Caso Clinico #3
Caso Clinico #3
Caso Clinico #3
CUESTIONARIO N° 3
La vasculitis puede producirse a causa del cáncer u otra enfermedad que cause
inflamación. Presumiblemente, la inflamación se produce cuando el sistema inmunitario
identifica erróneamente como extraños los vasos sanguíneos o partes de ellos y los
ataca. Las células del sistema inmunitario, que causan la inflamación, rodean e infiltran
los vasos sanguíneos afectados, dañándolos. Los vasos sanguíneos dañados se
agujerean, se estrechan o se atascan. Como consecuencia, se interrumpe el flujo
sanguíneo a los tejidos irrigados por los vasos dañados. Los tejidos privados de sangre
(áreas isquémicas) quedan dañados de forma permanente o se mueren.
Si se afectan los órganos vitales, como los pulmones, el corazón, el cerebro o los
riñones, suele ser necesario el tratamiento hospitalario de urgencia. A veces es
necesario que los cuidados sean proporcionados por un equipo de especialistas
(expertos en campos como la inflamación, los trastornos pulmonares o los trastornos
renales). Los tratamientos típicos incluyen altas dosis de corticoesteroides, otros
medicamentos que inhiben el sistema inmunitario (inmunosupresores, como la
ciclofosfamida) y rituximab.
Los tipos leves de vasculitis, como los que solo afectan a la piel, requieren poco
tratamiento, posiblemente solo una estrecha vigilancia o tratamiento sintomático.
Corticoesteroides
Para la mayoría de los tipos de vasculitis, se suele utilizar en primer lugar un
corticoesteroide (generalmente prednisona) para reducir la inflamación. A veces se utiliza
junto con el corticoesteroide otro fármaco inmunosupresor, como la azatioprina, la
ciclofosfamida, el metotrexato, o bien el rituximab. Los fármacos utilizados para tratar la
vasculitis pueden tener efectos secundarios. Por ello, a medida que se va controlando la
inflamación, la dosis de los fármacos se reduce lentamente, se suspende el
corticoesteroide y se utilizan inmunosupresores menos potentes. Se administra la dosis
mínima capaz de controlar los síntomas.
Cuando la inflamación ha sido controlada (lo que se denomina remisión), se pueden
suspender todos los fármacos. Algunas personas permanecen en remisión de forma
indefinida. En otras, los síntomas vuelven a aparecer una o más veces (recaída). Si las
recaídas ocurren con frecuencia, las personas pueden necesitar tomar un
inmunosupresor indefinidamente. Algunas personas tienen que tomar corticoesteroides
durante mucho tiempo.
Otros inmunosupresores
Los inmunosupresores debilitan el sistema inmunitario, con lo que aumenta el riesgo de
desarrollar infecciones graves. La ciclofosfamida, un potente inmunosupresor, puede
causar irritación de la vejiga, sangre en la orina y, en ocasiones, el tratamiento
prolongado puede causar incluso cáncer de vejiga. Si la ciclofosfamida se administra por
vía intravenosa, también se administra el fármaco mesna, que contrarresta
químicamente algunos efectos tóxicos de la ciclofosfamida sobre la vejiga. En muchos
casos, en personas afectadas que toman inmunosupresores potentes, se realiza un
hemograma completo incluso una vez por semana. Los inmunosupresores pueden
provocar una disminución del número de células sanguíneas.
Se debe realizar un seguimiento de todos los pacientes tratados con estos
inmunodepresores para detectar infecciones oportunistas y de otro tipo. Se debe
considerar la realización de pruebas para la detección de una infección anterior por
tuberculosis (TB) y hepatitis B porque ambas pueden reactivarse a causa de los
inmunodepresores. Las vacunas de rutina (por ejemplo, para la gripe y la neumonía ) se
recomiendan y son muy importantes para las personas que toman inmunosupresores.
Las personas afectadas han de aprender todo lo que puedan sobre su enfermedad para
poder así informar a su médico con prontitud de cualquier síntoma importante. También
es importante conocer los efectos secundarios de los fármacos que se están utilizando.
Incluso estando en remisión, las personas afectadas deben mantener el contacto con su
médico porque no se puede predecir cuánto tiempo durará la remisión.
-Muchos de los pacientes toman esteroides, unos medicamentos que pueden provocar
cambios metabólicos y favorecer el aumento de peso. Por lo tanto, estas personas
deben seguir una dieta saludable y equilibrada para combatir el sobrepeso y
la obesidad y evitar peores consecuencias.
-Asimismo, las personas que tengan afectación de riñón deben tener precaución con
el consumo de sal.
-Los expertos advierten que hay pocos casos de vasculitis de mujeres en edad fértil,
no obstante es importante tomar las medidas de precaución necesarias en lo
relacionado con la medicación durante el embarazo. Algunos fármacos son
desaconsejables e incluso se deberían suspender, aunque otros tipos, como los
corticoides, pueden administrarse durante el periodo de gestación.
-Por otro lado, un estudio indica que el hecho de haber fumado aumenta el riesgo de
padecer arteritis de células gigantes. Además, otro de los subtipos, la enfermedad de
Buerguer, también está relacionado con el consumo de cigarrillos. Por eso los
expertos recomiendan dejar de fumar.
PASOS PARA LA ELABORACION DEL CASO CLINICO
1. RESPONDER EL CUESTIONARIO
2. ELABORAR LA HISTORIA CLINICA
3. LLEGAR A LOS DIAGNOSTICOS DIFERENCIALES SOLO CON LOS DATOS
PROPORCIONADOS DEL MOTIVO DE CONCOSULTA Y EL EXAMEN FISICO, LOS
MISMOS PUEDEN SER 4 O 5 DX. DIFERENCIALES. PERO DEBEN ESTAR RESPALDADOS
POR LA SIGNOSINTOMATOLOGIA DEL PACIENTE.
4. COMO SIGUIENTE PASO REVISAR LOS EXAMENES COMPLEMENTARIOS DEL PACIENTE
PARA LLEGAR AL DIAGNOSTICO FINAL.
5. REALIZAR DISCUSION DEL CASO CLINICO. DICHA DISCUSION DEBE RESPONDER EL
POR QUE DE SU DIAGNOSTICO FINAL. EN BASE A QUE PARAMETROS LLEGARON A
ESE DIAGNOSTICO.
6. COMENTARIO: EN DONDE PUEDEN INDICAR SI LES FALTO ALGUN EXAMEN
COMPLEMENTARIO O DE GABINETE PARA LLEGAR SU DIAGNOSTICO.