Mitos Griegos

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2.

El nacimiento de Afrodita
La diosa del amor y la pasión, Afrodita es una deidad muy reconocida dentro del
panteón griego y fue ampliamente venerada en el pasado. Sin embargo, al
contrario que otras deidades no fue una hija natural de ningún dios, sino que tal y
como insinúa su nombre surgió de la espuma del mar. El mito de su nacimiento, el
cual nos llega de Hesíodo, es el siguiente.
“Gea, la madre Tierra, dio a luz por sí misma a Urano, los cielos. Junto a él
engendraría y daría a luz a numerosos hijos, que sin embargo serían sepultados
en su madre debido al odio y temor que Urano le tenía a su prole. Un día el hijo
menor, Cronos (titán que se convertiría en el padre de los dioses Olímpicos, a los
cuales devoraría), con la ayuda de una hoz proporcionada por su madre, castró a
su padre Urano cortándole los genitales.
Los restos de dichos genitales cayeron al mar, donde la sangre y el semen se
mezclarían con las aguas formando una espuma de la cual terminaría por nacer
una deidad, Afrodita, ya totalmente adulta desde su nacimiento".

3. El origen de Medusa

El nombre de Medusa es altamente conocido en la cultura occidental, siendo esta


Gorgona una figura mitológica griega muy popular. El mito más conocido del que
forma parte tiene que ver con su muerte a manos de Perseo, pero otro que puede
resultar de interés es el origen de su nacimiento. Si bien existen diversas
versiones, una de ellas establece lo siguiente.
“Medusa fue una vez una joven y hermosa mujer, una sacerdotisa de Atenea cuya
belleza era admirada por todo aquel que la mirara y que gozaba de múltiples
pretendientes. Un día el dios Poseidón observó a la joven y cayó prendado de ella.
El dios de los mares decidió raptar a Medusa y tomarla en contra de su voluntad
en el templo de Atenas.
Este hecho provocó la ira de Atenea, que decidió maldecir a la mujer
transformando su hermosa cabellera en furiosas serpientes, además de
haciendo que en adelante cualquier persona que la mirara fijamente a los ojos se
convirtiera en piedra".
4. La caída de Ícaro Uno de los mitos que más nos advierten de los riesgos de
desoír lo que la sabiduría dicta y actuar despreocupadamente sin tener en cuenta
las posibles consecuencias, o de querer lograr y abarcar más de lo que podemos,
es el de Ícaro. El mito dice lo siguiente.

“Ícaro era hijo de Dédalo, un anciano sabio de gran conocimiento que fue capaz
de construir el laberinto en el que el rey Minos encerró al minotauro. Dicho rey,
para evitar que nadie lograra nunca saber como encontrar la salida del
laberinto, decidió encerrar al sabio y a Ícaro de por vida en una torre.
Dédalo soñaba con escapar de su prisión, pero no podría escapar ni por tierra ni
por mar. Con el tiempo llegó a la conclusión de que podría escapar por el aire, y
de este modo fabricó con cera y plumas de pájaros dos grandes pares de alas de
cera. Antes de partir, el sabio Dédalo advirtió a Ícaro que no volara ni demasiado
alto ni demasiado rápido, ya que las alas de cera no aguantarían.
Ambos iniciaron el vuelo, escapando de su encierro. Pero Ícaro, viendo la belleza
del Sol, pasó por alto las indicaciones de su padre y voló cada vez más alto,
intentando acercarse hasta casi tocar el sol. Pero las alas no resistieron el calor,
deshaciéndose y provocando que Ícaro se precipitara al vacío y muriera".

5. El pueblo que procede de las hormigas: los mirmidones


El nombre de mirmidón puede no ser especialmente conocido hoy en día, pero es
el nombre de un pueblo famoso en la antigüedad por la elevada reputación y
habilidad de sus guerreros, siendo incluso citados en la Ilíada. Aunque
existen diferentes versiones de este mito, pero el que aquí se muestra es el
transcrito por Ovidio en “Las metamorfosis”.
“Dice la leyenda que el rey del Olimpo, Zeus, mantuvo relaciones con la ninfa
Égida y posteriormente le puso su nombre a una isla frente al Peloponeso. Sin
embargo, al enterarse Hera de la aventura de su esposo y del nombre puesto a la
isla, decidió mandar una horrible plaga que terminó matando a la gran mayoría de
quienes la habitaban. Entre los pocos supervivientes se contaba el rey de la isla,
Éaco de Egina, el cual suplicó a Zeus que repoblara la isla.
Mientras rezaba un rayo del sol iluminó a una fila de hormigas en un roble, algo
que hizo que el rey decidiera pedir que surgieran tantas personas como hormigas
había visto sobre el árbol. Éaco de Egina se durmió y soñó que las hormigas
en el roble caían al suelo y al hacerlo se transformaban en personas. Al
despertar, la isla había recuperado el número de habitantes de antaño, siendo
nombrados en honor de las hormigas de las que procedían (mirmidón podría
traducirse como hombres hormiga)”.
6. El mito de Sísifo

Otro mito griego relativamente corto es el de Sísifo, rey de Éfira (posteriormente


Corinto, ciudad de la que se le considera fundador en los mitos). Este mito ha sido
utilizado como simbolismo del precio de la avaricia y el engaño, además de a
la realización de esfuerzos inútiles (especialmente por el castigo que se le infligió).
El mito dice lo siguiente.

“Hubo un tiempo en que la región de Éfira tuvo un rey de nombre Sísifo, de gran
astucia pero que tenía en gran defecto de ser tremendamente manipulador y
avaricioso. Pero llegó un día en que su ambición y sus actos llegarían a provocar
la ira de Zeus al acusarle del rapto de la ninfa Egina ante el padre de esta, Asopo,
a cambio de fuentes de agua dulce para su ciudad. Zeus ordenó a Thanatos que
acudiera a llevarse al rey Sísifo al inframundo, pero una vez allí el taimado rey
invitó a la deidad de la muerte a comer, engañándolo de tal modo que consiguió
encadenarlo en una celda.

Al estar la muerte encerrada no se producían muertes, algo que terminó por


enfurecer a Hades y hacer que finalmente se decidiera que Ares liberara a
Thanatos y llevara a Sísifo el inframundo. Sin embargo, el inteligente rey pidió a su
esposa que a su muerte no le rindiera honores en su funeral, una petición que ella
cumplió. Este hecho sería utilizado por Sísifo para engañar a Hades, pidiéndole
que le devolviera a la vida ya que su mujer no había celebrado el funeral de
manera apropiada y no le había rendido honores. El dios del inframundo aceptó a
cambio de que volviera tras hacerlo. Pero Sísifo no volvió, hasta que le llegó la
muerte muchos años después.

Sísifo sería castigado finalmente por Zeus y Hades. Su condena fue tener que
subir una piedra por la ladera de una montaña hasta la cima. Sin embargo al llegar
allí caería hacia el otro lado de la montaña, con lo que tendría que ser de nuevo
empujada hasta la cima, algo que se repetiría en un ciclo eterno".
7. El mito de Tiresias

Tiresias es uno de los videntes ciegos más famosos de toda la mitología griega,
siendo consultado por una gran cantidad de héroes. También forma parte de uno
de los casos de transexualidad que aparecen en la mitología. Uno de los mitos
que nos habla de él es el siguiente, que a su vez nos explica el origen de su
ceguera.
“Dice la leyenda que paseando un día por el monte, Tiresias encontró en su
camino en la montaña a dos serpientes en plena cópula. Tiresias quiso
separarlas y golpeó a la hembra con su vara, matándola. Pero al hacerlo, su
acción tuvo como consecuencia que fuera maldito y en venganza su sexo fuera
cambiado, tornándose mujer. Tiresias viviría como mujer durante 8 años, tras los
cuales volvería a encontrarse con las mismas serpientes. En esta ocasión golpeó
y mató al macho, volviendo de nuevo a ser varón.
Años después, los dioses Zeus y Hera mantendrían una disputa respecto a cuál
de los dos sexos disfrutaba más del sexo. Se escogió a Tiresias como juez, dado
que había vivido como hombre y como mujer. Pero la respuesta de Tiresias, que
proponía que la mujer disfrutaba más, provocó la ira de Hera. Como castigo, la
diosa le dejó ciego. Sin embargo, como compensación por dicha acción, Zeus le
proporcionó el don de la clarividencia. Ello haría que a lo largo de su vida
Tiresias fuera uno de los videntes más famosos de toda la mitología griega.”

8. El mito de Eco

Algunos mitos pretenden explicar el origen de algunos fenómenos, como ocurre


por ejemplo con el del eco. La explicación mitológica de este fenómeno se explica
a continuación:
“Eco era una oréades o ninfas del bosque y de la montaña. De sus labios salían
las más hermosas palabras, pero tan hermosas eran que Zeus empezaría a
sentirse atraído por ella. Hera, descubierta la traición, maldijo a Eco
arrebatándole la voz y haciendo que solo pudiera repetir las últimas palabras que
le dijera su interlocutor.
Pasó el tiempo y la ninfa se enamoró del joven Narciso, observándole a
escondidas. Un día, el joven se apartó de sus compañeros y percibiría a la ninfa.
Sin embargo la rechazó con crueldad, algo que provocó que la ninfa pasara a
esconderse en una cueva, donde se consumió hasta solo quedar su voz".
9. El mito de Narciso

El mito que da nombre al narcisismo y que nos avisa de de que no debemos


sobrevalorarnos, el mito de Narciso es otro corto mito de origen griego el cual
además está profundamente vinculado al anterior. El mito nos dice lo siguiente.
“Hijo del dios Cefiso y Liriope, Narciso era un joven muy hermoso y atractivo, que
según el gran adivino Tiresias viviría muchos años siempre y cuando no viera su
reflejo. El joven generaba la admiración tanto de hombres como de mujeres y era
consciente de su atractivo, hasta el punto de ser altamente engreído y despreciar
las virtudes y sentimientos de los demás, entre las cuales se encontró la ninfa Eco
o el joven Aminias.
A este último le entregaría una espada, con la cual el joven rechazado se daría
muerte. Poco antes de morir, rezó a la diosa de la venganza Némesis pidiendo
que Narciso conociera el amor no correspondido. La deidad respondió. Un día, al
acercarse a beber, Narciso vio su reflejo en el agua de un estanque y se
enamoró perdidamente de él. Finalmente, intentando acercarse a su amado,
Narciso cayó a las aguas y terminó por morir ahogado".

10. El mito de Prometeo

El mito de Prometeo es uno de los más conocidos, y en él podemos ver como los
antiguos griegos ya se preguntaron cómo habíamos descubierto y domeñado el
fuego, considerándolo un regalo de origen prácticamente divino. El mito dice
así:
“Prometeo era uno de los titanes, hijo de Jápeto y Clímene. Según algunos mitos
junto con su hermano Epimeteo fue encargado con la tarea de crear a animales y
a los humanos, siendo Prometeo quien decidió dar al hombre la capacidad de
andar erguidos.
También burló y engañó a los dioses para favorecer a los mortales. En una
ocasión en que Zeus prohibió el fuego a los mortales y viendo las necesidades y
las dificultades del hombre para sobrevivir, decidió otorgarles el fuego. Por ello
Prometeo entró en el Olimpo y robó el fuego del carro de Helios utilizando una
caña, tras lo cual se lo entregó a los mortales de tal modo que pudieran calentarse
y alumbrarse.
Pero Zeus se enfureció ante el robo, condenando al titán a ser encadenado al
monte Cáucaso, donde cada día y para siempre jamás, un águila acudiría a
devorar su hígado. El órgano le volvería a crecer durante el día, de manera que el
tormento se repetiría eternamente para este ser inmortal".

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