Estado Nutricional

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ESTADO NUTRICIONAL DE

LAS NIÑAS Y NIÑOS DE


ETAPA ESCOLAR

UNIVERSIDAD CENTRAL
Carrera de PSICOLOGIA

Estudiante: Jheymi Ruby Fernandez Baldiviezo


Licenciada: Karim Jannet Zegarra
Materia: Sociología
2020
INTRODUCCIÓN

Según el último censo de Población y Vivienda 2012 realizado por el INE, Bolivia
tiene 10.027.254 habitantes, la población comprendida entre los 5 años a los 9
años de edad representa el 10.10% haciendo un total de 1.012.990. La edad
escolar está comprendida entre los 6 y 10 años que a su vez se subdivide en
escolar menor (6 a 7 años) y escolar mayor (8 a 10 años). En esta etapa las tasas
de crecimiento físico son muy estables y los cambios corporales se efectúan de
manera gradual. El incremento en el peso y la estatura se mantienen constantes.
La acumulación de grasa tanto en las niñas como en los niños es esencial para la
época de la pubertad. Otra característica de esta edad es que, en la actualidad, la
niña y el niño permanece la mayor parte del tiempo inactivo, sentado en el aula y
frente al televisor o la computadora por lo cual se hace más propenso a la
obesidad, por lo tanto, es importante crear el hábito de realizar algún tipo de
actividad física y evitar el sedentarismo.

La alimentación cobra una especial importancia debido a que los requerimientos


nutricionales se incrementan para hacer frente a los cambios para lo cual es
necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes para evitar
alteraciones y trastornos de la salud de tipo carencial o de exceso. La etapa
escolar tiene una particular importancia en el establecimiento de los hábitos
alimentarios, por ser años de aprendizaje y formación, las costumbres adquiridas
durante este tiempo repercutirán a lo largo de toda su vida, por lo que es
importante conocer las necesidades nutricionales de la niña y del niño en esta
etapa de su vida, así como las particularidades de su desarrollo psicomotriz y de
sus habilidades con el fin de introducirlos de manera paulatina y adecuada a una
buena alimentación.
DESARROLLO

 Según Diana Milena Rojas Infante (Trabajo de Grado – Nutrición y


Dietética – Bogotá, D.C. 2011). “Los hábitos alimentarios, la nutrición y
el nivel de la actividad física no solo afectan a la salud en el presente,
sino que determinan el riesgo de contraer en el futuro enfermedades
crónicas relacionadas con la alimentación”. Su estudio tuvo como
propósito identificar los conocimientos sobre alimentación saludable, y
la asociación entre en los hábitos alimentarios, estado nutricional, y
nivel de actividad física en escolares. Realizó valoración nutricional por
IMC, evaluó los conocimientos sobre alimentación saludable, y la
práctica de actividad física, aplicando un cuestionario a los niños, y los
hábitos alimentarios evaluó por encuesta de frecuencia de consumo
aplicada a las madres. Los resultados de su trabajo mostraron que, el
17,4% de los niños presentaba sobrepeso y para (T/E) 29% en riesgo
de retraso del crecimiento.
El nivel de actividad física evaluado determinó que 88,4% de los niños son
irregularmente activos, (realizan actividad física menos de 4 veces por semana y
menos de 60 min), y el 64% dedica menos de 2 horas/día a ver tv. El bajo
consumo de frutas se encontró asociado con un estado nutricional inadecuado, sin
embargo, no se asoció con el consumo de otros alimentos, tampoco se encontró
asociación entre el estado nutricional y el tiempo dedicado a ver tv, ni entre el
estado nutricional con los conocimientos sobre alimentación saludable. Asimismo,
señaló que los resultados permitirían orientar a acciones para promover hábitos
alimentarios y estilos de vida saludables en la población escolar.
La obesidad por otra parte es considerada una enfermedad de grandes
magnitudes en salud pública, como consecuencia de una alimentación poco
saludable e incremento de actividades sedentarias.
En el contexto mundial los cambios expresados en el régimen alimentario de la
población en general, se ha caracterizado por un consumo de alimentos de alta
densidad energética, bajo consumo de frutas, verduras, granos y cereales
integrales, legumbres y un aumento paralelo del consumo de alimentos ricos en
grasas saturadas, azúcar, adición de sal, cereales refinados y alimentos
procesados, acompañado de la inactividad física.

 Otro estudio realizado en la ciudad de El Alto, del Gobierno Municipal en el


año 2007 del Programa de Alimentación Complementaria Escolar, muestra
resultados de la evaluación nutricional de 7692 niñas y niños del ciclo de
primaria, donde se observa en los resultados de acuerdo al indicador
nutricional peso para la talla o IMC, que un 26.21% de la población
estudiada presentaron algún tipo de desnutrición o bajo peso, el 59.56% se
encontraba con estado nutricional normal, el 12.86% se encontraba con
sobrepeso y finalmente el 1.37% presentaba obesidad.

A nivel mundial, en el estado nutricional de niños en edad escolar hasta el año


2010, se encontró un incremento de las tasas de sobrepeso y obesidad en esta
población, anteriormente estos eran considerados un problema exclusivo de los
países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos están aumentando en los
países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos. En
los países en desarrollo están viviendo cerca de 35 millones de niños con
sobrepeso, mientras que en los países desarrollados son de 8 millones (OMS,
2010). Por ejemplo, en los Estados Unidos, la prevalencia de obesidad infantil se
ha duplicado en las últimas dos décadas, entre niños de 6 a 11 años de edad, esta
tendencia se ha visto descrita en países como Australia, Canadá, Gran Bretaña,
España, (Dietz W, 2005) y en América Latina el estudio de (Baur L, 2004) muestra
también la magnitud del problema.
En cuanto a la situación de la alimentación y de la nutrición en América Latina, se
tiene que, más de 50% de las niñas y de los niños menores de cinco años sufre
algún grado de desnutrición.
En Bolivia, el problema es particularmente serio y tiene su origen en el déficit
calórico proteico, de mayor incidencia en las áreas rurales y urbanas periféricas.
De igual manera, existen brechas calóricas de menos de 30% del consumo
recomendado, así como una variación del consumo de alimentos muy escasa,
sobre todo en los sectores del Altiplano boliviano.

A nivel mundial, se está incrementando las tasas de sobrepeso y obesidad en


escolares, sin embargo, también en América Latina, así como existen escolares
con sobrepeso y obesidad, también se tiene un número considerable de niñas y
niños con bajo peso o desnutrición.

En Bolivia, la alimentación de los niños más pequeños es escasa e insuficiente en


calorías y proteínas especialmente en lugares más alejados de las ciudades, en
cambio en los escolares sucede lo contrario, la alimentación es alta en
carbohidratos y grasas por lo que el aporte calórico es mayor y esto asociado a la
falta de actividad física está produciendo problemas de sobrepeso.

En general, la desnutrición en menores de cinco años se prolonga, casi siempre, a


la etapa escolar y a la edad de la adolescencia, generando un retardo en el
crecimiento con problemas de educación y de salud derivados o vinculados con la
presencia de infecciones, diarrea y riesgo vital, al igual que un rendimiento escolar
limitado.

El año 2005 el Municipio de la Ciudad de La Paz realizó un estudio epidemiológico


en escolares, con el propósito de contar con información precisa para realizar
intervenciones a favor de este grupo etáreo, los resultados más relevantes fueron
los siguientes: El 53.19% sufren de desnutrición crónica, siendo las niñas las más
afectadas con un 67% en relación al 43% de los varones, lo que refleja que
durante sus primeros años de vida habrían presentado varias veces desnutrición,
situación que comprometió su talla siendo niñas y niños con talla baja para la edad
lo cual los hace más vulnerables a la obesidad. (Bolivia – Min. Salud y Deportes,
La Paz, Bolivia, 2013).
De acuerdo al índice de masa corporal que mide la masa grasa, el 11.8% de los
escolares presenta obesidad, lo que permitiría asumir que nuestra población
escolar sufre de obesidad, que es uno de los factores de riesgo de presentar en la
edad adulta, enfermedades crónicas degenerativas, como hipertensión y diabetes
entre otras.

Otro dato bastante importante es que el 38% de las y los escolares sufren de
anemia en diferentes grados como consecuencia de un bajo consumo de
alimentos ricos en hierro, aspecto que estaría incidiendo en su rendimiento escolar
y en el desarrollo motor grueso es decir en los movimientos de los pies y manos,
fundamentales para realizar actividades físicas y deportivas.

Los escolares y adolescentes con bajo peso pueden tener también talla baja,
especialmente aquellos que sufren constantemente de enfermedades infecciosas
como los resfríos y las diarreas. Cuando tienen la talla baja para la edad, se
interpreta como una alimentación insuficiente durante mucho tiempo que puede
ser por falta de atención, por falta de alimentos o por falta de higiene, estos
aspectos pueden perjudicar a una vida saludable, y querer recuperarles el peso a
aquellos que tiene talla baja significaría provocarles sobrepeso y hasta obesidad.

A la socialización de la niña y niño que concurre a la escuela, se agrega la


influencia de propaganda de los alimentos que llega a través de los medios de
comunicación, especialmente de la televisión que tiene un impacto directo sobre
los hábitos alimentarios del escolar. Por lo tanto, es en esta edad que deben
establecerse prácticas de alimentación saludables en beneficio de su salud,
estado nutricional y estado emocional, previniendo de esta manera las deficiencias
nutricionales y las enfermedades crónicas que repercuten en la edad adulta.

La influencia de las propagandas hace que los escolares prefieran alimentos o


productos no nutritivos y esto influye en las prácticas alimentarias que más tarde
tendrán consecuencias en el peso corporal.
Las necesidades nutricionales varían en función al ritmo de crecimiento individual,
al grado de maduración de cada organismo, al sexo y a la actividad física. Por ello
se considera una etapa muy sensible a cualquier carencia o desequilibrio, ya que
podría comprometer tanto al crecimiento como el desarrollo armónico deseable
para las niñas y niños. (Bolivia – Min. Salud y Deportes, La Paz, Bolivia, 2013).

Por otra parte, se puede concluir que son varios los factores que inciden en el
rendimiento escolar, entre ellos: las características del hogar, la alimentación, el
nivel de educación de los progenitores, el hecho de que las niñas o los niños no
vivan con sus padres, el apoyo a las tareas escolares en la casa, la infraestructura
de la unidad educativa y las condiciones socioeconómicas de las familias. En
suma, se trata de la influencia de la familia, de la escuela y del contexto. (WFP –
PMA 2, La Paz, 2007, p.27).

Mientras que la desnutrición aguda refleja una deficiencia actual de nutrientes,


tanto en cantidad como en calidad, la desnutrición crónica revela una deficiencia
sostenida de ellos, durante la primera infancia. Ambos tipos de desnutrición, pero
sobre todo la crónica, por la ausencia de síntomas, pasan inadvertidos para las
familias bolivianas y no son motivo de consulta en los centros de salud. Este
hecho es la expresión clara de una situación de pobreza y de la falta de un aporte
adecuado de nutrientes en periodos prolongados del desarrollo infantil. (WFP –
PMA 1, La Paz, 2007, p.25).

En general, una niña o un niño con una mala alimentación presentan déficit de
atención, indiferencia e inactividad en la clase, es una realidad notoria para los
maestros, quienes la atribuyen, con mucha razón, a situaciones de deficiencia
alimentaria o de desnutrición, que tienen claros efectos negativos sobre el
aprendizaje en el aula.

El Alto es una de las ciudades de extrema pobreza, razón por la cual la


inseguridad alimentaria se hace evidente, siendo la causa principal para una
subalimentación crónica que deteriora tanto el estado de salud como el estado
nutricional particularmente de la población escolar, un grupo de mayor riesgo
nutricional por encontrarse en pleno desarrollo y crecimiento. Todo esto forma un
obstáculo para el aprovechamiento educativo óptimo de los alumnos en su
potencial físico y mental. (GMEA, El Alto, 2005, p.3).

Alimentación y nutrición

Son términos que utilizamos frecuentemente como sinónimos sin embargo tienen
diferentes significados.

Los alimentos: Son productos sólidos o líquidos aptos para el consumo humano
con características propias como sabor, olor, color y consistencia, que en su buen
estado son agradables al paladar.

Los nutrientes: Son sustancias muy pequeñas presentes o contenidas en los


alimentos que cumplen funciones importantes en el organismo.

Este es un problema social que no debe dejarse de lado, ya que estamos


hablando de la salud, nutrición y el bienestar de las niñas y niños. Muchas ONG
se encargan de hacer estudios a los escolares para detectar casos de
desnutrición u obesidad, donde brindan a las familias información y nuevos
métodos para que sus niños y niñas tengan una vida más saludable.
CONCLUSIÓN

 Un mal habito alimentario puede afectar a lo largo del tiempo, esto es


reflejado tanto en niños y niñas, como también en adolescentes y
adultos. Es necesario cambiar las costumbres que se tiene, por
costumbres que beneficien nuestra salud y la de las niñas y niños.
 Un buen estado nutricional beneficia al cuerpo, salud, mente y
educación.
 El buen estado nutricional de las niñas y niños de etapa escolar, parte
desde la casa, y de ahí asciende a lo largo de sus vidas.
 Un buen habito nutricional para niñas y niños, adolescentes y adultos
es el siguiente:
FUENTES

 WFP, Naciones Unidas – Programa Mundial de Alimentos. (2007). 2


Estrategia para la ampliación de la alimentación escolar en Bolivia. La Paz:
Serie “Investigación y Estrategia, Alimentación Escolar”. (p.20).
 Estado Plurinacional de Bolivia – Ministerio de Salud y Deportes. (2013).
Guía alimentaria para la niña y el niño en edad escolar. La Paz: Serie -
Documentos Técnico Normativos. (pp.13 – 32).
 WFP, Naciones Unidas – Programa Mundial de Alimentos. (2007). 1
Diagnóstico de la aplicación del desayuno escolar en Bolivia. La Paz: Serie
“Investigación y Estrategia, Alimentación Escolar”. (p.25).
 G.M.E.A., (2005). Impacto del desayuno escolar en El Alto. (p.3).
 Bolivia – Ministerio de salud y Deportes, Unidades de Nutrición Integral.
(2009). Estandarización en medidas antropométricas, Toma de peso y talla
en escolares. Serie: Documentos Técnico Normativos.
 Rojas, D. (2011) Trabajo de Grado – Nutricionista y Dietista, Percepción de
alimentación saludable, hábitos alimentarios, estado nutricional y práctica
de actividad física en escolares. Ciudad Bolívar – Bogotá. Pontificia
Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias, Carrera de Nutrición y
Dietética. Tesis 704 PDF.
 Estado Plurinacional de Bolivia – Ministerio de Salud y Deportes. (2013)
Atención integrada al CONTINUO del Curso de la Vida., (pp.241,242) PDF.
 Garduño, S. (2002) Enfoques metodológicos en la investigación educativa.
Escuela Superior de Comercio y Administración, Unidad santo Tomás.
 Ortiz, J. (2010) Maestría en Investigación de la Salud. Módulo IV:
Metodología de la Investigación.

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