Discurso Guttember
Discurso Guttember
Discurso Guttember
Hace ochenta y siete años, nuestros padres crearon en este continente una nueva
nación, concebida en libertad y consagrada a la premisa de que todos los hombres
son creados iguales.
Hoy estamos abocados a una gran guerra civil que pone a prueba el que esta nación,
o cualquier otra así concebida y así dedicada, pueda resistir mucho tiempo. Nos
hemos reunido en el escenario donde se libró una de las grandes batallas de esa
guerra. Hemos venido a consagrar parte de este campo de batalla como último lugar
de descanso de quienes han entregado su vida por la nación. Es plenamente
adecuado y apropiado que así lo hagamos.
Religión
Abraham Lincoln era escéptico con respecto a las religiones. Creció en una familia
altamente religiosa pero nunca se unió a ninguna iglesia. Era reservado acerca de sus
creencias y de las creencias de los demás.7
Adolescencia
Abraham fue criado en el seno de una familia bautista, ya que tanto Thomás como
Nancy Lincoln, sus padres, pertenecían a la Iglesia Bautista de Little Mount, situado
cerca de Elizabethtown en el estado de Kentucky.
Cuando Abraham Lincoln tenía siete años de edad, su familia se mudó a Indiana. Al
cumplir los dieciséis años, Abraham fue contratado por James Gentry para conducir
una almadía de géneros hasta Nueva Orleans. Él y el hijo de Gentry comerciaron río
abajo, a lo largo de la costa de azúcar. Fue en aquel viaje donde se vieron obligados a
rechazar el ataque de una banda de personas negras
Por fin llegaron a Nueva Orleans; tiempo después de regresar a su hogar, su padre
decidió mudarse de nuevo. La hacienda en Indiana producía poco y la fiebre láctea
amenazaba su ganado. John Hanks vivía en Illinois, desde donde enviaba noticias
sobre aquellas tierras. Y Thomas decidió irse de allí. Tras un largo viaje, el grupo llegó
a orillas del río Sangamon, en el área cercana a Springfield, Illinois, en el año 1829.
Allí construyeron su nueva casa.
Denton Offutt, un hombre que le tomó afecto a Abraham, lo contrató para que a su
regreso de Nueva Orleans tomara cargo de un almacén con molino en Nueva Salem.
Y allí fue Abraham, en julio de 1831. Lincoln contaba ya con veintidós años de edad, y
era dueño de su persona. Se dijo él mismo más adelante:
Lo que era considerado como el Discurso de Gettysburg ese día no era el breve
discurso pronunciado por el presidente Lincoln, sino el discurso pronunciado por
Edward Everett. Everett era un reconocido diplomático y académico considerado como
el mejor orador de su época.
El discurso de Everett tenía 13.609 palabras y duró dos horas. En contraste, las
breves palabras de Lincoln resumieron la guerra en dos o tres minutos, en diez
oraciones, y en menos de 300 palabras.
Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente
una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las
personas son creadas iguales.
Lincoln habla de “nuestros padres” para generar unión entre el pueblo estadunidense
que lo está escuchando. Habla de los ochenta y siete años que llevan de vida los
Estados Unidos basándose en los principios libertarios y democráticos de un Estado
Liberal moderno, frases que reproducen la línea política del entonces presidente
norteamericano.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación,
o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo.
Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a
consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos
que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente
correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Abraham Lincoln era el líder de los ejércitos de “La Unión”, la parte norte de Estados
Unidos que estaba en desacuerdo y en guerra con los Estados Confederados, quienes
buscaban que la esclavitud no se aboliera y su total independencia del Gobierno
Federal, por lo tanto cuando el ex presidente menciona que “estamos empeñados en
una gran guerra civil” está dejando claro que no está de acuerdo con que esa guerra
continúe, el uso del verbo “empeñados” generalmente tiene una connotación negativa.
Sin embargo cuando dice “hemos venido a consagrar una porción de ese campo como
último lugar de descanso para ellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación
pudiera vivir” quiere decir que la muerte de esos soldados en esa guerra no ha sido en
vano y que la guerra como tal es una prueba para la unión americana.
Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos
consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y
muertos, que lucharon aquí lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre
poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho
tiempo lo que aquí decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí.
Lincoln hace un ejercicio de humildad junto con su pueblo al otorgar todo el acto de
“consagración de ese terreno” a los soldados muertos. El hablar de consagración es
una clara referencia religiosa (recordemos que el pueblo estadunidense tiene una gran
fe religiosa, por ejemplo: sus billetes dicen “In God We Trust”) utilizada nuevamente
para generar la unión entre los escuchas para conseguir el apoyo a su discurso
antibélico.
Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea
inconclusa que, aquellos que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente.
Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún
resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos, tomemos una
devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida
completa de celo.
Finalmente con esta última parte del discurso, Lincoln por medio de la aliteración en
donde incluye que son más bien ellos, los vivos, los que deben consagrarse a la tarea
de dar fin a la guerra por la que estos muertos dieron su vida, busca generar una
conciencia antibélica y de trabajo patriótico en sus escuchas.
«Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente
una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las
personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación,
o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo.
Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a
consagrar una porción de ese campo como lugar de último descanso para aquellos
que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente
correcto y apropiado que hagamos tal cosa.