Escuela de Milán

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ESCUELA DE MILÁN

CONCEPTO - humberto

Esta escuela parte de la creencia de que el sistema no crea el problema sino a la inversa: el
problema crea el sistema. Según sus seguidores el enemigo a atacar no es a ningún miembro de la
familia en particular y ni siquiera a la familia como tal, sino lo que ellos llaman el juego familiar,
que no es más que el conjunto de interacciones y coaliciones que se dan en torno al problema
para mantenerlo. Con relación a lo anterior, algunos autores (Selviniet al., 1987) sostienen que las
familias con problemas se caracterizan por desarrollar juegos familiares no reconocidos en que los
miembros se esfuerzan por lograr cada uno el control de las conductas. Estos autores parten del
supuesto de que la familia como todo sistema tiene su propia dinámica, y no se puede esperar que
las interacciones instructivas lleven al sistema a un objetivo predeterminado; por el contrario sólo
se pueden promover interacciones que provoquen una perturbación al sistema que luego
reaccionará conforme a su propia estructura. Por lo tanto las intervenciones no buscan un
resultado previsible sino sólo poner en marcha al sistema hacia su propio camino. Otro concepto
interesante que manejan en el análisis de la problemática familiar es el de “sistema significante”,
el cual incluye además de la familia a todas las instituciones y personas que participan en el
intento de aliviar los problemas de la misma. Indiscutiblemente este concepto permite abordar de
manera más sistémica los problemas característicos de una familia.

Génesis y mantenimiento del problema

Según Keeney y Ross (1987), el abordaje de Milán no es una terapia que se enfoca en el síntoma o
el problema, aunque toma en consideración esas comunicaciones. Se orienta, en cambio, al
contexto de significado, que encuadra u organiza los síntomas. El propósito de la misma es
descubrir las pautas de significado contextual, que sirvan para concurrir a que el sistema
perturbado se reorganice a sí mismo. En otras palabras la tarea del terapeuta es descubrir las
interacciones o juegos que se dan en torno al problema y ponerlos en evidencia para promover
una nueva autoorganización por parte del sistema familiar.

Metas terapéuticas En este enfoque el terapeuta debe evidenciar las interacciones que se
producen alrededor del problema y operan para mantenerlo, para realizar intervenciones que
provoquen un cambio en la autoorganización del sistema.

3. Proceso terapéutico y estrategias de intervención


MORELIA-Etapa de hipotetización, circularidad y neutralidad
Estrategias y técnicas

Es quizás en este rubro donde la escuela de Milán ha realizado sus mayores aportes proponiendo
una organización de los terapeutas y la sesión, un tipo diferente de entrevista, de hipótesis acerca
del problema y de intervención. Estos terapeutas sostienen que es mejor enfocar la terapia
familiar desde un trabajo en equipo. Al respecto proponen que un miembro del equipo entreviste
a la familia y el resto del mismo observe detrás de un espejo unidireccional y sólo participe en la
elaboración de hipótesis y del plan de intervención. Los terapeutas proponen además una división
de la sesión en cinco partes: reunión previa, entrevista, intervalo para debate, intervención y
debate final. En la reunión previa el equipo, se formula una hipótesis preliminar acerca del
problema de la familia; durante la entrevista, los integrantes del equipo confirman, modifican o
sustituyen las hipótesis preliminares acerca del problema de la familia. Durante el intervalo de
debate los terapeutas discuten las hipótesis y formulan una intervención, luego los terapeutas
regresan con la familia y formulan la intervención que adopta generalmente el tipo de una
connotación positiva o un ritual. Finalmente el equipo se vuelve a reunir para debatir las
reacciones de la familia a la intervención. A continuación se describen las técnicas desarrolladas
por este enfoque terapéutico.

Posición de neutralidad Los miembros del grupo de Milán afirman que si un terapeuta logra
mantenerse neutral durante una sesión, los miembros de la familia entrevistada no podrán decir
que se puso de parte de uno de ellos. Toda vez que un problema se compone de un conjunto de
coaliciones rígidas, que pugnan entre sí con creciente intensidad y procuran obtener el poder,
mantener la neutralidad significa ser capaz de moverse en medio de estas coaliciones sin dejarse
atrapar por ellas. La neutralidad como principio organizador de la terapia responde a la creencia
de los autores de que la familia tiene una capacidad autocorrectora y que por lo tanto se debe
permitir que por sí misma decida los cambios deseados. La neutralidad confiere a los terapeutas el
poder de ser eficientes, algunos de los ingredientes para lograr la misma son: mostrar una actitud
tranquila y de respeto hacia la familia, no reaccionar a las provocaciones de la misma y el realizar
preguntas circulares.

Formulación de hipótesis Dentro de este enfoque, incluso desde el primer encuentro telefónico el
equipo elabora una hipótesis la cual sirve de marco de referencia, que especifica por qué la familia
opera, actúa, comunica o se presenta de una determinada manera. Esta hipótesis inicial, se puede
confirmar o modificar parcial o totalmente en razón de informaciones acerca de organización
secuencial de la conducta problema, de coaliciones actuales de la familia, contextos de referencia
y personas que han participado en los intentos de solucionar el problema, así como perspectivas
sobre las pautas de coalición pasadas y futuras, en particular con respecto al comienzo de la
conducta sintomática. La elaboración de hipótesis propone implícitamente la idea de que la
terapia es una operación de investigación emprendida de forma conjunta con la familia. Resulta
importante señalar que esta hipótesis no tiene que ser verdadera, sino útil para darle sentido al
problema dentro de su contexto e iniciar un proceso de cambio. Las hipótesis formuladas dentro
de este enfoque deben ser circulares, es decir intentar conectar con el problema las
comunicaciones y las pautas de relación de todos los miembros de la familia y de las personas
relacionadas que han intentado participar en la solución del mismo. Según Hoffman (1998), una
hipótesis hace dos cosas importantes: primero, es útil en su “poder de organización” ya que ofrece
al terapeuta un hilo que seguir al efectuar una entrevista, bloqueando así la conversación
insustancial que le resta tiempo a la terapia. En segundo lugar, sugiere el significado que el
comportamiento sintomático tiene por entonces en esa familia.
jeirin

Connotación positiva La terapia de Milán connota de manera positiva la lógica con arreglo a la
cual un sistema problemático permanece estable; lo hace señalando que el problema de los
miembros de la familia es de hecho una solución La connotación positiva es un mensaje por medio
del cual el o los terapeutas comunican a la familia que su problema es lógico y significativo dentro
de su contexto. Así por ejemplo, se le puede decir a la familia que “el comportamiento del esposo
de irse a beber es entendible, pues es un modo de evitar la discusión de sus problemas de pareja.
Así se mantiene cierta estabilidad la cual puede romperse si se discuten esos problemas”.

Prescripción de rituales Los rituales son pautas de conducta que ocurren de manera sistemática
en el seno de la familia en determinados tiempos y momentos. Dentro de este enfoque la
prescripción de los mismos tiene como objetivo modificar una secuencia de conducta disfuncional,
ya sea provocando una intensificación que produzca

una rebelión por parte de la familia o favoreciendo la aparición de conductas antagónicas a la


pauta de conducta disfuncional. En resumen se puede afirmar que existen dos tipos de rituales.
Uno amplifica la interacción patológica para hacerla estallar y el otro introduce directivas
antagónicas en una secuencia de hechos. Un ejemplo del primer ritual sería pedirle a todos los
miembros de la familia que “le den las gracias todos los días durante la cena al miembro agresivo
de la familia por contribuir a expresar el enojo de todos y así mantener unida la familia”. En el otro
tipo de rituales se imparten dos mensajes contradictorios que se indican se cumplan en días
diferentes; así a una esposa que tiene problemas con administrar su tiempo entre el trabajo y el
esposo se le pide que “se dedique exclusivamente al trabajo de lunes a jueves y de viernes a
domingo sólo al esposo”. Las personas asignan y aceptan rótulos en la esperanza de que dotaran
de sentido a algo mal comprendido (por ejemplo el comportamiento agresivo de un niño).
Morelia Entrevista circular El grupo de Milán creo una técnica de entrevista conocida como
entrevista circular, cuyo objetivo es buscar diferencias. En ella el terapeuta conduce la entrevista
sobre la base de la información recibida de la familia en respuesta a su pedido de información
acerca de los vínculos y de diferencias en la percepción de los mismos y cambios que se han
experimentado (Selvini, Boscoso, Cecchin y Prata, 1980). Las preguntas usadas en este tipo de
entrevista se dirigen sobre todo a abordar los marcos relacionales en circunstancias específicas,
diferencias en las conductas, jerarquías o cambios en el vínculo antes y después de cierto suceso.
Las preguntas más usadas en este tipo de entrevista se pueden dividir en varias categorías:
preguntas acerca de la diferencias en la percepción de los vínculos (¿quién esta más en descuerdo
con el hijo, el padre o la madre?); preguntas acerca de las diferencias de percepción de grados
(¿cómo califican los distintos miembros la conducta agresiva del padre?); preguntas de diferencias
entre el pasado y el presente (¿él empezó a mostrarse agresivo antes o después de que rompiera
con su novia?); preguntas de diferencias hipotéticas o relativas al futuro (¿si no hubiera terminado
con su novia su conducta hubiera sido diferente?). Un tipo particular de pregunta circular son las
preguntas llamadas triádicas, que consisten en pedir a un miembro de la familia que haga
comentarios sobre el vínculo de otros dos. La administración cuidadosa de este abordaje hace
aflorar pautas de coalición, no sólo en las percepciones del miembro que responde, sino, lo que es
más importante, en las reacciones que provoca en los demás. Las preguntas llevan a reaccionar
ante otros miembros de la familia antes de reaccionar al terapeuta.
Proceso terapéutico

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