La Reencarnacion Un Imposible Metafisico

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La Reencarnación: un imposible metafísico según René Guénon

Para René Guénon (Abd al-Wâhid Yahyâ), uno de los más famosos y
prestigiosos escritores occidentales de libros de metafísica, la idea de la
reencarnación se trata de un absurdo puro y simple, y de una imposibilidad
desde el punto de vista metafísico. La teoría reencarnacionista, difundida a
partir de la primera mitad del siglo XIX por los socialistas franceses con el fin
de proporcionar un aval espiritual al igualitarismo, encontró pronto defensores
y seguidores en el espiritismo kardecista, el teosofismo, el ocultismo de Papus y
otras escuelas “neo-espiritualistas” de principios del siglo XX.

Esta idea tan controvertida ha sido rechazada no sólo por Guénon, sino también
por otros pensadores occidentales de renombre como Carlos Castaneda y
Alejandro Jodorowsky, entre otros. Por el contrario, la reencarnación es
aceptada como un hecho indiscutible por la mayoría de los autores y afines al
movimiento Nueva Era de finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

René Guénon afirma sin embargo la realidad de la transmigración o cambio de


estado del ser, entendida como el paso del ser o alma a otros estados de
existencia individual, definidos por condiciones completamente distintas de
aquellas a las cuales está sometida la individualidad humana. Según el
metafísico francés -convertido al Islam en la última etapa de su vida- es este el
concepto que enseñan todas las doctrinas tradicionales de oriente, incluido el
Budismo, y no la idea generalizada de reencarnación, considerada como el
regreso del ser real y completo que ya ha estado encarnado a retomar un
nuevo cuerpo, es decir, una vuelta al estado por el cual ya se ha pasado.

Según su teoría metafísica de los estados múltiples del ser, no puede haber dos
o más posibilidades particulares idénticas dentro de la Posibilidad universal, que
es total y necesariamente infinita. Por ello, en la existencia universal, el retorno
a un mismo estado es imposible, porque se repetiría una posibilidad, y en la
Posibilidad total, esas posibilidades particulares que son los estados de
existencia condicionados –uno de ellos el humano- son necesariamente en
multiplicidad indefinida e irrepetibles. En este contexto, varias posibilidades
idénticas (un mismo ser que retorna varias veces al mismo estado) no serían
sino una sola y misma posibilidad; para que verdaderamente fueran distintas,
es necesario que difieran al menos en una condición, y en tal caso no son
idénticas.

Asumimos que la explicación de Guénon, resumida en el párrafo anterior, es


difícil de entender. Por ello hemos elaborado una analogía que exprese su idea:

Concebido el Ser total (conjunto de todos los seres) como un solo retumbo
resultante de todos y cada uno de los seres que lo conforman al hacer sonar
todas y cada una de las notas musicales correspondientes a los estados del ser
que ocupan. Y concebido cada estado del ser particular como una cuerda de
guitarra, tecla de piano o agujero de flauta, está claro que cada cuerda, tecla o
agujero no puede ser vibrada, tocada o soplada por un músico (cada ser
individual) más de una vez al mismo tiempo. Es importante recalcar estas ideas
de simultaneidad y unidad, pues a nivel del Ser total se disuelven las ideas de
espacio y tiempo, porque todo es uno y simultáneo

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