Cuentos para Abrigar - Junio 2020
Cuentos para Abrigar - Junio 2020
Cuentos para Abrigar - Junio 2020
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Cuentos para abrigar
Junio 2020
Antes de leer un cuento iniciemos con un ritual pudiendo Ustedes
elegir; Nosotras solemos cantar: “Estamos ya por comenzar… Un nuevo
cuento vas a escuchar…”
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Cuento editado por Nara.
Pero el agua no pueden encontrar.
Mamá pata los va a buscar.
- ¡Patitos! ¿Dónde están?
Se fueron muy lejos, no pueden regresar.
- ¡Mamá pata! ¡Mamá pata!
Se les oye llamar.
¡Cuac, cuac, cuac! Comienzan a llorar.
Cuento noruego
Érase una vez tres cabritillos. Eran hermanos y les llamaban los tres
cabritillos traviesos. Un día decidieron subir al monte a comer hierba
fresca y verde.
Para llegar hasta la cima del monte, tenían que cruzar un pequeño
puente de piedra, sobre un revoltoso riachuelo. Debajo de este puente
vivía un ogro enorme y feo, con ojos tan grandes como cazuelas y una
nariz tan larga como un bastón.
Había una vez una Mamá Coneja que vivía en un agujero en la tierra en
medio de un prado verde. Esta mamá tenía muchos conejitos que cada
día disfrutaban jugando, corriendo y saltando por la hierba que rodeaba
su madriguera.
Un día Mamá Coneja tuvo que hacer un corto viaje y dejó a los conejitos
durmiendo, cómodos y calientitos en su madriguera y se fue a través del
prado y por el camino polvoriento. Mientras estaba fuera empezó un
fuego en un barranco cercano que se avivó por el viento cálido del verano
y arrasó los prados de hierba verde. Más tarde, cuando Mamá Coneja
volvía a casa vio con horror que el fuego había llegado antes que ella. El
prado de hierba verde era ahora un rastrojo ennegrecido, y el suelo
estaba demasiado caliente para que pudiese caminar. “¿Estarán mis
hijitos a salvo, dormidos todavía, en la madriguera?” se preguntaba.
Mamá Coneja tuvo que esperar a que refrescara para poder pisar el
suelo. A la luz de las estrellas, caminó con cuidado hasta la madriguera y
se asomó. ¡Qué alivio encontrarse a los conejitos. Estaban todavía
profundamente dormidos, a salvo y abrigados en su agujero. Mamá
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Este cuento ha sido tomado del libro “Cuentos sanadores: una ayuda para padres y
educadores para gestionar situaciones difíciles y desafiantes”. De Suan Perrow. ING
Edicions. 2019. 5ta.Edición. España.
Coneja se sentía muy feliz. Entró a la madriguera con sus conejitos y
todos se durmieron hasta la mañana siguiente.
Cada día los conejitos veían el lugar de sus juegos, el prado de hierba
verde crecer poco a poco. Primero empezó con unos pequeños brotes
verdes asomando del suelo ennegrecido. Los brotes se hicieron cada vez
más altos hasta que todo el prado estuvo cubierto de hierba otra vez. Y
de nuevo, como al principio, los conejitos disfrutaron jugando, corriendo
y saltando por la hierba que rodeaba su madriguera.
La liebre y la zanahoria
Cuento chino. Adaptación y melodía de Tamara Chubarovsky1
La liebre saltaba por la hierba helada. Dos zanahorias encontró, pero solo
una se comió. La buena liebre pensó: -Seguro mi amigo el cervatillo no
tiene nada de comer, iré a su casa y la zanahoria le llevaré. Corre, corre
liebrecita no te vayas a enfriar, a la casa del cervatillo muy prontito has
de llegar
( cantado o recitado )
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Tomado del libro “Cuentos para ver, oír y sentir: cuentos breves para narrar,
teatralizar y representar con títeres de mesa”, de Tamara Chubarovsky. Cuarta
edición, 2016. España.
-Tal vez mi amigo el jabalí no tiene nada de comer, iré a su casa y la
zanahoria le llevaré. Corre, corre cervatillo no te vayas a enfriar, a la casa
de la zorra muy prontito has de llegar
¿No sabía todo el mundo cuánto les gusta salir y correr a los pequeños
ratones?
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El protagonista del cuento original es un Gnomo. Lo hemos cambiado por un
ratón, que es un personaje más cercano a los niños.
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Susan Perrow ha escrito este cuento para ser contado a los niños pequeños (3 a 5
años) que tienen que permanecer en casa durante la actual pandemia. Como señala
la autora lo ha escrito con una “estructura de espejo”. “El cuento sencillamente
refleja la situación y la amplía con imágenes que ayudan a compartir un mensaje que
es demasiado fuerte para exponerlo directamente a los niños pequeños. No he
mencionado ningún límite de tiempo, porque habría sido irresponsable ya que nadie
lo sabe en este momento”. El propósito de este cuento como señala es animar a
aceptar la situación actual de “distanciamiento social” y ayudar a los niños a buscar
y disfrutar las actividades que pueden hacer dentro de casa. El cuento ha sido
traducido por Teresa Blanco y compartido por Marisa Fernandez (www.marisa-
fernandez.es).
El pequeño ratón estaba encerrado en su casa en las raíces del árbol.
Por lo menos podía mirar por su ventana a través de las rocas y las raíces
del árbol. Se sorprendió de cuántas cosas se podían ver: hormigas
corriendo por allí, escarabajos de brillantes colores trepando por entre
las hojas caídas y conejos de largas orejas saliendo de su madriguera y
volviéndose a esconder.
Pero a pesar de todas las cosas que podía ver, el pequeño ratón cada vez
estaba más impaciente. ¿Por qué tenía que seguir sin salir de casa? No
tenía sentido que no pudiera salir.
Entonces Madre Árbol le susurró: “Las cosas no son como solían ser,
pero, confía en mí, pronto podrás salir. Confía en mí, confía…”
Todos los días Madre Árbol le susurraba: “Las cosas no son como solían
ser, pero, confía en mí, pronto podrás salir. Confía en mí, confía…”
Así que el pequeño ratón tenía que confiar y tenía que esperar. Sabía que
pronto sería libre para salir a jugar entre las rocas y las raíces del árbol.
Sabía que pronto sería libre para corretear de nuevo por el bosque.
Comprometidos
con la educación de la infancia