El Patrimonio Musical Tradicional de Los PDF
El Patrimonio Musical Tradicional de Los PDF
El Patrimonio Musical Tradicional de Los PDF
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S~Fi\Ri)l Ci\
Publicaci6n del Centro de Investigaci6n
y Difusi6n de la Cultura Sefarad (
AfilO I NO 1
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EL PATRIMONIO MIfSICAL
THADICIONilL DE LOS
jo, creemos oportuno informar que todas las afirmaciones que seguiran
ron que los sefardies, expulsados de la Peninsula Iberica eua tro siglos
antes, habian lIevado consigo y conservado, entre otras cosas, do!> ele
Esa toma de conciencia los movi6 a iniciar una busqueda en las zonas
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Los obsbiculos.
Las dificultades (3) con que nos enfrentamos desde un comienzo son
las mismas que hallaria cualquier investigador en las areas denomina
das tradicionales. En las ciudades economica y socialmente mas desa
rrolladas se presenta un problema caracterfstico: el prejuicio de supe
raci6n; llamamos asf a la actitud de el 0 los posibles informantes de ne
garse a cantar las canciones que recuerdan por considerarlas como per
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~ :~ tenecientes a una etapa social "superada", en la cual ocupaban la ma
II yor parte de las veces una posicion social inferior 0 menos aventajada.
r Esto les hace asociar 10 tradicional a 10 degradado 0 degradante, en lu
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'-'~"':'''; una capa social acomOOada en los pafses de los cuales provienen.
': ~ , Se hace manifiesto el ocultamiento -por parte de los directivos de las
comunidades- de ciertas personas que conservaron su situacion social
anterior a la llegada a America y, en consecuencia, tambien sus tradi
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rr cionesy costumbres mas antiguas. Sin embargo, esas personas son las
portadoras del bagaje cultural mas valioso. Este fenomeno de oculta
cion tambien se puede observar en los hijos con respecto de sus padres.
Las dificultades en las entrevistas a un solo informante fueron mini
mas, mientras que Ia presencia de terceros obstaculiz6 notablemente
las posibilidades de comunicacion entre el investigador y el informan
teo Fue indispensable predisponerse con una gran dosis de paciencia,
capacidad de recepcion y de aceptacion, perseverancia y fundamental
mente comprension hacia la "persona" entrevistada y todo el "mundo
cultural" que ella transmitfa. Por eso, en caso de hallarse varios infor
mantes juntos, la tarea fue poco eficaz, la competencia inconsciente
que surgio entre ellos hizo imposible la apertura individual. Existieron
.!
dos a la fuente sonora viva, sino de las fuentes secas tales como, las
nocimientos.
los rasgos secundarios de las culturas con las cuales estuvo en contacto
ral.
ron con nuestra tarea y siguen dia a dia ayudandonos -al recordar sus
Podemos suponer que as! como los sefardies conservaron los textos de
s6la sflaba del texto. Cuando se trata de una sola nota por sllaba
Arvoleras, arvoleras,
Aman! Aman! (9)
arvoleras de Amad(.
Por ahl pas6 un eavaiero (l0)
Amin! Amin!
cavaiero tan gentil
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atenci6n que estos ultimos busquen y encuentren asilo y residencia en
tierras donde predominaba la cultura arabe: los Balcanes, Turqui'a y el
Norte de Africa. AlIi el repertorio musical se conserv6 durante siglos.
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ntonces es cuando se cierra u.n cicio, una cultura que sali6 de Medio
nente para lIegar a Espana, vuelve a su lugar de origen, pero con un
agaje de conocimientos elaborado durante casi diez siglos.
A veces se ha planteado el tratar de descubir al posible gestor, dueflo 0
. tutor de este "tesoro cultural", las tesis fueron de 10 mas diversas:
1\ l)si salio de la Peninsula Iberica, la gloria Ie pertence a Espana, que
tuvo en su seno al fenomeno en gestacion.
!2)si es producto de la influencia arabiga, la fortuna -tanto Espana en
f Andalucia, como los sefardies en el area del Cercano Oriente- se Ie
I tiene que agradecer a dicha cuItura.
; 3) si los portadores de los romances y cantigas supieron conservarlos
en algunos casos y ampliarlos 0 recrearlos en otros, son entonces los
judios-espafloles los verdaderos merecedores del reconocimiento.
De esta forma podrian suponer tantas otras tesis, pero desde nuesto
punto de vista, consideramos que, si bien el estudio de los anteceden
tes hist6ricos es de suma importancia para conocer mas este reperto
rio, la realidad que el mismo constituye merece que sea analizado sin
demoras historicistas a partir del hecho concreto y actual, de cada can
cion, hasta lIegar a caracterizarlo, para recien detenerse en las compa
raciones y busquedas hist6ricas.
E1 repertorio sefaradi.
lEs que toda la musica sefard! se ha de reducir a las "romanzas y can
ticas"? Por supuesto que no. Si bien fueron esos los primeros cantos
que interesaron a los investigadores, con el transcurrir del tiempo ha
brian de surgir una cantidad de ejemplos con diferentes funciones es
pecificas que poco tenian que ver con los romances mas antiguos.
De todos elIos el grupo mas numeroso y complejo 10 forman los cantos
de boda. Estas circunstancias daban lugar a que se cantasen melodias
con textos que hacian referencia especifica a cada una de las etapas de
la ceremonia.
Tradicionalmente la celebracion duraba dos semanas, una de preparati
vos y una de festejos. La mayor variedad de canciones se presentaba en
la primera de elIas. Como los novios debfan permanecer alejados du
rante ese perfodo, la distancia motivaba a la joven a entonar sus "can
ticas de amigo" y al j oven algunas "romanzas".
Todo el proceso que habrfa de conducir a la separacion de la novia de
su familia paterna para pasar a integrarse a la de su futuro esposo co
menzaba con la exhibicion del ajuar de la joven. En esta ocasion eran
. las amigas quienes hacian los honores correspondientes con sus cantos.
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EI paso siguiente era la "tevilah" (II ), en el cuid el agua era el simbolo
de purificaci6n y fecundidad. A la salida del mismo, la novia era acom
paiiada basta la casade su suegra en cortejo, mientras se cantaba:
Ya sali6 de la mar.
Ya sali6 de la mar.
Ya sali6 de la mar.
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n aqueUos oUos en los que esta presente la matica (16) de ruda, sim
11010 de buen augurio y al mismo tiempo planta protectora de los des
posados contra todo mal, especialmente el mal de ojo.
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Cuando ]a boda habiasido celebrada comenzaban los cantos de los in
vitados durante los festejos; se preferian entonces los cantos con estri
billo con ]a intervenci6n de todos los presentes:
o bien:
Ansina dice la muestra novia,
- ,;,C6mo se llama la cabeza?
- Esto no se llama cabeza,
sino toronja de toronjal.
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panica, con un argumento poco comprensible a los nitlos.
Fragmento de romance,
manuscrito de fa Sra.
Victoria Fresco de Levy.
(19) escalericas.
(20) de oro.
(21) bendici6n de la boda.
EI romance de la Esposa Fiel 0 del Conde Nino, euando no el del Moro
Zaide, eran algunos de los temas mas freeuentes, ya fuera para utilizar
los como nanas 0 bien como rondas. Sin embargo, tambien existen las
canciones de cuna propiamente diehas, tales como aqueUa que comen
zaba diciendo:
Nani, nani
hijo de la madre,
Entre los juegos predi]ectos de los nifios de Rodas habia uno que con
sistia en recitar con una melodia sencilla el siguiente texto:
la moxca a la mora,
mezquina la mora,
(22) quiere.
(23) op. cit. p. 40.
(24) abeja.
(2S) mosca.
(26) op. cit. p. 8, p. XII.
(27) Orden de la cena durante la Pascua.
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En eUos se alina, tal como la afinna Manuel Alvar, la tradici6n hebrai
9a y tambien la latino-romance. Las costumbres talmlidicas ordenaran
los dfas de luto y dolor, las fechas de conmemoraciones y tambien el
modo de acompaftar al cadaver hasta el sepulcro, con un coro de plaili
deras. Michael Molho habla extensamente de las costumbres relativas a
la muerte y elluto entre los sefardfes de Salonica (28).
SegUn Manuel Alvar las plailideras han desaparecido ya y con ellas sus
cantos, aquellos planctos medioevales nacidos "en el momento mismo
de la muerte, con el desgarro y eilloro de los parientes y amigos del di
funto" (29).
Endechas como aquellas que cantaban la pen a por la destrucei6n del
Templo Sagrado de Jerusalen en el9 del mes de Av 0 por Hanna y sus
siete hijos muertos para salvaguardar su fe.
Tal vez este tipo de perdida nos mueva a tomar profunda conciencia
de 10 que la desaparicion de la tradicion oral significa y tratemos en
tonces de recogerla 0 por 10 menos intentarlo antes que ya no exista la
oportunidad de hacerlo.
Algo semejante ocurre en el ritual religioso: las bendiciones para las
bodas, los cantos de regocijo de las Fiestas de Peregrinaje 0 los himnos
austeros del Afio Nuevo 0 el Dfa del Perd6n.
\ A los hechos de vida de los cuales hemos hablado, se suman de manera
. muy significativa las ceremonias sab3.ticas en las cuales la mlisica esta
presente desde el principio hasta el fin. Debemos aclarar que esto DeU
rre no s610 en ocasi6n del sabado, sino que la manera de comunicad6n
de los hombres con el Creador, seglin el ritual jud to, ha de hacerse
siempre mediante el canto. El Rabf Akiva decfa que: "laentonaei6n
.' mel6dica no era un mero ornamento, sino un vehiculo para la com~
prension" (30). EI ritual sefard! aporta all! los momentos mas elevados
y caracteristicos de todo el patrimonio melodico. A los himnos pro
pios de cada fecha se suman las oraciones habituales en las cuales la
lectura del texto es acompafiada por inflexiones mel6dicas y esquemas
ritmicos preestablecidos.
Los acentos masonHieos 0 taamin (31) son los que determinaran los
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sonidos que acompafian a cada palabra y su entonaci6n se transmite de
I: generaci6n en generaci6n; la variedad de los mismos depende de la pro
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II - cedencia de quienes cantan, asi el mismo signo tendni una entonaci6n
iI ." para Marruecos, otra en Amsterdam, otra para Siria u otras regiones.
Probablemente los momentos culminantes desde el punto de vista mu
sical en cada mafiana del sabado son la bendiei6n de los Cohanim (32)
en la que se establece un dialogo entre el 'hazan' (33) y los cohanim; el
Kaddish (34) del oficiante y la lectura del capitulo correspondiente de
la "Torah" (35).
EI ritual -demasiado complejo para ser descripto en un trabajo de es
tas dimensiones- ofrece al estudioso un material de iniesperadas face
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tas, pues si bien las comunidades sefaradfes de las mas diversas proce
dencias rezan un mismo texto, las entonaciones, las melodfas y las in
flexiones expresivas son diferentes y propias en cada una de elIas.
Debemos repetir una vez mas entonces que tanto las canciones secula
res como las litilrgicas contienen en sf mismas una fuente inagotable e
inestimable para el investigador en este terreno y que el presente escri
to es apenas un panorama general de aproximaci6n al problema.
Nuestra bUsqueda continuani a rm de que todo este tesoro de tradicio
nes y de milsica que esta en boca de los judfos-espafioles y que habi
tan en Argentina puedan ser recuperadas, difundidas y desarrolladas,
impidiendo su extinci6n.
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