Clase 2-Cirugía 1-Preoperatorio

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NOMBRE: Walter Enrique Zambrano Benitez

GRUPO: 11
FECHA: jueves, 24 de octubre del 2019
CIRUGÍA 1

RESUMEN CLASE 2: PREOPERATORIO


El objetivo de la evaluación preoperatoria no es una detección sistemática amplia de
enfermedades no diagnosticadas, sino identificar y cuantificar cualquier enfermedad
concomitante capaz de incidir en el resultado de la cirugía. Esta evaluación es dirigida por
resultados de la anamnesis y la exploración física sugestivos de disfunción de órganos y
sistemas o por datos epidemiológicos que indiquen el beneficio de la evaluación en
función de la edad, el sexo o los patrones de progresión de la enfermedad.

Una vez que ha sido indicada la cirugía, el médico le comunicará al paciente sobre el
carácter de la intervención: urgente, programada, necesaria o electiva.

Intervención urgente: se plantea cuando la función de un órgano o la vida del paciente


depende de la prontitud con que se realice.

Intervención programada: no es urgente mientras el paso de las horas o días o sea


determinante para la vida del paciente ni para la función de un órgano.

Intervención necesaria: se plantea cuando de ella depende la función de un órgano o la


vida del enfermo, aparte de la oportunidad de su ejecución.

Intervención electiva: hay ciertas discusiones por el uso del término, pero para la mayoría
de los cirujanos la intervención quirúrgica electiva es aquella en la que se recomienda la
operación, sin embargo, el paciente puede optar por ser operado o no, sin que esto
represente el riesgo inminente de perdida de la vida o de la función de un órgano, sino
solo la presencia de una alteración orgánica funcional o estética que el paciente puede
tolerar de manera voluntaria.

Todo paciente antes de someterse a una intervención quirúrgica, dependiendo de las


comorbilidades que tenga, puede mostrar complicaciones cuando esté dentro del
quirófano, por lo que es importante, determinar el riesgo quirúrgico.

Al plantear la operación interviene en forma determinante la evaluación del riesgo al que


se expone el paciente al ser intervenido. Esta evaluación es de utilidad para todos: el
paciente podrá tomar una decisión y programará sus actividades y planes concretos, el
anestesiólogo seleccionará con precisión el tipo de anestesia por utilizar, en tanto que
el cirujano escogerá el procedimiento operatorio más adecuado, además de determinar
los métodos de control del paciente durante la operación y después de ella.

Hay numerosos factores capaces de influir de manera adversa en el riesgo de una


operación y es preciso realizar el esfuerzo de estimarlos de modo cuantitativo. La
valoración clínica, auxiliada con los exámenes complementarios elementales son los
mejores medios para calificar con eficacia el riesgo preoperatorio de un paciente.

En todo el mundo se utiliza la clasificación de los criterios de riesgo anestésico enunciados


por la Sociedad Estadounidense de Anestesiología (ASA, del inglés American Society of
Anesthesiologists), la cual fue diseñada en un inicio para seleccionar a los “mejores”
pacientes ambulatorios como candidatos a una intervención quirúrgica, y 30 años después
se ha convertido en un criterio convencional de clasificación de riesgo en los pacientes
quirúrgicos y en un método estándar contra el que se comparan otras clasificaciones más
elaboradas, las cuales fueron proyectadas para evaluar órganos y sistemas específicos.
Mediante dicha valoración de la ASA, los enfermos que se someterán a una intervención
quirúrgica se clasifican en cinco clases.
Evaluación cardíaca
Los pacientes mayores son más vulnerables a los acontecimientos adversos cardíacos
perioperatorios, y es imperativo identificar a los pacientes ancianos con riesgo más alto de
complicaciones cardíacas y comunicar de manera eficaz el riesgo quirúrgico. Un método
fácil y económico de determinar el estado funcional cardiopulmonar para la cirugía no
cardíaca es la capacidad o la incapacidad del paciente de subir dos pisos por la escalera.
Son necesarios dos pisos de escaleras, porque esto demanda más de 4 equivalentes
metabólicos (MET). En una revisión de todos los estudios de valoración preoperatoria
mediante el método de subir escaleras, los estudios prospectivos mostraron que es un
buen factor predictivo de mortalidad asociado con cirugía torácica. En la cirugía mayor no
cardíaca, la incapacidad de subir dos pisos de escaleras es un factor predictivo
independiente de morbilidad perioperatoria, pero no de mortalidad.
Exámenes de laboratorio
En la rutina preoperatoria se llevan a cabo los siguientes exámenes de laboratorio:
• Determinación del grupo sanguíneo y Rh.
• Citología hemática, en la que se determinan por lo menos el hematócrito y la
hemoglobina en gramos por ciento, la fórmula blanca, búsqueda de leucocitos anormales
y cuenta de plaquetas.
• Química sanguínea de tres elementos, es decir, la determinación de glucosa, urea y
creatinina en sangre.
• Determinación de proteínas en sangre.
• Examen general de orina.
• Tiempos de sangrado, coagulación, protrombina y tromboplastina.
• Prueba de ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA, del inglés Enzyme-
Linked ImmunoSorbent Assay) para detección de virus de inmunodeficiencia humana
(HIV).
• Reacción a la prueba VDRL (del inglés, Venereal Disease Research Laboratory) para
detección de sífilis.

Exámenes de gabinete

 La telerradiografía del tórax en posición posteroanterior es una exploración útil


para valorar el estado cardiorrespiratorio,20 así como para descartar dos
padecimientos: la cardiopatía reumática y la tuberculosis pulmonar

 El electrocardiograma se hace en el periodo preoperatorio en pacientes mayores


de 40 años de edad con el fin de explorar el estado cardiovascular; su utilidad es
que permite identificar dilatación o hipertrofia de las cavidades cardiacas y
detectar los trastornos del ritmo cardiaco. En la detección de isquemia miocárdica
silenciosa su valor es poco significativo.

Consentimiento informado y autorización legal

El enfermo y las personas legalmente responsables ya informadas en la entrevista tienen


el privilegio de hacer todas las preguntas que crean pertinentes para tomar su decisión, y
de consultar a otros profesionales para orientar su criterio. Si así lo desean, pueden
rechazar la operación propuesta y, en este caso, se les debe informar acerca de los
problemas potenciales a que está expuesto el paciente; deben dejar constancia escrita de
su negativa voluntaria en el expediente clínico.

Es reglamentario que el paciente y dos familiares o testigos firmen un documento


autorizando la intervención por parte del equipo de salud que la propone y que el
documento forme parte del expediente clínico; las características a las que se debe ajustar
dicho documento están descritas en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia
de Prestación de Servicios de Atención Médica.
Las intervenciones que afectan las funciones sexuales o de reproducción siempre deben
ser autorizadas por la pareja interesada. En casos de urgencia o incapacidad y en los casos
de ausencia de familiares responsables, dos médicos deben firmar la nota quirúrgica y
hacer constar la urgencia.

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