Tarea 4 Terapia de Aprendizaje
Tarea 4 Terapia de Aprendizaje
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Edades y sintomatología
Entre los 18 meses y los 3 años es difícil delimitar entre un trastorno funcional (retraso
del lenguaje) o un trastorno estructural (disfasia), no obstante, es posible hacerlo en el
caso de trastorno del espectro autista TEA.
Como en cualquier hito evolutivo, existe variabilidad individual en las etapas de
adquisición, sin embargo, hay límites que podemos ver a través de la observación de
los siguientes parámetros que nos alertan ante una alteración lingüística:
Ausencia de lenguaje antes de los 18 meses.
Ausencia de asociación de pares de palabras antes de los 24 meses.
Ausencia de construcción sintáctica correcta después de los 36 meses.
Ausencia de pronombre personal “yo” después de los 36 meses.
Edades entre 3 y 4 años
Nos inclinamos por un retraso del lenguaje expresivo o mixto, cuándo observamos
alteración fonológica y dificultad en la comprensión de frases y no de palabra aislada.
Nos inclinamos por una disfasia si el retraso se presenta en la comprensión de
palabras sueltas y en la estructura sintáctica.
Entre 4 y 8 años
El trastorno de lenguaje se hace patente y puede mostrar diferentes sintomatologías:
Ausencia total de lenguaje
Inteligibilidad o deformación mas o menos llamativa de sonidos con fluencia
verbal costosa.
Disociación entre comprensión oral, descrita como normal y expresión pobre.
Disociación entre un uso correcto de vocabulario, incluso rico y desarrollo
sintáctico pobre.
Disociación entre vocabulario, fluidez, pragmática y desarrollo sintáctico pobre.
Dificultad para evocar palabras conocidas.
Después de los 8 años
Nos situamos en el campo de la patología.
¿Qué es la disfasia?
Es la pérdida parcial del habla debida a una lesión cortical en las áreas específicas del
lenguaje.
Este déficit en el lenguaje oral se caracteriza, además de por un retraso cronológico en
la adquisición del lenguaje, por importantes dificultades específicas para la
estructuración de este, produciéndose así, conductas verbales anómalas que se
traducen en una desviación respecto a los procesos normales de adquisición y
desarrollo del lenguaje.
Resulta difícil establecer la frontera entre retraso del lenguaje y disfasia, muchas veces
el diagnóstico viene determinado por la falta de evolución ante la intervención y el nivel
de la gravedad de la sintomatología. Los trastornos disfásicos tienen peor evolución
con una intervención sistemática. Nosotros tomaremos como criterios de distinción, la
mayor gravedad de los indicadores y la persistencia de esa gravedad. En el retraso del
lenguaje, aunque en un momento determinado pudiera constatarse como de la misma
gravedad que una disfasia, encontraríamos una mejor evolución, como consecuencia,
no solo de la intervención, sino también porque los factores ambientales dificultadores
asociados, van perdiendo fuerza frente a esa buena intervención y orientación escolar y
familiar. Resulta difícil establecer la frontera entre retraso del lenguaje y disfasia,
muchas veces el diagnóstico viene determinado por la falta de evolución ante la
intervención y el nivel de la gravedad de la sintomatología. Los trastornos disfásicos
tienen peor evolución con una intervención sistemática. Nosotros tomaremos como
criterios de distinción, la mayor gravedad de los indicadores y la persistencia de esa
gravedad. En el retraso del lenguaje, aunque en un momento determinado pudiera
constatarse como de la misma gravedad que una disfasia, encontraríamos una mejor
evolución, como consecuencia, no solo de la intervención, sino también porque los
factores ambientales dificultadores asociados, van perdiendo fuerza frente a esa buena
intervención y orientación escolar y familiar.
Suelen aparecer algunos de los siguientes síntomas:
En la expresión:
Intencionalidad comunicativa pobre y grandes dificultades para adaptarse al
interlocutor.
Graves problemas en los aspectos funcionales del lenguaje; predominio de la
función instrumental y reguladora.
Expresión muy baja, casi nula o constituida por emisiones que pueden ir desde
la palabra – frase hasta la expresión telegráfica.
Las frases o palabras se dicen en el orden impuesto por el pensamiento que lo
suscita.
Agramatismo: dificultades variables en la estructuración sintáctica.
Dificultad para manejar pronombres personales más allá de los 4 años.
Ausencia total de partículas de relación (preposiciones, etc.).
En la comprensión:
A este nivel tiene más dificultades que los sujetos con retraso del lenguaje:
Después de los seis años presentan una escasa comprensión de nociones
abstractas espaciales, temporales y con respecto a las propiedades y uso de las
cosas.
Tienen grandes dificultades para sintetizar una historia contada previamente y
para organizar el discurso
Dificultades en el aprendizaje de la lectura.
Afasia
Es el trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una patología
cerebral.
Se trata de la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje, debido a
lesiones en áreas cerebrales especializadas en estas funciones. Es entonces una
pérdida adquirida en el lenguaje oral. La afasia por otro lado es un trastorno
especifico en la adquisición del lenguaje.
Tipos
Afasia de Broca (motora): se caracteriza por la casi imposibilidad para lograr una
producción verbal fluida (apraxia del habla) y el empleo de frases cortas y
gramaticales (agramatismo), que son producidas con gran esfuerzo.
Afasia de Wernicke (sensorial): Se caracteriza por una deficiencia en la
comprensión y un habla fluida incoherente. Los individuos con este tipo de afasia
pueden hablar con oraciones largas, que no tienen ningún significado; agregan
palabras innecesarias y cambian unas palabras por otras.
Afasia Global: Se utiliza dicho término para denominar el tipo de afasia en el que
tanto la comprensión como la expresión están alteradas, compartiéndose por tanto
rasgos de la afasia de Broca y de la afasia de Wernicke. Se produce generalmente
como consecuencia de accidentes cerebrovasculares que comprometen el territorio
de la arteria cerebral media izquierda.
Dislalia
La dislalia es una dificultad para la producción o articulación de uno o varios
fonemas en niños o niñas mayores de 4 años sin que existan trastornos en el
sistema nervioso central ni en el periférico. Tampoco se observan deformaciones
anatómicas o fisiológicas en los órganos articulatorios.
Es un trastorno del aprendizaje que debe ser tratado de forma temprana para evitar
que pueda derivar en un bajo rendimiento académico. Afortunadamente, los
ejercicios específicos dirigidos por un logopeda con el apoyo de los padres suelen
dar muy buenos resultados en poco tiempo.
Corrección de la dislalia y otros problemas fonéticos
Evaluación del nivel articulatorio del niño.
Definición de un programa individualizado adaptado a sus necesidades
Estimulación de la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo
movimientos y posturas. También se experimenta con las vocales y las
consonantes y se enseña al niño a comparar y diferenciar los sonidos.
Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la
pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales. En esta fase también
se le enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos con los que tiene
más dificultades.
Se realizan ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas
hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del
sonido.
Se trabajan las palabras completas mediante juegos que facilitan la producción y
articulación de los sonidos difíciles dentro de las palabras.
Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles en cualquier
posición de una palabra, se tratará de que lo realice fuera de las sesiones, es
decir, en su lenguaje espontáneo y no sólo en las lesiones terapéuticas.
A lo largo de toda la intervención, en la que también tienen un papel activo también los
padres, se ejercitará de forma paralela la musculatura que está interviniendo en la
producción de los sonidos.
Disglosia
Es un trastorno de la articulación de los fonemas, de origen no neurológico central,
debido a alteraciones anatómicas y/o fisiológicas de los órganos articulatorios
periféricos que dificultan el funcionamiento lingüístico en personas sin afectaciones
neurológicas o sensoriales detectables, con una inteligencia no verbal dentro de los
límites de la normalidad, y que a pesar de tener una estimulación adecuada,
una educación suficiente y unos progresos observables, no llega a alcanzar un
conocimiento lingüístico que les permita comprender y expresarse de forma correcta.
Tratamiento
En el tratamiento de las disglosias es importante que se realice una intervención
multidisciplinar dada la naturaleza y el carácter de este trastorno del lenguaje. Debido a
que la disglosia es un trastorno que afecta a diversas áreas del individuo, a través de la
coordinación de un equipo de profesionales podemos conseguir que el paciente pueda
alcanzar un desarrollo normativo. Los profesionales que integrarían este equipo
multidisciplinar serían:
Además, el paciente con disfonía suele referir o presentar los siguientes síntomas no
fonatorios: tos, picazón, uso del carraspeo para aclarar la voz, sensación de cuerpo
extraño al tragar y dolor leve o moderado de garganta al hablar.
¿Cómo se diagnostica?
El sonido generador de la voz se origina por la vibración de las cuerdas vocales,
situadas en la laringe.
¿Cómo la tratamos?
La mayoría de las disfonías pueden ser tratadas con reposo de la voz y la modificación
de malos hábitos en el uso vocal. El tratamiento de la disfonía originada por procesos
infecciosos únicamente requiere reposo de voz y, en ocasiones, antiinflamatorios. El
tratamiento de los nódulos y el edema de cuerdas vocales consiste en llevar a cabo
rehabilitación foniátrica y, en caso de persistir, completar ésta con la extirpación
microquirúrgica.