Así Funciona El Partido Comunista Chino
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El Partido Comunista Chino es la columna vertebral del gigante
asiático. Sin él no se puede comprender la historia moderna de
China, marcada por las decisiones de unos líderes que han
dirigido de manera hermética el vasto crecimiento del país en
las últimas décadas. Pero, a su vez, el Partido no se puede
comprender sin atender a las características de una sociedad
que vive a caballo entre las tradiciones milenarias y las ansias
de estabilidad y modernidad.
Pero no solo Mao y sus sucesores al frente del Gobierno se han regido por
estas pautas, sino que elementos como la rectitud y la responsabilidad
han estado anclados en el seno del PCCh desde sus orígenes. Sus
militantes deben pasar duras pruebas para entrar a un partido al que
después dedicarán su vida, lo que es visto como un signo de sacrificio y
ejemplaridad.
Propaganda del PCCh en la que Mao aparece como el líder absoluto de
China. Fuente: Encyclopædia Britannica
Al margen del peso de las tradiciones imperiales y el confucianismo, el
PCCh sí que introdujo novedades a la escena política del país. Inspirados
por la teoría marxista, pero sobre todo por el auge del comunismo
soviético, los comunistas chinos bebieron del leninismo a la hora de
sentar las bases del partido. La influencia de este se deja ver en tres
características: en primer lugar, el PCCh se presenta como motor de la
revolución social, con lo que la transformación de esta nace y muere en el
propio partido; el PCCh es una vanguardia dirigente, lo que supone que la
élite que lo compone es la responsable de liderar la sociedad en todos sus
aspectos; y por último, el PCCh se rige por una organización interna
cerrada, jerárquica e inflexible.
Dentro del centro de poder que es este órgano, existe un núcleo elitista y
hermético al que quedan reservadas las decisiones de más importancia: el
Comité Permanente del Politburó (CPP). Actualmente lo componen siete
personas, aunque históricamente su número ha variado entre cinco y
once. El organigrama del partido dicta que los miembros del CPP son
elegidos por el Comité Central, pero los analistas señalan que, en la
práctica, son los propios miembros del Politburó y su Comité Permanente
quienes seleccionan a los integrantes de este último, a fin de garantizar la
continuidad de su influencia personal en el seno del PCCh.
El secretario general —que hace también las veces de presidente del país—
es el oficial de más alto rango del PCCh, puesto que ocupa actualmente Xi
Jinping. Es elegido cada cinco años por el Congreso Nacional del Partido,
y, hasta el año 2018, su gobierno estaba limitado a dos mandatos. Ese
año, sin embargo, se aprobó una reforma constitucional que elimina esa
traba y que permite a Xi presentarse indefinidamente a la reelección.
Por otro lado, en los años 80, Deng Xiaoping —entonces máximo
dirigente del PCCh— transformó las dinámicas internas del partido para
que el tradicional culto al líder fuese sustituido por un estilo de gobierno
colectivo, dando más peso a las instituciones. La aprobación del límite de
dos mandatos fue clave para que dicha reforma prosperase. Con ese límite
derogado, Xi Jinping puede ahora aspirar a erigirse como un líder
permanente, ejerciendo su influencia dentro de los altos órganos del
PCCh para asegurar su reelección indefinida.
Si desean seguir prosperando entre las bases del PCCh una vez cumplidos
los 14, deben solicitar admisión en la Liga de la Juventud Comunista de
China. En esta institución, que ronda los 85 millones de miembros, los
jóvenes aprenden el pensamiento de Mao Zedong y el de Xi Jinping, que
acaba de ser incorporado a esta “guía de acción” de la Liga. También
reciben cursos sobre las directrices del Partido y el ideario comunista. El
objetivo principal de la Liga es identificar a los mejores talentos del país y
educarlos para que se conviertan en futuros líderes. Varias figuras ilustres
del Partido —como el actual primer ministro Li Keqiang— han salido de
esta organización juvenil.
Todas las vías son válidas y todas permiten llegar a lo más alto. Xi Jinping
y su predecesor en el cargo, Hu Jintao, son buena muestra de ello. A pesar
de haber sido compañeros de batalla, el padre del actual secretario
general fue purgado por Mao por tener una postura demasiado liberal
para el partido. Fue enviado a los campos de “reeducación”, donde pasó
siete años recluido hasta que Deng Xiaoping lo rehabilitó para volver al
PCCh. Esto supuso una complicación para Xi, que vio cómo su solicitud
para ingresar en el Partido fue rechazada hasta en nueve ocasiones.
También tuvo problemas para ingresar en la Universidad, aunque
finalmente pudo estudiar Ingeniería Química en un prestigioso centro de
Pekín. A pesar de todo, una vez dentro del partido, su trabajo al frente de
varias regiones y su facilidad para hacer amistades le allanaron el ascenso
hasta la cúpula.