Tarea 5
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UAPA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CARRERA DE:
Psicología Clínica
TEMA:
UNIDAD V. SEXUALIDAD Y PERIODO DE VIDA: INFANCIA, ADOLESCENCIA Y
ADULTEZ
PRESENTADO POR:
MATRÍCULA:
15-8897
ASIGNATURA:
Sexualidad Humana.
Modalidad Virtual
FACILITADOR:
La sexualidad en la infancia:
Desde la visión de la vida sexual del ser humano como algo flexible, cambiante y en
permanente proceso de transformación, se capta en toda su hondura la realidad del
hecho sexual. La sexualidad no tiene una sola función, ni es algo particular de un
periodo de la vida del ser humano. No es algo rígido desde que nacemos hasta
nuestra muerte. Cada etapa de nuestra vida tiene sus peculiaridades y la sexualidad
no es ajena a esta realidad. Por ello, una visión positiva, enriquecedora y responsable
de las bondades del sexo permite disfrutar de lo bueno de nuestra sexualidad en cada
uno de los periodos de la vida.
La infancia, a la que se ha considerado un periodo asexuado de la vida tiene, por el
contrario, una gran importancia en la formación del ser sexuado. Cuando nacen, la
niña y el niño tienen un patrón de conducta sexual poco diferenciado. A excepción de
los órganos genitales, distintos en cada sexo, el comportamiento motor y sensorial es
semejante en ambos.
Este periodo, que se prolonga desde el nacimiento a la adolescencia, se produce una
serie de cambios físicos y psíquicos que constituyen el desarrollo. Para comprender
esta etapa como génesis de la sexualidad humana hay que tener en cuenta los
siguientes aspectos:
El ser humano nace con unas estructuras centrales activas que son determinantes de
la frecuencia, la forma y la orientación de la conducta sexual. Estas estructuras se
relacionan y adaptan a la realidad externa y al sujeto.
El desarrollo sexual es fruto de la persona y de su modo de actuar, de la relación con
su medio y de las circunstancias que de él emanan.
En paralelo con los aspectos biológicos con los que nacemos, comienzan a influirnos
una serie de determinantes externos al sujeto y cambiantes en el tiempo. Entre ellos
podemos hablar de factores culturales, religiosos, ideológicos y sociales. Se
manifiestan a través de las pautas de crianza y criterios educativos referidos al
dimorfismo sexual (el hecho de que en la especie animal humana hay dos sexo, el
femenino y el masculino), con una marcada influencia en la diferenciación psicosexual
entre niñas y niños.
Características de esta etapa:
La sexualidad en las etapas posteriores de la vida va a tener su base en la
sexualidad infantil.
Lo genital no tiene importancia en esta etapa.
Los aspectos sociales y afectivos asociados a lo sexual tienen una gran
relevancia.
Los juegos sexuales de este periodo se basan en la enorme curiosidad y la
tendencia a imitar que le son propias.
Las expresiones de la sexualidad en esta etapa reflejan las necesidades del
propio desarrollo.
El que se puedan establecer vínculos afectivos satisfactorios en este periodo
va a facilitar un referente para un desarrollo armónico en la edad adulta.
Las preferencias sexuales no están determinadas.
La sexualidad en la adolescencia:
La pubertad es la antesala de la adolescencia y por consiguiente la etapa en la cual
comienzan a verse cambios físicos en el cuerpo.
La pubertad:
En términos biológicos, la pubertad se refiere a la fase en la que los niños y niñas
presentan su desarrollo sexual. Después llegan los cambios mentales y psicológicos,
necesarios para afrontar la vida adulta. Conviene distinguir al adolescente de los
adultos y de los niños. No son ‘niños grandes’, ni ‘adultos inmaduros’. Son
adolescentes que requieren de especial atención, debido a que empiezan una etapa
de grandes expectativas en la que adquieren su propia identidad.
En la adolescencia se produce la disonancia entre qué valores asumir como propios,
cuáles rechazar y cuáles conservar de los recibidos por el padre y la madre
Este periodo es especialmente delicado, y sobre todo individual. Si bien cada persona
es un sujeto diferente, en esta fase la distinción es exponencial por la gran variabilidad
en el desarrollo en chicos y chicas de la misma edad. En un mismo grupo, en algunos
aspectos homogéneo, conviven chicos y chicas de aspecto completamente aniñado
con otros con las características sexuales secundarias plenamente desarrolladas: vello
sexual, cambio de voz, senos desarrollados, menstruación… Esto puede hacer que el
adolescente pase por un periodo en el que sí está muy alejado del modelo de su grupo
de referencia se encuentre incómodo o desplazado.
Con los primeros años de la adolescencia llega la madurez sexual de los niños.
Aparece el pelo en el área púbica, sobre las axilas y la ‘barba’. Además, cambia la voz.
El cuerpo de los niños se prepara para la madurez sexual con la producción de
hormonas masculinas en cantidades abundantes, que causan el agrandamiento de los
testículos y el oscurecimiento del escroto. Por lo general, el primer cambio que vive el
niño es la aparición de pelo ralo alrededor de la base del pene. Sucede antes de un
pico de crecimiento. Si en estos meses hay leve aumento de las glándulas mamarias
no es motivo de preocupación, pero conviene estar atento para asegurarse de que
desaparecen a los pocos meses. Aunque el pene puede tener erecciones desde la
infancia, la primera eyaculación de semen se produce cuando se cumple los dos años
del inicio de la pubertad, o cuando el pene ha crecido y ha alcanzado su tamaño
definitivo. Puede suceder en una masturbación, de manera espontánea con una
fantasía sexual o durante la noche en una eyaculación nocturna. Más tarde, el pelo
empieza a aparecer en las axilas y en el rostro. La laringe crece y hace más visible la
nuez o “manzana de Adán”, de manera simultánea al cambio en el tono de la voz, un
proceso que a veces produce “gallos” al hablar. La duración del crecimiento puede
prolongarse durante 5 años, tiempo en el que los testículos siguen aumentando, y el
pene se torna más grueso.
Cambios psico-sexuales
Aparece un interés por el atractivo físico del otro.
También un interés por cuidar y resaltar el propio atractivo.
Se afianza la tendencia a la relación y al vínculo con determinadas personas
Toma cuerpo la función psicológica del impulso sexual.
El mundo emocional busca expresarse a través de los sentidos.
Aparecen conductas tendentes a obtener placer (en relación con el otro, o a
través de la auto estimulación).
Los cambios físicos sufridos en la adolescencia, unidos a un interés creciente
por saber de sexo y, en consecuencia, por la adquisición de unos
conocimientos e información (muchas veces errónea) sobre sexualidad, hacen
que se vaya formando una nueva identidad.
Sexualidad en la juventud:
“Si las etapas anteriores se cumplieron sin demasiados conflictos, la juventud suele
ser un período de estabilidad y disfrute, durante la cual comienzan a formar parejas y a
experimentar una sexualidad más estable”. Es el período en el cual se aprende a tener
una sexualidad más rica pero si hay conflictos, aparecen las disfunciones sexuales y
los problemas para vincularse con otras personas. Muchas veces esta es la causa por
la cual las parejas no duran.
Una persona adulta que se encuentra en buen estado general de su salud, que puede
disfrutar de una sexualidad plena con su pareja, gracias a que ambos han alcanzado
un nivel de comprensión de la vida que les permite encontrar soluciones cuando
aparecen problemas, sin sentir que no alcanzan las expectativas que se habían
planteado una década atrás, es una persona que disfruta de una sexualidad saludable.
3. Lectura del tema central (pág. 270-271) “El impacto de los medios
masivos sobre la sexualidad adolescente”. Emita su opinión
El impacto de los medios masivos sobre la sexualidad adolescente:
Los medios de comunicación han sido excesivamente irresponsables en cuanto a la
imagen que transmiten del sexo y sus consecuencias.
Aproximadamente el 85% de todas las relaciones sexuales que muestra la televisión
son entre parejas que no están casadas o que no tienen ningún compromiso.
En este sentido, es necesario no perder de vista dos premisas: la primera, que los
medios de comunicación aportan a la construcción de modos de ser, de modelos de
comportamientos individuales y colectivos; al mismo tiempo son espacios de
legitimación.
La segunda premisa es que en los medios cada vez más prevalecen los mensajes con
contenidos sexuales e influyen en estos comportamientos, especialmente de las/os
adolescentes.