Emdr Tema2
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Psicología y
psicopatología perinatal
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 28
Test 30
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
P S I C O L O G Í A Y P S I C O PAT O L O G Í A P E R I N ATA L
Embarazo
OXITOCINA
TEORÍA POLIVAGAL Parto
VÍNCULO
Postparto
Tema 2. Esquema
Intervención en trauma: EMDR
Esquema
3
Ideas clave
La mirada de otra persona hacia nosotros, por ejemplo, sirve para transmitir
acogimiento, indiferencia… y esto tendrá una repercusión en nuestro cuerpo. En la
interacción social la comunicación es bidireccional entre los estados corporales y
emocionales de las personas implicadas. Si pretendemos que esta interacción
transmita apoyo y tenga lugar la corregulación de la activación fisiológica, será
necesario que haya señales de seguridad y confianza mutuas.
muerto.
Si nos llevamos el ejemplo a una escena familiar entre un padre y un hijo adolescente
en la que el hijo percibe hostilidad, ¿qué posibilidades de reacción se pueden dar?
¿Qué formas tiene un niño de huir, luchar o hacerse el muerto? Es posible que discuta
Podemos entender entonces que, como terapeutas, tenemos que prestar especial
atención a las reacciones corporales y fisiológicas que ocurren en terapia:
Si estamos trabajando con un paciente adulto, tendremos que ser cuidadosos para
transmitir seguridad.
Decíamos antes que la calma facilita la confianza, así que primero, antes de cada
sesión, deberíamos chequear cómo estamos nosotros y maximizar nuestra sensación
de calma. A veces resulta difícil porque podemos tener algún disparador entre sesión
Puede ser también que alguna sesión sea más complicada por el estado mental del
paciente o lo que nos genera. En este caso, debemos tener estrategias para minimizar
nuestra sensación. Hacer una breve pausa antes de la siguiente sesión nos puede ser
útil, aunque sea de un par de minutos: mirar por la ventana, tomar un vaso de agua,
hacer algún estiramiento, escuchar una canción que nos gusta o audio de regulación
emocional… Si no conseguimos esto, sabemos que es más probable que en el próximo
paciente se activen reacciones más defensivas o de inseguridad.
Una vez hecha la evaluación, hay formas en las que se puede trabajar esto en
consulta, utilizando algunas de las bases del apego seguro.
Conexión
Por ejemplo, en una sesión familiar con los padres y un hijo de once años, explicaban
que el niño se había quejado varias veces los días anteriores de que unos compañeros
de clase lo habían insultado y dado una patada. Alternaban la narrativa entre ambos
padres. La comunicación no verbal era de reproche a su hijo, lo cual era recibido por
el hijo, en silencio, desde la tristeza.
A partir de ahí los padres tomaron más conciencia de lo que les generaba a ellos la
situación de su hijo: frustración, cuestionamiento sobre su capacidad como padres…
y cómo, sin darse cuenta, se estaba transmitiendo a través de la comunicación no
verbal.
En este caso la terapeuta funciona como «yo auxiliar» del niño, expresando primero
lo que percibe que está ocurriendo en la sesión, haciendo una hipótesis de cómo se
puede estar sintiendo el niño en ese momento. Para que esta intervención sea útil es
necesario que haya vínculo con el terapeuta, si no, o será ignorada o activará
actitudes defensivas u hostiles.
Regulación
Todo esto lo vamos a hacer con extremo respeto, cuidando nuestra expresión no
verbal y verbal, utilizando un tono y lenguaje amable. Una intervención útil a utilizar
durante los procesos terapéuticos es la reformulación.
Por ejemplo, un paciente acostumbrado a escuchar en su casa cada vez que lloraba
«qué llorón eres», «eres un blando», «otra vez con lo mismo», «no tienes motivos
para ponerte así», de forma alternativa, encontrará una nueva figura de apego
(terapeuta) que no le hace reproches, no lo juzga, le da su espacio y lo acompaña en
silencio; no lo interroga, intenta dar sentido a lo que está ocurriendo en términos de
disparadores externos/internos…
Va a empezar a tener una experiencia distinta que posibilitará cambios poco a poco.
La identidad va cambiando de ser un «llorón» a entender el proceso que hace que un
comentario de su compañero de trabajo, por ejemplo, active una cascada de
emociones, activación fisiológica y creencias negativas sobre sí mismo.
Esto es más fácil de hacer si es una sesión individual, pero en sesiones familiares
puede ser que el terapeuta se despiste y, si el padre/madre empieza a hablar
rápidamente y los niños se colocan en otro lugar del despacho (jugando mientras el
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Nos vamos a fijar si un paciente en consulta individual tolera la mirada del terapeuta
o si es un disparador y la evita. Siempre nos ajustaremos a lo que sea tolerable para
el paciente, mientras intentamos entender qué aspectos de su biografía se relacionan
con eso que está ocurriendo ahora.
En sesiones familiares vamos a fijarnos en la disposición espacial que ocupa cada uno
nada más llegar a consulta y luego, mientras uno habla, cuál es la reacción de los
demás (si lo miran, miran al terapeuta, miran hacia otro lado, tienen la mirada
perdida…).
Ejemplo 1
Un niño está desregulado, contando alguna cuestión que lo angustia y ningún adulto
establece contacto visual o físico, lo podemos traducir como una dificultad de los
adultos/fallo de apego. Es posible que esta no-reacción de los padres se relacione con
los modelos parentales que ellos mismos han internalizado: lo que deben hacer en
diferentes contextos. Quizá han aprendido que deben dejar a los niños llorar para
que aprendan a ser más fuertes y sufran menos en la vida, o que si les hacen caso en
ese momento, es como si los niños se salieran con la suya… Es muy frecuente
escuchar afirmaciones así en entrevistas familiares.
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Debemos tener en cuenta también que, en muchas ocasiones, los padres quieren
mejorar lo que a ellos les ofrecieron, pero encuentran muchas dificultades para
hacerlo o no se ven capaces.
Una sesión familiar con un niño de ocho años y el marido de su madre. La terapeuta
le pregunta al adulto cómo se encuentra el niño, el adulto responde que muy bien.
En ese momento el niño tiene la cabeza cabizbaja y ojos vidriosos, entonces la
terapeuta le pregunta al adulto cómo cree que se encuentra el niño en ese momento.
El adulto mira al niño, la respuesta es parecida: «creo que bien». Aquí nos
encontramos con un fallo grave de conexión.
Que rápidamente lo mire y conecte correctamente con el estado mental del niño.
Que rápidamente lo mire, pero no sepa descifrar cómo está, diga «no sé» o hable
de una emoción que no corresponde al estado del menor.
Que el adulto responda sin mirar.
Sin la mirada difícilmente podrá captar cómo se encuentra el menor en ese momento.
No poder mirar nos habla de una dificultad del adulto, que tendrá que ver con su
historia, tipo de apego…
Ejemplo 3
del padre: este se dirige a la silla del lateral, entonces el niño se sienta en la otra silla
lateral al lado de la caja de arena. La psicóloga se queda sola en la mesa: desde el
humor, invita al padre a sentarse en la mesa; este accede con clara incomodidad.
Nos podemos hacer una idea del funcionamiento mental de este padre, sus modelos
operativos internos, sus defensas y cómo esto puede estar influyendo en el cuidado
hacia su hijo y otras relaciones.
Risa y humor
Además de la mirada, la risa es un elemento sobre el que podemos hacer una breve
reflexión. Cuando aparece la risa en la consulta estando en sintonía, tiene grandes
beneficios; puede ser al contar alguna anécdota divertida y, entonces, es un
momento de compartir con el terapeuta.
Puede ser también que el humor aparezca como forma de relativizar algo de alto
impacto emocional, que permite tomar distancia en un momento dado. Las
experiencias positivas dejan una huella importante, con lo que vamos a reforzarlas
todo lo que sea posible.
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Decíamos en el apartado anterior que detectar los estados afectivos de las personas
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Esto nos ayuda a entender la importancia que tienen las señales que un bebé recibe
de su cuidador principal (tranquilidad o amenaza) desde el embarazo. Hay que tener
en cuenta, además, que el contexto al principio de la vida extrauterina es muy
limitado, unido al contacto físico de la madre y otros cuidadores, y poco a poco vamos
ampliando el círculo de seguridad.
Por eso debemos siempre recoger en la entrevista clínica información sobre la etapa
perinatal: si traen a nuestra consulta a un niño le preguntaremos a sus padres, y si el
que acude es un paciente adulto, le preguntaremos directamente por su propia
historia y recogeremos también si tiene hijos.
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Intentar gestionar
sus estados emocionales
Sabemos que el entorno del niño depende de la madre y esto hace que algunas
madres se sientan responsables de no poder estar más tranquilas y ofrecer un mejor
clima emocional. Aquí juega un papel fundamental el apoyo de otros adultos: poder
contar (si se tiene) con el apoyo de la pareja, familiares y amigos va a minimizar el
malestar emocional de la madre; si no la juzgan y la acompañan en la medida que
necesite. Y si se está generando un cuadro psicopatológico preocupante, es el
entorno más cercano el que, desde el cuidado y respeto, puede facilitar que esa
persona pueda ser ayudada por un profesional cualificado.
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Vemos aquí ejemplos de narrativas respecto al embarazo de algunas madres que han
traído a sus hijos menores de edad a la consulta de psicología por diferentes motivos.
En la mayoría, los hijos están presentes en la sesión cuando los expresan:
Embarazo: narrativas
«Llevaba toda la vida queriendo ser madre, tenía una idea de cómo iba a
ser todo exactamente».
«Fue una época dura, pero sin duda volvería a pasar por ello».
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Pasa con frecuencia que, si no preguntamos de forma directa, hay información que
se omite ante preguntas abiertas, como abortos previos (voluntarios o involuntarios)
y traumas durante el embarazo.
Parto
Respecto al parto vamos a hablar sobre la oxitocina, dada la relevancia que tiene en
este proceso (Cortés, 2017).
Existe una interacción entre una necesidad que hace que se genere una hormona y
la hormona que va a facilitar determinadas conductas o emociones. Nuestro
organismo y nuestras emociones tienen una comunicación permanente.
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Nada más nacer, el bebé tiene los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas tras las
contracciones finales del parto que hacen que se adapte a la falta de oxígeno. Esto
facilita que la mayoría de las mujeres se sientan atraídas por esa mirada, y esta es
fundamental en el inicio de la relación madre-hijo.
Así, oxitocina y apego están relacionados; el bebé, para sobrevivir, depende de que
se genere esa unión. Pero la oxitocina solo se libera en un contexto de calma,
seguridad y tranquilidad. Si se genera adrenalina, se va a inhibir en contextos de
peligro: se activa el cerebro reptiliano. También se inhibe si se activa demasiado el
neocórtex, que genera activación mental.
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Es necesario que cada mujer pueda elegir cómo quiere que sea su parto, quién quiere
que esté presente: pareja, otros familiares, profesionales como la comadrona, etc.
Las condiciones deben ser favorables para que la madre vincule con el niño. Los
acompañantes serán de ayuda si están sintonizados con la madre, siendo un apoyo
en lo que necesite afectivamente.
Si es una mujer adulta con hijos: por el suyo propio y los de los hijos.
Si es un niño: preguntaremos a la madre.
Vemos aquí ejemplos de narrativas respecto al parto de algunas madres que han
traído a sus hijos menores de edad a la consulta de Psicología por diferentes motivos
de consulta. En la mayoría, los hijos están presentes en la sesión cuando los expresan:
Parto: narrativas
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Esta narrativa aislada no podemos saber si es muy relevante, para ello tendremos
que ver cómo se generó el apego y otros factores de la biografía. Pero desde luego,
como adultos debemos reflexionar sobre el impacto del lenguaje en los niños y su
implicación en la construcción de la personalidad.
Postparto
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En el puerperio, la oxitocina activa las conductas de cuidado de los adultos hacia los
bebés y disminuye la ansiedad de la madre, lo que ayuda a dar respuesta a las
numerosas necesidades de un recién nacido. El bebé necesita de su protección,
nutrición, etc., y la oxitocina promueve el contacto físico con el bebé, siendo este
fundamental para la construcción de un vínculo seguro. Permite también que los
adultos disfruten durante la realización de estos cuidados, regulando su sistema del
estrés e incrementando la relajación y sensación de seguridad en adultos, a la vez que
regula el sistema inmunológico.
«Para ayudarme nos mudamos unos días a casa de mi suegra, estuve muy
incómoda, pero no lo podía decir, sería una desagradecida».
«Mi madre no pudo estar conmigo porque tenía que estar con mi padre,
que lo acababan de operar».
«Me sentía muy rara con el bebé, era un extraño y yo no sabía qué hacer
con él».
Hemos visto como en la etapa del embarazo, parto y postparto podemos encontrar
vivencias relevantes en la biografía de padres e hijos. Una parte importante de estas
Así, es importante que los terapeutas tengan la formación adecuada para saber
evaluar correctamente y entender que para comprender los síntomas o dificultades
de la actualidad tenemos que ir siempre desde el pasado hasta el presente. La historia
contiene la respuesta a las preguntas que necesitamos resolver: «¿Qué ha ocurrido
para que le pase esto, de esta manera, a esta persona, ahora?».
Saber que la etapa perinatal es pieza clave en la conceptualización de los casos nos
va a permitir hacer una evaluación mucho más completa, y veremos cómo esto es
útil para identificar traumas T y t (ver próximos temas), que serán diana de
tratamiento con EMDR.
Igualmente, en nuestro entorno más cercano podemos ser sensibles al estado mental
de las mujeres embarazadas y dar apoyo en la medida de nuestras posibilidades. Los
niños son el futuro de la sociedad, cuidarlos a través del cuidado de sus padres es
cuidar el futuro.
Valverde, N. y del Río, S. (2016). Ante todo mucha calma: Un libro para vivir sin
ansiedad el deseo, los miedos y las emociones de la maternidad. Editorial: La esfera
de los libros.
White, M. y Epston, D. (1993). Medios Narrativos para fines terapéuticos. Buenos
Aires: Editorial Paidós.
2. Respecto a la mirada, ¿qué es necesario que ocurra para que haya corregulación
de la activación fisiológica?
A. Se produce siempre en la interacción madre-hijo.
B. Que haya señales de seguridad y confianza.
C. La corregulación es un síntoma de ansiedad de separación.
D. Que esté en juego la supervivencia.