Cronologia de Pueblos y Ciudades Del Istmo de Panama PDF
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Ionización de la parte Oeste del Reyno de Tierra Firme .
Alguien, con razón la calificó de "vivero y crisol de con-
quistadores", porque por Natá transitaron y se hicieron
fuertes, arriesgados y prudentes los capitanes de Pedra-
rias, que después se diseminaron en todas direcciones, lle-
vando en triunfo los pendones (le Castilla . Badajoz,
Andagoya, Compañón, Albites, Pizarro, Hernán Pon-
ce de León y Her-
nando de Soto
eme Natá hicieron
las primeras armas
y lograron la expe-
riencia en la ponde-
rosa tarea (le con-
quistar y colonizar
un Nuevo Mundo .
Durante trescien-
tos años de vida co-
lonial, es decir, en-
tre 1520 y 1820,
Natá fue la sede
principal del Go-
bierno español en
las regiones del oc-
cidente de Panamá .
La Alcaldía Mayor de Natá, que se extendía hasta los
confines de Azuero y era limítrofe con Panamá se enri-
queció en hatos de ganados y productos de la tierra .
En los últimos años del siglo XVI, durante el auge
de la explotación del oro eme las minas de Veragua, los
vecinos de Natá y la Villa de Los Santos vivían del pro-
ducto de sus siembras de maíz que se mandaba a Pana-
má para el sustento de las recuas de mulas y de los es-
clavos que movían el comercio entre Panamá y Nombre
de Dios. También se sustentaban de la venta de sus ga-
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nados en pie, que vendían en las minas de Santa Fe y de
La Concepción de Veragua .
Pero cuando vino a menos la explotación de las mi-
nas los natariegos y santeños beneficiaron sus ganados y
prepararon "carne salada" que llevaron a vender a otros
mercados . Esta nueva ocupación intensificó el laboreo
de la sal que se cuajaba entre los manglares que circula-
ban las costas territoriales, por lo que el Rey -a instan-
cias de las autoridades de Tierra Firme- dictó una Real
Cédula, declarando estas salinas patrimonio real y "se pre-
gonó que nadie cogiese la dicha sal sin comprarla por lo
que quedó la tierra muy pobre y despobladas las hacien-
das en Natá y la Villa de Los Santos, cuyos dueños no
disponían de recursos para sustentar los negros esclavos
a su servicio . En vista de lo cual el Rey ordenó en 1594
la suspensión de las órdenes dadas anteriormente y se auto-
rizó el libre abastecimiento de la sal y así volvió a tomar in-
cremento el comercio de "carne de macitos" que se traía a
Panamá y se llevaba a Nombre de Dios y Portobelo o se ex-
portaba directamente a los puertos del Sur .
"Según cuenta la historia, la tradición o la leyenda
-dice don Eduardo Nieto Caballero- fue a fines del Si-
glo XVI que el Rey resolvió enviar "cien caballeros noto-
rios" a la provincia de Castilla del Oro, ya ilustrada y ate-
rrada con los hechos de Ojeda y de Nicuesa, para que
acrecentaran en sus tierras los solares hidalgos . En Na-
tá sentaron la planta, de donde resultó la denominación
de Natá de los Caballeros, acaso por haber querido decir
la flor y nata, o porque la vistosa arandela "de los caba-
lleros" se le agregaba a ciudades prominentes para signi-
ficar que en ellas había hombres de sangre azul y de
educación esmerada" .
De su antigua preponderancia cuando era Natá de
los Caballeros, sólo queda la Iglesia con su enhiesta to-
rre y el Hospital de San Juan de Dios, casi en ruinas, en
donde se asilaban los menesterosos de esa rica ciudad .
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Ciudad del Fonseca
No deberíamos tomar en consideración la ciudad del
Fonseca, establecida en Chiriquí en 1523 por Benito Hurta-
do, teniente de Pedrarias, porque ésta desapareció en 1526
con la movilización que hizo Pedrarias en Tierra Firme
para ir contra su Capitán Francisco Hernández de Cór-
dova, quien se le había rebelado en Nicaragua .
.Acla
En 1524 fueron movilizados totalmente todos los ha-
bitantes de Santa María la Antigua del Darién hacia Pa-
namá ; subsistió Acla, población que se pierde en la ma-
raña de los bosques después de 1552, año en que don San-
cho Clavijo, Gobernador de Panamá da las siguientes in-
formaciones : "En la población de Acla ya no quedan si-
no tres o cuatro vecinos y por temor a los negros alza-
dos me piden licencia para desamparar la tierra . No la
he dado y sentiré infinito se despueble y no tendrá re-
medio si de allá no se proveen algunos buenos poblado-
res, permitiéndoseles que cada uno lleve consigo tres o
cuatro negros".
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Es del caso anotar que la despoblación de Tierra
Firme era notoria, motivada . por el avance arrasador y
destructivo de los conquistadores, el transporte y venta
de indios panameños en Santo Domingo y el Perú y a te-
rribles epidemias, como la viruela y paperas, que diezma-
ron la población nativa . Dos millones de indios paname-
ños fueron, según Oviedo, sacrificados por Pedrarias y
sus tenientes o vendidos a los encomenderos de los paí-
ses antes expresados .
Además los sucesores de Pedrarias, entre los años de
1526 a 1543, los Gobernadores Pedro de los Ríos, Antonio
de la Gama, Francisco de Barrionuevo, Pedro Vásquez de
Acuña y Francisco Pérez de Robles, fueron mandatarios
sin iniciativas y si hubieran tenido algún proyecto de co-
lonización, hubiera sido bloqueado por los grandes inte-
reses que representaba la conquista del Perú .
De atenernos a informes de Oviedo "ninguno de ellos
sobresalió por su ejemplaridad" . Al famoso Pedrarias le
sucedió Pedro de los Ríos y fueron tantas las quejas que
se dieron contra él en el Consejo de Indias, que no le duró
el cargo tres años : "Era él -Pedro de los Ríos- caba-
llero y ele buena casta, pero lo tenían por codicioso, y la
codicia de su mujer, por la cual el Gobernador se gober-
naba, insaciable ; era muy amiga de dineros y tenía es-
tancias de vacas dirigidas por ella, e indios para buscar
oro" .
El Licenciado Francisco Pérez de Robles, Presidente
(le la Audiencia, era señalado por su avaricia y malos ma-
nejos y trato vil con los indios . De él decía Juan
qVuáesz-dAvilan1539que"Roblsvinaetpublo(
Panamá, pobre y endeudado, sin granjería ni mercaduría,
y de ocho meses a esta parte él tiene navío y hato de va-
cas y estancia en la que tiene más (le ciento cincuenta per-
sonas y al fin, está mejor hacendado que ningún vecino de
Panamá . Mande vuestra majestad ver de donde le ha-
brá venido" .
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En 1549 estaba al frente de la gobernación de Pana-
má, don Sancho Clavijo y fue a este comprensivo y jus-
to gobernante a quien le tocó hacer efectiva la libertad
de los indios, decretada por Carlos V, reconcentrando en
comunidades a los indios extranjeros -nicaraguenses y
venezolanos- residentes en el Istmo con los cuales formó
los pueblos de indios de Taboga y Otoque en 1544 . Su
memoria es grata por el leal cumplimiento que dió al man-
dato del Emperador .
A don Sancho Clavijo le sucedió en el gobierno don
Juan Ruiz de Monjaráz en 1556 y durante su gobierno,
se reanudaron los esfuerzos colonizadores, que quedaron
en suspenso desde el descubrimiento del Perú .
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Santa Fe y la Concepción en el año de 1558 para que sir-
vieran de centro a la explotación de las minas de Vera-
gua .
Explotación minera en el Ducado de Veragua
Debido al esfuerzo de Francisco Vásquez, oriundo de
Natá y de grandes prestigios en la comarca, quedó ini-
ciada la colonización del Ducado de Veragua, cuyos dere-
chos habían sido traspasados por los herederos de Colón
a la Corona por nueve mil ducados . Pronto una cuadri-
lla de negros esclavos, destinada al trabajo (le las minas,
confirmaba la riqueza aurífera de Veragua . Eran tan fa-
mosas las minas de "Turulurí", en Veragua, que se las
adjudicaron personalmente al Rey para que las explotara
como empresa particular, instalando por su cuenta hornos
de fundición en los que se purificaba el oro y se moldea-
ba en barras que llevaban el sello de la Corona. (2)
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pués la Audiencia de Lima mandaba un comisionado a
Panamá y a Santa Fé de Veragua para levantar una in-
vestigación de lo sucedido . El Comisionado de la Audien-
cia de Lima, Bernardino de Román, en su informe al Rey,
recomendaba a su augusto señor se nombra en propiedad
a Francisco Vásquez para la Gobernación de Veragua,
cargo que desempeñó hasta su muerte con todo lucimien-
to y provecho del Monarca. (4 )
A la muerte de Francisco Vásquez le sucedió en la
Gobernación de Veragua su hijo, Alonso Vásquez, aunque
su nombramiento fue entorpecido por las intrigas y ma-
las artes del Gobernador Figuerola, sustituto de Monja-
ráz en la Gobernación de Panamá .
Refiriéndose a este estado de cosas el Gobernador don
Rafael de Figuerola relata de su entrada y regreso de Ve-
ragua en donde sucedió cierta rebelión y alzamiento enca-
bezado por los hijos de Francisco Vásquez, quien había
sido Gobernador : "Así resolví ir a esa provincia con to-
da brevedad para allanar y pacificar la tierra y hacer jus-
ticia a algunos de los culpados . Traje a Panamá para no
dejar ningún mal rastro de lo sucedido a los hijos de
Francisco Vásquez -Alonso y Juan Vásquez- que fue-
ron los principales caudillos de esta rebelión . Estando
presos los dos hermanos, quebrantaron la cárcel y se fue-
ron y ausentaron do no han podido ser habidos . Después
de esto hice la entrada por la costa del Mar del Sur con
cantidad de gente y armas y he poblado un pueblo, junto
a esta costa de la Mar del Sur, cerca de un río grande (el
Río San Pablo) que es tierra apartada del Distrito de
Veragua. En esta parte hallé mucha gente de los natu-
rales que me dieron noticias de riquezas ansi de oro co-
mo de perlas" . ¿Será este establecimiento la Ciudad de
Carlos fundada en la provincia de Tabaraba y de cuya
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fundación hizo méritos el propio Alonso Vásquez, quien
como Gobernador de Veragua adelantó sus exploraciones
por el Valle del Doy y las tierras del Guaymí?
Ultimamente hemos encontrado un mapa de Tierra
Firme, correspondiente al año 1665 en el cual aparece la
ciudad de Carlos, situada a las orillas del río Tabaraba
hoy conocido con el río San Pablo .
Estas diferencias entre los Gobernadores de Panamá
y Veragua, creó una profunda animosidad entre los na-
tariegos -que así se denominaban a los seguidores de
Vásquez- y los panameños, la que se puso de manifiesto
cuando los soldados de Alonso Vásquez, embargados y de-
tenidos en- Panamá, tomaron participación en la subleva-
ción de Rodrigo Méndez en 1563 y en la cual los alzados se
ensañaron contra el ex-Gobernador Figuerola, a quien die-
ron de puñaladas, dejándolo moribundo a la puerta de su
residencia .
Para mejor información insertamos la siguiente cró-
nica nuestra titulada
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dez, antiguo escribano real, se valió en esa oportunidad
para dar un golpe audaz y apoderarse de la ciudad va-
lido de la sorpresa y de las sombras de la noche-
A la cabeza de los revoltosos, Rodrigo Méndez y Se-
bastián de Santiesteban . se hicieron dueños de la Plaza
Mayor y luego fueron en busca de don Rafael de Figue-
rola, antiguo Gobernador a quien sorprendieron, hacién-
dolo bajar de sus habitaciones so pretexto de que eran
amigos que necesitaban de su ayuda personal . Varias pu-
ñaladas alevosas lo dejaron casi examine en el portal de
su residencia, mientras los conspiradores engrosaban sus
filas con algunos voluntarios que fueron del partido de
Alonso Vásquez, Gobernador de Veragua y que tantos
daños recibieron del viejo Gobernador Figuerola, o con
reclutas que por el temor se enlistaban en las filas de los
-que de sorpresa se habían hecho dueños de la' ciudad .
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A la desbandada huyeron todos los comprometidos,,
buscando el refugio más seguro ; y el más resuelto de to-
dos, Sebastián de Santiesteban, Teniente Mayor de Ro-
drigo Méndez, Jefe de la conspiración, cayó de su cabal-
gadura "atravesado de una lanza por el ojo izquierdo, que
le pasó de parte a parte el cerebro" .
Rodrigo Méndez, el escribano público del Rey, bus-
có refugio en la iglesia y encontrándola cerrada se subió
a la torre en donde fue hecho prisionero personalmente
por Juan de Vargas, el viejo Capitán, defensor de los
fueros de su Rey.
Restablecido el orden, se abrió proceso a los agitado-
res : el Jefe con algunos de ellos fue condenado a muerte ;
los demás prisioneros fueron azotados y destinados a ser-
vir en galeras . ( 5)
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adelante de este pueblo de Natá, están dos pueblos de in-
dios, el uno se dice Ola y el otro Pueblo Nuevo de los
Reyes del Chirú ; tendrá cada uno un poco más de cien
indios, no tienen encomenderos, antes son libres, pagan
de servicios a vuestra Majestad los diezmos del ganado
que crían y del maíz que recogen" .
De Pueblo Nuevo de los Reyes del Chirú no nos ha
dicho nada don Enrique J . Arce, ni este nombre aparece
en el recuento de las poblaciones existentes hecho por
otros funcionarios en épocas posteriores . Lo cierto es
que persona autorizada como el Oidor Alanso Criado de
Castilla reportaba al Rey la existencia de un pueblo de
naturales en los llanos del Chirú, seis años antes de la .
fundación de Penonomé . Sería Pueblo Nuevo del Chirú
el asiento inicial de Antón o de San Carlos, ambos colin-
dantes con los llanos del Chirú? Desaparecería esta in-
cipiente población de indios cuando se concentraron en
Penonomé los habitantes de Ola y regiones comarcanas,
seis años después, a iniciativa del Oidor Diego de Villa-
nueva Zapata?
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ten" . Al referirse a Penonomé en 1736 el Obispo Mor-
cillo Rubio y Auñón, advierte "que sus vecinos son muy
ladinos y hábiles "pa todo", y por esto muy astutos, saga-
ces y pleitistas, que siempre tienen pleitos y demandas
en los tribunales" .
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perdida y acabada y los naturales alzados y rebelados,
Hice algunas entradas a la tierra del Guaymí, especial-
mente a la región de Peñón Blanco, de donde traje al-
gunos caciques y con halagos y caricias hice dar la obe-
diencia a su Majestad" .
En su pliego de merecimientos presentado al Rey
parece que el Gobernador Sequeira trató de exagerar sus
servicios y el buen trato que daba a los indios cuando
agregaba "que los caciques, naturales de la provincia de
los doraces, suíes, chagres, queríbaldos, bugabas, por ha-
ber oído el buen trato que les hacía le venían a buscar,
prometiéndole darle obediencia a su Majestad" . Tam-
bién anota la fundación de tres pueblos entre ellos el de
San José de David
"En 1602 por mandato del Gobernador Juan López
de Sequeira se fundaron inmediatos a Alanje tres pobla-
ciones, una de españoles y dos de naturales a las que se
dió los nombres de SAN ANTONIO DE PADUA, DA-
VID y NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, señalando
solares para iglesias, casa de cabildo, cárceles y carnice-rías .Sin embargo, en un informe del Oidor Licencia-
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de castigar a los indios coclés que robaban y mataban a
los españoles que naufragaban en sus costas . Con dos-
cientos hombres y otros indios amigos entró López de Se-
queira a la provincia de Coclé . Recibiéronle los indios
en guerra, pero poco a poco, fueron sometiéndose al in-
vasor.
Ubicación de Nueva Lisboa de efímera existencia
Después de explorar el río Coclé y reconocer sus ya-
cimientos auríferos, fundó la ciudad de Nueva Lisboa al
norte de Penonomé, de efímera existencia . En años re-
cientes los exploradores de minas tratan de localizar las
famosas minas del río Coclé y algunos de ellos han en-
contrado los viejos socavones trabajados por los españo-
les de la Colonia .
San Félix, pueblo de Indios
En una carta del Obispo de Panamá correspondiente
al año 1605, informa de Remedios "que esta población tie-
ne hasta treinta vecinos encomenderos y otros diez que
no lo son pero como allí hay buenos astilleros y se hacen
buenos navíos concurre gente extraña y acontece que en
algunas pascuas entran en la iglesia cien españoles". A
continuación informa "que los indios de la comarca que
colinda con Remedios fueron sometidos y para su mejor
sometimiento y catequización se les reunió en los pueblos
de San Félix y Santiago de Guabalá a cargo de enco-
menderos españoles que les inspiraban en la fe cristiana
pero que los obligaban a trabajar duramente" . (7)
Se menciona la población de Atalaya
Así mismo, el señor Obispo anota en su carta "que
en el término de Montijo hay un pueblo de indios libres
que se llama La Atalaya los que acuden a Montijo y el
Cura de esta población los sacramenta y doctrina .
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Alanje como centro de catequización
Un documento sobre la región de Chiriquí informa
que durante la administración de don Francisco Valver-
de y Mercado, el Padre Melchor Hernández se estableció
en 1606 en misión evangélica para cristianizar a los
pobladores de San Pablo del Platanal y San Pedro de
Aspárata, distante pocas leguas de Alanje . Anota este
documento que el padre Melchor reunió seiscientos veinte
indios de las diferentes regiones de la comarca para en-
señarles una lengua común e introducirlos en la fe cris-
tiana . Esta aglomeración de indios dió motivo a epide-
mias, muy especialmente la de paperas . Después de su-
frir trescientas cincuenta defunciones, los indios sobrevi-
vientes pensaron que era preferible huir a sus montañas
y dejar a Fray Melchor Hernández con sus prédicas y san-
tas intenciones . Abandonado de sus filigreses, en su
soledad, aún seguía pensando el padre Hernán-
dez, que nada importaba la muerte de toda la co-
lectividad indígena, si todos morían en gracia de Dios y
bajo el signo de la cruz . Por tal razón pidió licencia pa-
ra seguir a la cordillera en busca de los indios de las tri-
bus de los cotos, doraces, bugabas, queríbalos, changui-
nas, robalos y otros a cumplir su santa misión evangé-
lica . (8)
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tonces tenían las minas de oro . . . y como han faltado
las minas y se despoblaron, se salieron de Santa Fe los
vecinos, quedando hasta ocho que ahora tienen en la ciu-
dad unos bohíos de paja y están pobrísimos y lo más del
tiempo residen en la vega del río Escoria (Santa Ma-
ría) en el sitio de Naranjal . . . por lo cual parece a esta
Real Audiencia que los vecinas que ahora están en Santa
Fe y tienen sus haciendas en el Naranjal se pasen a la
ciudad del Montijo, en donde hay catorce encomenderos
y otros moradores que tienen allí casas y buena igle-
sia" . (9 )
Es curioso observar que a continuación de lo expues-
to el Gobernador y Presidente de la Audiencia Francisco
Valverde y Mercado anota "que en la provincia de Vera-
gua hay pocos pueblos y estos de pocos vecinos muy po-
bres" . Como se deja constancia solo hace mención de
Montijo como el pueblo más inmediato a Santa Fe, sin
que aparezca como tal Santiago de Veragua, razón por
la que hay que pensar que en 1607 Santiago de Vera-
gua no existía .
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para defender la retirada que tienen los indios a la sie-
rra" . Llama la atención al Rey sobre la adjudicación de
los indios a los soldados que toman parte de las explora-
ciones o entradas a las montañas, "pues parece más escla-
vitud que otra cosa ." Así los mantienen "en carnes y
tan poco rezadores" que conviene no darles más permiso
para tales expediciones . (10)
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nueva población hay más de setenta vecinos españoles
y con las limosnas que recogí y con doscientos pesos to-
mados de los fondos de Vuestra Majestad he hecho otra
iglesia muy grande y muy buena y puesto la ciudad
en un puerto de mar muy frecuentado de bajeles, por lo
cual los vecinos están muy contentos y yo lo estoy por
servir a Vuestra Majestad" .
Fue empeño principalísimo del Gobernador don Lo-
renzo del Salto organizar una expedición de doscientos
soldados para "someter a los seis o siete mil indios alza-
dos e infieles" . A tal solicitud correspondió la negativa
del Rey, haciendo hincapié en "que la Cédula que prohi-
be los servicios personales es el fundamento y conserva-
ción de las Indias y el derecho de los indios, que de lo con-
trario resulta, mayormente, siendo vos, señor Gobernador,
a cuyo cargo está la ejecución de todo esto" .
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Sublevación de los buque-buques en
la región del Bayano
Durante el gobierno del Oidor Presidente don Manso
Contreras comprendido entre 1616 el territorio de Tierra
Firme se mantuvo en estado de alarma por el aviso de
que naves piratas asolaban las costas del Perú y podían
atacar a Panamá . "Para su defensa se movilizaron los
contingentes que podían reclutarse en los pueblos de la
provincia de Veragua, los que aunados a la gente residen-
te en Panamá y Portobelo escasamente pasaban de mil
hombres, inclusive negros e indios naturales" . "Esta agi-
tación coincidió con la agresión de los indios bugue-bu-
gues los que alentados por el abandono en que se había
dejado el fuerte de Bayano, atacaron las cuadrillas de ne-
gros que estaban ocupadas a las orillas del río Bayano, sa-
cando madera y tablazón para las casas de la ciudad de
Panamá y construyendo navíos para la navegación del
Mar del Sur . Fue tanta su osadía que llegaron en sus
devastaciones hasta el río (le Las Lajas, a dos leguas de
esta ciudad y al campamento de Pequení, en el camino de
Portobelo, en donde quemaron los bohíos en los que se alo-
jaban los negros conductores de las recuas de mulas" .
Esta rebelión de los indios bugue-bugues que inquietó la
tierra desde Puerto de Piñas hasta escasas millas de la
ciudad movió a los vecinos de la ciudad de Panamá a
pedir a su Majestad el restablecimiento del fuerte en el
Bayano para seguridad de las haciendas y aserríos de
madera que habían establecidos en esos contornos . ( 72
Terminada la labor catequizadora en las tierras del
guaymí, el padre fray Adrián de Santo Tomás, pasó al
Darién por sugerencia del señor obispo don Francisco de
la Cámara para colaborar con Juan Carrizolio de Alfaraz
en la pacificación de los bugues-bugues que eran las tri-
bus más aguerridas e irreductibles del Istmo .
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Julián Carrizolio de Alfaraz caudillo del Darién
Y como si fuera el pasaje de una leyenda épica, el
salvajismo y encono de esos bárbaros aparece de pronto
abatido por un niño español, indefenso, quien los con-
vierte en amigos de los españoles, sumisos a la autoridad
del Rey. Julián Carrizolio de Alfaraz, niño de doce años,
era el grumete de una embarcación española que comer-
ciaba por las costas del Istmo en 1623 . Sorprendida la
tripulación por una banda de indios bugues-bugues, todos
cayeron prisioneros y fueron ultimados cruelmente con
excepción del pequeño Julián, quien quedó en rehenes .
Criado entre ellos aprendió su dialecto y adaptó sus
costumbres, pero ya hombrecito comenzó a influir entre
éstos, dándoles a conocer los adelantos de la civilización,
las bondades de la religión católica y el poderío del mo-
narca español .
Pronto el cacique de la tribu oyó sus consejos y con
Carrizolio a la cabeza tomó el camino rumbo a Panamá
para someterse a las autoridades españolas y celebrar un
contrato de paz que trajo la tranquilidad en la apartada
región darienita .
"Descalzo de píe y pierna y con un sombrero a la
usanza de los indios por el mucho tiempo que vivió entre
ellos" ví, dice un testigo, a Julián de Carrizolio cuando
a la cabeza de sus compañeros visitaba a don Enrique
Enríquez de Sotomayor, Presidente de la Audiencia para
hacer arreglos amistosos .
Por la intervención de Carrizolio y la cooperación
de los frailes Adrián de Santo Tomás y Pedro Martín de
Valencia se establecieron en el Darién las reducciones de
indios de San Jerónimo de Yaviza, de San Enrique de
Pinogana en 1638 y San Juan de la Vega de Tacarcuna
en 164 .3 . En su condición de Alcalde Mayor, dice Fray
Adrián en sus memorias, "Julián Carrizolio de Alfaraz
con la espada en mano señaló el sitio donde debía ser la
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plaza en San Enrique de Pinogana y levantándola dijo
en altas voces : Viva nuestro poderoso Felipe IV, Rey
Católico de las Españas y de las Indias. Y ay! de quien
me lo contradiga . Y todos con grandes algazaras y gri-
tos dijeron con gran gusto : Viva, viva, viva! Icontinen-
te tomé en la mano una cruz que tenía adornada de flo-
res y fui cantando el tedeum laudamus hasta el sitio en
donde ha de levantarse la iglesia e hincándome, dije la
oración de la cruz . ( 73 )
Hoy, leyendo el informe que don Antonio de Córdo-
ba dirigió al Rey en 1672 sobre la campaña sostenida con-
tra Morgan entresacamos lo que sigue : "Los indios del
Darién, que cada día se hallan mejor con nosotros y han
abrazado la doctrina católica vinieron en más ciento para
oponerse a la invasión filibustera . Los capitaneaban dos
hermanos que hay entre ellos -don Luis y don Antonio
Carrizolio Alfaraz- hijos de un español y de una india
noble del Darién . Por orden del gobernador Pérez de
Guzmán los indios del Darién ocuparon las emboscadas
en el río Chagres para detener el avance de Morgan y
"es conveniente -dice el gobernador don Antonio de Cór-
doba que usted aliente a los hermanos Carrizolio de Al-
faraz-, pues se lo merecen y de ello dependerá en mu-
cho la conservación de estos Reynos" .
Tal solicitud fue oída por el Consejo del Rey el cual
ordenó al gobernador de Panamá que distinguiera a los
hermanos Carrizolio de Alfaraz y además le dió instruc-
ciones para que la hermana de estos dos jefes indios,
que vive en Panamá, en donde se ha criado en muy buenas
costumbres y virtud, sea recluída en un convento, si tiene
inclinación para ello o se le socorra con un dote de seis
mil pesos para facilitar su matrimonio . Y fue así como
el Rey compensó los buenos servicios de don Luis y de
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don Antonio Carrizolio, hijos de Julián Carrizolio de Al-
faraz, Pacificador del Darién .
Desconocimiento de la fundación de
Santiago de Veragua
Hasta hoy no podemos precisar con exactitud la fe-
cha de fundación de Santiago de Veragua, ni su funda-
dor ; pero estamos ciertos de que fue entre 1620 y 1640
porque su nombre no aparece en ninguno de los informes
conocidos anteriores a 1620 y es en 1640 cuando Reque-
jo por primera vez hace conocer su existencia . Es del
caso advertir que no debemos confundir a Santiago de
Veragua en Panamá, con Santiago de Talamanca, estable-
cida antes del año 1587, a la cual se le denominaba tam-
bién Santiago de Veragua por estar comprendida en las
tierras del Ducado de Veragua como podemos apreciar
por los párrafos que se insertan a continuación :
"En documentos encontrados por C . M . Brown en los
Archivos de Cartago, Costa Rica, se hace alusión a las
minas de la Estrella y se anotaba "que cerca del Volcán
de Chiriquí queda la perdida mina de los indios denomi-
nados Tisingal, conocida y trabajada por los españoles,
quienes cambiaron su nombre por La Estrella . En 1587
don Diego de Sojo, capitán de la Guardia del Goberna-
dor de Veragua, PARTIO DE SANTIAGO DE VERA-
GUA a explorar esta pequeña sección de la provincia
del Rey y en su reporte al Gobernador de Veragua le in-
forma : La cantidad de oro que abunda aquí es grande
y de muy altos quilates como puede ser visto por los pla-
tillos de oro que usan los indios, sin mezcla de ninguna
clase . La mayor cantidad de oro existe en las montañas
de Corotapa, cerca de los bancos del río de La Estrella .
En estas montañas el Capitán Muñoz, sargento mayor de
clon Perafán de Ribera, del Gobierno de Costa Rica, sacó
de las tumbas indígenas tal cantidad de oro, suficiente pa-
ra llenar dos canastos . Y estando convencido de la exis-
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del Sur, cuando Townely atacó a Alanje y La Villa de
Los Santos y alcanzaron los hatos inmediatos a Saint-
Yago según relato de Raveneau ele Lussan . Sus fundado-
res vinieron de un asiento costanero llamado Las Fili-
pinas, ante el peligro de las incursiones de los piratas .
Lo cierto es que para el año 1785, La Mesa aparece co-
mo población importante en el mapa diseñado por Juan
López . Es tradicional entre la gente vieja de La Mesa de
Veragua la versión de que en los tiempos coloniales ha-
bía en el centro ele la población -que debía ser un ca-
serio de construcciones pajizas con techumbre de pencas
ele maquenque--- un madero al cual se amarraban con las
manos atadas hacia atrás, a los indios que no pagaban en
efectivo o en productos valorados los veintiún real vellón
que cobraban los encomenderos a nuestros esclavizados
indios .
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to de pueblos y ciudades para dar la oportunidad de cono-
cer las descripciones que en 1631 hace de Alanje, La Vi-
lla de Los Santos, Chame y Parita el Capitán de Navío,
don Diego Ruiz del Campo :
"ALANJE, llamado también Chiriquí, es pueblo de
españoles y es postrero que hay hacia el poniente . Ha-
brá en él cosa de sesenta españoles y muchos indios en
los pueblos cercanos . Coxerasse aquí por año más de
cuatro mil fanegas de maíz que van a vender a Panamá .
Hay también gran suma de ganado vacuno del que se
hace mucho sebo paca llevar a esa ciudad" .
Y al describir a la Villa de Los Santos anotaba : LA
VILLA DE LOS SANTOS O CUBITA es el mayor pue-
blo de españoles que hay en la costa del Mar del Sur ; ten-
drá hoy cien vecinos y en ella se junta y recoge la mayor
cantidad de maíz -ocho mil fanegas- que se trae a la .
ciudad de Panamá porque lo compran a muchos pueblos
de indios situados en la cercanía . Este maíz sustenta las .
recuas de mulas que traxinan a Portobelo y ansi mismo
sustenta a los negros que andan con las dichas recuas" .
En esta Villa de Los Santos hoy la mayor cría de gana-
do vacuno' .
En ese año de 1631 los vecinos de la Villa de Los .
Santos, pedían al Rey, su poderoso Señor, que les permi-
tiera a los Padres Recoletos Agustinos, el establecimien-
to de un convento, pues según decir de ellos "no hay en.
la Villa quien les doctrine ni les predique, ni enseñe y
confiese, especialmente en el tiempo de la cuaresma" .
Nos comprometemos, ofrecían los memorialistas santeños
"a hacer a nuestra costa el dicho convento y dar el sus-
tento necesario a los religiosos que lo habitaren" .
Este memorial fue firmado en el Cabildo de Los San-
tos por el Teniente Juan López Herrera, Alferez Juan de
Villarreal, Alcaldes Ordinarios de la Villa ; Capitán Pedro
Jirón, Alferez Mayor ; Pedro Caballero, Juan de Vega
y Francisco de León, Regidores de dicha ciudad, lo cual
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deja entrever el desarrollo e importancia de esa pobla-
ción, cuando al aproximarse el siglo de su fundación
-1556- sus representantes más autorizados estimaban
necesario la fundación de un Convento y que la Villa
podía sufragar los gastos de un establecimiento de tal na-
turaleza .
El memorial con la recomendación del Obispo de
Panamá y la aceptación de Fray Francisco de la Re-
surrección, Visitador General de los Conventos de los
Padres Agustinos, fue encaminado a la Corte para la de-
cisión final de su Majestad Católica.
Pero la opinión de la Audiencia de Panamá fue con-
traria a la fundación del convento, debido a la pugna
existente entre el Ilustrísimo Señor Obispo y el Presi-
dente de la Audiencia . ('fi)
Sobre la Villa de Los Santos informa en 17 .36 el
Obispo Pedro Morcillo Rubio y Auñón : "la Villa de Los
Santos, población de españoles, está bien poblada y cons-
truída con casas todas de tejas ; se compone de dos ca-
lles bien largas y otra que sale de la Plaza y tira como
hacia la costa del mar ; habrá en toda la dicha población
hasta doscientas cuarenta casas y en todo su vecindario
cincuenta familias de españoles ; todo lo demás es gente
(le color de toda especie, porque hay mestizos, cuartero-
nes, mulatos, zambos y negros . Es mucho' el gentío que
hay repartido en toda aquella jurisdicción, viviendo en
los montes, así en el sitio de Pesé como en el (le Los Ta-
blas y Pocrí, donde tienen Ermitas y oyen misas y en
donde se les administra los santos sacramentos . Crían
muchos cerdos y gallinas que traen a vender a esta
ciudad".
Al referirse a PARITA anotaba el Capitán Diego
Ruiz del Campo : "que en esta tierra del dicho pueblo
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de PARITA hay mucha suma de ganado y se coge mu-
cho maíz que es el sustento de la gente . Coxerase por
año 4 .000 fanegas que se carga para Panamá por el di-
cho río de Parita en el cual entran barcos a cargarlo" .
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Natá, para obviar lo que diere lugar el tiempo, conforme
ocurrieran los socorros del Perú, Cartagena y Nueva Es-
paña" . (20)
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a ciento cincuenta pesos, lo cual fue motivo de gran con-
troversia entre el expresado cura y el Gobernador de Car-
tago en Costa Rica .
- 26 0 -
y los restos de los basamentos de la población estableci-
da por el Gobernador Lorenzo del Salto en 1622 . Más tar-
de fue trasladada la población al lugar que ahora ocupa .
Es curioso anotar que muchos de los basamentos que so-
portaban las columnas de la antigua iglesia de Pueblo Nue-
vo -Remedios- han sido trasladadas al pueblo ahora
existente y su campana que tiene una inscripción de 1682,
fue la misma que tocó a arrebato en Pueblo Nuevo ante
el ataque de los piratas y la Imagen de Nuestra Señora
de los Remedios es la misma que oyó la súplica de sus
fervorosos creyentes que le pedían protección divina an-
te el ataque inesperado y brutal de los filibusteros . Más
tarde Townley se apodera de la Villa de Los Santos e in-
cendia a San Lorenzo y Alanje en la provincia de Chiri-
quí . (22 )
El ataque de los piratas a estas pequeñas poblacio-
nes costaneras se explica como un propósito de arrasar
con todo lo que estaba al alcance de su mano, o porque
había un motivo especial como en el caso de la Villa de
Los Santos, en donde Townley pensó que aún podía haber
parte del tesoro Real que vino del Perú y se desembar-
có en ese puerto, ante el peligro de las naves piratas que
asediaban la bahía ¿je Panamá y el puerto de Perico .
Los piratas desembarcaban en las poblaciones costa-
neras en busca de aprovisionamientos, especialmente de
granos y carne . Pueblo Nuevo, Alanje, San Lorenzo re-
cogían grandes cosechas de maíz y frijoles y sus llanuras
colindantes estaban repletas de ganados . Por tal razón
el rescate de los pobladores hechos prisioneros era paga-
do en fanegadas de maíz, arroz y frijoles y la carne de
novillos gordos, en salazón . Townley exigió al Alcalde de
la Villa cincuenta novillos gordos y 10 .000 pesos en pla-
ta por la liberación de sus prisioneros .
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