TAREA No. 5 Mecánica de Fluidos David Arteaga
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HONDURAS
FACULTAD DE INGENIERÍA
TAREA No.5
SECCION: 1500
El número de Reynolds
Las unidades de masa se cancelan, y así ν tiene dimensiones de {L2/T}, de donde le viene
el nombre de viscosidad cinemática.
En general, lo primero que se debe hacer al estudiar un flujo es estimar el valor del número
de Reynolds. Valores muy pequeños de Re indican movimiento lento y viscoso, donde
los efectos de la inercia son despreciables. Valores moderados de Re corresponden al
flujo laminar, caracterizado por variaciones suaves. Valores altos de Re suelen estar
asociados al flujo turbulento, caracterizado por fuertes fluctuaciones aleatorias de alta
frecuencia superpuestas a un flujo medio que también experimenta variaciones suaves
con el tiempo. Los valores numéricos del número de Reynolds correspondientes a cada
caso dependen de la geometría del flujo y se discutirán en los Capítulos 5 a 7.
La Tabla 1.4 también da los valores de ν para los mismos ocho fluidos. Los órdenes de
magnitud varían considerablemente y el mercurio, el más pesado, tiene la menor
viscosidad cinemática. Todos los gases tienen una ν elevada en comparación con líquidos
tales como la gasolina, el agua y el alcohol. Los aceites y la glicerina siguen teniendo los
mayores valores de ν, pero el rango total de variación es menor. Para valores dados de V
y L en un flujo, los diversos fluidos presentan una variación de cuatro órdenes de
magnitud en el número de Reynolds.
Parámetros adimensionales
Su nombre se debe a Osborne Reynolds (1842-1912), un ingeniero británico que fue quien
lo introdujo en 1883 (Referencia 4 del Capítulo 6). El número de Reynolds es siempre
importante, haya o no superficie libre, y su efecto sólo puede despreciarse fuera de las
regiones donde hay gradientes altos de velocidad; por ejemplo, lejos de las superficies
fijas, chorros o estelas.
El hecho es que aún no existe un análisis general del movimiento de los fluidos. Hay
varias docenas de soluciones particulares conocidas, hay muchas soluciones aproximadas
obtenidas con ordenador, y hay una gran cantidad de datos experimentales. También se
dispone de teoría adecuada para el caso en que se desprecien los efectos de viscosidad y
compresibilidad (Capítulo 8), pero no hay una teoría general y quizá no la haya nunca.
La razón es que a moderados números de Reynolds se produce un cambio profundo y
complicado en el comportamiento de los flujos. El movimiento deja de ser suave y
ordenado (laminar) y se convierte en fluctuante y agitado (turbulento). Este proceso de
cambio se denomina transición hacia la turbulencia. En la Figura 5.3a veíamos que la
transición en un cilindro o en una esfera ocurre a números de Reynolds en torno a Re = 3
× 105, en que aparece una caída brusca de la resistencia. En la transición influyen muchos
efectos, por ejemplo, la rugosidad de la pared (Figura 5.3b) o las fluctuaciones en la
corriente libre, pero el parámetro básico es el número de Reynolds. Hay muy poca teoría
y muchos datos experimentales sobre la transición [1 a 3].
La turbulencia puede ser detectada con medidas mediante un instrumento muy pequeño
y sensible, como un anemómetro de hilo caliente (Figura 6.29e) o con un transductor de
presión piezoeléctrico. El flujo parece estacionario en media, pero muestra fluctuaciones
rápidas y aleatorias cuando la turbulencia está presente, como indica la Figura 6.1. Si el
flujo es laminar, puede haber perturbaciones naturales ocasionales que se amortiguan
rápidamente (Figura 6.1a). Cuando se inicia la transición aparecen eclosiones de
fluctuaciones turbulentas (Figura 6.1b) a medida que aumenta el número de Reynolds,
debido a la inestabilidad del movimiento laminar. A Re suficientemente altos el flujo
fluctúa permanentemente (Figura 6.1c) y se denomina totalmente turbulento. Las
fluctuaciones, con valores típicos entre el 1 y el 20 por 100 de la velocidad media, no son
estrictamente periódicas, sino aleatorias y distribuidas en un rango continuo, o espectro,
de frecuencias. En un túnel aerodinámico típico a altos números de Reynolds, el rango de
frecuencias va de 1 a 10.000 Hz, y el de longitudes de onda de 0,01 a 400 cm.
En los flujos con superficie libre la turbulencia puede observarse directamente. La Figura
6.2 muestra un chorro de agua a la salida de un tubo. A bajo número de Reynolds (Figura
6.2a) es suave y laminar, y el flujo rápido del centro y el flujo lento de las paredes forman
dos trayectorias distintas unidas por una película de fluido. A alto número de Reynolds
(Figura 6.2b) es no estacionario, irregular y turbulento, pero cuando se promedia en el
tiempo resulta estacionario y predecible.
104 < Re < 106: turbulento, moderada dependencia del número de Reynolds
Estos son rangos indicativos que pueden variar con la geometría del flujo, la rugosidad
de la superficie y los niveles de fluctuación de la corriente a la entrada. La mayoría de
nuestros análisis versarán sobre flujos laminares o turbulentos, pues normalmente no se
deberían diseñar flujos que operen en la región de transición.
Perspectiva histórica
Como el movimiento turbulento es más común que el laminar, los experimentalistas han
observado la turbulencia durante siglos, aunque sin percibir sus detalles. Antes de 1930
los instrumentos de medida eran muy poco sensibles y no recogían las fluctuaciones
rápidas, y los científicos sólo medían valores medios de velocidad, presión, fuerza, etc.
Pero la turbulencia puede variar estos valores medios drásticamente, como ocurre, por
ejemplo, con la caída brusca del coeficiente de resistencia de la Figura 5.3. En 1839 un
ingeniero alemán, G. H. L. Hagen, indicó por primera vez la existencia de dos regímenes
de flujo viscoso. Midió la caída de presión en un flujo de agua en tubos largos de latón y
dedujo la ley
Ésta es exactamente la ley de semejanza del Ejemplo 5.4, pero Hagen no se dio cuenta de
que la constante era proporcional a la viscosidad del fluido.
La ley dejaba de ser válida cuando Q pasaba por encima de cierto límite, esto es, al
sobrepasar el número de Reynolds crítico, y Hagen señalaba en su trabajo que debía haber
un segundo modo de flujo caracterizado por «fuertes movimientos de agua en los cuales
p varía como la segunda potencia del caudal...». Admitía que no podía clarificar las
razones del cambio. Un ejemplo típico de los datos de Hagen se muestra en la Figura 6.4.
La presión varía linealmente con V = Q/A hasta 1,1 ft/s (0,34 m/s), punto en el que hay
un cambio brusco. Para valores de aproximadamente V = 2,2 ft/s (0,67 m/s), la diferencia
de presiones varía casi cuadráticamente con V. La expresión real ∑p ∝ V1,75 parece
imposible sobre la base del análisis dimensional, pero se obtiene fácilmente cuando se
analizan los datos adimensionales de flujo en tuberías (Figura 5.10).
Este valor es fiable para tubos comerciales (Figura 6.13), aunque teniendo especial
cuidado en redondear la entrada, poner paredes lisas, y con la corriente de entrada libre
de perturbaciones, el Red, crít puede llevarse a valores muy superiores.
La técnica del análisis de capa límite (CL) puede utilizarse para calcular los efectos
viscosos cerca de las paredes sólidas y «acoplar» éstos al movimiento exterior no viscoso.
Este acoplamiento es tanto más efectivo cuanto mayor sea el número de Reynolds basado
en el cuerpo, como se ilustra en la Figura 7.1. La Figura 7.1 muestra una corriente
uniforme de velocidad U que se mueve paralelamente a una placa plana delgada de
longitud L. Si el número de Reynolds UL/v es bajo (Figura 7.la), la región viscosa es muy
ancha y se extiende lejos aguas arriba y a los lados de la placa. La placa frena mucho la
corriente incidente, y pequeños cambios en los parámetros del flujo originan grandes
cambios en la distribución de presiones a lo largo de la placa. Aunque en principio sería
posible empalmar las zonas viscosa y no viscosa mediante un análisis matemático, su
interacción es fuerte y no lineal [1 a 3]. No existe una teoría simple para el análisis de los
flujos externos en el intervalo de números de Reynolds desde 1 hasta 1000. En general,
estos flujos con capas viscosas gruesas se estudian experimentalmente o con modelos
numéricos del campo fluido utilizando el ordenador [4]. Los flujos a altos números de
Reynolds (Figura 7.1b) son mucho más fáciles de tratar mediante el acoplamiento de la
capa límite, como mostró Prandtl en 1904 por primera vez. Las capas viscosas, tanto
laminares como turbulentas, son muy delgadas, incluso más delgadas de lo que muestran
los dibujos de la figura. Definiremos el espesor δ de la capa límite como el lugar
geométrico de los puntos donde la velocidad u paralela a la placa alcanza el 99 por 100
del valor de la velocidad exterior U. Como veremos en la Sección 7.4, las fórmulas
aceptadas para el espesor de la capa límite de una placa plana son
donde Rex = Ux/v es el número de Reynolds local del flujo a lo largo de la superficie de
la placa. La fórmula para el flujo turbulento es aplicable para Rex mayores que 10 a la 6,
aproximadamente. Algunos valores de δ obtenidos de la Ecuación (7.1) son
1.
2.
(Giles, 1969)
TEORÍA DE LA CAPA LÍMITE
La teoría de la capa límite fue introducida por Prandtl. Esta teoría establece que, para un
fluido en movimiento, todas las pérdidas por fricción tienen lugar en una delgada capa
adyacente al contorno del sólido (llamada capa límite), y que el flujo exterior a dicha capa
puede considerarse como carente de viscosidad. La distribución de velocidades en la zona
próxima al contorno es influenciada por la tensión cortante en el contorno. En general, la
capa límite es muy delgada en la parte de aguas arriba del contorno y va aumentando su
espesor hacia aguas abajo por la acción continuada de las tensiones cortantes.
Para números de Reynolds bajos, toda la capa límite es gobernada por la acción de las
fuerzas viscosas y en su interior el flujo es laminar. Para valores intermedios del número
de Reynolds la capa límite es laminar cerca de la superficie del contorno y turbulenta en
las zonas algo más alejadas. Para valores del número de Reynolds muy elevados la capa
límite es totalmente turbulenta.
PLACAS PLANAS
Donde:
Para contornos rugosos, el coeficiente de resistencia varía con la rugosidad relativa e/I y
no con el número de Reynolds.
1. Una placa lisa de 3,0 m por 1,2 m se mueve a través del aire (15" C) con una
velocidad relativa de l,2mlseg, manteniéndose el movimiento paralelo a su
superficie y a su longitud. Calcular la resistencia en una de las caras de la placa
(a) suponiendo condiciones laminares, y (á) suponiendo condiciones turbulentas
sobre toda la placa. (c) Para condiciones laminares, calcular el espesor de la capa
límite en el centro de la placa y en el borde de salida.
2. Una placa rectangular lisa de 1,2 m por 24 m se mueve a través de una masa de
agua a 21" C en la dirección de su longitud. La resistencia sobre la placa (ambos
lados) es de 820 kg. Determinar (a) la velocidad de la placa, (b) el espesor de la
capa límite en el borde de salida y (c) la longitud x" de la capa límite laminar si
en el borde de ataque reinan las condiciones laminares.
(Giles, 1969)
CONCLUSIONES
El cálculo del valor del número de Reynolds para los fluidos a estudiar es muy importante
para analizar su comportamiento, el cual dice que a cierto valor del número de Reynolds
el flujo es laminar y para valores mayores a ese número el flujo será turbulento. Por otro
lado, la teoría de la capa limite nos dice que existe una capa delgada dentro del fluido y
fuera de esa capa el fluido carece de viscosidad, para valores del número Reynolds bajos
el flujo bajo la capa limite el laminar, para valores intermedios el flujo el laminar cerca
de la capa limite y turbulenta en los alrededores, y para valores altos del número de
Reynolds la capa limite es totalmente turbulenta.
BIBLIOGRAFÍA