Educacion Positivista
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ANÁLISIS Y REFLEXIÓN
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN?
ras de ver las cosas; y, como el niño debe ser preparado de acuerdo
con cierta función a la que será llamado a cumplir, la educación no
puede ser la misma, desde cierta edad, para todos los individuos.
He aquí, por, qué vemos en todos los países civilizados, la tendencia
que la educación manifiesta para ser cada vez más diversificada y
especializada; y esa especialización, día con día, se hace más precoz.
La heterogeneidad, que así se produce, no reposa como aquella de
la que hace poco hablamos, sobre injustas desigualdades; aunque,
no es menor. Para encontrar un tipo de educación absolutamente
homogéneo e igualitario, sería necesario remontarse hasta las socie-
dades prehistóricas, en el seno de las cuales no existiera diferencia.
Sin embargo, debemos comprender que tal especie de sociedad sólo
representa un momento imaginario en la historia de la humanidad.
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La sociedad no podría existir sin que hubiera en sus miembros
cierta homogeneidad: la educación perpetúa y refuerza esa homo-
geneidad, fijando de antemano en el alma del niño ciertas similitu-
des esenciales, requeridas por la vida colectiva. Por otro lado, sin tal
o cual diversificación, toda cooperación sería imposible: la educa-
ción garantiza la persistencia de esta diversidad necesaria, diversi-
ficándose ella misma y dando lugar a las especializaciones. Si la
soCiedad ha llegado a un grado de desarrollo en que las antiguas
divisiones, en castas y clases, no pueden mantenerse más, ella pres-
cribirá una educación más igualitaria como básica. Si al mismo tiem-
po, el trabajo se especializa, la educación provocará en los niños
sobre un primer fondo de ideas y de sentimientos comunes, una
diversidad de aptitudes profesionales más rica. Si un grupo social
vive en estado permanente de guerra con sociedades vecinas, se es-
forzará por formar espíritus fuertemente nacionalistas; si la compe-
tencia internacional se hace más el tipo que buscará realizar
será más general y más humano.
La educación no es pues para la sociedad, sino el medio por el
cual ella prepara, en lo íntimo de los niños, las condiciones esencia-
les de la propia existencia. Más adelante, veremos cómo, de modo
directo, el individuo se interesará en someterse a esas exigencias.
Por ahora, llegamos a la fórmula siguiente:
ANÁLISIS Y REFLEXIÓN