Texto 3 - Salvador Mazza PDF
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Labradores
de la Salud Popular
SALVADOR MAZZA
Área de Salud
ASOCIACIÓN TRABAJADORES DEL ESTADO Indice
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN:
Marion Gravier
CARÁTULA:
Caricatura de Salvador Mazza: El Tomi. Télam
AÑO 2013
e-mail: atesociosanitario@gmail.com
www.atesociosanitario.com.ar
www. ateargentina.org.ar
Prólogo
Repasar la vida, obra y testimonio de Salvador Mazza conjuga algunas significaciones de
particular importancia.
En principio, por haber sido la máxima expresión visible de la disputa contra la enfermedad
de la pobreza por excelencia. Incluso probablemente más conocido que el propio Carlos
Ribeiro Justiniano das Chagas, el infectólgo brasileño que apenas iniciado el 1900 describió
la enfermedad por primera vez. Todo lo que se conoce hoy en términos de causalidades y
repercusiones de la enfermedad, han sido fruto de las aseveraciones que formuló Salvador
Mazza hace más de cincuenta años.
En ese sentido, su itinerar, su persistencia y porfía militante, tan potentes como el célebre
vagón E600 con el que recorría cada rincón escondido del norte argentino, fueron sus armas
y sus inspiraciones para resistir todo tipo de embates contra su prédica sencilla pero
contundente de erradicar las causas para evitar las consecuencias.
El Instituto MEPRA que promovió y dirigió para ocuparse de las enfermedades regionales fue un
verdadero ejemplo de Estado presente hasta que la Revolución Fusiladora lo cerró en 1959.
Vida y Obra
Vida y Obra
Salvador Mazza nació el 6 de junio de 1886 en se dedicó a la bacteriología, la química analítica y la
Buenos Aires aunque su infancia transcurrió en la patología sino que también fue Inspector Sanitario y se
ciudad bonaerense de Rauch. Era único hijo de abocó a la organización y realización de campañas de
Francesco Mazza y Giuseppa Alfise, inmigrantes profilaxis y vacunación en la provincia de Buenos Aires.
italianos procedentes de la ciudad siciliana de Paler-
mo en Italia durante la gran oleada de inmigrantes Destacado, entre otras cosas, por un gran dominio del
que pobló la Argentina durante la segunda mitad del idioma francés y el alemán, obtuvo su doctorado en
siglo XIX. medicina en 1911 con su tesis Formas cutáneas y nervio-
sas del aracnoidismo que trata de los efectos de la
El niño Salvador hizo la escuela primaria en un picadura de arañas en los humanos.
colegio Salesiano del barrio de Almagro heredando
de sus padres la religión católica, la disciplina y la Una vez recibido obtiene la incorporación inmediata
tenacidad en el trabajo. como ayudante rentado del laboratorio del Instituto
6 A la edad de 11 años inició sus estudios medios en el
Nacional de Bacteriología (hoy Instituto Carlos Malbrán)
con el eminente médico sanitarista e investigador Dr.
Colegio Nacional Buenos Aires siendo un aventajado José Penna y al poco tiempo tuvo el honor de estar bajo
alumno. Al concluirlos intentó ingresar en la Escuela las órdenes del profesor Rudolf Kraus, el gran bacteriólo-
Naval Militar pero fue rechazado durante la revisión go alemán. Dicha experiencia resultaría vital para la
médica. Decidió entonces inscribirse en la Facultad formación del recién egresado dado que Kraus, quien
de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos contribuyó en el desarrollo de la vacuna antirrábica y
Aires en el año 1903 aprovechando los recursos fue considerado uno de los científicos más importantes
obtenidos por su padres en una pequeña fábrica de del siglo XX, formó al joven Salvador en el terreno de la
soda y saliendo a trabajar como profesor de alemán investigación científica.
y francés y como empleado del Correo.
Al poco tiempo, el propio Kraus le encomendó la
Se graduó de médico en la Universidad de Buenos organización de un lazareto en la isla Martín García,
Aires en el año 1910 y durante su formación no solo lugar donde los inmigrantes que llegaban a estas tierras
con el sueño de hacerse la América, pasaban su cuarentena
antes de entrar al país. Allí Mazza buscó portadores sanos de
cólera entre los inmigrantes que ingresaban al país prove-
nientes de Europa y Medio Oriente. En la isla, consigue
aplicar las recientes metodologías de estudio de epidemias,
avaladas por los más importantes organismos internaciona-
les de la época. Allí dentificó también un vibrión no conoci-
do al que llama Araguaya por ser el Araguay el barco de
ultramar donde lo encontró.
Salvador Mazza falleció de un infarto cardíaco mientras Guillermo Marín, periodista especializado en biografías
se encontraba participando de un congreso médico de grandes médicos, en su artículo “Salvador Mazza, la
sobre el Mal de Chagas en Monterrey, México, el 9 de Misión” lo describe como “un hombre de mediana estatu-
noviembre de 1946. Fue sepultado en el Cementerio de ra (medía poco menos de un metro sesenta), lampiño, el
Olivos, en la provincia de Buenos Aires. En homenaje a pelo algo rizado, de ojos pequeños, achinados, y con una
su memoria, la ciudad más al norte de Argentina lo avanzada miopía. Sus labios carnosos y su nariz de sober-
recuerda con el nombre de Profesor Salvador Mazza y el bias proporciones, que sujetaban el marco negro y grueso
científico argentino Carlos Fonso Gandolfo unió su de sus clásicos anteojos, le imprimían un aire de científico
nombre al de Carlos Chagas para nombrar a la enferme- díscolo. Y era enérgico, tanto, que se encolerizaba a
dad que ambos ayudaron a descubrir y dar a conocer menudo cuando sus proyectos hacían agua por culpa de
algún funcionario oficinesco”. sobresalir, recibió los martillazos del silencio, aunque esa
injusta razón no fue motivo para malograr su misión, la
El doctor Mazza contó con más reconocimiento en el que eligió hasta muerte física.
extranjero que en su propio país: en 1944 ya se había
publicado en Bélgica una biografía de Mazza, quien al
conocer su contenido comentó: "Se dice allí que soy un
sabio, pero no existen más sabios. (...) Hubiera preferi-
do que se dijera que soy un hombre tesoneramente
dedicado a una disciplina circunscripta y en la cual
hago lo posible para no dar pasos hacia atrás..."
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La llamada enfermedad de la pobreza y el subdesa- festaciones clínicas y la epidemiología. Cabe mencionar
rrollo fue descubierta por Carlos Ribeiro Justiniano que la enfermedad de Chagas ha sido la única en la que
das Chagas, médico e infectólgo brasileño en 1909 en primero se ha descrito el agente etiológico y el transmisor y
el pueblo de Lassance, en el estado de Minas Gerais. posteriormente se describió la entidad nosológica. O sea, en
Chagas era entonces un joven científico comisionado vez de partir de una enfermedad que cursa con temperatura
por el Ministerio de Salud Pública de Brasil para para buscar a continuación el microorganismo que la causa,
estudiar la presencia de focos de paludismo en el Chagas, por lo contrario, descubre un microorganismo, y se
nordeste de su país. Haciendo este trabajo detectó pregunta a qué enfermedad corresponde.
enfermos que en la sangre presentaban un parásito,
tripanosoma, al cual denominó cruzi en honor al
investigador brasileño Oswaldo Cruz, científico que
combatió las epidemias de fiebre amarilla, viruela y la
peste bubónica.
Carlos Chagas
“Hay un designio nefasto en el estudio de la tripanosomiasis.
Cada trabajo, cada estudio, apunta un dedo hacia una
población mal nutrida que vive en malas condiciones;
apunta hacia un problema económico y social, que a los
gobernantes les produce tremenda desazón, pues es testimo-
nio de incapacidad para resolver un problema tremendo. No
es como el paludismo un problema de bichitos de la natura-
leza, un mosquito ligado al ambiente, o como los es la
esquistosomiasis relacionada a un factor ecológico límnico
casi inalterable o incorregible. Es un problema de vinchucas,
que invaden y viven en habitaciones de mala factura, sucias,
con habitantes ignorantes, mal nutridos, pobres y envileci-
dos, sin esperanzas ni horizonte social y que se resisten a
16 colaborar. Hable de esta enfermedad y tendrá a los gobier-
nos en contra. Pienso que a veces más vale ocuparse de
infusorios o de los batracios que no despiertan alarmas a
nadie”.
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Regional Argentina (M.E.P.R.A) en los suburbios de la
ciudad de Jujuy como organismo de extensión universita-
ria dependiente del Instituto de Clínica Quirúrgica de
Medicina de Buenos Aires.
por invitación de Mazza, quién promovióla creación de Al mismo tiempo que conducía la MEPRA, Mazza logró
un centro de estudios de las patologías regionales en el que le construyeran un vagón de ferrocarril, el famoso
norte del país. Dirigiéndose a Mazza y al gobernador de “E.600” y que le otorgaran un pase libre para transitar con
la provincia de Jujuiy , les dijo en una oportunidadr: él por todo el país. Con este vagón equipado con un
“Aquí, en este remoto punto del país, deben ustedes laboratorio y un consultorio que él mismo diseñó,
fundar vuestro instituto y evitarán así que el fárrago de la recorrió innumerables regiones argentinas y llegó incluso
metrópolis, con sus intrigas e intereses dominantes, a Bolivia, Brasil y Chile. En su extenso itinerario investigó
ahogue el propósito de la institución y desvíe a los y asesoró a muchos médicos que requerían su ayuda y
hombres de su empeño”. diagnosticó el primer caso americano de leishmaniasis,
enfermedad trasmitida por insectos chupadores de sangre
Un año después, el distinguido cirujano, político y que provocan graves úlceras cutáneas o inflamaciones del
hombre de letras José Arce, rector de la Universidad de hígado y del bazo.
Buenos Aires, instruye –a través de la Facultad de Medi-
cina- la creación de la Misión de Estudios de Patología Entre sus múltiples funciones realizaba estudios de labora-
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torio para los casos clínicos, impulsaba y secundaba tregua, haciendo todo de a centenares: extracciones de
reuniones con los médicos de la zona en verdaderas sangre, cultivos, exámenes serológicos, inoculaciones,
jornadas de extensión universitaria, efectuaba medicina y biopsias, etc.. Todo lo realizó sin preocuparse por la precarie-
cirugía experimental en animales, realizaba análisis dad de los medios o por lo difícil de las situaciones: desde
anatomopatológicos, sin descuidar la docencia y una punción lumbar en una carpa de un campamento de
atendiendo sus propias publicaciones periódicas confor- obreros ferroviarios, hasta una autopsia realizada en el
madas por más de 551 trabajos científicos. suelo, al aire libre, en una toldería indígena. Se lo podía
ver también en villorrios, dando clases o haciendo demos-
A lo largo de su trayectoria acumuló una valiosísima traciones prácticas para uno o dos médicos a fin de intere-
colección de preparados, casos clínicos archivados, sarlos en el estudio de las endemias rurales. Dondequiera
estudios de todo tipo, un importante bioterio –instalación se encontrase, la MEPRA difundía las novedades y descu-
donde se crían, reproducen y mantienen animales de brimientos atinentes a la cura o profilaxis de enfermedades
laborario- e importante instrumental científico. contagiosas entre los médicos y poblaciones rurales.
Su personal estaba integrado no sólo por médicos y diver- La institución alcanzó su esplendor entre mediados de la
sos especialistas sino también por entomólogos, veterina- década del 30 y principios de los cuarenta y sus logros
20 rios, bioquímicos, zoólogos, etc. Cabe destacar que entre
los profesionales que integraron este importante equipo se
trascendieron las fronteras argentinas y se difundieron a
países limítrofes, además de ser reconocidos por numero-
puede nombrar a los doctores Cornejo, Niño, Arias, sos científicos de todo el mundo.
Romaña y Miguel Jörg, quien fuera jefe de los laboratorios,
segundo cargo en jerarquía en la Misión. Como síntesis de la acción de la MEPRA puede decirse
que esta entidad no sólo ratificó la enfermedad de Chagas
Estos profesionales- llegó a reunir a más de 40 investiga- cuando ésta era negada tanto en el orden nacional como
dores- no se ocuparon solamente de la enfermedad de internacional, sino que logró grandes adelantos en el
Chagas, motivo relevante por el cual había sido creada la estudio de los síntomas y lesiones causados por la enfer-
institución, sino que atendieron también todas las patolo- medad.
gías regionales y el estudio de afecciones humanas y
animales. Pero también analizó los flebótomos transmisores de la
leishmaniasis, constató formas cutáneas de leishmaniasis
Mazza recorrió el país de norte a sur y de este a oeste en perros y caballos, anquilostomiasis en indígenas norte-
explorando, enseñando, estudiando sin descanso y sin ños, enfermedades regionales provocadas por el quebra-
cho y micosis desconocidas en el norte del país. Retomó director de MEPRA, donde explica que aunque nunca
los estudios de Carlos Chagas sobre esquizotripanosis y dejaron de realizarse investigaciones, llegó un momento
descubrió reservorios domésticos y silvestres del S. cruzi en que las instalaciones, el personal de trabajo y los
(ignorados hasta ese momento por la ciencia), así como presupuestos eran muy deficientes, por lo que su padre
nuevos signos de la enfermedad y la extensión que la se vio obligado a renunciar a su cargo de director de
endemia adquiría en la Argentina. Auxilió en la extirpación MEPRA.
de plagas agrícolas como las ratas de los cañaverales. Estudió
el folclore médico y las plantas medicinales indígenas y la Luego de eso la institución se cerró definitivamente y se
brucelosis en Tucumán, Catamarca y Salta. Verificó la fiebre perdió el valiosísimo material investigativo y documental
amarilla en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) e incorporó a la de la entidad. La misma suerte corrió el vagón de la
medicación antipalúdica, la Atebrina, la Plasmoquina y los M.E.P.R.A.; el armatoste permaneció varios años a la
alcaloides del quebracho blanco. Usó para el tratamiento de intemperie en la estación de la localidad de Boulogne,
la leishmaniasis tegumentaria americana, la Fuadina, el hasta que en 1950 el gobierno de turno lo remató en una
Yetrén 105 endovenoso, la Antiomalina y el Repodral; cifra irrisoria, perdiéndose todo rastro de aquél símbolo
además, para la enfermedad de Chagas, utilizó los medica- de la vanguardia científica del país.
mentos 7602 (Ac) y el 9736 (As) Bayer y el 3024 ICI de origen
inglés” según consta en el libro del medico e historiador
jujeño, Pedro Jacobino Sierra e Iglesias. (Salvador Mazza, la
Afortunadamente, muchos años después, en el Departa-
mento de Microbiología, Parasitología e Inmunología de
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MEPRA de Jujuy y los médicos mendocinos). la Universidad de Buenos Aires, al realizarse trabajos de
reordenamiento, se encontraron documentos de origen
El 26 de junio de 1946 a pedido de Mazza y por orden del desconocido (impresos, pliegos manuscritos, cartas,
rector de la ciudad de Buenos Aires la M.E.P.R.A se traslada a anotaciones, libros, recortes periodísticos, tarjetas,
la Capital Federal. El equipo y los materiales ocuparon 7 sobres y papeles con membretes, protocolos médicos,
vagones de ferrocarril. Fue una tarea que el mismo Mazza fotos de preparados, cuadros climáticos, historias
calificó como “pavorosa y magna”. clínicas, electrocardiogramas, minutas personales y
A partir de la muerte de Mazza, MEPRA fue dirigido por demás) que pertenecían a la M.E.P.R.A y pasaron a la
Miguel E. Jörg (interino en 1946), Alberto Manso Soto (1946- Biblioteca de Graduados “Montes de Oca” (FM/UBA).
1955), Flavio L. Niño (1955) y Guido A. Loretti hasta su Se inició una tarea de clasificación y se derivó al Archivo
disolución, el 16 de mayo de 1959, con el argumento de que General de la Nación donde se dio paso a la labor archi-
en la institución no se realizaban trabajos de investigación. vística. Luego volvió a la Biblioteca mencionada donde
En relación a esta cuestión existe un escrito firmado por Juan en el año 2009 terminaron de digitalizarlos en cuatro
José Loretti, hijo del Doctor Guido Antonio Loretti, último discos DVDs.
Todo el material finalmente fue destinado al Instituto y
Cátedra de Historia de la Medicina (Departamento de
Humanidades Médicas) donde ahora se encuentra a dispo-
sición de los investigadores.
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La inserción de Salvador Mazza en la comunidad de no en Viena, quien había intervenido en el contrato que
especialistas en enfermedadesinfecciosas y parasita- trae a Kraus a la Argentina.
rias, y en sus reglas de investigación es el hilo
conductor que nos explica sus elecciones vitales, y No pasa tanto tiempo para que su centro de atención se
las formas con que encaró sus estudios. desplace a la enfermedad de Chagas, esta vez definitiva-
mente. Un interés que podríamos atribuir a su inserción
Al año de recibirse, Mazza es nombrado bacteriólo- en la comunidad científica argentina, y en la comunidad
go en el Departamento Nacional de Higiene, organi- internacional luego. De esta manera, podemos seguir así
zando un laboratorio en la Isla Martín García desti- un claro itinerario intelectual que lleva desde la atracción
nado a detectar portadores de cólera entre los pasaje- por las enfermedades parasitarias e infecciosas en gene-
ros que llegan a Bs. As. desde puertos dudosos de ral, hasta la que siente por el estudio del Trypanosoma
Europa o Asia. cruzi.
Rudolf Krauss -el gran bacteriólogo alemán- llega a Su encuentro con el doctor Carlos Chagas en 1918 puso
Buenos Aires contratado por el Doctor Penna para en el centro de su atención a la trypanosomiasis america-
que ponga en funcionamiento un Instituto de Bacte- na, reforzada durante su estadía en París en 1923 en la
riología -posteriormente llamado Malbrán en honor cátedra de parasitología del doctor Brumpt, un profundo
26 a este maestro de la ciencia argentina- a fin de que
continúe en Buenos Aires su experiencia de Viena y
conocedor de la obra de Chagas, y un investigador nota-
ble de la enfermedad que éste descubre a quien hemos
fabrique vacunas y sueros. Mazza trabaja durante mencionado anteriormente. Cuando conoce posterior-
más de un año a su par, desarrollando con él una mente al Profesor Charles Nicolle -quien recibe el premio
vacuna antitifoidea, la Kraus-Mazza, desarrollada Nobel en 1929- en el Instituto Pasteur de Túnez, termina
por encargo de Sanidad Militar, y utilizada por el su sólida formación científica, al tiempo que consolida
ejército y la marina durante largos años. relaciones que fueron cruciales en su vida. En su estadía
de más de un año en el exterior, Mazza no sólo aprende,
Encuentra tiempo en medio de sus investigaciones sino que también investiga y publica, firmando sus artícu-
bacteriológicas y sus preocupaciones como sanitaris- los en forma conjunta con sus colegas europeos.
ta para desarrollar una vacuna contra la ocena, una
infección de los ojos cuyo microbio específico Nicolle sugiere a Mazza la posibilidad de venir a investi-
descubre el Dr. Fernando Pérez, embajador argentin- gar en nuestro país, atraído por la idea de investigar a sus
parásitos específicos; su visita se concreta en 1925, insta-
lándose en Jujuy, donde, según lo había previsto, descu-
bre el parásito que provoca una enfermedad de la piel También lo apoya incondicionalmente el doctor José
propia de estas regiones, del género de los flagelados al Arce, posteriormente decano de la Facultad de Medici-
que pertenecía el Trypanosoma cruzi. na, rector de la Universidad de Buenos Aires, diputado
nacional y embajador argentino en China y en la
El prestigio de Nicolle sirve de inmejorable carta de UNESCO, cuyo afecto y confianza supo ganarse en su
presentación para Mazza ante el Gobernador de Jujuy y el paso por la dirección del Laboratorio del Hospital de
director del Consejo de Higiene jujeño, quienes reciben Clínicas. Arce, luego del regreso de Nicolle a Túnez,
alborozados a la personalidad científica. Cuando Nicolle auspicia la creación de una Misión de Estudios de Patolo-
expresa que Mazza debe instalar allí mismo un Centro de gía Regional Argentina, MEPRA, para que Mazza estudie
Investigación, el gobernador se compromete a donar una las enfermedades infecciosas y parasitarias del Norte
casa para que sea su sede. Argentino, que, aunque tiene su sede en Jujuy, depende
presupuestariamente del Instituto de Clínica Quirúrgica
Se han cumplido con Mazza todos los ritos necesarios que dirige.
para que un individuo sea considerado miembro de su
grupo humano de referencia -la comunidad científica- al Pasa allí veinte años. En ese tiempo, investiga toda la
más alto nivel. Ha pasado por la clásica ceremonia de gama de enfermedades parasitarias e infecciosas de la
iniciación -un acto reglado por el cual el maestro aprueba región, aunque su nombre queda ligado definitivamente
una tarea realizada por el discípulo, y con su autoridad lo
inviste como par entre los suyos- cuando Nicolle recono-
al de Chagas, por sus contribuciones al conocimiento de
esta enfermedad.
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ce su calidad de bacteriólogo en Túnez, y lo certifica al
trabajar a su lado en su propio país.. La relación de maes- No siempre es sencillo percibir las dificultades que
tro a discípulo se acentúa con la sugerencia de sus futuros deben vencer los científicos en su largo camino de inves-
temas de investigación, y la mención del lugar para tigadores. Para apreciar en su justo valor los aportes de
realizarlas. Mazza repite las actividades y ceremonias Mazza a la ciencia, y al país, propongo que hagamos el
propias del grupo científico –la investigación, la publica- siguiente esfuerzo de la imaginación. Pensemos en una
ción de los resultados, etc.-, y lo perpetúa cuando inicia a región donde las viviendas albergan unos insectos
su vez en sus secretos a los que lo suceden. Consecuente parecidos a las cucarachas, pero que al contrario de
con esa relación, Nicolle apoya sistemáticamente a Mazza éstas, pican a los animales y a los humanos; una especie
en todas sus actividades, hasta el día de su muerte en de mosquitos grandes, que podían provocar una hincha-
1934. zón pasajera en los párpados, y la aparición de algunos
ganglios en el cuello, también pasajeros. Es una relación de maestros y aprendices, que pasaban a su vez
experiencia por la que pasan casi todos cuando a ser maestros luego de aprobar a los ojos de su comuni-
niños. En ese lugar, algunos adultos sufren de fatiga dad su obra maestra.
crónica a una edad relativamente temprana, y
mueren “del corazón”. En ese momento, en plena reunión de la MEPRA, Mazza
sostiene con vehemencia en presencia de Chagas que el
¿Qué relación puede haber entre ambos hechos? “diagnóstico sólo es definitivo si se pone en evidencia,
Aparentemente ninguna. por demostración directa, la presencia del parásito en
sangre o en tejidos, y siempre en correlación a un cuadro
La tarea de Mazza fue establecer esta casi imposible clínico o hístico definido y diferenciado con respecto a
vinculación. Para ello utiliza los “desprestigiados” otra patología”.
descubrimientos de un investigador brasileño, el
doctor Chagas, continuando sus huellas de una La diferencia metodológica es crucial en la historia de la
manera que es científicamente irreprochable. enfermedad de Chagas, puesto que la reacción de
Machado-Guerreiro sólo permite hablar de un contacto
Lo hace incluso contra los pareceres de sus colegas previo con el parásito, pero no de su actividad actual. La
28 y amigos de la escuela brasilera quienes todavía en
1935 insisten por medio de Evandro Chagas que es
situación es similar a lo que sucede en la tuberculosis, en
la que la reacción de Mantoux por sí sola no permite
suficiente la reacción de Machado-Guerreiro para atribuir las lesiones observadas al bacilo de Koch, si no
certificar el origen en el tripanosoma cruzi de los aparece en los cultivos que se realizan.
cuadros clínicos observados -y que había llevado al
error casi determinante en la historia de la negación Con esta exigente metodología, Mazza llega a alrededor
del Chagas al atribuirle ese causa al bocio y el de mil quinientos casos de la enfermedad de Chagas,
cretinismo-. tanto agudos como crónicos, demostrándolos de una
manera incuestionable, pues en todos ellos aúna a las
En nuestros días la ceremonia de iniciación consiste señales de la enfermedad, incluso anatomopatológicas, el
en aprobar una tesis de doctorado, con la que los hallazgo del parásito en la sangre de los pacientes, que
maestros aseguran la calidad futura de sus trabajos. inocula en perritos para que se reproduzcan y probar así
Los maestros asignan asimismo el tema de investiga- su positividad. Una base de datos formidable para el
ción, cómo y dónde proseguirlo. Lo mismo sucedía estudio de la enfermedad.
en los talleres de la edad media, con la especial
Este era un vacío enorme en la labor de Chagas, que talizó dando su nombre al signo en disputa, al punto que
había demostrado la enfermedad en apenas 29 casos, lo no hay publicación nacional o internacional acerca de la
que justifica parcialmente la puesta entre paréntesis de enfermedad de Chagas en la que no se la ilustre con una
su importancia epidemiológica por parte de sus adversa- fotografía de un chico con un ojo edematizado, con un
rios. Una situación que no varía con los años, ya que epígrafe en el que se lee “Signo de Romaña”.
quienes continúan su labor dejan el trabajo de campo y
centran sus investigaciones en los laboratorios del Mazza hace notar que mientras en Brasil el Trypanosoma
Instituto Oswaldo Cruz, sin aumentar ni en un solo caso cruzi se cultiva fácilmente en el cobayo, en Argentina el
la casuística de Chagas. animal más sensible es el perro, por lo que cuando
expone algún caso, dice que el paciente fue “perrito
Sólo con la enorme laboriosidad de Mazza, que educa a positivo”, para expresar el hecho de que luego de inocula-
médicos, maestros, enfermeros, y público en general en do el parásito se reproduce en el perro, desde donde
la detección de las enfermedades infecciosas y los puede aislárselo fácilmente.
compromete como agentes sanitarios, pudo llegarse a la
demostración de la enfermedad en una escala significati- Romaña publica asimismo en 1934 los dos primeros
va, y transformarla de una parasitosis inofensiva, en una
enfermedad extendida y mortal.
casos de cardiopatía crónica chagásica, la forma crónica
más importante.
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Entre sus colaboradores descolla con luz propia Cecilio El hecho de que estos casos fueran detectados en una
Romaña, quien entrenado por Mazza, detecta en el norte región en la cual no se registraban casos de bocio, hizo su
de la provincia de Santa Fe, una región desprovista de parte en separar a la enfermedad de Chagas de esta
bocio, casos agudos de la enfermedad de Chagas, descri- afección glandular.
biendo el “signo del ojo”, como se llama al edema unila-
teral de ambos párpados del paciente, acompañado de Es de hacer notar que todos estos trabajos los publica
conjuntivitis y adenopatías, que constituye la señal de junto con Mazza, en la revista periódica de la MEPRA, y
que ha sido infectado por la vinchuca. La paternidad por que en su demostración interviene el propio Mazza y su
el “signo del ojo” desata una agria polémica por parte de equipo de científicos, para los que es central la prueba
Mazza, quien ataca duramente a Romaña, con su carac- histopatológica de la enfermedad.
terístico mal humor. La historia, sin embargo, no puede
borrar los méritos propios de Mazza, ni tampoco los de La pregunta historiográfica central que hacemos a conti-
Romaña, a quien la comunidad de parasitólogos inmor- nuación es en qué momento la enfermedad de Chagas
comienza a ser una afección centralmente las formas centrales en que se manifiesta la enfermedad.
cardíaca, y a tener el peso epidemiológico que Aquí es donde comienza su reactualización. En ella, la
mencionamos. La respuesta, como veremos, labor de la MEPRA –y por cierto, de su fundador, el
consiste en admitir un continuo en el que los incansable trabajador que es Salvador Mazza- es
descubrimientos se suceden, hasta que finalmen- central. Gracias a él, deja de ser esa parasitosis sin enfer-
te la comunidad científica acepta, sin cuestiona- mos que le reprochan a Chagas.
mientos, la cardiopatía chagásica como lesión
crónica fundamental, sin que pueda señalarse el Ya a mediados de los años treinta (recordemos que
momento preciso en el que ocurre. Romaña presenta su signo en 1935), las alteraciones
específicas del electrocardiograma son un signo impor-
(….) tante de la enfermedad, tanto en los pacientes humanos,
como en experiencias con animales de laboratorio, al
En la Quinta Reunión de la Sociedad Argentina punto que basta su comprobación para sostener que el
de Patología Regional del Norte de 1929, y publi- parásito afecta al miocardio.
cado en 1935, Salvador Mazza presenta una
forma crónica cardiaca de la enfermedad de En 1938, los doctores J. A. Aguirre y Clodomiro Jiménez
Chagas comprobada por inoculación en anima- presentan en el Sexto Congreso Nacional de Medicina
les de experimentación (perrito). (Córdoba, Argentina) un trabajo sobre 168 telerradiogra-
30 fías de tórax tomadas a pacientes chagásicos, en las
Romaña encuentra los dos primeros casos de cuales constatan en un 86 % lesiones cardíacas que se
cardiopatía chagásica crónica que publica la traducen en aumento de la silueta cardiaca; un aumento
Misión de Estudio de la Patología Regional que es característico en su forma, y en su evolución,
Argentina (MEPRA), la institución que Mazza pues cambia de tamaño cíclicamente.
funda en Jujuy, como una dependencia del
Instituto de Patología Quirúrgica de la Facultad Es suficiente una telerradiografía de tórax o un electro-
de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. cardiograma para que los médicos diagnostiquen,
inequívocamente, la enfermedad crónica de Chagas.
(…)
La enfermedad cardíaca crónica debida al Chagas devie-
Lentamente, la miocardiopatía chagásica comien- ne una de sus manifestaciones centrales en la considera-
za a ser vista por los investigadores como una de ción de los médicos argentinos, y por sí sola justifica la
relevancia de la parasitosis. Cuando esto ocurre, se ha
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dado un punto final a la controversia, demostrando agrega con especial validez para el Chagas, una vivienda
que la parasitosis no es inofensiva, sino que provoca digna, en la que no pueda habitar la vinchuca. Enseña a
lesiones crónicas e irreversibles en el hombre. sus contemporáneos a pensar en esta enfermedad, a preve-
nirla y a diagnosticarla. Su obra culmina cuando -en una
Y una vez hecho esto, una vez que establece la de sus contribuciones más importantes- obtiene en 1940
relación entre la lejana picadura de la vinchuca y la con un nuevo producto farmacológico, el 7602 (Ac) de
enfermedad y muerte temprana de peones y obreros Bayer, la curación en las formas agudas de la enfermedad,
pobres del norte argentino, Mazza intenta convencer interrumpiendo así lo que hasta ese momento era un curso
a pobladores y autoridades que puede ser prevenida inexorable hacia la cronicidad.
mejorando las viviendas y erradicando la vinchuca.
Choca, necesariamente, contra los prejuicios, los No fue sencilla su convivencia con los poderes estableci-
intereses creados, y la ignorancia. Acostumbrados a dos del Norte argentino. Cuando muere de un infarto
convivir con los insectos, los infectados por el mal de mientras se encuentra enseñando a sus pares en un
Chagas no le creen. Los insectos ni siquiera se hacen congreso internacional en la ciudad de Monterrey en
notar demasiado, pues huyen de la luz para permane- México, -probablemente resultado de su contagio crónico
cer escondidos hasta que la oscuridad los hace invisi- con el Trypanosoma que tanto combatió- la Universidad
bles. Entonces salen a alimentarse, pero apenas se local de Nuevo León y las autoridades mexicanas le rinden
prende la luz, desaparecen de la vista. ¿Mejorar las las más altas honras fúnebres.
32 viviendas? ¿Dar agua potable, sanitarios, hábitos de
higiene? Asisten a su velorio en Bs.As. distintas personalidades
científicas y políticas, y delegaciones de todas las provin-
¿Quién iba a pagar todo eso? Además, siempre han cias donde la MEPRA hizo sentir su acción ... menos la de
vivido así. Jujuy.
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La mujer que lo acompañó durante toda su vida se de atender la correspondencia anterior y posterior a
llamaba Clorinda Brígida Razori y había nacido en la las reuniones que tenían lugar en la M.E.P.R.A) y
localidad de Rosario en 1890. Una vez concluida su eficaz colaboradora. Es a ella a quien Mazza debió,
instrucción primaria Intentó estudiar en el magisterio la en gran medida, su monumental obra científica. No
carrera docente, pero su padre, quien programó un tuvieron hijos, los biógrafos tanto de Salvador como
viaje de placer a Europa que se extendió durante un de su mujer no hacen referencia alguna acerca de la
año, malograron, acaso sin razón, aquél íntimo deseo. descendencia de los Mazza. Pero podemos intuir que
Ella tenía una extraordinaria voz de soprano, de modo en los treinta y dos años vertiginosos que compartie-
que la joven, quien además hablaba un perfecto inglés, ron, hubo algo clave en esa unión: ambos sintieron
francés e italiano, moderaba las tertulias en la intimi- una conexión intelectual fuerte, comprometida,
dad de los hogares familiares con sus dotes vocales. donde acaso la motivación amorosa tomó la forma de
Pues, estaba mal visto que una mujer de clase media, la razón, y sobre todo, la de la pasión por la aventura
poseyera y desplegase en público, semejantes condi- de la investigación.
ciones artísticas.
A pesar del egocentrismo que al doctor Mazza le
Su biógrafo, Andrés Ivern asegura, en una escueta endilgan sus colaboradores, quiso a Clorinda a su
semblanza de 1988, que el matrimonio Mazza había manera. Salvador combatía el vértigo de la desazón
logrado conseguir una honesta y fructífera relación, a
pesar de la aspereza del carácter de Salvador. Hay una
de su prédica sanitaria apoyándose en su mujer.
Clorinda, por su parte, encontraba en Salvador 37
anécdota que lo describe sin restricciones: durante su razones suficientes para darle sentido a su propia
casamiento con Clorinda, quien le llevaba a Salvador existencia y, en definitiva, a las pautas matrimoniales
unos veinte centímetros más de altura, el científico que ambos eligieron y sostuvieron hasta que la muerte
alemán Rudolf Kraus brinda por su joven colega, a quien repentina de Salvador debió separarlos.
enseña ciencia, y por su joven esposa, de quien espera le
enseñe algo de educación, dando a entender que el En vano Clorinda trató de gestionar una pensión gracia-
espíritu independiente de Mazza le molestaba. El carácter ble que nunca pudo obtener por parte del Estado nacio-
de Mazza, y su poca flexibilidad para adaptarse a las nal. Para subsistir tuvo que vender parte de la biblioteca
conveniencias, le valieron muchas enemistades. personal de su esposo, lo que le quedaba del archivo
científico, instrumental de laboratorio, muebles y un
Clorinda fue su amante, secretaria privada (era la encar- desvencijado automóvil propiedad de los Mazza.
gada de tomar y revelar las fotografías no científicas y Falleció el 30 de diciembre de 1952 .
Clorinda Razori y Salvador Mazza.
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Miguel Jörg,
su mano derecha.
. 39
37
Jörg, nacido en Ingeniero White, cerca de Bahía Blanca, fue su mano derecha y director interino de la célebre Misión de
Estudios de Patología Regional Argentina (Mepra) tras el fallecimiento de Mazza
- ¿Cómo era Mazza?
-Muy bien, porque creo que fui algo así como el hijo que
él hubiera querido tener. Yo era un tipo joven que le
obedecía, que sabía mucho y lo complementaba, porque
había cosas de las que sabía casi más que él. Por ejemplo,
en anatomía patológica yo venía muy bien preparado de
Europa, donde había estudiado. La verdad es que a veces cantidad de gente posible, hacer punciones de hígado, de
sentía que él se aprovechaba un poco de mí. Hubo traba- bazo y autopsias.
-¿Viajaba mucho con Mazza? -Me imagino las aventuras que habrá vivido.
-Constantemente. Teníamos que sacarle sangre a la mayor -Sí, los viajes, negociar con los caciques y los brujos de las
tribus para poder tomar muestras de sangre.
Algunos creían que extraer una parte de su cuerpo
nos daría poder sobre ellos. Teníamos que inventar
mil y una triquiñuelas para lograrlo. Sin embargo,
esas dificultades a veces eran menores si las
comparamos con las piedras que nos ponían los
políticos.
-¿Por ejemplo?
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Chagas-Mazza,
ayer y hoy
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En 1976 se calculaba que el diez por ciento de
la población argentina, aproximadamente tres
millones de personas, habían sido contagiadas
por la vinchuca, y portaban crónicamente el
parásito que causa la enfermedad de Chagas-
Mazza. De ellos, diez o veinte cada cien
tendrían una enfermedad cardíaca a la tempr-
ana edad de treinta o cuarenta años, sufrirán de
afecciones musculares, dilatación del esófago o
del colon
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En pleno esplender de su carrera artística, cuando su voz
hacía vibrar el alma de Latinoamérica, Mercedes Sosa sintió
en su cuerpo la marca de su niñez rodeada de pobreza en su
Tucumán querido: el Mal de Chagas-Mazza.
“Médicos que hicieron historia - Salvador cas sanitarias de J.P. Zabala. Editorial Universi-
Mazza”. Guillermo Marín. IntraMed - Educ.ar dad Nacional de Quilmes, 2010.
2009.
Salvador Mazza, la MEPRA de Jujuy y los médi-
“Vida y Obra del doctor Guillermo Cleland cos mendocinos de Jacobino Pedro Sierra e
Paterson”. Jobino Pedro Sierra Iglesias. Iglesias. Ediciones del autor. 1995.