FUNDAMENTOS DE DERECHO SOCIETARIO Primera Parte
FUNDAMENTOS DE DERECHO SOCIETARIO Primera Parte
FUNDAMENTOS DE DERECHO SOCIETARIO Primera Parte
INTRO:
El estudio de esta materia nos presenta una serie de desafíos que debemos enfrentar
para poder superar satisfactoriamente la cursada promocional.
Además de extensa, su contenido no está regulado en un único cuerpo normativo, sino
que nos encontramos ante una gran dispersión de normas, y de temas sobre los que existe
escasa o ninguna bibliografía.
Además, requiere del análisis de conceptos económicos y contables, generalmente
repelentes al abogado, pero que, en definitiva, se refieren a actos jurídicos, y con tal alcance
es que vamos a encararlos.
Lo más importante, antes de la lectura de las normas, la materia debe encararse a
partir de los fundamentos del sistema, para poder comprender las soluciones que la normativa
brinda para cada situación.
Este es nuestro desafío y mi intención es que la transmisión de nuestro esquema de
aprendizaje de la materia se vea lo menos afectado posible por la falta de clases presenciales.
Con tal finalidad, decidí escribir estas líneas que resumen, a mi criterio, el esquema
de fundamentos del sistema societario argentino.
Es inevitable que mucho de lo que van a leer en este resumen refleje posiciones
personales. En tales casos trataré de destacar otras opiniones para que cada lector pueda tomar
la que considere adecuada. Cualquier posición en un debate doctrinario es válida, en la
medida que esté debidamente fundada.
En atención a que estas líneas simplemente reflejan lo que diría en una clase
presencial, no habrá notas al pie. Cuando haya citas textuales el nombre del autor aparecerá
entre paréntesis.
Este material va a complementarse con presentaciones en Power Point que
analizaremos en las clases a dictarse vía zoom.
EL DERECHO SOCIETARIO:
LA SOCIEDAD.-
Cuando uno piensa en una sociedad, lo primero que nos viene a la mente es un grupo
de personas que se reúnen para lograr aquello que no podrían hacer individualmente.
La palabra sociedad nos lleva a pensar en una suma de esfuerzos individuales para
lograr un objetivo posible, mejor o más efectivo y eficiente que si lo hacemos solos.
Es así que se ha dicho que, desde un punto de vista sociológico, no técnico ni jurídico,
la sociedad es un grupo de personas, de carácter estable, que reconocen una organización,
una autoridad y una finalidad que son comunes a sus miembros. Este es un concepto que
podemos considerar abarcativo de cualquier figura asociativa con personalidad jurídica.
Este concepto nos permite delinear algunos elementos:
Grupo de personas: Dos o más. Sin embargo, vamos a ver que la admisión de la
sociedad unipersonal por la ley 26.994, modificó este aspecto.
Carácter estable: La sociedad está destinada a perdurar en el tiempo. Cuánto?
Dependerá de la voluntad de las partes, según el objeto para el cual fue constituida.
Organización común: La sociedad es una persona jurídica, o como la llamaba Vélez,
de existencia ideal (arts. 31 y 32 del Código Civil derogado). Como tal, necesita de personas
humanas para manifestarse. La manera de organizar el funcionamiento de la sociedad para
que pueda actuar y que su actuación produzca efectos jurídicos, depende de su organización
y de los mecanismos que la ley determina para que los efectos se produzcan.
Autoridad común: Dentro de la organización, debe existir una autoridad que decida y
ejecute la voluntad social en aras del cumplimiento de su finalidad.
Finalidad común: Debe existir un fin común que justifique la unión de los agrupados.
La finalidad de todos los miembros al constituir una estructura jurídica determina cuál figura
de las que nos brinda el ordenamiento jurídico debemos adoptar.
Desde un punto de vista estrictamente jurídico, el concepto técnico de sociedad nos
lo brinda el artículo 1° de la Ley 19.550, Ley General de Sociedades (LGS).
La Ley 19.550 del año 1972, nació como Ley de Sociedades Comerciales e integraba
el Código de Comercio (art. 384 de la ley). Hasta agosto de 2015, nuestra normativa
distinguía la sociedad civil (regida por el Código Civil, arts. 1648 a 1788 bis del Código
derogado) de la sociedad comercial (regida por la Ley de Sociedades Comerciales 19.550).
El art. 1648 del Código Civil disponía "habrá la sociedad civil cuando dos o más
personas se hubiesen mutuamente obligado, cada una con una prestación, con el fin de
obtener alguna utilidad apreciable en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieren
de lo que cada uno hubiere aportado". El ejemplo más claro de estas sociedades eran las
sociedades de profesionales.
En cambio, el art. 1 de la Ley 19.550 exige que la sociedad se constituya para “la
producción e intercambio de bienes y servicios…”, o sea para el desarrollo de actividad
empresaria.
A su vez, la comercialidad se daba por la adopción de alguno de los tipos previstos
en la ley. Es decir, que la comercialidad no estaba dada por el objeto de la sociedad, sino por
la adopción de alguna de las estructuras que la ley prevé. Cualquiera fuera el objeto, civil o
comercial, la sociedad era mercantil por la forma, o sea por adoptar alguno de los tipos
regulados por la ley.
Con unificación de la legislación civil y comercial por la ley 26.994, se derogan los
códigos Civil y de Comercio, y se modifica la Ley 19.550 que, al desaparecer la diferencia
entre sociedades civiles y comerciales, pasa a llamarse Ley General de Sociedades.
El art. primero de la ley nos brinda su concepto: “Habrá sociedad si una o más
personas en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se obligan a
realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios,
participando de los beneficios y soportando las pérdidas. La sociedad unipersonal sólo se
podrá constituir como sociedad anónima. La sociedad unipersonal no puede constituirse por
una sociedad unipersonal”.
Vamos a analizar cada uno de sus elementos.
UNA O MÁS PERSONAS:
La ley permite que se constituya la sociedad por una o más personas. ¿Por qué?
Sostuvimos al principio que la sociedad se constituye para que varios -aunando
esfuerzos- puedan lograr lo que no puede cada uno individualmente. Este fue desde su origen
el fundamento de toda sociedad. Sin embargo, el avance en la actividad mercantil fue
demandando estructuras en las cuales el empresario, sobre todo en actividades de riesgo, no
comprometiera en su actividad la totalidad de su patrimonio. Como sabemos, el patrimonio
de una persona es la prenda común de sus acreedores (art. 743 del Código Civil y Comercial
de la Nación). Todos respondemos por nuestras deudas con nuestro patrimonio personal.
Esto llevó a plantear la necesidad de estructuras en las que se limitara la
responsabilidad del empresario por su actividad económica, exclusivamente a los bienes
afectados a la misma, sin comprometer la totalidad de su patrimonio.
El principal efecto de la celebración del contrato de sociedad, es la creación de un
nuevo sujeto de derecho (sociedad) distinto de sus miembros (socios). Esta sociedad contrata
con terceros, contrae obligaciones (arts. 141 y 143 del Código Civil y Comercial de la Nación
[CCCN]).
Por dichas obligaciones, los socios pueden responder o no, según la estructura
adoptada (art. 143 segundo párrafo CCCN). Es así que tenemos sociedades en las que los
socios responden por las obligaciones sociales (responsabilidad ilimitada) y otras en las que
no responden (responsabilidad limitada).
Ello permite que un mismo empresario desarrolle una o más actividades, mediante la
utilización de una sola estructura o de varias; limitando en cada una de ellas su
responsabilidad por la actividad desarrollada.
El problema que se planteaba era que la sociedad requería dos o más socios para su
constitución. Ello llevó a la utilización de estructuras societarias en las que el verdadero
dueño del negocio recurría a un testaferro para cumplir con el requisito de pluralidad de
partes, que era necesario -antes de la ley 26.994- para la constitución de la sociedad.
Estas situaciones de sociedades simuladas de dos socios, en las cuales un socio tenía
prácticamente la totalidad del capital y el otro una participación insignificante, fue
descalificada por la doctrina y la jurisprudencia. La propia exposición de motivos de la ley
19.550, al referirse al art. 94 inc. 8, consideraba la pluralidad de partes como un elemento
esencial. La jurisprudencia consideró a estas sociedades simuladas ineficaces (ver fallo
Fracchia Raymond entre el material que fue subido). La simulación de la sociedad quedaba
demostrada por la insignificancia del aporte del socio minoritario, cuya participación no
aparece como necesaria para el desarrollo de la actividad de la sociedad.
Otra parte de la doctrina, que fue la que terminó prevaleciendo, consideraba que la
solución era la regulación de la sociedad de un solo socio. Sostenían que la sociedad, como
contrato abierto, es una organización apta para funcionar tanto con un socio como con varios.
Así la sociedad podría nacer con pluralidad de partes y de reducirse a uno el número de
socios, continuar funcionando sin afectar su estructura. Del mismo modo a la inversa: la
sociedad puede nacer unipersonal, pero luego admitir el ingreso de nuevos socios sin alterar
su estructura y organización.
Es así que la Ley 26.994, modifica el art. 1 de la Ley 19.550 y admite la sociedad
anónima unipersonal. La intención del legislador fue permitir la unipersonalidad solamente
para la sociedad anónima, manteniendo el requisito de pluralidad de partes para el resto de
los tipos societarios que contempla la ley.
Sin embargo, más adelante veremos que la manera como quedó redactada la Ley
19.550 después de la reforma permite llegar a otras conclusiones.
FORMA ORGANIZADA:
Cuando la ley se refiere a la forma organizada, lo hace desde dos puntos de vista. Un
punto de vista jurídico y otro económico.
Ello trae como consecuencia que en el contrato de sociedad, un socio no puede dejar
de cumplir la prestación a su cargo invocando el incumplimiento de otro socio.
Esto se observa claramente en el art. 11 inc. 6 LGS cuando requiere que el instrumento
de constitución de la sociedad contenga “…La organización de la administración, de su
fiscalización y de las reuniones de socios…”. El contrato debe contener las normas de
funcionamiento de la sociedad.
Pero hemos dicho que la sociedad es un contrato abierto, apto para el ingreso de
nuevos socios (este fue el motivo fundamental de su recepción legislativa) y aún cuando la
sociedad puede nacer unipersonal, su instrumento de constitución debe cumplir con los
requisitos previstos en el art. 11 LGS, y allí prever, entre otras cosas:
De manera que, detrás de toda estructura societaria debe existir actividad empresaria.
La finalidad para la cual el legislador reguló la sociedad en la ley 19.550 fue la de desarrollar
actividad empresaria. La sociedad utilizada para cualquier otro propósito, contraría la
voluntad del legislador y desvirtúa la finalidad de la regulación en la materia.
Cuando el uso de la estructura societaria tiene otros fines distintos que el desarrollo
de actividad empresaria, dicho uso es desviado y autoriza la aplicación del instituto de la
inoponibilidad de la persona jurídica, a fin de descorrer el velo de la pantalla societaria que
ha sido mal utilizada, y atribuir a los socios la actuación de la sociedad y responsabilizarlos
por los daños causados por la actuación desviada. (ver fallo de Primera Instancia en autos
"Ferrari Vasco c/ Arlington S. A.", en el que se desestimó a la personalidad societaria por fin
extrasocietario, ante la falta de actividad empresaria. Se trataba de una sociedad sin actividad,
solamente titular de bienes registrables con la finalidad de evadir el embargo de los
acreedores de un socio sobre dichos bienes).
TIPICIDAD:
Continúa diciendo el art. primero: “…conforme a uno de los tipos previstos en esta
ley…”. La importancia del elemento tipicidad merece un tratamiento especial, que justifica
su consideración al final del análisis del art. 1 de la ley.
APORTES:
“…se obligan a realizar aportes…”. La principal prestación del socio es la realización
de aportes a favor de la sociedad, para la integración del patrimonio social con el cual la
sociedad desarrollará las actividades previstas en el objeto social.
La ley dice “se obligan”, con lo cual basta el consentimiento de los socios para que el
contrato quede perfeccionado. La realización de los aportes, como veremos, puede ser hecha
al momento de la constitución o puede ser diferida en el tiempo, según la naturaleza del
aporte y el tipo social del que se trate.
Esto nos lleva a recordar dos términos que vamos a utilizar durante todo el curso:
suscripción de los aportes (que es el compromiso que asume cada socio de aportar al firmar
el contrato de sociedad) e integración (que es el efectivo cumplimiento de la prestación
comprometida).
A su vez, para que se pueda hacer efectivo este derecho a participar en los beneficios,
la actividad de la sociedad debe arrojar ganancias, de lo contrario, nada hay para repartir.
TIPICIDAD:
“…conforme a uno de los tipos previstos en esta ley…”. La sociedad debe adoptar
alguno de los tipos previstos en la ley.
El tipo societario es un modo de ser normativo, una estructura creada por la ley, que
tiene un contenido esencial, que no puede faltar, e inmodificable ya que las partes no pueden
modificar contractualmente los requisitos que la ley establece (Favier Dubois h).
1.- Responsabilidad de los socios: Con la celebración del acto constitutivo los
contratantes crean un nuevo sujeto de derecho (arts. 142 y 143 del CCCN). Según estos
artículos, los miembros (socios) no responden por las obligaciones de la persona jurídica
(sociedad), excepto en los supuestos que expresamente se prevén en la ley especial (LGS).
La ley 19.550 regula distintos tipos societarios. En algunos, los socios responden por
las obligaciones sociales (tipos con responsabilidad ilimitada). En otros, los socios no
responden por las obligaciones sociales (tipos con responsabilidad limitada).
3.- La representación del capital: Cada socio tiene una parte en la sociedad. Esta parte
es representada -por disposición de la ley- de distintas maneras según el tipo societario que
se trate.
La ley contempla tres formas de representación del capital: partes de interés, cuotas
y acciones.
Estos son los tres aspectos del contenido esencial e inmodificable dentro de cada tipo
societario: ¿Cómo responden los socios por las obligaciones sociales?; ¿cómo se organiza la
sociedad en cuanto a su funcionamiento?; ¿cómo se representa la participación de cada socio
en la sociedad?
Como sostuvimos, la ley regula estos aspectos en cada tipo societario de manera
diferente, y no pueden faltar ni ser modificados contractualmente.
Para comprender con mayor detalle el funcionamiento de la tipicidad, vamos a
analizar estos conceptos con relación a tres tipos puros que regula la ley y que son la sociedad
colectiva, la sociedad de responsabilidad limitada y la sociedad anónima. Hablamos de tipos
puros porque contienen características propias que diferencian uno de otro. Si bien existen
más tipos en la ley, éstos son combinaciones de los tres tipos puros, por lo que, por ahora,
basta con el análisis de los mismos.
Para ello, vamos a realizar un cuadro de cuatro columnas: La primera destinada a los
requisitos a analizar, la segunda para la sociedad colectiva, la tercera para la sociedad de
responsabilidad limitada, la cuarta para la sociedad anónima. (EL CUADRO SE AGREGA
COMO ANEXO I AL PRESENTE DOCUMENTO. Reducir el zoom a 75% para poder ver
el cuadro completo).-
Sociedad Colectiva:
Ilimitada: Cada socio responde por las deudas de la sociedad con todo su patrimonio.
De manera que si la sociedad quiebra, se extiende la quiebra al socio (art. 160 de la ley
24.522).
Subsidiaria: Los socios tienen beneficio de excusión (arts. 1583 del CCCN y 56 de la
LGS). El beneficio de excusión supone que el socio responderá solamente en el caso de que
la sociedad no cumpla las prestaciones a su cargo, o lo haga defectuosamente.
De esta norma extraemos que el acreedor social, para el cobro de su crédito, solo
puede demandar a la sociedad, no a los socios, aun cuando tengan responsabilidad ilimitada.
En una SRL con un capital de $ 100 en la que cada socio suscribe cuotas por $ 25
cada uno, como tienen responsabilidad limitada al aporte suscripto, si todos cumplen con su
respectiva integración y la sociedad quiebra, los socios ninguna responsabilidad tienen por
el pasivo social. A lo sumo perderán lo invertido en aportes. Pero si uno o algunos de los
socios no cumplen con la integración de sus respectivos aportes, los demás responden en
forma ilimitada y solidaria por los mismos.
A: 25 B: 25
100
ilimitadamente
de los
Los socios garantizan
a los terceros
solidaria
la integración
e
C: 25 D: 25
De manera que el límite de la garantía que la ley establece en el art. 150 es que todos
los socios responden por la integración de la cifra del capital social ($ 100 en el ejemplo). No
importa si el pasivo de la sociedad es mayor al capital, los socios responden hasta la
integración de los cien pesos, nada más.
Sociedad Anónima:
Ello, en virtud de que en las sociedades por acciones como la S.A., el Estado
interviene en el control de integración y valuación de los aportes (arts. 187 y 53 LGS), con
lo que el control Estatal suple la falta de garantía de los socios por la integración.
ORGANIZACIÓN:
Sociedad Colectiva:
Sociedad Anónima:
Representación: Está a cargo del presidente del directorio (art. 268). El presidente
ejecuta las decisiones adoptadas por el directorio.
Como dije antes, cada socio tiene una parte en la sociedad. Esta parte es representada
-por disposición de la ley- de distintas maneras según el tipo societario que se trate.
Sociedad Colectiva:
Las cuotas son libremente transmisibles, salvo que el contrato establezca un pacto de
limitación a la transmisibilidad, que puede consistir en la conformidad mayoritaria o unánime
de los otros socios y/o un derecho de preferencia a favor de la sociedad y/o los socios para
adquirir las cuotas.
Las cuotas son embargables y son ejecutables, pero en caso de subasta si las cuotas
están limitadas en cuanto a su transmisibilidad, la sociedad tiene la posibilidad de adquirir
las mismas aun después de subastadas para evitar el ingreso del adquirente en subasta y que
entre a la sociedad un tercero ajeno al elenco original de socios.
Sociedad Anónima:
Son embargables y ejecutables libremente por el acreedor del socio. No tienen las
limitaciones que pueden tener en otros tipos.
Esto se debe a que el elemento personal –en teoría- es irrelevante para los socios (ej.
sociedad que cotiza en bolsa en la que los inversores no se conocen entre sí). La S.A. es la
típica sociedad de capital, donde lo que interesa es la situación económica y financiera de la
sociedad y su aptitud para generar utilidades. Se dice que la condición de accionista es
fungible porque puede modificarse con la simple transmisión de acciones, sin tener que
recabar el consentimiento de la sociedad ni de los socios, ni tampoco ser necesaria la
inscripción de la transferencia en un registro público (Broseta Pont).
Además, las acciones se representan en títulos, algo que no ocurre en los tipos no
accionarios, donde el elenco de socios surge del contrato. En cambio, en la S.A., el elenco de
socios depende de quiénes sean los titulares de las acciones en circulación
Esto permite que en estas sociedades sus acciones coticen en bolsas y mercados de
valores, algo que no pueden hacer las sociedades no accionarias.
IMPORTANCIA DE LA TIPICIDAD:
Requisito tipificante es aquél que resulta esencial en virtud del tipo adoptado y que
tiene que ver con su responsabilidad (limitada o ilimitada), organización (ej. la existencia de
gerencia en la SRL o de directorio y asamblea en la S.A.) y representación del capital (partes
de interés, cuotas o acciones.
AFFECTIO SOCIETATIS:
La "affectio societatis" es reconocida por alguna doctrina como un factor esencial en
el contrato de sociedad, que permite distinguir a la sociedad de otras figuras jurídicas.
La importancia de este elemento dependerá de cada caso particular, del tipo societario
adoptado, de las características de la sociedad y de la relación entre los socios. Se ha sostenido
que no es un elemento esencial, sino natural de la sociedad que habrá que analizar en cada
caso.
El art. 3 de la LGS establece que “Las asociaciones, cualquiera fuere su objeto, que
adopten la forma de sociedad bajo algunos de los tipos previstos, quedan sujetas a sus
disposiciones”.
Esta norma ha sido muy criticada, por la diferente finalidad de la estructura societaria
como agrupación de capitales constituida con la finalidad de obtener ganancias, con la
finalidad de una asociación civil que es el bien común.