Libro Ferroviarios de La Calera Completo PDF
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Libro Ferroviarios de La Calera Completo PDF
FINANCIA
centro
patrimonio
desarrollo
Región de Valparaíso
Convocatoria 2013
Proyecto Folio N°11939 financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, FONDART Regional,
Línea Conservación y Difusión del Patrimonio Cultural, Modalidad Patrimonio Inmaterial, Convocatoria 2013.
Patrocinadores:
Centro de Estudios y Gestión del Patrimonio de la Universidad de Valparaíso
Centro Patrimonio Desarrollo
Primera edición
Valparaíso, mayo de 2014.
Capítulo 1
Memoria e identidad en los ferroviarios de La Calera 13
Capítulo 2
Estaciones, trenes y maquinarías de vía:
los artefactos de la memoria entre los trabajadores ferroviarios de La Calera 41
Capítulo 3
“¡Yo soñaba con andar arriba de un tren!”: recuerdos en torno al quehacer ferroviario 75
Capítulo 4
Fragmentos de la memoria ferroviaria: anécdotas, personajes, añoranzas y tragedias 141
La materialización de este libro, como la ejecución de la in- CEPADE (Centro Patrimonio y Desarrollo) por el patrocinio y
vestigación que lo cobijó, fue posible al apoyo y colaboración el compartir esta línea de trabajo referida al rescate patrimo-
de varias instituciones, organizaciones y personas. Nuestro nial ferroviario de La Calera. Al Centro de Estudios Avanzados
agradecimiento a cada una de ellas y ellos. Al Consejo Na- (CEA) de la Universidad de Playa Ancha por acoger la fase
cional de la Cultura y las Artes que, a través del FONDART de la escritura de este libro. A Santiago Flores, que prestó un
Regional en la línea Conservación y Difusión del Patrimonio apoyo constante a esta iniciativa y que facilitó, en su momen-
Cultural modalidad Patrimonio Inmaterial, financió el Pro- to, la vinculación con el Municipio de La Calera. A cada una
yecto Folio 11939 “Entre trenes y rieles: memorias e historias de las personas que nos regalaron generosamente sus re-
de vida de los ferroviarios de La Calera”. A la Sociedad de cuerdos, anhelos y fotografías; ellos son los verdaderos y más
Socorros Mutuos de Jubilados y Montepiadas Ferroviarios importantes protagonistas de este libro: Luis Zapata, Eduardo
de La Calera, especialmente a su directiva actual y anterior, Muñoz, Francisco Piraino, Renato Jorquera, Hugo Cisternas,
que no sólo patrocinó esta iniciativa sino generosamente nos Sergio Vargas, Carlos Rodríguez, Elsa Ibacache, Juan Ahuma-
abrió las puertas de la mutual como sus experiencias de vida da, Servando Urzúa, Wilson Arancibia, Juan Vásquez, Julio
en ferrocarriles. A la Ilustre Municipalidad de La Calera y su Elgueta, Mario Elgueta y su esposa Adriana González, Gas-
Alcalde, Sr. Eduardo Martínez, por el patrocinio y decidido tón Rojas, Luis Gardella, Eliana Montenegro, Olga Díaz, Raúl
apoyo mediante una vinculación de intereses que comenzó Corrales, Andino Aguirre, Ivonne Zamora, Arturo Barraza y su
hace un par de años atrás con la elaboración del Expediente esposa Olivia Tapia e hijas Lorena y Ana.
Técnico para declarar patrimonio histórico a la estación. Al
Centro de Estudios y Gestión del Patrimonio de la Universi-
dad de Valparaíso, y sus investigadores, por el patrocinio y las
largas horas de discusión y reflexión sobre el patrimonio. Al
Agradecimientos 9
Tren desrielado cerca de la Estación Quinquimo, 28/3/1958
Colección personal de don Hugo Cisternas.
Introducción
No cabe duda que el reino de lo ferroviario marcó una ser un ferroviario de La Calera conllevó un componente
época en Chile. Trenes y estaciones pasaron a ser parte cultural singular: en cada uno de ellos, en cada uno de
rutinaria del paisaje físico y humano tanto en pujantes los trenes que se detuvieron en los andenes caleranos, era
y bulliciosas ciudades como en recónditos y mustios lu- el país que se reunía en su diversidad, en sus anhelos y
gares. Terminado su ciclo, las maquinarias y los recin- sinsabores.
tos quedaron, dolientes y orgullosos, abandonados a su
suerte, y a la vez los modos de vida y las prácticas so- Cuando formulamos esta propuesta y decidimos dete-
ciales de quienes trabajaron en ferrocarriles refugiados nernos en La Calera no logramos visualizar que la refe-
en los recuerdos. rencia espacial contenía, a razón de lo anterior, un alcan-
ce mucho más complejo. Decir ferroviario de La Calera
Este texto busca precisamente emprender un viaje hacia remotamente tenía relación estrecha con una determi-
la memoria y las historias de vida de hombres y mujeres nada localidad, sino más bien con un cúmulo de inte-
ferrocarrileros de una localidad que pasó a ser un eje neu- racciones articuladas en los andenes de la Red Norte y
rálgico en el entramado férreo de Chile. En un momen- de la Red Sur ubicados en una misma estación. Y esto es
to donde para recorrer el país se debía necesariamente muy relevante para entender los componentes que es-
abordar un tren, La Calera y su estación pasaron a ser el tructuran la memoria de los trabajadores y las trabajado-
paso, o el destino, obligado de un sinnúmero de pasajeros ras ferrocarrileros caleranos. La estación, aquello que los
y aventureros de todo tipo. Solamente desde sus andenes cobijó en el oficio, son dos recintos a la vez. Por tanto la
era posible conectarse simultáneamente al norte, al sur, a amplitud espacial en cuanto a la pertenencia a un lugar
Valparaíso, a Santiago, a Los Andes, además de todos los tuvo, y sigue manteniendo, límites más amplios y diná-
puntos intermedios en cada una de estas rutas. Por tanto, micos. Identificar a un ferroviario de La Calera implica,
Introducción 11
en estos términos, reconocer vitalmente, en el caso de la El libro está conformado por cuatro capítulos. En el pri-
Red Norte, el punto de encuentro de la primera zona, es mero se aborda la relación memoria e identidad. En el se-
decir la ciudad de Illapel, como a la vez Pueblo Hundido gundo se acotan los artefactos de la memoria ferroviaria,
y localidades intermedias como Catapilco y La Ligua, sin particularmente la estación, los trenes y las máquinas re-
dejar de mencionar a Iquique por el ya mítico tren Lon- paradoras de vía. En el tercero se describen los distintos
gino. En tanto a través de la Red Sur, situar los bordes en aspectos contenidos en los relatos, entre ellos los tipos de
Valparaíso, en Santiago, además de pasar por Llay Llay y oficios, la sociabilidad, las tragedias, cómo llegaron a ser
Los Andes. En consecuencia, es todo un macro espacio ferrocarrileros, las rutinas, la presencia de las mujeres, en-
significativamente flexible lo que conforma la referencia tre otras. Por último, en el cuarto, se presentan fragmentos
que adscribe la condición de ser un ferroviario de La Ca- de cada uno de los testimonios recabados, buscando con
lera. De ahí que en las páginas siguientes todos estos ello una vinculación directa entre los lectores y los recuer-
lugares serán parte de los recuerdos. dos, posibilitando, aunque sea parcialmente, que los pro-
pios protagonistas hablen.
Es menester señalar que la motivación inicial que llevó a la
formulación de este proyecto sobre la memoria e historias No nos queda más que invitarlos a recorrer sus páginas,
de vida de los trabajadores de ferrocarriles de La Calera se dialogar con el pasado, reconocer la identidad cultural
encuentra ligada a dos iniciativas realizadas los años 2011 contenida en las remembranzas de aquellos que laboraron
y 2012 respectivamente. La primera abocada a elaborar el en la Empresa de Ferrocarriles posicionando a La Calera en
“Expediente Técnico para la Declaratoria de la Estación de la geografía ferroviaria universal, compartir el valor patri-
trenes y Tornamesa de La Calera como Monumento Histó- monial de sus experiencias de vida y, por último, hacerlos
rico Nacional” a cargo del Centro de Estudios y Gestión del partícipes de la demanda para que el tren vuelva a la esta-
Patrimonio de la Universidad de Valparaíso mediante un ción y comience nuevamente a marcar el ritmo de la vida y
financiamiento FONDART. La segunda destinada al “Res- el quehacer de los caleranos.
cate de Historias de la Estación Ferroviaria de La Calera”
acometida por el Centro Patrimonio y Desarrollo (CEPADE)
con financiamiento 2% FNDR-Cultura modalidad Con-
curso de Cuentos. Por ello el presente libro es, sin lugar
a dudas, una continuidad y un epílogo de lo que ambas
emprendieron; también un recorrido que se inició en los
andenes de la estación y que recaló en los recuerdos de
los últimos dinosaurios de la época de las estruendosas
máquinas de hierro a carbón, diesel y eléctricas.
12 Introducción
Capítulo 1
Memoria e identidad en los ferroviarios de La Calera
La bruma comienza a despuntar muy temprano en la ma- Somnolienta a veces, vigorosa otras tantas, la memoria
ñana. Hace mucho frío. Los primeros y tímidos rayos de sol ferroviaria sigue en pie pujando por reverdecer antiguos
permiten ver cómo, atrapando olores, capturando colores, laureles. Por ello es que entre nostalgias y reclamos apela
imágenes y sonidos, la memoria ferroviaria despierta, al al presente para no ser atrapada por el manto del olvido.
igual que La Calera, con los pitos de la estación, pitos que
anuncian febriles faenas y, una vez más, viajes, muchos via-
jes, al puerto, a la bulliciosa capital, a pueblos y ciudades 1.1. Una mirada relacional
pintadas por el agreste desierto, a recónditos lugares de
nunca jamás. Ciertas corrientes antropológicas e historiográficas de
las últimas décadas, regularmente han concebido que la
Si bien la ciudad ha dormido, la estación -cobijada en relación memoria e identidad configura una expresión
las memorias de hombres y mujeres tiznados por el colectiva inserta en contextos sociales específicos, por
polvillo del carbón, cubiertos por la grasa del pescan- ejemplo: a) una reacción cultural a procesos de moder-
te y manchados por el diesel- no lo ha hecho ya que nización impulsados exógenamente; b) mantención de
noctámbulos y fantasmales trenes de carga, como el una situación de poder/sujeción asimétrico; c) dinámicas
enigmático “Yesero” , la han visitado para recordarle
1
amenazantes a condiciones de minoría, otredad, diversi-
que el embrujo a la que está sometida sigue reinante. dad, etcétera2.
Vigilante y sigilosa, de esta manera, ha estado inmu-
table marcando la circulación arterial por el tiempo de En estos términos, la relación memoria e identidad tiene
los tiempos. que ver con transformaciones de gran alcance, lo que ha
“Estoy agradecido de ferrocarriles, porque me dio esta- “…, haber conocido un montón de gente, gente del co-
bilidad. Por la pega de ferrocarriles yo me he manteni- mercio, gente de los hospitales, gente del poder judicial,
do bien. Eduqué a mis cabros, tengo todavía una casa, que si bien no hay una relación de amistad con estas úl-
Don Raúl Corrales, que llegó a ser el encargado del área “Para la mantención de subestaciones, empezaba el
eléctrica de la casa de máquinas de La Calera con el técnico, empezaba a ser operador de subestación.
Respecto al departamento de Movilización, perteneciente Es desde esta perspectiva que para don Eduardo Muñoz,
al área de Transporte, don Carlos Rodríguez, resalta que la como ya lo mencionamos un destacado maquinista que llegó
carrera funcionaria era muy restringida ya que no era tan a ser instructor, el “personal de locomotora” siempre estuvo:
amplia como en Tracción y/o Maestranza, además de estar
sujeta a recomendaciones, un componente que condiciona- “más ponderado en los grados de la ubicación del
ba el ascenso al arbitrio de un tercero. Se empezaba como personal por el hecho que tenía funciones más espe-
conductor: cificas, más directas, tenía que tener más conocimien-
to y más salud, tenía que funcionar bien po, entonces
“…después habían inspectores de pasajes… Y de ahí, si eso tenía un costo, y tenían además una retribución de
seguían carrera, podían llegar a ser jefes del área, je- la empresa.”
fes de zona. Pero generalmente los jefes de zona eran
ingenieros, [aunque hubo conductores] como don Pe- Esta retribución consistía, tal como nos cuenta don Ser-
dro Baeza, que todavía está en servicio, pero ahora vando Urzúa, en un pago diferenciado a razón de la ma-
en MERVAL, trabaja en Limache. Para ser inspector los yor responsabilidad que tenían los maquinistas y en una
mandaban a cursos que se ofrecían, la jefatura veía si posición que era vista como privilegiada por los demás
tenía más aptitud, ver el grado educacional, me ima- trabajadores de la empresa de ferrocarriles:
gino que por ahí partía.”
“Entonces estaba bien pagada porque se conseguían
Así como el recordar el escalafón delata la vinculación en- muchas otras cosas más que no les pagaban a los de-
tre el oficio ferroviario y los dispositivos ordenadores ins- más, por ejemplo las horas extras a todos se les pa-
titucionales, también lo hace el referirse al estatus o jerar- gaba, pero acá tenía uno, se llamaba…, como sobre
quía al interior de la empresa. La memoria, de este modo, prima, fuera de eso tenía otro monto uno de…, usted
logra penetrar en aquello que los diferencia pero sin que- tiene derecho a tantas horas en el mes pero por ser
brar los arquetipos que fusionan el sentido de pertenencia maquinista tiene una sobre prima que podía trabajar
a un universo cultural común. Se puede tener diferencias una horas más y se pagaba por kilometraje, que era
en cuanto a la posición que se ocupó en la trayectoria la- por cada kilómetro recorrido iban aumentando…, eran
boral, mas no respecto al sentirse un ferroviario. En esta en pesos. Pero como eran tantos kilómetros y dentro
delgada línea, finalmente la construcción del recuerdo va- del mes eran muchos, entonces también era un suel-
lida la identidad al primar el (o los) artefacto(s) esencial(es) do aparte. Más se pagaba la antigüedad, se pagaba
por sobre los elementos funcionales, sin ocultar en este el trabajo nocturno, entonces el wattino siempre fue
Don Eduardo Muñoz, por su parte, destaca el rol de los “Yo, cuando ingresé, se hizo la Juventud Demócrata
dirigentes y las pugnas sindicales a partir de intereses po- Cristiana po. Yo pertenecí a la DC. [También estaba] el
líticos partidistas: Partido Comunista, que eran todos los viejos de la bo-
dega de carga. Esos viejos eran del Partido Comunista.
“Sí, aquí hubo grandes dirigentes. Yo fui de joven diri- Los socialistas habían hartos. De esos tres partidos.
gente, fui dirigente nacional. Acá teníamos nosotros, Momios no existían, no, no. Radicales sí. Los radicales
cada sección tenía su sindicato, era por secciones. Yo eran la mayoría.”
aquí fui, joven también, presidente de la Asociación San-
tiago Watt. Siempre teníamos nosotros dirigentes. Yo fui En el caso de don Luis Zapata, lo destacable era la capa-
varias veces presidente, y después fui también a nivel na- cidad que tenían los ferroviarios para organizarse a efecto
cional dirigente nacional. (…). Total que siempre hacien- de defender sus intereses, lo que se traducía en que cada
do cosas que se lo envuelve a uno la dinámica ésta, pero sección tenía su gremio:
era una vida, como le dijera a usted, que había que com-
partirla y apechugarla. Si hubo momentos duros pues “Yo pertenecí a la Santiago Watt [que estaba] en
oiga, aquí cuando…, no solo hablemos del 11 de sep- todo Chile. [También estaba] la Unión de Obreros, la
tiembre, sino que también cuando ocurrió el triunfo del Asociación de Empleados. En ese tiempo eran todas
presidente Frei, don Eduardo Frei Montalva, que fue muy poderosas. Yo cuando llegué estaban esas tres orga-
buen presidente, hizo muchas cosas, pero también en el nizaciones, [y entré a la Santiago Watt] porque era
lado sindical los ñatos crearon una central de trabajado- del gremio de tracción, de maquinistas y fogoneros,
res paralela a la nuestra, a la que teníamos nosotros… eran de esa. [En la Unión de Obreros participaban]
Era una organización a nivel nacional pero demócrata los mecánicos, revisadores, eh…, los de vialidad, por
cristiana, así de simple. Hasta el día de hoy está, todavía la cuadrilla. Claro, corraleros, cambiadores, todos
hay gente que pertenece. Y ellos también llevaban su esos pertenecían a la Unión de Obreros. Le llama-
proyecto, su inquietudes, qué se yo. Pero yo siempre fui ban, los miraban, como los servicios menores, pero
sindicalista, pero siempre miraba la cuestión la unidad, resulta que todos éramos uno solo no más. Eran
no éramos tan sectarios, yo trabajé con ayudante siendo gente con falso afán de figuración, todos esos di-
maquinista dos años sin hablarnos pos oiga, a puras se- rigentes que creían que ellos eran más. Mentira, si
ñales no más. Fue terrible. Y estamos hablando que no todos hacían igual.”
fue un momento de violencia, nada.”
“Claro, nosotros con las huelgas legales ganamos mu- vamos quedando tan pocos. Antes, cuando [ocurrían]
chos beneficios, y se nos han quitado, por ejemplo, la las huelgas íbamos todos juntos, porque todos tenía-
carrera funcionaria, la perseguidora que llamábamos, mos de algún modo beneficios. Los que tenían más
eh… los beneficios. Si nosotros [los de Vía y Obras] grados, tomaban más. Nosotros que teníamos menos
pertenecíamos a la Unión de Obreros, [la que luego pero ganábamos igual.”
se incorporó a] la Federación de Unión de Obreros Fe-
rroviarios de Chile. Yo todavía pertenezco. Están los Este relato de don Sergio ejemplifica la vitalidad de la me-
empleados, los obreros, los maquinistas, inspectores. moria ferroviaria, esa memoria que se articula, que se fa-
Aquí ahora estamos todos en uno solo. Claro, como brica en lo individual y lo colectivo para debatirse a duelo
Al extremo derecho, con gorro y parado al costado de la maquina, don Alfredo Barraza
Orrego (maquinista).
Capítulo 2
Estaciones, trenes y maquinarias de vía: los artefactos de la memoria entre
los trabajadores ferroviarios de La Calera
Estaciones y trenes conforman la matriz del quehacer fe- 2.1. La estación de La Calera:
rroviario. Ambos delatan un conjunto de arquetipos como sus antecedentes históricos
dinámicas sociales que explicitan una distinción cultural que
conjuga tecnología, prácticas laborales, conocimientos téc- De todas las estaciones, la ubicada en la localidad de La
nicos y tradiciones, componentes que de modo vivaz mate- Calera adquiere la condición de ser el recurso más articu-
rializan un marco donde lo ferroviario adquiere sentido de lador de la memoria de quienes trabajaron en la empresa
identidad y a la vez se despliega la memoria. de ferrocarriles en toda esta zona. Por ello no debe llamar
la atención que, para todos aquellos que generosamente
De ahí que, tanto las estaciones como los trenes y las nos compartieron sus testimonios, sea un referente obliga-
máquinas reparadoras de vía, logran conformarse como do que demarca hitos temporales, trayectorias laborales y la
lugares de significación de los hechos y experiencias de representación de la importancia que tuvo ferrocarriles para
vida no sólo de aquellos que trabajaron en ferrocarriles, el país. El edificio, las ruinas de él, conjuga vitalmente en
sino también de quienes fueron sus usuarios. Por lo mismo los recuerdos el pasado (siempre glorioso) y el presente (de
hospedan, como ningún otro artefacto , los demarcadores
1
reivindicación para que sea recuperado y puesto en valor).
culturales del ser ferroviario posibilitando su visibilidad.
La estación, por tanto, se yergue, no obstante su abando-
Consecuentemente es imposible, al escudriñar en las his- no, como un referente que obliga a mirar y valorar el pasado
torias de vida de los ex trabajadores de ferrocarriles de la ferroviario a partir del presente, un ejercicio que no se sitúa
zona de La Calera, no dar cuenta de estos lugares de sig- exclusivamente en lo material (las edificaciones), sino funda-
nificación, más aún cuando es aquí donde ellos adquieren mentalmente en las experiencias de vida de hombres y mu-
protagonismo en aquello de la construcción de la memoria. jeres ligadas -directa o indirectamente- con el andar sin des-
Lo que sufrió el trabajador ferroviario Abdón Ceballos Mo- “Desde hace algún tiempo se halla establecida en las
raga, marcado por la tragedia pero también por un sis- cercanías de La Calera, entre este pueblo y la Estación
tema laboral injusto donde unos pocos tenían privilegios de La Cruz, en la línea férrea del norte, una floreciente
y muchos otros ninguno, no fue más que un reflejo de labor de cemento romano y del ya famoso Portland,
una infraestructura que, a pesar de seguir siendo útil en el aceptado por los constructores como el mejor y el
transporte de carga, ya no era capaz de entregar comodi- más resistente. Los explotadores del establecimiento
dades mínimas a los trabajadores de Tracción y a aquellos de que nos ocupamos no han establecido su industria
que utilizaban el tren principalmente para trasladarse de a la usanza de la antigüedad, no, por el contrario, han
un lugar a otro como simples pasajeros; un escenario in- tenido la feliz idea de innovar en la materia, esto es in-
quietante para la Empresa de Ferrocarriles del Estado ante troduciendo por primera vez en Chile las maquinarias
la emergencia amenazante del transporte terrestre no fe- y elementos modernos que la práctica, en otros países
rroviario. en que esta industria forma parte de la riqueza públi-
ca, aconseja adoptar para el más fácil trabajo, el mayor
El proyecto arquitectónico y constructivo de la nueva es- ahorro de tiempo y el mejoramiento de la calidad del
tación ferroviaria de La Calera encontrará un aliado muy material elaborado.”43
importante: el cemento bajo la modalidad del hormigón ar-
mado tipo portland. Este tipo de producto, perfecto para la A partir de sus virtudes y características, el uso de este
construcción de grandes obras y elaborado por la empresa elemento para la construcción rápidamente se transformó
“El Edificio antiguo de la estación de La Calera es, como “los trabajos ejecutados significaron una actividad muy
se sabe, completamente inadecuado para los servicios superior a la del año anterior en el ramo de transfor-
que presta. Es una construcción anticuada desprovista mación de estaciones, trabajos que tienen por objeto
de comodidades e inhospitalaria para los viajeros, que principalmente aumentar su capacidad y facilitar la mo-
en gran número pasan por ella diariamente.” 49
vilización, tanto para el servicio de pasajeros como para
el de carga,…”52
De acuerdo a Alfredo Gajardo, en el caso de La Calera la
urgencia de un nuevo y moderno recinto estación se vin- Es así que durante el año 1931 se licitan las obras para el
culaba además a la importancia de los grandes estableci- recinto ferroviario de La Calera, las que contemplaron por
“…un espacioso hall donde estarán ubicadas las bo- Junto con estas instalaciones, de manera anexa se cons-
leterías, salas de espera de primera y segunda clases truyeron oficinas para el ingeniero de Transporte, para
(independientes), oficinas para el jefe de estación, los telégrafos del Estado y comerciales y para un servicio
telégrafo y ayudantes, departamento de toilette para médico; proyectándose un total de 400 metros lineales de
señoras y caballeros, oficinas para el Correo (corres- andenes cubiertos63.
pondencia en tránsito al Norte o vice-versa), y una
gran bodega para equipajes. De acuerdo al diario La Unión de septiembre de 1934, se
La superficie total edificada es de un poco más de un estimaba tomando en cuenta “la aceleración de los tra-
mil doscientos metros cuadrados, empleándose solo bajos y lo informado por un funcionario muy cerca de la
cemento y ladrillo.”62 Dirección [de Ferrocarriles]” que:
convoca la memoria dándole a las instalaciones de acogida vergadura, era “un aeropuerto” que “pa los dos lados, pa
y despedida de las locomotoras un estatus singular meta- acá [el sur] y pal norte” tenía unos “tremendos andenes”.
“Le voy a decir una cosa, jefe, si esto era tan precio-
so. Cuando yo ingresé a ferrocarriles, yo era un lolo,
Andén de la Red Sur de la estación porque “eran muchos, mucha gente”, además de aquellos mi padre también fue ferroviario, y la estación de fe-
de La Calera, década de 1950.
que venían “lleno[s] de matute” desde el puerto libre de
74 rrocarriles era un paseo obligatorio de la gente rica.
Sección Fotografías, Archivo Histórico
del Museo Histórico y Arqueológico de Arica, los que “traían ropas nylon, camisas de cotelé, blusas Como sería que cuando…, llegó a tanto, que era tan
Quillota. importante, que tipo seis de la tarde las turcas75, por-
nylon, jabón Camay” y “mucha pila”.
que antiguamente esto era de puro turcos no más, a
Si para don Andino Aguirre los sándwiches de jamón con las seis y media empezaba a ingresar la gente y se
palta, los dulces de La Ligua y el matute desde Arica mar- paseaban desde el puntero del andén hasta el otro
caba el ritmo de lo que se vendían en la estación de La extremo. Donde se veían zapatos bonitos, vestidos
Calera, para don Luis Gardella lo era la oferta de chirimo- bonitos, peinados bonitos, mujeres bonitas, jóvenes
yas que se ofrecían en “unas fruteras así, de mimbre”, unos estudiantes. (…). Así que llegó el momento en que al-
“canastillos, con un aro largo” donde se ponían “2 o 3 chi- guien le puso el cascabel al gato y tuvieron que pagar
rimoyas grandes” para el deleite de niños y adultos. andén, porque entraba la gente no más.”
Para don Servando Urzúa, en tanto, la estación de La Ca- Don Luis Zapata repara también en el hecho de que fue
bodega”. Estos animales se transportaban en “carros re- Estos recuerdos de don Raúl Corrales, Francisco Piraino
jas”. A veces los animales se traían “para engorda” desde y Renato Jorquera hacen referencia, una vez más, a la
el norte “cuando escaseaba el pasto allá”, cuando “había centralidad de la estación, todo pasaba por ella, pasa-
sequía”. Venían en un “tren directo” desde “Ovalle, de jeros y carga. Por ejemplo, don Renato nos comenta
todas esas zonas, con corderos”. Como maquinista, don que en ella se “vendía de todo, todo tipo de cuestio-
Francisco nos señala que estos trenes ganaderos él los nes”, en tanto don Raúl nos menciona que, aparte del
tomaba en Illapel para traerlos a La Calera y, desde aquí, ganado, por la estación de La Calera se desembarcaba
se llevaban a Petorca para proceder a alimentarlos hasta “mucho la papa también” que venía de los valles nor-
su regreso. tinos, y se llevaba hacia esa región “la sandía” en la
temporada de verano. En contrapartida, desde allá “se
Don Renato Jorquera también alude en su testimonio que traían unos melones riquísimos, quesos, una cantidad
en la estación de La Calera se vendía carne por parte de de cosas, brevas, higos, duraznos”. Pero no sólo anima-
comerciantes nortinos y además llegaba ganado vacuno les, frutas y quesos pasaban por las bodegas y patios
desde la Argentina: de la estación de La Calera, sino de manera importan-
te el cemento, el cobre y “8, 10 trenes en el mes con
“No públicamente, sino que traían, habían comer- chatarra” para “hacerle la electrolisis a la cuestión del
ciantes que traían cabritos enteros, o por cuartos cobre”.
50% de asistencia” para conocer la máquina. A partir de reducía la capacidad de arrastre, entonces usted tenía
este hecho, el conocimiento de cada detalle en el manejo que anular ese lado que se le cortó la biela, entonces
de la locomotora y la identidad ferroviaria se funden en la dejaba en punto muerto el lado malo y seguía con
memoria: un solo lado y tenía que reducir el tonelaje a la mi-
tad de lo que traía, entonces cual era la habilidad del
“…, la máquina a vapor tenía una particularidad, de personal que tenía que parar con el lado bueno, no
que si usted, por ejemplo, se le cortaba una biela le parar en punto muerto, y si tenía el punto muerto al
“…un sistema hidráulico, electrónico, donde usted por La Dressina detectaba desperfectos en “la trocha, los túne-
intermedio de la parte hidráulica hacía andar el vehí- les, los puentes, los pasos a nivel, los pasillos clandestinos,
Hasta hace pocas décadas atrás desde muy temprano en Algunos de estos trabajadores ferrocarrileros han estado
la ciudad de La Calera se escuchaban muchos silbatos: toda la vida allí, en la misma ciudad, en la misma población,
el de la Fábrica de Cemento Melón, el del Molino Scha- quizás incluso en la misma calle. Sus hermanos, padres,
cht, el de la maestranza del ferrocarril, los de los mismos tíos y abuelos también fueron ferroviarios, o ferroviarias,
trenes. al igual que sus vecinos y muchos de sus amigos. A otros
la vida los trajo de la mano de un oficio que aprendieron
Al ritmo de estos sonidos, cientos de jornaleros se des- tempranamente. Lo cierto es que al sonar el silbato todos
plazaban con rapidez entre las húmedas y aún escarcha- ya estaban preparados, atentos y listos para comenzar.
das calles para llegar a buena hora a sus puestos de tra-
bajo. Algunos caminando, otros en bicicletas, recorrían En la maestranza empezaban a rugir las diversas maquinarias.
ágiles los helados pasajes de las poblaciones obreras y En la estación los horarios de salida y llegada de los trenes
las avenidas de la ciudad. En este enjambre, quienes se estaban puestos en las pizarras. La hoja de ruta ya estaba
desempeñaban en la estación de ferrocarriles atravesa- firmada. Y el tren, con su fogón encendido, exhalaba grandes
ban la línea del tren y saludaban a los guardabarreras, bocanadas de humo mientras esperaba a los últimos pasaje-
a los que terminaba su turno de noche y se disponía a ros que, corriendo por los andenes, subían apresuradamente
marchar, y a los que llegaban a tomar el primer turno del bajo la mirada atenta del conductor. Suena otro silbato. El
día. Desde lejos se divisaba un mar de gente entrando a maquinista da tres pitazos que anuncian la salida. La vía libre
las oficinas del recinto estación aledañas a los andenes, ya está firmada. A lo lejos se divisan banderas y señales, en
a la maestranza, a la casa de máquinas, a los patios de la un mensaje que sólo los funcionarios entendían. El conductor
Red Norte y la Red Sur. Eran los trabajadores del ferro- se prepara y comienza a caminar por los pasillos voceando:
carril que comenzaban un nuevo día. ¡boletos, boletos...! El tren, finalmente, emprende su viaje.
Al profundizar en torno a la familia ferroviaria de don Como indicábamos, algunos de nuestros entrevistados
Hugo, él nos narra lo siguiente: desde la infancia y/o la juventud sintieron fascinación por
el mundo de los trenes, lo que los motivó a ingresar a la
“Todos, todos mis… Claro, todos en mi familia eran empresa siendo adultos. Sobre este punto, don Mario El-
ferroviarios. Claro, claro. Mis tíos, mi abuelo. Mi abue- gueta nos comenta:
lo era cambiador de la estación de Papudo. Rogelio
Mena Chacana se llamaba. Por parte de mamá. Claro. “De Chincolco somos y..., y había tren a Petorca, sólo
Por parte de mi papá no, no… Unos hermanos conocí hasta Petorca, que lo suprimieron, en1963. Empezaron
yo. Por parte de mi mamá sí que eran todos ferrovia- a, lo suprimieron y empezaron a demoler po lo exis-
rios. Claro, el único que salió, el único tío que salió, tente. Así que tuvimos la dicha de haber andado en
que salió más, fue marino. Pero los demás fueron fe- ese trencito. Ahora, la consulta ¿cómo es que me hice
rroviarios. Claro, los tíos ferroviarios. Y el abuelo, cla- ferroviario? Eh…, había escuela, escuela fiscal para la
ro. Y el abuelo y tías también. Había tías que fueron educación primaria en ese entonces, hasta cuarto pre-
telegrafistas en la estación de Caimanes, en esos años. paratoria. En seguida tuvimos en suerte que llegó un
Se llamaba la tía Florita, Florita Mena. Era hija de mi mecenas, llamémoslo, que interesado, [donde] quiera
abuelo, de mi abuelo Rogelio.” que él iba, un sacerdote, un curita, lo primero era de al-
guna forma y con tanto sacrificio hacer escuelitas en los
Otros, por su parte, nos han dicho que pese a no pertene- puntos más rurales, porque el analfabetismo era dueño
cer a una familia con tradición laboral ferroviaria, tuvieron y señor. Entonces hizo escuelitas. ¡Y nos fuimos a esa
diversas motivaciones para ingresar a la Empresa de Ferro- escuela! Al…, al…, yo estuve hasta tercero, tercero en
carriles del Estado. Algunos sintieron un enamoramiento escuelas fiscales, y ahí me fui a la escuelita del señor
repentino hacia los trenes en su infancia o juventud. Otros cura. Y en eso po, tanto fue que el curita éste, Miguel
fueron motivados por amigos que trabajaban en la empre- Jaramillo Benítez se llamaba, fundó un liceo con todas
sa o eran cercanos al trabajo ferroviario. También se halla- las de la ley. Llevó profesores, mejoró en dependencias
Casa de Máquinas
Espacio donde se alojaban las locomotoras
• Ingeniero
• Jefe de casa de máquinas. Maquinista de alto rango. Coordinaba todos los servicios, daba órdenes, en comunicación
directa con los jefes superiores de la zona, Coquimbo y Santiago
• Jefe de mecánicos de taller de conservación
• Jefe de mecánicos de taller de revisión
• Alistador: Administrativo. Existía un rol parecido en la Maestranza
• Ayudantes del alistador
• Secretario del ingeniero
I. Tracción
Carrera funcionaria en época del tren a vapor6 Carrera funcionaria en época del tren diesel-eléctrico7
• Limpiador. Además de la limpieza debía mantener la • Ayudante de maquinista de 3° (patio), de 2° (carga), de
máquina con arena, carbón y agua 1° (pasajeros)
• Caldeador. Se encargaba de preparar el fuego al interior • Maquinista de 3° (patio), de 2° (carga), de 1° (pasajeros),
de las locomotoras de 1°A (automotores de pasajeros)
• Fogonero de 3° (patio), de 2° (carga), de 1° (pasajeros y • Instructor
carga) • Inspector
• Maquinista de 3° (patio), de 2° (carga), de 1° (pasajeros
y carga)
• Instructor
• Inspector
II. Maestranza
Carrera funcionaria
• Oficial 3°, 2° 1°: Ayudante o aprendiz. Ayudaba al maestro y aprendía de él
• Maestro de 3°, 2°, 1°: Estaba a cargo del ayudante
• Jefe de grupo
• Jefe de taller
• Mecánicos. Prestaban servicio a los talleres de Conservación y Revisión de la Maestranza. Tenían conocimientos de
diversas especialidades. Entre ellos habían carpinteros, torneros de madera, mecánicos de banco (taller de carpintería),
herreros, torneros de ruedas, fresadores, etc.
III. Señales
Encargados de las comunicaciones
En la década de 1980 la Red Sur electrificó sus señales en La Calera
• Funcionarios encargados de la mantención de selectores o staff
• Funcionarios encargados de la mantención de líneas telefónicas
Fuente: Elaboración propia
b) Transporte: Área administrativa y técnica que con- oficios ya como empleado estable. Los funcionarios
trolaba el despacho de los trenes. Comprendía a los que querían ascender debían seguir estudiando y
empleados y al personal de servicio. Los empleados rindiendo exámenes, y podían aspirar a los cargos
debían rendir diversos exámenes para poder ascen- de inspector e instructor. Esta sección catalogaba las
der y completar la carrera funcionaria, la que partía estaciones según el tráfico, lo que determinaba el
de aspirante de empleado y continuaba en diversos número de funcionarios en cada una de ellas.
• Guardabarrera, guardavía o guardacruces. Cuidaba la pasada de los trenes en sitios en que un camino o calle cruza la
vía férrea. En algunas estaciones también cumplía la función de cambiador11
d) Técnicos: Trabajadores con preparación universitaria nente. El único oficio que hemos identificado en esta
(ingenieros), o provenientes de los institutos ferro- sección es el de los asistentes, por lo que no podemos
viarios, que se desempeñaban en diversas labores de plantear más información sobre la carrera funcionaria
gran complejidad, comenzando como operadores y que allí se desarrollaba. No obstante, nos apegamos a
llegando a ocupar cargos de jefatura. Si bien cono- la descripción que nos da don Andino Aguirre, quien
cimos sólo el caso de los técnicos eléctricos, supone- trabajó en este vagón especial:
mos que debieron existir también en otras secciones
de la Empresa. “El curita Gutiérrez daba películas a las estaciones
que no tenían luz y dónde había cuadrillas que arre-
Tras el golpe muchos fueron exonerados de sus traba- Don Francisco Piraino, en los mismos términos, nos señala:
jos, lo que no sólo significó un inconveniente económico
para ellos y sus familias, sino que repercutió con mucha “A mí cuando me echaron por teléfono [me dijeron]
profundidad en la identidad personal, llegando incluso deje el puesto y se acabó. Tuve que echar mis monitos
uno de ellos, don Gastón Rojas, a definirse a sí mismo a un tren de carga y venirme. En el tiempo de Pino-
como un “ferroviario a medias”13. En su escrito leemos lo chet, el 76, yo tenía 45 años, ahí salí exonerado.”
siguiente:
Don Eduardo Muñoz, de forma detallada, nos cuenta su
“Fueron pasando los años y nos íbamos dando cuenta experiencia:
que se estaban reduciendo los servicios. Ya se había
suprimido el tren al norte, en 1978 ya no quedaban “Si yo jubilé joven, yo jubilé de 45 años pos oiga, imagí-
trenes en servicio, a veces un equipajero a Coquimbo, nese, ahora tengo 82. Claro. Es que yo no alcancé a com-
y también se estaba suprimiendo personal, se les jubi- pletar los años, porque yo fui exonerado. El…, el 78. Sí
laba con menos del tiempo reglamentario, el ambien- [por mi militancia política]. Pero costó mucho que me…,
te se tornaba cada vez menos auspicioso, esto pasaba cómo se llama, es que yo tenía tiempo. Lo que aspira-
en toda la red a través del país. ba en la empresa era uno cumplir 15 años, usted con
Llego el año 1979 más bien en marzo apareció mi 15 años usted tenía media pensión segura, nadie se lo
nombre por reducción de personal yo tenía 20 años podía quitar salvo que fuera por dolo, ahí se va fuera y
de servicio, esto como que me quebró, teníamos 4 se va preso más encima. Pero ya teniendo ese tiempo,
hijos, y me fui para afuera no más. usted ya tenía media jubilación, 15 días, entonces uno
decía, pucha si aquí estoy bien, si aguanto más, y yo a
“Antiguamente había un reglamento donde tenía que “Que acá en Calera había un jefe que estaba a cargo de
tener experiencia el funcionario, futuro funcionario, todo el trayecto, de la vía, o sea, de la reparación de la
Don Hugo Cisternas nos refiere acerca de esta tradición 3.4.2. También laboran las mujeres
tras la muerte de don Víctor Zamora en 1959:
Al indagar sobre la participación de las mujeres en el oficio
“Ese accidente yo… yo no lo vi yo, pero fue una, fue una… ferroviario, los trabajadores entrevistados nos han contado
un funeral apoteósico. Fue toda la gente allá a Nogales. que era común que se desempeñaran en labores administra-
En Nogales fue, el cementerio, de Calera. Fue un tren tivas. Don Servando Urzúa recuerda:
“[Yo ingresé a la Empresa] en 1955. Tenía como 22 ahí el resto del tiempo. Quedaba para el lado sur. A don-
[años]… Había pasado los 20. Guardacruces-cambiador. de termina el andén pal lado sur. [Al frente de Ripley]. Si
Levantar y bajar la barrera y atender el cambio que va a todavía está. Sí po, [todavía pasa el tren], el metalero. Sí.
casa de máquina y el cambio trampa cuando entraban Estuve hasta el… ¿Pero cuando jubilé? ¡Uy! se me olvidó.
los carros con durmientes al Artificio. Porque por ejem- Si estoy re mala memoria. Después del golpe. El golpe
plo, aquí estaba la línea angosta y allá por casa máquina fue el 73. El 83 parece que fue que jubilé.”
pasaba la trocha ancha, entonces al lado de la garita nor-
te que hay ahí estaba el cambio trampa a donde había Adicionalmente nos relata la forma en que llegó a trabajar
otra paleta para dar vuelta para que pasaran los carros a la empresa:
anchos más bien. Claro, en eso. Yo trabajé como…, a ver,
jubilé a los 28 años [de servicio]…, como 24 a 25 años, “Mire, porque mi papá fue jefe de estación en Las Vacas.
porque después cuando el golpe como quedó poco Y ahí jubiló y nos vinimos a Nogales porque tenía visto
personal entonces me dijeron que el personal…, queda- una casa, con compromiso y todo, y nos vinimos no más
ron como tres no más, tres o seis personas obreros, en- po. El 44 parece que fue. El 1943. Entonces el papá estaba
tonces me dijeron que cómo yo iba a salir en los trenes, jubilado ya y no le llegaba la jubilación, porque en esos
porque tenían que ir a la rotativa, y cómo iba a entrar en años demoraba re mucho en llegar el desahucio, la plata
los trenes, subir a los trenes desenchufando, cambiando que le [correspondía]. Entonces el papá fallece y queda-
carros así… Más fuerza claro. Entonces ahí me…, como mos chicos antes que el papá recibiera eso. Falleció en
el cruce Centenario estaba sin guardacruces fijo estuve 1945 el papá. Y todavía no llegaba esa plata. Entonces le
Nombre Oficio
Tenemos otras referencias de trabajadoras de ferrocarriles que tuvieron los siguientes roles: Jefa de bodega de carga,
Secretarias, Boleteras, Conductoras
Fuente: Elaboración propia
A razón de la identificación de varios nombres de mujeres una mujer maquinista, y se desempeñó lo más bien.
ferroviarias por parte de los entrevistados, más diversas Era hacia el sur. Claro. Porque para maquinista no se
conversaciones no registradas que se llevaron a cabo con necesita la fuerza física, sino más mental. Porque en
algunos de ellos sobre este tema, tenemos la certeza de otras secciones sí se emplea lo físico, pero como ma-
que hubo más funcionarias en la Empresa de Ferrocarriles quinista es más mental. A lo mejor hubo muchos que
del Estado31. Pese a lo anterior, pareciera que en el imagi- no querían que las mujeres fueran maquinistas por
nario de los trabajadores la condición de ferrocarrilero hu- el hecho de que cuando el tren se desrielaba, no se
biese sido algo propio de lo masculino. Por ejemplo, uno volcaba, se desrielaba, se salía de la línea, había que
de los oficios más apetecidos por parte de aquellos que subirlo con los propios medios que contaban uno,
laboraban en el área de Tracción era el de maquinista, y que eran unos enrieladores demasiado pesados, que
al consultar por qué una mujer no podía llegar a ejercerlo, nosotros teníamos que moverlos entre dos hombres
don Servando Urzúa nos comenta: para poderlos colocar, entonces se decía que no po-
día ser una mujer porque si te tocaba un desrielo
“Prácticamente por tradición, pero…, eh…, hubo mu- cómo podía subir algo tan pesado para poder nueva-
jeres, yo creo que como el año 80 en Santiago hubo mente enrielar la locomotora.”
“E incluso, ahí en la sede, todos los años se hacía una, “Aquí adentro estaba todo de rayuelas. Era patio, te-
el aniversario de la asociación de jubilados, pero pare- níamos que limpiarlo. ¡Chis! Si he jugado, cuántas ve-
ce que también está un poco apagado eso, no sé. Yo ces a la rayuela.”
últimamente no he ido. Iba con ella yo, cuando corres-
pondía. Pagando una cuota, se dice, se pasa un rato Algunos de estos encuentros recreativos también tuvie-
con los colegas ahí y las señoras también po. No se ha ron participación de funcionarias de ferrocarriles. Por
participado últimamente.” ejemplo, la señorita Eliana Montenegro se hacía parte
de vino. Y se ponían a jugar dominó ahí en la casa, en encuentra articulada por los diferentes oficios que practi-
mi casa. Así que yo conocí muchos ferroviarios. Sí, él caron, conformando una suerte de rompecabezas donde
tenía, era muy amigo de todos. Sí, sí.” cada una de las piezas forma un todo. En efecto, la condi-
ción ferrocarrilera en su soporte genérico pasa obligato-
“Cuando se le celebraba, cuánto se llama, el cumplea- riamente porque cada uno asuma de modo particular lo
ños de algún… invitaban a los empleados, por ejemplo, que fue (maquinista, conductor, movilizador, palanquero,
que eran de confianza a una once o cosas así por el asistente, jefe de estación, jefe de taller, etcétera), avala-
estilo. Yo muy pocas veces fui.” do además por un conocimiento eximio de su quehacer.
Consecuentemente, la condición ferroviaria no opera en
un vacío, sino en un lugar repleto de distinciones vincula-
3.6. El oficio das al trabajo. Don Luis Zapata nos cuenta sobre el oficio
de maquinista y cómo llegó a conocer la línea férrea de
3.6.1. Un conocimiento profundo del trabajo memoria:
Otra característica importante de destacar en los ferrovia- “Yo fui maquinista. Me jubilé como maquinista. Maqui-
rios entrevistados es que la representación de sí mismos se nista de primera categoría. Alcancé a correr los auto-
“…y fuera de eso se aprende el recorrido: cuando hay lo que tenía que ver, la Maestranza San Eugenio per-
una curva, hay una bajada, o sea se aprende el per- tenecía ahí. Después fui operador máquinas vía, tuve
fil de la línea, usted puede manejar a ojos cerrado si escarpadora de discos, escarpadora de brazos.
quiere porque conociéndose el perfil sabe cuándo se Después fui operador de la Jackson, una ramea-
va encontrar con una curva, una pendiente.” dora… Después fui operador de la Kalamazoo. Esa
levantaba, nivelaba y rameaba maestras cuartos y
En los mismos términos, don Sergio Vargas nos hace un medio. Después me trasladaron [a la Red] Sur y fui
recuento sobre su trabajo en Vía y Obras: operador de la Támper, [que] levanta, nivela, ramea
y centra la línea.”
“[Yo fui] operador máquinas vía… Distintas maquina-
rias tenía que saber operar uno. Y ahí habían mecáni- Luego, cuando le consultamos si él pertenecía por lo tanto
cos, electricistas. (…) pasé a máquinas vías donde te- a una rama de Tracción, nos contesta:
nía que ver los esmeriles, los martinetes, los motores…
todo lo que era rodamientos, mantención en los talle- “Exactamente. [Era un trabajo] más técnico, más especia-
res que había, como el Taller Vía, Taller de Maestranza lizado. Con la vía. Porque de ahí los trenes…, [a diferencia
de Calera, Taller Vía Illapel, en Ovalle, todo eso, no- de] los vehículos que transitan; porque hay camionetas,
sotros…, Serena, Coquimbo, Vallenar, Copiapó, todo autos, hasta buses, no se caen por las cubas verticales
“Esa es la escuela práctica que tiene uno, ya cuando es “El 5 de mayo de 1952, ya como trabajador remunera-
maquinista ya empieza a tener patio, a hacer maniobras y do, porque antes en la repartición nuestra, porque la
de ahí salta a los trenes de carga y ahí aprende ya cono- empresa tenía varias reparticiones, a la repartición don-
ciéndose el perfil de la línea... Por lo menos en la máquina de yo ingrese se llamaba Transporte…, entonces ahí se
a vapor el fogonero que uno lleva al lado es un compa- exigía, digamos, un tiempo de aprendizaje que no era
ñero de trabajo, fuera de eso le enseña, tanto el freno, la remunerado, y estuve un año en esas condiciones, que
parte a vapor, máquina, y le pasa la máquina pa que tenga uno tenía que estar ahí igual como si fuera un funciona-
experiencia: ya pónete aquí un rato mientras yo almuer- rio, cumpliendo horarios, igual que cualquier funciona-
zo o descanso un rato. Entonces, esa es una escuela pal rio, pero no recibía ni uno… [Eso era un requisito] para
ayudante y ahí aprende uno el perfil de la línea, aquí voy a poder postular a un examen, si no reunía esa condición
subir, le quito un poco, o le doy más y trabajo la rienda.” no podía postular a un examen, tenía que…, la persona
tenía que tener algunos conocimientos, y ahí el jefe [de]
Don Servando Urzúa, en cuanto a este tipo de aprendizaje inmediato lo evaluaba y de la jefatura lo llamaban al
en el hacer, nos relata sus recuerdos de su época de ayu- concurso.”
dante de maquinista:
Esta instancia previa de aprendizaje del oficio también era
“Ahí uno adquiría experiencia como ayudante…, la ex- un requisito para el ingreso de los funcionarios a las re-
periencia la adquiría…, entonces al salir, el maquinista si particiones de Maestranza y de Vía y Obras37. Sobre esta
“Y aquí teníamos escalafón. Y había grados, creo que Licencia para conductor de motocarril, 11 de abril de 1961.
empezaba por el grado 12, o grado 10. No, era más Colección personal de don Sergio Vargas.
Empezamos el regreso hacia el norte, en un tren de pa- Sandias, melones membrillos, uvas y durazno de la estación,
sajeros, cruzamos el rio Aconcagua a través de un puente yo mismo compré un canasto de uva con duraznos de más
metálico, el cual era muy angosto, si las barandas casi se o menos 10 kilos. Seguimos el viaje.
tocaban con la mano. (…).
También se rectificaban las ruedas de carro, a veces había Aquí se presenta otro caso pintoresco del puerto, lle-
que cambiarle la llanta, más no tengo claro cómo lo ha- gaban barcos de carga y de pasajeros, y lo más grande,
cían, sé que era con temperatura y a presión. llegaba el barco platanero. En esos tiempos los plátanos
llegaban sueltos, arrumados a montones en las bodegas
El viaje en tren ha sido muy agradable, aparte de la cal- de los barcos. Una vez, cuando andábamos por el mue-
ma, los paisajes, se conocían otras personas, la gente que lle, vi que salía un hombre con una cuelga de plátano al
viajaba como en familia traía sus alimentos preparados y hombro y se internó hacia el cerro. Coquimbo tiene mu-
llegando la hora del almuerzo sacaban debajo del asiento chas viviendas en el cerro. Otro día vi a otro hombre con
sus canasto, bolsos, o sólo paquetes que traían pernil y una tortuga al hombro hacia los cerros de Coquimbo.
huevos cocidos, fiambre de gallina cocidas enteritas.
Aparte del ramal de Illapel a Salamanca, estaba el ramal
La gente cantaba, algunos traían guitarra, luego apare- de La Serena a Rivadavia, este ramal también era muy
cía el cocinero ofreciendo almuerzo preparado en el tren, entretenido, romántico como se le podía llamar. Todos
después aparecía vendiendo cerveza y bebidas gaseosas, los días salía este tren en la mañana y en la tarde, se
[como la] Bilz, limonada y productos Aoun de Coquimbo. salía de Coquimbo y se llegaba a La Serena a una esta-
Todos compraban los productos que ofrecían en el tren. ción nueva también construida en el Plan Serena en el
gobierno radical de don Gabriel González Videla. Como
Seguimos en el viaje pasando por unos pueblos como este señor era nacido en La Serena, durante su gobierno
Huamalata, la estación de Pejerreyes y la cuesta de Las se dedicó a reconstruir la ciudad, todas las casas que
Cardas con su estación al término de ésta. En algunos alcanzó a hacerlas de nuevo, las hizo, se construyeron
minutos más, media hora más o menos, llegamos a Co- varias poblaciones para empleados públicos, empleados
quimbo, a la estación nueva, fue construida en el pro- particulares, la población de Juan Soldado entre otras.
grama del Plan Serena en los años 50, también a unos
metros de ésta se construyó el edificio de la adminis- Se dice que en este tiempo había mucho trabajo, en todos los
tración de ferrocarriles, más unos chalet para sus inge- sectores de la ciudad había cuadrillas trabajando, supervisa-
A modo de conclusión general queremos resaltar que, Sin embargo, y pese a que el tren dejó de detenerse en los
independientemente de la razón o razones de ingreso a andenes de la estación de La Calera, el hecho de ser ferrovia-
Ferrocarriles del Estado, ellos (nuestros entrevistados) son rio dejó huellas importantes no sólo en los funcionarios mis-
la última, y en algunos casos la única, generación en sus mos, sino en sus familias, sus vecinos y la comunidad toda.
familias que se vinculó al tren de manera laboral. Las ra- Como señala Paulina Castro Contreras1, existe un sentido de
zones son básicamente dos. Por un lado, a fines del siglo pertenencia que se da en las relaciones sociales y laborales,
XX el servicio de ferrocarril se suspendió en gran parte del en donde hay una fuerte identificación con la condición de
país, terminando de esta forma con toda la Red Norte, el ferroviario.
tren Trasandino y la parte de la Red Sur que comunicaba
Valparaíso con Santiago. Este hecho afectó directamente a Muchos venían de una familia con tradición ferroviaria,
La Calera y demás ciudades conectadas a la línea férrea en otros comenzaron este arraigo cultural al ingresar ellos a
estos tramos, más aún cuando para muchos de esos luga- ferrocarriles, marcando de paso a sus esposas, hijos y otros
res el tren era el único medio de conexión y comunicación parientes, más aún cuando se vivía en poblaciones ferro-
con el resto del país. Al no haber servicio de carga ni de viarias donde siempre había alguien atento a los diversos
pasajeros dejaron de funcionar las estaciones, las casas de silbatos del tren o la maestranza. Éstos anunciaban no sólo
máquinas, oficinas y maestranzas, y muchas localidades el arribo o salida de muchos pasajeros, sino que también
debieron modificar su forma de vivir. Por otro, muchos hacían saltar el corazón y el pensamiento de los que es-
de los hijos de esta generación de trabajadores pudieron taban atentos, pues significaba el cumplimiento de la jor-
acceder a la educación superior, ya sea universitaria o téc- nada diaria, el aviso para ir a dejarle la comida al esposo
nica, por lo que tuvieron otras opciones laborales no vin- o al padre que estaba pronto a salir en el próximo viaje, la
culadas al trabajo ferroviario. llegada del familiar o amigo que hace varios días estaba
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