Hora Sasnta Creemos en La Presencia Real de Jesus
Hora Sasnta Creemos en La Presencia Real de Jesus
Hora Sasnta Creemos en La Presencia Real de Jesus
ESTACIÓN MENOR
(Concluye con la Oración para el 48º Congreso Eucarístico Internacional, cfr. p. 14)
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del
Cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo daré, es mi carne para la
vida del mundo».
Comenzaron entonces los judíos a discutir unos con otros, diciendo: «¿Cómo puede
éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Yo les aseguro que si no comen la carne del Hijo del
Hombre, y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y
bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y
bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Así como el Padre, que me ha enviado, posee
la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del Cielo; no es como el maná que comieron sus
padres, pues murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre». Palabra del Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 41
(Silencio meditativo)
HOMILÍA
«En aquella última cena, Cristo hizo la maravilla de dejar a sus amigos el
memorial de su vida»
(secuencia Lauda Sion).
Queridos hermanos: ante el misterio eucarístico nos alegramos con Jesús por
quedarse entre nosotros, al dejarnos el pan que fortalece al viajero.
«Tomó nuestra naturaleza, a fin de que hecho hombre, nos divinizara a los
hombres.
Entregó por nuestra salvación todo cuanto tomó de nosotros. Porque
por nuestra reconciliación ofreció, sobre el altar de la Cruz, su cuerpo como
víctima a Dios, su Padre, y derramó su sangre como precio de nuestra
libertad y como baño sagrado que nos lava, para que seamos liberados de la
esclavitud y purificados de nuestros pecados.
No hay ningún Sacramento más saludable que éste, por él se borran
los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el alma con la abundancia de
todos los dones espirituales.
Se ofrece en la Iglesia por los vivos y por los difuntos, para que a
todos aproveche, ya que ha sido establecido para que todos se salven» (Santo
Tomás de Aquino).
Si tú crees en la presencia real del Hijo de Dios, Sacramento excelso que nos revela
el mismo Jesús, afirma: «El que me come, vivirá por mí» (Jn 6, 57).
Para muestra, es necesario acudir a santos de nuestro tiempo, testimonio vivo de
Dios que existe en este Sacramento:
La vida que Dios te comparte tiene su fundamento en este Sacramento; ahí se robustecen tu
cuerpo y espíritu, siendo un testigo fiel del mejor Maestro, Amigo y Hermano, JESÚS. En tu
encuentro personal con él, debe existir un triple compromiso: conversión, fe y seguimiento
de Jesús... Conversión que inicia acompañada por la invitación de Dios y del hombre que
responde; esta invitación se fortalece con la presencia real de Jesús en la Eucaristía, siendo
una fe madura que lleve al convencimiento de seguir al Maestro y Buen Pastor que ha dado
la vida por nosotros y nos invita a dar vida en Él.
¿Cómo vives tu santa Misa o Eucaristía? ¿Este Sacramento tiene el enfoque debido
en tu vida personal, de tal manera que celebrar la Eucaristía sea llevar a Cristo en tu jornada
ordinaria? ¿Dejas que sea transformada en extraordinaria?
(Silencio orante)
PRECES COMUNITARIAS
Cristo Jesús, sacerdote de la Alianza nueva y eterna, que sobre el altar de la cruz
presentaste al Padre el sacrificio perfecto, enséñanos a ofrecernos contigo en el sacrificio
eucarístico. Oremos. R.
Cristo Jesús, huésped de nuestro banquete, que estás junto a la puerta y llamas, entra
en nuestra casa y cena con nosotros. Oremos. R.
Padre que nos amas, te pedimos por toda la juventud del mundo, para que veamos
que en Jesús todo es vida. Aliméntanos con tu pan de vida. Oremos. R.
3. BENDICIÓN
OREMOS
(Se hace una pausa de silencio; luego prosigue)