Cocina Pacífico CGP PDF
Cocina Pacífico CGP PDF
Cocina Pacífico CGP PDF
El birimbí (Canción)
Compositor: Neivo de Jesús Moreno (Ritmo Abozao)
Arreglos: Hugo Candelario González y Félix Darío Morgan
Interpreta: Grupo Bahía
Para conocer y comprender las comidas del pacífico colombiano, es necesario repasar
la historia de la diáspora africana en nuestro territorio, puesto que se trata de unas
identidades culinarias construidas en el seno de fusiones producidas en el devenir
histórico, dialécticas. En necesario tomar en cuenta que, como afirma Nina S. de
Friedmann (1993), en 1492, “no fueron dos, sino tres o cuatro mundos los que se
encontraron” y que todos ellos participaron activamente en la construcción de
nuestro continente. Hay que entender que a nuestro territorio no llegaron africanos
desarraigados de una sola región africana sino de todo el continente, y que, como pasa
en todas partes del mundo, cada región tenía, y tiene, las comidas que reflejan su
entorno biogeográfico y cultural. Hasta nosotros, pues, llegaron hombres y mujeres
procedentes de todos los confines del continente africano, como lo enuncia y
corrobora Luz Adriana Maya (2000) cuando escribe:
Esta investigadora en su artículo nos hace saber que la población procedente del
ecosistema sudano-saheliano (Gente de Guinea), llegada a nuestro territorio, tenía
amplios conocimientos en la agricultura y aprovechamiento de cultivos como los de
millo, que servía de cereal y de base para la preparación de bebidas alcohólicas; el
arroz, las habas, tubérculos como el taro asiático y el ñame, la palma de la que se
extraía aceite y vino. También tenían amplios conocimientos en la ganadería de
bovinos y equinos, caza, recolección, apicultura, pesca fluvial y marítima, recolección
de conchas, construcción de canoas, metalurgia del hierro, cobre y oro, y construcción
de viviendas.
La gente del ecosistema selvático ecuatorial (Gente Bantú), conocía de cereales como
el sorgo y el millo, tubérculos como el ñame, plátanos, caña de azúcar y habichuelas;
sabían de la cría de cerdos y aves de corral y conocían la metalurgia del hierro.
2
Los negros procedentes del tercer ecosistema (bosque tropical) eran sabedores de la
agricultura de la nuez de kola y del arroz, conocían la herrería y la orfebrería.
Con esos saberes ellos trajeron además semillas, algunas de ellas escondidas en las
marañas de sus cabellos. Además de los saberes y sabores de sus cocinas, asociados a
sus cultivos, y prácticas de pesca, caza y recolección, también importaron la práctica
de las artes y oficios, de la metalurgia, y el comercio, de tal manera que su desempeño
laboral no sólo estuvo limitado al trabajo esclavo en las minas, como se nos ha
indicado casi siempre, sino que se dieron sus mañas para cultivar, pastorear ganados,
laborar como herreros en minas y trapiches y como artesanos de la madera, entre
otros menesteres.
Esos conocimientos hacían del cautivo una mano de obra cualificada que
podía ser destinada selectivamente a la ganadería, a la agricultura o a la
minería…
3
Llama la atención, sin embargo, que trabajos minuciosos, como el citado de Maya,
enfatizan actividades como la metalurgia, el comercio, la agricultura, la pesca y la
ganadería, y destaca su importancia y permanencia en pueblos negros actuales, pero
no menciona para nada las actividades coquinarias, como si tanto saber acumulado en
las actividades de producir alimentos, no estuvieran destinadas a su posterior
transformación en comida. Es así como un trabajo tan importante, que suele ser
tomado muy a la ligera por los historiadores de la diáspora africana en América, fue el
desempeñado por las esclavas en las cocinas al servicio de hacendados, comerciantes,
personas acaudaladas, y religiosas, en conventos de clausura.
4
de la necesidad, de la carencia, de la improvisación pero sobre todo del amor que
suelen poner las cocineras de oficio a lo que preparan.
Tal vez no sea fácil identificar el componente indígena, o el negro, o el europeo, en las
cocinas del pacífico, marítimo o fluvial, pero lo que si podemos hacer sin mayor
dificultad es saber cuándo se trata de cocina negra porque suelen ser cocinas
marcadas con su propia identidad.
Las diferencias entre las cocinas negras de Chocó, Valle del Cauca, Cauca o Nariño,
pueden ser sutiles, a veces imperceptibles para paladares inexpertos o
desacostumbrados, pero evidentemente las hay y se perciben no sin dificultad en
algunos casos. Si queremos hallarlas porque nuestro interés culinario nos impulsa a
hacerlo, empecemos a ubicarlas en las proporciones con que se usan los aliños
(cuando la cocinera negra habla de aliño, se refiere a su mezcla personal de hierbas de
azotea), continuemos con la frecuencia y cantidad de leche de coco que endulza y
aromatiza sus platillos y miremos los matices que a su refrito (hogo u hoga’o) le dan
las cantidades de achiote diluido con que lo colorean para hacerlo más sabroso y más
alegre. De ahí en adelante todo es magia en sus sabores y en sus variedades.
Dondequiera que sea que uno esté degustando las cocinas del pacífico, se va a
encontrar, con una oferta de cerca de 40 preparaciones que son comunes de sur a
norte, a la orilla del mar, cerca del río, e incluso en el interior del país, porque no es
difícil que la cocinera de Guapi, Tumaco, Quibdó, o Buenaventura reciba en Bogotá a
las 5 de la tarde el ingrediente fresco que se compró en la mañana en su pueblo de
origen, pero si usted tiene la fortuna de residir en una de tantas poblaciones del
extenso Chocó biogeográfico, terminará, como yo, conociendo más de 400 platos
diferentes, a cual más sorprendente por su deliciosa sencillez, o por la enorme
variedad de ingredientes y de combinaciones posibles entre ellos, lo cual les permite a
las cocinas del pacífico convertirse en una especie de colcha de deliciosos retazos,
capaz de cubrir el estadio de futbol más grande del mundo.
Entre tanto sabor y tanta variedad lo más seductor suelen ser los encoca’os.
(Preparaciones en las que está presente la leche de coco fresca, utilizada
simultáneamente como líquido de cocción y como sazonador). Los hay de casi todas
las variedades de pescados, mariscos, crustáceos y moluscos, y algunas carnes de
monte como la de guagua, y últimamente hasta de pollo, gallina, cerdo o res. (¡Cosas
de la creatividad, de la innovación, dicen las nuevas generaciones de cocineros
profesionales, los chef, que llaman!). Tratándose de encoca’os el límite no existe. Son
mucho más comunes y variados entre los pobladores del pacífico hacia el sur de
5
Buenaventura y en las ciudades del interior, que hacia el norte de ese “bello puerto del
mar”.
También contribuyen a consolidar las identidades de las cocinas del pacífico las
hierbas de azotea (o hierbas de zotea, como suele decir el habitante del pacífico), que
no son otras que las hierbas condimentarias que se cultivan en potrillos o botes de
madera abandonados, en parihuelas o camillas de guadua o madera, elevadas del piso,
incluso en tarros de plástico o metal y, en general, de todo recipiente en el que pueda
contener tierra abonada suficiente para sustentar una planta en crecimiento. Estas
hierbas suelen ser una o más variedades de albahaca, oreganón u orégano orejón,
cilantro cimarrón o chillangua (Eryngium foetidum), cilantro de castilla, cebolla larga o
de tallo, hierbabuena y poleo. Entre las comunidades del pacífico caucano
invariablemente encontramos una zotea asociada a cada vivienda. Entre todas las
hierbas del conjunto de las que conforman el aliño, la más importante por los aportes
de sabor y aroma es la chillangua. Me atrevo a afirmar que si la leche de coco se
encarga de dar nombre a las cocinas del pacífico, la chillangua aporta el apellido.
6
se trata, a continuación traigo algunas de ellas, agrupadas en sopas, secos y arroces,
amasijos y tentempiés, dulces, bebidas, carnes de monte, y otros.
SECOS Y ARROCES
Arroz atolla’o, arroz arrecho, arroz atollado de camarón, arroz clavado o arroz con
queso, arroz clavao con sardina, arroz con coco y ortiga, arroz costeño con coco, arroz
costeño integral, arroz costeño con tollo, arroz endiablao, arroz seco de maíz, atolla’o
de cangrejo azul, atollado de arroz, atollado de arroz costeño con tollo, bacalao de
pescado seco, ceviche de camarón, ceviche de corvina, encoca’o de jaiba, ensalada de
ortiga, guiso de piacuil, guiso de piangua, guiso de tollo ahumado, guiso de tollo y
ortiga, pelada frita, seco de camarón, seco de cangrejo, seco de jaiba, seco de pate
burro, seco de piacuil, seco de piangua, tropezón de maíz con arroz costeño.
AMASIJOS Y TENTEMPIÉS
Aborrajado de maíz, arepas de maíz, arepas de pacó, arepas de pepa de pan, bolas de
plátano con tollo ahumado, buñuelos de pacó y papachina, cachin de maíz, chomba de
plátano, deditos de arroz y pacó, envuelto de catapu, envuelto de chigua, envuelto de
manzano, envueltos de pacó, envueltos de pepa de pan, fufú (Masa de plátano verde
cocida que se liga con caldo sustancioso. Origen africano), majaja de maíz, masa de
papachina para empanadas, otalla de maíz, pan de papachina, papachina sancochada,
silencio de plátano, tamales de pepa de pan, tamales de piangua, torta de chomba de
plátano, torta de chontaduro, torta de jaiva, torta de yuyo con queso costeño, tortas de
la hoja de papachina, torticas de maíz choclo, tropezón de maíz con arroz costeño.
DULCES
Arequipe de borojó, bocadillos de papachina y piña, cabello de ángel, chancacas,
cocadas, cocadillas de coco, dulce de coco, dulce de papachina, dulce de semillas de
pepa de pan, helados de naidí, manjar de coco, mermelada de borojó
7
BEBIDAS
Birimbì de maíz, café de maíz, caigamosjuntos, chicha de borojó, chocolate con leche
de coco, chocolate de bacao, chucula de chivo maduro, colada de maíz, colada de
plátano con cáscara, jugo de borojó, jugo de borojo con limon o guayabillo, jugo de
chontaduro, jugo de guayabilla, jugo de limón, jugo de lulo chocoano o nuquí, jugo de
lulo con hojas de naranja, jugo de zapallo, pepiado de naidi
CARNES DE MONTE
Sancocho de oso, sancocho de venado, sudao de cusumbí, sudao de venado, sancocho
de paletón
OTROS
Aceite de coco, miel de coco, refrito de hierbas de azotea, viringo frito
1 huevo
Sal al gusto
Preparación
Ponga a sazonar los anillos de calamar con jugo de limón, pimienta y sal al gusto.
8
Bata los huevos en un recipiente hondo y reserve. En otro recipiente mescle las
harinas de pan y de trigo y, si lo desea, agregue un poco de pimienta molida. Tome los
anillos de calamar, páselos por huevo batido, luego por las harinas y lleve al aceite
bien caliente. Espere que se doren y retírelos de la sartén. Escúrralos sobre papel de
cocina y sírvalos calientes.
1 libra de arroz
½ cucharada de azúcar
Sal al gusto
Preparación
Pele y ralle los cocos (si se le dificulta rallar los cocos, puede partirlos en trozos
pequeños y licuarlos con poca agua tibia. Suficiente como para que la licuadora no se
detenga o se sienta forzado el motor). Exprima con las manos la pulpa del coco licuada
y pásela por un colador de malla fina. Reserve la leche resultante. Esta primera leche
se denomina espeso o crema de leche de coco.
Vuelva a licuar la pulpa que quedó al extraer la primera leche del coco, con poca agua
tibia, y pase por el colador. Separe esta leche aguada, o segunda leche y reserve.
Lave el arroz y póngalo al fogón con tres tazas de la segunda leche o leche aguada, la
media cucharada de azúcar y sal al gusto. Póngalo a cocer a fuego medio y espere que
seque sin revolver. Cuando el arroz haya secado, casi por completo, agregue la
primera leche del coco y revuelva, preferiblemente con un tenedor grande, de
madera. Tape la olla y deje secar a fuego bajo, sin revolver.
9
1 Cabeza de ajo
4 Tallos grandes de cebolla larga (No le quite la parte verde a los tallos)
4 Ramas de Orégano
4 Ramitas de Poleo
1 Kilo de langostinos
1 cucharada de azúcar
Sal al gusto
Preparación
Prepare las leches de coco y resérvelas (Primera leche o crema de leche, y segunda
leche o aguada) (Ver modo de preparación en la receta del arroz con coco). Ponga el
tollo ahumado a cocer, sin que hierva, y tibio, arránquele la piel y deshuéselo. Reserve
10
la carne picada en trozos pequeños (En adelante cuando hablamos de trozos
pequeños nos referimos a pedazos de no más de 2 x 2 centímetros). Parta en mitades
la piangua y reserve. Limpie los calamares y parta los sacos en trozos pequeños, deje
los tentáculos enteros una vez que los limpie, y resérvelos. Parta el filete de corvina en
trozos pequeños y resérvelos. Limpie y parta el caracol en trozos pequeños, y
resérvelos.
En una olla de buena capacidad ponga a cocinar el refrito con la leche de vaca y la
segunda leche de coco. Cuando haya calentado muy bien, empiece a poner los
pescados y mariscos en el siguiente orden, dejando pasar aproxmadamemnte tres
minutos entre uno y otro: caracol, calamares, piangua, tollo, langostinos y corvina.
Cuando suelte hervor agregue la harina de trigo disuelta en medio litro de leche y
revuelva sin detenerse, de preferencia con cucharón de madera. Cuando suelte el
primer hervor agregue la leche espesa, o crema de leche de coco. Deje hervir de nuevo,
rectifique sabor y cocción y sirva muy caliente.
½ Libra de panela
3 Litros de agua
11
2 Unidades de anís estrellado
Preparación
En un litro de agua cocine todos los ingredientes, menos la panela y deje enfriar
completamente. En los dos litros de agua restantes ponga a disolver la panela, partida
en trozos pequeños. Mezcle la infusión fría de hierbas y especias con la panela
derretida y adiciónele 2 a 3 tazas de jugo de limón mandarino. Agregue hielo para
que sirva bien frío.
12