Introducción

La percepción es uno de los fenómenos más fascinantes que estudia la psicología, aunque al ser

un proceso que nuestro cuerpo realiza de manera automática, suele pasar inadvertido por la gran

mayoría de personas. Pero los procesos perceptivos tienen una importancia tal que es por medio

de ellos que construimos una visión general y única del mundo (no todos percibimos lo mismo al

estar expuestos al mismo estímulo), los órganos perceptivos suelen funcionar en conjunto y

tienen una mayor validez de interpretación del estímulo dependiendo la situación a la que nos

vemos expuestos, por ejemplo si bien una señal de transito debe tener un olor o incluso sabor

particular y el material del que está elaborada puede emitir un sonido característico, nuestra

interacción con la misma está más asociada con interacciones táctiles o de observación, ello

también dependiendo de la distancia a la que esta se encuentre de nuestra posición, si nuestra

distancia del objeto es mayor a elongación de nuestros brazos, la interacción con ella será

meramente visual y con ello reconoceremos específicamente que señal de transito es, tomando en

cuenta otro ejemplo, cuando estamos en la cocina y necesitamos un cuchillo al centrar nuestra

observación en el mismo, podemos reconocerlo como tal y sujetarlo, pero si en una situación

particular en la que no hay luz deberemos confiar en nuestro sentido del tacto para reconocer el

patrón único del cuchillo y sujetarlo. Dentro de los múltiples fenómenos perceptivos tenemos a la

sinestesia que consiste en experimentar sensaciones de distintos sentidos en base a un solo

estimulo perceptivo, por ejemplo, ver colores en los sonidos, oler los colores, asociar sabores a

las texturas, entre otras. Por otro lado, algunas personas afirman sentir el olor a tierra húmeda o

perciben los cambios sutiles en el viento justo antes de que llueva. Pero por si sola la sensación

no es suficiente para representar el mundo externo de manera adecuada, los estímulos perceptivos

como sonidos, colores, sabores y olores, dejan de ser simples estímulos hasta el momento en que
los interpretamos y con ello construimos una visión del mundo que nos rodea, visión que varía de

una persona a otra. Los procesos perceptivos nos permiten comprender y dar significado a las

sensaciones que experimentamos en el devenir de nuestra vida; de no ser interpretados

adecuadamente los estímulos perceptivos las tareas más sencillas de la vida diaria tendrían la

tendencia a hacerse imposibles, imaginemos, por ejemplo, un domiciliario de rappi en la ciudad

de Bogotá, continuamente debe reconocer información visual precisa sobre su entorno ya que de

ello depende tanto so movilidad como su propia seguridad, debe tener la capacidad de distinguir

entre un amplio abanico de colores, formas y patrones, el no poder reconocer adecuadamente una

señal de transito que indique límites de velocidad podría acarrearle en el mejor de los casos un

comparendo, no reconocer las luces del semáforo o no medir adecuadamente la distancia con

otros vehículos podría terminar en un accidente, entre otras situaciones no deseadas, esto solo

tomando en cuenta la percepción visual, pero también debe reconocer los sonidos de los autos al

acelerar y frenar, los pitos de los mismos al solicitar vía, las sirenas de vehículos de emergencia,

entre otras sensaciones, y si dicho domiciliario tuviese problemas en la interpretación de

cualquiera de estos estímulos perceptivos no podría llevar a cabo adecuadamente su trabajo.

Este trabajo se centrará en los estímulos perceptivos asociados a la visión, y como la percepción

visual tiene variaciones dependiendo el tipo de observador del estímulo visual, tomando en

cuenta edades o géneros.

La percepción es un proceso cognitivo primario anterior al lenguaje y que ha formado parte de nuestra

evolución. Los avances en neurociencia en los últimos tiempos facilitan la comprensión de este proceso

cognitivo, a la vez extremadamente complejo y primario.

Dentro de los estudios de la psicología cognitiva dedicados a los procesos cognitivos de la percepción,

encontramos dos teorías: la ecologista y la constructivista. Descartamos la primera por arbitraria y

contraria a las evidencias de la neurociencia, ya que postula que la percepción es un proceso directo sin

construcción y que almacenamos la información tal como la percibimos. Para la segunda el proceso de

ver es activo, y nuestra visión del mundo se construye con información del entorno y con información

almacenada; la percepción no es una copia de la realidad, sino una representación de la realidad que

debe ser interpretada.

Esta propuesta supuso un giro respecto al enfoque tradicional del estudio de la percepción visual, ya que

hasta entonces el modelo predominante partía del supuesto de que los mecanismos cognitivos de la

percepción son pasivos y que vemos lo que nuestros ojos ven. La percepción es una actividad esencial

para la adaptación del organismo a un entorno específico, y, dado que ese entorno es cambiante, la

actividad perceptual debe adaptarse a esos cambios.

Aunque aún estemos lejos de saber a ciencia cierta cómo funciona nuestro cerebro, la neurobiología nos

ha aportado pruebas muy valiosas sobre la percepción del color, la cual nos sirve para ilustrar lo que

acabamos de plantear. Sostenemos que la percepción del color, y, por ende, de unos colores

determinados y no otros, es intencionada y responde a su utilidad para desenvolvernos en nuestro

entorno natural o en la sociedad. La percepción puede estar determinada genéticamente y puede

aprenderse socialmente.

Tal como dijimos en la introducción, consideramos que las destrezas perceptuales necesarias para

entender una obra audiovisual son idénticas a las de la percepción natural, por lo que la comunicación

audiovisual se rige por los mecanismos de la percepción natural. Al contrario del lenguaje, forma de

comunicación consciente mediante una construcción arbitraria (la lengua), la comunicación audiovisual

se basa en un proceso innato e inconsciente.

En esta primera aproximación se ha demostrado que el estudio de los esquemas perceptivos

audiovisuales y su aplicación a la traducción audiovisual puede abrir nuevas vías en la investigación de la

traducción audiovisual. En primer lugar, nos permitirá desarrollar en el futuro nuevas herramientas de

análisis de la percepción de una obra audiovisual mediante la identificación de las estrategias narrativas

que activan unos determinados esquemas perceptivos. Estas herramientas, a su vez, facilitarán el

proceso y el estudio de la traducción audiovisual y podremos cambiar el concepto de traducción

subordinada por el de traducción simbiótica

Existe un fenómeno visual ampliamente investigado, que conocemos como adaptación a

la oscuridad. Veamos lo que ocurre en este proceso y su fenómeno complementario, la adaptación a

la luz. Si pasamos de un lugar oscuro a otro iluminado, adaptación a la luz,

se producen los siguientes cambios:

1.La pupila se contrae, siendo su diámetro inversamente proporcional a

la intensidad luminosa, actuando el denominado reflejo pupilar.

2.La retina eleva su umbral de excitabilidad, es decir, se requiere mayor intensidad luminosa para que se

detecte un cambio de esta. O dicho en otras palabras, puesto que el umbral de excitación se

halla inversamente relacionado con la sensibilidad: sensibilidad= 1 / umbral ; podemos

afirmar que disminuye la sensibilidad de la retina.

3.Se destruye el pigmento visual de los bastones (la rodopsina) y se regeneran los de los conos

(cianosina, yodopsina )

4.El PH de la retina se vuelve ácido.

es más complejo, produciéndose los siguientes cambios:

1.Dilatación de la pupila, hasta llegar a 9 mm, aproximadamente, de diámetro (midriasis).

2.Transcurridos unos 3-4 minutos (de permanencia en el cuarto oscuro), disminuye el umbral de

excitabilidad de los conos, o lo que es lo mismo, aumenta la sensibilidad de éstos a la luz.

3.Paralelamente, va disminuyendo el umbral de excitabilidad de los bastones (es decir, aumenta la

sensibilidad de éstos), hasta alcanzar la máxima sensibilidad cuando han transcurrido unos 20-30

minutos (de permanencia en el cuarto oscuro).

4.Estos dos procesos, acaecidos en los conos y bastones, al representarlos gráficamente, permiten

obtener la Función de adaptación a la oscuridad, compuesta por dos tramos curvilíneos, a saber, la curva

de adaptación de los receptores fonópticos y la curva de adaptación de los receptores escotópicos.

 5. El PH de la retina se vuelve alcalino.

Percibimos un mundo en tres dimensiones, lo cual nos resulta muy útil tanto en operaciones tan

simples(aparentemente) como coger un objeto, como en operaciones de tanta precisión como conducir 

un vehículo, golpear a una pelota con una raqueta o el aterrizaje de un piloto de aviación.

a Teoría de la percepción directa (concepción Realista) rechaza cualquier pretensión de

construcción e inferencia y propone la captación inmediata de la información contenida en el

estímulo. Así, Gibson (1966) sostiene que los sistemas sensoriales funcionan como auténticos

sistemas perceptuales que recogen del medio ambiente la información necesaria para realizar un

comportamiento adaptado a dicho entorno. Una de las más importantes fuentes de información

sobre la tercera dimensión es el gradiente de densidad de textura, que se halla contenido en la

situación estimular.