Ruined - Leer Parte 2rachel Hanna PDF

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Este documento es una traducción oficial del foro Eyes Of Angels, por y

para fans.

Agradecemos la distribución de dicho documento a aquellas regiones


en las que no es posible su publicación ya sea por motivos relacionados
con alguna editorial u otros ajenos.

Esperamos que este trabajo realizado con gran esfuerzo por parte de los
staffs tanto de traducción como de corrección, y de revisión y diseño,
sea de vuestro agrado y que impulse a aquellos lectores que están
adentrándose y que ya están dentro del mundo de la lectura. Recuerda
apoyar al autor/a de este libro comprando el libro en cuanto llegue a tu
localidad
Índice
Staff Capítulo 12
Sinopsis Capítulo 13
Prologo Capítulo 14
Capítulo 1 Capítulo 15
Capítulo 2 Capítulo 16
Capítulo 3 Capítulo 17
Capítulo 4 Capítulo 18
Capítulo 5 Capítulo 19
Capítulo 6 Capítulo 20
Capítulo 7 Capítulo 21
Capítulo 8 ¿Secuela?
Capítulo 9 Sobre La Autora
Capítulo 10
Capítulo 11
Staff
Moderadora
Katiliz94

Traducción:
Agoss Katiliz94

Apolineah17 Kmi25

BarrazaFanny Lectora

CrissViz VicHerondale

JessiicaM

Corrección:
Katiliz94 Keyla Hernández Pily

Recopilación y Revisión:
Katiliz94

Diseño:
Garazi
Sinopsis
Willow Blake tiene un secreto. Y uno grande. Y cuando ella y su madre
se mueven a través del país para proteger ese secreto, su guardia está
levantada para protegerse el corazón.
Cuando conoce al increíble Reed Miller, siente que las barreras
comienzan a derrumbarse y teme que estén aplastándola. ¿Si él
averigua su secreto, la odiará para siempre?
Justo cuando piensa que las cosas están situándose, un nuevo invitado
en casa hace que el segundo invitado la haga conocer de verdad
quien es y lo que quiere.
Atrapada entre su vida pasada y la nueva -y los dos hombres sexys-
¿escogerá estar sola o luchar por su propia libertad?
Prologo
Traducido por agoss
Corregido por katiliz94

J
unio, 2008

Me crují los nudillos, lo cual es un hábito común, mientras


me sentaba en el asiento trasero de la policía. Nunca
había estado en un coche policial, y me hice a mí misma
un juramento de que esta iba a ser la única vez que iba a
estar. Sentí algo pegajoso cuando deslicé los dedos de la mano
derecha sobre la izquierda. Sangre. Deseaba poder tener acceso a un
baño o por lo menos a ropa húmeda, elegí que era mejor sentarme
sobre mis manos. Fuera de vista, fuera de mente. Por lo menos esa era el
objetivo, pero no funcionó.

¿Cómo paso esto? Emociones me consumían una y otra vez.


Arrepentimiento. Culpa. Rabia. Tristeza. Un flujo de emociones
amenazaban con superarme por décima vez esa noche. Asfixiándome
de vuelta con otro grupo de sollozos, lentamente saque las manos,
completamente adormecidas por estar sentada sobre ellas, y las mire
fijamente, bajo la parpadeante luz de dos coches de policía. La sangre
estaba seca y embarrada sobre mis manos. La imagen estaría por
siempre ardiendo en mi mente. Muchas imágenes quedarían por
siempre ardiendo en mi mente. No habría escape para mí. Una pared
Lentamente se construyó rodeándome, y sabía que nadie nunca podría
ser capaz de trepar sobre ella.

Fuera en la distancia, podía ver a mi desconsolada madre hablando


con un oficial de policía sobre la escalera de entrada de nuestra
anteriormente organizada casa de familia. Ella tenía los brazos puestos
alrededor de sí, como si estuviera abrazándose a sí misma por consuelo.
Solo la vi hacer eso una vez, y fue cuando el abuelo murió hace tres
años. Podía ver las lágrimas manchándole la cara, y podía sentir mis
propias lagrimas regresar a escocer mis ojos una vez más. ¿Cuándo iban
a parar las lágrimas? Seguramente una persona podría conseguir
deshidratarse por llorar, y si eso era cierto estaría en un problema
médico pronto.

Mientras la veía, sentí mi mente hacerse distante de mi cuerpo como


si estuviera viendo una horrible película con un espantoso final. Podía
ver una invisible pero poderosamente pared fuerte siendo levantada
entre mi madre y yo. ¿Cómo podría alguna vez ella mirarme de nuevo?
Sin duda, se arrepentía del día que yo nací, y no podía culparla.

Vi a mi madre ojear hacia el coche de policía que ahora albergaba


a su sola y única hija, y la pena que atravesó por su cara era palpable.
Su inteligente y popular hija de quince años estaba encerrada en un
coche de policía y no había nada que ella pudiera hacer. Y ni siquiera
yo estaba segura de que quisiera volver a verme de nuevo.
Capítulo 1
Traducido por VicHerondale
Corregido por katiliz94

A
gosto, 2012

Me siento en el balcón de mi habitación, mirando el


océano Atlántico y respirando el aire salado del mar
como hago todas las mañanas. Algo acerca del océano
es curativo, pero he estado respirando el mismo aire por
más de dos años y todavía no me he curado. Creo que nunca podré
curarme. Dicen que el tiempo cura todo, pero no veo como el simple
tic-tac de un reloj puede curar una maldita cosa. Es seguro que no ha
hecho eso por mí. Tal vez necesito un nuevo reloj.

Todos piensan que ahora estoy bien, al menos aquellos que saben
mi secreto. Todos los demás sólo piensan que soy la típica adolescente
de diecinueve años a punto de empezar la universidad en una semana.
Mudarme a través del país no fue difícil para mí. Dejar mi hogar de la
infancia y la gente que me odia con pasión fue un evento de
bienvenida, pero mudarme a Charleston, Carolina del Sur donde nadie
me conoce tampoco ha sido precisamente fácil. Renuncié a la idea de
tener amigos la misma noche en la que fui atrapada por la patrulla de
policía. No puedes confiar en las personas que tienes a tu espalda. Ni
siquiera en tu propia familia. Te puedes convertir en el enemigo número
uno muy rápido.

Tomo el último sorbo de mi café cuando el sol se eleva en el


océano. Entonces hago lo que hago cada mañana. Lleno de aire de
mar mis pulmones, y dejo mi pasado irse por el día. Tengo que hacer lo
mismo cada mañana ya que se arrastra de nuevo a mi mente cada vez
que duermo. Como un visitante no deseado, lo tiro en el océano cada
mañana. Es un tira y afloja, y no estoy muy segura de quien va ganando
en este momento.

Mis días se consumen siendo la fabulosa rica hijastra de un magnate


inmobiliario y la hija perfectamente arreglada de una de las socialites 1
de Charleston. Mi madre ha caído en la vida de sus sueños aquí. Adora
a su esposo de dos años, Bruce Avery, y el hecho de que ya no tiene
que trabajar es una ventaja para ella. Pasa los días de compras,
tomando sol en la playa y ocasionalmente siendo voluntaria para
cimentar su lugar en la comunidad.

Aun así, me alegro de que mi madre sea feliz, incluso si yo no lo soy.


Liberé mi felicidad en la parte trasera de un coche de policía. La regalé
y permití que el universo se la diera a otra persona. No pude disfrutarla, y
tener la esperanza de que nunca podría tener un pedazo de felicidad
para mí de nuevo era demasiado doloroso. Era solo liberarla en el
viento. Es como tener un hermoso par de zapatos que dejas en el
armario. No deberías hacer eso, deberías donarlos a alguien que puede
y va a usarlos.

—Bruce, tenemos que decírselo pronto —escucho a mi madre


diciendo desde el piso de abajo. ¿Cuándo va a darse cuenta de que
esta enorme y hueca casa transmite el sonido? Me acerco furtivamente
a mi puerta, abriéndola sólo lo suficiente para oír la conversación de la
planta baja.

—No quiero hacer que Willow tenga miedo de él. Era un buen chico,
sólo un poco equivocado en ese entonces.

—¿No puede quedarse en otro lugar?

—No. El oficial de libertad condicional dijo que es así como se hace,


y simplemente no puedo abandonarlo. Su madre está muerta, cariño.
No tiene a nadie más.

Retrocedo de la puerta de mi habitación y tomo un profundo


respiro. ¿De qué están hablando? ¿Quién está viniendo a vivir con
nosotros? Por lo que sé, Bruce nunca tuvo hijos propios. ¿Quizás está
ayudando a un amigo?

Unos momentos después, oigo a mi madre llamándome mientras


sube las escaleras. Salgo de mi habitación tratando de actuar como
normalmente lo hago, como demonios sea que lo haga.

—Buenos días, querida —dice mi madre mientras me da un beso en


la mejilla en la parte inferior de la escalera de caracol que conduce al
vestíbulo formal con pisos de mármol. ¿Mencioné lo increíblemente rico

1 Mujeres de sociedad.
que es Bruce Avery? Su casa es como una maldita mansión cerca de la
playa, y hay más oro y mármol en ella de lo que he visto en mi vida. La
casa luce como si Donald Trump2 la hubiese decorado.

—Buenos días. ¿Qué pasa? —pregunto mientras ella pone un brazo


alrededor de mi cintura y me lleva a la sala de estar. Me siento en uno
de los mullidos sillones junto a la enorme chimenea envuelta de mármol.
Ella y Bruce se sientan en el sofá, y sé que esto no va a ser bueno.
Nunca es bueno cuando dos personas se sientan en frente de ti y se
dan la mano.

—Cariño, necesitamos decirte algo —comenzó mi madre. Su falso


nuevo acento sureño es irritante, pero considerando la cantidad de
dolor que he traído a su vida en los últimos años, elijo mantener la boca
cerrada. Ella podría pavonearse desnuda por toda la ciudad y yo no
diría ni una palabra. No tengo derecho de criticar a mi madre después
de la compasión, aunque a veces sea falso para mí, que ella ha
mostrado.

—Está bien… —tartamudeo preguntándome hacia dónde va esto.


Odio el suspenso. Ni siquiera veo Supervivientes3 en la televisión porque
no puedo tolerar el suspenso del consejo tribal. ¿Qué tan tonto es eso?
El suspenso me trae ansiedad. Preferiría sólo saber todo lo que está por
pasar en mi vida con antelación para así poder planificar todo. Las
sorpresas son peligrosas. Esa es una lesión que aprendí de manera difícil.

—Bueno, verás, hemos estado guardando un secreto importante por


mucho tiempo. Bruce tiene un hijo —ella toma una profunda
respiración, como si hubiese estado aguantando el aire por el último
mes.

—Está bien. Puedo vivir con eso. Un medio hermano. ¿Dónde está?

—En prisión —graznó Bruce. Está inquieto y nervioso, algo que está
completamente fuera de su carácter. Me preguntó porque decirme
esto destroza sus nervios—. Actualmente, está en la prisión de Atlanta,
pero va a salir en dos semanas —Bruce está hablando más rápido de lo
normal como si estuviera tratando de empujar las palabras de su boca
lo más rápido posible. Me siento un poco mal por él.

—¿Dónde va a vivir él? —pregunto, aunque ya se la repuesta.

2Donald Trump es un famoso empresario y ejecutivo estadounidense.


3Es un programa de telerrealidad de supervivencia, donde un grupo de concursantes
son abandonados en una región aislada.
—Va a vivir aquí —dijo mama mirándose las manos y tratando de no
suspirar al final de su declaración. Esto debe de ser duro para ella
porque quiere apoyar a su nuevo esposo, pero sé que no quiere que su
vida se arruine otra vez por otro adolescente rebelde. Ya lo ha
experimentado conmigo una vez y ahora un convicto viene a vivir con
nosotros. Adorable.

—¿Puedo preguntar por qué está en prisión? —necesito mucho


coraje para preguntarlo, pero la verdad es que me gustaría saber con
quién voy a estar viviendo. Necesitó protegerme, y uno no puede
protegerse adecuadamente sin saber qué tipo de amenaza es con la
que está tratando. Me gusta prepararme para este tipo de cosas. Yo no
solía ser del tipo A, pero me convertí en uno a los quince años.

—Willow… —mi madre me regaña como si yo hubiese pedido los


detalles de su vida sexual o algo así.

—Está bien, cariño. Ella merece saber más acerca de su medio


hermano —dice Bruce. Por lo menos él entiende mi necesidad sobre
saber aunque estoy bastante segura de que mi madre nunca le dijo la
verdad sobre mí, mi culo se habría sentado sobre la acera hace mucho
tiempo—. Kellan se involucró con malas compañías durante la
secundaria. Nunca fueron las drogas, sólo el alcohol. Una noche,
cuando él tenía diecisiete, tomo una decisión realmente estúpida y
bebió demasiado antes de conducir con un grupo de amigos a sus
casas después de una fiesta. Se que dormido al volante y se desvió
hacia el tráfico. Su mejor amigo, Jake, fue arrojado del vehículo. Quedo
parapléjico. Sus otros dos amigos solo obtuvieron daños menores, por lo
que ahora están bien.

—Entonces, ¿Por qué fue a prisión? ¿Debido a que su mejor amigo


estaba gravemente herido?

—No. Hay más. Cuando se desvió al tráfico, golpeo a una minivan


con una madre joven y sus dos bebes en el interior. Ella era la esposa de
un oficial de policía y ellos venían a casa de vacaciones. El padre los
seguía en otro coche. Ella y los bebes murieron en el acto —tanto Bruce
como mi madre se empezaron a ahogar. Puedo decir que el dolor es
muy fresco para él.

—Wow. Que horrible… —es todo lo que puedo decir. Me siento


estúpida. Pero en realidad, ¿Qué se supone que diga ante algo como
eso?
—Lo condenaron a cinco años en prisión, y su tiempo termino.
Acaba de cumplir veintitrés años.

—¿Lo conoces? —le pregunto a mi madre. Ella niega con la


cabeza—. ¿Por qué no he oído nada acerca de él hasta ahora? Me
refiero a que todos por aquí parecen saber los asuntos de los demás.

—Porque todo esto sucedió en Atlanta. Mi negocio solía estar allí. Me


mude a Charleston para conseguir un nuevo comienzo y hacer un
nuevo lugar para cuando Kellan volviera a casa. Un lugar en donde
pudiera empezar de nuevo también —el dolor en la cara de Bruce era
palpable.

No estoy segura de que más puedo decir en este momento, así que
miro a mi madre. Su cara no me muestra nada.

—Si hay algo que pueda hacer para ayudar a preparar su


habitación, sólo hacédmelo saber.

—Gracias, Willow. Aprecio eso, pero Carmelita se encargará de ello


—su mucama es como su mano derecha. Ella cocina, limpia y cuida de
casi todo para nuestra familia.

Me levantó y empiezo a ir hacia el vestíbulo cuando Bruce me llama.

—Willow, espero que puedas darle una oportunidad. Sé que no estás


acostumbrada a estar cerca de alguien que ha asesinado a otras
personas, pero por favor, trata de llegar a conocerlo. Él va a necesitar
todo el apoyo que pueda conseguir para sacar el estigma de ser un
criminal. No tengo ni idea de qué tipo de culpa es con la que ha tenido
que vivir el chico por todos estos años.

Le doy una sonrisa ligera y asiento con la cabeza antes de subir las
escaleras. No puedo hablarle ni mirarlo por miedo a que vea mis propios
demonios en mis ojos. Estoy segura de que se cómo se siente Kellan,
pero nadie puede saber eso o nuestro traslado a través del país habrá
sido en vano.
Capítulo 2
Traducido por katiliz94
Corregido por Pily

M
is palmas están sudorosas, y mi corazón se está acelerando.
Odio esta sensación. Me hace sentir completamente fuera
de control, y odio sentirme fuera de control. El control es lo
único manteniendo mi alma unida. Pero aquí estoy, todavía
enfrentando la ansiedad, mientras de nuevo permanezco pie en la
puerta trasera de mi primera clase de la universidad. Gracias a dios me
parece que he superado los ataques de pánico como normalmente
tengo. Tuve que postergar la universidad durante un año para levantar
mi coraje. Afortunadamente, mamá le dijo a Bruce que necesitaba un
año sabático para “encontrarme a mí misma.” Nunca he entendido
exactamente lo que eso significa. No puedo alejarme de mi misma sin
importar lo que haga.

Matemáticas para Artes Liberales. En otras palabras, matemáticas


para personas estúpidas que son más creativas de lo que son
lógicamente listos. Quiero ser periodista, no una matemática. Por suerte,
mi decano sabía que clase recomendar para conseguir mis créditos
matemáticas requeridos.

Llegando tarde —una singularidad para mí— tengo que caminar por
casi toda la clase llena. Justo como he temido, las personas se giran y
me miran mientras me dirijo al aislado asiento en el frente. ¿Por qué es
que nadie nunca quiere sentarse al frente? Oh, es verdad. Nadie quiere
hacer ese encantador camino de culpa como hice yo.

Me deslizo en mi asiento justo cuando el profesor nerd, el Dr. Shanks,


se dirige a la pizarra. Estoy sorprendida de que la Universidad Deaton
aún tenga tales clases primitivas, pero es una universidad al lado de la
playa y no la Ivy League. Puedo imaginar que puedo comenzar aquí y
terminar en algún otro lugar más grande y mejor una vez que mi vida
regrese un poco a su ritmo.
Mi sueño es ser una reportera. Quiero contar historias. Quiero
contarlas correctamente y no sesgarlas. He sido objeto de algunas
historias sesgadas, y una vez que tu nombre es embarrado es difícil
regresar. Quiero dar a las personas una oportunidad de contar sus lados
de las cosas y de redimir sus vidas y reputaciones. Tal vez suena
optimista, pero no me importa. Aun soy lo bastante joven para soñar
que es posible cambiar el mundo.

—Bienvenidos a Matemáticas para las Artes Liberales. Soy el Dr.


Shanks. Esta clase es sobre números, los cuales son mi primer amor… —
Oh, dios. Nada, uno de esos tipos de profesores. Ama las matemáticas.
Va a hacer mi vida miserable. Me obligo a no dejar que ese suspiro que
está creciendo dentro de mi salga.

Mientras estoy escuchando al Dr. Shanks presentarse a sí mismo,


permito a mi mente deambular un poco. De cualquier manera, sabía
que esto ocurriría en clase de matemáticas, pero no pensaba que sería
en el primer día. He pasado por cosas peores, mucho peores, así que
esto debería ser un camino de pasteles.

La puerta se abre, y de inmediato soy distraída por la necesidad de


algún WD-40. El chirrido hace que todos giren, muchos por la
consternación del Profesor Shanks. Por primera vez, en realidad siento
que mi corazón se salta un latido.

Tiene un pelo marrón teñido por el sol, justo la cantidad exacta de


bronceado en la piel y penetrantes ojos azules que de inmediato
conectan con los míos. Está llevando pantalones vaqueros y una bonita
camiseta azul claro de golf, y estoy segura de que él o sus padres
probablemente pertenecen a un club de campo por algún lugar
cercano.

No parece importarle que todos lo estén mirando, incluyendo al Dr.


Shanks. Es en ese punto que finalmente me doy cuenta de que el único
asiento que queda en la habitación está justo a la derecha de mí. La
clase está adaptada para que dos personas compartan una pequeña
mesa rectangular, y un chico mono es mi compañero de mesa.

Cuando se desliza en la silla a mi lado, da una tímida sonrisa y saca


el cuaderno y libro de la mochila. Durante el resto de la clase, no dice ni
una palabra o da una mirada. Parte de mi está contenta de que no
haya conocido a una nueva persona y me hubiera vuelto loca para
comportarme apropiadamente. Pero otra parte de mí que ni siquiera
sabía que estaba ahí está molesta de que este chico misterioso de
buena apariencia no me note como una mujer.

Me pregunto a quién estoy mintiendo. No puedes acercarte a un


chico —o en realidad a cualquiera— sin que con el tiempo conozcan tu
pasado. No puedo y no permitiré que eso ocurra, así que me
mantendré firmemente centrada en mi autoimpuesta celda de prisión.

—Hola —escucho decir a una voz femenina detrás de mí—. Me


encanta tu bolso.

La chica es un poco más pequeña que yo con abundante pelo


marrón y oscuros ojos marrones. Su sonrisa va de oreja a oreja, y es una
apuesta segura que en el instituto era una animadora de equipo ya que
quiere saludarme.

—Hola —digo, insegura de lo que quiere y por qué se está


aproximando a mí.

—Soy Emmy —dice extendiendo la mano para sacudir la mía


mientras se balancea también la pesada mochila en el otro hombro.

—Willow —digo, todavía intentando procesar lo que quiere. Siempre


hago esto. Soy muy reservada cuando se trata de cualquier nueva
persona hablándome. ¿Qué quieren? ¿Qué están intentando sacarme?

—Entonces, ¿cuál es tu carrera? —pregunta mientras ambas


comenzamos a salir de clase.

—Periodismo. ¿Y la tuya? —digo, intentando hacer una pequeña


conversación.

—Genial. Lo mío son negocios. ¡Lo sé, aburrido!

—No, no es aburrido. ¿En qué tipo de negocios quieres meterte? —


digo, usando mi nueva habilidad de periodista para hacer preguntas.

—¡No tengo ni idea! —dice riendo mientras bajamos la escaleras de


la antigua construcción—. ¿Vives en los dormitorios?

—No. Mis padres viven justo en la playa, así que vivo ahí.

—Bueno, yo estoy en el Caldwell Hall. ¿Ves ese edificio de ahí? —


dice señalando al edificio a nuestra izquierda—. Eres bienvenida en
cualquier momento en el que tus padres te saquen de quicio. Estoy en
la habitación cuarenta y ocho —dice sonriendo.
—Gracias —digo sabiendo que nunca apareceré en su puerta.
Como todo en la vida, he aprendido una lección sobre aparecer en los
lugares inesperadamente.

—Vamos a tener una fiesta el viernes por la noche en la playa por si


quieres venir. Fogata grande, cerveza, todas esas cosas —dice
sonriendo.

Asiento con la cabeza y sonrío mientras retrocede por la vereda, se


despide y corre hacia su dormitorio. Parte de mi desea que estuviera
viviendo en los dormitorios, si no por algún otro motivo que sentirme
como una estudiante normal de universidad. Pero, al menos por ahora,
necesito permanecer en un lugar seguro. Un lugar estable. Un lugar
donde no tengo que fingir demasiado.

Camino hacia la playa y me dirijo hacia casa. Algo en el océano se


lleva mis problemas, solo por un momento. Escuchar el agua venir e ir
me da una mínima paz. Es un recordatorio de que la vida viene y se va
con tanta rapidez, algo que aprendí a los quince años que desearía no
haber hecho.

—¡Hey! ¡Espera! —escucho una voz llamando detrás de mí.

Esta vez no es Emmy. Es la voz de un chico, y mi primera idea es


correr pero hace demasiado calor afuera y esta afortunada mochila
está de alguna manera demasiado llena. Paro y lentamente giro solo
para ver al chico mono corriendo hacia mí.

Me quedo ahí, y debo parecer una completa imbécil. Tratando de


mantener la boca cerrada, en su lugar sonrío un poco. ¿Por qué me
está buscando?

—Olvidaste esto —dice mientras me tiende las llaves. Deben


habérseme caído de la mochila en la mesa. Pero, espera. Él se fue antes
que yo. ¿Cómo ocurrió eso?—. De alguna forma cayeron a mi mochila
—dice como si me estuviese leyendo la mente. Su buena apariencia
controla mi necesidad de información.

—Oh, gracias —digo lentamente lo cual me hace parecer tímida.


Odio verme tímida ya que definitivamente no soy una persona tímida
de corazón. Soy reservada, pero no quiero que nadie sepa eso, por
supuesto.

—Soy Reed Miller. ¿Y tú eres? —dice estirando el brazo para sacudir


mi mano.
—Wilow Blake —digo cuando deslizo la mano en la suya. Su agarre
es firme, confiado y un poco sexy. ¿Cómo puede una sacudida de
manos ser sexy?

—Encantado de conocerte, Willow Blake —dice con una sonrisa


irónica. Sostiene mi mano durante un momento antes de dejarla ir—. ¿Tu
carrera es periodismo?

—¿Cómo supiste eso? —pregunto, de inmediato, sospechosa.

—Solo un buen presentimiento —dice poniendo las manos en los


bolsillos—. Ostras, hoy hace calor aquí fuera.

—¿Un buen presentimiento? —pregunto, queriendo saber cómo lo


supo. No me gusta que las personas sepan más de mí que yo de ellas.

—Está bien, vale. Vi tu nombre en mi lista.

—¿Tienes una lista de los estudiantes de periodismo? —¿Hola,


acosador?

—Tengo que tenerla. Me encargo del departamento de noticias de


la universidad en la estación de televisión, DCTV.

Se me pasa por la cabeza que puse la estación de televisión como


un lugar en el que me gustaría internar este semestre, y ahora estoy de
pie cara a cara con el chico que decidirá si consigo uno de los
pequeños números codiciados de los puestos vacantes.

—Oh, ya veo. DCTV. Sí, recuerdo poner mi nombre ahí… —Estoy


tartamudeando y balbuceando como una idiota. Gran trabajo, Willow.
Suenas como una autentica reportera profesional.

—Escucha, si aún estás interesada en internar, ¿por qué no tomamos


un café y lo hablamos? —dice. Espera, ¿me está pidiendo una cita?

—¿Café? —digo. Si, Willow, café. ¿Qué está mal conmigo?

—¿Te gusta el café? —pregunta con una risita.

—Me encanta el café. Lo siento. Debes pensar que sueno como una
complete idiota. Simplemente me sorprendiste…

—Lo siento. Puedo ser un poco extrovertido. Las personas tímidas no


me entienden —dice.
—No soy tímida —devuelvo como si estuviera ofendida. No podía
meter la pata más si lo intentaba.

—Pareces tímida. Y los reporteros no pueden ser tímidos, Willow


Blake.

—Dije que no soy tímida, Reed Miller. —Ahora mis verdaderos colores
están comenzando a mostrarse.

—Entonces, tal vez estaba equivocado. Veo un pequeño lado feroz


saliendo. Me gusta…

—¿Cuándo te gustaría tomar el café? —Intento cambiar de tema. El


calor me está invadiendo, y no es por el tiempo.

—¿Qué hay de esta tarde? ¿Alrededor de las tres?

—Suena bien.

—Te veré en el Cofee Mug —dice mientras corrobora con una


sonrisa—. Te veo a las tres, Willow Blake.

Cuando retrocede de la playa, tomo un profundo respiro e intento


conseguir que mi corazón pare de acelerarse. Café con el ultra chico
mono que tiene mis prácticas en la palma de la mano. Hola, estrés.
Capítulo 3
Traducido por Apolineah17
Corregido por Pily

Hago mi camino de regreso a casa, y mamá está en el salón


haciendo uno de sus muchos ejercicios de DVDs. Ella tiene mejor figura
que yo, aunque Bruce le ha permitido que haga algunos
“procedimientos.” Él no parece presionarla, pero creo que disfruta
teniendo dulces brazos para llevar a las fiestas y cosas por el estilo.

—Hola, cariño. ¿Cómo estuvo tu primer día en la universidad? —dice


mamá desde la sala de estar mientras hace sentadillas y estocadas
acompañadas de sonidos tipo gruñidos.

—Es la escuela, mamá. ¿Qué tan bien podría haber estado? —


Murmuro, hambrienta debido a mi caminata por la costa caliente—.
¿Tenemos algo para comer en esta casa? —Pregunto mientras
Carmelita entra a la cocina. Es una mujer baja y corpulenta de
Guatemala, Carmelita probablemente es mi persona favorita en esta
casa porque es real.

—Hola, señorita Blake —dice con su brillante sonrisa. La vida en la


playa sólo ha hecho a Carmelita de un tono más oscuro, y sus dientes
lucen como perlas cuando sonríe—. ¿Tiene hambre?

—Me estoy muriendo de hambre —digo con la cabeza firmemente


plantada en la nevera. Principalmente estoy allí para refrescarme, pero
Carmelita no cuenta con nada de eso mientras me golpea el trasero
para que me quite.

—¿Le hago un sándwich? —dice con un signo de interrogación


marcado al final de la frase.

—Por favor —digo, todavía incómoda con tener a alguien que


aguarde por mí en mi propia casa. Excepto, cuando en Roma…

Es alrededor de la una y media de la tarde, y casi puedo oír el tictac


del reloj con la cuenta regresiva para mi cita en el café con Reed Miller.
Creo que no debería llamarla una cita, ya que estoy tratando de
conseguir un período de prácticas de él. Él sería mi superior, y eso evoca
algunas imágenes en mi mente que no deberían estar allí. Esposas y
amarres estallan en mi mente, recordándome que puedo haber estado
leyendo demasiadas novelas eróticas románticas durante el verano.

—Aquí tienes —dice Carmelita, entregándome un plato con un


sándwich club y algunas patatas fritas. Me meto una patata frita en la
boca, gimo de placer y asiento.

—Gracias, Carmelita —digo mientras mastico, lo cual es poco


educado pero no me importa. Me deslizo en una silla en el
desayunador, devorando el sándwich y una Coca-Cola, y subo
corriendo las escaleras para cambiarme para mi cita en el café con
Reed. Me gusta cómo suena eso. Una cita para tomar un café con
Reed. Sí, tengo que empezar a salir más si un chico guapo me hace
querer empezar a escribir su nombre por todo mi cuaderno.

***
Son las 3:10 pm, y estoy sentada en el café The Coffee Mug mirando
alrededor por Reed. No está aquí, y me siento como una tonta. Tal vez
sólo está jugando conmigo para ver si saltaría cuando él me lo dijera.
Quizás estuvo en un accidente y yo debería ir a salvarlo y darle
respiración boca a boca… Chico, mi mente seguro puede divagar si se
lo permito.

—¿Willow? Siento llegar tarde —Lo oigo decir detrás de mí mientras


su mano roza mi hombro y me dan escalofríos. Él se sienta frente a mí e
inmediatamente le hace señas al mesero a través de la mesa como si
fuera el dueño del lugar—. Ricky, creo que estamos listos para ordenar.
—Ricky, un mesero pelirrojo viene corriendo a nuestra mesa y espera por
nuestros pedidos.

—Um, voy a tomar un café de vainilla francesa con crema batida —


digo, todavía perturbada por la forma en que entró con tanta
autoridad.

—Qué asco —dice Reed mirándome—. Café negro. Gracias. —Ricky


sonríe y asiente antes de alejarse. Un extravagante gay por lo que
puedo ver, creo que Ricky y yo vamos a ser amigos antes de que esto
termine. Me gustan las personas que viven sus vidas como quienes son
realmente. Probablemente porque yo no puedo… o no lo hago.

—¿Qué asco? —digo, inclinando la cabeza hacia un lado como un


perro que escucha un fuerte ruido.

—Eso es como beber un jarabe —dice mientras saca su iPad y la


enciende.

—Entonces no lo bebas —respondo, muy consciente de que estoy


siendo un poco insolente con un hombre del cual necesito su ayuda.

—Touché —dice con una sonrisa irónica—. Así que, Willow Blake,
vamos a hablar de la TCD4. ¿Qué puedes aportar a la mesa para mi
pequeña estación?

—¿Tu estación? —Digo, de nuevo poniéndome el pie directamente


dentro de la boca—. Pensé que la estación pertenecía a la universidad,
Señor Miller.

—Y ahora mismo yo la manejo. Por lo tanto, es mi bebé —dice


mientras se apoya sobre los codos—. Eres una fiera.

Me inclino hacia adelante para coincidir con su postura.

—¿Por qué cuando una mujer se reafirma a sí misma es una fiera o


una perra, pero cuando un hombre lo hace entonces él es fuerte o
autoritario? —Me mira fijamente por un momento antes de sentarse
hacia atrás y sonreír.

—Te necesitamos —dice.

—¿Perdón?

—Te estaba poniendo a prueba, y pasaste de manera brillante. Te


puedes controlar a ti misma, Señorita Blake. Eso es seguro. Y eso es lo
que necesitamos. Mira, tomé esta incipiente y pequeña estación de
televisión hace un año, y desde entonces hemos estado trabajando en
la cobertura de noticias impactantes. Pero aún no he encontrado al
reportero correcto. Tengo un gran chico para los deportes, una chica
del departamento de meteorología que hace un poco del clima aquí y
allá. Pero necesito un reportero principal, y creo que podrías ser tú.

Televisión Compuesta Digital, en inglés Digital Composite Television (DCTV).


4
—Supongo que no entiendo, ¿cómo pudiste saber eso después de
acabarme de conocer? Quiero decir, ni siquiera conoces mi
experiencia o si tengo o no alguna habilidad como reportera —
Entiendo perfectamente que lo que estoy diciendo es algo
completamente estúpido, pero realmente quiero saber por qué él
pensaría que yo soy la persona adecuada para las prácticas.

—Bueno, en primer lugar, no te fuiste cuando me retrasé un poco.


Eso me demuestra que eres muy trabajadora y que estas dispuesta a
quedarte hasta tarde si es necesario. En segundo lugar, no me dejaste
salirme con la mía al insultar tu bebida o al llamarte fiera. Cuando
necesito un buen reportero, estoy buscando a alguien que esté listo
para hacer preguntas difíciles y conseguir una respuesta sin perder su
columna vertebral. Creo que encajas muy bien en el proyecto cuando
se trata de eso —dice con una sonrisa.

—Gracias. Me encantaría tener la oportunidad de hacer un período


de prácticas en la estación si tú crees que estoy calificada para ello.

—No creas que es así de fácil, porque no sólo depende de mí. Tengo
que llevar cada cosa ante mis asesores de personal, así que también
tienes que tener una reunión con ellos. Por supuesto, ellos querrán saber
más acerca de tus antecedentes. —De repente, mi estómago se hace
nudos en mi interior y me siento como si fuera a vomitar. Al parecer, mi
cara es de color verde o algo porque Reed comienza a parecer
afectado—. ¿Estás bien?

—No me siento muy bien. Disculpa —digo mientras corro hacia el


baño de mujeres. Veo a Reed levantarse, pero no sé si me sigue. Cierro
la puerta detrás de mí y la bloqueo, apoyándome en ella tomo varias
respiraciones profundas antes de ir al lavabo para salpicarme un poco
de agua fría en el rostro. Éste es. Éste es el momento en que finalmente
averiguarán quién soy y lo que hice. Toda mi vida siempre va a girar en
torno a un momento en el tiempo que nunca podré regresar.

Unos minutos más tarde, me he recompuesto lo suficiente para


regresar a la mesa. Reed todavía está sentado allí, mirándome mientras
cruzo la sala. ¿Qué demonios le voy a decir para explicar lo que acaba
de suceder?

Me siento, pero antes de que pueda hablar, él se hace cargo.

—Willow, no te sientas mal. He tenido que pasar por eso antes.


Probablemente sólo comiste algo que no te sentó bien. —Me guiña un
ojo y continúa charlando sobre la estación de televisión como si nada
hubiera pasado. Por ahora, estoy a salvo. Pero sé muy bien que en
cualquier momento la caja de Pandora que desesperadamente estoy
tratando de mantener cerrada va a explotar justo en mi cara en el
momento equivocado. Alguien a mi alrededor va a salir lastimado tanto
como yo, así que trato de mantenerla cerrada con los brazos
extendidos.

—Sí, en cierto modo me devoré un sándwich club antes de llegar


aquí, así que puede que simplemente me cayera mal en el estómago.
Realmente lo siento por eso. —Digo, mirándome las manos y tratando
de no hacer contacto visual. Dicen que los ojos son las ventanas del
alma, y desde luego no quiero que él vea a través de mí. Parece ser un
tipo muy astuto, por no mencionar caliente, así que no quiero que
piense en mí como esa aspirante a reportera con un nauseabundo
rostro verde.

—Te diré una cosa, ¿por qué no llenas este papeleo y me lo das
mañana en clase? Se lo daré a mis asesores y veré si aun así necesitan
tener una reunión contigo. Me siento muy cómodo contigo, y me
gustaría que trabajáramos juntos. ¿Todavía estás interesada? —Me
pregunta. Por supuesto que todavía estoy interesada, pienso para mí
misma, pero no quiero parecer demasiado ansiosa.

—Por supuesto. Quiero aprender lo más que pueda mientras todavía


esté aquí en la universidad. Trabajar en la TCD me dará la oportunidad
de perfeccionar mi oficio. —¿Perfeccionar mi oficio? ¿Quién incluso
habla así?

Él sonríe, casi como si estuviera leyéndome la mente, y asiente con la


cabeza. Ricky trae nuestras bebidas, y él toma un rápido sorbo a su
café.

—Muy bien. Estoy esperando conseguir tu documentación y espero


que podamos empezar. Tenemos algunas grandes oportunidades de
historias próximamente, y creo que serías perfecta para ellas.

—Yo también estoy deseando eso. Mi meta a largo plazo es ser una
periodista, así que este es un gran punto de partida. Estaba en el equipo
de redacción del periódico en el instituto, así que tengo un poco de
experiencia. —No sé por qué le digo esto, ya que esto sólo lo anima a
hacer más preguntas sobre mi pasado. Es como si tratara de
impresionarlo por alguna razón, pero creo que tiene que ver más con lo
caliente que es, que con tratar de mostrar mi intelecto superior.

—¿Ah, sí? ¿A qué instituto fuiste?

Oh, oh. Aquí vamos. Al menos puedo ser sincera sobre esta parte de
la historia. En vez de decir que tuve que dejar Seattle a los quince años
debido a mi sórdido y trágico pasado, y trasladarme a Charleston,
simplemente puedo decir que asistí al Instituto de Seaside. Porque lo
hice. Durante un año, de cualquier manera. Entonces mamá conoció a
Bruce en una fiesta y consiguió implantar firmemente sus garras en su
corazón. Después de eso, fui capaz de ir a la Academia Privada de
Rivermore y esconderme de aquellos terribles chicos de la escuela
pública.

—Fui a Seaside. ¡Vamos Bulldogs! —le digo riendo. Siempre pensé


que era una locura que el instituto estuviera asentado justo al lado del
océano, fuera nombrado Seaside y la mascota fuera un bulldog. No un
pelícano, un tiburón o un delfín. Un bulldog. Extraño.

—Ah, Seaside. Tengo algunos amigos que fueron allí. ¿No crees que
un bulldog es una extraña mascota para una escuela en la playa? —
me pregunta como si me leyera la mente. Hombre, él es caliente y
listo… y puede que tal vez sea a un psíquico.

—¡Precisamente estaba pensando eso! —Digo, sonando como


alguna especie de cabeza hueca.

—Las grandes mentes piensan igual —dice en voz baja y casi


íntimamente. ¿Está coqueteando conmigo?

—Supongo que sí —le digo mientras tomo un sorbo de mi café. Es


importante que evite coquetear porque no puedo hacer nada de ello.
Voy a ser etiquetada como una incitadora y tendré que salir de la
ciudad o algo así.

—Así que, ¿te gustaría un recorrido por la estación de televisión?


Digo, no es mucho pero es un poco genial si nunca has estado
alrededor de esas cosas antes.

—¿Quieres decir ahora?

—Claro. La estación está bastante vacía a esta hora del día.

Realmente estoy un poco emocionada por ver el funcionamiento de


la TCD, así que asiento con la cabeza y me levanto. Mientras
caminamos hacia afuera, me dirijo hacia la playa para caminar la
distancia hasta la universidad.

—¿Caminas a todos lados con este calor? —pregunta Reed mientras


tira de mi brazo hacia el que supongo que es su coche. Su toque no es
rudo, sino firme, y me encuentro disfrutándolo un poco.

—No tengo coche —digo. Si, diecinueve años, sin coche y sin
licencia. Soy una ganadora.

—Pensé que, ¿eras la hija de Bruce Avery? ¿El multimillonario de


bienes raíces?

—¿Eres un acosador? —Pregunto, frunciendo las cejas hacia él.

—Todo el mundo sabe de Bruce Avery por aquí, Willow.

—Bueno, él es mi padrastro, y no es responsable de mis finanzas


personales. Sólo vivo allí porque mi madre quiere que lo haga. Cuando
consiga trabajo y gane dinero para un coche, conseguiré uno. Pero por
ahora, camino. Es bueno para la salud. —Digo, tratando de hacer que
parezca normal que una chica de diecinueve años no tenga un coche.
No es que no quiera uno, pero conseguir una licencia invita a la gente
del DVM5 a echarle un vistazo a mi historial, y no estoy segura de querer
eso en una ciudad tan pequeña.

—Vamos. No es necesario que sudes hasta la muerte —dice mientras


abre la puerta del pasajero para mí y me hace señas para que entre.
Camino lentamente y entro, muy consciente de que este chico tiene el
futuro de mis prácticas en sus manos.

Tomamos un corto camino a la universidad y al parque en el edificio


de Comunicaciones. El coche de Reed es agradable, con todo tipo de
artilugios que yo nunca aprendería a manejar. Su sistema de sonido
hace sonar Mumford & Sons por todo el coche, y el aire acondicionado
le daría escalofríos a los esquimales.

—Aquí estamos —dice estacionando el coche. Antes de que pueda


abrir la puerta, él está allí abriéndola para mí.

—Gracias —digo en voz baja mientras me bajo y espero a que me


lleve a la estación. Todavía no estoy muy segura de en qué parte de la

5
Departamento de Vehículos de Motor, en inglés Department of Motor Vehicles
(DMV).
escuela estoy, pero si consigo ser una reportera tendré qué aprenderlo
rápidamente.

Entramos en el centro del viejo edificio y después subimos un tramo


de escaleras. Hay un aspecto muy industrial en los pasillos con las
paredes de cemento de color amarillo pálido y las combinadas
baldosas que parecen haber estado allí durante treinta y tantos años.

—Te dije que no es la gran cosa —dice con una carcajada mientras
abre la puerta a la izquierda en la mitad del pasillo.

—Es más de lo que alguna vez he tenido la oportunidad de


involucrarme —digo con una sonrisa. Tengo que hacerle creer que estoy
realmente muy emocionada acerca de estas prácticas, de modo que
tenga la mejor oportunidad de conseguirlas. A pesar de que el edificio
es antiguo y huele un poco a humedad, todavía sigue siendo el primer
paso en mi carrera de periodismo.

Entramos a una pequeña área de oficina, y él deja las llaves sobre el


escritorio.

—Ésta es la oficina principal en la que suelo sentarme. No estoy aquí


tan a menudo porque normalmente estoy corriendo por allí haciendo
varias cosas, pero si entras como interna, entonces tendré más ayuda.
—Me sonríe y luego hace señas para que entre a la habitación
contigua. Detrás de la oficina hay una sala de edición con todo tipo de
equipo que aún no tengo ni idea de cómo utilizar—. No te preocupes,
aprenderás a utilizar todo esto durante tus cases aquí en la universidad.
Serás capaz de practicar en estos equipos en cualquier momento que
gustes. Además, voy a darte un curso intensivo sobre cómo usarlos para
que puedas ayudar tanto con la producción como con los reportajes.
—Es como si tuviera todo resuelto antes de que incluso me ofreciera las
prácticas.

—Parece un poco abrumador en este momento —digo,


mordiéndome el labio inferior.

—No es tan malo. Yo tampoco sabía cómo usar este equipo cuando
comencé, pero te enseñan todo esto en clases. Además también soy
un buen maestro —dice mientras camina hacia mí y se pone a pocos
centímetros de mi cara. Me siento incómoda y excitada al mismo
tiempo. Literalmente, puedo sentir su cálido aliento en mi rostro y oler el
café que acabamos de tomar. ¿Qué está tratando de hacer? Casi
quiero cerrar los ojos e ir por ello sólo para ver si está a punto de
besarme cuando de repente dice— Con permiso. —Es entonces
cuando me doy cuenta de que estoy parada en la única puerta y él
está tratando de llevarnos de regreso al pasillo—. El resto de la estación
se encuentra al final del pasillo. —Mi cara se pone roja, me aclaro la
garganta y me hago a un lado para que él pueda guiarnos afuera. Éste
tiene que ser mi nuevo momento más vergonzoso en la vida.

Caminamos por el pasillo brillantemente iluminado y entramos a otra


habitación. Esta habitación es más larga y más grande que las otras dos
habitaciones juntas. Tiene montones de pantallas de televisión y otro
tipo de equipamiento que no sé usar.

—Ésta es la sala de control. Probablemente no vas a trabajar mucho


por aquí porque tenemos técnicos que hacen eso, pero puede que
tengas que traer de vez en cuando unas cintas.

—¿Cintas? ¿No es éste el siglo 21?

—Lo creas o no, les gusta que podamos utilizar algunos métodos de
la vieja escuela, por lo que estamos preparados para cualquier lugar en
el que podamos conseguir un trabajo después de la universidad. Pero
también aprenderás lo más reciente en información y tecnología
relacionada con el periodismo. —Él es muy de-hecho sobre todo esto,
casi como un profesor en sí mismo. Puedo decir que está
extremadamente metido en lo que hace, y no quiere que ninguna cosa
o ninguna persona interfiera en su trabajo.

Caminamos alrededor de algunos pasillos, y señala la emisora de


radio y algunas de las oficinas de los profesores. Realmente no hay
mucho en la estación de televisión, y no es nada como lo que imaginé
que sería. Él explica que hay aulas montadas como escritorios de apoyo
donde aprenderemos los pros y contras del periodismo, en realidad no
tienen estos en la estación de TV, tenemos que llevarlo fuera de las
aulas cuando queremos filmar nuestro programa de noticias. Puedo ver
que la universidad está atrasada cuando se trata de este canal de
televisión, y me pregunto por qué.

—¿Alguna vez invirtieron algo de dinero en este canal de televisión?


—Le pregunto mientras hacemos nuestro camino de regreso a la
pequeña oficina.

—No han invertido dinero en años porque éste nunca ha sido


dirigido adecuadamente. Es por eso que estoy tan ansioso de sacar
nuestro nombre de allí y demostrarles que esta estación de televisión
vale la pena ser salvada.

—¿Crees que podrían cerrarla? —Pregunto. Una mira de tristeza


atraviesa su hermoso rostro, y realmente no me gusta ver eso. Él es
mucho más divertido de ver cuando está contento.

—Esa es la cuestión. Me imagino que tengo este próximo año escolar


para demostrarles que esta estación de televisión puede lanzar algunas
historias impactantes, o va a ser cerrada para los futuros estudiantes.

—Eso sería triste —digo, pensando en todos los futuros estudiantes


que se perderían la oportunidad de trabajar en una verdadera estación
de televisión en la universidad.

—Bueno, eso es todo —dice levantando las manos—. Mi pequeño


pedazo de paraíso. —Su sonrisa es ardiente y sexy, pero en una especie
de sentido pasional. En cierto modo quiero arrancar los pequeños
botones de la parte superior de su camisa tipo polo y ver lo que hay ahí
abajo, pero me abstengo. Puede ser que todo el calor me esté
afectando.

—Gracias por mostrarme esto. Voy a llenar el papeleo esta noche y


lo traeré a clase mañana. —Él asiente con la cabeza, y me doy cuenta
de que nuestra “cita” ha llegado a su fin. Empiezo a dirigirme hacia la
puerta para hacer mi camino de regreso por la playa hasta mi casa.

—¿A dónde vas?

—Voy a caminar a casa —digo como si fuera la cosa más normal del
mundo.

—Willow, hace calor ahí afuera. —Este chico ya se está exasperando


conmigo. Espera hasta que llegue a conocerme mejor.

—El océano tiene una agradable brisa —digo con una sonrisa—. Te
veo mañana.

Camino por el largo pasillo preguntándome todo el tiempo si él está


mirando mi trasero. Incluso lo aprieto un poco y me balanceo de un
lado al otro como lo hacen las modelos de pasarela, pero cuando me
doy la vuelta él ni siquiera está asomando la cabeza por la puerta.
Capítulo 4
Traducido por katiliz94
Corregido por Keyla Hernández.

C
uando llego a casa, todo está en silencio. Mi madre
normalmente está en la playa consiguiendo broncearse, o en
algún tipo de encuentro voluntario. Admiro su disposición
para dedicar su tiempo y el dinero de Bruce, pero el broncearse está
comenzando a hacerla parecer una lagartija. No me gusta
broncearme, así que nunca he entendido la atracción de tumbarse en
la playa bajo el caliente sol durante todo el día… lo cual explica mi
pálida piel blanca, supongo. Afortunadamente, mi pelo rizado rubio
fresa mantiene alejada la atención de mi palidez.

Subo al piso de arriba hasta mi habitación, teniendo la esperanza de


que algo de paz y silencio llene mis estados. Escucho algo en la
habitación cercana a la mía, y es Carmelita haciendo la cama del
cuarto de invitados.

—Hola, Carmelita —digo mientras permanezco de pie en la entrada.

—Oh, hola, Señorita Blake —dice con un rápido ceño. No sé porque


me frunce el ceño. No es asiática y yo no soy de la realeza.

—¿Qué estás haciendo?

—Preparar la habitación del Señorito Kellan —dice con una sonrisa


mientras estira sobre la cama las sabanas. Me acerco para echarle una
mano.

—¿Has conocido a Kellan? —le pregunto, sabiendo que ha trabajado


para Bruce durante muchos años.

—Oh, sí. Kellan era solo un niño cuando empecé a trabajar para el
Señor Avery.

—¿Cómo es? —pregunto, muy curiosa sobre mi nuevo hermanastro.


Quiero decir, si es algún tipo de chiflado siento de debería saber eso por
adelantado.
—Es un alma preciosa —dice ella suavemente—. Pero tomó un
camino equivocado, y no sé cómo es ahora. Creo que está enfadado
—dice sacudiendo la cabeza con tristeza—. Muy enfadado.

—¿Por qué dirías eso? —pregunto cuando finalmente ponemos en la


cama la sabana para cooperar y darle una vuelta entorno a la esquina
del colchón.

—Por casualidad escuché al Señor Avery hablar sobre ello. Por favor,
no le diga que se lo conté, pero me preocupa que Kellan traiga algo de
odio consigo a esta casa. Y el Señor Bruce también está muy enfadado,
aunque ahora lo esconde muy bien. Esos dos podrían ser una mala
combinación.

No puedo decir que ella esté preocupada por la situación, y


tampoco me lo está haciendo muy llevadero. No necesito ira o drama
entorno a mí. No puedo lidiar con ello, además eso solo conduce al
peligro y al dolor de cabeza. Necesito que las cosas sean de una forma
clara en mi mundo o todo lo demás en el infierno se soltaría dentro de
mi corazón y alma. Tengo que mantener el status quo, y si este Kellan
Avery piensa que va a venir aquí y echar a perder mi protección de una
vida, está tristemente equivocado.

Termino de ayudar a Carmelita y después voy a mi habitación.


Enciendo la laptop y decido hacer una pequeña indagación en quién
es este chico, Kellan. Lo que encuentro básicamente es lo que Bruce y
mamá me dijeron. Mató a una mujer y a sus dos hijos pequeños porque
estaba borracho y conducía. Por un momento, siento la culpa y las
náuseas en la boca de las tripas. Conozco demasiado bien todo lo que
se siente al tener tal pesada responsabilidad al final de la vida de
alguien más. Sacudo la cabeza, intentando remover los recuerdos y
acompañar los sentimientos de antes dirigiéndome fuera del escritorio
para respirar en el calmado aire del océano.

Inhalar y exhalar. Inhalar y exhalar. Al igual que las olas, respiro y


expiro. Es la única forma de sobrevivir en este mundo. Sin la inhalación y
exhalación, no hay vida. Tienes que inhalar y exhalar para vivir. Diablos,
inhalar y exhalar es incluso la forma en que los bebes son hechos. Esa
idea me hace reír cuando me escabullo en una silla en la plataforma y
continúo googleando en el teléfono.

Encuentro un artículo sobre el mejor amigo de Kellan, Jake Cochran.


Ahora está parapléjico. Me pregunto si Kellan aun habla con él. Me
pregunto si Jake está enfadado con él. ¿Yo lo estaría? No conozco toda
la situación, pero tengo que creer que Jake sabía que Kellan estaba
borracho cuando entró en el coche con él, así que ¿eso no le hace del
todo un cómplice en su propia situación de paraplejia?

Escucho voces en el patio de abajo, y puedo decir que son mi madre


y Bruce teniendo una conversación intima. Al parecer, no saben que
estoy en casa y en la plataforma sobre ellos.

—Va a estar enfadado, Pam. Solo te lo estoy advirtiendo. Está


enfadado conmigo, y no sé lo que la prisión ha hecho con él.

—Bueno, no puede haber hecho nada bueno —dice ella—. ¿Por qué
simplemente no fuiste, Bruce? ¿Por qué abandonaste al chico así? —
Suena un poco irritada, y estoy sorprendida de que esté empujándolo
como ella. Guste o no, mi madre se casó mayormente con Bruce por su
dinero y protagonismo en la ciudad, así que empujarlo no era la mejor
idea en sus metas del término matrimonial. Sin embargo, él le deja pasar
eso como si nada.

—No lo sé. Tal vez soy un padre horrible, Pam. Simplemente no pude ir
allí. Es la prisión. No tienes ni idea de lo que es tener un hijo que ha
matado a alguien, así que no me juzgues. —Está más enfadado de lo
que jamás lo he visto, y cuan irónica fue su última frase.

—Pero suena como si él te necesitase. Eres todo lo que él tiene, Bruce.


Va a llevar algo de trabajo serio reparar tu relación con él.

—Sinceramente, no sé si alguna vez lo repararemos. Mató a esos


bebes y a su madre, y tengo un momento difícil al olvidar eso, Pam.
Realmente pensé que cuando fuera liberado, estaría sobre él, pero no
lo estoy. Hoy me siento tan enfadado por eso como la forma en la que
me sentí entonces.

—Bruce, es tu hijo. Cometió un terrible, horrible, irreparable error, pero


aún es tu hijo. —Sé porque lo está presionando, pero él no tiene ni idea
de cuánto entiende ella su situación.

Una abeja vuela hasta aterrizar en mi pequeño rosal, y por supuesto


salto como una completa idiota. Hago un ruido, y mamá y Bruce miran
hacia arriba, hacia mí.

—¿Willow? —dice mamá con la mano en el pecho.


—Oh, hola chicos. Acabo de llegar a casa de tomar un café con un
nuevo amigo. Siento asustaros. —Ambos asienten y despiden cuando
entro a la casa. Desastre evitado.

***

A la mañana siguiente, camino a clase y Reed está sentándose ahí,


esperando. Sonríe y saluda, y mi corazón se acelera un poco. Algo que
solo hace con este chico, pero tengo que ser cuidadosa. Acercarme a
cualquiera no es una buena idea para mí. La felicidad es para otras
personas, y me rendí ante esa ilusión hace mucho tiempo.

Las citas son buenas tanto como lo es un golpe fuerte, gracias, señora
y sin ataduras. Sin sentimientos. Sin emociones irritando para nublar la
diversión. Pero este chico parece que es demasiado profundo para el
golpe fuerte, así que mejor conseguiré revisar mis hormonas y parar de
obsesionarme con su calor picante.

—Buenos días —digo mientras dejo caer la mochila y le entrego los


papeles.

—Buenos días. Gracias —dice mientras los mira por encima


brevemente y después los pone en su propia mochila—. Entonces,
¿llegaste a casa bien a pie?

—Sí, Reed. Estuve bien. Me gusta caminar.

—Bueno, parece que te hace un buen cuerpo —dice con una sonrisa
antes de que el Señor Shanks entre. Sip, ahí va mi libido. Lo siento
ondeando desde entre las piernas.

—Buenos días, clase. Vamos a sacar los libros y girar a la página


diecisiete… —el Señor Shanks tiene una voz que haría que las uñas en
una pizarra sonaran como una dulce y hermosa melodía. ¿Espero que
diga “Bueller? ¿Bueller?”6 Ahora en cualquier momento. Odio las
matemáticas.

6
Bueller: en ingles se dice esta palabra cuando no hay respuesta a una pregunta.
Como si estuviera intentando escucharlo, Reed me pasa una nota.
¿Qué somos? ¿Chicos de tercer año?

—Estás contratada. —Eso es todo lo que la nota dice.

Miro por encima y sonrío con la ceja fruncida en confusión.

—¿Lo estoy? —Escribo.

—Sí.

—¿Pero no necesitas leer mis papeleos?

—Noh, he visto todo lo que necesitaba ver. —Sonríe de nuevo, y juro


que mis bragas ahora se prenden justo en medio de esta clase.

El resto de la clase pasa sin incidentes, y me pongo de pie para


marcharme al final de la clase pero Reed me agarra del brazo.

—¿Ocupada esta noche? —pregunta, y ahí es cuando noto los


pequeños y encantadores hoyuelos en sus mejillas.

—Um… —digo, porque soy muy lexicógrafa.

—Estaba pensando que podía comenzar a enseñarte algo del


equipamiento de editar en la estación… —dice, intentando explicar
como esta no es la cita de mis sueños sino un trabajo relacionado a un
evento. Entendido—. Mi chico de deportes, Dexter Way, tuvo que dejar
la ciudad inesperadamente porque su abuela se marchó la última
noche. Tengo que editar su anuncio para la siguiente semana.

—Oh. Claro. Eso suena bien —digo, continuando la presentación de


mis habilidades de conversación pública.

—¿Qué hay de las nueve en punto?

—¿De la noche? —pregunto con la boca abierta.

—Bueno, sí —dice riendo—. El periodismo es un trabajo de


veinticuatro horas al día, Willow. Además, tengo clases hasta tarde por
lo que es lo más pronto que puedo hacerlo.

Es viernes por la noche, y de cualquier manera con tristeza no tengo


planes, así que asiento en acuerdo. Reed se aleja y se dirige hacia el
parking mientras me dirijo a la playa por mi típico camino a casa. Ahí es
cuando escucho a Emmy brincando detrás de mí. Hombre, esta chica
no amaina.
—¡Hey, Willow! —dice en su entusiasta tono normal—. ¿Vienes esta
noche? ¡Por favor di que sí!

—¿Esta noche? —Pregunto en confusión.

—La fiesta de la playa. Comienza a las siete —dice con una gran
sonrisa.

—Oh, no, lo siento. Tengo algunos planes…

—Vamos, Willow. Por favor. ¡Te divertirás mucho!

—Gracias por invitarme… —intento decir mientras comienzo a


caminar.

—Oh, entiendo. ¿No bebes?

Paro mis pasos y pienso en su pregunta. ¿Bebo? Bueno, ya que nunca


he tenido una gota de alcohol en mi vida por un muy buen motivo,
imagino que debería decir que no. Pero la presión de grupo gana.

—Por supuesto que bebo. Quiero decir, ¿quién no bebe en la


universidad? No soy una nerd —digo riendo.

—¡Entonces ven! Vamos a tener todas las cosas buenas, una fogata,
chicos guapos… —sigue tocándome el brazo lo cual me perturba, pero
lo permito. Tengo que conseguir acostumbrarme a las personas
tocándome cuando hablan. Esto es el Sur.

—Está bien, vale. Iré durante un rato, pero tengo algo que hacer a las
nueve, así que no puedo pasar de ahí.

—¡Sí! ¡Te veo a las siete! —dice y brinca tan rápido mientras se va.
Ojala hubiese tenido algo de energía, pero perdí la energía a las cinco
y nunca la recuperé. Emmy es como un nuevo cachorro de marca,
emocionado por seguirme alrededor con la cola moviéndose.

Llego a casa, y mi madre está haciendo su típica clase de ejercicio


en el salón de nuevo. Sin respiración me saluda y después apaga el DVD
para coger un vaso de agua de la cocina.

—¿Cómo fue la universidad?

—Mamá, ¿vas a hacer esto todos los días? La universidad es la


universidad. Sabes que nunca has sido una gran admiradora —digo
cuando agarró una coca cola de la nevera y quito la tapa. Bruce
siempre compra las botellas de cristal más cool en lugar de las feas de
plástico de dos litros, como las llamas.

—Willow, te encantaba la universidad hasta el incidente. Y eso no te


afecta aquí, así que…

—¿No me afecta aquí? Me afecta en cualquier lugar, mamá. Solo


porque las personas de aquí no sepan quién soy no significa que pueda
conseguir escapar de lo que hice. Nunca me deja.

Suspira y sus ojos se humedecen por un momento, pero como yo, ha


aprendido a luchar con las lágrimas sin encogerse de dolor.

—Sé que nunca te deja —susurra—. Pero tengo la esperanza de que


algún día puedas perdonarte y continuar.

—Nunca va a ocurrir, mamá, pero gracias. —Salgo de la cocina y


subo las escaleras hasta mi habitación. Ella nunca va a entender el
dolor, la culpa y la confusión que se alinea en mi corazón. En realidad
nadie nunca lo puede entender.

Salgo a la plataforma, tomo unos profundos respires del oxígeno del


océano y entonces hago lo que siempre hago cuando estoy enfadada
—tomo una siesta.

A las seis y media, la alarma de mi teléfono suena y saltó de la cama


con el corazón acelerándose. ¡Maldición! Me perdí la cena y tengo que
estar en la playa en treinta minutos. Me apresuro a vestirme,
poniéndome un vestido sin mangas rojo y unas sandalias de tiras
plateadas. Cuando corro por la cocina, agarro una bolsa de doritos y
otra coca cola y me dirijo a la playa.

—¿A dónde vas? —grita mi madre desde la puerta trasera.

—A una fiesta en la playa y después a trabajar en la estación de


televisión de la universidad. ¡No esperes despierta! —grito mientras me
despido y comienzo a caminar. Ella sonríe, y eso me dice que piensa
que de alguna manera estoy adaptándome a mi nueva vida. La dejaré
pensar eso si la hace feliz, pero la realidad es que no estoy
adaptándome. Día a día. Respiro la respiración.
Capítulo 5
Traducido por Lectura
Corregido por katiliz94

L
lego a la zona de la playa detrás de la universidad, y la hoguera
ya está siendo iluminada. Emmy inmediatamente me ve y viene
corriendo. Lleva un par de pantalones cortos de mezclilla y un
top de bikini rosa caliente.

—¡Willow! —dice mientras lanza los brazos alrededor de mi cuello. Me


siento muy incómoda con la gente que me toca sin previo aviso, por lo
que doy un paso hacia atrás y pongo las manos en alto por reflejo. La
mirada de asombro en el rostro Emmy me dice que está sorprendida por
mi falta de abrazamiento.

—Lo siento. No soy una gran abrazadora, —digo con una sonrisa de
disculpa.

—No es gran cosa. Mi tía Judy es igual. —Está bien...—. Vamos por
aquí. Quiero presentarte a algunas personas.

Caminamos hacia el otro lado de la hoguera, donde un grupo de


personas ya se han reunido. El sol se pone y el cielo es una hermosa
mezcla de rosas y naranjas. Por primera vez en un rato, me siento
tranquila y casi segura.

—Willow, ella es mi compañera de cuarto Jessie, —dice,


presentandome a una chica pálida, delgada enmarcada con el pelo
rojo más áspero que he visto nunca.

—Hey, —dice la chica con un acento sureño.

—Hola, —le digo mientras me agacho y estrecho su mano.

—Y este es mi novio, Scott, —dice Emmy con una gran sonrisa y


estrellas en los ojos—. ¿No es sexy? —Cae en la tierra y en su regazo
donde proceden a mostrar un poco de PDA7 que no quiero ver.

Public Display of Atention: Demostración Pública de Atención.


7
—Hola... —digo, consciente de que no pueden oírme mientras están
jugando hockey con la lengua. Veo algunos envases vacíos de bebidas
alcohólicas en el suelo los cuales Emmy me dice que consiguió para
que su fiesta comenzara temprano.

—Lo siento, —dice ella mientras se aparta y se pone de pie,


limpiándose la boca con el dorso de la mano—. Podría haber tenido
demasiado vino ya, —susurra en voz alta como si fuera un secreto.

La música está a todo volumen y el olor del humo de la hoguera me


abruma un poco, así que camino un par de metros más lejos hacia el
agua. Todo lo que quiero hacer es deslizarme en el líquido caliente,
húmedo y flotar mientras miro hacia el cielo. Desafortunadamente,
Emmy está teniendo nada de eso.

—¡Toma, prueba esto¡ —aúlla a mi lado, rompiendo mis


pensamientos pacíficos al darme un trago de algo de color ámbar.

—No, gracias... —digo tratando de alejarlo.

—Oh, vamos. No seas anticuada.

—¿Anticuada? ¿Qué es esto? ¿Los años cincuenta? —Se ríe en voz


alta y luego hipa.

—Tómalo. Esto se llevará tus preocupaciones, murmura mientras me


lo da de nuevo.

¿Se llevará mis preocupaciones, eh? Esto ciertamente suena


tentador.

—Tengo que trabajar en la estación de televisión a las nueve.

—¿Y? Esto desaparecerá mucho antes de entonces. Vamos, Willow.


Vive un poco. ¡Sueltalo! —Grita sosteniendo la bebida en el aire. Sin
pensarlo, lo tomo y lo bajo en una sola toma. Ouch. Mi garganta
quema, mi cabeza se siente como que podría estallar y entonces mi
estómago está en llamas. ¿A quién le gusta esta cosa?

Antes de que tenga la oportunidad de pensar mucho más, las


piernas empiezan a sentirse débiles y mis músculos a sentirse como
gelatina. Y como que me gusta.

Camino de vuelta al grupo y me siento, demasiado consciente de


que mis piernas no están cooperando. Soy lo que llamarías un peso
ligero, pero quizás eso cambiará cuanto más tome. La última cosa que
recuerdo es estar tomando otro trago del líquido ámbar y luego la
oscuridad.

***

Oigo música y vagamente huelo el humo, pero más que eso siento
algodón en la boca y un martillo neumático en la cabeza.

—¿Willow ? Despierta. —La voz suena familiar, pero estoy demasiado


cómoda en estos momentos. Abro los ojos tanto como puedo y miro a
mi lado. Me abracé a algún tipo que parece bastante agradable, pero
no lo conozco. Pero es caliente, y estoy cansada. Y ni siquiera me
importa ahora mismo.

Momentos más tarde, siento que mi coche se eleva en el aire. ¿Estoy


muriendo? ¿Volando? ¿Qué demonios? No puedo detener la fuerza de
ser empujada hacia arriba. Ahí es cuando me doy cuenta de que
alguien está físicamente tomándome por la cintura y llevándome sobre
su hombro.

—¡Suéltame! —Gimo tan fuerte como puedo, pero siento como si


pudiera vomitar. Quizás si vomito en este secuestrador, va a bajarme.
Trato de meterme los dedos en mi garganta, pero lo único que hace
eso es amordazarme. ¿Por qué nadie me ayuda?

Él camina por lo que parece una eternidad, y en algún lugar a lo


largo del camino yo o caí dormida o perdí el conocimiento. Cuando
abro los ojos de nuevo, estoy en algún lugar suave y cálido, y sin olor a
humo. Y tengo el peor dolor de cabeza del mundo.

—¿Dónde estoy? —Me las arreglo para susurrar sin que me explote la
cabeza. Una lámpara se enciende en la oscuridad, y puedo ver a un
hombre sentado en una silla junto a mí. No se ve divertido—. ¿Reed?

—Buenos días. Bueno, es la una de la mañana, pero la mañana sin


embargo—. Definitivamente no se estaba divertido en absoluto. Mierda.
Mi primera noche como interna y me emborracho y no aparezco.
Genial.
—Mi cabeza me está matando, —le digo mientras trato de
sentarme, mientras me sostengo la frente. En su lugar, aparece un dolor
punzante y me acuesto—. Lo siento mucho, Reed.

—No te molestes, Willow. Cuando te di las prácticas no sabía que


fueras un animal de las fiestas. Necesito a alguien en quien pueda
confiar, con plazos y que en verdad aparezca, así que me temo que
voy a tener que...

Me siento hacia arriba y empujo más allá del dolor en mi cabeza.

—No. Por favor, Reed. No lo entiendes. Esto no es lo que soy


normalmente. Esa chica Emmy me invitó y cedí. Esa fue la primera vez
que he tenido alcohol en mi vida, y yo, obviamente, no pude controlar
la situación.

Él se acerca y se sienta en la mesa de café frente a mí.

—¿Nunca has bebido antes?

—No. Lo sé, soy una anticuada —digo rodando los ojos.

—¿Anticuada?

—Es una palabra. La gente la dice. —Se ríe un poco y me entrega


una bolsa de hielo de un cuenco sobre la mesa—. Aquí. Usa esto para la
cabeza. Y toma estos, —dice dándome tres pastillas de color naranja—.
Ibuprofeno.

Me trago las pastillas y me pongo el hielo en la cabeza antes de


recostar la espalda contra la almohada del sofá.

—¿Cómo sabias dónde estaba?

—Cuando no apareciste, estaba esperando estar equivocado, pero


decidí a comprobar. Te encontré acurrucada con un chico, y no me
gustó...

—Espera. ¿No te gustó eso? ¿Qué se supone que significa eso?

—Significa que no lo quería aprovecharse de ti en tu situación,


Willow.

—Seguro que no sonaba como que eso es lo que querías decir, —le
digo sonriendo.
—No leas cualquier cosa en ello. Eres una chica preciosa, pero no
estoy centrado en las relaciones en estos momentos. —Se levanta y
enciende otra luz .

—No he dicho nada acerca de una relación, Reed. Supérate a ti


mismo, —murmuro sin pensar. Así se hace, Willow. Pierde las prácticas
completamente.

—Mira, sólo estaba siendo amable, ¿de acuerdo? Sólo te he


conocido por un par de días, pero no me gusta verte en esa posición—.
Me da un poco de galletas—. Come estos. Van a establecerse en tu
estómago.

Ahora realmente me está agobiando. Dando órdenes a mí


alrededor, me dice que soy preciosa. Espera, ¿dijo que yo era preciosa
o lo imagine?

—Siento decepcionarte, y no va a suceder de nuevo. Estaba solo


tratando de encajar. Ser normal de nuevo —Ups. No quise decir esa
parte.

—¿Normal de nuevo? ¿Cuándo no has sido normal? —Pregunta


mientras se vuelve a sentar.

—No importa, —le digo mientras me pongo de pie y luego me


mareo cayendo hacia debajo de nuevo.

—¿Willow? —susurra.

—¿Sí? —susurro yo.

—No vas a ir en ningún sitio.

—No me puedes mantenerme aquí. Llévame a casa, por favor.

—¿Tus padres van a estar bien contigo volviendo a casa borracha?

—No. —Estoy segura de que verme borracha alterará a mi madre un


poco.

—Entonces quédate. Vivo aquí solo, y puedes dormir un poco. —Miro


a mi alrededor y me doy cuenta que esto no es una habitación de la
residencia. Es un bonito apartamento o condominio de algún tipo, y aún
puedo oír las olas del océano.

—¿Dónde estamos?
—Justo al lado del campus. Lexington Glen. —Whoa. Esos son los
mejores condominios de la ciudad. Bruce es propietario del complejo,
por lo que debería saberlo.

—Un bonito lugar, —le digo.

—Lo debes saber, —dice con una sonrisa.

—Sí, bueno, Bruce puede ser rico, pero yo no. Esto que tienes aquí es
un lugar impresionante.

—Oh , por favor, Willow, —dice mientras se sienta a mi lado—. Tu


casa es una mansión en la playa. Esto debe verse como una caja de
zapatos para ti.

—No me gusta la casa. Es demasiado grande e impersonal y blanca.


No se siente como un hogar, —le digo, recordando un momento en mi
vida que parece hace décadas, pero está a sólo cuatro años. Una vez
tuve un verdadero hogar, y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba.

—¿Entonces por qué permaneces allí? ¿Por qué no vives en los


dormitorios o en un apartamento?

—Mi madre me necesita, —le digo, aunque no estoy segura de si esa


es la verdad o lo contrario para ella. Necesito que me ayude a
mantener mi secreto.

—He visto a tu madre, Willow. Se ve muy ágil para mí, —dice con
una risita. ¿Está comentando sobre cómo se ve mi madre? Es decir, ella
es un golpe de gracia para su edad con su tonificado cuerpo
bronceado y pelo rubio, pero es demasiado joven para comerse con los
ojos a mi madre.

—Asqueroso, —le digo rodando los ojos.

—Eso no es lo que quise decir. Por Dios, cálmate. Simplemente quiero


decir que está involucrada en actividades por toda la ciudad. Parece
llena de energía.

Lo miro y sonrío.

—Lo siento. —Suspiro y me pongo la cabeza en el respaldo del


sofá—. Debes pensar que soy una completa lunática.
—Un poco, —dice y me siento y golpeo su pierna—. No, en serio, no
creo eso. Sin embargo, me preocupaba que fueras una típica
universitaria animal de las fiestas.

—Bueno, no lo soy. Del todo. Pero ¿por qué no tú? Pareces un poco
puritano, Reed Miller.

Él sonríe y se ríe, lo cual es una extraña combinación.

—Tengo un montón montando en esto, Willow. Esa estación o hace


o rompe mi futuro. Tengo mucho que demostrar a ciertas personas, y no
tengo la intención de fracasar. Nada se interpone en mi camino, así es
como ruedo.

Está actuando tan grave que me parece gracioso.

—Sí, eres un gánster, está bien. —Me doy cuenta demasiado tarde
de que él no creía que mi comentario fuera tan gracioso. Me mira por
un momento antes de hablar.

—Me voy a la cama ahora, así que siéntete como en casa. Voy a
llevarte a tu casa por la mañana. —Se levanta y se va. No sé por qué lo
que le dije lo golpeó tan fuere, pero es evidente que lo hizo. Agarro una
manta de la silla a mi lado, tiro hacia arriba alrededor de mi cuello y
apago la lámpara de la mesa. No podría haber fastidiado el día de hoy
más si lo intentaba.
Capítulo 6
Traducido SOS por katiliz94
Corregido por Keyla Hernández.

E
l sol de la mañana me despierta como un martillo. A torrentes a
través de las persianas, lo siento penetrando en mí ya
aporreado cerebro.

Puedo oler el bacón cocinándose, y durante un momento soy


transportada en el tiempo a un lugar donde estoy a salvo y cómoda. Mi
madre está haciéndome el desayuno antes del colegio, y mi padre se
está sentando en su sillón reclinable observando las noticias de la
mañana. Desde el exterior, la escena parece la imagen perfecta, y
como desearía que fuese verdad. Como desearía que mi vida hubiese
sido una escena de las pinturas de Norman Rockwell.

Pero, no lo era. Sin embargo, no quiero abrir los ojos. Quiero


permanecer en mi mundo creado durante unos pocos momentos más.

—Estás despierta. Come algo. Te hará sentir mejor —dice Reed


cuando extiende una mano hacia mí. Tomo su mano y me levanta. La
habitación se siente desnivelada como si fuera a deslizarme hacia la
derecha—. Tómalo con calma —dice con suavidad mientras pone el
brazo entorno a mi cintura. El toque envía electricidad a través de mi
cuerpo, y nunca quiero que la sensación termine.

Me conduce a la cocina y me tiende algo de zumo de naranja. Doy


un sorbo y comienzo a sentirme mejor unos minutos después. Es bueno al
cocinar con bacón y huevos y galletas ya listas para que las coma.

—No puedo creer que hicieras todo esto —digo mirándolo con
incredulidad.

—¿Te gusta desayunar, verdad? —pregunta con una sonrisa.

—Bueno, sí…

—Entonces necesitas comer. Tuviste una noche dura la última noche,


así que necesitas comenzar el día un poco mejor. —Agarra un plato y lo
llena con comida, poniéndolo sobre la mesa y señalándome que me
siente.

—Realmente lo siento si te molesté la noche anterior. Solo estaba


bromeando, pero obviamente eso es un tema tocante. —Doy un
mordisco a mi bacón, deleitándome del crujido. Cocina como solía
hacerlo mi madre.

—No es gran cosa. En realidad, sobreactué. Quiero decir, no sabes


de donde soy o que hago, así que probablemente te pareció
dramático. Solo vamos a decir que tengo muchas demostraciones en
mi familia, y no intento fallar sin importar el qué.

—Admiro eso. Ojala tuviese ese tipo de impulso y determinación,


pero en este momento solo me las estoy arreglando. —¿Qué estoy
diciendo? No se supone que estaría revelando demasiado de mi
pasado, y solo va a hacerle preguntarse más sobre mí.

—Puedo decir que eres una persona muy reservada cuando se trata
de tu vida personal. Y eso está bien. No voy a hacerte ninguna
pregunta, así que no te preocupes. —Sonríe, y me doy cuenta de que
debe ser algún tipo de lector de mentes porque siempre parece saber
lo que estoy a punto de decir.

—Soy muy protectora con mi vida personal, pero soy muy seria con
mi carrera de periodista. Ese es el porqué estoy esperando que me des
una segunda oportunidad con las practicas. Prometo que lo que ocurrió
la noche anterior no ocurrirá de nuevo. Fue un error, pero prometo que
estaré centrada en la estación y en nada más.

Se ríe y se sienta, dando un mordisco a su bacón.

—Willow, sé que eres una estudiante de Universidad al igual que yo.


No estoy diciendo que tengas que abandonar toda tu vida por nuestra
pequeña estación de televisión. No espero eso. Sé que saldrás y tendrás
una vida personal, y no interferiré en eso. Simplemente quiero
asegurarme de que eres seria sobre el trabajo mientras estés aquí.

—No tendrás que preocuparte por mí saliendo. En realidad no hago


eso. Y estaré centrada en las prácticas. —En este punto, probablemente
suena que estoy suplicando, lo cual hago.

—Las prácticas son tuyas, Willow. Nunca hubo dudas sobre eso. Solo
estaba molesto y lo tomé contigo. —Sonríe, y eso hace un pequeño
algo en mi interior. No puedo poner el dedo en ello, pero siempre se
siente como que está flirteando conmigo. Y después retrocede.

Puedo entender más la parte de retroceder que la de flirtear. Todo


mi mundo está a punto de retroceder. No te acerques demasiado a la
felicidad o puede quemarte. No confíes en las personas porque con el
tiempo siempre te fallaran. No bajes la guardia porque cuando lo
hagas, el otro zapato cae y estás en una espiral en un hoyo de
desesperación. Ah, felices recuerdos mañaneros.

—Gracias —digo al final. Aliviada de que no esté arrojándome sobre


mi trasero.

—Entonces, ¿el lunes es tu primera clase de radiodifusión que puedo


tomar?

—Sí. Estoy muy nerviosa —digo, tomando un sorbo de la bebida.

—¿Por qué?

—Nunca antes he estado frente a una cámara.

—Lo harás bien. Tienes el rostro perfecto para la televisión —dice con
una sonrisa.

—¿Tú crees?

—Lo sé. Los directores de noticias estarán acosándote después de la


graduación.

—Bueno, no me siento tan perfecta en este momento.

—Conseguirás todo lo que necesitas en clase. Los profesores son


geniales al prepararte para el mundo real. Relájate, Willow —dice
mientras extiende el brazo y toca mi mano. El simple contacto me pone
nerviosa. Normalmente, no me gusta que las personas me toquen sin
invitación, pero su toque no me molesta. Me calma.

—Gracias —es todo lo que me las arreglo para decir de nuevo.


Debe pensar que tengo un gran vocabulario amplio.

—Entonces, dime, ¿de cualquier manera, que te hizo querer ser


periodista? —pregunta mientras regresamos a una conversación
mundana, solo que esta pregunta está cargada de otras.

—Quiero contar historias verdaderas sin distorsiones. Quiero que las


personas consigan un juicio justo en los medios de comunicaciones por
una vez y no sean marcados villanos sin que toda la historia sea
contada.

—¿Piensas que eso es posible? —pregunta con una risa.

—¿Tu no? ¿Estás así de harto? —Oops, ahí voy de nuevo.

—No harto. Soy realista, Willow. Los medios de comunicación son lo


que son, y siempre será de esa forma. Incluso como una reportera,
estarás trabajando para una gran estación y tendrás que hacer las
cosas a su forma o rendirte. No tendrás de cerca el control sobre las
historias que crees que harás.

—Bueno, prefiero ser optimista. ¿Alguien tiene que cambiar el


mundo, verdad? —Intento apartar sus comentarios, pero me molestan.
¿Soy lo bastante fuerte para ser la Solitaria Ranger de los medios de
comunicación?

—Admiro tu optimismo —dice, levantando su vaso de zumo de


naranja—. Así que, ¿qué planes tiene hoy, Señorita Blake?

—En realidad sin planes. Como es habitual —digo mientras froto una
mancha al lado de mi vaso.

—Bien. Entonces, ¿qué hay de que hoy intentemos trabajar por


completo en la suite de edición? —Se está refiriendo a lo que me perdí
la noche anterior, y me siento de nuevo muy mal.

—Claro. Solo correré hasta casa y me cambiaré en algo menos…

—¿Humeante y oloroso? —dice.

—¿Huelo así de mal? —pregunto cuándo intento oler mi propia axila


sin que él lo note.

—Como una mezcla de cerveza y casa chamuscada.

—Encantador.

Comienza a reír, y por primera vez veo un lado juguetón de Reed.

—Está bien, Willow. Solo estoy liándote. No hueles tan mal. Me gusta
el olor de bosque quemado e indigente. —Le golpeo el brazo a través
de la mesa y gruño. Sip, Reed Miller es demasiado claro cuando quiere
serlo. Y caliente. Nunca olvides la parte caliente.
Después del desayuno, nos metemos en su coche —ya que se niega
a dejarme caminar por la playa— y se dirige a mi casa. Cuando
llegamos, da la vuelta y abre mi puerta.

—Qué cortés de tu parte —digo con un asentimiento.

—Incluso las personas olorosas merecen cortesía, Smoky8 —dice. De


nuevo, lo golpeo en el brazo pero esta vez con más fuerza—. Ouch.
¿Qué eres, un boxeador? ¡Jesús! —Todavía está quejándose cuando
tecleo la clave y lo invito dentro.

—¡Willow Blake! —grita mi madre cuando sale de la cocina con el


pelo en un desorganizado moño y la bata puesta—. ¿Dónde has estado
toda la noche?

—Lo siento, mamá. Fui a una fiesta en la playa y después me quede


en casa de un amigo. —Puedo decir que a Reed le gustaría salir
corriendo hasta las colinas por la puerta, pero aún se queda.

—Podrías haber llamado. He estado preocupada. Sabes cómo


ocurren las cosas, Willow… —dice, lagrimas rodando por sus ojos.

—Lo siento, mamá —digo mientras me acerco y la abrazo. Sé


demasiado bien cómo “ocurren las cosas,” así que en verdad me siento
mal por hacerla preocupar.

—Señora Avery, parte de esto es mi culpa. —Canaliza Reed.

—¿Y tú eres?

—Reed Miller. Mi padre es Henry Tate Miller, mandatario judicial. —Al


parecer todos saben quién es el padre de Reed, y los ojos de mi madre
se amplían.

—Conozco a Henry. Juntos somos voluntarios en la cocina de sopas


en Acción de Gracias. No sabía que conocieses a Willow. ¿No eres el
hijo que se graduó en la universidad de derecho?

—No, señora. Más bien el desmayo y desaprobación de mi padre,


soy la oveja negra que va a la universidad de periodismo. Así es como
conozco a Willow. Le di unas prácticas en la estación de televisión de la
universidad, y salimos juntos la otra noche después de la fiesta.
Acabamos hablando hasta tarde así que no quise que regresase sola a

Smoky: En esta ocasión se deja en inglés ya que puede referirse a un apodo. Smoky
8

es humeante.
casa, por lo que se quedó en mi sofá. Lamento que le preocupase.
Debería haberle recordado que la llamase.

—Oh. Bueno, Willow eres una adulta, así que no necesitas llamarme.
Pero la próxima vez, por favor hazlo. Estaba muy preocupada. Y gracias,
Reed, por cuidarla. —Mi madre parece agradecida y un poco
emocionada de que haya entrado por la puerta con el hijo de un
prominente abogado y no algún marginado de los dormitorios. Siento
mucha presión aproximándose.

Camina de regreso a la cocina y me giro hacia Reed quien está


sonriendo de oreja a oreja. Podría no ser un abogado, pero sin duda
puede hablar como uno.

—Bueno, eso fue sorprendente… —digo con la boca boquiabierta—.


Sin duda piensas rápido sobre tus pies, Reed Miller.

—Otra parte de ser un periodista Willow. Nunca sabes cuándo


tendrás que tener un destello de vida, y solo tienes una oportunidad
para contar tu historia.

Unos pocos minutos después bajo las escaleras y Reed está


esperando con mi madre en la cocina. Bruce debe tener el día libre en
algún lugar porque aún no le he visto.

—¿Listo? —pregunto cuándo doy la vuelta a la esquina llevando


unos pantalones capri blancos y un top rojo.

—Claro. Gracias de nuevo, señora Avery. Es una increíble anfitriona


—dice besando su mano y guiñando. A ella ya parece encantarle, y sé
que esto solo va a conducir a muchas preguntas suyas más tarde.
Capítulo 7
Traducido por Apolineah17
Corregido por katiliz94

N
os dirigimos a la estación de la universidad, teniendo una
pequeña charla en el camino —el clima, las materias
optativas que estoy tomando, si prefiero el helado de
chocolate o el de vainilla. Él está a punto de destrozar su coche cuando
le digo que no me gusta el helado en absoluto.

—Entra —dice mientras mete las llaves en la cerradura y abre la


puerta de su oscura oficina. Lo sigo adentro y pongo mi bolso sobre la
silla mientras él nos lleva a la sala de edición. Llena de equipos que no
sé cómo utilizar, es un poco abrumador. Pasamos la primera mitad de la
hora revisando cada pieza del equipo, y puedo decir que sin duda él es
un “nerd de la TV.” Ama todo lo que tenga que ver con periodismo
hasta su edición en ordenadores individuales.

—¿Entendiste todo eso? —dice con una sonrisa después de


explicarme cada caja electrónica negra y plateada.

—Um, eso sería un enorme no —digo, pasándome los dedos a través


del pelo—. Oh, Dios mío, ¿y si nunca entiendo esto? —La compresión de
eso me golpea como una tonelada de ladrillos. ¿Qué pasa si no estoy
hecha para hacer este trabajo?

—Willow, relájate. Vas a estar bien. —Sus simples palabras significan


algo más para mí. Él no tiene idea de cómo tranquiliza esa antigua
parte de mi alma que sigue estando tan abierta y expuesta.

—Tu padre realmente no piensa en ti como la oveja negra,


¿verdad? —Pregunto de la nada.

Me mira y considera la pregunta.

—Sí. Él lo hace. Mi hermano mayor, Evan, es el favorito. Y yo soy la


decepción. Él piensa que voy a trabajar gratis por aquí para siempre.
—¿Por qué piensa eso? —Pregunto, sentándome con las piernas
cruzadas en el suelo para tomar un descanso de la dura silla con
ruedas. Él se une a mí.

—Porque aún no tengo un trabajo de verdad. La universidad paga


mis libros para el funcionamiento de la estación, pero aparte de eso no
tengo un trabajo de verdad.

—Pero todavía estás en la universidad…

—Esta es mi segunda licenciatura. También tengo una en justicia


criminal. Me estuve preparando para la escuela de leyes porque mi
padre quería que fuera, pero me di cuenta de que eso no era lo mío.
Eso no me llenaba por dentro.

—Admiro eso. Estás forjando tu propio camino. —Una sonrisa de


agradecimiento cruza por su rostro, y puedo decir que dije algo que
necesitaba oír.

—Gracias. Aunque, no creo que mi padre jamás piense de esa


manera.

—Sé que es difícil, pero sólo agradece que tienes un padre, aunque
te vuelva loco. —Digo las palabras sin pensar, e inmediatamente me
arrepiento tan pronto como salen de mi boca.

—¿Tú no tienes un padre, Willow? —pregunta en voz baja.

—No. Está muerto. Guau, esta conversación se está convirtiendo


rápidamente en un desastre. ¿Puedes mostrarme algo más? —Me
muevo nerviosamente, como en todas las conversaciones que se giran
hacia el tema de mi padre.

—¿No te gusta hablar de ello? —pregunta con cuidado. Hombre,


¿por qué su voz tiene que ser tan relajante para mí? Algo de esto es
sedoso, aterciopelado y reconfortante. Si supiera quien soy realmente, o
lo que en realidad he hecho en mi vida, nunca se relacionaría con
personas como yo.

—En realidad no —digo sacudiendo la cabeza y tratando de


contener las lágrimas que amenazan con brotar. Yo no lloro, no lloro. Me
sigo diciendo eso, y la mayoría de las veces funciona. No tengo
derecho a llorar por mi padre. Ninguno.

—Entonces no hablaremos de ello —dice—. Perdí a mi madre. Sé lo


que estás pasando —dice mientras se acerca a mí y me frota el
hombro. No, Reed Miller, dudo mucho que sepas por lo que estoy
pasando.

—Siento lo de tu madre. ¿Hace cuánto tiempo fue?

—En realidad el año pasado. Cáncer de mama.

—Oh, Dios, lo siento mucho. Entonces es realmente reciente para ti…

—Sí. Adoraba a mamá. Ella era una santa por vivir con mi padre.
Quiero decir, quiero a mi padre, pero no hay nada agradable en él.
Está muy establecido en sus maneras, y tiene ciertos estándares que yo
nunca podría cumplir. —El dolor en sus ojos es inquietante. Puedo ver
destellos de tristeza, culpa y arrepentimiento que cruzan su rostro. Piezas
de dolor por la muerte de su madre y fragmentos de “no lo
suficientemente bueno” que su padre ha implantado en su alma. Me
duele ver a un chico tan lindo sufriendo en silencio.

—Reed —digo en voz baja mientras le devuelvo el favor frotando su


hombro. Él brinca un poco y toma una profunda respiración como si se
hubiera sorprendido de que extendiera la mano. ¿Soy una gran bruja
poco agradable de la que él no esperaba compasión?—. Tienes
derecho de vivir tu propia vida. Los únicos estándares que importan son
los tuyos.

—¿Te gusta la música? —pregunta con una sonrisa. Cambio de


tema. Buen plan.

—Claro que sí.

—De casualidad, ¿te gusta la música de piano? —pregunta.

—En realidad, me encanta. Toqué durante años cuando era niña,


pero lo dejé cuando tenía quince años. En realidad pensé que iría a la
universidad con una beca de música algún día.

—¿Por qué lo dejaste? —pregunta mientras juguetea con los CD


junto a la mesa de edición.

—Mi padre murió y algunas cosas simplemente ya no importaban. —


Se levanta y apaga la luz cuando la música comienza a reproducirse—.
¿Qué estás haciendo? —pregunto, un poco preocupada de que él esté
a punto de atacarme o algo. Aunque, supongo que sería raro para los
violadores poner música de piano en primer lugar.
—Relájate, Willow. Simplemente estoy creando un buen ambiente
de música de piano. Acuéstate.

—¿Acostarme?

—Relájate. Simplemente acuéstate y relájate, eso es lo que estoy


diciendo. A veces hago esto para aclarar mi mente —dice. Puedo sentir
que se acuesta a mi lado, y apenas puedo ver su silueta con el tono
azulado de las luces sobre todo el equipo.

Nos acostamos el uno al lado del otro durante unos cuantos minutos
escuchando a Yanni en CD. Puedo escuchar que su respiración es más
lenta, y por un momento me pregunto si está dormido. Esto es relajante,
debo admitirlo, aunque yo particularmente disfruto usando el océano
como mi escape, mi lugar de paz.

—¿Reed?

—¿Sí? —responde suavemente.

—¿No se supone que estemos editando algo para los deportes? —


pregunto riendo.

—Mierda, lo olvidé —dice sentándose. Se ríe y se vuelve a acostar—.


¿Sabes qué? No estoy de humor para eso en este momento —dice. Su
voz suena relajada y dulce y todo lo que siempre he querido en un
hombre empaquetado en uno solo. Espera. ¿De dónde vino eso? Él no
es mi hombre o cualquier cosa en realidad.

—Mi escape es el océano —le digo de la nada.

—También me encanta el océano.

—Simplemente hay algo renovador en ello. Las olas vienen y se van


como un reloj. A las olas no les importa si has tenido un mal día o si ha
habido alguna tragedia en el mundo o quién es el presidente. Siguen
haciendo su trabajo durante todo el día, todos los días. En comparación
de todas las cosas que pasan a su alrededor, las olas siguen siento
fuertes, estables y predecibles.

—Guau. Eso fue profundo, Willow —dice. Al principio creo que está
siendo sarcástico o que está burlándose de mí, pero no hay risa detrás
de lo que dice. Estoy realmente impresionada por lo que dijo—. Eres
muy elocuente. Vas a ser una periodista maravillosa. —Nunca nadie me
ha dicho nada que signifique más. Él cree en mí, y apenas me conoce.
Pero, por desgracia, no conoce a la verdadera yo. Nunca puede
hacerlo.

—Gracias. Eso significa mucho —susurro en voz baja.

—Necesitas algo o a alguien fuerte, estable y predecible detrás de ti,


¿verdad? —dice, estoy malditamente sorprendida.

—¿Por qué dices eso?

—Tengo la sensación de que tu pasado está atormentándote,


Willow. ¿Estoy en lo cierto?

—Mira, Reed, yo… —digo, empezando a levantarme. No sé a dónde


ir. No puedo huir de él o de mis prácticas.

Me agarra del brazo suavemente, pero con firmeza, y me mantiene


allí.

—Lo siento. No quise entrometerme. Simplemente vamos a disfrutar


de la música, ¿de acuerdo? —dice. En la luz teñida de azul, puedo ver
el azul de sus ojos. Puedo ver su sinceridad, y me acuesto de nuevo.

Y nos acostamos allí por lo que parecen horas, pero eventualmente


nuestros estómagos comienzan a gruñir por comida y el momento se ha
terminado. Pero, estoy más relajada y no tan asustada de hacer
amistad con las personas de la universidad. Claro, nunca puedo permitir
que sepan quién soy en realidad, pero al menos puedo compartir una
parte de mí. De la nueva yo.

—Creo que, ¿será mejor que comamos algo? —me pregunta


después de encender las luces y quitar el CD. Nunca en mi vida se me
habría ocurrido que podría tumbarme en el suelo de una habitación
con música romántica sonando y no abalanzarme sobre el hombre
inmensamente caliente a mi lado.

—Reed, no tienes que pasar todo el día conmigo —le digo con una
sonrisa mientras alcanzo mi bolso—. Estoy segura de que tienes cosas
que hacer.

—Willow, no hay nada que prefiera hacer además de pasar el día


contigo. De verdad. —La sinceridad en su voz me atrapa con la guardia
baja.

—Eso es simplemente triste —digo con una risita. Él parece irritado.


—Tienes que dejar de hacer eso —dice negando con la cabeza
mientras apaga algunos de los equipos.

—¿Hacer qué?

—Menospreciarte. No es necesario y está mal. Por lo que he visto,


eres una mujer increíble, con un pasado que te angustia, que incluso te
atormenta, pero aun así sigues siendo increíble. —Apaga de nuevo la
luz y me hace señas con la mano para que deje la sala de edición con
él, pero mis pies se sienten como si estuvieran sobre arenas movedizas.
¿Qué acaba de decirme? ¿Increíble?

Lo sigo de nuevo dentro del pasillo iluminado que ahora huele a


limpiador Pine Sol ya que el personal de limpieza vino. El olor evoca
imágenes de cuando me ofrecí como voluntaria en un asilo local de
ancianos cuando tenía doce años.

—¿Te gusta la pizza? —pregunta mientras caminamos.

—¿A quién no? —Le contesto riéndome—. En serio, ¿hay algún


estudiante universitario al que no le guste la pizza?

—Estoy seguro de que hay algunos bichos raros por ahí —dice
mientras pasa su brazo alrededor de mis hombros y me tira hacia la
escalera—. Vamos, Smoky. Entonces, consigamos algo de pizza —dice
mientras aprieta su brazo de nuevo.

—¡Deja de llamarme así! —Y nos perseguimos entre sí por las


escaleras hasta el coche.
Capítulo 8
Traducido por JessiicaM
Corregido por katiliz94

R
eed y yo vamos por pizza a un lugar llamado “Maggio’s,” en el
que está probablemente la mejor pizza que he probado en mi
vida. Nos sentamos en la parte de atrás en una mesa pequeña
cubierta con un mantel de cuadros rojos y blancos; estábamos a solo
diez minutos desde el campus pero nunca había visto este sitio. Claro
está, que no salgo mucho con amigos o sola, así que mi vida social es
prácticamente inexistente.

—¿Te gusta? —pregunta Reed, mientras me devoro mi segunda


rebanada de pizza de pepperoni y aceitunas negras.

—MMM sí, creo que es bastante obvio —respondo después de tomar


un sorbo de mi soda.

—Para una chica tan pequeña, seguro que puedes comer pizza.

—Eso no se le dice a una dama.

—En realidad me gusta. La mayoría de las chicas con las que he


salido comían como pájaros, quiero decir, ¿quién pide una ensalada
como su plato principal en un restaurante especializado en carnes? —
Rueda los ojos y muerde un palito de pan, me quedo mirándolo.

—¿Qué?

—¿Cita?, ¿estamos en una cita? —digo, sonando como la imbécil


más grande del mundo

—Oh, no quise que sonara de esa manera —ahora se está


retractando, pobre chico debí mantener la boca cerrada.

—Solo estaba hablando sobre como otras chicas son diferentes a ti y


eso es bueno, ahora discúlpame mientras me saco el pie de la boca —
dice mientras pretende sacar un pie de su boca. Eso me hace reír y casi
escupo pizza por toda la mesa y sobre él. Agradable.
—Está bien Reed, solo malinterprete lo que dijiste. Estamos bien.

—No es que no encuentre atractiva la idea de salir en una cita


contigo Willow Blake, —su declaración hizo que mi corazón se saltara un
latido literalmente. ¿Realmente los hermosos labios de Reed Miller
acaban de decir lo que yo creo?

—¿Lo harías? —digo impactada al escuchar mi voz

—Por supuesto, eres hermosa, lista y me divierto mucho contigo… —


continua enumerando cosas pero ahora solo puedo escuchar en mi
cabeza los latidos amortiguados de mi corazón—. ¿Aun estás conmigo?
—me pregunta agitando la mano frente a mi cara, debo verme
angustiada porque está empezando a parecer preocupado.

—Sí, estoy contigo —contesto suavemente

—¿No te gustan los cumplidos verdad?

Considero la pregunta por un momento, decir que no sonaría


descabellado. ¿A quién no le gustan los cumplidos?

—No es que no me gusten, es solo que no estoy acostumbrada a


escucharlos, supongo —coge mi mano a través de la mesa y la cubre
con la suya

—Eso es algo triste de escuchar, Willow —sonrió y me encojo de


hombros—. Y aunque me encantaría salir contigo y no hay ninguna
regla que me lo impida, no pienso que sea buena idea salir con nadie
con quien trabajo, incluso si ese alguien está en prácticas. Muchas
cosas pueden salir mal de eso, ¿entiendes? —Asiento, pero por dentro
siento nauseas, es oficial, no tengo ninguna oportunidad con el caliente
Reed Miller. Maldición.

—Reed, está bien, de cualquier forma ¿quién dijo que quería salir
contigo? —digo un poco irritada, él está siendo tan amable y yo estoy
actuando como una perra porque hirió mi orgullo o mis sentimientos o
mi libido, no estoy segura de cuál de las tres o las tres juntas.

—Ouch, mensaje recibido —demonios, realmente puedo matar un


momento agradable

—Lo siento.

—No hay problema, voy a pagar la cuenta y así podemos irnos —lo
dice sin mirarme a los ojos y lo veo caminar hacia la caja y hablar con la
rubia muy animada detrás del mostrador. Obviamente se conocían ya
que lo abraza fuerte y él le besa en la mejilla, además de tener una
conversación antes de que vuelva a la mesa.

—¿Lista? —Pregunta sin rodeos

—Claro.

Volvemos a la universidad en silencio y me siento fatal, ni siquiera sé


qué decir. Apenas nos conocemos y ya me estoy distanciando del
único amigo que he hecho en la universidad. Buen trabajo.

Cuando volvemos a la sala de edición Reed es todo negocios, se


gira hacia el equipo y me muestra todos los pasos que está utilizando
para editar el reportaje de deportes. Después de treinta minutos
estamos más relajados y yo no estoy tan nerviosa como antes, él
también se ve menos irritado y más en su elemento y espero que
podamos terminar la edición y seguir siendo amigos.

El día rápidamente se convierte en noche y me doy cuenta de


cuánto tiempo hemos pasado en la sala de edición, he estado
mirándolo mientras trabaja y lo encuentro muy sexy. Imponente, sabe lo
que está haciendo, sus manos se mueven con confianza y no puedo
imaginarme como encuentro la edición tan excitante. A lo mejor es
porque no he sido tocada de esa manera en un largo tiempo.

Mi única experiencia sexual fue con Billy Monroe, el quaterback


estrella de mi instituto, cuando tenía dieciséis años y lo hice para
despejar el dolor que me dejo la muerte de mi padre. Le permití a Billy
hacer su camino hasta mi después de un partido de futbol, pensé que
podría olvidar toda la angustia en el asiento trasero del viejo camión
Ford pickud negro de su padre, pero luego me di cuenta que no había
logrado nada más que perder mi virginidad con un chico que no me
importada, no fue mi mejor época y tampoco creo que Billy estuviese
legendario, es más recuerdo sentirme estafada, Billy era reconocido por
estar muy bien “dotado,” lo había leído por meses en el baño de chicas,
incluso Ginny Callahan decía que era verdad y que lo había hecho con
todos; Pero cuando finalmente lo vi, pensé en los árboles de navidad
parcialmente decorados que aparecían en los especiales de televisión
de Charlie Brown. El pequeño y triste árbol de navidad que nadie
quería, delgado e inclinado hacia un lado, así era el famoso pene de
Billy Monroe. Él no era quien yo pensaba y luego empezó a difundir
rumores sobre como lo había hecho con “ella” la villana del pueblo, así
que no pudimos quedarnos allí más, el tiempo se había acabado y mi
madre y yo necesitábamos un nuevo comienzo.

Cuando llegue a casa esa noche, mamá estaba leyendo en el sofá,


desde que tengo memoria mamá ama leer, generalmente esas novelas
eróticas con el despampanante tio bueno en la portada, ahora lee en
su Ipad para que nadie sepa qué clase de basura está leyendo.

—Oh, hola cariño —dice mientras entro en la habitación. Mi madre


apaga su Ipad y lo coloca a su lado—. Ven, siéntate —dice dando
palmaditas al sofá. Uh aquí vamos, que empiece la inquisición

—¿Dónde está Bruce?

—Se fue pronto a cama, tiene una reunión con los constructores
mañana a las seis, está intentando adelantar todo el trabajo que puede
desde que sabe que Kellan viene a casa.

—¿Habla sobre él?

—En realidad no, tiene sentimientos encontrados y estoy preocupada


sobre cómo va a reaccionar con él, una parte de él quiere lo mejor
para su hijo pero la mayor parte sigue decidida a castigarlo por lo que
hizo, ya sabes, apenas fue a visitar a Kellan a prisión. Estoy segura que el
chico tiene resentimientos también, no es una buena situación —dice
sacudiendo la cabeza—. Estoy tan agradecida que no tuve que
atravesar eso contigo, que las cosas funcionaron…

—Mamá, las cosas no funcionaron ¿hablas en serio? —la corto


mientras pongo una almohada en frente de mi

—Sabes a lo que me refiero Willow, al menos yo no tuve que visitarte


en la cárcel, la policía entendió lo que paso y no tuvimos que pasar por
todo el tema de la cárcel.

—Bien, pues yo estoy en la cárcel todos los malditos días, mamá.

—¡Willow, cuida tu boca!

—Lo siento.

—¿Cuándo te vas a perdonar?

—¿Tú me has perdonado?

—Sabes que lo hice hace mucho tiempo Willow.


—Bien, pues yo no sé cómo.

—Porque, soy tu madre y conozco tu corazón, hablando de


corazones, cuéntame ¿qué está pasando entre ese chico Reed y tú? Se
ve muy amable y muy distinto a su padre.

—¿Henry no es amable?

—No es malo, pero definitivamente no es amable, no quieres


conocer su lado malo, especialmente en un juicio. Es duro, rígido y un
idiota la mayor parte del tiempo.

—¿Quién necesita cuidar su boca ahora, mamá? —digo moviendo


un dedo hacia ella y riéndome

—Idiota no es una mala palabra —empezamos a reírnos y es muy


bueno tener un momento como este con mi madre—. Entonces,
volviendo a la pregunta original, ¿qué está pasando entre Reed y tú?

—Absolutamente nada mamá y nada va a pasar.

—¿Por qué, Willow?

—Porque, como te he dicho un millón de veces estoy dañada y es


más importante protegernos del pasado que enamorarme.

—Eso no es verdad.

—Es verdad y alguien como Reed Miller no se va a enamorar de


alguien como yo, una vez que descubra lo que hice, nunca me volverá
hablar.

***

Durante los próximos dos días Reed y yo pasamos el tiempo después


de clases editando, él dice que soy de gran ayuda haciendo las cosas
más rápidas, pero pienso que soy más una compañía que otra cosa
pero por alguna razón él parece disfrutar mi compañía. No hubo más
charlas sobre citas y eso estaba bien conmigo, no soy material para
citas y una vez que cualquier chico descubra lo que he hecho, no me
va querer ver jamás, estoy dañada, manchada y arruinada.
Nunca hablamos sobre lo que ocurrió en el restaurante, al contrario
la tensión que quedaba se disolvió y ahora somos solo compañeros
pero eso no disminuye el hecho que paso un montón de tiempo
fantaseando sobre él y preguntándome que más cosas podrían hacer
sus manos talentosas, pero él no está interesado. Eso está claro.

La clase de comunicación no es tan difícil como había pensado, en


realidad disfruto de lo que aprendo en esta clase e incluso tenemos un
gran escritorio donde podemos practicar mirando entre guiones,
aprendiendo como utilizar un teleprompter9 y como realizar escenas en
directo. Además estoy aprendiendo a manejar las cámaras y la
iluminación aunque no tengo ningún interés en ello, quiero ser una
reportera, sencillo, quiero que mis palabras marquen una diferencia.

Admiro el talento de Reed en lo que hace, dirigiendo la pequeña


estación de radio con puño de hierro pero con una increíble compasión
por quienes le rodean. Cuando la clase de comunicación termina hoy,
me encuentro caminando por el pasillo hacia la puerta trasera y mi
acostumbrada caminata hacia la playa, cuando es interrumpida por
una voz familiar.

—¿Willow? —dice, mientras me doy la vuelta para ver a Emmy de pie


en el camino hacia la playa, con una mirada de disculpa en la cara.

—¿Qué? —digo mientras sigo caminando

—¡Por favor! Solo déjame hablar contigo, ¿vale? —Su voz sonaba
afligida y casi desesperada, me detuve y me voltee

—Entonces habla.

—Siento lo de la fiesta de la playa, Willow nunca quise que se saliera


de manos.

—¿Quiénes eran esas personas Emmy?

—La mayoría eran de los dormitorios y mi ahora ex novio Scott.

—¿Ex novio?

—Sí, se tiró a mi compañera de cuarto Jessie esa noche —lagrimas


empezaron a caer de sus ojos y sollozo con las manos en la cara—. Jure
que no volvería a llorar sobre esto, ugh.

Teleprompter: aparato electrónico que refleja el texto de la noticia, previamente


9

cargado en un ordenador, en un cristal transparente que se sitúa en la parte frontal de


una cámara.
—¿Tuvo sexo con Jessie? ¿En la playa? —Digo con la boca abierta,
obviamente he vivido muy protegida porque esto me aturde

—Sí, en mis narices, pero estaba tan borracha que no entendía nada
y él nos manipulo y tomo ventajas de ambas ya que Jessie también
estaba borracha. Me siento usada Willow y solo tengo diecinueve años
—dice mientras se hunde en la arena y llora, no soy la mejor consolando
personas y prefiero mantener la distancia, pero me siento a su lado y la
rodeo por los hombros e inmediatamente se derrumba en mi pecho y
llora.

—No estás usada Emmy, cometiste un error confiando en ese


asqueroso imbécil y aprendiste una gran lección, no puedes confiar en
cualquiera. Yo la aprendí hace mucho tiempo.

—Lo odio.

—¿Dónde está Jessie? —pregunto

—Se ha trasladado de cuarto, no podíamos soportar la vista de la


otra después de lo ocurrido, de solo pensarlo me siento enferma. Oye,
¿te quieres mudar conmigo? —pregunta con una leve sonrisa

—No puedo Emmy, tengo que quedarme donde estoy ahora, ya lo


sabes eso.

—Lo sé —dice mientras cuelga la cabeza nuevamente—. Willow,


¿podemos seguir siendo amigas?

Me detuve un momento porque no había pensado en Emmy como


mi amiga hasta ahora, siempre había pensado en ella como la
estudiante molesta y demasiado alegre, pero no como amiga, a lo
mejor realmente puedo tener una amiga. Ella es agradable, no muy
confiable pero quiere ser mi amiga por una extraña razón.

—Por supuesto que podemos ser amigas Emmy, no te preocupes


¿vale? —digo frotándole el hombro y luego retirando el brazo

—Bien, pues voy a dormir un poco, ya que apenas pude dormir


preocupándome por esta conversación.

¿Estaba preocupada por hablar conmigo? No entiendo como


alguien se puede preocupar por habar conmigo, ¿por qué le preocupo
tanto a ella?
Emmy se levanta, me da un rápido abrazo y empieza a caminar
lentamente hacia su dormitorio y de repente sentí que algo se
apoderaba de mí.

—Oye, ¿Em? —la llamo, ¿Em? ¿De dónde vino eso?

—¿Si?

—No te dejes abatir por esto, ¿vale? Vivimos, aprendemos y


seguimos adelante

—Gracias —dice y mi momento Doctor Phil se acaba cuando ella


desaparece por la esquina.
Capítulo 9
Traducido por katiliz94
Corregido por Pily

L
a cena con mi madre y Bruce siempre es extraña lo cual es el
por qué paso muchas de las comidas comiendo sola en el
escritorio mirando al océano. La casa es tan grande que nunca
se ha sentido como una autentica casa, y siempre siento los
observadores ojos de mi madre cuando me siento en la mesa con ella.
Hay demasiado entre nosotras. Demasiadas emociones en carne viva,
sin resolver y sentimientos latiendo bajo la superficie. Creo que ambas
preferimos dejarlo de esa forma, permitirlos latir pero nunca salir a la luz
del día. Fingir que no están ahí, esa es la forma de seguir viviendo.

—Entonces, Willow ¿estás interesada en viajar con nosotros hasta


Atlanta mañana para recoger a Kellan? —pregunta finalmente Bruce,
apartando los ojos de mi madre.

—Um —digo lentamente, sabiendo que respuesta es realmente


“Diablos no, pero de cualquier manera gracias.”

—Está bien si no quieres ir —dice mientras mi madre me da una


significativa mirada.

—En realidad, no es eso. Mañana tengo una prueba en clase de


radiodifusión —digo, lo cual es verdaderamente cierto.

—Oh. Lo entiendo. Eso es definitivamente importante.

—¿Estás disfrutando las clases? —pregunta mamá, intentando


romper la tensión.

—Sí, lo estoy. Más de lo que pensé que lo estaría —digo con una
sonrisa.

—Bien. Bruce, tal vez Kellan pueda tomar algunas clases ahí —dice
ella suavemente.

—Pam, ¿de verdad? El chico acaba de salir de prisión. Tendrá suerte


de encontrar trabajo en el colectivo de comida rápida al final de la
calle —dice rechinando los dientes. Nunca he visto a Bruce tan nervioso
antes. Normalmente está tranquilo.

—¿Seguro que quieres que tenga una oportunidad en la vida,


Bruce? —De repente me siento como el tercer timón en la habitación,
así que solo bajo la cabeza y como.

—Por supuesto que quiero, Pam, pero vamos a ser realistas aquí.
Mató a personas. Personas reales que tenían vidas y sueños y miembros
de familias que los extrañan. Arrebató vidas, ¿Cuánta vida realmente
puede tener ahora?

—Ha cumplido su tiempo, Bruce.

—¿Y eso fue suficiente? —pregunta él, lo cual me perfora el alma.


De cualquier forma yo nunca cumplí mi tiempo, y mi madre lanza los
ojos en mi dirección tras lo cual suelta el tenedor.

—¿Entonces cuanto debería sufrir? ¿Nunca debería comenzar su


vida? Fue un chico que cometió un error, pero ¿se merece una vida
sentenciada por eso? —pregunta ella, y luego envía a Bruce al borde. Él
deja caer de golpe el tenedor, se levanta y sale con precipitación de la
casa. Los ojos de mi madre se llenan de lágrimas mientras toma un
profundo respiro y se pone la cara en las manos.

—Mamá, está bien… —digo cuando me acerco más a ella.

—No sabe sobre ti, Willow. Y eso es exactamente por lo que se lo he


dicho. Dios, ¿por qué la vida no puede ser más fácil? —dice para sí
misma antes de ponerse de pie y salir del comedor. Escucho la puerta
de su habitación cerrarse en silencio, y nunca me he sentido más sola
en esta gran casa llena de secretos.

***

Hoy es el día en el que Kellan viene a casa. Mamá y Bruce se


marcharon a primeras horas de la mañana para dirigirse a Atlanta. No
tenía ni idea de que esperar, así que traté de centrarme en otras cosas.
Tengo mi primera prueba de radiodifusión está mañana lo cual
básicamente es demostrar todo lo que he aprendido. No pruebas
escritas en clase de radiodifusión, sino que tengo que sentarme en el
gran escritorio y exhibir mis talentos vocales.

Para mi sorpresa, Reed está de pie en la puerta de mi clase cuando


llego.

—Hey —dice con una sonrisa. Tiene tal amable sonrisa y me derrito
un poco cada vez que la veo.

—Hey tú —devuelvo.

—Escucha, necesito tu ayuda. Dexter todavía no regresa, y


sinceramente estoy comenzando a preguntarme si va a regresar. Tengo
la primera presentación especial la próxima semana sobre todos los
eventos deportivos en los que Deaton ha estado envuelto durante la
última década. Es algo grande para el decano, así que tiene que
terminarse y estar listo para reproducirse para el siguiente viernes. No
hay forma de que vaya a ser capaz de catalogar todos los metrajes por
mí mismo, editarlos, producirlos…

—No digas más. Estaré encantada de ayudar, Reed. ¿Cuándo me


necesitas?

—Esta noche. Puede ser hasta el amanecer —dice con las manos
agarradas delante de su cara como si estuviera pidiendo que pueda
ayudarlo.

Me quedo mirando durante un momento recordando la extraña y


después enfadada conversación que presencié en la cena con mi
madre y Bruce. Sabiendo que llegarán a casa con el obstinado Kellan
Avery en pocas horas, tomo la rápida decisión de ayudar a Reed y
permanecer fuera de la situación en casa.

—Sin problemas —digo con una sonrisa—. ¿Te veo alrededor de las
siete?

—Eso sería genial. ¿También podemos ir a cenar? —La mirada en su


rostro es diferente esta vez. Parece feliz y, ¿tal vez un poco
emocionado?

Lo encuentro extraño, pero no tengo demasiado tiempo para


pensar antes de que necesite dirigirme a mi clase de escritura.

Mientras entro a clase, envío un mensaje a mi madre, quien aún está


en Atlanta.
Trabajando en la estación hasta tarde por la noche. No esperes
despierta.

***

Cuando llego a la estación, Reed está sentado en la cabina de


edición con los codos en las antiguas cintas. No sabe que estoy ahí, así
que tomo un momento para absorber la visión de él. No es
excesivamente musculoso, pero tiene una bonita constitución. No es
demasiado alto, ni demasiado pequeño. Simplemente bien. Casi rio
cuando me doy cuenta de que sueno como si estuviera volviendo a
contar la Historia de los Tres Osos10.

Gime y golpea la mano sobre la cinta de prueba cuando algo no va


bien en el proceso de edición. Un perfeccionista. Me pregunto si quiero
serlo o si lo hace en una constante petición para hacer enorgullecer a
su padre.

—Hey —digo al final desde la entrada. Se gira y sus ojos azules ya


parecen cansados.

—Oh, hola —dice con una sonrisa aliviada.

—La ayuda ha llegado, aunque no estoy segura de cuanta ayuda


seré —digo mientras me acerco y tomo asiento a su lado.

—Es más ayuda de lo que sabe, Señorita Blake —dice mientras


golpea mis hombros con los suyos—. Me he cansado de hacer todo esto
solo la mayor parte del tiempo. Nadie se lo toma tan en serio como yo.
Quiero decir, lo siento por la abuela de Dexter, pero él ni siquiera lo
revisó una vez. Tuve que rastrearlo en un mensaje de texto.

Reed en verdad se toma este “trabajo” en serio. Pero en realidad ni


siquiera es un trabajo ya que no recibe un pago. Me pregunto cuánto
tiempo continuará su padre permitiéndole vivir sin gastos en una faculta
de periodismo.

10
La Historia de los Tres Osos: más conocida como Rizitos de Oros.
—Entonces, ¿qué puedo hacer?

—Llévame a cenar —dice con una sonrisa mientras apoya la cabeza


hacia atrás y cierra los ojos.

—¿Cuánto tiempo has estado en esta habitación, Reed? Te ves


arruinado, y solo son las siete.

—Cuatro horas.

—¿Qué? ¿Cuatro horas? ¿Por qué no me esperaste? —pregunto


golpeándole el brazo.

—Porque no quería ocupar toda tu tarde. Estoy seguro de que tienes


mejores cosas que hacer.

—En realidad no. Confía en mí —digo, rodando los ojos—. No más


trabajo para ti, jovencito. Comida. Necesitas comida. Y beber. —Lo
agarro de la mano y lo saco de la silla.

—Por qué, Señorita Blake, ¿está planeando emborracharme para


que pueda aprovecharse de mí? —pregunta mientras se pone de pie y
lanza un brazo alrededor de mi hombro.

—Vamos a ver cómo va —digo con una risa mientras apagamos las
luces y nos dirigimos a su coche.

Pocos minutos después, estamos caminando hacia Surfers, un


restaurante, bar, local favorito, y rodeado por garitos para estudiantes
de la universidad local. Situado a la derecha de la playa, el restaurante
normalmente es ruidoso y bullicioso lo cual es el por qué muchas familias
se mantienen alejadas de él. En esta noche, la trivial es el centro. Cada
mesa tiene una caja de trivial donde cualquiera puede responder a las
preguntas que aparecen en la gran pantalla a través del lugar. He
estado aquí con mi madre una vez desde que nos mudamos a la
ciudad, pero ella jura que nunca regresará porque era demasiado
ruidoso. La música suena esta noche desde los altavoces y alguien está
dando una terrible actuación de karaoke de “Wind Beneath My Wings.”
De hecho, suena como que las alas de un gran pavo están siendo rotas.
—Bienvenidos a Surfers. ¿Puedo servirles algo para beber? —
pregunta la animada camarera rubia. Su camiseta es dos tallas más
pequeñas, parece, y sus shorts rivalizarían con los de Daisy Duke11.

—Tomaré lo que tengas de cerveza de barril —dice Reed antes de


mirarme—. ¿Va a beber esta noche, Señorita Blake? —pregunta con
una sonrisa torcida antes de volver a mirar al menú.

Oh, ¿no acaba de decir eso, verdad? ¿Está siendo sarcástico? No es


mi padre. No necesito a alguien para decirme lo que puedo y no puedo
hacer.

—Tomaré lo mismo —digo, sonriéndole.

—¿Puedo ver su ID? —dice ella. Oops. La palabra simplemente paro


de girar y Reed está intentando no romper en una risa histérica. Sin
duda me provocó, y obviamente yo no recordaba que tengo
diecinueve años y aún no soy capaz de beber legalmente. Bien jugado,
Reed Miller.

—La olvidé en casa —digo sin hacer contacto visual con él—.
Tomaré un té dulce. —Se aleja, haciendo pompas con el chicle todo el
tiempo, y Reed comienza a reírse a carcajadas—. ¡No es divertido! —
digo mientras lo golpeo debajo de la mesa.

—¡Guau! —chilla, y me siento un poco mal. En realidad no—. Eso fue


épico.

—Te lo devolveré por esto —murmuro mientras miro a la mesa de


trivial—. Apuesto a que soy mejor en el trivial que tú. —Soy muy buena
en el trivial dado que pasé vastas cantidades de tiempo sola leyendo y
viendo la televisión. Seguro que puedo sorprenderlo con mis habilidades
de trivial y tomar la delantera en nuestra extraña relación.

—Oh, ¿de verdad? Lo dudo.

—¿No somos unos petulantes esta noche? —Justo cuando levanta


una ceja hacia mí, provocando que mi corazón se acelere, el servicio
vuelve con nuestras bebidas.

—¿Qué tal si hacemos una apuesta amistosa, Señorita Blake?

11
Daisy Mae Duke: es un personaje ficticio, interpretado por Catherine Batch, de la
serie de televisión Americana, The Dukes of Hazzard.
—Estoy segura de que apostar o las apuestas de cualquier tipo no
están permitidas en este establecimiento, Señor Miller —digo levantando
la ceja mientras sorbo mi té dulce.

—La vida es peligrosa.

—La última vez que viví con peligro, casi perdí las prácticas y terminé
en tu sofá cubierta en un olor indigente y humo. —Se ríe, y me doy
cuenta de cómo de profundos son sus hoyuelos mientras el calor se
dispara en mi centro.

—He aquí lo que propongo. La primera persona en responder cinco


preguntas bien gana. Si gano, tendrás que levantarte ahí y cantar en el
karaoke.

—Um, no. No va a ocurrir, amigo mío —digo sacudiendo la cabeza.

—Vamos. Ponga el dinero donde está su boca, milady.

—Está bien. Estoy segura de que ganaré lo que no será un problema.


Y si yo gano, tendrás que quedarte en boxers y correr directo al agua
ahí frente a todos.

—¡De ninguna manera! ¿Y qué te hace estar segura de que llevo


boxers? ¿O algo además de eso? —Sonríe, y de nuevo la corriente de
electricidad va a través de mis partes femeninas y me hace querer
quitarme mis propios pantalones… ahora.

—¿Puedo tomar su pedido? —pregunta la camarera pareciendo


extrañamente irritada. ¿De cualquier manera, cuánto tiempo ha estado
ahí de pie?

—Oh, tomaré un club sándwich —digo mientras Reed rápidamente


ordena su hamburguesa. Ambos reímos.

—Bien. Me desvestiré para que puedas ver mis duros pectorales y


abdominales de roca, y correré como el hombre viril que soy. —Es
divertido, dulce y listo. Y parece muy seguro. Demasiado seguro. Un
lugar estable en mi vida de interna confusión. Si él solo supiera cómo era
la auténtica yo por dentro. Me hace sentir triste durante un momento,
pero como siempre, me libero de las ideas y me apresuro.

Antes de que pueda responder, el locutor avanza al decirnos que el


trivial va a comenzar ahora. Alargo el brazo a través de la mesa para
sacudir la mano de Reed para que así podamos sellar nuestro trato, y
juro que mantiene mi mano solo un poco más de lo que esperaba. Estoy
imaginando cosas, lo sé. De cualquier forma, no puedo leer señales de
los chicos. Son tan malditamente confusos la mayor parte del tiempo.

—Aquí vamos, Señorita Blake. Mejor caliente las cuerdas vocales —


dice frotándose las manos. Ambos acercamos nuestros aparatos de
respuesta del trivial y nos preparamos para agitar nuestras respuestas
como si estuviéramos en Jeopardy12.

—Primera pregunta… —dice el locutor—. ¿Cuál fue la primera


telenovela estadounidense que se estrenó en la CBS en 1956? —Veo las
luces apagarse en los ojos de Reed y me rio en alto mientras presiono el
botón para “Cuando El Mundo Vuelve.” Por supuesto, tengo razón y lo
golpeo con el timbre. Él golpea la mesa como si estuviera enfadado, y
rio incluso más.

—¡Chúpate esa, Reed Miller! —digo sobre el alto murmullo de la


habitación.

—¡Deséalo, Willow Blake! —responde, lo cual me vuelve loca. ¿Qué


me está haciendo este chico?

—Siguiente pregunta… ¿Cuál fue el primer programa de televisión


de ciencia ficción estrenado en 1966?

¡Bam! Golpea él e imagino a Star Trek antes de que mi dedo


coopere.

—No es justo. ¡Sabía esa! —digo, pero mueve el dedo hacia mí y


sacude la cabeza.

—He aquí otra pregunta… ¿Quién ganó la sexta temporada de


American Idol?

¡Wham! Golpeo por Jordan Sparks mientras Reed se sienta en su


asiento con los brazos cruzados.

—¿Qué está mal, perdedor?

—No veo estúpidos reality shows de televisión —dice levantando la


ceja y sonriendo.

12
Jeopardy : Concurso de televisión estadounidense creado por Merv Griffin. El
concurso cuenta con preguntas del trivial que abarcan numerosos temas, incluyendo
la historia, las idiomas, la literatura, la cultura popular, las bellas artes, las ciencias, la
geografía, y los deportes.
—Es una competición de talentos y totalmente programada
legítimamente.

—Lo que sea —dice riendo mientras se sienta.

—Siguiente pregunta, gente… ¿Qué canción de los Rigtheous


Brothers fue representada en la película Ghost?

Reed me golpea al pulsar y adivina Unchanted Melody. Duh. ¡Todos


saben eso!

Vamos de atrás a adelante hasta que tenemos cuatro respuestas


correctas. Hablando sobre el giro. Justo cuando espero por la quinta
pregunta, el tiempo permanece en silencio durante un momento. En
realidad estoy disfrutándolo. Pasándolo bien. No me doy cuenta de
cuánto he extrañado esto. Y por un leve segundo, de repente me
pregunto si vale la pena divertirse de nuevo. Y entonces mi mente va a
la deriva hasta el infame Kellan Avery al que aún no he conocido.
¿Lidiará con las mismas preocupaciones? ¿Se sentirá indigno?

—Siguiente pregunta… —dice el locutor, apartándome de mi


negativo pensamiento—. ¿Quién es el hombre más pequeño que ganó
el mate en la competición NBA?

Me quedo en blanco. No veo basketball. Miro abajo a las opciones


rápidamente y reviso mi respuesta al igual que Reed. Nos miramos el
uno al otro, ojo a ojo. Esta vez, es menos sobre la competición de trivial y
más sobre esta “cosa” que tenemos entre nosotros. Todavía no sé cómo
llamarlo, y tal vez nunca lo sabré.

Espero lo que parece una eternidad mientras me pregunto si mi


destino es asustar a estos inocentes, en pocos minutos, por ponerme de
pie con mi horrorosa voz cantando, pero entonces veo mi pantalla
iluminarse. ¡Spud Webb! Algún chico llamado Spud Webb ganó el mate
de la competición y juro que si estuviera aquí ahora mismo lo besaría
francamente en los labios.

—¡Perdedor! —digo señalando con el dedo, y haciendo una


pequeña danza en la silla.

—¡Señorita Blake, definitivamente ese no es el espíritu deportivo! —


dice ondeando el dedo hacia mí de nuevo.

—Ja, ja, ja… te vencí… —canto en alto con los pulmones.


—Guao, ¿en serio que no puedes cantar, verdad? —dice riendo. Le
doy una mirada significativa y me siento mientras el servicio trae nuestra
comida.

—Eso no es muy amable, Reed —murmuro mientras doy el primer


mordisco a mi sándwich.

—Aférrate a reportar. No más cantos. Por favor —dice mientras toma


un gran bocado de la hamburguesa—. Tiemblo al pensar en el daño
que habrías hecho a los tímpanos de esos pobres clientes —dice
ondeando la mano alrededor del restaurante.

Pasamos los siguientes minutos riendo, hablando y comiendo, y no


puedo recordar un momento en los últimos cuatro años en los que me
haya sentido más aliviada. Mis estomago no está en nudo durante una
vez, y es casi una sensación extraña para mí. Terminamos y nos dirigimos
hacia la puerta y Reed comienza a caminar hasta su coche.

—Um, discúlpeme, Señor Miller. ¿Creo que hicimos una apuesta? —


digo cruzándome de brazos y parándome en el camino a la playa.

—¿Lo dices en serio? —dice mientras levanta la cabeza hacia un


lado.

—Un trato es un trato.

—Willow…

—¿Estás intentando escabullirte de una apuesta, Reed? No es muy


viril…

Frunce los labios y mete las llaves en el bolsillo antes de agarrarme


del brazo y llevarme por el camino. Hay alrededor de diez personas
sentándose en la playa, y le escucho tomar un profundo respiro y
después suspirar. Casi me siento mal. Casi.

Reed se quita la camiseta sobre la cabeza y ésta cuelga en la


barandilla al extremo del camino. Su agradable y bronceado pecho
brilla a la luz de la luna, y me pregunto lo que sería lamer las fisuras de
sus abdominales. Se quita los zapatos y luego se desabrocha los
vaqueros mientras me mira justo a los ojos.

—¿Lista para el espectáculo, Señorita Blake? —pregunta en una voz


ronca, y creo que está flirteando conmigo.
—Siempre —digo con una sonrisa antes de que me pase sus
pantalones.

—Sostén esto. Mi monedero y llaves están ahí. Y no huyas con mi


coche.

Miro abajo y veo los boxers grises abrazando su ajustado trasero y


firmes músculos apretados. Guao. Maldición. Joder. Sin duda es un buen
espécimen masculino.

—Te veo en un minuto —grita mientras corre por el agua, las manos
en el aire gritando todo el camino.

Rio hasta que puedo respirar con dificultad mientras observo a las
personas mirarlo como si fuera un lunático. Algunas personas están
señalando, y otras están intentando grabarlo. Afortunadamente el sol
ya se ha ido, y es demasiado oscuro para que consigan demasiado en
la forma de video.

Pocos minutos después, él trota de regreso a mí con una sonrisa en la


cara. Está empapado, y no tenemos toalla. Sin advertencia, corre
directo hacia mí en un gran abrazo de oso, mojándome en el proceso.

—¡Oh, Willow, te extrañé! —dice mientras frota su mojada piel en mi


ropa. Me retuerzo y retuerzo intentando alejarme, pero él me sostiene
con más fuerza y ríe más fuerte.

—¡Quieto! —digo mientras intento no ahogarme en la risa. ¿Cuándo


he tenido esta diversión?

Finalmente me recuesto en la arena y él se une a mí. Ambos caemos


de espaldas, sin respiración por reír con fuerza.

—Voy a matarte, Reed —digo mientras tiro de la ropa contra mi


piel—. ¡Mírame! ¡Ahora estoy terrible!

—No es posible —dice suavemente mientras nuestros ojos se


encuentran. Durante un momento, pienso que nos vamos a besar, pero
entonces su rostro cambia y el momento termina. ¿Qué diablos? Se
pone de pie, me coge de la mano y tira de mí—. Tenemos trabajo que
hacer. —Se desliza en su ropa seca, pero de cualquier forma éstas se
pegan a su cuerpo húmedo.

—Oh. Cierto. La sección de deportes. Deberíamos irnos. Gracias por,


uh, mantener hasta el final tu apuesta…
—Un hombre de palabra —dice con la mano en el corazón mientras
me hace una reverencia.

Subimos al coche y nos dirigimos a la estación. No son dichas


muchas palabras, y creo que sabe que algo ocurrió ahí. Algo no dicho
ocurrió entre nosotros y ahora las cosas son diferentes. Eso fue casi como
una cita, y definitivamente él no quiere salir conmigo.
Capítulo 10
Traducido SOS por katiliz94
Corregido por Pily

D
esbloqueó la puerta de la oficina y nos dirigimos a la sala de
edición. Cuando da la vuelta al equipo, me pongo sobre el
ventilador de aire intentando que mi camiseta termine de
secarse. Sus bonitos asientos de cuero probablemente se arruinarán por
nuestros cuerpos mojados, pero no parece importarle. De pronto
parece preocupado por todo.

Me giro para sacar el teléfono del bolso en la oficina, así puedo


escucharlo en caso de que mi madre llame o envié mensajes, pero
cuando doy la vuelta las luces en la sala de edición están apagadas y
el piano está sonando.

—¿Reed? —digo mientras regreso a la entrada, pero antes de que


pueda hablar, él avanza frente a mí y presiona mi cuerpo en la pared al
lado de la puerta—. ¿Reed? —susurro de nuevo, esta vez sin aliento, con
anticipación.

—Lo siento —dice suavemente mientras sus brazos se deslizan por mi


cintura y me acercan más. Su nariz está tocando la mía, y estoy
totalmente segura de que mis brazos aún están colgando sin vida a mi
lado. “Smoke Gets In Your Eyes” comienza a reproducirse, y el golpe del
saxofón llena la pequeña habitación. La ironía de la canción sobre el
humo normalmente me haría reír, pero esto no es cuestión de risa. Se
siente que no hay suficiente oxígeno para respirar, su respiración está
caliente contra mi mejilla mientras se inclina en mi oreja—. No podía
esperar más, Willow. Lo intenté. De verdad que sí. Pero si no te beso
ahora, me temo que en realidad podría arder en llamas.

—Pero, pensé que tu… no estabas interesado —digo suavemente


mientras mis manos se deslizan finalmente por sus brazos y alrededor de
su cuello.

—Nunca dije eso —dice mientras besa con lentitud mi cuello—.


Siempre me interesé, Willow.
—¿Entonces, por qué?

—Demasiado de hablar —dice cuando presiona sus labios contra los


míos en el más increíble beso de mi vida. Estoy hablando de fuegos
artificiales. Relámpagos. Todo el asunto. Guao.

Me presiona cuando nuestras bocas exploran la una a la otra,


nuestras lenguas entrelazándose con la otra. Puedo sentir su corazón, o
tal vez el mío, latiendo. Su rodilla está entre mis piernas, siento que estoy
hecha de plumas ya que quiero hundirme en el suelo. Pero no quiero
perder el calor de sus labios y las lenguas entrelazadas.

Cuando finalmente tomamos un respiro, se reclina un poco y desliza


la mano por mi pelo hasta mi mejilla.

—Eres preciosa, Willow —susurra en el instante que sus ojos azules se


conectan con los míos. Apenas puedo ver su cara, pero puedo divisar
su boca y ojos los cuales son, de cualquier forma, mis partes favoritas.

—De verdad que no te entiendo, Reed. En la playa…

—Me aparté. Lo sé.

—¿Pero, por qué?

—El último esfuerzo deshecho por alejarme de ti. No funcionó. Te vi


completamente mojada y riendo, y eres todo lo que he querido en una
mujer. —De nuevo presiona un beso en mis labios, y la música en el
fondo está haciéndome querer deslizarme en el suelo y hacer cosas
sucias con él.

—¿Por qué estabas intentando evitar esto? —pregunto,


desesperada por saber la respuesta pero intentando no estropear el
momento. Me besa la clavícula, y la secuencia lanzada está
comenzando a activarse entre mis ya temblorosas piernas.

—Porque no encajas en mis planes, Willow. El periodismo es mi vida.


Estas piezas de equipamiento son mis novias. Y entonces apareces y
arruinas todo al ser tan increíblemente perfecta para mí. —Su sinceridad
casi me abruma. Sinceridad. Algo que nunca seré capaz de darle. O a
cualquiera.

Desliza la mano detrás de mi cabeza y me acerca más, su lengua


corriendo a toda velocidad por mi boca y solo saliendo para lamerme
el labio inferior. La habitación está llena de música suave y respiraciones
pesadas, y estoy comenzando a trastornarme. No me meto en esto con
profundidad. Hay emociones flotando alrededor en el aquí,
arrebatándome la vida. Siento como que estoy en una bifurcación en
la carretera, y tengo que elegir la derecha o la izquierda, pero en
realidad solo quiero correr en otra dirección. No tengo el pie en el
mundo de las personas normales. Solo una universitaria normal
ocupándose con un chico caliente. Mi otro pie está en mi antiguo
mundo, donde soy una persona terrible con un horrendo secreto y no
tengo una opción de felicidad. Imagino, ¿Cuál gana cada vez?

—Reed… —Comienzo a decir suavemente mientras lo empujo un


poco hacia atrás—. Esto es todo… un poco… rápido. —Cuando las
palabras me salen de la boca quiero retirarlas.

La mirada en su rosto es desaprobación con confusión. He visto esa


mirada antes, pero fue en mi madre, miembros de la familia y anteriores
amigos.

—Yo… uh… lo siento, Willow. Pensé que sentías… —Puedo decir que
está en apuros por encontrar las palabras adecuadas.

—No es tu culpa, Reed. Solo necesito algo de tiempo. Para pensar.


—No sé de qué diablos estoy hablando. Lo que necesito es que me
bese así de nuevo, pero en lugar de correr hacia la felicidad por una
vez, continúo corriendo hacia el anonimato, la soledad, la tristeza. Sin
embargo, la antigua Willow toma el control y hace decisiones sin
importar lo que yo quiero—. Tengo que irme. Lo siento.

Antes de que él pueda decir algo, agarro el bolso y corro hacia la


entrada. Reed grita tras de mí y me sigue a la playa, pero me giro y le
grito:

—Estaré bien. ¡Solo déjame ir, por favor! —Se detiene y se pone la
mano sobre las caderas cuando doy la vuelta y corro hacia casa.

***

Paso horas sentándome en la playa, mirando a la luna brillando


radiantemente en el cielo. Las olas del océano recuperan mi cordura un
poco, e intento bloquear los pensamientos de Reed. ¿Cómo podría
haber sido tonta al pensar que estaba bien besarlo? ¿Quererlo como lo
hago? No soy una mujer que está destinada a tener una vida normal, y
de alguna forma aun no me permití absorberlo.

Una chica como yo no puede tener una vida como la que quiero
con tanta desesperación. Simplemente es imposible. Las personas te
juzgan. No entienden que a veces las cosas malas ocurren y que tienes
que hacer una elección. Una elección de vida o muerte. Y no importa
que elección hagas, de cualquier forma terminas muriendo.

Las luces en nuestra casa se apagaron al menos hace una hora, e


imagino que mi madre y Bruce están cansados por el viaje. Imagino que
Kellan está en algún lugar ahí, posiblemente durmiendo ruidosamente
por primera vez en años. Tal vez su pasado no le persigue como a mí el
mío.

Me pongo de pie para caminar hacia la casa cuando veo a alguien


de pie al borde del agua. Hoy había señales de contracorriente en esta
parte de la playa, pero al parecer no las ve ya que está caminando
hacia el agua. Corro para advertirlo.

—¡Hey! ¡Hey! —grito, y finalmente da la vuelta. En la luz de la luna,


apenas puedo verlo pero lo que puedo ver es increíble. Es muy alto,
probablemente al menos un metro con ochenta y cuatro centímetros, y
sus músculos son amplios y esculpidos. ¿Puede ser el cuerpo de un
constructor? Tiene tatuajes en ambas manos y abundante pelo negro
desordenado en buena forma. No sonríe cuando me mira. En su lugar
parece irritado, y me pregunto si es una buena idea molestar al azar a
un chico de cuerpo de constructor a medianoche en la playa. Estoy
muy segura de que podría luchar contra la corriente con las manos
desnudas.

—¿Qué? —dice, más que un poco irritado por la interrupción.

—Yo, um, solo quería advertirte. Hoy las contracorrientes eran malas
aquí. Yo no iría tan lejos…

—Guao. Estoy asustado. —¿Perdón, subnormal? ¿Quién dice algo así


a alguien que está intentando ayudar?

—Bien. Hazlo a tu manera. Solo estaba intentando ayudar.

—¿Eres una socorrista? ¿Una policía?

—No.
—Entonces, ¿quién te puso a cargo para protegerme? —dice. Estoy
sorprendida, y me estoy enfadando más por segundo.

—¿Sabes qué? He tenido una mala noche, imbécil, y no necesito


esta mierda de algún musculitos al azar, tatuado, sarcástico y rudo
rufián en la playa. —Doy la vuelta, demasiado segura de que acabo de
regañar a un chico que podría cogerme y romperme por la mitad.
Comienzo a alejarme tan rápido como una puede en la arena.
Momentáneamente se me ocurre que no le he dicho a muchos eso en
años. Casi puedo sentir la columna vertebral que pensé que había
perdido, ansiosa dentro de mí.

—¡Hey! —dice. Por alguna estúpida razón, me detengo y doy la


vuelta—. ¿Por qué crees que soy un rufián?

—¿De verdad? ¿Esa es la parte por la que estás enfadado? —


pregunto con una risa sarcástica.

—He sido llamado peor. Confía en mí.

—Bueno, lo haré. Y no lo necesito de algún tipo que no conozco y al


que nunca veré de nuevo. Ten un buen baño. Tal vez las olas te llevarán
a un lugar donde a las personas no les importa si eres un imbécil. —
Camino hacia casa, las escaleras y a través de la puerta trasera sin mira
atrás.

Cuando subo sigilosamente por las escaleras, pienso en como las


buenas apariencias pueden solo llevar a una persona tan lejos. Si
tuviesen una personalidad horrible, como el imbécil de la playa, las
apariencias no importarían. Me cambio a mi camiseta de noche y a un
par de pantalones cortos, me lavo los dientes y me deslizo en la cama.
Mi habitación es de un tono negro oscuro con solo rastros de la luz de la
luna pasando a través de la ventana.

El sueño parece estar evitándome, y giro la cara hacia la ventana


esperando que el sonido de las olas del océano llevará lejos de la
noche a mi mente. ¿Qué debe estar pensando ahora Reed? Mis
prácticas probablemente están acabadas, y creo que podría estar bien
con eso. No puedo sentarme ahí y trabajar con él cuando todo lo que
quiero hacer es besarlo. Ugh.

Incapaz de dormir, me pongo los auriculares y encuentro algo de


música suave en mi iPod. Ajusto las mantas a mí alrededor, y deseo
dormir. Respiro. Una forma de salir de este laberinto que yo llamo mente.
La música siempre ha sido una fuerza calmante para mí, y extraño tocar
el piano por primera vez en un tiempo.

Justo cuando estoy quedándome dormida, siento algo. O alguien. A


mi lado. Metiéndose en mi cama. Aparto los auriculares y arrojo el iPod
a través de la habitación antes de sentarme.

—¿Qué diablos? —grito, levantando las mantas a mi alrededor y


sacando la mierda de quien sea que está en la cama conmigo. Quien
quiera que sea tiene un sólido pecho de roca porque juro que me rompí
un dedo al golpearlo.

—¡Maldición! ¡Eso duele! —dice, y entonces me doy cuenta de que


es el chico de la playa. Enciendo la lámpara de la mesilla de noche,
salto y agarro un bate que mantengo en la cama. Terribles y dolorosos
recuerdos destellan en mi mente. Quiero huir. Escucho sonidos, siento
cosas, veo cosas… soy transportada hacia atrás, y creo que comienzo a
gritar. Bruce y mi madre no pueden escucharme mayormente ya que
están al otro extremo de esta amplia mansión, y Carmelita se tomó un
día de vacaciones.

—¡Voy a llamar a la policía! —digo cuando cojo el teléfono. Él salta,


llevando solo unos cortos bóxers, y me agarra la mano firmemente, a
través de los dientes rechinados, y su respiración es irregular. Estoy
segura de que estoy a punto de ser violada o torturada o raptada.

—Déjame ir… —suplico, las lágrimas cayendo en chorros por mi


cara—. ¿Qué quieres hacer conmigo? —continúo al tirar tan fuerte
como puedo contra la firmeza de su mano alrededor de la mía, y no
tengo opción. Es demasiado fuerte para mí.

—Nada. No quiero nada. Lo juro. Pensé que esta era mi habitación.


Soy nuevo por aquí. Debo haber confundido las puertas. Este lugar es
jodidamente grande.

O.M.D.13 Este debe ser Kellan.

—¿Kellan? —pregunto lentamente, y libera su agarre cuando sus


ojos se amplían.

—¿Tú debes ser Willow? —dice, aun sin rastro de una sonrisa en su
cara.

O.M.D.: Oh Mi Dios
13
—¿Encantada de conocerte? —digo intentando calmar la situación.
Es casi como un animal asustado que ha sido arrinconado.

—Chica, tener un rufián en la cama debe ser muy siniestro —dice, el


sarcasmo filtrándose en cada palabra.

—No, tener un imbécil rufián en mi cama era siniestro —digo,


intentando dispersar la situación con humor. No está funcionando.

Camina por la habitación y se da la vuelta, deslizándose los dedos


por el pelo en frustración. Es demasiado alto y fuerte mirando al exterior,
pero puedo sentir algo de él. De alguna forma es frágil. Soy muy
consciente de las emociones de las otras personas. Lo que están
emitiendo. Donde yace su debilidad.

—Bienvenido a casa —digo suavemente al final. Parce un animal


enjaulado cuando camina con lentitud por la habitación. Me pregunto
por qué no se va. Al final, toma un profundo respiro y da la vuelta.

—Esta no es mi casa —dice y sale por la puerta, golpeándola tras de


sí.
Encantada de conocerte, Kellan, pienso para mí misma e intento con
desesperación ir a dormir.
Capítulo 11
Traducido por BarrazaFanny
Corregido por katiliz94

M
e despierto a la mañana siguiente, y me gustaría que mi
mente estuviera clara. Nunca lo está, pero esta mañana
está particularmente mala puesto que tengo visiones de
apartar a Reed de mi mente. Y esas visiones se mezclan con mi caliente
y nuevo hermanastro enfadado que se metió en la cama conmigo
anoche. Bienvenido a mi vida disfuncional.

Al salir a la terraza, como lo hago todas las mañana, veo algo que
no me lo esperaba. Ahí está Kellan, a las seis de la mañana, haciendo
yoga en la playa. ¿Yoga? Pero él es un exconvicto. ¿Dónde podría
haber aprendido yoga? Está usando nada más que un par de
pantalones cortos deportivos que muestran algunos grandes
abdominales. Puedo ver esos recortes sexy que van desde sus lados
hacia abajo a los pantalones cortos, y niego con la cabeza para tratar
de borrar el pensamiento como un grabado de un bosquejo mental.

Me puse unos pantalones de yoga, para mayor comodidad,


irónicamente, y una camiseta sin mangas y cabeza abajo. Nadie más lo
es todavía, así que me deslice fuera y verlo por unos cuantos minutos.

—¿Vas a seguir mirándome como una especie de acosadora, o vas


a venir conmigo? —dice sin darse la vuelta. Tanto para mi futuro como
un súper espía.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —Pregunto, arrastrándome por


detrás de una duna.

—Se aprende a mantener los ojos abiertos en la cárcel, Willow, —


dice dando la vuelta. Sus ojos verdes parecen apuñalar a través de mí,
y son sólo más inquietantes a la luz del día—. Entonces, ¿vas a unirte a
mí o qué? —Su voz es áspera y grave, se destaca en marcado contraste
con su aparente amor por el yoga.

—Yo… Eh… No sé nada sobre yoga.


—¿En serio? ¿La niña rica que vive la vida de playa no sabe yoga?
Estoy sorprendido. Supongo que los presos son de clase más alta de lo
que pensaba. —Oh, es sarcástico y arrogante.

—¿Siempre eres tan idiota, Kellan? —le pregunto, enviándolo fuera


de su postura y mirándome. Casi veo un esbozo de una sonrisa, pero se
ha ido en un instante. Sus pantalones cortos cuelgan peligrosamente
hacia bajo, y veo que las líneas que se sumergen por debajo de los
shorts están provocando que mis ojos se lancen alrededor
peligrosamente.

—Sí. Bastante. No teníamos ninguna clase de etiqueta en mi


pabellón.

—¿Es que va a ser su excusa? —pregunto, consciente de que puedo


haber acabado de cruzar una línea. Cruzo los brazos y espero su
respuesta, actuando mucho más autoritaria de lo que soy. Mis rizos
rubios soplan en la brisa del mar y soplo una hebra de mi cara.

—¿Perdón? —dice acercándose. Permanezco firme, pero sobre


todo porque mis pies se han hundido en la arena caliente.

—¿Está pensando en usar tu tiempo en prisión como una excusa


para todo? Sólo por curiosidad, para que pueda estar preparada para
escuchar una y otra vez. —Lo miro, porque él me mira. Su enorme
cuerpo se ondula con los músculos y no puedo encontrar un gramo de
grasa en él en cualquier lugar.

—Es la realidad, niña rica. Hice tiempo.

—En primer lugar, permíteme aclarar toda esta idea de que soy una
niña rica. Tu padre es rico, no yo. No es mi madre. Venimos de principios
humildes, y esto tampoco es hogar para mí. —Me siento en la arena y
me quedo mirando el agua. Este chico está realmente metiéndose bajo
mi piel—. Así que, si alguien es rico, eres tú, Kellan. —Casi gruñí las
palabras.

Permanece allí por un momento, niega con la cabeza y luego se


sienta a pocos metros de distancia.

—Confía en mí, mi padre no tiene ninguna intención de dejar el


legado de la familia para mí. Estoy tan destrozado como se entiende, y
soy la oveja negra de la familia.
—Sólo porque tus infracciones son de conocimiento público, —digo
suavemente sin pensar.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Nada. Siento haber interrumpido tu práctica de yoga, —digo


poniéndome de pie.

Su mano sale y agarra mi brazo, y una descarga de cohetes de


electricidad pasa a través de todos los poros de mi ser. ¿Qué demonios?
¿Por qué siempre me agarra de esa manera?

—Únete a mí, —dice con voz ronca, y no sé qué hacer—. Vamos,


que he estado encerrado con hombres durante cinco años. Sería
bueno tener una mujer para compartir esto, por una vez. Las prácticas
de yoga con El Tiburón y Dos Diente López no eran exactamente
divertidas. —Me echo a reír, y él finalmente agrieta una sonrisa. Y lo que
es una sonrisa. Para un ex convicto, que tiene unos dientes bonitos. Me
imagino que Bruce Avery se aseguró de tener la mejor atención de
ortodoncia cuando era adolescente. Él tiene hoyuelos en ambos lados,
una fuerte línea de la mandíbula con la cantidad justa de barba y esos
ojos. Hombre, esos ojos. Reed también tiene ojos magníficos, pero hay
algo diferente en los suyos. Los ojos de Kellan parece que me conocen.
Ellos perforan a través de mí.

—Bien —finalmente estoy de acuerdo—. ¿Qué hago?

Él tira de mí a la zona donde ha aplanado la arena un poco.

—Empezaremos en la postura de la montaña. Esto te ayuda a


conectarte con el lugar donde te encuentres. Párate con los pies juntos,
toma una respiración profunda y lleva los brazos hacia arriba de esta
manera y luego en posición de oración… —Explica la posición con
tanta calma que casi no puedo creer que este sea el imbécil que
conocí ayer por la noche en la playa. Desliza los dedos hasta mis brazos
mientras me muestra cómo elevarlos, y apenas puedo pensar con
claridad. Tal vez debería tener mis niveles hormonales controlados.

Después de unos pocos minutos y un par de posturas que hacen que


me duelan los músculos, le pido un descanso. Se ríe y está de acuerdo, y
volvemos a sentarnos en la arena.

—Eres un buen yogui, —digo y caigo en la arena, sin aliento.


—Sí, soy flexible para un chico grande. Tengo movimientos que no
puedes imaginar, Willow. —Lo miro por un momento y él rompe a reír. Su
risa es profunda, ronca y sexy.

—Eres mucho más agradable ahora de lo que estuviste anoche, —


digo mientras me echo un poco de arena en la pierna y me siento. Él se
sienta también.

—Supongo que debería pedir disculpas por eso. Llegar a casa fue
más difícil de lo que pensé que iba a ser.

—¿Tu padre? —Me mira y asiente con la cabeza, y hay casi una
mirada de agradecimiento en sus ojos.

—¿Cómo lo sabes?

—Sólo un golpe de suerte, —digo, no quería decirle que escuché su


conversación con mi madre.

—Tu madre fue agradable. Muy acogedora. Mi padre, no tanto. No


me quiere aquí, y no puedo culparlo. Soy equipaje innecesario que le
avergonzaría en la comunidad. Tuvo que huir de Atlanta después de yo
ir a la cárcel, o al menos pensó que lo hizo. Y ahora aquí estoy de
nuevo, el hijo ex convicto que vive en su mansión. —Hay un filo en su
voz, y lo reconozco desde ayer por la noche.

—Kellan, tu padre te quiere...

—No me digas eso, Willow. No sabes nada acerca de mí o mi


relación con mi padre. —La rabia está de vuelta y se pone de pie. Veo
que otra vez pasa la mano por el pelo, y sé que no puedo hablar con él
en estos momentos. Camina hacia el agua, y me deja sentada en la
arena.

Sin decir una palabra, camino de vuelta a la casa y cierro la puerta.

***

—¡Bienvenido a casa, hijo mío! —dice Carmelita mientras aprieta a


Kellan fuertemente.
—Un montón de comida realmente con sabor a mierda, Mama Lita.
—La llama Mama Lita. Qué dulce.

—Bueno, ¡ahora te llenaré bastante de cosas buenas! Enchiladas y


tamales...

—Eso suena maravilloso, Mama Lita —dice mientras le besa la parte


superior de la cabeza. Hace que mi corazón se derrita al ver a este gran
hombre, todo duro y endurecido, besando la cabeza de Carmelita
como si fuera la cosa más preciosa en la Tierra.

—¿Qué quieres comer para el desayuno? —le pregunta ella mientras


camino por la esquina.

—No tienes que…

—¡No! Come, hijo mío. ¿Huevos, tocino y café?

Vacila un momento y luego me mira.

—Haz para dos. Willow va a unirse a mí. —No pregunta, pero no


discuto. Me da una mirada de complicidad esbozando una sonrisa
completa, y le sonrío con la mirada.

—Buenos días Carmelita, —digo mientras le doy un abrazo rápido y


camino a la mesa.

—Buenos días, señorita Blake.

Ella continúa su trabajo en la cocina mientras Kellan y yo nos


sentamos incómodos en la mesa. Creo que él está igual de inseguro de
qué decir como yo. Cuando no está mirándome, examino el tatuaje en
su brazo. Es sencillo y el único que tiene en el brazo, y no es algo que
nunca esperaría ver en un hombre, y mucho menos en un ex-convicto.

Es una mano que dibuja el sol completo con los rayos disparando
hacia fuera de él. Se ve feliz y triste al mismo tiempo. Y destaca
marcando el contraste con las dos personalidades de Kellan. Él me pilla
mirando. Por supuesto.

—¿Algo interesante? —pregunta

—No. Nada. —Me mira por un momento y luego se desplaza de


manera que el brazo se enfrenta a otra dirección. Sabe que estaba
mirando, y es obvio que él no quiere ninguna pregunta.
Carmelita termina y pone la comida sobre la mesa antes de ir arriba
a hacer un poco de limpieza. Nos quedamos en silencio mientras todo
lo que puedo oír es el tintineo de los tenedores y los pequeños sorbos de
café que cada uno da de vez en cuando.

—Disculpa por lo de ayer, —dice finalmente en voz baja. ¿Quién es


este tipo? ¿Por qué está caliente en un minuto y luego frío en el
siguiente? El tiempo en prisión puede hacerle eso a una persona.

—Está bien, —Tomo un bocado de mis huevos y aparto esta


conversación.

—¡No, no está bien! No es tu culpa que mi padre sea un imbécil. —


Toma un bocado enorme de sus huevos y luego empuja el tocino en la
boca. Definitivamente tiene que trabajar en su etiqueta en la mesa,
pero estoy bastante segura de que a prisión le haría eso a una persona.

—No es un imbécil, Kellan. Ha sido muy bueno conmigo y mi madre.

Casi puedo oírlo rechinando los dientes, y puedo ver su mandíbula


apretada.

—Bien por ti, Willow. Me alegro de que hayas disfrutado viviendo en


esplendor con mi padre.

—No es seas un idiota, Kellan.

—¿Realmente te gusta esa palabra, ¿verdad? —murmura.

—Y a ti te gusta estar realmente enfadado. Mira. —Le susurro con


una oleada repentina de confianza—. Entiendo que tienes una historia
con tu padre. Y que lo has tenido difícil unos años. Y entiendo
totalmente que no me conoces de la casa del gato de Adam, pero no
tenía una mano en nada de eso. Así que, sería de gran aprecio si
dejaras de sacudirme la cabeza en cada momento. Esta es mi casa
también, y no voy a sentirme incómoda cada vez que tenga que tener
una conversación contigo. ¿De acuerdo?

De repente, me sonríe. Una autentica y sincera sonrisa. Lanzo las


manos en alto como si dijera “que” y él me roba el último pedazo de mi
tocino, que es un delito penal en mi mente.

—Me gustas, Willow Blake. Pareces una persona única, pero piensa
que podrías ser alguien totalmente diferente en el fondo. Es…
interesante.
—De vuelta —digo mientras alcanzo mi tenedor y apuñalo el último
pedazo de sus huevos y los como—. ¿Así que podemos estar de
acuerdo en que estamos en el mismo bando?

—Con una condición.

—¿Y cuál es?

—Que no nos consideremos hermano y hermana.

—¿Por qué? —pregunto.

—Porque entonces eso me convierte en un bicho raro que piensa


que su nueva hermana es increíblemente caliente. —Dice con un guiño
antes de que ponga su plato en el fregadero y vaya arriba. Me quedo
en la mesa con la boca abierta y el corazón latiendo con fuerza.

Genial. Mi nuevo hermanastro ex-convicto, quien ha estado sin


contacto con una mujer durante cinco años, cree que soy caliente. Y,
por desgracia, creo que él también es caliente.

Sip. Mi vida va según lo planeado.

***

Termino el desayuno, me dirijo arriba para una ducha y prepararme


para mi día. Es sábado, y estoy planeando estudiar para el próximo
examen de matemáticas y luego leer un libro que me estoy muriendo
por finalizar. Tengo diecinueve años y así es como pasaré un sábado.
Triste.

Justo estoy en la mitad de las escaleras y suena el timbre. Todavía es


muy temprano, así que no puedo imaginar quien estaría aquí a estas
horas un sábado. Abro la puerta y Reed está de pie allí con un ramo de
flores y sonriendo.

—Reed —digo suavemente. Me doy cuenta en ese momento de


que lo extrañaba. Sí, nada más, él ha sido mi único verdadero amigo. Y
ahora me ha besado como nunca he sido besada antes, y quiero hacer
eso de nuevo. Y otra vez.
—Hola Willow, —dice mientras sostiene las flores—. Para ti.

Las tomo, el primer ramo de flores que me da un chico, y las huelo


por instinto.

—Son hermosas.

—¿Podemos hablar? —pregunta. Lleva una camisa de polo de color


rosa pálido, pantalón blanco y zapatos de barco. Parece que acaba
de salir de un anuncio de Ralph Lauren. ¿Cómo puede este chico estar
interesado en alguien como yo? Oh, es cierto. Luzco normal. Me veo
como la hijastra de un hombre rico, pero no soy quien cree que soy. Y
nunca lo seré.

—Claro. —Digo en voz baja antes de escuchar un ruido detrás de mí.


Los ojos de Reed se desplazan a lo que se mueve detrás de mí, y
entonces su cara cambia.

—Willow, ¿Quién es este? —pregunta Kellan bajando las escaleras


saltando, sin camisa y solo con un bañador. Es un hermoso ejemplar de
hombre, y es totalmente diferente a Reed. Kellan no es de corte limpio.
No es cortés o educado. Es áspero, nervioso y carnal. Tiene una
cualidad animal. Él no está en su conjunto. No tiene ninguna falsedad o
fingimiento en sí. Lleva sus emociones en la manga de lo que puedo ver.

—Reed Miller. Soy su… —comienza cuando llega a estrechar la


mano de Kellan.

—Amigo —termino. Acabo de aplastar algo dentro de él, y no tenía


la intención—. Reed y yo trabajamos juntos en la estación de televisión
de la universidad. —Kellan sonríe y asiente con la cabeza como si
hubiera ganado algo de competencia.

—Kellan Avery. —Reed se queda mirando por un momento porque,


como la mayoría de la gente, no sabía que Bruce tenía un hijo.

—¿Estás emparentado con Bruce?

—Él es mi padre, —dice Kellan—. Puedo ver por la expresión de tu


rostro que no tenías ni idea de que Bruce Avery tenía un hijo. Bueno, soy
la oveja negra de la familia. Acabo de salir de prisión. Estuve cinco
años. —Reed luce como si se fuera a desmayar, o algo así.

—Oh… bueno… ¿Bienvenido a casa? —dice mirándome para su


confirmación. Sólo me encojo de hombros.
—Gracias. Willow, me preguntaba si querías nadar conmigo —me
pregunta Kellan con una sonrisa torcida. ¿Qué está haciendo? Si no lo
supiera, está marcando su territorio de alguna manera. Tratando de
mostrarle algo a Reed.

—Estoy en medio de algo, Kellan —digo levanto las cejas.

—Oh lo capto. Bueno, voy a estar en la playa por si cambias de


opinión —dice antes de pellizcar mi mejilla y sale por la puerta de atrás.
¿Qué diablos?

—Bueno…. Eso fue interesante. —Dice Reed frunciendo el ceño


mientras mira a Kellan salir por la puerta trasera.

—Sí. Él es diferente —digo—. Vamos, entra. —Entramos a la cocina y


coloco las flores en agua—. Vamos a sentarnos en la terraza.

Caminamos fuera, y me encuentro vigilando que Kellan está


moviéndose dentro y fuera de las olas con una tabla de surf. Es difícil no
mirarlo. Reed es precioso también, por supuesto, pero Kellan te atrae.

—Bueno, déjame empezar diciendo que siento empujarte. No quise


decir que…

—Reed, eso no es tu culpa. Estabas actuando normal, y yo no soy tu


chica normal.

—No sé lo que eso significa exactamente, pero estoy dispuesto a


esperar Willow. Haz los movimientos y te sigo. Lo que sea que te haya
asustado. Podemos trabajar en ello…

Mantengo en alto la mano.

—Reed nada me ha asustado. Hay algunas cosas en la vida que no


pueden funcionar. Hay cosas que no se pueden deshacer. Ese beso me
hizo orbitar. Me gustó más de lo que sabes, pero no puedo hacer esto.
Nosotros. Es demasiado. Es demasiado arriesgado. Sé que no lo
entiendes, pero no puedo explicártelo bien…

—Willow, ¿estás dispuesta a terminar de esta manera?

—No puedo hablar sobre eso, Reed…

Me pongo de pie para caminar hacia dentro y él me detiene en el


camino. Su mano llega a mi mejilla y me sostiene allí con sus ojos azules
atravesándome.
—Willow, déjame ser un lugar suave en el que caer. Puedo
manejarlo. Podemos aprovechar esto despacio. Solo quiero empezar en
alguna parte contigo. Eres perfecta para mí, ¿lo sabías? —Su voz es
suave y mi estómago está haciendo volteretas.

—No importa lo lento que vayas. No voy a ser perfecta para ti, Reed.
Créeme. Es sólo una ilusión. —Tomo su mano, la quito de mi mejilla y
suavemente beso su mejilla—. Entenderé si deseas anular mis prácticas.

Él deja escapar una risa amarga y sacude la cabeza.

—No puedo creer que pienses que voy a castigarte por no quererme
como te quiero. No soy ese tipo de hombre, Willow. Tus prácticas y
nuestra relación profesional son sólidas. Pero eso no quiere decir que no
anhelaré otro de tus besos. Adiós Willow… —dice sin mirarme a los ojos
antes de que entre a casa y salga por la puerta principal.

Mi vida ahora es un desastre de mi propia creación.


Capítulo 12
Traducido por CrissViz
Corregido por Pily

F
ui arriba, tomé mi libro y me puse mi traje de baño antes de
regresar a la terraza. Mire a Kellan por unos minutos mientras iba
y venía en el agua. Era como un Dios del sol ahí fuera, su
reciente piel bronceada brillaba bajo los rayos del sol. No había una
onza de grasa en él y la mayoría de la gente en la playa parecía que se
alejaba de él un poco. Era intimidante por decir poco y estoy molesta
por que se comportó como un perro haciendo pis en una toma de
agua cuando Reed estuvo aquí.

Caminé fuertemente hacia abajo, a la playa con una mano en la


cadera, esperando que me notara.

—¿Cuál es tu problema? —dijo al final mientras caminaba hacia mí,


cubierto con riachuelos de agua salada. Por un momento, quería lamer
uno de los que estaban corriendo por encima de sus enormes músculos
pectorales.

—¿A qué se debió el espectáculo?

—¿Qué espectáculo?

—¡Me pellizcaste la mejilla!

—¿Y? Tienes mejillas bonitas. Quisiera pellizcar una de atrás, pero no


quería que me abofetearas de nuevo.

—¡Kellan! ¡Ni siquiera nos conocemos el uno al otro! —No me


pellizcas la mejilla o me tocas como si fueras mi dueño. —Estaba
enfadada, pero realmente no sabía por qué.

—Relájate. Por Dios, solo estaba bromeando.


—No estoy de humor, —dije en un tono enfadado mientras tiraba
una silla del salón y me sentaba. Él se desplomó en la arena a mi lado,
con los codos descansando sobre sus rodillas.

—¿Era tu novio? —preguntó.

—No, no realmente. No lo sé.

—Bueno, eso lo aclara todo. —Me hizo reír y lo empujé por el


hombro, aunque ni se movió. El hombre es como una roca.

—Somos amigos. Pero anoche me beso y yo hui.

—¿No te gustan los besos?

—Por supuesto que sí. Pero él quiere algo más y eso no puede pasar.

—¿Con él o con nadie? —Preguntó de una forma que me hizo


temblar en la cálida playa.

—Con nadie. Estoy arruinada Kellan.

—¿Arruinada?

—No importa.

—Para de decir, no importa, es irritante, Willow.

—Muérdeme, Kellan.

—Con gusto, —dijo mientras me mordía el hombro lo suficientemente


fuerte como para causar un pinchazo de dolor.

—¡Hay! ¡Psicópata! ¿Por qué me mordiste? —dije empujándolo por el


hombro de nuevo.

—Me dijiste que lo hiciera, —dijo riéndose. No pude evitarlo, me reí


también. Para ser un chico tan serio, me hacía mucho reír. —Chico, ¿no
somos toda una pareja? Sabes que yo también estoy arruinado, Willow.
Nadie quiere cargar con un ex convicto. Soy un chico grande, que da
miedo y tiene tatuajes. ¿Ves como esa gente se mantiene un poco a
distancia? —Dijo señalando cerca de nosotros. Esperaba que no se
diera cuenta de eso.

—Lo siento Kellan. No es justo cuando la gente hace juicios por algo
que no puedes cambiar.
—¿Tu no me juzgas? —Preguntó levantando la vista hacia mí,
entrecerrando los ojos.

—No, no te juzgo, —dije finalmente mirando a sus profundos ojos


verdes. Por un momento, pude ver más allá del chico de veintitantos
ante mí. Y en su lugar vi al Kellan de diecisiete quien dejo incapacitado
a su mejor amigo y mató a tres personas. ¿Cómo se debe de haber
sentido? ¿Cuánto dolor mantenían esos ojos?

—¿Por qué no?

—Por qué te entiendo, —dije suavemente.

—Te creo, pero no sé porque. Si quieres decirme porque estas


arruinada, guardare el secreto justo aquí, —dijo mientras tomaba mi
mano y la ponía sobre su pecho. El gesto hizo que se me llenaran los
ojos de lágrimas, lo cual no hago, y aparté la mano para secarme los
ojos.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

—¿Qué significa el tatuaje del sol?

Tomo una respiración profunda y cerró los ojos como si estuviera


recordando algo de mucho tiempo atrás.

—¿Sabes por qué fui a prisión, cierto? —Asentí—. Después del


accidente, estaba sentado en el banquillo esperando a que la policía
me interrogara. Se habían llevado a la madre y a los dos chicos al
hospital y Jake estaba siendo llevado a la ambulancia. En el suelo, a un
costado del coche, vi un pequeño dibujo que uno de los niños había
hecho. Era este sol. Hice que uno de los chicos en prisión lo tatuara en
mí. —La emoción de su voz era evidente y estaba hablando una octava
más debajo de lo normal. El recuerdo revelaba algo en lo más profundo
de su alma.

—¿Por qué?

—Porque de esa forma siempre recordaría lo que había hecho.

—De todas formas, ¿cómo podrías olvidarlo, Kellan?


—No podría, pero me recuerda la luz de este mundo que yo apague
con una estúpida decisión. Quiero que me recuerde el hacer buenas
decisiones. Esta mi segunda oportunidad. Esa gente no tuvo una
segunda oportunidad, Willow. Siento como si tuviera que vivirla por mí y
por ellos. Nunca pude hacer lo correcto, pero este tatuaje me ayuda a
recordar que puedo ser una luz en este mundo si decido serlo.

Oh, Dios mío. Es una persona maravillosa. Este Kellan es de hecho


una persona maravillosa y su padre lo abandono en sus horas más
oscuras. Todo se está derrumbando. Está tomando exactamente el
camino opuesto al mío. Lo está superando, aferrándose a la vida,
buscando formas de ser una luz. Todo esto a pesar de que se quedó
solo para enfrentar su propio dolor. Incluso si la gente lo juzga por como
luce y por lo que hizo. Para eso se necesita más coraje del que yo
puedo imaginar en este momento.

¿Y que estoy haciendo yo? Esconderme, lamentarme, estancarme.

—Quizás podamos ayudarnos el uno al otro.

—¿Cómo?

—Aun no lo sé, respondí con una risa. —Veamos cómo van las cosas.

Nos sentamos por un poco más de tiempo, viendo las olas y


escuchando el sonido de la gente disfrutando del mar. Estar con Kellan
me consuela de una manera que no pude haber previsto. Él está
arruinado también y ya no se siente solo.

***

La siguiente semana pasó sin muchos cambios en la relación entre


Reed y yo. Era todo sobre trabajo y no mezclamos conversaciones sobre
besos o citas. Había empezado como presentadora de nuestro
programa de noticias y Reed dijo que había hecho un buen trabajo.
Había tensión entre nosotros, eso seguro, pero él estaba manteniendo su
parte del trato de no presionarme.
Kellan estaba ocupado tratando de conseguir un trabajo. Su agente
de libertad provisional le había dado una lista de lugares en los que
tenía permitido trabajar y tenía que quedarse a ciertos kilómetros de
distancia de casa. Esto sería por un año, así que Kellan se sentía un
poco atrapado por las circunstancias, pero creo que prefería esto a la
cárcel cualquier día de la semana.

Es sábado por la mañana nuevamente y he dormido hasta tarde


porque me quede levantada hasta tarde editando en la estación. Reed
se había ido a casa temprano, por suerte y me dejo por mi cuenta.

El hambre estaba empezando a superarme, así que me cambie de


ropa y baje a comer algo. Antes de poder llegar, escuche a Bruce y
Kellan hablando muy alto en la cocina. Carmelita me paso en el
descansillo y sacudió la cabeza.

—¿Está todo bien? —murmure.

—El señor Bruce no está muy feliz con Kellan por alguna razón.
Quédese fuera de esto, Señorita Blake. Esos hombres están muy
enfadados el uno con el otro, —me advirtió antes de desaparecer en su
cuarto y cerrar la puerta.

La curiosidad saco lo mejor de mí al sentarme en un escalón y


escuchar.

—¿Por qué diablos tenías que hablar con el hijo de Henry Tate Miller
y decirle que estuviste en prisión, Kellan? Mantuve esto lo más secreto
posible por un largo tiempo. —Bruce estaba más enfadado de lo que
había escuchado antes.

—Gracias, padre. Aprecio tu abrumadora vergüenza sobre mí. Eso


iba a salir de todas formas.

—Henry es un prominente abogado aquí. Todos en el club lo


conocen. Las miradas que tendré…

—¿Escuchas como de pomposo y superficial suenas? —escupió de


vuelta Kellan.

—Escuchate Kellan, te has ido por cinco años y no tienes derecho de


venir aquí y trastornar nuestras vidas o la vida de Willow. No necesitamos
la letra escarlata en nuestra comunidad.
—¿No me gustaría trastornar la prístina vida que has construido aquí,
o si? ¿Eso explicaría por qué fuiste a verme un total de tres veces en
cinco años, padre? ¿Por el miedo a que tus amigos del club fueran a
seguir tu coche hasta la prisión?

—Kellan, no pude ir a verte. Mis negocios estaban muy activos…

—No me digas esa mierda.

—Cuida tu lenguaje. Este no es el patio de la prisión.

—¡Jodete! —dijo bruscamente Kellan mientras se dirigía a las


escaleras. Rápidamente me levanté y regresé a mi cuarto, lentamente
cerré la puerta. Antes de que pudiera cerrarla, él la aventó para abrirla
y salí volando hacia el suelo.

Dándose cuenta de que me tiro al suelo, se arrodilló y me ayudó a


levantarme.

—Jesús, Willow, lo siento…

—Está bien, —dije y luego agregué—, todo estará bien, Kellan. —Sin
una advertencia, me tiró en un abrazo y enterró su cabeza en mi cuello.
Y yo lo dejé. Su respiración era profunda e irregular, como si estuviera
tratando de contener las lágrimas. Se estaba sacudiendo y todo mi
cuerpo temblaba. Me necesitaba ahora y yo iba a estar para él. Y no
me sentía rara o incomoda por alguna razón. El hecho es que yo sabía
lo que era sentir que todo el mundo estaba en contra tuya. Sabía que
era sentirse fuera de lugar, el que la jodió, quien nunca volvería a ser
normal de nuevo.

Estuvimos así por algunos minutos. Estaba respirando pesadamente,


pero no creo que estuviese llorando. Solo se estaba aferrando a mí,
como si de eso dependiera su vida. Finalmente, se separó y dio un paso
atrás.

—Gracias, —dijo mientras sus ojos verdes me miraban y salió fuera


del cuarto sin decir una palabra más.

—De nada, —susurré para mí misma deseando que me abrasara


pronto de la misma forma otra vez. Oh. ¿Qué estoy haciendo?
***

No había visto a Kellan en todo el día, desde nuestro abrazo. Quizás


esta avergonzado, pero no lo busco. En lugar de eso, leo mi libro y me
relajo en la playa la mayor parte del día hasta que veo a Emmy correr
hacia mí.

—¡Oh, hola Willow! —grita mientras corre hacia mí. El tiempo de paz
ha terminado.

—Hola Em, ¿qué estás haciendo? —Digo mientras bajo mi libro y


levanto la vista hacia ella. El sol crea un anillo de luz alrededor de su
cabeza, cegándome, así que me levanto para evitar perder la vista.

—Solo saliendo a correr. ¿Vives por aquí?

—Sí. Justo ahí, señaló la casa detrás de mí. —Su boca cae abierta.

—¿Ahí? ¿De verdad? ¡Eres rica! —Dice brincando de arriba abajo y


aplaudiendo.

—Yo no soy rica Emmy. Mi padrastro es el rico.

—Bueno, daría mi pie izquierdo por una casa como esa. Nosotros
vivimos en una caravana en un terreno de cinco acres14 con cabras y
pollos.

—¿Quieres verla por dentro? —le pregunto, tratando de ser amable,


ya que sabía que se moría por verla.

—¡Claro!

Caminamos hacia la casa y entramos por la puerta trasera. Bruce y


mi madre parece que estarían fuera todo el día y no había visto a
Kellan, así que Carmelita era la única ahí. Le presenté a Emmy, pero no
creo que ella me escuchara ya que su boca estaba abierta mientras
miraba a su alrededor.

—¿Realmente vives aquí? —repitió.

14 Más o menos dos hectáreas.


—Bueno si no acabo de irrumpir en la casa de alguien más, —digo
riendo—. ¿Quieres limonada?

—Está bien… —dice mientras recorre con la mano la encimera de


granito de la cocina. Electrodomésticos de acero están alineados en la
pared empotrados en los caros gabinetes oscuros de madera—. Nunca
he visto una casa como esta.

—Yo tampoco hasta que me mude aquí. No había crecido de esta


forma, Em.

—¿En dónde creciste?

—En el noroeste del pacifico. En una casa pequeña. —No podía


decir mucho, pero tampoco quería mentir—. Mi madre conoció a Bruce
Avery y el resto es historia.

—Eres una chica con suerte, Willow Blake, —sus palabras me


afectaron. Nunca había considerado mi vida como suertuda, al menos
no los últimos cuatro años. Quizás miserable. Triste, descarrilada,
arruinada. Pero no suertuda.

Mientras ella caminaba por la sala, Kellan entró por la puerta


principal y el mundo se paró por un minuto. Escuché a Emmy jadear al
verlo por primera vez y él se paró en su camino. Creo que vi un poco de
temor en sus ojos, como algo de incomodidad.

—Hola, Kellan, —dije tratando de romper el momento de tensión.

—Hola.

—Ella es Emmy. Vamos a la universidad juntas. —Ofreció una de sus


largas manos y ella lo saludo con su pequeña mano. Sacudió su mano
mientras me miraba a mí y sentí que mis rodillas se debilitaban—. Kellan
es mi hermanastro. Se acaba de mudar aquí.

Una mirada de agradecimiento cruzó por su cara, como si estuviera


feliz de que no me refiera a él como mi nuevo hermanastro ex-convicto.

—Gusto en conocerte, —Emmy ronroneó como si estuviera teniendo


un momento privado por sí misma.

Kellan subió las escaleras con grandes pasos y Emmy giró la cabeza
para mirarme. Sonrió y se golpeó la cara con la mano.
—Oh. Dios. Mío. ¡Es guapísimo! —gritó tan silenciosamente como
pudo.

—Supongo que se ve bien, —mentí.

—Oh, por favor. Puedes cortar la electricidad que hay entre vosotros
con un cuchillo. ¿Los dos… estáis haciéndolo?

—¿Qué? ¿Estás loca? Acabo de conocerlo. ¡Y es mi hermanastro!

—Tu hermanastro caliente. Sin relación de sangre. Y lo acabas de


conocer. No es como que hayas crecido junto a él o algo así.

—¿Crees que estaría bien si salgo con mi propio hermanastro? ¿No


sería asqueroso?

—¡Si tú no sales con él, irrumpiré aquí y lo acosaré yo misma! —dijo


riendo.

—Shhh…, —trate de calmarla, pero finalmente, salimos a hablar


afuera.

—¿Así que de donde se mudó?

—De Atlanta.

—¿La universidad?

—No. La prisión. —Emmy dejó caer su vaso y se rompió en el suelo de


la terraza.

—Lo siento… lo limpiare…

—Está bien…, —comencé a recoger el vidrio.

—¿La cárcel? ¿No mato a alguien, o si?

—A tres personas. Cuando tenía diecisiete años. Fue un accidente.


Estaba conduciendo y había bebido.

—Oh, vaya. Que terrible. Pero se ve tan amable…

—Emmy, es amable. La gente comete errores. Algunas veces


grandes errores que terminan vidas. Merece una segunda oportunidad.
—De pronto, me doy cuenta, que no aplico la misma norma para mí.
No planeo darme una segunda oportunidad.
—Aun así, esas tres personas no tuvieron una segunda oportunidad,
—dijo y eso me molestó un poco.

—No, no la tuvieron. Y eso es horrible. Pero ellos no pueden regresar


a la vida. El cumplió su sentencia, pero ¿debe cumplir una pena de por
vida incluso fuera de la prisión?, ¿merece vivir una vida horrible ahora?,
¿Qué propósito tendría eso?, ¿No se les hace un beneficio a las
víctimas, si en todo este asunto se perdieran cuatro vidas?

—Supongo que eso es cierto… —dice suavemente—. Lamento si te


molesté, Willow.

—No estoy molesta, —mentí—. Pero creo que todos merecemos el


beneficio de la duda. Él es una buena persona y no creo que debas
castigarlo aún más de lo que se castiga cada día en su propia mente y
en su corazón.

—¿Podemos hablar de algo más? —pregunta con una leve sonrisa.

—Por supuesto.

—Tú y Reed Miller. ¡Teneis una atracción sexy! —dice sonriendo.

—No pasa nada ahí.

—¡Mentirosa! ¡Los pantalones del mentiroso están ardiendo!

—Bueno, nada va a pasar.

—¿Y por qué es eso?

—Porque somos amigos y eso es todo lo que necesitamos ser.


Capítulo 13
Traducido por katiliz94
Corregido por Keyla Hernández.

T
erminamos de hablar y Emmy continua su camino hacia la
playa mientras me despido desde el porche. Cuando camino
de regreso a casa, subo las escaleras para cambiarme en mi
traje de baño. Escucho a Kellan hablando, y entonces me doy cuenta
de que está hablando consigo mismo. O alguien que no está ahí.

Miro alrededor de la esquina en su habitación. Tiene el Facebook en


la pantalla del ordenador, y veo la foto de un hombre joven. Jake es la
única parte de ésta que puedo ver, y soy consciente entonces de que
es el amigo que se hirió en el choque.

Está murmurando así que no puedo escuchar lo que está diciendo,


pero parece que está hablando con Jake. ¿Por qué no puede llamarlo?
¿O enviarle un mensaje al Facebook? Y en ese momento mi estómago
ruge.

Kellan da la vuelta velozmente y tiene ira en los ojos. Parece que ha


estado llorando.

—¿Estabas escuchando a escondidas? —dice poniéndose de pie.

—No, por supuesto que no. Te escuché hablando y solo miré…

—Bueno, ¡tal vez no deberías mirar en las habitaciones de otras


personas! —dice poniéndose de pie y señalándome.

—Kellan, la puerta estaba abierta…

Toma un profundo respiro y se sienta al borde de la cama. Me


quedo ahí de pie sin hablar o moverme hasta que habla.

—Casi muere. Recuerdo su grito justo antes de que golpeásemos. Su


grito me despertó, pero era demasiado tarde. No pude parar, Willow.
Había luces y después ese sonido alto de metal crujiendo y
rompiéndose. Y luego el claxon. No sé porque, pero el claxon no pararía
de sonar, y me dolía la cabeza. Golpeé el parabrisas y me corté la
frente, pero Jake se fue. No estaba llevando el cinturón de seguridad.
Ambos estábamos borrachos, Willow. No los vi. Lo juro… —Se inclina, se
desliza los dedos por el pelo y un gemido escapa de sus labios—. No
puedo conseguir sacarme la imagen de la mente. Simplemente se
reproduce una y otra vez. El psiquiátrico de la prisión lo llama PTSD. No
duermo bien. Todavía veo a esos bebes. Y a su madre…

No sé qué decir, así que solo tengo que caminar por la habitación y
sentarme a su lado. Es una gran bestia de hombre, pero justo ahora
parece muy pequeño.

Como de solo se debe sentir. Conozco la sensación.

—¿Has hablado con él desde entonces? —pregunto tranquilamente.

—¿Cómo podría? ¿Qué podría decir? También destruí su vida. Cinco


vidas terminaron esa noche.

—No, Kellan. Aún estás aquí. Jake todavía está aquí. Tu vida es
diferente, pero no ha terminado. —Pongo las manos en su rodilla, y él
toma ambas en la suya.

—Sabes, eres el primer contacto humano que he tenido en cinco


años. Mi padre ni siquiera me abrazó cuando me recogió. Me mira con
furia en los ojos. Éramos muy cercanos antes de que esto ocurriese.

—Vendrá por aquí. Bruce es un hombre decente. Simplemente no


sabe cómo reconciliar todo esto. Antes de que vinieses a casa, incluso
me pidió que te diese una oportunidad así que sé que él lo hará
también.

—¿Vendrías conmigo? —pregunta mirándome.

—¿A dónde?

—A ver a Jake. Creo que tengo que comenzar a sanar esto, o nunca
seré capaz de continuar. —Me doy cuenta de que tiene razón. Nunca
me tomé tiempo para curar mi propio pasado, y ese es el por qué
tampoco me puedo mover. La única diferencia entre Kellan y yo es que
su pecado está por ahí fuera para que el mundo lo vea. No puede
esconder lo que hizo, pero a mí se me permitió. Durante mucho tiempo,
pensé que era bueno. Pensé que podría comenzar, dejarlo atrás. Pero
esa idea me ha petardeado. En lugar dejarlo detrás, mi pasado se
aferra a mí como arenas movedizas. Cuanto más intento ascender y
deshacerme de él más fuerte me agarra y me tira hacia abajo. Tal vez
es como una gasa. Tal vez debería habérmela quitado hace tiempo y
lidiar con las repercusiones.

—Estaré honrada —digo al final. Él pone el brazo a mí alrededor y


descansa mi cabeza en su amplio hombro. Me sorprende como de
cerca me siento a una persona que apenas conozco. Compartimos un
pasado en una forma extraña, e incluso él no sabe nada de mí.

—No hay momentos como el presente, creo —dice. Mis ojos se


amplían.

—¿A qué te refieres ahora?

—Antes de que me eche atrás. Sí. Ahora.

—Pero, ¿él no vive en Georgia?

—No. Sus padres se separaron mientras yo estaba en prisión, y él se


mudó con su padre a una hora de aquí. Mi padre me dijo eso.

—Está bien. Entonces vamos.

—¿Conduces? —pregunta. Parezco un ciervo atrapado por las luces


delanteras—. ¿Qué?

—No tengo una licencia. —Parece conmocionado.

—¿Por qué no?

—Nunca la conseguí, creo —miento, pero él no lo está creyendo.

—Willow, déjame ayudarte a escurrirte de tus demonios, —dice


lentamente.

—Estoy demasiado lejos, Kellan. Esta es tu segunda oportunidad, no


la mía.

—No estás demasiado lejos, —dice—. Si te agarraras a mi te


ayudaría a nadar hasta la orilla. —Sonrío agradecida y le golpeo el
hombro.

—No estoy lista para eso, Kellan. No sé si lo estaré. Pero gracias.

Sabiendo que él tampoco tiene una licencia, y que no puede


conseguir una en pocos meses debido a su probación, optamos por
tomar un medio de transporte.
Pocos minutos después estamos en un taxi de camino a ver a Jake, y
no sé porque estoy de acuerdo con esto. Kellan parece hacerme ver
que quiero hacer las cosas que normalmente no haría. Siento que estoy
creciendo años en los últimos días, y la sensación está comenzando a
llegar a mi alma.

—¿Cómo era la prisión? —pregunto fuera del dolor y Kellan ríe. Estoy
agradecida de que ría porque pensé que podría maldecir.

—Como un hotel de cinco estrellas —dice con una sonrisa.

—Muy divertido.

—La prisión es muchas cosas. La comida apesta. La gente apesta,


excepto por un par de ellos que se convirtieron en amigos.

—¿Tenías amigos ahí?

—O haces amigos o mueres, Willow. Alguien tiene que guardarte las


espaldas.

—Pero eres un chico grande…

—Grande no siempre importa en la prisión.

—¿Qué hacías todo el día?

—No mucho. Más tarde en mi sentencia, era capaz de dar algunas


clases por lo que estaría mejor preparado para mi liberación.
Obviamente trabajé fuera un montón. Pero la mayor parte del tiempo
me sentaba y pensaba en mi vida. Tenía mucho tiempo para pensar en
mis errores y lo que quería hacer diferentemente una vez saliese. Fue
difícil ya que no era para nada como muchos de los chicos de ahí. No
crecí sin un padre o hice drogas o asesiné a alguien a propósito. Nunca
encajé ahí, pero tenía que fingir que lo hacía para sobrevivir.

—¿Y Bruce no fue a verte?

—Raramente, y cuando lo hacía estaba distante y enfadado. La


relación que solíamos tener se distanció hace tiempo. Ahora solo soy
una responsabilidad para él, pero no un hijo. —Lo dice como una
cuestión de tono hecho, pero sé que le importa mucho—. La prisión era
solitaria, aburrida y una parte muy oscura de mi vida. Me encantaría
sacudirme la mente para limpiar los recuerdos que tengo de ahí, pero
no es que eso vaya a ocurrir.
—¿Viste… cosas malas… ahí? —No sé porque estoy suplicando así.

—Todo el tiempo. Mi primer compañero de celda fue apuñalado de


muerte mientras estábamos un día en el patio. Al parecer, él era de una
banda rival de un tipo llamado Hawk. En un minuto estaba hablándome
sobre levantar pesas y al siguiente estaba muerto en el suelo.

—Oh dios mío, Kellan. Lo siento.

—No lo hagas. Ahí es un mundo diferente, Willow. Es como una


película en mi mente. Se siente irreal, ¿sabes? Mi compañero de celda,
Mikey, estaba en prisión por matar a una mujer durante un atraco. Algo
diría que merecía lo que obtuvo. —Se encoge de hombros, pero sé que
le tiene que importar.

Mi teléfono suena y miro abajo para ver que es Reed. ¿Por qué me
está llamando hoy?

—¿Hola?

—Willow. Gracias a dios que te encontré —dice. Suena agitado.

—Reed, ¿qué va mal?

—Es mi hermano, Evan.

—¿Está bien?

—No. escucha, no hay forma de decir esto, pero creo que intentó
cometer suicidio la noche anterior. Tengo que estar con él. Encontrarle
la ayuda que necesita…

—¡Por supuesto! Oh dios mío, lo siento, Reed… —Quiero abrazarlo,


sostenerlo, ayudarle a atravesar esto. ¿Por qué tengo estos sentimientos
conflictivos por él? Uh.

—Necesito que dirijas la estación.

—¿Yo? Pero no sé cómo…

—Willow, lo sabes por completo. Date crédito. Eres increíble. —La


delicadeza de su voz hace que mi estómago se retuerza en un frenesí
de mariposas—. Confío en ti. —Y eso lo hace. Confía en mí. Wow.

—Eso significa mucho para mí, Reed —susurro—. Voy a estar fuera
todo el día, pero estaré en la estación brillante y claramente mañana.
¿Está bien?
—Gracias.

—Y, ¿Reed? Por favor, mantenme informada.

—Lo haré —dice, y creo que escucho su voz debilitarse antes de que
cuelgue.

Apago el teléfono y miro a mi regazo durante un minuto.

—¿Todo bien?

—En realidad no. El hermano de Reed intentó suicidarse la noche


anterior. Se va a dirigir a Atlanta para conseguirle algo de ayuda.
Tengo que dirigir la estación mientras se marcha.

—Wow. Siento escuchar eso. Parece que es un chico agradable.

—¿Reed? Sí, lo es. —Siento mi cara sonrojarse, y los recuerdos de


nuestro beso se apresuran a regresar.

—¿Hay algo entre ustedes dos? —pregunta.

—No. Bueno, algo ocurrió la noche anterior en que lo conocí en la


playa, pero las cosas se pusieron mal con rapidez.

—¿Tuvieron sexo? —susurra para que nuestro conductor no pueda


escuchar.

—¡No! Ya te dije que nos besamos.

—Relájate, solo estaba preguntando. No estaba seguro de si el beso


fue más allá —dice con una risita.

—No soy una puta, Kellan.

—Lo sé.

—Nos besamos y después huí.

—¿Normalmente besas y huyes?

—Normalmente no beso en cualquier momento.

—¿Y por qué es eso? ¿Tu más profundo y oscuro secreto? —dice en
un gruñido bajo.

—No es divertido.
—No, definitivamente no lo es. ¿Sabes que es incluso menos
divertido? Una preciosa mujer que se ha amurallado por algún error del
pasado. No puede ser tan malo como mi error Willow, y no estás en una
auténtica prisión. Puedes liberarte. Aparta los grilletes y vive tu vida. Es lo
como si pensases que no mereces vivir una buena vida.

—No.

No dice nada más, y en lugar de poner el brazo alrededor de mi


hombro y acercarme, apoyo de nuevo la cabeza e intento averiguar lo
que quiero. ¿Estar sola? ¿A Reed? ¿O, qué pasa si lo que quiero es
sentarme justo a mi lado? ¿Cómo siquiera eso es posible?

Viajamos en silencio hasta que nos aproximamos a una gran entrada


alrededor de una hora al interior. Puedo sentir a Kellan tensarse, y toma
un profundo respiro. Su mandíbula se aprieta, y me pregunto qué le está
pasando por la mente.

—Esperaré aquí. —Ofrezco.

—No. Te necesito ahí —dice mientras me toma la mano. ¿Por qué


me necesita tanto? No me conoce realmente. Pero si puedo ayudar a
alguien más, lo haré.

—Está bien. —Instrucciona al taxista para esperar y llegamos a la


puerta del frente y entonces pulsa el timbre. Se ve erguido como si fuera
a enfrentarse a un enemigo. Finalmente, la puerta se abre y un hombre
está ahí de pie. Su rostro registra al final que es Kellan y sus ojos se
amplían.

—¿Kellan? —susurra como si el aire le hubiese sido vaciado de los


pulmones.

—Bill —dice suavemente Kellan, y por un momento creo que él


podría dar un puñetazo o estrangular a Kellan, pero en su lugar lo
abraza con fuerza. Los brazos de Kellan cuelgan a un lado durante un
momento antes de que agarre al hombre con fuerza.

Permanezco ahí de pie hasta que finalmente se separan, y Kellan me


presenta.

—Entren. Entren —dice Bill, su voz temblando mientras nos conduce


al interior—. ¿Cuándo llegaste a casa?

—Hace un par de semanas.


—¿Por qué no viniste más pronto? ¿O nos escribiste?

—Bill, no podía enfrentarte. O a Jake. —Nos sentamos en el sofá, y


Kellan se aproxima tanto a mí como si necesitase algo estable a lo que
conectarse. Le permito eso.

—Te queremos, Kellan. Eras como mi propio hijo, y Jake era como tu
hermano. Él estuvo herido cuando nunca mantuviste el contacto.

—En toda la imparcialidad, ¿alguno de ustedes fue a ver a Kellan a


prisión? —pregunto señaladamente. Kellan me lanza una mirada
enfadada—. Lo siento.

—No, es una buena pregunta, pero solo Kellan puede responderla.


—Lo miro, y él se muerde el labio.

—Bloqueé su contacto, Willow. No podía soportarlo. Las emociones


en la presión te matarían, y no podía arriesgarme. Lo siento, Bill. Por ti y
por Jake. —Kellan mira alrededor como si estuviera buscando a su
amigo.

—Jake no está aquí —dice Bill—. Hoy está compitiendo.

Kellan y yo nos miramos el uno al otro.

—¿Compitiendo? —decimos simultáneamente ambos.

—Jake compite en carreras con otros parapléjicos. Está en lo alto de


su división, de hecho. Estoy muy orgulloso de él.

—Yo también lo estoy —dice Kellan con una sonrisa—. No pude


conseguir que corriese para nada en el instituto. —Bill y Kellan ríen.

—No, era muy perezoso en el instituto, Kellan —dice Bill con una
afable risita. Su barba blanca y mejillas rojas momentáneamente me
hacen pensar en Santa Claus.

—¿Quién es perezoso? —pregunta una voz femenina desde la


cocina. Una joven, alrededor de la edad de Kellan, sale. Es preciosa
con el pelo negro oscuro y ojos marrones. Siento de inmediato una
punzada de celos. Ojala yo fuese tan exótica y sexy.

—Tu prometido —dice Bill mientras se pone de pie—. Kel, está es la


prometida de Jake, Bria. —La boca de Kellan se abre.

—¿Prometida? —dice mientras le sacude la mano.


—Como desde hace seis meses. Nos vamos a casar en Navidad —
dice ella con una sonrisa. Extiendo el brazo y le sacudo la mano,
diciéndole mi nombre y secretamente deseando que tuviese una pizca
de su sexapil.

—Wow. Parece que Jake ha hecho las cosas bien por sí mismo —
dice Kellan. De nuevo, los celos nacen con enfado en mi cabeza y me
pregunto por qué. Si eso es lo que Kellan encuentra atractivo, yo nunca
podría dar la talla hasta eso. Espera. ¿Qué? No estoy intentando atraer
a Kellan. ¿Verdad?

Hay algo en la forma en la que Kellan interactúa con Bill. Parece ser
más una relación de padre e hijo que la que tiene con Bruce, y eso me
hace sentir un poco triste. Es un chico demasiado resistente al exterior,
pero puedo ver que es totalmente diferente de la persona alrededor de
Bill y probablemente Jake también. Me pregunto cómo reaccionará
Jake cuando le vea.

Bill explica que Jake regresará en una hora y que ha estado


compitiendo todas las mañanas. Da algo de fondo sobre lo que Jake
ha estado haciendo durante los últimos años, y su novia hablar mucho
sobre cómo se conocieron. Al parecer, Bria trabajaba en la oficina
donde Jake tuvo la terapia física después del accidente. Se convirtieron
en amigos y eso progresó durante los años hasta que se enamoraron.
Todos lo veían muy normal y dieron la bienvenida al hombre que estuvo
conduciendo el coche que cambió para siempre la vida de Jake.

La locura es que nadie parecía triste o enfadado. Parecía que todos


se habían mudado con una vida sin un problema. Estoy segura de que
ese no es el caso, y sé que tiene que haber pruebas, pero me pregunto
si Jake va a estar resentido de Kellan como él teme.

Tomamos algo de café, y Kellan permite que el taxista se marche.


Dice que lo llamará después, y Bill nos ofrece llevarnos a casa si él lo
necesita. Obviamente esperan que nos quedemos un rato, y eso está
bien para mí ya que no tengo ningún lugar al que ir hasta la mañana.

Cuando escuchamos la puerta abrirse, puedo sentir a Kellan


tensarse. Todos sabemos que Jake está a punto de rodar por la
habitación, y Kellan parece estar completamente inseguro de cómo
actuará. Después de todo, él no ha visto o escuchado nada de Kellan
en cinco años y fue bloqueado de estar en contacto.
Jake rueda por la esquina, probablemente lleno de expectación al
ver a su padre y a su prometida, y sus ojos se amplían cuando ve a
Kellan. No dice nada o fuerza una sonrisa, pero tampoco parece
enfadado. Solo parece conmocionado. Similar a la forma en que se visó
su padre cuando abrió la puerta y nos encontró de pie en su puerta del
frente.

—Hey, Jake —dice Kellan mientras camina con lentitud hacia


adelante Jake y entonces se detiene aproximadamente a cinco pies de
él. Jake continúa mirándolo con conmoción como si estuviese teniendo
un momento difícil para procesar al hombre estando de pie en su salón.

—¿Kellan? —Kellan asiente para afirmar que está aquí en carne y


hueso.

—Sí. Soy yo. Salí hace un par de semanas. Es bueno verte, tío. —
Puedo ver que Kellan está buscando las palabras correctas para decir,
y yo también lo haría. No estoy segura de que tenga el coraje para
hacer lo que él está haciendo ahora.

—También es bueno verte —dice Jake. Escucho que Kellan suspira


audiblemente como si estuviese aliviado de la respuesta de Jake.

—Estoy contento de escuchar eso. Estaba un poco preocupado al


venir aquí.

—Ven, Bria. ¿Por qué no me ayudas fuera en el jardín durante unos


minutos? —dice Bill sabiendo que necesita dar a los hombres algo de
tiempo a solas.

—También debería ir —digo cuando Kellan extiende la mano, me


agarra del brazo y sacude la cabeza. Puedo decir que quiere que me
quede con él por comodidad y estabilidad, así que camino al otro lado
de la habitación y me siento.

Jake me sigue con los ojos como si estuviera preguntando quien soy,
pero tienen asuntos más importantes que atender que yo. Solo quiero
ser una mosca en la pared para no interferir de ninguna manera.

—Kellan, no lo entiendo.

—¿No entiendes qué?

—¿Por qué me bloquearías el contactarte durante cinco años y


después aparecerías en mi salón sin decirme? Pensé que terminamos,
que nunca querías verme de nuevo.
—No podía hacerlo, Jake. Eras mi mejor amigo en el mundo, y te
derrumbé en la peor forma posible. No había forma de que pudiese
enfrentar todas las emociones mientras estaba en prisión. Me habría
puesto en blanco, y sabía que no podía leer tus cartas, aceptar las
llamadas telefónicas o tus visitas sin excederme emocionalmente.

Jake asiente como si lo entendiese y entonces transfiere la mirada a


mí.

—¿Quién es?

Kellan sonríe y me saluda.

—En realidad es mi hermanastra, aunque del tipo que me intimida al


llamarla así ya que acabamos de conocernos. Así que la llamo mi
nueva amiga —dice Kellan guiñando a Jake. ¿Qué diablos significa
eso?

Jake sonríe como si supiese que no tenemos el tipo de vínculo de


hermanastro/hermanastra. No sé siquiera que tenemos, y tal vez nos
convertiremos en amigos e incluso en algo más, pero ahora no sé cómo
llamar a lo que estamos haciendo.

—Encantada de conocerte —digo. Extiendo el brazo y sacudo la


mano de Jake y me sorprendo ante como de increíblemente fuerte es.
Imagino empujar su silla de ruedas por los alrededores en carreras que
han contribuido a algunos muy fuertes bíceps debajo de esa camiseta.

Es un chico de buena apariencia, casi tan buena apariencia como


la de Kellan. Tiene pelo rubio sucio y ojos marrones, y está bronceado
por estar demasiado tiempo fuera. Si le viese sentado en una mesa, no
tendría ni idea de que está en una silla de ruedas. Parece fuerte,
confiado y completamente no afectado por el hecho de que está
sentándose en una silla de ruedas sin el uso de sus piernas. Sé que este
no puede ser el caso, pero sin duda de ninguna manera parece estar
limitado.

—Jake, lo siento tío. Nunca sabrás cuanto lo siento en verdad —dice


Kellan. Jake ladea la cabeza y parece confundido.

—¿Sentirlo por qué?

Por supuesto sé por qué se está disculpando Kellan. Le ha dado a su


amigo una vida entera de discapacidad al estar en una silla de ruedas
sin el uso de sus piernas, pero sinceramente Jake parece confuso y casi
entretenido por lo que Kellan acaba de decir.

—Por ponerte en esa silla de ruedas. Si no hubiese estado borracho,


si no me hubiese dormido…

—Oh, tío. No te hagas eso. No te culpo para nada por esto.

La boca de Kellan se abre y se arrodilla frente a su amigo.

—Jake, si no hubiera sido tan irresponsable, ahora no estarías


sentado en esta silla de ruedas. Estaríamos jugando a un juego de
recoger al baloncesto o corriendo en el parque, juntos.

—¡Sabes que nunca habría corrido contigo! —dice Jake con una
risa.

—Está bien, bueno, entonces estaríamos en la playa surfeando.

—Kellan, escúchame. Estoy siendo sinceramente honesto contigo


aquí. Ese accidente fue lo mejor que jamás me ocurrió. Mi vida iba a
ningún lugar, no tenía planes futuros, ni ambiciones. Apenas me movía
porque estaba tan ocupado jugando a videojuegos y ser tan perezoso
como un trasero. Sin duda, esta ha sido un camino difícil para mí, pero
no cambiaría nada. Ojala pudiese resucitar a las tres personas que
murieron esa noche, pero tanto como me concierne mi vida no
comenzó hasta la noche de ese accidente.

—No puedes hablar en serio, Jake. ¿Habrías renunciado a tus


piernas por la vida que estás viviendo ahora?

—Absolutamente. He aprendido mucho de mí mismo como persona


durante los últimos cinco años. Quería compartir todo esto contigo
aunque estuvieses en prisión. Te escribí muchas cartas, pero todas
fueron devueltas. No quería que te culpases. Esto no es tu culpa. Yo
también estaba borracho, y en el coche. Éramos estúpidos y teníamos
diecisiete años. Y es un error que ninguno de nosotros puede reparar.

Kellan se sienta en el suelo y mira a su amigo, y entonces escucho


comenzar el llanto. Nunca esperé que Kellan llorara frente a mi o de
Jake, pero lo hace. Años de tormento son liberados en este momento.
Bajo hasta el suelo y pongo los brazos alrededor de sus hombros, y Jake
gira la silla para que pueda sostener una de las manos de Kellan.

Después de un momento, Kellan se seca los ojos y deja salir una risa
avergonzada.
—Lo siento, chicos. Normalmente no hago esto, pero estoy
abrumado en este momento…

—No te disculpes, Kel. Yo he derramado muchas lágrimas en los


últimos cinco años, hombre, y muchas de ellas fueron por ti. Por nosotros
y nuestra amistad perdida. —Levanto la mirada y veo las lágrimas
también en los ojos de Jake. No sé si puedo soportar más esto.

—Te he echado de memos, tío —dice Kellan, y casi rio cuando dice
“tío”. Afortunadamente me contengo. Los chicos pueden sonar muy
tontos en ocasiones.

Kellan se levanta y abraza a su amigo, y en silencio salgo de la


habitación y voy fuera. Bria y Bill están sentándose en la parte trasera
del patio tomando café.

—¿Les importa si me uno? Solo quería dar a esos chicos unos pocos
minutos a solas —digo.

Ambos sonríen y Bill saca una silla extra para mí.

—¿Las cosas están bien ahí?

—Mucho mejor de lo que Kellan habría esperado. Tenía miedo de


venir aquí.

—Kellan es un chico grande, pero tiene el corazón de un oso de


peluche, —dice Bill con una risa—. Es como un hijo para mí. Le he
extrañado mucho en estos años.

—Pero, ¿no estarías…? —Comienzo a decir.

—¿Qué? ¿Enfadado con él por el accidente? Por supuesto que no.


Mi hijo era igual de responsable. Había tenido muchas conversaciones
con él sobre beber o conducir en coches con personas que estaban
borrachas. De cualquier forma, lo hizo. Mi padre siempre me enseñó
que si eliges con conocimiento, eliges las consecuencias de ese
conocimiento. Inculqué eso en Jake, y él lo ignoró esa noche. Como
resultado su vida cambió para siempre y tres personas no regresaron a
casa. Pero estar enfadado con Kellan para mí sería como beber un
veneno. La furia, culpa y resentimiento son venenos, e ingerirlos solo me
quita más vida. La vida tiene caminos, Willow, y este fue el de Jake.

—Pero sin duda desearías que Jake tuviese el uso de las piernas…
—Lógicamente. Imagino que eso podría servir de argumento. Pero
en realidad, mi hijo es un mejor ser humano ahora que lo que fue
entonces. Aprecia la vida. Ayuda a otros. Se eleva sobre todo y da
buen ejemplo. No podemos cuestionar las cosas que ocurren en la vida.
Tenemos que hacerlo mejor de lo que nos ha sido dado.

—La vida no es justa… —digo suavemente.

—No, joven, con seguridad no. Pero la vida está para vivirla. Y
encerrarse cuando las cosas se vuelven duras, incluso realmente duras,
es una pérdida de este precioso tiempo que tenemos.

Sus palabras me tocan y no sé qué más decir. Sonrió y asiento, y Bria


comienza a hablar sobre los planes de boda lo cual me hace sentir
agradecida por las diversiones de la vida que en ocasiones se arrojan
en nuestro camino.
Capítulo 14


Traducido por CrissViz
Corregido por katiliz94

Gracias nuevamente Willow por ir conmigo, —dice


Kellan mientras caminamos hacia la puerta principal. El
viaje en taxi fue tranquilo y a pesar de que Bill se ofreció llevarnos a
casa, Kellan se negó. Creo que necesitaba algo de tiempo para
relajarse y lidiar con todas sus emociones.

—Gracias por preguntarme. Disfruté de conocer a Jake y a Bill, —


digo.

—¿Y Bria? —Pregunta con una sonrisa.

—Oh, sí. Y a Bria. Es amable… e increíblemente hermosa, por


supuesto.

—¿Tú crees?

—¿Tú no?

—Está bien. Supongo. No es realmente mi tipo. Demasiado


exagerada. Pero a Jake siempre le ha gustado esa imagen con mucho
maquillaje y con escotes pronunciados, —dice con una risa. Nos
sentamos en el escalón más alto en lugar de entrar a casa—. Una vez
cuando estábamos en décimo grado15, se enamoró de una chica
llamada Cecelia que trabajaba en la cafetería de la nevería. Bueno,
ella se veía como si acabara de salir de un local de prostitutas y él
estuvo detrás de ella durante semanas. Era más mayor que nosotros y lo
ignoraba totalmente la mayor parte del tiempo pero supongo que
finalmente se cansó de sus ojos de cachorrito, y accedió a salir en una
cita. Pero las cosas no funcionaron bien.

—¿De verdad? ¿Por qué no?

Equivalente a primero de preparatoria, con chicos entre 15 y 16 años.


15
—Bueno veras, Cecelia tenía un pequeño secreto. Bueno, un
enorme secreto…, —un sentimiento se apoderó de mí. Tenía mi propio
secreto, así que sabía cómo se debía haber sentido Cecilia.

—¿Qué clase de secreto?

—Solo digamos que cuando las cosas se pusieron intensas y Jake


pensó que finalmente iba a deshacerse de su virginidad con este fino
ejemplar femenino, descubrió algo de lo que no tenía conocimiento…
entre las piernas de ella…, —ladeé la cabeza con confusión—. Ella tenía
un pene, Willow. —Mis ojos se abrieron saliéndose de las orbitas y me
cubrí la boca con las manos mientras ambos reíamos.

—¡Oh, Dios mío! Apuesto a que estaba sorprendido.

—Más que sorprendido. Al parecer, Cecelia estaba en el proceso de


cambiar a mujer, pero estaba trabajando en la cafetería para ganar
dinero para el final, para la parte más importante de la transformación.
No pudimos hacer que Jake saliera por semanas después de eso.
Siempre estaba viendo las entrepiernas de las mujeres pero no por la
razón que todos suponían. —Nuevamente reímos y me encuentro
sintiéndome tan a gusto con él que quiero contarle mi secreto,
confiando en que Kellan lo guardaría muy bien como había prometido.

—Kellan yo…

—¿Dónde estabais los dos? —Pregunta Bruce mientras abre la


puerta.

—Teníamos algo que hacer, —dice Kellan poniéndose de pie y


rozando a su padre mientras lo pasa en la entrada.

—Kellan, no me vengas con esa actitud. Estas viviendo bajo mi


techo y estas bajo libertad condicional. Un error y estarás de regreso en
la prisión. ¿Eso es lo que quieres? —grita Bruce y el tono de su voz me
sorprende. Nunca lo he visto así. No estaba el coche de mi madre, así
que ella no podría calmarlo.

—Bruce, todo está bien. Kellan y yo fuimos a ver a Jake, —pongo la


mano sobre el hombro de Bruce y luego inmediatamente la quito.

—¿Fuiste a ver a Jake? ¿Por qué?

—Porque es mi mejor amigo, —mira fijamente a Bruce como si le


estuviera advirtiendo de decir algo más. Bruce lo entiende.
—¿Realmente no crees que el sigue siendo tu mejor amigo, o si?

—Sí. Lo es. Me perdono. No tiene nada en contra mía. Quizás un día,


tú tomes su ejemplo, —dice antes de subir las escaleras y golpear la
puerta de su cuarto. Bruce se queda de pie por un momento, gruñendo
y luego sale a la playa por la puerta trasera.

En contra de mi mejor juicio lo sigo a la playa. Esta sentado sobre la


pequeña barda que divide nuestra área de alberca y la playa. Me
siento a su lado en silencio.

—Sabes, que realmente lo está intentando.

—Es solo que no puedo perdonarlo, Willow. Pensé que podía pero
no. Él mato a gente. Quizás cada uno puede superarlo y seguir
adelante, pero yo solo puedo ver en mi mente a ese esposo y a ese
padre. Cuando fui al funeral me senté en la parte de atrás y escuche y
lloré. ¿Cómo pudo mi hijo terminar con tres vidas inocentes?

—No lo hizo a propósito. Era un adolescente inmaduro de diecisiete


años. Si él hubiera intentado matarlos, podría ver la razón de tu enfado.
Cometió el peor error más inimaginable, pero sigue siendo un error.
¿Cuánto tiempo más quieres que sufra?

—¿Por qué te importa eso? —Me pregunta mirándome


directamente—. Es prácticamente un extraño para ti. Y trae mucho
equipaje que tú no debes de cargar.

—Nosotros somos más parecidos de lo crees, Bruce, —digo


mordiéndome el labio. Me pongo de pie y camino de regreso a casa,
esperando que preguntara que era lo que había querido decir, pero no
lo hace.

***

Estaba sentada en la cabina de edición, viendo las cintas y


preguntándome en que me había metido. Reed no me había llamado
para nada y no sabía cómo quería que editara esto. Podía hacerlo mal.
Él estaba contando conmigo.
—¡Hola, chica! —Escucho a Emmy decir desde la puerta.

—Em. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Te vi subir aquí mientras corría. ¿Dónde está Reed?

—Bueno. Tuvo una emergencia familiar y se tuvo que ir.

—¿Estas ocupada, hoy por la noche? —Me pregunta con una


sonrisa.

—Probablemente. No sé cuando termine todo esto. ¿Por qué?

—Hay un club de baile nuevo que abre esta noche a las afueras de
la ciudad. Pensé que podrías querer ir.

—No soy mucho de bailar, Em.

—¡Nadie va a bailar! Vas a coquetear y a conocer a chicos guapos


que puedan llevarte lejos de este lugar, —dice pasando la mano por
delante del equipo de edición. Me rio.

—¡Me gusta todo esto!

—Lo sé. Rarita. De todas formas, ¡ven conmigo! ¡Te prometo que te
vas a divertir!

—Bien. Dame el volante, —digo señalando al papel que sostiene en


la mano. Me da el pedazo de papel amarillo y saltó de arriba abajo.

—¡Sí! ¡Yo conduzco!

No le digo que ella tiene que hacerlo porque yo no puedo.

—Está bien. Pero no me puedo ir antes de al menos las nueve de la


noche.

Está de acuerdo y se va para que yo pueda seguir confundida con


la edición. Es casi hora de almuerzo y aún continúo tratando de hacer
una edición. Realmente quiero impresionar a Reed para cuando
regrese.

Mi teléfono suena y veo que es Reed, las orejas deberían haberme


zumbado porque está llamando. Mi corazón salta y mi estómago
revolotea. ¿Por qué los chicos me están haciendo sentir así de repente?

—¿Hola?
—Hola, soy yo, —dice suavemente. Suena cansado.

—¿Cómo estás? —Pregunto inclinándome hacia atrás en la silla.

—No tan bien. Ha sido una mañana difícil, Willow.

— Lo siento, Reed. ¿Qué paso?

—La versión corta de la historia es que mi hermano estaba sintiendo


la inmensa presión de nuestro padre. Todo este tiempo, había pensado
que era un triunfador un besa traseros, pero estaba teniendo el mismo
tiempo difícil, igual que yo. No pudo más cuando un caso en el que
estaba trabajando explotó. Tomo un puñado de píldoras, pero su
casero lo encontró justo a tiempo, gracias a Dios.

—Oh, Reed, no sé qué decir. ¿Está recibiendo ayuda?

—Sí. Lo llevaremos al centro de salud mental del área. Estará ahí por
algunas semanas mientras logra permanecer estable. Estoy seguro de
que necesitara medicación y terapia en un futuro.

—Estoy tan agradecida por ti, —digo sin pensar.

—¿Qué?

—Estoy tan agradecida que estés ahí para tu hermano. Pero


también de que hicieras frente a tu padre y tomaras tu propio camino
Reed. Que vivas tu propia vida sin arrepentimientos.

—Pues, puedo decir que tengo cierto arrepentimiento.

—¿Si? ¿Cómo cuáles?

—Como haber besado a una chica que no me quería. —El silencio


entre nosotros es absoluto por un momento.

—No es que no te quiera, Reed, te lo expliqué. Soy yo…

—Esa es la excusa más vieja en el libro, Willow. No eres tú sino yo.


Ewww.

Me rio un poco y él también.

—Eres demasiado bueno para mí, Reed. ¿No podemos dejarlo así?

—Bueno, podríamos si no pensara en ti las veinticuatro horas al día.


Esto de mi hermano solo me mostró lo valiosa que es la vida y que
puedes necesitar decir lo que piensas mientras. —Puedo sentir la
emoción en su voz y me duele escucharlo porque realmente me
preocupo por él. Pienso en él. Y quiero besarlo de nuevo. Pero sé que no
hay futuro para nosotros. Bruce no puede perdonar a su propio hijo, yo
no podía esperar que Reed pensara bien de mi después de conocer mi
secreto.

—Reed, yo también pienso en ti. Pero nada puede suceder entre


nosotros.

—Estas siendo redundante, Willow. No puedo entender por qué no


podemos al menos intentarlo…

—Por favor. Estas haciendo esto muy difícil. Por favor, en este
momento, solo enfócate en tu hermano.

—Bien. Dejaré el tema en paz, por ahora. Pero solo para que sepas,
mis sentimientos son reales y creo que los tuyos también. Cuando
decidas dejar de tener miedo, habla conmigo, —dice antes de terminar
la llamada. Y yo continúo aquí, sin haberle preguntado una jodida cosa
sobre la edición.

***

Después de seis largas horas, termino la edición y camino a casa. Es


justo la hora de la cena y luego Emmy pasará por mí.

Mientras entro a la cocina, me doy cuenta de que las cosas no van


bien en casa. Mi madre está llorando, Bruce está de pie con los brazos
cruzados a un lado de la nevera y Kellan está subiendo las escaleras.

—¿Está todo bien? —Pregunto, conociendo la respuesta pero


buscando algo que decir.

—En realidad, no —dice mi madre entre sollozos.

—¿Puedo ayudar en algo?

—No a menos que puedas regresar el tiempo, —dice Bruce


haciendo una rabieta antes de caminar fuera de la cocina. Miro a mi
madre y el dolor actual y el de hace cuatro años nubla sus ojos. Camino
hacia ella y pongo los brazos a su alrededor suavemente. Se deja caer
en mis brazos, sollozos sacuden su cuerpo y me siento culpable a
diferencia de cómo me sentí esa noche.

—Él solo no puede perdonarlo… —murmura sobre mi hombro.

—Lo sé.

—Me lastima ver a Kellan herido. Y apenas conozco al chico.

—Mama, —digo, alejándola y mirándola a los ojos—, creo que tu


dolor viene de otro lado.

—¿Qué? —pregunta mientras se sienta en el banquito de la barra y


se seca los ojos con una servilleta.

Murmuro para que nadie pudiera escucharme.

—Creo que estas preocupada porque se entere de lo que hice y te


deje. —Sus ojos se abren y niega con la cabeza.

—No Willow. Eso no es verdad, para nada.

—Sí. Si él no puede perdonar a su propio hijo, ¿cómo podría


perdonarme?

—Tú tuviste un motivo, Willow. Ambas sabemos eso.

—Aun así, alguien murió, mama.

***

Subo las escaleras, cansada emocional y físicamente y comienzo a


arreglarme para salir con Emmy. Realmente no quiero salir a ningún
lado, pero lo necesito. Ella está buscando a una amiga y yo
simplemente necesito aclarar mi mente.

—Hola, —escucho decir a Kellan desde mi puerta mientras busco


que ponerme en mi armario.

—Hola.

—¿Vas a algún lugar?


—Mi amiga Emmy me invito a un club nuevo que abre hoy. —Sonrío
y continúo buscando en el armario. Finalmente saco unos jeans
ajustados y un top rojo suelto, con escote para mostrar el poco busto
que tengo.

—Oh.

—¿Quieres ir?

—No puedo.

—¿Tienes otros planes?

—No. Tengo libertad condicional. ¿Recuerdas? No puedo estar en


lugares donde hay alcohol por los próximos seis meses.

—Ah, lo siento. No pensé…

—No hay problema. No esperaba que lo entendieras, —dice y


después sale del cuarto.

Ahora, estoy un poco enfadada. ¿Qué quería decir con eso? Va por
el pasillo y baja las escaleras mientras me escucha llamarlo por su
nombre. Cuando finalmente se dirige hacia la playa, estoy pisándole los
talones y echando humo como loca.

—¡Detente Kellan! —Grito. El sol está metiéndose y nadie está en la


playa porque una tormenta está por llegar pronto. Se detiene pero no
se gira.

—¿Qué? —Dice sin voltear a verme.

—Al menos ten la decencia de darte la vuelta y mírame. —


Finalmente se gira, pero cruza los brazos y no hace contacto visual—.
Ahora, ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué estas actuando así?

—Mira Willow, sé que tenemos que vivir juntos en esta casa, pero no
tenemos que pasar todo el tiempo juntos.

—Está bien. Si eso es lo que quieres. Pero no tienes por qué actuar
como un idiota por eso.

—¿No es eso lo que tú quieres? ¿Librarte de la gente como yo?

—¿De qué diablos estás hablando, Kellan? —Estoy total y


completamente confundida.
—Te vi hablando con mi padre después de nuestra pelea de ayer.
Justo aquí, sentada en esa barda. —Señala un lugar detrás de mí. Yo
continúo confundida.

—Bien… y ¿qué significa eso exactamente?

—Me habló sobre lo que le estuviste diciendo. —Su voz era casi un
gruñido molesto y me sentía como si no entendiera el chiste de alguien.

—Kellan, tendrás que llenar las áreas negras porque no tengo ni la


menor idea de por qué estas molesto.

Se ve confundido, irritado, herido y no sé cómo ayudarlo.

—Me dijo que tú eras una estudiante universitaria con un brillante


futuro por delante y que no necesitabas desviar tus planes de vida por
alguien como yo.

Siento como si alguien acabara de sacar todo el aire de mí con un


golpe.

—Bueno, supongo que esa es la opinión de Bruce. Pero nosotros no


hablamos sobre algo parecido a eso. Le dije que tú estabas realmente
tratando de salir adelante y que te diera una oportunidad. Eso fue de lo
que hablamos, pero discúlpame si me tienes en tan bajo concepto para
creer que te había traicionado de esa manera. ¡Pensé que nos
estábamos volviendo amigos, Kellan!

Suspira, se pasa las manos por el pelo y camina hacia mí. Cuando
me mira, con esos ojos verdes brillando bajo los rayos solares del
atardecer, puedo ver que lo lamenta.

—Tiene razón y es por eso que me molesta.

—¿Qué? —Pregunto mientras levanto las manos.

—Él tiene razón, Willow. Tienes un gran futuro frente a ti. No tengo el
derecho de involucrarte con mis problemas. Nunca seré el mismo de
antes. No importa que haga, siempre seré el hijo delincuente de Bruce
Avery que mató a tres personas y no se arrepiente de nada. Y tú
mereces mejores amigos que yo, —dice suavemente mientras me besa
en la frente y camina hacia la casa. Me quedo sola ahí de pie, sin estar
segura sobre qué hacer o que decir. Repentinamente va de tener
esperanzas sobre su futuro a sentirse derrotado y yo sé cuál es la raíz de
todo esto. Bruce Avery. Y tengo que arreglar esto de alguna manera o
mi nueva familia va a derrumbarse y Kellan va a salir con la peor parte
de todo esto.

Subo de regreso al segundo piso pero Kellan no está en su cuarto. No


sé a dónde ha ido y no tengo tiempo para buscarlo porque Emmy
llegará en unos minutos. Come rápidamente un sándwich de
mantequilla de maní con mermelada y luego salgo por la puerta con
ella.

Mientras conduce, yo estoy seria y Emmy lo sabe.

—Bueno, ¿qué es lo que te está dando vueltas por la cabeza,


Willow?

—Nada, solo pienso sobre algunas cosas.

—¿Cómo cuáles?

—Kellan.

—¿Tu nuevo hermano?

—Asqueroso. No digas eso. No está relacionado conmigo, de la


forma en que lo dices, —digo con una pequeña sonrisa.

—¿Qué pasa con él?

—Escucha Emmy, si te pido un favor, ¿lo harías?

—Depende de qué tipo de favor. Quiero decir, si quieres que robe


una licorería, probablemente diría que no. Pero si quieres pedirme que
te preste mi vestido rosa sexy, probablemente diría que sí. Así que, ¿el
favor es para que asalte una licorería o te preste mi vestido?

—Es un favor intermedio, supongo

—Muy bien, ¡escúpelo!

—¿Podrías llevarme mañana a Atlanta en tu coche?

—¿Solo eso?

—Más o menos. ¿Sabes usar una cámara?


Capítulo 15
Traducido por katiliz94
Corregido por Pily

E
mmy y yo disfrutamos en el nuevo club de baile, pero no tengo
interés en conocer a un chico esta noche. Mi enfoque está en
ayudar a Kellan, y para la cuestión, a Bruce. Pasamos el rato un
par de horas antes de que Emmy conozca un chico, consiga su número
y nos marchemos. Creo que es un gran cacahuete, pero a ella le gusta
por lo que mantengo la boca cerrada.

Cuando le conté a Emmy mi idea, pensó que estaba chiflada, pero


creo que es la única forma de tener una oportunidad para ejecutar
esta situación con Bruce y Kellan. Es arriesgada, emocional y difícil, pero
tengo que intentarlo. El coraje que esto va a llevar es casi más de lo que
puedo soportar, pero no puedo pensar en otra forma de salvar esta
grieta entre los dos hombres. Y todo podría salirme con el tiro por la
culata.

Aún así, Emmy dice que me ayudará y lo hace.

—Estamos casi ahí —dice cuando toma la salida hacia Atlanta.

Los grandes edificios me abruman mientras conducimos. Sé que la


persona que necesito ver está en uno de estos edificios, y no puedo
creer que él estuviese de acuerdo en hablar conmigo cuando lo llamé
esta mañana. No sé qué tipo de recibimiento tendremos, pero al menos
no me colgó cuando le dije porque iba a venir.

Encontramos un parqueo al lado de un gran edificio y pagamos diez


dólares por la tasa diaria. Emmy y yo salimos, y coge la gran mochila de
equipo de la cámara mientras yo llevo el trípode.

—¡Dios mío! Espero recordar cómo funciona esta cosa. Reed solo me
lo mostró una vez.

—¿Sabe él lo que estás haciendo? —pregunta ella cuando


comenzamos a caminar.
—No. Nuestra última conversación no fue buena, y no he escuchado
de él desde entonces. Podría estar de regreso a Charleston por ahora.
No lo sé.

Emmy se detiene por un momento y me mira.

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? Porque una vez que
entremos ahí, no hay marcha atrás.

—Estoy segura. Mira, voy a ser periodista un día, y esta es tan buena
forma como cualquier otra de comenzar.

Caminamos en el edificio y tomamos el ascensor. Puedo sentir a mi


corazón latir con fuerza en el pecho, y finalmente me ilumina el que
Kellan en realidad podría estar enfadado conmigo si supiera donde
estaba en este momento.

Subimos al piso octavo y salimos cuando las puertas se abren hacia


una bonita oficina. Me acerco al escritorio frontal de caoba con Emmy
perdiéndose detrás de mí.

—Estamos aquí para ver al Señor Reynolds. —La mujer sonríe, asiente
y entonces llama a su oficina.

Pocos momentos después, nos conduce por un pasillo hasta una


habitación con una gran mesa de conferencias. Esperamos mientras
golpeteo con los dedos la superficie de cristal de la mesa
nerviosamente.

—Cálmate —dice la normalmente energética y espástica voz de


Emmy. Si está diciéndome que me calme, de verdad debo de estar
nerviosa.

Poco después, un hombre alto con entradas entra en la habitación.


Abre la puerta con lentitud y permanece de pie ahí durante un
momento como si estuviese intentando decidir si quiere entrar o no. Su
rostro no tiene expresión, pero entonces finalmente sonríe levemente y
extiende la mano. Me pongo de pie, sacudo su mano y luego me siento
en la silla con rapidez.

Emmy trabaja montando la cámara y el trípode, y estoy muy


agradecida de que tuviese algo de formación audiovisual en el
instituto. Parece saber lo que está haciendo, al menos lo suficiente
como para conseguir el metraje que voy a necesitar.

El Señor Reynolds se sienta al extremo de la mesa y me mira.


—¿Tuvisteis un buen viaje?

—Sí, Señor. El tráfico no era demasiado malo —digo.

—Por favor, llámame David.

—Bien, David. —Asiente y sonríe mientras esperamos a que Emmy


conecte el micrófono. Lo hace y comenzamos nuestra conversación—.
Primero de todo, gracias por acordar encontrarse conmigo —digo antes
de que Emmy pulse el botón de grabación.

—Pasó tiempo, Willow. No he hablado en público de esto en años.

—Puedo entenderlo. Debe ser muy doloroso —digo mientras miro la


luz roja encenderse en la cámara.

—Es difícil. Algunos días son más duros que otros, por supuesto. En el
cumpleaños de Aimee es difícil. La fecha del accidente es difícil.
Nuestro aniversario. Navidades. El cumpleaños de Tallie y Madison.

—Hábleme sobre Aimee.

—Oh, era una increíble esposa y madre. Nos conocimos cuando


estaba trabajando en seguridad en un concierto en Piedmont Park.
Estaba preciosa con su largo pelo rojo y piel de porcelana. No podía
creer que tuviese algo de interés en mí, pero lo tenía. Nos enamoramos
con rapidez y nos casamos seis meses después. —Sonríe ante los
recuerdos, y tengo lastima por él.

—¿Y las niñas?

—Tallie tenía dos años en el momento del accidente. Aquella era un


bulto de energía. Tenía el pelo rojo de su madre, pero tenía mis ojos. Era
la mezcla perfecta de los dos. Y Madison tenía tres años y medio.
Comenzó el jardín de infancia y le encantaba dibujar. Recuerdo como
le encantaba dibujar la luz del sol, y era un rayo de luz para cada vida
que conoció —dice limpiándose una lágrima de los ojos.

—Suenan como personas increíbles. Lamento su perdida. —Asiente


por la aceptación, pero le lleva un momento recomponerse mientras
coge un pañuelo—. Si no le importa, hábleme sobre el accidente.

—Es difícil hablar sobre ellos. Muy difícil. Acabábamos de pasar una
semana juntos de vacaciones en la playa. Hay algunos recuerdos
maravillosos. En ese momento yo estaba trabajando como policía, así
que tenía que encontrarlas ahí ya que estaba trabajando hasta tarde
en el primer día de vacaciones. Eso significaba que tenía que seguirlas a
casa. Estábamos viajando la carretera cerca de tres millas desde casa
cuando ese coche de adelante pareció estar virando en nuestro carril.
Imagino que Aimee no lo vio en el momento porque nunca se movió.
Corrí por la carretera, pero ella no. Siguió conduciendo. Estaba oscuro, y
¿tal vez ella estaba cansada? No lo sé. Pero el otro coche se dirigió
directamente hacia ella y las niñas. Vi todo, y corrí muy rápido hasta el
coche. No pude salvarlas… —dice con un sollozo. Quiero extender la
mano, ayudarlo de alguna forma, pero no hay nada que pueda hacer.
Espero a que se recomponga—. Era un coche sobrecargado de chicos.
El conductor tenía un corte en la cabeza, creo. Estaba sentado en la
acera sollozando y balanceándose. Los otros dos chicos estaban bien y
estaban llamando a la ambulancia. Creo que otro chico voló del coche
y fue herido de gravedad.

—David, sabe que esta historia la estoy haciendo para perdonar. Y


estuve sorprendida cuando le llamé para que dijese que perdonaba al
conductor, Kellan Avery. ¿Cómo es eso posible?

—Soy un hombre de fe, por una cosa, y creo que mantener el


resentimiento es como el veneno. Estuve muy enfadado durante los
meses después del accidente, así que me tomé algo de tiempo libre del
trabajo e hice trabajo voluntario. Me ayudó a centrarme en los otros en
lugar de en mí mismo. Pronto me di cuenta de que el conductor solo era
un chico de diecisiete años que había cometido el peor error de su
vida. Ni la furia que sentía hacia él iba a devolverme a mi familia, y
sabía que probablemente él estaría culpándose más de lo que yo
jamás podría. Una vez que permití salir a mi ira y decidí dejar a Dios
controlarlo, el dolor comenzó a hacerse soportable. Pienso en mi mujer y
en mis hijas cada día, y a veces lloro, pero no puedo perder eso. Es difícil
ascender si realmente te pierdes en eso.

—¿Ahora qué pasa en su vida?

Sonríe, y eso me hace sentir mejor.

—Bueno, dejé el cuerpo de policía cuando regresé de hacer mi


trabajo de voluntariado. Apenas podía controlar la situación de ver otro
accidente de coche. Abrí esta agencia de investigación privada y,
como puedes ver, lo estamos haciendo muy bien —dice señalando a
los alrededores—. Hace dos años conocí a una mujer llamada Heather
Wilkins en un evento de Madres Contra Conductores Bebidos en el que
era voluntario. Ella perdió a su hijo adolescente en un accidente en el
que solo fue él el conductor. Nos convertimos en amigos y después en
más que eso. Estamos casados desde hace once meses. Dio a luz a
nuestro hijo, Jacob, hace cuatro semanas —dice sacando el teléfono y
levantando una imagen. Su sonrisa es brillante y amplia.

—Felicidades —digo inclinándome para mirar la foto—. ¡Es adorable!

—Sí, lo es —dice sonriendo a la imagen antes de poner el teléfono


en el bolsillo—. Y él sabrá sobre las hermanas que perdió y el hermano,
que conducía borracho. Es todo lo que podemos hacer. Tenemos que
usar estas tragedias como equipamientos de enseñanza para las
siguientes generaciones.

—Una última pregunta, David, ¿si pudiese hablar con Kellan Averry,
qué le diría tras todos estos años?

—Bueno, lo primero que diría es que necesita perdonarse porque yo


lo he hecho. Amé a mi familia, y aún lo hago. Y nada va a traerlas.
Mantengo sus recuerdos en mi mente y corazón cada día, pero no van
a regresar. Le diría a Kellan que use su vida y la use bien. Contar su
historia y advertir a otros adolescentes de no tomar el mismo camino.
Ser una buena persona, permitir entrar al amor y entregarse. Dejar ir la
ira. Amar a los otros. Ser la luz en la oscuridad para aquellos que la
necesitan. Y, sobre todo, amate a ti mismo porque Dios te puso aquí por
alguna razón. —Ahora está mirando directamente a la cámara, y sé
que Kellan lo sentirá como si estuviese hablándole cara a cara.

—Muchas gracias por darnos hoy su tiempo —digo y Emmy apaga la


cámara. Puedo verla limpiarse las lágrimas de los ojos, y deja la
habitación para secárselas en el baño de la sala.

David comienza a caminar hacia la puerta, pero se gira como si


tuviese algo que decir.

—¿Willow?

—¿Sí?

—¿Conoces a Kellan, verdad? —No le dije eso, pero lo ha


averiguado.

—Lo conocí cuando fue liberado. Es mi nuevo hermanastro —digo


en voz baja—. Pero soy una reportera en la DCTV y voy a hacer una
historia sobre el perdón…
—Está bien. No estoy enfadado —dice ondeando la mano y
riendo—. Hazme un favor, ¿sí?

—Claro…

—Dile a Kellan que si quiere venir a sentarse en persona, estoy más


que dispuesto a correr el riesgo. Intenté escribirle en prisión una vez, pero
fue devuelto.

—Se lo diré. No sabe cuánto significará esto para él. No tiene ni idea
de que estoy aquí ahora.

—Eres una buena amiga —dice antes de despedirse y salir por la


puerta. Dios, sin duda tengo la esperanza de que haya hecho lo
indicado.

***

Reed se sienta ahí, mirando la pantalla con la boca abierta.

—¿Hiciste esto? —Acaba de regresar de cuidar a su hermano, y por


ahora todo parece bien. Evan está en una clínica de rehabilitación
tomando la ayuda que necesita, y su padre está haciendo al control de
daños al intentar mantener todo en silencio.

—Sí, ¿está bien? Probablemente no debería haber tomado el


equipo sin preguntar. Ni siquiera completé el título de la firma de salida
en la hoja de enfrente. Mierda. Lo siento. Solo nos marchamos por un
día, y recargué estas baterías… —cotorreé una y otra vez. Finalmente
Reed me pone la mano sobre la boca.

—Willow. Cállate. Es increíble. Eres increíble. —Pone la mano en mi


mejilla y me mira a los ojos con los suyos de deslumbrante azul. Tomo un
profundo respiro y después muevo si mano. Puedo verlo desplomarse un
poco con una mirada abatida en los ojos.

—¿De verdad lo crees?

—Lo hiciste bien. De verdad lo hiciste. Y puede que tengamos que


reclutar a Emmy. También lo hizo bien.

—Se lo diré —digo sonriendo.


—Tenemos que avanzar esto. El decano estará muy impresionado.
¿No estabas asustada por ir detrás de tal historia emocional?

—Por supuesto que lo estaba, pero Kellan necesita esto. —Reed


parece irritado por un momento y entonces gira la cabeza.

—Así que, ¿esto fue por ayudar a Kellan? —pregunta volviendo


atrás.

—Un poco. El resto era para impresionarte —digo con sinceridad.


Mira a mis labios lo cual me pone increíblemente incomoda y cómoda
al mismo tiempo.

—¿Qué estamos hacienda aquí, Willow? —pregunta suavemente


girando su silla para mirarme.

—¿Ver el video?

—Sabes a lo que me refiero.

—Ya te lo he dicho, Reed. No estamos haciendo nada. Somos


amigos y eso es todo lo que puede ser.

—Eres una mujer confusa. —Sonrío y lo golpeo con suavidad en el


brazo—. Entonces, ¿podemos utilizar esto?

—Aún no. Necesito que Kellan lo vea.

—¿Y cuándo será eso?

—Solo dame un poco de tiempo para encontrar el momento


adecuado, ¿vale?

—Bien. Sin embargo, quería hablarte de algo más. ¿Me recuerdas


hablándote sobre la convención de radiodifusión en Rhode Island a la
que voy a ir el próximo fin semana?

—Sí. Tú y el Profesor Demorley, ¿verdad?

—Sí, pero él ahora ha tenido un conflicto y no puede ir. Necesito una


segunda persona para cubrir todos los seminarios. ¿Vendrás conmigo?
¿Por favor?

—Reed, si esto es una artimaña…

—Willow. En serio. Sabes cuánto significa mi carrera para mí. No te


mentiría en algo así. Entiendo que no significa no —dice con una sonrisa
torcida—. Además, harás otros grandes contactos y aprenderás mucho.
Esta convención es grande. —Me mira durante un momento y
finalmente asiento con acuerdo.

—Una condición. ¿Tendremos nuestras propias habitaciones,


verdad?

—Por supuesto.

—Entonces, iré. ¿Vamos a volar?

—En realidad, no. La universidad no pagaría los billetes de la


aerolínea y el acceso a la convención, así que vamos a ir en coche.
Llevará alrededor de catorce horas sin paradas, así que necesitamos
planear un día de viaje. ¿De acuerdo con eso?

—Bueno, en realidad no tengo opción, ¿verdad?

—Será una aventura…

—Bien, pero no tienes ni idea de cómo de irritante puedo ser en un


viaje en coche. Cuando mi madre y yo condujimos desde Seattle, dijo
que quiso arrojarme del coche una o dos veces. —Su rostro registra esta
nueva información. Seattle. Mierda. Acabo de decirle un pequeño
chismoteo de lo que no quería hablar.

—Estoy seguro de que lo haremos bien —dice con una risa antes de
que nos dirigiésemos a la puerta. Mientras partimos al camino de la
playa, Reeds me dice—. Oye, Willow…

—¿Sí? —digo girando alrededor mientras me protejo los ojos del sol.

—Gracias por estar ahí mientras fui a cuidar a mi hermano.

—En cualquier momento —digo sonriendo.

—Y, ¿Willow?

—Sí…

—Antes te mentí sobre algo. Te he engañado antes. —Golpea la


arena, mirando su zapato.

—¿Lo hiciste?

—¿Recuerdas el primer día que nos conocimos en la playa?


¿Cuándo tus llaves cayeron en mi mochila?

—Por supuesto.
—No cayeron en mi mochila. Quería conocerte con locura por lo
que te las robé de la parte superior de la mochila y me marché pronto
para que no pudieras averiguarlo —dice suavemente mientras sacude
la cabeza mirando al suelo.

Lentamente camina más cerca, y soy un poco atraída por su


timidez, por el lado avergonzado de Reed.

—¿Querías conocerme con tanta locura? —pregunto con una


sonrisa.

Su cara se vuelve roja.

—Sip —dice finalmente mirándome a los ojos. Me pongo de pie


sobre la punta de los dedos de los pies y beso su mejilla, y él ríe.

—Eres un chico malo, Reed Miller. Pero esa es la cosa más bonita
que nadie jamás me ha dicho. —Con eso, me doy la vuelta y camino
hasta la playa con todo un nuevo muelle en mis pasos.

***

El siguiente par de días pasan sin un incidente. Hago más trabajo en


la estación, como es habitual, y Reed está ocupado trabajando en
algún trabajo extra programando lo que quiere reproducir. Kellan ha
encontrado un trabajo en un gimnasio local como entrenador. Al
parecer fue capaz de conseguir algún tipo de certificado mientras
estaba en prisión, y por su apariencia conoce las cosas. Come
equitativamente sano, sabe yoga y levanta pesas por lo cual el
gimnasio está feliz de tenerlo.

Es miércoles por la noche, y llego a casa para encontrar a Bruce


sentándose fuera bebiendo una cerveza y mirando al océano. No ha
estado bien desde que Kellan llegó a casa, y la relación entre él y mi
madre también parece empeorar. Siento que mi familia está
destruyéndose, y he experimentado esto totalmente antes en una forma
diferente.

—Hey, Bruce —digo mientras camino hasta la cubierta.


—Hola, Willow. —Su tono es indiferente y parece exhausto.

—¿Estás bien?

—No. Pero, ¿qué hay de nuevo? —Me siento en la mesa y lo miro.


Sus ojos están hundidos, y solo parece desgastado.

—¿Puedo ayudar? —Finalmente me mira.

—Me siento como un extraño en mi propia casa, Willow. Kellan y yo


somos como tráqueas el uno para el otro. Tu madre siempre está
enfadada conmigo, y sé que tú también estás enfadad conmigo.

—No enfadada. Sino que desearía que dieses una oportunidad a


Kellan. Después de todo, es tu hijo.

—¿No crees que sé eso? —Espeta—. Lo siento. Eso ni siquiera es tu


problema. Harías bien en mantenerte alejada de Kellan. No quiero que
también estés en problemas.

—Bruce, él ya no está en problemas. Tiene un comienzo fresco. ¿Por


qué no puedes dejarle tenerlo?

—Esos bebes no consiguieron un comienzo nuevo. Su padre tiene


que vivir la eternidad sin ellos, Willow. —Mira de nuevo al océano.

—¿Está Kellan aquí?

—Sí. En el piso de arriba. Creo.

—Ven adentro. Tengo algo que mostrarte. —No estaba esperando


usar el video así de pronto, pero el momento ha llegado. No quiero
dejar la ciudad sin que estos dos hombres vean el metraje.

Bruce me sigue dentro, y le pido que se siente en el salón. Llamo a mi


madre de la cocina y le pido a Kellan que venga al piso de abajo. Se
despatarrama en el suelo a su lado, y mi madre se sienta por la
habitación en el sofá. Bruce se sienta en su sillón reclinable, y por un
momento me recuerda a mi propio padre.

—Los he llamado a todos porque no puedo soportar más esto —


digo—. Bruce, tu hijo cometió un error fatal hace cinco años. No hay
duda de eso. Pero, negarse a darle una segunda oportunidad no está
bien. Todos merecen una segunda oportunidad si saben que hicieron
mal e intentan arreglarlo.
—Willow, no tienes que hacer… —dice Kellan sentándose con
sorpresa en la cara.

—Willow, cariño… —comienza mi madre.

—Cállense. Los dos. Por favor —digo rápidamente. Mi madre me


mira con conmoción—. Todos hemos cometido errores. Algunos más
grandes que otros. Algunos que no pueden recuperar. Pero el rancor
entre ustedes dos ha de parar. Son padre e hijo, por amor de dios.

Bruce suspira y se cruza de brazos mientras Kellan se recuesta contra


el sofá y también se cruza de brazos.

—Ojala aún tuviese a mi padre, pero no lo tengo. Kellan quiero una


relación contigo, Bruce. —De nuevo Bruce suspira y aparta la mirada de
nosotros—. Así que en un intento de sanar esto entre ustedes, hice algo
drástico. Kellan, tengo la esperanza de que esto estuviera bien. —Me
mira confuso, pero pongo el DVD en el reproductor y me pongo de pie
en la parte trasera de la habitación mientras comienza. A Kellan y Bruce
les lleva un momento registrar quien es el hombre en la pantalla, pero
cuando lo hacen veo a Bruce sentarse al borde de su silla.

Mi madre comienza a llorar cuando el video se reproduce. Bruce


sacude la cabeza unas pocas veces, pero es a Kellan a quien estoy
mirando. Se sienta con las rodillas puestas en el pecho y sigue
deslizando los dedos por su abundante pelo oscuro. Cuando David
comienza a hablar directamente con Kellan, sus ojos nunca dejan la
pantalla. Él solo mira sin emoción, sus ojos amplios y casi cristalinos.

Cuando termina, camino hasta la televisión y lo apago.

—No puedo creer que hablase contigo… —dice Bruce—. Pero no lo


entiendo, Willow. ¿Por qué fuiste por tu cuenta para hacer esto por
Kellan?

—Porque me preocupo por tu hijo, Bruce. —Los ojos de Kellan se


lanzan como dardos hacia los míos. No dice nada antes de ponerse de
pie y salir por la puerta trasera, golpeándola detrás de él. Comienzo a ir
hacia la puerta para seguirlo, pero Bruce me detiene.

—Déjamelo a mí, ¿vale? —dice suavemente mientras sale en silencio


por la puerta negra.
—Dios, tengo la esperanza de que hice lo correcto —le digo a mi
madre. Ella se encoge de hombros y aparta un mechón caído de su
ojo.
Capítulo 16
Traducido por VicHerondale
Corregido por Keyla Hernández.

K
ellan no ha vuelto a casa. Después de un par de horas,
finalmente decido a ir a la cama para poder levantarme
temprano para mi viaje por carretera con Reed. Mi corazón y
mi mente están en un conflicto. Por una parte, tengo sentimientos por él.
Es amable, inteligente y constante. Le gusto. Él me quiere. Es un buen
besador. Pero también es una especie de expediente limpio. No hay
manchas o marcas en su historial. Él sabe lo que quiere, y no va a querer
estar con alguien que tiene un pasado que está manchado, como yo.

Luego está Kellan. Es áspero, duro y está lleno de cicatrices de por


vida. Ha visto cosas que nadie debería ver nunca. Es sexy y varonil, y se
hace cargo de sus errores. Él tiene un pasado, y es más probable que
me acepte por el mío. ¿Pero es lo que debo buscar? ¿Un tipo con un
pasado que no va a pensar que soy basura? ¿Es eso un asentamiento?
¿Estoy solamente interesada en Kellan porque es el chico malo?
¿Porque él no me va a juzgar?

Es todo demasiado en qué pensar, y tengo que levantarme


temprano. Ya es medianoche, y mientras miro hacia el océano desde
mi balcón, me preocupo por si Kellan está bien ahora.

Saco mi pelo de la cola de caballo que he estado usando durante


todo el día y el pelo se desliza en la cama, no hay nada entre yo y las
sábanas excepto un camisón de seda.

—Hola —oigo la voz de Kellan en un susurro mientras se sienta a un


lado de mi cama. Sólo puedo ver su silueta por la luz de la luna y está
sonriendo. Toma su mano robusta y la frota por mi mejilla. ¿Estoy
soñando?

—Hola. ¿Estás bien? —pregunto mientras me siento y me apoyo


contra las almohadas.
—Estoy muy bien, Willow. Mejor de lo que he estado en mucho
tiempo. Papá y yo hablamos durante horas, y creo que vamos a estar
bien. Y es todo por ti.

—¿Entonces no estás enfadado conmigo?

—¿Enfadado? Por supuesto que no, Willow... —dice suavemente


mientras acomoda un mechón de mi pelo detrás de mi oreja—. ¿Por
qué habría de estarlo?

—Saliste de aquí...

—Lo siento. Estaba abrumado por la emoción. El coraje y tú tuviste


que ir a Atlanta y hacerlo era increíble para mí. Nunca nadie ha hecho
algo así por mí. Estoy eternamente agradecido contigo, Willow —se
inclina y me besa suavemente en la frente. Cada cosa en mi cuerpo se
siente como fuego. Nunca me he sentido así antes, y no quiero que se
detenga.

—Kellan, yo… —pero antes de que pueda decir cualquier cosa, él


desliza su mano por la parte trasera de mi cuello y me tira hacia él. Me
besa y con eso explota la pasión entre nosotros. Me muerde el labio
inferior y pone su frente contra la mía mientras luchamos en busca de
aire.

—Willow... —gime cuando toma mi boca una vez más—. Dios mío,
he querido hacer esto durante tanto tiempo... —dice cuando su lengua
se desliza en mi boca y me da una calidez que he anhelado toda la
vida.

Me recuesto contra mis almohadas, tirando de él conmigo. Su


pecho desnudo presionando contra el mío mientras paso los dedos por
su pelo. Está perfectamente desordenado, y lo quiero ahora como
nunca he querido a nadie. O a cualquier cosa. Su presencia lava las
manchas en mi alma, y se me antoja como una adicta a las drogas. La
ironía de la forma en que se relaciona con mi pasado no se me escapa.

Su pierna se sitúa entre las mías y puedo sentir su excitación


presionando contra mi abdomen. Está tan cerca, y sé que no es nada
como Billy Monroe. No, Kellan Avery es todo un hombre. De piedra, sexy,
viciado y cargado de emociones. Todo un hombre y toda mío ahora.

—Dios, te quiero con tanta locura, Willow... —gime cuando besa mi


cuello de arriba a abajo enviando escalofríos a mi núcleo y lugares
hacia el sur.
—También te quiero... —respondo, meciéndome desesperadamente
contra él. Debe pensar que estoy cachonda porque le estoy dando
todas las señales de seguir adelante.

—No puedo.... —dice tirándose hacia atrás para recuperar el


aliento. Se levanta y se mueve a unos pocos pies de la cama evitando
mi mirada.

—¿Por qué? —pregunto mientras me incorporo. Mis pezones están


duros y mostrándose debajo de mi camisa de seda de noche, y me
siento más rechazada que nunca.

—No puedo arruinarte también, Willow. Estar conmigo ahora mismo


es una mala idea. Yo no soy un hombre entero en este momento. Tengo
trabajo que hacer, y arrastrarte a esto sería malo para ti. No puedo
arruinarte también —dice mientras camina hacia la puerta. Me levanto
de un salto, persiguiéndolo a través de la habitación.

—¡Yo ya estoy perdida! —grito en voz baja mientras abro la puerta.


Pero se ha ido, y escucho como su puerta se cierra.

Me quedo ahí por un par de minutos donde me pregunto por qué mi


vida tiene que ser una ruina total. Por un lado, tengo a un buen tipo,
estable, que me quiere, pero al yo no quiero del todo. Luego tengo a
otro chico que quiero más que a mi vida en este momento y él no
quiere arruinarme. Si él supiera... eso es todo. Tiene que saberlo. Tengo
que decirselo. Es mi única oportunidad de no pasar la noche con mi
vibrador entre las piernas.

Camino a través del pasillo y en silencio abro la puerta, con la


esperanza de que no se vaya a enfadar conmigo por entrar
furtivamente, oigo la ducha, y pensamientos sucios se ejecutan a través
de mi mente. Puede ser que me deba ir. Puede ser que esté haciendo
esto por todas las razones equivocadas. Por una vez en mi vida, me
gustaría que mi camino fuera recto. Desearía saber exactamente qué
hacer por mi autocontrol para otras personas.

Me siento en el borde de su cama, la luz de la luna ilumina


levemente la habitación. El agua se corta, y finalmente sale del baño
vistiendo sólo una toalla. Me ve sentada allí y suspira.

—Willow...

—Maté a mi padre —dejo escapar. Cuatro años manteniendo mi


secreto y así es cómo lo digo. Me pongo de pie lentamente, lista para
salir. Él camina hacia mí y me tira en un abrazo, mi cara apoyada en su
fuerte pecho caliente.

—Oh, Willow.... —dice suavemente mientras besa la parte superior


de mi cabeza y me frota la espalda—. Gracias por compartir tu secreto
conmigo.

—Nunca se lo he dicho a nadie en Charleston —digo entre sollozos


suaves. Tira de mí más cerca—. Salimos de Seattle por mi culpa.

—¿Puedes decirme qué pasó? —pregunta separándose un poco y


mirándome. Asiento con la cabeza y me lleva a la zona de estar en su
cuarto.

Nos sentamos en el sofá, y me preparo para contar una historia de la


que nunca quise hablar de nuevo.

Respiro hondo y cierro la boca. ¿Por qué no medité antes de hacer


esto? Muerdo mis dos labios y me fuerzo a mí misma a volver allí en mi
mente. Es curioso como he tratado de alejarlo de todos estos oídos y
empujar, literalmente, los recuerdos a la parte trasera de mi mente, y
que todo se inunde de nuevo tan pronto. Esas paredes que construí no
eran muy fuertes.

—Fue un martes por la noche. No estábamos muy bien


económicamente, así que mi madre tenía un trabajo nocturno en un
restaurante local. Mi padre era maestro, un entrenador de baloncesto
local bien respetado. Todos amaban a mi padre, incluyéndome a mí.
Pero había secretos que nadie conocía. Mi padre era un alcohólico
furioso. En la escuela, parecía ese hombre normal que lo tenía todo.
Una hermosa mujer, una hija popular. Vivimos en un estilo de vida de
clase media. Íbamos a la Iglesia los domingos, mamá estaba en la PTA.
Pero los secretos se estaban acumulando. Papá había estado bebiendo
los meses anteriores. Había empezado a pegarme cuando estaba
molesto, cosa que nunca había hecho antes. Cuando no estaba
borracho era el padre perfecto. Era dulce y cariñoso. Pero el alcohol lo
hizo un demonio... —le digo, remontándome en el tiempo en mi mente.
Puedo ver a mi padre sonriéndome en la mañana de Navidad, cuando
me dio mi primera bicicleta. Puedo verlo empujandome en el columpio,
tomando largos paseos conmigo.

Dios, era tan difícil de conciliar con el hombre con el que se había
convertido al beber. Los recuerdos me abruman y empiezo a sollozar.
—Oh, Willow —es todo lo que Kellan puede decir. Él me entiende de
una manera que nadie más lo hace. Me sostiene cerca mientras yo
saco la mayor cantidad de lágrimas como pueda sin morir. Cuando por
fin dejo de llorar, continúo.

—De cualquier manera, una noche mi madre estaba en el trabajo y


mi padre había salido como hacía típicamente cuando ella no estaba
en casa. Se suponía que debía de mantener en secreto cuando iba a
beber. Por lo general, iba a beber y volvía a casa antes de que ella
llegara. Dijo que era nuestro secreto. Gracias a Dios caminaba y la
mayoría del tiempo no conducía el coche —le digo, sabiendo que el
punto no se pierde en Kellan—. Esta noche en particular, llegó a casa
antes de lo normal. Yo estaba en la cocina preparando un bocadillo de
medianoche de queso y galletas cuando él entró. Había una mirada en
sus ojos como si no estuviera allí. Como si fuera otra persona. Dios mío,
era rabia. El aspecto casi satánico en sus ojos. Era como una bestia
salvaje desatada. No era mi padre. No era mi padre, —le digo, y
empiezo a temblar y sollozar de nuevo.

—Willow, no tienes que hacer esto si no estás lista... —dice


suavemente mientras acaricia mi pelo. Pero he llegado hasta aquí y no
voy a dar marcha atrás.

—No. Tengo que terminar, —le digo mientras recojo mi ser, una vez
más, una gruesa cortina de lágrimas cubre mi cara—. Yo estaba de pie
en la cocina. Él no dijo nada, simplemente empezó a tirar cosas fuera
del camino mientras se dirigía a mí. Le dijo “Papá, ¿estás bien? ¿Por qué
no te sientas?” Pero era como si no me oyera. Él sólo miraba al frente
como un animal tras su presa. Por primera vez, tuve mucho miedo de no
poderlo manejar sola. Pensé en llamar a la policía, pero el teléfono
estaba al otro lado de la habitación y no había manera de que pudiera
llegar a él...

Hago una pausa por un momento, relatando los recuerdos en mi


mente y sabiendo que estaba a punto de volver a vivir mi peor
pesadilla.

—Se abalanzó sobre mí de repente, y empezó a gritar mientras me


ahogaba. Me sentía como que iba a morir, así que hice lo único que
podía pensar en ese momento. Agarré el cuchillo de carnicero en el
bloque de al lado de mi mano, donde me estaba preparando mi
bocadillo en el mostrador. Él no me vio hacerlo. Nunca apartó los ojos
de los míos. Seguí empujando, pateando y tratando de conseguir que
se detuviera. Ni siquiera podía gritar. El mundo estaba empezando a
quedarse negro. No me quedó más remedio. Era él o yo. Y me elegí,
Kellan... —sollozo y pierdo el aliento cuando la hiperventilación que solía
sufrir regresa con toda su fuerza.

—Respira, Willow. Vamos, respira... —dice frotando mi espalda


mientras me inclina y pone mi cabeza entre mis piernas. Durante unos
minutos me cuesta respirar, creo que es mi forma corporal que está
tratando de recordarme que estaba siendo estrangulado en aquel
entonces.

Me enderezo y empiezo de nuevo.

—Lo apuñalé. Justo en el estómago. Sus ojos registraron el dolor.


Nunca dejó de mirarme. Me di cuenta de que la vida se drenaba de sus
ojos. Sus manos se deslizaron de mi cuello y se desplomó, llevándome
abajo con él. Golpeamos el suelo juntos, él encima de mí. Se fue en
cuestión de minutos. Seguí llamándolo una y otra, rogándole que se
quedara conmigo. No podía bajarlo de encima mío, Kellan. Su sangre
me cubría, mis manos, mi camisa. Finalmente tuve la fuerza para
deslizarme. Corrí y llamé a la policía. Mi madre llegó allí antes que ellos.
Ella no lo sabía. Ella no sabía... —lo lamente de nuevo—. Entró y vio a mi
padre muerto en el suelo. Sangre por todas partes. Yo, yo estaba
todavía con el cuchillo. Estaba en shock, mirando fijamente y sin hablar.
Ella me negó y pidió saber qué pasó. Se arrodilló junto a papá y le rogó
que volviera. Tuvieron que hacer palanca lejos de él. Nunca olvidaré sus
gritos...

Ahora estoy mirando al frente, las emociones succionados fuera de


mí. Tantas lágrimas han llegado que estoy agotada, exhausta y
posiblemente deshidratada.

—¿Saben por qué hizo lo que hizo? —finalmente pide Kellan.

—Él no estaba borracho aquella noche. Había ido a pasar el rato


con esos tipos con los que normalmente bebía. Un tipo trajo un poco de
materia llamada sales de baño. Estas cosas son malas noticias, vuelve a
la gente loca, inmensamente fuerte y combativa. Él simplemente se
volvió loco, Kellan. No había manera de que pudiera tenerlo superado.
Parecía que tenía diez veces su fuerza normal.

—¿Así que tú y tu madre salisteis de la ciudad?


—Al principio no. Teníamos planeado quedarnos allí, pero fue
imposible. Muchas personas, incluyendo amigos y algunos familiares, me
culpaban. Dijeron que debería haber apuñalado su brazo o pierna, o
de alguna manera salir de allí. Sus estudiantes lo adoraban, y los
miembros de su equipo quedaron devastados. Nadie lo entendía. Todos
me odiaban, y se convirtió en demasiado después de unos meses.
Entonces, ahí es cuando hicimos un plan. Mamá dejó su trabajo, yo dejé
la escuela. Me cambié de nombre, mamá empezó a utilizar su apellido
de soltera y nos fuimos.

—¿Te cambiaste de nombre?

—Solía ser Kate Lambert —me mira un momento y sonríe.

—Me gusta más Willow Blake. No te pareces a Kate Lambert para mí.

—Ya no soy Kate. Tuve que convertirme en Willow. Elegí ese nombre
porque teníamos ese gran árbol de sauce en frente de nuestro jardín.
Siempre me maravillé de lo fuerte que era, y parecía tan tenue y débil.
Pero las raíces eran fuertes. Corrieron a través de una gran parte de
nuestro y jardín. Tormentas iban y venían. La lluvia caía, pero ese viejo
sauce se mantuvo fuerte. Tenía la esperanza de que un cambio de
nombre haría lo mismo por mí. Seguí esperando que Willow16 me
salvara... —permito que más lágrimas caigan.

—Dios, lo siento mucho, Willow —Kellan me tira en sus brazos y me


abraza con fuerza, y por un momento me siento segura.

—¿Ves por qué estoy arruinada? —susurro.

—No, cariño, no estas arruinada. Hiciste lo que tenías que hacer,


Willow —dice en un tono tranquilizador.

—No, no... Yo maté a mi padre. Lo siento, papá... —digo en voz baja,


sollozando en silencio a pesar de que las lágrimas no vendrán más—. Lo
siento...

Esa es la última cosa que recuerdo. Kellan me sostiene mientras le


susurro a mi padre y luego vino la oscuridad. Un dulce sueño me visita y
me lleva lejos del dolor durante unas horas.

Cuando me despierto, estoy en mi cama cubierta y caliente. El


brazo de Kellan pasa sobre mí y estoy frente a la ventana, el sonido de
las olas del mar y la tormenta de la noche agreden mis sentidos. Puedo

16 Willow en español significa sauce.


oírlo respirar profundamente, y él obviamente está dormido. Supongo
que me llevó a través de la sala, así podía estar más cómoda en mi
cama. Miro el reloj de mi mesita de noche y leo que son las 2:43 de la
mañana.

No puedo creer que le contase a Kellan mi historia. No puedo creer


que él esté aquí, que me sostenga de esta manera. No puedo creer
que no se haya ido. Él no necesita mis problemas cuando acaba de
empezar su vida de nuevo.

—¿Estás bien? —susurra. Supongo que pudo sentir mi mente


trabajando de nuevo. Poco a poco me enrollo en él y lo miro a los ojos.

—Estoy mejor porque sigues aquí —le digo en voz baja. Dirige su
pulgar por mi mejilla y a mi línea de la mandíbula, luego se inclina y
suavemente planta un beso en mi nariz y luego en mis labios. La ternura
que me muestra se funde en un centenar de maneras diferentes, y me
pregunto cómo puedo ampliar este momento perfecto para siempre.

—Gracias por confiar en mí —dice suavemente mientras pasa la


lengua por mi labio inferior.

—Creo eres el único en quien puedo confiar —le digo en voz baja
mientras deslizo mi mano detrás de su cabeza y lo tiro más cerca.
Nuestros labios se encuentran, una vez más, y paso la noche
perdiéndome en los besos de Kellan Avery.
Capítulo 17
Traducido por Kmi25
Corregido por Katiliz94

L
a luz solar del amanecer ataca mi visión y recuerdo cuan
brillantes son los días soleados en la playa. Trato de alcanzar a
Kellan, pero no está.

Me siento y estiro, y por primera vez en cuatro años, no tengo la


urgencia de ir a la cubierta para liberar mis emociones del día. Se las di
a Kellan la noche pasada y ahora no parecen pesar tanto como una
vez lo hicieron. Me siento más ligera, más libre, menos aplastada por el
pasado.

Camino hasta mi baño y me cepillo los dientes aunque mi


inclinación natural es mantener el sabor de Kellan en mis labios tanto
como fuese posible. Sonrió en el espejo, incluso aunque noto que mis
ojos están hinchados y rojos. Tiempo para un poco de maquillaje,
decido.

Después de unos pocos minutos, me he bañado, cambiado de ropa


y puesto algo de maquillaje. Para el mundo de afuera, luzco “normal”
de nuevo. Camino hacia abajo por el vestíbulo y escucho el timbre de
la puerta. Cuando abro la puerta, Reed está allí sonriendo. Lo miro con
desconcierto.

—¡No me digas que lo olvidaste! —Dice con las manos en la cadera.


Luego caigo en la cuenta. Se supone que íbamos a partir a Rhode
Island hoy. Mierda.

—Lo olvidé. Incluso no he empacado…

—¡Willow! ¿Cómo pudiste olvidarlo? Solo hablamos de esto, —dice.


Camino hacia la escalera de entrada y cierro la puerta silenciosamente
detrás de mí.

—Pasaron algunas cosas la noche pasada. Por primera vez, les


mostré a Kellan y a Bruce el video.

—¿Y cómo te fue?


—Muy bien. Las cosas ya están mejorando entre ellos.

—¿Estas bien? Luces cansada. ¿Has estado llorando? —¿Cómo lo


había notado? Pensaba que mi trabajo con el maquillaje era bueno.

—Estoy bien. Solo una noche emocional.

—Willow, ¿puedo preguntarte algo? —dice mientras se apoya en la


barandilla del porche delantero.

—Claro.

—¿Está pasando algo entre Kellan y tú?

Paro y aparto la mirada, una clara confirmación de lo que


sospecha.

—Me preocupo por él, Reed.

—Por Dios, Willow, es tu hermanastro.

—¿Entonces? No estamos relacionados por sangre. ¡Apenas nos


conocemos!

—Bien, vamos a olvidar la cosa del hermanastro. ¿Te das cuenta que
clase de daño te puede hacer él? Es un criminal enloquecido, Willow. Su
futuro está tostado. Tú tienes un brillante futuro. ¿No crees que podrías
hacerlo mejor?

—Reed, realmente esto no es de tu incumbencia. — Me giro para


caminar dentro pero me agarra del brazo.

—Es de mi incumbencia. También he besado esos labios y te quiero


en mi vida. Puedo darte todo lo que mereces, Willow. ¿Y Qué puede
darte él? ¿La vida de alguien en libertad condicional? ¿Trabajos sin
salida? ¿Memorias PTSD de la prisión?

—Eso no es justo, Reed. Merece una segunda oportunidad.

—No te asientes, Willow. Puedo amarte como lo mereces.

—¿Amarme? —Siento como si el viento me hubiese noqueado.

—Si solo me dieras una oportunidad, pondría el mundo a tus pies.

—Reed, no puedo hacer esto ahora. Tengo que empacar. ¿Puedes


volver en una hora? —le pregunto sin mirarlo. No dice nada y camina
hacia su coche. Puedo sentir sus ojos en mí mientras cierro la muerta.
Lo que no espero es ver a Kellan parado en el vestíbulo.

—Buenos días, —digo caminando hacia él, lista para besar esos
labios de nuevo.

Levanta la mano.

—Tiene razón.

—¿Qué? ¿Quién tiene razón?

—Ese chico, Reed. Está en lo correcto. Mereces algo mucho mejor


que yo. Estoy arruinado de por mi vida, Willow. Nunca voy a ser el mismo
que era antes de que ellos murieran.

—No quiero a quien eras antes, Kellan, ni siquiera conocí a ese chico.
Te conozco ahora. Y ese es el que me gusta. —Levanto un brazo y le
toco la mejilla suavemente mientras mis dedos rozan su pelo—. Nunca
sabrás lo que hiciste por mí la noche pasada.

—Si lo sé, porque hiciste lo mismo por mí en la grabación. Nos hemos


ayudado el uno al otro como dos almas perdidas, Willow. Pero eso no es
algo para ampliar una relación. Ve con Reed. Empieza de nuevo. Tu
alma está limpia ahora. Es tu segunda oportunidad. —Luce derrotado y
quiero alcanzarlo y sostenerlo cerca—. Ambos tomamos vidas, pero la
tuya fue por autodefensa, Willow. No es lo mismo que lo que yo hice.

—Kellan por favor no lo hagas, —susurro—, siento cosas por ti…

—¿Y él?

—No es lo mismo… no sé lo que está pasando con Reed y


conmigo… —¿Por qué me siento tan confundida?

—Déjame hacer tu decisión fácil, Willow. Voy a sacarme a mí mismo


de la carrera porque no puedo competir con él. Él puede ofrecerte
cualquier cosa y yo no puedo ofrecerte nada. Ten un viaje seguro, —
dice mientras sale por la puerta trasera, cerrándola detrás de él.

***
Estamos a una hora de nuestro viaje y no le he hablado a Reed
todavía. No creo que pudiese estar más incómoda si lo intentara. Me
siento en conflicto. Pensé que me estaba enamorando de Reed hasta
que Kellan apareció. No había duda que besar a Reed devolvió cosas a
mi alma que nunca espere, pero ¿fue eso real o fue la falta de
emociones de mi vida?

Cuando estoy con Kellan, me siento entera. Completa. Menos


arruinada. Más yo. Pero él no me quiere. Quiere más de mí, o lo que él
considera ser más. Yo quiero más de él. Todo esto hace que mi
estómago duela.

—¿Estas furiosa conmigo?

—Sí.

—Gracias por tu honestidad, —dice con una risa.

—Cuando quieras.

—Mira, Willow, sé que te preocupas por Kellan, pero ¿es eso lo que
realmente quieres? ¿Un criminal?

—¿Por qué te mantienes enfocado en eso? ¿No es ser un poco


sentencioso?

—No. Un jurado fue crítico cuando lo arrojaron en prisión, Willow.

—Incluso el padre de esos chicos lo ha perdonado.

—Y estoy feliz por ello. Kellan merece eso. Pero no te merece.

Sacudo la cabeza y suspiro, apoyando la espalda y cerrando los


ojos. Cuando los abro de nuevo. Hemos estado conduciendo durante
cinco horas. Otras nueve por continuar.

—¿Estás hambrienta? —me pregunta. Asiento con la cabeza y nos


desviamos para un lado. Reed había hecho emparedados y los había
puesto en una nevera en la parte de atrás para que así pudiésemos
comer y conducir.

Eso estaba bien conmigo porque no quiero sentarme en frente de él


en un restaurante y hablar.

Comemos rápidamente y regresamos a la carretera. Nueve horas es


un largo infierno en coche con alguien que te ha cabreado
magníficamente, dalo por seguro.
Cuando finalmente nos detenemos en el hotel, estoy cansada de
estar atada en nudos emocionalmente. Tanto había pasado en las
últimas veinticuatro horas que incluso ya no se en que pensar ahora.

Salimos del coche y Reed agarra ambas maletas.

—Puedo coger la mía, —digo tratando de alcanzar mi maleta


negra. Él la retira de mi agarre.

—Puedes estar furiosa conmigo en este momento, pero aun soy un


caballero, —dice con un guiño.

Caminamos dentro del lobby y Reed va hacia el mostrador para


registrarnos. El estacionamiento está lleno y aparentemente un montón
de la convención de participantes iba a quedarse allí.

Finalmente nos dirigimos al mostrador, pero me quedo atrás para


obtener una mirada de la gente llegando. Noto placas de tan lejos
como Oklahoma afuera en el estacionamiento.

—Lo siento, señor. Esto fue definitivamente nuestro error. Puedo


ofrecerle un bono para su próxima estadía con nosotros…

—¿Qué está pasando Reed? —Pregunto, poniendo finalmente


atención de nuevo.

Sacude la cabeza y ríe como si la ironía fuese mucho para él.

—Reservaron de más. Solo tenemos una habitación. Con una cama


tamaño matrimonio.

Bien, es todo muy poco conveniente. Siento que estoy en una


película predecible. Oops, se quedaron sin gasolina. Oops, solo tenemos
una cama.

—Reed, arréglalo —digo bruscamente mientras nuestro ojos se


encuentran.

—No puede arreglarlo, —dice la mujer desde detrás del mostrador—.


Estamos con reservas de más. Esta es la única habitación que
reservamos para ustedes. Lo siento mucho. Nuestra nueva chica… —La
mujer empieza a explicar, pero no me importa. ¿Cómo diablos se
supone que voy a dormir en la misma cama con Reed Miller por dos
noches sin arrepentirme?
***

Reed abre la habitación y camina encendiendo las luces mientras


pasa. No es un mal lugar, y es bastante espacioso al igual que las
habitaciones de hotel lo son. Hay, de hecho, la fea colcha de hotel
requerida. Suelto mi bolso y miro fuera de la ventana.

Estamos en el cuarto piso y miramos desde arriba la ciudad de


Providence.

—Willow, lo siento de nuevo. —Dice.

—No, chico importante. Como dijo la mujer de la recepción, es


culpa de ellos. ¿Y estamos aquí por negocios, cierto? Podemos hacerlo.
Estoy segura de que los periodistas tienen que hacer todo tipo de cosas
como estas, todo el tiempo, —finjo una sonrisa y me siento en la
pequeña silla rosácea de la esquina. ¿Quién decoró este lugar?

—¿Tienes hambre? —Pregunta. Ahora es casi medianoche y solo


tomamos el sándwich a lo largo del camino.

—Famélica.

—¿Deberíamos pedir pizza?

—Suena bien. ¿A qué hora es nuestro primer seminario mañana?

—Ocho.

—Ocho.

—Sip. Esta es de las entradas y salidas de los medios sociales, como


se relaciona con la cobertura informativa. —Está leyendo del paquete
que enumera todos nuestros seminarios.

—Divertido, —digo hojeando la Biblia que encuentro en el último


cajón de la mesa.

—¿Pepperoni, está bien? —pregunta mientras marca el número de


servicio a la habitación.

—Sip.
Desempacamos nuestras cosas y nos metemos en ropa cómoda.
Reed se cambia a unos pantalones cortos deportivos y una camisa azul,
y no puedo evitar notar cuan guapo realmente es. Es demasiado. Muy
empaquetado y listo para ir. Me deslizo en mis pantalones negros de
yoga favoritos y en una camiseta gris. Puedo verlo mirándome, pero
trato de ignorarlo.

—¿Si Kellan no hubiese aparecido, habría tenido yo una


oportunidad? —Me pregunta de repente. Estoy frente a la ventana
mirando las luces de la ciudad. Es una buena pregunta. Seguro tuvo
una oportunidad cuando me besó, pero no podía pasar. No sabe quién
soy realmente y nunca me querría después de enterarse de mi pasado.

—No lo sé, Reed. No importa. Mira, la realidad es que Kellan me


tiene. Él me entiende. Tenemos un montón en común.

—¿Lo dices porque mataste a tu padre? —pregunta. Mi pecho se


aprieta y siento como si fuese a desmayarme. Tomo un profundo e
irregular respiro mientras doy la vuelta y lo miro.

—¿Qué? ¿Cómo lo…? —Incluso no puedo formar las palabras.


Camina lentamente hacia mí.

—Está bien, Willow. Cálmate, cariño. Está bien, —puedo oírlo


diciéndolo, pero mis pernas empiezan a ceder y me siento a mí misma
cayendo. Él me alza en sus brazos y me carga hasta la cama. Siento
una fresca compresa en mi cabeza unos pocos segundos después—.
Willow, toma profundas inhalaciones…

Finalmente, empiezo a recuperar la compostura y lo miro. No luce


histérico o molesto o disgustado como pensaba que estaría. Luce
aprobador, amoroso y estable.

—¿Cómo lo sabias?

—Soy un periodista Willow, —dice con una risa irónica.

—¿Por cuánto lo has sabido? —Aun no puedo mirarlo, así que pongo
el frio trapo sobre mi cara y dejo colgar la cabeza.

—Desde después de nuestro primer beso. Tenía que saber porque no


estabas dispuesta a dejarme entrar.

—¿Se lo dijiste a alguien? —Pregunto, de repente preocupada sobre


mi madre y Bruce.
—Por supuesto que no, Willow. Nunca haría nada como eso para
herirte intencionalmente. Pero no entiendo porque esconderías esto. No
hiciste nada malo…

—La gente me odió después de eso, Reed. Tuvimos que salir de


nuestra ciudad natal. Tuve que cambiarme el nombre. Tuvimos que
empezar de nuevo. ¿Por qué querría que la gente de aquí lo supiese?
¿Así todo el mundo puede odiarme de nuevo?

—Willow, no estoy seguro de que nunca puedas curarte de esto


hasta que tomes el control.

—¿Perdón?

—Ayudaste a Kellan a tomar el control haciendo esta entrevista,


¿verdad?

—Supongo…

—Bueno, tienes que estar de pie por ti misma. Sabes que no tenías
otra opción. Te enfrentaste a una situación de vida o muerte que no era
justa y era inimaginable. Nadie tiene el derecho de juzgar lo que hiciste.

—Eso suena bien en teoría, pero la gente me juzgó. Tuvimos


amenazas de muerte.

—Y eso fue hace cinco años y a través del país. ¿Cuándo vas a
confiar en las personas que te conocen ahora?

—Confiar es muy peligroso, —digo, levantándome y caminando de


vuelta a la ventana—. Tú puedes tomar cualquier cosa por un valor
nominal en este mundo, Reed. Cuando todo parece bien, puede
venirse todo abajo.

Se dirige detrás de mí y pone las manos alrededor de mi cintura. No


las muevo por alguna razón.

—O puede resultar justo como siempre has querido. Al final, tú diriges


tu propio destino, Willow. ¿Qué camino vas a tomar?

Estoy callada por un momento.

—Sabes, realmente pensé que me ibas a juzgar. Pensé que correrías


como el viento.
—Exactamente. Lo que tú pensaste que pasaría no pasó. Terminó
mejor, ¿verdad? —asiento y luego miro hacia abajo—. Tienes que darle
la oportunidad a las personas de apoyarte, Willow.

—Estoy asustada, Reed… —Digo girándome instintivamente. Él me


empuja y me abraza fuerte, besando la cima de mi cabeza. El
movimiento me recuerda a Kellan y siento una punzada en el corazón.
¿Qué estoy haciendo? Mis emociones están tan completamente
confundidas ahora que apenas puedo pararme por mi misma.

—Sé que lo estás. Y no quiero presionarte. Pero quiero que entiendas


que Kellan no es tu única opción aquí. No tienes que elegir a alguien
dañado solo porque piensas que nadie más te va a querer, Willow,
porque te quiero, —dice poniendo su mano detrás de mi cabeza. Besa
mi frente lenta y suavemente, luego ser repite a sí mismo—. Te. Quiero.

Nos quedamos parados por lo que parece una eternidad,


sosteniéndonos el uno al otro en frente de la ventana. Nuestro momento
solo es interrumpido cuando el chico de la pizza finalmente llega y toca
la puerta. Pasamos el resto de la noche hablando y comiendo pizza.
Cuando finalmente vamos a la cama, son casi las dos de la mañana y
tenemos que estar levantados temprano.

Ahora, la pregunta obvia viene. El elefante en la habitación es una


cama de tamaño matrimonio. Me pongo mi camiseta sin mangas y
pantalones cortos que traje para dormir. Son un poco más reveladores
de lo que habría llevado si hubiese sabido que íbamos a compartir
habitación. Y cama.

—Voy a llamar al servicio doméstico y pedir algunas sabanas y


almohadas extra, —dice.

—¿Por qué?

—Así puedo hacer un catre en el suelo…

—Reed, vamos. Somos adultos. Pienso que somos lo bastante


maduros para mantener nuestras manos para nosotros mismos, ¿no
crees? —Pregunto esperando que el acepte. Asiente y sonríe.

—Lo intentaré.

—Mejor haz el esfuerzo, —digo lanzándole una almohada mientras


bajo la funda y la sabana.
—Solo trata de mantener tus manos para ti misma, Willow Blake. No
significa no. Este sexy cuerpo mío es difícil de resistir, pero trata de
mantener la compostura, —dice sonriendo mientras se quita la camiseta
y los pantalones hasta que está parado en un par de cortos calzoncillos
negros. Um. Hola. Esto puede ser realmente mucho más difícil de lo que
pensé.

Trepamos en la cama y apago la lámpara. Lo que nos sumerge en la


completa oscuridad de la noche.

—Buenas noches, Willow, —susurra Reed mientras se aleja de mí. Doy


gracias que no tuvimos una “escena” de algún tipo, digo buenas
noches y me deslizo debajo de la colcha.
Capítulo 18
Traducido por katiliz94
Corregido por Pily

É
l viene hacia mí. No hay ningún sitio para que me vaya. La
mirada en sus ojos dice muerte. Terror. No puedo tomar aliento.
Me sujeto el pecho pero ahí no está el oxígeno que tenía que
estar. Parezco estar al tope de mi propio miedo. Le suplico que pare. Le
suplico que me deje vivir. Pero él parece tener intención de matarme.

Veo un cuchillo. No puedo usarlo. No puedo devolverle el daño. Él


no es consciente de lo que está haciendo. Está enfermo. Lo quiero. Él
me sostuvo como un bebe. Me ayudó a aprender a montar mi primera
bicicleta. Era rosa y tenía cintas que volaban en el viento desde los
manillares. Me llamaba Princesa, y pintó con los dedos conmigo. Me
dejo bailar sobre sus pies, e hizo helado de chocolate conmigo. Siempre
con cerezas extra. Nos quería a mi madre y a mí.

Ahora sus manos están alrededor de mi garganta. Puedo sentir sus


pulgares en mi cuello, y la luz está viniendo con lentitud, ahora
convirtiéndose en oscuridad. Tal vez debería permitirle hacerlo. No
puedo valer mucho la pena si él está intentando matarme. Tal vez esto
resolverá sus problemas. Irá a prisión y será forzado a ponerse sobrio.
Entenderá lo que hizo, y mejorará. Tal vez no será tan malo.

Algo en mi interior está brotando contra mis deseos. Hay algo


conteniéndose desde el interior. ¿Lucha o tal vez huida? Aprendí eso en
clase de ciencias. Veo mi mano deslizarse a través de la encimera
blanca hacia el gran cuchillo carnicero. Él no me ve moverme. Está
mirándome a los ojos, pero no conozco a esta persona. No tiene
consciencia, ni corazón, ni emociones. No es mi padre. Es un demonio
poseído por la furia, y tengo que salvarme.

El cuchillo ahora está en mi mano. La frialdad del mango negro me


presiona la palma, y entonces me siento meterlo por la fuerza. A él. La
furia en sus ojos comienza a desaparecer. Es reemplazada por la
confusión. ¿Por dolor? La vida comienza a desaparecer y…

—¡Willow! ¡Willow! ¡Está bien!


Abro los ojos y Reed me tiene sobre su regazo en la cama. Me está
cogiendo con fuerza, y puedo sentir el sudor goteando por mi espalda y
entre mis pechos. ¿Qué ocurrió?

—¿Reed? —digo, aturdida y confundida. Miro el reloj y veo que es


un poco después de las cuatro de la mañana. Estoy respirando con
pesadez, como si acabase de correr una maratón.

—Debes haber tenido una pesadilla —dice apartándome el pelo de


los ojos—. Comenzaste a gritar, y entonces intentaste huir.

—¿Intenté huir?

—Sí. Justo saliste de la cama y comenzaste a correr. Te he atrapado


y traído de regreso antes de que golpeases la pared. —Puedo escuchar
la preocupación en su voz.

—Nunca de nuevo seré normal… —digo, llorando por la antigua


Willow, o Kate como era llamada entonces.

—Serás normal de nuevo, Willow. Solo es una nueva normal…

Debí dormirme en el regazo de Reed, porque cuando despierto por


la mañana estoy despatarrada sobre él. Estoy sorprendida de que
incluso pueda respirar conmigo sobre él, pero parece feliz. Son las siete,
y nuestro primer seminario comienza justo en una hora.

—¡Reed! ¡Reed! Despierta, vamos a llegar tarde… —digo,


precipitándome y encendiendo las luces.

—Mierda. Programé el móvil, pero ni siquiera lo escuché.

—Es mi culpa. Mis payasadas nos mantuvieron despiertos hasta


demasiado tarde —digo sonriendo con tristeza. Se pone de pie y toma
mi mano, empujándome hacia él.

—Nada de esto es tu culpa. Vas a conseguir atravesar esto, Willow.


Lo prometo. —Me mira con esos ojos azules, y me siento muy en
conflicto. Si me permito enamorarme de Reed, voy a apartar a Kellan. Si
elijo a Kellan, Reed se marchará de mi vida. ¿Cómo es posible quererlos
a los dos por diferentes motivos?

—Gracias por estar aquí. Nunca sabrás cuanto… —Intento hablar,


pero las lágrimas están regresando.
—Las gracias no son necesarias. Somos amigos, ¿verdad? —dice. La
palabra “amigos” me hace sentir un poco triste, confusa e irritada
conmigo misma.

—Por supuesto. Amigos. Tengo que tomar una ducha. ¿Puedes


llamar al servicio de habitaciones para pedir el desayuno? ¿Y café? —
pregunto riendo. Él asiente y corro hacia la ducha.

***

Nuestros seminarios de la mañana son muy informativos y me dan un


motivo para centrarme en algo al exterior de mi misma durante un rato.
Aprendo mucho y hago algunos nuevos contactos, y aprendo por
primera vez que este es el camino en el que definitivamente necesito
estar. Puedo hacer esto, y por una vez siento que valgo la pena para
algo en estos negocios.

Nos dirigimos a la ciudad para coger algo de comer en una


pequeña delicatesen en una ocupada esquina.

—Ya que hoy terminamos pronto, estaba preguntándome ¿querrías


tomar el autobús hacia Boston esta noche o cenar conmigo? —
pregunta.

—¿Cómo en una cita? —pregunto.

—¿Quieres salir en una cita conmigo, Willow? —pregunta, sus cejas


arqueándose hacia arriba.

—No lo sé —digo suavemente.

—¿Alguna vez volviste a pensar en besarme? —Susurra. Mi cara se


vuelve roja.

—Cuando estoy contigo, pienso en muchas cosas, Reed. Pero no


puedo decir que no estoy confusa, porque lo estoy. —La sinceridad es la
mejor norma, ¿verdad?

—Bueno, que hay de esto. Te llevo en una cita esta noche. Una
autentica cita. Y no hablaremos sobre trabajo o Kellan o tu pasado. Solo
seremos dos personas pasando un buen rato. Lo planearé todo.
Entonces tal vez sabrás lo que quieres.

—Está bien. Vamos a salir en una cita —digo sonriendo. La verdad es


que Kellan me abandonó de inmediato después de que le dijese lo que
hice. Tal vez es quien no me quiere. Quizás no puede soportar lo que yo
hice. No responde a mis llamadas o mensajes, así que obviamente no se
preocupa bastante para ver cómo me está yendo. ¿Por qué no salir
con Reed? Al menos él se preocupa.

Comemos y nos apresuramos a regresar a los seminarios del resto de


la tarde. Reed me dice que tiene algunas cosas que preparar para
nuestra cita, así que regreso a la habitación del hotel y comienzo a
prepararme. Estoy emocionada, nerviosa… pero siento que esta cita
podría arrojar luz sobre cómo me siento realmente por él.

Mientras estoy buscando el traje adecuado para vestir, mi teléfono


suena. No miro el ID de quien llama y solo lo cojo.

—Chica, ¿dónde estás? —Escucho a Emmy gritando al otro extremo.


Oops. Olvidé decirle que iba a salir de la ciudad.

—Lo siento. Estoy en Rhode Island en una convención de


radiodifusión.

—¿Sola? ¡Eres más valiente que yo!

—No, sola no. Reed Miller está conmigo.

Ríe en alto con nerviosismo.

—¡Vamos chica!

—¡No es eso, Em! Solo estamos aquí por negocios.

—¡Más como estar ocupados!

—¡Emmy! —digo riendo—. Estás loca.

—En serio, ¿vas a conseguir algo?

—Deberías haber nacido como un hombre con la forma en que a


veces hablas —digo, aún rebuscando a través de mis cosas en busca
de la camiseta adecuada.

¿Por qué traje tanto?

—Lo que sea. ¿Cómo están yendo las cosas entre ustedes dos?
—Bien. Imagino. Me va a llevar a una autentica cita en Boston esta
noche —digo al final.

—Qué dulce…

—Estoy muy confusa, Em —admito. Imagino que necesito confiar en


una amiga por una vez en mi vida.

—¿Sobre?

—Kellan.

—¿El convicto?

—Para de llamarlo así.

—Lo siento.

—Mira, Em, sé que no lo entiendes, pero Kellan es mucho más


profundo de lo que crees.

—Pero, ¿qué tipo de futuro tiene, Willow?

—Eso es lo que dice Reed.

—Necesitas considerar esa pregunta. Deja de esconderte de la


verdad, Willow. Siempre estará el resto del equipaje del pasado de
Kellan. Y de su estancia en prisión. Mi segundo primo estuvo en prisión
durante dos años. Nunca fue el mismo.

—Cualquier tragedia en las vidas nos deja con secuelas, Emmy.


Todos estamos llevando secuelas de batallas, pero eso no significa que
dejes a un hombre detrás. Se merece una segunda oportunidad. Sigo
repitiendo eso, pero es verdad.

—Sin embargo, ¿Kellan te quiere?

—No lo sé.

—¿Lo hace Reed?

—Sí.

—Entonces parece que tu opción es clara.

—No, en realidad ahora está tan clara como el lodo. Tengo


sentimientos por ambos, pero esos sentimientos son totalmente
opuestos.
—Está bien, olvidando lo que sé de Kellan, voy a darte un aviso de
algo de amiga realista. —Rio ante ella intentando ser seria.

—Estoy lista, amiga. —Me siento en el borde de la cama y espero sus


palabras de sabiduría.

—Necesitas elegir al hombre que te llena con más de ti misma.

—¿De qué diablos estás hablando, Em?

Comienza a reír histéricamente.

—Mi tía Judy me dijo esto una vez, ¡y aún estoy intentando averiguar
de lo que estaba hablando!

—¡Tendré que pensar en eso! —Me encanta que Emmy pueda


hacerme reír.

—En serio, sin embargo, creo que deberías dormir con Reed y
decirme lo que es porque me estoy muriendo por saber cómo se ven
esos chicos desnudos…

—¡Emmy!

—Oh, continúa. Tanna y Olivia están esperándome. Vamos a ir al


club para buscar algo de carne fresca —dice con una risa—. ¡Envíame
un mensaje si consigues algún trasero! —Y cuelga. Esta chica está loca.

Me siento durante un momento para considerar lo que la tía de


Emmy ha dicho. ¿Elegir al que me llena con más de mi misma? Entonces
pienso en la advertencia de Emmy. Dormir con Reed. Me gusta la
opción dos más que la opción uno, pero sé que dormir con él y
engañarlo no es tampoco el mejor movimiento.

Miro abajo a mi teléfono para asegurarme de que Kellan no me ha


enviado un mensaje, y por supuesto que no lo hizo. ¿A quién estoy
engañando?

Me deslizo en un par de pantalones vaqueros y una sedosa camiseta


azul, y mientras estoy buscando los pendientes de aro mi teléfono suena
de nuevo.

—Loca, Emmy… —Murmuro mientras respondo el teléfono—.


¿Necesitas darme más advertencias de sexo? —digo sonriendo mientras
dejo caer un pendiente y casi suelto el teléfono.
—¿Disculpa? —El hombre en el otro extremo del teléfono dice
bruscamente. Mierda.

—Lo siento. Pensé que eras una amiga… ¿puedo ayudarte?

—¿Eres Willow?

—¿Quién lo está preguntando? —Levanto la guardia, como siempre.

—Henry Tate Miller. —El estómago me salta hasta la garganta. ¿El


padre de Reed? ¿Por qué me está llamando y cómo diablos incluso
sabe que existo?

—Señor Miller, es un placer… —Comienzo a decir mientras me siento


en la cama para calmarme.

—Ahórreselo, Señorita Blake. Esta no es una llamada social.

—Bien…

—Déjeme ir directo al grano. Parece estar acercándose demasiado


a mi obstinado hijo, Reed.

¿Obstinado?

—Somos amigos y compañeros, Señor Miller.

—Claro. Bien. Llámelo como quiera, pero conozco a mi hijo. Parece


estar interesado en usted más que en una relación y en negocios. Y al
parecer usted es aventuradamente sexual….

—¿Disculpe?

—Bueno, nunca había escuchado una respuesta al teléfono de esa


forma. —Guao, esto no está yendo bien.

—Le aseguro que no soy una mala influencia para su hijo…

—Permítame ser descortés. No tengo intención de ver a mi hijo


conectado con una asesina, Señorita Blake. —Siento literalmente dolor
en el pecho. Las náuseas me abruman, y siento que podrían crecer. Si él
lo sabe, se lo dirá a todos.

—¿Cómo…?

—Soy abogado, Willow… ¿o debería decir Kate? De cualquier


manera, tengo mis fuentes.
—Fue una situación de defensa propia, Señor Miller… —digo en tono
suplicante.

—Los detalles carecen de importancia para mi. Lo que es


importante es que mi hijo ya está fuera del rumbo y no necesita más
para enroscarse en su vida. Así que aquí está lo que va a ocurrir.
Primero, usted va a alejarse de Reed y asegurarse de que la amistad es
la única relación que va a continuar. Segundo, a Reed pronto le va a
ser ofrecido un buen trabajo en una estación de televisión en Boston.
Usted va a apoyar su decisión e ir y no permanecer en su camino…

—¿Y por qué haría lo que me dice que haga? —pregunto


enfadada.

—Bueno, también sé que Bruce Avery no está de acuerdo con su


hijo siendo un asesino y que no sabe nada sobre lo que usted hizo.
¿Cómo cree que reaccionaría con usted viviendo en su casa?

—Él lo entendería. Se preocupa por mí…

—¿Qué hay de su pobre madre? ¿Va a arrastrarla por el fango por


segunda vez?

Me congelo. Conoce mi talón de Aquiles. No puedo herir de nuevo


a mi madre. Simplemente no puedo. Mi decisión ha sido tomada por mí.

—Asumiré su silencio como que está de acuerdo conmigo.

Finalmente tomo un profundo respiro y cojo de nuevo el rumbo.

—Sí. Bien. Estoy de acuerdo. Sabe, Señor Miller, su hijo es increíble. No


es obstinado. Es listo, creativo, amable, y debería estar orgulloso de
quien es en lugar de intentar convertirlo en lo que usted quiere.

—Gracias por la advertencia, pero creo que tomaré las decisiones


por mí mismo, Señorita Blake.

—Ya ha causado el intento de suicidio a un hijo. Me gustaría pensar


que amainará a Reed…

—Haría bien en cerrar la boca, Señorita Blake. Puedo hacer de su


vida en Charleston un infierno en vida. Cuidado.

Con eso, cuelga y me quedo sintiendo como que voy a devolver.


Reed es una buena persona, ¿cómo diablos puede este tipo ser su
padre?
No me queda mucho tiempo para vestirme, así que termino de
vestirme antes de que Reed aparezca. Ahora me quedo
preguntándome cómo voy a evitarle tomar una mala impresión de
nuestra “relación.” En otras palabras, voy a confundirlo y frustrarlo de
nuevo.

—Guao —dice cuando abro la puerta. Tiene flores en la mano, y el


gesto me hace derretirme un poco. Ningún chico antes me ha dado
flores—. Te ves preciosa.

Ugh. ¿Por qué esto tiene que ser tan difícil?

—Gracias. ¿Listo? —pregunto, aceptando las flores y poniéndolas en


un vaso en la mesilla de noche.

—¿Todo está bien? —pregunta como si ya estuviese actuando


extraña. Tal vez lo estoy.

—Claro. Todo está bien —digo sonriendo. Si esta va a ser mi última


cita con Reed, estoy determinada a hacerla divertida para él.

Caminamos al exterior y ha alquilado una limusina.

—Pensé que íbamos a tomar el autobús —digo con una ceja


levantada.

—¿En una cita? ¿De verdad pensaste que te pondría en un autobús


viéndote así? —dice sonriendo mientras el conductor abre la puerta
para nosotros.

Mientras nos dirigimos a Boston, nos reímos, cortamos y evitamos los


temas de trabajo, mi pasado y Kellan. Aprendo mucho sobre Reed, tal
como que le encanta la nieve para esquiar, su temor por las serpientes y
que su hobby es pescar a mosca.

—Entonces, dime, Willow, ¿cuál es tu comida favorita? —Me


pregunta mientras vamos a la ciudad.

—Hmmm… tendría que decir bistec, imagino.

—Bien —dice mientras llegamos a la carretera en un extremo alto


del restaurante de carnes en el corazón de Boston. El lugar, llamado
Creighton, es precioso con paredes de cristal y a través de eso rica
carpintería. Mientras entramos, la camarera nos dirige a una mesa
privada en una sala a un lado del restaurante.
Mientras nos sentamos, Reed me está sonriendo. Mi corazón duele
por él. No tiene ni idea de que canalla es realmente su padre. Pero tal
vez esto es lo mejor para él. No puedo prepararlo en mi mente, y
conseguirá un mejor trabajo fuera de la ganga.

—¿Qué es lo que está pasando por esa mente tuya? —pregunta


mirándome con esos ojos azules.

—Nada. Estoy bien. De verdad.

—Willow, eres una terrible mentirosa.

Afortunadamente, el servicio llega y toma nuestros pedidos de


bebidas. Elijo té de hielo, Reed elige una copa de vino rojo. En el
momento en el que el servicio se marcha, recupero mi compostura.

—Entonces, ¿Reed, cuál es tu momento más vergonzoso?

—Oh, eso es fácil. Cuando estaba en séptimo grado, me gustaba


una chica llamada Marsha Jameson. Era muy guapa con su cola de
caballo rubia —dice con una sonrisa—. De cualquier manera, pensé
que yo también le gustaba, así que le pedí un baile en frente de un
puñado de personas. Le traje flores del patio de nuestro colegio. A
propósito, fui atrapado por el conserje por hacer eso. De todos modos,
le pedí bailar y se rió de mí y dijo que de ninguna forma. Estaba tan
avergonzado que no le pedí salir a una chica durante los tres años
posteriores a ese.

—Oh, ¡lo siento!

—Willow, se acabó —dice con una risita. Aun, odio lo que su padre
va a hacerme hacerle. Tiene la esperanza de que esta cita está
conduciendo a algún lugar, y yo sé que no—. Está bien, mi turno. ¿Cuál
es tu momento más vergonzoso? —pregunta, tomando un sorbo de
vino.

—Imagino que sería en quinto año. Estaba en el parque infantil, y


estábamos jugando a que los chicos persiguen a las chicas…

—¿Chicos que siguen a las chicas?

—Sí. Los chicos nos seguirían para intentar besarnos.

—Bien… —dice riendo.


—De cualquier manera, me gustaba un chico llamado Peter. Estaba
completamente lista para que Peter me besase y todos lo sabían,
incluyendo Peter. Así que, aquí vino él, labios fruncidos y listos. De
alguna forma, mientras estoy caminando hacia él, me las arreglo para
subir sobre una roca. Terminé despatarrada en el suelo, con la falda
sobre la cabeza y mis bragas de Barbie iluminando con brillo a la luz del
sol. Nunca conseguí el beso, pero terminé apodada como Culo Barbie
durante el resto de mi educación primaria.

Reed se pone histérico ante esto. Y ahí es cuando sucede. Se pone


de pie sin avisar y tira de mí hacia él. Estoy mirando a sus ojos azules, y
no tengo el poder para apartarme.

—Ven aquí, Culo Barbie, y déjame arreglar la estupidez de Peter —


dice mientras desliza ambas manos detrás de la cabeza y tira de mis
labios a los suyos. Por un momento, estoy congelada, pero me suelto y
le permito besarme. Este es nuestro beso de despedida, después de
todo. Él simplemente aún no lo sabe.

Estoy perdida en ese momento, y deslizo las manos alrededor de su


cintura. Gracias a dios que estamos en una habitación privada, porque
esto es PDA como lo mejor. Sus manos están explorando mi pelo y luego
viajan arriba y abajo por mi espalda. No puedo detenerme. Es un gran
besador, después de todo. De repente, se me ilumina que su padre
podría muy bien habernos seguido. Podría estar diciéndole a Bruce todo
en este momento. Paro de besarlo y me aparto.

—¿Willow? ¿Qué está mal?

—Yo… no puedo hacer esto, Reed —digo, intentando contener las


lágrimas. Me siento mal tratándolo así en esta cita que ha planeado
para nosotros. Debe pensar que soy una autentica zorra.

—¿Qué? ¿El beso? ¿La cita?

—Todo. Lo siento, Reed. Esta idea de la cita fue muy lindo de tu


parte, pero no podemos estar juntos así. Sé que no lo entiendes, pero es
lo mejor… para ambos. —Me siento en silencio y tomo un sorbo de té.

—¿De qué estás hablando? Pensé que estabas retrocediendo


porque estabas escondiendo tu pasado, pero ahora lo sé.

—¿Podemos solo comer y disfrutar juntos de la carne? —pregunto


suavemente mientras continuo mirando abajo.
—Willow, mírame. —Su tono es afilado y directo. Finalmente miro
arriba, intentando evitar sus ojos azules tanto como es posible—. ¿Qué
es lo que está pasando? En un minuto estás caliente y al siguiente estás
fría. No lo entiendo.

—No tiene mucho sentido para nadie, Reed. No eres el primero.

—¿Por qué levantas esas paredes? Es obvio que quiero crear algo
contigo. ¿No estás interesada en mí? —Hay dolor en su voz. No sé si
quiero crear una vida con él, pero no importa. De cualquier forma esa
puerta está cerrada, pero él no sabe eso.

—Mira, he estado a través de esto mucho tiempo en mi vida, Reed.


Ahora sabes eso. No estoy lista para esto. No estoy lista para “nosotros.”
Mejor si continúas.

Sacude la cabeza y gime un poco antes de tomar un sorbo de vino.

—Bien. No voy a empujarte más, Willow. Obviamente tienes la mente


fija. No puedo cambiar tu pasado, pero me encantaría haber sido el
hombre para cambiar tu futuro.

No digo nada, pero por dentro estoy gritando a su padre. Estaba


bastante confundida antes por su llamada telefónica. Pedimos la
comida y comemos en silencio antes de regresar al hotel. Incomoda ni
siquiera es la palabra para esto.

Sin una palabra, hace un palé en el suelo y duerme ahí, lo cual está
bien porque no creo que pudiera haber dormido en la misma cama
con él. A la mañana siguiente, terminamos los seminarios de
conferencia y empacamos para casa.
Capítulo 19
Traducido por VicHerondale.
Corregido por Keyla Hernández.

L
as catorce horas en coche de vuelta a casa después de la
conferencia fueron tranquilas. Hablamos un poco acerca de la
estación, sobre el trabajo, sobre las noticias. No siento el vínculo
que teníamos, incluso como amigos, se está deslizando lentamente. No
entiende mi pared, y no puedo explicárselo. Lo último que necesito es
que pueda volver a enfrentar a su padre y ver como todo mi mundo
estalla delante de mí.

Cuando me deja en la casa, lleva mi equipaje a los escalones y se


queda allí por un momento, en silencio mirándome a la cara, antes de
que él mire hacia abajo y se acerque a su coche. No hay palabras. Era
como un adiós silencioso.

Entro a la casa y subo a mi habitación. Todos están dormidos ya que


se trata de las dos de la mañana. Sólo quiero hundirme en mi cama y
olvidarme de todo este viaje. Me duele el corazón, tengo dolores de
estómago y no sé cómo seguir adelante sin hacer daño a Reed.

Me detengo en mi puerta y me pregunto dónde estará Kellan. Me


pregunto si está durmiendo en estos momentos. Su puerta está cerrada.
Podría abrirla fácilmente, pero no lo hago. Dejo sus sentimientos claros
antes de irme, y ahora mismo no hay fuerzas en mí para discutir con él.

Entro en mi habitación y cierro la puerta tras de mí. Unos minutos más


tarde, mi madre viene a verme porque escuchó el coche de Reed a la
distancia. Se sienta en mi cama y me mira con curiosidad.

—¿Qué pasa, mamá? —pregunto mientras me pongo de pie para


desempaquetar mi bolsa.

—Bueno, ¿cómo fue el viaje con Reed? —Enuncia su nombre como


si estuviéramos hablando de un mejor amigo desde la niñez.

—Fue por negocios, mamá. Y estoy cansada. Catorce horas en


coche...
—¿Negocios? Pensé que las cosas eran más que un negocio entre
vosotros dos.

—Bueno, yo también pensé mal.

Se encoge de hombros y se pone de pie, caminando hacia la


puerta.

—¿Mamá?

—¿Sí? —dice antes de llegar a la puerta.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Por supuesto. —Se inclina contra la pared, y casi me río de la visión


de ella en una bata suave y esponjosa y pantuflas. Los días en los que
estábamos haciendo daño por dinero y ella se llevaba una camiseta
con agujeros consigo a la cama quedaron atrás.

—¿Crees que todos merecen una segunda oportunidad? Quiero


decir, ¿incluso si han hecho algo malo?

—Willow, sabes que pienso eso. —Me doy cuenta de que piensa que
estamos hablando de mí.

—No estoy hablando de mí. Eres mi madre, así que por supuesto
piensas que merezco una segunda oportunidad. Estoy hablando de,
um... Kellan. —Miro hacia abajo y digo su nombre en voz tan baja que
es obvio lo que estoy preguntando.

—Espera. Willow, ¿estás interesada en Kellan? —pregunta, con los


brazos cruzados.

—No lo sé. Puede ser. —Me siento en la cama y suspiro—. Sabes que
todos los días hago las cosas de manera complicada. —Me mira por un
momento y estoy segura de que está a punto de tratar de
convencerme de que Kellan es un chico malo y no es digno de mí.

Se acerca a la cama y se sienta junto a mí, y luego pone la mano


sobre mi rodilla.

—Kellan es una persona especial, y sin duda se merece una segunda


oportunidad en la vida.

—Yo también lo creo —le digo con una sonrisa—. ¿Crees que Bruce
entrará en razón?
—Lo está haciendo después de ver ese video. Él y Kellan han pasado
mucho más tiempo juntos en el último par de días, mientras que te fuiste.
Incluso fuimos de pesca al muelle.

—¿En serio? —Esto me hace tan feliz que apenas puedo soportarlo—
. Mamá, estoy tan confundida. La lógica me dice que elija a Reed. Pero
mi corazón me está diciendo lo contrario. Kellan me entiende. Él me
entiende. Nos entendemos.

—Willow, aprendí hace mucho tiempo que el corazón quiere lo que


quiere. La lógica no es un factor en el amor. Pero, aquí está la cosa. No
puedes basar toda una relación de tragedias por el pasado que teneis
en común. Asegúrate de que Kellan es el hombre que quieres y no sólo
alguien que comparte la misma tristeza que tú.

—Entonces, ¿no te opones?

—Mientras él se haga cargo de mi niña, no lo sé. Sin embargo, un


movimiento en falso y él está jodido.

—¡Mamá! —digo dándole un codazo. Ella nunca maldice.

—Buenas noches, cariño. Descansa un poco —dice besándome en


la cabeza.

—Gracias, mamá.

No tengo el corazón para decirle que Reed y Kellan saben mi


historia. Se lo diré mañana.

***

El sol sale temprano en la playa. Estoy segura de ello. No importa lo


fuerte que cierre las persianas, las corrientes de la luz del sol todos los
días atacan mis ojos demasiado temprano en la mañana. Llegar a casa
a las dos y despertar a las siete no hace que sea un día feliz para Willow.

Me siento en la cama y me estiro. Tengo clases esta mañana, y veo


que Reed no está en la parte superior de mi lista de cosas que hacer en
estos momentos. Tengo que continuar. He aprendido que puedo
empujar a través de casi cualquier cosa en los últimos cuatro años.
Tomo una ducha rápida, me preparo y voy abajo. No hay señales de
Kellan. Carmelita está terminando el desayuno, esta mañana son
tostadas, salchichas y café. Salgo rápidamente a la playa para hacer
mi caminata a clase. La brisa es agradable esta mañana, y no hace
tanto calor afuera, ya que el otoño está empezando a introducirse en
Charleston.

Llego al campus y hago mi camino a mi primera clase que es


matemáticas. Sé que voy a ver Reed allí, pero la clase va y viene sin
Reed. Voy a clases de radiodifusión, esperando verlo esperándome
fuera del aula, pero no está allí. Cuando llego a la estación y parece
bloqueada, estoy un poco preocupada. Puede ser que él sólo necesite
espacio. Puedo entender totalmente eso.

Afortunadamente, tengo una llave de la oficina, así que entro y


empiezo a trabajar en algunas promos que Reed mencionó mientras
estábamos en nuestro viaje. Me paso casi una hora haciendo eso antes
de que Reed aparezca.

—¿Es difícil el trabajo? —dice desde la puerta.

—Oh, bueno —digo con una leve sonrisa—. Hablaste sobre estas
promociones. Espero que este bien que trabaje en ellos.

—Por supuesto que sí. Eso es una gran ayuda —dice mientras se
sienta en la silla frente a mí.

—¿Cómo estás? —pregunto en voz baja.

—Estoy bien. Estoy bien, de hecho, Willow. Me tomé la mañana libre


simplemente para pensar un poco, y luego algo realmente grande
pasó.

—¿Ah sí?

—Tengo un trabajo. Un trabajo en televisión. En Boston —dice


sonriente. Sé que tengo que hacer un buen trabajo de actuación ahora
o de lo contrario Henry Tate Miller va a arruinar mi vida y la suya.

—¿En serio? ¡Wow! Eso es genial, Reed. No sabía que habías


aplicado para cualquier cosa.

—En realidad, no lo hice. No creo que nadie siquiera me considerara


sin mi título, pero esta estación está dispuesta a tomarme como
productor. Al parecer, vieron algunas cintas mías de DCTV. Finalmente,
podría incluso conseguir un poco de tiempo en el aire como reportero.
—Felicidades —le digo extendiendo la mano y apretando su mano—
. ¿Cuándo tienes que irte?

—Bueno, esa es la cosa. Tengo que salir el viernes.

—¿El viernes? ¿Me estás tomando el pelo? —Estoy sorprendida de


que se vaya tan pronto.

—Me ha sorprendido también, pero creo que esta es una buena


oportunidad para mí, Willow. Esto es lo que quiero. Es decir, a menos
que hayas cambiado de idea. Sobre nosotros.

—Reed, nada ha cambiado desde ayer —digo con una sonrisa


triste—. Debes ir. Ese es tu gran sueño.

—Es mi sueño, y estoy feliz por este nuevo comienzo. Sólo pensé en
preguntar, por lo menos —dice con una risa triste.

Estoy feliz de saber que él es feliz. Él quiere esto, y eso es lo más


importante.

—¿Qué pasa con DCTV? —pregunto en voz baja, muy consciente


de que sin Reed no hay una estación.

—Quiero que lo ejecutes, Willow. —La sorpresa supera mi rostro, y juro


que podría hiperventilar de nuevo. ¿Yo?

—Reed, no tengo suficiente experiencia...

—Hay algo más importante que eso, Willow. Tienes corazón. Lo que
hiciste por Kellan lo mostró. Tu corazón siempre te llevará.

—¿Qué pasa con los consejeros de la facultad?

—Ellos fueron notificados esta mañana. Por supuesto, voy a estar


empacando mucho esta semana, pero también me aseguraré de
responder cualquier pregunta sobre ti que tengan. Dexter está de
vuelta, por lo que el deporte lo hace él. Sabe cómo editar y el
programa de noticias es más popular ahora que lo alojas de cualquier
manera. Realmente no me necesitas más, Willow.

—Siempre te necesito, Reed —digo sin pensar—. Como mi mejor


amigo —agrego para aclarar cualquier señal mixta.

Se levanta y me tira en un abrazo de oso, en el cual no puede ver la


lágrima que cae de mis ojos.
—Siempre serás mi mejor amiga, Willow —dice presionando sus labios
en la parte superior de mi cabeza—. A pesar de que las cosas han sido
diferentes de lo que hubiera pensado alguna vez, voy a estar
agradecido todos los días de tenerte en mi vida.

Estamos allí por un tiempo, encerrados en el abrazo del otro, y me


siento en conflicto nuevamente. Esta vez no estoy en conflicto acerca
de Reed y Kellan. Esta vez estoy en conflicto acerca de decirle sobre lo
que su padre ha hecho. Pero si quiere el trabajo, entonces ¿por qué lo
voy a decir? No hay punto.

—Tengo que correr. Tengo motores para contratar y algunas otras


cosas que cuidar. ¿Tienes las cosas aquí por un tiempo?

—Sí —digo dando un paso atrás y mirándolo. Se ve realmente feliz, y


eso me hace feliz—. Ya casi he terminado por hoy. Estaba a punto de
volver a casa cuando te oí llegar.

Lo acompaño hasta la puerta, se da la vuelta y me mira.

—Willow, ¿puedo decirte algo?

—Por supuesto, mejor amigo —le digo con una sonrisa.

—Sé fiel a ti misma. Si es a Kellan a quien quieres, no te pierdas en el


proceso. Eres una persona especial, mereces otra oportunidad. Pero no
creo que seas libre de tu pasado hasta que lo reclames como parte de
tu historia. Ya sabes, cada noticia es parte de la historia de otra persona,
pero eso no tiene que definirte para siempre.

Me acerco a él y lo beso en la mejilla.

—Gracias, Reed. Por cada cosa.

Me guiña un ojo y camina por el pasillo. Estoy apoyada en la puerta


a mi izquierda y me pregunto qué será lo próximo para mí.
Capítulo 20
Traducido por VicHerondale.
Corregido por katiliz94

Termino de trabajar en la estación más tarde de lo que había


planeado, así que me olvido de cenar. Cuando entro a casa, Carmelita
me ha dejado un plato envuelto en la nevera y hay una nota en el
mostrador.

Hola, cariño. Bruce y yo vamos a tomar un viaje de noche para


conseguir algunos papeles firmados por su negocio, por lo que no
vamos a estar en casa mañana. Carmelita te dejó un plato en la
nevera, y se ha ido a visitar a su hermana esta noche. Creo que Kellan
tuvo que reunirse en la tarde con un cliente de entrenamiento personal,
pero podría estar alrededor de más tarde.

Ten una buena noche y llama si me necesitas.

Besos, mamá.

Bueno. Eso es lo que necesito. Una noche agradable, tranquila y con


la casa sola. No he estado sola en tanto tiempo. Desde aquella noche
hace cuatro años. Debería sentirme ansiosa, pero no lo hago. Por
primera vez, me doy cuenta de que estoy en un lugar totalmente
diferente en mi vida de lo que era en ese entonces. Kate no está más
aquí. Willow, que es fuerte y flexible, está aquí ahora.

Caliento mi plato y como antes de retirarme a mi habitación. Son


sólo las ocho, pero decido sumergirme en un baño caliente. Enciendo
velas, pongo música y me sumerjo en agua caliente. Mientras me relajo,
me encuentro pensando en las últimas semanas. En Reed. En Kellan. En
todo.

Por primera vez, me pongo a analizar lo que dijo la tía de Emmy.


“Elije a una persona que te llene con más de ti misma.” He estado
huyendo de mi misma por tanto tiempo que creo que me había
olvidado de quién era. Reed fue capaz de sacarme de mi caparazón,
pero siendo sincera conmigo misma, es Kellan quien me hace sentir
como yo. Él me hace sentir fuerte, honesta y real. Reed me hace reír y
me hace sentir deseada, pero Kellan me llena con más de mi misma.

Pero ¿de qué sirve esta información? Después de todo, él no quiere


estar conmigo. Ugh. Me hundo más en el agua y permito que mi mente
divague.

De alguna manera, acabo imaginando como sería estar con Kellan.


Sus manos ásperas burlándose de las partes delicadas de mi cuerpo, su
lengua acariciándome en la forma que no puedo ni siquiera imaginar.
Me siento demasiado caliente y molesta como para seguir este baño,
así que dreno la bañera y me seco.

Nadie está en casa. Puedo cuidar de mí misma, y rebusco en mi


caja de “golosinas”' que guardo escondida en el estante superior del
armario. Completamente desnuda, apago las luces y me deslizo en la
cama, tirando de las sábanas sobre mí. Perdida en mis pensamientos
acerca de Kellan, deslizo la mano entre mis piernas.

Ha sido un largo tiempo desde que he hecho esto, conmigo o con


cualquier otra persona. El pequeño vibrador en forma de bala en mis
manos energiza la piel sensible entre las piernas, y me estremezco de
inmediato cuando mis caderas suben hacia arriba una y otra vez. El
sentimiento es el cielo, pero sería mejor tener a Kellan aquí para
hacerme sentir de una manera mucho mejor.

De repente, cuando estoy justo en el borde de una liberación


increíble, siento el movimiento en general. Siento el aire que viene de
mis pies, de mis rodillas. Y entonces siento calidez. Me arranco la sábana
para encontrar a Kellan deslizándose entre mis piernas.

—Kellan... —digo sin aliento, llena de vergüenza y excitación al


mismo tiempo. Me atrapó.

—Shhh... Por favor, Willow, déjame hacer esto por ti —dice


mirándome en la oscuridad. Sólo destellos de la luz de la luna iluminan la
habitación, y sus labios están a pocos centímetros de mi núcleo
palpitante.

—Sí... —gimo, incapaz de pensar con claridad. Sólo lo quiero allí. Lo


agarro del pelo y luego él está allí. Sus cálidos labios y su lengua
húmeda me están explorando de una forma que no puedo describir.
Las palabras no le hacen justicia. Y estoy casi desvanecida, por lo que
no toma mucho tiempo antes de que explote en su boca. Cuando mi
cuerpo deja de temblar, me besa una y otra vez, arriba y abajo de mi
estómago y, finalmente, se desliza por encima de mí y se queda a mi
lado.

—¿Eso fue mejor que tu juguete? —susurra en mi oído.

—Inmensamente —ronroneo. Tira de mí hacia él, mi cara contra su


pecho, y me mantiene allí. Me siento extraña, porque estoy
completamente desnuda y él está llevando una camiseta y pantalones
cortos de chándal—. ¿Kellan?

—Sí —dice en un susurro.

—¿Qué estamos haciendo?

—¿Qué significa esto para ti? —Pregunta. Me siento y pongo la


sábana a mi alrededor.

—Dijiste que no querías nada conmigo. Querías que me fuera con


Reed.

—¿Y lo hiciste?

—No, de hecho, él se va a un trabajo en Boston el viernes —creo que


lo veo sonreír bajo la luna.

—Nunca dije que no quería nada contigo. Sólo pensé que él podía
darte más. Sólo quiero lo mejor para ti.

—¿Y qué derecho tienes para irrumpir en mi... momento privado? —


ahora, estoy de vuelta en mis sentidos y un poco irritada.

—La puerta estaba abierta. Venía a comprobar y ver si estabas


despierta. Oí una vibración...

Estoy tan avergonzada. Quiero meterme debajo de la cama. Me


levanto de un salto y entro en el cuarto de baño. Me pongo pantalones
de yoga y una camiseta sin mangas y salgo del baño para encontrar a
Kellan sentado en el extremo de mi cama.

—¿Puedes sólo irte? —digo mientras intento pasar por delante de él.
En cambio, me agarra por los brazos y me empuja contra la pared con
cuidado.

—Me iré si quieres que lo haga, pero no creo que eso sea lo que
quieres. Dime lo que quieres, Willow —me doy la vuelta, intentando
evitar el contacto visual.
—La pregunta es, ¿qué quieres tú, Kellan?

—Que Dios me ayude, pero te quiero a ti. Sólo a ti. Quiero tus manos,
tus brazos, tu corazón, tus labios... —dice mientras se inclina y
suavemente deposita un beso en mi labios.

—¿Estás seguro? —Pregunto en voz baja—. Porque no parecías tan


seguro antes de salir de la ciudad.

—Nunca he estado tan seguro de cualquier otra cosa en mi vida. Y


puede ser que no pueda ofrecerte lo que otro tipo puede, pero voy a
darte todo lo que tengo, Willow. Cada cosa —su voz es muy suave y
tierna.

—No quiero a nadie más que a ti, Kellan. Quiero lo que sea que me
quieras dar. Mi cuento de hadas es contigo —digo entre lágrimas
silenciosas—. No te amo porque tengamos un pasado trágico que
compartimos. Te amo porque cuando estoy contigo, me siento llena. No
me completas. Me permites auto completarme.

—Y, para que conste, no quise interrumpir tu momento privado, —


dice con una sonrisa—. Pero cuando vi y escuché lo que estabas
haciendo... bueno, no podía dejarlo pasar. Estaba celoso de ese
pequeño vibrador —me echo a reír histéricamente cuando me levanta
en el aire. Pongo las piernas alrededor de su cintura y me lleva a la
cama.

—Esta noche es acerca de nosotros, Kellan.

—Sabes que ha sido un largo tiempo para mí, ¿no? —dice sonriente.

—Lo sé. No puedo esperar para ayudarte y desatar algo de esa


energía sexual reprimida que has conseguido —le digo mientras me
desliza sobre las almohadas.

—Oh, desafío aceptado —ronronea mientras comenzamos una


noche de exploración de todas las formas posibles.

***
La mañana viene, y Kellan está en mi cama. Estamos desnudos y
cansados después de una noche de hacer el amor una y otra vez. En la
cama, en la ducha, en la cubierta. Me siento exhausta pero llena de
energía al mismo tiempo. Una parte de mí se preocupa de que él vaya
a cambiar de opinión a la luz día, cuando las tensiones de la vida
cotidiana de los dos ataquen de nuevo. Pero la forma en la que se
entregó a mí anoche me hace creer que podemos sacar adelante esto.

—Buenos días, preciosa —susurra mientras lanza mi pierna por


encima de él y me tira más cerca. Lame mi labio inferior y luego lo
muerde.

—No puedes empezar de nuevo, dios del sexo. Hoy tengo que ir a la
estación temprano. Ahora soy la jefa, —digo sonriendo. Entre las
sesiones maratónicas de sexo de la noche anterior, le expliqué la parte
en donde Reed se iba y cómo me haría cargo de la estación. Dejé de
lado la parte de su padre y lo basura que es.

—Tengo un cliente hoy temprano también. Creo que tenemos que


volver al mundo real en algún momento, —dice en un gemido.

—¿Kellan, esto es real?

—¿Qué es real?

—Bueno, no puedo evitar preocuparme de que vayas a cambiar de


opinión cuando las cosas se pongan difíciles...

—Willow, no voy a cambiar de opinión acerca de nosotros. Eres


como un tesoro que he estado buscando toda mi vida. Estamos en esto
juntos, incluso cuando las cosas se pongan difíciles, —frota su pulgar a lo
largo de mi mandíbula y me besa suavemente.

—Bien, porque creo que perderte podría arruinarme para siempre.

—Bueno, no quiero arruinarte. Eres demasiado sexy para ser


arruinada —dice con una risa mientras se sienta y se pone los
pantalones cortos—. ¿Nos vemos aquí esta noche?

—Hmmm, voy a tener que revisar mi agenda... —digo lo que


provoca que empiece a hacerme cosquillas hasta que estoy de
acuerdo—. Pero tenemos que tener cuidado. ¡No queremos ser
atrapados por nuestros padres! —ríe, y le hace bien a mi corazón verlo
feliz. Muy contento.
Kellan va a su habitación mientras me visto para mi nuevo trabajo
como jefa del DCTV. Cuando llego a la planta baja, él está sentado en
la mesa devorando huevos. Sí, llevaba puesto lo de anoche. Estaba
comiendo como un cerdo.

Mi madre entra en la cocina y se sienta cuando llego con mi plato.

—Buenos días, querida —me dice a mí y luego a Kellan. Los dos


estamos sonriendo, y ella mantiene los ojos entre nosotros—. Está bien,
¿qué está pasando?

—Nada, mamá. Todo está bien. Por cierto, Reed Miller consiguió un
trabajo en Boston. Se va el viernes, así que voy a asumir el control de su
posición en DCTV.

—Oh, cariño, ¡eso es fantástico! Enhorabuena. Sin embargo,


reconozco que no es bonito que pierdas a Reed.

Kellan me mira, y luego sonríe. Él no parece estar amenazado o


celoso de Reed.

—Por supuesto que lo hará. Reed es un gran amigo de Willow —dijo


sonriendo—. Pero ella va a hacer cosas increíbles para esa estación.

—No hay duda. Estoy tan orgullosa de ti, cariño —dice mamá.

—Mamá, ¿está Bruce aquí?

—No. Él tenía otra cita, así que vine pronto. ¿Por qué?

—Bueno, tengo que decirte algo, —estoy nerviosa, y puedo decir


que la estoy poniendo nerviosa.

—¿Debo irme? —pregunta Kellan mientras comienza a ponerse de


pie.

—No, está bien. Mamá, Kellan sabe mi secreto, —ahora ella tiene la
cara pálida y sus ojos son grandes.

—Está bien, Pam. No se lo diré a nadie. Creo que Willow fue muy
valiente. —Ella toma una bocanada de aire y asiente.

—Lo fue. Fue una época terrible en nuestras vidas, pero no tenía otra
opción. —Él se acerca y acaricia su mano, ella le da una sonrisa de
agradecimiento—. Sin embargo, las personas en nuestra anterior casa
no fueron tan amables con ella. Fue abandonada por mucha gente.
—Hay algo más, —le digo, y Kellan me mira confundido—. Reed
también lo sabe.

Esta vez, mi madre realmente se ve sorprendida y Kellan también lo


hace.

—No me dijiste esa parte, —dice él, sonando más que un poco
irritado.

—Me lo dijo en la convención. Dijo que me investigó cuando estuve


actuando extraña con él. Después de todo, es un periodista.

—¿Alguien más lo sabe, Willow? —Pregunta mi madre con calma.

Ahora tengo que mentirles a los dos.

—No. Reed nunca se le diría a nadie. Pero, creo que a mi si me


gustaría.

—¿Qué? —dice mamá con la boca abierta—. Willow, hemos hecho


mucho para mantener esto en silencio...

—Lo sé, mamá, y creo que nunca voy a sentirme libre de vivir mi vida
hasta que pueda salir de debajo de la pesada armadura del secreto. Y
sé que Bruce no lo sabe. Y sé que has hecho mucho por protegerme.
Para protegernos. No quiero romper tu vida de nuevo, pero no sé cómo
superar mi pasado sin pretender que existe.

Se levanta y empieza a caminar alrededor de la cocina sin rumbo


por un momento. Luego se detiene y se da la vuelta para mirarme.

—Está bien.

—¿Qué?

—Si esto es lo que necesitas para sanar, entonces eso es lo que


debes hacer... ¿Cómo puedo ayudar?

—Mamá, ¿qué hay de Bruce?

—Él sólo tiene que lidiar con eso. Y si no puede, entonces


simplemente no estaremos juntos nunca más. Tan simple como eso.

—Pero, lo amas...

—Y si él me ama, lo entenderá, ¿no es así?


Me pongo de pie y la abrazo con fuerza, plenamente consciente de
que ella podría renunciar a todas las cosas por mí de nuevo. Pero no
puedo ocultarlo más.

—Esto es lo que quiero hacer. ¿Conoces la cinta que hice para el


señor Rey? ¿Sobre el perdón?

—Sí —dice ella y Kellan asiente.

—Bueno, quiero contar mi historia y entrevistarte sobre el perdón, —


ella parece aturdida.

—¿Quieres entrevistarme?

—Si estás bien con eso. Quiero hablar sobre las drogas y el
alcoholismo, y cómo puede afectar en la violencia doméstica. Creo
que puedo usar mi historia.

Me agarra por los hombros y me abraza de nuevo.

—Estoy muy orgullosa, Willow. Tan orgullosa. Claro que me puedes


entrevistar. Estamos en esto juntas, al igual que todos los días que han
pasado.

Kellan se levanta y pone sus grandes brazos alrededor de las dos, y


por primera vez me siento a gusto con mi pequeña familia disfuncional.
Capítulo 21
Traducido por agoss
Corregido por katiliz94

Emmy se sienta allí, mirándome como si no pudiera creer lo que está


oyendo. Es la primera persona a la que realmente se lo he dicho sin
descomponerme. Puede ser que este progresando.

—No sé qué decir... —balbucea. Estamos sentadas con una taza de


café, así que al menos no puede ponerse de pie y gritarme o algo así.
Realmente no sé lo que esperaba que ella dijera.

—No tienes que decir algo, Em. Sólo quería que lo supieras porque
me gustaría tu ayuda para hacer la entrevista conmigo y con mi madre.

—Por supuesto, te ayudaré. Sólo estoy sorprendida. Todos los días


parecías tan elaborada y tranquila. No tenía ni idea de que tu pasado
se tratara de tal tragedia. Gracias por decírmelo. —Nunca he visto a
Emmy hablar tan bien y con calma.

—¿Piensas diferente de mí ahora?

—Sí, lo hago.

—Oh.

—No, Willow, no es lo que piensas, —dice sonriendo mientras


acaricia mi mano sobre la mesa—. Siempre supe que eras fuerte, pero
ahora pienso en ti como en alguien que ha durado por unos años pero
que ha perseverado. Tenías que hacer lo impensable, y te admiro más
de lo que nunca sabrás.

—Gracias.

—¿Puedo preguntarte en algo?

—Claro.

—¿Extrañas a tu padre?

—Más de lo que siquiera puedo describir. En mi mente tengo que


separarlo en dos personas. Ahí está mi padre al que me quiero y nunca
me ha hecho daño, y luego está el alcohólico furioso que tomó algunas
drogas de la calle mal e intentó matarme. Fallo a mi padre. —Asiente y
luego toma un profundo respiro.

—Nunca se lo he dicho a nadie, pero mi padre... abusaba de mí, —


dice con lágrimas en los ojos—. Es una de las razones por las que nunca
volví a casa. Mi madre se quedó con él.

—Oh, Em, lo siento mucho.

—Ojalá hubiera tenido tu coraje, para ser sincera. Él abusó de mí


desde el momento en que tuve cinco años hasta que me fui a vivir con
mis abuelos a los trece años. Ahora me gustaría haberlo matado.

—No, no deseas eso realmente Emmy. Es algo que yo nunca


superaré. Está grabado a fuego en mi alma para siempre.

—Lo siento. No debería haber dicho eso, —dice secándose los ojos
con una servilleta.

—Vamos a cambiar de tema a algo más jugoso que sé y que te


gustará...

—¿Qué? ¿Hay noticias sobre el novio de enfrente? —pregunta con


una sonrisa.

—Sip. Kellan y yo... lo hicimos... ¡un montón!

—¿En serio? ¿Cómo fue?

—Increíble. No puedo ni describirlo.

—Es mejor si lo describes. ¡Con detalle! —Dice riendo.

***

Estoy en la cocina comiendo un almuerzo tardío cuando Bruce


entra. Pensé que estaría trabajando todo el día por lo que volví a casa
para tomar algo antes de regresar a la estación. Reed se va en dos días,
por lo que tengo que recoger de su cerebro tanto como sea posible
antes de que se haya ido.
—¿Willow? —Dice Bruce.

—Oh. Hola... —Sé que mamá tenía que hablar con él ayer por la
noche, pero nunca vino y me dijo cómo reaccionó.

—¿Podemos hablar?

—Claro. —Pongo mi sándwich hacia abajo y me limpio la boca. Ni


siquiera puedo mirarlo.

—Tu madre me conto tu historia.

—¿Lo hizo?

—Sí, lo hizo. Y quiero que sepas que esto no va a cambiar lo que


siento por ti de ninguna manera. Tenías que salvar tu propia vida, Willow.
Nadie te puede culpar por eso. Has tomado la única opción que
podías con quince años mientras estabas siendo asfixiada hasta la
muerte.

—Aun así he matado a alguien, y Kellan...

—No es lo mismo, Willow. Y, para que conste, Kellan y yo lo estamos


haciendo mucho mejor. Y eso es debido a ti y. Tú eres una mujer
valiente y joven, y estoy orgulloso de llamarte mi hijastra. —Esto trae
lágrimas a mis ojos, así que me pongo de pie y lo abrazo. Me doy
cuenta de que nunca antes he abrazado a Bruce, y se siente un poco
raro—. Sé que no puedo reemplazar a tu padre, pero por favor, sé que
quiero estar aquí para ti.

—Gracias, —digo apartándome y limpiándome los ojos con una


toalla de papel—. ¿Mamá te hablo de mí... y...?

—¿Kellan? Sí, lo hizo, —dice sonriendo—. Los dos sois adultos


capaces de tomar vuestras propias decisiones por lo que no me voy a
entrometer en vuestro camino. Eres buena para Kellan.

—Por supuesto, si alguna vez nos casamos, vas a ser mi padrastro y


mi suegro, —le digo con una sonrisa. Bruce se lleva la mano delante de
la cara.

—¿Por favor, podemos no hablar de eso? —pregunta riendo.


***

Emmy configura la cámara en nuestra sala de estar, y yo reordeno


las sillas y abro las persianas para darnos más luz para el rodaje. Estoy
intentando mantener mi mente ocupada y distraída por el hecho de
que estoy a punto de poner mi historia en la cinta para que todos lo
puedan ver. Nunca voy a poder esconderme de esto de nuevo a partir
de hoy, y sé que estoy lista para eso. Es el momento de dejar que Willow
Blake viva. Dejarla salir de su caja. Su prisión. Y que hoy entierre a Kate
Lambert para siempre.

—¿Listo? —Pregunto a mi madre. Ella asiente con Bruce sosteniendo


su mano. Kellan está de pie fuera de la puerta, y creo que está seguro
de qué hacer. Estoy dando vueltas como un pollo sin cabeza, haciendo
lo mío sobre el periodismo, y él simplemente me sonríe.

Esa sonrisa me derrite cada vez.

—Estamos listos para ir —dice Emmy.

—Está bien, —le digo respirando profundamente y poniéndome en


mi lugar—. Lista cuando vosotros lo estéis.

Ella pulsa el botón de grabación, y veo la luz roja encendida. Y luego


las palabras simplemente salen de mí como han estado esperando
hacerlo todo el tiempo.

—Hola. Me llamo Willow Blake, y soy la directora de noticias de


DCTV. Este programa es algo que todos necesitamos. Perdón. Si he
hecho trampa en un examen o robado o cometido adulterio, todos
podemos pedir perdón de vez en cuando. Muchas veces, los secretos
nos mantienen encadenados y no podemos perdonarnos a nosotros
mismos. Hoy, voy a compartir el gran secreto que casi destruyó mi vida y
el camino que he tomado para perdonarme a mí misma y ser
perdonada por mi propia madre.

¿Mi secreto? maté a mi propio padre hace cuatro años.

Entro en detalles acerca de los acontecimientos que condujeron a


la muerte de mi padre. Sus malas decisiones, el hombre que realmente
era en el fondo, el peligro de las drogas ilegales y alcohol. Les doy el
número de la línea de la violencia doméstica y otros recursos. Entonces,
entrevisto a mi madre. Está muy nerviosa al principio, pero se relaja y nos
cuenta su historia.

He aprendido mucho acerca de lo que estaba pensando en ese


momento hace cuatro años. Cosas que no sabía. Cosas que tenía
miedo de preguntar. Al final, las dos estamos cansadas
emocionalmente. Emmy termina el video y abrazo a mi madre por un
largo rato.

Y luego caigo en los brazos de Kellan, mi lugar seguro. Mi cuento de


hadas.

***

—Willow, esto es increíble. Pero ¿por qué decidiste hacer esto? —


pregunta Reed con incredulidad mientras se vuelve y apaga el video.

—Estaba cansada de estar en la cárcel. Tenías razón. No pude ser


libre hasta que salí de mi secreto y reclamé mi propio pasado. Me
ayudaste a tomar esa decisión, por lo que te doy las gracias, —digo.
Agarra mis manos y las aprieta.

—Estoy muy orgulloso de saber eso Willow, —dice antes de tirar de mí


en un abrazo—. Vas a estar bien. Tengo fe en ti.

La ironía es que Reed no sabe lo que hizo su padre, pero al hacer


este video me he liberado de Reed también. Su padre ya no puede
dictar su relación conmigo. A pesar de que se trata de una amistad y
nada más, Henry Miller Tate no tiene nada que decir sobre ello.

—Bien, mi avión sale en un par de horas. Tengo que irme.

—Gracias por venir a despedirte, —le digo mirando a sus grandes


ojos azules—. Se feliz, Reed. Te lo mereces.

—Quiero lo mismo para ti, Willow. Permítete enamorarte, incluso si no


es de mí. Kellan es un hombre afortunado, y si alguna vez mete la pata y
se olvida de eso, sabes dónde encontrarme. —Mi aliento se atrapa
cuando se inclina y me besa suavemente en los labios de forma
inesperada antes de salir.
***

Es la una de la mañana, y ha sido un día muy largo. El segmento de


noticias salió al aire, y ahora Kellan y yo somos noticia por toda la
ciudad. Pero la gente ha respondido al contrario de lo que me temía. El
apoyo ha sido la reacción predominante para ambos. Nuestras vidas
sólo podrían estar bien después de todo.

—¿Qué piensas, preciosa? —dice Kellan mientras se da la vuelta en


la cama.

—En lo bueno que todo esto resultó, —digo mientras beso su pecho.

—Todo va a estar bien desde aquí, nena. Este es nuestro nuevo


comienzo. Nuestro cuento de hadas.

—Nuestro cuento de hadas atractivo, —ronroneo mientras le


acaricio el cuello. No puedo tener suficiente de la forma en que huele,
sabe y siente.

—Ooohh... cuento de hadas atractivo. Me gusta eso. Érase una vez...


—Inicia mientras desliza su mano entre mis piernas—, una chica sexy que
realmente quería tener a su novio entre sus muslos...

—Oh, me gusta esa historia, —le digo mientras se coloca sobre mí y


me mira fijamente durante un largo rato.

—¿Qué?

—Tenías razón en una cosa.

—¿en qué?

—Ambos estamos arruinados. Perfectamente arruinados el uno para


el otro, —dice inclinándose para besarme.

Así es como lo podemos llamar. Perfectamente arruinados el uno por


el otro.
FIN
Sobre la autora
Rachel Hanna

Primero de todo, ¡quiero invitaros a clicar y conectar conmigo en


Facebook ya que interactúo diariamente con mis maravillosamente
leales lectores ahí!

https://www.facebook.com/rachelhannaromance

Así que, ¿quién soy? Mi nombre es Rachel Hanna, y soy una esposa y
madre de tres increíbles niños (¿tal vez soy un POCO parcial?), dos
adorables perritos y un gato que vive al exterior y piensa que posee el
mundo.

Comencé a escribir como una chica joven, y entré en el campo del


Periodismo durante tantos años como la adultez. Ahora, como una
escritora de romance ficticio, vivo mis propias ensoñaciones cada día ¡y
las comparto con los lectores de todo el mundo!

Soy una chavala del Sur viviendo cerca de Atlanta, así que digo “sí,
má” y “tú,” pero no lo haría de otra forma.
¿Secuela?
Según información proporcionada por la misma autora habrá una
secuela protagonizada por Reed, la cual se publicará en Junio. Aún no
está confirmado con claridad, solo contamos con la información
proporcionada por la autora ya que no hay nombre del libro ni sinopsis.
Traducido, corregido
y diseñado:

http://eyesofangels.foroactivo.com/

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