Canova - Narrativa Olvidada en Deslindes4y5-2 PDF
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Virginia Cànova
También citaré, para concluir con el género de las ficciones,-aunque sin estudiarlas
por no merecerlo su escaso valor,-Los Misterios del pillaje!..Jnovela policíaca
publicada por el señor J.P.jsic] Montero en 18713 .
Anotemos,- por fidelidad histórica, más que por exigencia crítica-, algunos de esos
nombres y de esas obras, sin detenernos mayormente en unos ni en otras, por ser de
calidad y significación demasiado exiguas; que si el tiempo sólo ha respetado de los
primaces, lo representativo de la figura, mas no el valimiento intrínseco de la obra,
no es lícito cargar en demasía las páginas de esta Historia con el montón de escombro
que han dejado los otros, secundarios. El nuevo siglo ha aplanado ya ese escombro;
y sobre su olvido se han levantado nuevas ciudades 6-
De los otros numerosos ciudadanos que durante este período cultivaron, con más o
menos dedicación, las letras, en verso o en prosa, no cabe hacer mención, por carecer
de todo interés lo que escribieron, así literario como histórico.Dejémosles en su paz/
. .. / 7-
Otra idea común a esta escuela crítica, es la convicción de que, si bien los
escritores «románticos» se proponen realizar un programa «americanista» , que
incluye el nacionalismo en contraposición con los modelos europeos de dominio,
nunca fueron sinceros en sus intenciones ni lograron los objetivos planteados, pues
la realidad nacional siempre les fue ajena. En general este tipo de suposiciones
incurren en arriesgadas simplificaciones ideológicas que dificultan la objetividad del
análisis. Los escritores son calificados de burgueses, liberales o fraudulentos, por
supuesto desde una perspectiva actual, que niega la validez de una profunda
investigación de la literatura del siglo XIX:
«La obvia .y comprobada dice que la vocación nacional pregonada por estos
escritores era fraudulenta, no correspondía a la verdad de sus secretas intenciones
ni a los auténticos impulsos de su sensibilidad ni a su conducta civil ante la
sociedad...Los jóvenes burgueses educados en la ciudad o en el extranjero,/.../ no
podían entender sino como rezagos de barbarie y oscurantismo a los hombres que
integraron algún día las montoneras. Su comunicación no era con ellos, sino con los
extranjeros!...I«.13
«Tosían los viejos y viejas; por que embobados con la boca abierta, les había entrado
la tierra que volaba, causándoles una fastidiosa carraspera; a la vez que estornuda
ban mozos y mozas, por la misma causa, la cual les hacia el efecto del polvillo. Se
limpiaban las niñas con sus blancos pañuelos el sudor y la tierra...»22
Laurindo Lapuente narra la fiesta popular en rápidas líneas y coloridos tonos.
Se van hilando acertadas secuencias que recrean la cultura lúdica, en su forma original
y sin afectaciones.El lector participa de escenas que presentan una sociedad con
características más «bárbaras» que «románticas», en oposición a lo que siempre se
ha supuesto que estos autores deseaban retratar:
«En tanto los risueños reían , los charlatanes charlaban, los necios se enfadaban, las
viejas refunfuñaban y las coquetas coqueteaban; las gentes de baja esfera hadan
resonar sus alaridos, silvidos y risotadas, mofándose de todo. Unos ébrios buscando
pleito, y otros insultando á Pedro, Juan ó Diego. Los muchachos, (plaga peor que la
langosta, zapos y mosquitos,) hadan llover piedras sobre las cabezas de muchos;
aquí tiraban de un frac, allí prendían una cola á una levita, ó volteaban de un palo
algún sombrero » . 23
«I ..Jotro, con las piernas mas delgadas que un hilo, con un frac hasta los talonesl.../
muy encorbatado, despidiendo mas humo por la boca que el de una chimenea!. ../y que
con aire despreciativo decia.Esto es un mamarracho, todo está mal dispuesto, debía
haber sido de otro modo, porque en Francia esto y porque en Francia el otro/.../».24
Este joven educacionista oriental que tiene en trámite una solicitud optando á la
Inspección general de Escuelas, ante la Junta E. Administrativa, ha aceptado en
calidad de provisoria la dirección de la Escuela de la Aguada. Aplaudimos esta
abnegación por parte del Sr. Lapuente; mucho mas cuando á la edad de quince años,
rejenteo ya un establecimiento en mayor escala . 27
Este aventajado joven poeta oriental, acaba de volver á su país después de una larga
emigración á la capital vecina. Saludamos a esta nueva lumbrera de la literatura
nacional. 28
Pero la enseñanza está muy lejos de alcanzar las aspiraciones señaladas por
Laurindo Lapuente, y se siente obligado a denunciarlo en su artículo sobre «El estado
actual de las escuelas públicas»:
Ninguna de las Escuelas públicas tiene un local que reúna las condiciones indispen
sables/ .../ningún local se halla bien situado; ninguno tiene la estension, la altura, la
ventilación y la luz que se requieren; ninguno tiene ni apariencia de Escuela/.../no
hay buenas mesas, no hay buenos libros, ni globos, ni mapas/.../Las bancas son
todavía aquellas inmensas moles de asientos incómodos/.../Son pocos los buenos
instructores, y cada uno enseña como mejor le acomoda!.../no hay sistema de
enseñanza,no hay un reglamento de Escuelas, ni quien las inspeccione, ni quien las
organice!...133.
Sus palabras visionarias se harán realidad recién diecisiete años más tarde, y
el nombre de Laurindo Lapuente35 habrá desaparecido de la historia de la literatura
uruguaya, así como de la historia de la Reforma escolar .
El feminismo militante, es decir, la asunción consciente por la mujer del nuevo rol
social que la demografía y la sociedad le habían asignado, nació precisamente en el
novecientos!...Je! feminismo nació por iniciativa de la maestra uruguaya María
Abella de Ramírez, quien se había radicado en la ciudad argentina de La Plata
Iandando allí el primer centro feminista en 1903 37•
Pues, bien, embarcado con toda el alma en esta tarea, ello no impide que el 13 de
enero de 1869 pronuncie una conferencia en el Club Universitario, ‘De los derechos
de la mujer’, conferencia que transcribe ‘El Siglo’ tres días después, es decir el 16
de enero del mismo año/.. JMás al final toma la forma de sentencia, en la que se
plantea una premisa sociológica que reiterará insistentemente en su posterior
producción: ‘Educad a la mujer, ponedla a la altura del hombre y dobláis el capital
intelectual de la sociedad’ . Concluyendo:
No podemos dejar de hacer presente, reiterando lo que él afirma, que es éste el primer
alegato público en defensa de la condición y de los derechos de la mujer en el
Uruguay.38
En 1885 apareció lo que tal vez sea la primera novela escrita por una mujer en el
Uruguay, ‘Tula y Elena o sea el orgullo y la modestia'41
La investigación que estamos realizando nos pone sin embargo frente a nuevas
pruebas documentales, que indican fechas anteriores a las citadas anteriormente, tanto
para la publicación de los primeros alegatos feministas, así como para las primeras
expresiones literarias producidas por una mujer.
La obra titulada Por una fortuna una cruz, escrita por Marcelina Almeida y
publicada en 1860 en Montevideo, es - según los datos que poseemos hasta este
momento- la primera novela escrita por una mujer en Uruguay42. Es también uno de
los primeros alegatos feministas, anterior a los registrados por Larrobla, referidos a
losé Pedro Varela en 1866, 67, 68 y 6943. Pero no es, como se podría suponer, el
primer alegato feminista publicado en Uruguay.
Al investigar la bibliografía de referencia relacionada con esta novela y los
posibles orígenes del feminismo en Uruguay, hemos podido ubicar varios documen-
los desconocidos sobre el tema. Estas evidencias comprueban la existencia de la lucha
feminista en fechas anteriores a lo que hasta ahora se ha supuesto. Consideramos de
interés para la investigación de la Historia de la Mujer en Uruguay, así como para
la Historia de la Literatura uruguaya del siglo XIX, el dar una breve noticia sobre los
primeros alegatos (aparecidos casi en su mayoría, en la prensa) en defensa de los
derechos de la m ujer, y la primera novela feminista publicada en Uruguay.
¡Muger! mitad del linaje humano, pero mitad la mas débil; víctima de la fuerza y no
de la ley, voy á vengaros presentando vuestros derechos, derechos que la naturaleza
os ha dado y que la fuerza os ha quitado,no, digo mal, los derechos no se quitan, los
derechos no se ganan con la mano; os vengaré presentando los derechos que poséis
y cuyo ejercicio la fuerza os impide. Recordar sus derechos y hablar sobre ellos es
la venganza y el consuelo del inocente oprimido/ . . . / 47
/.../y vosotros que os aclamais señores del mundo- Por qué le niegan á la mujer
derechos que le sobran: derechos que la naturaleza le ha dado? 49
Esta corriente feminista, de gran importancia en el siglo XIX, recoge inspira
ción ideológica de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
(1789)50 y suscribe en general a sus postulados, salvo en la falsa y engañosa
interpretación con que allí se define el término «hombre». Se ha supuesto equivoca
damente que esta palabra designa, según la doctrina de los Derechos Naturales,
postulada fundamentalmente por Locke51, al «género humano», es decir tanto al
hombre como a la mujer. En realidad nunca fue la intención de Locke, ni de estas
declaraciones, el incluir a la mujer como beneficiaría de los Derechos Naturales. El
Feminismo Liberal realiza una revisión de esta doctrina y exige para la mujer los
mismos derechos naturales que ya el hombre ha reclamado exclusivamente para su
sexo. Esto dará lugar a la publicación de numerosos documentos donde se denuncian
las condiciones de opresión de la mujer y la confusión ocasionada por la interpreta
ción del término «hombre», en la creencia que al mencionarlo se ha postulado
también la reivindicación de los derechos naturales de la mujer.
La «Declaración de Sentimientos»(Declaration of Sentiments), escrita en un
principio por Elizabeth Cady Staton, y dada a publicidad luego el 19-20 de julio de
1848, en Seneca Falls (New York)52, resume las bases doctrinarias más significativas
del Feminismo Liberal del siglo XIX.
/..Jes una cosa nueva entre nosotros que se intente laformación de un Club Socialista
I y agrega, que es ] mucho mas nuevo aun, que ese Club sea esclusivamente
compuesto de mugeres.56
El autor del artículo no puede hacer otra cosa que resignarse ante la evidencia
de los hechos pues:
Como quiera que sea, parece estar funcionando ya y haber tenido mas de una sesión
imponente, pues las ajiliadas toman en ese club un aspecto misterioso y siniestro,
presentándose con la faz velada, lo que simplemente supone que tienen por que
taparse la cara que Dios les diera.57
Sin duda que el escritor tiene motivos concretos para sentirse amenazado, y las
mujeres feministas del Club Socialista, los suyos para cubrirse la cara.
El Club Socialista /.../Es una escentricidad de algunos cerebros desorganizados con
la lectura de las malas novelas, una locura, un delirio que merecería ocupar una
sesión de policía correccional- y nada mas/.../Huyan por Dios, nuestras lectoras/.../
de esas crónicas escandalosas, sobre cosas que ofenda la moral y el buen sentido.58
Yo sé bien, diré al terminar, que hay mujeres instruidas, que trabajando por la
emancipación de su sexo desprestigian esa grande idea con sus extravagancias. Pero
en lodos los partidos hay siempre exagerados que solo sirven para hacer mal a la
causa que tratan de defender .Cuando yo he visto jueces corrompidos arrojando
injustamente a los hombres a una prisión no me he quejado de la ley sino del juez. No
riáis, señores, de la teoría de los derechos de la mujer, poque hay mujeres que hacen
necedades. No es la música, es el instrumento que es mato.60
Tres años más tarde, este mismo autor critica severamente la educación
religiosa de la mujer uruguaya, lo que la impulsa al fanatismo y le niega la posibilidad
de desarrollar la educación racional, único medio que le permitirá conquistar su real
liberación:
Humilde obrero del ideal, quiero para el hombre la soberanía de la verdad; quiero
para la mujer idéntico principio inviolable. Apóstol novel del Racionalismo, ¿cómo
pudiera desear para la mujer oriental la parálisis del dogma? ¿Cómo pudiera desear
para la mujer, madre de las generaciones, el estacionamiento del error católico?/.../
De ninguna manera./.../El Dr. A ñascada confunde en una sola protesta, todas las
esclavitudes de la mujer; y concluye por imponerla una, la más oprobiosa y
denigrante, la tutela religiosa. La mitad del género humano siempre se halló en la
penumbra./.../¿Por qué condenarla a vegetar en el dogma?¿Por qué arrancar a
pedazos el ideal de su alma? Estupro de las conciencias!/.../ El libro de los
fanatismos, las escrituras del fraile, dicen que en la última mañana del Edén, la mujer
se perdió por el pecado.Mentira. El Edén será con ella perenne: el Edén será la
verdad, cuando el racionalismo sea el hecho consumado. ¡Pobre mujeril...I No
hagamos de la mujer la expresión de la debilidad/.../ Eduquémosla desde hoy con la
propaganda de la verdad/.../ 62
A vosotras, lectoras mías, mas que á ellos, voy á dirijirme en estos sencillos párrafosI
../Catalina, gran conocedor ó adivino del corazón humano I...I Ha conocido con la
doble vista de su talento superior que la pobre mujer es una máquina viviente ante
la injusta sociedad que la deprime por débil y la rechaza si es fuerte: la desprecia
ignorante y la rechaza instruida/.../Después dice así.’¡Los partidarios de la rueca y
de la aguja,/.../censuran siempre el estilo de las literatas! /.../la mujer nunca escribe
bien, para los que entienden que la mujer no debe escribir nunca. Injusticia notoria!/
/ 63
Hay un ser que encierra en sus entrañas un tesoro de vida, en su sensibilidad una rica
fuente de impresiones!.../ en su mente mas actividad, mas vida que el mismo hombre,
liste ser es la mujer. Ella no obstante de ser ponderada hasta compararla á Dios, es
muchísimas veces arrastrada por el lado de los vicios y de la prostitución. ¿A quien
debe sus males? Al mismo que la adula con las palabras de amor entusiasta/ ...I ¡Pobre
mujer! /.../no ve el abismo á que se le conduce por mas de un hombre hijo, de la
perversidad y del escándalo/.../¡Pobre mujer! Cuanto te falta aun para que ocupes
el lugar que mereces en la sociedad! 84
FEM INISM O
Hemos afirmado que Por una fortuna una cruz es la primera novela «feminis
ta» de la literatura uruguaya. Esto requiere una definición del feminismo, así como
una explicación de la significación del término aplicado al texto literario en
particular.
Podemos observar cierto denominador común que unifica la definición del
término en diferentes autores 65 . Por lo pronto, en busca de un consenso básico entre
las definiciones citadas, se podría decir que coinciden al hablar de «feminismo»como
una ideología (o forma de ver el mundo) que aboga por la igualdad de derechos de la
mujer frente al hombre. Esto admite sin lugar a dudas que la situación de la mujer,
en general no es, ni ha sido igualitaria con respecto al hombre.La historia del
movimiento con sus reivindicaciones, denuncias y conquistas a través de distintas
épocas da pruebas de esta realidad, al mismo tiempo que documenta aspectos
fundamentales de la Historia de la Mujer.
De acuerdo con estas ideas, podemos observar que la novela Por una fortuna
una cruz, constituye un claro alegato en defensa de los derechos de la mujer, al
denunciar su situación injusta y acusar al hombre de haberla provocado mediante la
legislación y la organización de la sociedad:
/.../y vosotros que os aclainais señores del mundo-Por qué le niegan á ¡a mujer
derechos que le sobran.derechos que la naturaleza le ha dado?/...para él están
abiertas todas las puertas: para su paso no hay obstáculos; para su deseo no hay
imposible! La ley; la organización social,le concede este caudal sin ecsámenl...l(Op.
cit p. 62-63)
Nos interesa, ahora partiendo del texto literario en concreto, plantearnos a qué
se refiere la voz feminista que habla de los hombres como « señores del mundo», que
lo niegan a la mujer sus «derechos naturales». ¿Existen leyes en el Uruguay del siglo
XIX que, tal como dice el hablante, ponen en práctica este dominio? ¿Se trata de
liases de insípida retórica romántica, o de una realidad de importancia vital para la
mujer, en el Uruguay de 1860? La situación de la mujer en Uruguay,¿tiene similitudes
con la situación de la mujer en los países herederos de la tradición patriarcal de las
sociedades occidentales ?
Para responder a estas preguntas es necesario recurrir a h Historia de la Mujer
en Uruguay 66 .
«El Código Civil sancionado en 1868 estipuló que la mujer 'debía obediencia a su
marido y éste tenía el deber de protegerla’/ .../Los menores de edad, los locos y los
incapaces compartían con ella el mismo tratamiento legal que merecía la tutela del
esposo o padre» e9.
Uno de los problemas más importantes que derivan de la administración de
la patria potestad por el hombre es el matrimonio obligado de la mujer. El padre o tutor
tiene el derecho legal de decidir y elegir el marido de la mujer que está bajo su tutoría.
El matrimonio se convierte de esa manera en un acuerdo económico para unir fortunas
o salvar economías en quiebra.
La novela Por una fortuna una cruz, desarrolla aspectos fundamentales de las
consecuencias que derivan de la administración de la patria potestad. El tema central
es el matrimonio obligado de la protagonista - joven de quince años- con un hombre
vienticinco años mayor. Lemaître, es el rico comerciante que promete salvar a la
familia de la ruina económica a cambio de este matrimonio de conveniencia. El padre
de Inés le explica la importancia de esta unión que ya ha sido decidida sin su
consentimiento:
-»Ah! será posible que Por una fortuna, se le haya dado una Cruz, á esa niña /.../
?»(Op. cit. p.68).
Women mus! lea ve off asking [menjand being influenced by them.but retire within
themselves, and explore the groundwork of Ufe lili they find their peculiar secrel/.../
81
Women, in oilier words, have an intuitive perception that goes beyond reason to
understand the subtle connections among people and among all life forms; today we
would say, women s vision is holistic.But, because men do not see these subtle
connections, women’s perceptions are ridiculed and denied/ .../Such denial o f women’s
realities is,/.../oppressive and destrutive to the women themselves 82
/.../-Qué irónia! así somos las pobres mujeres! cuando nos vindicamos sencillamente,
sorprendemos la ignorancia de nuestros enemigos de intuición: y se mofan del
raciocinio, como se mofaría un muchacho mal criado/.../(Op. cit. p.63).
La mujer admite el efecto destructivo de la burla masculina, pero a pesai de
ser tratada con ironía por sus «enemigos de intuición», no se avergüenza de su l'oruui
diferente de conocer la realidad. Por el contrario, tal como lo propone M. Fuller, se
reivindica en el texto literario, la cultura femenina como una posibilidad más amplia
del saber.
/...Ay ya que eso fuera cierto.-quien tendría la culpa de que la mujer supiera del
corazón humano mas que el hombre?-sin duda DiosJ...l(Op. cit. p.62).
-El método de absorción en que se educa vuestro secso, los hace indeliberadamente
malos, tenaces, y poco suaves para con la mujer, que és al fin la compañera benigna
y fiél de toda su vida! Si los hombres supieran cuanto ganarían en el corazón de la
mujer y en los hábitos de la familia, con la benignidad natural de su condición, puesta
en ejercicio; los hombres transformarían ese código práctico que llevan al seno de
la vida íntima, y que los hace representar cerca de la esposa y de los hijos, no el rol
dulce, evánjelico y consolador del amigo que aconseja y sostiene: sino el del juez
innecsorable que castiga por la rutina establecida; ó el del señor que manda sin
réplica, y se hace respetar sin ecsámen....(Op. cit. p.339-340).
1840 Carlas a Genuaiia Marcos Sastre, Buenos Aires, s.d., 160 p. Las cartas son
escritas desde Montevideo, donde ha debido exilarse luego de vivir en Argentina y
están dirigidas a su esposa Genuaria. Reflexiona sobre su vida, la educación, su
matrimonio y su patria: Uruguay. Su estilo e intenciones recuerdan a J. Cadalso
Vázquez( 1741-1782) en sus Cartas Marruecas(1789, postumas), donde se pone de
relieve una dura crítica a la sociedad de la época. El extranjero ha sido él mismo en
la Argentina y luego de vivir allí muchos años, también lo es en su propia patria.
1849 Eduard Mateo Magariños Cervantes, Río de Janeiro, s.d., 147 p. La novela
se desarrolla en Brasil.
1850 La vida por un capricho Alejandro Magariños Cervantes, Madrid, Est. tip. de
Aguirre y compañía. 2 v. 45 p. Leyenda sobre un episodio histórico de la conquista
del Río de la Plata.
1852 No hay mal que por bien no venga Alejandro Magariños Cervantes, Madrid,
Imp. de C. González, 191 p. La novela transcurre en Santa Fe, Argentina, en 1845.
1858 Las víctimas del Paso de Quinteros Anónimo, Buenos Aires, Imp. de Pedro
Gautier, 16p. Leyenda histórico-novelesca sobre la masacre de Quinteros, ocurrida
el 2 de febrero de 1858. César Díaz y varios de sus oficiales fueron fusilados en el Paso
de Quinteros. Estos hechos tomaron el nombre de «La hecatombe de Quinteros».
1858 Virtud y amor hasta la tumba Laurindo Lapuente, Buenos Aires, Imp. La
Reforma, 140 p. El escenario de la novela es la ciudad de Montevideo en 1844,
segundo año del Sitio.
1861 La guerra civil entre los Incas Manuel Luciano Acosta, Montevideo, Imp.
Oriental, 429 p. La novela relata la decadencia del imperio Inca.
1862 Un matrimonio de rebote Manuel Luciano Acosta, Montevideo, Imp.
Oriental, 200 p. El relato comienza en Montevideo, en 1857, luego de haber pasado
el momento más crítico de la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad.
1863 «Una mujer como hay pocas» Mateo Magariños Cervantes, Montevideo, La
Aurora, Ne 7-9, año II. La narración se publica en forma de folletín (inconcluso) en
La Aurora. La acción se desarrolla en Londres.
1864 «El bandido» Anónimo, Montevideo, El Iris, Ns 12-20, año I y II. La narración
se publica en El Iris en forma de folletín93 . La historia ocurre «en el año de 1830.-
Recien terminada la guerra de la Independencia con el Brasil/.../en uno de esos
risueños valles que hermosean las faldas de la cerrania que separa el Departamento
de Minas de el de Maldonado/.../ 94.
1865 Farsa y contra-farsa 95 Alejandro Magariños Cervantes, Buenos Aires, Real
y Prado, 145 p. La novela se desarrolla en Madrid en 1851.
1871 Los misterios del pillaje Francisco Pérez Montero, Montevideo, Imp. La
Tribuna, 375 p. El autor escribe lo que llama una «novela histórica de costumbres
judiciales» y narra lo que le sucedió cuando « /.../una mañana de ese mismo mes de
Junio [de 1856] apareció en los diarios de Montevideo un AVISO! no del cielo), sino
de D. Manuel Gradin pretendiendo un socio».96
1873 Pinas de oro Justo Rosas, Montevideo, s.d. La obra será según su autor, «/
.../un pálido retrato de las costumbres sociales/.../ [en] Los dias del año 1850 « 99 , en
Argentina.
1873 La Emperatriz del Plata y la Sultana Justo Rosas, Montevideo, s.d. En la
dedicatoria que el autor escribe a Florencio Escardó, aclara que pone «en sus manos
un escrito que es y no es serio/.../»100 para criticar a gusto las dos capitales del Plata-
a las que llama La Emperatriz del Plata y La Sultana- y algunos acontecimientos que
allí han sucedido.
1880 América Vespucio Gregorio Pérez Gomar, Buenos Aires, Imp. La Ondina del
Plata, 146 p. Crónica de sus viajes, con el fin de «determinar la misión que este habia
desempeñado en el descubrimiento de América/.../ 102 « y corregir los errores
cometidos por F.A. de Vamhagen.
1883 Lucila Setembrino E.Pereda, Paysandú, tip. El Pueblo, 83 p. El escritor
califica su novela como una «fantasía literaria».
1884 Los amores de Marta Carlos María Ramírez, Montevideo, tip. de A. Barreiro
y Ramos, 551 p. El escenario de la novela es «la más espiritual y opulenta ciudad de
Sud América». El escritor relata «el alboroto que causó en Buenos Aires la
enfermedad de Marta Valdenegros.-Una joven de diez y seis años, luchando durante
más de un mes /.../con los microbios ponzoñosos de la fiebre tifoidea 103 «. La historia
sucede en 1873.
1885 Tula y Elena ó sea el orgullo y la modestia Adela Corrége, Montevideo, tip.
de Librería Nacional, 99 p. La autora elige un escenario europeo para enmarcar su
historia : /.../ en las inmediaciones de Madrid, en un pueblito llamado Aranjuez»105 .
1885 ¡¡ Paysandú!! Horacio San Martín, Montevideo, Ed. J.B. Vaillant, tip. La
Guía General de Comercio, 126p. La novela histórica narra « esa corta pero terrible
lucha, en que los orientales, siguiendo opuestos bandos é ideas políticas, despedazáronse
mutuamente»106 , en la ciudad de Paysandú, en noviembre de 1864.
1888 De Linaje Francisco José Jaime Ros (seud.Alvaro Zapicán 108), Montevideo,
tip. de A. Godel, 246 p. El «boceto de novela nacional» comienza con un «cielo
salpicado de estrellas/.../y abajo, la naturaleza dibujando siluetas en la sombra.
Estraños al cuadro magistral de la callada noche, los soldados de Rivera dormian en
el llano descansando de la ruda y sangrienta jomada de Carpintería»109.
BIBLIOGRAFIA