El Método Hipotético

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El método hipotético-deductivo

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POR CIUDADANO 014-QEN TEORÍA DEL CONOCIMIENTO — 20 ENE, 2012

I. EL MÉTODO DEDUCTIVO:

Podemos definir el método deductivo como aquel método que partiendo de unas premisas
teóricas dadas llega a unas conclusiones determinadas a través de un procedimiento de
inferencia o cálculo formal. El paso de las premisas a la conclusión o conclusiones se realiza a
través de ciertas reglas lógicas específicas (por ejemplo, la regla del modus ponens o
procedimientos silogísticos derivados de ella) o de ciertos procedimientos matemáticos.
Pondremos algún ejemplo:

Todos los cisnes son blancos.

Kuki es un cisne.

La conclusión es que Kuki es blanco.

Como se ve en el ejemplo la verdad de la conclusión se encuentra dentro ya de las dos


premisas iniciales. Esta es una de las críticas que se hace al método deductivo: que es
tautológico o, en otras palabras, que la información que se obtiene a través de él es una
información repetitiva contenida en las premisas que usa.

Otro problema que plantea el método deductivo es cómo introduce en sus premisas
información empírica. En el ejemplo, el dato de que todos los cisnes son blancos ¿cómo se
obtuvo? ¿qué método se usa para introducir datos de la experiencia en las premisas? Téngase
en cuenta que en la definición de la deducción expuesta más arriba no entra para nada ningún
procedimiento de introducción de datos empíricos.

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente muchos autores sostienen que el método


deductivo, tal cual, no es el método de las ciencias naturales pero sí el método de las ciencias
matemáticas que, aparentemente, no hacen referencia a la experiencia inmediata.
Uno de los usos más habituales de la deducción es cuando se intenta resolver un problema de
matemáticas. Pongamos un ejemplo:

El ángulo A de un triángulo mide 40º, el ángulo B mide 60º ¿cuánto mide en tercer ángulo?

Es claro que la resolución del problema se resuelve con los datos expresados en las premisas y
conociendo los procedimientos pertinentes con los que operar con esos datos. No se introduce
elementos de la experiencia sensible de ningún modo.

El método deductivo siendo básicamente un método lógico-matemático no es, por ello, un


método de resolución mecánica de los problemas. La creatividad, el análisis y la reflexión
humana son elementos imprescindible para el uso de este método.

II. EL MÉTODO INDUCTIVO:

Se puede definir la inducción como el método de investigación que partiendo de


observaciones particulares llega a leyes generales. Veámoslo de nuevo con un ejemplo:

Un ornitólogo europeo estudia a los cisnes, realizando múltiples observaciones de cisnes llega
a la conclusión inductiva de que como todos los cisnes que ha visto son blancos todos los
cisnes que existen son blancos.

En el ejemplo el investigador observó un número grande pero finito de cisnes y de esa


observación particular (particular quiere decir que no es general, i.e., que no vio a todos los
cisnes del mundo) sacó una ley general que es aquella que afirma que todos los cisnes (tanto
vistos como no vistos) son de color blanco.
Este método, a diferencia del deductivo, permite introducir elementos de la experiencia en el
conocimiento pero ha recibido innumerables críticas por parte, sobre todo, de autores
empiristas, especialmente por parte de Hume. El problema que plantea la inducción, según
Hume, es que, precisamente, la idea de que de observaciones particulares pueden inferirse
leyes generales es errónea. Una observación particular, por muy amplia que sea, siempre será
particular y por lo tanto no englobará a todo; afirmar que todos los cisnes son blancos porque
todos los que has vistos son blancos es tan falaz como que un europeo medieval, sin contacto
con los pueblos africanos, afirmase que todos los hombres son de tez blanca. El salto de la
experiencia particular a la ley general ésta justificado por el hábito o la costumbre nunca por la
ciencia. Para que podamos inferir de la experiencia una ley general sería preciso que el número
de observaciones fuese igual al número de casos posibles, algo, por lo común, imposible (en el
ejemplo que hemos visto el ornitólogo tendría que observar todos los cisnes presentes
pasados y futuros para afirmar que todos los cisnes son blancos).

Para terminar una curiosidad zoológica: todos los cisnes no son blancos, de hecho hay una raza
de cisne de color negro pero no se encuentra en el ámbito europeo sino en Australia; durante
siglos los europeos pudimos decir que todos los cisnes eran blancos por una sencilla razón: no
habíamos descubierto Australia.

III. EL MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO:

El método hipotético-deductivo es según muchos epistemólogos el método propio de la


ciencia. Se puede decir que aúna elementos de los métodos inductivos y deductivos aunque
con características y formas propias. A continuación se describirán sus fases.

III.A.FASES DEL MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO:

III.A.1. Observación: el investigador observa un hecho sobre el que desea encontrar una
explicación o elaborar una ley.

Un antropólogo observa que en los alrededores del ecuador los nativos de esas tierras suelen
tener una piel más oscura que los oriundos de zonas más cercanas a los polos. Una vez hecha
esta observación se pregunta ¿por qué es esto así?
III.A.2. Construcción de hipótesis: tras hacer la observación de un hecho o de una regularidad
el investigador busca una explicación si no existe ninguna en el corpus aceptado de la ciencia,
así construye una hipótesis. El investigador construye una teoría o ley que explique los hechos
observados, para la construcción de esta hipótesis debe tener en cuenta numerosas
limitaciones que trataremos más adelante. Esta es, quizás, la parte más importante, creativa y
compleja del método hipotético-deductivo.

El antropólogo del ejemplo anterior establece una hipótesis para explicar el color oscura de
piel de los habitantes del ecuador: los habitantes del ecuador están expuestos a más horas de
sol que los habitantes de las zonas templadas como consecuencia su piel ha sido oscurecida
por el sol. Otro antropólogo establece otra hipótesis diferente a la de su compañero: los
nativos del ecuador poseen unos rasgos genéticos diferentes a los habitantes de las zonas
templadas que les hace tener un color de piel más oscura, este rasgo genético hace a los
habitantes del ecuador más resistente al calor y a los enfermedades de la piel propios de su
zona.

III.A.3. Deducción de las consecuencias de la hipótesis: el investigador una vez elaborada una
hipótesis explicativa debe de sacar las consecuencias empíricas y teóricas de esta hipótesis. En
otras palabras debe preguntarse ¿si mi hipótesis fuera cierta qué ocurriría?

El primer antropólogo llega a las siguientes conclusiones: si es el sol el que hace que la piel de
los habitantes del ecuador sea oscura entonces: a) los niños de los habitantes ecuatoriales
tendrán el mismo color que los niños de los habitantes de las zonas más cercanas a los polos; y
b) a un habitante de zonas templadas que pase un tiempo suficiente en el ecuador su piel se le
oscurecerá como la de los indígenas.

El segundo antropólogo llega a las conclusiones de que: a) los niños recién nacidos tendrán una
piel aproximadamente tan clara o tan oscura como sus progenitores independientemente de
la zona en la que nazca; y b) las persona de tez blanca que vivan en el ecuador tendrán
mayores problemas de adaptación climática y de salud dérmica que los nativos.

III.A.4. Contrastación empírica de las consecuencias deducidas: en este paso el investigador


vuelve a la experiencia para analizar si sus predicciones sobre lo que debe ocurrir, según su
teoría, son ciertas o no.
Los antropólogos del ejemplo analizan los nacimientos de niños en el ecuador, los cambios de
tonalidad de piel y la adaptación física de los blancos desplazados a esa zona.

metodohd(esquema del método hipotético-deductivo)

III.A.5. Conclusiones de la contrastación: simplificando podemos decir que esencialmente hay


dos posibilidades tras la contrastación empírica: que la experiencia concuerde con las
predicciones de la hipótesis o que no concuerde. Si los datos empíricos están en acuerdo con
las predicciones de la hipótesis esta queda momentáneamente corroborada no obstante, el
científico no debe quedarse ahí sino que debe intentar realizar nuevos experimentos para
volver a corroborar su hipótesis o, llegado el caso, refutarla. Que una hipótesis haya sido
corroborada por un número N de experiencias no significa que sea verdadera sino solo que
hasta ese momento no ha sido refutada; la verdad científica es una verdad en construcción y
no absoluta. Como pasaba con la inducción no sabemos si experiencias futuras (N+1)
mostrarán a la hipótesis como falsa. Este carácter abierto de la verdad científica es, según
muchos autores, un rasgo esencial que muestra a la ciencia como una disciplina tolerante y en
continua construcción.

El filósofo analítico ingles B. Russell puso un ejemplo, que se hizo famoso, para mostrar lo
erróneo de suponer que las hipótesis científicas tienen un valor de verdad absoluto, es el
llamado caso del “pollo de Russell” : Un pollo observa que el granjero va cada día a darle de
comer, y construye una hipótesis según la cual esta conducta es una ley universal que se
repetirá indefectiblemente. Podríamos decir que el pollo ha “extrapolado” sus observaciones
en una teoría, y que cada comida la justifica un poco más. Un buen día, sin embargo, aparece
el granjero y, en vez de darle de comer, le retuerce el pescuezo al pollo. Millones de pollos
probablemente hayan construido una hipótesis como esta y se han visto igualmente
defraudados. ¿Están equivocados los pollos? Si es así ¿en qué?

La segunda posibilidad es que la hipótesis no concuerde con la experiencia en este caso


podemos decir que existen, a su vez, otras dos posibilidades: que la hipótesis sea abandonada
o que la hipótesis sea reconstruida con la ayuda de una explicación “ad hoc”. Veamos en
primer lugar qué ocurre cuando una predicción de una hipótesis está en contradicción con la
experiencia y esa hipótesis, por lo tanto, es abandonada. Nos encontramos, en este caso, con
el hecho de que mientras que una teoría científica solo puede ser verificada (dada como
indiscutiblemente verdadera) con un número infinito de experiencias basta solo una
experiencia contradictoria para que la teoría se muestre como falsa.
Esta percepción del progreso científico fue bautizado por el filósofo K. Popper como falsación.
El filósofo austriaco consideraba que lo propio del método científico era, efectivamente, no el
ser verificable sino el ser falsable por la experiencia, las teorías más resistentes a las
contrastaciones empíricas serían las adoptados por los científico y las que no resistieran esa
contrastación deberían ser abandonadas. El criterio de demarcación, entre lo que es ciencia y
lo que no lo es, es que la ciencia puede falsarse empíricamente y lo que no es ciencia no. Esta
idea no implica que lo no científico sea falso o inútil (téngase en cuenta que dentro de lo no
científico entran disciplinas como la política, la poesía, la religión etc.) sino simplemente que
son conocimientos o percepciones de la realidad ajenos a la contrastación científica y por lo
tanto ajenos a la racionalidad científica.

Un científico cree que una persona sufre una enfermedad desconocida por la exposición a un
virus indeterminado; otra persona creyente piensa que esa misma persona sufre la
enfermedad por un castigo divino. Mientras que el científico puede falsar su teoría (si en un
análisis de sangre no hay rastro de virus su hipótesis sería falsa) la persona religiosa nunca
vería falsada su teoría ya que sería necesario para ello una declaración de Dios diciendo que no
ha castigado a la persona enferma esto es, a todas luces, no contrastable empíricamente.

Sin embargo, en contra de lo que defendía Popper, puede suceder que una hipótesis sea
refutada por la experiencia y que sin embargo los científico no la abandonen. Las motivaciones
pueden ser varias y no podemos analizarlas todas pero las más usual es que, cuando una
hipótesis ha sido corroborada por un número elevado de experiencias y solamente falsada por
una o muy pocas experiencias los investigadores tienden a despreciar esas experiencias
contradictorias o a formular una hipótesis explicativa “ad hoc”.

Hipótesis “ad hoc” significa literalmente hipótesis “para esto”. En el contexto de la filosofía de
la ciencia significa una hipótesis que sirve para justificar datos empíricos que no están de
acuerdo con la teoría que mantenemos. En otras palabras es una hipótesis auxiliar que nos
permite seguir usando la hipótesis principal a pesar de que los datos de la experiencia nos la
muestran como falsa. Popper considera que el uso de hipótesis “ad hoc” en ciencia debe ser
nulo o mínimo.

Observaciones de la órbita de Mercurio a través de muchos años demostraron que su perihelio


(punto en el que un planeta está mas cercano al Sol) gira 43″ de arco más por siglo de lo
prevista por la mecánica clásica de Newton. Esta discrepancia llevó al astrónomo Urbain Le
Verrier a pensar que existía un planeta aún más cerca del Sol, al cual llamaron Vulcano, que
perturbaba la órbita de Mercurio. Ahora se sabe que Vulcano no existe; la explicación correcta
del comportamiento del perihelio de Mercurio se encuentra en la Teoría General de la
Relatividad.

III.B. ELECCIÓN ENTRE HIPÓTESIS:


Una vez llegado a este punto debemos plantearnos ¿cómo se elige entre diferentes hipótesis
que explican un mismo hecho? ¿cuáles son los rasgos propios de las hipótesis de la ciencia?
Existen varios criterios para seleccionar hipótesis y considerarlas como científicas, algunos se
pueden deducir de lo que ya hemos dicho:

III.B.1. Posibilidad de contrastación empírica: Por todo lo visto anteriormente es claro que para
que una hipótesis sea considerada científica es necesario que pueda analizarse sus
consecuencias de modo empírico y riguroso. Este rasgo es esencial ya que podemos construir
infinidad de hipótesis que no tengan basamento empírico alguno ni posibilidad de tenerlo.

Volvamos al ejemplo anterior de la persona aquejada de una enfermedad extraña la hipótesis


de que un espíritu la posee no es contrastable empíricamente de ninguna manera por lo tanto
no es una hipótesis científica.

III.B.2. Posibilidad de matematización: los resultados experimentales y las mismas hipótesis


tienen que poder ser traducidos al lenguaje de las matemáticas. Las matemáticas, por su
carácter objetivo y claro, es el lenguaje propio del método científico. No a todas las disciplinas
científicas se les exige un mismo grado de matematización de sus resultados.

III.B.3. Amplitud explicativa de la hipótesis: puede darse el caso de que dos hipótesis expliquen
con igual exactitud un mismo hecho a traves del lenguaje matemático en este caso ¿cuál
elegir? Los científicos tenderán a adoptar las hipótesis que tengan un mayor campo explicativo
es decir, que expliquen un mayor número de fenómenos.

Las leyes de Kepler (1571-1630) permitían predecir el movimiento de los astros sin embargo, la
teoría de Isaac Newton (1643-1727) explicaba no solo el movimiento de los planetas sino los
fenómenos de movimiento de caída libre en la Tierra. Esta fue la razón por la que las leyes de
Kepler fueron abandonadas por la teoría de la gravitación universal de Newton nacida en 1685.

III.B.4. Coherencia con el corpus científico: las hipótesis deben ser coherentes con el resto de
hipótesis ya contrastadas por la experimentación.

Entender, por ejemplo, que la construcción de las pirámides de Egipto fue realizada por los
atlantes es una hipótesis que no tiene coherencia con los conocimientos históricos actuales, no
es una hipótesis científica.
III.B.5. El principio de economía o la navaja de Occam: este principio hace referencia a un
razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más
sencilla es probablemente la correcta. En su forma más simple, el principio de Occam indica
que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando dos
explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible.
Si vemos una res muerta en el campo y con señales de haber sido mordida, puede haber sido
víctima de los carroñeros o de una especie de mascota espacial llamada “chupacabras”. La
explicación más simple y suficiente es la lógica —mas no necesariamente la verdadera— según
el principio de Occam. En el caso de la res muerta, los culpables de sus mordiscos serán los
carroñeros terrestres con mayor probabilidad que un bicho intergaláctico.

Para explicar la órbita de los planetas tenemos principalmente dos opciones:

* Suponer que los planetas orbitan alrededor del sol en órbitas fijas y elípticas. Unas leyes
simples nos permitirían predecir la posición de todos los cuerpos celestes.

* Suponer que los planetas giran alrededor de la Tierra. Para mantener esta teoría habría que
suponer cosas como que el tipo de movimiento de los planetas es diferentes en cada uno de
ellos, la necesidad de epiciclos para explicar sus retrocesos etc.

Entre estas dos teorías la ciencia escogerá la más simple y que necesite menos supuestos
auxiliares, en este caso la teoría heliocéntrica. “La Naturaleza goza de la simplicidad”.

Enfoque: es el nivel en el que se especifican los supuestos y las creencias sobre la


lengua y su aprendizaje.

Método: es el nivel en que se pone en práctica la teoría, en el que se toman las


decisiones sobre las destrezas concretas que se enseñan, el contenido que se
enseña y el orden en el que el contenido se presenta (RICHARDS, J.C.;   RODGERS,
T.S. "Enfoques y métodos de la enseñanza de idiomas", capítulo 2).
  
"En resumidas cuentas, método es el camino o proceso para alcanzarse un
objetivo, mientras enfoque es el punto de vista o perspectiva con que se ve
determinada cuestión o problema.  Aunque sean cosas distintas, método (camino) y
enfoque (punto de vista) son fundamentos de la investigación científica"
(MANHÃES, Francisco, mensaje en la lista Elebrasil, 23 de mayo de 2006.)

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