición
juvenil, es menor a los 26 centímetros que establece la ley para los peces que están en condiciones de ser
capturados, lo que obviamente afectaría la biomasa de jurel en el sur.
Más allá de las disputas entre privados por un bien público como el jurel, la guerra por este recurso es
consecuencia de una institucionalidad, en especial la referida a los límites máximos de captura por armador,
que fue concebida para ir en la dirección de consolidar administraciones pesqueras privadas que promuevan
la racionalización de sus esfuerzos de pesca, ajustándolos en general hacia recursos marinos menos abundantes.
El problema es que este sistema parte del supuesto de que quienes tengan derecho a utilizar la pesquería
tendrían al mismo tiempo interés en que su manejo sea adecuado, ya que el valor económico de su derecho
dependería directamente del comportamiento de las pesquerías. Sin embargo, en la práctica este sistema de
administración sólo se ha convertido en un sistema de asignación económica que ha beneficiado a los grandes
oligopolios industriales en desmedro de los sectores artesanales, y no es bajo ningún punto de vista un sistema
de conservación. De hecho, el jurel durante el año 2005 se asignó entre la I y X región en un 95% al sector
industrial, quedando sólo un 5% al sector artesanal, el gran ausente en esta discusión del jurel pero que entrega
15 veces más empleo que el sector industrial.
Dentro del análisis de la problemática de esta pesquería, en la Tabla 6 se resumen los principales aspectos de
los ítems de investigación que nos revela hasta donde se tiene el estado actual de la problemática y del
conocimiento en la investigación del recurso jurel chileno
26
Tabla 6. Estado actual de la problemática y del conocimiento en la investigación
del recurso jurel chileno.
27
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219-232.
30
Capítulo 3.
Cultivo de Salmón Chileno
2.- Instituto Tecnológico de Mazatlán. Carretera Internacional al Sur s/n Estero la Sirena, Mazatlan, Sinaloa.
México. Tel/fax:669 9847209. Internet: cigmaritf@hotmail.com.
Resumen
En el presente trabajo se hace un análisis cualitativo del desarrollo de la acuicultura salmonera en Chile
por medio de las estadísticas y bibliografía publicadas en dicho país durante el periodo de máximo
crecimiento de esta actividad económica. El punto de partida es encontrar los factores de mayor
importancia que han contribuido al crecimiento de este rubro en Chile entre los años 1985 y 2005. Por
consiguiente se puede decir que la acuicultura es una actividad relativamente novedosa con un fuerte
repunte, denominada en muchas ocasiones como la revolución azul, aludiendo a las nuevas herramientas
y técnicas que cambiaron las actividades agrícolas desde el siglo XVIII, y, por ende, provocaron un
mejoramiento de la productividad de las mismas. El estudio revela que en la actual etapa de consolidación
de la industria, los productores priorizan acciones destinadas a la generación de proyectos de innovación,
fundamentalmente en el área de salud de peces. Los proveedores, en cambio, ponderan como área
prioritaria el mejoramiento de las normativas que rigen el sector.
1.- Introducción
La salmonicultura, tal como se ha implantado en la X región de Chile, constituye lo que la literatura especializada
denomina un cluster, una aglomeración de empresas con ciertas ventajas competitivas. La aparición del cultivo
industrial del salmón en Chile no es un caso aislado sino que se inscribe en la dinámica mundial de incremento
de la producción acuícola que se constituye en el sector productor de alimentos de mayor crecimiento en el
mundo. La expansión de la acuicultura se explica por los límites que encuentran las capturas pesqueras, por los
cambios en las preferencias del consumidor hacia carnes blancas y también por el menor precio que han
alcanzado los productos acuícolas. El salmón de cultivo desplazó hace años al salmón silvestre cuyas capturas
se mantienen estables mientras que la producción mundial de salmón se incrementó unas 70 veces en los
últimos 20 años.
31
Se han realizado pocos estudios sobre la maricultura salmonera chilena. Desde una perspectiva histórica se
destaca la obra El largo viaje de los salmones. Una crónica olvidada (2003) de Sergio Basulto del Campo. En
ella, el escritor aborda el tema de las primeras introducciones de esta especie exótica al hemisferio sur. Recorre
por hitos y acontecimientos que llevaron a cabo varios intentos de nacionalizar los salmónidos desde el siglo
XIX. Sin embargo, al llegar a la década del 70, se da por terminada la investigación, dejando fuera el auge de
este rubro. Además, la presentación se caracteriza por la falta de un eje conceptualizador y, por lo tanto, el
material no está organizado para facilitar la interpretación del lector.
El libro La Salmonicultura en Chile (1989) de Ricardo Méndez y Clara Munito, que retrae una presentación
de salmonicultura como una actividad comercial incipiente, dedica dos capítulos a su historia. El primero
describe el desarrollo hasta el año de la publicación, 1989. El otro capítulo deja la palabra a los pioneros de
la década del 70, cuyos testimonios dan una perspectiva personal y narrativa de los acontecimientos durante
la fase experimental y de aprendizaje. Sin embargo, ninguna de estas publicaciones intenta dar una explicación
que aborde las causas que dieron lugar al crecimiento de la acuicultura salmonera. Si bien logran dar un
diagnóstico fidedigno, ignoran las condiciones subyacentes y explícitas que permitieron que esta actividad se
desarrollara y creciera. Una explicación tentativa se da en el artículo Salmon aquaculture and Chile´s exported
economy (1998) del geógrafo Jonathan Barton. En éste, Barton inserta la salmonicultura en la estrategia
comercial de exportaciones no tradicionales de Chile. Además, analiza los impactos que esta actividad provocaría
en las regiones australes de Chile. Recurre a condiciones hidrobiológicas, exportaciones contra cíclicas y
bajos costos para explicar el surgimiento de la acuicultura salmonera.
En la presente sinopsis, se tratará de dar una visión de la acuacultura del salmón chileno, considerando su
penetración a los mercados internacionales, sus aspectos de mercado y su problemática.
Este pez se caracteriza por tener un cuerpo alargado cubierto por pequeñas escamas redondeadas y con
bordes lisos y una aleta carnosa entre la aleta dorsal y la cola. También se caracteriza por su carne anaranjada,
muy apreciada. La cabeza es pequeña en proporción al resto del cuerpo.Estos viven tanto en agua dulce como
en agua salada, en las regiones más frías del Hemisferio Norte.
Su ciclo biológico se inicia en la cabecera de los ríos, donde, tras la eclosión, los alevines crecen y permanecen
uno o dos años allí. Después emigran al mar y, al cabo de unos tres años, alcanzan la madurez sexual y
regresan entonces al mismo río donde nacieron, remontando las aguas hasta las zonas de puesta, para desovar,
y entonces las crías emigran de las corrientes de agua dulce al mar una vez que alcanzan la madurez. El instinto
migratorio de los miembros de la familia del salmón es muy específico, y cada generación regresa a desovar al
mismo lugar donde desovó la generación anterior. Incluso las especies que no migran del agua dulce al agua
salada desovan en las mismas corrientes de agua dulce que sus antecesores. El área de desove de estos peces
suele ser una corriente rápida y clara con fondo de grava y rocas.
Los salmones comen otros peces más pequeños que ellos. Aunque suelen tener colores fríos, apagados, antes
de la estación de reproducción, los salmones adquieren colores brillantes en la temporada de desove. Durante
esta estación, el macho desarrolla un hocico ganchudo y una joroba en el dorso. Antes de aparearse, uno de
los progenitores hace un nido para los huevos; una vez depositados y fecundados los huevos, la hembra agita
el fondo de la corriente para que los huevos queden cubiertos de arena y grava. Los huevos empiezan a abrirse
a las dos semanas, pero pueden abrirse hasta después de seis meses, dependiendo de la especie y la temperatura
32
del agua. Ni los machos ni las hembras se alimentan durante la migración y la construcción del nido se realiza
antes que el desove.
Especies de Salmónidos
En Chile la mayor parte de la produccion se enfoca a dos especies de: el Atlántico (Salmo salar) y el Pacífico,
tambien conocido como Coho (Oncorhynchus kisutch). Estas especies resultan particularmente muy similares,
como el desove en aguas interiores, para luego crecer y madurar en aguas marinas.
Es la especie de salmón mas conocida, se la llama también salmón verdadero y casi en su totalidad es de
cultivo. Su cultivo a niveles comerciales apareció en los años setenta. La producción mundial se estima hoy en
día en aproximadamente 700,000 toneladas por año, siendo el principal productor Noruega con unas 300,000
toneladas por año.
Estos salmones son criados en jaulas dentro del mar, preferiblemente en bahías abiertas lo que le da carácter
de salmón natural. La calidad del salmón de cultivo depende en gran parte de la calidad de su hábitat, por esto
el salmón chileno goza de un gran prestigio en el ámbito mundial, ya que las aguas del sur de Chile son
consideradas como unas de las mas limpias y las más aptas para este tipo de cultivos.
Este es el miembro más grande de la familia de los salmones, los pescadores lo quieren por el sabor de su
carne, que es a menudo de color rojo anaranjado. El salmón común del norte del Atlántico, tiene normalmente
7 Kg. de peso, pero se han capturado algunas especies de más de 45 kilogramos. El salmón del Atlántico
migra a aguas frías dulces a finales de la primavera o principios del verano, y nada corriente arriba a una
velocidad media de 6,5 km diarios. Ya que el salmón es capaz de saltar hasta 3.7 m de altura supera, si no
todos, casi todos los obstáculos que encuentre en su camino.
La hembra pone hasta 20,000 huevos en octubre o noviembre, tras lo cual los salmones adultos flotan corriente
abajo y regresan al mar.
Al contrario que otras especies de salmones, el salmón del Atlántico no muere tras su primer apareamiento,
sino que regresa año tras año a su lugar de reproducción. Las crías recién nacidas o alevines permanecen en
el agua dulce durante unos dos años. Cuando transcurre este tiempo, los salmones jóvenes, llamados esguines
o murgones, que han adquirido un color plateado, nadarán hasta el mar.
Los salmones que viven en el norte del océano Pacífico sólo desovan una vez, y mueren tras depositar y
fecundar los huevos. La especie que más se conoce y la más valiosa es el salmón chinook, también llamado
salmón real.
Los ejemplares comercializados de este salmón tienen un peso medio de 9 Kg., pero muchos individuos miden
más de 1.5 m de longitud y tienen más de 45 kg. El salmón chinook migra a mayores distancias que cualquier
otro salmón, recorriendo a veces entre 1,600 y 3,200 Km., antes de llegar a su territorio de desove. Sus
huevos suelen abrirse en unos dos meses, y las crías nadan hasta el mar cuando alcanzan una longitud de 5 a
7.5 centímetros.
33
Salmón jorobado
Este salmón alcanza los 50 cm., de longitud. Durante la época reproductora se le arquea mucho el dorso, las
mandíbulas se doblan y deforman y adquiere un color rojo intenso. Vive en el pacífico y remonta los ríos
septentrionales de Norteamérica para desovar.
3. Estadística de la producción
La salmonicultura ha mostrado una evolución tal que hoy se ha convertido en una fuente importante de divisas
para Chile. La producción de salmón y trucha chilena han crecido considerablemente en la ultima dos década
(Figura 1), llegando a representar dentro del sector pesquero nacional el 56% del total de retornos de las
exportaciones para el año 2004, lo que queda reflejado en la Tabla 1.
Chile se ubica dentro de los siete principales productores de pescado del mundo, detrás de países como
China, Perú, India, Japón y Estados Unidos, entre otros. Para el caso de la presentación de los productos de
la salmonicultura chilena se distinguen: salmón fresco refrigerado, congelado y productos con valor agregado.
Aunque a comienzos de la industria se exportaban principalmente los llamados “troncos” congelados, lo que
34
no eran mas que salmones sin cola y cabeza que se transportaban en cámaras refrigeradas. A medida que
crecía la industria se fue innovando con la venta al exterior de filetes frescos congelados sin espinas principalmente
a Estados Unidos, país que no consumía pescado con espinas, con lo que inició la etapa de los productos con
valor agregado. Hoy en día más de la mitad de las ventas al exterior son de estos productos entre los que se
destacan: filete fresco, filete congelado, seco salado, ahumado, en conservas y entre otros.
Ya es tradicional que desde hace casi 10 años, Chile y Noruega aportan la mayor parte de la producción
mundial de salmon y trucha cultivados, siendo Noruega el pais que historicamente ha reportado las mayores
producciones (Figura 2); ambos paises alcanzaron en el 2006, aproximadamente el 78% de la estimacion
mundial; el resto lo proporcionaron paises como Reino Unido, Canada e Islas Faroe (Figura 3). Las perspectivas
para estos países productores se basan en fundamentos sólidos como la creciente tendencia mundial hacia
una alimentación más saludable y el consumo de alimentos proteicos de precio razonable y calidad superior
como el salmón. Lo anterior, sumado a un menor crecimiento esperado para la captura salvaje, nos hace
esperar un sólido crecimiento de la demanda por salmón cultivado en el largo plazo.
35
Las exportaciones chilenas de salmón, en valor, crecieron más de 10 veces, de US$ 159 millones en el año
1991 a US$ 2,706.5 millones en el año 2006, que representan un crecimiento de 28.2% respecto al 2005;
esto debido a la alza de los precios de exportacion, que subieron 27.1% respecto al 2005. Pero cabe mencionar
que la exportacion se expandio solamente un 0.8% con respecto al año 2005 (SalmonChile, 2007).
Productores
La industria nacional se está consolidando rápidamente, lo que requiere de compañías más grandes. Hoy, hay
aproximadamente 52 compañías con producción importante sobre las 1,000 toneladas, que participan en la
industria salmonera chilena, lo que muestra una disminución en comparación con las 66 compañías que existían
en 1994. Actualmente, diez compañías producen más del 60% de la producción total de Chile.
En Chile, hay grandes firmas extranjeras presentes, como Statkorn con Mainstream, Nutreco con su empresa
Marine Harvest, Nipón Suisan con Salmones Antártica, The Western Group con Fiordo Blanco y Fjord
Seafood con Salmoamérica y Tecmar. Dada las excelentes condiciones que presenta Chile en cuanto a
producción y en el aspecto legal, se espera que ingrese más inversión extranjera. Por otra parte, las compañías
chilenas más grandes son AquaChile (Pacífico Sur), Salmones Multiexport, Compañía Pesquera Camanchaca,
Pesquera Los Fiordos, Cultivos Marinos Chiloé, todas con una producción por sobre las 15 mil toneladas
durante el 2004.
Durante el año 2004, el ranking de las diez primeras empresas exportadoras, fue liderado por Marine Harvest,
con un total de 36,375.88 toneladas, representando el 10.3% del total exportado.
Hoy es muy común encontrar en las empresas salmonicultoras chilenas una integración vertical, es decir, tienen
sus propios “hatcheries”, producción propia de alevines y “smolts”, e instalaciones de engorda, cosecha,
procesamiento y comercialización; esto, dado por que en un principio no existían las estructuras necesarias
para estas operaciones, por lo que surgió por una necesidad de subsistencia. En la actualidad, la estructura
vertical de las empresas dentro de la industria, aseguran una buena planificación, coordinación y eficiencia. A
continuación se presenta una descripción de dos de las principales empresas salmoneras.
La industria salmonera chilena se ha caracterizado por su gran asociatividad, siendo una de sus fortalezas,
agrupándose hoy un total de 52 empresas en la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G., SalmonChile;
con esto se logra una cohesión en la industria que los demás países competidores no poseen. Esta asociación
cumple un rol muy importante frente a los demás actores como, autoridades, ONGs y otros. En total las
empresas agrupadas en esta asociación exportan cerca del 82% del total nacional. La asociación no sólo
agrupa productores de salmón y trucha, sino también proveedores de insumos para la producción del sector,
entre los que destacan firmas de los rubros alimentos para salmones, laboratorios especializados y embalajes
entre otros. La industria del salmón ha visto como ha disminuido el número de empresas productoras y
exportadoras, debido a la salida de empresas menos eficientes y competitivas, e incapaces de adaptarse a los
cambios, como precios y demanda de los consumidores, además se ha visto una fuerte concentración de la
producción en empresas de gran tamaño, caracterizadas cada una por producir entre unas 10,000 y 30,000
toneladas por año y significando más de un 60% de la producción nacional de salmónidos.
36
También se ha visto una fuerte concentración en la capacidad de producción de los principales insumos como;
alimentos, medicinas, balsas jaulas, entre otros, con lo que las posiciones negociadoras a través de toda la
industria serán cada vez más complicadas, pudiendo verse limitada una sana competencia. En la actualidad, sin
embargo, la estructura vertical de la industria asegura una buena planificación, coordinación y eficiencia.
Se espera, según expertos, que la tendencia de crecimiento de la industria sufra un retroceso, es decir, que la
tasa a la que se venia trabajando sea menor, debido básicamente a la disminución de las tasas de crecimiento
en la demanda de los mercados (Figura 4). Para el caso de Estados Unidos, donde el 52% de la demanda es
cubierta por productos chilenos, tiene todavía espacio para más. Esto debido a que de todas las proteínas que
consumen sus habitantes, menos del 5% corresponde a pescado, y de salmón, aún menor. En Europa, que es
el mayor consumidor de peces en el mundo, casi 30% del total mundial, los productores chilenos apenas
representan el 7% de las ventas nacionales (año 2004) y es uno de los pocos lugares donde sus competidores
los sobrepasan inapelablemente, pero, que se están realizando inversiones muy fuertes para aumentar la
participación en este mercado. En Japón, en tanto, Chile absorbe cerca del 30% de todo lo que compra esa
potencia, pero el consumo per cápita de 96 kilos al año, uno de los más altos del mundo, dice que la tasa de
crecimiento en la demanda no crecerá mas allá de un 5% anual lo que impone el desafío de usar la imaginación
para crecer.
La industria nacional dada estas características de demanda, concentración y tasas de crecimiento, se encuentra
en una etapa de crecimiento declinante o recesión en donde el mercado comienza a saturarse o alcanza su
tamaño potencial, y la demanda crece a una tasa menor que la oferta, con lo que los precios podrían sufrir una
baja, con lo que se intensifica la rivalidad entre empresas.
Hasta hace pocos años, el consumo del salmón estuvo relativamente circunscrito a estratos de demanda de
ingresos altos con tradición de consumo de productos del mar, principalmente localizados en Japón y los
países Europeos. Estos mercados orientaban su consumo al salmón silvestre del Atlántico en el caso Europeo,
y a la variedad también silvestre de Alaska o plateado, en el caso japonés. Sin embargo, a partir de la segunda
mitad de la década de 1980, la expansión sostenida de la oferta de salmón proveniente de planteles de cultivo,
37
provocó una caída progresiva del precio internacional del producto (ver evolución de la oferta en Tabla 2),
desde valores promedio del orden de 8 a 9 dólares en 1988, hasta 4 a 4,5 dólares por kilo en 1993 situación
que se volvió a producir a fines de los años noventa. Ello ha implicado una fuerte presión sobre los costos de
producción alcanzados por los países exportadores.
Asimismo, la caída de los precios en conjunto con las tendencias internacionales de modificación de
hábitos alimenticios, han estimulado la penetración del producto en canales masivos de distribución y
consumo, tales como las cadenas de supermercados, aproximándolo a segmentos más amplios de
consumidores. El aumento de la demanda mundial se debe a la tendencia de los consumidores a sustituir las
carnes rojas y a la diversificación de la oferta. La industria está colocando en la mesa del consumidor una
gama variada: salmón fresco entero, en filetes, en porciones, congelado, ahumado, en platos elaborados.
El consumo del salmón en Estados Unido ha tenido un crecimiento explosivo y sostenido; entre los años 1990
y 1995 el consumo por salmón creció a tasas de 32% anuales, entre 1995 y el año 2000 lo hizo a tasas del
21%, para el período entre el 2000 y el 2005 se proyectan tasas del 17% y desde el 2005 al 2010 se esperan
tasas cercanas al 15%. Mientras que en los países de Europa la tasa de crecimiento esperada para el periodo
entre los años 2000 y 2005 es de 5% y las proyecciones entre el 2005 y el 2010 son tasas del 4% anual. En
Japón, la demanda por salmón presenta menores tasas de crecimiento, pues se trata de un mercado maduro,
sin embargo el consumo también se ha diversificado vigorosamente hacia nuevas variedades de producto,
siempre con predominio del salmón Coho y de la trucha. Adicionalmente, en forma paulatina ha comenzado a
adquirir importancia en el consumo mundial otros mercados emergentes tales como China, Taiwán, Hong
Kong, Singapur, y en América Latina Brasil, Argentina, México y Venezuela.
En la actualidad, los principales mercados consumidores del salmón (tanto silvestre como cultivado) es Japón
con un consumo anual cercano a las 800 mil toneladas, seguidos por Europa donde se consume aproximadamente
350 mil toneladas, y luego Estados Unidos, cuyo consumo ya alcanza las 260 mil ton/año. En el caso del
mercado japonés, cerca del 47% del consumo es abastecido por oferta local principalmente de salmón plateado
silvestre, en tanto el resto proviene de salmón plateado de cultivo (Coho) y trucha, principalmente congelados.
Los países europeos y Estados Unidos se abastecen mayoritariamente de salmón del Atlántico fresco-refrigerado,
y en menor medida de producto congelado y ahumado.
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5. Impacto Ambiental
En la actualidad las empresas salmoneras deben velar porque los procesos productivos no interfieran o dañen
el medio ambiente; éstas son parte de las exigencias de los consumidores, ya que en el último tiempo ha habido
una creciente preocupación por parte de la población mundial por el medio ambiente; ésto ha determinado
que cualquier empresa, sin importar su rubro, deba velar por que sus actividades productivas se realicen en
armonía con el medio ambiente. Para este fin en 1996, la Organización Internacional para la Estandarización
creó la ISO 14001, la cual define un sistema de gestión ambiental como: “aquella parte del sistema de gestión
que incluye la estructura organizacional, la planificación, las responsabilidades, las prácticas, los procedimientos,
los procesos y los recursos para desarrollar, implementar, revisar y mantener la política ambiental”.
Por otra parte, la salmonicultura ha sido bastante criticada en los últimos años por algunos grupos ambientalistas,
por considerar que esta actividad daña el medio ambiente de la zona sur de Chile, en especial la X Región. Los
impactos que se analizarán en este trabajo son los impactos negativos, los cuales se pueden clasificar en:
El 1 de Julio del año 2004 cerca de un millón de ejemplares se escaparon en la Región de Aysén, siendo esta
fuga una de las mas graves en la historia de la salmonicultura chilena. El salmón que se escapa de las jaulas y
logra sobrevivir, amenaza las especies silvestres, ya que compiten por alimento y hábitat. Cuando el salmón
cultivado se reproduce con el salmón salvaje, los genes que son aceptables para sobrevivir en cautiverio
diluyen a los genes que han sido desarrollados para sobrevivir en condiciones salvajes. Después de pocas
generaciones, las poblaciones salvajes son eliminadas de sus ecosistemas originales. En Chile no existen salmones
silvestres, ya que esta especie fue introducida, no obstante, se ha observado la aparición de subespecies
originadas de la cruza de salmones y de la fauna silvestre (hibridación). Además hay que decir que los salmones
que se escapan son potenciales portadores de enfermedades; estudios realizados en otros países han detectado
una importante propagación de las enfermedades virales y bacterianas de los salmones de cultivo. Las bacterias
que causan la BKD (enfermedad bacteriana del riñón) y la SRS, son las más problemáticas para la industria
del salmón. Estas enfermedades están ampliamente difundidas en las regiones X y XI, la BKD tiene la
particularidad de transmitirse a la progenie.
Los salmones cultivados, por sus condiciones de vida en las jaulas y su hacinamiento se presentan en forma
agresiva, con lo que su eventual escape produce competencia y depredación sobre las especies nativas.
En comparación con Noruega el uso de antibióticos en Chile es superior; ésto, dado que la administración de
este producto, se le suministra no sólo a los peces enfermos, sino que también a los sanos, con lo que se crea
una resistencia a futuros medicamentos. El uso de antibióticos está sufriendo un cambio lento pero muy
importante, se está pasando de una suministración indirecta, es decir, por medio de alimentos y masa de agua,
a un uso directo, por vacunaciones a cada individuo. El nivel de antibióticos que se suministra a los peces varía
dependiendo la especie y etapa de crecimiento. Como se mencionó, la aplicación de antibióticos se realiza en
su mayoría a la masa de agua, es decir al ecosistema acuático, lo que genera especies microbianos resistentes
a los antibióticos dentro del ecosistema, por lo que para el futuro se deberán ocupar medicamentos nuevos y
mas fuertes, para combatir las especies resistentes.
39
- Impactos por la alimentación de salmones.
Del total de alimento ofrecido a los salmones en cautiverio, una parte importante se pierde, ya sea por que no
se consume, o bien por que no es asimilado, lo cual genera contaminación de las aguas ya que los desperdicios
de alimentos y las fecas (no asimilado), se depositan en el fondo acuático; estos contaminantes son de carácter
anóxico y sulfurado lo que deteriora la calidad del agua, con lo que se acelera el proceso de eutroficación.
Normalmente los ambientes acuáticos pueden metabolizar estos residuos orgánicos (asimilados y no asimilados),
con lo que se produce un agotamiento del oxígeno en el agua, además de un excesivo florecimiento de algas y
una acumulación de sedimentos anóxicos y sulfurosos debajo y alrededor de las jaulas. Las bacterias degradan
estos nutrientes consumiendo oxígeno y alterando los ecosistemas. En situaciones extremas el fondo marino se
vuelve anaeróbico y solamente permite la vida de ciertas especies tolerantes a esas condiciones eliminando lo
demás. En zonas sin corrientes de aguas, se pueden crear autenticas zonas muertas. Además, más allá de los
límites físicos de las jaulas la contaminación puede extenderse. La reversibilidad del proceso no es siempre
segura. En la actualidad se esta tratando de disminuir la pérdida de alimentos, ya que ella, significa para una
salmonera una gran pérdida, dado que la alimentación equivale a mas del 70% de los costos.
Según datos de la Fundación Terram, en el año 2000, el 12% de los centros salmonícolas tenían tratamiento
para el agua de descarga de faenas, lo que significa que la gran mayoría de las aguas de sangre llegaban al
ambiente sin tratamiento. Esto reflejaba una ineficiencia en el uso de los recursos. Sin embargo, con las nuevas
exigencias de los mercados y la creciente conciencia por el medio ambiente por parte del consumidor, en la
actualidad se están utilizando estos desperdicios para generar subproductos del salmón, como aceite y harina;
además, cabe destacar que el faenamiento no se realiza en las piscinas sino que ahora se realiza en un espacio
físico especialmente destinado para ello. En la industria del salmón, hoy, hay empresas que se dedican a la
compra de los residuos para generar subproductos, con lo que se ha disminuido este tipo de contaminación.
Hay algunos impactos ambientales que se han mejorado o disminuido casi en su mayoría, como lo es, la
mortalidad de aves y mamíferos marinos que eran depredadores de los salmones, pero que con simples
acciones como el uso de redes tanto para aves como para los lobos principalmente, se ha eliminado el problema
casi en su totalidad. Hay otros temas en los cuales no hay información confiable para poder hablar de ellas,
como lo son la transformación del paisaje y el uso y disponibilidad del borde costero. Todos estos temas del
impacto que genera la actividad salmonera en el medio ambiente se han tenido que manejar, ya que es el
mismo consumidor quien juzga estas políticas ambientales y es por esto que se deben respetar las normativas
y reglamentos vigentes en cada mercado. A pesar de los impactos mencionados, la gran mayoría de las
salmoneras cumple con los reglamentos y normativas vigentes que regulan la actividad acuícola; estando esto
regido por la Ley General de Pesca y Acuicultura, de 1991, además de la Ley de Bases del Medio Ambiente
(LBMA), el Reglamento Ambiental para las actividades de Acuicultura (RAMA), todas impuestas por Ley y
por otra parte, la Asociación de la Industria del Salmón de Chile, Salmón Chile, implementó en sus asociados
el Sistema Integrado de Gestión (SIGES) y los Acuerdos de Producción Limpia (APL), cumpliéndose en su
mayoría, todas las normativas, incluso hay algunas empresas que trabajan con reglamentos más exigentes, las
cuales son impuestas en los mercados para su ingreso.
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6. Sistemas del proceso productivo
En ambiente natural, el salmón es un pez que tiene ciclos fisiológicos anuales relacionados con el fotoperíodo
ambiental que les permite crecer en agua salada y reproducirse en agua dulce. Luego de su primer invierno en
el mar, se inicia una secuencia hormonal con una consecuente maduración gonádica. Tras esta maduración,
comienza un período activo de crecimiento (julio-diciembre) que los impulsa a migrar hacia el agua dulce
remontando a los ríos de su orígen. Una vez que encuentran un lugar tranquilo y sin corrientes, se da inicio al
desove de las hembras, la expulsión de gametos en los machos y, finalmente, la fecundación.
La acuicultura intenta imitar las condiciones y el proceso desarrollado por el salmón salvaje, eso sí, lo hace
sólo con aquellos ejemplares de mejor calidad, es decir, a partir de las mejores ovas se escogen los salmones
reproductores para los futuros cultivos. Los reproductores son cultivados en planteles especiales, con cuidados
particulares y sometidos a procesos de selección rigurosos. Una vez que los reproductores han iniciado su
maduración gonádica, son trasladados en camiones con estanques y oxígeno desde los planteles de engorda
hacia las pisciculturas de agua dulce y, luego, se esperan los seis meses necesarios para que ocurra la
ovulación. A los machos, el día anterior al desove de las hembras, se le extraen artificialmente los gametos y se
almacenan hasta el momento de la fertilización artificial (Figura 5). Una hembra produce 1,000 ovas por cada
Kg., por lo tanto, una hembra de Coho de 5 a 6 Kg., produce 5,000 ovas, una de Salar que pesa entre 7 y 8
Kg., produce 8.000 ovas . Una vez finalizado el desove, las hembras mueren y se realiza un estudio completo
del perfil bioquímico para elaborar un historial de las ovas recién extraídas. La idea es siempre recolectar la
información necesaria para identificar tempranamente quienes serán los reproductores del próximo desove.
Una vez que las ovas han sido fecundadas pasan cerca de 30 días hasta que comienzan las primeras etapas
visibles en el desarrollo de los alevines: primero, se forma la ova ojo, luego, viene la eclosión y, finalmente,
nacen los alevines que serán transportados al borde ribereño de los lagos para iniciar su cultivo. Estos alevines
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se transforman en smolts que permanecen en el cultivo hasta que adquieren un peso entre 55 y 80 gr.
aproximadamente. A título indicativo, aquellos smolts que nacieron a partir de los desoves ocurridos en abril o
mayo, están en condiciones de ingresar al mar en el mes de noviembre.
Es de notar el rápido crecimiento que tuvo la industria del hachtery en Chile. Existen esfuerzos colectivos y
relaciones entre empresas de la misma actividad y con aquellas proveedoras para sacar adelante problemas y
desarrollar nuevos proyectos. Sin embargo, aún el nivel de investigación y desarrollo de la industria nacional en
lo referido a manejo biotecnológico e ictiopatológico es insuficiente. Los beneficios del autoabastecimiento en
el caso chileno estarían dados por una menor vulnerabilidad respecto de patologías externas; mayor capacidad
de manejo de variedades y de selección de las más adecuadas a las condiciones locales.
Entre las debilidades hay que mencionar el impacto en el medio ambiente e infraestructura en áreas de expansión.
Las aguas interiores de ríos y lagos poseen una capacidad de renovación muy inferior a las aguas marinas. Ello
hace prever crecientes problemas de saturación de las aguas en la Región si no existe una fuerte conciencia
medioambiental de los empresarios. Las principales formas de contaminación son, por una parte, el alimento
que cae al fondo del lago y, por otra, los medicamentos suministrados a los peces que, en subsistemas cerrados,
generan resistencias a las bacterias ambientales alterando los ecosistemas naturales. Dado que es difícil que las
pisciculturas se autorregulen, y teniendo en cuenta las actuales carencias y debilidades de rol fiscalizador
público a nivel regional este problema puede afectar seriamente a la industria a mediano plazo. Las empresas
al solicitar concesiones deben presentar un estudio de impacto ambiental; sin embargo, una vez que la concesión
ha sido asignada las fiscalizaciones medioambientales son prácticamente inexistentes.
Los requerimientos de aguas interiores obligan a quienes se dedican a la producción de ovas a localizar sus
pisciculturas en lugares alejados y poco poblados que carecen de infraestructura básica adecuada (caminos,
energía eléctrica, teléfono, etc.) y, donde la escasa mano de obra, preferentemente de origen campesino,
posee muy baja calificación. Los intentos por incorporar tecnologías muchas veces se han visto coartados ya
que el capital humano disponible no sabe manejar las maquinarias. Esta situación se agudiza por el hecho de
que gran parte de la tecnología disponible es importada, que incluso en muchos casos carece de servicio
técnico post-venta en Chile. La falta de producción local de tecnología es una debilidad mayor que afecta a
todas las etapas del proceso.
Para tener una idea de la magnitud del ciclo reproductivo se estima que un plantel de cultivo con 30,000
smolts, unos 3,000 reproductores puede producir unos 30 millones de ovas que darán origen, luego de
fecundadas a unos 9 millones de smolts. Si bien al inicio la piscicultura era una actividad autónoma, en la
actualidad la mayoría de las grandes empresas posee sus propias pisciculturas, ya sea por adquisición de
empresas o por creación propia.
42
sólo 6 ó 7 personas, el resto es personal de seguridad requerido para evitar robos (dos por turno, tal como lo
exige la legislación laboral).
El avance en los controles automatizados ha permitido una importante reducción de la mano de obra y de los
tiempos. Hasta hace un par de años se trabajaba con balsas de 20 x 20 metros, el monitoreo tomaba unos 15
minutos por jaula y había que homologar los peces según el peso antes de enviarlos a las plantas. Con los
sistemas automatizados de alimentación un operador requiere apenas 5 minutos para verificar los paneles de
control, las jaulas son de mayor magnitud (30 x 30 y existen ensayos de 40 x 40 m). Las empresas que han
logrado implementar tecnologías de control del alimento pueden llegar a reducir a seis este número, hasta 3 a
4 personas, si posee sistemas totalmente automatizados operados por cámaras y sensores (sólo el 11% de los
centros) encargadas de alimentar, clasificar y revisar el estado de los peces.
Por otra parte a raíz de las mejoras en agua dulce el pescado es más parejo, por lo que se puede cosechar tal
como se siembra sin necesidad de homologarlo. Gracias a la mejor calidad de las ovas, ya no se calibra por
peso o talla como en el pasado, puesto que la dispersión es menor y el crecimiento de los peces es más parejo.
Se han eliminado procesos que no agregaban valor y requerían mucha mano de obra.
El proceso productivo puede ser manejado en forma planificada ya que ha disminuido la estacionalidad de la
producción y de la cosecha. Gracias a mecanismos de triploidización por presión se generan ovas todo el año,
se producen peces todo hembra lo que permite sembrar ejemplares todo el año. Esto todavía no se aplica al
Coho por razones mas bien de mercado. Al terminarse la estacionalidad del ciclo de producción también ha
caído la rotación de la mano de obra. Las empresas están ahora invirtiendo en capacitar a una mano de obra
más calificada que opera en instalaciones que mueven cifras elevadas de inversión (unos 4 a 6 millones de
dólares).
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Las labores de mantenimiento del centro, atención veterinaria, entre otros, son realizadas por el personal de
los centros, o bien, subcontratadas a terceros. Entre las empresas se observa una tendencia cada vez mayor a
subcontratar estas labores, dada la proliferación de empresas dedicadas a ello y el interés de las salmoneras
por centrar su esfuerzo casi exclusivamente en los centros.
Una fortaleza de las empresas que operan en esta fase en la Región es la red de relaciones de coordinación y
colaboración que lograron establecer distintas empresas salmoneras entre sí. Muchas de las soluciones a
problemas que afectan a la industria han surgido de la cooperación interempresarial. Por ejemplo, el esfuerzo
del sector por autorregularse en términos de la calidad de la producción, la defensa jurídica contra la acusación
de dumping, el manejo de enfermedades entre empresas vecinas, etc., son hitos que han ido caracterizando la
relación entre las empresas. La evolución de la productividad de los centros de cultivo se ha reflejado en el
mejoramiento del factor de conversión de los alimentos, que resulta clave en la competitividad del proceso,
dada la fuerte incidencia de los alimentos en la estructura de costos de producción. La sustitución de mano de
obra por mecanización ha venido a compensar la baja en la productividad laboral y la tendencia es a darle
mayor estabilidad a la fuerza de trabajo.
Entre las debilidades hay que mencionar que aún falta mayor incorporación de tecnologías para que los
centros sean más productivos. Respecto a la mano de obra, en Chile cada centro es manejado por cerca del
doble de trabajadores que en los centros noruegos altamente tecnificados. La productividad de la mano de
obra de noruega como promedio entre los años 1999 y 2002 sigue siendo casi el triple de la productividad de
Chile (11.6% v/s 4.97%). Mientras el empleo en la pesca y acuicultura en Noruega es 16,500 personas en el
año 2002, Chile presenta sólo en la industria del salmón un empleo estimado de 36,800 en el año 2001.
Podría ser deseable como primera aproximación que Chile aumentara su productividad dada la menor
rentabilidad derivada del mayor uso de mano de obra respecto al capital, sin embargo la mano de obra en la
industria del salmón representa sobre el 6,8% del empleo total en Chile, mientras que en Noruega es de sólo
un 0,5%. Por lo tanto es necesario evaluar cada variable y ver si en las condiciones macro del país existe
capacidad de absorción de esa mano de obra ante una decisión de intensificación del capital. Por otra parte,
la capacidad de adquirir tecnologías por parte de las empresas, también está dado por el mayor tamaño y
capacidad de endeudamiento y/o inversión de las empresas (probablemente en mayor medida por las
trasnacionales) y por el sistema financiero disponible. Esto ocasionaría una dinámica que dejaría rezagada
cada vez más a las empresas más pequeñas, como ya ha sucedido, las cuales serían integradas a las que
permanezcan en la industria. El escenario anteriormente descrito es el más probable; sin embargo, ello configura
un proceso que irá determinando endógenamente las necesidades que son más eficientes de cubrir en cada
momento. Por lo tanto, si bien es cierto que el aumento de la productividad puede resultar deseable, la
eficiencia en como se lleve a cabo también es importante, no teniendo que amenazar por ello la competitividad
de la industria nacional.
Otro problema es el manejo de enfermedades, dada la oferta insuficiente de vacunas existentes en Chile
muchas enfermedades aún deben ser tratadas con medicamentos y antibióticos. Esto complica el desafío
generado por Noruega con la producción de un tipo de salmón “ecológico” libre de adición artificial de
hormonas, antibióticos, medicamentos, etc. orientado al mercado europeo y segmentos de mercado americano.
El déficit de fiscalización en los centros, la concentración de alimentos y residuos en el fondo marino, el lavado
clandestino de redes en ríos y en plantas sin tratamiento de riles, son factores que deben ser controlados por
entidades especializadas cuyo accionar es incipiente o bien concebir mecanismos de control cruzado entre las
empresas.
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Incidencia del alimento en la productividad
La alimentación incide fuertemente en los costos directos del cultivo, ya que corresponde aproximadamente al
45% de los mismos. Por esto ha habido un constante desarrollo para lograr mejores tasas de conversión o
cantidad de alimento que se requiere por kilo de peso del pez. Para el caso del salmón, éste comenzó siendo
1,8; actualmente el factor de conversión varía entre 1.2 y 1.35 kilo de alimento por kilo de pescado (Noruega
se sitúa entre 1.1 y 1.2). Además se está innovando en la composición del alimento de manera de utilizar aceite
vegetal en lugar de aceite de pescado.
a) sistema logístico: incluye el transporte del alimento desde el centro hasta las jaulas y los peces. Los
llamados blowers mueven el alimento desde la bodega hasta las jaulas a través de mangueras. Existen varias
empresas que ofrecen estos equipamientos: las noruegas Feeding Systems, Storvik, Akvasmart y Arena, las
alemanas AGK Tecnología Chile y Huber, y las proveedoras chilenas Simar y Aquastar. La incorporación de
empresas nacionales ha significado una reducción en el valor de los equipos.
b) sistema de sensores: estos permiten tener un mejor retorno acerca del nivel de alimentación de los peces.
Existen sensores infrarrojos, doppler, de corriente, de silo vacío de temperatura y recuperadores de pellets.
El sensor es un cono, ya sea físico o virtual, que evita pérdidas de alimento y contaminación, devolviendo el
alimento no consumido o regulando la cantidad de alimento al enviar una señal al equipo en el caso del cono
virtual.
c) sistema informático: se trata de un conjunto de softwares que recogen la información de los eventos de
alimentación y abordan en forma automatizada problemas y decisiones de tipo estratégico.
Los nuevos sistemas de alimentación han eliminado puestos de trabajo. Para alimentar a los peces existen unos
silos que están conectados con mangueras a las jaulas. La alimentación la hace una persona a través de los
monitores, equipos de tecnología Noruega. Alrededor de un 90% de los centros de cultivo del país cuentan
con blowers, un 35% con sistemas semiautomáticos y sensores y un 10% está completamente automatizado
en este aspecto. Con estos sistemas es posible extender los cultivos a zonas donde antes era imposible cultivar
debido a la costosa operación logística y a la falta de mano de obra.
La luz produce un efecto sobre la hipófisis de los peces, creándose una tendencia a generar mayor cantidad de
la hormona del crecimiento, lo que hace que la energía que recibe el pez a través de las proteínas se destine
solamente a crecer, evitando esfuerzos de maduración de los individuos. Los niveles de crecimiento pueden
aumentar aproximadamente en un 20% en el salmón del Atlántico y Trucha. En el caso del Coho, no existen
odavía datos estadísticos públicos al respecto.
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7. Procesamiento
Con el correr del tiempo el procesamiento e incorporación de valor agregado al salmón ha adquirido un
desarrollo importantísimo para la industria. Al inicio del proceso exportador, las empresas se concentraban
principalmente en la exportación de productos con muy escaso valor agregado (producción de HG o salmón
en bruto), para el mercado japonés. Con la apertura de nuevos mercados y la mayor posición que adquiere el
salmón chileno en países como Estados Unidos, surge la demanda de productos con mayor valor agregado,
originándose así la exportación de filetes y porciones. Junto a este auge, comienza la producción chilena de
salmón ahumado a partir del reprocesamiento de los filetes de salmón.
Las plantas de proceso maquilan el salmón y lo convierten en un producto con mayor valor agregado de
acuerdo a los requerimientos de los mercados de destino de los productos. Para ello, en las plantas se utilizan
tecnologías de última generación y una gran cantidad de mano de obra con la capacidad de asumir tareas que
aún no pueden ser realizadas por máquinas. La disponibilidad de mano de obra más barata en relación al resto
de los países productores de salmón, hacen de Chile una industria competitiva en un escenario donde
crecientemente se demandan mas productos procesados. Así, Chile se ha consolidado como el líder mundial
en la producción de filetes y porciones sin espinas para el mercado norteamericano debido a que son actividades
intensivas en mano de obra y, por ahora, difíciles de automatizar.
Después de la cosecha, los salmones y truchas se transportan a las plantas de proceso en bins o cubetas
con hielo y agua o mediante los wellboats. Una vez que el pescado ingresa a la planta se pesa y comienza
el proceso manual de eviscerado y corte de cabeza. Luego, entra a un túnel de lavado, se vuelve a pesar y
se clasifica manualmente. Posteriormente, el producto se cuelga, congela, glasea a mano y, finalmente, entra
a una máquina empacadora y etiquetadora (Figura 7). El proceso descrito varía según el mercado al cual
se destinarán los productos: desde la producción de la variedad en bruto o HG hasta un producto con
mayor valor agregado que continúa con fases de descamado, extracción manual de espinas, fileteados en
distintos tamaños, etc. Estas últimas actividades generalmente se desarrollan por mano de obra femenina ya
que requieren de mucha paciencia y minuciosidad.
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La productividad de las plantas ha evolucionado favorablemente en diversas áreas: en su capacidad y calidad,
mantenimiento de la calidad de materias primas y productos finales, higiene en la manipulación y evolución
hacia la elaboración de productos con mayor valor agregado.
Algunas de las plantas que actualmente procesan salmón y trucha partieron siendo “merluceras” y luego, con
las exigencias del mercado, se adaptaron a las necesidades de la salmonicultura, alcanzando un excelente
estándar. Por su parte, aquellas plantas que originalmente fueron concebidas para la industria del salmón
poseen un diseño y tecnologías de última generación comparables a las mejores plantas del mundo. Las
primeras plantas de proceso eran pequeñas, con poca capacidad de congelación —entre 200 y 500 kg/h—
en las cuales la preservación de la materia prima se hacía con escamas. Actualmente, las plantas manejan una
capacidad de congelación de 3,000 a 4,000 kg/h y la existencia de túneles semiautomáticos ya no es novedad.
Según los especialistas, una planta de primer nivel debe tener una cadena de frío asegurada, condiciones de
higiene de muy alto estándar, infraestructura de buen nivel y buen manejo de los residuos industriales sólidos y
líquidos.
Otro avance importante dice relación con las condiciones sanitarias en las que se manipulan las materias
primas. A este respecto, se han impulsado una serie de normas y programas orientados a capacitar a quienes
operan en las plantas en temas como la manipulación e higiene. Vinculado al tema sanitario surge el tema
medioambiental y manejo de desechos como otro gran desafío para estas industrias. La mayoría de las
plantas poseen el sistema mundial de control microbiológico HACCP y muchas poseen certificaciones de
calidad entregadas por instituciones como Intesal, Fundación Chile y Sernapesca.
En las plantas de proceso se aplican Programas de Aseguramiento de Calidad (HACCP, por su sigla en
inglés), para controlar e identificar todos los puntos críticos de seguridad e higiene. Estos aspectos aseguran
trazabilidad, antes de su distribución y comercialización, un punto muy importante que ahora está siendo
solicitada cada vez con mayores detalles por parte de los ‘retailers’ o compradores del salmón. La trazabilidad
o “rastreabilidad” es un requisito que, a pesar de no existir aún una normativa que lo exija, son muchos los
clientes que piden información completa del producto, lo que incluye información detallada del alimento, sobre
las materias primas utilizadas o garantizar que sean productos libres de Organismos Genéticamente Modificados.
Según la revista Tecnología y Seguridad Alimentaría trazabilidad, se define como la posibilidad de identificar el
ciclo de vida de un producto, incluyendo información respecto del productor, embalador, exportador y ‘retailer’,
hasta llegar al cliente final. Su objetivo es que, ante una emergencia sanitaria, se pueda identificar cuál es el
producto que presenta el problema y otros antecedentes, sin dañar el total del envío.
8. Comercialización y exportación
La comercializacion de salmon se realiza principalmente bajo las presentaciones filete fresco o congelado,
seco-salado, ahumado o en conservas. Los precios de comercialización dependen de la variedad del salmón
y el tipo de procesamiento. Así, el salmón del Atlántico se comercializa en promedio a mayor valor como
producto ahumado y fresco refrigerado. El salmón Coho, en cambio, alcanza mejores precios en conservas o
seco-salado. En todo caso, cerca del 90% del volumen global de salmón en el mundo, corresponde a productos
fresco-refrigerados o congelados, alcanzando en ambos casos la variedad del Atlántico precios promedio
superiores entre un 5% y un 20% al salmón plateado. Análogamente, el producto fresco-refrigerado puede
alcanzar, para una misma variedad de salmón, precios hasta un 60% superior que el producto entero congelado;
la variacion de precios por producto transformado se puede apreciar en la tabla 3.
47
Tabla 3. Precios promedios mundiales de salmón por línea de produccion
Fuente: IFOP
La distribución es propia de cada empresa, y además específica para cada mercado de destino, es decir, no
todas las empresas distribuyen sus productos de igual forma a los distintos países; a continuación se muestra
los esquemas de distribución del salmón chileno en los dos mercados más importantes:
Para el 2006, las exportaciones de salmon y trucha cerraron el año con un crecimiento de 28.2%, cifra que se
compara al 20%; esto se explica por el alza en los precios de esta especie (Figura 8), debido a la baja mundial
en la produccion salmonicula mundial y la alza en la demanda.
Japon y Estados Unidos siguieron constituyendo los principales mercados para el salmon chileno. Para ese
mismo año la UE siguo posicionandose como tercer destino de exportacion, dejando en cuarto a Latinoamerica.
Comercializacion
Japon y Estados Unidos, son los principales importadores de salmonidos chilenos, los cuales tienen lineas de
comercializacion distintas.
48
Estados Unidos
Los productos llegan principalmente por medio de traders, que son los importadores de salmones en el
mercado de destino, los cuales los venden a su vez a reprocesadotes o a “retailer”, como supermercados. En
el mercado norteamericano, se ha tratado de llegar a acuerdos de compra con los principales supermercados,
pero hasta ahora no hay ninguna salmonera que posea esta capacidad de distribución. En la comercialización
siempre se busca disminuir la cantidad de intermediarios entre productor y consumidor final, para así obtener
mayores márgenes; El caso de la comercialización de las salmoneras chilenas en el mercado norteamericano,
se resume en la Figura 9.
Japón
En el mercado Japonés la cadena es de menor tamaño, existiendo Joint Venture con supermercados; además
en este mercado, se ve la aparición de los mercados centrales, en donde el consumidor japonés se abastece
del salmón chileno. En la Figura 10 se ve la cadena de distribución de la mayoría de las empresas salmoneras
chilenas en el mercado japonés.
Hay que destacar que la mayoría de las empresas productoras y exportadoras de salmones chilenos, tienen
filiales en los distintos mercados, como por ejemplo Estados Unidos y Japón, además en algunos países de la
Unión Europea y Latinoamérica, en donde se realizan los pedidos y se lleva a cabo la comercialización. La
distribución se hace vía marítima o vía aérea, dependiendo del producto; para el caso del producto fresco se
transporta vía aérea.
Consumo
Lo limitado de la demanda interna por productos del mar, ha volcado la mayor parte del esfuerzo salmonicultor
chileno hacia las exportaciones. Es por el bajo consumo de salmón a nivel nacional que no se tienen estadísticas
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al respecto, sin embargo, también se vislumbran claras posibilidades en el mercado local, debido a la baja en
los precios internacionales, lo que ha llevado a tener una mayor entrada del salmón en los supermercados
nacionales, con precios accesibles para el consumidor. Del total producido, tan solo el 0.5% tiene como
destino el consumo nacional. Según cifras entregadas por la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, FAO, el consumo per-capita de pescados como el salmón en Chile es muy baja,
llegando a los 9 kg/persona/año, en comparación con países como Japón, en donde el consumo de pescado
es superior a los 70 kg/persona/año.
Japón
Se trata de un mercado de 110,000 a 149,000 toneladas de consumo de salmón al año, siendo las principales
especies consumidas; Trucha (35%), Salmón Coho (30%), Salmón Atlántico (15%) y Sockeye silvestre
(20%), fuertemente dominado por Chile en salmón Coho y Trucha.
Es un mercado maduro de poco o nulo crecimiento, por lo que pequeños cambios en la oferta provocan
grandes cambios en los precios. En Japón, el salmón Coho es consumido principalmente como filetes congelados,
entero y filetes cortados en mitades saladas, llamado Tei-ien. El Tei-ien consiste en salmón eviscerado y sin
cabeza, cortado en mitades, congelado, y luego estas mitades son descongeladas y saladas en salmuera,
limpiadas, cortadas en porciones en forma manual y envasadas.
Estados Unidos
Unión Europea
Este mercado demanda 600,000 a 630,000 toneladas, principalmente salmón del atlántico que representa el
90% y Trucha con un 9% del total. Domina el abastecimiento de este mercado Noruega con el 65%, seguido
por el Reino Unido con un 22% y finalmente Chile con un 7%. Este mercado requiere en su mayoría productos
con alto valor agregado y durante los años 2000 a 2003 presentó un crecimiento moderado con tasas anuales
del 5-10%; esperándose una baja en las tasas anuales que no superarán el 5% para los próximos 2 años.
Exportaciones
Durante el año 2006 de acuerdo con las cifras publicadas en el Informe Estadístico y de Mercado elaborado
por la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G., y correspondiente al mes de diciembre del 2006,
los retornos de las exportaciones de salmón y trucha alcanzaron a los US$ 2,206 millones FOB Chile, siendo
superior en un 28.2% al año anterior lo cual representa un record historico. El principal mercado de destino de
salmón y trucha en términos de retorno fue Estados Unidos (Figura 11), con US$ 792.2 millones FOB, lo que
50
significa una variación positiva del 30.8% respecto al año 2005. Del total exportado a Estados Unidos, el 55%
de los embarques fueron productos frescos y el 29% productos congelados de salmón Atlántico. La venta a
Estados Unidos se compone principalmente de filetes y porciones de salmón que en conjunto suman más del
90% del volumen total exportado a este país.
Millones de dolares FOB
Figura 11 . Valor historico de las exportaciones de salmón y trucha chilenos por destino
Fuente: Salmon Chile A.G
El segundo lugar lo ocupó Japón con ventas por US$ 704 millones FOB equivalentes al 39% del total de las
exportaciones, componiendose en un 92% de productos congelados, y el 8% restante son productos ahumados,
salados y conservas. Ha sido importante la exportación de salmón Atlántico al mercado japonés, el que se
había caracterizado por demandar casi exclusivamente salmón Coho. Durante el año 2006 las exportaciones
de salmón Atlántico representaron el 6.5% del total de los retornos. En comparación con el año anterior, esto
significó una disminucion de 2.5 puntos porcentuales.
El tercer lugar en retornos de exportaciones, durante el año 2006, fue el mercado de la Unión Europea, con
ventas por US$ 308,4 millones FOB; este mercado incluye a los nuevos países miembros de la comunidad, y
tiene una participación en las exportaciones chilenas del 13% del total.
En el caso de las ventas a Latinoamérica, este mercado ocupa el cuarto lugar de destino de las exportaciones
nacionales, mostrando una tendencia creciente. En el 2006 representó el 7% de los ingresos totales de salmón,
lo que significó retornos por US$ 308 millones, una variación positiva de un 23% respecto al 2003.
Una de las mayores contribuciones del gobierno se centra en el marco jurídico y legal, que proporciona reglas
claras que favorecen la competitividad de la salmonicultura, en parte debido a que la normativa existente sólo
regula los aspectos de interés público y no intervienen en las decisiones del sector privado. Actualmente, existe
una propuesta de Política Nacional de Acuicultura, cuyo objetivo es promover el máximo nivel posible de
crecimiento económico en el tiempo, en un marco de sustentabilidad ambiental y equidad en el acceso a la
51
actividad. Esta propuesta nace como una necesidad de establecer objetivos, estrategias, políticas y acciones
que permitan aprovechar las oportunidades y superar las debilidades que actualmente posee el sector.
El marco legal de la salmonicultura se encuentra en la Ley General de Pesca y Acuicultura (LGPA), vigente
desde septiembre de 1991, ésta señala que cualquier actividad de cultivo (otorgamiento de concesiones y
operaciones) o importación de recursos hidrobiológicos debe ser autorizada por la entidad correspondiente.
Además, señala la creación del Fondo de Investigación Pesquera, destinado a financiar los proyectos tanto
pesqueros como acuícolas.
- Ley de Bases del Medio Ambiente (LBMA) y el Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental
(SEIA): establece que todos los proyectos de acuicultura deben someterse a evaluaciones ambientales
multisectoriales antes de su ejecución.
- Reglamento Ambiental para las Actividades de Acuicultura (RAMA): establece los requerimientos para el
desarrollo sustentable de la actividad, fijando estándares ambientales para el funcionamiento de los centros de
cultivo (distancia entre centros, medidas de prevención y mitigación de efectos ambientales negativos y la
elaboración de informes ambientales en cada centro).
- Reglamento Sanitario para la Acuicultura (RESA): establece acciones, obligaciones y prohibiciones que
permitan resguardar el patrimonio sanitario del país, clasificando las patologías y estableciendo programas
sanitarios específicos de vigilancia, control y erradicación. Los criterios técnicos están basados en las
recomendaciones de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE).
- La actual normativa ha hecho de la acuicultura una de las actividades económicas más reguladas del país en
lo que se refiere al acceso. Esto indica una preocupación por lograr desarrollar un marco regulatorio que
abarque cada uno de los aspectos relacionados con esta actividad productiva. Sin embargo, actualmente se
trabaja por dar solución a la lentitud en el proceso de tramitación de concesiones, las cuales se han visto
resueltas en un 62,12% hasta el 24 de julio de 2002, de las cuales sólo un 29,18% concluyeron en forma
positiva.
Los principales motivos de la lentitud del proceso, radican en el excesivo número de instituciones que intervienen
en la concesión de centros de cultivo y el alto grado de centralización, a esto se suma los errores del actual
sistema cartográfico que define las Areas Autorizadas para el ejercicio de la Acuicultura (A.A.A.)
52
Figura 12. Desarrollo histórico del proceso de aplicación de reglamentos
en la salmonicultura en Chile
Los impactos positivos que genera la industria de salmón en el ámbito social y económico en las regiones X y
XI, son principalmente la creación de 35,000 empleos para la zona, 28,368 son directos y 7,631 indirectos.
Por otra parte se han manifestado ciertos impactos que algunas organizaciones no gubernamentales han calificado
como negativas, dentro de los cuales se encuentran la disminución del turismo y la inversión en esta área, por
culpa de la contaminación de las aguas; otro impacto negativo es sobre la pesca artesanal, en donde se
muestra una disminución en los desembarques artesanales debido a un cambio estructural en el comportamiento
ocupacional de la población de la zona; y el trastorno de la cultura chilota, que pasó de ser una cultura
dedicada a la tierra y pesca artesanal, a una cultura acuícola a gran escala.
Un cambio que generará gran impacto en la sociedad, es la búsqueda de nuevas fuentes de proteínas, ya que
se prevé que el aceite de pescado será el gran limitante para el desarrollo de la salmonicultura, por lo que se
buscan fuentes alternativas. Las regiones que rodean a la industria del salmón ven un potencial desarrollo de la
agricultura, ya que se espera poder obtener de algunos cultivos vegetales como la arveja y el lupino la futura
proteína para la alimentación de los salmones, además de nuevas fuentes de aceites, que provengan precisamente
de vegetales como canola y lino.
Durante el año 2004 se realizó un estudio sobre la “Percepción de la Industria Salmonera en la Región Sur
Austral”, a cargo de la Universidad de Los Lagos, cuyo objetivo fue conocer la percepción de la población de
la región sur austral sobre esta industria y su impacto en el desarrollo, empleo y el medioambiente de las
comunas. Los resultados sobre un universo de 1.856 personas sobre los 18 años, residentes en las comunas
de Puerto Montt, Castro, Dalcahue, Quinchao, Chonchi, Quellón, Coyhaique, Aysén y Cisnes, arrojaron que
los habitantes de las comunas en las cuales está inserta la actividad salmonicultora valoran el aporte realizado
por este sector y reconocen la importancia que posee el cultivo de salmón y trucha. Dentro de los resultados,
se mostró que un 81.5% de los entrevistados tiene una opinión positiva sobre la industria del salmón, trabaje
o no en el sector. Asimismo, los más jóvenes tuvieron una opinión positiva que llegó a un 86%, y sólo un 5.2%
del total de los entrevistados expresó una opinión negativa de la industria del salmón. En el estudio, quedó de
53
manifiesto que la población lo que más valora es la capacidad de generar empleo. La población también
resaltó la colaboración por parte de la industria con el desarrollo económico, el rol activo en la comuna, el
pagar bien a los trabajadores y el preocuparse por el medioambiente.
También se mostró en este estudio que tres cuartas partes de la población de la X y XI Regiones consumen
salmón como parte de su dieta familiar, cifra que aumenta al 82% en Coyhaique. La industria del salmón a
pesar de las opiniones de algunas ONG’s, ha traído gran desarrollo a la zona, como lo son: carreteras,
escuelas, universidades, hoteles, gastronomía y edificios de oficinas, hay que destacar que Puerto Montt, no es
solo la capital del salmón en Chile, sino que es la ciudad más importante en la producción de salmones a nivel
mundial.
La acuicultura en Chile, se ha transformando en una importante industria en rápida expansión. Este país ya
sería el primer productor y exportador de salmónidos y sus expectativas para 2010 son triplicar la producción
actual y consolidarse como el líder en abastecer de salmón al mercado internacional. Para este año, se prevé
que las exportaciones lleguen a los US$1,200 millones, y para fines de década se espera que alcancen los US
$3,000 millones. Sin embargo, este crecimiento no ha ido a la par con la necesidad de aumentar los estándares
ambientales, sanitarios y laborales, y generar conocimiento científico que sustente a este sector. Así por ejemplo,
“los salmones por ser especies carnívoras dejan en el ambiente una ‘huella ecológica muy grande’, con un alto
impacto que no se compensa con los retornos”.
Además la expansión ha sido tan grande que la zona donde tradicionalmente se ha desarrollado esta industria,
Región de Los Lagos, esta copada y ya no hay espacios para otorgar nuevas concesiones.
- La investigación realizada en los últimos años ha tenido un efecto positivo ya que se han visto
cambios en la forma de aproximación al problema ambiental por parte de la salmonicultura. Esto no
significa que estemos en lo óptimo en relación a cómo debería enfrentarse este problema, pero sí se ha
mirado de manera mejor. Por otro lado, los hechos que han acontecido en el último tiempo, han sido
de alguna manera duros, pero al mismo tiempo han significado un llamado de atención de que las
cosas se tienen que hacer de manera distinta y eso ha comenzado a tener algunas consecuencias
positivas en relación a cómo está operando la salmonicultura chilena.
- Chile es el segundo productor mundial de salmón y estamos muy lejos de ser el segundo
productor de ciencia en salmonicultura. Tenemos un bajo nivel de investigación en relación con una
empresa que es tan grande. Creo que cada vez más, los empresarios se iran dando cuenta que si no
van a la par con la investigación necesaria, van a tener más pérdidas de dinero, ya que van a ver más
situaciones no resueltas.
- Chile suscribió un convenio internacional que debe cuidar. Pero más aún, normalmente a lo
que menos se presta atención y que por lo general se produce cuando tenemos una masiva cantidad
de balsas jaulas, es la producción de nitrógeno que queda en la profundidad, ese aumento de nitrógeno
puede causar floraciones marinas especialmente con dinoflagelados que algunos de ellos pueden ser
causantes de marea roja. No estoy diciendo que tenga una relación directa, pero sí hay un aumento del
riesgo de creación de marea roja y de alguna floración de microalgas cuando tenemos incremento de
54
la salmonicultura. Sin embargo, la salmonicultura no es la única que produce este fenómeno, normalmente
también los procesos de deforestación y la existencia de la agricultura, que no es el caso de Coyhaique.
- Creemos que ningún país ha alcanzado estándares altos con el cultivo del salmón. Hay un
clima general en Estados Unidos, Canadá y Europa. En todos los países hay adversarios fuertes
actuando en contra de la salmonicultura, así que este no es un problema sólo de Chile, sino que es a
nivel mundial. Ello también nos indica que no hay, al menos en términos ambientales, tantas diferencias
aquí como están operando en otros países, salvo lo que respecta al uso de medicamentos o de algunos
componentes que están prohibidos, como el Verde de Malaquita y los antifouling.
- Desde el punto de vista de país, no creo que la industria del salmón va a ser sustentable,
completamente. Esto es por una razón muy simple: estamos cultivando especies carnívoras, y estas
especies las tenemos que alimentar con otras especies carnívoras, y esos peces carnívoros también
requieren alimentarse y dependen todos de la cadena trófica.
Una necesidad que esta surgiendo con la búsqueda de nuevos mercados y aumento de demanda, es darle una
“Imagen País” al salmón chileno, es decir, darle una denominación o especificación de origen, con lo que se
genera un desarrollo de la imagen de calidad a nivel mundial de Chile. La imagen-país debe ser reforzada con
una imagen producto, para lo cual se deben invertir montos muy superiores a los que se invirtieron en años
anteriores, y buscar consenso y apoyo por parte de todos los actores.
Un tema muy importante que esta naciendo por parte de algunos grupos ambientalistas y políticos, es el del
royalty a la salmonicultura, que para muchos inversionistas es una amenaza. Lo que buscaría este royalty,
según sus defensores, es “cobrar la renta económica del recurso agua”, con lo que aseguran, este cobro,
“induce a que la industria salmonera camine hacia la sustentabilidad ya que, al sincerar los costos productivos,
sólo las inversiones realmente eficientes, podrán desarrollar la actividad, evitando de esta manera la
sobreexplotación del recurso”.
55
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CEPAL, Santiago
57
Capitulo 4.
Resumen
La Pesquería de la anchoveta dentro del sistema de afloramiento peruano ha sido la pesquería más
grande en el mundo, ascendiendo rápidamente sus capturas durante la década de los años sesenta
hasta obtener el pico de captura a fines de los ’70 al descargar mas de 12 millones de toneladas
preferentemente a través de los puertos de Chimbote y Callao como las principales zonas de descarga
y constituyendo el valor más alto en toda su historia. Luego de un periodo de bajos niveles de captura
asociado por un sobre-dimensionamiento de la flota dedicada a su captura asociado con variables
climáticas, apreciamos que presenta un proceso de recuperación en los últimos 15 años constituyéndose
nuevamente en la principal especie comercial del Perú y por ende objeto de estudios y monitoreos
constantes por parte de diferentes Instituciones.
La presente sinopsis constituye una entrega resumida de los conocimientos que sobre su biología,
oceanografía, captura, procesamiento, y comercialización se tiene sobre este recurso realizado por
importantes investigadores a lo largo de casi 50 años.
1. Introducción
El Perú esta situado en la región sur del Pacifico Oriental en una zona muy importante de afloramiento costero
que lo colocan en un nivel superior a cualquier otro país pesquero en el mundo. Esto se traduce en un sistema
ecológico dueño de una cadena trófica que soporta importantes poblaciones de peces como la anchoveta, en
primer lugar.
Desde hace varias décadas, la anchoveta peruana (Engraulis ringens) constituye la principal especie marina
pelágica en que se cimenta la pesquería industrial peruana. De esta manera, la industria pesquera ha contribuido
de manera decisiva y con roles protagónicos al desarrollo económico del país, constituyendo la especie más
representativa de este sector.
Estudios de diferente naturaleza sobre su biología, pesquería, dinámica poblacional y comportamiento con
relación a las condiciones del ecosistema marino, han sido efectuados por diversas instituciones, siendo los
más importantes los realizados por el Instituto del Mar del Perú; sin embargo, a pesar de la gran cantidad de
material publicado sobre la especie, esta sinopsis no cubre muchos de ellos.
El Perú continúa siendo el país con la mayor pesca en el mundo sustentada en un sólo recurso, la anchoveta,
con alrededor de 8 millones de TM de captura anual. Igualmente se demuestra que es una especie con un ciclo
de renovación rápida, razón por la cual después de acontecimientos oceanográficos tan severos como el
registrado en 1997 y 1998, la pesca se recupera en un periodo de tiempo corto sin afectar la biomasa critica
del recurso. Es de resaltar que las capturas han sido y son, principalmente, destinadas al procesamiento de
harina y aceite de pescado en tan grandes cantidades que domina a nivel mundial el precio del mercado.
59
Desde que se tienen evidencias históricas, se sabe que asociada a la anchoveta se nos presenta el evento de El
Niño, que aparece irregularmente cada 5 o 10 años frente a la costa peruana y que ha determinado cambios
significativos en el comportamiento y biomasa de este recurso a lo largo de los últimos 35 años y lo que ha
motivado numerosos estudios por parte de investigadores tanto nacionales como extranjeros.
En este volumen, se incluye una variada información sobre la pesquería del recurso, y se presenta una sinopsis
que persigue resumir los conocimientos más importantes sobre la especie, realizados por sus principales
investigadores.
La Anchoveta peruana (Engraulis ringens Jenyns) pertenece a la familia Engraulidae (Pisces Cupleomorpha,
Cupleoidei) que vive a lo largo de la costa oriental del Océano Pacífico entre los 04° 30’ en Perú hasta los 42°
30’ en Chile (FAO, 1981; Jordán, 1971). Presenta su cuerpo un color azul verdoso oscuro y brillante con
reflejos metálicos, vientre más claro; cuerpo no comprimido, más bien algo subcilíndrico y grueso (Chirichigno,
1974).
Existen dos stocks de la especie claramente identificadas, uno que se distribuye en la zona norte y centro de
la costa peruana caracterizada por la más alta concentración y relacionada con el área de mayor afloramiento
en el norte del Perú, y el otro stock que se distribuye en la zona sur del Perú y en la zona norte de Chile,
caracterizado por concentraciones menores de la especieñ sin llegar a conclusiones todavía, si se trata de
distintos sub-grupos o poblaciones hasta realizar estudios mas detallados de estas poblaciones sobretodo del
stock sur que comparten Perú y Chile (Figura 1).
60
Pocos trabajos se han hecho con relación al crecimiento de la anchoveta en su estado larval y juvenil; sin
embargo, uno de los últimos, basado en datos de frecuencias de longitud, establecen que la anchoveta alcanza
una longitud de 1.5 cm al final de su primer mes de vida y continúa el crecimiento a una tasa de 1.4 cm por mes
(Palomares et al., 1987), como se muestra en la Tabla 1.
Los parámetros de crecimiento de anchoveta sub-adulta y adulta se han reportado por varios autores utilizando
diferentes métodos, desde el uso de estructuras duras óseas (otolitos) y análisis de frecuencias de longitud
usando el análisis de progresión modal, oscilando la longitud infinita para la longitud total entre 15 y 20.6 cm y
el coeficiente de crecimiento entre 0.73 y 2.04 año-1, tal como se muestra en la Tabla 2.
El factor de condición (f.c.) definido como un término proporcional de la relación longitud-peso de la anchoveta
se define por la fórmula:
W= (f.c. /100) L3
Donde el peso (W) se expresa en g de peso vivo y L la longitud total en cm y el exponente 3 corresponde un
crecimiento isométrico. La Figura 2 muestra los cambios estacionales del factor de condición (Palomares et
al., 1987). Los menores valores del f.c. en los meses de verano y otoño, mientras que los mayores valores se
alcanzan a fines de primavera. Se debe señalar también que existe una clara relación inversa entre el factor de
condición y la temperatura superficial del mar. De acuerdo a la dinámica del contenido graso se hace bastante
más complejo cerca al ecuador, sugiriendo que esta variable biótica alcanza dos picos en un año, justo antes
de agosto-octubre y en la estación de desove de enero-febrero.
61
Figura 2. Cambios estacionales de algunas características relacionadas con el crecimiento de la
anchoveta peruana. A) cambios en la tasa de crecimiento de la longitud;
B) Cambios en el factor de condición; C) Cambios en la temperatura superficial del mar.
Fuente: Palomares et al., 1987
Rojas de Mendiola (1989), resume los hábitos alimenticios de la anchoveta durante casi 20 años de estudios,
concluyendo que el alimento y los hábitos alimenticios de la anchoveta cambian con la longitud en relación con
los cambios fisiológicos. Las larvas ingieren diatomeas que no forman cadenas y dinoflagelados tales como
Gymnodinium splendens. Las anchovetas postlarvales se alimentan de zooplancton y prefieren huevos de
copépodos y nauplii. Los juveniles son zooplanctívoros, mientras que los adultos, al menos en la zona central
y norte del Perú son fitoplanctívoros.
Según Alamo (1989), se encuentra una fuerte asociación de varias taxa en los estómagos de anchoveta con
diferentes rangos de la temperatura del agua a través de una evaluación visual rápida, donde las diatomeas
están asociadas con las bajas temperaturas entre las cuales tenemos a los géneros Asterionella, Chaetoceros,
Coscinodiscus, Rhizosolenia, Thalassionema y Thalassiosira. En cambio, los dinoflagelados tienden a
estar asociados con temperaturas altas y frecuentemente involucra al género Ceratium y Peridinium. Otros
grupos, particularmente zooplancton tales como Calanus, Eucalanus, Oncea, Centrophages y Eufáusidos
son comunes a varios regímenes de temperatura, mientras que los huevos de anchoveta se presentan
principalmente durante las estaciones de desove en las áreas de desove. En la Figura 3 se muestran algunas
características anatómicas de la anchoveta relacionado con su aparto digestivo extraído de Pauly et al., 1987.
62
Figura 3. Características anatómicas de la anchoveta relacionada con su alimento y hábitos
Alimenticios. A) Boca de la anchoveta; B) La misma, abierta; C) Dientes de apariencia
vellosa a) maxila superior, b) maxila inferior; D) Branquiespinas; E) Estómago; F)Intestino;
G) Espécimen larval: a) cabeza, b) conducto alimentario, c) tubo neumático,
d) parte caudal vejiga natatoria, e) estómago.
Fuente: Pauly et al., 1989
Cambios en las condiciones medioambientales, como son los eventos de El Niño, alteran los patrones de
distribución de los dos stocks de anchoveta. De esta manera la reducción posible del fitoplancton en el norte
del Perú llevan a la casi total desaparición de la anchoveta en esta área, y los pocos encontrados tienen los
estómagos vacíos o han ingerido eufáusidos. En el sur del Perú se encontró anchoveta con intestinos largos, un
número grande de branquiespinas y sus estómagos llenos de fitoplancton, sugiriendo que la migración norte-
sur se ha iniciado, notándose también un incremento notable de canibalismo (larvas) en comparación con otros
periodos.
Los registros acústicos muestran que la distribución de la anchoveta es muy amplia, desde las 02 millas hasta
las 120 millas de la costa principalmente frente a Chimbote, Salaverry, Chicama y Pimentel y en menor densidad
entre Huarmey y Pisco (Imarpe, 1995).
La anchoveta peruana desova a lo largo de todo el mar frente a la costa peruana, siendo mas importantes por
magnitud y frecuencia, los desoves en el área comprendida entre los 6 S y 14 S (Santander y Flores, 1983),
donde se registra el llamado stock norte-centro, presentándose un ciclo de desove continuo entre julio y
marzo, con su mayor intensidad en el período de invierno (Santander, 1981). La anchoveta desova entre
agosto y marzo con picos en septiembre y enero, como lo muestra la distribución de estados de madurez por
meses para un numero de años (Jordan y Vildoso, 1965; Vildoso y Alegre, 1965).
Las áreas de desove pueden moverse longitudinal y latitudinalmente en los diferentes años dadas las condiciones
oceanográficas, es el caso que en 1985 donde la distribución de los huevos señala que el desove se extendió
hasta las 133 mn de la costa y a lo largo del área norte y centro del litoral peruano con valores promedio
menores a 1000 huevos por m2; mientras que en 1994 la distribución abarcó hasta las 77 mn de la costa,
presentando los mayores focos de concentración entre Chimbote y Pimentel con valores mayores de 4000
63
huevos por m2. En general las áreas con altas concentraciones de huevos se presentan principalmente dentro
de las 30 millas de la costa (Imarpe, 1995).
Según la evaluación de la biomasa desovante de anchoveta, realizado en el año 2001, los niveles de abundancia
para los huevos de este recurso fluctuaron entre 3 y 39 huevos por cada 10 m3 con promedio máximo de
2.281 huevos/10m3 por estación. Las mayores concentraciones se localizaron frente a Chicama con 39.9
huevos/10 m3 a 25 millas de la costa) tal como se aprecia en la Figura 4 (Imarpe, 2001).
En los cruceros de evaluación para conocer la distribución tanto de huevos como de larvas, se debe destacar
la coincidencia entre los núcleos de alta concentración de adultos con la de huevos, que fue mayormente
costera (Ayón, 2001).
El patrón de distribución de los huevos estuvo relacionado con las condiciones oceanográficas, pues en los
lugares en donde las temperaturas fueron mayores a 17º C los niveles de abundancia de huevos fueron muy
bajas, haciendo notar que en zonas como Pisco, con temperaturas menores a 15º C los flujos verticales de los
afloramientos dispersan la distribución de huevos haciendo el lugar inestable y poco propicio para el desove.
Este es un comportamiento que puede variar de año a año, apreciándose en invierno concentraciones alejadas
de la costa y con franjas donde no se encuentran huevos de anchoveta. Se puede concluir que la anchoveta del
stock norte-centro desova en invierno principalmente dentro de las 30 mn de la costa, a excepción de Punta
Falsa y Chancay donde se pueden alejar de la costa hasta la 70 mn.
La comunidad fitoplanctónica se caracteriza por encontrarse en etapas iniciales de la sucesión, con predominio
del microplancton, mostrando una estrecha relación de su distribución con las áreas de distribución y desove
de la anchoveta. Verticalmente los cardúmenes de anchoveta se distribuyen principalmente en invierno hasta
los 15 m de profundidad y los estudios de fitoplancton muestran núcleos importantes fuera de las 30 mn dentro
de los 10 m de profundidad. En otra estación como el verano se nota un cambio en la preferencia dietaria de
organismos fitoplanctónicos como el nanoplancton.
64
gramo de peso corporal. La frecuencia de desove en el invierno primavera del 2000 fue estimada en 0.93.
Tabla 3 nos muestra los valores de frecuencia de desove de la anchoveta estimados en los periodos de máxima
actividad reproductiva en diferente años.
Frecuencia de
Año Referencias
desove
1981 0,160 Santander et al. (1984)
1990 0,060 Guzmán et al . (1995)
1994 0,050 Guzmán et al . (1995)
1995 0,076 Buitrón y Perea (1996)
1996 0,120 Ayón y Buitrón (1997)
2000 0,093 Buitrón y Perea (2001)
3. Estadística de la Producción
La Figura 5 muestra la evolución en el desembarque de anchoveta en los últimos diecisiete años mostrando un
comportamiento cíclico, pero con un marcado descenso en 1998 producto de la severidad sobre el mar
peruano del evento El Niño de los años 1997-98 con fuerte significancia en la captura de este recurso, pero
con una recuperación importante en los años 2004 y 2005.
Según datos de la Sociedad Nacional de Pesquería (2002), en la costa peruana, la actividad pesquera durante
el año 2002 presentó un ligero incremento respecto al año anterior, el desembarque aumentó en 9.1 % y la
producción hizo lo propio en 0.7%. El total de recursos desembarcados en los puertos del litoral fue de 8 727
081 TM y la composición porcentual del desembarque por especies fue: 92,5% de anchoveta; 1,7% de jurel;
1,5% de pota; 0,5% de merluza; 0,3% de perico; 0,2% de caballa ; y 3,2% de otros recursos, tal como se
muestra en la Figura 6. Del total desembarcado se destinaron 8 128 454 TM a la elaboración de harina y
aceite de pescado como consecuencia de la mayor disponibilidad de ancho
veta, principal recurso para esta industria.
Los volúmenes de desembarque de la anchoveta peruana para harina y aceite de pescado por meses y
puertos principales para el año 2006 se muestran en la Tabla 4.
65
Figura 5. Evolución del desembarque de la anchoveta peruana (1989-2006)
Fuente: Ministerio de la Producción. Anuarios Estadísticos Pesqueros
e Informes Estadísticos de IMARPE.
66
Tabla 4 . Desembarque de anchoveta para harina y aceite (TMB), por meses,
total y según principales puertos: 2006
Fuente: Empresas Pesqueras
Elaboración: PRODUCE. Oficina General de Tecnología de la Información y Estadísticas
Según cifras preliminares, la actividad pesquera entre enero y marzo del año 2006 (enero-marzo) mostró un
decremento anotando que en enero, febrero, marzo, julio, agosto y setiembre rige un periodo de veda
reproductiva en la zona Norte y Centro del Perú.
Teniendo como referencia el año 2004, del pescado desembarcado en el primer trimestre, la anchoveta
representó el 75,1%, siguiéndole en importancia el jurel con 10,6%, la pota con 3,3%, la caballa con 2,9% y
el perico con 1,7%. Del total desembarcado se destinaron a la industria harinera 641,738 TM incrementándose
en 405% respecto a igual período el año pasado. Este ascenso se debe a la pesca realizada al sur de nuestro
litoral dentro de las 5 millas, a través de las llamadas ventanas de penetración; en la zona norte-centro se
mantuvo la veda reproductiva desde el 16 de enero del presente año.
El volumen de producción pesquera durante este primer trimestre fue de 211,939 TM y la producción de
harina alcanzó las 142,910 TM, mostrando un ostensible ascenso de 371,7% respecto a igual período el año
pasado. La producción preliminar por tipos de harina fue la siguiente: 84,950 TM de FAQ standard; 49,074
de TM de prime y 8,925 TM de super prime. El volumen producido de aceite de pescado fue de 17,011 TM,
462,9% superior al registrado en el mismo periodo del año pasado.
Las exportaciones pesqueras se contrajeron en 10,9% en comparación de igual periodo del 2003 y alcanzaron
un valor FOB de US$ 237’477,09. El valor FOB de las exportaciones de harina de pescado fue de US$
67
152’961,91; 24 % menos respecto al primer trimestre del año anterior. Los principales destinos para la harina
fueron: China, 22,33%; Japón, 18,13%; Canadá, 8,13%, siguiéndoles Irán, Taiwán, Alemania y Chile. Las
exportaciones de aceite de pescado crudo y semirrefinado alcanzó un valor FOB de US$ 23’733,50, siendo
los destinos mas importantes, Chile, Japón, Canadá y Australia.
La participación por producto exportado fue la siguiente: 64,4% de harina de pescado; 18,8% congelado y
fresco-refrigerado; 10 % aceite y 6% conservas.
4. Análisis Poblacional
Los estudios sobre la biología pesquera y particularmente con respecto la dinámica poblacional de la ancho-
veta peruana ha sido realizada por varios autores. Estos estudios se iniciaron desde los años 1960 por el
Instituto del Mar del Perú y los resultados de estas investigaciones han sido dados a conocer en diferentes
publicaciones. En este sentido se contó con la participación de expertos FAO para analizar los datos disponibles,
entre los cuales debemos destacar a los Biólogos L. Boerema, M. Schaefer, G. Saetersdal, H. Einarsson y A.
Gulland.
Boerema et al., 1967 realizaron una primera apreciación de la evaluación del recurso anchoveta y de los
efectos de la pesca sobre su stock. El análisis se basa en una serie de datos relativamente grandes, tanto
biológicos como estadísticos para evaluar la magnitud del recurso. En la estimación del esfuerzo total de pesca
intervienen una serie de variables siendo el principal el indicado por la capacidad de las embarcaciones expresado
en Tonelaje Bruto Registrado (GRT) total por mes, tomando en cuenta el efecto del aumento en el tamaño de
los barcos y la eficiencia en las operaciones de pesca. Se demuestra que el esfuerzo total de pesca sobre la
anchoveta aumentó más de 2.5 veces de 1961 a 1964 (Tabla 5).
De este mismo estudio se concluye que, mientras la pesca en números se ha incrementado con el aumento del
esfuerzo, la pesca total en peso por unidad de reclutamiento se ha mantenido alrededor del mismo valor desde
la clase reclutada en 1962. De acuerdo a estos resultados todavía no se dispone de datos suficientes para
determinar la curva teórica de producción con precisión. Sin embargo la información acerca de las características
de crecimiento de la anchoveta (un alto K de cerca de 1.7 y un L∞ de 15 cm) acerca del relativamente gran
tamaño de reclutamiento comparado con la longitud teórica máxima (promedio del tamaño al tiempo de
reclutamiento de por lo menos 10 cm y probablemente más, o una razón a la longitud teórica máxima de 2/3
o más), y acerca de la mortalidad, indican una curva teórica del rendimiento del stock compatible con los
resultados del análisis de los datos de pesca.
Estimado del
Factor de
Año Esfuerzo Total
eficiencia
(x 1000)
1959 0 115
1960 1.025 235.9
1961 1.04 370.1
1962 1.11 512
1963 1.13 766.4
1964 1.16 1002.4
68
El modelo lineal de Schaefer (1967), considerado como un caso especial del modelo general analítico de
Beverton y Holt, estima las relaciones entre el rendimiento por recluta y el esfuerzo de pesca y también
determina las probables formas de la relación entre el rendimiento total y el esfuerzo de pesca. De esta manera
el cálculo del rendimiento por recluta usando los estimados de los parámetros de crecimiento, mortalidad por
pesca y natural, y la magnitud del reclutamiento ha sido desarrollado por Gulland (1964).
De acuerdo a Gulland (1968), el reclutamiento ocurre en dos etapas, un reclutamiento parcial a un tamaño
bien pequeño (8-10 cm) al comienzo del año, pero el reclutamiento completo, así como las capturas mayores
provenientes de una clase anual, ocurre hacia el fin del año, alrededor de octubre, este suceso se ilustra en la
Figura 7. En base a los números cogidos por unidad de esfuerzo para cada grupo de longitud de la anchoveta
se aprecia una clara progresión por tamaños, es decir que comienza con los peces pequeños que aparecen
primero en diciembre y que aumentan en abundancia hasta alcanzar su máximo en febrero. El tamaño al cual
este máximo ocurre aumenta entonces constantemente durante el año para alcanzar su máximo en octubre-
diciembre, cuando la siguiente clase anual comienza a ser reclutada.
La Figura 8 que muestra la captura promedio por unidad de esfuerzo mensual para cada grupo de longitud,
demuestra que la captura por unidad de esfuerzo sufre variaciones, así los dos tamaños mas pequeños tienen
una cúspide en la época principal de reclutamiento (enero a marzo) y son raros o están ausentes durante el
resto del año. El tamaño siguiente (11-12 cm) tienen una cúspide tres meses después, pero mientras se pudiera
esperar que las capturas del tamaño (13-14 cm) aumenten de mayo en adelante, conforme las capturas de los
peces menores disminuya, en realidad la cúspide de las capturas no ocurre hasta noviembre. Esto se debe a la
69
conducta de los peces durante el invierno (junio a septiembre) que incluye la principal estación de desove,
comportamiento que hace a los peces menos disponibles para la captura.
Saetersdal et al. (1964) han indicado que el crecimiento de la anchoveta puede ser descrito por una curva de
von Bertalanffy con L = 15 cm, K = 1.7. Estudios posteriores del Instituto del Mar indican que la curva de
Gompertz tal vez se ajustaría mejor a los datos observados. Los tamaños a 50% del reclutamiento y al
reclutamiento completo son, respectivamente, alrededor de 8 y 13 cm.
De acuerdo a los estimados de Gulland (1968) la mortalidad total (Z) y su división entre la mortalidad causada
por pesca (F) y la mortalidad por otras causas como natural (M) son menos seguros y esta alcanza valores
altos, dado que en febrero, cuando la clase anual entrante está parcialmente reclutada, estos reclutas son
mucho mas abundantes en las capturas que los supervivientes de la clase anual anterior. Schaefer (1967)
concluyó que los valores de mortalidad total de 2.0 (F = 1.0, M = 1.0) se ajustan muy bien a los datos,
mientras que un valor de Z = 2.5 (F = 1.5; M = 1.0) o viceversa implica una menor cantidad de peces viejos
que los que fueron observados. Este valor de 2.0 para el coeficiente anual de mortalidad es el mismo que el
encontrado por Burd (citado por Schaefer) a base de muestras de otolitos en Chimbote para 1964/65 y un
poco mayor que el valor de 1.75 encontrado en el Callao.
70
Se estimaron las tasas de explotación (E) para cada clase anual para la anchoveta en base a las tasas de
mortalidad y a datos para varias clases anuales tanto de reclutamiento como de números cogidos y del esfuerzo
pesquero, dando los siguientes estimados:
En cualquier pesquería el conocimiento de la relación entre el stock y el reclutamiento resulta básico para una
evaluación precisa de los efectos en el stock y en las capturas de los cambios en el esfuerzo total de pesca. En
este sentido, Gulland (1968), de acuerdo al ploteo de las medias de los indices de reclutamiento y estimaciones
del stock adulto (en términos de cpue) para Callao y Chimbote entre los años 1961 y 1967 (Figura 9). De ella
se concluye que no se pueden desechar las hipótesis que relaciona ambos parámetros, es decir por una parte
que el reclutamiento es independiente del stock a lo largo del rango de tamaños del stock y la otra que el
reclutamiento promedio varía de acuerdo al stock adulto en forma tal que el resultado es una relación lineal
entre la cpue y el esfuerzo (modelo de Schaefer).
Figura 9. Relación entre el stock adulto y el subsecuente reclutamiento (años) y las relaciones
teóricas de stock/reclutamiento para la anchoveta. Fuente: Gulland, 1968.
Csirke et al.(1996), realizaron una evaluación de la población de anchoveta por año biológico (octubre-
setiembre) desde 1961 a 1993 usando el método de análisis de cohortes propuesto por Pope (1972), permitiendo
reconstruir la vida de la población conociendo parámetros vitales como la mortalidad natural (M), el peso
promedio por grupo de edad y del coeficiente de mortalidad por pesca (F) terminal para la última cohorte en
cada año y para cada cohorte en el último año. Para estos análisis se han usado los datos de longitud-captura
para los años 1961-1986 de Tsukayama y Palomares (1987) y Pauly y Palomares (1989) actualizados a
1993 con los datos de longitud y captura disponibles en Imarpe.
71
De esta manera se ha usado un valor de mortalidad natural semestral M=0.5 (M=1.0 anual) para los años
biológicos (octubre/setiembre) de 1961 a 1972 y de 1975 a 1982; sin embargo para la fase final y después de
fenómenos de “El Niño” de fuerte intensidad, como en los años 1972 (octubre) a 1975 (setiembre) y de 1982
(octubre) a 1996, se ha reducido la mortalidad natural en un 20% (a un valor anual de M=0.8). Estos estimados
del análisis de cohortes se muestran en la Figura 10 .
Un aspecto interesante de los estimados más recientes, actualizados a 1993 es que desde el año 1981/82 hay
una clara tendencia ascendente en los estimados de la población de anchoveta. Esta observación contribuye a
reafirmar la hipótesis de una recuperación de la población de anchoveta que de consolidarse la llevaría a
alcanzar los niveles que tuvo en los años 1960.
En base a los nuevos estimados poblacionales por análisis de cohortes y agrupando los datos por años se
aprecia que entre 1961 y 1972 la población se mantuvo en sus niveles máximos con una “capacidad de carga”
o nivel de referencia de la población total media máxima o Biomasa total media al estado virgen (B∞), equivalente
a 17.1 millones de toneladas. Aparentemente a raíz del fenómeno de “El Niño” de 1973.73 y otros cambios
ambientales menos perceptibles y las condiciones de sobre-pesca se produce el colapso de la población entre
1971-73, situación que redujo a la población a un nuevo “nivel de equilibrio” con un nivel de referencia de
biomasa máxima o biomasa al estado virgen (B∞) estimado en sólo 9.2 millones de toneladas. Esta población
se mantiene en equilibrio hasta 1975 en que se somete nuevamente el recurso a una pesca excesiva colapsando
la población hacia un B∞ de 3.3 millones de toneladas. A partir de 1984 la población da signos de recuperación
volviendo al nivel anterior su biomasa virgen de 9.2 millones de toneladas y que se ha mantenido hasta 1994.
Según estas referencias la anchoveta, se encontraría pasando por buenos estimados de biomasa permitiendo
afirmar que las cifras de captura máxima sostenible del orden de 9.5 millones de toneladas y Fmax de 1.12
podrían ser empleadas como niveles de referencia para fijar los límites de captura total permisible y sobretodo
de mortalidad por pesca máxima para las regiones norte y centro durante los próximos años siempre y cuando
perdure este nivel de abundancia (Csirke, 1996).
72
Figura 10. Biomasa total promedio de anchoveta adulta y reclutas (a) y captura total y biomasa
promedio total de población explotable de anchoveta estimados por análisis de cohortes.
Años: 1961-1993. Fuente Csirke et al., 1996
Las aguas costeras de la costa occidental de América del sur, particularmente fuera del Perú, están entre las
regiones biológicamente más productivas de los océanos en el mundo. La alta productividad del área es el
resultado del afloramiento costero el cual es una respuesta a los vientos continuos del sureste y la divergencia
Ekman trayendo como consecuencia aguas ricas en nutrientes en la zona eufótica pudiendo ser utilizados por
el fitoplancton en su proceso de fotosíntesis y posteriormente el recurso anchoveta como uno de los principales
elementos dentro de la cadena alimenticia marina.
Uno de los eventos oceanográficos que ha tenido y tiene una profunda influencia sobre el recurso anchoveta es
El Niño, que asociado con las elevadas capturas a finales de la década de los ´60, determinó el inicio de su
colapso en 1972 durante la presencia de un evento fuerte. El ENSO: El Niño Oscilación Sur modifica la
dinámica del medio marino peruano, intensificando de la corriente ecuatorial superficial y de la corriente
73
subsuperficial de Cronwell y consecuentemente debilitando la intensidad de la corriente costera peruana,
alterando el sistema de afloramiento y por ende del ecosistema marino en su totalidad.
El Niño es una invasión de aguas cálidas de origen transecuatorial que aparecen irregularmente cada cierto
tiempo frente a las aguas costeras peruanas. Estas masas de agua invaden la región sobrepasando los 14
grados con mayor intensidad hasta el mes de mayo y luego se estabiliza por un periodo para debilitarse entre
agosto y octubre , intensificándose nuevamente en los meses de verano para retraerse en la primavera después
de un periodo total de aproximadamente 18 meses de vida. Los vientos persisten a lo largo de la costa durante
el periodo de El Niño y aguas calientes afloran en el mismo modo como aguas frías lo hacen en estaciones
normales pero mucho menos productiva (Cushing, 1982).
El Niño apareció en 1891, 1911, 1917, 1925, 1930, 1941, 1957, 1965, 1972, 1982, 1997, siendo estos tres
últimos de gran intensidad y provocando cambios no solamente en las condiciones oceanográficas sino
fundamentalmente trayendo significativas modificaciones en la biota marina. Según Espino (2003), a través del
Indice Multivariado ENSO de la serie disponible entre 1950 y el 2002 se manifiestan dos escenarios ambientales:
uno con predominancia de valores negativos entre 1950 y 1976, y un segundo con predominancia de valores
positivos desde 1977 al 2002, es decir se concluye que éstos corresponden a escenarios ambientales fríos y
cálidos respectivamente.
El área de afloramiento peruano se presenta dentro del sistema de la corriente peruana sobre una vasta
extensión y se desarrolla desde la zona de Valparaíso en Chile hasta el norte del Perú, pero siendo
primordialmente la mas importante aquella que se manifiesta frente al Perú. Tres centros de más intenso
afloramiento se derivan de los estudios realizados por Zuta y Urquizo (1972) y Zuta y Guillén (1970), destacando
la zona norte entre Pimentel y Salaverry en 7-8 ºS; en la zona central frente al Callao entre 10 y 12º S y en la
zona sur frente a Pisco entre los 14 y 17º S siendo esta última la de mayor intensidad.
Es conveniente destacar frente a la costa peruana la presencia de los llamados eddies oceánicos son evidentes
e importantes en la formación de los afloramientos costeros. Estas son estructuras que se basan en la dinámica
de fluidos, es decir cuando dos flujos de distinta dirección e intensidad se encuentran generan un flujo mas
veloz y gira dentro del flujo contrario. Pueden llegar a medir cientos de millas de ancho y son mas frecuentes
en la primavera y verano. En este sentido existe un fuerte control ambiental en el éxito de la supervivencia y
crecimiento de las poblaciones juveniles.
Diaz (2004), brinda evidencias de que para la especie anchoveta, los periodos cálidos que se caracterizan por
la persistencia de giros anticiclónicos en los meses de primavera y verano, pueden proveer múltiples habitats
hidrográficos, al forzar la salida de huevos y larvas a ambientes oceánicos; mientras que en los periodos fríos
pueden reducir el éxito reproductivo hacia ambientes altamente poblados como los topográficos, donde la
fauna y los depredadores pueden dar cuenta de este desove.
La pesquería de la anchoveta peruana es una pesquería pelágica que ha sido una de la más desarrolladas
desde la década de los 50, tanto en lo relacionado a tecnología de su procesamiento para harina y aceite de
pescado como también en lo referido al sistema de captura. Con referencia a la técnica de captura precisamente
ha tenido un crecimiento significativo con la finalidad de aumentar su rendimiento y efectividad en la captura de
la especie por estar dirigida fundamentalmente hacia la pesquería industrial.
74
El sistema de captura utilizado y que aun está vigente es la llamada “pesca de cerco de jareta” o llamado
también “pesca con boliche” en términos comunes. El sistema ha sido estudiado y modificado a través de los
años para lograr un mejor desempeño por lo que se ha llegado a diseñar sistemas mas eficaces para la pesca
como el doble jalador y el sistema Petrell, capaz de disminuir el tiempo de cobrado de la red y aumentar de
esta manera el número de lances.
La red de cerco de jareta es un arte de pesca denominado activo cuyo método de uso es de particular
importancia para la captura de especies pelágicas utilizadas en la mayor parte de procesos de reducción como
harina de pescado para el alimento o nutrimento de animales. En el caso particular de la pesquería cerquera
industrial peruana los tipos de redes de cerco varían de acuerdo a los sistemas de halado empleado en las
embarcaciones, estos son: (1) redes con “sistemas halado convencional” y (2) redes con “sistemas de halado
doble halador” (Aliaga, 2000).
En la pesquería peruana se utilizan redes de cerco para sistema convencional utilizadas por embarcaciones de
menor tonelaje y se les denomina así por ser redes que están constituidas por diseños de menor titulación y de
menor peso; y las del sistema combinado que se caracterizan por ser redes de mayor tamaño, paños de mayor
titulación en los cabeceros y mayor peso que las redes convencionales, debido al gran esfuerzo que realizan,
provocado por los equipos de gran poder de virado, los que ocasionan mayor desgaste en la red.
Según Rodríguez (2000), para efectos del diseño del arte comercialmente usados esta clasificación se sustenta
en:
(a) Sistema convencional, que usa sólo una unidad de poder, conocido como Power block o “macaco”.
La función consiste en convertir la presión hidráulica en una fuerza de tiro, la que es ejercida sobre la
red. Es de origen norteamericano, usa winches de fricción y se encuentra comúnmente en embarcaciones
de capacidad de bodega menor a 350 TM. Un ejemplo de una red típica industrial anchovetera se
presenta en el plano mostrado en la Figura 11 y sus especificaciones en la Tabla 6.
(b) Sistema combinado o doble halador, posee 2 unidades de poder, la primera es el Power tilt que consta
de una gran polea motriz suspendida de un poste y ubicado sobre la borda en la sección de popa hacia
una de las bandas de la embarcación según donde se realiza el cobrado de la red y la maniobra
(generalmente a estribor) y la segunda unidad la conforma el Power block, que se encuentra suspendido
en la pluma principal de la embarcación.
75
76
v
Tabla 6. Especificaciones técnicas del arte de cerco anchovetero industrial
Fuente: Rodríguez P., 2000
7.- Procesamiento
La anchoveta como especie marina pelágica ha sido utilizada primordialmente para la elaboración de harina de
pescado desde que se inició la captura de esta especie con fines industriales. La pesca se realiza a corta
distancia de las fábricas que la procesan, lo que permite que la anchoveta sea convertida en harina antes de las
veinte horas transcurridas desde su captura. Esto quiere decir que la harina de pescado peruana se obtiene de
pescado fresco sin la adición de preservativos químicos. La harina de pescado es el alimento más completo
por cuanto su proteína está integrada por todos los aminoácidos indispensables y en cantidades mas que
suficientes, además se considera a la harina como excelente fuente de energía, calcio, fósforo, minerales trazas
y vitaminas.
En el caso particular de la harina de anchoveta, el animal es procesado íntegramente, Es decir, incluyendo sus
vísceras. A continuación se señalan las diferentes fases del proceso para la elaboración de la harina de anchoveta
(SNP, 1963):
La información completa sobre el análisis de la harina de anchoveta peruana que la Sociedad Nacional de
Pesquería publicó en 1963, como resultado de los estudios de investigadores en el campo de la nutrición entre
los que se puede mencionar al Instituto Municipal de Investigación para la Alimentación Humana y Animal, de
Bordeaux (Francia), J. Bibby e hijos Ltdo. Nutrition Research and Advisory Department en Cheshire (Inglaterra),
Tokai Regional Fisheries Research Laboratory en Tokio (Japón), Laboratorio de Pesquería del Ministerio de
Agricultura en Lima (Perú), Laboratorio de Pesquería del Consorcio Pesquero del Perú y la Universidad
Nacional Agraria La Molina de Lima (Perú). Los resultados promedios se muestran en la Tabla 7.
78
8.- Comercialización y Exportación
De acuerdo a la información estadística disponible hasta el momento se sabe que la industria pesquera en
general tuvo una ligera recuperación a partir de los años 80, experimentando un incremento en los volúmenes
de producción y lográndose consolidar en los siguientes 20 años.
En el año 2002, el total de recursos desembarcados en los puertos del litoral fue de 8,727,081 toneladas, lo
que significó un incremento de 9.1% respecto al año 2001. La composición porcentual del desembarque por
especies nos muestra una predominancia de la anchoveta con 92.5% del total desembarcado para ese año.
Como consecuencia de ello, del total de volumen desembarcado se destinaron 8,128,454 TM a la elaboración
de harina y aceite de pescado, lo que constituyó el 12.8% mas que al año anterior, esto como consecuencia de
una mayor disponibilidad del recurso anchoveta (SNP, 2002).
En este mismo año las exportaciones pesqueras descendieron moderadamente en 5.8%, pero en general éstas
aumentaron su participación dentro del total de las exportaciones peruanas durante el periodo de la década
de los 90, producto de tasas de crecimiento superiores a las del total exportado por el país. Como muestra de
este comportamiento entre 1990 y 1997 se registró un crecimiento promedio anual equivalente a 16.3% , tal
como se muestra en la Figura 12 (Heeren, 2003).
2000
Exportaciones Pesqueras (milones US$)
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
1970 1973 1976 1979 1983 1986 1990 1994 1997 2000
Figura 12. Evolución de las Exportaciones Pesqueras (1970-2006) AÑOS
Fuente: Heeren, 2003
La harina de pescado se comercializa a nivel mundial como un commodity, por lo que su precio se fija en el
mercado internacional como una función de la oferta existente, la demanda actual y su proyección en el
tiempo, así como por la situación de los productos sustitutos en términos de disponibilidad y precio. Del total
de la harina de pescado producida localmente, alrededor del 85% se comercializa a través de los llamados
brokers y traders.
79
La producción pesquera total alcanzó 2,144,600 TM y la producción de harina de pescado fue de 1,819,337
TM incrementando 11.2% frente al 2001 como resultado de un mayor desembarque de anchoveta. La
producción de aceite llegó a 193,657 TM 36% menos que en 2001, esto se explica por el bajo contenido
graso de la materia prima con un rendimiento de 2.6% en promedio (SNP, 2002). De la producción de harina,
el 56.4% correspondió a harina FAQ-standard, el 36.4% a la prine y el 7.2% a la super-prime.
La producción pesquera industrial para el año 2002 señala una producción de harina que representa el 84.3%,
conservas con 1.4%, congelados 3.6%, curado 11% y Aceite 5.0%. El total de exportaciones pesqueras fue
de 1,059,835 millones descendiendo en 5.8% con relación al 2001. Las ventas de harina de pescado al
exterior alcanzaron los 821 millones 637 mil dólares disminuyendo ligeramente en 1.52% respecto al año
anterior. En cuanto a las exportaciones de harina de pescado a base de anchoveta se exportó según se indica
en la Tabla 8 y de aceite de pescado según la Tabla 9 (SNP, 2002).
En el caso de los volúmenes colocados y los principales destinos de venta, vale la pena resaltar que sólo el 7%
de la producción de harina y aceite de pescado producido en el país es destinado al mercado local, principalmente
a la industria avícola. Finalmente con respecto a los destinos de las exportaciones de harina y aceite de
pescado, en el año 2001, China se constituyó en el principal mercado concentrando el 27.8% del total exportado.
Le siguieron en importancia Taiwán con 14.7%, Alemania con 7.0% y luego Japón con 6.7%. En el año 2006,
específicamente para las exportaciones de harina de pescado esta composición varió medianamente,
manteniéndose China como el principal país de destino, como se muestra en la Figura 13.
80
Paises destino de Harina de pescado (2006)
Figura 13. Países de destino de la Producción de Harina de pescado, 2006
Fuente: PRODUCE
Las principales empresas comercializadoras en el sector pesquero harinero de anchoveta fueron Alfalaval,
Alicorp, Fibras Industriales, Fima, Marco Peruana, Naviera Humboldt y Retex Peruana, que representan a
diferentes líneas de comercio relacionadas con el sector pesquero de harina.
Por otro lado es de destacar que el año 2002, el Perú ha participado y organizado la Décimo tercera Reunión
de apoyo al trabajo de Pesqueria del Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC). Igualmente,
por intermedio de la Sociedad Nacional de Pesquería se ha participado en viajes a mercados orientales
(China, Taiwán y Japón) con el objetivo de fortalecer las actividades de importación y exportación con países
asiáticos.
81
Otro punto importante de destacar, es que actualmente en la comercialización de la anchoveta, se ha empezado
formalmente desde el año 2003 aproximadamente las exportaciones de la anchoveta para Consumo Humano
Directo (CHD) en productos tales como conservas, curado y congelado. De esta manera los principales
mercados de destino y la Producción por tipo de producto se observan a continuación.
Produccion de Anchoveta (CHD) por tipo de
producto (1997-2006)
20000
15000
Enlatado
TMB
10000 Congelado
Curado
5000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
AÑOS
36.6%
30.3%
9. Manejo Pesquero
La historia de la pesquería peruana se puede decir que es la historia de la pesquería de la anchoveta y, dado
que esta viene operando desde mediados de la década de los 50, se pueden identificar periodos de gran auge
industrial como también periodos de profunda crisis originados por administraciones deficientes en el manejo
del recurso y condiciones ambientales adversas, pero que, sin embargo, se puede apreciar en los últimos años
la adopción de una serie de medidas que están llevando a un manejo mas responsable del recurso anchoveta
por parte del Instituto del Mar del Perú.
82
En el manejo responsable del la anchoveta se debe tener un conocimiento adecuado del esfuerzo pesquero
aplicado sobre el recurso, y que gracias a la infraestructura puesta en marcha por los responsables en la
administración de la anchoveta, en los últimos años el IMARPE ha sabido captar un registro ciertamente
confiable de la estadística pesquera; sin embargo, hay que destacar que tenemos igualmente que conocer y
hacer un análisis de la variable ambiental pues ella condiciona los cambios en la dinámica poblacional de la
anchoveta.
Estando el Perú ubicado en la más importante área de afloramiento del mundo, donde los niveles de
productividad son la base de una cadena trófica en la cual la anchoveta se ubica en una posición importante
representando una biomasa significativa del cual depende otros niveles tróficos, su evaluación representa un
extraordinario valor para su desarrollo sostenible. Por esta razón a lo largo de los mas de 50 años de esta
pesquería, contamos con una lista numerosa de estudios por parte de expertos nacionales como internacionales
concentrados en la dinámica de su población y su relación tan estrecha y sensible a cualquier variación climática
como lo representa las variabilidades extremas de El Niño.
De acuerdo a Espino (2003) sobre la base de la información de capturas, estructura de tallas, estructuras por
edades y esfuerzo de pesca (Pauly y Palomares, 1989; Csirke et al., 1996; Ñiquen et al., 2000) se han hecho
estimaciones de la población de anchoveta en el período 1953-2000. Los resultados de estos análisis evidencian
que en las décadas de los 50 y 60 se presentaron importantes biomasas superiores a 25 millones de toneladas,
las cuales declinaron severamente por debajo de 10 millones de toneladas en la década de los 70. Esta
biomasa decae a su mínima expresión, por debajo de 3 millones de toneladas en 1983 y luego a partir de 1990
se observa una franca recuperación del recurso con valores superiores a 15 millones de toneladas lo cual se ve
reflejado en la Figura 15.
Es de destacar que entre las principales medidas adoptadas por la Institución responsable de la evaluación y
manejo de la anchoveta tenemos las siguientes: las vedas para proteger el proceso reproductivo en los meses
de febrero y agosto de cada año, respetar la talla mínima de captura que es de 12 cm para la anchoveta,
cumplir con el porcentaje de tolerancia máxima de ejemplares por debajo de la talla mínima, respetar la
capacidad máxima de captura de la flota y promover las cuotas de captura para la flota anchovetera industrial.
Como consecuencia de las medidas tomadas, según la Heeren (2003), el esquema de regulación usado para
administrar un recurso renovable como la anchoveta, ha impulsado un importante grado de sobre inversión en
el sector, reduciéndose la rentabilidad esperada del mismo, y en este sentido existe un exceso de capacidad
de procesamiento de harina de pescado equivalente a 5.2 veces, asumiendo un volumen de captura promedio
de 7 millones de TM anuales.
83
Figura 15. Biomasa de la anchoveta por Análisis de cohortes (hasta 2000)
y por evaluación Acústica (2001 – 2007)
Fuente: IMARPE
De acuerdo con las evaluaciones del Imarpe, el recurso anchoveta se encuentra con una biomasa saludable y
su población se estima preliminarmente en diez millones de toneladas con una biomasa desovante de 5 millones
de toneladas. Es importante anotar que, según los estudios científicos de Imarpe y de otras Instituciones
extranjeras, las condiciones ambientales y los estudios de plancton permiten afirmar que estamos en una
década fría y seguirá predominando la anchoveta en el Pacifico sur.
Es importante considerar que el sector pesquero tiene que racionalizar la flota pesquera cerquera destinada al
consumo humano indirecto debido al exceso de capacidad de bodega que se estima sobrepasa el 50%. Este
nivel tan alto de esfuerzo pesquero ejerce una alta presión sobre el recurso anchoveta la que ha llegado al nivel
de plena explotación y requiere urgentemente un régimen de ordenamiento pesquero moderno que permita al
sector extractivo mejorar su rentabilidad y a la pesquería su sustentabilidad en el tiempo.
84
10.- Problemática de la Pesquería
La pesqueria de la anchoveta, a pesar de más de 50 años de actividad siegue siendo en el Perú la de mayor
importancia en el contexto nacional y regional principalmente por constituirse en la segunda aportadora de
divisas en el sector económico del país después de la minería por sus altos niveles de exportación de harina de
pescado.
Según las estadísticas del Ministerio de la Producción, en el Perú existen más de 8,8000 personas que se
dedican directamente a labores de la pesca y otras 18000 personas que realizan labores que de manera
indirecta también contribuyen a esta actividad.
La producción de harina y aceite de pescado forma parte de una cadena productiva en la que los principales
protagonistas de la economía en todo el litoral vienen a ser las empresas pesqueras dedicadas a esta actividad
y donde los brokers, que generan un mercado a nivel mundial para establecer un precio de acuerdo a las leyes
de oferta y demanda, juegan igualmente un rol importante en la dinámica del sector.
La Flota destinada al consumo humano indirecto ha experimentado, durante los últimos 10 años una tasa de
crecimiento en términos de su capacidad de bodega superior al 50%, registrándose 491 embarcaciones con
una capacidad de bodega promedio equivalente a 141,751 m3.
Por esta razón dado el crecimiento industrial del sector harinero, entre los principales temas debatidos en el
seno del sector de empresas harineras han dado gran cabida a los relacionados con el medio ambiente. En este
sentido se ha expedido la resolución del Vice Ministerio de Pesquería que aprueba el protocolo de monitoreo
de efluentes para la actividad pesquera de consumo humano indirecto y del cuerpo marino receptor, para lo
cual se han realizado talleres de estandarización metodológicas conforme a lo señalado por el grupo de trabajo
conformado por la Dirección Nacional del Medio Ambiente del Vice Ministerio de Pesquería (DINAMA),
Instituto del Mar del Perú (IMARPE) y la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP). El tema ambiental se ha
convertido de esta manera en un tema concurrente y se debe evaluar las eficiencias de los Programas de
Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) y la promoción de empresas ambientales.
Según información proporcionada por Heeren (2003), actualmente la Flota Industrial para destinada al
Consumo Humano Indirecto ha experimentado durante los últimos 10 años una tasa de crecimiento en términos
de su capacidad de bodega superior al 50%, registrándose, de acuerdo al último inventario publicado en mayo
del 2002 por el Ministerio de la Producción, 491 embarcaciones con una capacidad de bodega promedio
equivalente a 141 751 m3. De esta manera se observa claramente una sobreinversión en bienes y capital de
esta actividad determinado por el marco regulatorio que determina el modelo de extracción peruano (basado
en licencias de operación sin restricción alguna en el volumen que cada embarcación o armador puede
capturar operando todos bajo un esquema de una cuota global de captura). La sobreinversión existente en
términos de flota pesquera es equivalente a 28% asumiendo una captura promedio de anchoveta equivalente
a 7 millones de TM al año, lo que provoca una mayor competencia entre los mismos armadores para aplicar
un esfuerzo que se ve dirigido a un sólo recurso como la anchoveta, que si bien su stock se ha recuperado
significativamente, su variabilidad en la disponibilidad a la flota es determinante.
85
De la misma manera, se puede decir que la capacidad de transformación de las plantas harineras existentes se
ha duplicado en los últimos 10 años. Según la Sociedad Nacional de Pesquería, actualmente en el litoral
peruano se encuentran operando 148 plantas procesadoras de harina de pescado con una capacidad de
alrededor de 8,922 TM/h de las cuales 41 se dedican a producir harina de pescado de alto contenido proteico
y el número restante de plantas se dedican a procesar harina convencional y de pescado residual, y de todas
ellas sólo 14 plantas productoras concentran alrededor del 50% de la capacidad instalada.
Por otro lado, es digno de destacar que, de acuerdo a lo cambios significativos en materia ambiental en el
sector pesquero, en los últimos 10 años se han registrado mejoras contínuas en todo el flujo de proceso de
harina de pescado, sobretodo en el uso de la materia prima, reflejándose todo ello en el Indice de Transformación
de la Industria de CHI, pasando de requerir 4.8 TM de pescado para producir 1 TM de producción para
harina, a sólo necesitar 3.3 TM de pescado luego de la reconversión industrial, tal como se muestra en las
Figuras 16 y 17, donde se muestra la evolución de la capacidad de procesamiento de harina de pescado y el
Indice de transformación, respectivamente. Esto por supuesto, igualmente, ha generado un importante grado
de sobreinversión reduciendo finalmente la rentabilidad esperada y presentando un exceso de capacidad de
procesamiento a más de 5 veces su real necesidad.
86
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90
Capítulo 5.
Pesquería Peruana de la Sardina (Sardinops sagax)
Gladys Cárdenas
Unidad de Investigaciones de Recursos Neríticos Pelágicos, Instituto del Mar del Perú
E-mail: gcardenas@imarpe.gob.pe, Fax: 420-0144, Tel: 429-7630, anexo 225
Resumen
Esta sinopsis tiene como objetivo difundir los principales resultados del seguimiento de la actividad
extractiva de la sardina peruana, desde su extracción hasta su comercialización, con énfasis especial en
las investigaciones sobre su biología, pesquería, dinámica poblacional, así como su ordenamiento y
conservación, entre otros. La sardina constituye un recurso de gran importancia socioeconómica para el
Perú, desde mediados de la década de los 70’, debido a su elevado rendimiento alimenticio que sostuvo,
hasta 1998, una importante pesquería destinada principalmente a la obtención de materia prima para la
producción de harina y aceite de pescado, conservas y otros productos para el consumo humano directo.
Su población en estos últimos años, se encuentra en una fase descendente, como consecuencia de la
disminución de los reclutamientos, debido a factores ambientales no controlables y a la intensa actividad
extractiva desarrollada sobre este recurso. Existen evidencias de una alternancia en las poblaciones de
sardina y anchoveta conocidas como “Cambios de Régimen” que están asociados a períodos fríos y
cálidos. Las actuales condiciones ambientales frías son desfavorables para la sardina, mostrando un
bajo nivel de abundancia, el cual se ve reflejado en sus escasas capturas, con el consiguiente impacto
negativo en la industria conservera nacional.
Palabras Clave : Sardina peruana, desove, reproducción, pesquerías, captura, esfuerzo pesquero, población,
abundancia, distribución, fenómeno El Niño, La Niña, alimentación, evaluación de stocks.
1. Introducción
En el ecosistema marino peruano, la sardina, Sardinops sagax sagax, es uno de los principales recursos en
explotación, por sus altos niveles de abundancia y captura, que alterna su dominancia con la anchoveta,
Engraulis ringens. Estas dos especies pertenecen al grupo de peces pelágicos pequeños que representan
casi el 30% de las capturas totales de peces a nivel mundial.
Es la segunda especie pelágica de gran importancia socio-económica para el Perú, debido a su elevado
rendimiento alimenticio y a que por su abundancia sostiene una importante pesquería destinada principalmente
a la obtención de materia prima para la producción de harina y aceite de pescado, conservas y otros productos
para el consumo humano directo. Esto implica ingresos económicos significativos, así como la generación de
empleo en forma directa e indirecta.
Características de la especie
La sardina tiene cuerpo esbelto, comprimido, con escamas delicadas; el dorso es de color verde azulado; las
regiones laterales y ventral son de tono plateado brillante, con manchas oscuras a los costados. Cabeza aguda,
con una boca amplia; aleta dorsal corta y alta, anal baja y caudal escotada. Las tallas comerciales varían entre
26 y 35 cm de longitud total.
Distribución y comportamiento
La distribución latitudinal de la sardina es amplia en el Pacífico Sur Oriental, desde Ecuador hasta Chile
(01º39’ – 42º 00’S), incluyendo los alrededores de las Islas Galápagos. En aguas peruanas su distribución es
amplia a lo largo de todo el litoral. Longitudinalmente alcanza hasta las 200 millas náuticas e incluso sobrepasa
esta distancia; verticalmente se desenvuelve fundamentalmente entre los 100 y 150 m de profundidad, donde
los cambios estacionales e interanuales son más pronunciados, y donde la capa de mezcla y la termoclina
ejercen un rol significativo en su distribución, teniendo preferencia por el borde inferior de la termoclina.
Vive en ambientes relativamente cálidos, con rangos de temperatura del agua que oscilan entre 17º y 25º C.
La salinidad puede variar entre 34,8 y 35,3 unidades prácticas de salinidad (UPS). La sardina tiene hábitos
gregarios formando grandes cardúmenes de millares de individuos.
Realiza migraciones latitudinales y longitudinales que están en función de la dinámica del sistema de corrientes
y de las masas de agua marina. Se han observado cambios notorios en la distribución latitudinal, longitudinal
y vertical de la sardina como consecuencia de los incrementos de la temperatura durante los eventos El Niño
de gran intensidad, como lo ocurrido durante El Niño 1982-83, cuando la sardina migró desde la zona norte-
centro hacia el sur del Perú y norte de Chile (VELA Y RUBIO, 1985). Por otro lado, durante los períodos fríos,
tipo Las Niñas de 1996 y 1999, cuando se intensifica el afloramiento costero, relacionados con fuertes vientos
alisios del Sur Este que soplan a lo largo de las costas del Perú, la sardina amplió su distribución longitudinal,
dispersándose y sobrepasando las 240 millas náuticas en el invierno y primavera de 1996 (Figura 1).
92
Figura 1. Distribución y concentración, según áreas de pesca de Sardina, Sardinops sagax (Jenyns,
1842), durante los Eventos La Niña de 1996 y 1999.
93
Edad y crecimiento
Los análisis de edad y crecimiento de la sardina peruana se sustentan en los estudios de validación relacionados
con la naturaleza del borde, retrocálculo, microincrementos en otolitos (CÁRDENAS, 1987) y análisis de
frecuencias de tamaños (CÁRDENAS et al, 1985).
El crecimiento en longitud de esta especie es acelerado hasta el tercer año de vida, con una talla aproximada
de 21 cm; para luego ser más lento conforme se hace más longeva (Figura 2). Su longevidad es de hasta 10
años de edad (CÁRDENAS, 1987 Y 1989). Su ingreso a la pesquería puede ser antes de cumplir un año de
edad, dependiendo de la pesquería y tipo de flota.
Tabla 1. Parámetros de crecimiento de la sardina peruana, Sardinops sagax sagax (Jenys, 1842),
estimados por diferentes métodos y autores
94
La variación del número de individuos por grupos de edad de las capturas de sardina del stock Norte-Centro,
en la serie histórica entre 1978 y 1998 (CÁRDENAS, 2001), mostró una estructura constituida principalmente
por ejemplares adultos de 4, 5 y 6 años de edad, con longitudes medias de 26, 28 y 30 cm de longitud total
respectivamente, siendo éstos más abundantes en el período comprendido entre 1985 y 1990. Los reclutamientos
(sardinas de 0, 1, 2 y 3 años de edad) más importantes a la pesquería, en orden de magnitud, fueron observados
en 1984, 1988, 1998 y 1995; mientras que los individuos longevos mayores de 6 años, fueron disminuyendo
marcadamente desde fines de la década de los 80’, haciéndose esto más evidente en los últimos años (Figura
3). En la Tabla 1 se presentan los valores de los parámetros de crecimiento, estimados por diferentes métodos
y autores; siendo los valores que mejor representan el crecimiento de la sardina peruana K = 0,22 y L “ =
38,71. Los parámetros de crecimiento de la sardina, para la serie histórica entre 1978 y 1998 se presentan en
la Tabla 2.
95
Figura 3.Variación del número de individuos por grupos de edad de la sardina, Sardinops sagax
(Jenyns 1842), en la serie histórica de 1978 a 1998, (Cárdenas, 2001)
Los cambios drásticos en las condiciones ambientales durante los eventos El Niño 1982-1983 y 1997-1998
y La Niña de 1996 no han modificado el patrón de formación de los incrementos (anillos) de crecimiento de la
sardina y el crecimiento en longitud tampoco mostró variaciones significativas. El crecimiento en peso (Figura
4) sufrió cambios importantes, es decir una disminución marcada en los pesos medios a la edad, a partir del
cuarto año de vida, lo que repercute en las estimaciones de su biomasa, principalmente cuando ocurren
eventos El Niño de gran intensidad como los mencionados, debido al desgaste energético de ésta especie
durante su desplazamiento fuera de sus áreas tradicionales de pesca en busca de mejores condiciones para su
supervivencia (CÁRDENAS, 2001).
El modelo lineal de Schaefer (1967), considerado como un caso especial del modelo general analítico de
Beverton y Holt, estima las relaciones entre el rendimiento por recluta y el esfuerzo de pesca y también
determina las probables formas de la relación entre el rendimiento total y el esfuerzo de pesca.
96
Figura 4. Curva de crecimiento en peso de la sardina Sardinops sagax (Jenyns, 1842),
en la región norte-centro de Perú, durante los Fenómenos El Niño de 1982–1983
y 1997–1998 (Cárdenas, 2001).
Reproducción
La sardina tiene sexos separados y alcanza su primera madurez gonadal a los 21 cm de longitud total, cuando
tiene 3 años de edad (PEÑA, N. 1983).
Los estudios de la biología reproductiva (abundancia de huevos y larvas, frecuencia de hembras maduras y
desovantes e índice gonadosomático), indican que la sardina tiene un tipo de desove fraccionado es decir por
tandas, perteneciendo al grupo de peces reproductores parciales. La evolución del Indice Gonadosomático
(IG) de sardina de la región norte-centro (IMARPE, Inf. Internos) señala que esta especie desova durante
todo el año, con dos períodos de mayor intensidad, el principal en invierno-primavera y el secundario en el
verano, fechas en las que se aplican vedas de protección al stock de peces desovantes (Figura 5). Una tanda
de desove se produce cada 5 a 6 días. La fecundidad parcial promedio es de 14 342 ovocitos por tanda de
desove (PEREA, 1998).
Figura 5. Evolución mensual del Indice Gonadosomático (I.G.) de Sardina, Sardinops sagax (Jenyns,
1842), en la región norte-centro del litoral peruano entre el 2001 y 2002 (Mori, J. 2003).
97
Tabla 3. Composición de la dieta alimenticia (%) de la sardina, Sardinops sagax en años normales
y durante El Niño 1982-1983 (Alamo, et al. 1987)
Fuente: Instituto del Mar del Perú
Observaciones hidroacústicas sugieren que los movimientos ascendentes de los cardúmenes de sardina hacia
las capas superficiales, que se producen al atardecer en asociación con desplazamientos verticales del plancton,
podrían estar relacionados con la alimentación. El ciclo diario de alimentación de la sardina se inicia a las 10:00
h para concluir a las 21:52 h (ALAMO, t al, 1995). La sardina es presa del jurel, merluza, cefalópodos, aves
y mamíferos marinos.
3. Estadística de la producción
La pesca de la sardina se efectúa a lo largo de la costa peruana. En las regiones norte y centro, la pesca se
realiza por lo general dentro de una franja costera de 50 millas náuticas, aunque ocasionalmente se puede
extender hasta las 100 mn y en casos extraordinarios se registran capturas en áreas de pesca más distantes a
las 200 millas.
Los desembarques de sardina en todo el litoral, entre 1965 y 1971, fluctuaron entre 449 y 7 418 toneladas;
los mayores volúmenes procedían de Paita y Chimbote y en menor proporción del área sur frente a ILo.
Tradicionalmente las mayores capturas se realizan en el otoño y parte del invierno. Luego del colapso de la
anchoveta y coincidiendo con el período del Fenómeno El Niño 1972-1973 se observó un incremento marcado
de los desembarques de este recurso, alcanzando en 1973 la cifra de 132 mil toneladas y en 1974 de 72 mil
TM. La alta incidencia en las capturas de sardina asociadas a la anchoveta y la mayor extensión de las áreas
de desove, el incremento en el número de huevos desde 1972 (SANTANDER, 1983) y expansión del área de
distribución, dieron indicios de incrementos sustanciales en la población de sardina lo que se refleja en los
desembarques a partir de ese año.
98
En la década del 80’ se registraron los mayores volúmenes de desembarque de esta especie, hasta alcanzar la
cifra record de la serie histórica de 3,5 millones de toneladas en 1988. A partir de 1990, las capturas comenzaron
a disminuir hasta llegar a niveles del orden de 1 millón de toneladas entre 1992 y 1998, siendo este descenso
más acentuado en estos últimos años (2005-2007) con cifras muy bajas que en promedio no sobrepasan las
30 toneladas (Figura 6).
Los mayores desembarques de sardina en el período comprendido entre 1978 y 2007, corresponden a la
región norte–centro del litoral peruano, siendo Chimbote y Paita los principales puertos de desembarque;
mientras que en la región sur son poco significativos y desde 1993 casi el total de los desembarques provienen
del norte–centro, excepto durante el año 1998 en que los desembarques se incrementaron en la región sur del
litoral, como consecuencia de la ocurrencia del Fenómeno El Niño de gran intensidad (Tabla 4).
99
Tabla 4. Desembarques (TM) de Sardina, Sardinops sagax (Jenyns, 1842),
según regiones de 1978 – 2007.
Fuente: Instituto del Mar del Perú
El análisis de la serie histórica (1970 y 2007) de los desembarques de sardina y anchoveta en el litoral
peruano, indica que ambas especies presentan períodos de alternancia, es decir cuando se incrementan los
desembarques de una de ellas, disminuye la otra, situación que guarda relación con sus niveles de abundancia,
asociado a fluctuaciones ambientales entre períodos fríos y cálidos o eventos El Niño. Desde 1970 hasta
1976 se observó un predominio del recurso anchoveta, alcanzando la cifra más alta en 1970 con alrededor de
13 millones de toneladas; mientras que los desembarques de sardina sólo eran unas decenas de miles de
toneladas; la década de los 80’ constituye un período principalmente sardinero, cuando esta especie alcanza
sus mayores rendimientos, pero después de 1990 se evidenció una disminución marcada en sus desembarques
y una clara dominancia de la anchoveta.(Figura 7).
100
Figura 7. Desembarques comparativos de Sardina, Sardinops sagax y Anchoveta, Engraulis ringens,
en el litoral peruano, entre 1970 y 2003.
101
Tabla 5. Desembarques (TM) Comparativos de sardina (Sardinops sagax) en Perú y Ecuador,
entre 1982 y 2007
Fuente: Instituto del Mar de Perú (Perú), Instituto Nacional de Pesca (Ecuador)
Es pertinente mencionar que existe un stock conjunto, entre estos dos países, que abarca desde Atico en Perú
hasta Antofagasta en Chile. El análisis comparativo de los desembarques en estos dos países entre 1974 y
1996, indica que los mayores volúmenes corresponden a Chile y que tanto las cifras totales (Perú –Chile),
como por país decrecen desde 1985, siendo más marcado en los años siguientes, a excepción del año 1992,
en el cual se aprecia un ligero incremento. El mayor desembarque en el sur de Perú fue en 1980 con alrededor
de 458 mil toneladas; mientras que en Chile fue en 1983 con 2,4 millones de TM (Informe GT IMARPE-
IFOP).
102
4. Análisis Poblacional
En aguas peruanas se han identificado dos unidades de stock de sardina, el del Norte –Centro, que se distribuye
desde la frontera con Ecuador hasta los 16ºS, que registra las mayores biomasas y capturas totales del país y
el otro el stock Sur que abarca desde los 16ºS hasta la frontera con Chile, de menor abundancia y capturas
(Figura 8).
La estimación poblacional de sardina entre 1978 y 1993, mediante el método de análisis de población virtual,
empleando el programa ANACO (Mesnil, 1988), indica que la población explotable se habría incrementado
desde 1978, manteniéndose a un nivel medio de 5 millones de toneladas hasta 1983. A partir de éste año la
población aumenta rápidamente hasta alcanzar poco más de 10 millones de toneladas en 1987. Desde entonces,
tanto la población como las capturas han venido disminuyendo hasta llegar valores mínimos de 3 millones de
toneladas de biomasa y 1,2 millones de toneladas de captura en 1993 (CSIRKE, et al, 1996).
El análisis poblacional del stock del Norte-Centro de Perú y Sur del Ecuador, para el período 1982 – 1990,
con el VPA separable (POPE AND SHEPHERD, 1982) indicó que la biomasa declinó desde 1986, debido a una
disminución de los reclutamientos, el cual probablemente esté relacionado con una reducción de la biomasa
desovante y un rápido incremento de la mortalidad por pesca (PATTERSON, et al, en 1992). Un análisis de
población virtual posterior, para el stock conjunto del Norte-Centro de Perú y Sur del Ecuador, entre 1982 y
1996 (CÁRDENAS, et al, 1997) indicó también que los niveles de biomasa total han disminuido desde 1988
debido al efecto combinado de una intensa explotación, competencia con la anchoveta y condiciones ambientales
103
desfavorables y a los bajos reclutamientos producidos desde 1984 hasta 1996. La mortalidad global por
pesca aplicada en los últimos años (1990-1995) superó el nivel óptimo estimado para F 0.1 = 0.4 (Figs. 9 a,
b y c).
Figura 9. Biomasa total y biomasa desovante (a), Reclutamiento (b) y mortalidad por pesca
(c) de la sardina Sardinops sagax (Yenyns, 1842), para el stock Norte-Centro
de Perú y Sur de Ecuador, entre 1982 y 1996.
104
Las biomasas de sardina de las regiones Norte-Centro y Sur del litoral peruano estimadas en los cruceros
de evaluación acústica (GUTIÉRREZ, et al, 2000), indican una tendencia declinante después de 1990,
coincidente con el incremento poblacional de la anchoveta y las condiciones frías imperantes en estos
últimos años. El stock sur de sardina, en los últimos años ha venido disminuyendo de manera más acelerada
que en el norte y centro (Figura 10). Las biomasas acústicas en los diferentes cruceros de evaluación
desde 1983 hasta el 2001, se presentan en la Tabla 6.
Figura 10. Biomasas acústicas de Sardina, Sardinops sagax, según unidades de stocks:
norte-centro y sur del Perú, entre 1983 y 2001.
105
Tabla 6. Estimaciones de biomasas acústicas (TM) de sardina, Sardinops sagax frente a Perú,
según unidades de stock norte-centro y sur del Perú entre 1980 y el 2001.
(Gutiérrez, 1990 y 2000).
Las biomasas de sardina estimados por diferentes métodos, entre 1981 y 1990, muestran una disminución de
las biomasas de esta especie desde 1988 (Tabla 7).
La tendencia descendente en la población de sardina en los últimos años, es coincidente con la disminución de
los índices de abundancia y la extensión de sus áreas de distribución y áreas de desove observadas durante los
últimos cruceros de evaluación hidroacústica, cruceros de evaluación de huevos y larvas y datos provenientes
de la pesca comercial.
106
Tabla 7. Comparación en la biomasa de Sardinops sagax en aguas peruanas por los metodos
de Análisis de Población Virtual (Patterson, et al. 1992), Hidroacustico (Vilchez, et al. 1988)
y producción de Huevos (Carrasco et al. 1991).
a
Resultados del Análisis de Población Virtual asumiendo un esfuerzo constante en Perú, usando el logaritmo de la
capturabilidad promedio en ambos países en 1990.
b
Resultados del Análisis de Población Virtual usando un patrón de selección constante.
Las poblaciones de sardina y anchoveta han sufrido marcadas fluctuaciones a lo largo de los años analizados.
Además hay fuertes evidencias de que por lo menos la sardina tiene un patrón de fluctuación que parece estar
sincronizado con la fluctuación de otras especies del mismo género en la cuenca del Pacífico y en el Atlántico
Sudoriental, y que en el mar peruano las poblaciones de anchoveta y sardina podrían estar fluctuando con
ciclos fuera de fase, y “cambios de régimen” en escalas decadales (LLUCH-BELDA et al, 1989 y 1992; CSIRKE,
1989, 1995; CSIRKE et al, 1996; Bacón, 1996).
5. Oceanografía pesquera
El ecosistema marino peruano se caracteriza por estar bajo la influencia de un sistema de afloramiento costero
muy intenso y altamente productivo. Las condiciones oceanográficas frente a las costas peruanas tienen ciclos
de variación estacional y una alta variabilidad inter-anual, que se acentúa con el desarrollo de eventos tipo El
Niño, las cuales tienen una gran influencia sobre la disponibilidad, distribución y concentración espacio-
temporal de los cardúmenes de sardina.
El análisis de la serie histórica (1950-2003) de los desembarques de sardina y las Anomalías de la Temperatura
Superficial del Mar (ATSM) frente a Chimbote, considerado como uno de los puertos de desembarque
principales, indican una serie de fluctuaciones entre períodos fríos y cálidos. En los períodos cálidos sus
desembarques se incrementan y disminuyen marcadamente en los años con ATSM negativas (Figura 11).
107
Figura 11. Desembarques anuales de sardina, Sardinops sagax (Jenyns, 1842),
en relación con las Anomalías Térmicas de la Temperatura Superficial del Mar (ATSM),
en el período 1950 - 2003.
Es evidente la existencia de una alternancia en las poblaciones de anchoveta y sardina, lo que se refleja en sus
rendimientos, así en los años en los que predominaron las anomalías negativas desde la década de los 50’
hasta inicios de los 70’, los rendimientos de la anchoveta fueron altos, para luego disminuir drásticamente
como consecuencia del fenómeno El Niño 1972-73 y la fuerte intensidad de pesca, produciéndose el colapso
de la pesquería de este recurso, como consecuencia de la disminución de esta especie, asociado a la
predominancia de anomalías positivas hasta mediados de los 80’, favorecieron la predominancia de sardina. A
partir de 1984 se presenta una etapa de fluctuaciones entre periodos fríos y cálidos, con una predominancia de
condiciones cálidas principalmente a fines de la década de los 80’ que también favorecieron a la sardina,
mientras que los rendimientos de anchoveta declinaban.
Es importante señalar que a partir de 1990 se observa un incremento notorio en los desembarques de anchoveta,
en tanto los de sardina fueron disminuyendo paulatinamente, llegándose a capturar solamente 360 toneladas
en el 2003, debido a las condiciones ambientales (frías) desfavorables para el recurso.
El análisis del variograma de biomasas acústicas de sardina, según grados de latitud, durante los eventos El
Niño y La Niña, entre 1982 y 2002, realizado por Gutierrez et al. en 1999 y 2002, mostró desplazamientos
de los núcleos de biomasa hacia la parte sur del litoral durante los eventos El Niño, siendo esto más evidente
durante El Niño de gran intensidad de 1982-1983; mientras que en los períodos muy fríos como es el caso de
La Niña de 1995- 1996, las mayores concentraciones de la biomasa se presentaron en la parte norte del litoral
(Figura 12).
108
Figura 12. Variograma de la biomasa de sardina, Sardinops sagax (Jenys, 1842),
por grados de latitud, según cruceros, durante los eventos El Niño y La Niña
(Gutierrez, et al. 1999)
El análisis de la distribución y concentración según áreas de pesca de la sardina, mostró cambios paulatinos
durante El Niño 1997 – 1998, así en el verano de 1997 su distribución fue amplia en la región norte, en
concentraciones dispersas desde la frontera norte hasta Chimbote. En el otoño con la evolución del evento
cambia esta distribución y los cardúmenes se desplazan hacia el sur y se concentran cerca a la costa con
núcleos fuertes frente a Chimbote. En el invierno se desplaza hasta El Callao, en concentraciones dispersas;
mientras que en la primavera se observaron algunos núcleos de concentración frente a Chimbote, entre las 30
y 60 mn (Figura 13).
Durante el verano de 1998, período en el cual las anomalías oceanográficas se acentuaron (Segundo pulso de
El Niño 1997-1998: enero 1998), la sardina migró hacia la región central del litoral, con una distribución
dispersa entre Callao y Chimbote, dentro de las 60 mn. En el otoño se observó que la sardina seguía
desplazándose hacia el sur del litoral, con núcleos de concentración frente al Callao dentro de las 40 mn y
entre San Juan y Mollendo dentro de las 10 mn. Como consecuencia del restablecimiento de las condiciones
ambientales, en el invierno y primavera la distribución de la sardina se amplió longitudinalmente hasta más allá
de las 100 mn frente a Pimentel, observándose el retorno de los cardúmenes hacia sus áreas principales de
pesca en el norte (Figura 13).
109
Figura 13. Distribución y concentración, según áreas de pesca de Sardina, Sardinops sagax
(Jenyns, 1842),durante el Evento El Niño 1997-1998
110
6. Técnicas de captura
Flota y artes de pesca
Las embarcaciones que se dedican a la pesca de la sardina son heterogéneas de acuerdo a los diferentes
tipos de utilización de las capturas y se les puede agrupar en tres tipos de flota:
a) Una flota de embarcaciones de cerco, con bodegas equipadas con sistemas de refrigeración RSW (Sistema
de refrigeración que consiste en enfriar el agua de mar con el empleo de un equipo de refrigeración abordo)
y CSW (Sistema de refrigeración mediante el cual se emplea agua de mar y hielo) que usan redes con tamaño
de malla de 38 mm. Las capturas de esta flota están constituidas por sardina, jurel y caballa, las que son
destinadas para el consumo humano directo, que en el caso de la sardina están destinadas para la conservería,
aunque también se le utiliza para la producción de harina y aceite de pescado.
b) Una flota industrial que se dedica a la captura de anchoveta y sardina para la producción de harina y aceite
de pescado. Por lo general no cuentan con sistemas de refrigeración en las bodegas y utilizan tanto redes con
tamaños de malla de 13 mm como de 38 mm
c) Una flota artesanal, que en los últimos años ha mostrado una capacidad de captura del orden de las 30 mil
toneladas por año y que destina casi toda su producción al consumo humano directo, sobre todo a la conservería
o a la producción de carnada congelada.
De acuerdo a la capacidad de bodega la flota pesquera peruana está clasificada en flota de mayor escala,
aquella cuya capacidad de bodega es mayor a 32,4 m 3 (aproximadamente 30 t métricas) y de menor escala o
artesanal, por debajo de dicho límite. La de mayor escala opera en el ámbito marino fuera de las 5 millas
náuticas de la costa, utiliza modernos sistemas de localización de cardúmenes y monitoreo satelital. Existe una
alta organización y concentración de empresas en grupos empresariales. Provee de materia prima para la
harina, conservas y congelados. Está compuesta principalmente por la flota industrial de cerco pelágica, que
cuenta con 677 embarcaciones, con capacidad de bodega entre 34 a 870 m3, de las cuales el 85% está
autorizado para pescar anchoveta y sardina con destino al consumo humano indirecto o industria de reducción,
el 6% lo hace par el consumo humano directo de las especies sardina, jurel y caballa (fresco, congelado y
conservas); el restante 9% realiza ambas actividades. También es pertinente mencionar que existe otra flota de
mayor escala compuesta de embarcaciones de madera conocidas como “Vikingas”, con capacidad de
bodega entre 32,6 y 110 m3, que realiza sus operaciones de pesca en áreas cercanas a sus puertos de origen
en la zona norte-centro del litoral como Santa Rosa, San José y Parachique (Tabla 8).
Tabla 8. Flota pesquera cerquera industrial de mayor escala, dedicada a la pesca de los principales
recursos pelágicos en el Perú, durante el 2003.
La localización de los cardúmenes en las embarcaciones tradicionales se realiza visualmente y las capturas se
realizan en noches oscuras, debido a que los cardúmenes producen un efecto lumínico (blancores) que permite
verlos a 15 ó 20 metros; sin embargo si nadan por debajo de los 60 metros ya no se les ve, por lo que en las
embarcaciones más modernas se ha ido implementando con equipos electrónicos para la localización del
recurso.
7. Breve procesamiento
Los desembarques de sardina destinados al Consumo Humano Indirecto (harina y aceite de pescado) en el
período desde 1991 hasta el 2002, indican que antes de 1993 los desembarques eran destinados mayormente
a la producción de harina y aceite de pescado, declinando marcadamente en años posteriores (Figura 14).
Con la instalación de plantas para la producción de harinas especiales o harinas tradicionales de alta calidad
y de plantas dedicadas a la industria conservera, gran parte de los desembarques de este recurso desde 1994
fueron destinados al Consumo Humano Directo, destacando el rubro de enlatados o conservas (Figura 15).
Los desembarques de sardina entre 1991 y el 2002 fueron destinados mayormente al consumo humano
indirecto, siguiendo en importancia los enlatados y congelados (Tabla 9). Con la disminución marcada de la
población de sardina en estos últimos años, sus capturas se han privilegiado a la producción de conservas
(89%), congelado (6%) y fresco (5%).
112
Figura 15. Desembarque anual de sardina, Sardinops sagax (Jenyns, 1842),
para Consumo Humano Directo (CHD), en el período 1991-2002.
Tabla 9. Desembarques (TMB) de sardina, Sardinops sagax (Jenys, 1842) según destino: 1991-2002
Fuente: Empresas pesqueras
Elaboración: PRODUCE- Oficina General de Tecnologías y Estadísticas
Entre los productos industrializados se mencionan a las conservas de sólido de sardina en aceite vegetal o en
agua y sal, filetes o lomitos en aceite vegetal o en agua y sal, chunk y medallones en aceite vegetal o en agua y
sal, entera en aceite vegetal o en agua y sal, o en salsa de tomate o en salsa de tomate picante o en salsa de
mostaza, grated en aceite vegetal o en agua y sal y en filetes corte tipo mariposa o dorsal, seco-saladas
(IMARPE- ITP, 1996).
113
Entre las principales especies destinadas a la elaboración de enlatados entre los años 1992 y 1999, figura la
sardina con el 83% y en menor proporción el jurel y la caballa; sin embargo, en estos últimos años (2000-
2002) la sardina sólo representó el 40%, debido a la disminución drástica de sus desembarques.
Es importante señalar que desde el año 2002, según el Decreto supremo Nº001-2002-PRODUCE, se establece
que los desembarques de sardina, jurel y caballa serán destinados exclusivamente par el consumo humano
directo.
Actualmente existen 86 plantas dedicadas a la conservería, con una capacidad instalada de 191,891 cajas/
turno y 81 plantas para congelados con una capacidad instalada de 2 921.71 toneladas/día.
8. Comercialización y exportación
El sector pesquero industrial peruano tiene como característica la gran variabilidad en la disponibilidad de los
recursos hidrobiológicos que utiliza, cuyo origen está en la alta variabilidad climática propia de los ciclos
naturales de influencia, ya sea de las condiciones cuando predomina el afloramiento costero frío o los eventos
cálidos EL Niño. Del mismo modo, las condiciones del mercado de los principales productos como la harina
y aceite de pescado, son variados.
La industria de la producción de harina y aceite de pescado, mantiene una situación expectante debido a que
representa entre el 15 y 20% de la producción mundial. El Perú es el principal abastecedor de harina de
pescado al mercado asiático (China, Japón y Taiwan), siendo China el principal comprador, con más del
tercio de la producción nacional. Las principales harinas que se producen son la estándar FAQ y las especiales
(tipo prime y súper prime), contribuyendo la sardina significativamente en este rubro.
El precio promedio de los productos (TMB) de sardina entre el 2001 y 2003 , indicó que para la harina fue
de US$ 62,6, para el enlatado US$ 180,6 y para el congelado US$ 377,1 (Tabla 10).
Tabla 10. Precio promedio de la sardina, Sardinops sagax sagax, (Jenyns, 1842)
según destino: 2001-2002 (Nuevos Soles/TMB)
Fuente: Empresas pesqueras
Elaboración: Propia
La sardina se comercializa de diferentes maneras, aunque una de las más comunes es la conserva. La exportación
de conservas de grated de sardina ha seguido una tendencia similar a los rendimientos entre 1998 y 2001,
generando un ingreso anual promedio alrededor de US $ 9 400, pero en el año 2002 se observó una caída
drástica en los rendimientos y por ende las exportaciones cayeron a un valor promedio de US$ 2 000,
recuperándose en el 2003 (Figura 16a). El precio promedio anual de la caja de la conserva de grated de
114
sardina fluctuó entre US$ 13,5 y US$ 14,2 por caja, entre el año 2000 y 2003. El análisis mensual durante el
2003 mostró variaciones significativas con precios altos desde enero a julio, superando los precios promedios
anuales mencionados, para luego a partir de agosto disminuir notoriamente y alcanzar los US$ 11, 7 por caja
(Figura 16 b). Los principales mercados de exportación de este tipo de conservas han sido principalmente
Panamá (38%) y Colombia (36%); en menor proporción Bolivia, República Dominicana, Estados Unidos y
otros (Figura 16 c).
115
Figura 16. Evolución de la exportación (a), precios promedios por caja (b) y principales
Mercados (c), de la Conserva de grated de Sardina, Sardinops sagax (Jenyns,1842),
entre 1998 y 2003
116
La exportación de conservas de sardina en salsa de tomate siguió la tendencia de los rendimientos, con valores
altos entre 1998 y 2000, alcanzando en este último año el mayor ingreso de aproximadamente US$ 14 000,
para luego disminuir marcadamente entre 2001 y 2003 (Figura 17 a). Los precios de estas conservas han
fluctuado entre US$ 11, 0 y US$ 12,0 por caja, entre los años 2000 y 2003; la evolución mensual de precios
durante el 2003 han mostrado fluctuaciones marcadas, siendo altos en enero, febrero, mayo, junio y julio
(Figura 17 b). los principales mercados de exportación de este tipo de conserva han sido fundamentalmente
República Dominicana (32%) y Estados Unidos (30%); en menor proporción Colombia, Bolivia, Panamá y
otros (Figura 17 c). El mercado de los principales productos exportados en base a sardina, durante el 2003 se
presenta en la Tabla 11.
117
Figura 17. Evolución de la exportación (a), precios promedios por caja (b) y principales mercados
(c), de Conserva en Salsa de Tomate de Sardina, Sardinops sagax (Jenyns, 1842),
entre 1998 y 2003.
118
La sardina, cuando es destinada a la producción de harina y aceite de pescado tiene un precio similar al de
la anchoveta y para utilización como carnada congelada se cotiza en más de $ U.S 100 por tonelada.
9. Manejo pesquero
Las medidas de ordenación y regulación de la pesca de sardina siguen los criterios del Código de Conducta
para la Pesca Responsable de la FAO. Con la finalidad de normar la actividad pesquera, regular su manejo de
manera integral y promover su desarrollo sostenible como fuente de alimentación, empleo y divisas, el país
cuenta con una legislación nacional como es la Ley General de Pesca y su respectivo Reglamento. El Ministerio
de la Producción a través del Viceministerio de Pesquería es el ente encargado de determinar el sistema de
ordenamiento de su pesquería, aplicándose diferentes medidas de regulación o de administración, que requiere
su conservación y explotación racional, sobre la base de evidencias científicas disponibles y de factores
socioeconómicos, según el tipo de pesquería.
Entre las principales medidas de regulación que se han venido aplicando a la pesquería de la sardina figuran la
limitación o reducción de la captura total, ya sea directamente estableciendo cuotas de captura permisibles
(anuales o estacionales) o indirectamente regulando el esfuerzo de pesca (limitando el número de embarcaciones,
días de pesca y capacidad de procesamiento de las fábricas).
También se aplica un sistema que se basa principalmente en medidas de carácter biológico que permiten
proteger partes de la población, entre las que destacan las vedas reproductivas en los períodos de mayor
intensidad del desove, la principal en invierno-primavera y otra secundaria en verano, y vedas de protección
a los ejemplares juveniles (< de 26 cm), determinándose límites de tolerancia en las capturas según zonas y
épocas en función de la magnitud de la biomasa de reclutas en tiempo real. Existe una talla mínima de captura
de sardina en 26 cm de longitud total.
Para esta especie también se ha establecido una Temporada de Pesca, que rige según el Año Biológico, el que
se inicia el 01 de octubre y termina el 30 de setiembre de cada año (IMARPE, 1998).
Asimismo, se han establecido medidas económicas como derechos de pesca para la captura de sardina
destinada a la industria pesquera de consumo humano directo como indirecto. Tampoco se otorgan nuevos
incrementos de flota y el ingreso a la pesquería de sardina se hace vía sustitución de bodega.
El ordenamiento pesquero en el Perú tiene como objetivo la explotación racional de los recursos hidrobiológicos
y considera las siguientes prioridades y orientaciones:
119
10. Problemática de la Pesquería
Existen limitaciones de carácter biológico, social, económico y tecnológico, las que se indican a continuación:
Biológicas y ambientales
Sociales
Económico
Tecnológico
• Existencia de una industria orientada a utilizar grandes volúmenes de recurso sardina para reducción
en harina de pescado, hecho que limita mejorar la eficiencia de los procesos de extracción y
transformación de la materia prima, incorporar tecnología moderna en los procesos productivos e
incorporar tecnología que permita reducir y prevenir impactos negativos al ambiente. Las pesquerías
de pequeños pelágicos, representan una de las mayores riquezas que la humanidad ha logrado extraer
del océano; sin embargo, todavía su consumo no es del todo directo, lo que hace que se desperdicien
económicamente grandes cantidades de energía en la cadena de alimentación. Debe lucharse porque
cada día estos abundantes y nutritivos peces que pueden suplir las deficiencias proteicas de la
alimentación humana, lleguen como alimento directo a un mayor número de personas.
120
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122
Capitulo 6.
Pesquería mexicana de Túnidos en el Océano Pacífico
con Buques Cerqueros
Martín Botello Ruvalcaba y Raúl Villaseñor Talavera
Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola. CONAPESCA. Camarón Sábalo s/n esq.Tiburón,
Fracc. Sábalo Country Club. C.P. 82100, Mazatlán, Sinaloa.
Resumen
La pesquería de túnidos con redes de cerco está en niveles cercanos al máximo sostenible. Se aprovecha
de manera intensiva el atún aleta amarilla, complementariamente el barrilete y recientemente el atún
aleta azul. Los esfuerzos técnicos, regulatorios y operacionales de la flota para disminuir, y prácticamente
eliminar la mortalidad incidental de delfines han sido exitosos. Sin embargo, la mortalidad de juveniles en
la pesca de cardúmenes no asociados a delfines, puede causar una baja en el Rendimiento Máximo
Sostenible (RMS) y efectos sobre otras especies pelágicas. Un objetivo a corto plazo es continuar la
perspectiva de manejo orientándose a mantener el RMS, disminuir la mortalidad de atunes juveniles y
mejorar su control, mantener los niveles de captura incidental de delfines, disminuir la mortalidad asociada
a la captura incidental de otros recursos en operaciones de pesca sobre objetos flotantes y brisas así
como la mortalidad sobre Atún Aleta Azul y establecer alternativas ecosistémicas como medidas de
largo.
1. Introducción
La pesca de túnidos (atunes y especies afines) constituye un conjunto de importantes pesquerías en todos los
océanos del mundo. La producción sobrepasa tres millones de toneladas métricas anuales, de las cuales se
extrae aproximadamente el 65 % del océano Pacífico, tanto por pesca industrial, semi-industrial, como
artesanal. En la producción mundial, la especie más importante es el barrilete (Katsuwonus pelamis) con una
contribución de 45 a 49%, pero otras especies alcanzan mayor valor comercial por su calidad y demanda en
el mercado. En años recientes el atún aleta amarilla (Thunnus albacares) ha contribuido con el 32%, el
patudo (T. obesus) con 10%, el albacora (T. alalunga) 6% y el atún aleta azul (T. thynnus) 3%. En el
Océano Pacífico Oriental (OPO) se captura aproximadamente el 13% del total mundial de túnidos y se ha
enfocado históricamente a la producción de atún aleta amarilla capturado con redes de cerco, que ha
representado en los últimos 10 años, el 60% de la producción en esa zona, interviniendo barcos de 16 países,
principalmente de México, Ecuador, Panamá, España y Colombia. La flota mexicana es la más importante
por su capacidad de pesca, eficiencia tecnológica y ambiental y por su capacidad de carga o acarreo.
La pesquería de túnidos utilizando buques cerqueros en aguas de la actual Zona Económica Exclusiva (ZEE)
de México, comenzó a fines de los años veinte (1927) con embarcaciones extranjeras, incorporándose barcos
de bandera nacional a partir de 1950 para desarrollar una flota cerquera que pasó de 11 unidades en 1970 a
88 en 1985 (Polanco et al., 1987), siendo en la actualidad 69 buques cerqueros, con una variación del 5%
bianual, lo que constituye más del 70 de las unidades de pesca reconocidas regionalmente por la Comisión
Interamericana del Atún Tropical (CIAT). La planta industrial, la capacidad portuaria y las utilidades por
exportación también se incrementaron en ese periodo, lo cual está relacionado con la producción.
Los procesos de captura se llevan a cabo principalmente en aguas oceánicas de la parte central de la ZEE,
frente a la costa occidental de la península de Baja California, cerca de la entrada del Golfo de California,
alrededor de las islas Revillagigedo y afuera de la ZEE en aguas internacionales entre los 30º de Latitud Norte
123
y los 10° de Latitud sur y hasta aproximadamente los 140º de Longitud Oeste (Figura 1), incluyendo el Golfo
de Tehuantepec. Esta pesquería ocupa el segundo lugar en producción de captura y en valor a nivel nacional,
después de los pelágicos menores y del camarón, respectivamente. El atún aleta amarilla constituye entre 75%
y 90% de la captura anual; el barrilete contribuye actualmente con más del 25%, mientras que las otras
especies conforman menos del 5%, registrándose en los últimos años una captura importante de atún aleta azul
para abastecer la demanda de maricultura en la región noroeste de México. Estos porcentajes varían en
función de la intensidad de pesca, condiciones oceanográficas interanuales, abundancia de las especies y
efectos del mercado.
A pesar de su importancia regional y alta eficiencia, la pesquería y el sector conexo ha sido afectada por la
imposición de embargos por parte de EUA. No obstante, la pesquería se ha mantenido básicamente por el
abasto de la producción para consumo nacional, cada vez mayor demandante de este producto en diversas
presentaciones.
2. Biología Pesquera
Los túnidos pertenecen a la familia Scombridae que agrupa a 49 especies, que en su mayoría son epipelágicos
marinos y grandes nadadores que realizan también largas migraciones alimenticias y reproductivas agrupados
en cardúmenes, lo que los caracteriza por ser prácticamente cosmopolitas, aunque existen diferencias entre las
especies por las preferencias de temperatura, que determinan patrones de distribución regional, superficiales y
por profundidad.
124
Este grupo de peces incluye a cuatro géneros con una característica única entre los teleósteos: poseen un
sistema de contracorriente circulatorio para el intercambio y retención de calor metabólico, lo cual les permite
tener una temperatura más alta que el agua circundante (Collette, 1978). El mecanismo de termoregulación
además de permitirles mantener un nivel adecuado de actividad metabólica, les da la posibilidad de extender
su hábitat: el atun aleta amarilla se distribuye en aguas tropicales y subtropicales entre los 40° de Latitud
Norte y sur, en un rango de temperaturas de 18°C a 31°C, pero constituye en el Océano Pacífico Oriental
tropical (OPO) una población bien diferenciada de otras del O. Pacífico. Su distribución vertical parece estar
afectada por la estructura térmica del agua, generalmente por arriba de la termoclina. (Cole, 1980, Collette y
Nauen,1983). Alcanzan una longitud furcal de hasta 200 cm, con un peso máximo es de 178.5 Kg, siendo el
intervalo de talla de 40 a 160 cm y el peso promedio de 20 Kg en la captura comercial. Esta especie se
reproduce todo el año, pero existen registros de su diferenciación reproductiva zonal y por época (Cole,
1980), registrándose dos épocas de reproducción claramente marcadas en abril-mayo y de octubre a diciembre.
El desove del atún aleta amarilla se realiza en aguas tropicales y subtropicales neríticas, en donde se desarrollan
los huevos y las larvas que son planctónicos; otros túnidos desovan en aguas oceánicas y tienen una amplia
dispersión de huevos y larvas. Algunos valores de los parámetros que reflejan su biología pesquera, entre
ellos los de crecimiento, fecundidad y potencial reproductivo, incluyendo la época reproductiva y zona de
desove se presentan en la Tabla 1 en donde se comparan con los de otros túnidos del Océano Pacífico,
incluyendo algunos con poblaciones enlistadas como vulnerables como el patudo (Thunnus obesus).
Los organismos adultos son depredadores activos que se alimentan de grandes presas, pequeños peces,
crustáceos y calamares, existiendo una dieta preferencial respecto a la talla y edad de los individuos. Las
presas más frecuentes son langostilla (Pleuroncondes planipes) en más de 50%, cefalópodos como Argonauta
spp (25 %), así como peces Vinciguerria spp y Auxis thazard y Auxis spp. La dieta de los organismos de
menos de 70 cm de longitud furcal está conformada por peces y cefalópodos, en tanto que los organismos de
mayor talla consumen un mayor espectro trófico, con excepción de los ejemplares adultos de más de 145 cm
de longitud furcal, cuya dieta predominante son crustáceos pelágicos. Recientes estudios sobre la homogeneidad
y variabilidad genética de fracciones poblacionales del atún aleta amarilla capturado al norte y al sur del
Ecuador en el O. Pacífico oriental muestran diferencias estadísticamente significativas, que podrían considerarse
como evidencia de una estructura genética diferenciada del atún aleta amarilla en el Pacífico oriental, lo cual
también está relacionado con nuevas evidencias de limitados movimientos migratorios de las fracciones
poblacionales distribuidas en el OPO, pero se requieren mayores estudios, aplicación de nuevas técnicas y
mayor cobertura de los mismos. Otro aspecto poco claro es la relación parentela-progenie, ya que aunque
debiera existir dependencia entre la biomasa de reproductores y el reclutamiento, no se ha encontrado una
relación directa o dependiente.
El barrilete (Katsuwonus pelamis) tienen una mayor distribución presentando tallas frecuentes de 30 a 80
cm, con máximo de 108 (Tabla 2); se alimenta de eufásidos (Nyctiphanes sp) y pequeños crustáceos pelágicos
como la langostilla. Esta especie tiene una amplia zona de reproducción y desove en las aguas neríticas
tropicales, alcanzando los valores más altos de fecundidad y potencial reproductivo por la edad más temprana
y cantidad de huevos por desove respecto a otros túnidos, como puede apreciarse en la Tabla 3. En el
Pacífico Oriental Tropical, se localiza una amplia dispersión de huevos y larvas desde el Golfo de California,
hasta el Golfo de Tehuantepec en México y en el Golfo de Fonseca.
Finalmente en biología pesquera de los pelágicos menores aprovechados en el OPO, destaca para
consideración en manejo pesquero que ha existido un efecto de la pesca asociada a FAD (Dispositivo para
la agregación de peces, por sus siglas en inglés) en las poblaciones de patudos en el sur del OPO, principalmente
por la captura de juveniles.
125
126
El patudo (T. obesus) es escaso en las capturas de la flota cerquera, aunque tiene una amplia distribución en
aguas tropicales principalmente oceánicas. Está considerado con un recurso en situación de riesgo, dado que
su población es vulnerable a los efectos ambientales y de la pesca. Se ha estimado, observado o inferido una
reducción significativa de su población a partir de los indicadores de abundancia específicos y de los actuales
niveles de explotación (www.fishbase.org). Esta especie alcanza tallas hasta de 180 cm, siendo frecuentes las
de 70 a 180 cm; también presenta un periodo reproductivo serial, alcanzando la edad de madurez sexual a los
3 años y 100 cm de talla, con un amplio intervalo de fecundidad que va de 4 a 60 millones de huevos en
función de la talla y edad. El albacora (T. alalunga) es una especie cosmopolita más frecuente en mares
subtropicales y templados; presenta una talla máxima de 127 cm, pero es más frecuente en el intervalo de 40
a 100 cm en la captura comercial; tiene un menor potencial reproductivo que otras especies de túnidos
alcanzando la madurez sexual a los 5 años de edad y 90 cm de longitud furcal, llegando a desovar de 2 a 3
millones huevos anuales.
El atún aleta azul (Thunnus thynnus), alcanza mayor tamaño con tallas promedio de 200 cm y máxima de
hasta 300 cm (Tabla 2); presenta migraciones transpacíficas hasta llegar a las costas de Baja California entre
junio y septiembre; su biología y ecología ha sido menos estudiada, pero diversas investigaciones dan cuenta
de que hay una sola población que desova en el sur de Japón. Los ejemplares adultos pueden poner hasta 10
millones de huevos por temporada. Los hábitos alimenticios del atún aleta azul implican la búsqueda de presas
tanto de peces como moluscos, de hecho la principal presa encontrada en ejemplares de esta especie, en
aguas frente a la costa occidental de la península de Baja California, incluye alrededor del 70% de calamar
gigante (Dosidicus gigas), además de pelágicos menores principalmente macarela (Scomber japonicus) y
anchovetas en 10%, langostilla (7 a 9 %) y otros crustáceos (hasta 5 %).
127
3. Estadística de la producción
En el OPO (en donde participan 16 países), México y Ecuador capturan cerca de 50 % de Atún Aleta
Amarilla y más del 75% de Barrilete. Aunque en México, la pesca artesanal data de épocas ancestrales, la
pesca industrial del atún tuvo sus orígenes en California en 1903, debido al enlatado del albacora, pero como
su captura era accesible sólo durante verano y otoño y la demanda de la industria iba en aumento, en 1916 se
inició el procesamiento de atún aleta amarilla, y posteriormente de barrilete, extendiéndose la pesca a las
costas de California y a Baja California, en donde el atún aleta amarilla y el barrilete se encontraban en mayor
abundancia. En México, la captura comercial de atún se inició en el año de 1927, poco después de que fue
establecida en 1923 la planta empacadora de Cabo San Lucas, destinada en principio a procesar el producto
de los barcos vareros de la flota californiana. Para 1940 había sólo cuatro barcos atuneros (vareros);
posteriormente en 1958, se estableció la empresa Atún Mex en Ensenada, B. C., para dedicarse a captura y
procesamiento del atún (Pedrin, 1962). La pesquería de túnidos por la flota cerquera con embarcaciones de
altura, de bandera mexicana empezó formalmente a finales de los 60’s, pero fue en los años 80’s en que
alcanzó la mayor cobertura de operaciones oceánicas.
La producción de atún aleta amarilla obtenida en el OPO por las flotas de todos los países participantes
experimentó un rápido crecimiento alcanzando en 1989 un máximo de 289,375 t que luego descendieron a
218,387 t en 1994, con un promedio anual cercano a los 242,200 t. Para 1998 fue de aproximadamente
256,600 t (CIAT, 1999a). La producción obtenida por la flota de bandera mexicana en el OPO también
creció pasando de unas cuantas decenas de toneladas en 1970, a 168,000 t en 1997, año que había sido
considerado como el de máxima producción, hasta que en 2003 se capturaron 183,000 toneladas de túnidos
en peso vivo (Figura 2), constituyendo la captura récord no obstante que hubo indicios de desabasto para la
capacidad instalada de la industria. De esa captura, el atún aleta amarilla conforma la mayor parte presentando
un registro con fluctuaciones que, a su vez, determinan las variaciones de la producción total de túnidos
(Figura 3). Para el periodo que comprende los últimos 10 años, la producción anual promedio de atún aleta
amarilla es de aproximadamente 117,000 toneladas, lo cual contrasta con los volúmenes de captura de las
otras especies que representan en promedio menos del 16% (Figura 4). Sin embargo, para el 2007, la producción
fue de alrededor de 78,000 toneladas lo que implicó la importación de materia prima para mantener la producción
de la industria procesadora.
Actualmente la producción presenta un descenso significativo que podría llegar en los próximos años al 30%
(Punsly et al., 1994), debido a una combinación de efectos oceanográficos y de interacciones poblaciones en
el ecosistema, fluctuaciones poblacionales intrínsecas y de pesca, especialmente por la captura de atunes
juveniles. No obstante se han mantenido los valores de captura por unidad de esfuerzo (CPUE) por zonas
principales de pesca, así como mortalidades de delfines por debajo de los niveles establecidos en los límites de
mortalidad de delfines (LMD). La mortalidad de delfines es un parámetro variable en función de las condiciones
oceanográficas de la zona de pesca, el tamaño y condiciones de las agrupaciones de delfines sobre la cual se
hace el lance y principalmente la pericia de los técnicos de pesca, capitán y tripulantes, así como de las
medidas técnicas adoptadas durante el cerco para la liberación de los delfines.
Estas capturas se llevan a cabo principalmente bajo la modalidad de “lances sobre delfines” (más del 85% de
las operaciones de pesca y entre 2004 - 2007 alrededor del 90% de los lances), “lances sobre brisas” (<10%
de lances) y en menor medida “lances sobre objetos flotantes” (<3% de lances). Esto implica que en la
producción de esta pesquería mexicana a diferencia de las flotas de otros países con menor eficiencia ecológica,
la mayor parte de la producción esté soportada por organismos adultos de alrededor de 20 Kg/individuo.
128
Figura 2. Producción nacional histórica de túnidos y producción de túnidos en la ZEE
frente al litoral del O. Pacífico (en toneladas)
129
Figura 4. Producción promedio anual de las principales especies de túnidos en el OPO
durante el periodo de 1995 a 2007 (fuente: Anuarios Estadísticos de Pesca, SAGARPA).
4. Recursos pesqueros
Además del barrilete, atún aleta amarilla, bonito y más recientemente atún aleta azul, también son capturados
por las operaciones con redes de cerco otras especies de túnidos, como el patudo y el albacora. En la figura
5 se presenta información técnica de la CIAT en donde se reconoce a partir de datos históricos y para toda la
temporada de pesca, “extensiones espaciales de las pesquerías” (zonas de pesca) para efectos de la estimación
de los stocks de túnidos en el OPO, en donde ocupa una amplia cobertura la flota mexicana: Además de las
extensiones identificadas para las operaciones de pesca relacionadas con la asociación atún-delfín, se reconoce
una amplia zona de pesca sobre patudo, patudo asociado a delfines y barrilete (a), captura de todas las
especies sobre objetos flotantes (b) y capturas “no asociadas” de atún aleta amarilla y barrilete (c).
La captura de atún aleta azul en comparación con la captura de atún aleta amarilla es escasa en volumen y
ocurre desde mediados del año hasta octubre, debido a su mayor presencia y disponibilidad, representando
interés para fines de cultivo por lo que se captura vivo en operaciones de pesca sobre brisas, frente a las
costas de la península de Baja California entre los 20° y 32° N y entre 110° y 120° O, desplazándolo a las
zonas de maricultura. Las capturas son mayores entre abril y junio, incrementándose en función de la latitud
conforme transcurre el segundo semestre del año y hay disponibilidad del recurso por su migración transpacífica.
En el OPO los cardúmenes de tallas grandes de atún aleta amarilla se encuentran asociados particularmente al delfín
manchado (Stenella attenuata), delfín tornillo (S. longirostris) y delfín común (Delphinus delphis); es por eso que
la mayor parte de las operaciones de pesca de la flota mexicana se realizan sobre cardúmenes identificados a partir
de la presencia de agrupaciones de delfines, cubriendo una amplia zona de pesca (Figura 6). Las causas de la
asociación atún-delfín se constriñen hasta donde se sabe a conductas de beneficios mutuos en ejemplares
adultos, especialmente en los aspectos alimenticios y de protección del cardumen y agrupación de delfines.
130
Figura 5. Áreas de pesca de túnidos en el OPO de acuerdo a la clasificación de la CIAT para efectos de
evaluación de los stocks y la relacion entre grupos de especies (las divisiones delgadas corresponden
a subzonas, excepto para pesca asociada a delfines, que abarca toda el área).
1. Concurrencia por hábitos alimenticios similares del atún aleta amarilla y del delfín manchado (Stenella
attenuata) y oportunismo del atún y su habilidad para aprovechar la detección de cardúmenes de
presas por parte de los delfines. Sin embargo, se ha comprobado que los hábitos alimenticios del atún
aleta amarilla y de los delfines con los que se asocia pueden ser diferentes. En un estudio de contenido
estomacal de atunes y delfines (Galván-Magaña y Olson, 1998), se encontraron estómagos vacíos y
otros llenos a diferentes horas del día.
2. Protección contra depredadores al asociarse atunes y delfines de tallas similares, lo que disminuye la
probabilidad de ataque de tiburones y orcas. Se asocia a la idea de que para los delfines el cardumen
de atún serviría como un “falso fondo” en aguas profundas, lo que daría seguridad a la agrupación de
delfines.
131
Figura 6. Zonas de Pesca de la flota atunera mexicana utilizando redes de cerco en el OPO.
La pesca de cardúmenes de atún asociados con delfines se considera altamente selectiva por capturar
principalmente atunes aleta de tallas grandes que se han reproducido. Este es uno de los factores que determinan
la sustentabilidad del aprovechamiento de los túnidos. Otros factores importantes que se relacionan con la
sustentabilidad de la pesquería son los bajos niveles de descarte de atunes juveniles u otras especies,
mantenimiento del empleo, tanto en flota como en procesos industriales, producción y su contribución alimentaria
a la población mexicana, mayor valor en el mercado de exportación, medidas de protección de delfines y
escasa mortalidad de los mismos por lance.
Los estudios sobre evaluación de stocks de delfines en la zona tropical del Océano Pacífico Oriental demuestran
que sus poblaciones se encuentran estables, sin presentar ningún indicio de declinación a causa de la mortalidad
incidental ejercida por la flota atunera cerquera internacional. De los delfines que caen en redes de cerco, más
del 99.9% son liberados y la tasa de mortalidad de delfines de la flota mexicana es menor a 0.12 delfines
muertos por lances efectuados con delfines encerrados. Esta cifra es la menor registrada por otras flotas,
incluso a la mortalidad por lances impuesta por los E.U. Por otra parte, las operaciones de cerco asociadas
a objetos flotantes, están relacionadas con un mayor número de atunes juveniles que tienen menor valor
comercial, captura de otros pelágicos como tiburones (tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) y punta
negras (Carcharhinus limbatus)), picudos, dorados, petos, jureles e incluso tortugas marinas, que en su
mayoría son devueltos al mar. En general los ejemplares son de menor tamaño que los encontrados en otras
operaciones de pesca de túnidos (como en lances sobre brisas y en palangres), como en el dorado (Coryphaena
hippurus), macarela caballa (D. macarellus), peces de la familia Kyphosidae (Sectator ocyurus, Kyphosus
elegans, K. analogus), entre otros. Asimismo, las tasas de captura incidental de picudos por lance, son
mayores respecto a la incidentalidad en operaciones sobre brisas, lo cual explica parcialmente que existan
diferencias significativas en cuanto a especies y tallas por tipo de lance y zona de pesca.
En el caso de pesca de atún sobre cardúmenes libres, el problema de los descartes y captura incidental es
significativo y tiene efectos sobre descartes (desperdicio económico) e impactos en el ecosistema. Según
Punsly et al. (1994) la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) estimó que si se aplicara la pesca de
atún únicamente sobre objetos flotantes y cardúmenes libres, se induciría un daño a la población de atún de
aleta amarilla y al ecosistema en su conjunto, además del correspondiente perjuicio económico.
132
En general, los indicadores de los stocks de túnidos presentan valores que permiten diferenciar su estado de
aprovechamiento: El atún aleta amarilla en el océano Pacífico tropical oriental está aprovechado muy
próximamente del nivel del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), que se ha estimado es de 369,000 t
anuales (CNP, 2006), lo cual contrasta con las estimaciones de RMS en la década de los 70’s, que eran de
alrededor de 170,000 t, sin embargo, algunos modelos de estimación del RMS considerando los resultados
de modelos de biomasa en equilibrio, no toman en cuenta la estructura de la población (Figura 7), ni los
efectos de las capturas de organismos juveniles, cuya mayor proporción se ha registrado en los últimos años.
No obstante que el estatus del atún aleta amarilla indica que se está aprovechando cerca del nivel máximo
sustentable, podría aumentarse la productividad de la pesquería si la captura se orientara a organismos de talla
cercana al rendimiento máximo por recluta.
Figura 7. Estructura poblacional en tallas del atún aleta amarilla capturado entre 1996 y 2006
en el OPO (a) y barrilete capturado en la misma área entre 2000 y 2006.
Los valores horizontales están en centímetros de longitud
y los verticales en toneladas métricas estimadas.
133
Tabla 4. Crecimiento y abundancia
134
En la Tabla 4 se presenta una síntesis de información de crecimiento y abundancia de las principales especies
de túnidos del OPO. El atún patudo se encuentra en situación de vulnerabilidad, dado que sus stocks están
sobreexplotados. En el caso del atún aleta azul no se tiene una estimación de RMS pero la captura de la flota
mexicana depende en gran medida de las condiciones oceanográficas. Para el barrilete, se ha estimado potencial
de explotación debido a su disponibilidad actual, pero algunas evaluaciones indican tendencias decrecientes
de mantenerse los niveles de aprovechamiento, ya que se ha convertido en los últimos años en la especie
objetivo de los buques que pescan sobre objetos flotantes. La pesca de la flota cerquera mexicana sobre
cardúmenes asociados a palos es insignificante (alrededor del 3% de los lances) y los descartes de atún juvenil
son mínimos. A diferencia del atún aleta amarilla, que cumple su ciclo de vida en el Pacífico oriental, el barrilete
no es residente en esta zona, influyendo su presencia en los niveles estacionales de captura. No se dispone de
suficientes estimaciones sobre el tamaño del stock.
5. Oceanografía pesquera
La influencia de variables ambientales en las capturas de atún aleta amarilla a partir de la relación de los datos
de captura por unidad de esfuerzo (CPUE) considerada como captura por lance, y la información y datos
ambientales obtenidos por percepción remota satelital en el periodo de 1985 a 2006 (Figuras 8 y 9), analizados
usando modelos aditivos generalizados indican una mayor actividad de la flota en los límites de las zonas norte
y sur de la pesquería en Latitudes mayores a los 5°N y desde las aguas costeras hasta los 140°O entre 1985
y 1999 y posteriormente mayor actividad productiva en las proximidades de las Islas Revillagigedo y Clarión,
respecto de zonas netamente oceánicas entre 1990 y el 2006. También las capturas se pueden agrupar debido
a los efectos ambientales: el atún aleta amarilla, barrilete, patudo y barrilete negro; disminuyeron en años
cuando se presentó la fase caliente de ENOS, en tanto que el bonito, atún aleta azul y el albacora aumentaron.
En los años con presencia de la fase fría del ENOS el comportamiento se invierte. Esto tiene su posible
explicación en la influencia ambiental sobre langostilla, calamar y pelágicos menores.
135
Figura 8. Distribución promedio de captura en el verano, en relación con la temperatura
superficial del agua de mar ponderada para años consecutivos: a) Promedios de captura
en septiembre de 1986 y 1987, b) Promedios de captura en agosto de 1989 y 1990.
136
Figura 9. Distribución promedio de captura en invierno, en relación con la temperatura superficiales
del agua de mar ponderada para años consecutivos: a) Promedios de captura en febrero
de 1985 y 1986, b) Promedios de captura en febrero de 1990 y 1991.
137
6. Sistemas de captura
La pesquería de túnidos por la flota cerquera con buques de altura de bandera mexicana, empezó formalmente
a finales de los años 60’s con un tonelaje bruto (GT) total de 46,000 t y una alta eficiencia a la cual contribuyeron
la invención y uso de la pasteca hidráulica, el desarrollo de las fibras sintéticas y el mejoramiento de los
sistemas de refrigeración (Mcneely. L. R., 1961), así como al ingreso de nuevos buques o a la sustitución de
buques. Entre 1970 y 1998 los requerimientos de la flota originaron una rápida evolución técnica en cuanto a
dimensiones principales y maquinaria pesquera, registrándose incrementos en sus principales relaciones de
dimensión y tecnología de equipo electrónico, de navegación y comunicación. En los años 70’s las embarcaciones
presentaban una eslora principal (Loa) de 54 m, para los 80’s se registró un valor máximo de 61.7 m; a finales
de los 80’s se registró un Loa de 68.1 m. En cuanto a la potencia nominal de la maquina principal, cambió de
cerca de los 2,900 ps en los 70’s a cerca de 3,900 ps en los 90’s. También la capacidad de tiro de los winches
principales y de la polea viradora creció en ese mismo período, pasando de 19,800 Kgf a 24,000 Kgf para
el winche y de 17,400 Kgf a 27,000 Kgf para la polea viradora (Polanco et al., 1987; Flores y Machii, 1997).
Las fluctuaciones del GT total están relacionadas, en los años 80’s, con el traslado de parte de la flota al
Pacífico Occidental en 1982 y su reincorporación al Pacífico Oriental en 1985, así como con el ingreso de
nuevas embarcaciones en 1987 (Secretaría de Pesca, 1993). En la década de los 90’s y hasta el 2006, el
número de embarcaciones y el GT total han sufrido cambios, pasando de 77 embarcaciones en 1990, a 56 en
1994 y a 69 en 2006, incluyendo a los buques transportadores de atún vivo para cultivo. No obstante ello, el
registro de la capacidad total de acarreo de la flota nacional se ha mantenido prácticamente constante (Figura
10).
Figura 10. Número de buques atuneros cerqueros activos de la flota mexicana con capacidad
de acarreo de entre 170 y 1,270 t
La red de cerco mide entre 1,000 y 1,550 m de relinga superior y más de 180 m (100 brazas) de altura de
trabajo, y está constituida por varias secciones de paño de red (de 12 a 18 paños de profundidad que va de
132 a 190 m) de acuerdo al tamaño y capacidad de la embarcación. Adicionalmente cuenta con un paño más
fino conocido como “paño de protección”, que tiene el objetivo de contribuir a disminuir la captura incidental
de delfines. Este paño tiene una malla de 3.1 cm (1 ¼ pulg.).
La flota de bandera mexicana utiliza tres técnicas de captura: lances sobre delfines, lances sobre objetos
flotantes y lances sobre brisas. De ellas, los lances sobre delfines, son los más aplicados en la actualidad (Tabla
6) y han resultado altamente eficientes en cuanto a rendimientos, por estar asociadas las agrupaciones de
delfines a cardúmenes de atunes que presentan tallas mayores que las que tienen los organismos de cardúmenes
asociados a objetos flotantes y a pesca sobre brisas. Para capturar un cardumen identificado como de interés
por el técnico de pesca, una vez detectado por los medios visuales y electrónicos, en algunas embarcaciones
con apoyo aéreo (helicóptero), se lanza la red formando un semicírculo, que se transforma en encierro completo
cuando la relinga inferior provista de anillas por las que pasa un cable llamado jareta, es reducida cerrando la
red. De esta forma queda atrapado el cardumen de atún, el cual es posteriormente subido y depositado en las
bodegas de refrigeración a base de salmuera y mantenido a una temperatura aproximada de –17º C. Durante
el proceso que se realiza a luz de día (el cerco más vespertino debe hacerse antes de media hora previa a la
puesta de sol), se llevan a cabo varias acciones por parte de la tripulación, para asegurar una buena captura y
la liberación de los delfines, tal como la verificación de la adecuada colocación del paño protector (antes se
utilizaba uno conocido como Paño Medina) en la red, la maniobra de retroceso (Figura 12) y el rescate
obligado de delfines que no hubiesen podido escapar de la red durante la maniobra de retroceso.
139
140
Debido al desarrollo tecnológico y a una serie de medidas de ordenación, la captura incidental y la mortalidad
de delfines se ha reducido a niveles que los hacen tanto poco significativos para sus poblaciones, como
estadísticamente no representativos. La tecnología desarrollada en el uso del paño de protección, maniobras
de liberación (maniobra de retroceso, uso de lanchas rescatadoras y acciones de nado para liberación), uso
de artefactos (reflectores, bengalas, etc.) han permitido la reducción de la mortalidad de delfines por lance de
pesca, lo cual constituye un gran éxito en la pesca responsable
142
Figura 12. Operación de encierro de cardumen de atún en lance sobre agrupación de delfines:
Movimiento de las lanchas rápidas (a), inicio de largado de la red (b), encierro (c y d),
maniobra de retroceso (e) y esquema de liberacion de delfines
(f). Adaptado de Villaseñor et al. 1995)
143
7. Procesamiento
A nivel mundial la producción de preparaciones y conservas de tuúnidos tiene una participación de entre 40 y
45%. En orden de importancia le siguen los túnidos congelados: bonitos (20%), túnidos diferentes al aleta
amarilla (14%), atún de aleta amarilla (13%), Patudo (5%) y atún azul de captura (3%). Los atunes refrigerados
originados por las flotas artesanales no alcanzan el 1%. En México, aunque el atún se descarga congelado en
salmuera, la mayor parte de la producción se destina al procesado para preparaciones y conservas que tienen
como destino el consumo nacional, particularmente el atún enlatado en presentaciones que en promedio tienen
170 gr en peso neto y 120 gr en peso drenado, la cual se ha constituido por la demanda del mercado nacional
en la principal modalidad de presentación y venta. A diferencia de la producción mundial, en donde se destina
hasta un 45% de la misma a las preparaciones y conservas, en México más del 70% de la producción se
destina al enlatado para consumo humano, existiendo otras presentaciones en latas de mayor tamaño, incluso
“lonjas de atún fresco, congelado o ahumado para unas cuantas semanas de “vida de anaquel” y apenas entre
el 18 y 24 % se exporta en diversas modalidades de producto, principalmente congelado.
Los principales puertos de descarga y procesamiento son Mazatlán, Sin. (área geográfica principal), seguido
de Manzanillo, Col. y Puerto Madero, Chis. Estos puertos han acumulado más del 70% de las descargas. La
industria procesadora se encuentra instalada en dichos lugares, así como en Ensenada, B.C., La Paz, B.C.S.
En Mazatlán se procesa más del 50% de la producción en 1998. La eficiencia en términos de producción
obtenida, se incrementó de un 55% en 1989 hasta 74% en 1998, año a partir del cual se ha mantenido con
pequeñas fluctuaciones.
A principios de los 80’s, la industria enlatadora estaba integrada por 16 plantas, con una capacidad instalada
de 460 tm/turno de ocho horas, es decir de 110 mil toneladas anuales. En 1986 las plantas registradas eran 18,
con una capacidad disponible de 668 tm/turno de horas, correspondientes a una capacidad anual de 167 mil
toneladas de manejo de producto. Entre 1992 y 1995, se incrementó en forma considerable la producción de
las plantas enlatadoras mejorando su eficiencia y rendimiento, sobresaliendo las plantas ubicadas en Mazatlán
que crecieron en un 65%, en tanto que otras plantas del país tuvieron una reducción de hasta 30%. Actualmente,
se cuenta con una infraestructura de procesamiento con 20 plantas enlatadoras para procesar alrededor de
200 t/hora.
Entre 1980 y 2004, la producción de atún aleta amarilla enlatado ha crecido de 20,000 toneladas hasta llegar
a más de 70,000 toneladas, existiendo algunos periodos específicos con disminución de crecimiento o
decrecimiento de la producción del enlatado: entre 1980 y 1982, de 1985 a 1988, 1992 a 1995 y en 1999, lo
cual ha estado relacionado con los efectos de los embargos a la importación en EUA y a la operación de la
flota. A pesar de esos altibajos, durante los últimos 25 años la producción de atún enlatado ha estado creciendo
a mayor ritmo, comparativamente a la producción de otros pescados y mariscos, como los congelados (Figura
13). Recientemente los efectos de la disminución de la producción y la baja captura registrada en el 2006 está
forzando a la industria a importar varias decenas de toneladas para poder mantener operativa y en rentabilidad
la capacidad de proceso.
144
Figura 13. Valores comparativos de producción histórica de túnidos enlatados respecto
a diversos productos congelados (fuente: Anuarios Estadísticos de Pesca, SAGARPA).
8. Comercialización y exportación
Hasta entes de los años 80’s se exportaba más del 80% de la producción de túnidos, teniendo como principal
destino los EUA, ya fuera como destino para distribución y consumo, o para proceso y envío al mercado
oriental. Para 1981, los principales compradores de tún proveniente de la ZEE eran Italia, Francia y Japón. En
México se consumían apenas 82 millones de latas de atún en 1982. Pero debido a que fueron detenidos y
confiscados algunos barcos cerqueros de los EUA pescando en aguas patrimoniales (dentro de la ZEE), el
gobierno de los EUA decidió aplicar un boicot al mercado de atún proveniente de México, prohibiendo la
entrada de producto y constituyendo el primer embargo atunero que afectó el comercio internacional con
pérdidas para México por el orden de 200 millones de dólares de EUA y alteró la operación de las flotas, ya
que la flota de EUA cambió de áreas de pesca desplazándose al Pacifico Central y Occidental.
El primer embargo se levantó en 1986, pero prácticamente 10 años después se generó un segundo embargo
denominado “Embargo Secundario”, el cual fue establecido bajo argumentos de protección de las poblaciones
de delfines. En ese lapso, creció el mercado interno y se buscaron mercados extranjeros alternativos como los
países europeos y orientales (en 1989 se exportó aproximadamente 80% de la producción a Europa y
Japón). El embargo afectó las exportaciones de productos enlatados y congelados ya que México no pudo
exportar 70,000 t de atún a Europa y Asia, resultando en un fuerte obstáculo para el desarrollo de la industria
atunera mexicana que no obstante, favoreció el consumo interno que creció entre 115,000 y 124,000 toneladas
en la segunda mitad de los 90’s registrándose un consumo per capita de 1.23 Kg (SEMARNAP, 1999).
El valor de las exportaciones ha tenido un comportamiento variable como consecuencia de los embargos: en
1981 alcanzaron un valor de 55.8 millones de dólares de EUA, pero se redujeron a 8.6 millones de dólares en
1984. En 1986 se recuperó el valor hasta 57 millones de dólares, alcanzando una cifra récord de 82 millones
de dólares a fines de los 80’s, que no se volvió a obtener debido al embargo de los 90’s, lo cual originó un
descenso del valor de las exportaciones a niveles inferiores a 30 millones de dólares hasta 1995 en que se
mejoró la exportación para generar ingresos por 59 millones de dólares.
145
En los años 90’s el consumo nacional de latas de atún superó los 400 millones de latas, con lo que el resultado
fue superior a países como España, Estados Unidos, Japón e Italia. Las exportaciones promedio de atún aleta
amarilla en los últimos 5 años, que corresponde a alrededor del 30% de la producción de la flota mexicana,
tienen como destinos finales los mercados de España, Tailandia, Costa Rica, EUA, Japón, China y menos del
1% a otros países. En la figura 14 se aprecian las proporciones de exportación por tipo de producto exportado,
siendo los productos congelados los que ocupan la mayor parte con alrededor del 73%, los productos frescos
refrigerados 14% y las conservas el 4%.
Figura 14. Exportaciones de atún aleta amarilla por país de destino (a) y proporciones por tipo
de producto entre 2004 y 2006 ( b)
La demanda creciente de alimentos de origen marino, especialmente de atún enlatado, han hecho que el
mercado interno del atún sea atractivo para las transacciones comerciales que también se reflejan actualmente
en importación de producto para proceso y comercio. Es necesario garantizar el abasto en el mercado interno
una vez que se reinicien las actividades de exportación de este producto.
146
Sin embargo, la industria está enfrentando también el problema de la oferta excesiva de atún proveniente de
otros países, lo cual tiene consecuencias en cuanto a precios bajos y dificultad de acceso a mercados
internacionales.
9. Manejo Pesquero
Las medidas de ordenación pesquera abarcan disposiciones administrativas y medidas técnicas y económicas
de manejo pesquero que han cambiado durante las últimas dos décadas. La pesquería de atún se está explotando
a niveles alrededor del máximo rendimiento sostenible, y su acceso se encuentra controlado mediante el
régimen de permisos y concesiones de pesca comercial, que constituyen los primeros elementos del sistema
legal de regulación y control.
La flota internacional que opera en el OPO, está actualmente sobredimensionada, pero hasta este momento la
flota nacional está operando con adecuados niveles de rentabilidad y no ha alcanzado los niveles máximos que
llegó a tener en cuanto al número de embarcaciones, estimándose que difícilmente podrán incorporarse
embarcaciones de gran autonomía y poder de pesca, por sus efectos sobre la capacidad pesquera global que
se ejerce en el OPO.
Hasta mediados de los años 70’s, las medidas administrativas que regulaban la operación de la flota cerquera
de bandera mexicana se referían a regulaciones sobre las dimensiones de las artes de pesca y obligaciones de
los permisionarios. En 1977, las reglamentaciones para la protección del delfín en la pesca de atún con red de
cerco (Circular No. 20) ya incluían medidas para evitar la mortalidad de los delfines, pues las redes de cerco
deberían integrar un paño protector (paño Medina), cuya característica es que la luz de malla de 2 pulgadas;
se estableció el uso de la balsa rescatadora, observadores a bordo y la obligación de realizar la maniobra de
retroceso para facilitar la salida de delfines. En 1990 se prohibió la realización de lances nocturnos y el uso de
explosivos como auxilio a la pesca y se cambió el uso del paño Medina por un paño de seguridad con malla de
1.25 pulgadas, cuya longitud fue regulada en 180 brazas (329.5 m) y dos paños de altura (21.96 m).
En el segundo semestre de 1991, fue establecido el primer límite de mortalidad de delfines por lance, con
reducciones sucesivas de tasas de mortalidad a partir de ese años, para quedar desde 1994 en 1.5 delfines
por lance. Sin embargo esta medida quedó en desuso al establecerse a fines de los años 90’s nuevas medidas
de ordenación como consecuencia de los acuerdos internacionales de que México forma parte.
En cuanto a los procesos de seguimiento y evaluación, desde el 20 de mayo de 1991 se estableció el Comité
de Expertos que evalúa y califica el desempeño semestral de la flota atunera. En septiembre de 1991 se creó
el Programa Nacional de Aprovechamiento del Atún y Protección al Delfín, con una cobertura de observadores
a bordo de la flota del 100% en los viajes de pesca. El año siguiente se elaboró la Norma Oficial Mexicana
NOM-PESC-001-1993, publicada en diciembre de 1993, la cual contenía las regulaciones específicas sobre
sistemas de pesca, uso de paño protector, uso de bengalas, prohibición de lances nocturnos, uso de lanchas
rescatadoras, horario de operación de lances, entre otros. En ese mismo año, México suscribió el “Acuerdo
de La Jolla”, en el cual se estableció un límite de mortalidad incidental de delfines (LMD) para cada barco que
opera en la zona de pesca tropical del OPO.
La Tabla 7 es una síntesis del conjunto de medidas de ordenación de la pesquería derivadas de varios
instrumentos regulatorios como el APICD y la veda temporal que constituye una medida técnica de manejo
pesquero para el control de la mortalidad por pesca aplicable entre noviembre y diciembre de los últimos tres
años. Antes, en el 2000 se acordó una veda de 3 meses que inició el 15 de septiembre de ese año, debiendo
cesar también la pesca sobre objetos flotantes naturales y artificiales. Esta veda se relaciona con el acuerdo de
la CIAT en el 2000 sobre la cuota global para el atún aleta amarilla, correspondiente a la estimación de
Rendimiento Máximo Sostenible de 265,000 t.
Actualmente, en caso de cubrirse la cuota global o aunque ésta no se haya alcanzado, los países integrantes de
la CIAT pueden adoptar entre una veda en verano o una a fin de año (o de invierno). México ha establecido
la veda de fin de año (invierno) a partir del 20 de noviembre, con excepción del 2008, año en que se inició la
veda el 1° de diciembre, restringiendo la pesca en el Área de Regulación de la Comisión del Aleta Amarilla
(ARCAA), considerando se requiere reducir el esfuerzo de pesca aplicado para el atún aleta amarilla (Thunnus
albacares) y patudo o atún ojo grande (Thunnus obesus), por presentar niveles que lo sitúan por encima del
correspondiente al rendimiento máximo sostenible promedio en las aguas de operación de la flota multinacional.
Particularmente para el patudo o atún ojo grande (Thunnus obesus), el rendimiento depende fuertemente del
nivel de desove de esas especies, por lo que la suspensión temporal de las operaciones de pesca de la flota
atunera disminuye la mortalidad por pesca y contribuye a mantener las poblaciones de las especies de atún en
niveles que puedan producir el máximo rendimiento
En el seno de la CIAT y sus grupos técnicos, continúan los análisis y discusiones sobre implicaciones de vedas
espacio-temporales en áreas de alta mortalidad de túnidos juveniles y sobre los efectos de limitar el esfuerzo
dirigido a cardúmenes asociados a palos. Con base en el APICD que emana de la Declaración de Panamá, se
han definido límites de mortalidad de delfines (LMD) por stock, en función del tamaño de las poblaciones de
delfines. Para el 2001, la mortalidad por stock no debe sobrepasar e l 0.01% del límite inferior del intervalo de
confianza de la estimación de abundancia. En la actualidad la flota cerquera mexicana no ha alcanzado en su
conjunto esos límites, ni individualmente los LMD asignados.
148
Tabla 7. Medidas de ordenación pesquera
149
A principios del 2000 se modificó la definición “Dolphin safe”, ya que pasó de estar definida en numero de
viajes sin operaciones de pesca sobre delfines, a una definición que incluye a todos los lances asociados a
delfines sin mortalidad. Más del 80% de los lances sobre mamíferos marinos implican la liberación de delfines
y prácticamente nula mortalidad pesca incidental. La nueva definición está sujeta a una aprobación de los
Estados Unidos.
Esta pesquería podría beneficiarse con el uso de cuotas individuales transferibles (CIT), ya que se trata de una
pesquería enfocada a un grupo reducido de especies con predominancia de una sola especie, con disponibilidades
biológicas bien definidas para periodos de 2 a 3 años, flota pequeña y una base sólida de información
científico tecnológica, así como recursos financieros para fomento y control. Se estima que podría mejorarse
la eficiencia de la flota y la generación de ingresos; no obstante debe cuidarse el control y seguimiento por
parte del estado, especialmente sobre la producción nacional, que debiera corresponder a una cuota global
por país.
Los embargos han sido aplicados para impedir las importaciones a EUA, debido a intereses económicos,
competencia de las flotas, e intereses comerciales amparados bajo argumentos de afectación a los delfines,
especies asociadas a los cardúmenes de atún. El primer embargo data de 1980 cuando México ejerció sus
derechos de soberanía territorial (Castro, 1989). El embargo de 1990 tuvo su origen al considerarse que
México y otras naciones, tenían altas tasas de captura incidental de delfines, en niveles mayores a la registrada
por la flota estadounidense, de acuerdo con la Ley de Protección a los Mamíferos Marinos de ese país. Desde
ese año, México demandó la liberación del embargo y en 1991, solicitó al entonces Acuerdo General de
Aranceles y Comercio (GATT) el análisis de las restricciones impuestas por EUA. Pese a obtenerse un fallo
favorable, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica fueron factor clave para no
continuar con la demanda (McLaughlin, 1994); sin embargo, las negociaciones se siguieron efectuando y el 30
de julio de 1997, el Congreso de EUA votó a favor del proyecto legislativo para modificar la Ley de Protección
de Mamíferos Marinos que permitiría la importación de atún procedente de México a partir del primer trimestre
de 1998; esa legislación contemplaba la modificación del etiquetado “Dolphin safe” para marzo de 1999, con
lo cual se estaría asignando una clave de eficiencia a las capturas bajo estándares de protección de delfines.
Antes de ello, ya se había logrado exportar atún sujetándose al termino “Dolphin safe” que ha ocasionado
mayor esfuerzo de pesca y búsqueda del recurso, evitándose la pesca sobre agrupaciones de delfines, pero
esas operaciones no han resultado ser la forma más eficiente ni responsable de pesca, ya que disminuye la
eficiencia de pesca, y al capturarse atunes juveniles, tampoco hay una adecuada eficiencia ecológica, ya que
además de capturar gran cantidad de ejemplares juveniles (que tienen menor valor en el mercado), se descartan
un elevada cantidad de fauna asociada e incidental de diversas especies (tiburones, picudos, dorados, petos,
jureles e incluso tortugas marinas).
La modificación del etiquetado se hizo efectiva a partir del año 2000, pero además de la poca aceptación del
etiquetado, la resolución depende de los resultados de los estudios del Servicio Nacional de Pesquerías
Marinas de los EUA (NMFS) sobre las poblaciones de delfines. La evaluación de las poblaciones de delfines
en la zona tropical del OPO, demuestran que se encuentran estables, sin indicios de declinación a causa de la
mortalidad incidental ejercida por la flota atunera internacional. La tasa de mortalidad de delfines de la flota
cerquera durante las operaciones de cerco de túnidos es de menos del 0.12%, con más del 99.9% de liberación
150
de ejemplares vivos. Sin embargo, en años recientes, un juez federal en EUA prohibió al gobierno de ese país
levantar el embargo bajo argumentos de protección a los delfines, que en realidad tienen una connotación de
protección de intereses económicos.
Otro problema relativo al esfuerzo de pesca es el crecimiento de la flota, con su consecuente exceso de
capacidad de pesca a nivel regional, debiéndose establecer límites al tamaño y operación de las flotas que
operan en el ARCAA, especialmente a los barcos con bandera de conveniencia, muchos de los cuales realizan
operaciones de pesca sobre brisas y objetos flotantes naturales y artificiales, como los agregadores de peces
o FADs (fish agregating device) lo cual incrementa la captura de atunes juveniles y de otras especies
incidentales.
El tamaño de la flota regional puede generar problemas por la asignación de límites de mortalidad de delfines
(LMD) para buques poco operativos, incrementos en la mortalidad de atunes juveniles y deterioro de algunas
especies de túnidos, especialmente de las que son actualmente vulnerables.
Por otra parte, las medidas de ordenación deben continuarse aplicando de modo que el aprovechamiento de
túnidos siga siendo responsable, tanto para asegurar su uso en el largo plazo, como para mantener las medidas
de protección de delfines, de modo que las poblaciones y subpoblaciones de estos conjuntos de especies se
mantengan en equilibrio.
151
Bibliografía
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Pesca y Alimentación. México. Versión en CD.
154
Capitulo 7.
Resumen.
La pesquería de camarón del Pacifico mexicano, tiene gran importancia social, económica y cultural.
No obstante, en ella se dan una serie de problemáticas de carácter estructural que la hacen vulnerable.
La situación de la comercialización de los productos pesqueros de la pesquería agrava los problemas
anteriores desestructurando al sector, perjudicando a los pescadores y a la viabilidad futura de sus
órganos de gestión. En la sinopsis de esta pesquería se presenta un análisis de sus aspectos biológicos,
la parte tecnológica, la sección de su industrialización, la problemática del mercado, la caída de los
precios y su problemática actual.
Se destaca también que la pesquería de camarón del Pacifico mexicano, se encuentra en una etapa de
crisis en materia pesquera. Hoy en día, se mantiene una reestructuración importante y un ordenamiento
pesquero, porque justamente la crisis que actualmente sacude a la pesquería ha llevado a visualizar que
la organización de esta actividad que actualmente opera, no ha dado los resultados requeridos, ya que
se han tenido en los últimos años caídas importantes en su producción, así como un acortamiento en su
temporada de captura, y con esto se ha pescado menos de lo que tradicionalmente aporta esta actividad.
Por tanto, hay que dar un nuevo paso.
Nuestro país y en particular el sector de la pesca de camarón, ha sufrido el embate del oleaje globalizador
que afectó profundamente las economías regionales y obliga a desarrollar respuestas rápidas que permitan
sobrevivir en un sistema cada vez más competitivo y en el que el conocimiento juega un rol preponderante.
Es importante destacar que la ecología y economía deben complementarse y tener presente las
condiciones culturales y económicas de las zonas de estudio para realizar un manejo racional de los
recursos costeros, Las vedas (móviles o fijas), el empleo de las artes de pesca y capturas máximas
deben ser tratadas integralmente, mediante la implementación de programas a mediano y largo plazo.
Los mismos deberán incluir la investigación científica, el control y la extensión, que permita no sólo una
más adecuada condición técnica de los trabajadores sino la concientización sobre la importancia del
cuidado de los recursos.
Finalmente, ante esta problemática, se concluye enfocar la atencion hacia el logro de un sello de
calidad para posicionar un producto y diferenciarse, ya que actualmente la producción de la acuacultura
esta, afectando fuertemente sus precios. Por lo tanto, es necesario establecer una autorregulación de
los productores nacionales que permitan homologar la calidad del producto a través de un “sello de
calidad”. Por lo anterior, es importantísimo una estrecha colaboración entre los sectores involucrados
en esta actividad, ya que sin investigación y sin la participación y colaboración mutua entre científicos,
pescadores, autoridades y el cada vez mayor protagonismo de las organizaciones no podremos lograr
una pesca responsable.
155
1. Introducción
Es de sobra conocido que las pesquerías de camarón del país han ocupado siempre el primer lugar no tanto
por el volumen de la producción sino por su valor. Hasta el inicio de los años 40s., del siglo XX, la atención
dada por el gobierno y por los investigadores a los recursos que conforman estas pesquerías eran prácticamente
nulos, y es interesante el hecho de que no fue, sino hasta que los problemas sociales de la misma hicieron crisis,
cuando las autoridades iniciaron los estudios de tipo biológico, social y económico que caracterizan a la hoy
tan importante como problemática actividad. Nos referimos al acelerado desarrollo de la pesquería de camarón
en mar abierto, el cual tuvo su auge con la flotas del Pacífico basadas en Guaymas y Mazatlán, principalmente,
con la captura dé las poblaciones de las especies azul y blanco que, como adultos, son capturados por las
redes de arrastre, incidiendo sobre las mismas poblaciones de las pesquerías de camarón juvenil que
históricamente se consumen en el país, provenientes de las pesquerías artesanales. Esto responde al hecho
biológico de que un gran porcentaje de las especies pesqueras que tienen por hábitat las aguas costeras
penetran él ecosistema litoral lagunario en algunas de sus fases de desarrollo (Castro-Aguirre, 1978). La
pesquería de camarón del Pacifico puede ser estudiada por las etapas que ha pasado en su desarrollo:
1) Explotación artesanal, desde la época precolombina, practicada por los grupos indígenas establecidas en
las riberas de los ecosistemas lagunarios litorales. Camarón consumido, posteriormente, en el interior de la
república en estado cocido y secado al sol. Desde que las comunicaciones hacia el interior comenzaron a
desarrollarse hubo un mejor control gubernamental de la producción, con la creación del sistema cooperativista
a partir de1924 (Chapa, 2006, en prensa).
2) Explotación industrial, con el desarrollo de las flotas para la pesca de arrastre con inicio en la década de
1940 y gran auge a partir de 1945. Combinación con la pesca artesanal. Ambos sistemas protegidos con la
concesión exclusiva del recurso, por ley, a las sociedades cooperativas de pesca artesanal y de pesca industrial.
3) A partir de 1950 el enfrentamiento de intereses al incidir, los 2 sistemas de pesca, sobre un mismo recurso.
4) Incremento indiscriminado del esfuerzo pesquero artesanal sobre el recurso, al crear cooperativas ejidales
en el sexenio del Lic. Echeverría, con derecho a pescar camarón en los ecosistemas lagunarios litorales. En
mar abierto el aumento, igualmente indiscriminado, del esfuerzo pesquero con la introducción de la red doble
de arrastre a mediados de la década de los 60s., Modernización tecnológica con el empleo de barcos mayores,
con casco de acero, mayor potencia de motor y de radio dé acción; intentos de introducción de red cuádruple
desde la década de los 60s.
5) Presentación de crisis recurrentes en los rendimientos de alta mar desde la década de los 80s. hasta el
presente, con el consecuente acortamiento de las temporadas normales y reducción dramática de la biomasa.
Como se dijo al principio, el afloramiento de los primeros problemas sociales de la pesquería motivó a las
autoridades la formación de grupos técnicos en la búsqueda de la información y la aplicación de medidas
encaminadas a la conservación y fomento del recurso.
En el presente documento, se analizan los hechos más importantes con respecto a esta pesquería, en particular
el desarrollo y la importancia que esta actividad económica representa para muchas comunidades de pescadores.
Un renglón que ha contribuido sin duda a la crisis actual de la pesquería, es el cambio ecológico sufrido en el
ecosistema estuarino lagunar sometido, por décadas, al azolve constante como fruto de la tala de los manglares
156
y el mal manejo de las tierras de cultivo de la región, así como la realización de otros cambios en la ecología
provocados por determinadas obras de ingeniería hidráulica cuyo fin fue el de favorecerlas. A todo ello agréguese
la presión de la población en aumento, la cual cada vez reclama derechos sobre un recurso que, por otra
medida equivocada, fue declarado de explotación libre, con el despojo de las cooperativas originales en el
sexenio del Lic. Salinas de Gortari.Por su importancia etnográfica, y por representar para el país, tal vez, el
primer sistema organizado de una pesquería, así como por ser la base empírica de la camaronicultura, creemos
necesaria la elaboración de este trabajo, al final del cual se hacen algunas conclusiones encaminadas a la
búsqueda del equilibrio del recurso y la subsistencia de la pesquería.
2. Biología pesquera
Las capturas de camarón en el Pacífico mexicano se componen principalmente de 5 especies: camarón azul
(Litopenaeus stylirostris), camarón blanco (L. vannamei), camarón café (Farfantepenaeus californiensis),
camarón rojo o cristal (F. brevirostris), y el camarón blanco del sur (L. occidentalis). No obstante, es notoria
la presencia en la captura comercial de otras especies de camarones peneidos de importancia potencial, como
los camarones de roca (Sycionia penicillata, S. ingentis y S. disdorsalis); y otros camarones de talla pequeña
pero muy abundantes como el cebra (Trachypenaeus pacificus), el rosadito (Solenocera mutator) y el
botalón (Xiphopenaeus kroyeri).
Los camarones penaeidos son especies estrechamente ligados al litoral, de tal manera que, en su
distribución ocupan, incluso, los ecosistemas estuarinos y lagunas litorales.
El ciclo biológico comprende las diferentes etapas que la especie experimenta desde que nace hasta
que llega a la madurez sexual y se reproduce.
a) Ciclo mixto. Cuando la especie ocupa, tanto el ecosistema estuarino o laguna litoral. En este caso la
reproducción tiene lugar con el encuentro de hembra y macho en mar abierto. Los machos transfieren
el paquete con el esperma, que recibe el nombre de espermatóforo, a las hembras que, de esta manera
quedan fertilizadas.
El desove consiste en la expulsión de los huevos al ambiente, los cuales van a dar directamente al fondo
(son demersales). Luego, menos de 15 horas, el huevo eclosiona y da lugar a la primera larva que
recibe el nombre de nauplio. Al nauplio; siguen los estadíos de protozoea y zoea, éstas se transforman
en mysis. La mysis muda a la fase de post-mysis (post-larva) con capacidad para penetrar al ecosistema
estuarino-lagunar. Allí se vuelve bentónica.
En este ecosistema la postlarva crece en tamaño y peso hasta la fase juvenil. Al cabo de 2-4 meses, el
juvenil sale a aguas oceánicas en donde se convierte en adulto para reproducirse y completar el ciclo.
157
b) El ciclo sencillo tiene lugar, en todas sus fases, en el ecosistema marino.
Las especies comerciales más importantes del Pacifico, en cuanto a su ciclo biológico son:
3. Ámbito geográfico
El camarón azul se distribuye desde el litoral occidental de Baja California y por dentro del Golfo de California
desde el río Colorado, Sonora, Sinaloa, Nayarit y desde allí hasta la frontera con Guatemala. El blanco se
distribuye desde el norte de Sinaloa hacia el sur por todos los litorales hasta Guatemala. El café en el litoral
occidental de la Península, dentro del Golfo de California y de allí hasta la frontera con Guatemala. El cristal
tiene una distribución desde el norte de Sinaloa hacia el sur hasta la frontera con Guatemala. Por profundidad,
el azul y el blanco se encuentran desde la orilla hasta en 20-25 Br. El café entre 10 y 40 Br., el cristal entre 25
y 50 Br (Chapa, 1965) (Figura 1),
Los litorales del Pacífico de México se extienden de Noroeste a Sureste por lo cual presentan variaciones
marcadas en la salinidad de los ecosistemas estuarino-lagunares en atención al régimen local de lluvias y los
arrastres de los ríos, así como la temperatura del agua. El régimen alimenticio de los camarones está ligado a
la materia orgánica del bentos, constituida por comunidades de invertebrados, principalmente gusanos, así
como múltiples detritus propios del bentos o arrastrados por las corrientes pluviales. Debido a esto, los
camarones se distribuyen sobre fondos en los que exista la base alimenticia.
La captura de los camarones se realiza de manera primordial sobre la población, tanto en estado juvenil
dentro de los ecosistemas estuarino-lagunares, como en mar abierto. En el primer caso mediante atarrayas,
redes suriperas o tapos, y en el segundo con embarcaciones provistas con redes al arrastre.
Para la administración de la pesquería, hasta la fecha las autoridades aplican un régimen de veda que consiste
en la prohibición de la pesca en ciertos meses del verano, cuyo objetivo es proteger a las especies durante la
reproducción masiva, así como al crecimiento de los juveniles.
158
Figura 1. Distribución geográfica de las principales especies de camarón que se explotan
en el Océano Pacífico mexicano.
Una vez la veda en operación, las autoridades se encargan de realizar muestreos en mar abierto y en el
ecosistema estuarino-lagunar con el objeto de determinar el estado que guardan las poblaciones y su desarrollo.
Los muestreos dan información sobre la composición de las especies, sexo y estado de desarrollo gonadal
(madurez sexual), Se determinan otros parámetros poblacionales como son: 1) Composición de tallas; 2)
Mortalidad natural, 3) Mortalidad por pesca, 4) Sobrevivencia. Parámetros que difieren entre una y otra
poblaciones y especies. Los muestreos se realizan en las áreas de la pesca y la información es manejada en la
procura de una medición de la biomasa, la cual servirá de base para predicciones aproximadas de la temporada
siguiente.
4.Descripción de la pesquería
Reconociendo a los recursos marinos como bienes naturales renovables propiedad de la nación, y que el
Estado administra y regula su aprovechamiento a través de la pesca como una actividad extractiva generadora
de riqueza, empleo y bienestar para la población, es importante ubicar en el contexto nacional de esta actividad
al recurso camarón en México. De acuerdo con el Anuario Estadístico de Pesca para el año 2002 (SAGARPA,
2003), del total de los recursos pesqueros mexicanos, la vertiente del Pacífico contribuye con alrededor del
80 % del total. De la pesquería nacional de camarón, el Pacífico contribuye con aproximadamente el 79 % del
total. El camarón del litoral Pacífico mexicano, representa una de las pesquerías más importantes por múltiples
razones, entre las que se pueden señalar las siguientes:
- Ocupa el primer lugar en cuanto a su valor comercial. Por su elevado y dinámico precio en el
mercado nacional e internacional, es la pesquería con mayores aportaciones por concepto de divisas.
159
- En 2002, el valor de la producción de camarón ascendió a 5,019 millones de pesos, ocupando
el 39.9 % del valor total de la producción pesquera nacional. Tiene también el primer lugar en volumen
y valor de las exportaciones de productos pesqueros: En 2002 se exportaron 25,521 toneladas, con
un valor de 260.3 millones de dólares.
- Se sitúa en primer lugar en cuanto al número de embarcaciones mayores y menores. En 2002,
el número de barcos registrados para su captura fue de 2,412, de los cuales 1,674 tienen su base en
el Pacífico, lo que representaba el 69 % del total nacional.
- Se coloca en primer lugar por cuanto a la infraestructura instalada para la operación de la flota
pesquera nacional. La flota camaronera ocupa el 42 % de la longitud de atraque del total nacional.
- Se ubica, en promedio, en tercer lugar en el volumen de la producción total pesquera nacional,
después de la sardina y los atunes, con un promedio de alrededor de 100,486 toneladas de peso vivo
(considerando en esta cifra, la camaronicultura).
- Ocupa el primer lugar por cuanto a la generación de empleos, originando poco más de 37,000
empleos directos e indirectos en el Pacífico mexicano.
- Ocupa el primer lugar en la problemática social y política que genera la administración de la
pesquería, incluyendo los costos de vigilancia dada su alta vulnerabilidad en todas las etapas de su
ciclo de vida (ante la depredación humana).
- Como recurso, tiene el primer lugar por cuanto a su potencial de crecimiento en la rama de la
acuacultura, creciendo en un lapso menor de 10 años en más del 500 %.
La producción camaronera.
Las especies
La producción
En principio, como se puede notar en la figura 2, las capturas de la flota de alta mar denotan un comportamiento
cíclico, producto de la variabilidad ambiental y de la variabilidad en el esfuerzo. Las máximas capturas se
registran históricamente en dos momentos, uno con el máximo esfuerzo observado (alrededor de 1,650 barcos)
y otro en los 50’s y 60’s con un promedio de esfuerzo alrededor de 800 barcos; en ambos casos esta
producción máxima es de alrededor de 27,000 TM de peso desembarcado.
160
Figura 2. Tendencias de la pesquería del camarón en el Océano Pacifico mexicano. Peso vivo
Fuente:INAPESCA
En la flota de altura de Sinaloa., se observa algo similar (Figura 3). La descripción general de los datos permite
señalar que la flota sinaloense ha pasado de 142 a 786 barcos y las capturas en algunas temporadas han
alcanzado hasta 50 toneladas por embarcación. El análisis muestra tendencia a mantenerse en un promedio de
10 toneladas por embarcación; sin embargo, las capturas en lo general muestran la tendencia a la baja. De
acuerdo a su procedencia, la caída es evidente en la producción de alta mar. En efecto, a partir del año 2000
es notable la baja en la producción del blanco y del café. El total de la producción histórica se redujo al 50%.
Figura 3. Captura por barco por temporada de los desembarcos realizados por la flota camaronera
en Mazatlán, Sin. desde la temporada 1952-1953 hasta 2002-2003
Para el caso de la flota del estado de Sonora., también se observa un crecimiento de la flota de 227 barcos en
1962 a alrededor de 680 para las últimas temporadas, en tanto que la rentabilidad de la producción disminuye
drásticamente de un máximo de 25.5 ton/barco a 7 ton/barco para la temporada 2002/2003 (Figura 4). El
promedio histórico de producción es de 4,050 ton por temporada de pesca y una captura por barco de 12.5
TM, aunque en las últimas 10 temporadas el promedio es de alrededor de 9.5 TM/barco.
161
Figura 4. Captura por barco de los desembarcos realizados por la flota camaronera en Guaymas,
Son. desde la temporada 1962-1963 hasta 2002-2003.
En la costa occidental de la Península de Baja California, en donde los stocks se encuentran aislados del Golfo
de California, se observa (Figura 5) que el tamaño de la flota ha oscilado en menor cuantía. Hay un valor
máximo de 50 barcos en la temporada 1997-98 a 27 barcos en la 2005-2006. La producción media de alta
mar es de 146 TM. Realizando un ajuste a una distribución lognormal de la serie histórica, se observa que el
promedio por embarcación por temporada es de 4.3 TM con una desviación de 1.1, esto sólo para la flota
que desembarca en Baja California Sur, sin considerar las capturas de las flotas de Sonora y Sinaloa. Es de
hacer notar que la serie de datos es más corta que las anteriores y que corresponde a la etapa en que la
abundancia del recurso es baja en la serie de capturas del Océano Pacífico mexicano.
Figura 5. Captura por barco por temporada de los desembarcos realizados por la flota camaronera
en Baja California Sur. Desde 1986-1987 hasta 2002-2003.
La figura de la producción de las dos últimas temporadas 2005-06 y 2006-07 son similares, aunque la última
es un mayor. Además, lo que era una temporada regular de 9 meses, se ha reducido prácticamente a sólo 3
meses (octubre, noviembre y diciembre).
Es notable que el primer viaje (octubre) de la 2002-03 es mayor, pero, si se examina el 2º viaje de la 2003-04
este es mayor que la temporada anterior, lo cual se explica por las diferencias en las fechas del levantamiento
de la veda. Las actividades camaroneras comenzaron el 25 de septiembre en la 2002-03, y el 17 de septiembre
en la 2003-04.
162
En general, durante los últimos 10 años la disponibilidad del recurso camaronero del Pacífico mexicano se
ubica en promedio en 54.5 miles de t de peso vivo. La magnitud media del recurso disponible por temporada
de pesca es de 6,200 TM (camarón café – 70%, azul- 30 %) en Sonora; 18,000 TM para la pesquería de
Sinaloa (azul 26%, Blanco 12%, café 58% y cristal >2%); alrededor de 400 TM (en promedio 80 % azul y 20
% café) para el Alto Golfo de California; 431 TM (en promedio 53 % café y 47 % azul) en la Costa Occidental
de la Península de Baja California; y 6,161 TM (40.7 % blanco y 47.3 % café, el resto azul y cristal) en el
Golfo de Tehuantepec (Oaxaca y Chiapas). Existen otras áreas de pesca en otras entidades federativas de
este litoral con una escasa participación. Es evidente que las especies más importantes en la pesquería son el
camarón café, azul y blanco, por lo que las medidas de manejo deben considerar la administración de las tres
especies mencionadas
Tendencia histórica del CPUE y peso de la biomasa en los estados de Sinaloa y Sonora
Para el caso de Sinaloa (Figura 6a) se registra una caída histórica en el CPUE desde 1975 al 2004 (casi 30
años), período durante el cual la biomasa ha disminuido en similar proporción. Mientras que el CPUE, registra
su máximo valor de 13 en el año de 1975. El mínimo valor de CPUE fue de 0.4 en el año de 2004. Para el
valor de la biomasa, el valor máximo fue de 4 y el mínimo fue de 1.5 (Figura 6b).
Figura 6a y 6b. Tendencia del CPUE y la biomasa poblacional de la pesquería de camarón en el estado
de Sinaloa, periodo 1963-2004
Para el caso de Sonora (Figura 7a y 7b) se registra igualmente una caída histórica en el CPUE desde 1975 al
2004 (casi 30 años), período durante el cual la biomasa ha disminuido en similar proporción. Mientras que el
CPUE, registra su máximo valor de 0.6 en el año de 1975, el mínimo valor de CPUE fue de 0.2 en el año de
2004. Para el valor de la biomasa, el valor máximo fue de 2.8 y su valor mínimo fue de 1.5
163
Figura 7a y 7b. Tendencia del CPUE y la biomasa poblacional de la pesquería de camarón en el
estado de Sonora, periodo 1963-2004.
En ambos estados, Sonora y Sinaloa, la tendencia a la baja es semejante; sin embargo, la de Sinaloa es más
significativa en ambos valores (CPUE y biomasa). Esto puede deberse a que, al inicio de la temporada en mar
abierto, ambas flotas aplican el esfuerzo en aguas de Sinaloa. Destaca, además, la actividad autorizada, en la
temporada 2002-03, de una flota de embarcaciones menores (lanchas) en cantidad de 2512 cuyo poder de
pesca no ha sido cuantificado al no haber reportes oficiales de la producción.
El total de la producción de camarón en el litoral del Pacífico mexicano puede ascender a unas 42 mil toneladas.
La biomasa desembarcada de alta mar muestra un promedio de alrededor de 18 mil toneladas, considerando
un tamaño de flota promedio (desde 1973) de 1,455 (embarcaciones, por lo que el reparto es cercano a 14
toneladas por barco por temporada. Existe, además, un reparto previo de la producción entre la tripulación
que puede ascender a un 10% del desembarco, de lo que se estima una producción adicional de 1,800
toneladas. Hay además, desembarco ilegal de las capturas en alta mar y en playa, que puede ascender a un
20% en el Alto Golfo y a un 40% en Sinaloa, por lo que considerando en promedio un 30%, esta contribución
asciende a unas 5,400 TM, el total de la biomasa capturada en alta mar. De esta manera, en el Pacífico
mexicano, es probable que la captura ascienda a unas 25,200 TM, y un rendimiento cercano de 17.3 TM por
barco por temporada.
164
En la actualidad, aproximadamente el 60% de la captura anual de camarón en México proviene de operaciones
en alta mar y el resto, de actividades en bahías y esteros. Esta pesquería ocupa el primer lugar nacional en
cuanto al número de embarcaciones mayores y menores dedicadas a esta actividad. Las operaciones en alta
mar se efectúan con barcos arrastreros, de los que un 80%, tiene un intervalo de peso neto de 40-80 toneladas;
El 77% de las esloras está en el intervalo de 20-25 metros. La pesca de camarón en las aguas protegidas se
realiza con embarcaciones menores, de 0.5-1 de tonelaje bruto, esloras de 4 m y propulsión que varía desde
un par de remos hasta grandes motores fuera de borda de 250 HP. El número registrado de embarcaciones
menores es de alrededor de 56,412 de las cuales se estima que, al menos, el 85% se dedican a la captura de
camarón. En Sinaloa el censo de embarcaciones menores dedicadas a la actividad de captura de camarón es
del orden de las 11,300.
El barco camaronero actual ha sido diseñado prácticamente para la monopesca de este tipo de crustáceos con
el empleo exclusivo de las redes de arrastre. De esta manera las medidas van acordes a la navegación a través
del conocimiento de las variables meteorológicas después de muchos años de experiencia. Son partes
sobresalientes del barco el casco y sus dimensiones principales (eslora, manga y puntal); el motor y su potencia
acorde con las dimensiones de la red, (o redes) en operación; la capacidad de bodega de los productos y su
conservación a bordo. La derrota de mando, literas y cocina con capacidad para viajes de hasta un mes de
duración. El personal consiste de: un Patrón, un Maquinista, Asistente del maquinista, Cocinero, y 2 o 3
marineros pescadores.
De un total de 1371 barcos, la distribución de las mismas en el Pacífico mexicano por puertos es como sigue:
en Guaymas, Sonora; 31.7%, en Mazatlán, Sinaloa; 31.5% y en Puerto Peñasco, Sonora; 18.6%. El 81.8%
del total de la flota esta concentrada en estos tres puertos y del 18.9% del sobrante, un 19.5% fue registrado
en Salina Cruz, Oaxaca. Fue observado un incremento gradual a través de los años, con importantes variaciones
en periodos específicos, especialmente desde 1970 a 1985. Para ambos materiales, HP svarió entre 300 a
400 ps. Durante el periodo entre 1980 y 1985 fue muy común el incremento de este valor hasta alcanzar los
650 ps. Desde 1986 a 1990, este parámetro decreció nuevamente hasta un promedio de 300 a 400 ps.
De acuerdo con los coeficientes de las dimensiones principales, se concluye que para las embarcaciones
arrastreras de acero; B/Loa=0.278, D/Loa=0.144, GT/LoaxBxD=0.248 y HP/GT=3.82, y arrastreras de
madera; B/Loa=0.299, D/Loa=0.142, GT/LoaxBxD=0.248 y HP/GT=4.16. Por último, la embarcación más
popular en cuanto a dimensiones para los arrastreros camaroneros de acero de la costa del Pacífico mexicano
fue; Loa=23.4m, GT=100 a 120 tons, y HP=400 ps.
La red de arrastre tiene el diseño clásico de un embudo cuya forma varía. Reciben diversos nombres en
función a sus medidas (Figura 8). El aparejo (la red) es doble y opera en ambas bandas de la embarcación. Es
lanzada hacia al fondo operada por el malacate y abierta por las puertas (Figura 9). Los lances varían en
duración de 3 a 5 h., para luego ser izadas a bordo en donde el copo es abierto para el vaciado del producto
de la pesca sobre la cubierta. El copo esta provisto de aparatos excluidores de tortuga y de peces.
165
Figura 8. Plano de dos redes de mayor uso en la flota camaronera del Pacifico mexicano
(red fantasma y mixto).
166
Las redes de arrastre son estructuras flexibles de forma cónica que realizan la captura de los organismos por
medio de filtración del agua por donde éstos se mueven. Para capturar camarones se utilizan deslizándolas
sobre el fondo del mar en donde remueven la parte superficial que generalmente es suave, de tipo arenoso,
fangoso o de una combinación de arena-fango.
La operación de pesca se logra mediante la estructura de la red que le dan los cables de tipo combinado de
alambres y fibras, los cuales llevan colocadas una serie de flotadores en la parte superior y cadena en la parte
inferior, que reciben el nombre de relingas; éstas aseguran una abertura en la sección de la boca del cono y el
contacto de la red con el fondo. Las paredes se forman con material de tejido que forma un paño y terminan
en una bolsa en donde se acumulan los organismos capturados.
Las redes se identifican por la longitud de la relinga superior que da idea de su tamaño. La relinga inferior es
más larga que la superior y esto provoca la existencia de una especie de visera. En su construcción general se
identifican las cuchillas de paño que forman las alas y las secciones que forman el cuerpo de la red como las
partes más importantes; son éstas las que determinan la forma y la longitud, y las que se aprovechan para darle
nombre a cada modelo de red, ejemplo: balón, volador, fantasma, portugués, etc.
Los tamaños de la red más utilizados, son de 90 pies (27.43m) y de 100 pies (30.48m), pero se pueden
encontrar redes con tamaños desde los 75 hasta los 110 pies de relinga superior. El tamaño de la red está en
función del tamaño y potencia de la embarcación que las opera.
Los modelos de red más utilizados varían en cada temporada; Un ejemplo que se puede mencionar, para la
temporada 2001, es aquél en donde al modelo fantasma de mayor uso le sigue el mixto, el buzo, el semiportugués,
el volador, el zafarrancho y otros más en orden de importancia.
La red de arrastre va unida, mediante sus dos relingas (superior e inferior) a los cárcamos ubicados en la parte
superior de los portalones. El “espantador” (cadena de acero de longitud menor a la relinga inferior de la red),
cuya función es la de excitar y mover al camarón para que quede expuesto a la acción de la boca de la red
durante el arrastre; va unido al cárcamo inferior de los dos portalones. Las redes de arrastre se han utilizado
por más de 70 años, desde el inicio de la pesquería sin modificaciones radicales. El primer cambio de la
operación se realizó en los años cincuenta al sustituir la red grande de 80 a 120 pies de relinga superior, por
dos redes de 40 a 45 pies, arrastradas por cada banda de la embarcación. Esta innovación tuvo la finalidad de
incrementar el área barrida por las redes. Bajo el mismo concepto, en los años setenta algunos barcos instalaron
cuatro redes, dos en cada banda unidas en el centro por un patín que se desliza sobre el fondo, sin embargo,
esto último ya no está en uso. Ha habido cambios en la luz de las mallas, llegando a establecerse en la
actualidad la 2" ¼.
Cuando el capitán elige la zona de pesca, basado esencialmente en su experiencia y en la época del año, larga
las redes para iniciar el lance de pesca, el cual varía de dos a cuatro horas con una velocidad promedio de tres
nudos. Al finalizar el lance se recobra la red y la captura se deposita en cubierta separándose el camarón y las
especies de peces apreciadas en el mercado local o regional. El resto de la fauna acompañante se regresa al
mar como “desecho”, “descarte” o “basura”. El camarón es descabezado y las colas son lavadas, tratadas con
salmuera y almacenadas en bodega. Los principales puertos de avituallamiento y arribo de las capturas de los
barcos son: Santa Clara, Son., Puerto Peñasco, Son., Yavaros, Son., San Felipe, B.C., Guaymas, Son.,
Topolobampo, Sin., Mazatlán, Sin., La Paz, B.C.S., Salina Cruz, Oax.,y Puerto Madero, Chis.
167
Requisitos técnicos
Existen requisitos técnicos para la pesca que consideran las características de las embarcaciones como la
potencia máxima del motor, la capacidad de bodega, el tipo y medidas de las embarcaciones, las artes de la
pesca, etc. El objetivo principal es promover el uso de equipos que no dañen al medio ambiente. Sin embargo,
aunque se ha logrado avanzar en la materia, los esfuerzos no han sido suficientes para promover una reconversión
real de las artes de pesca a nivel nacional que permitan disminuir de manera considerable el impacto ambiental
que la actividad genera.
Las vedas
La veda es una clausura temporal de ciertas zonas para proteger el recurso, tanto en el periodo de reproducción
como durante su crecimiento (INP 2000: 499). Una de las principales desventajas de este procedimiento es
que únicamente limita la temporada de pesca pero no ejerce ningún control sobre el volumen capturado. Aun
cuando la veda ha sido aceptada, en términos generales, por el sector pesquero, existen presiones para
levantarlas antes de lo establecido y una vez que se declara la temporada de pesca inicia la competencia
exacerbada por el recurso.
Artes de pesca
Existen algunos lineamientos para evitar la pesca incidental de especies en riesgo de extinción, como los
dispositivos excluidores de tortugas marinas (DET). Estos son obligatorios y se utilizan actualmente con éxito.
Algunas artes de pesca, como las redes de arrastre, generan un impacto importante tanto en el fondo marino
como en la captura de especies no objetivo. Al respecto, existen otras tecnologías disponibles que podrían
disminuir el impacto ambiental sobre los ecosistemas marinos así como sobre la fauna incidental que se encuentran
pendientes de prueba y, en su caso, aprobación y obligatoriedad.
Existe otra instancia en el contexto normativo de la pesquería de camarón en México que es el Comité
Nacional de Pesca y Acuacultura, cuya función es la de hacer concurrir al sector pesquero involucrado, previo
a la toma de decisiones, a través de reuniones para la exposición de resultados y propuestas institucionales
sobre investigación, ordenamiento, vigilancia y manejo de la pesquería, así como del estado que guarda el
mercado nacional e internacional, culminando en la adopción de decisiones sobre fechas de inicio y término
para una temporada de pesca o veda así como otras especificaciones operativas. En estas reuniones, donde
participan los diferentes sectores involucrados en la pesquería de camarón, se presentan diferentes opciones
técnicas de manejo relativas a fechas de inicio/término, así como su viabilidad biológica, técnica, operativa,
política, económica y social. Una vez tomada la decisión, ésta es posteriormente publicada en el Diario Oficial
de la Federación.
Por último, debe tenerse presente la normatividad y planes de manejo particulares que emanen de las reservas
de la biósfera como las del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, la de El Vizcaíno, áreas de
protección especial como en las islas del Golfo de California, entre otras.
168
Mercados mundiales del camarón
La oferta mundial.
La oferta mundial se estima en cuatro millones de toneladas, de las que el 69% proviene de la captura marina
y el 31% de la acuacultura; esta producción procesada corresponde a 2.7 millones de toneladas, de las cuales
el 55% es autoconsumo y el 45% es de exportación, es decir, alrededor de 1.2 millones de toneladas se
comercializan en los mercados mundiales con un valor de $7,845 millones de dólares.
Tres mercados mundiales absorben las exportaciones; Estados Unidos con una tendencia de consumo al alza;
Japón, estacionado, y con posibles reducciones en su consumo; la Unión Europea con un lento crecimiento.
Existe una alta concentración de los mercados, ya que 6 países concentran el 73% de las importaciones. En
2002 Estados Unidos importó 429 mil TM, representando el 33% del total de las importaciones; por su parte
Japón importó 250 mil TM que representa el 19%; les siguen en menor proporción, España con 100 mil TM,
8%; Francia con 75 mil TM, 6%; Reino Unido 68 mil TM., 5% y Alemania con 25 mil TM, 2%; otros países
importaron 350 mil TM., 27%.
En 2002 las exportaciones de México a los E.U. decrecieron en 30% como consecuencia de la baja en los
precios, disminución de la captura y los problemas de enfermedades en acuacultura en Sonora y Sinaloa. En
el comparativo 2001-2002 por segmentos, se observan los primeros intentos por incursionar con valor agregado
en el rubro de camarones preparados con un crecimiento del 12.70% en valor. En contra parte, en el segmento
de camarones pelados, congelados, se presenta un decremento del 22.48% del valor, debido a la fuerte
competencia con los países asiáticos y, finalmente, en el segmento de camarón con cáscara congelado, se
observa una reducción del 31.25% del valor debido a la disminución, 20.36%, del volumen exportado en las
tallas medianas y chicas, en donde se presentaron caídas en los precios, optando los productores nacionales
por incursionar en el mercado interno en busca de mejores precios.
Conformado por las tallas denominadas extra colosal, colosal y jumbo, la de gran tamaño y valor. En su
mayoría se trata de camarón proveniente de captura en altamar, y la oferta está limitada a la producción natural
por lo que es tratado como un producto de lujo con alto precio. Los precios promedio de las importaciones de
EU para este segmento se observan en la Figura 10, donde se mantiene la tendencia a la baja desde el impacto
del 2001 que afectó a la industria restaurantera, y se mantuvo en 2002 por el nulo crecimiento de la economía
de los EU, aunado a la oferta de camarón de acuacultura en estas tallas. Para las tallas de camarones de
menores de 15 org/lb el precio promedio en 2002 fue de 5.93 $US/lb, esto es 5% por debajo del precio
promedio (1991-2002) de 6.23 $US/lb. Por su parte el precio para camarón mexicano fue de 6.28 $US/lb,
esto es, un sobreprecio de 6%.
169
Figura 10. Precios de camaron en Japon y Estados Unidos.
En la talla 16/20 el precio promedio en 2002 fue de 4.89 $US/lb, 13% menor al precio promedio (1991-
2002) de 5.62 $US/lb; el precio para el camarón de México fue de 5.59 $US/lb, sobreprecio del 14%. La
talla 21/25 en 2002 se pagó a 4.44 $US/lb, 15% abajo del promedio (1991- 2002) de 5.24 $US/lb, El valor
del camarón mexicano fue de 4.84 $US/lb, sobreprecio del 9%.
Camarón con cáscara congelado tallas medianas. En este segmento se encuentran las tallas 26/30, 31/40
y 41/50 donde convergen las tallas de camarón de acuacultura genérico ó commodity. El comportamiento en
los precios se observa en la Figura 11, con una fuerte caída como producto de la sobreoferta de acuacultura
de países asiáticos y estrategias de manejo de los importadores de camarón.
Procesamiento e industrialización
El procesamiento del camarón está diseñado principalmente para garantizar los requisitos sanitarios adecuados
que aseguren la mejor calidad para alcanzar mayores precios en su comercialización, principalmente en el
mercado internacional. Para coadyuvar con este principio, México cuenta con la Norma Oficial Mexicana
170
NOM-029-SSA1-1993, relativa a Bienes y Servicios. Productos de la Pesca. Crustáceos frescos-refrigerados
y congelados (Especificaciones sanitarias), la cual se complementa, entre otras, con la NOM-128-SSA1-
1994, que establece la aplicación de un sistema de análisis de riesgos y control de puntos críticos en la planta
industrial procesadora.
Por otra parte, las empresas procesadoras y comercializadoras contemplan por lo general tres rubros principales
a efecto de cubrir la higiene, calidad y presentación óptimas: el proceso del camarón a bordo de las
embarcaciones, el procesamiento del producto congelado y la administración y operación de la planta
congeladora o maquiladora. De acuerdo con los manuales de proceso del camarón (Ocean Garden, 1988), se
prevén las características de las embarcaciones mayores y menores, el avituallamiento, la captura, el manejo
en cubierta y los sistemas de conservación, y se observan recomendaciones sobre la descarga y transporte, la
limpieza de las unidades de producción y la higiene en general.
Conforme con las características del mercado, se han desarrollado diferentes presentaciones que dependen
de las particularidades del producto como la presencia o ausencia de cabeza, cáscara, y venas (intestino y
gónada), cocido o crudo, sobresaliendo en el mercado internacional la presentación del producto crudo,
descabezado y con cáscara. Este es posteriormente clasificado por especies y tallas en marquetas de 5 libras
para el mercado internacional y de 2 Kg. para el nacional. Como datos de referencia, se puede señalar que en
el Pacífico mexicano la mayor parte del producto (97.6%) es maquilado para su exportación en forma congelada,
siendo el enlatado sólo el 1.5 %, y una pequeña fracción (0.9%) entra a otro tipo de procesos. El camarón que
ingresó en 1999 como materia prima procesada fue de 55,271 toneladas (INP, 2000). Para el procesado de
camarón se cuenta en el litoral del Pacifico con 177 plantas congeladoras con una capacidad instalada de unas
169 toneladas/hora, ubicando el mayor numero de ellas (67) en el estado de Sinaloa.
Comercialización
El caso de la comercialización del producto de la pesca artesanal implica, en muchos casos la venta del
producto en playa a las grandes comercializadoras a fin de alcanzar los precios del mercado internacional. No
obstante, es cada vez más acusado el cuidado del producto, tanto de la pesca artesanal como la industrial,
para ser procesado y comercializado de acuerdo con las normas internacionales para alcanzar sus precios; en
general, esta comercialización es efectuada prácticamente por los mismos responsables del procesamiento.
Cabe hacer notar que pese a lo anterior, subsiste la práctica de comercializar el camarón llamado “piojo” o
pequeño hacia el mercado nacional o de autoconsumo, a pesar de ser importante el volumen de estas categorías.
De manera similar, para ubicar el producto en el mercado internacional, se obliga la observancia de las normas
correspondientes; particularmente, en los Estados Unidos de América se tiene a la Food and Drugs
Administration, FDA, del Departamento de Comercio de los EEUU como institución reguladora (USDC-
FDA 21CFR Parte 123), y las Normas de la Unión Europea (91CEE492 y 91CEE358). Por otra parte, la
comercialización del camarón, producto de las pesquerías presenta la complejidad inherente a los mercados
globales, en donde se observan amplias variaciones debidas a la oferta y la demanda, particularmente la de los
mercados de importancia para nuestro país como Estados Unidos de América y Japón. Así, se reconoce la
competencia y sus efectos en los precios por los ingresos de camarón cultivado por otros países productores
como los asiáticos, (Tailandia, Taiwan y China, entre otros) y los latinoamericanos como Ecuador y el producto
nacional mismo. En este contexto, es de hacer notar el elevado crecimiento de esta actividad a nivel mundial,
y de manera particular en nuestro país se observa un porcentaje de producción de alrededor del 26% del total
171
nacional. Por último, en la comercialización, inciden las fluctuaciones relativas a la paridad del peso respecto al
dólar, moneda con la cual se establecen las transacciones en el mercado norteamericano.
Tratándose de especies tan íntimamente ligadas al litoral como son los camarones, es natural que los cambios
en el ambiente (temperatura y salinidad especialmente) influyan a favor o en contra de los organismos.
En la época moderna, con el conocimiento de la evolución del fenómeno conocido como El Niño que consiste
en el incremento de la temperatura superficial del agua oceánica y los cambios en los patrones del viento y de
las precipitaciones, se puede definir una correlación con la producción camaronera. Se sabe, por ejemplo que
el camarón ve favorecida su maduración sexual cuando la temperatura excede 28°C. Además, el fenómeno
ocasiona mayores precipitaciones que ocasionan un volumen superior en el ecosistema estuarino y lagunario
litoral y de la abundancia de alimento. Se ha encontrado, también, que las poblaciones de camarón ocupan
otros estratos del medio ambiente geográfico que hasta entonces no se había registrado.
En particular El Niño del 97-98 dió margen al tope en la producción camaronera en Sinaloa alcanzando 7, 500
TM, cuando el promedio es del orden de 5,000 TM. Se confirmó que el efecto de este fenómeno varía de
acuerdo a su duraciónñ así, el caso del Niño citado, tuvo 2 períodos: de mayo-septiembre del 97 y de enero-
abril del 98. El segundo período favoreció la persistencia de camarón café en el litoral occidental de la Baja
California, al grado de que hasta el mes de mayo hubo buena producción del crustáceo, mientras que normalmente,
la pesquería termina en marzo.
Por el contrario La Niña, fenómeno opuesto, afecta negativamente a la pesquería. En particular podemos
señalar que la producción del año 2000 a la fecha ha descendido a un máximo de 3,500 TM., lo que significa
los registros históricos más bajos.
No está por demás señalar los posibles efectos negativos de la contaminación antropogénica como el fenómeno
de eutrofización ocasionado por los desechos de la camaronicultura y de la fertilización en los cultivos agrícolas.
Adicionalmente a la eutroficación podría señalarse el uso de alimento artificial, para concentrar al camarón por
parte de los pescadores artesanales.
Aparte de la contaminación señalada que afecta a los ecosistemas en donde se desarrollan las poblaciones de
camarón, existe la el problema de la contaminación causada por el azolvamiento en el ecosistema estuarino-
lagunar que, aunque es natural y se presenta a largo plazo, puede ser paliado por el propio equilibrio en el
medio ambiente, su aceleración causa serios problemas y a ello contribuyen las actividades humanas. En
efecto el mal manejo de las tierras para la agricultura con la tala de la vegetación natural en terrenos quebrados,
da lugar al arrastre de los suelos por las lluvias hacia la zona costera y finalmente al ecosistema. Vale la pena
señalar en este apartado, el efecto sobre la pesquería de los 10 años de captura indiscriminada de post-larva
para las granjas camaroneras con preferencia del camarón blanco y pérdida de las otras especies y de toda la
fauna acompañante.
Aunque no han sido determinados acuciosamente, el ecosistema sufre también daños por la tala de las
comunidades de manglar con el establecimiento de las granjas camaroneras cuando éstas no son bien planeadas
y sin medir el impacto ambiental. Este tipo de daños es particularmente evidente en el sur de Sinaloa y en
Nayarit, áreas en donde el camarón blanco ha sufrido una drástica disminución en sus poblaciones. Desde los
172
años 80‘s los programas de obras de ingeniería hidráulica programados para contrarrestar este tipo de daños
fueron prácticamente olvidados, siendo interesante señalar que algunas de las obras realizadas se orientaron
en su diseño a cubrir solamente el perfil ingenieril del proyecto, sin tomar en cuenta el equilibrio bio-ecológico
del entorno; algunos fueron altamente perjudiciales como la apertura de la boca artificial de Cuautla y de la
canalización de las lagunas de Chagüin-Chuiga en Nayarit y más recientemente el canal recto en el área
cercana a Escuinapa. Es útil recordar que la región sur de Sinaloa y Nayarit llegó a producir en promedio
3,000 TM. anuales de camarón del ecosistema estuarino’lagunario,. Escuinapa que era conocida como la
“perla del camarón” ahora es la “perla del mango” (Chapa, 1965).
El Instituto Nacioal de la Pesca (INP), es el responsable técnico de presentar la evaluación más actualizada y
homogénea del recurso para las especies y regiones de pesca más importantes del Pacífico mexicano. Para
ello utilizó dos tipos de modelos de evaluación del stock. Como primera aproximación utiliza una versión
dinámica del modelo de Schaefer (1954) propuesta por Hilborn y Walters (1992), el cual utiliza datos de
captura y esfuerzo, y como segunda opción emplea un modelo estructurado por edades con retraso en el
reclutamiento (EERR) de Deriso (1980), que es más complejo, ya que incorpora aspectos biológicos como
sobrevivencia, crecimiento y reclutamiento. En ambos casos se hace uso de consideraciones y supuestos que
tienen que ver con el desplazamiento espacial de la flota, y por ende, del origen de las capturas. Al ser la
explotación de camarón de tipo secuencial, se asume que las pesquerías (artesanal e industrial) tienen acceso
a todos los componentes del stock, de tal manera que las capturas que cada pesquería obtiene se extraen de
la biomasa de la población total; y por la diferente distribución batimétrica y hábitos de las tres principales
especies.
Es importante mencionar que, para mejorar estas evaluaciones, se debe primero hacer énfasis en que las
principales técnicas para calcular los índices de abundancia de las poblaciones de crustáceos en un momento
determinado incluyen: campañas de arrastre de fondo, campañas acústicas, campañas de huevos y larvas, y
conteo directo (Botsford, Castilla, y Petersen, 1997). Todos estos métodos se basan en la extrapolación de la
abundancia en un área muestreada al total del área, por lo cual dos pasos fundamentales en el éxito de una
campaña son el conocimiento de la distribución de las especies objetivo y la medición precisa del área muestreada
(Botsford, Castilla, y Petersen, 1997). Así mismo, puesto que los muestreos proporcionan un índice de la
abundancia, y no un estimado de la abundancia real, la utilidad de estos índices se encuentra en el seguimiento
temporal de tendencias más que en la correcta determinación de la abundancia en un momento determinado.
Por otra parte, para que se pueda avanzar en los métodos de evaluación del recurso, se requiere de la
estandarización del proceso de muestreo. Puesto que no podemos controlar los cambios en el comportamiento
de la especie, el camino para mantener la coherencia del índice es la estandarización de las campañas manteniendo
constante el protocolo de muestreo; esto incluye el barco, el arte y el método de trabajo. El arte de pesca de
arrastre es el dispositivo que nos permite estimar el número de peces por unidad de superficie; el arte en un
dispositivo flexible y su comportamiento puede verse afectado por cambios de barco y de tripulación aunque
estos cambios, cuando surgen, suelen ser inevitables. Los elementos que conforman el arte (red, cables,
puertas y su aparejamiento en lo general), su tamaño, peso y material deben estar perfectamente definidos y
173
mantenerse inalterados a lo largo de la serie de campañas. El método de trabajo: la velocidad del arrastre, la
relación entre longitud del cable y profundidad, la estación del año y la hora del día, deben también mantenerse
constantes (Erhardt, Negreiros y Silva, 1999). La estandarización de todos estos materiales y procedimientos,
nos permite analizar los datos con cierta garantía ya que los índices de abundancia están asociados con altas
varianzas dada la desigual distribución de los crustáceos.
En particular, el uso del modelo dinámico de biomasa en el manejo de recursos pesqueros, se sustenta en el
concepto de Producción Excedente Máxima (PEM), la cual se obtiene cuando la biomasa de la población se
encuentra a la mitad (Bo/2) de lo que tendría en su condición virgen, y si este nivel de biomasa se mantiene
constante. Entonces es posible obtener lo que se conoce como el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), de
tal manera que el Punto de Referencia Objetivo (PRO) es llevar la biomasa de la población al nivel donde la
producción excedente es máxima (BPEM), esto es; extraer sólo lo que lo que la población produce en exceso
y determinar el esfuerzo requerido para ello.
México ha avanzado desde 1990 en la reforma de las políticas que rigen el sector pesquero. El contexto
normativo existente a comienzos de la década de los noventa no era propicio para desarrollar un sector
pesquero sostenible y obstaculizaba sus perspectivas económicas de largo plazo. Después de múltiples cambios
en la orientación de la política durante los años noventa, el marco de política actual es más apropiado para
ayudar al sector a avanzar hacia un futuro más sostenible y rentable. Los productos pesqueros comerciales de
alto valor, como el camarón, se administran de manera sostenible y el sector de acuacultura está floreciendo.
Se ha logrado un éxito notorio en la reducción de la pesca incidental de especies asociadas con la captura de
camarón, y los impactos ambientales negativos de la acuacultura se han reducido significativamente. La
transparencia en las evaluaciones de las poblaciones, el estatus de los recursos y las medidas de administración
han seguido mejorando junto con el grado de vigilancia de las pesquerías Sin embargo, es claro que se
necesitan llevar a cabo más reformas para que el sector pesquero continúe por el camino sostenible y genere
beneficios netos económicos y sociales para México en el largo plazo. Las áreas clave por reformar que se
identifican en este documento cubren el desarrollo de una visión para el sector, la administración de la actividad
pesquera, la recuperación de poblaciones, el control de la pesca artesanal, la mejor orientación de los programas
de apoyo y el fortalecimiento de los acuerdos institucionales para emprender su administración y aplicación
con mayor eficacia.
Las decisiones respecto a la gestión y explotación de un recurso pueden ser de dos tipos: estratégicas, a medio
o largo plazo, y tácticas, a corto plazo. Las decisiones estratégicas se basan en la dinámica de la población
174
explotada e implican decisiones como el establecimiento de puntos de referencia objetivo, que determinen el
estado deseable del stock, o puntos de referencia límite, que especifiquen fronteras que no se deben de
superar; también son medidas estratégicas la determinación del nivel de explotación que puede llevar al stock
hacia el estado deseable de equilibrio, etc. Las tácticas se refieren a la aplicación inmediata de medidas de
regulación y dependen de la relación entre los puntos de referencia biológica preestablecida y el estado actual
del stock o de la explotación.
Con el establecimiento del plan de manejo de la pesquería instrumentado en el 2006, para su administración y
manejo, en complemento de otras normas, leyes, avisos y regulaciones ya establecidas, debe de llevar implícito
la:
En la medida que los tomadores de decisiones se familiaricen con la importancia de la aplicación de un plan de
manejo pesquero, y estén conscientes de que con estas medidas se está tratando de bajar al nivel mínimo una
buena parte de la incertidumbre en el manejo del recurso. Aun así, las dependencias oficiales y los usuarios de
la pesquería deben mejorar la toma de decisiones en la conservación y gestión de los recursos pesqueros,
obteniendo y compartiendo la mejor información científica disponible y desarrollando técnicas mejores para
tratar con el riesgo y la incertidumbre.
Los reglamentos de las actividades pesqueras se basan en tres componentes principales: la Ley de Pesca
promulgada; los planes del gobierno federal para la pesca y la acuacultura, y las Normas Oficiales Mexicanas
(NOM). Las últimas especifican las medidas administrativas que deben seguirse en cada pesquería para la
cual se expide una NOM. Estos reglamentos son acordados por los sectores social, privado y público, y se
publican en el Diario Oficial de la Federación, el órgano informativo oficial del gobierno. Una vez que una
NOM se publica en el Diario Oficial, se da un periodo de 60 días para comentarios por parte de cualquier
interesado que desee hacer observaciones sobre el texto. La promulgación de las NOM es el mecanismo
central para regular las acciones de los pescadores y el ritmo de desarrollo de las mismas ha aumentado en
años recientes.
Las principales ventajas del sistema de las NOM son la fuerza legal que proporcionan a los reglamentos y la
naturaleza consultiva de su desarrollo. La desventaja principal es que no son en particular flexibles y el proceso
de modificarlas es largo y difícil. Por tal razón, el papel de la Carta Nacional Pesquera (CNP) como medio de
actualización regular de las medidas administrativas es esencial. La CNP se actualiza una vez al año y tiene
alguna fuerza legal en términos de definir el esfuerzo de pesca, límites de captura, fechas de veda por temporada,
175
etcétera. Tal flexibilidad resulta esencial para poder responder a las circunstancias ambientales y económicas
cambiantes.
En la actualidad existen en nuestro país distintos tipos de lineamientos para regular la pesca con el objetivo de
alcanzar metas de carácter económico, social y ambiental, entre otras. Sin embargo, estas regulaciones
generalmente se centran en controlar los insumos de la pesca y no en los resultados de la actividad, por lo que,
en algunos, casos no se cumple con los objetivos para los que fueron planteados.
En general, las medidas de administración pesquera utilizadas en México consisten en: medidas técnicas que
rigen los tipos de equipo que se emplea, límites de tamaño y tecnologías acordes con la captura; controles de
insumos relacionados con el esfuerzo permitido, las vedas por zona y por temporada, y los controles de
producción mediante límites y cuotas de captura. En la Tabla 1 y la Figura 12, se resumen los principales
instrumentos de administración usados en las zonas pesqueras para las cuales se han emitido NOM, incluyendo
las interiores. El mecanismo principal para aplicar estas medidas es la emisión de un permiso por parte de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) a través de la Comisión
Nacional de Pesca (Conapesca). Estos permisos pueden transferirse entre usuarios, con ciertas restricciones,
pero presentan la desventaja de que no establecen ningún tipo de límite que fomente la protección del recurso.
Para la autoridad, el trámite de otorgamiento del permiso resulta una fuente de información básica sobre los
usuarios de los mismos y representa el elemento clave de control de la actividad pesquera.
176
Tabla 1. Regulaciones para la pesquería del camarón.
177
La Constitución Mexicana, en su artículo 27, otorga a la nación la propiedad de una serie de recursos
considerados como estratégicos, entre los que destacan los marinos. Esta disposición le da al gobierno el
derecho sobre la explotación de los mismos, que pueden ser transferidos a particulares mediante permisos o
concesiones. De esta forma, ha sido posible la expedición de permisos de pesca a particulares, bajo el entendido
de que los recursos disponibles en el mar no son propiedad de quien ejerce la actividad pesquera, pero que
éste puede usufructuarlo con el consentimiento de la Federación. Los artículos aplicables al manejo y
conservación de los recursos pesqueros son el 1°, 2° y 3ero en su fracción VI. Como instrumento normativo
específico para la pesquería de camarón, se cuenta con la Norma Oficial Mexicana 002-PESC-1993 (DOF,
1993) y sus modificaciones y apéndices normativos (DOF, 1997) relativos a las redes suriperas, chinchorros
de línea y dispositivos excluidores de tortugas. Las medidas reglamentarias actuales consideran la aplicación
de vedas, restricción del esfuerzo y la reglamentación de las artes de pesca.
También opera un sistema de concesiones, las cuales son más largas que los permisos y pueden expedirse
hasta para 20 años; estas son transferibles con la autorización de CONAPESCA, pero el grado en que esto
se hace se desconoce. En la década pasada no se expidió concesión alguna. Las medidas específicas que
pueden incluirse en las NOM son permanentes o bien, abiertas. Por ejemplo, una vez acordadas, los tamaños
de las redes, los tamaños legales, o las vedas permanentes son bastante difíciles de modificar. En contraste, las
cuotas anuales y las fechas de cierre para ciertas pesquerías se cambian cada temporada de pesca como
respuesta a las evaluaciones de las poblaciones realizadas por el gobierno federal por medio del INP.
Con el propósito de fortalecer y justificar la emisión de los permisos, el gobierno federal emitió en el año 2000
la Carta Nacional Pesquera y su anexo (DOF, 2004), que incluye un diagnóstico de las pesquerías del país, a
partir del cual se define el esfuerzo pesquero que debe permitirse a cada pesquería; sin embargo, en la práctica,
esta información no ha tenido el peso suficiente para regular la actividad pesquera nacional. El nuevo Reglamento
de la Ley de Pesca (DOF,29/09/99) establece que la Carta Nacional Pesquera y sus modificaciones o
actualizaciones deberán ser aprobadas y publicadas en el Diario Oficial de la Federación mediante acuerdo
expedido por el titular del ramo.
Se requieren medidas para controlar con mayor eficacia el esfuerzo de pesca para reducir la presión de pescar
poblaciones sobreexplotadas y asegurar que no aumente dicha presión sobre las poblaciones que actualmente
se explotan completamente. La puesta en marcha de tales medidas se dificulta aún más por la dependencia
actual del uso de la limitación de entrada y el control del esfuerzo como las maneras principales de regular las
pesquerías. Se reconoce que estos tipos de controles de insumos adolecen de diversas fallas que dificultan a
las autoridades administrativas la posibilidad de predecir y controlar con eficacia el impacto de la actividad
pesquera sobre las poblaciones (Beddington y Rettig, 1984; OCDE, 2006). La acumulación de los insumos y
la expansión del esfuerzo bajo dimensiones incontrolables arrojan como resultado el aumento gradual de la
flota. Se estima que éste llega a ser de hasta 3% al año (FAO, 2004). La situación se vuelve aún más difícil en
el caso del régimen de acceso abierto que rige la pesquería artesanal. Los conflictos con respecto al acceso a
los recursos entre la flota artesanal y otras flotas que están reguladas avivarán la competencia por los recursos
y acelerarán los aumentos en la presión por pescar.
178
El gobierno puede deberá de controlar con mayor eficiencia el esfuerzo de pesca. Primero, es necesario
reducir de manera permanente el tamaño y el poder de algunos segmentos de la flota. Esto puede lograrse
mediante el uso de programas de decomiso y el retiro de permisos. En 2005 se puso a prueba en la pesquería
de camarón un programa de decomiso y la experiencia de esta prueba puede pavimentar el camino para
ampliar los programas de este tipo a otras partes del sector. Los programas de este tipo se consideran como
una panacea para los problemas de exceso de capacidad. Sin embargo, es necesario diseñarlos e implantarlos
con cuidado pues rápidamente puede incorporarse a las expectativas de los pescadores, y generar incentivos
perversos para permanecer en la industria y esperar por una liquidación gubernamental para irse, reduciendo
así la flexibilidad de la industria. Los programas podrían anunciarse de manera creíble como programas “únicos”
para cada pesquería y la disponibilidad de los pagos de decomiso deberá tener un límite de tiempo estricto. La
eficacia de costos de los programas puede mejorar al utilizar subastas, más que pagos fijos por las embarcaciones,
para identificar las que deben desecharse. El costo para el gobierno de los programas de decomiso puede
reducirse mediante el empleo de acuerdos financieros innovadores, incluyendo, por ejemplo, el cofinanciamiento
de la industria (tal vez por la vía de créditos blandos de los FIRA-FOPESCA o BANCOMEXT). Dichos
acuerdos se han utilizado con éxito en otros países miembros de la OCDE, pero en conjunto con cambios
administrativos que aseguran que los demás participantes de la industria aprovechen los beneficios de su
inversión en reducción de capacidad (OCDE, 2006).
El retiro de permisos es más problemático. Hay problemas legales con un proceso como éste en relación con
la compensación y la expedición de derechos, lo que causa que para el gobierno resulte difícil y cara revocar
o renovar permisos. La existencia de un gran número de permisos inactivos agrava el problema.
Segundo, es muy importante que los programa de decomiso se introduzcan junto con otras medidas que de
manera efectiva prevengan el aumento de capacidad y esfuerzo en una pesquería una vez que ha terminado el
impacto inicial del programa de decomiso. La dependencia actual de controles de insumos en México señala
esto como un problema potencial. El control limitado sobre el esfuerzo efectivo total en muchas pesquerías,
aunado al aumento gradual del esfuerzo en las pesquerías más reguladas, significa que los beneficios de los
programas de decomiso pueden disiparse con rapidez. De manera ideal, el régimen administrativo debería
estimular a los pescadores para “autorregular” su inversión y participación en una pesquería después de un
programa de decomiso al responder a las señales del mercado con respecto a la entrada y salida de la
pesquería. Esto se facilitaría si el derecho de acceso, mediante un permiso, cuota o embarcación, fuera
transferible, pero esto no es posible conforme con los actuales acuerdos administrativos. Una solución temporal
sería retirar también el permiso vinculado con una embarcación, como se hizo en el caso del programa de
decomiso de la pesca de camarón. Dado que por el momento en México el permiso no se vincula de manera
formal con una embarcación, se requieren algunos cambios a los reglamentos administrativos para hacer esto
en otras pesquerías.
Tercero, parece haber pocas reglas para el reemplazo de embarcaciones. Esto incrementa el alcance del
aumento paulatino del esfuerzo dado que los poseedores de permisos pueden sustituir las embarcaciones
antiguas con otras más modernas con mayor capacidad de captura. Si bien la modernización de la flota se ha
considerado como un proceso deseable en el pasado, es adecuado contemplar la introducción de restricciones
a los aumentos permitidos de potencia de motor y de captura de las nuevas embarcaciones, incluyendo la
eliminación de subsidios para la compra y la modernización de motores. Enlazar los permisos a las embarcaciones
sería también un buen paso hacia la institución de restricciones para el reemplazo de embarcaciones.
Cuarto, los esfuerzos de aplicación de la ley pueden aumentarse mediante un mayor empleo de observadores
y sistemas de monitoreo de embarcaciones (SME). El uso de observadores podría extenderse en los productos
179
pesqueros de alto valor, y los costos recuperarse al menos en parte de la industria. Los programas innovadores
de financiamiento utilizados para operar programas de observadores en las pesquerías de atún, pez espada y
camarón proporcionan un buen modelo y deben ayudar a asegurar la eficacia de los costos de dichos programas.
La pesquería de atún tiene 100% de cobertura de observadores, con el financiamiento de un fideicomiso. El
costo del programa privado de observadores es de cerca de USD 1.5 millones al año; la flota atunera del
Pacífico proporciona USD 1 millón al año, la flota del Golfo de México, USD 0.4 millones y el gobierno
mexicano, USD 0.1 millón. Alrededor de USD 1 millón en financiamiento gubernamental ayudó a establecer el
fideicomiso. La pesquería de pez espada tiene una cobertura de 25% de observadores, en tanto que el
objetivo de las flotas camaroneras del Pacífico y del Golfo es de 10% de cobertura con embarcaciones que
son vigiladas por observadores sobre una base aleatoria. Además, el uso de SME debe hacerse obligatorio en
las pesquerías comerciales. Los SME se introdujeron recientemente en varias pesquerías sobre una base
limitada, cubriendo cerca de 450 embarcaciones, de las cuales alrededor de 280 se localizan en el Golfo de
México. Los SME actuales se enlazan con los centros de control y bases de datos de CONAPESCA y la
Marina (en la Ciudad de México). La recuperación de los costos de instalación y operación (estimados en
USD 2 500 inicialmente más USD 650 al año) debe instituirse para reducir el costo para el gobierno.
Una inquietud general en cuanto al control del esfuerzo es el crecimiento en el número y potencia de la flota
artesanal. Esto sucede en especial en la pesquería de camarón, pero también en muchas otras de las aguas
interiores y las regiones costeras más pobres. Se trata del caso clásico en el cual demasiados pescadores
persiguen a demasiados pocos peces, así como de un alto nivel de pesca ilegal, no reportada y no regulada
(PINIR).
En México hay una fuerte dependencia del uso de medidas de entrada limitada, vedas por temporada, vedas
por zona y medidas técnicas para controlar los esfuerzos de las pesquerías. Es poco probable que esto sea
eficaz en el largo plazo. En varias pesquerías, ha generado un acceso abierto regulado en el que el aumento
tecnológico gradual y la acumulación de insumos tengan mayor presión de pesca. Alterar los incentivos
económicos que encaran los pescadores, y aprovechar el poder del mercado para asignar recursos de manera
eficiente, mejorará la viabilidad económica y las capacidades de ajuste del sector. Sin embargo, en la actualidad,
no hay ejemplos de instrumentos basados en el mercado que se usen con el sistema administrativo formal, a
pesar de que en algunas zonas y pesquerías se han desarrollado acuerdos limitados con base en el mercado
informal. Ni la reforma institucional ni los cambios legislativos en México han atacado este problema de
derechos de acceso a los recursos pesqueros mal definidos. Por tanto, podrían introducirse instrumentos
basados en el mercado para las pesquerías en las que se combinen las condiciones biológicas, económicas,
legales y sociales necesarias que permitan incrementar la probabilidad de obtener un buen resultado
administrativo.
Problemática de la pesquería
Para el mantenimiento de un recurso natural sometido a explotación, es necesario que la cifra explotable no
exceda la capacidad natural de recuperación, esto es lo que ha recibido el nombre de sustentabilidad.
En el caso de un recurso pesquero como los camarones, las autoridades encargadas de su administración
deben tener conocimiento del volumen (stock, existencias) del recurso en un momento dado para decidir la
cantidad (o volumen) que puede ser extraído (pescado) del mismo sin poner en peligro su existencia.
180
El recurso pesquero está constituido por organismos cuya existencia ha sido conformada por el medio ambiente
a lo largo de su evolución. El medio ambiente es un conjunto de variables que actúan dentro de un patrón
(condiciones físicas y químicas del agua) que modela el recurso-objeto y a toda la comunidad biológica que lo
acompaña ya que de allí se alimenta o sirve de alimento a otros organismos.
Una especie en particular se caracteriza por un patrón único de desarrollo y comportamiento o sea su ciclo
biológico y su respuesta a los cambios, así como su capacidad para permanecer, genéticamente, con sus
congéneres.
El patrón de la especie está determinado por la dinámica de la población de la cual forma parte (huevos,
larvas, juveniles, adultos, etc.). La dinámica de la población como su nombre lo indica, son las variables que
los organismos experimentan a lo largo de su existencia. Para conocerla es básico lo siguiente:
1. Conocer la estructura en edad y talla de los organismos tanto machos como hembras.
2. Conocer la proporción de sexos
3. Conocer las tasas de crecimiento
4. Conocer la edad de maduración sexual
5. Conocer la tasa de fecundidad
6. Conocer la mortalidad natural en cada una de las fases del ciclo biológico.
7. Conocer la mortalidad por pesca.
8. Conocer la mortalidad total
9. Conocer la sobre vivencia
Para el manejo administrativo del recurso se debe de conocer la biomasa de la especie, cifra que varía a lo
largo del tiempo.
Cuando la especie no está sometida a explotación, sufre únicamente la mortalidad natural, pero, cuando hay
explotación, a la tasa anterior se agrega la mortalidad por pesca, de aquí lo importante que es la tasa del
esfuerzo de pesca que se aplicará para la obtención del recurso, la cual debe de ejercerse en el momento más
adecuado, dando oportunidad a que la especie se reproduzca y sobre la “fracción capturable” de la biomasa.
Por lo tanto, al conocimiento de la biomasa, debe agregarse también el conocimiento de la porción capturable.
En la Tabla 2, se expone el estado de conocimiento de la biología, stock, peso y la administración del recurso
camaronero.
181
Tabla 2. Estado del conocimiento de la pesqueria del camaron en el Pacifico mexicano
Los sectores de la pesca extractiva en México enfrentan la necesidad de racionalizar los niveles del esfuerzo
de pesca que movilizaron su crecimiento durante los años 1980s y 1990s. En lo fundamental, éste fue un
crecimiento vía incrementos en el tonelaje desembarcado; lo que ha ido generando escasez creciente en los
principales recursos pesqueros. Como consecuencia, es un esquema de crecimiento básicamente agotado.
Una peculiaridad de los recursos pesqueros sujetos a ciclicidad en sus niveles de disponibilidad es que,
alcanzadas las fases maduras de explotación (con productividad de pesca decreciente por unidad de esfuerzo
pesquero), la dinámica sustentable de reproductividad del recurso pesquero puede caer, repentinamente, a un
nuevo equilibrio de largo plazo con niveles de captura significativamente más bajos (Peña-Torres, 1996b).
En pesquerías donde la ciclicidad está relacionada con cambios ambientales de difícil predicción (e.g. peces
pelágicos y crustáceos), no es nada fácil el discriminar cuánto de una eventual caída en las capturas se debe a
pesca excesiva y cuánto a los cambios ambientales. Este tipo de incertidumbres, sin duda, continuarán
condicionando por un largo tiempo las decisiones en temas de manejo pesquero. Hasta ahora no es posible
interferir en el cambio ambiental, excepto en áreas controladas del ecosistema estuarino, pero sí es posible la
regulación pesquera.
Pero, el tomar decisiones bajo incertidumbre importante no es un problema privativo de la pesca. Como en
otros sectores productivos, la respuesta analítica debe consistir en cuantificar, bajo exigencias razonables de
precisión estadística, los perfiles de riesgos relevantes (e.g. probabilidad de que ocurra colapso biológico y
económico en la pesquería) que se asocian con las principales fuentes de incertidumbre biológico/ambiental.
Hoy existen herramientas analíticas que permiten simular numéricamente las principales incertidumbres que
condicionan la disponibilidad de recursos pesqueros, partiendo de la base de una información fina, que sea el
182
resultado de un monitoreo, en tiempo real, de los movimientos de las flotas comerciales. Con ello, cuantificaciones
razonables para riesgos de colapso pesquero están al alcance del administrador pesquero. Un ejemplo relevante
es Sudáfrica: allí se administran en la actualidad pesquerías pelágicas, cualitativamente similares a las mexicanas,
bajo un enfoque de cuantificación explícita de riesgo de colapso pesquero (Butterworth et al., 1997). Esfuerzos
recientes en otros países pesqueros de importancia (Namibia) apuntan en esta misma dirección (McAllister et
al, 1999). Otro ejemplo de lo anterior es Chile, ya que en los últimos años se han iniciado esfuerzos preliminares
en esta dirección circunscritos por ahora a evaluar riesgos biológico-ambientales en las pesquerías del Jurel
(unidad Centro-Sur) y de merluza común (Serra et al., 1999). No obstante, persiste, como un desafío
importante, el introducir, de forma más sistemática, el uso de este tipo de análisis en la toma de decisiones
sobre manejo pesquero en México. Avances en esta dirección ayudarán a construir consensos respecto de
cómo priorizar entre distintas estrategias de manejo pesquero (Peña-Torres et al., 1999). En México, desde
mediados de los años 1980s hemos venido observando tendencias de creciente escasez en los principales
recursos pesqueros.
Es de reconocer que un factor muy importante en la afectación de los niveles poblacionales mencionados, está
relacionado con la magnitud y distribución espacial y temporal del esfuerzo pesquero, tanto artesanal como
industrial, aplicado a todo lo largo del Pacífico mexicano. De manera particular se tiene identificado su efecto
adverso cuando los niveles de abundancia son bajos y que generalmente corresponden con el final de la
temporada de pesca, coincidiendo justo con el inicio del período reproductor, lo que trae como consecuencia
un detrimento en el umbral mínimo de la abundancia de la población reproductora necesaria para conservar
niveles de reclutamiento suficientes que conduzcan a niveles de captura biológica y económica rentables.
Si bien soluciones en ésta área deben apoyarse en diagnósticos específicos a cada pesquería, es posible
anticipar áreas genéricas de acción que ayudarían a reducir la magnitud de la problemática.
Por ejemplo:
Captura incidentales
La mortalidad por captura incidental incluye toda especie que no sea objeto de la pesca tanto industrial como
artesanal. Entre las especies que se encuentran habitualmente en pesca incidental está el grupo de los peces,
los moluscos, otros crustáceos, mamíferos y aves. La interacción entre ellos y los artes de pesca concluye, la
mayoría de las veces, con la muerte del animal atrapado.
Las interacciones de las actividades de pesca y su entorno son motivo de preocupación a escala global, dado
el alto porcentaje de especies no-objetivo, es decir, que no representan el objetivo principal de captura, que
se ven impactadas negativamente por esta actividad. Los impactos negativos incluyen la captura incidental, la
contaminación y la eliminación de desechos desde los barcos y sus consecuencias, así como las acciones
intencionadas en contra de la fauna marina. La captura incidental incluye toda especie capturada en el aparejo
183
o arte de pesca que no es la especie objetivo. De estas especies capturadas, sin embargo, una fracción es
retenida y procesada abordo, mientras el resto es desechado al mar. Si bien la primera representa un
aprovechamiento de la captura, ésta rara vez es adecuadamente cuantificada. Es importante notar aquí que la
captura incidental no sólo está representada por otras especies de peces o invertebrados marinos. Debido al
gran despliegue de esfuerzo pesquero en todos los océanos del mundo, a la alta vagilidad (capacidad de
dispersión) de estas especies y a su baja tasa reproductiva, su captura incidental está ocasionando una rápida
e insostenible reducción de sus poblaciones.
Una manera de aproximar la pesca incidental en términos cuantitativos, es el caso de la flota camaronera o
arrastrera de Sinaloa, la cual cuenta con cerca de 600 embarcaciones que operan en la mayor parte de la
plataforma continental del Pacífico mexicano hasta las cotas de las 60 brazas, arrastrando sobre un promedio
anual de 8 millones de hectáreas. Las redes de estas pesquerías capturan hasta unas 1,000 especies de peces
de las cerca de 1,500 existentes en la plataforma continental hasta la cota de 125 brazas en el Pacífico norte
(Van der Heiden y Findley, 1986). Las capturas de peces y otros taxa, se extienden a los estuarios y lagunas
como en las capturas de juveniles con suriperas, atarrayas y chinchorros y la captura de larvas con redes de
plancton del tipo de los chayos. Respecto de las capturas totales de peces diversos autores (Yáñez-Arancibia,
1985; Grande-Vidal, 1985) han planteado que las proporciones de captura de camarones : peces van de 5-
10, de lo que se puede suponer, utilizando el menor valor, que se capturan unas 350,000 toneladas, que han
sido tiradas anualmente en la plataforma continental en los últimos 10 años. Las estimaciones locales de las
capturas de peces por arrastreros se estima en 155 mil TM para las costas de Sonora y norte de Sinaloa, 200
mil t para el Golfo de California, cerca de 300 mil para el Pacífico centro y 400 mil para el Golfo de Tehuantepec,
un total cercano a 1 millón de toneladas para la plataforma continental del Pacífico, a mediados de la década
de los ochenta (Amezcua-Linares, 1985; Grande-Vidal, 1985; Acal y Arias, 1992).
Las pesquerías de redes de arrastre han producido el mayor impacto directo de las actividades humanas sobre
la fauna y el paisaje submarino de la plataforma continental y de las zonas de profundidad en gran parte del
planeta. Su comparativo directo es la situación de los ambientes terrestres aledaños. En las costas del Pacífico
mexicano, por ejemplo, la cobertura de las selvas y manglares se ha reducido en al menos la mitad en los
últimos 50 años. La captura con redes de arrastre de las comunidades de organismos, de otros grupos distintos
a los camarones, en las costas del Pacífico mexicano ha sido discutida por Chapa (1965), Grande-Vidal
(1983); Yañez-Arancibia (1985), Acal y Arias (1990) y Madrid et al (2001). Observaciones de la captura
actual comparadas con la literatura permiten suponer que en cada viaje con un promedio de 15 días, se
capturan, junto al camarón, cerca de unas 150 especies de peces y cerca de 600 especies para la temporada
comercial.
184
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186
Capítulo 8.
2.- Instituto Tecnológico de Mazatlán. Carretera Internacional al Sur s/n Estero la Sirena, Mazatlan, Sinaloa.
México. Tel/fax:669 9847209. Internet: cigmaritf@hotmail.com.
Resumen
La pesquería de Dosidicus gigas del Golfo de California, México, constituye un recurso con potencial
de explotación. Aunque en México no existe una flota específica para calamar, se trata de una pesquería
alternativa a la de camarón, en la cual participan barcos camaroneros adaptados con sistemas de luz y
poteras para su captura. Los estudios biológicos y pesqueros se dividen en dos etapas a lo largo del
tiempo, el primero durante el periodo de 1980 a 1984, y el segundo a partir de 1995. En ambos períodos
la pesquería tuvo caídas drásticas en las capturas, que se asociaron con el fenómeno de El Niño, de
hecho los fenómenos de calentamiento recientes han influido en la distribución norteña del recurso
dentro del Pacífico, registrándose el recuso en la zona del sur California y en Alaska. El conocimiento
del recurso se ha incrementado fuertemente hacia el segundo período, incluyendo información de su
biología, principalmente de la reproducción, alimentación, edad, crecimiento y migración, mientras que
en los aspectos de la pesquería se ha podido determinar la estrategia de manejo y los puntos de referencia
para su explotación. Aunque para D. gigas se han identificado los principales elementos para mantener
su pesca en niveles aceptables, se reconoce que para la administración del recurso se requiere tener
estructurado un plan de manejo, que permita integrar toda la información disponible dentro de una
nueva herramienta de manejo.
1. Introducción
El calamar gigante en México es un recurso que se encuentra en una etapa importante de aprovechamiento
dentro del Golfo de California (Figura 1). Aunque la pesca del recurso se inició a principios de los años 80’s
(Ehrhardt et al., 1983), no es sino hasta mitad de la década de los 90’s que se obtuvieron los más altos
volúmenes de captura (Morales-Bojórquez et al. 2001a). La pesquería es inestable, existen indicios de que
los efectos de la variabilidad ambiental tienen repercusiones en su distribución espacial y temporal (Ehrhardt et
al., 1983; Klett, 1996; ). De esta forma, cuando la pesquería inició su fase de crecimiento en 1996, se
propuso como estrategia de manejo el escape proporcional constante y, como punto de referencia a la biomasa
que permita un porcentaje constante de biomasa remanente, la cual se estableció en el 40% (Nevárez-Martínez
y Morales-Bojórquez, 1997). La pesquería se sometió a un control del esfuerzo para mantener el nivel adecuado
de mortalidad por pesca, que podría llevar la pesquería a los niveles del punto de referencia. Adicionalmente,
se diseñó una red de estaciones dentro del Golfo de California para obtener información derivada de cruceros
de investigación (Nevárez-Martínez et al., 2000; Morales-Bojórquez y Hernández-Herrera, 2002), así se
obtiene información directa de la pesquería, tal como datos de captura y esfuerzo, pero también independientes
de la misma (cruceros), lo cual ha permitido trabajar con modelos calibrados que integran toda la información
disponible (Hernández-Herrera et al., 1998).
187
Sobre el recurso se cuenta con información biológica que permite evidenciar que Dosidicus gigas constituye
una población que está compuesta por varias cohortes, ya que los análisis histológicos de los ovarios así lo
muestran (Díaz-Uribe et al., 2005), al igual que la estructura de tallas del manto (Morales-Bojórquez et al.,
2001c). Sin embargo, también es evidente la presencia de una cohorte dominante, que se hace presente en las
capturas y que, en última instancia, es la cohorte vulnerable a las flotas (Morales-Bojórquez et al., 2002).
Figura 1.- Zona de alta concentración de calamar gigante Dosidicus gigas dentro del Golfo de
California, México, mostrando las principales zonas de descarga, Santa Rosalía,
Baja California Sur, y Guaymas, Sonora.
Cuando la pesquería tuvo una caída en el periodo de 1997-1998, se hizo evidente la falta de un plan de
manejo que indicara las acciones a tomar ante estas eventualidades; la disminución en la abundancia del
recurso también trajo implicaciones en el valor del producto, así como en su comercialización, ya que países
como Perú y Corea también pescan abundante calamar D. gigas en la Corriente de Humboldt. Es necesario
dar un valor agregado al recurso, ya que actualmente sólo se vende y exporta como materia prima a los países
de Asia.
Antecedentes
Las primeras capturas de calamar registradas, corresponden a la pesca exploratoria realizada por Sato a lo
largo de la costa del Pacífico mexicano, incluido el Golfo de California durante octubre-diciembre de 1971
(Sato, 1975; 1976). Las capturas máximas fueron de 24 toneladas métricas del lado de la costa occidental de
la península de Baja California mientras que dentro del Golfo de California la captura fue muy baja con sólo
188
780 Kg.
La pesquería comercial de calamar gigante comenzó en el Golfo de California en 1974 por medio de pequeña
flota artesanal que pescaba durante dos o tres meses en verano en el litoral de B. C. S, es importante mencionar
que la demanda nacional era baja y el calamar se consumía localmente de manera cruda (Holguín-Quiñones,
1976; Ehrhardt et al., 1982b, 1983a,b).
En 1978 la flota de barcos camaroneros se incorporó a la pesquería del calamar durante la temporada de veda
del camarón. Un año más tarde cinco barcos japoneses se incorporaron a la pesquería, a través de empresas
de coinversión de capital mexicano-japonés, y la temporada se extendió a 7 meses, aumentando su producción.
La industrialización del calamar se limitó a producto fresco y congelado. (Klett-Traulsen, 1981; Klett, 1982;
Ehrhardt et al., 1982b, 1983a,b; Anónimo, 1992).
En 1980, la flota incluyó 15 barcos calamareros japoneses, 200 camaroneros, 10 huachinangueros y alrededor
de 60 pangas y la temporada de pesca se extendió a 10 meses del año y la producción alcanzó un máximo de
22,464 t (Klett-Traulsen, 1981; Klett, 1982; Ehrhardt et al., 1982b, 1983a,b; Leal-Ocampo, 1994).
En 1981 las capturas descendieron a 9,816 t, causando serios problemas a la industria pesquera y en 1982 el
recurso deja de presentarse en el Golfo de California. Las causas fueron asociadas a la sobreexplotación del
recurso, la modificación del comportamiento migratorio asociado a cambios en el medio ambiente o ambas
(Ramírez y Klett, 1985).
Fue hasta 1988 que se empezaron a detectar nuevamente volúmenes considerables de calamar gigante dentro
del Golfo de California, por lo que una pequeña flota constituida por 60 pangas, 4 ó 6 embarcaciones sardineras,
escameras y camaroneras empezaron a extraer calamar gigante (Rosa et al., 1992, 1995). A principios de
1989 el CRIP de La Paz encontró grandes cantidades de calamar gigante en el lado occidental del Golfo de
California, por lo que se promovió un programa de prospecciones durante ese año y hasta abril de 1990. La
mayor abundancia del recurso se detectó frente a Santa Rosalía y Loreto en el verano (Morán-Angulo, 1990).
De abril a septiembre de 1991 se realizó una investigación extensa en la misma área. Ese año la flota artesanal
capturó 1,172 t. En 1994 el calamar gigante ocurrió de nuevo en cantidades abundantes en el Golfo de
California con una captura de 5,101 t en B. C. S. (Klett-Traulsen, 1996), iniciándose un nuevo período de
pesca. Ya en 1996 y 1997 las capturas alcanzaron cifras anuales record de 107,966 t y 120,877, respectivamente.
Recientemente los productos basados en calamar han registrado una importante demanda en mercados
internacionales, lo que se ha traducido en un alto interés por el aprovechamiento comercial del recurso. Así
pues los principales usuarios del mismo, son pescadores ribereños en mayor proporción con relación a los
pescadores de mediana y gran altura, esto en el caso de la fase extractiva; en tanto que en la fase de transformación
la industria México-Coreana tiene una fuerte participación, cubriendo incluso la fase de comercialización
internacional de productos industrializados. Asimismo, la participación de permisionarios de pesca y otros
intermediarios, hacen posible la distribución de calamar en el mercado doméstico, ya sea en forma de materia
prima, o bien, con preparaciones mínimas que permiten la comercialización a diferentes consumidores finales,
desde amas de casa hasta preparadores de alimentos para comensales.
Todas estas interrelaciones de diversas personas interesadas en el uso y explotación comercial del recurso
calamar gigante, generan en cada temporada de pesca un importante flujo de beneficios económicos, que en
el ámbito de la región Noroeste de México son de significativa importancia. Como ejemplo de ello, Sánchez
et. al. (2000) mencionan que en el área de Santa Rosalía, Baja California Sur, que es la zona donde mayormente
se acentúa la actividad calamarera, se generan empleos directos del orden de 3,000 a 3,500 en la captura,
1,500 a 2,000 en la transformación y una importante cantidad de empleos indirectos conexos a la actividad no
189
cuantificada. Asimismo, aún cuando actualmente el recurso se explota mayormente en el Golfo de California,
comentarios de productores primarios e industriales, infieren en la posibilidad de extender la actividad hacia la
costa occidental de la península de Baja California.
Otro aspecto importante de la pesquería de calamar gigante, es el hecho de que ha sido considerada como
complementaria a la pesquería de camarón (Ehrhardt, 1982). En efecto, en la época en que el camarón se
encuentra en veda, principalmente en los estados de Sonora y Sinaloa algunos barcos camaroneros son
adaptados para capturar calamar, permitiendo de esta manera mantener parte de la flota y de la industria en
operación, a fin de evitar con ello capacidad ociosa, principalmente la instalada en industria pesquera. De
hecho, se considera que esta pesquería vino a romper con la depresión económica en la que se encontraba el
Puerto de Guaymas a principios de los años 90’s (Morales-Azpeitia, en preparación). No obstante, también
es importante destacar que la variable económica primaria, como es el precio de venta en playa, ha sufrido un
deterioro importante a lo largo de los últimos 9 años, generando con ello descontento y desmotivación en la
actividad extractiva de este recurso. Este tipo de situaciones, conllevan a reflexionar en la importancia que
tienen para el sector pesquero el conocer la distribución y abundancia en tiempo y espacio del recurso calamar,
a fin de orientar estrategias de acción para optimizar captura y transformación.
El calamar gigante (Dosidicus gigas) se distribuye a lo largo del Pacífico mexicano, cubriendo incluso parte
del continente americano en el Pacífico Oriental, con un intervalo de distribución desde Monterey, California
(USA) hasta Chile en Sudamérica. Aunque hay reportes recientes de calamar D. gigas alrededor de la Isla de
Kodiak en Alaska (Museo de Historia Natural, Los Angeles, California) Para el caso particular de México, las
principales zonas en donde se ha realizado su explotación comercial se localizan en el área limitada por los 22°
y 29° Latitud Norte, y los 106° y 114° Longitud Oeste, lo cual abarca un área desde la boca del Golfo de
California hasta Santa Rosalía en Baja California Sur y Guaymas, Sonora, por el interior del Golfo y hasta la
altura de Bahía Magdalena por la costa del Pacífico. La presencia de D. gigas en el Golfo de California
promovió la actividad pesquera de la especie durante los años de 1978 a 1981, favorecida por los altos
niveles de abundancia y disponibilidad del recurso (Ehrhardt et al., 1983). Aunque la especie se distribuye
ampliamente en el Pacífico mexicano, los patrones de explotación en zonas diferentes a la parte centro norte
del Golfo de California son raros, tal y como sucedió con la abundancia repentina de calamar gigante
desembarcada en Bahía Magdalena, B.C.S., que registró un volumen de captura de casi 32,000 TM durante
1998. Esto último coincidió con una disminución de abundancia en la parte del Golfo de California (asociada
a El Niño 1997/98) y la eventual desaparición del recurso hasta principios de 1999, cuando el stock se
recuperó (Figura 2).
190
Figura 2.- Capturas de calamar gigante Dosidicus gigas del Golfo de California, México.
Tomado de Morales-Bojórquez et al. (2001a) y CONAPESCA (2005).
La alta abundancia del recurso durante 1996, creó expectativas sobre la pesquería, ya que representó una
alternativa rentable que se complementó bien con la pesquería del camarón del Pacífico mexicano. Prácticamente,
cuando los rendimientos del camarón disminuyen hacia los meses de diciembre y enero, los barcos camaroneros
se adaptan con sistemas de pesca para calamar gigante, y a su vez, cuando la temporada de camarón inicia,
entonces la presión de pesca sobre el calamar disminuye (Morales-Bojórquez et al., 2001b).
Las zonas de Santa Rosalía, BCS y Guaymas, Sonora al parecer explotan “un stock” localizado en la parte
central del Golfo de California, el cual está conformado por una cohorte o generación dominante. Los individuos
de esa cohorte también han mostrado un movimiento entre ambas costas, lo cual beneficia la pesca en las dos
localidades. También se ha observado que el recurso se concentra hacia la parte que va desde el centro del
Golfo de California hasta Santa Rosalía, BCS, lo que promueve el desplazamiento de los barcos camaroneros
adaptados de Sonora hacia las zonas de pesca de Santa Rosalía, BCS.
La pesquería tiene una variabilidad en abundancia que hasta el momento no se ha podido explicar. Al parecer
no tenemos evidencias de sobrexplotación. La caída en la abundancia de 1998-1999 se asoció con la presencia
de un calentamiento de la corriente de California, donde incluso el recurso mostró un patrón de movimiento
que lo llevó de la parte centro norte del Golfo de California hacia el Pacífico (Bahía Magdalena, BCS).
Posteriormente, durante 1999-2000, se observaron problemas de precio en el recurso. Así, en algunos años,
aunque la abundancia fue alta, la captura permaneció baja en comparación con el periodo de mayor captura
de 160,000 TM (1996), lo que coincidió con la caída en el precio en 1999 para Santa Rosalía, BCS y de
Sonora en el 2000.
Desde el punto de vista de la evaluación del stock explotado, la pesquería cuenta con modelos explícitos para
la estimación de biomasa, los cuales se apoyan en modelos de extracción sucesiva. Debido a que la escala de
tiempo es por periodos quincenales o semanales, se pueden hacer predicciones de captura. El recurso capturado
a lo largo de la temporada depende del reclutamiento a la pesquería y de la eficiencia de las flotas
correspondientes (capturabilidad). Así, la evaluación del recurso depende de la veracidad de los registros de
captura y esfuerzo, los cuales no son de fácil acceso en la zona de Santa Rosalía, BCS, debido principalmente
a la existencia de varios sitios de desembarco del recurso (Morales-Bojórquez y Nevárez-Martínez, 2002).
191
Sobre la alimentación de Dosidicus gigas, se conoce que se alimenta de mictófidos, principalmente de
Benthosema panamense, y en menor grado de Triphoturus mexicanus, incluyendo de forma esporádica
calamares mesopelágicos, langostilla pelágica y peces pelágicos menores como sardina y anchoveta (Ehrhardt,
1991; Markaida, 2001), aunque también se reconoce un alto canibalismo (Sánchez, 2003). Sobre el patrón
reproductivos de D. gigas se reconoce que la reproducción tiene lugar fuera de las tradicionales zonas de
captura (Santa Rosalía, Baja California Sur y de Guaymas, Sonora). Dentro de esta zona generalmente existen
machos y hembras, maduran en varios meses del año; la talla media de madurez fue establecida en 400 mm de
longitud del manto para las hembras, mientras que en los machos se observó a los 330 mm (Markaida y Sosa-
Nishizaki, 2001). El crecimiento individual de D. gigas fue analizado por Hernández-Herrera et al. (1998)
usando análisis de progresión modal, los resultados mostraron que el calamar gigante crece hasta una edad
que varía entre 1.5 a 2 años. Posteriormente, Markaida et al. (2004), a través de la lectura de estatolitos,
estimaron que las hembras, hasta 87.5 cm de longitud de manto, pueden tener una edad de 386 días (entre 14
y 15 meses), mientras que los machos de hasta 71.5 cm de longitud de manto tienen una edad de hasta 372
días. En términos generales las hembras crecen más rápido que los machos. Una de las principales aportaciones
de este estudio, fue reconocer una estructura de múltiples cohortes intra anuales, las cuales ya habían sido
inferidas por el análisis de estructura de tallas y estimaciones de capturabilidad por longitud de manto (Morales-
Bojórquez et al. 2001c). Un posterior análisis histológico demostró que existe un patón asincrónico de la
madurez de los ovocitos, lo cual sugiere que podrían existir varios pulsos de desove (Tabla 1) (Díaz-Uribe et
al., 2005).
Markaida et al. (2005) demostró el patrón de movimiento estacional de Dosidicus gigas dentro del Golfo de
California, el cual se caracterizó por el desplazamiento entre las zonas de Santa Rosalía, Baja California Sur y
Guaymas, Sonora, aunque los desplazamientos hacia el sur del Golfo de California y el Pacífico son todavía
desconocidos.
192
3. Estadística de la producción
La producción de calamar gigante es muy variable entre años; sin embargo, el primer periodo de capturas se
inició a principios de los 80’s, con bajos niveles de captura. Durante estos años se inicia la pesca exploratoria
a través de la FAO (Erhardth et al., 1983), y aunque se reconoció la abundancia del recurso, al parecer el
efecto de El Niño de 1982-1983 motivó su desaparición (Klett, 1996). Posteriormente, al principio de los
90’s el recurso escaseó y no se obtuvo producción, principalmente por falta de mercado nacional e internacional.
Pero durante 1995, las condiciones del mercado cambiaron, y se iniciaron las capturas, y con ello los estudios
biológicos y pesqueros (Morales-Bojórquez et al., 2001a). Para los años de 1996 y 1997 se obtuvieron los
registros más altos en la historia de la pesquería con capturas mayores de 140,000 TM. En los años más
recientes de la pesquería, la producción ha disminuido, aunque se reconoció la alta abundancia del recurso,
esta situación ha sucedido así, porque principalmente el precio de compra no ha sido benéfico para la flota
artesanal, con lo cual el esfuerzo de pesca disminuyó. Actualmente, las producción ha variado entre 40,000 y
60,000 TM. Se considera que esta pesquería tiene potencial de desarrollo dentro del Golfo de California y el
Pacífico Mexicano.
4. Recursos pesqueros
El recurso calmar está básicamente constituido de Dosidicus gigas, aunque también en menor escala se
obtienen capturas incidentales de los géneros Loligo, Lolliguncula, Loliopsis, Illex, Ommastrephes y
Symplectoteuthis. Hasta el momento no se ha detectado la presencia de calamar Dosidicus gigas como
pesca incidental de otras pesquerías, aunque hay reportes de pesca de atuneros, que han encontrado en las
redes de cerco altos volúmenes de calamar gigante, en proporciones tan altas como de 2:1 (calamar:atún). En
todos los lances donde se registró este evento, el atún se encontró mordido y dañado por la presencia del
calamar en la red. Se asume que quizá el comportamiento del calamar no es seguir el atún para comerlo, sino
que más bien al encontrarse en una situación de encierro, entonces el calamar entra en un frenesí trófico.
La pesca de calamar gigante es altamente selectiva; la potera o pota (Figura 3), como arte de pesca no
selecciona ningún otro organismo, ya que una vez concentrada la mancha de calamar, el ataque hacia las
poteras es constante, y disminuye hasta que el tamaño del cardumen se ha pescado de forma considerable. Se
debe considerar que el calamar es un organismo caníbal y que es muy activo como depredador, eso también
hace difícil que otros organismos se aproximen a la cercanía de las poteras. El calamar gigante es un recurso
costero, por consiguiente es una pesquería de acceso abierto, de tal forma que es accesible a diferentes flotas,
tanto embarcaciones menores, como barcos camaroneros adaptados a la pesca de calamar.
193
Figura 3.Señuelo típico para la captura de calamar. La potera es un arte de pesca pasivo-atractivo
que consiste en una pieza brillante de forma cilíndrica u oval construida de plástico
reflectante o fosforescente normalmente flexible y de colores vivos
cuya función es atraer los calamares.
Durante el año de 2001 se inició el interés por la captura de la especie de Loligo opalescens que se distribuye
hacia el norte de la Península de Baja California. Aunque los estudios no se iniciaron, se conoce que también
en la zona de Ensenada, México, existen altas abundancias de calamar Dosidicus gigas. Existen otras especies
de calamar de las que no existe información de ningún tipo para el Pacífico mexicano (Okutani, 1980). La
probabilidad o proporción con la que estas pueden encontrarse es desconocida, para las aguas del litoral
mexicano, particularmente en las costas de la Península de Baja California, por esta razón, es importante
mencionarlas: el calamar dardo Loligo diomedeae (Hoyle), mide 11.5 cm de LM máxima y los machos son
más pequeños que las hembras. Forma parte de la fauna de acompañamiento de la pesquería de camarón y
generalmente es descartado. Las mayores concentraciones de esta especie se encuentran en la región del
Golfo de Panamá pero se distribuye desde la Península de Baja California hasta Perú. La especie Gonatus
onyx (Young) que alcanza una longitud de manto máxima de 10 cm. Se distribuye en las costas de Baja
California Norte. La especie Onychoteuthis borealijaponica (Okada), se distribuye en las costas del Pacífico
de la Península de Baja California. La especie Histioteuthis dofleini (Pfeffer) que alcanza hasta los 9.5 cm de
longitud de manto, se encuentra distribuida en todos los mares del mundo en aguas pelágicas y demersales y
parece no tener valor comercial. Su distribución en aguas mexicanas comprende las costas de la Península de
Baja California. La especie Symplectoteuthis oualaninensis (Lesson) (calamar Ryukyu) alcanza 35 cm de
longitud de manto. Habita en aguas cálidas de alta mar. Su distribución incluye el Pacífico mexicano y el Golfo
de California. No forma grandes agrupaciones. La especie Ommastrephes bartrami (Lesueur) (calamar
morado o volador) alcanza una longitud de manto de 45 cm. Su carne es de excelente calidad, pero cuando el
animal crece, se vuelve dura. Su distribución es mucho más amplia que la de cualquier especie y puede
encontrarse en todo el Pacífico mexicano y en el Golfo de California.
5. Oceanografía pesquera
El recurso calamar es un organismo de rápido crecimiento y alta tasa de mortalidad natural, de tal forma que
se asume que depende de condiciones ambientales óptimas para satisfacer las necesidades de su ciclo de vida.
Las altas variaciones en su disponibilidad y abundancia, se suponen asociadas a efectos de escala global. Klett
194
(1996) propuso que la caída del calamar gigante en el período de 1982, se debió al efecto de El Niño. Las
capturas durante ese tiempo fueron alrededor de 30,000 toneladas; sin embargo, después de El Niño de
1982-1983 la especie prácticamente desapareció y sus capturas no se volvieron a registrar de manera
significativa. Posteriormente Morales-Bojóquez et al. (2001a) observaron que durante El Niño 1997-1998
este recurso, que típicamente se reclutaba en las costas de Guaymas, Sonora, tuvo una falla en su reclutamiento.
Así, el calamar se concentró en la parte de Santa Rosalía, Baja California Sur, y posteriormente inició una
migración hacia el sur por la parte costera de la Península de Baja California, estableciéndose en Loreto, Baja
California Sur, y luego más al sur cerca de la Bahía de La Paz, donde la pesca se mantuvo por un periodo de
tres meses. Finalmente el recurso desapareció de esa zona, registrándose en Bahía Magdalena, Baja California
Sur (zona del Pacífico), el recurso se estableció por un periodo de dos meses y medio, donde se capturó una
biomasa de 26,000 TM, lo cual fue un hecho inusual en la zona de Bahía Magdalena, donde ese volumen de
captura fue semejante a los registros históricos máximos que se obtuvieron durante principios de los 80’s.
También Morales-Bojórquez et al. (2001d), reportan que este patrón de movimiento se invirtió cuando las
condiciones de El Niño se debilitaron, lo que ocasionó que la pesquería se restableciera durante junio de 1999
en su zona habitual de distribución (Santa Rosalía, Baja California Sur, y Guaymas, Sonora).
Recientemente, Waluda et al. (2004), examinaron la sincronía que existe entre las especies de calamares del
hemisferio sur, considerando a Dosidicus gigas, Loligo vulgaris reynaudii, L. gahi, Nototodarus sloanii,
N. gouldi, e Illex argentinus y su relación con el índice de oscilación del sur y el índice transpolar. La
información analizada sugirió que el índice de oscilación del sur está relacionado con las fases tempranas de
desarrollo de las diferentes especies de calamar, y que el índice transpolar está relacionado con la abundancia
de los adultos. También se observó un patrón latitudinal, donde los juveniles están influenciados por la variabilidad
ambiental en las bajas latitudes, y los adultos en las altas latitudes (Nevárez-Martínez et al., 2002). Por su
parte, Brito-Castillo et al. (2002) analizando datos de un crucero de investigación, encontraron que existe una
relación entre un intervalo óptimo de temperatura y las tasas de captura de Dosidicus gigas. Sobre esta
posibilidad, Morales-Bojórquez (2002) propone que la relación no es directa. Así se ha mostrado que la
variabilidad en la abundancia de calamar, no sólo muestra cambios a escala local dentro del Golfo de California,
sino también regional en el hemisferio sur, que se asocian con los cambios a gran escala que suceden en el
ambiente. Los efectos de El Niño y La Niña sobre el recurso se han observado en zonas como el domo de
Costa Rica (Ichii et al., 2002), donde los efectos de los cambios a gran escala (Hayward, 2000) modifican la
abundancia de los productos del desove.
6. Técnicas de captura
El calamar gigante del Golfo de California se captura con poteras, las cuales son de diferentes tipos, en cuanto
al número de coronas, colores y tamaños. La selección del tipo de potera depende de las necesidades del
mercado; por ejemplo, en la zona de Santa Rosalía, Baja California Sur, la captura es de calamar entre 25 y 50
cm de longitud del manto, mientras que en Guaymas, Sonora las tallas de longitud de manto varían entre 55 a
80 cm. Básicamente las poteras (o potas) penden de una línea que puede ser lanzada y recuperada a mano o
con sistemas automáticos. En la técnica de captura no se utiliza ningún tipo de carnada, y la atracción del
recurso es a través de iluminación. La iluminación para los barcos camaroneros que se adaptan a la pesca del
calamar es variable. En cruceros de investigación, la iluminación comienza entre 10 y 20 minutos antes de
iniciar la pesca. Se lanzan las poteras al agua y se levantan con el propósito de atraer al calamar; las poteras
son luminicentes y emiten cierta luz, lo cual las hace atractivas como presas para el calamar. En términos
generales se utilizan dos linternas de cuatro lámparas de 100 watts y 110 volts con un flujo luminoso de 6,840
lumens por linterna. Cada linterna se localiza a un lado de la embarcación a una distancia de tres metros sobre
195
la superficie (Nevárez-Martínez et al., 2000). Si se hace máxima la iluminación sobre un área considerable,
aumenta la probabilidad de concentrar al recurso con mayor eficiencia.
Las embarcaciones menores, que son pequeños botes con motor fuera de borda, utilizan líneas de poteras
manuales. También usan sistemas de iluminación que constan de pequeños focos con distinta variación en
watts. Prácticamente se pueden localizar desde focos del tipo de lámpara de mano, con muy bajo nivel de
iluminación, pero al parecer suficiente para atraer al molusco y concentrarlo alrededor de la embarcación. Esta
flota inicia actividades a partir de las 17:00 horas en sitios cercanos a la costa que varían entre 2 a 4 millas
náuticas. Las embarcaciones menores tienden a trabajar relativamente cerca unas de otras, lo cual probablemente
maximiza el área de iluminación.
Existe una propuesta de capturar el recurso con redes de cerco. La técnica consistiría en atraer el calamar con
luz hacia la superficie y capturarlo con una red de tipo cerco similar a como se hace con la sardina. La
propuesta lleva tiempo siendo analizada por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca de México, para
evaluar su factibilidad de ser utilizada en la región del Océano Pacífico.
7. Planta industrial
El calamar gigante es un recurso pesquero que en el Noroeste de México durante los últimos 9 años se ha
identificado a su explotación comercial como una actividad generadora de beneficios económicos y sociales
de significativa relevancia. La industria pesquera que agrega valor al recurso, se encuentra instalada muy cerca
de las principales zonas de pesca, las cuales se localizan en Santa Rosalía, Baja California Sur y Guaymas,
Sonora. Asimismo, aunque con menor relevancia en el contexto de la industria calamarera, Baja California y
Sinaloa registran de una a dos plantas pesqueras que procesan el calamar, destacando que una buena parte de
su materia prima procede de las principales zonas de pesca antes mencionadas. En los siguientes párrafos se
describe la industria calamarera en términos del estado que guarda la calidad sanitaria de sus productos y las
condiciones sanitarias de su infraestructura de procesos.
El estudio de la industria calamarera se centró en 10 empresas, cinco de ellas instaladas en Guaymas, Sonora
y las restantes instaladas en Santa Rosalía, Baja California Sur. Las empresas seleccionadas para el estudio, se
consideran representativas del sector por cumplir las siguientes características:
196
A continuación se presentan algunas características generales sobre la planta industrial calamarera de
Sonora y Baja California Sur:
SONORA BCS
Inicio de operaciones más reciente 1995 1994
Temporada calamarera Oct-Mayo Abril-Nov
Empleos generados por temporada calamarera 750 2,000
Principal zona industrial Guaymas Sta. Rosalía
Producción industrial 2001 (toneladas) 4,250 12,513
Valor de la producción industrial 2001 (miles de US dlls) 5,200 15,300
La industria calamarera aplica al recurso cuatro principales procesos: congelación, cocido, secado y recientemente
reducción (figura 9). A partir de dichos procesos, se identificaron cuatro principales productos en el siguiente
orden de importancia:
• Producción de daruma (manto cocido-sazonado-congelado). Combina los procesos de cocido y
congelado.
• Producción de congelados (manto, tentáculos, cabeza y aleta). Proceso de congelación.
• Producción de calamar seco (manto cocido-sazonado-secado). Combina los procesos de cocido y
secado.
• Producción de harina (desechos de calamar ó calamar entero). Proceso de reducción.
Como se discute en el apartado 7.5. relativo al Destino de la producción industrial, la daruma, el calamar
seco y la harina, se dirigen a mercados asiáticos principalmente, en tanto que los congelados se distribuyen en
el mercado nacional. En todos los casos, se identifican productos no terminados, es decir son materias primas
intermedias para otras industrias, por lo que son productos catalogados con un valor agregado medio.
Referente a aspectos de aseguramiento de calidad y estado sanitario, la industria calamarera fue estudiada a
partir de la información que arrojaron los instrumentos de trabajo diseñados para medir el nivel de implementación
del Sistema de Análisis de Riesgos e Identificación de Puntos Críticos (ARICPC, homólogo al HACCP) que
es definido por la NOM-128 de Secretaría de Salud, y el nivel de cumplimiento en la aplicación de buenas
prácticas de higiene y sanidad en naves de proceso, las cuales son definidas por la NOM-120 de la Secretaría
de Salud (Anexo Metodológico 3).
La calidad total de un alimento está definida por los niveles de calidad que muestre el producto en términos
gastronómicos, sanitarios y comerciales. En este sentido, la calidad gastronómica del alimento está definida
por sus propiedades culinarias, las que íntimamente se relacionan con la cultura alimenticia del consumidor. Un
alimento posee calidad sanitaria, siempre que demuestre no causar enfermedades al consumidor (sano) y estar
libre de cualquier contaminante (higiénico). Comercialmente un alimento posee calidad, al poder penetrar en
un mercado determinado y mantener su demanda en el mismo.
Los instrumentos de aseguramiento de calidad y estado sanitario permitieron emitir valoraciones respecto al
nivel de calidad sanitario de los productos de calamar elaborados en las plantas diagnosticadas, esto en
función de las prácticas de higiene y sanidad que se aplican durante su procesamiento, las condiciones sanitarias
de las naves de proceso y las prácticas relacionadas con el sistema ARICPC.
En términos generales, los resultados muestran a una industria calamarera con altos niveles de cumplimiento
sanitario respecto a la NOM-120-SSA. En promedio, la industria cumple en un rango del 80 al 98% con los
requerimientos de la norma en cuestión. Bajo un enfoque comparativo en los aspectos sanitarios, la industria
197
calamarera instalada en Sonora muestra un cumplimiento ligeramente mayor, que la instalada en Baja California
Sur, 84% para el caso de la primera y 80% en la segunda (figura 10). Sin embargo, al considerar el cumplimiento
de la norma a través de una ponderación, el estado sanitario de la industria calamarera no es tan homogéneo,
como puede apreciarse en la figura 11. Dicha ponderación se basó en asignar una posición de 1 a 10 a las
empresas diagnosticadas, en la que 1 correspondió a la empresa que en sus naves de proceso fue observable
un estado crítico de sus instalaciones y condiciones bajo las que lleva a cabo sus procesos, y 10 a la empresa
que en el mismo sentido mejores características mostró.
La figura 11 deja ver que un tercio de la industria calamarera, se encuentra en condiciones sanitarias críticas.
En la misma figura se observa que el tercio de la industria calamarera que mejores condiciones sanitarias
muestra, se localiza en Baja California Sur. Este segundo tercio saca ventaja del resto del universo, debido a
que tiene mayores niveles de cumplimiento en los requisitos de instalaciones físicas, instalaciones sanitarias,
servicios a planta y limpieza y sanitización, que son los requisitos que destacan a simple vista, y por ende,
impactan significativamente en el resultado cualitativo y cuantitativo del diagnóstico.
A fin de que la industria calamarera incremente su nivel de cumplimiento sanitario respecto a la NOM-120-
SSA, es recomendable que se trabaje en programas de mejora, principalmente en las áreas de higiene del
personal, almacenamiento de materias primas y productos terminados, prácticas de limpieza y sanitización de
equipos y áreas de proceso, así como en el control de plagas. En este sentido, las empresas pueden optar por
la contratación de asesores externos que diseñen e implementen dichos proyectos de mejoramiento sanitario,
para ello, las empresas pueden aprovechar programas del gobierno federal que subsidian este tipo de
contrataciones, entre los que destacan Programa de Apoyo a la Capacitación de la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social, Programa de Apoyo Técnico de BANCOMEXT y otros operados por Nacional Financiera
y FIRA.
Respecto a la NOM-128-SSA, los niveles de cumplimiento son en promedio del 47%, registrándose un
rango de cumplimiento que oscila entre el 25 y 65% (figura 12). Comparando la industria calamarera instalada
en Sonora, con la instalada en Baja California Sur, esta última muestra mayores niveles de cumplimiento de la
norma en cuestión con el 51% de los requisitos normativos cumplidos, contra el 43% de cumplimiento de la
primera. De igual forma que en la evaluación del cumplimiento normativo del estado sanitario de las instalaciones,
al ponderar el cumplimiento de la NOM-128-SSA bajo los mismos criterios arriba descritos, se observa que
un tercio de la industria calamarera muestra un rezago significativo en este rubro, el segundo tercio deja ver
mejoras significativas (Sonora) y el tercio restante de esta industria localizado en Baja California Sur presentó
mayores niveles de cumplimiento (figura 13). Considerando la obligatoriedad de la NOM-128-SSA para la
industria pesquera nacional, el nivel de cumplimiento para el caso de la industria calamarera es bajo.
Bajo la concepción más básica de un sistema de aseguramiento de calidad, este debe cumplir las características
de ser documentado al mayor detalle, mantenido a través de un sistema de monitoreo permanente y mejorado
mediante prácticas de verificación. En este sentido, el sistema ARICPC es un sistema de aseguramiento de
calidad que permite la obtención de productos alimenticios con calidad sanitaria. En el caso de la industria
calamarera, la documentación del sistema ARICPC es adecuada, a la vez que el monitoreo del mismo también
es llevado a cabo en forma aceptable, sin embargo, la verificación es el requisito que mayor incumplimiento
registró.
La escasa verificación del sistema ARICPC en la industria calamarera, conduce a inferir que el cumplimiento
de la norma es por inercia. Es decir, su cumplimiento es en respuesta a una normativa obligatoria, más que a
198
una identificación de su conveniencia como una herramienta estratégica de mercado. En el caso de la industria
calamarera, la situación que se describe tiene lugar por las siguientes razones:
Es importante destacar que la NOM-128-SSA es verificada por la Secretaría de Salud por línea de proceso,
de igual forma el instrumento fue aplicado para las líneas de calamar exclusivamente. En este sentido, para que
la industria calamarera incremente su nivel de cumplimiento sanitario respecto a la norma en cuestión, es
recomendable que lleve a cabo programas orientados al mejoramiento de las prácticas de higiene y sanidad
que aplican los empleados, la organización empresarial, los procedimientos aplicados para el control de calidad,
la compra de materias primas y las acciones de verificación. El desarrollo de dichos proyectos, al igual que el
mejoramiento sanitario, puede ser apoyado por asesores externos, aprovechando también en este caso los
apoyos empresariales de programas del gobierno federal.
Se hace necesario destacar el hecho de que acciones dirigidas a promover y fomentar el cumplimiento de las
normas sanitarias y ambientales aplicables a la industria calamarera, no deben ser acompañadas de programas
estatales o municipales que financien proyectos de mejora en esos rubros, ya que al existir los programas del
gobierno federal antes citados, se estarían duplicando recursos públicos. En este sentido, se recomienda que
la CONAPESCA sirva como agente promotor de los programas de gobierno ya existentes, a fin de asegurar
un efectivo flujo de información respecto a las reglas de operación de cada programa, y entonces esperar de
esta acción, beneficios directos para la industria calamarera.
El calamar gigante en México se procesa de una manera básica para el mercado internacional. Una vez
capturado, el manto se limpia retirando la piel y extrayendo la mayor cantidad de agua posible de músculo,
para lo cual se somete a presión con pesas. En esta parte del proceso, se colocan dentro de contenedores de
aproximadamente 4 metros cuadrados y 1 metro de altura, ya colocado el calamar, se le enciman pesas de
aproximadamente 350 Kg. y se mantienen así por un tiempo de 4 a 5 horas. El calamar se puede mantener en
una presentación de calamar fresco congelado, en el cual no es imprescindible deshidratar por presión, o bien
cocido donde es necesaria la deshidratación. El cocido del calamar reduce mantos de casi 60 cm de largo, a
pequeños trozos de aproximadamente 20 x 20 cm. Cuando el proceso termina, el calamar se exporta al
mercado asiático donde se completa el procesamiento, ya que ahí se agregar una fase posterior que consiste
en realizar una especie de manto frito en pequeñas tiras, el cual es empaquetado y distribuido.
199
8. Comercialización y exportación
De acuerdo con la información sobre el comercio de productos pesqueros, los cefalópodos, después del
camarón y túnidos, se han ubicado en el tercer grupo de mayor importancia comercial a escala internacional.
A este respecto, se ha identificado a Japón como el principal consumidor de cefalópodos en el ámbito mundial,
absorbiendo el 31% de la producción total; siguiéndole otros países asiáticos como Corea, Taiwán, Hong
Kong, con el 30% y algunos países del mediterráneo entre los que destacan Italia, Francia y Grecia, que junto
con España, Portugal y Alemania, absorbe el 15% de la producción mundial de cefalópodos (Anónimo,
1992).
En México, el recurso calamar está compuesto de varias especies de los géneros Loligo, Lolliguncula,
Loliolopsis, Illex, Ommastrephes y Symplectoteuthis, la mayoría se pesca en forma incidental y solamente
el calamar gigante Dosidicus gigas, es actualmente la especie que constituye la única pesquería con un grado
de desarrollo importante en el Pacífico norte de México.
La importancia de este recurso en México es regional, principalmente en el Golfo de California. Los principales
estados productores son Sonora y Baja California Sur. Los principales países compradores del calamar
gigante de México son, Corea del Norte, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Estados Unidos, Chile y España.
El mercado nacional e internacional está sujeto a la demanda. Para el mercado nacional se presenta en filete
congelado y enlatado, para otros países se procesa como filete congelado, filete precocido, precocido con
sal, precocido con azúcar, con ambos o con otros sazonadores. En general, el filete sazonado se conoce con
el nombre comercial de daruma.
Para el caso de la zona noroeste las plantas calamareras que operan en esta zona destinan la mayor parte de
su producción al mercado de exportación, principalmente a países asiáticos como Corea y Japón en su
presentación de daruma una pequeña parte a Estados Unidos de Norteamérica en presentaciones de seco y
congelado, mientras que España se exporta una pequeña proporción como calamar fresco-congelado. En el
mercado nacional el calamar se comercializa como fresco-congelado, aleta y tentáculos congelados. Las
figuras 14 y 15 muestran los canales de distribución que actualmente son utilizados para que el calamar llegue
a su mercado destino.
Actualmente el calamar se encuentra en el mercado en diferentes presentaciones (figura 16), algunas de estas
son:
Fresco. El calamar se encuentra a la venta en distintas formas, con piel sin piel, en filetes, por partes (tubos,
manto, alas, tentáculos, etc.).
Calamar enlatado en conserva. Calamar enlatado en diferentes medios de cobertura, principalmente aceite
y salsa de tomate con diferentes ingredientes y aditivos, según el mercado al que se dirigen.
Congelado. El calamar congelado se distribuye en el mercado entero o por partes, destacando: alas, tentáculos,
tubos, filetes, filetes sashimi, filetes “valencia”.
Carnada. El calamar es la carnada por excelencia para cazar al tiburón bacota. Se puede combinar también
con filete de magrú o palometón o alguna otra carnada del tipo “blanca” en forma de filete, siempre fresco. En
el caso de utilizar filete, es eficaz también utilizar colorante rojo.
200
Subproductos.
Los deshechos de calamar son utilizados en la actualidad para fabricar aceite. El principal producto aprovechado
es el que presenta un alto contenido de ácido Omega 3, mismo que es usado para enriquecer alimentos
funcionales, tales como huevos, pan, pastas, fideos, yogures y dulce de leche, entre muchos otros. Recientemente
se inauguró la primer planta en América del Sur, localizada en Caleta Olivia, Argentina. El Omega 3 proveniente
de los desechos del calamar argentino, se ha transformado en los últimos años en la panacea para mitigar las
enfermedades cardíacas en el mundo y comprende un negocio internacional de unos 2 billones de dólares. Es
posible, además, elaborar píldoras por las cuales se paga hasta 60 dólares el frasco de 200 comprimidos en
los países desarrollados. Si bien en la Argentina algunas empresas lácteas ya han lanzado líneas enriquecidas
con Omega 3 de origen importado -principalmente de los Estados Unidos, Noruega y Japón-, el mercado de
medicinas alternativas y de productos “saludables” aún es incipiente. Referente a los precios de calamar por
tipo de producto, estos se diferencian según el mercado destino. A continuación se muestran un enlistado de
precios de calamar en diferentes mercados.
Asimismo, los empaques de los productos finales varían según el mercado destino, de aquí que el empacado
sea una tarea que principalmente atienden los distribuidores o importadores de los países asiáticos. Generalmente
en el mercado asiático, una vez procesado el calamar se empaca en bolsas dobles de vinil y en cajas de
madera con un peso neto entre 20 y 50 kilogramos. Para su venta al consumidor final, se empaca o
en porciones
más pequeñas. El empaque debe asegurar mantener el producto a una temperatura de –18 C. Durante todo
el proceso de transporte, manejo y distribución. Los ajustes en el peso deben considerarse, debido a que el
producto tiende a perder peso como resultado de pérdida de humedad durante el almacenamiento. En la tabla
1 se presentan algunas especificaciones de empacado y calidad del producto en corea, al identificarse este
como el principal mercado del calamar procedente de México.
En cuanto al impacto que han tenido las exportaciones de calamar en las actividades comerciales del país, en
el documento “El sector pesquero en Corea del Sur” (Anónimo 1998), se destacan que desde 1996, México
es el principal exportador de calamar sazonado (daruma), ocupando este producto el segundo lugar de las
exportaciones mexicanas hacia ese país asiático. En 1996, México exportó al mercado coreano 23, 585
toneladas de daruma, equivalentes a 45 millones de dólares, en tanto que a octubre de 1997 las exportaciones
de este producto alcanzaban 22, 620 toneladas con un valor de 35 millones de dólares, representando el
11.05 y 12.41%, respectivamente, de las exportaciones totales de México a Corea del sur. También se
destaca que para el caso del calamar fresco-congelado hasta octubre de 1997 se tenían registradas exportaciones
por poco más de 40 mil dólares.
Análisis de la competitividad
En México la explotación de calamar presenta un rezago tecnológico desde la captura, manejo deficiente del
producto en el barco, el mismo barco presenta una antigüedad que lo hace poco rentable, hasta el procesamiento
del producto, presentándose otro mal manejo y grandes desperdicios, aunado a la ausencia de una industria
que permita aprovechar al máximo este recurso, a través de presentaciones acordes con la demanda internacional,
lo que le daría una ventaja competitiva frente a productos similares.
201
Si bien, actualmente, las exportaciones de calamar fresco y congelado se realizan al mismo nivel de volumen
que en su presentación procesada, el valor del producto procesado es de alrededor del doble.
Lo anterior nos da una idea de la rentabilidad que pudiera tener para los exportadores el poder escalar a un
nivel de industrialización mas desarrollado para poder generar presentaciones con valor agregado.
Uno de los principales retos que el exportador debe enfrentar es la competencia en precio, la cual está en
función del manejo del producto y su aprovechamiento, así como al costo logístico para colocarlo en el
mercado.
De acuerdo a los importadores de calamar en Singapur, hay reconocimiento de la calidad del producto mexicano
y existe mucho interés en éste, sin embargo el costo de producción y el logístico han sido factores que ha
impedido un mayor posicionamiento en ese mercado y otros países de la región asiática..
Las oportunidades de exportación podrían aprovecharse de manera eficiente estableciendo alianzas estratégicas
con los potenciales importadores, empresas transformadoras y sociedades de comercio minoristas, de
restaurantes y hoteles de los mercados de destino.
Los canales de comercialización y exportación consisten en las empresas que tienen sociedad con los accionistas
coreanos. Básicamente las empresas que se localizan en la Península de Baja California son de capital coreano.
La tecnología de procesamiento, de comercialización y exportación es para favorecer el mercado de Oriente.
Las empresas que se localizan en la parte de Sonora y Sinaloa son preferentemente de capital mexicano, ya
que son procesadoras de camarón. Durante los años de 1996 y 1997, estas empresas lograron negociar con
el mercado español e italiano la venta de marquetas de calamar gigante, lo que favoreció su captura. Sin
embargo, a los empresarios mexicanos les resulta inaccesible el mercado asiático, en donde el calamar mexicano
tiene mayor demanda.
La exportación desde México se inicia con marquetas de calamar que son transportadas por tierra hasta la
frontera con Estados Unidos, y desde ahí son enviadas rumbo a Asia por transporte marino. Existe una
comercialización de presentación en fresco congelado en el mercado mexicano, aunque su demanda es muy
baja.
La primera forma de producto es el calamar entero, congelado en bloques en un túnel. Los poteros usualmente
empacan dos bloques por 8 Kg y los buques arrastreros congeladores en varios tamaños, siendo usual los de
2 x 10 Kg o 2 x 7 Kg. El calamar capturado por congeladores arrastreros se venden por peso, con un peso
total acordado entre las partes; generalmente de 1 Kg por caja. Las capturas de los poteros se venden por
lotes de 8 Kg, pero es importante enfatizar que tienden a tener sobrepeso. El calamar congelado en tierra
generalmente se obtiene como especie acompañante en otras pesquerías.
Los tubos sin limpiar, conocidos como H&G en algunos mercados, son el cuerpo del calamar, con piel, con
aletas, sin tentáculos y eviscerados. Se empacan en dos bloques de 7 Kg por caja, congelados. En la Tabla 2
se hace la describcion de de quivalencias entre el peso comercial y la longitud real H&G; asi mismo, la Tabla
3 ilustra la equivalencia entre la medida en etiquetas y la variacion entre las longitudes reales en el tubo de
calamar.
202
Tabla 2. Tamaños y pesos
Tentáculos (o brazos): producto del descabezado. Normalmente los ojos y el pico son removidos. No muchas
compañías calibran en tamaño.
Tubo limpio: producido en tierra, generalmente con calamar fresco. Es el cuerpo del calamar sin piel, sin aletas
ni extremo (abierto a ambos lados), sin residuos. Normalmente empacado en bloques, aunque interfoliado, de
6 y 7 Kg, congelado. La calibración depende del tamaño del calamar del cual proviene.
Anillas: Se elaboran en tierra, cortando en rodajas los tubos limpios, y luego congeladas. Se blanquean,
engrosan y congelan individualmente. Normalmente se empacan en bolsas de 4 o 5 Kg o en bolsas individuales
de 1 Kg. Normalmente se venden por el tamaño de su diámetro interior.
Las cajas deben declarar una descripción completa de la especie, área en la cuál fue capturada, número de
establecimiento del productor, forma (entero, tubos, bloques, etc.), tamaño, peso neto y fecha de congelación,
casi siempre marcada en cuadros de opciones múltiples.
Durante la década de los 80´s, la captura de calamar gigante era solo de carácter incidental, es decir, no
existían barcos especializados en sus capturas, y prácticamente los pequeños lotes capturados en proceso de
pesca artesanal se dirigían al mercado interno, el mismo que tampoco podía utilizarlo en gran escala, puesto
que no existía el hábito de consumo de este producto en la población.
Los primeros barcos calamareros que se tiene conocimiento iniciaron el parte aguas hacia el despunte de esta
actividad, fueron obviamente asiáticos (coreanos y japoneses). Se interesaron en este recurso alrededor de
1990, debido a la importancia de este producto para su dieta; para ello realizaron investigación pesquera
exploratoria y experimental en la zona del pacífico enfocándose principalmente en el Perú (principal competidor
actual en la pesquería de calamar gigante en el ámbito internacional), que acaparaba principalmente el mercado
español con cientos de toneladas a principios de los 90´s, logrando exportar entre 15,000 y 20,000 toneladas
de filetes con y sin piel de calamar gigante a fines de 2000.
203
Ahora bien, en términos generales la información y registro de la explotación del recurso y su comercialización
tanto a escala nacional como internacional no son muy precisos del todo, ya que no existía una actividad
pesquera de calamar formal hasta principios de los 90´s. Aún en la actualidad en el ámbito nacional la falta de
información que precise tipo, precio, presentación y procedencia del calamar es un problema que dificulta el
estudio y evaluación del potencial del mercado de este producto.
Por otro lado, en el comercio internacional, un consumo se desarrolla e incrementa, mientras que el comprador
reciba un producto de calidad y de acuerdo a sus requerimientos, y el vendedor tenga la capacidad de
producirlo, al margen de los precios establecidos del producto. En los últimos años, el recurso ha tendido a
desarrollar un mayor tamaño, por lo que la abundancia de ejemplares pequeños ha disminuido, capturándose
ejemplares de hasta 25 kilos como promedio. La condición de aumento en la talla de los organismos, ocasiona
que los calamares gigantes acumulen una mayor acidez en sus cuerpos, lo que produce un ligero amargor
característico, sabor que ha sido detectado principalmente por los exquisitos paladares españoles (principal
consumidor europeo de calamar); esta característica ha sido detectada solamente para el calamar gigante
(Dosidicus gigas), dando un importante sesgo en los hábitos de consumo del mercado europeo reorientando
su consumo hacia otras especies de calamar, y enfocando el calamar gigante hacia los mercados asiáticos.
Asimismo, otro factor es el gran tamaño que dificulta el propósito de la compra, porque los españoles y en
general el mercado europeo compra los filetes pequeños para utilizarlos directamente en sus productos
elaborados empanizados, y lo empleaban también como alternativa de otros tipos de calamares más costosos.
Consecuentemente, por las características especiales de la materia prima disponible, el mercado español,
paulatinamente, ha venido reduciendo sus adquisiciones de calamar gigante y como ya se mencionó cambiando
sus hábitos de consumo hacia otras especies (no importando el precio).
Por otro lado, el Mercado Asiático (mercado cautivo para México) es la cara opuesta a esta situación. En
este mercado, el calamar gigante siempre ha constituido materia prima para elaborar diversos productos. Los
coreanos, por ejemplo, básicamente procesan el calamar gigante hasta lograr una especie de seco / salado /
sazonado en hilachas llamado “Daruma”; por lo que el tamaño del producto no es muy importante. Una
situación muy destacable de la actividad calamarera llevada a cabo en México por los coreanos, chinos y
japoneses, es que han logrado acceder al producto a precios muy bajos, y mantienen el control de los mismos
en el ámbito de materia prima o precio en playa (para ser transformado).
Los Chinos también han incrementado sus compras en volumen, pero han mantenido los precios indicados, en
general los países asiáticos siempre buscan y han pagado precios bajos, porque para ellos el calamar gigante
en filete, manto, tentáculos, cabeza o enteros, constituye únicamente materia prima para elaborar otros productos
como la “Daruma” en Corea o “Sakika” en China. Esta situación convierte como generalmente sucede, a
México en proveedor de materia prima, lo cual se ve como una oportunidad de formación de clusters industriales
mexicanos que provean al mercado tanto nacional como internacional de productos finales de excelente calidad,
en la que el valor agregado sea dado desde el país de origen, y por industriales mexicanos.
Es importante recalcar que la situación anterior a la década de los noventas a escala mundial sobre el calamar,
era la de un recurso prácticamente subexplotado, ya que no existe ningún registro de esfuerzo pesquero
especializado para su captura, situación que prevaleció por ser un producto del que no se tenia costumbre en
el consumo. Y aunque actualmente en el ámbito nacional la falta de costumbre de consumo es una situación
que no se ha superado, esto da lugar a un nicho de mercado con alto potencial de desarrollo.
204
Si bien, el calamar gigante es un recurso pesquero que por su abundancia es barato, rico en proteínas y
técnicamente adaptable a otros procesos, se ha dado pie a investigaciones sobre diferentes tecnologías a las
que podría someterse el producto dándole un valor agregado para su comercialización como producto
diversificado basado en calamar, con el fin de desarrollar empresas o clusters industriales que elaboren la
diversidad de productos finales sugeridos.
A raíz de la investigación para la diversificación de productos (como se describirá con mayor detalle
posteriormente) se han encontrado como oferta dentro del mercado internacional de calamar las siguientes
presentaciones, elaboradas principalmente por productores peruanos y españoles:
• Conserva de calamar gigante en salsa de ajo, en lata de 0.45 Kg.
• Alas de calamar gigante con piel, lavadas, congeladas en bloque de 10 Kg., envueltas en plástico y
empacadas en sacos de polipropileno de 30 kilos (3x10).
• Brazos de calamar gigante sin ojos y sin pico, lavados, tentáculos sexuales recortados, congelados
en bloque de 10 Kg. envueltos en plástico y empacados en sacos de polipropeno de 30 kilos (3x10).
• Tubo de calamar gigante limpio y completamente eviscerado, sin alas, sin la primera piel, sin manchas
ni puntos rojos, con recorte en el faldón y en el pico, congelado en bloque de 10 Kg envueltos en plástico y
empacados en cajas master de 20 kilos (2x10), si el tamaño es menos de 800 gramos se congela en bloque de
7Kg., se envuelve en plástico y se empaca en caja master de 28Kg. (4x7)
• Filete de calamar gigante limpio sin la primera piel y completamente blanco y sin heridas. Se congela
en bloques de 10 Kg, cada bloque va dentro de una bolsa plástica y se empaca en cajas de cartón de 20 Kg
(2x10), si el tamaño es menos de 800 gramos se congela en bloque de 7Kg, se envuelve en plástico y se
empaca en caja master de 28Kg. (4x7)
• Filete sashimi de calamar gigante que es el mismo filete anteriormente mencionado al que después de
retirarle la primera piel se semicongela para después tirarle la segunda piel, se vuelve a congelar individualmente
esta vez interfoliado, los filetes se envuelven en plástico y se empacan en cajas de cartón de 20 Kg (2x10), si
el tamaño es menos de 800 gramos se congela en bloque de 7Kg, se envuelve en plástico y se empaca en caja
master de 28Kg. (4x7)
• Filete de calamar gigante “Corte Valencia”, cortado con un ancho mínimo de 8 centímetros en la
punta del cono y con un ancho del filete en la base del tubo de 11 a 14 centímetros, tiene un espesor de 0.7 a
1.5 cm. Congelado en bloque de 7 Kg y empacado en caja master de 28 Kg (4x7).
• Crema de calamar gigante a base de los recortes y desperdicios de este producto.
• Aros de calamar empanizados
• Calamar en escabeche, lata de 0.50 Kg.
• Filete de calamar empanizado
• Hamburguesas basadas en calamar
Como es destacable que la capacidad tecnológica es flexible para los diferentes procesos a los que se someta
el calamar, y teniendo en cuenta que el nivel de vida de países asiáticos como la República Popular China, y
Corea del Sur, está incrementándose constantemente, es claro que la demanda de calamar tiende a aumentar
en los mercados internacionales, entonces vale la pena conducir esfuerzos en industrias mexicanas a desarrollar
actividades comerciales que permitan acceder a nichos de mercado para productos de calamar en esos
países, así como certificar diferentes etapas de la cadena para acceder a mercados europeos mediante productos
diversificados.
Si bien, la dimensión y peso del calamar son condiciones del recurso que permiten alcanzar capturas abundantes,
de una a dos toneladas en unas cuantas horas, y a veces con una facilidad asombrosa, brindando al mercado
un producto a bajo costo, debe reconocerse también que es un producto con alto potencial de desarrollo en
205
el mercado nacional ya que no se le ha promocionado en forma adecuada, resultando en un escaso consumo,
pese a sus características de bajo consto y alta calidad alimenticia.
9. Manejo pesquero
donde K se refiere al escape y F es la mortalidad por pesca, que a su vez depende de la capturabilidad y del
esfuerzo pesquero ejercido (Rosenberg et al., 1990; Beddington et al., 1990; Basson y Beddington, 1993;
Pierce y Guerra, 1994). Hasta el momento se ha logrado establecer un esquema de manejo y evaluación de la
pesquería con los datos de las tres flotas más importantes dentro del Golfo de California, que son la flota
artesanal y los barcos camaroneros adaptados de la zona de Guaymas, Sonora; así como la flota artesanal de
Santa Rosalía, Baja California Sur. Las reglas de control de la pesquería establecen que cuando la biomasa se
ha reducido a un valor de K, entonces la pesca debe de suspenderse, de lo contrario se puede dañar la base
reproductora del recurso. Nevárez-Martínez y Morales-Bojorquez (1997) mostraron que el escape
proporcional estimado como real se encuentra entre el 55% y 60%, lo cual está por encima del valor de
referencia del 40%. El manejo de la pesquería depende entonces intimamente de una relación parentela progenie,
la cual debe de mantenerse dentro de límites permisibles, que aún se desconocen.
El mayor problema que enfrenta la pesquería es la falta de un plan de manejo aprobado, en el cual se establezcan
las acciones que permitan que el calamar gigante pueda ser perdurable como un recurso pesquero. Aunque
existe una estrategia de manejo y un punto de referencia definidos y adoptados a nivel de la Carta Nacional de
Pesca, aun no se tienen claras las alternativas de un manejo adapatativo, el cual se debe entender como las
mejoras y modificaciones en las estrategias y tácticas de manejo conforme se va comprendiendo el
206
funcionamiento del stock (Hilborn y Walters, 1992). Y aunque también ha habido una tendencia a la formación
de comités para el manejo del recurso, éstos carecen de personalidad jurídica que les permita emitir una
opinión sobre la administración.
Sobre la base del plan de manejo, también se podrían determinar los estándares de precio en el mercado,
favoreciendo el desarrollo económico de regiones que dependen de este recurso como la principal fuente de
empleo. Dentro del marco de la variabilidad ambiental, se debe reconocer la respuesta inmediata que el
calamar gigante tiene a eventos tan drásticos como El Niño o La Niña, de tal forma, que a través del plan de
manejo se establezcan además los lineamiento de investigación así como la asignación de los recursos necesarios
para que se comprenda la dinámica de la población. Así, la necesidad de un nuevo instrumento de ley para la
ordenación y administración ya lo inició el Instituto Nacional de la Pesca (SAGARPA); sin embargo, si se
aceleran los procesos de apertura y de revisión pública para que se emitan opiniones de los diferentes sectores
de la sociedad, en la medida que se mejoren los mecanismos
207
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210
Capítulo 9.
Pesquerías mexicanas de tiburón en el Océano Pacifico
Leonardo Castillo Geniz 1, Sandra R. Soriano Veláquez 2 y Raúl Villaseñor Talavera 3
1- Centro Regional de Investigación Pesquera de Ensenada. Carr. Tijuana-Ensenada Km. 97.5, C.P. 22760
Ensenada, B.C.
2- Instituto Nacional de la Pesca. Pitágoras 1320 Col. Santa Cruz Atoyac, Delegaciòn Benito Juárez, C.P.
03310 México, D.F.
3- Director General Adjunto, Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola. CONAPESCA.
Camarón Sábalo s/n esq.Tiburón, Fracc. Sábalo Country Club. C.P. 82100, Mazatlán, Sinaloa.
Resumen
La pesca de tiburones en aguas marinas y oceánicas del Océano Pacífico en la Zona Económica
Exclusiva de México, constituye varias unidades de pesquería con grados de desarrollo diferenciados,
que coinciden casi permanentemente en al aprovechamiento de una docena de especies principales y
de otras que se capturan temporal y geográficamente. Existe tanto pesca dirigida como no dirigida,
encontrándose dichas pesquerías en niveles de máximo aprovechamiento, lo que ha dado lugar a
mayores medidas de ordenación. Los mayores trabajos técnicos y de ordenación para la pesca
responsable se iniciaron en los años 90’s existiendo un marco regulatorio y operacional de las flotas,
que facilita el control y permite disminuir la mortalidad por pesca sobre especies más vulnerables,
mantener rendimientos y empleo, así como dar seguimiento a la captura incidental de otras especies.
1. Introducción
Los peces cartilaginosos, que incluyen a los tiburones, rayas y quimeras, son un grupo extenso y diverso de
vertebrados acuáticos que han sido aprovechado por el género humano ancestralmente y a través de pesquerías
dirigidas desde el siglo pasado. Sin embargo su aprovechamiento está limitado respecto a otros recursos
biológicos , debido a su abundancia relativamente limitada y al menor valor de sus productos y subproductos
en el mercado. A pesar de su aparentemente limitada explotación, en algunas regiones del mundo, como en
las costas de mares tropicales y subtropicales, los tiburones son recursos de primera importancia, desarrollándose
pesquerías masivas y pesca no dirigida, que proporciona proteína barata para millones de personas que
dependen de pesquerías de subsistencia (Bonfil, 1994).
De los tiburones se obtienen productos como la carne, piel, hígado y aletas, único producto altamente cotizado
mundialmente debido su alta demanda por el mercado oriental (Kreuzer y Ahmed, 1978). Sin embargo
tradicionalmente los productos se ubican entre los de menor valor en las pesquerías comerciales marinas, lo
cual se refleja en un menor interés por la información de las capturas y el esfuerzo aplicado sobre ellos. Rose
(1996) señala que el incremento en el comercio mundial de los productos derivados de los tiburones, juega un
papel importante en el aumento de los desembarcos en algunas regiones del mundo. Esta situación implica que
numerosas especies sean altamente vulnerables a la sobreexplotación, pero aquellas que son ecológicamente
sensibles o más vulnerables a la combinación de factores negativos de la pesca, disturbio de sus hábitats y
otros factores, son difíciles de identificar.
La disminución de las especies marinas tradicionales en las pesquerías marinas en el mundo, la facilidad con
que se pueden modificar los equipos de pesca y en el aumento del valor de algunos productos, particularmente
las aletas, detonó el crecimiento de sus pesquerías. Aún considerando que en el mundo se siguiera reportando
211
solo el 50% de las capturas de tiburones, estos recursos junto con otros peces cartilaginosos contribuyen con
el 1% de la producción mundial (Bonfil, 1994). En los últimos 15 años la producción de estos recursos
aumentó en un 10%, ya para el año 2004, los desembarques de tiburones y rayas alcanzaron los 810,000 t,
representando el 0.8% de la producción mundial (FAO, 2007). Sin embargo, el valor desproporcionado de
las aletas de tiburón en el mercado oriental ha sido la fuerza económica que ha detonado la expansión de sus
pesquerías a escala global (Clarke et al. 2005).
Las historias de vida de los tiburones y rayas que se caracterizan por crecimiento lento, tardía edad de primera
madurez, bajo potencial reproductivo y extensa longevidad, reflejan la vulnerabilidad biológica de este grupo
de peces a intensos y prolongados regimenes de pesca (Holden, 1974) . La mayoría de los tiburones y sus
especies afines poseen estrategias de vida tipo “K” , esto a influido que durante el siglo XX varias pesquerías
dirigidas a tiburones se colapsaran.
Considerando el incremento en las capturas mundiales de tiburones y su posible impacto negativo en sus
poblaciones, el Comité de Pesca de la FAO en 1997 propuso organizar una consulta de expertos con el
objetivo de desarrollar Guías Generales, con el fin de mejorar la conservación y el manejo pesquero de los
tiburones. El Plan de Acción Internacional para la Conservación y Manejo de los Tiburones fue gestado
durante la reunión del Grupo de Trabajo Técnico sobre Conservación y Manejo de Tiburones en Tokio, Japón
(23 al 27 de abril de 1998) y aprobado por la FAO, el 30 de octubre de 1998. La aplicación y desarrollo de
este Plan de Acción (IPOA-SHARKS por sus siglas en inglés) es de índole voluntaria para los países miembros
de la FAO.
En México, el Plan de Acción Nacional data de fines del 2003 (CONAPESCA-INP, 2004). En este Plan se
enlistan las especies de elasmobranquios identificadas para aguas mexicanas coincidiendo en general con lo
señalado por Applegate et al. (1979) y Castro y Espinosa (2004), reconociéndose alrededor de 104 especies,
de las cuales cerca de 40 son capturadas con fines comerciales, las cuales pertenecen a las familias Alopiidae,
Carcharhinidae, Squatinidae, Sphyrnidae y Triakidae (Applegate et al. 1979, Castillo 1992). Esta importante
diversidad de tiburones ha permitido el desarrollo de pesquerías artesanales e industriales desde finales del
siglo XIX, aunque existen evidencias arqueológicas de que los Olmecas y Aztecas ya los utilizaban como
fuente de alimento (Applegate et al. 1979).
212
Figura. 1. Ubicación de los campamentos pesqueros artesanales (n= 147) documentados a lo largo
del Golfo de California durante 1998-1999. Simbología: círculos cerrados = pesquerías
dirigidas elasmobranquios (tiburones y rayas), círculos abiertos = sin pesquerías dirigidas
a elasmobranquios, círculos grises = objetivo de la pesca desconocido
(figura tomada de Bizarro et al., 2007).
213
Tabla 1. Tallas de captura de las principales especies de tiburones capturados en la pesca artesanal
en el Golfo de California, durante el periodo 1998-1999 (Bizzarro et al. 2007).
Los desembarques de tiburones en el GDC están constituidos principalmente por pequeñas especies (p. ej.:
Mustelus spp, R. longurio, S. californica) y por pequeñas clases de talla de especies de tiburones más
grandes. Por ejemplo, las tallas promedio de S. lewini, no exceden 89 cm LTE (Tabla 1). Con tallas de
nacimiento de aproximadamente 39.5 cm LTE (Clarke, 1971), una talla máxima de 371 cm LTE (Klimley,
1983), y una primera madurez reportada que se presenta a los 223 cm y 170 cm LTE para hembras y machos,
respectivamente (Anislado y Robinson, 2001). Es evidente que los desembarques de S. lewini consisten
principalmente de juveniles. Las capturas de S. zygaena y C. limbatus también están constituidas en gran
parte por especimenes inmaduros, la mayoría de los cuales fueron < 130 cm LTE (Tabla 1). Las tallas promedio
de captura de C. falciformis son mayores a las de Sphyrna spp, pero de igual forma la mayoría de los
individuos son inmaduros, midiendo menos que la talla de primera madurez reportada por Branstetter y
McEachran, (1986) para el Golfo de México (hembras: 220 cm LTE, machos: 210 cm LTE). La composición
por tallas de individuos de A. pelagicus desembarcados capturados en la región norte del GDC, sin embargo,
generalmente consiste de individuos más grandes. Las tallas promedio de A. pelagicus observadas se acercan
o exceden la talla mediana estimada de madurez de 145-150 cm LPC y de 140-145 cm LPC de las poblaciones
del Pacífico noroccidental (Liu et al. 1999).
Los estudios realizados por el INAPESCA en la pesca artesanal de tiburones de Puerto Chiapas, Chiapas
iniciados desde 1996, han permitido caracterizar esta pesquería artesanal, como multiespecífica, que opera
según la disponibilidad estacional del recurso. Se utilizan embarcaciones menores con motor fuera de borda
de 75 CF, y las artes de pesca utilizadas en la pesquería artesanal de tiburón son los palangres de deriva o de
fondo, éstos últimos son llamados cimbras. El uso de estas artes de pesca se refleja en la composición de la
captura, ya que esta abarca una variedad de tallas y estadios de desarrollo (desde organismos recién nacidos,
juveniles y adultos además de hembras preñadas; con diferentes estadios embrionarios). Por lo general realizan
un viaje por día y en promedio salen 270 días al año, los lances son nocturnos con una red de 400 m de
longitud, de 2–12 brazas, capturando diversas especies o con frecuencia una sola especie según la abundancia
con respecto a la estación del año (Castillo et al. 1998; Castillo et al. 1999; Soriano et al. 2006).
El tiburón aleta de cartón (C. falciformis) y la cornuda (S. lewini) son las especies principales en la captura
comercial desembarcada en Puerto Chiapas, Chiapas y sostienen la pesquería artesanal de tiburón en el Golfo
de Tehuantepec con cerca del 90% de las capturas totales. En el grupo de tiburones, la gran mayoría de los
individuos (por arriba del 80%) son sexualmente inmaduros tanto en hembras como en machos, predominando
los juveniles en el tiburón aleta de cartón y los recién nacidos (neonatos) en la cornuda. El Golfo de Tehuantepec
tiene gran importancia como área de crianza y alimentación para tiburones, esto se confirma por la alta proporción
de neonatos y juveniles, sobre todo de las especies mencionadas como las mas abundantes en la captura
comercial en los últimos años. Para el tiburón aleta de cartón (C. falciformis), el área de crianza y alimentación
se ubica rumbo a mar abierto, al norte del Estado (desde Pijijiapan hasta Boca de Cielo), en las costas de
Chiapas. Mientras que para la cornuda (S. lewini) la zona de crianza se encuentra en zonas cercanas a la costa
desde la barra de San Simón hasta Pijijiapan (Las Palmas), Chiapas. La Captura por Unidad de Esfuerzo
(CPUE), o Índice de Abundancia relativo indica que si se continua incrementando el esfuerzo (número de
viajes y/o número e lanchas) para la explotación del recurso tiburón, sus poblaciones difícilmente podrán
recuperarse en esta región. Asimismo, ante la notable baja en la captura, se corre un alto riesgo de que la
pesquería artesanal de tiburones en el Golfo de Tehuantepec deje de ser económicamente rentable si la
215
producción por embarcación se mantiene por abajo de los 200 kilos por viaje, no habrá ganancias y los costos
por viaje no se podrán recuperar (Soriano et al. 2006).
El tiburón tunero Carcharhinus falciformis también conocido como aleta de cartón, sedoso o marrajo,
pertenece al orden Carcharhiniformes y a la familia Carcharhinidae (Compagno, 1984) (Figura 2). Esta
familia es una de las más numerosas y de mayor distribución a nivel mundial y comúnmente se le conoce como
la de los tiburones grises. Es una especie vivípara, tropical y subtropical de distribución cosmopolita que habita
en los trópicos cerca del borde de la plataforma de las islas y los continentes y en mar abierto, desde la
superficie hasta profundidades de 500 m. Posee hábitos costeros y oceánicos con una distribución circumtropical.
Presenta migraciones de norte-sur en el Golfo de México de marzo-abril y en Veracruz de agosto-septiembre.
Al menos una de las dos posibles poblaciones es compartida con los E.U.A., la del sur y la del noroeste del
Golfo de México (Compagno, 1984; Castro, 1983; Bonfil et al. 1993).
En México, se distribuye en el Pacifico Mexicano, incluyendo Golfo de California, así como en el litoral del
Golfo de México y Mar Caribe. El tiburón tunero es una de las 10 principales especies de importancia
comercial, destacando en algunas regiones del Pacifico Mexicano ya que sostiene pesquerías, como es el
caso de la región del Golfo de Tehuantepec (Soriano et al. 2006) (Figura 3). En cambio para el Golfo de
México, si bien esta especie forma parte de las capturas, para Veracruz, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo no
ocupa un lugar preponderante, ya que se ubica entre la tercera y sexta especie de importancia dentro de la
pesca de tiburones en estas entidades, tanto para la flota menor como para la flota de mediana altura y de
altura.
216
Figura 3. Distribución del tiburón aleta de cartón C. falciformis en el Océano Pacifico
(Cruz, 2007).
3.1.2 Pesquerías que inciden en ella o que la explotan: artesanal, con redes y palangres, de mediana
altura agallera o de palangre, de altura palangrera.
La pesca para el tiburón tunero es de tres modalidades: Pesca artesanal, pesca de mediana altura y de altura.
Para la captura de esta especie se utiliza principalmente como arte de pesca el palangre de deriva para
organismos juveniles (tallas menores a los 140 cm LT en promedio); el palangre de fondo o cimbra para
organismos adultos (mayor de 200 cm LT). Cada palangre tiene de 300 a 500 anzuelos, los cuales pueden ser
de tipo recto o circular (garra de águila) de 15/0 y 16/0, el tamaño y número de anzuelos depende de la región.
También utilizan redes agalleras hasta trasmallos, sin embargo con este tipo de redes, la pesca esta dirigida a
organismos recién nacidos (neonatos).
Las embarcaciones que utilizan en la pesca artesanal son menores (por abajo de los 10 m de eslora) de
material de fibra de vidrio con motor fuera de borda de 75 hasta y 115 cf, en algunas ocasiones llevan un motor
auxiliar de 45 cf. La pesca en embarcaciones de mediana altura tienen una dimensión mayor a los 10 m pero
menor a los 25 m de eslora, es el caso de la flota palangrera de Manzanillo que incide principalmente en los
tiburones oceánicos. La flota de altura opera en la parte norte del Pacifico Mexicano (Ensenada, B.C.S.)
(Soriano et al. 2002; Soriano et al. 2006; Cruz, 2007).
La captura se conforma regularmente por cuatro grupos de edad (en talla), presentes todos los años con un
porcentaje elevado de juveniles, sin embargo el grupo de adultos por arriba de los 240 cm LT no esta bien
representado, probablemente a que esta fracción de la población se encuentra principalmente en la zona
oceánica, lo que hace que no este disponible y/o accesible a las operaciones de pesca de la flota artesanal
(Fig. 4). El intervalo de tallas para ambos sexos ha sido de 50 a 340 cm de longitud total (LT), con una talla
media de 131.07 cm; las hembras de tallas más grandes que los machos fueron de 50 a 340 cm, promedio de
131.07 y de 50 a 338 cm con un promedio130.38 cm. La proporción sexual es de una hembra por cada
macho (1:1) en adultos juveniles y neonatos. La estructura de talla esta constituida principalmente por organismos
217
juveniles (80-90%), mientras que los adultos (5-20%) y neonatos (abajo del 1%) en menor proporción
(Soriano et al. 2003; Soriano et al. 2006).
Figura 4. Estructura de tallas del tiburón tunero (C. falciformis) en el Golfo de Tehuantepec.
Los pesos registrados presentan un intervalo de 1-198 Kg. Se han estimado los factores de conversión,
como se observa en la Tabla 3.
Relación LT-Peso a b r2
Ambos sexos 7.95 x10-6 2.91 0.91
Hembras 9.86 x10-5 2.85 0.93
Machos 7.64 x10-6 2.92 0.90
La talla de primera madurez (Tm) del tiburón tunero (C. falciformis) varía dependiendo de la región, se ha
observado que en las zonas más cálidas esta talla llega ser menor respecto a los organismos que se distribuyen
en zonas templadas.
Para el Pacífico Mexicano, se ha estimado de 140-220 cm de longitud total (LT). En el Golfo de California, la
talla de primera madurez sexual estimada para machos y machos fue de 178 cm LT (Cadena y Villavicencio,
2000); en la región del Golfo de Tehuantepec se ha estimado de 177 cm LT con edad 6-7 años para hembras
y para los machos en 168 cm LT y edad de 6 años. La edad máxima teórica que puede alcanzar esta especie
para hembras es de 24 años y para los machos de 23 años muy similares a las obtenidas para Manzanillo, Col.
(Soriano et al. 2006; Cruz, 2007).
Para el noroeste del Golfo de México se estimo la talla de madurez sexual y edad del tiburón tunero, C.
falciformis de 225 cm LT para las hembras con una edad estimada entre 7-9 años, mientras que los machos
maduran sexualmente entre los 210-220 cm LT con una edad estimada entre los 6-7 años (Branstetter y
Stiles, 1987). En el Banco de Campeche, se estimo a los 225 cm para ambos sexos, mientras que Marín-
Osorno (2001) la estimo para las hembras en 273 cm LT y 251 cm LT para machos. En la península de
Yucatán, México, las hembras del tiburón tunero alcanzan su madurez sexual de 232-245 cm LT con una
edad aproximada de 12 años, y los machos son maduros a los 225 cm LT con una edad aproximada de 10
218
años. La edad máxima que puede alcanzar esta especie es de 22 años y 20 años para hembras y machos
respectivamente (Bonfil et al. 1993).
En el Pacífico mexicano se han documentado hembras preñadas desde los 128 cm hasta 322 cm. La mayor
abundancia de hembras preñadas se presenta en los meses de marzo, mayo, julio, agosto y septiembre, por lo
que los neonatos presentan su mayor abundancia en julio, agosto, septiembre y octubre (Soriano et al. 2003;
Soriano et al. 2006).
El número de crías de 2 a 7 (promedio de 6.36 + 0.18); la proporción de sexos (hembras-machos) de las crías
es de 1:1 El periodo de gestación es de 11 a 12 meses y el apareamiento posiblemente se efectúa después de
que las hembras han alumbrado ((Cadena y Villavicencio, 2000); Bonfil et al. 1993, Soriano et al. 2006).
El tamaño de las crías al nacer es de 50-64 cm LT en aguas del Pacifico Mexicano, pero se tienen registros
hasta de 77 cm LT (Cadena y Villavicencio, 2000); Soriano et al. 2006). En estudios realizados en aguas de
la península de Yucatán, México, se observo que nace con una longitud de 76 cm LT (Bonfil et al. 1993).
En el Golfo de Tehuantepec, se ha observado que esta especie presenta alumbramientos durante todo el año,
sin embargo, la abundancia de hembras grávidas y neonatos muestran que los periodos mas intensos de
alumbramiento es en verano (julio a septiembre), y periodos menores de alumbramiento en primavera (marzo
y abril) (Marín-Osorno, 1992); Soriano et al. 2006; Hinojosa, 2007). Para el Golfo de México, la época de
nacimiento se presenta de junio a agosto.
Su longevidad estimada es superior a los 14 años con talla y peso máximo observado a los 210 cm de LF de
101 Kg. (Mendizábal y Oriza, 1995; Soriano et al. 2002).
Especies como el tiburón tunero, tiburón chato y tintorera, en la época de reproducción presentan una conducta
particular en el que los machos y hembras adultos de tallas grandes se separan del resto del grupo (juveniles)
debido al comportamiento reproductivo (apareamiento y alumbramiento), y permanecen en zonas costeras
para alumbrar. Se ha documentado que el tiburón tunero se reproduce y alumbra durante todo el año, pero
hay dos temporadas: una de julio a septiembre y la otra de marzo-abril en la zona centro-sur del Pacifico
Mexicano. En el Golfo de México se tienen evidencias que las principales áreas de crianza se encuentran en
aguas costeras abiertas no protegidas (Tabasco y Veracruz) (Castillo et al. 1998).
Su principal alimento lo constituyen los peces 54%, los cefalópodos 31% y los crustáceos 15% (Mendizábal
y Oriza, 1995; Cabrera-Chávez Acosta, 2000).
219
3.1.10 Movimientos migratorios
El tiburón tunero es altamente migratorio y además tranzonal que presenta dos movimientos estacionales al
año en el Pacífico Mexicano: el primero de norte a sur (del Golfo de California hacia aguas de Centroamérica)
en los meses de marzo-abril, periodo en el cual se presenta un lapso intenso de captura; el segundo movimiento
se realiza de sur a norte en los meses de julio a septiembre con un pico en agosto-septiembre. Ambos
movimientos coinciden con los equinoccios de primavera y otoño, dirigiéndose hacia el sur en las postrimerías
de invierno y la primavera, y hacia al norte en el verano, por lo que sus migraciones obedecen a los cambios de
temperatura de las masas de agua, en busca de las mejores condiciones de disponibilidad de áreas de alimento,
además de regresar a sus áreas habituales de alumbramiento para protección de sus crías como son las aguas
del Golfo de Tehuantepec. Las migraciones de los tiburones pueden ser cortas o largas, ya que su distribución
y abundancia está fuertemente influida por sus adaptaciones morfológicas y de comportamiento a su medio
físico (temperatura, oxígeno, solubilidad y corrientes oceánicas), a sus ciclos reproductivos y a sus presas (ej.
migraciones verticales diarias, en áreas cercanas a la costa). Algunas especies de tiburones llegan a sitios
específicos para apareamiento, frecuentemente en grandes cardúmenes compuestos de individuos de la misma
talla y sexo. Las hembras de muchas especies migran a áreas de crianza específicas para depositar sus huevos
o alumbrar a sus crías. Estas áreas se caracterizan por ser altamente productivas (aguas estuarinas o costeras)
donde la abundancia de peces pequeños y crustáceos proveen suficiente alimento para el crecimiento de las
crías, como es el caso de la cornuda (Sphyrna lewini), el tiburón volador (C. limbatus), la tintorera
(Galeocerdo cuvier y el zorrito (Nasolamia velox), que se acercan al litoral de Oaxaca y Chiapas en la
temporada de lluvia (verano) (Soriano et al. 2003, Soriano et al. 2006).
En general para todas las especies de tiburones sus migraciones pueden ser: verticales, horizontales, diurnas y
estacional debido a diferentes comportamientos por búsqueda de la disponibilidad de alimento, ciclos
reproductivos de las mismas especies y por cambios ambientales estacionales que se presentan en su hábitat.
La cornuda Sphyrna lewini también conocido como la cornuda pertenece al orden Carcharhiniformes y a la
familia Sphyrnidae (Compagno, 1984). Esta especie es circunglobal que habita aguas templadas cálidas hasta
tropicales. En el Océano Atlántico Occidental se distribuye de Nueva Jersey hasta Brasil, ,incluyendo el Golfo
220
de México y Mar Caribe (Bigelow y Schroeder 1948; Compagno 1984). Se le ha clasificado como una de las
especies grandes de tiburones costeros que posee hábitos costeros y oceánicos.
En México, se distribuye en el Pacifico Mexicano, incluyendo Golfo de California, así como en el litoral del
Golfo de México y Mar Caribe. La cornuda es una de las 10 principales especies de importancia comercial en
el Pacifico Centro-Sur de México ya que sostiene pesquerías, como es el caso de la región del Golfo de
Tehuantepec (Soriano et al. 2006) (Figura 6). Para el litoral del Golfo de México representa menor importancia
respecto otras especies que son mas abundantes (Rhizorionodon terraenovae, Sphyrna tiburo). En este
litoral la pesca es de tipo artesanal (Castillo et al. 1998).
3.2.3 Pesquerías que inciden en ella o que la explotan: artesanal, con redes y palangres, de mediana
altura agallera o de palangre, de altura palangrera.
La pesca para la cornuda en el Pacifico Mexicano es de tipo artesanal, pesca de mediana altura y de altura;
mientras que en el Golfo de México la actividad solo se realiza con embarcaciones menores (pesca artesanal).
El arte de pesca utilizado para la pesca de estos organismos es principalmente el palangre de deriva o de fondo
(cimbra), siendo este ultimo el que pesca organismos mayores a los 250 cm de longitud total. Cada palangre
tiene de 300 a 500 anzuelos, los cuales pueden ser de tipo recto o circular (garra de águila) de 15/0 y 16/0, el
tamaño y numero de anzuelos depende de la región. Las redes de enmalle, agalleras son utilizadas cerca de las
costas que muchas veces son áreas de crianza y alumbramiento de esta especie, por lo que la incidencia de
organismos recién nacidos (neonatos) es muy alta (90%).
Las embarcaciones que utilizan en la pesca artesanal son menores (por abajo de los 10 m de eslora) de
material de fibra de vidrio con motor fuera de borda de 75 hasta y 115 cf, en algunas ocasiones llevan un motor
auxiliar de 45 cf. La pesca en embarcaciones de mediana altura tienen una dimensión mayor a los 10 m pero
menor a los 25 m de eslora, es el caso de la flota palangrera de Manzanillo que incide principalmente en los
tiburones oceánicos. La flota de altura opera en la parte norte del Pacifico Mexicano (Ensenada, B.C.S.)
(Soriano et al. 2006).
221
3.2.4 Intervalo de tallas de captura por sexos separados
Los pesos registrados presentan un intervalo de 1-74 Kg. Se han estimado los factores de conversión,
como se observa en la Tabla 4.
Relación LT-Peso a b r2
Ambos sexos 4.0 x10-6 2.99 0.99
Hembras 1.0 x10-5 2.83 0.93
Machos 4.0 x10-6 3.00 0.99
La talla de primera madurez (Tpm) de S. lewini estimada al 50% de los organismos que han alcanzado la
madurez sexual, fue de 169 cm LT para hembras, registrando el 8.99% a hembras maduras y el 91.01% a
hembras inmaduras. En los machos se calculó la Tpm de 154 cm de LT; correspondiendo el 14.62 % a
machos adultos y el 85.38 % a organismos inmaduros. Los individuos inmaduros de esta especie fueron los
neonatos (56.45 %) y los juveniles (28.72 %) (Soriano et al. 2006).
222
Se ha estimado que una hembra de 280cm TL tendría 12.5 años de edad y un macho de 281 cm, le
correspondería una edad promedio de 11 años (Anislado-Tolentino, 2001).
El intervalo de tallas de hembras preñadas que se ha registrado en el Pacífico Mexicano ha sido de 207-380
cm LT. La mayor abundancia se presenta en mayo, junio y julio, aunque si las condiciones climáticas se dan
mas cálidas de lo habitual se registran a partir de abril. Los meses de mayor abundancia de neonatos ocurren
en junio, julio, agosto (Soriano et al. 2006).
La fecundidad para esta especie registrada ha sido de 3-48 crías (promedio 19.30+0.21); la proporción
sexual (hembras-machos) de las crías es de 1:1 El periodo de gestación es de 10 a 12 meses con un ciclo de
reproducción consecutivo anual y el apareamiento posiblemente se efectúa después de que las hembras han
alumbrado (Compagno, 1984; Chen et al. 1988; Castro et al. 1999; Soriano et al. 2006).
Las áreas de pesca coinciden con las zonas de crianza de la cornuda (Sphyrna lewini), las cuales son cercanas
a la costa en aguas someras. En el Pacifico Mexicano Sur se han identificado zonas de crianza y alumbramiento
en aguas del litoral de Michoacán y en el Golfo de Tehuantepec. Las áreas se caracterizan por ser altamente
productivas (aguas estuarinas o costeras) donde la abundancia de peces pequeños y crustáceos proveen
suficiente alimento para el crecimiento de las crías (Soriano et al. 2006).
Su principal alimento lo constituyen los peces (sardinas, carangidos, etc.), calamares, pulpos y crustáceos
(langostas, cangrejos, camarones) (Cabrera, 2000).
La cornuda es una especie altamente migratoria y tranzonal que presenta movimientos estacionales al año en el
Pacífico Mexicano por comportamiento de reproducción y alimentación principalmente (Soriano et al. 2006).
4. Estadística de la producción
Los primeros informes con que se cuenta sobre la pesquería del tiburón en México datan de fines del siglo
antepasado (1890-1900), cuando se llevaron a cabo las primeras exportaciones de aletas de tiburón hacia el
mercado oriental. Dichas exportaciones fueron realizadas desde la Ciudad de La Paz, B.C.S. (Hernández,
1971). Para junio de 1939 se efectuó la primera exportación de hígados de tiburón del Puerto de Guaymas,
Son. a la Ciudad de Los Ángeles, California, E.U.A.
223
En 1942 en la zona del Noroeste de México, se obtuvieron 1,087 toneladas de hígado de tiburón que se
exportó directamente a los E.U. y que representó el 81% de la producción nacional. A partir de esa demanda
de hígados, originada fundamentalmente para obtener fuentes de vitamina “A” durante la Segunda Guerra
Mundial, varios industriales mexicanos establecieron las primeras plantas procesadoras de tiburón en el Pacífico
Mexicano (Guaymas, Sonora; Mazatlán, Sinaloa, San Blas, Nayarit, y en Guadalajara, Jalisco). En esa época
la pesca de tiburón en México llegó a su máximo auge, sin embargo, en 1949 al iniciarse la fabricación sintética
de la vitamina “A”, a menores costos, produjo una disminución considerable en los volúmenes de captura
debido al desplome del mercado internacional de dicha vitamina. La producción nacional de tiburón nuevamente
volvió a sus niveles mínimos (no mayor a las 1,000 toneladas) que eran aprovechado localmente para consumo
humano. A partir de los años 60’s se inició un nuevo incremento paulatino en la captura de este recurso como
consecuencia de un crecimiento en la demanda mundial de algunos productos derivados del tiburón, como
aletas y pieles, lo que vendría siendo la etapa de inicio formal de la pesquería. Este aumento se consolidó en
México al extenderse la demanda doméstica de carne de tiburón en estado fresco y seco salado. En la década
de los 70’s los volúmenes de producción se incrementaron en casi 15,000 toneladas.
Para 1981, la pesquería alcanzó su primera captura récord a nivel nacional con 35,264 t. Durante dicha
década las capturas anuales de tiburón y cazón promediaron las 28,000 t. Básicamente, la fuerza que ha
impulsado a la pesquería durante estos últimos años, ha sido la demanda de aletas de tiburón, debido a los
altos precios que estas alcanzan en el mercado oriental y la comercialización de la carne de tiburón, cuya
demanda ha aumentado a la par con el crecimiento demográfico del país.
En la actualidad la presencia de tiburones y de rayas en aguas mexicanas ha dado origen a varias pesquerías
multiespecíficas en las que participan embarcaciones menores y de mediana altura, principalmente, en la se
emplean una diversidad de equipos de pesca, y que operan de acuerdo a las abundancias estacionales de las
principales especies de tiburones de importancia comercial. Estas pesquerías representan para el país valiosas
fuentes de alimento, empleo y divisas para las comunidades pesqueras de ambos litorales. Recientemente la
producción de rayas ha registrado un crecimiento importante en la región del Noroeste de México, principalmente
en el estado de Sonora. En el 2000 la producción de rayas en el Pacífico Mexicano alcanzo la cifra de cerca
de 5 mil toneladas (Márquez, 2002).La mayor parte de la producción esta destinada al consumo humano
directo, destacando la comercialización de su carne y de sus aletas como los principales productos derivados
de este grupo de peces. En 1999 la producción fue de 26,164 t (peso vivo) lo que representó al 2.03% de la
producción pesquera nacional, con un consumo per cápita estimado de 0.23kg anual y el valor de la producción
de tiburóncazón (producción en peso desembarcado 21,370 t) fue de $224,991,000.00 pesos (SEMARNAP,
2000).
En los últimos años de 2000 a 2003 el promedio anual fue de 32,796.5 ton. Sin embargo, para 2002 la
tendencia muestra una disminución de 5.4% con respecto al 2000 (Figura 8) (SEPESCA, 1981-1994;
SEMARNAP, 1995-2001; SAGARPA, 2002-2004).
224
Figura 8. Producción nacional y por litoral de pesca de elasmobranquios
durante el periodo de 1980-2003
Fuente: Anuarios Estadísticos de Pesca. SEPESCA, SEMARNAP y SAGARPA
La producción de tiburón se ubica en la octava posición, aportando el 1.6% de la producción nacional, con
alrededor de 24,000 t anuales, de las cuales el Océano Pacífico registró aproximadamente 76%. La producción
se ha mantenido estable en los últimos años aunque desde hace una década esta no alcanza las 30 mil toneladas
anuales. El monitoreo de las capturas de tiburones, principalmente de la pesca artesanal, realizado por el
Instituto Nacional de la Pesca, en el Golfo de California y el Golfo de Tehuantepec, en el litoral Pácifico ha
permitido documentar la disminución en las capturas de las especies grandes de tiburones, que hace 40 años
eran comunes en ambos litorales. Especies como el tiburón toro, Carcharhinus leucas, la tintorera, Galeocerdo
cuvier, el tiburón limón, Negaprion brevirostris, el tiburón prieto, C. obscurus, la cornuda gigante, Sphyrna
mokarran, han dejado de ser parte importante de los volúmenes de capturas de tiburones realizadas en las
aguas costeras del país. Estas especies consideradas como de baja productividad biológica, por sus
caracterísitcas demógraficas, pudieran estar experimentando una disminución en sus abundancias debido a la
sobrepesca y a otros factores como la degradación de sus hábitas esenciales por efecto de la contaminación
producida por el desarrollo costero.
5. Sistemas de captura
El aprovechamiento de tiburones se realiza en modalidades de pesca dirigida y no dirigida, tanto por la flota
menor (embarcaciones sin motor estacionario, sin cubierta y sin caseta) como por la flota mayor (embarcaciones
de mediana altura y de altura, con cubierta, caseta y con motor estacionario). La pesca ribereña con
embarcaciones menores es ancestral (Applegate, 1979), en tanto que el aprovechamiento sistemático data de
los años 40’s en el siglo XX, conformándose las pesquerías como tales entre los 70’s y 90’s (Castillo, 1992;
Márquez y Castillo, 1998; Márquez y González, 2000). Aproximadamente una tercera de la producción total
de elasmobranquios corresponde a rayas, cuya captura es efectuada básicamente por embarcaciones menores
(SAGARPA, 2003, 2005). En cuanto a tiburones, cerca del 40 % es aportado por la flota menor con una
225
cobertura geográfica es limitada, en tanto que el 60% corresponde a la flota mayor (embarcaciones de mediana
altura y altura).
Desde los años 70’s en siglo pasado, la flota mayor está constituida mayormente por embarcaciones camaroneras
que se dedican a la pesca de tiburón durante la veda de camarón en el Océano Pacífico entre los meses de
marzo a septiembre de cada año, empleando para ello tanto redes de enmalle como palangres. A partir del
proceso de elaboración de regulaciones específicas en esta pesquería en 1996, las redes enmalle de deriva
empezaron a caer en desuso, especialmente en el Golfo de California. También existe una flota palangrera con
puerto base en Ensenada B.C., dirigida a la pesca de tiburón frente a la costa occidental de la península de
Baja California; algunos de cuyos barcos pescan también pez espada. Otros pocos barcos palabreros
especializados se ubican en puertos como Guaymas y Puerto Peñasco en el estado de Sonora y Mazatlán en
Sinaloa. En el Golfo de México existen pocas unidades de pesca especializadas, pero la captura de tiburones
y rayas es importante en las aguas frente al estado de Tamaulipas en los límites con EUA, en Campeche,
Yucatán y Quintana Roo.
Existen unidades de pesca dirigida a tiburones en el Golfo de México y Mar Caribe y otras flotas lo capturan
de manera incidental con volúmenes superiores al 20%, por lo que se consideran pesquerías no dirigidas. En
la Figura 9 se presentan las unidades de pesquería identificadas entre los años 2000 y 2007.
226
Independientemente de las embarcaciones, el sistema de captura (Figura 10), se basa en el uso de dos tipos
principales de artes de pesca: palangres y redes de enmalle. El buque de altura tiene autonomía para la pesca
de tres a cinco o seis semanas. En general presentan más de 27 m de eslora (hasta 45 m), tonelaje bruto de
299.6 t y tonelaje neto de 83.6 a 110 t, con capacidad de bodega de hasta 210 m3; motores diesel de 350 a
900 HP, uno o dos motores auxiliares de 170 HP que le permiten desarrollar velocidades de hasta 5 m/s
(nudos); autonomía de 12 a 25 días operando con una tripulación variable desde 15 hasta 23. En esta flota se
utilizan exclusivamente palangre de deriva que tienen una línea madre de hasta 120 km de longitud, reinales de
18 a 22 m de longitud, distancia entre reinales de 45 a 55 m, 300 boyas; hasta 1,500 anzuelos (atunero
números 3.6 a 3.8) utilizando en promedio 1,385/lance y como carnada la lisa o macarela fresco-congelada
(Vélez et al., 1989, Márquez, 1991, Santana, 1997, Vélez et al. 2000).
Figura 10. Sistemas de Captura por tipo de Embarcación mayor (mediana altura y altura) y artes
de pesca en pesquerías de tiburón. (Modificado de Villaseñor, R., Igartúa, L.E.,
Bermudez R., E.A. y Morales, M. 1998.)
Las embarcaciones de mediana altura con redes de enmalle presentan esloras de 18 a 30 m; motores de 170
a 600 HP, instalación para hielo y refrigeración con capacidad de bodega de 50 a 80 t, autonomía de 12 a 25
días y tripulación de 5 a 8. Las “redes de enmalle de deriva” (Figura 11) han registrado cambios pasando de
una longitud de 1,800 a 3,500 m a un máximo de 1,800 m conforme a la regulación actual, considerando una
altura o caída de 45 a 82 m y tamaño de malla de 30 a 56 cm,. Los lances de pesca son de 8 a 18 lances por
viaje.
227
228
Figura 11. Red de Enmalle de deriva usada en el océano Pacifico. (Modificado de Murillo y Pacheco, 2007). (las redes de más de 1,800 m
de longitud, se prohibieron a partir del 2009).
Figura 12. Palangre superficial de deriva utilizado por la flota de mediana altura. (Modificado de Murillo y Pacheco, 2007)
229
Los buques de mediana altura con palangre tienen esloras de 18 hasta a 26.5 m, motor estacionario de 165 a
360 HP, enfriamiento a base de hielo o refrigeración mecánica; bodega de 38 a 60 t, autonomía de una a tres
semanas, tripulación de 5 a 10 y utilizan palangres de deriva (Figura 12) con las siguientes características:
longitud de 26 a 50 km de línea madre, 1,300 anzuelos del número 3.6 a 3.8, calando entre 550 a 1,300
anzuelos por lance.
Debido al desarrollo tecnológico y a una serie de medidas de ordenación, la captura incidental y la mortalidad
de delfines se ha reducido a niveles que los hacen tanto poco significativos para sus poblaciones, como
estadísticamente no representativos. La tecnología desarrollada en el uso del paño de protección, maniobras
de liberación (maniobra de retroceso, uso de lanchas rescatadoras y acciones de nado para liberación), uso
de artefactos (reflectores, bengalas, etc.) han permitido la reducción de la mortalidad de delfines por lance de
pesca, lo cual constituye un gran éxito en la pesca responsable.
6. Procesamiento
6.1 Productos derivados de su pesca o productos comercializados: carne, aletas, piel, cartílago,
mandíbulas, etc.
La importancia económica para este especie reside principalmente en sus aletas ya que la demanda por su
carne en el mercado es baja por ser una especie que tiene como característica que su carne sea oscura y por
lo tanto su consumo es menor en comparación con otras especies de tiburones como el tiburón tunero (C.
falciformis). Se comercializa en fresco para su venta local; en algunas regiones se le hace un proceso de seco-
salado utilizando técnicas muy rusticas. Las aletas son para el mercado de exportación principalmente a los
países orientales; las mandíbulas y dientes son subproductos que se aprecian como artesanías. Poco se utilizan
los hígados para la obtención de aceite ya que en México no hay infraestructura para procesos a nivel indus-
trial. En uno de los principales puertos del estado de Chiapas, Puerto Chiapas, se realiza la venta de vértebras
a particulares que llegan a esta localidad con el objetivo de obtener cartílago a partir de las vértebras de
tiburones y procesarlo para manufacturarlo en cápsulas para prevención de algunas enfermedades como la
artritis.
7. Comercialización y exportación
El rápido crecimiento económico de China se ha traducido también en una enorme demanda de aletas de
tiburón procedentes de los océanos Pacífico e Indico principalmente. Dependiendo de la especie, del tipo de
aleta, tamaño, posición, y corte con el cual se extirpo, éstas pueden poseen precios que van desde los $4.25
US dólares hasta los $744.00 por kg. Los comerciantes de aleta de tiburón distinguen entre 30-45 tipos
distintos de aletas, que producen radios de aleta que pueden usarse en la cocina china (Yeung, et al. 2000).
Según la FAO la producción mundial de aleta de tiburón seca en el periodo 1985-2000 fue de 72,781 t. El
valor de las exportaciones de aletas de tiburón en el 2000 fue de más de 116.2 millones de dólares (Clarke, et
al. 2005). En un conjunto de estudios sin paralelo Clarke et al. (2006) lograron estimar el volumen total del
comercio de aletas por especies de tiburón a partir de monitorear las subastas de aletas realizas en Hong
Kong, durante 1999-2001, considerado el centro de acopio de aletas de tiburón más grande del mundo. A
partir de los pesos promedio calculados para cada una de las aletas subastadas, estos autores estimaron que
el número total de tiburones capturados anualmente es de entre 26 y 73 millones de individuos, con una
mediana total de 38 millones por año. Extrapolando este número a la producción mundial que reporta la FAO,
encontraron que esta es casi 4 veces más grande que la registrada oficialmente. También se ha expandido el
230
consumo de la carne fresca y congelada de tiburones y la carne de las rayas (“alas”) que han sido sustitutos de
las abundantes especies de peces óseos, que ahora también enfrentan problemas de sobreexplotación. La
carne de tiburón es de gran valor en países como la India, Pakistán, Sri Lanka, y por supuesto los países
latinoamericanos y africanos (Rose, 1996).
De la producción nacional de tiburón y cazón, más del 90% es utilizada como alimento para consumo humano
directo, el cual es uno de los más accesibles para las clases populares de bajos recursos de nuestro país. El
resto de la producción en exportado principalmente por la industria que soporta la flota de altura y mediana
altura.
8. Manejo Pesquero
Hasta los años 90’s el manejo pesquero estuvo basado en disposiciones administrativas. Durante los periodos
de desarrollo de las pesquerías regionales, no había medidas de ordenación pesquera, salvo las especificaciones
de los permisos de pesca comercial. Fue a partir de 1993 que se estableció una moratoria a la expedición de
dichos permisos para las embarcaciones menores y en 1998 para embarcaciones mayores.Hasta el año 2001
además de las disposiciones administrativas de control de permisos de pesca, había algunas especificaciones
técnicas, siendo a partir de 1996 que por iniciativa de los productores pesqueros (Confederación Nacional de
Cooperativas Pesqueras y Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola) se gestaron medidas
regulatorias de mayor alcance, considerando las condiciones biológicas de algunas de las principales especies
que soportan la producción pesquera, así la incorporación de enfoques de manejo en función de las tendencias
mundiales. Algunas de esas medidas se han venido aplicando paulatinamente desde 1998.
El conjunto de medidas de manejo quedaron integradas en una Norma Oficial Mexicana, cuyo diseño e
integración basado en acuerdos entre diversos sectores que le dieron sentido y alcance, ha sido laborioso,
estando sujeto a cambios motivados por intereses, presiones de carácter económico y competencia entre
algunos sectores que confluyeron en confrontación entre criterios de aprovechamiento y conservación. Los
principales temas controversiales han sido el establecimiento de zonas de pesca, la captura incidental y la
prohibición de las redes de enmalle en la flota mayor, ya que implicó reducir zonas tradicionales de pesca y
propiciar un cambio de tecnología para el uso de palangres en una parte de la flota.
232
Este marco normativo forma parte de un instrumento de planeación de mayor alcance: el Plan de Acción
Nacional para el Manejo y Conservación de Tiburones, Rayas y Especies Afines en México (CONAPESCA-
INP,2004) mismo que es acorde con el Plan de acción Internacional de la FAO (IPOA-Shark – FAO, 1998).
El plan nacional contiene un Programa de Regulación enfocado a la NOM-029 (publicada en febrero de 2007
y en vigor desde mayo del mismo año), a su modificación y a la elaboración de otros acuerdos regulatorios y
vedas complementarios.
8.2 Elementos del Plan de Acción Nacional para el Manejo y Conservación de Tiburones y Rayas
en México (PANMCT, 2004)
El PANMCT fue elaborado con las contribuciones de especialistas de diversas instituciones y sectores
productivos entre agosto y diciembre de 2002, constituyendo un “conjunto de directrices y programas
permanentes de investigación, regulación, vigilancia y educación, para ordenar y optimizar las
modalidades de aprovechamiento y conservación de estos recursos en aguas de jurisdicción federal de
México “ Tiene como características ser un instrumento adaptativo, transparente, público, permanente, flex-
ible, que considera la participación de diversos sectores, así como la difusión del conocimiento y las
reglamentaciones implementadas.
El plan contiene entre otros, el diagnóstico sobre el estado actual de las pesquerías y sus recursos y las
directrices y programas de aprovechamiento y conservación. Dos componentes específicos son el Sistema de
Información Nacional de Tiburones y Rayas y las “Estrategias y Procedimientos de Manejo y Regulación” en
donde se especifican los procedimientos de elaboración y/o modificación de NOM, así como la elaboración
de acuerdos regulatorios como las vedas y otros referentes a la captura incidental y especificaciones de
sistemas de pesca. Asimismo, contiene especificaciones sobre el seguimiento y control del propio plan.
Se identifican las siguientes regiones con base en condiciones ambientales, climáticas, sistemas de captura,
distribución y predominancia de especies y aspectos socioeconómicos:
1. Aguas marinas frente a la costa Occidental de la Península de Baja California desde la frontera con
Estados Unidos de América hasta el paralelo 22.5° N
2. Golfo de California, hasta el paralelo 22.5° N.
3. Aguas marinas y costeras frente a las costas de los estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y
Guerrero.
4. Golfo de Tehuantepec, comprendida por las aguas marinas y oceánicas frente a los estados de Oaxaca
y Chiapas.
5. Aguas marinas del Golfo de México, frente a los litorales de los Estados de Tamaulipas, Veracruz, y
Tabasco.
6. Sonda de Campeche y Mar Caribe, comprendiendo las aguas marinas frente a los Estados de
Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En la Figura 13 se presentan las principales medidas de ordenación por región geográfica, destacando las
aguas del Océano Pacífico en donde existen mayores medidas aplicadas entre 1996 y 2008.
233
234
Tabla 6. (Continiación)
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241
RESUMEN Y RECOMENDACIONES
México, Perú y Chile se encuentran entre las principales economías en el ámbito de la pesca y la exportación
pesquera. Como las poblaciones ícticas siguen evidenciando una vulnerabilidad al colapso, en esta sinopsis se
abordan aspectos relacionados con políticas de mediano y largo plazo en el sector pesquero, y se dan a
conocer las áreas que es preciso desarrollar. El planteamiento central es que, en contraste con las prácticas
habituales, las industrias pesqueras latinoamericanas pueden proporcionar mayores flujos de ingresos por
hombre-hora empleado y por peso procesado, y que tal estrategia es sustentable en el largo plazo.
En esta consideración se incluyen tanto las industrias acuícolas como las pesquerías que capturan especies
valiosas. En su argumentación, los autores hacen hincapié en las deficiencias observadas en las actuales políticas
y prácticas. El primer punto débil se relaciona con la ineficiencia en el cierre del acceso a recursos marinos
bajo propiedad común. El segundo inconveniente está vinculado a las investigaciones realizadas por las pesquerías
nacionales y a la necesidad de mejorar las capacidades de evaluación de riesgos en lo relativo a aquellos que
afectan los stocks de especies ícticas valiosas y los ecosistemas que las sustentan. El tercer problema se
concentra principalmente en la estructura industrial del sector pesquero y las deficiencias relacionadas que
dificultan la capacidad de toma de riesgos y las mejoras en la competitividad comercial. En las conclusiones se
subraya que el sector pesquero requiere la introducción de nuevos procedimientos de manejo, mejores técnicas
de investigación y una política nacional que concilie las necesidades de corto plazo de los operadores privados
con las demandas de más largo plazo de sustentabilidad sectorial.
Hay muchas interrogantes básicas en torno al futuro de las industrias pesqueras Latinoamericanas: ¿Es preciso
aprovechar cuanto antes los stocks de poblaciones de recursos potenciales valiosos para invertir las utilidades
obtenidas en sectores que podrían generar mayor valor agregado? ¿Deberíamos realizar una captura más
conservadora manteniendo abierta la posibilidad de obtener ingresos sustentables más altos de las industrias
pesqueras, y al mismo tiempo invertir en factores de producción necesarios para aumentar el valor agregado
en el sector? ¿Con qué rapidez tendríamos que abrir nuestras ‘fronteras marinas inexplotadas’ al otorgar
permisos para captura de nuestros recursos pesqueros potenciales? ¿En qué punto deberíamos lograr un
equilibrio razonable entre el aumento de nuestra actual capacidad para crear bienestar material modernizando
nuestras industrias pesqueras, y los trade-offs proyectados en términos de externalidades relacionadas con la
degradación ambiental y las enfermedades de nuestros recursos naturales? ¿Cómo podemos afrontar las
crecientes presiones que se ejercen sobre nuestras limitadas capacidades de regulación ambiental (conocimientos
científicos aplicables a nivel local, capacidades de evaluación de riesgos, recursos para monitoreo y aplicación
de la ley)? ¿Y cómo podemos fomentar una difusión tecnológica más rápida, a pesar de los riesgos de financia-
miento privado que ello entraña, con el objeto de diversificar y aumentar el valor agregado de nuestras pesquerías?
No es fácil contestar las preguntas anteriores. Las respuestas se relacionan con dilemas clásicos en la formulación
de políticas que se les plantean a todas las economías que experimentan una rápida expansión en sus
exportaciones basadas en recursos naturales y que las utilizan como el motor esencial del crecimiento económico.
En este trabajo se partió de la base de hacer un análisis en forma detallada los problemas eventuales de
políticas concretas del estado de explotación de nuestras principales pesquerías. Asimismo, nuestro objetivo
secundario es motivar un debate sobre desafíos más específicos en la elaboración de políticas, los que, a
nuestro juicio, merecen una consideración prioritaria en la administración de las pesquerías marinas industriales.
242
La tesis central de este trabajo es que, en comparación con los niveles actuales, las industrias pesqueras
latinoamericanas pueden seguir proporcionando flujos estables en el aspecto de su producción y que mejorando
sus esquemas de manejo podemos avanzar en recuperar algunos de estos recursos que se encuentran un poco
debajo de los niveles históricos de la producción, tal es el caso de la pesquerías de camarón y atún de México
y jurel de Chile, y que esta situación aun en las condiciones anteriormente descritas se puede ser sustentable
en el largo plazo. En esta consideración incluimos en esta sinopsis las pesquerías y industria acuícola que
capturan especies valiosas en los países latinoamericanos participantes. La piedra angular para lograr este
propósito es directamente intuitiva: el agotamiento de la base de recursos naturales debe reemplazarse por
mejoras en la productividad factorial total como mecanismo principal de crecimiento en el sector. Sin embargo,
la controversia surge cuando se analizan las condiciones básicas y las políticas necesarias para promover esta
línea de desarrollo.
En nuestra opinión son tres los desafíos básicos para el sector que deberían definir las prioridades de políticas:
a) aumentar la eficiencia del cierre al acceso de recursos marinos bajo propiedad común; b) aumentar los
conocimientos nacionales de recursos marinos latinoamericanos, en particular para mejorar las capacidades
de evaluación de los riesgos que afectan a los stocks valiosos y a los ecosistemas que los sustentan; y c)
mejorar la capacidad de toma de riesgos de los exportadores pesqueros, ya que ella cumple una función
esencial cuando es preciso aumentar la competitividad comercial. Estos tres desafíos generales definen los
temas analizados en las secciones de cada uno de los capítulos de las pesquerías latinoamericanas con temas
concluyentes que a continuación se detallan:
En el análisis de la pesquería del camarón del Pacífico mexicano, cuya sabiduría tradicional podría sugerir que
la industria pesquera basada en esta especie está condenada a transformarse en una actividad insignificante (en
términos de generación de valor agregado), en especial en el caso de las pesquerías de captura. En este
trabajo sostenemos que no tiene por qué ser así. Establecemos que las pesquerías de especies marinas valiosas
como el camarón, pueden proporcionar mayores flujos de ingresos por peso capturado y por hombre-hora
empleado, y que esta estrategia es sustentable en el largo plazo, lo importante es ser más objetivo en cambiar
de la cantidad a la calidad introduciendo mejoras en el de sistema de pesca. En la sección 6 y 8 que se
relacionan con el atún y el calamar mexicano, se expone el primer desafío general, precisándose las características
genéricas que determinan la conveniencia o inconveniencia de considerar la aplicación de cuotas individuales
transferibles (CIT). Dos premisas generales están implícitas en la opinión generalmente aceptada. Primero,
que los stocks de captura valiosos caerán inevitablemente a niveles de baja productividad porque el alto costo
de cerrar el acceso a stocks bajo propiedad común impedirá controlar en forma eficaz el esfuerzo de pesca
global. En segundo lugar, que el desarrollo económico requiere sustituir los esfuerzos productivos con uso
intensivo de recursos, en especial aquellos que emplean abundante mano de obra poco calificada, por la
producción con mayor valor agregado. Y que para acelerar la acumulación de capital en tecnología más
avanzada y en aptitudes de la fuerza laboral se requiere obtener de manera intensiva una renta a partir de los
recursos arriba señalados.
Los análisis de las secciones 4 y 5 se refieren al segundo desafío general. En la sección 4 se refiere a la
pesquería de la anchoveta peruana, se reflexiona en torno a estructuras institucionales que podrían estar
minando la eficacia del financiamiento público de la investigación en las pesquerías. En la sección 5 se dedica
el análisis a la sardina peruana, en donde se aboga en favor de mejoras en la actual forma de administrar las
pesquerías de captura cíclica. Dos premisas generales están implícitas en la opinión generalmente aceptada en
los análisis de estas dos sinopsis pesqueras. Primero, que los stocks de captura valiosos caerán inevitablemente
a niveles de baja productividad porque el alto costo de cerrar el acceso a stocks bajo propiedad común
impedirá controlar en forma eficaz el esfuerzo de pesca global. En segundo lugar, que el desarrollo económico
243
requiere sustituir los esfuerzos productivos con uso intensivo de recursos, en especial aquellos que emplean
abundante mano de obra poco calificada, por la producción con mayor valor agregado. Y que para acelerar la
acumulación de capital en tecnología más avanzada y en aptitudes de la fuerza laboral se requiere obtener de
manera intensiva una renta a partir de los recursos.
En la sección 2 se tratan aspectos relacionados con el tercer desafío general, referente a la pesquería chilena
de jurel. La primera premisa, que podríamos llamar ‘pesimismo frente a las políticas’, presupone que los
reguladores de la actividad pesquera no tienen verdaderas oportunidades de modificar en forma perdurable
las tendencias a largo plazo para los stocks valiosos. La segunda, que podríamos denominar ‘optimismo
tecnológico’, supone que la sustitución del capital artificial por la base de recursos naturales conducirá
necesariamente a un mayor bienestar. Como ocurre con todos los temas polémicos, pueden encontrarse
grados de verdad en ambas premisas. Aun así, a la hora de sacar conclusiones el problema reside en los
detalles. Partamos considerando la premisa del ‘pesimismo frente a las políticas’. La historia ha demostrado
en repetidas oportunidades que las zonas de pesca de especies valiosas tienden a verse rápidamente
sobrepobladas por numerosos pescadores artesanales. En realidad, los bajos costos de incorporación y las
condiciones de acceso gratuito prolongado suelen dar como resultado una fuerza laboral sectorial dominada
por la mano de obra poco calificada. Paralelamente a este proceso, la persistencia en el tiempo de derechos
de propiedad mal definidos promueve la sobrecapitalización y una capacidad productiva ‘excesiva’ que acaba
por superar el superávit reproductivo del stock íctico que está siendo explotado. Mientras tanto, los organismos
reguladores procuran reglamentar los esfuerzos de pesca excesivos o la captura total resultante. No obstante,
en términos generales estos tipos de políticas han sido decepcionantes. Además, la consiguiente tendencia a la
baja de los stocks contribuye a generar incentivos débiles para salir del sector, debido a que el patrimonio está
bajo propiedad común, pero también a causa de los costos marginales de captura que frecuentemente reaccionan
de manera menos que lineal frente a la tendencia al descenso de los stocks. Como los stocks se ven impulsados
hacia equilibrios biológicos inferiores, los encargados de regular la pesca se enfrentan a la larga con el dilema
de una base de recursos excesivamente agotada que ya no puede sustentar los niveles de captura previos, al
interior de una industria sobrepoblada por una fuerza laboral de baja movilidad. En la mayoría de las economías
desarrolladas el epitafio de este dilema ha sido la transformación del sector pesquero en un ‘empleador de
último recurso’ es decir, un sector sobrecapitalizado y sobrepoblado cuya subsistencia depende en gran medida
de las transferencias netas desde otros sectores de la economía nacional. Con todo, aunque los incentivos mal
definidos que impulsan a las pesquerías marinas hacia este fin son fuertes y resistentes, no son invencibles
En la sección 3 se habla del cultivo del salmón, en donde se especifican los riesgos potenciales en el actual
desarrollo de las prácticas acuícolas en Chile. Por ejemplo, se sabe que la práctica intensiva de la acuicultura
salmonídea puede ocasionar un deterioro ambiental, poniendo en riesgo la generación futura de ingresos al
nivel de la industria; es probable que algunos de estos riesgos ambientales no sean internalizados adecuadamente
por operadores individuales, pero la capacidad actual de cuantificar estos riesgos aún se encuentra claramente
subdesarrollada a nivel mundial. Además, los valiosos servicios que pueden obtenerse del uso o la conservación
del capital natural (por ejemplo, la biodiversidad, el ecoturismo) pueden ser subvaluados por las empresas
privadas. Esto puede ocurrir incluso si ha aumentado la eficiencia en el cierre del acceso a los stocks bajo
propiedad común. Los valores que son subestimados por el sector privado también pueden incluir valores de
opción, es decir, la opción de disfrutar de valores futuros cuyo origen se desconoce en la actualidad (por
ejemplo, conocimientos científicos avanzados que conducen a nuevos usos farmacéuticos o químicos de los
recursos marinos vivos). Por último, las prioridades en materia de políticas podrían sugerir la conservación de
algunos stocks debido a la existencia de asentamientos humanos que se relacionan con ellos (factores de
desarrollo geopolítico o regional). En síntesis, todos estos aspectos se requiere actuar con discreción y buen
juicio.
244
Recomendaciones
La investigación de alto nivel es cada vez más compleja, interdisciplinaria y costosa. El papel que desempeñan
los países Latinoamericanos en la promoción de las actividades de investigación es por ello de una importancia
vital, puesto que permite la movilización de los suficientes recursos humanos y financieros.
Además de constituir una fuente importante de alimentos para los países Latinoamericanos, el sector pesquero
también representa una fuente vital de empleo para numerosas zonas costeras en Latinoamérica. Ahora que
los desarrollos tecnológicos han contribuido tanto a maximizar las capturas, lo que preocupa es la sostenibilidad
de dichos recursos. La gestión de los diversos recursos marinos de los que depende el sector es, sin embargo,
una tarea compleja. A este respecto, los esfuerzos en el ámbito de la investigación pueden contribuir a asegurar
la productividad continua del sector y a recabar información de una importancia crucial para la correcta
gestión de los recursos biológicos marinos.
Las decisiones relativas a la gestión pesquera se basan cada vez más en las conclusiones de las investigaciones
pertinentes, por lo que es necesario que dichas investigaciones tengan un fundamento científico sólido. Dado
que la relevancia y la eficacia de las medidas implementadas en el marco de la política pesquera dependen en
gran medida de la calidad y de la actualidad de las recomendaciones científicas en las que las mismas se basan,
para los países Latinoamericanos y sus gobiernos, se han estado abocando a la promoción activa de los
proyectos de investigación pesquera a través de sus programas de investigación. Dichos proyectos de
investigación han contribuido significativamente a mejorar las herramientas de gestión científicas y los métodos
de gestión de las poblaciones de peces, sin embargo, consideramos a pesar de estos avances, falta mucho por
hacer y requerimos ampliar el espectro de participación de los involucrados en el sector.
El apoyo a la producción acuícola es un tema prioritario para los países Latinoamericanos. Latinoamérica,
reconoce la importancia de la industria acuícola, así como la necesidad de fomentar su desarrollo sostenible.
Los proyectos de investigación en este ámbito se centran en los efectos de la nutrición, el medio ambiente y la
cría sobre la salud de las especies cultivadas, al igual que en las técnicas de cultivo en piscifactoría diseñadas
para incorporar nuevas especies al mercado a precios asequibles.
Otra de las prioridades de la investigación pesquera para los países Latinoamericanos es la necesidad de
mejorar la calidad y la seguridad del abastecimiento de pescados y moluscos en respuesta a las necesidades
de los consumidores, reforzando al mismo tiempo la competitividad de la industria europea de pecados y
moluscos.
Los proyectos de investigación financiados a nivel de Latinoamérica, no cuentan con el apoyo de los Programas
Marco de Investigación, con miras a desarrollar la innovación, la diversidad y la competitividad en un sector
cuyos recursos pesqueros están en disminución.
245
Por lo anterior, hemos aprendido a lo largo de nuestra historia que, en determinadas circunstancias, las empresas
privadas pueden lograr financiar en forma conjunta la investigación de los stocks bajo explotación. Aun así, en
lo relacionado con la mayor parte de la investigación científica en las pesquerías, y siempre que los derechos
de propiedad mal definidos respecto de los stocks ícticos valiosos sigan siendo un problema generalizado, el
financiamiento público continuará cumpliendo una función esencial.
En este punto convendría referirse a dos características que podrían estar socavando en gran medida la
eficacia del financiamiento público de la investigación en las pesquerías. La principal preocupación tiene que
ver con las consecuencias de aplicar en el sector pesquero uno de los principios reformadores que han dado
un nuevo perfil al financiamiento público de la investigación científica en nuestros países latinoamericanos
durante las dos últimas décadas, es decir: el intento de acercar la oferta de investigación a las necesidades de
los usuarios finales. Se trata de encontrar una estructura de financiamiento óptima para la investigación en las
pesquerías (financiamiento público directo versus financiamiento impulsado por la demanda). Nuestra impresión
a priori es que, como ya se comenzaron a aplicar las reformas al financiamiento, no se han producido mejoras
significativas en el impacto de la investigación aplicada en las pesquerías, por lo menos no en términos de
mayores oportunidades para un futuro sustentable en el sector pesquero, en particular para las pesquerías de
captura. Si se pretende avanzar en esta discusión es necesario conseguir evidencias del impacto sectorial de la
investigación promovida por el financiamiento impulsado por la demanda, pero ellas aún no están disponibles.
La segunda área de preocupación se relaciona con los incentivos del sector público para financiar investigación
de más largo plazo en las pesquerías.
A nuestro juicio hay dos fuerzas importantes que introducen un sesgo contrario a una visión de más largo plazo
en estas decisiones. Una de esas fuerzas es la persistencia en el tiempo de un débil esfuerzo de cierre de
acceso a los stocks bajo propiedad común. Ello incentiva aún más el lobbying privado destinado a garantizar
el libre acceso a los stocks valiosos; a su vez, lo anterior disminuye la rentabilidad política de invertir recursos
públicos en el mejoramiento del cierre del acceso a estos stocks. Se produce, por tanto, un círculo vicioso de
incentivos mal definidos que se autoperpetúan. Para interrumpir este proceso es necesario que se preste un
apoyo público explícito a la investigación de más largo plazo. La segunda fuerza que conduce a incentivos mal
definidos se relaciona con la manera en que se ejecutan actualmente las decisiones de manejo de las pesquerías.
Nuestra hipótesis es que hoy los procedimientos de manejo de las pesquerías tienden a producir un sesgo
poco visionario en cuanto a la percepción de las prioridades de formulación de políticas. Teniendo en cuenta
la realidad anterior, sostenemos que, por norma general, la investigación en las industrias pesqueras tiende a
estar sujeta a límites de 1 a 2 años en cuanto a la duración factible de los proyectos de investigación.
En la administración de las pesquerías convencionales se requieren por lo común evaluaciones de stock (la
mejor evaluación que pueden obtener los científicos de las pesquerías respecto del status actual proyectado
del stock), lo cual suele traducirse en cuotas de captura total admisible (CTA) basadas en puntos de referencia
biológicos (por ejemplo, valores de ƒ0,1). Parte importante del presupuesto de los institutos de investigación
de las pesquerías se gasta en este tipo de ejercicios. De manera que la estructura y nivel etarios proyectados
de los stocks actuales suelen ser considerados como insumos finales para las decisiones políticas sobre
aspectos de gestión. Sin embargo, en las evaluaciones de stocks tradicionales no se incluyen informaciones ni
diagnósticos explícitos sobre las probabilidades de ocurrencia de estados relevantes de la pesquería. Debido
a lo anterior, las mediciones esenciales de desempeño (por ejemplo, la probabilidad de colapso pesquero) no
son ni definidas ni evaluadas explícitamente. Esto da lugar a que la asesoría científica a las pesquerías se
confunda con argumentos de esfuerzo pesquero constante. Además, teniendo en cuenta el ciclo anual de
evaluaciones de stock, su uso como insumo final para elaboración de políticas tiende a generar una visión
246
cortoplacista de los trade-offs en materia de políticas, que con frecuencia deriva en horizontes de planificación
de un año.
Lo anterior contrasta claramente con las escalas cronológicas dentro de las cuales tienden a producirse cambios
sustanciales en la concepción científica de las pesquerías desarrolladas. Recomendamos la introducción de
‘procedimientos de gestión’ que puedan reconocer explícitamente los trade-offs que se originen, a causa de
las alternativas de políticas, entre los rendimientos proyectados de la captura, la variabilidad interanual de las
capturas y el riesgo (es decir, la probabilidad) de colapso pesquero. Con el termino procedimiento de gestión
nos referimos a un compromiso ex ante basado en un acuerdo entre los científicos de las pesquerías, los
administradores del sector público y la industria pesquera en torno a conjuntos de sencillas normas para
traducir datos de las pesquerías en políticas de gestión específicas (por ejemplo, la manera en que debe
calcularse la CTA cada año; qué datos es preciso recopilar y utilizar). Un procedimiento de gestión (PG)
supone el compromiso de aplicar un conjunto de políticas previamente acordado, durante un período determinado
(en lo posible superior a un año), que consta de umbrales (definidos en términos de evaluaciones de stock
actuales u otro tipo de información sobre inspección del stock) que desencadenan opciones específicas en la
formulación de políticas (por ejemplo, distintas CTA).
Para lograr este objetivo es menester traducir las evaluaciones biológicas de los stocks en productos fácilmente
comprensibles por la industria y los administradores de las pesquerías. Así, por ejemplo, uno quisiera conocer,
para horizontes cronológicos relevantes, la captura anual proyectada, su variabilidad interanual y la probabilidad
de colapso pesquero (teniendo en cuenta algunas definiciones explícitas de este fenómeno) para cada una de
las opciones de políticas sometidas a evaluación. Estas tres ‘mediciones de desempeño’ resumen la mayor
parte de la información básica necesaria cuando se escoge entre alternativas para formulación de políticas.
Con el fin de generar las probabilidades necesarias para obtener mediciones del riesgo que corre el stock,
pueden aplicarse simulaciones de Monte Carlo. Por supuesto este ejercicio requiere de un modelo que describa
la dinámica de la pesquería. De este modo, se pueden obtener mediciones de desempeño de políticas
alternativas. Así, en lugar de considerar las evaluaciones anuales del stock como insumos finales para las
decisiones de gestión, se pueden emplear para delimitar el rango de posibilidades (es decir, el rango de niveles
de stock) considerada en las simulaciones de desempeño de los PG.
La idea de escoger entre PG ensayados mediante simulaciones presenta dos diferencias fundamentales en
comparación con la gestión convencional de las pesquerías. En primer lugar, compromete de antemano a las
partes interesadas a atenerse a una modalidad concertada para decidir sobre políticas específicas, lo que se
traduce en horizontes de planificación superiores a 12 meses. Con esto se evita que los científicos de las
pesquerías se concentren demasiado en asuntos de corto plazo (principalmente la fijación de la CTA). También
permite planificar horizontes en que los ‘riesgos para el stock’ pueden definirse de manera justificada. Y
asimismo reduce el tiempo que los científicos de las pesquerías deben invertir en ‘negociar’ con los intereses
industriales, a medida que la demarcación entre responsabilidades científicas y políticas se torna más clara.
Los científicos calculan los desempeños anticipados de distintos PG (por ejemplo, estrategia de esfuerzo ƒ0,1,
captura constante por año, congelamiento del esfuerzo de pesca), los administradores escogen uno de estos
procedimientos basándose en los trade-offs notificados, y luego la CTA se calcula automáticamente durante
algunos años posteriores dentro del horizonte de planificación acordado. Esto facilita la planificación industrial
al ofrecer perspectivas de largo plazo más claras y más seguras.
Por ultimo en estas recomendaciones nos referiremos al tema acuícola, aun cuando las pesquerías de captura
han cumplido históricamente un papel significativo en la economías latinoamericanas, la reciente expansión de
las actividades de acuicultura agrega otra dimensión al interior del sector pesquero. Iniciada en los años
247
setenta por la Japan International Cooperation Agency (JICA) y los gobiernos de los países latinoamericanos
participantes en la presente sinopsis, la acuicultura está actualmente pasando de una fase incipiente a una de
maduración. Hoy, las firmas chilenas dedicadas a la acuicultura del salmón deben adoptar decisiones relativas
a la creación de nuevas oportunidades de mercado y a la limitación de riesgos tales como el impacto ambiental.
Pese a que se han visto afectados por recientes acusaciones de dumping de Estados Unidos en contra del
salmón cultivado chileno, y por el control que ejercen los escoceses y noruegos en los mercados norteamericanos,
los productores han respondido con diversas iniciativas: diversificación; la adopción de nuevas tecnologías
como dispositivos de alimentación y captura automática; ítemes con valor agregado como filetes en lugar del
pescado completo; campañas de venta y marketing en los Estados Unidos y en Asia; y un sello de calidad (a
imitación de una exitosa iniciativa aplicada por los escoceses).
El sector del salmón experimentó un boom en los años ochenta debido a ventajas físicas comparativas de
calidad del agua, rango de temperatura y protección de los lugares de cultivo, junto con las ventajas locales de
bajo costo de la mano de obra, bajo costo de alimentación (derivado de la abundancia de harina de pescado),
y la oportunidad hemisférica de capturar peces cuando los competidores del Norte no lo están haciendo.
Durante esta década de prosperidad, el sector se caracterizó por una inversión de capital de corto plazo con
una alta tasa de retorno, pero durante los años noventa el sector se ha vuelto más dualista: las firmas (más
grandes) invierten en programas de investigación y desarrollo (esto es, desarrollo de stocks de crías, utilización
óptima del alimento y reducción de la mortalidad), en contraste con firmas que cultivan volúmenes limitados de
peces, poseen un capital de inversión limitado y son más cortoplacistas.
A medida que el sector del salmón madure y los mercados se tornen más competitivos, puede haber una
mayor concentración industrial por razones de escasez de lugares de cultivo óptimos y por problemas de
productividad relacionados con la escala y el ámbito. Un posible escenario es que el sector vaya a ser dominado
por las grandes firmas chilenas y multinacionales, del mismo modo que Marine Harvest McConnell y Hydro
Seafoods prevalecen hoy en Escocia y Noruega, respectivamente. Son estas firmas las que cuentan con las
capacidades técnicas y el acceso al capital que les permitirán sobrevivir a una declinación de los precios
internacionales del pescado e invertir en el resguardo de sus peces al reducir la mortalidad de la producción (el
indicador clave de la rentabilidad) y los riesgos de externalidades ambientales (que pueden afectar la
productividad a mediano plazo debido a incrementos en la ‘acidez’ de los lugares de cultivo.
El que las tasas de crecimiento en el sector se mantengan altas dependerá de la diversificación en especies
pesqueras no salmonídeas y en otros productos marinos para hacer frente a la baja en el precio del salmón y
de la trucha. En Europa, por ejemplo, el 90% de la producción varía entre la cría intensiva de salmonídeas,
lubina, espáridas, anguilas y turbot, y la extensiva de mejillones, ostras, y almejas, así como la pesca de la
carpa y el siluro. Para establecer mercados de nicho, diversos países han aplicado determinadas estrategias de
diversificación, a saber Escocia e Irlanda en salmonídeas; Grecia e Italia en lubina y espáridas, y Dinamarca,
Bélgica, España y Francia en una gama de crustáceos y moluscos. La producción chilena se ha diversificado
en la de pelillo, vieira, ostras y turbot; también se están considerando la platija, el esturión, el hipogloso, la
merluza, el pulpo, el puye, las gracilarias y el erizo de mar (Subpesca, 1998). Otras iniciativas relacionadas
también incluyen el policultivo de especies en un sitio, por medio del cual una especie de crustáceos (por
ejemplo, mejillones) puede introducirse en un sitio de salmonídeas y alimentarse de los insumos y productos de
desecho de los peces.
Más allá de la producción y el marketing, los problemas de regulación son cada vez más relevantes para la
acuicultura chilena y la sustentabilidad del sector. El ‘boom sectorial’ dejó mecanismos y recursos de regulación
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a la deriva, y por eso la industria se ha desarrollado con altos niveles de autorregulación e iniciativas voluntarias.
Esta situación influye en muchos de los factores de oferta en el desarrollo del sector. Los más importantes
tienen que ver con la mortalidad de peces y el medio ambiente. A medida que el mercado para el pescado
cultivado (y más recientemente para los moluscos) se ha vuelto más competitivo, la inversión se ha concentrado
en los avances tecnológicos y en el aumento de la calidad del producto. Como resultado de lo anterior,
consideraciones respecto del impacto ambiental suelen recibir un grado insuficiente de atención.
Sin embargo, en la actualidad son comunes los debates en torno a problemas de impacto ambiental, como las
enfermedades de los peces, la contaminación de otras formas de vida marina y los efectos genéticos. Debido
a una información incompleta han surgido dos perspectivas distintas en relación con la producción acuícola: el
argumento empresarial y sectorial de que la producción es sustentable hoy en día y de que los avances
tecnológicos permiten mitigar los impactos; y el argumento crítico de que las actuales operaciones poseen
externalidades negativas en cuanto al ambiente (las cuales también repercuten en la producción) que las
innovaciones tecnológicas no han sido capaces de reducir de manera significativa.
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PESQUERÌAS LATINOAMERICANAS