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MODULO: 6

EDUCACION E HISTORICIDAD
SEMANA: 5
LA EDUCACION ARTEFACTO CULTURAL DEL
NACIONALISMO

ACTIVIDAD: 1
EL NACIONALISMO Y LA CULTURA POPULAR

TUTORA
GRACIELA CLEMENTINA GONZÁLEZ RAYGOZA

ALUMNA
MA. DEL REFUGIO CASTAÑEDA VEGA

GRUPO: G
RIO GRANDE ZACATECAS

NOMBRE: EL NACIONALISMO Y LA CULTURA POPULAR


SEMANA:6 LA EDUCACION ARTEFACTO CULTURAL DEL NACIONALISMO

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ACTIVIDAD:1 EL NACIONALISMO Y LA CULTURA POPULAR

En los murales lo que más se represento fue el típico charro de la revolución con sus
calzones de manta y trapos a la cintura de color rojo, sus sombreros grandes de paja y
esa te morena fue lo que se dejó ver en los murales principalmente de Diego Rivera y
Miguel Covarrubias.

En el cine se expresó la idea del mexicano como el charro cantor, valiente,


denodado, infatigable bebedor de tequila, parrandero y pendenciero, pero al fino héroe
defensor de las buenas causas. Los principales actores fueron Tito Guízar, Pedro
Infante, Jorge Negrete, Dolores del Río y María Félix.

Hablando de la radio una de los mejores programas de esta fue el de la XEW "
voz de la América Latina desde México" quien era el locutor en ese tiempo fue el poeta
Manuel Maples Arce el 8 de mayo de 1923, y con esto se congregaron en la ciudad de
México los compositores, músicos y cantantes. y así nacieron los sones de mariachis,
sones de Veracruz, las canciones de Yucatán los huapangos y las chilenas de
Guerrero.
En la música lo que nos caracteriza como mexicanos son los famosos
repertorios, como sones, huapangos, los corridos, las canciones rancheras, los boleros,
los valses y la música sinfónica y el más popular fue Carlos Chávez.

habiendo dos corrientes con fuerza en 1920 y 1940 La fotografía y el cine, al


recoger la escena de los primeros combates mostraron un desfile abrumador de rostros
morenos, sombreros de paja y calzones de manta.

Mas tarde los pintores fijaron de modo indeleble esos rostros en las paredes
convirtiéndolas en símbolos de lucha ancestral por la tierra y los derechos agrarios. la
tierra y las tradiciones indígenas y campesinas se transformaron e iconos del
nacionalismo en la década de 1920.

La radio lo encabezó un poeta e los primeros Manuel maples arce el 8 de mayo


de 1993, nombrada la mejor difusora de la voz de América latina de México, desfilando
varios intérpretes de renombre al concentrar los medios de mayor difusión de alcance,

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vino a ser el principal creador y propagador de la imagen nacional.
la década de los treinta fue también la aparición del cine, arrasador, basado en tres
elementos, escenario, argumento y eje de la trama.

Gracias al cine, el emblema del ser mexicano y la expresión del himno


mexicano. de esta manera al antiguo prototipo del medio rural del bajío y de los altos
de jalisco se tornó arquetipo de los mexicanos. así, a la mediación del cine y la radio
hubo una transformación radical, en la que se convirtió en símbolo de la alama nacional
y el charro en los rincones más apartados del país recorrieron en triunfo a.

América latina y el mundo a esa época de transformación en la identidad


nacional se le llamo época dorada, dejar huella y trascender el arte, la música y la
actuación de manera nata de cada poeta, pintor, muralistas, músicos, alfareros,
amaban lo que hacían, es decir, amaban su arte, y como lo expresaban.

BIBLIOGRAFIA: Florescano, E (2005),

CONCLUSION

Además, describe al mito y su relación con la historia, examina la relación entre historia
y ficción, así como la ruptura entre la memoria y la historia. Subraya la importancia de
la memoria colectiva y discute los retos actuales de los historiadores y la
profesionalización de la historia.

NOMBRE MEXICANIDAD DESAROLLISMO EN EL DISEÑO DE POLITICAS

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CULTURALES

SEMANA:6 LA EDUCACION ARTEFACTO CULTURAL DEL NACIONALISMO

ACTIVIDAD:1 EL NACIONALISMO Y LA CULTURA POPULAR

La primera museología mexicana se caracteriza, en su contenido, por orientar su


producción mediante una intención y un discurso que hace de los museos espacios
para la creación de un imaginario, un patrimonio y una identidad nacional mientras que,
por su forma, establece una brillante articulación entre la necesidad de emitir un
discurso nacional, de hacerlo mediante la selección y exposición de ciertos objetos
(convertidos en patrimonio cultural) y de conseguirlo mediante un discurso estético que
magnifica el pasado en función del proyecto nacional hegemónico para el futuro.

La nueva museología mexicana, en cambio, generalmente es caracterizada por


su tendencia a la profesionalización, por dialogar con experiencias y conocimientos
generados por diversas disciplinas en otras partes del mundo, por analizar y reflexionar
sobre el quehacer de los museos, por tener una visión que integra a la naturaleza, a la
cultura y al hombre en una visión integral, así como por una actitud democratizadora
que busca que las comunidades hagan valer su propia cultura en esas instituciones, así
como en el uso del patrimonio cultural. Significativamente, además, la nueva
museología mexicana busca independizarse de los postulados ideológicos y políticos
que hicieron de los museos templos al servicio de la nación.

Esta museología se considera vigente hasta nuestros días, si bien difícilmente


puede afirmarse que la tendencia anterior haya dejado de existir y de que no exista
incluso como la preponderante en ciertos museos A la luz de lo que se percibe como la
nueva museología mexicana se han desarrollado nuevas maneras de trabajar e
investigar los museos, y así se ha generado una vertiente crítica respecto a los
discursos emitidos por los grandes museos nacionales de antropología e historia (bajo
la influencia de la museografía patriótica y hegemónica), y se ha extendido
ampliamente la inquietud por conocer quiénes son, qué buscan y qué necesitan los
usuarios de los muesos. Con respecto de lo que es la nueva museología mexicana,

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surgen los desacuerdos: en un extremo existe una vertiente que la concibe como una
nueva concepción reflexiva y crítica acerca de los museos, que se ejerce y se plasma
en la museografía; mientras que en el otro extremo existe una posición que la concibe
sólo como el quehacer que se dedica a analizar, reflexionar e investigar lo que son y
hacen los museos.

La Ruptura ha ocupado a estudiosos de la materia como Teresa del Conde (1979) y


Rita Eder (1981) en la indagación de los parámetros y circunstancias históricas
alrededor de uno de los momentos más dinámicos en la historia del arte mexicano. Sin
embargo, el presente escrito pretende esbozar un marco de referencia de la segunda
mitad del siglo XX en México.

En el periodo de la guerra y la posguerra, de los años cuarenta a los sesenta, el


país transformó muy rápidamente sus rasgos rurales y agrarios a otros urbanos
industriales que lo perfilaban a una sociedad moderna. Así, las construcciones
funcionales, las vías rápidas de comunicación, fábricas y lugares de entretenimiento
que trajeron como consecuencia un notable proceso de cambio socioeconómico y una
mejora en el bienestar social de la población se volvieron indispensables.

Es durante la administración de Miguel Alemán (1946-1952), mandato de


continuidad y ruptura con la Revolución mexicana, que se lleva a cabo por primera vez
un plan cultural que anunciaba la creación el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA),
proyecto dotado de una posición nacionalista precisa: “desarrollar y estimular a quienes
se encuentran dotados de genio artístico, porque ellos son los que crearán y los únicos
que podrán hacerlo el arte mexicano, el arte nacional”.  

Alemán fue el primer presidente civil, posterior a la lucha armada, que tenía
como meta el afianzamiento de la industrialización, el crecimiento económico y la
modernización del país. Sus políticas culturales se elaboraron en torno a dos principios
básicos: mexicanidad y desarrollismo (Torres, 2005). En este gobierno se crearon e
inauguraron diversas instancias oficiales que impulsaban la investigación y la difusión
del arte mexicano en todas sus manifestaciones. Museos, teatros, cines, salas de
concierto, galerías comerciales modificaron la fisonomía territorial de la Ciudad de
México. Destacan el ya mencionado INBA (1946), el Museo Nacional de Artes Plásticas

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(1947), la Comisión Nacional de Pintura Mural y el Salón de la Plástica Mexicana
(1949). Al final de este sexenio se inicia la creación de la Ciudad Universitaria (1952),
unidad física y pedagógica que tenía como propósito una fácil comunicación de las
escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y que
posteriormente en 2007 es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Razones por las cuales “se tenía
la sensación de que la calidad de vida empezaba a ser otra”. Sin embargo, dichos
cambios acarrearon la agudización de problemas sociales y económicos.

El aumento del gasto público y el endeudamiento para favorecer la industrialización fue


demasiado. La corrupción de muchos funcionarios de gobierno y la devaluación ($4.85
a $8.65 por dólar) se vieron favorecidas por esta situación.

En tanto el panorama internacional se encontraba marcado por la rivalidad entre


Estados Unidos y la Unión Soviética que desencadenó la “Guerra Fría”, el Macartismo”,
la guerra de Corea y una vigorosa campaña anticomunista que marcaron la pauta a lo
largo de la segunda mitad del siglo XX.

Posteriormente, el 1 de diciembre de 1952, asumió la presidencia nacional Adolfo Ruiz


Cortines en el Palacio de Bellas Artes reconociendo “el más angustioso de los
problemas de la época por cuanto afecta la mayoría de la población: la escasez y
carestía de los artículos alimenticios”. Así, dentro de los compromisos asumidos por
Ruiz Cortines se encontraba la disminución del costo de vida y los gastos suntuarios
mediante un programa de austeridad y el aumento de la producción agrícola ganadera.
Aunque se logró una etapa de estabilidad política, el poder adquisitivo continuaba
deteriorándose, los costos materiales de la vida tendían a ser más altos y se devaluó el
peso

Más adelante, el 6 de julio de 1958, se realizaron las elecciones federales con la


participación de la mujer, por primera ocasión en el país, en los comicios
presidenciales. Los resultados pusieron al frente a Adolfo López Mateos (1958-1964).
López Mateos inició la política económica conocida como “el desarrollo estabilizador”,
que por medio de la estabilidad monetaria y de los precios logró dar equilibrio a la
balanza de pagos, detuvo el alza del costo de vida y avanzó en el desarrollo de

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industrias básicas. Durante este sexenio se crean museos y recintos de arte de gran
importancia: el Museo Nacional de Antropología (1964), el Museo de Arte Moderno
(1964) y el Museo de Ciencias Naturales.

De tal manera que, en 1964, la ciudad de México contaba dentro de su amplia


infraestructura cultural y educativa con alrededor de 40 museos de reciente creación.
Además, López Mateos promulgó la primera ley de radio y de televisión que pretendía
sujetar la radiodifusión a los intereses nacionales, más allá de servir de mero
instrumento de la publicidad comercial y de lucrativo negocio para unos cuantos
concesionarios

BIBLIOGRAFIA:  Torres, A (2005:1)

Mexicanidad y desarrollismo en el diseño de políticas culturales. Revista digita

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