Educacion Positivista

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SPENCER 111

contribuciones para el avance de la educación, principalmente por


la crítica que ejerció sobre el pensamiento humanista cristiano. En Bra-
sil el positivismo influyó en el primer proyecto de formación del educa-
dor al inicio del siglo pasado. El valor dado a la ciencia en el proceso
pedagógico justificaría mayor atención al pensamiento positivista. Es
innegable su contribución al estudio científico de la educación.

1 SPENCER: ¿CUÁLES SON LOS CONOCIMIENTOS


DE MAYOR VALOR?

Herbert Spencer (1820-1903) nació preparación completa del hombre


en Inglaterra. Estudió matemáticas para la vida entera. En general, el
y ciencias, convirtiéndose en inge- objetivo de la educación debía sér
niero. Sin embargo, siempre demos- adquirir, del modo más completo
tró predilección por las ciencias posible, los conocimientos que me-
sociales y a ellas· se dedicó. Fue el jor contribuyeran para desarrollar la
mayor representante del positivismo, vida intelectual y social en todos
corriente filosófica fundada por sus aspectos. Los que menos con-
Augusto Comte, que tuvo sus reper- tribuyeran a ese desarrollo podían
cusiones en la pedagogía. ser tratados superficialmente.
En su obra principal, Educación Influido por las ideas naturalis-
intelectual, moral y física, Spencer tas de Rousseau, dio gran impor-
acentuó el valor utilitario de la edu- tancia a la educación física y al
cación y mostró que los conocimien- estudio de la naturaleza.
tos más importantes son los que Spencer fue uno de los mayo-
sirven para la conservación y la res representantes de la pedagogía
mejoría del individuo, de la familia individualista. Para él, la filosofía
y de la sociedad en general. La edu- representaba el conocimiento total-
cación, para él, consistía en recibir mente unificado de toda la realidad.

¿CUÁLES SON LOS CONOCIMIENTOS DE MAYOR VALOR?

Evidentemente el primer paso que se debe dar está en que clasifi-


quemos, por orden de importancia, los géneros principales de la
actividad que consti,tuyó la vida del hombre.
Pueden enunciarse naturalmente de la siguiente forma: 1] acti-
vidades que contribuyen directamente a la propia conservación;
112 EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO POSITIVISTA

2] actividades que, garantizando las cosas necesarias para la vida,


contribuyen indirectamente a la propia conservación; 3] actividades
que tienen por objetivo la educación y disciplina :de los hijos; 4]
actividades relativas a nuestro procedimiento social y a nuestras re-
laciones políticas; 5J actividades qué llenan el resto de la vida, con-
sagradas a la satisfacción de los gustos y de los sentimientos.
No requerimos de largas consideraciones para demostrarnos que
éste es aproximadamente el verdadero orden por el que debemos
hacer aquella subordinación. Las acciones y precauciones por las
cuales, en todo momento, garantizamos nuestra conservación per-
sonal, deben ocupar el primer lugar innegablemente ...
Así para la pregunta que formulamos -¿cuáles son los conoci-
mientos de mayor yalor?- hay una respuesta uniforme: la Ciencia.
Es el veredictum para todas la interrogantes. Para la propia conserva-
ción directa, es decir, la conservación de la vida y de la salud, el
conocimiento más importante es la Ciencia. Para la propia conser-
vación indirecta, o sea lo que se llama ganar la vida, la Ciencia es el
conocimiento de mayor valor.
Para el justo desempeño de las funciones de familia el guía más
adecuado sólo se encuentra en la Ciencia. Para la interpretación de
la vida naCional, en el pasado y en el presente, sin la cual el ciudada-
no no puede regularizar justamente su procedimiento, la clave in-
dispensable es la Ciencia. Para la producción más perfecta y para los
gozos del arte en todas sus formas, la preparación imprescindible
también es la Ciencia, y para los fines de la disciplina intelectual,
moral y religiosa, el estudio más eficaz es, una vez más, la Ciencia.
La pregunta que al principio nos pareció tan embarazosa se hizo,
después de nuestra investigación, relativamente sencilla. Si calcula-
mos los grados de importancia de los diferentes órdenes de la activi-
dad humana y el mérito de los diversos estudios relacionados con
ella, vemos que el estudio de la Ciencia, en su significado más alto,
es la mejor preparación para todos esos órdenes de actividad. No
debemos juzgar entre las pretensiones de los conocimientos de ma-
yor valor, aunque sean convencionales, y las de los conocimientos de
menor valor, a pesar de que sea intrínseco; los conocimientos que
prueban tener más valor en todos los demás puntos de vista son
aquellos que tienen mayor valor intrínseco; su mérito no depende
de la opinión, sino que está afirmado, como las relaciones que el
hombre tiene con el mundo que lo rodea.
Necesarias y eternas como son sus verdades, todas las Ciencias
SPENCER 113

interesan por cierto tiempo a toda la humanidad. En el presente, así


como en el futuro más lejano, debe ser de máxima importancia para
la regularización de su proceder que los hombres estudien la ciencia
de la vida física, intelectual y social, y que consideren todas las otras
ciencias como la clave para la ciencia de la vida. Este estudio, toda-
vía inmensamente trascendental por su importancia, es aquel que
en un siglo en que tanto se exalta la educación, menos atención nos
merece. Cuando aquello que llamamos civilizáción no se puede ob-
tener de ningún modo sin la ciencia, ésta constituye sólo un elemen-
to apreciable en la enseñanza de nuestras sociedades civilizadas.
Aunque sea en el progreso de la ciencia donde debamos encon-
trar alimento para millones de individuos donde antaño sólo había
para unos miles, de esos millones sólo unos miles rinden homenaje
a aquello que les hizo posible la existencia.
A pesar de que el conocimiento progresivo de propiedades y
de las relaciones de las cosas no sólo facúltara a las tribus errantes
para convertirse en naciones populosas, sino que hasta diera como-
didades y placeres a miembros incontables de esas populosas nacio-
nes, lo que sus antepasados salvajes ni siquiera soñaron, y en lo que
nunca podrían creer, este género de estudios sólo ahora recibe un
aplauso regateado en nuestros institutos de la más alta educación.
Nuestra emancipación de las más burdas supersticiones, se debe
alIento y progresivo conocimiento junto a las coexistencias unifor-
mes, a las secuencias de los fenómenos, y al establecimiento de las
leyes invariables. Si no fuera por la ciencia, hasta la fecha adoraría-
mos fetiches y, con hecatombes de víctimas, haríamos propicias las
divinidades diabólicas.
Empero, esa ciencia que, en lugar de habernos dado las más
degradantes concepciones de las cosas, nos dio una gran visión so-
bre las grandezas de la creación, es considerada por nuestras teolo-
gías como enemiga y fulminada desde lo alto de nuestro púlpitos.
Parafraseando una fábula oriental podemos decir que en la fa-
milia de los conocimientos, la Ciencia es la mujer hogareña, casera,
que en la oscuridad oculta perfecciones ignoradas. A ella se le enco-
miendan todos los trabajos; gracias a su pericia, a su inteligencia, a
su dedicación se han obtenido todas las comodidades y todos los
placeres, y mientras tr(lbaja incesantemente por todas las demás, se
mantiene en el último plano para que sus hermanas puedan osten-
tar sus oropeles ante los ojos del mundo. La comparación puede ser
llevada aún más lejos, a medida que caminamos hacia el desenlace,
114 EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO POS1TIVISTA

las posiciones van cambiando; y mientras esas hermanas altivas caen


en el merecido desprecio, la Ciencia, proclamada como la más alta en
valor y en belleza, reinará suprema.

Spencer, Herbert, Educafiio intelect¡¿al, moral e física, Río de janeiro,


Laemmert, s/f.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

l. ¿Qué relación ve usted entre las ideas de Rousseau y las de


Spencer?
2. Enumere las contribuciones de la ciencia, según Spencer.

2 DURKHEIM: LA SOCIOLOGÍA Y LOS FINES


DE LA EDUCACIÓN

Émile Durkheim (1858-1917) nació era necesario imponerles maneras


en Francia, en una familia de rabi- adecuadas de ver, sentir y actuar, a
nos. Es más c(jnocido como soció- las cuales ellos no llegarían espon-
logo, pero también fue pedagogo y táneamente.
filósofo. Para Durkheim, la sociología
Durkheim fue el sucesor de determinaría los fines de la educa-
Comte en Francia. Padre del realis- ción. La pedagogía y la educación
mo sociológico, explica lo social por no representaban más que un
lo social, como realidad autónoma. anexo o un apéndice de la sociedad
Trató en especial los problemas y de la sociología; por consiguien-
morales: el papel que desempeñan, te, deberían existir sin autonomía.
cómo se forman y !;le desarrollan. El objetivo de la educación sería
Concluyó que la moral empieza al apenas suscitar y desarrollar en el
mismo tiempo que la vinculación niño cierto número de estados físi-
con el grupo. cos, intelectuales y morales, exigidos
Veía la educación como un es- por la sociedad política en conjun-
fuerzo continuo para preparar a los to y por el medio espacial al que ella
niños para la vida en común. Por eso particularmente se destina.
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¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN?

Para definir edu'Cación, será necesario considerar los sistemas edu-


cativos que existen o han existido, compararlos, y aprender de ellos
las características comunes. El conjunto de esas características cons-
tituirá la definición que buscamos.
En las consideraciones del punto anterior, ya señalamos dos
de esas características. Para que haya educación, se requiere que
haya, frente a una generación de adultos, una generación de in-
dividuos jóvenes, niños y adolescentes; y que la primet;a ejerza
una acción sobre la segunda. Sería necesario definir, ahora, la
naturaleza específica de esa influencia de una sobre otra gene-
ración.
No existe sociedad en la cual el sistema de educación no presen-
te el doble aspecto: el de ser, al mismo tiempo, uno y múltiple.
Veamos cómo él es múltiple. En cierto sentido, hay tantas espe-
cies de educación en determinada sociedad, como medios diversos
existan en ella. mna está formada por castas? La educación varía de
una casta a otra; la de los "patricios" no era la de los plebeyos; la de
los brahmanes no era la de los sudras. De la misma forma en la Edad
Media, ¡qué diferencia de cultura hay entre el escudero, instruido en
todos los secretos de la caballería, y el aldeano que iba a aprender
en la escuela de la parroquia, cuando aprendía, parcas nociones de
cálculo, canto y gramática! ¿Aún hoy en día no vemos que la educa-
ción varía entre las clases sociales y entre las regiones? La educacÍón
de la ciudad no es igual a la del campo, la del burgués no es la del
obrero. Se dirá que esta organización no es moralmente justificable
y que no se puede ver en ella más que un defecto, remanente de
otras épocas y destinado a desaparecer. La respuesta a esa objeción
es sencilla. Claro está que la educación de los niños no debería de-
pender de la casualidad, que los hace nacer aquí o allá de estos pa-
dres y no de aquéllos. Pero aunque la conciencia moral de nuestro
tiempo hubiera recibido, en relación con ese punto, la satisfacción
que ella espera, aun así la educación no sería más uniforme e
igualitaria. Y, en vista de que incluso la vida de cada niño no fuera
en gran parte predeterminada por la herencia, la diversidad moral
de las profesiones no dejaría de acarrear, como consecuencia, gran
diversidad pedagógica. Cada profesión constituye un medio suí
generis, que requiere aptitudes particulares y conocimientos especia-
les, medio que es regido por ciertas ideas, ciertos usos, ciertas mane-
116 EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO POSITIVISTA

ras de ver las cosas; y, como el niño debe ser preparado de acuerdo
con cierta función a la que será llamado a cumplir, la educación no
puede ser la misma, desde cierta edad, para todos los individuos.
He aquí, por, qué vemos en todos los países civilizados, la tendencia
que la educación manifiesta para ser cada vez más diversificada y
especializada; y esa especialización, día con día, se hace más precoz.
La heterogeneidad, que así se produce, no reposa como aquella de
la que hace poco hablamos, sobre injustas desigualdades; aunque,
no es menor. Para encontrar un tipo de educación absolutamente
homogéneo e igualitario, sería necesario remontarse hasta las socie-
dades prehistóricas, en el seno de las cuales no existiera diferencia.
Sin embargo, debemos comprender que tal especie de sociedad sólo
representa un momento imaginario en la historia de la humanidad.
[ ... ]
La sociedad no podría existir sin que hubiera en sus miembros
cierta homogeneidad: la educación perpetúa y refuerza esa homo-
geneidad, fijando de antemano en el alma del niño ciertas similitu-
des esenciales, requeridas por la vida colectiva. Por otro lado, sin tal
o cual diversificación, toda cooperación sería imposible: la educa-
ción garantiza la persistencia de esta diversidad necesaria, diversi-
ficándose ella misma y dando lugar a las especializaciones. Si la
soCiedad ha llegado a un grado de desarrollo en que las antiguas
divisiones, en castas y clases, no pueden mantenerse más, ella pres-
cribirá una educación más igualitaria como básica. Si al mismo tiem-
po, el trabajo se especializa, la educación provocará en los niños
sobre un primer fondo de ideas y de sentimientos comunes, una
diversidad de aptitudes profesionales más rica. Si un grupo social
vive en estado permanente de guerra con sociedades vecinas, se es-
forzará por formar espíritus fuertemente nacionalistas; si la compe-
tencia internacional se hace más el tipo que buscará realizar
será más general y más humano.
La educación no es pues para la sociedad, sino el medio por el
cual ella prepara, en lo íntimo de los niños, las condiciones esencia-
les de la propia existencia. Más adelante, veremos cómo, de modo
directo, el individuo se interesará en someterse a esas exigencias.
Por ahora, llegamos a la fórmula siguiente:

La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las


generaciones que aún no se encuentran preparadas para la vida social; tiene
por objeto suscitar y desarrollar, en el niño, cierto número de estados ¡?Sicos,
WHITEHEAD 117

intelectuales y rnorales, requeridos por la sociedad política en su conjunto y


por el rnedio especial al que el niño, específicarnente, se destine.

Durkheim, Émile, Educafiio e sociologia, Sao Paulo, Melhoramentos, 1955.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

l. Haga un resumen de las ideas de Durkheim contenidas en el


texto.
2. Explique:
"La educación no es pues para la sociedad, sino el medio por el
cual ella prepara; en lo íntimo de los niños, las condiciones esen-
ciales de la propia existencia."

3 WHITEHEAD: LA EDUCACIÓN DEBE SER ÚTIL

Alfred North Whitehead (1861- En su libro La ciencia y el mun-


1947), filósofo, matemático y edu- do moderno mostró profundo inte-
cador inglés, fue profesor en rés por el progreso de la ciencia,
Cambridge y Harvard. Colaboró con concluyendo que la ciencia podía
Bertrand Russell en el monumental auxiliar al progreso de la educación.
libro llamado Principia mathematica. Según él, ningún alumno debería
Whitehead afirmaba frecuen- terminar el bachillerato o la univer-
temente que es más importan- sidad sin dominar el método cien-
te mostrarse interesante que estar tífico y sin conocer la historia de la
efectivamente correcto. La educa- ciencia.
ción sólo nos hacía aburridos y no Sus ideas pedagógicas, aunque
interesantes, cuando no alcanzába- hayán alcanzado una influencia li-
mos sus objetivos. Insistía mucho mitada en la teoría educacional, lo
en la imaginación como motor de la colocan entre los mayores pensa-
educación y en el nuevo espíritu dores neopositivistas contempo-
científico. ráneos.

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