1 Divisas
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No todas las divisas se pueden utilizar libremente como medio de cobro y pago en las transacciones internacionales. Se
distingue entre:
Divisas convertibles: Son aquellas que pueden ser libremente convertidas en los mercados internacionales, sin
restricciones de ningún tipo y con un cambio sometido únicamente al mercado. El euro es una divisa totalmente convertible.
Divisas no convertibles: Son aquellas que no pueden ser libremente convertidas o cambiadas a otras divisas, bien
sea de forma general o para determinadas transacciones que puedan ser consideradas no positivas para la administración de
ese país.
De las 165 monedas diferentes que existen, solo once son divisas convertibles:
Dólar canadiense
Dólar USA
Corona danesa
Corona noruega
Corona sueca
Franco suizo
Libra esterlina (Gran Bretaña)
Yen japonés
Dólar australiano
Dólar neozelandés
El mercado de eurodivisas tiene sus raíces en la era de la Segunda Guerra Mundial. Los problemas políticos causados por la toma de
posesión del continente por las potencias del Eje significaban que había un mercado limitado para el comercio de divisas. Sin
operaciones gubernamentales amistosas dentro del mercado europeo, las economías tradicionales de los pueblos fueron desplazadas,
junto con sus monedas.
Para combatir esto, sobre todo debido al hecho de que muchas empresas estadounidenses estaban atadas a el bienestar del negocio
detrás de las líneas enemigas, los bancos de todo el mundo comenzaron a depositar grandes sumas de moneda extranjera, generando
la creación de un nuevo mercado de dinero.
4El objetivo de distintos dólares comerciales suele ser incidir sobre los precios relativos de cada sector,
para direccionar el desarrollo económico (muchas veces ha servido para re-direccionar renta
agropecuaria hacia la industria) y/o para distribuir el peso de un ajuste externo cuando escasean dólares
(por ejemplo, dólar más alto para autos y más bajo para alimentos, para reducir el impacto sobre canasta
básica).
Podría dar la impresión de que hoy ya existe un esquema de tipos de cambio múltiples. A fin de cuentas,
es diferente el dólar que recibe un exportador, del que paga un importador o el que paga un turista
argentino en el exterior, por ejemplo.
Pero no es lo mismo tener muchos tipos de cambio que tener un esquema de tipos de cambio múltiples.
No es una cuestión semántica. Con un recargo impositivo sobre los viajes al exterior puede lograrse el
mismo costo para el turista que cobrando un tipo de cambio mayor sin recargo impositivo, pero la primera
opción, a diferencia de la segunda, tiene límites (por ejemplo, el 35% de la alícuota máxima del impuesto
a las ganancias), y no aplica al turista extranjero en Argentina. La opción cambiaria brinda entonces más
posibilidades que la opción impositiva.
Los esquemas de tipos de cambios múltiples (al igual que tener muchos tipos de cambio) tienen muchas
contraindicaciones. Distorsionan los precios relativos de la economía, aumentan la discrecionalidad en la
política económica, generan terreno propicio para la corrupción, no generan suficientes inversiones si un
dólar favorable está sujeto a decisiones discrecionales, entre otras.
Por eso han perdido popularidad en el mundo, luego de su auge durante la Gran Depresión de los años
’30 y en muchos países latinoamericanos durante los ’80.
Pero un esquema en el cual el Gobierno negara, discrecionalmente, sin reglas explícitas, dólares oficiales
obligando a algunos importadores a obtener esos dólares a través del contado con liquidación (comprar
bonos o acciones entregando pesos y venderlos en el exterior recibiendo dólares), tendría
contraindicaciones adicionales:
1.- Generaría incertidumbre acerca del tipo de cambio aplicable a cada una operación, siendo probable
entonces que la mayoría fije precios en base al dólar no oficial y, si luego consigue dólares oficiales, gane
por la diferencia. El impacto inflacionario sería mayor que con un esquema más transparente.
2.- Generaría incluso competencia desleal en caso de que dos empresas de un mismo sector consigan
tipos de cambio muy diferentes.
5.- Se perdería la capacidad de desconectar a la economía real de los vaivenes financieros, que incidirían
sobre los precios internos de bienes importados a través de la cotización del contado con liquidación.
6.- Se trataría de una política fuertemente anti-exportadora, porque obligaría al exportador a liquidar a
dólar oficial (menos las retenciones) y pagar insumos a dólar mayor que el oficial.
El comunicado del BCRA negó un esquema de pagos de importaciones por fuera del mercado oficial.
Pero no queda claro si esta es la postura del equipo económico, o sólo un planteo del BCRA para
marcarle la cancha al Ministerio de Economía.
Y aun cuando fuera la postura del Gobierno, no sería la primera vez que el comercio exterior se maneje
con reglas no escritas.
En mi opinión:
Las operaciones de cambio (es decir, la compra y la venta de múltiples divisas) pueden llevarse a cabo
en las entidades bancarias y en las casas de cambio que, por lo general, cotizan dos clases de cambio:
uno destinado a las compras y, el restante, para las ventas. Por ejemplo: si quiero comprar dólares, el
precio que debo pagar a la casa de cambio es de 3,47 pesos por cada dólar. En cambio, si quiero vender la
misma moneda, obtendré 3,44 pesos por cada dólar que entregue.
Pueden mencionarse dos tipos de cambio: uno conocido como cambio real y otro que recibe el nombre
de tipo de cambio nominal.
El cambio real es aquel que determina la equivalencia por la cual un sujeto puede efectuar un intercambio
de prestaciones o bienes de una nación por los de otro.
El cambio nominal, por su parte, está basado en la equivalencia entre una determinada moneda y una
divisa extranjera. Es el tipo de cambio que se contempla en los bancos y en las casas de cambio.
De la misma forma, tampoco podemos pasar por alto que existe otra clasificación o terminología que viene
a determinar los tipos de cambio existentes en el mercado. Así, se habla también de lo que se conoce como
tipo de cambio comprador que es el precio que paga la mencionada casa de cambio o la entidad bancaria
pertinente. Y está, igualmente, el tipo de cambio vendedor que hace referencia al precio por el que vende
aquella.
El Banco Central de cada nación puede optar entre múltiples sistemas de tipos de cambio. El tipo de
cambio fijo queda establecido por el Banco Central (la institución decide el precio de la moneda). En
cambio, el denominado tipo de cambio flotante o flexible permite que los valores queden establecidos
a partir del sistema basado en oferta y demanda.
En estos momentos, hay que establecer que la base de las operaciones de tipo de cambio tienen como
columna o eje vertebral al dólar. Sin embargo, a lo largo de la historia esto no siempre ha sido así pues en
un primer momento la moneda que se tomó como pilar fundamental fue la libra esterlina, ella era la que
determinaba el cambio.
Sin embargo, ese citado hecho se vio modificado por completo con motivo de la Segunda Guerra Mundial.
Y es que durante este conflicto bélico Inglaterra se vio asolada por el mismo y eso trajo consigo que su
citada moneda perdiera valor, por lo que fue sustituida en este ámbito económico y de cambio por el
mencionado dólar.
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