UNIDAD I: Conceptos Generales
UNIDAD I: Conceptos Generales
UNIDAD I: Conceptos Generales
El origen de la palabra Cambiar deriva del latín cambire, cambiare, otro origen de
la palabra sería del griego Kampein. Lo relativo al negocio del cambio se basa en
el concepto de la entrega de una cosa por otra y en particular cuando se trata del
traspaso de dinero de una clase o especie por otro del a misma característica.
El derecho cambiario es una rama del derecho mercantil que va a estudiar los
títulos de crédito y la relación jurídica que surgen alrededor de estos títulos, el
origen del derecho cambiario se debe a la letra de cambio.
Sin embargo, para Astudillo Ursúa, si es importante este tema pues a nivel
procesal tiene relevancia por las limitadas excepciones que se pueden oponer a
los títulos de crédito y a las pretensiones del actor.
TEORÍA CONTRACTUALISTA
Otros autores también alemanes fueron Reinert y Thöl con influencia francesa.
Son seis teorías las que señalan Fuente y Calvo como las más relevantes
A) Teoría del derecho derivado. Para los partidarios de esta teoría, “el título de
crédito es la expresión de un contrato entre el suscriptor … y su primer
tenedor”. La substancia de la obligación está en el conjunto de las
relaciones jurídicas que han precedido a la emisión del título, y éste sólo
tiene una función probatoria. En otras palabras, el título de crédito es el acto
probatorio de un acto constitutivo consensual. Si esta idea fuera cierta,
sería imposible explicar una característica del título de crédito: la
abstracción.
B) Teorías del contrato literal. Conforme a la opinión de Arcangeli, estas
teorías pertenecen al periodo entre los siglos XVII y XIX: “atribuyen al
escrito una gran importancia, pues sostienen que la obligación resulta del
escrito del mismo”. Distinguen entre el negocio cambiario fijado en el título y
el contrato generador del documento.
C) Teoría de Einert. Concibe al título de crédito como el papel moneda del
comerciante. Son tres los pilares de ésta tesis:
5) Teoría de Gierke. Afirma que la emisión sólo es una oferta del derecho
documental, lo que implica a la aceptación de la oferta como ingrediente de la
eficacia del título
TEORÍA INTERMEDIAS.
Esta teoría menciona que mientras el título no circule, pueden aplicarse las teorías
contractualistas, en caso contrario, deberá atenderse a las teorías unilaterales.
Esta teoría surge como mixtas o híbridas por cuanto que invocan una doble
naturaleza de los títulos de crédito, aunque todavía con resabios de la teoría
contractualista.
Los autores que sostienen estas teorías son dos. El primero es Jacobi quien opina
que en el primer momento si existe un contrato documental entre suscriptor y
tomador pero que el título de crédito no es más que un contrato extracartular y que
cuando se pone en circulación, el título asume sólo la apariencia jurídica que
resulta del documento.
Los títulos de crédito son documentos privados que presentan la creencia, fe, o
confianza que una persona tiene en otra para que haga o pague algo, ya sea
porque se le haya entregado un bien o porque se le haya acreditado una suma de
dinero, son documentos constitutivos del derecho en ellos consignado, por lo que
cumplen una función no sólo probatoria, sino constitutiva, En la Ley de Títulos y
Operaciones de Crédito, se maneja un concepto de título de crédito, en su artículo
5º. diciendo que: “Son títulos de crédito, los documentos necesarios para ejercitar
el derecho literal que en ellos se consigna.”
Para autores como Joaquín Rodríguez y Rodríguez, Jorge Barrera Graf, Roberto
Mantilla Molina, Felipe de J. Tena y Antonio Labariega, prefieren llamarlos títulos
valor, noción derivada de la doctrina alemana.
Para autores como Raúl Cervantes Ahumada, Pedro Astudillo y Luis Muñoz, el
término que debe usarse es el de título de crédito, porque es más acorde a la
tradición latina que tenemos. Para Dávalos Mejía, prefiere la denominación título
de crédito, porque considera que en todos y cada uno de los casos establecidos
en la ley, existe en forma esencial la confianza, pues el título implica un valor y en
eso confía el deudor y en el respeto y cumplimiento que de él haga el deudor,
confía el acreedor. Si hay confianza hay crédito.
El artículo 2 de la ley de la materia establece como las leyes que van a regir a los
títulos de crédito y que son:
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
1.5 CARACTERÍSTICAS
1) Literalidad
2) Autonomía
3) Incorporación
4) Legitimación
5) Circulación
6) Al portador
7) Nominativos
LITERALIDAD
AUTONOMÍA
INCORPORACIÓN
que el Derecho va íntimamente ligado a él. Es decir, se une al título. El título lleva
incorporado un derecho, en la forma, que el documento va íntimamente unido al
título y su ejercicio está condicionado por la exhibición del documento, sin exhibir
el título.
CIRCULACIÓN
De tal modo, es concluyente que el documento se crea para circular, salvo que se
estipule como “no negociable” o “no a la orden” de conformidad con el artículo 25
de la ley en mención, con lo cual se restringirá su circulación.
AL PORTADOR
NOMINATIVOS
Artículo 23.- Son títulos nominativos, los expedidos a favor de una persona cuyo
nombre se consigna en el texto mismo del documento.
Díaz Bravo considera que los títulos de crédito son documentos constitutivos del
derecho en ellos consignado, por lo que cumplen una función no sólo probatoria,
sino constitutiva.
- Teorías contractuales
- Teorías intermediarias
El título valor será el instrumento para la ejecución del contrato, pero al mismo
tiempo varía la existencia del contrato.
Esta teoría descansa en el juicio ecléctico realizado por Vivante y Jacobi, quienes
resuelven que mientras el título no circule, pueden aplicarse las teorías
contractualistas; pero si es el caso contrario, debe atenderse a las teorías
unilaterales. A esta opinión puede objetarse que no se trata de una idea teórica,
sino de un juicio ecléctico.
Nace con una sola manifestación de voluntad de una sola paete; quien suscribe un
título valor se obliga a una prestación frente al poseedor del título y no subordina a
ninguna aceptación ni contraprestación. En consecuencia, la fuente de las
obligaciones que emana de un título valor es la voluntad unilateral de quien lo
crea.
El título obliga al suscriptor aún antes de salir de sus manos, pero, mientras está
en sus manos, coinciden en una misma persona las calidades de deudor y
acreedor. De esta manera, se mantiene en suspenso el ejercicio del derecho de
crédito de un tercero. El desapoderamiento del título es la condición para que la
obligación se transforme de potencial en la actual.