Programa Psicoeducativo para Padres
Programa Psicoeducativo para Padres
Programa Psicoeducativo para Padres
- Asegúrate de que te escucha. Sin un contacto visual no puedes estar realmente seguro de que tu hijo te ha escuchado, así
que olvida eso de dar órdenes de una a otra habitación o eso de seguir con tu ocupación mientras das una instrucción. Si es
necesario, incluso gira la cara de tu hijo hacia ti.
- Suprime la competición. Elimina todas las demás distracciones que pueden competir con tu orden: televisión, consola,
música… Le puedes decir a tu hijo que lo apague todo o, incluso, para no dar una orden previa, hazlo tú mismo.
- Asegúrate de que te ha entendido. Si no estás muy seguro, pídele que te repita la orden, esto es de mucha ayuda si tu hijo
tiene problemas de atención, como en el caso del TDAH.
- Cuando sepas que has de hacer una tarea con una duración determinada (como una llamada telefónica), empieza
pidiéndole al niño que haga algo que requiera toda su atención, proponle algo divertido.
- Ahora empieza con tu actividad, pero cuando pasen 30 segundos, para lo que estés haciendo y felicítale por no
interrumpirte.
- Continúa con este patrón, aumentando el tiempo entre los elogios, hasta que hayas terminado.
Selecciona dos o tres actividades problemáticas para practicar esta técnica durante la semana. La actividad que le des a tu
hijo no debe ser complicada, sino algo con lo que él disfrute; si te das cuenta de que tu hijo va a parar de hacer lo que está
haciendo para interrumpirte, para inmediatamente lo que estás haciendo y felicítale por no interrumpirte.
El elogio que le debes dar al finalizar la tarea debe ser mucho mayor que los pequeños elogios que le has ido dando,
podrías darle un premio material, además de éste.
Esta práctica deberás mantenerla hasta que tu hijo pueda jugar solo durante al menos 10 minutos.
Necesitas interrumpir periódicamente tus actividades durante el día para controlar a tu hijo cuando él o ella no estén en tu
campo de visión. Dirígete a la habitación de sus hermanos y felicítale por jugar de forma cooperativa, así podrás aumentar
la cantidad de tiempo que tu hijo es capaz de seguir junto con otros niños. Lo mismo ocurrirá cuando juegue, por ejemplo,
con los vecinos.
Esto que parece una carga, en realidad no supone mucho tiempo. La parte más difícil es recordar regularmente lo que hay
que hacer; para ello, puede ayudarte un reloj con alarma, aunque intentando que tus observaciones no sean demasiado
previsibles.
La ausencia de control de las actividades de los niños por parte de los padres es uno de los determinantes más decisivos
del comportamiento de los niños.
Hay niños que necesitan ayudas extras para conseguir que obedezcan, para convencerles, crear el hábito del
sacrificio y que prefieran hacer en ese momento lo que les pedimos, les debemos dar de antemano algo que les pueda
interesar. Con este paso 3, vamos a implantar una forma de ganar puntos para conseguir cosas que desean, varias
veces a lo largo del día, de modo que ellos se vean más cercanos de lo que quieren.
Este sistema de refuerzo potenciará los progresos del niño y le ayudará a portarse de forma normal, consiguiendo
que las mejoras sean permanentes. Lo que debemos hacer esta semana es establecer un sistema de refuerzo con el
que su hijo gane fichas o puntos por acabar determinadas tareas cuando se le pide. Después va a poder canjearlos por
recompensas o privilegios que él aprecie.
Para niños de 4 a 7 años, utilizar fichas pequeñas por obedecer; para niños de 8 a 12 años utilizar un sistema de
puntos.
1- Provéase de un conjunto de fichas. Si el niño sólo tiene entre cuatro y cinco años, todas las
fichas de distintos colores pueden valer 1 punto. Si tiene entre 6 o 7 años utilizar las fichas
con distintos puntos (blancas = 1 punto; azules = 5 puntos, etc). Pegar una ficha de cada
color en una cartulina y poner una etiqueta con el valor del color, y se lo entregamos al
niño como recordatorio.
4- Buscar un lugar o “banco” para guardar las fichas. Que elija el niño y decorarlo para
divertirle.
5 Escribir una lista con las recompensas, preguntándole qué es lo que a él le gustaría ganar por portarse bien.
Aunque aparezcan premios grandes y costosos, escribirlos pero sin olvidar añadir recompensas para cada día.
Escribir entre 10 y 15 recompensas, siendo de éstas, un tercio a corto plazo, otro tercio a medio lazo y el resto a largo
plazo.
Escribir una lista de tareas que debe realizar para ganar las fichas. Pueden referirse a tareas
doméstica o a conductas sociales.
7- Asignar el número de fichas que ganará por la realización de cada uno de estos trabajos.
Los niños pequeños (cuatro y cinco años), deberían ganar entre una y tres fichas por tarea y cinco por las más
difíciles.
Los niños entre seis y siete pueden ganar entre una y diez fichas para cada tarea.
8- Determine cuántas fichas entregará al niño para ganar las recompensas.
Recomendable, que al menos dos tercios de las fichas que gane su hijo en un solo día puedan ser invertidas en
recompensas de uso diario. El otro tercio lo puede guardar para recompensas a largo plazo.
9- Recordarle al niño cómo puede ganar las fichas: haciendo un trabajo cuando se le pide, mostrar buena actitud y
por otros comportamientos adecuados.
Cuando el niño comprenda el sistema, comenzar al día siguiente.
No olvidar que durante la primera semana debemos ser generosos dando fichas.