Reporte 3 - Carmely de Jesús 2017-1282
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Acerca de la interpretación
L. Levy que "la interpretación psicológica consiste en poner en juego, dentro de una
situación particular, un nuevo marco de referencia, un nuevo sistema de lenguaje, una
nueva teoría. Como resultado de ello se generan declaraciones específicas sobre la
situación… La interpretación presenta dos aspectos fundamentales: La simple
traducción, y la formulación de proposiciones cuyas consecuencias son potencialmente
comprobables."
Agrega luego: "El manejo interpretativo del material clínico no se basa en la aplicación
de ninguna regla mecánica sino que descansa fundamentalmente en la habilidad del
psicólogo para encontrar e integrar indicadores significativos. De ahí que no sólo
indican el marco teórico que éste maneje y su experiencia clínica, sino también las
características de su personalidad y su estilo cognitivo."
Para poder desplegar más extensamente este importante ítem, nos adentraremos a la
conceptualización que realizó Roy Schafer acerca de la construcción de inferencias e
hipótesis diagnósticas.
El ha sugerido plantear dicha construcción sobre la base de seis criterios, los cuales nos
permitirán una mayor adecuación de las mismas. Dichos criterios enunciados son los
siguientes:
Ahora bien, si bien Schafer habla de estos seis criterios, aclara, sin embargo, que no
necesariamente deben estar presentes todos ellos en este proceso interpretativo.
Cuando se sostiene que cada lámina perteneciente a alguna de las técnicas narrativas
posee un determinado significado, y tomamos este concepto independientemente de
lo que el paciente diga, corremos el riesgo de producir un error grave interpretativo.
Como lo señala Schafer “…allí estamos volando a ciegas… estamos cometiendo serios
errores psicológicos y ellos son:
Como señala Schafer, “La interpretación propia del test, no debería empujarnos más
allá del nivel de la defensa, se pueden observar esfuerzos defensivos contra tendencias
pulsionales, pero es equívoco redactar los informes de los test como si, por ejemplo la
"analidad" fuera vista en un protocolo del test”.
¿Qué nos está indicando este criterio? Nos advierte sobre el grado de “profundidad”
que podemos llegar a alcanzar por medio de la aplicación de las técnicas auxiliares. Es
probable llegar a inferir sobre un determinado rasgo de carácter que tiende a
manifestarse más insistentemente, llevándonos a inferir así una determinada
tendencia pulsional, pero no podemos abordar sobre lo pulsional propiamente dicho.
Afirmar que un gráfico, por ejemplo, nos remite a considerar su complejo de Edipo, sus
tendencias homosexuales, o su marcada falicidad, nos encamina a una dirección
sumamente frágil y sinuosa. Las técnicas de evaluación psicológica, y las técnicas
proyectivas en particular, nos permiten acercarnos a la concepción de rasgos de la
estructura de la personalidad, no a estratos profundos del psiquismo. Al decir de
Schafer: “Es equívoco redactar los informes de los test como si la analidad fuera “vista”
en el protocolo del test”.
3. Cuando sea posible, la forma manifiesta de las tendencias interpretadas deben ser
especificadas.
No es suficiente la observación de una pauta o indicador, ya que existe una
multiplicidad de determinantes que se encuentran afectando directa o indirectamente
su producción, y el propio momento de la elaboración de las hipótesis. El entrevistador
debe tener presente una serie de ítems al momento de realizar la construcción de
inferencias y el límite que debe ser considerado al momento de la elaboración.
Una de las ideas que propone Schafer al momento de incluir tendencias, es de utilizar
una escala compuesta con cinco ítems, para poder especificar cuantitativamente, el
grado de intensidad de la tendencia. Estos cinco términos propuestos son:
Extremo (intenso)
Fuerte (marcado, sobresaliente)
Moderado Pobre (leve)
Irrelevante (No considerable)
Ello, refiere, nos posibilitará ser más específicos a la hora de transcribir un informe, en
el cual debemos entrelazar manifestaciones que hasta pueden llegar a contradecirse
entre sí.
Como bien lo ha señalado John Buck: "El material obtenido durante la sesión de dibujo
del HTP no será calificado en el sentido usual de la palabra. El folleto para la
interpretación del HTP es solamente un instrumento que ayuda al clínico a enfocar
rasgos relevantes en el dibujo del 'cliente' para el desarrollo de una interpretación
clínica".
5. A la tendencia interpretada se le debe asignar una posición jerárquica dentro del
cuadro total de la personalidad. Requiere, en lo posible, que cada tendencia
interpretada sea explícita o implícitamente relacionada con otras tendencias más
importantes.
Ello significa que debe haber un reordenamiento de las observaciones que se desea
resaltar sobre la personalidad del sujeto, Tendiendo a mantener una línea discursiva
que guarde coherencia dentro de la redacción del informe. Dicha integración debe
atenerse igualmente a la suficiente evidencia que la esté sosteniendo.
Este último criterio que plantea Schafer, nos enmarca en la necesidad de tener una
visión amplia acerca del estudio de la personalidad del sujeto.
Utilizando sus propias palabras: “…La interpretación debe tener en cuenta el hecho de
que la gente no sublima completamente todas las tendencias infantiles, no posee
completa seguridad en todas las relaciones interpersonales, ni completa resolución de
todos los conflictos entre conductas, valores o metas en su vida”.
Con estos términos, el autor nos ayuda a pensar que no todo tipo de formación
reactiva, por ejemplo, necesariamente debe ser tomado en forma patológica o
negativa, como así también, toda manifestación neurótica, no necesariamente es
índice de alteración psíquica que revista gravedad. “
En algunos casos, los aspectos positivos pueden predominar, en otros lo harán los
aspectos limitantes o destructivos. Pero con respecto a cada paciente, deberíamos
tratar de establecer por qué vías y en qué extensión, una cierta tendencia facilita o
entorpece sus esfuerzos adaptativos.