Lutereau, Luciano (2015) - Asociacion Libre y Posicion Infantil
Lutereau, Luciano (2015) - Asociacion Libre y Posicion Infantil
Lutereau, Luciano (2015) - Asociacion Libre y Posicion Infantil
Lutereau, Luciano.
Cita:
Lutereau, Luciano (2015). Asociación libre y posición infantil. VII
Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en
Psicología XXII Jornadas de Investigación XI Encuentro de Investigadores
en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires.
Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso
abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su
producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite:
https://www.aacademica.org.
ASOCIACIÓN LIBRE Y POSICIÓN INFANTIL
Lutereau, Luciano
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Argentina
415
aprenda a “guardar” secretos y, por lo tanto, silencie lo que piensa ración es definida por Lacan en su escrito “La dirección de la cura y
y esconda su sinceridad? los principios de su poder” (1958) en los siguientes términos: “[Se]
Sin embargo, esta concurrencia sería una mera comparación des- empieza por introducir al paciente a una primera ubicación de su
criptiva –que asimila una actitud habitual de los niños y la posición posición en lo real […]. He subrayado desde hace mucho tiempo el
del analizante– si no se la pudiera fundar en un motivo estructural. procedimiento hegeliano de esa inversión de las posiciones del ‘alma
Pablo Peusner, en su libro Fundamentos de la clínica psicoanalítica bella’ en cuanto a la realidad a la que acusa. No se trata de adaptarla
lacaniana con niños (2006) realizó una sólida investigación del “len- a ella, sino de mostrarle que está demasiado bien adaptada, puesto
guaje infantil” –diferente del lenguaje de los niños– al punto de pro- que concurre a su fabricación.” (Lacan, 1958, 576).
poner que éste era la condición indispensable del hablar en análisis. En este contexto, Lacan cuestiona la posición básica de aquel que
A partir de un esclarecimiento de la afirmación lacaniana de que “el consulta: la queja. Así es que asimila esta actitud a la del “alma
inconsciente está estructurado como un lenguaje”, Peusner consi- bella”, figura de la filosofía que apunta a destacar esa situación en
dera dos hechos corrientes: a) Que el hablante, en sus dichos, suele la cual se denuncia el mal que hay en el mundo sin reconocer la
decir más (menos, o algo diferente) que lo que quiere decir; esto complicidad que se tiene en dicho estado de cosas.
es, que el lenguaje habilita la dimensión del equívoco –dimensión a En definitiva, se trata de una paráfrasis de aquello que Freud llama-
la que Peusner llama “Lo dicho + a”– y que los niños disfrutan de ba “política de la avestruz”. Para que pueda iniciarse un análisis es
llevar este hecho hasta sus últimas consecuencias con la mejor de preciso que el padecimiento implique al ser hablante, es decir, que
las predisposiciones: “Propónganle a un niño retomar un equívoco, quiera saber algo acerca de la causa de su malestar, en un punto
ya sea de juego, de lenguaje o de dibujo, y difícilmente encuentren en que este último le concierne. Habitualmente, esta referencia a
oposición. Justamente por su posición respecto del contenido de la “implicación” suele entenderse en términos yoicos –sin duda, el
‘lo dicho’.” (Peusner, 2006, 51-52) ¿Cuál es la posición de un niño término “rectificación” se presta a confusión, ya que Lacan lo toma
respecto de “lo dicho”? El niño suele asumir una actitud despre- de un comentario de un colega de su época–. Sin embargo, no se
juiciada; en la que no le importa tanto ser el amo de sus palabras, trata de que la persona se “haga cargo” –para utilizar otra expre-
dando lugar a diversas irrupciones, discontinuidades o cambios sión corriente hoy en día– de lo que le ocurre, o bien se identifique
de vía (que hacen que, por lo general, quien está en una posición superyoicamente a través de la culpa con su padecer.
adulta, los “reprima” diciéndoles: “Podés volver a la idea principal” De acuerdo con lo planteado en el argumento de Peusner, el psicoa-
–una forma verbal de decirles: “¡Quedate quieto!”). Sin embargo, si nálisis es una invitación a descubrir la “irresponsabilidad” del ser
no es en la fijeza de los dichos que se busca la posición del niño, ¿a hablante, que puede sorprenderse en el acto de habla al decir más
qué se debe apuntar? Para aprehender este punto cabe considerar (menos, o bien algo diferente) que aquello que quiso decir. De este
el hecho siguiente. b) Que en los niños el acto de decir no queda ol- modo, quien habla como analizante –la puesta en forma que re-
vidado tras lo que se dice –según una célebre frase del escrito laca- quiere el comienzo del tratamiento– se expone a dejar a un lado la
niano L’étourdit (1972)–, es decir, que en el lenguaje infantil el acto salvaguarda narcisista de sus dichos. A un analizante no se le pide
enunciativo no se desdibuja en el enunciado –como lo demuestra que sepa de antemano lo que quiere decir, o bien que lo piense dos
un conocido sueño de Anna Freud en el que ella mencionaba su veces antes de decirlo, sino que deje a un lado la lógica aristotélica
nombre antes de formular su pedido de comida; aunque también, del principio de contradicción y se atreva a que el lenguaje haga su
con mayor dramatismo, esas ocasiones en que los reproches de los trabajo de división subjetiva.
niños apuntan directamente al interlocutor como comprometido en Ahora bien, este proceso de instalación del dispositivo que, en el caso
haber dado su palabra (de ahí que sea tan difícil deshacer una pro- de un adulto, toma algún tiempo, en los niños es prácticamente un
mesa con un niño frente a la acusación “Pero vos me dijiste…”). De punto de partida –aunque, eventualmente, los niños también hablen
este modo, el inconsciente estructurado como un lenguaje indica con las cláusulas narcisistas de los adultos–. Dicho de otro modo,
cierta situación discursiva, que ubica la coyuntura de que el hablan- ¡no hay un equivalente de la rectificación subjetiva en el caso de los
te pueda recibir del oyente su propio mensaje invertido –a partir de niños, dado que ellos no desconocen la posición enunciativa! En todo
lo que se escucha; he aquí un modo de entender también ese otro caso, aquí la distinción entre “niño” y “adulto” es un hecho de len-
slogan que sostiene que “el inconsciente es el discurso del Otro”–. guaje, una situación discursiva que permite asestar un primer golpe
Ahora bien, a este acto de recibir un mensaje invertido, que altere lo a la idea de que la diferencia entre niños y adultos sea una cuestión
que se quiso decir con un nuevo sentido, Peusner le añade una cláu- de cronología o psicología evolutiva. Por esta vía, puede entenderse
sula suplementaria: “uno recibe su propio mensaje en forma invertida también por qué suele hablarse de “regresión” en la clínica psicoa-
desde el lugar del Otro pero si uno quiere” (Peusner, 2006, 51), es nalítica. No se trata de que el adulto comience a comportarse como
decir, es preciso que la puesta en forma del tratamiento implique un niño, sino de que asuma un lenguaje infantil, o mejor dicho, que
cierta apertura o disposición por la cual aquello que Lacan llamaba retome las condiciones infantiles del hablar analítico.
“el poder discrecional del oyente” no sea negado. ¿Cuánto tiempo De este modo, el lenguaje infantil vale tanto para el niño como para
lleva convencer a un analizante de que su acto fallido quiso decir el adulto: “Lacan trabaja con la idea del lenguaje infantil en el adul-
algo? Y, hoy en día, cuando los consultantes vienen en la primera to. Nos dio vuelta la lógica, porque veníamos hablando del lenguaje
sesión con un sueño bajo el brazo –producto de la difusión masiva del infantil en los niños. Indica que para llevar adelante un análisis con
psicoanálisis–, ¿qué maniobras no es preciso realizar para que ese un adulto, el modo de acceso a lo que el análisis busca alcanzar
“fenómeno psicológico” (un sueño) se transforme en una “formación […] es por la vía del lenguaje infantil en el adulto: un lenguaje en
del inconsciente” (un relato que interpele a quien lo cuenta)? el que ‘que se diga’ no ‘quede olvidado’, un lenguaje ante el cual el
sujeto humano hablante asume que no sabe lo que dice pero que
El niño analizante lo dice, un lenguaje que no esté sometido a la lógica fundamentada
En la clínica psicoanalítica (de orientación lacaniana), a aquella ope- desde el triple principio aristotélico.” (Peusner, 2006, 50)
ración por la cual alguien condesciende a preguntarse por el sentido Asimismo, Peusner destaca una cuestión capital para el analista
de aquello que dice se denomina “rectificación subjetiva”. Esta ope- interesado en reflexionar acerca de su posición para promover este
416
tipo de discurso: “Para que el lenguaje pueda considerarse así, hace BIBLIOGRAFÍA
falta cierta posición del analista que favorezca tales características. Freud, S. (1912) “Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico”
Digamos que en análisis nadie ‘habla’ lenguaje infantil, sino que en Obras completas, Vol. XXI, Buenos Aires Amorrortu, 1994.
el lenguaje se convierte al lenguaje infantil a través de la posición Freud, S. (1913) “Sobre la iniciación del tratamiento” en Obras completas,
del analista. En la perspectiva lacaniana, nadie habla el lenguaje Vol. XII, op. cit.
infantil cuando está solo (ni siquiera un niño); para que así ocurra, Lacan, J. (1958) “La dirección de la cura y los principios de su poder” en
debe estar presente la instancia de un Otro dispuesto a habilitarlo.” Escritos 2, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002.
(Peusner, 2006, 50) Lacan, J. (1977) “Cierre de Jornadas de la E.F.P: ‘Los matemas del psicoa-
Para dar cuenta de este aspecto, Peusner menciona el caso de un nálisis’” en Lettres de l’école, No. 21, Paris.
niño, Juan Pablo (9 años), quien le cuenta a su analista que un Lacan, J. (1978) “Conclusiones del 9º Congreso de Paris de E.F.P” en Let-
amigo sabe la fórmula para hacerse invisible. Para este amigo, la tres de L´Ecole, No. 25, Paris.
receta requiere ponerle ciertos ingredientes (ojos y una sustancia Peusner, P. (2006) Fundamentos de la clínica psicoanalítica lacaniana con
que viene en los juegos de química). El propósito de convertirse en niños, Buenos Aires, Letra Viva.
invisible era muy específico: meterse en el baño de las mujeres y
verlas desnudas. En este punto del relato, Juan Pablo asocia con la
película Misión imposible 2, en la que los personajes usan másca-
ras, y dice que estas le permitirían desaparecer bajo la forma de
otro. “Podría robar cosas y que le echen la culpa a otro. Podría robar
un banco. Puedo robar un bebé”, afirma Juan Pablo.
En este punto, el analista destaca que su posición radica en sostener
ese discurso asociativo, sin confrontar al niño con el valor moral de
sus ideas, ni con la realidad; antes que intervenir en función de los
contenidos del decir, su intervención estuvo dirigida al acto enun-
ciativo mismo. “¿Y para qué querés un bebé?”, preguntó el analista.
Conclusión
Para concluir, luego del rodeo anterior en torno a la regla funda-
mental –en el que hemos destacado de qué modo el niño admite
una posición privilegiada para la práctica del psicoanálisis–, puede
afirmarse que, si bien la clínica con niños es renuente al planteo de
preceptos universales y para todo uso, sin embargo existen ciertas
coordenadas estructurales que permiten una orientación para el
analista a la hora de reflexionar sobre su posición en este disposi-
tivo singular. A estos invariantes clínicos indispensables dedicare-
mos futuros trabajos.
417