Monografía Atribucion
Monografía Atribucion
Monografía Atribucion
Trabajo Grupal
“TEORÍAS DE LA ATRIBUCIÓN”
Estudiante (s):
Castro Farro, Emily
Alvarado Aranibar, Romi Anabel
Utani Sánchez, Laura Edith
Curso
Motivación Y Emoción
Docente
Marcela Leticia Cueva Tejada
Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 3
DESARROLLO ................................................................................................................................. 4
1. CONCEPTO DE ATRIBUCIÓN.................................................................................................... 4
2. ¿POR QUÉ ELABORAMOS ATRIBUCIONES? ............................................................................. 4
3. TEORÍA DE LA ATRIBUCIÓN ................................................................................................. 4
3.1. TEORÍA DE LA ATRIBUCIÓN CAUSAL DE HEIDER ................................................................... 4
3.3 EL MODELO DE INFERENCIAS CORRESPONDIENTES DE JONES Y DAVIS .................................. 6
3.4 KELLEY: EL MODELO DE COVARIACION Y LOS ESQUEMAS CAUSALES .................................... 7
3.5 LA TEORÍA ATRIBUCIONAL DE LA MOTIVACIÓN DE WEINER .................................................. 8
3.6 LA TEORÍA DE LA INDEFENSIÓN APRENDIDA DE SELIGMAN ................................................ 10
3.7 ERRORES Y SESGOS DE ATRIBUCION ................................................................................... 11
3.7.1 ERROR FUNDAMENTAL DE ATRIBUCIÓN ...................................................................... 11
3.7.2. FALSO CONSENSO ....................................................................................................... 12
3.7.3. SESGOS FAVORABLES AL YO ........................................................................................ 12
3.7.4. SESGOS FAVORABLES AL GRUPO ................................................................................. 12
3.7.5. SESGO ATRIBUCIONAL INSIDIOSO DE SELIGMAN. ........................................................ 12
CONCLUSIONES............................................................................................................................ 13
Bibliografía .................................................................................................................................. 15
INTRODUCCIÓN
En nuestro día a día, la atribución es algo que todos hacemos constantemente, sin ninguna
conciencia de los procesos subyacentes y los prejuicios que conducen a nuestras
inferencias. Según el enfoque de la psicología, la atribución es el proceso de inferir las
causas de los acontecimientos o comportamiento.
Las atribuciones que hacemos a diario no son algo menor, cuando las realizamos tienen una
influencia importante en nuestros sentimientos y también en la forma de pensar y
relacionarnos con otras personas. Somos propensos a hacer atribuciones internas o
externas, dependiendo de nuestra personalidad o de la influencia que tienen en nosotros
diferentes factores.
1. CONCEPTO DE ATRIBUCIÓN
Motivación para controlar el mundo propio era una fuerza importante en la búsqueda
de explicaciones.
Pueden usar las atribuciones para proteger sus logros y negar sus errores.
3. TEORÍA DE LA ATRIBUCIÓN
Heider (1958), fue el primer autor que abordó el estudio de los procesos que conducen
hasta la respuesta a la pregunta “¿por qué?” (“Proceso de atribución causal” o “proceso
atributivo”), quien consideraba básico su estudio en el funcionamiento psicológico de las
personas. Experimentó y teorizó para explicar cómo se buscan las “causas” de los sucesos
que ocurren, especialmente las de aquellos que resultan extraños o se salen de la norma.
Según Heider, las personan tienden a creer que un suceso queda explicado
satisfactoriamente cuando descubren por qué ha ocurrido, recurriendo para ello a unas
normas de inferencia de sentido común -> reglas de la “psicología ingenua de la acción”,
que exige analizar:
1) La “capacidad del actor”: en el ejemplo anterior, analizar la capacidad del “amigo” (actor)
para realizar la conducta de “no saludar”.
2) La “dificultad de la tarea”: puede suceder que, aun teniendo capacidad genética para
saludar, el “amigo” no lo ha hecho debido a circunstancias que se lo impiden (aglomeración,
falta de visibilidad). Ambos puntos, capacidad del actor y dificultad de la tarea, determinan
conjuntamente si la acción es posible para el actor.
4) La naturaleza y/o la intensidad de los esfuerzos realizados por el actor, ya que a partir de
ellos se infiere la presencia o ausencia de motivación.
“El proceso atributivo incluye desde el momento en que se observa la conducta hasta que
se descubre el porqué de la misma”.
La causa se considera INTERNA cuando la conducta era posible para el actor y éste quería
realmente llevarla a cabo. Son las más frecuentes.
El proceso atributivo empieza para Heider con la observación de una conducta y finaliza
cuando el observador cree encontrar la causa que lo produjo. Esta será personal o interna
cuando queda claro que la conducta era posible para el actor (estaba a su alcance) y cuando
éste quería realmente llevarla a cabo. Será externa o ambiental cuando la conducta supera
la capacidad del actor o éste no pretendía realizarla.
3.3 EL MODELO DE INFERENCIAS CORRESPONDIENTES DE
JONES Y DAVIS
Este modelo fue concebido para explicar heteroatribuciones: cómo un observador atribuye
la conducta de un actor a factores contextuales o a factores internos tales como
intenciones, gustos personales o rasgos de personalidad. La inferencia correspondiente se
da cuando podemos atribuir claramente la causa de la conducta a los factores internos
mencionados. De manera que según esta teoría el objetivo del proceso atributivo consiste
en inferir que la conducta observada y la intención que la produjo corresponde a alguna
cualidad estable subyacente a la persona. Por tanto, el objeto de este modelo es las
heteroatribuciones internas sobre conductas intencionadas.
Mientras menor sea el número de efectos no comunes, más fácil es hacer la inferencia
disposicional personal. En dicho proceso se distinguen dos estadios principales:
El principio del efecto no común, sostiene que la disposición que gobierna una acción es
indicada por aquéllas de sus consecuencias que no comparte con las acciones alternativas,
y que cuanto menos sean tales efectos no comunes, menos ambigua será la atribución de
la disposición.
El principio de deseabilidad social mantiene que las inferencias correspondientes son más
fuertes cuando las consecuencias de la conducta elegida son indeseables. Sólo las conductas
que desconfirman expectativas son verdaderamente informativas acerca del actor, ya que
cuando las personas dicen lo que se espera de ellas en una situación determinada, o cuando
desempeñan un rol determinado, es poco lo que podemos averiguar de ellas.
El Principio de relevancia hedónica se refiere a los efectos positivos y negativos de la
elección de un actor para el perceptor. Cuando mayor es la relevancia hedónica de la acción
para el perceptor, más probable es que este haga una inferencia correspondiente y que
formule un juicio extremo (positivo o negativo) de la otra persona.
Kelley (1967) aborda el estudio de la atribución desde una perspectiva más amplia que los
anteriores, planteándose el problema de la “validez atributiva”: cómo deciden las personas
que sus impresiones sobre un objeto son correctas.
Kelley (1967, 1973) sugiere que se usa un principio de covariación: se atribuye un efecto a
una condición que está presente cuando el efecto está presente y que está ausente cuando
el efecto está ausente. El efecto o evento es lo que se trata de explicar. Las tres condiciones
candidatas, según kelley, son la entidad o estimulo, la persona y las circunstancias
Condiciones claves para establecer atribuciones:
1º) El consenso (la misma reacción aparece en diferentes personas) o nivel en que la
conducta es compartida por otros.
2º) La distintividad o especificidad (reacción que aparece sólo con respecto a una entidad o
estímulo particular), o nivel en que la conducta es provocada en presencia de una entidad
o estímulo determinado y no en su ausencia.
3º) La consistencia (la misma reacción que aparece en diferentes situaciones) o nivel en que
la conducta se mantiene a lo largo del tiempo y transituacionalmente.
Los esquemas causales son preconcepciones acerca de qué causas van asociadas con qué
efectos, para realizar a partir de ellos juicios atributivos. Los esquemas causales básicos son:
En este esquema suele operar el principio atributivo de desestimación (se atribuye menos
importancia a una causa cuando hay otras causas posibles del efecto o conducta a explicar)
y el principio atributivo de aumento (cuando coinciden causas facilitadoras e inhibidoras,
que incrementan o disminuyen la probabilidad de que ocurra el efecto).
Estas tres dimensiones se combinan para formar ocho posibles permutaciones de causas. Por
ejemplo, una causa interna, inestable e incontrolable sería el estar enfermo el día del examen. Las
dos primeras dimensiones tienen importancia para las autoatribuciones en la teoría de Weiner.
Según Weiner, el punto en que cae la causa en el eje interno/externo influye en la autoestima. Por
ejemplo, atribuir el éxito al propio esfuerzo refuerza el orgullo. El punto donde cae la causa en la
dimensión de estabilidad/inestabilidad influye en las expectativas relativas al cambio: por ejemplo,
atribuir el fracaso a la capacidad innata no fomenta ninguna expectativa de que las cosas vayan a
mejorar en el futuro.
Desde que Weiner (1979) formuló este modelo, se ha llevado a cabo una gran cantidad de
trabajo de laboratorio, y mucho menos en el campo. Aunque este marco teórico es
claramente persuasivo y productivo, necesitamos poner de relieve algo que es significativo
cuando criticábamos también el grado de sofisticación del modelo de Kelley: el problema
se plantea cuando se intentan encajar las explicaciones reales de las personas en la teoría
de Weiner. En el momento en que los investigadores intentan compartimentar las causas
que daban los sujetos espontáneamente, encontraron que los impecables compartimentos
estancos 2x2x2 de las dimensiones interna, estable y controlable distaban mucho de
alcanzar una perfecta acomodación a las sutilezas del lenguaje natural.
- Internalidad / externalidad.
- Estabilidad / inestabilidad.
- Controlabilidad / incontrolabilidad.
• Global – específica: Si se considera que la causa de la falta de control afecta a una gran
parte de las situaciones vitales del sujeto (global) o sólo a una o unas pocas situaciones
concretas (específica).
De las posibles combinaciones entre estas tres dimensiones, dependerá la respuesta del
sujeto a la situación incontrolable:
A grandes rasgos, podemos decir que, para esta teoría, lo fundamental no es el tipo de
situaciones por las que pasen los sujetos (controlables o incontrolables), sino su manera de
percibir tales situaciones y a qué factores las atribuye.
Una misma conducta se puede interpretar de formas completamente diferentes. Las atribuciones
causales no se realizan únicamente a partir de la información de que disponemos, sino que también
están mediatizadas por nuestras actitudes y expectativas, así como por la particular perspectiva que
tenemos del hecho o conducta observado.
Todos estos factores nos recuerdan el carácter subjetivo de la atribución. En esta subjetividad
residen los frecuentes errores o sesgos atribucionales que cometemos. Nosotros vamos a destacar:
El error fundamental de atribución; el falso consenso; sesgos favorables al yo; sesgos favorables al
grupo; el sesgo insidioso de Seligman.
Se han sugerido varias posibles explicaciones para esta tendencia, las cuales pueden ser agrupadas
en dos categorías: (a) cognitiva y (b) motivacional.
Se presentó ideas actuales sobre los procesos de atribución en el contexto más amplio de
la psicología de las explicaciones. Una serie de presupuestos centrales de la teoría de la
atribución se ponen en cuestión y la orientación, fundamentalmente intrapsíquica, de la
teoría de la atribución se sitúa dentro de un análisis de los procesos interpersonales. El
análisis que aquí se aporta intenta
Morales, J. (1994). Procesos de atribución. In En J.F. Morales (Coord.), Psicología Social (pp. l
(pp.239-252)). Madrid: McGraw-Hill.