Catedral de Lisboa
Catedral de Lisboa
Catedral de Lisboa
La fachada septentrional. Fue alterada con numerosas actuaciones destaca la figura de una
escultura visigótica sobre el primer contrafuerte.
La fachada sur dispone de varias ventanas a nivel de las galerías, tiene un rosetón en el
crucero que hace juego con el lado opuesto.
Su aspecto interior es de tres naves con seis tramos cada una, un crucero saliente, en el
centro se alza una linterna de estilo normando.
El triforio construido en cuatro tramos en cada lado de la nave con su correspondiente arco
de descarga. Edificado para acoger en su nivel alto a las mujeres y a los peregrinos para
permitirles participar de los oficios religiosos.
Un poco más adelante se inició en un lateral la construcción del claustro entre finales del
siglo XIII y principios del XIV, durante el reinado de D. Dinis, siendo necesario la demolición
del barrio residencial instalado en la fachada oriental, seguramente de procedencia
musulmana. En su interior se construyeron diversas capillas revestidas de azulejos donde se
instalaron parte de los túmulos funerarios pertenecientes a la época medieval, como el de D.
Margarida Albernaz, también uno de los obispos no identificado. La Sala Capitular fue
transformada con posterioridad en lo que se llamo “La Santa Sala de la Misericordia”,
fundada por doña Leonor en 1498. En una de las capillas se instalo la imagen de Nuestra
Señora de Betancor, de estilo normado y fechada en el siglo XIV. El claustro de estilo gótico
fue comenzado a construir en 1332 de la mano del maestro Juan Anes, no es ni
proporcionado ni armonioso, las dos largas galerías terminan en el extremo oeste en el
cuerpo románico de la catedral. Esta cubierto en su totalidad de una sencilla crucería cuyos
nervios apoyan en sencillas mensuras, los tramos son irregulares. Los arcos exteriores son
apuntados sobre columnas pareadas de capiteles decorados con temas vegetales, todavía
conserva elementos del estilo románico con imágenes antropomórficas o de animales
Durante el reinado de D. Joao III destaca la instalación del retablo de la Capilla del
Bartolomeu Joanes, construida en 1537 por el humanista Pedro Fernandes de Serpa, con sus
ocho tablas donde se representan el Martirio de San Bartolomé y varias escenas de la Vida
de la Virgen y de la Pasión de Cristo, pintados por Cristovao de Figuiredo, Garcia Fernandes y
Diogo de Contreiras..
Entre 1693 y 1712 de la mano de D. Pedro II se construyo el altar dedicado a San Vicente,
obra del arquitecto Joao Antunes, además de la decoración de algunas capillas del claustro.
De esta época es el retablo con tabla barroca y mármoles embutidos de la antigua Capilla de
Santa Ana, primeramente estaba situada en el deambulatorio y posteriormente fue
trasferida al Camarín del Patriarca.
La construcción de la Sacristía en el lado sur durante el siglo XVII, obra del arquitecto Marcos
Magalhaes, destacan los trabajos en mármol de Antonio Vaz de Castro. Sobre la antigua
sacristía de Joao V y la nueva Sala Capitular, actualmente adaptada como Museo de Arte
Sacro, donde esta depositada la famosa custodia de 1760 obra del orfebre Joaquim Caetano
de Carvalho.
Durante el reinado de D. José I (siglo XVIII) se renueva la Capilla Mayor, incorporando una
nueva decoración basada en vistosos mármoles de color con columnas y capiteles de
inspiración neoclásica. En esta época es la nueva construcción de los túmulos de Alfonso IV y
Doña Beatriz que sustituyeron a los iniciales destruidos en el terremoto.
En la siguiente restauración acometida en el último cuarto del siglo XIX trata de devolver una
unidad de estilos que no había sido conseguida en periodos anteriores, dotándola de imagen
medieval.
A finales del siglo XX se iniciaron las excavaciones para la consolidación del Claustro, donde
apareció material arqueológico de diferentes épocas a partir del siglo VI a.C. hasta el siglo
XIV cuando fue edificado el Claustro. Los vestigios más antiguos se sitúan en la zona norte
donde aparecen casas de origen fenicio con cerámica importada del Mediterráneo. Durante
la ocupación romana del siglo I d.C aparecen numerosas calzadas y el diseño urbanístico de
parte de la ciudad. También de la época musulmana corresponden numerosos restos de
cerámica.