Eres Justo

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Eres Justo

«…no por tener mi propia justicia, que viene por la ley, sino por tener la
justicia que es de Dios y que viene por la fe, la fe en Cristo»
(Filipenses 3:9)
No me importa cuánto hayas arruinado las cosas ni la cantidad de errores
que hayas cometido ayer, quiero que empieces este día convencido de que
eres ¡justo! No porque hayas hecho algo para justificarte, sino porque ya
recibiste, por la fe en Cristo, la misma justicia de Dios.

Solo mira cuáles son los beneficios que según la Palabra de Dios vienen
con la justicia:

«Los justos florecerán como las palmeras…» (Salmos 92:12).

«Si a los justos les va bien, la ciudad se alegra…» (Proverbios 11:10).

«… los justos y los suyos saldrán bien librados» (Proverbios 11:21).

«Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos
a sus oraciones…» (1 Pedro 3:12).

La Palabra dice: «Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus
oídos están atentos a sus oraciones» (1 Pedro 3:12). Asegurémonos de que
entendemos quiénes son “los justos”. Justicia no significa hacer sólo lo
correcto, es la posición de justicia ante Dios.

Te pones en esta posición de justicia por la fe en la sangre de Jesucristo


que fue derramada (2 Corintios 5:21). Gracias a la justicia que Dios te dio,
tienes el mismo derecho que Jesús de recibir la respuesta de tus oraciones.
¡Tus oraciones son tan válidas como las de Él!

Gracias a que Jesús te hizo justo al derramar Su sangre a tu favor, en


Hebreos dice que ahora puedes acercarte con valentía al trono de la gracia,
a fin de que obtengas misericordia y halles gracia para ayudarte en tiempos
de necesidad. Préstale atención a la palabra valentía. Significa sin
intimidación o sin un sentido de inferioridad, ni falta de méritos.

Imagina a Jesús acercándose al trono de la gracia contigo, cuando diriges


tu oración al Padre. Él es tu Mediador. En Timoteo 2:5, dice que Él clama o
intercede por ti con el Padre. También es tu Sumo Sacerdote (Hebreos
4:14) y tu Abogado (1 Juan 2:1). Te puedes acercar a Dios con valentía;
gracias a lo que Jesús ha hecho y está haciendo por ti, y no por tus propios
méritos. Por esa razón, Dios escucha y responde tus oraciones.
También, debes recordar que existe una manera correcta y otra incorrecta
de orar. Si oras exactamente de acuerdo con la Palabra, siempre podrás
estar seguro que recibirás lo que le pidas a Dios. Lee Juan 14:13-14, 16:23-
24 y 1 Juan 5:14-15. En estos versículos encontrarás que es importante que
ores al Padre en el nombre de Jesús, cómo orar de acuerdo con la Palabra
de Dios, y cómo orar basado en tu relación con Jesús; y no en tus propios
méritos.

«Tú, Señor, bendices al hombre justo; tu favor lo rodea, como un escudo»


(Salmos 5:12).

«Los justos gimen, y el Señor los escucha y los libra de todas sus
angustias» (Salmos 34:17).

«Yo fui joven, y ya he envejecido, pero nunca vi desamparado a un justo, ni


vi a sus hijos andar mendigando pan» (Salmos 37:25).

«Los justos heredarán la tierra y para siempre vivirán en ella» (Salmos


37:29).

«… El Señor… ama a los que practican la justicia» (Salmos 146:8).

No dejes que el diablo te robe ni una de esas bendiciones cuando te diga


que no te mereces ninguna de ellas. Haz que salga corriendo despavorido,
gritándole: “¡Soy la justicia de Dios!” Luego, mantente en fe y ¡disfruta de los
privilegios que Dios te ha preparado!

Lectura bíblica: Romanos 3:21-28

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